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La pasión de escribir (página 3)


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El éxito de los juegos de videos entre los jóvenes tiene la particularidad de tener muchas imágenes y en eso le ganan terreno a los libros donde el intelecto tiene que hacer un esfuerzo por capturar las imágenes que crean las palabras y parece que nadie quiere esforzarse leyendo porque las imágenes del video pueden contar más fácilmente una historia sin hacer demasiados esfuerzos; de allí el bajo índice de lectura entre los jóvenes. La lectura tiene poderes alucinantes, como en Don Quijote que bajo su influjo delira un mundo perdido que quiere hacer realidad y también puede ser peligrosa, como dice Borges citando a san Anselmo; poner un libro en manos de un ignorante es tan peligroso como poner una espada en las manos de un niño, aunque deplora que se pensara así de los libros. Hay otro principio que ha circulado en los medios y es aquel que dice que un hombre que empuña un instrumento musical, difícilmente puede llegar a empuñar un arma, pero también un hombre que lea, difícilmente es un hombre que pueda llegar a matar.

El ejercicio de leer es un ejercicio intelectual como el ejercicio de escribir, es un goce del espíritu y del intelecto que requiere una rica imaginación como la imaginación del autor que se lee, tal vez se requiera una mayor imaginación para leer que para escribir, aunque para escribir se sabe que se requiere algo más que imaginación. Una forma de la felicidad como consideraba Borges a la lectura y otra menor, la creación poética. La experiencia de leer es como la experiencia de vivir en tanto hay que ser selectivos a la hora de leer como de vivir. En la literatura existe la poética idea de que uno no elige lo que escribe, sino que lo que uno escribe lo elige a uno, pero en la lectura uno puede elegir lo que desea leer como en el amor se elige a quien se desea amar, es un juego de la seducción el placer de leer, porque los mejores libros son los que lo seducen a uno y se debe leer por placer sin imponerse la lectura como una orden y se debe dejar de leer si el libro no lo seduce a uno. Hay libros que no se dejan leer después de la quinta página y hay los que merecen ser leídos letra por letra hasta el final; cada quien lee los libros, como ha tenido los amores que se merece, y hay libros que uno debería leer antes de morir, son los imprescindibles, como decía Brecht de los hombres, porque en ellos está contenido lo más lúcido y hermoso del corazón humano.

El poder del conocimiento que origina la lectura nos salva de la genuflexión y el servilismo, dignifica la condición humana y nos hace apropiarnos de nosotros mismos. El hombre no ilustrado vive por fuera de si mismo y por eso es fácil presa de los fanatismos y de la alineación social que lo masifica. En Una historia de la lectura (Norma, 1999) Alberto Manguel narra como la lectura en público en la Francia del siglo XVIII cumplía una función social, como se aprecia en las pinturas de Marillier, y aparte de la quema histórica de libros en Berlín en mayo de 1933 por el régimen nazi, narra como en 1981 la junta militar presidida por el general Pinochet prohíba el Quijote de Cervantes por considerarla una obra que contenía (con razón) una defensa de la libertad y una critica contra la autoridad. El poder y las dictaduras históricamente han sospechado de la lectura de los libros porque liberan el espíritu y fortalecen el intelecto.

Kafka decía que uno lee para hacer preguntas pero la lectura como actividad lúdica también tiene el propósito de darnos respuestas sobre la interrogación del mundo y las cosas. La lectura es interpretación, imaginación y creación. El texto puede crearse también a partir de la lectura del lector imaginativo, esto es, el texto no es solo la voz del autor sino también puede enriquecerse con la del lector. El lector cómplice es la aspiración más secreta del escritor, aquel que enriquece el texto a través de una lectura imaginativa. Cabe recordar como Cortázar requería para la lectura en Rayuela de un lector-macho y un lector-hembra, esto es, una nueva actitud imaginativa frente al hecho literario, un "lector inquieto, activo, participante en la extracción de los significantes y la reconstrucción del sentido." El filósofo Ralph Waldo Emerson decía que hay que ser inventor para leer como es debido.

La lectura es una deconstrucción del texto, para decirlo con una categoría propia de Derrida y como placer un oficio intelectual como el oficio de escribir que se parecen en su aventura y revelación. Hay quienes se complacen con los libros que han escrito pero también debemos hacerlo con los que hemos leído, porque leer es un diálogo con el autor en donde ya no somos los mismos; nadie lee dos veces igual, parafraseando a Heráclito, en el mismo libro, porque cada vez somos distintos si la lectura ha sido fértil en nosotros, esto es, ha sembrado en terreno fértil que ha dado buenos frutos. Hay libros que son mucho más visionarios que su autor porque en la lectura de una obra se descubren otras dimensiones que el autor no deslumbró, ese es el lector imaginativo, el que descubre los alcances visionarios de una obra, el que lee más allá de las líneas impresas, el que lee entre los intersticios. Un lector apasionado que descubre el mundo en los libros y lo reinventa con su lectura. Leer nos redime y nos salva de la inocencia, esa culpa que inventaron las religiones con el temor de Dios. Abrir un libro de par en par como una ventana o como unos muslos abiertos es ir al encuentro de un mundo maravilloso, una relación erótica cuando se acarician y se siente el olor de la tinta fresca en sus páginas. Ahora ya sabes, "desocupado o hipócrita lector", hay que leer para vivir, como decía Flaubert.

La ciudad como imaginación

LA CIUDAD

La ciudad estremecida

bajo la lluvia

como tu cuerpo bajo mi mano

la dulce y violenta capital

de la poesía y el crimen

donde se dan los poetas

como las orquídeas

y te habita con sus dolorosas

o enternecidas calles bajo los árboles

la que miras desde tu ventana

bajo un cielo eléctricamente azul

y que llevas de la mano

del amor en donde reposan los

huesos del tiempo en los cementerios

bajo las hojas podridas del otoño.

La ciudad es lo que llevamos

por dentro en cada uno de nosotros.

La ciudad es el escenario y el imaginario por excelencia de la literatura moderna. Como es sabido, Walter Benjamín en su libro Poesía y Capitalismo, señala de como Paris se hace por primera vez tema de la poesía. Desde las Flores del mal de Charles Baudelaire, la ciudad se convierte en imaginario y escenario de la poesía, porque la ciudad es la representación de la civilización. Unamuno señalaba que es "la civilización en su estricto sentido, en el sentido de hacer a un pueblo civil, ciudadano, dotado de espíritu de ciudad". Un poeta canta así la ciudad:

Antes que piedra y que madera y hierro

la ciudad era espíritu.

La poesía lírica urbana es de raíz baudeleriana:

Sueño con una ciudad de tejas rojas

donde una mujer sola como yo sueña.

cantaba otro poeta. La primera ciudad que cantan los poetas en la poesía moderna, es la ciudad marginal, subterránea donde el poeta se identifica con los alcohólicos, los ladrones, los anarquistas o las prostitutas, para luego cantar la ciudad deshumanizada, la de las multitudes, el miedo y el ruido. Es célebre el libro Poeta en Nueva York de Federico García Lorca, donde la ciudad es el hábitat natural del hombre moderno, que canta en medio de la bohemia, que no es otra cosa que una forma de vida intelectual de la ciudad moderna. Rolands Barthes señalaba que son los poetas los que en la tradición literaria, han dejado más datos necesarios para sus investigaciones que los geógrafos.1. La ciudad cantada por la poesía o narrada por la novela, es la ciudad que registra la vida cotidiana del hombre, sus sueños, sus muertes y sus desarraigos:

AL AIRE LIBRE

Al aire libre esta ciudad del mundo

amanece con sus árboles llovidos

y sus despiadados suicidas en la página roja

con sus tristes golondrinas del verano

que revolotean al sol y sus niños que duermen

a papel periódico a las puertas de los bancos

con su cielo abierto como mar y sus crímenes

pasionales en sombrías habitaciones.

