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Pobreza y educacion: como terminar con una, como fortalecer la otra (página 2)

Enviado por MONOGRAFIA


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Hasta ahora Colombia se encuentra en el grupo de países encaminados a lograr un alto nivel de desarrollo humano, sin embargo hay muestras de que no se está avanzado lo suficiente en algunos aspectos, entre ellos lo social. Es ahí precisamente donde está la base para conseguir altos niveles de calidad de vida para la población nacional. La agenda del desarrollo para el nuevo siglo debe tener como punto central el combate de la pobreza, la generación de oportunidades y el logro de un reparto más equitativo de los medios de producción y el ingreso. Los organismos internacionales enfocan sus nuevos programas en esta dirección, y en ese sentido debe avanzar la política nacional de Colombia y su política económica. El nuevo Gobierno ha mostrado un interés especial en hacer frente a este reto, de ahí la relevancia de que todos los colombianos conozcan de esta materia, sus perspectivas y proyecciones, más aun cuando, según algunos estudios realizados en el país, para muchos colombianos, dentro y fuera del país, la pobreza es un mal "menor", incluso para algunos, un mal necesario y conveniente, ignorando las consecuencias sociales, económicas, políticas y psicológicas de la pobreza.

El país no puede seguir mirando con indiferencia este problema. De acuerdo con la Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad, Mesep, que convocaron el Dane y Planeación Nacional para actualizar las cifras de pobreza y desigualdad en Colombia, en el país más del 45% de la personas vive en condiciones de pobreza y el 17% vive en la calle. Entre los países de América Latina, Uruguay es el que menor proporción de pobres registra. A nivel internacional Níger es el país con mayor proporción de pobres del mundo según el nuevo índice (92,7%), seguido de Etiopía (90%), Mali (87,1%) y la República Centroafricana (86,4%).

No obstante Colombia tiene posibilidades de mejorar su posición, la tecnología y el conocimiento bien encaminado ofrecen grandes oportunidades para un país con sus características, lo necesario es abrir el mercado y eliminar tantas barreras gubernamentales para que existan más proveedores de servicios en general, (aunque ante la situación fiscal que está viviendo actualmente el país, resulta difícil destinar mayor inversión a este sector), mejorar su infraestructura en materia de telecomunicaciones, (enrutadores y puertos de acceso). Si bien es cierto que el ICE proporciona una red amplia de fibra óptica a lo largo del territorio nacional, aún carece de ciertos dispositivos adicionales para ser suficientemente competitivo en esta área; incrementar el contenido local de Internet: el uso de Internet como herramienta en la actividad diaria del colombiano es aún muy reducida (sobre todo a nivel rural), si se toma en cuenta que muchas veces es empleada para comunicarse entre amigos o familiares (correo electrónico), y en un menor grado para el comercio electrónico (negocios a consumidores y/o entre empresas), tareas escolares o trabajos en casa.

Lo que parece estar asociado a la falta de proveedores de contenido de Internet en Colombia (PCIs), aunque son los países avanzados los que lideran este campo y la mayor cantidad de información se encuentra en Inglés, es la ausencia de ciertas políticas que pudieran motivar a la sociedad a mantener un mejor dominio del idioma inglés (situación en la que Colombia está todavía muy rezagada), así como la participación de autoridades e instituciones públicas y privadas para poner en Internet contenido en español e ingles de verdadero valor para los colombianos. El problema de la pobreza para América Latina y en particular para Colombia ha tomado dimensiones que sobrepasan la tenue mirada de ver este flagelo como un simple problema de ingreso, de exclusión o de falta de bienes materiales; estas aproximaciones aún no han tocado la medula de tan grave conflicto, es así como instituciones, Ong´s, fundaciones, organismos internacionales, nacionales y del gobierno mismo como también de particulares dolientes de este problema han asumido el flagelo de la pobreza y la miseria desde un ámbito meramente asistencialista y franciscano. Atender la pobreza hoy no es simplemente un acto de corazón bondadoso e inclusive no es un acto ético y de equidad… es más que eso; si un gobierno no le da un punto básico e ineludible dentro de sus políticas y programas a atender prioritariamente este problema, ese gobierno puede carecer de legitimidad, ya que puede amenazar la estabilidad social, económica y política del país. Resolver el problema de la pobreza es pues una prioridad y por lo tanto no debe ser únicamente una preocupación del estado sino de todos y todas e inclusive las universidades están obligadas de alguna manera a jugar un papel protagónico en la búsqueda de soluciones.

Antes de entrar a plantear "EL COMO" enfrentar este dilema, analicemos primero algunas cifras y datos que hacen referencia al problema en cuestión, algunas cifras estadísticas muestran el cruel panorama que vive hoy Colombia. La CEPAL en su último informe arroja crudas cifras que no mienten, la magnitud de la pobreza e indigencia entre niños y adolescentes colombianos es del 45% (pobres) y 17% (indigentes). Si sumamos, tenemos un resultado escalofriante, el 62% de los pequeños Colombianos no tienen acceso a ninguna esperanza de vida plena y se debaten entre la desnutrición, la insalubridad y la ignorancia.

