La Ley de Justicia y Paz ( Ley 975 de 2005) presentada por el actual gobierno y aprobada por el Congreso de la República para darle piso jurídico al proceso de desmovilización (que es el proceso mediante el cual miembros activos de grupos armados ilegales dejan las armas y se reincorporan a la vida civil) y reinserción (que es el proceso por el cual personas desmovilizadas se reincorporan a la vida civil a través de distintos mecanismos jurídicos, sociales, económicos y políticos) de todos los grupos armados, es una política social y humanitaria diseñada para conducir al país a un proceso de desarme de todos los grupos armados ilegales y que ha sido interpretada por sus opositores como un proceso de legitimación de la impunidad en Colombia en tanto los delitos atroces cometidos por los grupos de autodefensas. Pero esta ley no está concebida sólo para los grupos de autodefensas sino también para todos los grupos armados ilegales. Sin embargo, los delitos atroces y sus conexos como porte ilegal de armas, concierto para delinquir y homicidio se debe someter a un proceso de verificación para que la figura jurídica con la que se someterán no origine traumatismos y lo pactado por parte del gobierno y las autodefensas o grupos armados no se agote o deteriore en la crisis y fluyan los diálogos y la negociación. El proceso también debe hacer claridad en torno a los bienes, tierras y armas de que disponen las autodefensas dispuestas a entrar en este proceso de desmovilización y reinserción. Su entrega efectiva al final o al comienzo de la reinserción debe ser objeto de absoluto acuerdo, como la revelación de las fuentes de financiación de sus ejércitos. Hay que señalar que las autodefensas en Colombia son las responsables del desplazamiento de miles de colombianos, donde muchas de sus tierras fueron expropiadas dentro del fragor de la guerra.
En la mesa de negociaciones debe estar la agenda política que este proceso de reinserción ha acordado, y replantear la reinserción en términos de que no pueden seguir siendo lo que ya ha señalado Carlos Alonso Lucio, asesor político de paz: "recoger listado de personas desmovilizadas, construir una lista de armas entregadas y comprometerse a pagar mensualmente a los reinsertados." La política de desmovilización y reinserción debe tener y replantear soluciones más de fondo que garanticen un proceso efectivo en tanto solucionen la situación socioeconómica en forma permanente de miles de colombianos, que un día por la crisis social, se incorporaron a las filas de los grupos armados de las autodefensas, porque hay que reconocer sin embargo, que no todos los que integran o integraron sus filas lo hicieron por la conciencia política de combatir a las guerrillas. La conformación de los grupos de autodefensas se originó en Colombia también por una situación social de exclusión, desempleo y marginalidad que sirvió de caldo de cultivo también en la incorporación de muchos colombianos a las guerrillas.
La incorporación de las autodefensas a la sociedad civil conlleva a elaborar una política de empleo con el sector empresarial del país y a la creación de granjas agrícolas de procesos productivos agroindustriales, etc que servirían también como lugar de reclusión para los desmovilizados que por delitos atroces deban cumplir condena. A septiembre de 2005 en Colombia se han desmovilizado 18.587 * colombianos (más los que están en proceso de desmovilización a diciembre de 2005) que estaban alzados en armas. En las 7 zonas de territorio nacional donde permanecen reinsertados, el Estado necesitará, según cálculos, cerca de 400 mil millones de pesos para el 2006. Son generadores de violencia que reincorporados a la vida civil, ha contribuido a que haya disminuido un poco la intensidad de la guerra en Colombia.
El desarme militar y político de las autodefensas debe comenzar por el desarme de la crisis que pueda generar en el futuro otras posibles capturas de sus líderes, el proceso de diálogo y la negociación es el único que puede mantener los acuerdos establecidos, dejar de hacerlo es retroceder en la política de diálogo que es la que mantiene vivo el proceso. La historia nos enseña que en medio de las crisis o la guerra el diálogo es lo único que no puede darse de baja. La Ley de Justicia y Paz ha tenido sus detractores dentro y fuera del país, como en su época también los tuvo la ley de diálogo con las guerrillas de las FARC, no obstante, la paz en Colombia también tiene que pasar por resarcir, hacer justicia y reparación a las victimas del conflicto armado colombiano. Sin embargo, la política de desmovilización y reinserción en Colombia ha tenido sus antecedentes importantes. En 1994 una fracción del Ejercito de Liberación Nacional, E.L.N denominada Corriente de Renovación Socialista llegó a un acuerdo de desmovilización con el gobierno de César Gaviria y en marzo de 1991 una fracción del Ejercito Popular de Liberación, E.P.L, firmó un acuerdo de paz y se convirtió en un movimiento llamado Esperanza, Paz y Libertad. Movimientos como el M-19, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, PRT y el Movimiento Quintín Lame, que fueron movimientos guerrilleros surgidos en la década de los 70 y 80, firmaron acuerdos de paz con los gobiernos de Barco y Gaviria y después de su desmovilización y reinserción a la sociedad se convirtieron en movimientos políticos.