Al aire libre esta ciudad del mundo

amanece con sus ascos, sus amores y sus vientos.

La poesía de la ciudad antigua donde se canta su fundación, sus héroes, sus murallas y sus maravillas no es la heredera de la poesía baudeleriana. Al poeta moderno le interesa más la ciudad íntima, clandestina, la ciudad de la vivencia urbana, narrar los episodios urbanos donde las imágenes son los amantes, los niños o los vagabundos.2. La ciudad que a veces se reconoce en los poetas; Alejandría y Cavafis. Lisboa y Pessoa, Borges y Buenos Aires, fue imaginada por la novela y la poesía como una construcción del lenguaje que la crea. La ciudad es una construcción de la imaginación en la tradición literaria. Una ficción del poeta o el novelista, pero no por eso es menos real, en comparación con la ciudad que existe, que a veces puede ser mucho más real que la ciudad que esta en la calle, porque la ciudad que existe en los libros, es menos dura o violenta.

La ciudad es la infancia del poeta, porque en el lenguaje permanece la imagen o el imaginario de la ciudad. La ciudad de las cigarras para el poeta de comienzos del siglo XX, es la ciudad del smog, para el poeta de comienzos del siglo XXI. La sensibilidad es histórica, las ciudades cambian, se transforman pero permanecen en el lenguaje, como el poeta o el novelista las vivieron, las soñaron, las recrearon o las imaginaron. La ciudad como imaginación y escenario que se construye palabra a palabra como ladrillo sobre ladrillo.

EL POETA Y LA CIUDAD

El poeta como

los buitres escarba

en la carroña

de las palabras.

Con bufanda al cuello

blue jeans y zapatos de gamuza

sale a aspirar la ciudad

por los poros

y a retratarla con la memoria

y llevarla en el corazón

como la herida de un viejo amor

o una cicatriz de arma blanca

y mira los árboles y las palomas

al vuelo de la tarde

que le recuerdan escribir

un poema bajo la lluvia

porque es un solitario enamorado

hasta de la caída de las hojas

de los árboles

y un eterno sentimental

cuando ve los caballos

pastando en la hierba

y lleva como una flor

en el ojal la ternura

que trabaja a diario como

una caja de herramientas

de electricista

fuma a deshora

y entre la multitud

se adentra en el corazón de la ciudad.

La poesía urbana es como la imagen cinematográfica, donde la vida urbana se parece más a la vida real. Estanislao Zuleta señalaba en una entrevista sobre ciudad y literatura, como la ciudad es una forma de vida inevitable y cuenta que cuando Hegel estuvo en Paris, le escribía cartas a su esposa en la que se mostraba aterrado por el sentido de impersonalidad que se genera en la ciudad por las multitudes, se sentía mal estar en medio de la gente que camina para todos lados y que él no sabe quién es y, cuenta además, de cómo Engels en un estudio sobre la clase obrera en Inglaterra, describe a Londres donde se siente aterrado de cómo puede estar junta tanta gente que no se conoce. En el mundo griego, señala Zuleta, la ciudad era una entidad ética. La ciudad era algo que pertenecía al individuo y el individuo pertenecía a la ciudad. Para el hombre moderno la ciudad no es una entidad ética, es un refugio, una situación, un hecho porque en la ciudad moderna nadie sabe quien es. Para los griegos la ciudad era una referencia de identidad. Vivimos en las ciudades pero no nos reconocemos en ellas, ni tenemos sentido de pertenencia. La ciudad significa una pérdida de la identidad, una disolución en la masa, en la circulación, en el anonimato de los apartamentos. En la ciudad uno pierde la identidad, se olvida de quien es, en síntesis, no es de allí.3. La novela y la poesía moderna narra el dolor de existir, pero también la maravilla de estar vivos en la ciudad.

Notas

1. Citado por José Ángel Silleruelo. El poeta en la ciudad. Página en Internet, 2003.

2. Ibíd.

3. Conversaciones con Estanislao Zuleta. Fundación Estanislao Zuleta .Cali, 1997. La ciudad del encuentro y la aventura. Entrevista, Medellín, 1982.

*Ponencia leída en la Casa Unab en el marco de la 54 Feria de Bucaramanga, 2003.

Introducción a una poética*

La poesía debe ser fundamentalmente una exploración del lenguaje y no hay porque quedarse forzosamente en las formas clásicas y tradicionales de escribir poesía. La poesía es una seducción de las palabras donde hay que hacer estallar el lenguaje y arriesgar una metáfora para crear universo. La poesía moderna se ensambla con los materiales, las formas y expresiones menos poéticas o propias de la poesía. Es un híbrido que se nutre de otras expresiones del lenguaje donde hay textos que son el resultado del ensamble entre el poema y el ensayo, entre la narrativa y el poema. Las fronteras que separan los géneros de la creación literaria se han borrado desde hace mucho tiempo. Los muros de Berlín de la poesía también han sido derribados. Las vanguardias poéticas crearon textos de la más absoluta belleza imaginación bajo el postulado de estos experimentos estéticos.

El poeta contemporáneo no puede ser ajeno a estas prácticas poéticas. Los temas de la poesía, desde lo juglares medievales hasta nuestros días, han sido siempre los mismos: el amor, la vida, la muerte pero en cada época, bajo una sensibilidad nueva de escribirlos, los hace distintos. La poesía tiene que purificar el lenguaje de las formas anacrónicas, los lugares comunes, las frases hechas, la obviedad, el sentimentalismo agrario, la retórica, la oratoria, la imagen sin trasfondo humano o estético, la metáfora simplista. La poesía se escribe bajo las múltiples coordenadas del lenguaje que tiene muchas aristas, desde una poesía coloquial, conversacional, narrativa hasta una poesía de atmósferas creada con el poder de las palabras en imágenes audaces. Ninguna puede considerarse ni mejor o peor en detrimento de otra. La poesía tiene muchos caminos para llegar el cielo o al infierno. En la búsqueda por adquirir una voz propia la exploración del lenguaje debe ser un principio estético y ético que oriente el poeta porque es necesario que la poesía acceda a la modernidad (la poesía que no acceda a la modernidad está pérdida) y sea el canto propicio en este tiempo también de los asesinos.

La poesía en Santander ha alcanzado en las últimas generaciones un alto grado de desarrollo del lenguaje, que ya bordea los límites de la modernidad, pero hay quienes todavía viven rezagados de la historia, la estética y el pensamiento de la modernidad. Son los agrupados en casas o en asociaciones en donde se escribe una " poesía " en un tono y un estilo completamente anacrónico en un universo poético de todavía no logran configurar. Los jóvenes poetas de la generación de fin de siglo que han surgido en las últimas décadas tienen en sus textos una atmósfera poética creada por un lenguaje limpio, diáfano, despojado en un tono asordinado de una poesía que se escribe sin estridencias. La poesía erótica, amorosa, social o lírica bajo una atmósfera filosófica o existencial o urbana es una constante en la actual poesía en Santander. Se explora en el lenguaje con textos que trascienden lo géneros y hay una búsqueda por alcanzar la plenitud de la palabra en una escritura que hace un diálogo por el interior de sí mismo, se intenta " desflorar " la metáfora en imágenes oníricas y se arriesga un verso para crear un mundo. Son textos o poemas que están en la corriente de la poesía moderna y son la memoria viva de la existencia del poeta.

