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Bioterrorismo. Una aproximación al tema

Enviado por Eduardo Campot


Partes: 1, 2

    1. ¿Qué es Bioterrorismo?
    2. Bioguerra: una breve reseña histórica
    3. Alcance de las bioarmas
    4. Los agentes biológicos del bioterrorismo
    5. Las principales amenazas bioterroristas
    6. La bioseguridad
    7. Acciones frente a un ataque
    8. Ley contra el bioterrorismo
    9. El bioterrorismo y la región
    10. Fuentes consultadas

    Grabados 1) Ángeles con arcos transmiten la epidemia (en Crónica de las cosas de Lucas de Giovanni Sercambi, 1347-1424). 2) B.M. Kustodiev – Moscú 1905

    1) INTRODUCCIÓN

    La fecha del 11 de setiembre de 2001 se considera un hito de la historia moderna. Fue el día que la humanidad presenció cómo se derrumbaban barreras sicológicas existentes hasta el momento. Porque las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki fueron también un quiebre en la historia, pero la destrucción no involucraba directamente a los destructores.

    El 11/9 cayó la barrera de la seguridad de que el destructor no arriesga su vida. Hoy sabemos que no existe ese impedimento y a estos nuevos Kamikaze no les interesa su propia vida. Esto hace que sea difícil de prever un ataque y máxime teniendo en cuenta las modernas formas de destrucción masiva disponibles.

    Los ataques nucleares tradicionales se consideran medianamente controlados, ya que involucran a naciones. Los ataques de origen nuclear no convencionales, son una problemática que preocupa, pero se debe contar con cierta tecnología y disponibilidad de elementos controlados para realizarlos.

    Los ataques de tipo biológico, químico o radiológico (BQR), se encuentran en una zona de menor control y más fácil acceso a los elementos necesarios, por lo que son incidentes que generan mayor incertidumbre y máximos esfuerzos de políticas de prevención, a través de planes de contingencia.

    En las 24 horas siguientes a los ataques terroristas ocurridos el 11 de septiembre, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention; CDC) desplazaron a sus epidemiólogos para que evaluaran las consecuencias del desastre y reforzasen la vigilancia de otros actos de bioterrorismo (BT), en potencia

    No había transcurrido un mes cuando, el 4 de octubre de 2001, los CDC notificaron un caso mortal de carbunco por inhalación en Florida. Posteriormente, se identificó un total de 22 casos de carbunco en cinco estados diferentes y 5 de estos enfermos fallecieron. Todos menos dos estaban directamente relacionados con la emisión intencionada de esporas de B. anthracis. Más de 100 epidemiólogos fueron enviados por los CDC en una de sus investigaciones más complejas, que aún sigue en activo.

    Aunque los acontecimientos terroristas se produjeron en los Estados Unidos (EE UU), las fuerzas armadas de todo el mundo occidental reforzaron la alerta y los sistemas sanitarios se vieron en la necesidad de comprobar un gran número de cartas que contenían polvos sospechosos de estar contaminados con esporas de B. anthracis.

    En las semanas posteriores no se produjeron ni ataques terroristas ni casos de carbunco, y todas las amenazas bioterroristas acabaron siendo falsas. Sin embargo, la presión ejercida sobre los países fue alta, ya que rápidamente se vieron obligados a destinar recursos sanitarios con el fin de hacer frente a un nuevo tipo de amenaza.

    A esta nueva forma de terrorismo, se le llama BIOTERRORISMO y forma parte de la Bioguerra moderna.

    ¿Qué es Bioterrorismo?

    La finalidad del BT es una sola: crear miedo pánico en la población, desestabilizando la autoridad, la economía y la auto estima de un pueblo.

    Los ataques producen enfermedad y muerte, destruyen el equilibrio sicológico y emocional de la población y predispone a los individuos a la sumisión por el miedo.

    La mortandad indiscriminada y la falta de control sobre los agentes biológicos diseminados en el medio ambiente son los principales instrumentos del bioterrorismo.

    Esto se asocia a la angustia de estar luchando contra un enemigo invisible, cuya identidad se desconoce y que puede atacar en cualquier lugar y en cualquier momento

    Existe una diferencia que debe marcarse entre BIOGUERRA y BIOTERRORISMO.

    La guerra biológica o bioguerra debe ser considerada en el contexto de una ofensiva militar y ataque en masa a las poblaciones, utilizando medios para tal fin. Están involucrados ejércitos regulares.

    Entendemos como guerra biológica el uso de enfermedades producidas por microorganismos o agentes bioactivos (toxinas) con el fin de dañar o aniquilar a las fuerzas militares del enemigo, sus poblaciones civiles o contaminar sus fuentes de agua o alimentación.

    El bioterrorismo en cambio, no puede ser detectado hasta que ataca, sus instalaciones y operadores no pueden ser diferenciados de ciudadanos comunes en casas comunes, con rutinas comunes. Una unidad bioterrorista puede ser instalada en el garaje de una casa común, de una escuela, en un área cerrada de un hospital o ser camuflada en una pequeña fábrica autorizada.

    2) BIOGUERRA: UNA BREVE RESEÑA HISTÓRICA.

    El más antiguo relato de bioterrorismo se puede leer en el Libro del Exodo, cuando Moisés hizo uso de esta arma para liberar a su pueblo de Egipto. La Quinta Plaga lanzada sobre Egipto es identificada como Antrax o Carbunco, hasta hoy el agente biológico más utilizado como bioarma. Además, la historia cuenta cómo se usó estas plagas como "flagelos divinos" para provocar miedo, destrucción, angustia e insoportable presión política sobre el Faraón.

    Desde los tiempos antiguos, los reservorios de las ciudades sitiadas eran infectados con desechos y carcazas de cadáveres putrefactos, una táctica que los nazis usarían en la 2ª Guerra Mundial al poluir un gran reservorio de agua en el nordeste de La Bohemia.

    Los Tártaros, en el sitio de la ciudad de Kaffa (hoy Feodossia en Ucrania) en 1346 usaron los cadáveres de sus propios soldados muertos por la Peste catapultándolos dentro de los muros de la ciudad.

