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Del Materialismo Histórico a la Ontología Hermenéutica: Anomalías de la Dialéctica Ser-Devenir (página 3)


Partes: 1, 2, 3

Los partidarios de la liberalización son los nuevos amantes del trabajo a destajo que tanto defendieron sus antagonistas soviéticos, pero del destajo para los demás, suelen decir que los funcionarios deberían ser suprimidos porque son parásitos que viven a costa de los otros trabajadores, pero entonces que supriman también a los pensionistas y a los niñatos, que no trabajan, ¡pongamos a todos a currar en el campo! ¡Viva Pol Pot! ¡y el que sepa una palabra de francés, fusilado!. Yo no le tengo ningún amor al trabajo asalariado ni a la producción manufacturera o serial, valoro mucho más el ocio, cuanto más mejor. Estoy dispuesto a consumir menos y a sufrir restricciones en mi libertad para arribar a una mayor igualdad, pero no estoy dispuesto a vivir como Stajanov. ¿Que mi ocio lo consigo a costa de que otros sean esclavos? ¡De acuerdo completamente! Lo que se comprenderá fácilmente es que los ciudadanos de Atenas no van a renunciar a la ciudadanía y convertirse en esclavos para ser todos iguales, todos esclavos, sino que más bien tendrán que laborar para que la mayoría (y no una minoría) puedan alcanzar la condición del ciudadano, relativamente libre, aunque a menudo tan esclavo como el más esclavo, en la actualidad. Hablo de Atenas porque allí estaba claro lo de libres e iguales a diferencia de los esclavos, en nuestro tiempo no, buena parte de mis lectores y yo no somos esclavos, pero hay muchos ciudadanos que lo son sin remedio, puesto que eso depende del tipo de trabajo, renta, ocio y formación con que se cuente (38).

Si no se puede lograr una cota de igualdad a un nivel digno de vida entonces no soy favorable a la igualdad, sino un anacrónico esclavista griego, como Platón y Aristóteles, y sin reparos morales cristianos. Pero parece que hoy día el desarrollo tecnológico permitiría universalizar como mínimo el sustento básico, frente a otros modos de producción menos productivos. Ciertamente ninguno de los sistemas de organización político-social fueron ni son la panacea, el Paraíso, pero no da igual uno que otro, no es todo la misma mierda. Creo que hay que matizar un poquito y distinguir entre Guatemala y guate-peor. En el libro de Una adopción en la India, al menos distinguía Albiac entre la India, de la que bien decía que era el Infierno, y lo nuestro, a lo que denominaba el Purgatorio, (así como la España de hoy, con todas sus enormes deficiencias, podrá ser el purgatorio, pero no es el infierno franquista), sin embargo, en el libro Desde la Incertidumbre, para el autor citado todo ha devenido fascismo, Gulag-Auswitch-Prisa-GAL-PSOE-Capital-Estados-Unidos, todo fascismo, pero con el contrasentido de estar a favor de la separación de poderes (Montesquieu), al fin y al cabo, estar con ello a favor de la esencia de la democracia-representativa parlamentaria, y condenar, con ella en la mano, la violación felipista y la absolutización del poder (bajo emulación de Franco y del México de Salinas de Gortari mediante el bloque económico PRI.S.A. Aplicable a la Italia de Berlusconi en la actualidad). Con lo cual se nos hace todo un lío, porque si el Capital gobierna todo (Globalización o subsunción real) y la televisión es la realidad, ¿a qué viene apelar al principio de la separación de poderes (39)? La separación de poderes principal no es, solamente, la interna en el Estado, la de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, sino también la que se ha producido entre la esfera pública y la esfera privada, entre Estado y Capital. Por eso la socialdemocracia, el equilibrio keynesiano entre los poderes público y privado, barrió al comunismo soviético, porque no hay más que dos totalitarismos, el de Stalin y Hitler, esto es, la funcionarización de la sociedad en su integridad y la disolución del individuo en el Estado; o la privatización de la sociedad en su integridad y la atomización de ésta en sus elementos individuales y egoístas.

Por mi parte considero que un intelectual ya hace una buena labor que vuelve la vida más digna de ser vivida para mucha gente cuando escribe La Sinagoga Vacía, un libro de erudición, o cuando realiza literatura, poesía, música, escultura, pintura, e incluso filosofía, cosas que no van a quitarle el hambre a nadie que lo padezca (para quitar el hambre lo mejor es producir comida, la agricultura, el ser todos campesinos, como quería Pol Pot), pero leer al menos le va a quitar la estupidez a los que ya comen (a los que ya comemos), posibilitando la mayor calidad de vida alcanzable: la del cultivo de la sensibilidad (arte, música y literatura) de la corporalidad (deporte y gastronomía) y de la razón (ciencia y filosofía), calidad que no ha de estar restringida al intelectual privilegiado sino posibilitada a la mayoría de una ciudadanía. Hay que volver a leer el texto de El Estado griego de Nietzsche, para darse cuenta de que el trabajo envilece y que la cesión social ha de ser mínima y contemplar un enorme ocio para que el sistema nos parezca digno de defensa a toda costa (40).

Por otro lado no todo intelectual tiene que tener vocación política, aunque puede que todo arte y toda ciencia sí que tengan consecuencias políticas. El trabajo del intelectual también entra dentro de la categoría de producción, aunque el trabajo filosófico difícilmente podrá ser considerado como valor de uso o valor de cambio, porque en último caso nunca sería un bien (manufactura) sino un servicio, pero prefiero una categoría griega para definirlo en su esencia, el trabajo del intelectual es póiesis (creación), no téchne (manufacturación) y característico de la creación (para la cual, muchas veces, es necesaria una previa destrucción) es la propuesta de ciertas alternativas o de, al menos, de ciertas claves para orientarse hacia las nuevas alternativas.

Para decir que todo está perdido, que todos los héroes han muerto, que ya sólo cabe asistir al apocalipsis sóbran los intelectuales, ya que semejante punto de vista lo conoce perfectamente todo televidente futbolero de los que se hacinan en el metro a las seis de la mañana, por eso se resiste a pensar, y prefiere vivir dormido a despierto, mero instinto de supervivencia, pero semejante perspectiva la conocen mejor que nadie los que se mueren de hambre y enfermedad en Africa y Asia, ya que ellos no están esperando a asistir al advenimiento del Apocalipsis, sino que lo están viviendo, día a día, y no sólo cuando los mass media lo narran, sino incluso en este momento, como lo vivieron antes de ellos innumerables desgraciados a lo largo de la Historia de la Humanidad. Ahora son mil millones de personas las que viven sin agua potable en el planeta, esto es, una de cada seis. Pero no hay que olvidar que cinco de cada seis personas en el mundo SI que disponen de agua potable. No sé si conseguiremos algún día que una mayoría del planeta (dudo mucho que la totalidad) podamos vivir dignamente e incluso lograr participar en las acciones políticas y decidir nuestro destino, pero desde luego no me da igual que coman unos millones más o unos millones menos, que se trabajen 40 horas semanales, 35 o 15, que haya subsidio de desempleo y becas o que no los haya. ¿Eso implica reformismo y enmascara el acto inaugural de la revolución (41)? ¡No es cierto que el derecho no funde nada!, funda sujeción, y no es lo mismo estar sujeto a unas cosas que a otras. Con violencia o sin ella, mediante reformas o revoluciones, la potencia del devenir no dejará intacto al ser, sino que lo hará devenir tanto en su esencia (estructuras) como en sus aspectos ónticos, provocándose nuevas configuraciones y re-configuraciones de lo real. ¿Acaso no podremos llegar a evaluar que unas serán mejores que otras?

La violencia forma parte de lo real y la quimera de su erradicación forma parte de las ilusiones celestiales, no se puede erradicar la violencia sino desviar, sublimar, minimizar, incluso reconvertir en lucha dialéctica incruenta y racional. Pero lo que debe resultar obvio desde el momento en el que se tematizan las cuestiones en términos de poder es que el desequilibrio (la desigualdad) es lo que genera la mayor violencia. En la película La Batalla de Árgel, el líder de los terroristas, cuando le preguntan cómo fue capaz de enviar una mujer suicida a un mercado con una bomba, responde: "si tuviésemos los aviones de combate y los misiles de los franceses no necesitaríamos luchar de esta manera". Una respuesta que podrían dar hoy los palestinos ante la misma pregunta. El juego sucio es el recurso del débil frente al fuerte. Y las reglas caballerescas de la guerra están hechas tan sólo para la conflictividad entre poderes de fuerza semejante, no valen para un enfrentamiento entre David y Goliat.