Autorretrato con girasoles de Julio César Correa, Evocación del espacio de Claudio Edgar Anaya, Los girasoles de Van Gogh de Antonio Acevedo Linares, Los laberintos de silencio de José Ortega Moreno, el Libro del aprecio de Augusto Pinilla etc son parte de las obras poéticas modernas que figuran en el panorama de la poesía en Santander. Allí están representadas las nuevas y anteriores generaciones de poetas que en su poética tienen el fervor de una poesía que se escribe como si estuviera creando el mundo, o amando a una mujer sobre la hierba. Una poesía escrita con un ojo en la frente, lúcida como un aforismo griego. Entre las nuevas voces de poetas santandereanos figuran igualmente, Hernán Vargas Carreño con su libro recientemente premio nacional, País íntimo, Yirama Castaño con su Jardín de sombras, Luz Elena Cordero con su libro Cielo ausente, cuyo lanzamiento se hizo recientemente en Bucaramanga y, muchos otros jóvenes que emergen con mucha imaginación y audacia con una obra en proceso. Es significativo señalar que en la última década se ha originado en la ciudad una prolífica actividad poética y un auge por la actividad literaria en general donde se asiste a talleres de poesía y cuento principalmente, sin descartar la novela. Los novísimos escritores se están formando alrededor de estos círculos literarios en el Instituto Municipal de Cultura y en la Universidad Industrial de Santander.

La poesía en Santander ha tenido una larga tradición, no obstante, el rescate y valoración del patrimonio literario de la región está por realizarse por parte de las entidades y organismos culturales y académicos. Los poetas contemporáneos somos también herederos de una poesía escrita en la región aunque a veces no se reconozca porque nos creemos muy universales y pensamos que en la aldea no puede surgir la modernidad. En este epigrama exorcizo esa idea.

Los universos que la poesía no

los busques por el mundo

en un mar de trasatlánticos

vuelve a la tierra de los orígenes

donde caminas por los patios

olorosos de la flor bebida

por los colibríes y las muchachas

el mundo es una aldea donde

un crecen los girasoles de Van Gogh.

En la ciudad también contamos con poetas que aunque no nacidos en el departamento viven desde hace muchos años en estas tierras en donde ya han echado raíces y cosechado una obra poética moderna. Figuran Zaida Benavides con su libro Infiel, premio metropolitano de poesía, concedido por el Instituto Municipal de Cultura. Enrique Chaparro, con su libro Las islas Migrantes y Carlos Arias Mendoza, con su libro Morada Urbana, tercer premio poesía ciudad de Chiquinquirá.

La poesía más allá de la imaginación y de la inteligencia es una cuestión de lucidez. Rimbaud dirá que es una cuestión de ser vidente El poeta es un visionario que ve más allá de las cosas que ve el resto de los mortales y los sigmósgrafos, como diría Huidobro, registran su paso por el mundo.

*Ponencia leída en el segundo conversatorio de poetas santandereanos, Universidad de Santander, UDES, Septiembre, 2009.

Poética de la ciudad

Una ciudad sin poesía es la anticiudad.

Rogelio Salmona

Una poética de la ciudad es el contenido de esta antología compilada por el escritor Gabriel Ayala Pedraza (Sic Editorial, 2006). La ciudad como el imaginario del poeta y de la literatura y su relación de odio, amor o fracaso con sus calles, sus árboles, sus plazas, sus edificios en una poesía urbana en la mejor tradición de la poesía moderna. Desde Charles Baudelaire la ciudad ha sido cantada por los poetas, desde cuando Paris era capital del mundo y por sus callejones vagaba el poeta maldito. Octavio Paz ha afirmado que Baudelaire es el primer poeta moderno porque es el primero que tiene conciencia de la función crítica de la poesía. Es la ciudad de Cavafis, Alejandria que inmortalizó en su poesía con sus muchachos que respiraban junto a su cuerpo desnudo. La ciudad atardecida con la sombra de sus edificios y su luna llena en las noches de invierno en el croquis de la poesía universal, nacional y regional. Pero la ciudad no es solamente sus calles y plazas y edificios, la ciudad es un estado de ánimo del corazón de quienes la habitan, una atmósfera, un paisaje, es la ciudad soñada por la magia de la poesía. La palabra proviene del vocablo latino civitas, que se refería a una comunidad autogobernada. En la antigua Grecia se denominaba a este tipo de comunidad independiente con el término ciudad-estado 1.

ESTA CIUDAD

Por Enrique Chaparro

Esta ciudad

la que nos habitó

conocida en todas las bitácoras

como el "lago incendiado"

por sus altos minares

sus mujeres tan suaves

como la arena presurosa

y sus mercaderes

en cuyos ojos arde la codicia.

Ah, ciudad poderosa

que como este desierto que nos traga

tapiaste los oasis

y todos se inclinaron ante ti.

Pero tus enemigos te robaron tu luna

ese remo de plata que besaban los locos

cuando sedientos de pasión

bajaban a las plazas

a beber y a danzar

y a maldecir tu gloria.

La ciudad como escenario e imaginario tienen en la poesía moderna su fuente de más profunda creación, la ciudad imaginada es la misma ciudad soñada de la creación literaria, a veces más verdadera y real que la ciudad que se esconde o ignora y que no está incluida en los planes turísticos. La mirada de la poesía, no obstante, sobre la ciudad quiere recrear ese paisaje y hacerla más visible desde la imaginación con una carga poética que la haga más humana y vivible. Desde las ciudades invisibles de Italo Calvino en la que construye un itinerario por ciudades imaginarias a partir de los viajes de Marco Polo, la ciudad es una construcción de la imaginación, que palabra a palabra como ladrillo sobre ladrillo se va edificando desde la literatura. En la ciudad habita la casa y en la casa habita el hombre y en el hombre habita la palabra que la sueña. El poeta sueña la ciudad porque la ama o también porque tiene una relación de amor y odio y quiere exorcizarla en la palabra, ese hábitat de la ciudad que es también el hábitat del hombre.

NORTE Y SUR

Por Ricardo Nieto

En algún lugar del sur

mientras se construía un barrio

hubo una venta de guarapo.

No había sombra

sino para cinco obreros

dos estudiantes

dos perros

y su dueño.

El barrio se terminó

de construir.

La venta de guarapo

desapareció con él

también su dueño

y sus dos perros.

De los cinco obreros

no supimos nada más

de los dos estudiantes

uno es arquitecto

y el otro ingeniero.

La ciudad ahora es

sólo Sur

El Norte ?

Allá

llevan a matar

la gente.

La ciudad con sus inmigrantes, sus colonias, sus zonas de tolerancia, sus cafés y moteles, sus vendedores ambulantes, estratificada y vigilada por las cámaras de seguridad. La ciudad sórdida de callejones peligrosos y bares donde se muele un tango o una ranchera, la de los niños hambrientos que duermen a las puertas de los bancos, la de las prostitutas y travestís que esperan en una esquina a sus clientes, la del vendedor de lotería o manzanas, la de los talleres de mecánica de hombres grasosos y oscuros de hollín, la de los embotellamientos de automóviles a mediodía, esa misma ciudad a la que el poeta mexicano Efraín Huerta declara su odio.

Te declaramos nuestro odio, magnifica ciudad.

A ti, a tus tristes y vulgarísimos burgueses,

a tus chicas de aire, caramelos y films americanos,

a tus juventudes ice cream rellenas de basura,

a tus desenfrenados maricones que devastan

las escuelas, la plaza Garibaldi,

la viva y venenosa calle de San Juan de Letrán.

La literatura como construcción de mundos o universos mediante el lenguaje tiene en la ciudad su más moderno tema de creación porque la existencia humana fundamentalmente transcurre en la ciudad, que es donde se alimenta su creador para dar origen a sus textos literarios, no obstante, la literatura que se ocupó del campo dejó obras maestras, como la de Juan Rulfo, que es una de las más bellas creaciones. En mi poesía he intentado retratar o recrear la ciudad en donde vivo y también las ciudades visitadas o revisitadas. La ciudad junto al mar, la ciudad a orillas de un río, la ciudad de calles empinadas y empedradas, la ciudad de la neblina, la ciudad que amanece y anochece entre las montañas etc.

BAJO LA LLUVIA

El hombre que escribe

éste poema es el que ahora

camina por esas calles

de su ciudad de parques de niños y agua

y que se detiene en ésta página

para escribir la ciudad

en la que bajo los semáforos

también se detiene en una esquina

la de casas de tejas rojas, la de olorosos

árboles de eucaliptos, la de las palomas

y las hormigas, la de las palmeras

y las muchachas, la de las cigarras

y las golondrinas, la ciudad que

escribe como camina

la ciudad del hombre bajo la lluvia.

