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Auditoria académica en universidades nacionales (página 2)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Los sistemas de control bien diseñados reducen el riesgo de sufrir una pérdida significativa a causa de errores o irregularidades, especialmente por parte de empleados de baja jerarquía. Los sistemas de control tienen menos posibilidades de evitar las irregularidades cometidas por la gerencia superior quien está en posición de sobrepasarlos o ignorarlos. En consecuencia, el auditor debe interesarse particularmente en el ambiente de control, los controles gerenciales, y en el papel de la auditoría interna, ya que estos pueden proporcionar una seguridad razonable de que la gerencia no está involucrada en ellos.

Riesgo de Detección: Consiste en la posibilidad que hayan ocurrido errores importantes en el proceso administrativo-contable, que no sean detectados por el control interno y tampoco por las pruebas y procedimientos diseñados y realizados por el auditor.

MEDIOS DE EVALUACIÓN DEL RIESGO DE CONTROL: Para fines del tema que se trata como es el riesgo y el control interno se debe agregar que el grado de riesgo de control interno se puede evaluar en ALTO, MODERADO O BAJO, dependiendo de los resultados del análisis realizado por el auditor.

Un riesgo alto de control interno implica realizar más pruebas sustantivas y se determina así, cuando se percibe la existencia de debilidades importantes en los controles establecidos o a………usencia de controles básicos en áreas importantes. Lógicamente, un alto riesgo de control, implica mayor probabilidad de que existan errores o irregularidades no detectados por los controles internos establecidos, que afectan significativamente el contenido de los estados financieros.

El riesgo bajo de control interno, implica realizar menos pruebas sustantivas, y se determina en base al resultado de las pruebas de cumplimiento realizadas.

Conforme disminuye el valor evaluado del riesgo de control, se aumenta el nivel aceptable de riesgo de detección. Por consiguiente, el auditor podrá alterar la naturaleza, oportunidad y alcance de las pruebas sustantivas planificadas.

Generalmente existe mayor riesgo de auditoría en el primer examen realizado a un nuevo cliente, debido al hecho de que no se está muy familiarizado con las operaciones del mismo. En el caso de auditorías recurrentes, la experiencia de los años anteriores generalmente da una indicación de los riesgos de auditoría involucrados. La auditoría de una organización donde, año tras año, no se encuentra errores de significación involucra menor riesgo de auditoría que la auditoría en una organización donde frecuentemente se cometen grandes errores.

La evaluación del riesgo de control es el proceso de evaluar la efectividad de los procedimientos y políticas de la estructura de control interno de una entidad para evitar o detectar las declaraciones incorrectas importantes en los estados financieros. Después de obtener el conocimiento de la estructura de control interno, el auditor puede evaluar el riego de control al nivel máximo para algunas o todas las aseveraciones, porque considera que los procedimientos y políticas probablemente no sean adecuados o porque no resulta práctico evaluar su efectividad.

Evaluar el riego de control por debajo del nivel máximo implica:

  • Identificar los procedimientos y políticas de la estructura de control interno, dirigidos a evitar o detectar declaraciones incorrectas importantes en aseveraciones específicas de los estados financieros.

  • Realizar pruebas de los controles para evaluar la efectividad de tales procedimientos y políticas.

Al identificar los procedimientos y políticas de la estructura de control interno relevantes a las aseveraciones específicas de los estados financieros, el auditor debe considerar que los procedimientos y políticas pueden tener un efecto extensivo a muchas aserciones, o un efecto específico sobre una aseveración individual, dependiendo de la naturaleza del elemento de estructura de control interno en particular. 

El ambiente de control y el sistema contable, suelen tener un efecto extensivo sobre varios saldos de cuentas o clases de transacciones y por lo tanto, afectan muchas aseveraciones. Por el contrario, algunos procedimientos de control, suelen tener un efecto específico sobre una aseveración individual incluida en un saldo de cuenta o clase de transacción en particular.

Los procedimientos dirigidos a comprobar la efectividad del diseño y operación de un procedimiento o políticas de estructuras de control interno, se dirigen a establecer que éstos estén debidamente diseñados, para evitar o detectar las declaraciones incorrectas importantes en las aseveraciones de los estados financieros.

Las pruebas de controles dirigidos a comprobar tanto la efectividad del diseño, como la operación de un procedimiento o política, suelen incluir procedimientos tales como informes, observación de la aplicación de los procedimientos o políticas y la ejecución de éstos, por parte del mismo auditor.

La conclusión a que se llega como resultado de la evaluación del riesgo de control, se denomina "Nivel Evaluado del Riesgo de Control". Al determinar el material de evidencia necesario para amparar un nivel evaluado específico del riesgo de control, por debajo del nivel máximo, el auditor debe considerar las características de la evidencia comprobatoria.

El auditor emplea el nivel evaluado de riesgo de control para determinar el nivel aceptable de riesgo de detección, para las aseveraciones de los estados financiero, el auditor emplea el nivel aceptable de riesgo de detección, para determinar la naturaleza, oportunidad y el alcance  de los procedimientos de auditoría que se emplearán para detectar las declaraciones incorrectas.

Mientras más bajo sea el nivel aceptable de riesgo de detección, debe aumentar la seguridad derivada de las pruebas sustantivas. En consecuencia, el auditor puede tomar una o más de las siguientes medidas:

  • Cambiar la naturaleza de las pruebas sustantivas de un procedimiento menos efectivo a uno más efectivo.

  • Cambiar la oportunidad de las pruebas sustantivas.

  • Cambiar el alcance de las pruebas sustantivas.

Para apoyar el procedimiento de implementación del control interno, la Contraloría General de la República ha programado y realizado en las universidades nacionales, prolijas Charlas y promovido la organización del Comité sobre el Control Interno CI, de cuya fuente hemos extraído los siguientes conceptos:

La práctica del CI comprende las acciones de cautela previa, simultánea y de verificación posterior realizada a la universidad sujeta a control, con la finalidad que la gestión de sus recursos, bienes y operaciones se efectúe de manera eficiente y eficaz.

El CI previo y simultáneo le corresponde exclusivamente a la autoridad, funcionario y servidor público de las universidades públicas como responsabilidad propia de las funciones que le son inherentes, sobre la base de las normas que rigen las actividades de la organización y los procedimientos establecidos en sus planes, reglamentos, manuales y disposiciones institucionales, los que contienen las políticas y métodos de autorización, registro, verificación, evaluación, seguridad y protección.

El CI posterior es ejercido por el responsable superior del servidor o funcionario ejecutor, que es la CGR, en función del cumplimiento de las disposiciones establecidas, derivada en lo que le corresponde al OCI, según sus planes y programas anuales, debiendo evaluar y verificar los aspectos administrativos del uso de los recursos y bienes del Estado, así como la gestión y ejecución llevadas a cabo, en relación con las metas trazadas y resultados obtenidos.

En calidad de Titular, el Rector es responsable de fomentar y supervisar la práctica y confiabilidad del CI para la evaluación de la gestión y el efectivo ejercicio de la rendición de cuentas, propendiendo a que éste contribuya con el logro de la misión y de sus objetivos.

En este sentido, el Rector está obligado a definir las políticas institucionales en los planes y/o programas anuales que se formulen, los que serán objeto de las verificaciones.

Nuestro trabajo se ha ceñido en la definición del Instituto de Auditores Internos: La Auditoría Académica es una actividad independiente y objetiva de aseguramiento y consulta, concebida para agregar valor y mejorar las operaciones de una organización. Ayuda a una organización a cumplir sus objetivos aportando un enfoque sistemático y disciplinado para evaluar y mejorar los procesos de gestión de riesgos, control y gobierno.