El unánime dictado político de la actualidad: «Toda violencia es condenable», como dicen los encargados del monopolio de la violencia, al igual que el leit motif de que todo el mundo "prácticamente" «rechaza la violencia», como dicen las encuestas políticamente correctas; hacen perder de vista la naturaleza de un fenómeno real. Miremos el Diccionario de la Real Academia: Voz violencia: «Del latín violentia. 1. Cualidad de violento. 2. Acción y efecto de violentar». Violento: «Que obra con ímpetu y fuerza». Violentar: «Aplicar medios violentos a cosas o personas para vencer su resistencia». La etimología latina ayuda a comprender la categoría: violencia es sinónimo de fuerza aplicada a resistencia. El Diccionario de Autoridades de 1726 lo recoge en su primera acepción: «Fuerza o ímpetu en las acciones, especialmente en las que incluyen movimiento». En sentido literal, «condenar la violencia» es algo así como excomulgar a la física.

Hay entonces muchos tipos o modos de la violencia, el diálogo no es sino la disminución de la violencia a niveles de convivencia pero no por ello deja de entrar dentro de la categoría, pues disminución no significa eliminación; no se puede eliminar una propiedad de la naturaleza. Los desequilibrios de poder generan violencia porque sólo se dialoga con quienes, de un modo u otro, tienen la misma potencia. Por eso el diálogo es la violencia menor que se produce entre potencias semejantes y la justicia un equilibrio entre fuerzas.

Ciertamente, acciones como la de estrellar aviones de pasajeros contra las Torres Gemelas de New York y contra el Pentágono en Washington son terribles. Al tiempo que caía el World Trade Center (Centro de comercio mundial) se desplomaban las Bolsas de todo el mundo, subía el precio del petróleo y el euro mejoraba su cotización frente al dólar. ¿Es necesaria tanta violencia? ¿Es acaso esa violencia simplemente locura o acaso no será una reacción? La violencia bélica, armada o terrorista, es la reacción última, la opción final tras otros intentos de vencer las resistencias por otros medios y el producto de una situación sin más salida que esa; no es siempre, simplemente, la supuesta acción gratuita del desequilibrio mental. Vivimos en un mundo que causa efectos que generan violencia. El hambre genera violencia, la soledad y la frustración generan violencia, la explotación genera violencia, la enajenación mental genera violencia. El hambre, la frustración, la enajenación y la explotación no son fenómenos gratuitos sino efectos causados por una coyuntura determinada y gestados por la confluencia de los poderes vigentes. La paz mundial es un eufemismo para ocultar un mundo realmente sumido en la violencia, pero con islotes occidentales de cierta seguridad individual o disminución de la violencia. No podemos apesadumbrarnos por un atentado en las pequeñas parcelas del mundo donde se protegen las libertades y la seguridad individuales y no apesadumbrarnos por las consecuencias destructivas con altos costes en víctimas humanas de las políticas generadas por esos islotes de relativa paz y bienestar. Por un día sufrieron los ricos, por una vez han sabido lo que sentían los vietnamitas, los iraquíes o los serbios. Para españoles, mucho más para los colombianos, los atentados terroristas son algo cotidiano y no digamos para israelíes y palestinos; ya que aunque no sean tan espectaculares y mortíferos son constantes y diarios. Contra la violencia terrorista o de cualquier índole antiestatal no sirven las respuestas contundentes, policiales y militares, sino que sería mucho más productivo el que se dejasen de causar los efectos violentos que determinadas opciones políticas producen. Resulta angelical, humanista y estúpido el suponer que se dejará algún día de producir violencia y se arribará al paraíso terrenal, pero dentro de la imborrable naturaleza violenta de las cosas vemos que sus manifestaciones pueden ser mayores o menores, extenderse o, minimizarse a niveles de convivencia.

En el momento del atentado no sólo los palestinos de Gaza festejaron el acontecimiento, seguramente los 40 millones de pobres de Estados Unidos no pudieron llorar por las almas de los bien vestidos habitantes de Manhattan ni por el desplome de las torres y de las acciones bursátiles. Muchos países y ciudadanos que perciben sus miserias como inversamente proporcionales a la opulencia estadounidense recibieron la noticia con una sensación ambigua, mezcla de satisfacción y pena al mismo tiempo. Nada cambio en las vidas de la mayoría de los habitantes del planeta. El cantante ciego del Brasil seguía tocando en el metro madrileño sin siquiera tener noticias de lo ocurrido, en Africa proseguía la hambruna y la enfermedad, en los arrabales de India, Filipinas, México o Los Angeles, una enorme cantidad de seres humanos siguieron rebuscando en la basura algo que comer. Dentro de los lugares privilegiados del Imperio, muchos ciudadanos cultos y con conocimientos especializados, en desacuerdo con la forma político-económica imperante, no reaccionaron con plena adhesión hacia las víctimas y se hicieron reflexiones como las antecedentes. Hollywood había preparado ya a medio mundo para recibir unas imágenes no menos impactantes por el hecho de no ser virtuales y el individualismo triunfante las recibía con preocupación pero también con inmutabilidad, pues en poco parecía afectar a la vida del televidente lejano, excepto en la subida de la gasolina o la bajada de sus acciones bursátiles. El acontecimiento tuvo el golpe de lo inesperado e inusual, pero se haría cotidiano si se volase un edificio a la semana y se habitaría esa barbarie con normalidad. Como normal es ya que los niños pidan limosna por las calles, que a las puertas de los bancos duerman los mendigos, que los africanos, asiáticos y suramericanos padezcan hambre, miseria y violencia generalizada. Como normal es ya la corrupción política y el desentendimiento mayoritario de los asuntos públicos. Como normal es ya combinar trabajo y consumo, trabajo y fútbol, trabajo y religión, trabajo y televisión, trabajo y drogadicción, como únicas y privilegiadas formas de existencia.

Por una vez un huracán pasó por un país rico en lugar de por un país pobre, lo que resulta ser a la postre hasta un buen negocio (42). Excepto por lo innecesario de la recaudación de dinero para ayudar a los damnificados y a las víctimas, todos cubiertos por compañías de seguros, el acontecimiento se asemejaba a la acción de un fenómeno de la naturaleza en un país pobre. ¿No puede el hombre estar produciendo debido a sus vertidos contaminantes el llamado cambio climático y generando con ello fenómenos meteorológicos devastadores? La diferencia estriba en que la política económica de los Estados Unidos puede favorecer el surgimiento de un huracán o de lluvia ácida y no sufrir directamente sus consecuencias, mientras que en el caso de los atentados terroristas es quien siembra el odio el que cosecha tempestades.

Tras el 11 de septiembre de 2001 el mundo entero se escandalizaba de que haya Estados que alienten, protejan y financien el "terrorismo", pero ya nadie recordaba que el 11 de septiembre de 1973 el ejército de Chile con Pinochet a la cabeza y apoyado por Estados Unidos bombardeaba el palacio presidencial chileno con Salvador Allende en su interior. Todos se escandalizaron de que Osama Bin Laden viviese en Afganistán pero nadie se escandalizaba de que fuese formado por la CIA y financiado por Arabia Saudí para luchar contra la invasión soviética del país de los mujaidines. Todos se escandalizaban de que Irán financiase a Hezbolá, o Siria a la Yihad Islámica, pero nadie se escandalizaba de que los Estados Unidos formase y financiase a los sádicos de la Contra antisandinista nicaragüense o a los torturadores chilenos o argentinos. Nadie recordaba ya el Irangate, la financiación mediante el narcotráfico del aporte de armas de la administración Reagan a Irán cuando se hallaba en guerra con Irak. Todos se escandalizaban ahora de que en Pakistán se adiestren y formen los "terroristas" islámicos dispuestos a actuar en Bosnia, Cachemira o Chechenia, pero nadie se escandalizaba de que el "terrorista" (para el gobierno cubano) Mas Canosa, ahora hijo, sea financiado, protegido y alentado por los Estados Unidos, entrenando a sus milicias y planeando sus golpes desde campos en el suelo de Miami que nadie ha osado bombardear nunca. Nadie desconoce que el IRA recibe grandes aportaciones recaudando fondos en los Estados Unidos o que Arabia Saudí y sus petrodólares son la principal fuente de financiación del integrismo islámico en el mundo, pero nada se pensaba hacer a esos respectos. Todo el mundo se indignaba al saber que cuando se viaja a Irán no te dejan entrar en el país si en tu pasaporte se refleja que has estado en Israel, pero nadie se indigna porque no te dejen entrar en los Estados Unidos si perteneces o has pertenecido al partido comunista y eres tan imbécil como para declararlo.

