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El hombre nuevo: fundamento de la eticidad guevariana


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Monografía destacada

    1. Hombre nuevo: fundamento de la eticidad guevariana
    2. Citas y notas
    3. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Ernesto Che Guevara representa uno de los símbolos éticos más prominentes de la historia contemporánea. En tal sentido, para asumir nuestro compromiso con el Guerrillero Heroico y lo que él representa, hay que estudiar sus ideas a la luz de los desafíos de nuestro tiempo en función de nuestras responsabilidades de hoy y a partir de un conocimiento profundo y consciente de su legado ético.Tal y como afirman estudiosos de su obra, es el componente ético el elemento que le da integralidad a su pensamiento y dentro de este como núcleo central, la concepción del hombre nuevo y su correspondiente formación.Ernesto Che Guevara no fue el primero que habló del hombre nuevo. A través de la historia muchos han sido los pensadores que desde la posición del humanismo han tratado la problemática del mejoramiento humano. Sin embargo es el Che el primero, que en la segunda mitad del siglo XX, y desde una perspectiva marxista, conceptualiza el problema del hombre nuevo enfatizando en la práctica lo correspondiente a su formación.

    HOMBRE NUEVO: FUNDAMENTO DE LA ETICIDAD GUEVARIANA

    El término Homo Novus es utilizado por vez primera en la antigüedad, especialmente en Roma. Los antiguos romanos utilizan el término Homo Novus para designar al ciudadano que era el primero de su familia que tenía acceso a cargos u honores públicos (1) en eso se distinguía del resto, teniendo una trascendencia de carácter más bien estamental y político, tal vez bajo el supuesto que se trataba de un ciudadano de calidad social superior.

    En la Antigüedad, el modo esclavista de producción alcanzó en Grecia y Roma el punto máximo de su desarrollo. El trabajo de los esclavos condicionó la evolución de la cultura en ambos países, alcanzando un gran esplendor. Las doctrinas filosóficas de Sócrates, Platón y Aristóteles, se destacan por sus preocupaciones éticas, situando como objetivo fundamental del conocimiento al propio hombre.

    Estos filósofos analizaron la esencia del hombre, sus objetivos y tareas desde la óptica de concepciones morales elitistas, en correspondencia con los intereses sociales que representaban. Las corrientes de pensamiento que se desarrollaron en su época, reflejaron la crisis de la democracia esclavista, que tenía sus causas más profundas en las relaciones sociales de esta sociedad, en sus contradicciones, y muestran el carácter contemplativo del pensamiento filosófico de la época. No se encuentra en esta etapa la utilización del término hombre nuevo como tal, sino un análisis del individuo desde el punto de vista ético. (2) En la sociedad feudal la iglesia era el centro rector de las letras y de la cultura. La atención se centra en la religión por lo que cambia la visión del lugar y papel del hombre en las concepciones filosóficas. Partían del principio de que la predestinación del hombre es más sublime que su existencia terrenal como tal. De ahí el postulado cristiano acerca de la recompensa o el castigo en el otro mundo. Entre los representantes de la Filosofía Cristiana encontramos a Santo Tomás de Aquino y San Agustín. Para estos pensadores el mejoramiento humano está condicionado por Dios, en tanto se trata del hombre que se renueva a imagen de su Creador.Vemos en San Agustín (3) el concepto de hombre nuevo no para referirse al hombre corporal, sino al hombre espiritualmente fortalecido que somete su alma a Dios, para de esta forma lograr la eternidad. Hombre que debe fortalecer su conciencia para servir a Dios. Lo que quiere decir que el hombre puede alcanzar tal condición, y en la medida en que se acerca y se asemeja al ser de Dios, se irá mejorando.

    En su doctrina de la predestinación se refleja la impotencia del individuo, incapaz de cambiar el orden existente en el mundo y de influir activamente sobre el curso de los acontecimientos y sobre las fuerzas humanas hostiles al hombre. En este modo de pensar se expresó la subordinación del espíritu investigador a la fe religiosa, por lo que no se buscaba la verdad sino los medios para fundamentar las verdades reveladas.Una filosofía erigida sobre tales bases tenía que declinar en cuanto la ciencia se fortaleciera y alcanzara relativa independencia. Así ocurrió cuando dentro del sistema feudal, comenzaron a formarse nuevas relaciones sociales que prepararon la aparición del modo de producción capitalista.Los gérmenes del modo de producción capitalista aparecieron en varias regiones de Europa durante los siglos XIV y XV fundamentalmente. Los cambios económicos, sociales y técnicos tuvieron repercusión en la vida espiritual de los pueblos europeos.

    En este período surge una nueva concepción acerca del hombre que recibió el nombre de Humanismo, la que proclamaba la plena inserción del hombre en la vida terrenal.Los grandes humanistas que surgieron en el capitalismo temprano tales como Petrarca, Dante, Boccacio, Shakespeare, Bacon y otros, contribuyeron a que se formara una concepción no religiosa del mundo. Se empezó a reconocer el derecho del hombre a la felicidad, a la existencia digna en el sentido espiritual y físico. Posteriormente esa inclinación del espíritu se transformó en la concepción y los ideales del individualismo como forma específica de explicación de la idea de sublimación del individuo. En aquellas condiciones el individualismo era un fenómeno progresista, ya que expresaba la necesidad de emancipar al hombre de las trabas medievales.El crecimiento del modo de producción capitalista y del comercio, estimuló avances significativos en las ciencias impregnándolas de nuevas ideas y favoreciendo con ello el desarrollo del materialismo filosófico.

    A mediados del siglo XVIII surge en Francia un pujante movimiento de crítica a la ideología feudal, las superticiones religiosas y fomento de la libertad de pensamiento científico y filosófico conocido como Ilustración. Entre los principales representantes de este movimiento se encuentran, entre otros, Montesquieu, Voltaire, Rouseau, Holbach y Helvecio los cuales aunque no llegan a penetrar en las verdaderas causas determinantes de la vida histórica al no proponer una ruptura radical de la base económica, sus ideas estan consideradas, para la época como revolucionarias y progresistas. Plantearon que la educación es el medio para suprimir los defectos de los modos de administración, que dirigida por un buen gobierno, es el medio más seguro de proporcionar a los pueblos los sentimientos, las aptitudes, las ideas y las virtudes indispensables para el esplendor de la sociedad. En tal sentido coincidimos con estos pensadores, pues la educación y la cultura pueden convertirse en una fuerza transformadora y de mejoramiento humano y social si se les encauza adecuadamente a partir de condiciones socio económicas permisibles.

    Juan Jacobo Rouseau, considerado uno de los más destacados pensadores de la ilustración francesa, quien se diferenció de sus contemporáneos por la profundidad y audacia de su crítica al regimen social de Francia expuso el problema de la alienación, el antagonismo entre la actividad social y personal, entre nuestro deber y nuestros deseos, entre la naturaleza y las instituciones sociales, es decir dibuja el problema expuesto por el Che en el Socialismo y el Hombre en Cuba de la enajenación que es consustancial a todas las sociedades divididas en clases y que alcanza su mayor desarrollo en el modo de producción capitalista.Aunque este pensador no utiliza el término de hombre nuevo hace aportes en sus consideraciones éticas acerca de lograr un individuo desalienado, vislumbrar la significación de las contradicciones como fuerza propulsora de la sociedad y argumentar la importancia de los métodos en la educación para provocar el cambio del sistema. (4) El desarrollo del modo capitalista de producción en Europa Occidental, propició en la segunda mitad del siglo XVIII nuevos cambios socioeconómicos.

     

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