La legitimidad institucional de la Ley de Justicia y Paz será compensada con la desmovilización de los grupos armados ilegales en tanto saque del escenario del conflicto a un actor armado de la guerra, no obstante, el paramilitarismo armado no puede convertirse en un paramilitarismo civil en la sociedad, esto es, la ideología paramilitar no podría convertirse en un partido político que atentará contra el ejercicio de la democracia y los partidos. Se hace necesario para ese siguiente paso el desarme político de su ideología para garantizar su reinserción a la sociedad civil bajo los valores de la democracia, como son la tolerancia, el reconocimiento del otro y el respeto por la diferencia, bajo esos presupuestos éticos y políticos será posible una desmovilización y una reinserción en el panorama del ejercicio político de la democracia. Las autodefensas no son sólo grupos armados ilegales sino también es una ideología armada, su desarme político sería una garantía para el ejercicio democrático de la política sin intimidaciones, lo que también contribuiría a buscar salidas políticas negociadas con los demás grupos armados, aunque la insurgencia (Farc) ya ha señalado que cuatros años más del actual gobierno y no habrá salida política, habrá más "sangre y fuego".
En la Ley de Justicia Paz hay una mención especial por la victima que es definida como "la persona que individual o colectivamente haya sufrido daños directos como lesiones transitorias o permanentes que ocasionen algún tipo de discapacidad física, psíquica o sensorial, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo de sus derechos fundamentales," y a la que hay que resarcir a través del derecho a la justicia, a la verdad y a la reparación, respetando el derecho al debido proceso y las garantías judiciales de los procesados, acciones que restituyan, indemnicen y rehabiliten, todo ello para que se contribuya a la reconciliación nacional como es su propósito. La paz nacional requiere un enorme esfuerzo social para sanar todas las heridas en tanto la responsabilidad social de cualquier gobierno es desarmar a los que están margen de la ley, porque es el Estado el que debe tener el monopolio de las armas, y por eso la Ley de Justicia y Paz establece el beneficio de la Alternatividad que "consiste en suspender la ejecución de la pena determinada en la respectiva sentencia, remplazándola por una pena alternativa que se concede por la contribución del beneficiario a la consecución de la paz, la colaboración con la justicia, la reparación a las victimas y su adecuada resocialización."
Los grupos armados ilegales requieren sin embargo igualmente en su proceso de desmovilización y reinserción una resocialización en su proceso de incorporación a la vida civil como quiera que la guerra deja profundas secuelas psicológicas e ideológicas que requieren de tratamiento en esa misma dirección, como "una reconstrucción sico-social de las poblaciones afectadas por la violencia." En la Ley de Justicia y Paz se contemplan en sus artículos esos propósitos pero se requiere de la participación de todos los sectores de la sociedad para que este proceso de paz con los grupos armados ilegales sean la entrada a una negociación política del conflicto armado colombiano, porque históricamente ya quedó demostrado que la guerrilla no tiene el suficiente poder militar y político para tomarse el poder, ni el ejército tiene el suficiente poder logístico para derrotar militarmente a las guerrillas. La única salida es la negociación política al conflicto o la guerra, a no ser que la guerra en este país sea un gran negocio y ninguno de los actores armados quiera realmente hacer la paz. Hay que también señalar aquí sin embargo, que la negociación política con la guerrilla no es sólo desmovilizar y reinsertar a los frentes guerrilleros, sino fundamentalmente es una negociación que tendría que pasar por la negociación del modelo político y económico del país.
Notas
* Fuente: Oficina del Alto Comisionado para la Paz. Programa de Atención Humanitaria al Desmovilizado. Ministerio de Defensa.
* Los siguientes textos fueron escritos para la sección regional del Periódico El Tiempo entre el 2003 y 2005.
LA GUERRA Y LA PAZ
La paz con guerra como la letra con sangre entra. Esta es la estrategia de la guerra que consigna el establecimiento en Colombia. Los intentos de diálogos fracasan porque se quiere hacer la paz sin que se lleven a cabo profundas transformaciones económicas, políticas y sociales en el país. La paz solo es posible si se derrotan las causas endógenas que originaron la guerra, y esto solo se logra si hay realismo y voluntad política por parte del establecimiento y la insurgencia. Las causas históricas que la originaron siguen vigentes, aunque no deberían serlo sus métodos de lucha. Hay que cambiar las estrategias para la obtención de la paz y el poder, no por la vía de la guerra, que ya ha dejado muchos muertos y profundas heridas, sino de la negociación y el diálogo. El día que el establecimiento y los grupos insurgentes decidan hacer la paz, sobre la mesa debe estar la profunda convicción de querer transformar al país, donde los pobres sean menos pobres y los ricos sean menos ricos, que es por lo que nos estamos matando desde tiempos inmemoriales.