Además de contrastarla con la definición contenida en el MAGU: La auditoría académica permite emitir una opinión profesional independiente, respecto a si las actividades académicas en su conjunto, presentan razonablemente la situación de dichas actividades, de acuerdo con las leyes, políticas, procesos y procedimientos establecidos.

Figura 6.06. Sistema de Control Interno[9]

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Se rigen por la Constitución Política del Perú, su Estatuto y sus Reglamentos. Desarrollan sus funciones sobre la base de principios. Declaran visión, misión, objetivos, actividades y funciones.

Para cautelar el cumplimiento de la Ley, Estatuto y Reglamentos, cuenta con un Órgano de Inspección y Control (Art. 41 Ley 23733) y una Oficina General de Auditoría Interna, ahora "Oficina de Control Institucional" OCI.

Los Órganos de Control tienen por función cautelar el cumplimiento del ordenamiento jurídico de la Universidad Nacional, mediante inspecciones, auditorias: administrativas, financieras, académicas y exámenes especiales de conformidad con las Normas de Control.

El Órgano de Inspección y Control es autónomo en el cumplimiento de sus funciones de fiscalización al cautelar el cumplimiento de la Constitución, Leyes, Estatuto, Reglamentos y las normas universitarias. Además asume la defensoría universitaria, cuando atiende, pronuncia e informa, las denuncias de todo miembro de la comunidad universitaria, derivándolas, si lo amerita, al Órgano de Control Institucional para su investigación y correspondiente potestad sancionadora.

Al respecto, la Ley Nº 27785 Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General de la República dispone que:

CAPÍTULO II CONTROL GUBERNAMENTAL Artículo 6.- Concepto

El control gubernamental, por ende, de la Universidad Nacional, consiste en la supervisión, vigilancia y verificación de los actos y resultados de la gestión pública, en atención al grado de eficiencia, eficacia, transparencia y economía en el uso y destino de los recursos y bienes del Estado, así como del cumplimiento de las normas legales y de los lineamientos de política y planes de acción, evaluando los sistemas de administración, gerencia y control, con fines de su mejoramiento a través de la adopción de acciones preventivas y correctivas pertinentes. El control gubernamental es interno y externo y su desarrollo constituye un proceso integral y permanente.

TÍTULO II SISTEMA NACIONAL DE CONTROL CAPÍTULO I CONCEPTO Y CONFORMACIÓN DEL SISTEMA Artículo 12.- Definición:

El Sistema Nacional de Control es el conjunto de órganos de control, normas, métodos y procedimientos, estructurados e integrados funcionalmente, destinados a conducir y desarrollar el ejercicio del control gubernamental en forma descentralizada. Su actuación comprende todas las actividades y acciones en los campos administrativo, presupuestal, operativo y financiero de las entidades y alcanza al personal que presta servicios en ellas, independientemente del régimen que las regule.

CAPÍTULO VII POTESTAD SANCIONADORA DE LA CONTRALORÍA GENERAL Artículo 41.- Facultad sancionadora En cumplimiento de su misión y atribuciones, la Contraloría General tiene la facultad de aplicar directamente sanciones por la comisión de las infracciones que hubieren cometido las 23 entidades sujetas a control, sus funcionarios y servidores públicos, las sociedades de auditoría y las personas jurídicas y naturales que manejen recursos y bienes del Estado, o a quienes haya requerido información o su presencia con relación a su vinculación jurídica con las entidades. Dicha facultad se ejerce con observancia de los principios de legalidad y debido procedimiento.

En la práctica la OCI, orienta su trabajo más a la a la auditoría interna financiero y económico, dejando de lado la evaluación de las actividades académicas.

De este modo, a priori, podemos afirmar que el órgano de control, viene trabajando con una concepción inadecuada en esta era de cambios y competitividad que exige la modernidad en los procesos de acreditación universitaria.

La ley N° 28740 DEL SISTEMA NACIONAL DE EVALUACIÓN, ACREDITACIÓN Y CERTIFICACIÓN DE LA CALIDAD EDUCATIVA, establece entre otros, lo siguiente:

Artículo 5°.- Finalidad del SINEACE El SINEACE tiene la finalidad de garantizar a la sociedad que las instituciones educativas públicas y privadas ofrezcan un servicio de calidad. Para ello recomienda acciones para superar las debilidades y carencias identificadas en los resultados de las autoevaluaciones y evaluaciones externas, con el propósito de optimizar los factores que inciden en los aprendizajes y en el desarrollo de las destrezas y competencias necesarias para alcanzar mejores niveles de calificación profesional y desempeño laboral.

Artículo 6°.- Funciones del SINEACE. Son funciones del SINEACE:

  • a. Definir y enunciar los criterios, conceptos, definiciones, clasificación, nomenclaturas y códigos que deberán utilizarse para la evaluación, acreditación y certificación de la calidad educativa, a fin de posibilitar la integración, comparación y el análisis de los resultados obtenidos.

  • b. Proponer políticas, programas y estrategias para el mejoramiento de la calidad educativa y el buen funcionamiento de os órganos operadores.

  • c. Articular el funcionamiento de los órganos operadores del SINEACE.

  • d. Promover el compromiso de los ciudadanos con la cultura de la calidad.

  • e. Garantizar la autonomía de los órganos operadores del Sistema en el marco de la presente Ley.

  • f. Informar objetivamente, a través de sus órganos operadores, acerca del estado de la calidad de la educación nacional y de los resultados logrados por las instituciones educativas evaluadas, para conocimiento público y orientación de las políticas y acciones requeridas.

  • g. Registrar a las entidades evaluadoras previa comprobación objetiva del cumplimiento de los requisitos considerados en el reglamento de la presente Ley.

TITULO V: DEL CONSEJO DE EVALUACIÓN, ACREDITACIÓN Y CERTIFICACIÓN DE LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA (CONEAU)

Artículo 29°.- Definición: El CONEAU es el órgano operador encargado de definir los criterios, indicadores y estándares de medición para garantizar en las universidades públicas y privadas los niveles aceptables de calidad, así como alentar la aplicación de las medidas requeridas para su mejoramiento.

Artículo 30°.- Instancias de evaluación. En cada universidad se deben constituir instancias de evaluación institucional con el propósito de analizar los logros y dificultades en el cumplimiento de sus funciones y metas.

Artículo 31° .- Organización. Para el cumplimiento de su finalidad, el CONEAU cuenta con la siguiente organización:

  • a. Un órgano de dirección. Órganos de línea. Órganos consultivos.

Los objetivos y funciones de cada órgano del CONEAU son definidos en el reglamento de la presente ley.

Artículo 32° .- Órgano de dirección.

32.1 El CONEAU cuenta con un órgano de dirección constituido por un directorio conformado por seis (6) expertos de reconocida trayectoria en el campo de la evaluación, acreditación y certificación designados mediante resolución suprema refrendada por el Ministro de Educación, previo proceso de selección en su entidad de origen y por un periodo de tres (3) años, renovables por tercios. Deben poseer experiencia de diez (10) años en la docencia universitaria o en su respectivo ejercicio profesional.

Serán propuestos:

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32.2 El directorio del CONEAU es presidido por uno de Sus miembros elegido por y entre ellos. Una vez designados, no están sujetos a mandato imperativo de la institución de origen y podrán ser removidos por causales establecidas en su reglamento

Artículo 33°.- Comisiones técnicas. El CONEAU formara comisiones técnicas, cuyos miembros deberán acreditar reconocida trayectoria académica, intelectual y profesional, así como experiencia en la gestión académica universitaria. El reglamento de la presente Ley precisa su organización y funciones.

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS, TRANSITORIAS Y FINALES

CUARTA.- Reglamento de organización y

Calidad de la Educación Básica y Técnico-Productiva (IPEBA), el Consejo de Evaluación, funciones.