El poeta que todos llevamos por dentro, lleva también una ciudad dibujada en su corazón, que es la misma donde por primera vez hizo el amor, vivió la infancia o conoció la muerte. La poesía ha salido a la calle y ha visto recorrer la niebla cuando ha escrito sobre la ciudad. Cada ciudad ha tenido a su poeta que le canta con furia o ironía, como a la Cartagena de Luís Carlos López o la que cantó con ternura y nostalgia Aurelio Arturo en su morada al sur, una ciudad soñada como un país.

A BUCARAMANGA

Por Raúl Moreno Jerez

Después de recorrer tus dulces calles

de alimentarme con toda la basura que botas

de pastar tu ruina de semáforos y pitos

recorro tu corazón Bucaramanga

inocente y sencilla como la flor de anturio

temerosa y caliente como la luz de las terrazas

tu luna te alumbra tímidamente

y eres absolutamente lúdica

te trasnochas al ritmo de rancheras y vallenatos

y enfermas cuando la sinfónica nacional toca en tus salas

eres ignorante y facilista

alimentas una masa inclemente de burócratas

que roban tu riqueza

y dilapidan en viajes interminables a la costa

y baratijas de Medellín

y para amoblar lujosos apartamentos

llenos de artesanías y bodegones

y estantes llenos de libros sin leer

y amarguras escondidas en las sábanas bordadas

y soledades que respiran el mismo contaminado

aire de mi ciudad

mi Bucaramanga inocente y fugaz.

Los poetas incluidos en esta antología van desde la visión de la ciudad de Holderlin, Saint John Perse, Maiakovsky, Verlaine, Rimbaud, Allan Poe, Jim Morrison, Guillen, Whitman, Quevedo, Rilke, Borges, Cortazar, Pessoa, Vallejo, Saramago, Cardenal, Garcia Lorca, etc hasta los poetas nuestros como Luis Vidales, Charry Lara, Roca, Maya, Luís Carlos López, Barba Jacob, Quessep, Maria Mercedes Carranza, Mario Rivero, etc junto con los poetas de nuestra aldea como Ernesto Camargo Martínez, Julio Gómez, Enrique Chaparro, Antonio Acevedo Linares, Ricardo Nieto, Raúl Moreno Jerez.

MACARABUNGA

Por Julio Gómez

Ciudad, enjambre de desarraigo

tajado por dos arroyos secos

poblada de pasos expulsados por el sobresalto

y arrojados al latifundio de la tristeza viva.

Crece vientre deforme con geografías

borradas por el miedo

ayeres de nube degollados por la noche de los mil días

y borrados por el vértigo de cristales fugitivos.

Palpo la piel de los días, remendados a la deriva

con la pinza del despojo

y un sordo jadear de formas y sonidos envuelve

las construcciones como un abanico

de colores rencorosos

levanta el brazo, cadáver de ala

arregla las poleas del aire, operario del sueño

vocifera la ortopedia de la fábrica

apuntala el tropel de la obediencia.

Labro mi máscara con creencias descompuestas

camino por el zaguán de la niebla que

desemboca en el muladar del olvido

antiguo vecindario de la calle 45 amarrado

a la última lágrima, desfiladero de epitafios

donde yace el fruto triturado por la nada

manicomio de luces petrificadas

con camisas de fuerza

doblo el ocaso y los barrotes enjaulando

los vientos con el visado de la infamia.

Perdí mi lengua de paladear derrumbes

esquivo la traición subvencionada

enquistada en la esquina

los tabuladores del gesto emboscan

la huella vagabunda

cuando te asomes al mundo respira delgado

el silencio está plagado de fuegos y puñales.

La poesía hace vivir a la ciudad y la ciudad vive en la poesía como la poesía recorre la ciudad como la niebla. El poeta o el hombre común y silvestre recorren la ciudad con furia y la maldicen pero también la enamoran como a una hembra que aman sobre la hierba o en las bancas de los parques públicos.

La relación entre poesía y ciudad determina una visión moderna de la literatura, una sensibilidad nueva al afrontar el quehacer poético con una nueva mirada en tanto la ciudad se va transformando y en ese sentido también se transforma la sensibilidad que la escribe. Con el establecimiento de nuevas formas de transporte el ritmo de las ciudades cambia como cambian los hábitos sociales y quiénes la escriben, la pintan o la fotografía tienen en ese renovado paisaje de la ciudad un material nuevo para la creación poética y artística.

Notas

1. Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003.

El protocolo Tairona

El escritor santandereano Jaime Álvarez Gutiérrez, autor de los libros de cuentos, novelas e investigación antropológica respectivamente; La cruz trenca, Las putas también van a cielo, El chispeante epitafista Don Ludovico Di Betto, Matrioshka trierótica para su corrección, Carta al Rey, Bitácora de la Sirena, Par mestizos, Póquer de ases y Los Guanes con el código, las claves, los glifos y la revelación de su increíble calendario, nos sorprende ahora nuevamente con la investigación Protocolo Tairona, sobre Fecundación, Embarazo, Parto de Arqueoastronomia y Arqueomedicina Aborigen, (Editorial Cabra Mocha, Bucaramanga, 2007). El libro está dividido en diecisiete capítulos donde hace un análisis de interpretación del Código Tairona, que consta de una pieza o figurita compuesto de signos, a través de incisiones, relieves, circunferencias, etc en donde se transmiten los conocimientos que lograron tener sobre el embarazo, el parto, la lactancia y la crianza.

El maestro Álvarez Gutiérrez se propone en una interpretación audaz, imaginativa y minuciosa descifrar los símbolos de la figurita que es el cuerpo desnudo de una mujer de la tribu tairona en estado de embarazo y que representa la figurita o protocolo desde una perspectiva científica. La figurita fue hallada en la parte oriental de las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, en la ribera derecha del río San Miguel, cerca de la población de Santa Rosa. Los taironas que habitaron en la parte nor- occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta tuvieron una cultura muy avanzada que se visualiza en la agricultura, la cerámica y la orfebrería. Su religión, sus ritos y costumbres y la posible dominación que la cultura tairona ejerció sobre la cultura Kogì o la asimilación que ésta última hizo de la primera son analizadas en éste libro.

El símbolo, o cuerpo de la mujer, nos dice su autor, se ve y está lleno de incisiones, topes, muescas, lemas, emblemas, orejeras, collares y adornos y según su interpretación configuran un código de carácter conceptual o ideológico. Los aparentes adornos que la contienen en realidad son símbolos de un código que transmiten un mensaje matemático. La descripción de la cabeza, orejas, artes, ojos, nariz y boca, cuello y pecho, senos, brazos y manos, ombligo, sexo, piernas y pies, la posición de la mujer etc son analizadas con lupa que le permite una descripción e interpretación rigurosa de la figurita. Las figuritas o figurinas son llamadas así por su pequeño tamaño. Según el autor otras investigadoras de estas piezas arqueológicas como Juanita Saenz Samper, pasaron por alto el análisis acerca del uso, del significado, del contenido emblemático y los mensajes ocultos de los signos de la figurita. Desde el punto de vista científico la figurita en cerámica del protocolo tairona es un vestigio cultural astronómico y médico que pone en evidencia los conocimientos que tenían los indígenas taironas acerca de estos saberes.