GUERRA Y POLITICA
La guerra de Estados Unidos y sus aliados contra el terrorismo es tan terrorista como el terrorismo de las facciones fundamentalistas contra Estados Unidos y sus coaliciones, que legitimado con la fuerza del país más poderoso del planeta son los filibusteros de la política desde comienzos del siglo XIX. Su imperialismo exarcebado los hace creer que son los dueños del mundo, y su política criminal ya hace parte de la historia universal de la infamia. La diferencia del terrorismo fundamentalista y el terrorismo de la Casa Blanca, es que el del Pentágono es una "guerra preventiva" de supuesta defensa de la democracia y los valores de Occidente, y el de los musulmanes es una "guerra santa" contra el "imperio del mal" y una defensa de su cultura y sus riquezas legendarias. Se explica históricamente el terrorismo contra Estados Unidos como la resistencia de los países árabes por no caer en sus dominios en tanto consideran que los americanos se quieren apoderar del mundo. El terrorismo fundamentalista también de alguna manera ha sido creado por los Estados Unidos que financió, entrenó y armó sus guerras contra los soviéticos y sus países vecinos, y cuando ya no sirvieron más a sus intereses, los declararon sus enemigos acérrimos. La política es el ejercicio de la doble moral y, como ya es sabido por Karl Clausewitz, la guerra es la continuación de la política por otros medios.
GUERRA Y NEGOCIO
La esquizofrenia de la guerra que vive Colombia debe ser un gran negocio, porque si la insurgencia no es capaz de tomarse el poder por las armas, y el ejército constitucional no es capaz de derrotarla, con toda la tecnología de sus asesores norteamericanos, sus satélites y arsenal bélico, es porque alguien se beneficia de esta guerra que no tiene fin; descubrir quienes son los que se benefician con la guerra es un principio estratégico para comenzarla a terminarla, porque el ajedrez de la política nacional debe ser jugado de otra manera, para que no nos sigan dando jaque mate. No reconocer que el país se desangra sobre la hierba y los ríos y las calles y las montañas como resultado de una guerra, y no como un simple conflicto armado generado por profundas desigualdades sociales o negación de espacios políticos, es también permitir que la guerra continúe sin la efectiva voluntad política de terminarla, y no reconocer a los protagonistas de la guerra, sin un diálogo a fondo del país que se sueña y sin la voluntad política real de eliminar los privilegios en una justa distribución del poder, la justicia, la riqueza y la tierra, la guerra continuara, porque la única manera de terminar con la guerra es eliminando las causas que la generaron y la justifica para sus guerreros, y con los medios que mantiene vivo sus fuegos. Si los dueños del país quieren terminar con la guerra, ese seria un gran negocio, pero parece que mantenerla le da mayores ganancias. John Lennon canto una vez: la guerra ha terminado ..si lo deseas .
TERRORISMO Y ESTADO
Alguien dijo que la guerra es el terrorismo de los países ricos, como el terrorismo es la guerra de los países pobres. El terrorismo no son solo los atentados indiscriminados contra objetivos civiles y públicos, es también la amenaza de muerte que fomenta el miedo, la política de persecución y sospecha que se impone contra las ideas y las personas u organismo que trabajan por los derechos humanos. Los Estados y sus ejércitos son a veces un aparato de terrorismo más sangriento que el de las acciones de los atentados suicidas, porque condenan a millones de personas con su modelo económico y político a vivir en la miseria o la guerra y saquean sus riquezas y violan su soberanía con un ejercito de ocupación. La cultura del terrorismo se ha impuesto como una nueva forma de estigmatizar las luchas de los pueblos, pero no caigamos en la trampa de definir como terrorismo todo lo que se señala desde el poder; el nuevo caballito de batalla de los imperios para dominar también desde las ideologías. Los gobiernos de Estados Unidos e Israel, por solo mencionar dos ejemplos, son también terroristas.
FUTBOL Y FANATICOS
Los fanatismos deportivos, religiosos o políticos son el resultado de la alineación humana. En Colombia el fútbol es el opio del pueblo en tanto actúe como válvula de escape o distractor de la realidad social, a veces los fanatismos deportivos son aceptados por la sociedad como si fueran una patología inofensiva y las consecuencias de esa permisividad hacen que surjan en el deporte del fútbol las "barras bravas", una expresión social de los jóvenes a su marginalidad y no futuro, y una mezcla social de pobreza, droga y alcohol. Son expresiones urbanas de los jóvenes socialmente marginados en las ciudades que no encuentran espacios en donde canalizar sus imaginarios y paradigmas. La encuentran en el fútbol porque es un deporte de masas y allí ejercen sus liderazgos que hace que la manada los sigan, porque como rebaños necesitan de un líder o un pastor que los guíen y los haga sentir que son expresión, símbolo o fuerza. La agresividad es el resultado de su frustración individual en un país que los frustra social y humanamente. La cultura del deporte tiene que entenderse como una expresión artística, como el arte o la música, y esto es una cuestión cultural que hay que construir socialmente, también mediante la reducción de la brecha cada vez más amplia entre marginalidad y sociedad.