La violencia del Estado y la del superpoder actual que con el nombre de Globalización viene gestándose en cuanto Imperio inédito y postmoderno son altamente capaces de llevar a efecto la desaparición o, con la palabra que a ellos les gusta emplear, la erradicación, no ya sólo de personas, sino de pueblos enteros; con una eficacia hoy mucho mayor que la del nazismo. "Pregunta: Tal vez a los estados árabes les da lo mismo si los palestinos desaparecen, pero está claro que los palestinos no van a desaparecer (…). Respuesta de Noam Chomsky: Ojalá estuviera de acuerdo con usted. Pero no lo creo. Creo que tendemos a subestimar la eficacia de la violencia. Si usted contempla la historia, la violencia generalmente tiene éxito (…). Es cierto que hay un grado de resistencia que no complace a EE.UU. e Israel, pero tienen numerosos medios violentos que pueden utilizar para reprimirla y hay un límite de lo que resiste la carne y la sangre. Hay verdaderamente un límite. Es lo que los gobernantes han comprendido a través de toda la historia. Y usualmente funciona (…). El hecho desagradable es que la violencia generalmente funciona, a menos que sea limitada desde el interior. No hay fuerza fuera de Estados Unidos que pueda limitarla. Hay una fuerza dentro de Estados Unidos que puede limitarla (43)". La historia nos enseña que muchos pueblos han perecido y desaparecido a lo largo del tiempo, sin que apenas queden vestigios de su existencia. Chomsky nos habla de la eficacia de la violencia de los poderes más fuertes, cuando no tienen otros que los contrarresten, pero habría que preguntarse sobre la eficacia de la reacción terrorista, es decir, la respuesta violenta del débil frente a su confrontación contra una potencia mayor. Desde el punto de vista hegeliano continuaríamos en el Fin de la Historia, como ha insistido Fukuyama recientemente, ya que no habría alternativa al macropoder estadounidense, no existiría un contrapeso ni equilibrio entre poderes; de modo que si bien es necesario en el interior del Estado la separación de poderes para que se vigilen los unos a los otros, no existiría ya semejante cosa respecto al poder de la globalización. Ahora bien, desde una perspectiva no hegeliana, el todo no sería ya siempre mayor que la suma de las partes, ni siquiera mayor que una pequeña parte, y el atentado del 11 de septiembre habría demostrado que un pequeño poder puede poner en jaque al máximo poder, en una línea que, hasta llegar a la teoría del caos y la micropolítica foucaultiana, hunde sus raíces en el intuitivo romanticismo del culto al genio y en la esperanzadora idea de que no hay poema que deje intacto al mundo; por recoger un corolario de contrarestación del Gran poder por el pequeño poder que no pase por la violencia terrorista que hace uso de aviones y bombas o de aviones-bomba.

Desde luego que el dilema no viene dado por la alternativa entre capitalismo demócrata-representativo y los islamismos. La mayoría del planeta no escogeríamos la segunda opción aunque fuese la única alternativa, pues entre dos males de sabios es escoger el mal menor. El problema se define por el malestar generalizado de quienes nos beneficiamos y vivimos en la primera opción sin saber aún cómo crear una forma nueva o reformar drásticamente la vigente. Por eso todos los acontecimientos que hacen mella en el sistema actual no pueden ser recibidos del todo con pánico, ya que si bien podrían suponer un mal mayor, también presentan la posibilidad de una transformación radical o del comienzo de una serie de transformaciones que llevasen a poder estar más seguros de que la opción Occidental es la mejor entre las posibles.

Es lamentable el terrorismo, la violencia más descarnada súbita y revolucionaria, pero se olvida en ese caso que el Estado se define como el monopolio de la violencia, como un centro de ejercicio del poder a través de medios coactivos constantes. Los ciudadanos pueden ser víctimas de un grupo terrorista y también víctimas del centro de poder que tiene la misión de protegerles. Pero no basta el permiso de portar armas o la recuperación de la autodefensa para que se pueda considerar que los individuos de un Estado dejan de estar sometidos a éste, como el ejemplo de los Estados Unidos manifiesta con claridad. El derecho a portar armas supone el derecho a defender directamente la propia propiedad privada, no es una devolución de poder sino un permiso para ejercer el poder del Estado, individual y únicamente en la dirección en que el Estado lo consiente y lo alienta.

El principio del pueblo armado como precaución contra la dictadura resulta ya anacrónico y quedó obsoleto ante el enorme grado de desarrollo de los medios de destrucción y coacción estatales, del mismo modo que la idea épica de la guerra tuvo su canto de cisne en la carga de la caballería polaca contra los tanques alemanes durante la primera guerra mundial. Hoy en día, cuando vemos los pueblos armados, o se trata de los Estados Unidos de Norteamérica, caso singular en el que la industria del armamento toma parte y que puede garantizar una relativa seguridad de las personas para ciertos sectores sociales, a pesar de las armas del pueblo que sumen a las clases desfavorecidas en ghettos de violencia generalizada, dada su estructura federal y su enorme potencia represora; o bien se trata de casos en los que no existe Estado más que nominalmente y la situación es de guerra civil encubierta, como en Colombia; o también de casos en que no puede el Estado cumplir con la defensa de la seguridad e inviolabilidad de las personas y pasa entonces a manos privadas e individuales, como en México; o bien casos no existe prácticamente nada a lo que se pudiera denominar Estado, como en algunas partes de Africa o Asia. Sin contar los casos de dictaduras basadas en la militarización y adoctrinamiento de la población como Afganistán.

Palestinos e Israelíes son pueblos armados porque se encuentran en situación de guerra constante. Se les otorga armas contra el vecino pero si acabasen con el vecino se les desarmaría para que no se pudieran volverse contra, ni retar, al Estado. Los pueblos casi no participan en el poder sino que lo sufren, lo padecen cuando están desarmados y lo ejercen contra sí mismos cuando están armados. Sin embargo no hay en rigor pueblo que esté desarmado, ya que además de las armas, como hemos visto, el poder tiene otras formas, entre las que hoy destaca la potencia de la información y de las herramientas que manejamos diariamente.

Sin embargo, una de las objeciones que le tengo al marxismo (y que comparte éste con el liberalismo, como ya hemos señalado) es su excesivo amor al trabajo. ¿Trabajar asalariadamente para producir bienes de consumo? ¡Sí! Pero lo menos posible, precisamente para poder trabajar ya no asalariadamente sino creativamente en lo que a los seres humanos más les pueda interesar, motivar y desarrollar, a parte de la comida, el techo y el abrigo. Contra el marxismo también es de destacar lo abominable del mesianismo: toda soteriología no es sino un intento de dominación camuflado de intento de liberación, por eso el capitalismo esgrime los derechos humanos con tanta obstinación como los incumple. Nadie puede liberar a nadie, tan sólo se puede procurar favorecer las condiciones que permitan que muchos nos liberemos y adquiramos el privilegio de la acción. Si bien es cierto que para que un esclavo se libere debe comenzar por sentir sus cadenas, y hoy en día hay demasiados esclavos que se creen libres sin serlo. Les mostraré que llevan cadenas que podrían no llevar, pero se las tendrán que quitar ellos mismos. (Eso mismo decía Sócrates de la enseñanza, por ejemplo, el que no se puede enseñar, si no tan sólo, ayudar a aprender y aprender en compañía). La filantropía humanista hace tiempo que se ha revelado como un medio de dominación. El retomar a Marx u a otro pensador clásico no debe ser como coger la Biblia y leerlo como palabra revelada, al contrario, retomar es recoger lo valioso y productivo y rechazar lo erróneo y estéril. Después de retomar hay que actualizar y ponerse al día, por eso también es necesario situarse a la altura de los tiempos y dialogar y aprender de nuestros contemporáneos (44).