Álvarez Gutiérrez hace una refutación crítica en ésta investigación y afirma que la definición de símbolo trabajada por Gerardo Reichel Dolmatoff, que la tomó de S Langer, no la sigue por considerar que dicha definición no tiene en cuenta la verdadera interpretación del símbolo. El autor señala que Dolmatoff no dijo nada sobre el valor semántico de los dibujos que tiene la pieza de la mujer embarazada y no dijo nada sobre la signogràfìa allí contenida, porque consideró los signos como adornos. Los investigadores y antropólogos, continua diciendo el autor, por "analfabetismo ideológico,"no les interesó para nada los signos, ni la señal, ni los emblemas allí trazados, ni ver su significado cultural o ideológico. En la nueva interpretación que de éstos símbolos se hace en ésta investigación radica el valor antropológico de éste libro. No obstante, la investigación reconoce en Dolmatoff la interpretación del vuelo iniciativo de los chamanes de los indios Kogì, de las aves bicéfalas, las aves de pies humanos, el hombre pájaro, la transformación del ave en humanoide, es decir, del zoomorfismo y sobre el antropomorfismo alado, pero según Álvarez Gutiérrez, no dijo nada, entre los numerosos símbolos, que significan los signos que tienen éstas aves, ni tampoco dijo nada o no le interesó, sobre los saberes cosmogónicos, matemáticos y astronómicos que tenían éstas culturas prehispánicas.

Allí en éstas páginas del libro Protocolo Tairona, sobre Fecundación, Embarazo, Parto de Arqueoastronomia y Arqueomedicina Aborigen, cuestiona el escritor el llamado "centralismo cultural" que ha impedido que muchos investigadores y hombres de ciencia, tengan acceso a las piezas arqueológicas que muchos otros investigadores extranjeros si han tenido, lo que ha sido una pérdida para la ciencia colombiana. El estudio del mencionado libro de Dolmatoff, Orfebrería y Chamanismo, se limitó al estudio del vuelo chamànico y considera el autor Álvarez Gutiérrez, que la obra es maravillosa pero que sus símbolos deben ser interpretados que penetre hasta el fondo del significados de los signos y los lemas. En la interpretación de los símbolos está el secreto para descifrar los misterios de las señales, que son mensajes en clave.

El libro publicado por la Universidad de Antioquia, titulado Obstetricia y Ginecología, 1987, por los investigadores Jaime Botero, Alfonso Jubiz, y Guillermo Henao, tampoco escapa al desencanto del autor del Protocolo Tairona, en tanto que considera que la arqueología no ha podido abordar científicamente a la arqueomedicina, esto es, la maternidad aborigen, porque no reveló los 54 misterios en los topes o relieves de las piezas, como no revelaron que significan simbólicamente las señas, los signos, puntos y emblemas de las figuritas de la cultura Sinù. En Colombia no hay, nos dice Álvarez Gutiérrez, entre los antropólogos ni arqueólogos quién tenga conocimiento de los símbolos. Todos creen que los símbolos son adornos pero en ellos está contenido el secreto de sus mensajes.

Las hipótesis sobre el Protocolo Tairona, está fundamentado en la lectura hermenéutica de los topes, y cómo y desde dónde se contaba las semanas, esto es, el año Kogì y el año Tairona, sobre el rostro de la figurita y sobre la significación de los ojos, el valor de las muescas, sobre los collares de la figurita, sobre los tres dijes, las orejas, sus dos círculos excavados, sus aretes y orejeras. La hipótesis sobre los senos, los brazos, las manos, las palmas y los dedos. La pubertad y adolescencia entre los Kogiì y Taironas, la ceremonia del matrimonio, el regalo como seducción amorosa, la adivinación y la transculturizaciòn son otros de los aspectos estudiados en ésta investigación. El culto y la religión entre los Kogì, esto es, la mitología Kogì, los conceptos de Aluna y Yuluca, los lugares sagrados, la cura de las enfermedades, el concepto de la muerte, sobre el más allá, el parto, la lactancia, la dieta de la madre, el bautizo, la reencarnación, la crianza, el destete, la viudez, el entierro, la nutrición, las pautas de la conducta sexual, el simbolismo del ciclo reproductivo, los ritos a la fertilidad, la madre ideal etc son aspectos de la cultura Kogì y Tairona que se analizan tratando de descifrar, sobre la base de hipótesis y de una manera documentada e imaginativa, los símbolos de su cultura.

El Protocolo Tairona, sobre Fecundación, Embarazo, Parto de Arqueoastronomia y Arqueomedicina Aborigen, será una obra de obligada referencia en Colombia en lo que respecta al estudio sobre la interpretación de los símbolos porque como finalmente lo señala su autor "el mensaje de todo símbolo, está en la incisiones, muescas, círculos, topes, aretes y collares que ostenta la mujer. El símbolo del embarazo está en la preñez de la figurita, la explicación de la fecundación, el embarazo y el parto está radicada en los signos y glifos de la figurita."

En las principales librerías de la ciudad ya se puede adquirir esta obra o directamente con su autor que es un hombre afable que a sus 85 años todavía permanece en estado de lucidez y buen humor, y con el que se puede conversar alrededor de un agua aromática o un café en el Pórtico de la Triada, ese escenario de la tertulia de periodistas, funcionarios públicos, pensionados, escritores y políticos refugiados.

Jaime Álvarez Gutiérrez y el calendario guane

El escritor santandereano Jaime Álvarez Gutiérrez, nacido en San Gil el 20 de noviembre de 1923, un hombre que a sus más de ochenta años viste impecablemente de blanco y sombrero todos los días, es autor de las novelas Las putas también van al cielo, La cruz trenca, El chispeante epitafista Don Ludovico Di Betto, Matrioshka trierótica para su corrección, junto con varios libros de cuentos como Carta al Rey, Par mestizos y Póquer de ases, y es también autor de la investigación en la que invirtió 36 años de su vida y que publicó en su sello editorial Cabra Mocha en donde ha publicado la mayoría de sus obras, titulada Los Guanes con el código, las claves, los glifos y la revelación de su increíble calendario.

La investigación se centro en la revelación de la astronomía de los indios guanes y sus matemáticas crípticas. Sin ser Álvarez Gutiérrez un antropólogo, y apenas con su magistral pluma de escritor, nos descubre en una lectura increíble, las revelaciones arqueo-matemáticas de los precolombinos guanes que nos lleva hasta el fondo de las raíces perdidas de nuestros ancestros. Se señala en la contraportada de su libro que las revelaciones que nos descubre se parecen a las que hizo en su época Champollion en Francia, cuando nos develo los jeroglíficos epigcios en la piedra Roseta.

Como ya es de histórico conocimiento, el territorio de Santander en su época precolombina estuvo habitado por los indios yariguies, los chitareros, los laches y los guanes. Los guanes pertenecían a la familia de los chibchas y tenían como actividad principal, la agricultura, además de la cerámica, la orfebrería y el comercio. El primer conquistador que piso territorio santandereano fue el español Antonio de Lebrija en 1529. A partir de 1540 Martín Galeano reconoció la mayor parte del territorio mientras los aborígenes pasaron a dedicarse a la agricultura y a la actividad febril, ocupaciones por las que tenían que pagar un tributo al Rey. El aumento continuo de estos tributos fue lo que provocó el estallido de la rebelión comunera que se inicio el 6 de marzo de 1781. El primer movimiento insurgente contra el imperio español.

LA CULTURA GUANE Y EL CALENDARIO

Los guanes emplearon la escritura ideogràfica donde se representaba por símiles a los objetos, las personas y los acontecimientos. Las figuras humanas eran representadas en forma simbólicas como ranas, monos o figuras geométricas. Fueron degolladores de niños en rituales de sacrificio a sus dioses, con cuchillos de caña eran degollados y la sangre vertida sobre las peñas en ofrecimiento al Sol. La numeración y el cálculo del tiempo eran señalados con los dedos de los pies, anteponiendo la palabra quijicha. Al número veinte llamaban Gueta. El jeroglífico del tiempo era un poste, una cuerda atada a la parte alta, aludiendo así al sacrificio del Gueza (niño) al que inmolaban atado al palo indicador del adelanto de la luz solar, al concluir el periodo de veinte años lunares, según lo describe Isaías Ardila Díaz en su conocido libro, El pueblo de los guanes ( Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá, 1986) uno de los libros que sirvió de importante fuente bibliográfica al escritor para su investigación con respecto a la cultura guane.