    Una táctica similar fue usada por los brasileños en la Guerra del Paraguay en 1867. El Duque de Caxias ordenó que se tirase en el Río Paraná los cadáveres de soldados brasileños muertos de cólera con el objetivo de "… llevar el contagio a las poblaciones ribereñas de Corrientes, Entre Ríos y Santa Fé.", ciudades que en esos días estaban en manos de las fuerzas deL Mcal. Francisco Solano López.

    Otro ejemplo de guerra biológica en el pasado fue el uso de la viruela para diezmar las tribus de indios norteamericanos hostiles a los colonizadores ingleses en la llamada guerra franco-india (ocurrida de 1754 a 1763 y en la que se enfrentaron Francia y Gran Bretaña por el dominio de territorios de parte de lo que hoy es Canadá y los Estados Unidos), El comandante de las fuerzas británicas en los Estados Unidos Sir Jeffrey Amberts ordenó que se distribuyese a los indios cobertores y prendas provenientes de un hospital en Fort Pitt donde se había producido una epidemia de viruela. Esta versión inglesa del Caballo de Troya resultó en una gran epidemia de viruela entre los indios del valle del Río Ohio.

    Con el advenimiento de la ciencia microbiológica los microorganismos fueron aislados, identificados y cultivados y la posibilidad de usarlos como agentes específicos se volvió una realidad.

    Durante la 1ª Guerra Mundial, se conoce el uso de agentes químicos y gases tóxicos con acción sobre el sistema nervioso central. Pero también hubo acusaciones no probadas que Alemania usó el ántrax contra el ganado caballar y vacuno que aportaban a las fuerzas aliadas España, Noruega, Argentina, Rumania y -hasta antes de que se involucraran en la guerra, en 1917- los Estados Unidos.

    La prohibición del uso de armas tóxicas y biológicas fue establecida en el Protocolo de Ginebra de 1925. En este Protocolo no se prohibía la producción, no se obligaba a inspecciones, aunque si preveía la reparación a países que fueran atacados por dichas armas.

    Varios países europeos y Rusia incrementaron sus investigaciones en la producción de bioarmas.

    En 1932 el ejército japonés desarrolló un arsenal biológico que fue efectivamente usado contra militares y civiles chinos durante la ocupación de Manchuria. La famosa Unidad 731 estacionada en Ping Fan desarrolló carbunco, meningitis, shigelosis, cólera y peste en Changchun, Nanking y otras localidades.

    Estas bioarmas fueron testadas en prisioneros de guerra (chinos, manchurianos, americanos, ingleses, australianos y rusos) ocasionando más de 3000 muertes en Ping Fan. Por lo menos 11 ciudades chinas fueron atacadas con bioarmas, que incluyeron la contaminación de fuentes de agua y alimentos con cultivos puros de de Bacillus anthracis , Vibrium cholerae, Shigella sp. Salmonella sp. entre otros.

    Más de 15 millones de pulgas infectadas con bacilos de peste fueron lanzadas desde aviones sobre ciudades chinas para actuar como vectores biológicos que causaron gran daño a la población civil sobre todo.

    Mientras tanto, el ejército japonés no equipó ni inmunizó a sus soldados contra estas armas biológicas. Así, en un ataque a Changteh en 1941, cerca de 10 mil soldados japoneses fueron atacados por el Cólera, resultando en más de 1700 muertes.

    Las experiencias militares japonesas terminaron con la derrota de Japón en la 2ª Guerra Mundial. En este mismo período Estados Unidos de América inició intensas investigaciones en guerra biológica, al mismo tiempo que Inglaterra y Rusia seguían el mismo camino.

    Este hecho se marcará como una de las "espadas de Damocles" que pendieron sobre la humanidad durante el período de la Guerra Fría.

    Se sospecha que durante la segunda Guerra Mundial, los rusos utilizaron la tularemia contra los alemanes durante el sitio de Stalingrado; esta enfermedad es producida por la bacteria Francisella tularensis y usualmente se transmite a través de picaduras de garrapatas, pero también se puede adquirir por beber agua contaminada o por estar en contacto con carne de mamíferos infectados (principalmente conejos); la tularemia se puede presentar de diversas formas, entre ellas un tipo de neumonía muy grave

    Los aliados probaron bombas de carbunco sobre la isla Gruinard en el norte de Escocia, la que resultó tan intensamente contaminada que a pesar de haber sido desinfectada y lavada con formol y agua salada, aún hoy existen focos de Carbunco.

    Los norteamericanos iniciaron su ambicioso proyecto de guerra química y bacteriológica en 1942 con la creación del Proyecto Fort Detrick, en Camp Detrick, Maryland. Este proyecto usaba extensas áreas en Mississipi, Utah e Indiana para experimentos con Bacillus anthracis y Brucella sp. Científicos japoneses que participaron de las acciones llevadas adelante por la Unidad 731 fueron amnistiados e integrados al programa americano.

    Se utilizó tecnología industrial (tanques de fermentación, etc.) para cultivar y almacenar grandes cantidades de microorganismos letales, tales como Fransicella tularensis, Coxiella burnetti y otros. También se desarrollaron experimentos con voluntarios humanos y con animales y plantas con estos cultivos.

    Finalmente, se realizaron experimentos de campo utilizando bacterias saprófitas (no patógenas) sobre las ciudades de Nueva York, San Francisco y otras, utilizando las bacterias Serratia marcecens, y el hongo Aspergillus fumigatus a fin de poner a punto el uso de las armas biológicas desarrolladas.

    El arsenal biológico norteamericano estaba listo para funcionar a pleno en 1960.

    Durante la Guerra Fría Estados Unidos y URSS intercambiaron acusaciones de ataques con armas biológicas. Así EUA acusó a URSS de atacar con "lluvia amarilla" (micotoxinas) a Laos (1975-1981), Kampuchea (1979-1981) y Afganistán (1979-1981). Por su parte, URSS acusaba a EUA de probar peste bubónica sobre esquimales canadienses, causar una epidemia de cólera en el sur de China y lanzar ataques experimentales sobre civiles en Colombia y Bolivia.