Desde luego que yo me defino como anticapitalista, si bien no soy de los que están dispuestos a cambiar el sistema vigente por cualquier otro, sino que propongo un cambio hacia mejor, de modo que no lo cambiaría por un modelo de sociedad como el islamismo afgano, por ejemplo… El capitalismo tiene muchas desventajas pero algunas ventajas, si bien la mayoría de los países con deuda externa sólo sufren sus desventajas y no disfrutan de sus ventajas… Por cierto, a ese respecto no estoy de acuerdo con la condonación de la Deuda Externa, sino que preferiría que los deudores se negasen a pagar (podrían hacerlo en concepto de reparación por los daños causados por 500 años de imperialismo, colonialismo y expoliación)…

Desde luego el pensamiento crítico (45) es una necesidad social y la insistencia en ahogarlo a lo largo de la historia por todos los medios del poder revela que los dominadores siempre lo han visto como una amenaza. La racionalidad del capitalismo, la racionalidad de la ley de la oferta y la demanda, del pensamiento técnico, instrumental o mercantilista, no me parece tal, sino profundamente irracional. Puede que sea lógico el que haya que tirar fruta y verdura al mar para mantener los precios, pero desde luego no me parece racional. Y eso porque incluyo dentro de lo que puede llamarse racional algo más que lo meramente eficiente o instrumental, aunque pueda hacerse la evaluación de la irracionalidad de un modelo racional, simplemente, desvelando las consecuencias perversas de dicho modelo y proponiendo modelos de racionalidad alternativos cuyas consecuencias se muestren como mayormente deseables. De nuevo hemos de descartar la tesis de la existencia del modelo absoluto o de la racionalidad perfecta, que es tanto como el modelo social paradisíaco, secularizaciones de la teología tradicional; pero ello no quiere decir que todo modelo racional no tenga ciertos elementos comunes que lo definen como tal. Las alternativas racionales surgen a partir de lo ya dado, no de la creación ex nihilo.

Por ejemplo, la posibilidad tecnológica de la Web podría suponer la desmaterialización de las grandes ciudades, aberrantes conglomerados de millones de personas con cinturones de pobreza alrededor, lo que sería algo muy positivo y nos permitiría a muchos repoblar las zonas rurales, hoy abandonadas. En las ciudades se oculta el dolor y la muerte en los grandes Hospitales, en las cárceles y en los sanatorios mentales (en este sentido se hace bien al retomar a Foucault). Su paz es sólo aparente. No creo que se pueda retornar a formas de vida anteriores y para recuperar lo destruido por la mecanicación del trabajo el camino es hacia delante, no hacia atrás.

Lo que ya señalaba Deleuze (46), el paso de la sociedad disciplinaria a la sociedad de control, soluciona una objeción que se le ha hecho al Foucault de Vigilar y Castigar: un investigador pretendió desmentir a Foucault al analizar la situación de las cárceles norteamericanas en la actualidad y verificar que no hay ningún disciplinariamiento del recluso, que hoy en día, simplemente, se les encierra dentro y se impide que salgan, de modo que lo que ocurre en el interior está muy poco regulado y reglamentado. Ello nos llevaría a la idea de que tan sólo se controla el encierro, mientras que ya no se gasta energía en la represión interior, pues casi es mejor dejar que surja por sí sola. El control funciona también con la inmigración, ya que África está abandonada, simplemente se intenta que no entren en otros países, pero ya no se explota ni coloniza como antaño (aunque aún existen compañías extractoras de diamantes y petróleo a cambio de armas), sencillamente, una vez dejada una zona en condiciones lamentables, se aísla como un ghetto sumido en la violencia (suburbios estadounidenses o parisinos) y se controla que la violencia no salga de allí.

Por otra parte, respecto a la vigilancia ocular en las ciudades, hay una organización fomentada por el cantante Peter Gabriel, dedicada a realizar el contrapanópticon, es decir, dedicada a proporcionar cámaras de video a las comunidades para que puedan filmar los abusos de la policía y presentarlos como prueba ante un jurado. Luego vemos que algunas veces las armas del enemigo pueden ser utilizadas en su contra y no siempre la imaginación y la inteligencia se ponen del lado de la dominación, sino que ese occidente satánico es también el lugar más creativo y de mayor potencia liberadora.

La idea de que el enemigo se torne para el poder como algo difuso y difícil de combatir es una de las constataciones del evento de las Torres gemelas más aleccionadoras para quienes se involucran en luchas sociales y políticas. Lo importante, hoy, a mi juicio, de los movimientos reivindicativos del presente es, sobre todo, no ofrecer una cabeza visible que pueda ser represaliada por el poder, que cada militante sea una célula autónoma de acción política y no dependa de mandos ni jefes, ni se someta a jerarquías; aunque pueda recibir orientación y preparación, para realizar acciones conjuntas, pero hoy resulta sumamente peligroso (en unos lugares más que en otros) el presentar una organización jerárquica tradicional frente a unas fuerzas del Estado y multinacionales enormemente poderosas y dispuestas a jugar sucio. Es una lástima que semejante enseñanza, la de no presentar un claro blanco de respuesta, nos la tengan que dar los terroristas islámicos. Por otra parte, en España siempre hemos tenido esa tradición, desde Viriato el guerrillero antiromano hasta los anarquistas de la guerra civil. Hablando Marx de la guerra de independencia contra la invasión napoleónica decía: "Los franceses se desconcertaron por completo al descubrir que el centro de la resistencia española estaba en todas partes y en ninguna". "Entretanto, no había manera de atacar la raíz de una organización de esta índole". Y hablando de los fueros medievales: "En las Vascongadas, las asambleas, completamente democráticas, no admitían ni al clero (47)". Tras los atentados no era posible ninguna acción contra quienes los perpetraron, ya que quienes los ejecutaron murieron. Con los atentados suicidas no hay sanciones posibles contra los autores directos, puesto que se matan y los indirectos son muy difíciles de determinar. No cabe juzgar ni aplicar represalias a un suicida si tiene éxito en su empeño, pues no hay nadie ya a quien juzgar o sobre quien vengarse. Se gira entonces el punto de mira hacia quienes les instigaron o les dieron apoyo logístico. Pero cabría la posibilidad teórica de un grupo suicida independiente que desapareciera en la acción terrorista, al que no se podría vincular con ningún credo religioso o ideológico ni a ningún país o Estado. El problema está en los móviles, que siempre se vinculan a alguna causa que, sostenida por otros, justifica la inmolación de uno o varios en su nombre. Llegará el día de las inmolaciones nihilistas y el mundo quizá llegue a enfrentarse a acciones suicidas independientes, producto del malestar que genera la sociedad Occidental ya no sólo allende de sus fronteras sino en su propio seno. El peligro mayor para la sociedad de la industria, la tecnología y la opulencia, vendrá del descontento y la insatisfacción de hombres formados en su propio seno, con capacidad intelectual para acciones de verdadero peso, más allá del oficinista que, preso de un día de furia, estalla cogiendo un subfusil y entrando en un MacDonalds a matar a todo ser viviente en su interior y luego suicidarse. El atentado de las Torres Gemelas ha demostrado al mundo entero que la protesta brutal que supone la inmolación propia, a poco de formación que se tenga, puede llegar a ser de una magnitud semejante a la de una catástrofe de la naturaleza.

Habitar poéticamente el mundo, la pretensión del último Heidegger, denostador de la técnica como imposición, a mi juicio es siempre posible cuando se adquieren suficientes márgenes respecto al dominio exclusivamente laboral. Esos márgenes, yo los llamo ocio, (siempre que no se colonizan por el consumo dirigido de artículos inútiles), y se convierten en centros de creatividad o de destrucción. Y mejor quizá que la creatividad no se institucionalice estatalmente, ya que reglamentarla, burocratizarla y asalariarla supone corromperla y estancarla. En el aspecto de la creatividad es en el único que soy liberal, el Estado que asegure las condiciones necesarias (cierta igualdad económica) para que todos puedan desarrollar, cultivar y expresar su creatividad (libertad de pensamiento y de acción).

En definitiva hay que terminar constatando que tras el fin de las ideologías y la muerte de la política vivimos buenos tiempos para el epicureísmo y el anarquismo, opción siempre presente ante la constitución de un Imperio, pero tan sólo en el mundo Occidental (48).

EPÍLOGO.

A) LA DIALéCTICA SER-DEVENIR.

Cuando Nietzsche llegue a concebir la voluntad de poder como potencia acompañará su ontología con la doctrina del Eterno Retorno, ideal inverso al de la sabiduría de Sileno, que afirmará como querido por una voluntad cada instante de la existencia de semejante contingencia, incluso en su repetición eterna, invirtiendo con ello el pesimismo schopenhaueriano, el budismo, el cristianismo y el platonismo, que negaban lo contingente y existente a favor de un ser inmutable equivalente finalmente al nihilismo. Nietzsche tratará de romper con la dicotomía ser-devenir al concebir el ser como devenir, lo que nos muestra el alcance ontológico de la doctrina del eterno retorno. Pero la paradoja de concebir el ser como devenir nos lleva hasta un camino intransitable. Parménides hablaba de dos caminos, el del ser y el del no ser, y un error fundamental de la filosofía occidental consistió en creer que el camino del no ser y el del devenir eran el mismo. Porque es en la propia vía del ser en la que reside también el devenir, que es un algo y no más bien la Nada.