EN EL PAÌS DE LAS MASACRES
En el país de las masacres como lo es Colombia, la muerte es una operación de ajusticiamiento que ejecutan los paramilitares, la guerrilla, el ejército y o los traficantes. La política que sustentan estas alevosas y sediciosas masacres es, desde las diferentes perspectivas ideológicas de los actores armados, eliminar al enemigo y sus colaboradores en una guerra que es la cultura de la muerte que se ha impuesto para el logro de sus objetivos políticos, militares y económicos. Un fuego cruzado donde la población civil está entre la metralla y la pared. La deshumanización de la guerra en Colombia, lleva a asesinar en grupo como un efecto de intimidación y fomento del miedo que asegure el dominio de un territorio, una política o unos intereses creados. La guerra que se genera en este país es sostenida por los mismos que se usufructúan de sus muertos con la venta de armas y drogas y que ejercen el poder para formar ejércitos a su servicio o al servicio de un establecimiento que los mantiene para beneficiarse de la guerra, que es tan buen negocio como el negocio de la droga o el petróleo.
EL PARAMILITARISMO
La desmovilización de los grupos paramilitares en Colombia es un cambio de estrategias de la guerra de estos grupos armados que pretenden ahora convertirse en un paramilitarismo civil desarmado. Quieren pasar de un paramilitarismo armado a un paramilitarismo civil, que se reinsertará en la sociedad como grupo político en las ciudades, desde donde comenzarán a ejercer su actividad política. Una nueva estrategia que ira eliminando a los pequeños y débiles grupos políticos como punta de lanza de un nuevo proyecto político del paramilitarismo en Colombia que ha generado con su guerra el desplazamiento forzoso de miles de hombres y mujeres y niños en una apropiación de la tierra, asesinatos en masacres selectivas y descuartizamientos con motosierras, apropiándose de miles de hectáreas de tierras, muchas veces con la complicidad del Estado y las fuerzas armadas, justificadas con razones ideológicas de autodefensa. No obstante, las miles de hectáreas de tierras usurpadas de la guerra no han sido entregadas en su totalidad a sus legítimos dueños, en la estratégica desmovilización de la entrega de armas, en el que el paramilitarismo busca legitimarse en la sociedad creando otros frentes de lucha civil.
EL OFICIO DE LA POESIA
En Bucaramanga existen varios sectores alrededor del oficio de la poesía, que al decir de Luis Cardoza y Aragón, es la única prueba concreta de la existencia del hombre. Están los poetastros, que no son astros de la poesía, sino los malos poetas que le hacen mucho daño con sus ripios. Están los aficionados, que escriben los fines de semana o mientras son estudiantes y para los que a veces la poesía es otro sarampión en sus vidas. Y están los poetas, que escriben poesía en serio y que son contados con los dedos de la mano y aún así sobran dedos. Los lectores de poesía son también una minoría, porque se requiere de una condición especial del espíritu y el intelecto para ser su más fiel lector y, como en todas las profesiones, hay malos y auténticos profesionales y en el oficio de la poesía y otros géneros pasa lo mismo. Pero el peor síndrome, según Augusto Monterroso, es el de encontrar escritores que no escriben y lectores que no leen. La lectura y la escritura de este difícil género de la literatura solo es posible con inteligencia y sensibilidad, que a veces esta sociedad mutila y por eso se pierde esa capacidad de asombro para leer y escribir.
LITERATURA EN SANTANDER
La literatura santandereana no existe, lo que existe es una literatura escrita por escritores santandereanos o escrita en Santander, que es otra cosa muy distinta. Para que exista una literatura santandereana debe estar inscrita dentro de una tradición, que la tenemos pero que todavía no se ha hecho visible en el panorama de las letras nacionales por la carencia de una evaluación critica y por la falta de divulgación editorial de las obras. Una literatura, al no estar evaluada críticamente y situada dentro del contexto social del desarrollo de la región, no se configura como tradición, darle visibilidad mediante la divulgación y la evaluación critica, para inscribirla dentro de una tradición literaria, es el trabajo de la academia, las instituciones y de la critica especializada. Por eso la literatura escrita en Santander sigue siendo, con muy contadas excepciones, una literatura marginal dentro del contexto de la literatura nacional. Los escritores no son reconocidos en la mayoría de los casos ni en su propia tierra, y mucho menos a veces, en su propio país y muchos menos también, por sus propios contemporáneos. Tienen que esperar que otras generaciones más sensibles e inteligentes valoren su obra y su nombre para hacer parte de la historia de la literatura con presencia en las antologías nacionales.