El calendario guane, según el autor de esta investigación, "es un sistema de notación simbólica, numérica, matemática y astronómica, realizada con glifos incisos en diversas piezas o cuentas, referentes todas al cómputo del tiempo, que consideran e involucran como sus partes integrantes, los días o soles, las semanas de tres o de más días, las lunaciones o meses lunares, los años solares, los siglos y las edades". Su origen etimológico proviene de la voz griega calendas, palabra con la que los romanos designaban el primer día de cada mes. El calendario guane, según se descifra de esta investigación, es un sistema tecnológico del hombre americano precolombino que era utilizado para fijar, contar y calcular, predecir el tiempo, los hechos y los fenómenos climáticos, y contar los días, los meses y los años. Se fijaban en él los hechos cívicos, agrícolas, religiosos, médicos, culturales y sociales de la cultura guane. Se predecían las épocas de lluvia, la de siembra, las cosechas, las tormentas, las heladas, las granizadas, los inviernos y los veranos.

Los guanes al día lo llamaban zua. Al día lo dividían en dos partes: mañana, suamena o mena y a la tarde, suameca o meca. La noche era llamada zajasa. La primera mitad de la noche, zasca o zaca y a la segunda mitad caqui o zagui. Los meses eran contados por lunas, con sus menguantes y sus crecientes, dividiendo cada una de estas en dos partes en otras dos, resultando así cuatro partes del mes, nuestras semanas. Dividían el mes por las fases de la luna, comenzaban a contarlo desde el plenilunio que ellos llamaban Ubchihica. El pasado era llamado por los guanes, Zocamana, y el año presente, Zocamata. La ubicación geográfica de este calendario guane en su descubrimiento fue hallado en una cueva o adivinatorio en las estribaciones de la Mesa de los Xeridas o Jèridas, conocida actualmente con el nombre de la Mesa de los Santos. Álvarez Gutiérrez señala que el hallazgo del calendario guane es obra anónima, pero que su descubrimiento y revelación de los glifos es obra de su larga y ardua investigación de más de cuarenta años.

La obra se divide en diez capítulos que comprende la descripción del territorio, la cultura, el idioma, el color y la fisonomía de los guanes. Se describe su alimentación, sus dioses y creencias, su organización social y sus leyes. El intento de invasión al territorio guane por parte de Ambrosio Alfinger y la descripción de las batallas con los Yariguies. Se narra la declinación y la desaparición de la población guane, sus orígenes, sus mitos y leyendas. Sobre los glifos y la numeración guane se narra como contaban los guanes los años y como se ejercían sus cultos al sol. Se señala al conquistador Martín Galeano como el exterminador de los guanes y el autor analiza la mal llamada conquista del imperio chibcha y guane para irnos adentrando magistralmente al calendario guane sobre los números, la numeración y la espiral, la fonética y la lengua, la interpretación de los glifos y la reconstrucción de cómo contaban, con sus significados y símbolos, los días, los meses y los años.

Álvarez Gutiérrez en su investigación analiza como los guanes configuraron su calendario basado en importantes hechos de su historia y propone la construcción del Templo del Sol Guane en el futuro, en algún lugar de la Mesa de los Santos. Los guanes con el código, las claves, los glifos y la revelación de su increíble calendario es una obra meritoria y bien documentada que va a la búsqueda de nuestras raíces indígenas y está dedicada a la memoria de Juan de Dios Arias, el historiador, folclorista y educador santandereano que otrora fuera "piedra angular" de la Academia de Historia de Santander y que según el autor la Academia se " olvido del pasado, de su propósito, de la esencia de su vocación y de su divisa, como era la de llegar a ser "despertadora de vocaciones históricas" en palabras de Arias, y que hoy en día no es ni la sombra de su proyecto original, reitera además Álvarez Gutiérrez en su dedicatoria-carta, que es una "Academia honorífica" que se ha convertido en una "comedia semanal para rendirle honor al deshonor, mediante el lucimiento de lazos nobles y medallas conmemorativas, que premian con falsas ilusiones el soterrado e indigno salario de las genuflexiones que le imponen algunos zafios e intercesores a los aspirantes a una medallita de latón" para concluir que la "Academia como la Nación está enferma "y que todo no podía estar peor estando la Academia en manos de un prestamista, usurero y vendedor de espaguetis.

La interpretación del calendario guane se terminó de escribir, escribió Álvarez Gutiérrez al final de su libro, en la ciudad de Pembroke Pines, Century Village, Estados Unidos, el día 15 de marzo de 2002 en donde mantiene las piezas del calendario y según su audaz teoría "el calendario guane es el origen de todos los calendarios mayas, azteca y de los calendarios centroamericanos que vino a estas tierras atado al cuello de los sabios matemáticos guanes con Bochica a la cabeza, quienes lo difundieron de norte a sur, junto con sus números ordinarios".

La Copa Ceremorial del Cacique Guanenta y la profecía maya del 2012

El maestro Jaime Álvarez Gutiérrez en éste libro nos entrega una nueva investigación sobre la cultura Guane y sorprende como el autor a sus más de ochenta años mantiene su espíritu de lucidez y de escritura corroborando que el falso concepto de la tercera edad es una ficción mental psicológica que no le ha impedido a su longeva edad escribir, investigar y mantener el ejercicio de la escritura y la investigación antropológica sobre nuestros más remotos antepasados aborígenes en el territorio de Santander. Desde Los Guanes, con el código, las claves, los glifos y la revelación de su increíble calendario y el Protocolo Tairona sobre fecundación, embarazo, parto de arqueoastronomia y arqueomedicina aborigen su obra lo ha consolidado como uno de los investigadores que más ha trabajado el tema de la cultura Guane en Colombia.

El ya célebre escritor de Las putas también van al cielo, su primera novela publicada, es un hombre que ha hecho del oficio de escribir su más apasionado quehacer literario como en el ejercicio de la conversación que práctica con sus amigos en la tertulia de los cafés, y en la que mantiene la pureza impecable al vestir de blanco todos los días de su vida, como en su obra se refleja la pureza del lenguaje al escribirla con magistral destreza y poesía. Una investigación valiosa y meritoria por si misma y por las condiciones mismas en las que se ha realizado porque la ceguera, como en Homero o Borges, el autor ha tenido que padecer, pero que no lo amilana para continuar en el maravilloso ejercicio de escribir e investigar.

La Copa Ceremonial del Cacique Guanenta y la profecía Maya del 2012 es un libro que contribuirá a refrendar nuestra identidad cultural y a explicarnos como somos desde la existencia de esta cultura que aun no deja de sorprendernos por las revelaciones de sus cosmovisiones. La llamada santandereanidad, esto es, nuestro ethos solo es posible explicarla desde las raíces mismas de nuestros orígenes para explicarnos lo que somos y lo que hemos sido sin la cual no sabríamos lo que queremos ser.