Ya desde su juventud, Nietzsche se planteaba éste como uno de los problemas más importantes de la historia de la filosofía: Cada cambio de año "nos deja experimentar el misterio de la contradicción de ser y devenir (49)". Si bien en ese entonces lo circunscribiría a la "exigencia de que lo grande debe ser eterno" (Ibid), como característica propia del "hombre moral" (un tercero en discordia entre el hombre racional y el intuitivo) y no lo enfrentaba a la sabiduría de Sileno, al afirmar "que vive la existencia de la más bella de las maneras aquel que la tiene en poco" (Ibid). El problema del anhelo de estabilidad y de la solidaridad de los estudios historiográficos (además de las creencias y costumbres) con dicha voluntad de permanencia, le llevará a tematizar la idea de cambio y a detectar su impedimento también en la filosofía:

"Lo mismo sucede con la filosofía: de la cual la mayoría de la gente no quiere aprender más que una comprensión aproximada de las cosas, ¡extremadamente aproximada!, la suficiente como para acomodarse en el mundo. E incluso sus más nobles representantes ponen fuertemente de relieve su poder calmante y consolador, de tal forma que los que buscan tranquilidad y los perezosos llegan a pensar que buscan lo mismo que busca el filósofo. Sin embargo, me parece a mí, la cuestión primordial de toda filosofía, resulta ser, hasta qué punto las cosas tienen un carácter y una forma inmutable: para luego, una vez contestada dicha pregunta, dirigirse con la más brutal valentía, hacia el mejoramiento de la parte del mundo reconocida como mudable. Esto enseñan también los verdaderos filósofos, ellos mismos, por medio del hecho de que han trabajado por el mejoramiento de los muy mudables juicios de los hombres y no han guardado su sabiduría para sí mismos; (…) (50)".

En la Gaya Ciencia la doctrina del Eterno Retorno aparecerá ya con la característica de ideal inverso al pesimismo silénico, por eso la ciencia se tornará alegre. Sin embargo, en su madurez, retornará el dilema fundamental con el que tiene que enfrentarse todo pensador:

"El conocimiento y el devenir se excluyen. Por consiguiente, resulta obligado que el conocimiento sea otra cosa; es preciso que una voluntad de hacer cognoscible lo preceda: una especie de devenir debe producir la ilusión de ser (51)".

De modo que una de las determinaciones de la voluntad de poder será la de la voluntad de engaño, pero si no podemos librarnos de ella, nos resultará tan consustancial como la naturaleza y, por tanto, recaeremos una y otra vez en la paradoja del mentiroso. La forma en que Nietzsche procuró salvar el problema de la contradicción entre Ser y Devenir fue acuñando los conceptos conjugados de Voluntad de poder y Eterno retorno, el poder como materia fundamental y el retorno como una historia cíclica y no lineal. Pero las interpretaciones de la adecuación y significación de tan oscuros conceptos han sido variadas y divergentes. Nuevamente, más que con una solución, nos encontramos con un diagnóstico del problema.

Resta entonces re-pensar esta dialéctica ser-devenir, de lo cual todo lo antecedente no es sino la constatación de su ausencia teórica, para volver a tratar de darle un cuerpo coherente, no imaginario ni ilusorio, ni tampoco oscuro y arcano, a la dinámica de lo real.

b) NIHILISMO, VITALISMO Y FELICIDAD.

I.

Los mayores males que debieron salir de la caja de Pandora fueron la razón y el lenguaje (el Estado y la objetividad), ya que los hombres de hoy en día, portadores de tales dones, parecen dotados por ello con una infelicidad ingénita, que les acompaña siempre, hagan lo que hagan. No importa entonces el que más de medio mundo pase hambre y miseria, pues, gran parte del resto, se deprime, y vive sin saber como, esperando a que les llegue la muerte y les libere del tormento de existir, que a duras penas se oculta bajo diversiones inanes y velos ilusorios. En tal caso estaríamos ante la conclusión schopenhaueriana: la humanidad es un error y el mayor favor que se le podría hacer es, fomentar su desaparición. Si la razón y el lenguaje (el Esatdo y la objetividad) no son algo que nos hubiese de llevar a un mayor amor a la vida sino un dispositivo nihilista insertado por un genio maligno en el seno de la naturaleza humana, entonces lo mejor sería el suicidio, acabar cuanto antes y no prolongar el dolor al que se puede poner fin. Por eso Epicuro recomendaba a los que defendían que lo mejor era no ser y en segundo lugar morir pronto, que dejasen de dar la paliza y traspasasen cuanto antes las puertas del Hades. Aunque antes que por el suicidio algunos nihilistas opten por la animalidad, la feliz vida de quien no piensa, huyendo del humano en dirección al bruto. Pero si el lobotomizado por el fútbol parece dichoso y el acuciado por la reflexión un ser desdichado, en tal caso, será mejor la ignorancia que el saber, como Voltaire apuntaba en su cuento el Buen Brahmín. Y sin embargo nadie estará dispuesto en comprar la felicidad al precio de la ignorancia, esto es, al menos nadie tendrá por deseable, (entre los que ya razonan sobre lo mejor y lo peor, pues para los brutos no hay tal problema), esa clase de felicidad.

Algo falla entonces en las reflexiones antecedentes y es el concepto de felicidad que se maneja, una idea estática de dicha, concebida al modo nihilista como evitación del conflicto y consecución de un estado de sosiego y de placer permanente. Pero se olvida entonces que el placer permanente no sería placentero, pues sólo se experimenta la dicha como contraste con la desdicha y con lo que no es ni una cosa ni la otra. Una sensibilidad cultivada, por tanto, podrá experimentar con mayor intensidad tanto el dolor como el placer, del mismo modo que el rudimentario sistema nervioso de una lombriz experimenta con menor intensidad esos dos estímulos que el complejo sistema nervioso del ser humano. Pero no sabemos de nadie que quisiese trocarse en lombriz, luego hemos de pensar que no es esa clase de felicidad la que se busca y se desea. Habrá que considerar entonces que la felicidad no es la ausencia de conflictos sino el estado en el cual de la inmersión y del abundamiento en el conflicto resulte una gran intensidad vital, un grado de sensibilidad del placer y del dolor, muy elevado; pero en el cual el grado de placer tenga más valor, siendo semejante sin embargo y, en cuanto a intensidad, equivalente, al de dolor. En tal caso habremos alcanzado la noción de felicidad vitalista, contrapuesta a las nihilistas, según la cual, la lombriz, tampoco se afanaría por vivir, no estaría dotada de un instinto de supervivencia, si la naturaleza de las cosas que existen tuviese en su naturaleza el afán de no existir, y si el placer de la lombriz no fuese de algún modo más valioso que su dolor.

El asunto se percibe más claramente cuando nos damos cuenta de que el dolor, en su expresión más elevada, no es sino una forma de placer, una categoría del placer que surge ante el gozo por destruir y derruir, que resulta complementario del gozo de crear y construir. Pero si todo fuese igualmente valioso no sería entonces mejor el devenir al ser, ni el placer al dolor, ni la vida a la muerte.

II.

Ahora bien, teniendo en cuenta la tesis de la felicidad como intensidad, si bien el sosiego permanente, la calma constante y eterna, la ataraxia y la apatheia, la nadificación budista o cristiana, dogmáticas y absolutistas, sería la muerte, el nihilismo; la vitalidad completa, la intensidad permanente, constante y eterna, a parte de una contradicción en los términos, sería la locura. Y es que entre la muerte y la locura es donde se encuentra la vida, y, también, la felicidad. Los estados de intensidad vital sólo pueden surgir, como momentos, entre momentos de sosiego, luego la felicidad vitalista y la felicidad estoica no se excluyen, sino que se necesitan recíprocamente, se complementan. De ahí que Nietzsche hablase del hombre intuitivo y del hombre racional o del cerebro artístico y del cerebro científico, como dos aspectos que le son al hombre igualmente necesarios: sin que a nivel ontológico podamos decir que la calma y el ser sea el estado primigenio y que la intensidad o el devenir sea un epifenómeno del primero, sino a la inversa, que más bien, el devenir, y el placer de la intensidad vital, resultará el estado primigenio de la naturaleza de las cosas, mientras que el ser y la racionalidad (el Estado y la objetividad) no serán sino un estado derivado o epifenoménico del anterior. Pues sólo de esa forma el placer se presenta como más valioso que el dolor y la vida como mejor que la muerte. De ahí que el Estado y la objetividad que se nos aparecen aquí como necesarios y valiosos son el Estado y la objetividad mínimos y necesarios para la consecución de la mayor parte de placer posible sin recaer en la muerte ni derivar a la locura. Pero lejos de suscribir con la ontología nietzschiana la política de globalización contemporánea habremos de preguntar: ¿no será tanto el neoliberalismo (52) un afán de locura como el socialismo un instinto de muerte? Y ¿no será el anarquismo clásico el correlato sociopolítico que más le correspondería, finalmente, a la ontología nietzschiana, aunque ya nadie se atreva a poner tal cosa de manifiesto?