ESCRIBIR Y RESISTIR
El escritor santandereano Gonzalo España señalo en una conferencia, titulada Los oficios del olvido, que la ubicación geográfica influía en que un escritor de provincia fuera olvidado fácilmente, que si no trasciende en su momento, es poco probable que la posteridad lo reivindique. La conferencia también advertía que vivir en la provincia dificulta el trabajo de alzar la voz y hacerse notar, porque estar situado al margen de las grandes rutas y centros editoriales, sin el sentido de orgullo y pertenencia de las regiones, y en tanto que la literatura regional parece no cuadrar dentro del marco de la concepción moderna de la literatura, significa un olvido casi seguro, porque lo provincial es todavía un estigma. Sin embargo cada hombre construye su historia de manera distinta, y por eso algunos escritores y poetas seguimos viviendo y escribiendo aquí, en la provincia, como un acto de resistencia; porque escribir es resistir contra el suicidio que parece ser vivir en la aldea, a riesgo de que nuestra literatura no sea reconocida por el envilecimiento de quienes no son capaces de reconocer la inteligencia ajena.
ESCRIBIR PARA VIVIR
El oficio de escribir es un ejercicio de la lucidez, se escribe para exorcizar, hacer catarsis, o como un sucedáneo del espíritu. La escritura es la proyección del espíritu y el intelecto de un individuo; el que escribe existe porque piensa, esa facultad para llegar a ser. El ejercicio de escribir da la posibilidad de existir más allá de la existencia física, pero si queremos existir es necesario primero, leer muchísimo, y para leer muchísimo, es necesario vivir otro tanto. La escasa figuración de la literatura regional en el ambito nacional es porque no se hace de la escritura y la lectura una vocación o una pasión inalienable, junto con la precaria existencia de editoriales y un insuficiente reconocimiento de nosotros mismos, y una sociedad que no se reconoce a si misma, es una sociedad mezquina. El merecido homenaje al maestro José Ortega Moreno, en la quinta Feria del Libro, ayer en la instalaciones de Cenfer, nos reivindica a los poetas que hacemos de la poesía, un noble oficio.
EL EJERCICIO DE LA CRÍTICA
El ejercicio de la crítica es visto todavía en la sociedad como una visión del resentimiento, sus detractores la ven como una negación que dice mucho de quienes la ejercen, no alcanzan a comprender su función social, política o cultural en el ámbito de la cultura y la sociedad. La crítica no es solo poner al descubierto lo negativo de un aspecto de la cultura o la sociedad sino también es un reconocimiento de lo valioso de un aspecto de la cultura y la sociedad. La crítica no tiene, como cierto himen de las mujeres, una visión complaciente de las cosas, porque el espíritu critico de quienes la ejercen faculta a tener no solo una opinión, sino a desarrollar un análisis crítico de las cosas que están mal hechas en la sociedad. La crítica es la facultad de desarrollar un análisis desde una disciplina del conocimiento y no desde una mera opinión, que es lo que la diferencia de la crítica auténtica. Es el ejercicio del criterio como lo dijera algún filósofo y su función en la sociedad es tan importante como la cultura misma, sin ella ese aspecto de la cultura y la sociedad no seria mejor comprendido y necesario para construir un país, una región o una ciudad mejor.
LITERATURA & MERCADO
Los escritores con ánimo de lucro son los que deliberadamente escriben para vender. Sus historias están determinadas por la demanda del mercado y su imaginación y su técnica narrativa esta puesta a su servicio que es el que les permite vender sus libros con historias amarillistas sin ninguna estética literaria, porque el objetivo no es hacer literatura sino vender. En Colombia hoy hay quienes quieren privilegiar la literatura escrita por jovencitos, como si fuera una genialidad, en una burda actitud epigonal al estilo Andrés Caicedo, pero ya se sabe que todos los epígonos son refritos. Hay que volver a la escritura sin ánimo de lucro en donde la literatura este al servicio de la imaginación y la estética, escrita con inteligencia y sin privilegiar a esta o aquella generación, porque lo que importa es la buena literatura, escrita a cualquier edad y sin distinción de sexo, pero no es una contradicción, por supuesto, que la buena literatura se venda por la calidad estética de sus propias historias.
PERIODISMO Y CULTURA
El periodismo cultural en Santander sigue siendo aún muy precario y con prácticas todavía premodernas. El artista, por lo general, tiene que buscar al periodista para que reseñe su trabajo, y no es el periodista el que busca al artista para hacer su noticia. Las noticias de orden público, los deportes y la farándula predominan sobre los temas de la cultura. La cultura no es vista todavía como un componente importante para crear tejido social o sensibilizar sobre nuestra condición social o humana. Los niveles de violencia de todo orden, los delitos y la baja autoestima social son también consecuencia de un deteriorado estado de la cultura de una comunidad, una ciudad o una región. Los individuos o instituciones mediocres, son las que no son capaces de reconocer la inteligencia o el talento ajeno, y una región como la nuestra, necesita de la cultura para crear y fomentar su propio desarrollo e identidad. El periodismo cultural debe contribuir a divulgar y a valorar las expresiones artísticas y literarias, y a darle menos espacio a la cultura light, y a crear un periodismo que no caiga en la mercantilización o banalización de la noticia. Se requiere de un periodismo más comprometido con la cultura, en tanto son los medios de comunicación que también tienen la palabra.