Escritores y poetas de Santander

Entre las voces más recientes y las novísimas generaciones de escritores y poetas de Santander está la conformada por hombres y mujeres nacidos en la década de los años cincuenta, sesenta, setenta y ochenta que desde las distintas profesiones y coordenadas literarias, irrumpen en el panorama literario con obras que ya han merecido especial reconocimiento nacional y regional, a través de la obtención de primeros premios y menciones en los concursos regionales y nacionales de poesía y que tienen estudios en las distintas disciplinas del conocimiento como el derecho, la sociología, la filosofía, la literatura, la ingeniería, la semiótica, el español, la lingüística, la filología, las matemáticas, los idiomas y la psicología, y son nacidos en los distintos municipios que configuran el croquis de la literatura regional santandereana, pero, no por ser regional es menos universal o carecen de proyección nacional o latinoamericana sus textos: San Vicente de Chucuri, Zapatoca, Socorro, Los Santos, San Andrés, Barrancabermeja, Bucaramanga son los diversos municipios en los que han nacido estos escritores y poetas que viven hoy, algunos en la ciudad de Bucaramanga y otros en otras regiones del país, porque un día decidieron salir de su tierra natal en busca de nuevas oportunidades para la vida, el amor, su trabajo literario o profesional. Son en su orden de nacimiento:

Guillermo Velásquez Forero (San Vicente de Chucuri, 1954) es un poeta y creador de ficciones breves. Licenciado en Literatura y Lingüística de la Universidad de la Sábana con Especialización en Literatura y Semiótica de la UPTC. Coordinador del área de Literatura en el Instituto de Cultura de Boyacá. Su poesía y minicuentos figuran en selección de poetas y cuentistas a nivel nacional. Ha obtenido primer premio en concursos nacionales de poesía y cuento y ha publicado los libros de poesía y cuentos breves: Itinerario del exiliado, Militante sin reino, El gesto de la huella, Luz de fugas (ficciones) y Los evadidos (cuentos).

KAFKIANA

El cliente que lee el periódico

salta la página

que trae el mapa de la ciudad

teme ubicar su viscosa soledad

entre los pegajosos hilos

de la tupida y rutinaria telaraña

lo cecinaría la nostalgia de las alas

la sensible perdida de las antenas.

Aunque parece curado de espanto

teme resbalar y caer al pocillo de tinto.

Sus numerosas patas le bastan

para llegar a tiempo a ninguna parte.

Julio César Correa (Bucaramanga, 1957) es un poeta y profesor en la Universidad Católica de Manizales en el área de Habilidades Comunicativas. Licenciado en Español y Literatura con Especialización en Docencia de las Ciencias Sociales. Ha obtenido primer premio y finalista en concursos nacionales de poesía. Su poesía figura en selección de poetas a nivel nacional y regional y ha publicado los libros de poesía: El altar de los oficios, 1999.Autorretrato con girasoles, 2000. Mientras la tarde pasa, 2004. Nueve maneras de fabular el mundo. (Ensayo) 2002.

MIENTRAS ELLA SE DESNUDA

Mientras ella se desnuda

hay caballos

que merodean

los aposentos y piafan

deshaciendo sus velos.

Sobre los tejados

se disparan las alarmas

como fuegos artificiales.

Se dirá que alguien celebra

la condición de las ventanas

y los ojos pegados a los vidrios

conteniendo apenas el aliento.

Una bestia entre las flores

es el deseo.

Antonio Acevedo Linares (El Centro, Barrancabermeja, 1957) es un poeta, ensayista y sociólogo. Magíster en Filosofía Latinoamericana y Especialización en Educación en Filosofía Colombiana de la Universidad Santo Tomás y Especialización en Filosofía Política Contemporánea, del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia. Ha publicado los libros de poesía: Arte erótica, 1988. Seis Plegables de poesía, CD Poesía de viva voz, 2004 y la trilogía poética de antologías, Los girasoles de Van Gogh, 1999. Atlántica, 2004 y En el país de las mariposas, 2007. Por la reivindicación del cuerpo y la palabra, 2008. Su poesía figura en selección de poetas a nivel nacional y regional y ha obtenido mención honorífica, segundo premio y finalista en concursos nacionales y regionales de poesía. Ha escrito y publicado artículos y ensayos literarios, históricos y filosóficos en las prensas locales y revistas nacionales.

EPIGRAMA

Bajo la especie de una

biblioteca un hombre que

moró por los libros se figuro

el paraíso y una mitología

en la forma de un jardín

con manzanas prohibidas

y hubo quiénes como

suntuosos palacios de oro.

En la forma de tu cuerpo

yo me imagino el paraíso.

Claudio Anaya Lizarazo (Bucaramanga, 1958) es un poeta y cuentista. Se ha desempeñado como corrector de pruebas, tallerista de literatura y es uno de los fundadores del cartel literario LA ESKINA. Su poesía figura en selección de poetas a nivel regional y ha sido finalista en concurso metropolitano de poesía. Ha publicado el libro de poesía: Evocación del espacio, 1999. La palabra fundadora (Ensayo) 2001. Bumangueses (cuentos) 2005. En Bitácora de los talleres literarios en Colombia. (Ministerio de Cultura, 2000) se publicó su ensayo Teoría y praxis del taller literario.

DESERTOR

Dejó de pintar paisajes

porque en ello descubrió

un pacto de secreta

obediencia y resignación.

No se dio cuenta, cuándo cruzó

ese particular umbral de sucesos.

Ya no pintaba los árboles que veía

bellos y exuberantes

sino los que solo existían en su

imaginación, porque aquellos

hacía tiempo habían muerto de pie.

Hernán Vargascarreño (Zapatoca, 1960) es un poeta, profesor, activista cultural y traductor de poesía. Licenciado en Idiomas de la Universidad Industrial de Santander. Su poesía figura en selección de poetas a nivel nacional y ha publicado los libros de poesía: Plural, 1993. Poemas de Edgar Lee Masters, (traducción) 1999. País íntimo, 2000. Ha obtenido primer premio en concursos nacionales de poesía y segundo en concurso de relatos infantiles. Sus textos han sido parcialmente traducidos y publicados en inglés. Dirige la revista de poesía, Exilio y el Programa Poesía Mar Abierto, en Santa Marta.

ESTANCIA

Quien aprende a amar

los altos muros de su casa

los lamentos que allí persisten

los perros ancianos y silenciosos

que se niegan a morir

aquellos peldaños que ya nadie sube

los ruidos de la cocina y el espectro

de la madre ofrendándonos el café

y su bendición

le será fácil aceptar

-mas no comprender-

que esa, ya no es su casa

sino los altos muros de su tumba.

Gabriel Ayala Pedraza (Los Santos, 1961) es un escritor y profesor. Licenciado en matemáticas de la Universidad Industrial de Santander. Organiza todos los años el Concurso de Cuento Ecológico en su colegio en la Mesa de los Santos. Ha publicado los libros de cuentos: Escritos, 1996. Violeta y otros relatos, 1991. En un país verde (Novela) 2005. Realizó la publicación de la antología, Poética de la ciudad con textos de poetas de la literatura universal, nacional y regional.

RONDA (Cuento)

(Fragmento)

Cuando Helena metió su cuerpo en el camisón de dormir, el mechón de la lámpara despedía sus últimas llamaradas ahogándose en erupciones de humo. El, sin embargo, tendido sobre su cama la observaba en silencio. Sintió el peso de su ojos grandes al mirarle, antes de soplar la llama e irse a tender a su lado. Parecen de gato, pensó. Una gota de agua caía con persistencia afuera y cortada el velo profundo de las sombras.

Luz Helena Cordero (Bucaramanga, 1961) es una poeta y psicóloga de la Universidad Nacional. Ha obtenido mención de honor en concurso nacional de poesía. Su poesía figura en selección de poetas a nivel nacional y regional y ha publicado los libros de poesía: Óyeme con los ojos, 1999. Cielo ausente, 2001. Canción para matar el miedo y El puente esta quebrado (relatos).

CARTOMANCIA

La carta de la muerte

asoma su guadaña

se impone sobre las otras cartas.

La mujer iba por la del amor.

Un aullido apaga su canto.

En qué esquina del cuarto

se esconde la mano invisible

que dispuso el juego sobre la mesa.

En ese vaso de agua medio tomar

agoniza un pez transparente.

La ceniza oscurece el agua

y en el humo viaja un deseo

nunca revelado.

Toda la esperanza del mundo

estaba en esas cartas.

Ella se dispone a cambiar su destino:

va a morirse de amor.

Ricardo Nieto Calle (Barrancabermeja, 1961) es un poeta cuadráplejico como consecuencia de un disparo de un policía en una pedrea estudiantil. Tallerista de literatura y promoción de lectura. Realizó un taller de lectores en la Cárcel Modelo de Bucaramanga. Licenciado en Filología e Idiomas de la Universidad Libre, seccional Socorro. Ha publicado el libro de poesía: Ángel caído, 2002.