Notas

(1) En su origen el presente artículo fue una conferencia en el seminario del grupo Pólemos, celebrado en la UNED en Madrid a lo largo del curso 2000-2001.

(2) Hegel Prólogo a la Fenomenología del Espíritu: "También en el conocimiento filosófico tenemos que el devenir del ser-ahí como ser-ahí difiere del devenir de la esencia o de la naturaleza interna de la cosa".

(3) Martin Heidegger Nietzsche. Volumen I, 1.La voluntad de poder como arte. (18): «La fundamentación de las cinco proposiciones sobre el arte», pp.145-146. Ediciones Destino. Barcelona 2000.

(4) Karl Marx & Friedrich Engels Correspondencia. Tomo III. Seleccionada por el Instituto Marx-Engels-Lenin (Leningrado, 1ª edición alemana 1934). Ediciones de cultura popular. México (2ª edición española), 1972. Carta nº167. De Marx al director del Otiechéstvennie Zapiski. (El memorial de la patria). A finales de 1877.

(5) El único esfuerzo competente en la reconstrucción del materialismo histórico desde Marx a nuestros días ha sido el abordado por el materialismo filosófico de Gustavo Bueno, como bien muestra la labor de conceptualización reflejada en su Diccionario filosófico: http://www.filosofia.org/filomat ; dedicado en parte a la teorización del materialismo histórico dentro de su más vasto sistema, como se deduce del acuñamiento de terminología como la siguiente: anamórfosis; grupos arcaicos, antiguos y basales; Base; Superestructura; sistema morfodinámico; cogenérico; subgenérico; transgenérico; dialelo antropológico; nivel holótico; diamérico; metamérico; eje circular, radial o angular del espacio antropológico; eutaxia; materia ontológico-general; materia primogenérica; materia segundogenérica; materia terciogenérica; ontología especial; refluencia; totalidades atributivas, distributivas, sistáticas, sistemáticas; etc… (Pero, desgraciadamente, el dogmatismo de la escuela buenista reproduce todos los defectos del marxismo clásico, lo que le impide progresar en su tarea, ya que habita en un feudo provinciano y no se busca repercusión internacional, se impide el diálogo con otras escuelas, se hace impermeable a la crítica al autoconsiderarse la única postura racional y científica; se considera herético todo intento de corrección en el sistema elaborado por Gustavo Bueno, se insulta ad hominem al interlocutor en lugar de refutarle y se sigue mesiánicamente al fundador).

(6) Jean Pierre Vernant & Pierre Vidal-Naquet Mito y tragedia en la Grecia antigua. Volumen II. Editorial Taurus. Madrid 1989. IV: «El sujeto trágico: historicidad y transhistoricidad», p.85.

(7) Karl Marx Líneas Fundamentales de la Crítica de la Economía Política. (Grudrisse: 1857-1858). Introducción. OME 21: traducción de Javier Pérez Royo. Editorial Crítica. Barcelona 1977, p.35.

(8) Es de destacar como incluso vacas sagradas del intelectualismo internacional hablan de Marx sin haberle leído, pues sólo así se explica lo que sobre este asunto particular nos dice George Steiner: "Como casi todos los posrománticos, especialmente alemanes, Marx estaba obsesionado con la magnificencia de la antigua Grecia, y consideraba la antigua cultura griega como la más alta cima alcanzada por el ser humano, tanto desde el punto de vista artístico como filosófico, poético, e incluso de alguna manera político". George Steiner Nostalgia del absoluto. Ediciones Siruela, Madrid 2001, 4ª, p.24. Libro que reune una serie de conferencias pronunciadas por la radio en 1974 por el intelectual citado en las que se nos asegura que el marxismo, el estructuralismo y el psicoanálisis no serían más que mitologías sustitutivas de las religiones tradicionales.

(9) Karl Marx Grudrisse, op.cit, p.15-16.

(10) Jean Pierre Vernant & Pierre Vidal-Naquet, op.cit, p.89.

(11) Jean Pierre Vernant & Pierre Vidal-Naquet , Ibid.

(12) Martin Heidegger Holzwege. «Die Zeit des Weltbildes». Vittorio Klostermann. Frankfurt am Main 1977, §71, pág.77. GA-Band 5. Heidegger Caminos materiales. «La época de la imagen del mundo»: "Nadie se atrevería a sostener que la literatura de Shakespeare sea un progreso en comparación a la de Esquilo". (Versiones españolas en: Sendas Perdidas, Buenos Aires 1960, pág.69; Caminos de bosque, Alianza, Madrid 1997, pág.77).

(13) Cfr. Heidegger Nietzsche, I, 1.La voluntad de poder como arte. Op.cit. (17): «El gran estilo», pp.124-136.

(14) Cfr. Hegel Filosofía real 157/19 (1805-1806). Madrid, FCE, 1984. Y cfr. Lecciones de Estética, II, p.173; Península, Barcelona 1991.

(15) Heidegger analiza en este punto de su comentario una serie de parágrafos de La Voluntad de Poder de Nietzsche, VP2, Cfr. §838-847. Nos referimos al conjunto de Fragmentos póstumos de Nietzsche, parcialmente conocidos por la publicación en 1901 y 1906 de dos compilaciones con el título: La voluntad de poder. Ensayo de una inversión de todos los valores que pretendía pasar por ser la última obra de Nietzsche. En 1911 es fijada la versión definitiva o "canónica", que corresponde a la de 1906 a pesar de alguna modificación y complemento sin importancia, con 1067 textos póstumos numerados, en la edición de Otto Weiss, incluida en la gran edición in-octavo (vol.XV y XVI) y reimpresa por A.Kröner en Leipzig. Formada con una selección de fragmentos pertenecientes a la época que va de 1883 a 1888, ordenados sin atender a la cronología y por medio de una sistematización temática y arbitraria, la mencionada "obra", dio lugar a 483 parágrafos (VP1) en la edición de 1901 y a 1067 (VP2) en la edición de 1906 (1911), la realizada por Peter Gast y Elisabeth Föster-Nietzsche.

Estos montajes antológicos pretendieron restituir una obra a la cual Nietzsche habría renunciado y que no es reconocida como tal por la mayor parte de los especialistas. Los fragmentos seleccionados para estas obras pueden encontrarse entre los mucho más numerosos Nachgelassene Fragmente de la época comprendida entre los años 83-88, pero la Antología tiene interés por haber sido utilizada por Heidegger y otros comentaristas, convirtiéndose en obra de referencia, aun con las debidas precauciones.

(16) Mary Shelley Frankestein or the Modern Prometheus. Könemann, Hungary 1995. Appendix II: Preface to the edition of 1818, p.228: "La invención, ha de admitirse humildemente, no consiste en crear de la nada, sino del caos; en primer lugar ha de contarse con los materiales: la creación puede dar forma a las sustancias oscuras e informes, pero no puede traer al ser a la sustancia misma".

(17) Aquí Heidegger sigue los parágrafos §799, 844, 845, 846, 848, 849 de VP2.

(18) Friedrich Nietzsche De la utilidad y de los inconvenientes de la historia para la vida (2ª de las Consideraciones Intempestivas, escrita en 1873). Ediciones Península. Barcelona 1988, pág.56: "sólo en cuanto pupilo de tiempos más antiguos, en particular de la Antigüedad griega, he llegado a tener experiencias tan intempestivas en tanto que soy hijo de la época actual. Este punto tengo, por lo menos, derecho a concedérmelo por mi profesión de filólogo clásico: pues no sé que sentido podría tener la filología clásica en nuestra época, si no es el de obrar de una manera intempestiva -es decir, contraria al tiempo y, por esto mismo, sobre el tiempo y en favor, así lo espero, de un tiempo futuro". De una Carta de Nietzsche a Theodor Opitz (del 21-12-1874), se puede recoger una buena observación para aclarar el significado de intempestivo: "Porque lo que importa es que se pueda efectivamente creer que con esas ideas intempestivas se tiene más razón que la actualidad completa con sus ideas actuales". Gilles Deleuze Lógica del Sentido. Ed.Paidós. Barcelona 1994, Apéndice I.1, pág.266: "Es propio de la Filosofía no ser moderna a cualquier precio…, sino desprender de la modernidad algo que Nietzsche designaba como lo intempestivo, que pertenece a la modernidad, pero que también ha de ser puesto contra ella".