    La escalada de armamentos químicos y biológicos se volvió una amenaza concreta y el concenso general sobre este tema era que la mejor forma de evitar un desastre biológico era eliminando todo el arsenal existente. Así en 1969 Inglaterra presentó al Comité de Desarme de las Naciones Unidas una propuesta de prohibición de la producción, desarrollo y almacenamiento de bioarmas, obligando a los países miembros a permitir la inspección local en casos de denuncias fundadas de violación al protocolo.

    Las naciones del Pacto de Varsovia hicieron también una propuesta pero omitiendo el ítem de la inspección. La OMS publicó en este interín un estudio sobre las consecuencias potenciales de una guerra biológica.

    En 1972 quedó establecida la Convención de Prohibición, Desarrollo, Producción y Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxinas y sus derivados. El Tratado fue ratificado y firmado por más de 100 naciones, incluyendo los EUA, Rusia e Irak.

    La Administración Nixon, se anticipó al Tratado y determinó la destrucción del arsenal de bioarmas americano en 1972. El arsenal norteamericano destruído incluyó los siguientes agentes letales ya convertidos en armas: Bacillus anthracis, Toxina botulínica, Francisella tularensis. Los agentes incapacitantes también ya convertidos en bioarmas: Brucella suis, Coxiella burnetti, Enterotoxina B de estafilococo, Virus de Encefalitis Equina Venezolana.

    Los programas originales continuaron ahora sobre una perspectiva diferente: las investigaciones eran dirigidas para el desarrollo de estrategias, productos y entrenamiento para defensa como bioarmas potenciales

    Hechos posteriores a la Convención de Armas Biológicas de 1972.

    A pesar de la firma del Tratado, Irak y Rusia continuaron llevando adelante sus programas de bioarmas. Una epidemia de Carbunco sucedió el 2 de abril de 1979 en Sverdlovsk, en la ex Unión Soviética, entre personas que vivían y trabajaban en un entorno de 4 kilómetros del complejo militar número 19, una instalación que se ocupaba de microbiología, al mismo tiempo que el ganado moría de Carbunco en un entorno de 50 km. de estas instalaciones

    El Presidente Boris Yeltsin, en mayo de 1992, admitió que en Sverdlovsk se estaban desarrollando armas biológicas, el ántrax entre ellas. Ese mismo año emigró a los Estados Unidos el doctor Ken Alibek, quien fuera científico en jefe de 1988 a 1992 del "Biopreparat", la institución militar soviética encargada del desarrollo de las armas biológicas y confirmó que Rusia posee armas para una guerra biológica en gran escala.

    De 77 casos humanos diagnosticados, 66 resultaron en muerte, convirtiéndose este caso en la mayor epidemia de Carbunco inhalatorio de la historia.

    El programa de bioguerra soviético coordinaba 6 laboratorios de investigación, 5 instalaciones de producción y empleaba a más 55 mil técnicos y científicos. Actualmente se cree que alrededor de 25 a 30 mil personas siguen involucrados en este programa en Rusia, a pesar de las negativas oficiales. Esto se ve agravado por las conocidas deficiencias en los controles que existen en ese país.

    Antes de la Guerra del Golfo (1991) se sabía que Irak tenía desarrollado un programa de armas químicas y biológicas. Se descubrió durante la guerra que efectivamente existían bioarmas que incluían Bacillus anthracis, aflatoxina, toxina botulínica y bacilo de gangrena gaseosa (Clostridium perfringens)

    El Ejército Iraquí tenía almacenados 8.500 litros de esporas de antrax concentrado, siendo 6.500 litros armados en 50 bombas y 50 misiles SCUDs; stock de 19.000 litros de toxina botulínica concentrada, siendo 10.000 litros armados en 100 bombas y 13 SCUDs; y stock de 2.200 litros de aflatoxina concentrada, siendo 1.580 litros armados en 16 bombas y 2 SCUDs.

    Esta guerra demostró al mundo que las bioarmas estaban definitivamente incorporadas a la guerra moderna y esto llevó a EUA a la decisión de vacunar a todos sus soldados, congresistas y presidentes.

    En 1984 en Dallas (Oregon), la secta religiosa Rajneeshi contaminó con la bacteria Salmonella las barras de ensalada de una cadena de restaurantes. Como resultado, 751 personas tuvieron que ser hospitalizadas por malestares gastrointestinales más o menos severos; afortunadamente en esa ocasión nadie falleció. Pero desde el punto de vista práctico, se demostró que sólo un pequeño número de microorganismos tiene la potencialidad de utilizarse efectivamente como armas biológicas

    Otra amenaza real se vio con el ataque civil con gas Sarín en el metro de Tokio en 1995, por la Secta Aum Shinkiryo, donde murieron 12 personas luego que arrojaran el gas mediante unos paraguas.

    Los japoneses entraron en crisis: reportes hasta de suicidios fueron dados a conocer por la prensa de ese país que, por meses, estuvo sometido a la angustia y el temor.

    Ese acto criminal no habría sido ni el primero en su género, y tampoco el último de los que se han registrado en algún lugar específico del planeta, aunque se dice que muchos gobiernos han preferido ocultar acciones similares, no sólo para evitar la publicidad que los grupos violentos buscan mediante el uso de estas armas químicas, sino, especialmente, para no convulsionar a la población, cuando los resultados de los atentados bien pueden ser controlados.

    Quedó claro que los terroristas podían preparar armas químicas-biológicas para su propio uso. Esta Secta tenía cerca de 50 mil miembros prontos a servir a su líder y disponía de un capital de cerca de 1 billón de dólares. Tenían instalaciones de investigación con agentes biológicos y químicos, con toxina botulínica almacenada en pequeños aviones equipados con tanques pulverizadores.

    Finalmente, los ataques terroristas en gran escala a la población quedaron en evidencia después del atentado terrorista al World Trade Center de Nueva York, donde murieron miles de víctimas civiles.