ANGEL CAIDO

Se puede dar instrucciones

para hacer una cometa

pero no

para enseñarle a volar.

Los árboles baten sus alas

de hojas y plumas

el viento habla de sed

suena la sirena

una cometa se enreda

un pájaro se despluma

un ángel cae

mordiendo el polvo de la línea amarilla

pintada en la mitad de la carretera.

Raúl Moreno Jerez (Bucaramanga, 1961) Poeta y teatrero. Realizó estudios de economía en la Universidad Cooperativa de Colombia. Obtuvo el tercer premio en el primer Concurso Metropolitano de Poesía, "Gustavo Cote Uribe," 2000, Biblioteca Pública Gabriel Turbay. Ha publicado los libros de poesía: Manual del suicida, El hombre del girasol, 2006. Otros textos son Técnica Mixta, Sombras Sueños Colores, Luna de Papel.

La cera derrite su viejo pantalón blanco.

Los colores se confunden en la piel

salpicada de sombras.

El pincel asoma a la ventana titilante.

En su rostro la trementina se mezcla con el

sudor y el esperma.

Dios mitológico coronado de espinas de fuego.

Animal cósmico que tiene el tiempo detenido.

Autorretrato con parche en la oreja.

Yirama Castaño Guiza (Socorro, 1964) es una poeta y periodista con estudios en Diplomacia y postgrado en Dramaturgia y Guiones Audiovisuales. Su poesía figura en selección de poetas a nivel nacional y regional y ha publicado los libros de poesía: Naufragio de luna, 1990. Jardín de sombras, 1994.El sueño de la otra, 1998.

MINIMA PARA UN MALABARISTA

Opuesto a lo que algunos

puedan pensar o escribir

la poesía sirve para profanar.

Y este verbo es mucho más

que sacar la tierra de los muertos

o llegar hasta el tú después

de excavar en el yo

o espiar por la rendija del paraíso.

Profanar es habitar el silencio

para darle forma de boca roja.

Esperanza Cruz Arguello (Bucaramanga, 1964) Socióloga. Libro de poesía inédito, El dorado falo de los azafranes. Finalista en el Concurso de poesía Internacional Library of Poetry, Washington, 2002. Figura en la antología de poesía, La poesía en Santander, ASED, 1997, Compilación, Antonio Lagos.

SIEMBRA

Mi cuerpo es un surco abierto

desnudos senos

preñados de leche y miel

ofrezco

dedos cono nubes crecientes

por las crestas rosadas de mi zanja

mi tierra grita tu lluvia

y ella cae complaciente.

Oscar Estévez (Bucaramanga, 1978) es un poeta con estudios en Ingeniería Electrónica de la Universidad Industrial de Santander. Ha publicado el libro de poesía, El sopor de las hojas que tiemblan, 2002. Fabián Martínez González (Bucaramanga, 1980) es un cuentista y profesor que realiza estudios de Español y Literatura en la Universidad Industrial de Santander. Ha obtenido mención de reconocimiento en concurso universitario de cuento corto y finalista en concurso regional. Ha publicado sus cuentos en periódicos locales y revistas nacionales.

BIANCA (Cuento)

(Fragmento)

A la diez ella vuelve al apartamento. Yo la espero en mi balcón media hora antes. Algunas noches, Bianca llega muy cansada y se desnuda con rapidez, impidiéndome ver lo que espero. Pero casi siempre demora un rato en la cocina, camina despacio por el pasillo, enciende la luz prodigiosa que vuelve traslúcida la cortina y comienza el ritual de una diosa que se prepara para dormir.

Andrea Cote Botero (Barrancabermeja, 1981) es una poeta con estudios de Literatura de la Universidad de los Andes y profesora de la misma universidad y de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Externado de Colombia. Ha obtenido primer premio en concursos nacionales universitarios de poesía, como también a nivel internacional ("Puentes de Struga" del Festival de Poesía de Struga y la Unesco, Macedonia) y ha publicado los libros de poesía: El espíritu del agua, 1999. Puerto calcinado, 2002.

LA CASA VACIA

Todos los días me deshago de la hierba

que crece dentro de la casa

pero crece de nuevo

rompe la casa y la deshoja.

A ella entran todo el tiempo cosas

que se hunden en la hierba.

Mi cuerpo es esta casa vacía

a la que también yo entro

pero no me habita.

Luz Andrea Castillo (San Andrés, 1982) es una poeta que cursa estudios de Español y Literatura en la Universidad Industrial de Santander. Primer puesto en el XVII Concurso Nacional de de Poesía Universitaria de la Universidad Externado de Colombia con su libro El rumor de las voces (Ediciones UIS, 2006) y finalista en el Concurso Nacional de Poesía Universitaria "Gustavo Ibarra Merlano" de la Universidad Tecnológica de Cartagena, 2006.

LA MUERTE

La he visto

No le caben vidas en el rostro

Ni le bastan las bocas que sostiene

tan anchas como el hambre

Yo no sé

Pero creo que padece

Porque bebe del amor y del sueño

Del floripondio y del pájaro

De la semilla y del polvo

Y no se sacia.

Mario Echeverri (Barrancabermeja, 1983) es un poeta que cursa estudios de Derecho en la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Ha obtenido segundo y tercer premio en concursos de poesía a nivel nacional y regional y ha publicado el libro de poesía, Agnes o en busca de la inmortalidad, 2002. En revistas nacionales y periódicos locales ha publicado su poesía.

LA BELLA DURMIENTE

Ella, en silencio

contempla las hojas

que con esfuerzo se sostenían en el árbol

bebía la sangre que manaba de su pecho

y trémulo jugaba con mi lengua

creando ríos que me llevaran

a la caverna que mi cuerpo deseaba

ciego me posé

frente a sus labios

y deje que un delgado hilo rojo

se escapara de mi boca

silenciando el más profundo de sus gritos.

En Bucaramanga, Santander, Colombia se vive y se escribe la literatura, los poetas escriben su poesía en una búsqueda de sí mismos y en una exploración del lenguaje, que es la esencia de la creación literaria. Los temas de su poesía o cuentos son el amor, el erotismo, la recreación y la transposición poética de la realidad, la ciudad, el paisaje etc que es la que lo define como literatura. Son los escritores y poetas que vienen abriéndose paso en el oficio literario, he aquí una muestra mínima del croquis de nuestra poesía y cuentística de los escritores y poetas de Santander.

Semblanza de Jorge Valderrama Restrepo

In memoriam

Jorge Valderrama Restrepo había nacido en Ibagué, Tolima un 7 de febrero de 1944 y murió en su casa de San Juan de Girón, cuando se detuvo su corazón el amanecer de un 4 de febrero de 2002, y ya había terminado el estruendo de los fuegos artificiales en todo el mundo por el advenimiento del nuevo milenio. Tenía cincuenta y ocho años y como un hombre del siglo XX había estado en París, siguiendo los pasos de una mujer de la que estaba enamorado y que escribiría de ese viaje la novela, El barco enamorado en busca de la ciudad perdida, y en donde realizó cursos de sociología y antropología en la Sorbona, en los convulsionados y heroicos años sesenta, y ejerció también en el Paris de su juventud, la cátedra como profesor de francés y civilización francesa. Allí junto a escritores latinoamericanos fue cofundador de la revista, Margen, que le da la oportunidad de conocer a Carlos Fuentes, Miguel Ángel Asturias, Mario Benedetti, Rafael Alberti y muchos otros escritores, y ser más tarde su corresponsal, experiencia vivida que traería a Colombia en donde fundaría en los años setenta el suplemento literario Vanguardia Dominical, de Vanguardia Liberal que tuvo la colaboración de textos literarios de sus amigos escritores conocidos en Paris y en Colombia.

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