(19) Friedrich Nietzsche Richard Wagner in Bayreuth. Unzeitgemässe Betrachtungen IV, 1. 1876. KGW -IV -1.3; KSA 1.431: "Que un solo individuo pueda, en el curso del promedio de una vida humana, producir algo totalmente nuevo, bien puede suscitar la indignación de aquellos que comulgan con el aspecto gradual de toda evolución como con una especie de ley moral: ellos mismos son lentos y por eso demandan lentitud en los demás -y aquí están viendo alguien moviéndose muy rápido, no saben cómo lo hace, y se enfurecen". Sin embargo, hay que señalar que Nietzsche acabará renunciando al culto al genio romántico que le embargó en su juventud y que cuando habla de Schopenhauer o Wagner, no hará sino hablar de sí mismo: "En mi adolescencia yo era pesimista, por ridículo que la palabra pueda parecer (…). Y en cuanto a Schopenhauer, nunca he podido dejar de creer, que tuvo, ciertamente, una bien buena voluntad de pesimismo, pero una todavía aún mejor hacia lo contrario: él no la dejó expresarse suficientemente, a causa de aquella estúpida superstición del genio que había tomado de los románticos y a causa de su vanidad, que le obligaba a defender una filosofía que databa de sus veintiséis años y que está también ligada a aquella edad, como nosotros tenemos muy buenos fundamentos para saber, ¿verdad amigos?" Friedrich Nietzsche Fragmentos póstumos 1884, 25[11].

(20) Friedrich Nietzsche KGW IV 2: Menschliches, Allzumenschliches I [1878]: 5. Anzeichen höherer und niederer Cultur. «Fases cíclicas de la cultura individual», §272. Sin embargo no habría que precipitarse y juzgar a Nietzsche como hegeliano: "El proceso mundial hegeliano culminando en un Estado prusiano bien gordo con una fuerza policial capaz. Todo eso no es sino teología disfrazada, en el caso de Hartmann también. ¡Nosotros no somos capaces de concebir el principio y el fin: luego olvidémonos de toda esa mierda acerca del desarrollo! ¡Inevitablemente suena ridículo! ¡El ser humano y el proceso universal! ¡La pulga terrenal y el espíritu del mundo!" Friedrich Nietzsche Fragmentos póstumos, 1873, 29 [ 53] .

(21) Heidegger op.cit.p.134.

(22) Heidegger Ibid.

(23) Michel de Montaigne Ensayos. Libro III, 2: Del arrepentimiento.

(24) Friedrich Nietzsche KGW IV 3: Menschliches, Allzumenschliches II: 1.Vermischte Meinungen und Sprüche, § 408: "Cuatro parejas de hombres no han rechazado mis sacrificios: Epicuro y Montaigne, Goethe y Spinoza, Platón y Rousseau, Pascal y Schopenhauer".

(25) Heidegger, op.cit.p.136.

(26) Cfr.Nietzsche Más allá del bien y del mal, §259.

(27) Heidegger Ibid. Cfr. Heráclito Diels-Kranz 51, 53, 80.

(28) Heidegger Ibid.

(29) Cfr. Carta de Marx y Engels a Bebel, Liebknecht, Bracke y otros. Londres, mediados de septiembre de 1879 (borrador). En: Karl Marx & Friedrich Engels Correspondencia. Tomo III. Seleccionada por el Instituto Marx-Engels-Lenin (Leningrado, 1ª edición alemana 1934). Ediciones de cultura popular. México (2ª edición española), 1972.

(30) Op.cit. Carta de Marx al director del Otiechéstvennie Zapiski. (El memorial de la patria). A fines de 1877, sobre la comuna rusa.

(31) Joaquín Estefanía Las flores venenosas. El País Opinión 26-6-2001. Cita de las declaraciones de Susan George, una de los líderes del movimiento antiglobalización, tomadas de Internet, extractadas y citadas por Joaquín Estefanía, al hilo de las reflexiones entorno a la violencia en las manifestaciones de Génova. Pero sobre la imposibilidad de distinguir netamente entre heroísmo y terrorismo. Cfr. Los magníficos artículos sobre la guerra en Afganistán de: Eqbal Ahmad El terrorismo de ellos y el nuestro. Masiosare-Rebelión 21-10-2001; Noam Chomsky Entrevista nº5. Zmagazine 11-10-2001;(http://www.zmag.org./chomsky_interview_5.htm ); Tariq Ali Sí, existe una alternativa efectiva al bombardeo de Afganistán. The Independent-Rebelión 15-10-2001; Ted Grant & Alan Woods Y cuando ellos crearon el desierto, le llamaron paz. Rebelión-El Militante 17-9-2001, en: http://www.eurosur.org/rebelion/imperio.htm. El primero y los últimos, sin embargo, consideran que hay un terror gratuito anarquizante, el de la víctima que responde ciegamente, y un terror revolucionario comedido y de objetivos claros. Stepan, personaje de Los justos de Camus, representaría al terrorista víctima que responde al maltrato recibido, mientras que Kaliayev sería el personaje que representaría el terror revolucionario. De modo que, a la manera del marxismo clásico, se sigue queriendo diferenciar entre el terrorismo de Estado y el terrorismo revolucionario, por un lado, y el terrorismo de corte anarquizante por otro, al que culpan de servir a la reacción. Un esquema tradicional que no es ya valedero en nuestros días.

(32) Charles Dickens Tiempos difíciles. Madrid, Cátedra 1994, pp.152-154. Hard Times. Toronto, Broadview, 1996, pp.93-94.

(33) Ian Fraser Dickens and Utilitarian Accounting: a Focus upon 'Hard Times'. New York. April 1999: http://panopticon.csustan.edu/cpa99/html/fraser.html

(34) («Nous ne partageons pas l'attitude de Mme Albright qui, lorsqu 'on lui demande si la mort d'un demi million d'enfants irakiens "vaut la peine" répond : "c'est un choix difficile, mais oui, cela en vaut la peine". Le massacre de civils innocents ne nous paraít jamais souhaitable». Jean Bricmont La fin de 'la fin de l`histoire', versión española en Znet. La posición de la Secretaria de Estado de los USA también fue recordada por Noam Chomsky en su escrito: Perspectivas de Paz en Oriente Próximo, Znet: conferencias Maryse Mikhail. http://www.zmag.org/Spanish/0701cho1.htm. Universidad de Toledo 4-10-2001: Donde se nos recordaba la responsabilidad occidental en los conflictos de Irak, Palestina y el genocidio del pueblo kurdo.

(35) Como nos advirtió el joven Nietzsche al declararse no-utopista y sin embargo partidario de realizar una labor favorable al porvenir: Friedrich Nietzsche Richard Wagner in Bayreuth. [1876]. Unzeitgemässe Betrachtungen IV, 11: "Presérvenos la sana razón de la creencia en que la humanidad arribará en algún tiempo futuro a un orden de las cosas ideal y definitivo".

(36) Gabriel Albiac Desde la incertidumbre. (Pasado lo político: pensar contra la izquierda y la derecha). Editorial Plaza & Janés. Barcelona, febrero de 2000.

(37) Cfr. Anabasis Digital. Madrid 2001. Revista Web de revistas. Sección de Texto libre. Simón Royo: Carta a los adolescentes infames: http://www.anabasisdigital.com/g/g4/g4.htm.

(38) Revista Web Mensual de Economía, Sociedad y Cultura: Globalización. http://www.rcci.net/globalizacion/index.htm Simón Royo: FEBRERO DE 2001: http://www.rcci.net/globalizacion/2001/fg160.htm

(39) Albiac, op.cit.pág.20: "El Estado de derecho amenaza a la gente común, que se sueña protegida por la institución que tan sólo los oprime". El capítulo 4.5 lleva por título: "Montesquieu ha muerto". Pág.240: "Estado de derecho es una expresión pleonásmica. Fuera del Estado -de todo Estado- sólo hay exclusión y anomalía: mundo -de derecho, aniquilable- de la marginalidad. La constitución del código de normalidad, la Constitución -toda Constitución-, al fijar los márgenes absolutos de lo legítimo, sitúa las lindes fuera de las cuales sólo hay violencia sin garantías, descodificada, definiendo así lo que, en sentido propio, podría designarse como el código en negativo del terror. Al fin, el doble funcionamiento simultáneo del garantismo institucional sabiamente combinado con el terrorismo de Estado -esto es, la violencia ejercida frente aquellos que transgreden los límites de la norma constituida-, es la esencia misma de la funcionalidad política moderna". Epílogo, pág.247: "Somos los primeros pobladores de un mundo sin sentido".