CULTURA E IDENTIDAD
La lucha por el reconocimiento, dice Fukuyama leyendo a Hegel, es la parte de la personalidad más específicamente política, porque los hombres necesitan ser reconocidos y valorados en sus dignidad, en tanto que es un deseo innato que subyace en la naturaleza humana, que está en relación con la valoración que el hombre tiene de si mismo y de la valoración que los demás hombres tienen sobre él. El deseo de reconocimiento es el primer acto humano que el hombre realiza por la búsqueda de respeto, libertad, dignidad y realización humana. La tolerancia es la capacidad de valoración y reconocimiento del otro; esa es la cultura que debe predominar en nuestro medio cultural para el reconocimiento y divulgación de nuestro patrimonio literario y artístico. Los que se niegan a propiciar la participación y valoración de nuestros artistas y escritores en su propia tierra, mediante un olímpico desconocimiento, son los que no se han recobrado así mismo en su condición de dignidad y respeto.
EDUCACION Y UNIVERSIDAD
El anacrónico modelo de profesores dictadores de clases ya esta mandado a recoger. Esto deberían saberlo las universidades, públicas y privadas, donde proliferan estos profesores que no producen nada intelectualmente en detrimento de la educación superior. Son los burócratas de la academia. Tal vez porque ya tienen asegurada la pensión no les preocupa mucho la producción intelectual. El nuevo modelo de catedrático universitario debe ser un investigador o un intelectual que no se limite a ser un dictador de clases, porque el conocimiento tiene que ponerse por escrito y divulgarse para que la universidad no siga siendo una èlite o un ghetto deslindada de la sociedad. La investigación debe ser una prioridad y no la mercantilista profesionalización de sus alumnos para un mercado laboral muchas veces saturado de las mismas profesiones. El viejo modelo también se refleja en la contratación docente donde la mayoría de los profesores son contratados por hora cátedra y no de planta como debería serlo. La educación superior en Colombia es de las más deficientes del continente, según diagnostican los especialistas, pero también tenemos los más bajos índices de lectura y los más altos índices de violencia. Por otra parte, resulta irónico y risible que profesores que se vincularon a la universidad pública con el solo pregrado, hoy sean los que desde cargos de poder administrativo y académico, exijan requisitos más allá de la formación promedio como lo son las maestrías, la experiencia docente y la investigación para concursos de directivos en los procesos de regionalización de la universidad.
CLASE POLITICA Y CULTURA
La clase política en Santander y en buena parte de país no ha establecido una política cultural a través de sus instituciones porque creen que la cultura no da votos, como ocurre con la empresa privada que no la considera rentable. Los funcionarios que administran la cultura, con muy contadas excepciones, son analfabetas en el tema y llegan a estos cargos como cuotas políticas porque la realidad social de este país condena a los profesionales a la politiquería como una alternativa de fuente de empleo y la perspectiva que tienen de lo cultural es lo farandulero, lo populista o lo light, con una visión infame de los artistas. Una directora cultural de una entidad bancaria calificaba a los artistas como "muertos de hambre." Las pocas actividades culturales representativas suelen surgir del esfuerzo individual pero no de una política cultural establecida. No existe en la ciudad un ambiente hacia lo cultural, predomina lo prostibulario y lo puramente comercial. Los dineros que por ley corresponden a la cultura son desviados hacia otras actividades, muchas de ellas ilícitas, que demuestran el nivel de corrupción de la clase política, como financiación de campañas, pago de nómina o la existencia de nóminas paralelas.
EL LENGUAJE Y LOS POETAS
El lenguaje es una de las mayores riquezas culturales de un país, pero lamentablemente nuestro lenguaje citadino está saturado de lugares comunes, clichés, eufemismos y frases de cajón. En los medios de comunicación y en el habla cotidiana del común de la gente, es un lenguaje carente de imaginación y color. Existe la manía de no llamar las cosas por su nombre, que refleja el ultraje del lenguaje en el uso corriente. El lenguaje también se desgasta y pierde ese timbre de poesía que debería tener, y por esa razón es necesario renovarlo en la lectura de los poetas y escritores que son los que lo reverdecen con su imaginación, sensibilidad y verdor. Su función social es esa entre otras, de allí también la necesidad de leerlos para enriquecer y embellecer nuestra comunicación con ese maravilloso instrumento que es extensión de la inteligencia y la sensibilidad humana como lo es el lenguaje. En los libros están todas las pasiones humanas, acaso son la vida misma página a página, por eso muchas vidas son como un libro abierto. El lenguaje desarrolla la escritura que nos identifica y nos da identidad, somos lo que somos por la forma como nos hemos construido a nosotros mismos mediante el lenguaje. El es nuestro espejo que nos refleja más que ese otro espejo que está en la pared.