    En los meses siguientes a este atentado, esporas de ántrax fueron diseminadas a través de cartas dirigidas a Tom Daschle, Líder de la Mayoría del Senado (demócrata de Dakota del Sur), al senador Patrick Leahy (demócrata de Vermont), a Tom Brokaw, corresponsal de la nacional Broadcasting Corporation (NBC) y a un periódico de la Florida. Veintidós personas sufrieron infección por carbunco y cinco de ellas fallecieron.

    El 4 de octubre de 2001, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention; CDC) notificaron un caso mortal de

    carbunco por inhalación en Florida.

    También en 2003.

    El pasado domingo 5 de enero, la policía antiterrorista encontraba rastros de ricina tras una operación en Wood Green, al norte de Londres. Además de la sustancia (letal incluso en pequeñas cantidades) se hall

    aron «equipos y materiales» sin especificar, en la residencia de uno de los seis detenidos iniciales. El primer ministro británico Tony Blair, comentaba el miércoles siguiente –día de la publicación de la noticia en la agencia británica BBC– que «el arresto demuestra que ese peligro es real, que está presente entre nosotros, y que su potencial es enorme

    En definitiva, uno de los problemas más acuciantes del bioterrorismo es su poder potencial; la efectividad que han demostrado los ataques individuales, difícilmente detectables, generan fuertes sensaciones de inseguridad que pueden llegar a condicionar las opiniones, actitudes y formas de comprender nuestra sociedad. Hasta ahora, el riesgo de conducir un coche o sufrir un accidente laboral sigue siendo más alto que el de recibir un ataque bacteriológico o químico. Pero el temor producido es, en sí, un arma. Más silenciosa y menos letal que las convencionales, pero potencialmente muy efectiva.

    En la actualidad, de los 54 agentes peligrosos identificados como instrumentos de un posible ataque bioterrorista, 38 podrían ser introducidos en la cadena alimentaria con consecuencias drásticas tanto para la salud de las personas como para la economía de una región, por su capacidad de expansión y llegada a un gran volumen de alimentos.

    Ahora no restan dudas. El terrorismo internacional en sus múltiples vertientes dispone y manipula armas biológicas y están dispuestos a usarlas sin interesarles sus propias vidas

    3) ALCANCE DE LAS BIOARMAS

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) encomendó un estudio sobre los posibles efectos de una guerra biológica convencional. Los resultados de simulación llevados adelante por un grupo especializado, puede apreciarse en la siguiente tabla. Nótese que el Antrax se muestra como el agente biológico ideal y de mayor poder de destrucción de vidas.

    Agente

    Altura

    (km)

    Estimación de muertes

    Estimación de incapacitados

    Fiebre del Valle Rift

    1

    1.400

    35.000

    Encefalitis viral

    1

    19.500

    35.000

    Tifus

    5

    19.000

    85.000

    Brucelosis

    10

    10.500

    125.000

    Fiebre Q

    >20

    150

    125.000

    Tularemia

    >20

    30.000

    125.000

    Antrax (Carbunco)

    >20

    95.000

    125.000

    *Considerando la liberación de 50 kg de agente por un avión a lo largo de una línea de 2 km sobre una población de 500.000 habitantes.

    (Fuente: Health Aspects of Chemical and Biological Weapons, World Health Organization, 1970 – repport of WHO Group of Consultants).

    El aspecto económico

    Para tener una idea exclusivamente desde el punto de vista económico o de costo de la facilidad de hacer el daño, se incluyen algunos datos:

    4) LOS AGENTES BIOLÓGICOS DEL

    BIOTERRORISMO.

    Cuando se habla de agentes terroristas, se piensa en la persona que convencida (o no) de sus ideales es capaz de efectuar un acto de destrucción letal contra instalaciones y población, con prescindencia total y absoluta de su propia seguridad, en la creencia de que ese camino es el correcto para lograr hacer prevalecer su opinión.

    Este tipo de "agente" que tradicionalmente en la época moderna ha utilizado generalmente ingenios explosivos para sus propósitos, integra un grupo más o menos importante en número y potencial económico de otros agentes con el mismo fin.

    Hoy esos "amantes del odio a la humanidad" tienen a su alcance la ayuda de otro tipo de agentes: los agentes biológicos.

    En la guerra actual contra el bioterrorismo, el agente (biológico) es el componente más importante. Puede consistir en una toxina con un breve período de incubación con eficacia limitada a pequeños objetivos (de 1 o 2 km2), o un organismo bacteriano o viral con un período de incubación más prolongado, pero que puede causar víctimas sobre regiones más amplias (cientos de kilómetros cuadrados).

    La selección de agentes biológicos sigue la lógica sencilla del bajo costo y la eficiencia del producto. Luego, se toman en cuenta factores tales como estabilidad adecuada durante el almacenamiento y utilización, alta tasa de infecciosidad, corto período de incubación e inducción eficiente de la enfermedad.

    La tecnología de la guerra biológica depende esencialmente de la tecnología del aerosol. Si se quiere realizar un ataque masivo, el medio de difusión más eficiente es el aire.

    Sin embargo, para bioterrorismo pueden usarse otras vías de ataque. Es extremadamente fácil prepararse para manejar algunas de las más peligrosas bacterias, como por ejemplo el Bacillus anthracis, productor de carbunco o ántrax.

    El material almacenado puede ser camuflado en pequeñas latas, frascos o empaques varios, haciendo que la detección sea muy difícil, sino imposible.

    El ataque puede ser multifocal (varias instituciones y personas al mismo tiempo y en localidades diferentes), llevando a una sobrecarga del personal encargado de combatir las acciones terroristas y el consiguiente efecto sicológico en la población.

    Como regla general, en un caso así el terrorismo primero reúne los agentes biológicos necesarios y luego los distribuye entre los operadores de campo a fin de efectuar la acción multifocal coordinada.

    Utilizando la técnica del aerosol y agentes liofilizados, es posible realizar ataques muy efectivos a través de las instalaciones de ventilación o aire acondicionado en lugares cerrados como aviones, oficinas, teatros, restaurantes, etc. Este tipo de blancos es perfecto para ataques multifocales utilizando agentes que se absorben por contacto con mucosas o por inhalación.