El instituto Peruano de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Superior no Universitaria (CONEACES), el Consejo de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Universitaria (CONEAU), aprueban la normatividad requerida para su funcionamiento, dentro de los sesenta (60) días posteriores a la fecha de su instalación.

QUINTA.- Aplicación

Los órganos operadores del sistema se encargan de elaborar y aprobar los lineamientos básicos respectivos para la aplicación progresiva de la ley, debiendo contemplar mecanismos participativos que permitan una verdadera difusión de la cultura de la calidad basada en la AUTOEVALUACION.

El objetivo principal de la ACREDITACIÓN DE UNIVERSIDADES NACIONALES, es una OPORTUNIDAD PARA SER MEJORES, ASEGURANDO la oferta permanente de CALIDAD de la gestión académica y de su ambiente institucional. Este proceso consiste en una AUTOEVALUACIÓN voluntaria a la que la institución se somete a fin de conocer sus fortalezas y debilidades internas, como las oportunidades y amenazas externas, a la luz de un proceso educativo y de su estructura organizacional. Una institución acreditada da garantía pública en cuanto a lo que ofrece y propone, cumpliéndola eficientemente.

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Figura 6.0713 Tipología del Control Interno

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Figura 6.0914

Provocado por la estrepitosa caída de ENRON (2002), de manera reactiva el sector privado, se vio precisado de adecuar las normas del sistema de control interno ante la imperiosa necesidad de mejorar el comportamiento organizacional, principalmente como una herramienta para combatir a la corrupción. Primero se aplicó el COSO I y ahora difunde y se inserta en el COSO II – ERM.

Recién a partir del año 2004 la administración de las empresas públicas reacciona, ensayando incorporar dentro de ellas a estas herramientas de administración de riesgos. Se inicia a través del INTOSAI, como ente integrador de las Contralorías de los países especialmente americanos. Esta corriente está permitiendo adecuar las normas de Control Interno en el Perú, como se mencionó en la parte introductoria (Resolución de Contraloría No. 320-2006 CG). Es cierto, que el problema se presenta en su implementación, debido a la ausencia del debido estudio que debió otorgarse a los valores, actos y actitudes de la gente. No es razonable, menos funcional, imponerlas a través de leyes, sino más bien exige del ejemplo empezando por los titulares de pliego y funcionarios. Considerando esta dificultad en el año 2008, se aprobó la Guía de Implementación del Control Interno, en la que se fija un plazo máximo de 2 años, que venció el 2010.

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El dispositivo considera que estas normas deben ser analizadas, merituadas, difundidas, aplicadas y monitoreadas por los titulares de pliego de las entidades públicas, en su pretendida intención de armonizar las normas de control interno de acuerdo a la corriente internacional y de buenas prácticas. Es necesario resaltar y tomar en cuenta que las metodología a aplicar son "autoevaluación y autodiagnóstico" en el manejo del CI.

USAID[10]patrocina la metodología Casals de autoevaluación de control interno para gobiernos locales en América Latina. Contiene una técnica muy importante para mejorar la práctica de los procesos de autoevaluación, que muy bien pueden aplicarse para lograr la acreditación de las universidades públicas en el Perú.

Por otro lado, es bueno recordar que desde la Declaración de Bolonia (1999) ya se reclamaba con urgencia la necesidad de instituir medidas comunes de aseguramiento de la calidad, petición que tiene continuidad en declaraciones sucesivas, tomando su mayor acopio y desarrollo consistente en la Declaración de Bergen (2005), en la que se adoptaron los indicadores y directrices de calidad establecidos por la Agencia Europea para el Aseguramiento de la Calidad en la Educación Superior – ENQA

Para algunos estas declaración fueron vagas respeto en qué se concibe y ensaya con la calidad de la educación, que ha de valorar en correlación con la misión y prospectiva de la Universidad actual, es decir plantearse qué cambios, porqué y para qué deben darse en ella y cómo afectarán a los docentes y a los alumnos. No hay duda que estos cambios exigen nuevos y ajustados criterios y procedimientos de evaluación atentos a las características singulares de la nueva actividad docente que hace necesario que los requisitos y buenas prácticas de valoración profesional no separen artificialmente la docencia de la investigación. Es más, lo indeterminado de qué y para qué es necesaria la calidad corre el riesgo de confundir y malversar las intenciones y propósitos de la educación universitaria alejándose de sus finalidades, reduciendo los procesos de enseñanza y aprendizaje a mera transmisión y entrenamiento de ciertas habilidades en el desarrollo de técnicas para la generación de conocimiento, generación que, como esencial objeto universitario, debe valorarse junto al proceso formativo de los docentes investigadores. En la actualidad, las universidades nacionales, en las valoraciones de la docencia e investigación de sus profesores universitarios se guían por indicadores alejados de lo que incumbe realmente al valor de las enseñanzas universitarias como soportes esenciales de la vida y sus formas. En un momento de cambio es determinante: concretar y ajustar los indicadores para valorar la docencia e investigación conjuntamente y transformando los indicadores en criterios ajustados a cada forma del conocer y hacerlo junto a los procedimientos y medios. Valoraciones por las que hay que seleccionar y formar a quienes la van a aplicar: evaluadores de los profesores universitarios, evaluadores y auto evaluadores del control y la calidad universitaria.

Desde la presentación de la Konrad Loren[11]z (1981), estableció dentro de su Proyecto Educativo Institucional (PEI) un compromiso con la calidad, asignando a la autoevaluación -concebida como un proceso continuo e integral del quehacer Institucional- el rol de pilar básico en la búsqueda de la excelencia. Así se instituyó una mirada crítica permanente al interior de cada unidad académica y administrativa con el propósito de mejorar de manera continua los resultados en docencia, investigación y proyección social y ofrecer servicios de alta calidad a todos sus grupos de interés. Para adelantar estos procesos estratégicos de autoevaluación y mejoramiento continuo y respondiendo a la creciente complejidad organizacional derivada de la aprobación de nuevos programas académicos de pregrado y postgrado, la Institución ha contado con un Sistema Institucional de Aseguramiento de la Calidad compuesto por políticas, procesos de apoyo y unidades responsables de su administración, que se ha ido perfeccionando a lo largo de los años de existencia de la Institución.

El Sistema Institucional de Aseguramiento de la Calidad, además de constituirse en un apoyo para el gerenciamiento estratégico de la institución y para la toma oportuna de decisiones con el ánimo de garantizar la calidad y la eficiencia, permite dar cuenta del cumplimiento de los estándares de calidad de los programas académicos (estándares básicos 41para la obtención del Registro Calificado y estándares de alta calidad para la obtención de la Acreditación o para su renovación), de la calidad de las dependencias (para garantizar la correcta ejecución de sus procesos y servicios) y de la calidad de la propia Institución (para la obtención de la Acreditación Institucional). El documento está constituido por cuatro capítulos: El capítulo I recoge los antecedentes históricos del aseguramiento de la calidad en la Institución. El capítulo II establece los lineamientos del Sistema Institucional de Aseguramiento de la Calidad (SIAC): marco conceptual, objetivos y principios que lo orientan. El capítulo III presenta la organización que va a tener el Sistema Institucional de Aseguramiento de la Calidad, así como la estructura de participación de los equipos de trabajo y sus respectivas funciones. En el capítulo IV se expone el enfoque metodológico que incluye los conceptos operativos claves sobre "calidad" que asume la Institución, los dos procesos centrales y las distintas fases y acciones que deben recorrerse.