POLITICA CRIMINAL
En Colombia cerrar hospitales con el argumento de considerarlos inviables económicamente es una política criminal por parte del Estado, como es una política de masacre laboral liquidar la razón social de una entidad hospitalaria para crear otra y así desconocer los derechos laborales de los trabajadores, como sucedió en Santander con el hospital Ramón González Valencia, que por segunda vez murió en la historia. La política criminal del Estado y sus empresarios neoliberales quieren privatizar la sociedad y sus entidades públicas para entregarle la salud, la educación, los servicios públicos etc, en manos del capital privado que son los capitales que emplean a contrato y violan los derechos humanos laborales como la obtención de una jubilación pensionada. Con esta política criminal no sería extraño que también se quisiera privatizar el oxigeno que respiramos, como se quiere privatizar el agua, la luz, los árboles, las calles y el cielo. Como es bien sabido la política de privatización es una política neoliberal impuesta por los organismos financieros del capital dominante extranjero que nuestros estados sumisamente aceptan y servilmente aprueban. El Estado que hoy quieren reducir a través de un proceso de reestructuración es el mismo que la clase política hizo insostenible con el ejercicio de la politiquería y la corrupción.
LA ACREDITACION UNIVERSITARIA
Son varias las universidades que en Colombia han obtenido la acreditación universitaria que la definen como una institución que ha llenado todos los requisitos para estar a la altura de la excelencia académica, pero algunas de estas universidades son más de imagen y mercadeo que cualquier otra cosa, porque lo que debería medirse para una verdadera acreditación universitaria es una alta producción intelectual, que en muchas universidades es casi nula, la investigación científica y la creación de conocimiento y no su repetición. Se caracterizan estas universidades por tener más de la mitad de sus profesores una vinculación laboral de hora cátedra y por la escasa publicación de obras de la producción intelectual de sus mismos profesores, que aunque cuando a veces producen algo, lo hacen para obtener unos puntos en el escalafón y mejorar su remuneración salarial y no por la investigación en si misma. Las universidades colombianas no están ni siquiera dentro de las primeras quinientas mejores universidades del mundo y si nos quieren vender la idea de la excelencia académica con universidades que todavía no alcanzan a estar en ese alto nivel educativo, pero que ya tienen ese aval de la acreditación, y mientras se sigan regocijando con estos modestos honores nunca haremos realmente universidad.
DROGA Y CULTURA
Pier Paolo Pasolini en sus "Cartas Luteranas", analizaba el fenómeno de la droga como un sucedáneo de la cultura, la droga como un vacío causado por el deseo de muerte, que es un vacío de cultura, porque para amar la cultura se necesita una fuerte vitalidad, porque ella es una posesión y nada precisa de encarnizada energía que el deseo de posesión y quien no tiene esa energía minima, renuncia; el vacío lo llena con el sucedáneo de la droga. Los artistas y escritores que se drogan lo hacen para llenar un vacío, no un vacío simplemente de cultura en este caso, sino un vacío de necesidad y de imaginación. La droga sirve para sustituir la gracia por la desesperación, en estilo por la manera. Creemos que la droga es sucedáneo de los débiles, como diría Nietzsche de la religión, una fuga en la que se enganchan a causa de su desequilibrio emocional y su vacío existencial. La droga también es un arma de dominación del poder que controla a los individuos, como lo hacen muchas cosas creadas por la cultura, pero hay quienes terminan adictos y enloquecidos porque no supieron asimilar la cultura críticamente.
SINDROME NACIONAL
Hay quienes quieren ser importantes y respetables por los altos cargos que ocupan en la sociedad y no por su capacidad intelectual o poder de creación. El país, como la mayoría de sus instituciones, históricamente ha estado gobernado por los mediocres, eso explica el país que somos y que tenemos, y también el que cada vez que alguien llega a ocupar altos cargos como funcionario público sale envuelto en escándalos por corrupción, porque son muchos los que quieren robar al Estado o birlar sus leyes en beneficio propio. El arribismo político y cultural es síndrome nacional. La avaricia del poder es el mayor apetito de los mediocres, por eso alguien dijo una vez que éste es un país de cafres. En lo personal el único poder que nos debería seducir es el poder de la palabra, y no el poder de los mediocres, que es el más arribista y corrupto. Los mediocres están siempre en los altos cargos públicos y privados porque se han servido de los otros mediocres o por esas prácticas propias de las sociedades premodernas, como lo son las relaciones de poder, el compadrazgo o el amiguismo. Son legión los mediocres que han hecho de éste una caricatura o remedo de nación, y ejercen un canibalismo sobre el prójimo porque están más interesados en el enriquecimiento personal que en servir al país.
