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La pasión de escribir


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

  1. Por la reivindicación del cuerpo y la palabra
  2. La pasión de escribir
  3. Mandamientos apócrifos de la ley de la poesía
  4. El papel del poeta y la poesía en la sociedad
  5. El erotismo en la poesía
  6. La muerte en la poesía, símbolos y ritos y frases célebres
  7. El placer de leer
  8. La ciudad como imaginación
  9. Introducción a una poética
  10. Poética de la ciudad
  11. El protocolo Tairona
  12. Jaime Álvarez Gutiérrez y el calendario guane
  13. La Copa Ceremorial del Cacique Guanenta y la profecía maya del 2012
  14. Escritores y poetas de Santander
  15. Semblanza de Jorge Valderrama Restrepo
  16. Milciades Arévalo o la sociedad de la imaginación
  17. Hernán Vargascarreño y los poetas al exilio
  18. Guillermo Reyes Jurado: entre la literatura y la política
  19. Santander y su historia
  20. La filosofía radical en Santander
  21. Santander y la tradición literaria
  22. Vanguardia & cultura
  23. La cultura en Santander
  24. La cultura y el TLC
  25. La Navidad en la literatura
  26. Los 400 años de Don Quijote
  27. Palacio de Justicia y Armero
  28. Textos al margen

Por la reivindicación del cuerpo y la palabra*

Por Hernando Ardila González

Poeta, Abogado y Activista cultural

Presentar éste libro que compendia el trasegar de Antonio Acevedo Linares por el mundo de las letras, no puede menos que ser un privilegio y un fuerte compromiso. Es un  compromiso de quien como él, creo en la fuerza de la palabra y la misión de quien la hace. Pero no las palabras y frases de ininteligible maraña para llenar los vacíos de un papel, una hoja en blanco son tan sagradas que ya lo dijo Jaime Sabines refiriéndose a ella; "es como una mujer desnuda esperándonos", y vaya que para el caso si que viene como anillo al dedo ésta sentencia poética, pues Antonio al enfrentar la petición, la llamada urgente que el destino hace, convierte su escritura un acto de amor  y de pasión, seducido por la magia de su diosa y cómplice Afrodita, aunque en honor no es ni mucho menos el límite de su obra, pues es infinito su universo de temas.

Al leer la obra de Antonio Acevedo L, hice remembranza de los versos de Sabines, y concluyo que en los dos el éxtasis ante la bella mujer desnuda, el papel en blanco, no hay duda que les provoca orgasmos de tintas con los que sus erectas plumas, preñan los folios para hacerle parir ensoñaciones que marcan a los corazones deambulantes que pacen desesperanzados por éste valle de lágrimas.

 "Recuerdo que recuerdo su nombre

sus labios, su transparente falda

tiene los pechos dulces, y de un lugar

a otro de su cuerpo hay una gran distancia

de pezón a pezón cien labios y una hora"

Jaime Sabines

Recuento de Poemas

1950 – 1993

"En un lugar de tu cuerpo

de cuyo nombre quiero acordarme

———————————————-

Cuando hundas los pómulos en la

almohada y los senos desnudos 

Antonio Acevedo Linares

Arte Poética 1988

He aquí ante nuestras ávidas fantasías posibles de realidad si se incorporan al cuerpo a través de nuestro radar ocular extasiado por dos gotas de poesía transparente, aunque distantes en el tiempo, 1950, Sabines, 1988, Acevedo, aunque distantes en el espacio, México, Sabines, Colombia, Acevedo, esos versos, por solo referir un pequeño grandioso ejemplo, son dos gotas de agua cargadas de poesía provocada por la pasión que nos produce recorrer el nacarado paisaje de la diosa del amor. Entonces pudiéramos decir, que Afrodita atemporal y universal, en Sabines y en Acevedo, tiene dos amantes evidentes que no ocupan el banco de suplentes, sino que son de lejos titulares por mérito que a diario le hacen goles de frente a Hefestos, a quien imagino provocado de  lanzarle centellas sobre todo al nuestro.

Anastassia Espinel, la hermosa historiadora y escritora rusa que ancló su nave vital en nuestro puerto comunero refirió al prologar éste compendio del poeta en escenario, hace saber qué poeta no ha sido seducido por la promiscua soberana del placer que por no calentar las sábanas del dios mayor del Olimpo, Zeus fue condenada a desposarse con el hacedor de rayos para su jefecito todopoderoso, que así le premió su artesanía. Afrodita se cobra su propia factura dándose a la pluralidad de amantes que la escritora llama a lista: Ares, Hermes, Dionisos, Adonis y Anquises.

Los maestros Anastassia Espinel, en el presente compendio, Hugo Caicedo (qepd), en Arte Erótica, José Ortega Moreno, en Los Girasoles de Van Gogh, Guillermo Reyes Jurado en Atlántica, Julio César Correa, Miguel Ángel Pérez Ordóñez y Claudio Anaya, En el País de las Mariposas, todas obras del maestro Antonio Acevedo L, lo ensayan desde sus erudiciones que le ha dado tanto acumulado literario ya por la obra de cada uno o las sin duda profusas lecturas de tanto y tan buenos autores ya nuestros o de allende las fronteras.

Yo en verdad, lo reconozco, ¡no doy para tanto! cuando Antonio en un arrebato de poeta frente a las Cariátides de nuestro recinto de justicia, ahora adornado por las luces que a veces falta tanto en algunos de sus residentes bien remunerados y poco comprometidos, me pidió que hoy presentara su libro de reseñas de su obra poética, si bien es cierto en Perú tuve la honrosa primera vez, me sentí en trance por la responsabilidad de espantar la cortesía que en el escenario Inca hiciera, la responsabilidad de lo objetivo sin la perspectiva literaria, porque no la tengo y aún con ella, no lo haría, pues acá se trata de ustedes y el poeta en una simbiosis que compromete compañerismo ante todo por encima de cualquier formalidad y cualquier vana pretensión de mi parte de poner flores donde nacen silvestres y en abundancia generosa.

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