El "summum bonum" o mayor bien de la calidad debe incluir, desde el objeto fijado, procedimientos para cambiar radicalmente a la selección, capacitación y entrenamiento de los docentes, quienes deberán reflejar competencias de investigación universitaria, cambio desde los fundamentos y métodos del conocimiento, e institucionalmente implantado en los distintos centros universitarios; modificar las programaciones para que la natural interacción entre teoría y práctica se ofrezca de forma sistemática, lo que exige ajustar la ratio en las aulas. Más aún si no practica el isomorfismo conceptual para aplicar en sinergia los términos de las normas. Cuando hablamos de sinergia, nos referimos a todo lo que tiene sincronía y trabaja bien, ya que sinergia es el resultado de la interacción de todos los componentes o sub subsistemas, en otras palabras decimos que el todo es más que la suma de sus partes. Podemos encontrar sinergia en todo lugar ya sea de forma positiva y negativa lo cual utilizamos en nuestra vida diaria; concluimos entonces que toda la naturaleza es sinérgica. Parte de la sinergia es recursividad, la cual ayuda a los sistemas y subsistemas se complementen entre sí, no pierdan ningún valor estando en armonía. Por ello creemos que para el desarrollo de la sociedad es fundamental la sinergia. Sin esto, es casi imposible hablar de calidad y control ni de reforma sólida y efectiva de la universidad nacional

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Figura 6.1118 Isomorfismo y Sinergia.

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4.2 FUNDAMENTO TEÓRICOS DE LA INVESTIGACIÓN.

4.2.1 MARCO LEGAL DE LA INVESTIGACION

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4.2.2 MARCO HISTÓRICO

Al estimar excelente el contenido histórico y de proyección de la Universidad Latino americana y al ser concordante a mi investigación, en lo que se refiere a la Acreditación Universitaria, transcribo, en resumen, las partes más importantes del ensayo de MIGUEL ANGEL CORTÉZ[12]MARÍN de la Universidad de Chiapas, México, titulado LAS CLAVES DEL DESARROLLO, basado en una visión que tiene como objetivo alcanzar los indicadores y estándares de la Universidad del Siglo XXI.

Cortéz da inicio a su ensayo nos reafirma que fue MUCHO MÁS QUE UN SIMPLE ESCÁNDALO: las quiebras fuero necesarias para tomar conciencia que los fracasos empresariales, nos dice la visión más radicalmente liberal, formando parte de ese proceso de 'destrucción creativa' al que se refería Schumpeter para asentar los procesos de innovación, y mediante el cual se regenera permanentemente el tejido capitalista. El colapso de Enron es, sin embargo, algo más que una pieza de esa cadena darwiniana a través de la que avanza el sistema basado en el libre mercado. Estuvo en razón Paul Krugman cuando, dos semanas después de declarase la quiebra del gigante energético, advertía de las inquietantes similitudes políticas con la emergencia de la crisis de las economías del sureste asiático.

CRISIS CAPITALISMO GLOBAL Y EL DESARROLLO CONVENCIONAL: Cortez dice que durante los últimos 30 años somos testigos de un período mundial de crisis espectaculares. Somos viajeros del mismo tiempo de incertidumbre, con dirección a un mundo totalmente distinto al que conocemos y que nadie puede predecir. A partir de los años setenta, dice George Soros, se inicia realmente un monumental capitalismo global.

Alvin Toffler predice la colisión de estas dos grandes olas, la economía desarrollada, trastoca los patrones culturales y de consumo de los países en desarrollo, por arbitraria superioridad competitiva, dominando casi por completo los mercados locales del mundo. Este colapso ha originado el gran subempleo de las amplias capas de la población mundial. Sobre tal situación se levanta la crisis general de la sociedad contemporánea que todos percibimos, y que muchas veces concebimos como si tuviera vida propia. En medio de esta extraordinaria convulsión, hay un pequeño conjunto de grandes fuerzas estructurales que tienen una relación especialmente importante con los análisis más serios y responsables del gran desequilibrio mundial que vivimos.

Veamos cuales son: El desarrollo económico por automatización y concentración de la guerra económica del capital global. Los ambientes bélicos del capital global. La guerra.

IDENTIDAD LATINOAMERICANA: UN DESAFÍO PENDIENTE: Continua Cortéz, diciendo que vivimos en un tiempo en que sumamos más de 6000 millones de seres humanos en este planeta, momento crítico que al inicio de un nuevo siglo comienza a demandarnos una revisión profunda acerca del tipo de mundo que hemos producido, del tipo de acciones que hemos hecho sobre él y nosotros mismos.

De pronto la globalización y las transnacionales se han vuelto tema en boca de todos los actores sociales; temas que se centran en nuestra América en la problemática de la identidad.

Filósofos e historiadores han llenado libros sobre este tema y en ellos podemos deducir inicialmente que el fondo de sus escritos es la denuncia y el diagnóstico y muy poco sobre las posibles propuestas. De ello surge la necesidad de poner y aventurar una mirada crítica sobre nuestra identidad, la forzosa construcción de ella, sus limitantes. Por tal razón, se hace un diagnóstico crítico e histórico sobre la construcción de nuestra identidad y los problemas que ello genera desde el mundo globalizado y mundializado; como fuente de construcción de conocimiento histórico y de formación de sentido de pertenencia.

En primer lugar, debemos decir que la discusión sobre nuestra identidad no es nueva. En la década de 1920, en Alemania, el Instituto para la Investigación Social (Institut für Sozialforschung), fundado en Frankfurt en 1923 por Adorno y Horkheimer consideran que el mundo en el que viven "es el mundo de la caída de la razón objetiva", en donde el hombre ya no cuestiona críticamente su devenir ni pasado, por lo tanto, se encamina hacia la pérdida de su identidad individual y colectiva. En la década de los 70"s, Michael Foucault trabaja la idea de que hay conceptos claves para el entendimiento de la sociedad; por ejemplo, la disciplina (que es una especie de lema en torno a la cual gira el modelo capitalista); el poder, el cual no es sólo prohibitivo o represivo, sino también reproductivo; produce por ejemplo, diferentes regímenes de verdades y de saberes, los cuales, por lo tanto, condicionan el apoderamiento de identidades culturales. En su obra Microfísica del poder, pone énfasis justamente en esa visión reticular del poder y en las manifestaciones en lo cotidiano, rayando con mucho cuidado y prolijo el tema de la construcción de la identidad. De la obra de Foucault se derivan también los escritos de Guattari, Deleuze, Derrida, Lyotard, etc., quienes hacen un repaso crítico a la posmodernidad. Contemporáneo a Foucault, Jürgen Habermas, discípulo alemán de la Escuela de Frankfurt, planteaba que la pérdida de la identidad social era el resultado de la desvinculación entre los sistemas técnicos y la vida actual, donde el hombre se ha vuelto presa fácil de la tecnificación, olvidando por ende su pasado y el compromiso con el futuro, volcándose hacia la individualidad y el abandono de sus tradiciones.

Con motivo del cumplimiento de más de 500 años del descubrimiento de América, la problemática se volcó hacia nuestro continente y si bien, ya se había escrito antes sobre identidad latinoamericana, la gran mayoría de esos manifiestos se hicieron públicos a partir de 1992. Los órganos y redes intelectuales de Latinoamérica buscaron con afán entre las obras como las de Todorov, Dussel, Kusch, Biagini, Roig, Montiel y Zea, por nombrar algunos, pequeñas señales que alimentasen la discusión en torno a nuestra identidad: la permanencia o el fortalecimiento de ella. Esta discusión en torno a la identidad latinoamericana no sólo involucró a pensadores, académicos e intelectuales, sino que además comprometió a políticos, etnias, grupos nacionalistas, reivindicadores, etc., quienes se apropiaron de determinados discursos para justificar o replantear nuestra identidad.