(40) Cfr. Mi artículo en la Revista Digital Globalización, dirección citada con anterioridad.

(41) Albiac, op.cit: Pág.235: "Una revolución es un acto de fuerza que se enmascara en una ficción de derecho". Pág.236: "La revolución: la violencia constituyente básica. Porque el derecho -digámoslo- no funda nada. Apenas si lo encubre".

(42) Paul Krugman «Después del horror». El País 15-9-2001: "Sobre el impacto económico directo: la base productiva del país no se ha visto seriamente dañada (…). Nadie ha cifrado todavía los daños económicos, pero me sorprendería que las pérdidas fuesen superiores al 0,1% de la riqueza de Estados Unidos, algo comparable a los efectos materiales de un gran terremoto o huracán (…).¿Huirán los inversores de las acciones y de las obligaciones empresariales en busca de activos más seguros? Dicha reacción no tendría mucho sentido; después de todo, los terroristas no van a volar el S&P 500. Es cierto que a veces los mercados reaccionan de manera irracional, y algunas bolsas extranjeras se desplomaron después del atentado (…). Y posiblemente habrá dos efectos favorables. En primer lugar, lo que ha motivado la ralentización económica ha sido una caída en la inversión empresarial. Ahora, de repente, necesitamos nuevos edificios para oficinas (…). En segundo lugar, el atentado abre las puertas a algunas medidas sensatas para luchar contra la recesión. En las últimas semanas ha tenido lugar un acalorado debate entre los liberales respecto a si defender o no la clásica respuesta keynesiana a la recesión económica, un aumento temporal del gasto público (…). Ahora parece que realmente conseguiremos un rápido aumento del gasto público, independientemente de lo trágicas que sean las razones (…). Ahora las malas noticias (…). Ya hay quien anima a vender deducciones fiscales para las empresas y una reducción del impuesto sobre plusvalías para responder al terrorismo".

(43) Noam Chomsky en su escrito: Perspectivas de Paz en Oriente Próximo, Znet: conferencias Maryse Mikhail. Universidad de Toledo 4-10-2001:  http://www.zmag.org/Spanish/0701cho1.htm.

(44) Al respecto un buen ejemplo es el libro Empire de Tony Negri & Michel Hardt, que no se desliga de los análisis clásicos pero que huye del anacronismo que supone el pretender encasillar en esquemas antiguos situaciones nuevas.

(45) Revista Digital Cuaderno de materiales. http://filosofia.net/materiales/fnumeros.htm, febrero de 2000, nº11: Simón Royo: Educación contra mercado: la filosofía y la formación política de la ciudadanía: http://www.filosofia.net/materiales/num/num11/num11s1.htm

(46) Gilles Deleuze «Posdata sobre las sociedades de control», en Revista Babel, nº 21. Buenos Aires, diciembre de 1990: "Son las sociedades de control las que están reemplazando a las sociedades disciplinarias". [Deleuze Pourparles. Paris Minuit 1990]. Cfr. Michael Hardt & Antonio Negri Empire. Harvard University Press 4ª, 2001; 1.2. Biopolitical production: «Biopower in the Society of Control», p.22 ss.

(47) Marx & Engels La revolución en España. Artículos del New York Daily Tribune. Editorial Progreso, Moscú 1974, pág.21, 23 y 44 respectivamente. Cfr. Entrevista nº5 a Noam Chomsky, op.cit., donde se considera inédita la capacidad y la potencia de respuesta frente al poder en nuestros días.

(48) A) "El delito se inscribe dentro del concepto de atentado contra el orden social. A un rebelde no se le castiga, se le somete. Un rebelde puede ser un hombre despreciable y digno de compasión; en sí, ninguna rebelión tiene nada de despreciable, por lo que el ser rebelde no rebaja a nadie. Hay cosas, por el contrario, en que las rebeldías honran al individuo, descubridor de un motivo social de combate y despabilador, diríamos, de nuestro sueño" Friedrich Nietzsche VP2, §740.

B) "Sólo obrando se aprende". Así habló Zaratustra, IV, «El más feo de los hombres», Alianza editorial Madrid 1998, pág.405.

C) Fragmentos póstumos (1876-1878), 19 [77]: "Los diez mandamientos del espíritu libre. (…) 10. Tú dejarás, por lo que a ti respecta, que el mundo actúe a su antojo, y harás lo mismo con respecto a él".

D) "Compañeros de viaje vivos es lo que yo necesito (…). Una luz ha aparecido en mi horizonte: ¡no hable al pueblo Zaratustra, sino a compañeros de viaje! (…). Compañeros para su camino busca el creador, y no cadáveres, ni tampoco rebaños y creyentes (…). A los creadores, a los cosechadores, a los que celebran fiestas quiero unirme: voy a mostrarles el arco iris y todas las escaleras del superhombre". Así habló Zaratustra, op.cit. Prólogo, 9.

(49) Friedrich Nietzsche Sobre el pathos de la verdad, 1871: "(…) läßt uns das Mysterium des Widerspruches von Sein und Werden empfinden" (KGW III-2.249; KSA 1.755).

(50) Friedrich Nietzsche Richard Wagner in Bayreuth. Unzeitgemässe Betrachtungen IV, 3. 1876. KGW -IV-1.11; KSA 1.439.

(51) Friedrich Nietzsche: "Erkenntniß und Werden schließt sich aus Folglich muß "Erkenntniß" etwas anderes sein: es muß ein Wille zum Erkennbar-machen vorangehn, eine Art Werden selbst muß die Täuschung des Seienden schaffen" KGW -2.46; id.VIII 9[89], 1887-1888; (VP1, §273; VP2 §517); KSA 12.382.

KGW VII -2.163, Nachgelassene Fragm. 1884; id.VII 26[64]; "Los grandes problemas acerca del valor del devenir planteados por Anaximandro y Heráclito -es decir, la manera en la cual se decide si una evaluación moral o estética es incluso legítima, en relación al Todo". KSA 11.165.

KGW 1885-1886 VIII 1-104; id. VIII, 2[91]: "Por último: suponiendo que todo sea devenir, entonces el conocimiento solamente es posible sobre el fundamento de la creencia en el ser" (VP2, §518); KSA 12.106.

KGW 1885-1887 VIII 1.320; id. VIII, 7[54]: "Imprimir al devenir el carácter del ser -esta es la máxima voluntad de poder (…) El conocimiento en sí es imposible en el devenir: ¿cómo es posible entonces el conocimiento? Como error sobre sí mismo, como voluntad de poder, como voluntad de engaño" (VP1, §286; VP2, §617); KSA 12.312.

KGW VIII -3.18; Nachg.1888-1889; id. VIII 14[18]: "La voluntad de apariencia, de ilusión, de error, de devenir y de confusión es más profunda, más metafísica que la voluntad de verdad, de realidad, de ser: el placer es más elemental que el dolor: este último no es, el mismo, más que la consecuencia de una voluntad de placer (-[voluntad] de crear, de dar forma, de derruir, de destruir) y, en su forma más elevada, es una categoría del placer". KSA 13.226. Cfr. también: KGW -3.21; id. VIII 14[24]: "La voluntad de apariencia, de ilusión, de error, de devenir y de confusión es más profunda, más metafísica que la voluntad de verdad, de realidad, de ser: esta última no es más que una forma de la voluntad de ilusión". KSA 13.229.

KGW VIII -3.26; id. VIII 14[31]: "Wenn das Werden ein großer Ring ist, so ist Jegliches gleich werth, ewig, nothwendig…"; "Si el devenir es un gran anillo, entonces todo es igualmente valioso, eterno, necesario…". [ VP1, §213(!); VP2, §293(!)] . KSA 13.234.

Cfr. KGW VIII -2.33; id. VIII, 9[63]. [VP1, §290(!); VP2, §581]. KSA 12.369.

(52) Respecto a la reinterpretación sociopolítica en términos de neoliberalismo (más que de anarquismo) de la Teoría del Caos. Cfr. Reseña de David Teira Serrano sobre el libro Caos y Orden de Antonio Escohotado: La divina espontaneidad del caos. En: Anabasis Digital, 3, 2000.

 

 

Autor:

Simón Royo Hernández

Doctor en Filosofía por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Miembro de los Grupos de investigación "Pólemos" y "Palimpsestos" de la citada universidad.

Imparte un módulo como profesor en el MASTER "Europa Fin de siglo" de la UCM y desarrolla en la actualidad una investigación Postdoctoral en la UNED sobre el pensamiento de Platón.

Partes: 1, 2, 3
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