    Los abastecimientos de agua y procesadores de alimentos pueden ser contaminados con toxinas y microorganismos cuya vía de entrada al organismo humano sea a través de la ingestión de líquidos y alimentos sólidos.

    En todas estas operaciones no se necesita de gran aparato, un individuo sólo puede transportar el material necesario.

    Los ataques BQR (biológico, químico o radiológico), se encuentran agrupados dentro de la categoría de nuevos sistemas de acción terrorista y se han realizado diferentes clasificaciones según las diferentes incidencias sobre los elementos constitutivos.

    Según el agente seleccionado, las víctimas pueden ser clasificadas como:

    • incapacitadas (relativamente pocas muertes)
    • letales (con número importante de muertes)

    Desde el punto de vista del agente, existen diferentes tipos:

    • químicos
    • quimicobiológicos
    • espectro medio
    • biológicos
    • etnobombas

    A pesar de no ser estrictamente el objetivo de este trabajo, se hace necesario mencionar que los agentes químicos pueden ser clasificados sobre la base de las características físicas y químicas.

    Las ventajas y desventajas aluden a:

    • su grado de letalidad
      • letal
      • no letal
    • su modo de operación o medio de ataque
      • cutáneo
      • pulmonar
      • oral
      • la velocidad de operación (tiempo de espera entre su exposición y la generación de efectos)
    • su grado de toxicidad
      • relación entre cantidad del agente y el efecto generado su persistencia
      • medida de permanencia activa en el área afectada
    • la forma y estructura del agente
      • sólida
      • líquida
      • gaseosa

    Como se indica en el cuadro 1, los agentes químicos se clasifican en primera, segunda, tercera y cuarta generación, no letales y de nueva generación. Los agentes biológicos, según la Convención de Armas Biológicas (CBW) de 1972, incluyen microorganismos patógenos como el de la viruela, y químicos venenosos producidos por microorganismos también llamados toxinas: caso del ántrax. Cabe señalar los virus del Ébola, Hantaan, Junin, Machupo, Marburg, Viruela, Chikungunya, Dengue, Encefalitis equina; las bacterias de la Peste, la Plaga Bubónica, la Salmonelosis y la Brucelosis; las toxinas del Botulismo y la Verotoxina, entre otros más.

    Su clasificación es la siguiente:

    • Agentes vivos capaces de reproducirse: bacterias y hongos.
    • Agentes vivos capaces de reproducirse solamente en una célula huésped: virus.
    • Agentes no vivos incapaces de reproducirse, pero secretados por organismos vivos: péptidos y toxinas
    • Agentes no vivos incapaces de reproducirse sintetizados químicamente pero con estructuras similares a los anteriormente indicados.

    Cuadro 1- Clasificación de agentes QB. Fuentes: 1) G. S. Pearson. The CBW spectrum. ASA Newsletter 90: 7-8. 1990. 2) Dando, Malcom. The new biological weapons. Rienner. London, 2001. Pág. 12. 3) US Printing Office. The biological and chemical warfare threat. 1999. Págs. 28-31.En: www.ecoportal.net

    Por su parte la Organización Panamericana de la Salud – Organización Mundial de la Salud en la 13.a REUNIÓN INTERAMERICANA A NIVEL MINISTERIAL EN SALUD Y AGRICULTURA en Washington, D.C., 24 y 25 de abril de 2003 tomó una clasificación de los agentes biológicos en tres categorías:

    Categoría A

    Categoría B

    Categoría C

    Microorganismos que entrañan un riesgo para la seguridad nacional porque pueden diseminarse o transmitirse fácilmente de persona a persona; dan lugar a tasas de mortalidad elevadas y pueden ocasionar importantes efectos en la salud pública; podrían causar pánico entre la gente trastornos sociales; y requieren medidas especiales para los preparativos de salud pública.

    Agentes que son moderadamente fáciles de propagar; causan morbilidad moderada y mortalidad baja; y

    requieren un erfeccionamiento específico de la capacidad de diagnóstico y vigilancia de enfermedades.

    Agentes patógenos emergentes que, a causa de su disponibilidad, podrían modificarse genéticamente para su propagación masiva; facilidad de producción y propagación; y potencial de morbilidad y mortalidad altas e importantes efectos sobre la salud.

    Carbunco (Bacillus anthracis)

    Botulismo (toxina de Clostridium

    Botulinum)

    Peste (Yersinia pestis)

    Viruela (viruela mayor)

    Tularemia (Francisella tularensis)

    Fiebres hemorrágicas víricas

    (filovirus [por ej., del Ébola, de

    Marburgo] y arenavirus [por ej. de Lassa, de Machupo])

    Brucelosis (Brucella sp.)

    Toxina épsilon de Clostridium

    Perfringens

    Amenazas para la inocuidad de los alimentos (por ej. Salmonella sp., Escherichia coli O157: H7, Shigella) Muermo (Burkholderia mallei)

    Melioidosis (Burkholderia pseudomallei)

    Psitacosis (Chlamydia psittaci)

    Fiebre Q (Coxiella burnetii)

    Toxina ricínica de Ricinus communis semillas del ricino)

    Enterotoxina estafilocócica B

    Tifus (Rickettsia prowazekii)

    Encefalitis vírica (alfavirus [por ej., de la encefalitis equina venezolana, de la encefalitis equina del Este, de la encefalitis equina del Oeste])

    Amenazas para la inocuidad del agua por ej. Vibrio cholerae, Cryptosporidium parvum)

    Ejemplos: amenazas de Enfermedades infecciosas

    emergentes como el virus de Nipah y los hantavirus.