Conceptualmente, la identidad es "el núcleo de cada cultura. Es el modo de ser particular, la propia y singular peculiaridad de las variantes universales de cada cultura en el eje del tiempo y en la dimensión del espacio". Esta definición nos habla de identidad como muestra de un todo social, como el resultado de la cultura de cada sociedad en el tiempo y en el espacio; con al cual nos surge la primera interrogante: ¿El modo de ser de América ha sido siempre el mismo? Consideramos que no, aunque existan pequeños atisbos de continuidad, como el hecho de un pasado colonial, una obligada inserción al capitalismo y a la dependencia económica que dan como resultado una Latinoamérica en vías de desarrollo.

Desde la llegada de los hispanos a nuestro continente, la población indígena fue brutalmente reducida a la fuerza. Los indios que resistieron eran exterminados o simplemente se adaptaron a la aculturación, la transculturación y a la evangelización, la cual no sólo acababa con su cultura sino también con su imaginario colectivo.

Como señala el sociólogo Jorge Larraín, "del encuentro original entre la cultura española e indígenas, emergió un nuevo modelo cultural fuertemente influenciado por la religión católica, íntimamente relacionado con el autoritarismo político y no muy abierto a la razón científica. Este modelo coexistió fácilmente con la esclavitud, el racismo, la inquisición y el monopolio religioso". La llegada de las emancipaciones latinoamericanas no provocó grandes cambios en este panorama; es más, la conformación de un mestizaje latino híbrido donde la preponderancia apunta a la no-pureza de nuestro criollaje. Las esferas de poder se trasladaron hacia los terratenientes y hacendados, los cuales reprodujeron el discurso político y económico colonial atentando contra el criollaje y las etnias, para justificar el poder y el sometimiento a una hegemonía cultural en toda Latinoamérica. La industrialización de las naciones occidentales provocó en Latinoamérica flujos de dependencia económica que posibilitaron el ingreso de capitales británicos y estadounidenses que se alojaron en el seno de nuestras economías, transformando las costumbres de la oligarquía, quienes seguían ostentando el poder interno, subyugando a los sectores populares a una reformulación de corte moderno del sistema colonia.

Sin embargo, el siglo XX para Latinoamérica fue sinónimo de la expresión máxima de la desintegración cultural con la irrupción veloz de los medios de comunicación y el aumento de la brecha entre las esferas de poder y la sociedad. Es aquí, donde la obra de Rodolfo Kusch, América Profunda, cobra actualización en torno a sus postulados para la confrontación entre el mundo hispano y el indígena. Según Kusch, hay dos visiones en nuestro continente que no siempre conjugan el mismo verbo de identidad. En primer lugar habría una América periférica, austral que sería dominio de la tradición occidental, depositaria del individualismo, del mundo secularizado, de la racionalidad instrumental y la modernidad que simbolizaría la equivalencia entre "ser alguien" y la acción promotora del ser humano en el estandarte del control y el dominio.

Por otro lado, al interior de América en su "profundidad", existiría una cosmovisión diferente y conservada a pesar de la conquista occidental. Esta visión no está orientado a la definición sino más bien dirigido hacia el "aquí y el ahora" como una perspectiva de encuentro, donde predominaría una dimensión colectiva de lo humano sobre una individual, la totalidad sobre la particularidad y una concepción de pertenencia al entorno ajustando el mundo a un sentido mítico y religioso, el sujeto "se vive" como domiciliado en su circunstancia, desde la cual se desprende su sentido ontológico particular referido "al estar". Al ya mencionado dilema de nuestra identidad, hay otros factores que por lo menos son necesarios nombrar, y que en definitiva (des)configuran nuestra Reflexión. Se debe tener en cuenta que "es innegable que la religión ha jugado un papel fundamental en la historia de la cultura en Latinoamérica en cuanto a que se ocupa de los valores supremos y que ha servido para fundamentar un orden social compartido". Es decir, que la religión ha servido de silenciador de muestras de reivindicación radical y que se ha encargado de justificar a quienes en estos momentos ostentan las esferas de poder.

También, otro problema para nuestra identidad es sin duda alguna el afán de los sectores conservadores de mantener enterrado el florecimiento de la identidad latinoamericana, desean el poder que ellos ostentan actualmente y que, como un fantasma, la liberación de los mecanismos de opresión existentes, romperían el marco actual.

Otra preocupación para nuestra identidad apunta más bien a nuestras escuelas y a la didáctica de la enseñanza de la Historia, donde prevalece un enfoque tradicionalista y positivista basado en las fechas y los datos en vez de la comprensión y análisis real de nuestro pasado. Es bien conocido el desencanto juvenil frente a los discursos políticos actuales. Según Peter McLaren, como consecuencia de la condición postmoderna de nuestra sociedad actual, los jóvenes sienten repudio frente al "compromiso con el presente o a pensar históricamente", viven las identidades superficiales de las imágenes que les entregan los medios de comunicación, en las que la política de análisis interpretativo es reemplazada por la política del sentirse bien, del dejar pasar o bien del olvido de la memoria histórica. Esto atenta considerablemente contra nuestros jóvenes; puesto que la forma tradicional de enseñar nuestra historia no los lleva a entender el tejido y conjunto de los hechos de nuestro pasado, el cual "necesita ser remodelado periódicamente por la urgencia que cada generación tiene de construir el presente desde el pasado, y de producir su propia realidad social y cultural a partir del mundo que recibe como legado, superando de paso, los problemas vitales con que ese legado carga a la nueva generación".

En este punto Kusch realiza un análisis acabado y genial de las diferencias existentes en nuestra América multicultural y sincrética que en definitiva se oponen a la homogenización y a la globalización de nuestra cultura social, impidiendo por razones "del ser latinoamericano" la homogenización de una identidad.

NUEVOS RETOS Y DESAFÍOS DE LAS UNIVERSIDADES: Cortéz precisa que la globalización económica llevó a la reducción del estado de bienestar y condujo a la exclusión social. Las transformaciones del mundo globalizado han llevado a la aparición de una nueva cultura en la que las personas están cada vez más lejos del poder y sienten una creciente indiferencia por las instituciones de la sociedad que se desmoronan y ven individualizado su trabajo y sus vidas.

En estas circunstancias, la matriz social de los últimos cuarenta años comienza a diluirse. Hoy se asume un nuevo tipo de sociedad en la que lo único que le da sentido a esta es el mercado. Están surgiendo nuevas situaciones de desigualdad, pobreza, marginación. Se está dando un nuevo sujeto sin derecho que no reconoce el derecho del otro y atenta contra él, porque es negado por la sociedad. En medio de este contexto existe un sistema educativo al que le sobran discursos y que en el mejor de los casos, prepara el trabajo pero carece de acciones eficientes para formar a hombres comprometidos con la vida. Esto motiva la evolución de la universidad al debate actual.

Pero, la incorporación de la Universidad al debate posmoderno provoca la necesidad apremiante de una reflexión a la luz de los nuevos tiempos que transcurren, donde se habla de la "Pérdida del sentimiento Ético de la vida universitaria". Se manifiesta una atmósfera negativa en contra de la centralización de una institución, que hasta hace poco tenía un lugar social privilegiado de la realización del programa de libertad y formación para todos, por albergar en su seno al sujeto ilustrado de la modernidad, el hombre. De marchar la sociedad como estaba previsto, las universidades se convertirían inevitablemente en centros privilegiados de producción y difusión del saber transformador universal, donde el conocimiento científico-técnico ocuparía un lugar prominente. Así las universidades se debían convertir en el laboratorio social desde donde se elaborarían y se ejecutarían todos los proyectos democráticos desarrollistas que entraban a manifestarse en toda la América Latina en el pasado siglo XX. Hoy por el contrario nadie cree que la Universidad vaya a conducir a algún cambio revolucionario, sino que hay fuertes dudas de su participación en el proceso de modernización más elemental que debe realizar la sociedad para no quedar totalmente desincorporadas del proceso de globalización. La crisis encuentra una profundización que se pudiera resumir básicamente en un objetivo central: liquidar la posibilidad de la educación superior estatal y, con ello, impedir que la universidad pública se consolide y desarrolle como la única vía que tienen vastos sectores de la población para acceder a la formación y al conocimiento de nivel superior.