EL CLIENTELISMO
El clientelismo es una antigua práctica política arraigada en la mentalidad colombiana; es un sistema de protección y amparo con que los partidos patrocinan a quienes se acogen a ellos a cambio de su sumisión y servicios. Hay que venderle el alma al diablo si se quiere conseguir un empleo en este país y, el ejercicio de la politiquería parece ser una buena fuente de empleo. Por eso hoy muchos individuos se lanzan a crear microempresas políticas y venden la idea de que con su elección las cosas van a cambiar y sus asesores de imagen lo venden como un hombre transparente, abanderado de la anticorrupción, y se autodenominan como una nueva opción política y se dicen independientes, cuando en realidad provienen de los viejos partidos políticos tradicionales. Se avergüenzan de sus orígenes y ese es un rasgo de la personalidad que fomenta el arribismo político. La política regional es un fiel reflejo de la política nacional en donde cada político funda su feudo y tiene su clientela que es la que lo lleva al poder. Los políticos viven de sus clientelas porque la política es solo un negocio más del libre mercado, viven de la miseria y de la necesidad ajena, sin ella no habría quienes votarían por ellos y no estarían en el poder donde simulan representar a la sociedad. Las excepciones a estas prácticas políticas son visibles en el país pero también son visibles los políticos y sus clientelas.
CLIENTES Y PROXENETAS
El proxenetismo político es una antigua práctica del ejercicio de la política en Colombia; dicése del individuo que induce mediante engaños a la prostitución política. El proxeneta político obtiene beneficios a cambio de la prostitución política de otros. El ejercicio de la política ya ha alcanzado los mismos niveles de la prostitución, que es vender por dinero su cuerpo. En el ejercicio de la política se vende la conciencia por dinero, porque es inconcebible votar sin recibir nada a cambio, y al vender la conciencia, se ejerce también la prostitución, en tanto que el cuerpo y la conciencia son lo más inalienable de un individuo. En el proxenetismo político la lucha por el poder es para obtener más poder y robar los fondos del Estado, traficar influencias y corromper las instituciones. La democracia está sostenida con estas prácticas culturales y políticas, que son prácticas premodernas y licenciosas, y mientras estás no cambien, el ejercicio de la política en Colombia seguirá siendo de clientes y proxenetas. Por otra parte, se prostituye la conciencia de los individuos cuando se ve obligado por la necesidad o la intimidación a votar por determinado candidato, su libertad se enajena y el derecho a negarse pierde su sentido democrático porque la abstención también es una forma de la democracia que debería reivindicarse y tener sus efectos en la sociedad.
EL TEATRO EN ESCENA
El teatro es tal vez la primera manifestación artística del hombre donde se representa a sí mismo, y en ese sentido su antigüedad se remonta al siglo V como sátira, como farsa y como parodia. En el mismo siglo su origen tuvo como objetivo simbólico la representación de la vida como tragedia, drama, comedia y mimo. Los dioses y los mitos fueron los primeros en ser objeto de crítica por parte del teatro. El teatro es una representación estética simbólica a través de la palabra y los gestos que configuraron un lenguaje corporal que contemporáneamente ha incorporado también sonidos, luces y sombras. El teatro es otra de las tantas manifestaciones de la cultura como el cine o la literatura con sus escenarios propios, su lenguaje y sus símbolos, que se ha alimentado, además de la realidad social, también de la literatura y de la vida. La puesta en escena de una obra teatral es la puesta en escena de una sociedad y sus conflictos, con sus miserias y sus grandezas, pero también con sus utopías; su origen griego así lo corrobora.
La realización del II Festival Nacional de Teatro en la ciudad de Bucaramanga, Colombia, "Santander en escena," bajo la dirección del soñador Jaime Lizarazo, Consejero Municipal de Cultura, y con el auspicio de importantes entidades privadas y públicas como el Instituto Municipal de Cultura, la Gobernación de Santander etc, es un aporte importante a la cultura en Santander y una apuesta por la dignificación del actor y del teatro en Colombia. Muchas ciudades en Colombia han creado espacios de identificación cultural que le han dado identidad y reconocimiento como el Festival Internacional de Cine de Cartagena, el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, etc que se han convertido en puntos de referencia de la cultura nacional, y Santander comienza a hacer presencia en la escena nacional con éste Festival Nacional de Teatro como ya lo viene haciendo el Festival Nacional de Cuenteros y el Festival Internacional de Piano.
Un hermoso y digno ejemplo a seguir en Santander para las otras Consejerias de Cultura Municipal de las áreas de Literatura, Danza o Arte Plásticas etc, donde en éste encuentro de teatro, que es también un encuentro por la vida y por la cultura, se ha convocado a sus artistas locales en escena, con la participación de artistas nacionales y extranjeros. Una bofetada para los incrédulos y la desidia de individuos y entidades que no hacen nada por la cultura regional. La cultura en Santander se ha oxigenado con éste Festival Nacional de Teatro y se augura muchos éxitos en anuales versiones por venir.
Se termino de imprimir en el mes de Mayo de 2010
en los talleres de Litografía Andrés Bello
Calle 18 No 31-37 Telefax 6455120
Bucaramanga, Colombia.
Autor:
Antonio Acevedo Linares
EDICIONES HOJAS DE HIERBA
BUCARAMANGA 2010
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