    Fuente: http://www.bt.cdc.gov/Agent/agentlist.asp

    Asimismo, definió los agentes patógenos que podrían usarse como armas biológicas:

    Agentes patógenos que se han convertido o pueden convertirse en armas

    Otros agentes patógenos que pueden

    Convertirse en armas

    Peste porcina africana

    Carbunco

    Fiebre aftosa

    Peste porcina clásica

    Psitacosis

    Peste bovina

    Tripanosomiasis

    Poxvirus

    Enfermedad de equinos africanos

    Influenza aviaria

    Fiebre catarral ovina

    Encefalopatía espongiforme bovina

    Pleuroneumonía bovina contagiosa

    Enfermedad de la piel granulosa

    Enfermedad de Newcastle

    Paratuberculosis

    Peste de rumiantes pequeños

    Seudorrabia

    Fiebre del Valle del Rift

    Viruela de ovinos y caprinos

    Enfermedad vesicular porcina

    Estomatitis vesicular

    Fuente: Norm Steel. Econoterrorism: U.S. Agricultural Productivity, Concentration and Vulnerability to

    Biological Weapons. Unclassified Defense Intelligence Assessment for DOD [Department of Defense]

    Futures Intelligence Program, January 14, 2000.

    Dentro de esa variedad o espectro de agentes, es importante indicar las características de los agentes biológicos, que si bien les confiere desventajas, al mismo tiempo marcan grandes ventajas que en muchas ocasiones se colocan por encima de las cualidades de los agentes químicos

    El agente del arma biológica debe satisfacer varios requisitos. Si bien estos pueden variar, un agente típicamente debe ser:

    • infeccioso (tóxico) para los seres humanos
    • capaz de ser producido en cantidad suficiente para satisfacer las exigencias del objetivo
    • estable desde el momento de su preparación, durante el transporte, difusión y después de la descarga

    Los agentes biológicos pueden prepararse y usarse en forma de líquido o en forma seca (liofilizados por ejemplo). Los procedimientos y equipos para preparar agentes líquidos son simples, pero el producto resultante es difícil de diseminar mediante aerosoles o rocíos eficaces en pequeñas partículas.

    Por el contrario, los procedimientos para producir agentes biológicos desecados son complejos y requieren equipos más sofisticados, si bien este producto se disemina rápidamente con ayuda de diversos dispositivos relativamente sencillos. Esta dicotomía en el desempeño del producto debe sin duda plantear varios problemas a los terroristas.

    Propiedades generales de los agentes:

    • Agentes líquidos.

    Los agentes líquidos pueden obtenerse con tecnologías de fermentación, cultivo de tejidos y más fácilmente en embriones de pollo. Estos líquidos –entre ellos las bacterias, las toxinas bacterianas, los virus y las ritketsias- tienen carcaterísticas comunes:

    • el agente líquido debe tener una viscosidad entre 5 y 15 centipoises (el contenido total de sólidos en el líquido estará entre 5 y 20%., lo que da a la apariencia un líquido un poco más viscoso que la leche entera).
    • Color. Puede variar considerablemente. La mayor parte de los agentes bacterianos obtenidos por fermentación tendrá un color entre ambar y castaño, pero siempre opaco. Los obtenidos de huevo, podrán tener coloración amarillenta si se procesó todo el contenido o rosada a rojiza si sólo se procesó el embrión.
    • Agentes desecados.

    El país, organización o persona que tenga la capacidad de producir agentes biológicos en forma líquida, podrá seguir el proceso hasta obtener el polvo, que podrá tener una apariencia de talco.

    El agente desecado ideal debe tener propiedades que le permitan fluir libremente. Si el producto fue obtenido por un proceso altamente elaborado, estará formado por partículas pequeñas (5 a 10 micrones) que se cargarán eléctricamente y tenderán a adherirse a las superficies, haciéndose un polvo más difícil de manejar. En cambio, si el proceso de obtención no es muy elaborado, las partículas tendrán entre 10 y 20 micrones será un polvo más fácil de manipular.

    El color del agente desecado, tomará el del líquido del que proviene:

    • Agentes bacterianos desecados: ámbar a castaño opaco.
    • Agentes virales derivados de cultivo de tejidos: blanquecino
    • Agentes virales y ricketsias obtenidas de embriones de pollo: castaño a amarillo o rosa a rojizo.

    Lamentablemente, estos polvos son posibles de colorear mediante la inclusión de pigmentos en la solución antes de secarla. Así, es posible por ejemplo, obtener un polvo negro que puede ser diseminado sobre una carretera de asfalto para generar aerosoles secundarios.

    Fisica de los aerosoles

    El aerosol, como fenómeno físico que incluye a diferentes estados de la materia, tiene una forma constante de desempeñarse. Sólo se ve incidido su accionar por los elementos externos al aerosol mismo, como las condiciones atmosféricas (humedad, viento, temperatura, etc.)

    La descarga del aerosol e incluido en él, el agente biológico, puede realizarse de diferentes formas según se trate de un ataque militar regular o un ataque terrorista. En el primer caso, es viable utilizar bombas de pequeño calibre, con expansión de gas, que disipen el aerosol en un área puntual, constituyendo la llamada "fuente puntual". También pueden ser utilizados misiles crucero que van descargando a medida que navegan en forma paralela al suelo, constituyendo una "fuente lineal".

    A los efectos de la física de los aerosoles, estas formas de acción bélica no se diferencian de un ataque de bioterrorismo, por ejemplo en un sistema de aire acondicionado, en un avión o en un local cerrado.

    Después de la descarga, pasa un breve período antes de que se forme totalmente el aerosol. Este período se conoce como "equilibración del aerosol". Las partículas grandes de 15 micrones o más caen rápidamente al suelo. En aproximadamente 1 minuto el aerosol entra en equilibrio con la atmósfera y se comporta como un gas. A esta forma, se le define como "aerosol primario".

    Debido a que los aerosoles primarios se comportan como gases, se desplazan a través de los obstáculos sin adherirse ni degradarse, por ejemplo a través de zonas densamente boscosas o la ropa de las personas.

    Las personas pueden ser infectadas en este momento, ya que están inhalando aire a razón de 10 a 20 litros por minuto, según la capacidad pulmonar o la actividad realizada al momento de encontrarse con la nube de aerosol.

    Las partículas grandes (10 a 20 micrones) que caen al suelo y tienen poco poder infectante en su participación en el aerosol primario.