Las universidades públicas son del estado y en opinión de muchos son innecesarias, precisamente porque la iniciativa privada puede cubrir o debe cubrir el servicio de la educación superior, y esto mismo ocurre con la salud, la vivienda y los servicios públicos, sectores que tienen influencia principal sobre la vida de la mayoría de la población del continente. La privatización de las universidades es la forma de limitar o negar el ingreso de la mayoría de la población al nivel superior de la educación. Esta problemática ha llevado a que las universidades públicas latinoamericanas vayan perdiendo gran parte del espacio que ocupaban en el seno de la sociedad continental. La situación de la educación universitaria, al igual que el conjunto del sector educativo, hoy presenta una crisis acumulada que es producto de la aplicación de una política muy definida desde hace muchos años para la educación pública en general y en particular para la educación superior y han terminado por hundirse en la quiebra institucional debido al papel del estado actual de las políticas macroeconómicas de ajustes estructurales, dentro del proceso mundial de globalización, que exige de una mayor calidad.

La Universidad debiera de evaluarse a sí misma para enfrentar la amenaza del entorno donde se encuentran sometida a una severa asfixia presupuestal, a un control de la autonomía universitaria y a un régimen de indicadores que no estimulan la investigación ni la actualización o superación de los conocimientos.

El sistema de enseñanza actual es tan "racional" que está pensado más en función de las materias que ha de dominar el estudiante que en función del estudiante mismo. La dificultad está en el proceso que se hace de la crítica que no se fomenta en los sistemas de educación formales. No se fomenta en los procesos creativos porque es más fácil entenderse con la seguridad de lo conocido, que aventurarse a buscar las cadenas artificiales que se crean los propios académicos. Se plantea que la Educación Superior Pública es el principal factor de movilidad social de pueblos, que "tienen un papel estratégico en su capacidad para generar conocimientos e innovaciones tecnológicas, inductoras del desarrollo nacional".

Las Universidades Públicas dan un cúmulo grande de información cultural, social, económica, donde realmente se forma una visión verdaderamente amplia de los pueblos, "dan un impacto social y estratégico importante".

La forma utilizada de financiar todas las instituciones de Educación Superior por el estado ha sido paternal; y desvinculada del criterio de evaluación de calidad, equidad y eficiencia de la gestión. Para que ella pueda efectuar una contribución importante al progreso de la sociedad y el estado, debe comprender que financiarla no es una carga para los fondos públicos, más, es una necesidad inminente a largo plazo, para acrecentar la complejidad económica y el desenvolvimiento cultural y social.

Las Universidades desempeñan un papel fundamental en cualquier perspectiva de desarrollo de L.A. Tienen que enfrentar estos retos, desafíos y problemas e integrar nuevos y diferentes enfoques, dada la diversidad de contextos económicos, políticos y sociales en que está inmersa la Educación Superior en el nuevo marco social. La educación superior debe ser capaz de responder a las necesidades de la humanidad en el siglo XXI. Es necesario por tanto, colocar las instituciones de Educación Superior a disposición de la sociedad como agentes activos que formulan e implementan LA POLÍTICA en general, y en particular las políticas de educación, ciencia, tecnología, cultura y sobre todo HUMANISMO.

EL DESAFÍO DE LA GLOBALIZACIÓN FRENTE A LOS UNIVERSITARIOS: Cortéz incita a los académicos abordar la problemática social de manera conjunta no constituye meramente un ejercicio académico. "Colocar en el centro del discurso político esta preocupación implica dejar de asumir la política como un acto responsabilidad de unos cuanto hombres para enmarcarla en la lucha histórica de los movimientos sociales en los que navega la universidad". La globalización es una realidad por cuanto hoy en día la integración, las finanzas y la información están creando una cultura y un mercado integral único. Nos encontramos en lo que Friedman (1998) llama "un tren sin freno".

Vemos como en materia educativa, a escala mundial con respecto a otros sectores de la sociedad, los síntomas son alarmantes, para 1990 América Latina "solo participaba con el 2 % del Producto Interno Bruto total en inversiones para Ciencia y Tecnología, diez años más tarde, para el año 2000 baja a 1%, mientras que Asia subía de un 15% a un 21%".

Esta participación se redujo ya que América Latina llegó a gastar a fines de esa década un monto fiscal promedio por alumno matriculado en la enseñanza superior, menos que en todas las regiones del mundo.

Hoy la vida académica en cualquier universidad latinoamericana, tanto privada como pública parece debatirse entre "el oportunismo teórico-ideológico, como ejercicio del pensamiento académico de vanguardia, el letargo intelectual y una necesidad de reproducir todas las estructuras productivas y sociales existentes", el profesor universitario que se suponía con una capacidad dada para realizar el cambio repite los conocimientos elaborados en espacios diferentes a las universidades y más aún en latitudes muy distantes de nuestros países. Se ha hablado así en forma cada vez más sistemática y frecuente de una situación de quiebra moral y estructural de las instituciones académicas que podría denominarse como el fin de todas las universidades, metáfora que contiene una mirada de dolor al observar que las funciones más intrínsecas a estas instituciones como son creación, preservación y transmisión de conocimientos, pueden ser perfectamente realizadas hoy en forma más amplias y mucho más eficientes por instancias que nada tienen que ver con el mundo académico. Las redes de telecomunicaciones (TV, cables, Internet) están concentrando una masa crítica de información y conocimientos en general que difícilmente podría ser generada y depositada en la universidad dada las condiciones de estructuras cerradas y obsoletas que generalmente estas poseen.

En otras esferas sociales, que no son las que constituyen la Universidad, se están produciendo y almacenando los conocimientos de punta que permiten diseñar las palancas que movilizan la vida de hoy. La Universidad se ha convertido de esta forma en un mero centro de consumo y reproducción de conocimientos y saberes que provienen de instituciones privadas y gubernamentales de investigación.

En este momento no está claro que el lugar de donde se concibió la cuna de la cultura siga siendo el hábitat natural de la razón ilustrada por excelencia.

Ese conocimiento que hay que construir, no es solo un producto, es también una forma de construir nuevas realidades. Pero ¿Cuál es nuestra responsabilidad concreta? ¿Qué hacer para que la política económica sea también una política de integración social? El problema está en romper con las trabas que conforman esa forma de pensar, para solucionar los grandes retos de este entorno porque en ellas está el futuro del desarrollo del continente. El estado, por tanto, debe ser el responsable de dirigir y fijar las prioridades de toda la Educación Superior, en beneficio de la propia sociedad y esta a su vez debe desempeñar la función de garantizar la seguridad humana de manera que podamos vincular con éxito las esferas de la vida diaria en el plano individual y local y de la vida económica en el plano regional y mundial. La situación de la Educación Superior Pública es muy peculiar, tiene una función de extraordinaria importancia dentro de la sociedad, cuando trasmite información para la sociedad y prepara una gran cantidad de profesionales que irán luego al mercado de trabajo para satisfacer sus necesidades, esto le hace que tenga en realidad un valor social extremadamente alto, tan alto como la educación básica, la media o más en ocasiones. Por tanto la educación superior merece todo el apoyo gubernamental. Las universidades públicas son piezas básicas de nuestra sociedad que requieren dinamismo y flexibilidad para adaptarse -y adelantarse, en lo posible- a los cambios que nos rodean.