    Pero existe una segunda etapa en los aerosoles: la formación de "aerosoles secundarios". Estos se forman por partículas que caen al suelo por alguna de las siguientes razones:

    • provienen de un aerosol primario
    • son forzadas al suelo por un dispositivo de diseminación
    • son deliberadamente rociadas en el suelo

    Los automóviles y las personas que pasan por el terreno contaminado pueden agitar las partículas y generar un aerosol secundario.

    Sin embargo, el riesgo de contaminación por esta fuente no es tan grave como podría pensarse. En general es bastante difícil crear un aerosol secundario, debido a las fuerzas de cohesión existentes entre las partículas infecciosas y la superficie sobre la que descansan.

    Se pueden preparar polvos para reducir o contrarrestar esta fuerza adhesiva, pero este proceso requiere una especialidad que no es tan fácilmente accesible.

    Los aerosoles sufren descomposición biológica por dos grandes motivos:

    • por descomposición física (grandes partículas que caen al suelo)
    • por descomposición biológica (muerte del agente biológico)

    La descomposición biológica es el factor más importante de inactivación del agente. Se expresa como un porcentaje de muertes por minuto de vida del aerosol y ocurre en forma geométrica. Por ejemplo, una descomposición de 20% por minuto significa que el contenido del aerosol se reduce a la mitad cada 3,5 minutos.

    5) LAS PRINCIPALES AMENAZAS BIOTERRORISTAS

    Por lo expuesto hasta aquí, es posible observar que no cualquier agente biológico es viable para ser utilizado con fines bioterroristas. Existen algunos microorganismos que por sus características biológicas y por la accesibilidad, procesamiento y costo permiten su uso.

    Los principales agentes biológicos usados a través de la historia humana en orden de importancia teniendo en cuenta los factores antes citados son los siguientes:

    • Carbunco
    • Peste
    • Botulismo
    • Viruela
    • Tularemia
    • Otros agentes biológicos

    Carbunco

    El Carbunco es una enfermedad infecciosa aguda causada por el Bacillus Anthracis, microorganismo muy patógeno que ataca a varias especies animales, teniendo importancia económica en las especies domésticas productivas sobre todo a herbívoros (vacas, ovejas, caballos, cerdos). Estos animales domésticos y algunos salvajes, actúan como reservorios que expulsan los bacilos en las hemorragias terminales o riegan sangre al morir. Al exponerse al aire, las formas vegetativas esporulan, y las esporas de B. anthracis, que resisten situaciones ambientales adversas y la desinfección, pueden permanecer viables en suelos contaminados durante muchos años después que ha cesado la infección de fuentes animales. La piel y los cueros secos o procesados de otras formas provenientes de animales infectados pueden albergar las esporas durante años, y son los fomites que transmiten la infección en el ámbito mundial.

    En condiciones normales, en el humano la enfermedad es muy rara y grave. En el 95 % de los casos se contrae por infección cutánea a consecuencia de contacto con animales infectados.

    En la profesión veterinaria y en las actividades rurales de nuestro país es una enfermedad conocida y significa un llamado riesgo profesional en estas áreas.

    El microorganismo o sus esporas, pueden ser transportados por el aire y llegar a los pulmones, donde puede causar una clase muy grave de neumonía. El Bacillus Anthracis es un bacilo encapsulado grande, Gram positivo, inmóvil, que crece en cadenas largas. Forma esporas muy resistentes a los factores externos, que pueden conservarse viables durante años.

    Un aspecto que lo hace muy importante para su uso en bioterrorismo es que las esporas NO son destruidas por ebullición durante diez minutos, ni por muchos de los desinfectantes habituales.

    La bacteria productora de carbunco (o ántrax en su versión en inglés) como se ha dicho es el Bacillus anthracis. Es un bacilo Gram positivo, esporulante, con tendencia a formar cadenas. La forma bacilar se presenta con extremidades rectas midiendo 4 a 8 milimicras de largo por 1 – 1,3 milimicras de ancho, aislados o formando cadenas con aspecto de bambú. Las esporas son vistas fácilmente como cuerpos refringentes dentro de la bacteria y no son deformantes.

    Este bacilo es aerobio y forma rápidamente esporas en contacto con el aire. En condiciones de laboratorio crece facilmente en caldo y agar simples, en 24 horas a 37ºC. Se forma una película y depósito en el caldo, donde se pueden observar los bacilos en cadenas filamentosas. En agar, las colonias son de aspecto rugoso con expansiones laterales curvas.

    Es necesario diferenciar el bacilo del Carbunco de los llamados bacilos pseudocarbuncosos. Por ejemplo el saprófito Bacillus cereus puede ser fácilmente confundido con el Bacillus anthracis. Hay características que sirven para hacer la diferenciación:

    Bacillus anthracis

    bacilos pseudocarbuncosos

    No produce hemólisis en agar sangre

    Producen hemólisis más o menos extensa.

    No funde la gelatina y produce un crecimiento típico luego de 24 a 48 horas a temperatura ambiente

    Funden la gelatina rápidamente

    Es inmóvil en cultivo

    Es móvil en cultivo

    Estas características de cultivo y otras, hacen del carbunco un arma biológica ideal, extremadamente eficaz, fácil de preparar aún utilizando instalaciones precarias y también de muy fácil diseminación. Principalmente porque las esporas son muy estables y resistentes en el medio ambiente, donde pueden persistir viables por décadas en condiciones optimas.

    Esparcidos en forma de aerosoles, pueden iniciar una forma de carbunco pulmonar con altísima tasa de mortalidad (mayor del 90%), debido al shock respiratorio e insuficiencia pulmonar aguda.

    La forma intestinal, por ingestión de alimentos contaminados, también tiene una tasa de mortalidad de 25 a 60 % y puede ser usado para contaminar reservas.

    Signos y síntomas de la infección con Carbunco.

    Carbunco por inhalación: Un breve prodromo similar a una enfermedad respiratoria viral seguida por el desarrollo de hipoxia y dísnea, con evidencia radiográfica de

    ampliación mediastinal. Esta forma, la más letal de Carbunco, resulta de la inspiración de 8.000 – 40.000 esporas de B. anthracis. La incubación por inhalación entre los humanos no es clara, pero se reporta que está entre 1 y 7 días y posiblemente hasta 60 días.