Se necesitan hoy universidades públicas, dotadas de un buen sistema de vinculación académica, económica y social y con los medios suficientes para crear, producir y difundir el conocimiento, tanto el científico y humanista, como el tecnológico. Universidades para formar hoy y mañana de manera permanente a nuestros hombres y mujeres, con el fin de que puedan desarrollar una tarea que les permita conseguir una calidad de vida digna, dentro del marco de una sociedad justa y de progreso. Hoy, tienen que cumplir su función crítica dentro de la sociedad y debe cumplir su misión pública -el desarrollo de la educación ciudadana- para poder enfrentarse a los desafíos actuales de la Educación Superior de mundialización o globalización, regionalización, marginalización, y fragmentación sobre la sociedad".

FUNCIONES DE LAS UNIVERSIDADES LATINOAMERICANAS FRENTE A LA GLOBALIZACIÓN: Cortéz recuerda que las universidades tienen muy diversas funciones que cumplir. La primera es la formación no solamente de sus estudiantes, sino también la transmisión de sus bases de conocimientos a la sociedad. Esto quiere decir que hay que enseñar a aprender y, a su vez, aprender a enseñar, esto afecta tanto a los usuarios del servicio como a los docentes del sistema. La segunda función es producir conocimientos, es decir, investigar. Esta función supone, en primer lugar, tener capacidad para producir nuevos conocimientos innovadores y, en segundo lugar, dotarse de un profesorado con capacidad para competir en este campo. La tercera y última función, es la social. Aquí la relación sociedad-universidad no puede ser contemplada hoy como hacíamos una generación atrás. Ni entonces, ni actualmente, ha sido demasiado intensa la preocupación de los dirigentes políticos o económicos por las actividades universitarias, de las cuales, a menudo, han desconocido datos elementales tanto en lo referente a su actividad, como a su organización. Para orientar esta relación de acuerdo con lo que nuestra sociedad pide, es indispensable seguir ampliando el intercambio de información entre universidades, responsables políticos y dirigentes sociales y económicos.

Se hace necesario que la Universidad mantenga su función vital, de producción y preservación de conocimientos, por cuanto es la encargada de preparar la maquinaria para el trabajo en condiciones de mercado capitalista de toda la mano de obra calificada. Estas son reflexiones que practican estas universidades a pesar de las limitaciones crecientes que padecen de financiamiento estatal, tanto científico como tecnológico. Por eso la Universidad tiene que cambiar para seguir siendo lo que es, un centro de transmisión de conocimientos, porque ella es parte de la solución del problema actual de la humanidad. Muchas Universidades no tienen claro cuál es el camino a seguir para lograr el desarrollo del país, lo entienden de diferentes maneras. "Lo más importante es saber que este proceso de cambios que existe en la Universidad es para seguir siendo lo que es, no para transformarla en otra cosa", como pretenden determinados planes de ajuste que se están aplicando hoy. Se habla que hay que mantener la autonomía de pensamiento de la Universidad, sin ataduras desde afuera, para lograr una Universidad formadora de seres humanos abierta a todo aquel que quiera hacer el esfuerzo de estudiar.

La Universidad como generadora de la riqueza más importante que tenemos las naciones hoy, que es el conocimiento sobre la humanidad. Pero la autonomía no solamente es un derecho, es también un deber. El concepto de autonomía va muy ligado también con el concepto de universidad, qué universidad y para quién esa universidad. En la definición de estos asuntos reclamamos que los universitarios puedan sean autónomos, sin ningún tipo de interferencia exterior, sin la presión de ninguno de los poderes públicos. Esta es la esencia misma de la universidad. La comunidad universitaria necesita poder definirle el rumbo a la universidad, no de espaldas al país, sino con el país, con sus necesidades y perspectivas. No para entrar en una urna de cristal sino para pensar y actuar como miembros de una comunidad nacional que cumple una función específica. En este sentido, se orienta un nuevo esquema de cambio, donde se observe una universidad abierta, que exista un currículo abierto y múltiple que se adecue a la transdisciplinariedad necesaria para poder lograr un cambio total dentro de la institución, que eleve a la formación de un sujeto lúcido, capaz de adecuarse a los nuevos cambios del entorno y que sepa aprovechar y utilizar consecuentemente todos y cada uno de los adelantos científicos y tecnológicos que los nuevos retos imponen.

Pero lo que no cambiará es la necesidad que estas instituciones tendrán de preparar a las nuevas generaciones para el futuro, un futuro que hoy en día está cambiando de manera más rápida y trascendente que nunca antes tal perspectiva no debería causar temor, sino verse más bien como un desafío. Es hora de que el cambio entre en una nueva etapa de la humanidad en la cual muchas de las ambiciones sobre paz y el progreso de los pueblos puedan realizarse. Al preparar a las nuevas generaciones para este desafío y darle los medios para que puedan cambiar las cosas es una tarea estimulante para todos aquellos que participan directamente o se interesan en la educación superior en la actualidad.

En este marco cobra relevancia la especial responsabilidad de los académicos de las ciencias sociales, interesados en sustituir la lógica dominante del mercado por otra que busque nuevas formas de personas y acciones sociales y políticas que haga realidad un modelo de desarrollo alternativo sostenido.

La educación superior ha de seguir siendo una prioridad de las políticas públicas ya que es un elemento básico de competitividad. Por eso es necesario que los representantes políticos y la sociedad tengan un mejor conocimiento del mundo universitario y de sus posibilidades de suministrar una oferta de cualidad. Es necesario de trabajar con un sistema de universidades, antes que con la suma de las mismas de trabajar con criterios de reestructuración de las actuales organizaciones que nos permitan adecuarlas continuamente a los cambios que nos rodean. Es necesario introducir flexibilidad en las organizaciones universitarias, desnormatizar la vida académica y apostar por un nuevo sistema de gobierno.

El principal desafío que enfrenta la educación latinoamericana y caribeña es el de enfrentar adecuadamente el ritmo veloz del desarrollo tecnológico y las demás transformaciones del mundo contemporáneo.

Pero el gran desafío que tienen los académicos es la decisión de adoptar una postura ante la problemática social, adoptar nuevas formas de pensar y de actuar en el cambiante entorno conformado por un mundo cada vez más complejo y globalizado. De encontrar nuevas formas de pensar para buscar un sentido de la vida que redunde en mejores niveles de bienestar para todos.

Los problemas de la actual sociedad latinoamericana son tan complejos que se requiere del esfuerzo común de todos los académicos de América Latina y el Caribe con un enfoque multidisciplinario para enfrentar en conjunto los problemas y aspirar a un proyecto social general. Pero se requiere de una conciencia colectiva que sea capaz de discutir el cambio, enfrentarse a él y tener una gran voluntad para actuar y sobre cada una de las circunstancias para salvarnos a nosotros mismos. Esta es una tarea compleja, supone un esfuerzo no solo intelectual, sino de toda la sociedad

agrupándose en unidades políticas o comerciales para participar con mayores ventajas en la competencia internacional. Esta integración ocurre al mismo tiempo que se presenta un descenso en el ritmo de crecimiento de su población, que aumentan las expectativas de vida, que se dan cambios en las estructuras sociales y económicas, y que se genera un creciente desempleo, producto del esfuerzo de racionalización que en el entorno mundial han emprendido las grandes empresas, seguido de una reducción simultánea de las estructuras de gobierno.

La alta tecnificación de los procesos productivos, por su parte, hará que los países desarrollados dependan menos de una mano de obra abundante y barata; por el contrario, las áreas de servicios no especializados y poco remunerados dependerán de manera creciente de la mano de obra de los países con menor grado de desarrollo. Los sectores de la sociedad menos preparados se sentirán amenazados por una creciente migración, que agudizarán las tensiones políticas y sociales que ya existen. Una de las primeras consecuencias será el establecimiento de políticas de migración más restrictivas, con lo que se limitará esta válvula de alivio de los países menos desarrollados y se agudizarán en ellos los problemas económicos y sociales.