    Los factores del huésped, la dosis de exposición y la quimioprofilaxis pueden desempeñar un rol. Los síntomas iniciales incluyen dolor de garganta, fiebre leve, dolor muscular y malestar. Esto puede progresar hacia una falla respiratoria y shock. Con frecuencia, se desarrolla meningitis. Las estimaciones caso-letalidad para el ántrax por inhalación están basadas en información incompleta considerando las poblaciones expuestas y las poblaciones infectadas en las pocas series de casos y estudios que se han publicado. Sin embargo, la tasa caso-mortalidad es extremadamente alta aún con todo el posible cuidado de apoyo incluyendo los antibióticos apropiados. Los registros de ántrax por inhalación adquiridos industrialmente en el Reino Unido antes de que los antibióticos estuviesen disponibles revelan que el 97% de los casos eran fatales.

    Con el tratamiento con antibióticos, se estima que la tasa de mortalidad es al menos de 75%. No se conocen las estimaciones del impacto de la demora en la profilaxis post-exposición o tratamiento a la supervivencia. Se ha sugerido que cada día de retraso en iniciar el tratamiento puede aumentar significativamente la morbilidad y mortalidad de la infección con ántrax.

    Ántrax gastrointestinal: Malestar abdominal severo seguido por fiebre y signos de septicemia. Esta forma de carbunco se contrae usualmente por el consumo de carne contaminada cruda o semicocida y se considera que tiene un periodo de incubación de 1-7 días. Las formas nasofaringea y abdominal de la enfermedad se han descrito en esta categoría. El envolvimiento de la faringe se caracteriza habitualmente por lesiones en la base de la lengua, dolor de garganta, disfagia, fiebre y linfoadenopatía regional. La inflamación del intestino inferior causa usualmente náusea, pérdida de apetito, vómitos y fiebre seguidos por dolor abdominal, vómitos y diarrea sanguinolentos. Se estima que la tasa de mortalidad está entre 25-60% y el efecto de un tratamiento antibiótico temprano sobre la tasa de mortalidad de los casos no está definida.

    Ántrax cutáneo: Una lesión cutánea evoluciona desde una pápula, pasando por un estado vesicular, a una escara negra y deprimida. Este es el tipo de infección natural que ocurre más frecuentemente (>95%) y se produce habitualmente después del contacto de la piel con carne contaminada, lana o cuero de animales infectados. El período de incubación va de 1-12 días. La infección de la piel empieza como una pequeña pápula, progresa a una vesícula en 1-2 días seguida por una úlcera necrótica. La lesión es generalmente indolora pero los pacientes pueden tener fiebre, malestar, dolor de cabeza y linfadenopatía regional. La tasa de letalidad de los casos de ántrax cutáneo es 20% y 1 % sin y con tratamiento antibiótico respectivamente.

    Prevención y Tratamiento.

    Probablemente, la cepa que ha sido utilizada hasta el momento en los ataques producidos sea la "Ames", desarrollada en la Iowa State University, EUA, a finales de los años 50.

    La vehiculización de esporas a través de polvos, no es el medio más eficiente para un ataque a gran escala, debido al factor de dilución que se produciría. Pero demostró ser efectiva a través de cartas, encomiendas, etc. O la pulverización en ambientes cerrados a través del aire acondicionado, puede llegar a producir muchas víctimas.

    Por tratarse de una bacteria bastante común y que existe en la naturaleza desde tiempos inmemoriales, actuando sobre los ganados vacunos y caballar, felizmente existen específicos farmacéuticos desarrollados eficientemente.

    El tratamiento propuesto para un caso en cuestión es sobre la base de antibióticos: ciprofloxacina o doxiclina, que también son los usados en acciones profilácticas. En personas expuestas a la enfermedad, un régimen de antibióticos durante 60 días puede prevenir la infección. Ya que la enfermedad no se transmite por contacto directo con personas afectadas, no es necesario tratar a los parientes y amistades de personas con carbunco a no ser que hayan estado expuestos a la misma fuente de contaminación.

    También son efectivos los siguientes antibióticos: penicilina, eritromicina, tetraciclinas y cloranfenicol, aunque es más probable desarrollar cepas con resistencia a estos.

    La vacunación a humanos no está disponible a gran escala y lleva cerca de 18 meses la obtención de inmunidad, a través de una serie de 6 dosis. Sin embargo, la realidad de un ataque, prioriza el desarrollo de un método eficaz de vacunación humana.

    Existe también un suero de eficacia comprobada usado para el tratamiento del carbunco cutáneo.

    Peste o Peste bubónica.

    Esta enfermedad, cuyo agente etiológico es la bacteria Yersinia pestis, es trasmitida de animal a animal y de animal a hombre por mordeduras de pulgas infectadas. El medio más común es por muerte regular de ratones y ratas a raíz de la enfermedad. En esos casos, las pulgas infectadas buscan otros huéspedes y allí sobreviene la contaminación humana.

    Menos frecuente es la introducción del microorganismo a través de heridas en la piel en contacto con tejidos o sangre infectada, por ejemplo en el proceso de cuerear un conejo u otro animal infectado.

    También se trasmite por inhalación de aerosoles de tos de animales o personas infectadas. Durante el período 1980 – 1986 se comunicaron a la OPS 4522 casos de peste en humanos.

    En Sudamérica la plaga existe en dos regiones: la zona andina (incluye parte de Bolivia, Perú y Ecuador) y en Brasil.

    Tiene un alto componente en la epidemiología de la enfermedad las condiciones de higiene y salubridad de las poblaciones.

    La enfermedad en el humano tiene un período de incubación de 2 a 4 días y luego presentarse como una bronconeumonía con fiebre alta, escalofríos, tos y hemoptisis. Si no es tratada progresa rápidamente a neumonía, insuficiencia respiratoria y muerte. La tasa de mortalidad sin tratamiento es superior al 50 %.

    Por si misma, la mordedura de la pulga puede provocar ulceraciones graves, además de los síntomas generales de la enfermedad.

     

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