Por otra parte, la humanidad se encuentra inmersa en una profunda transformación, cuya duración y alcance apenas se vislumbran, y que se deriva de un crecimiento apresurado del conocimiento científico y tecnológico -el cual se duplica cada veinte años- además del desarrollo de nuevas tecnologías aplicables al manejo de la información y de las comunicaciones. Esta nueva etapa, que se ha denominado "la era de la información", se caracteriza por el gran incremento de la información disponible y por su fácil acceso a través de medios electrónicos de comunicación, así como por el alto grado de especialización que requiere el mercado de trabajo y los cambios que se producen en su estructura.

Todo ello está conformando un nuevo orden económico y social, en el que las sociedades que logren destacar serán aquellas que tengan una gran capacidad para utilizar oportuna e inteligentemente la vasta información universalmente disponible, y adaptarse rápida y productivamente a las cambiantes condiciones que se darán con un ritmo cada vez más acelerado.

En este nuevo orden, los grupos laborales altamente capacitados, las organizaciones sociales, los sectores académicos y los medios jugarán un papel decisivo. También es cierto que nunca había existido tanta gente en pobreza extrema, tan aislada de los grandes avances que se están dando en otras partes del mundo.

En este proceso de transformación las universidades tienen un papel determinante, ya que deben formar los recursos humanos que la sociedad necesita, contribuir al desarrollo de nuevas habilidades en la práctica profesional -tales como la selección y análisis de información, el trabajo en equipo, la disposición al aprendizaje continuo, el manejo de idiomas, la asertividad, la creatividad e innovación para la solución de problemas, generar los conocimientos y la información necesarios para tomar decisiones y, sin duda, contribuir a preservar y enriquecer los valores sociales y culturales.

Los modelos educativos y los planes de estudio habrán de experimentar profundas transformaciones ante esta dinámica, con el consecuente cambio en el perfil del egresado, a su vez, los modelos de organización de las instituciones de educación superior habrán de reformarse. Las nuevas condiciones requieren de planes de estudio mucho más flexibles, que permitan adaptarse a la rápida emergencia de innovaciones y nuevos conocimientos, en los que, a partir de una base profesional bien definida, los alumnos tengan la posibilidad de complementar su formación en otros espacios de la universidad, estableciendo así puentes naturales de comunicación con otras disciplinas.

La labor educativa de las universidades es ya objeto de profundos cambios, al menos en lo que se refiere a la función tradicional de transmisión del conocimiento. El estudiante tiene ya acceso desde su casa, a través de modernas redes de comunicación, a cursos y conferencias impartidos por los mejores profesores, así como a documentos y materiales gráficos, animados e interactivos, de muy alta calidad.

La educación del futuro será, en diversas maneras de Educación Continua y a Distancia, aunque cada vez más activa, sin embargo el estudiante recibirá un menor número de lecciones presénciales tradicionales. La nueva pedagogía permitirá orientar a los jóvenes al desarrollo de capacidades y destrezas creativas, a la selección apropiada de la información y a la habilidad para formular preguntas más pertinentes y encontrar respuestas más apropiadas.

La labor del docente universitario se debe de orientar hacia la formación de habilidades de razonamiento y formación de valores, dejando a un lado la enseñanza rígidamente memorística. La enseñanza tutorial es cada vez más relevante. Asimismo, necesitamos cambiar los hábitos de evaluación del aprendizaje; al docente deberá valorar más a fondo los aspectos formativos que los meramente informativos.

Si queremos que la universidad sea una instancia transformadora de la sociedad y no sólo transmisora de conocimientos, métodos y procedimientos que pronto podrán ser rebasados por los avances científicos, tecnológicos y culturales, la investigación debe de constituirse en una actividad central del proceso educativo.

Por último, la transmisión de saberes y haceres profesionales para formar hombres y mujeres críticos e innovadores, capaces de transformar el entorno en el que viven, sólo será posible mediante la promoción y fortalecimiento de proyectos de docencia, investigación y Extensión con enfoques multidisciplinarios, interinstitucionales y con una amplia incorporación social. Diríamos que se habla de una universidad con una gran movilidad horizontal en la que puedan interactuar libremente sus académicos y sus estudiantes, independientemente del departamento o disciplina de adscripción.

Las nuevas generaciones universitarias tienen frente a sí un serio desafío. Por un lado deben ser capaces de adaptarse, no ya a cambios pequeños y limitados, en una práctica profesional que evoluciona lentamente, como ocurría hasta hace apenas un par de décadas, sino a un proceso de transformación continua y acelerada, en todos los ámbitos del quehacer humano, del que ningún individuo ni sociedad alguna pueden sustraerse.

Las nuevas generaciones universitarias deben ser capaces de aprender, no sólo durante los años en que asisten a la escuela, sino a lo largo de toda su vida activa. Deben trascender las barreras artificiales de sus respectivas disciplinas para alcanzar enfoques multidisciplinarios y comprensivos que permitan conocer y manejar integral y creativamente los difíciles y complejos problemas a los que se enfrenta la sociedad. Las nuevas generaciones universitarias deben estar preparadas para competir en un mercado laboral que al mismo tiempo que aumenta su productividad disminuye su oferta de empleo, fenómeno que se suscita en prácticamente todas las economías del mundo. Por otro lado, las nuevas generaciones deben desarrollar una conciencia de su condición privilegiada de universitarios que se traduzca en una actitud de compromiso con los menos favorecidos, que no han contado con la oportunidad para acceder al mundo del conocimiento.

En resumen, las nuevas generaciones universitarias deben comprender que si la sociedad no es capaz de ofrecer un futuro promisorio para todos, se pueden romper los delicados equilibrios que se requieren para avanzar hacia un progreso sustentable, cancelándose inevitablemente las expectativas para todos, en cuyo caso los que más tienen serán los que más pierdan. Debemos estar preparados para proponer soluciones que permitan la inserción del país en un mundo que avanza a grandes pasos hacia revolución del conocimiento, y, al mismo tiempo, reducir la pobreza y mejoren la distribución del ingreso.

La Conferencia Mundial sobre la Educación Superior ha planteado la necesidad de volver a "pensar", incluso volver a "crear" la educación superior, para garantizar que será capaz de responder a las necesidades de la sociedad en este siglo XXI. El centro de las discusiones apunta no hacia "lo que es" sino hacia "lo que debiera ser".

Es necesario definir un conjunto de metas, esperanzas y recomendaciones, así como planes de acción más claros. La clave de un desarrollo sustentable e independiente es la educación que llegue a todos los miembros de la sociedad, a través de nuevas modalidades, nuevas tecnologías a fin de ofrecer oportunidades de aprendizaje para todos.

LA EVALUACIÓN: RUMBO A LA CALIDAD EDUCATIVA[13]

Uno no se ilumina imaginando la luz, sino haciendo consciente la oscuridad; un procedimiento bastante trabajoso y por tanto impopular. – C. Jung –

Cortés enuncia que la educación constituye una preocupación constante y un ámbito de acción preferente para los responsables políticos de cualquier país, pues de la formación que su sistema educativo sea capaz de proporcionar, depende en buena medida el futuro de sus ciudadanos; la educación que reciban será determinante para desarrollarse como personas, para su orientación profesional y para ejercer con madurez, en un marco de libertades, una serie de valores como la participación, la tolerancia o la solidaridad.

Hace ya algún tiempo que en los países desarrollados los problemas educativos han dejado de ser de tipo cuantitativo, para convertirse en cuestiones de naturaleza cualitativa. La discusión, sin embargo, sobreviene cuando es necesario ponerse de acuerdo para precisar qué es calidad en educación. Dada la subjetividad y la controversia que el término suscita, para simplificar sería más conveniente hablar de mejora, porque mejorar significa, en definitiva cambiar en positivo y en eso sí que no suele haber discusiones estériles, sino más bien unanimidad.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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