Comparar números es un ejercicio más aterrador. La CEPAL indica que Uruguay, por ejemplo, tiene el 10% de pobres y el 2% de indigentes entre niños y adolescentes; o Costa Rica, un 18% y un 5%, respectivamente. Así los niños de Colombia tienen un horizonte sin futuro, si las cosas siguen como hasta ahora. Recordemos la vieja pero sabia frase "los niños de hoy son los dirigentes del mañana"; es decir, ¿qué mañana le espera a esta Colombia?. Y más si tenemos en cuenta que Colombia no es un país que base su economía en la adquisición de conocimientos y/o la búsqueda de meritos profesionales. Por el contrario, tiene más logros profesionales y económicos el amigo del político que aquel que se quema los ojos estudiando.

El pasado 21 de febrero 2011, en el periódico New Herald de Miami, publica una nota informativa de la Agencia AP. El despacho informa que "Colombia tiene el índice más alto de desempleo de América Latina, un mercado laboral regido por la informalidad y sin perspectivas de creación de trabajo formal para millones de desocupados". Y la cosa no queda allí, el 32% de los asalariados no tiene contrato de trabajo ni acceso al sistema de seguridad social, sin pensión ni vacaciones de ningún tipo o sea que, subsisten bajo la modalidad de "contrato", que viene siendo no mas que trabajos temporales de prestación de servicios sin ningún tipo de garantías o prestaciones, y que lo único que las empresas públicas o privadas hacen es cambiar de empleados cada 6 u 8 meses cuando el contrato se termina.

Y de los que aparecen en las cifras con algún ingreso, es decir la fuerza laboral, el 48% son vendedores callejeros o son personas que ejecutan trabajos ocasionales frente a un 46% en el resto de América Latina. Mientras el país no acepte y solucione los altos y costosos niveles de desempleo que vive diariamente la sociedad colombiana; mientras el gobierno no mire hacia el futuro basado en el conocimiento y el merito de su gente en vez de que sea el amiguismo, el padrinazgo político y las preferencias gubernamentales las que finalmente decidan por el país, los niveles de pobreza, desigualdad e insostenibilidad no van a mejorar mayormente. El Secretario de la CEPAL , Dr. José Antonio Ocampo, al divulgar el informe manifestó que "ningún otro país en el hemisferio alcanza las tasas de desocupación que se presentan en Colombia". Ocampo sentenció: "el caso colombiano es dramático".

Y el DANE todavía se emociona al gritar que la tasa de desempleo para noviembre 2011 fue del 9%, sabiendo que aquella persona que queda desempleada entra a formar parte de la economía informal, sin perspectivas, sin sostenibilidad…sin futuro. En realidad, teniendo en cuenta lo antes dicho y lo que viene, el desempleo formal actual es cerca del 15%. Analizando, las cifras del indicador de concentración del ingreso Gini para Colombia se observa, que para la segunda mitad de la década de los años noventa el coeficiente Gini (el Coeficiente de Gini es una medida estadística de la desigualdad que varía entre 0 y 1. Muestra mayor desigualdad mientras se aproxima más a 1 y corresponde a 0 en el caso hipotético inverso, de una distribución totalmente equitativa); para Colombia en el 2010 oscilaba entre 0.51 y 0.55, según las diversas estimaciones.

Para el año 2000 según cálculos del Dane el coeficiente de desigualdad Gini fue de 0.56. De esta manera, se confirmo Colombia como uno de los países con mayores problemas de desigualdad en la distribución del ingreso en América Latina. Y aunque su situación no parece tan crítica como en el Brasil, en nuestra nación el 10% de hogares más ricos percibe ingresos 30 veces superiores al 10% de hogares más pobres, una tendencia muy cercana a la de Venezuela (30.5 veces) y poco menos satisfactoria que la de México (24.5 veces) y la del Perú (18 veces). Estos crecientes niveles de desigualdad son la causa fundamental del aumento de los niveles de pobreza durante los últimos cinco años. En 1992 el 10% más rico de los hogares percibía 33% del ingreso total, cinco años más tarde concentraba el 58% del ingreso total. Como consecuencia entre 1996 y 1999 aumento de 53.8% al 60.1% el número de hogares que se encontraban por debajo de la línea de pobreza. El panorama no es nada halagüeño por el contrario es un cuadro crudo y cruel del escenario real que viven más del 60% de compatriotas. Aun la situación es más compleja cuando el número de personas por debajo de la línea de indigencia superaban los 9.654.722 de personas para el año 2000 y ahora para el 2011 es de 7.500.000 (el 31% del 60% de personas pobres). Estas formas abismales de concentración de la riqueza y de los ingresos constituyen el principal obstáculo para una mayor expansión de la producción, la integración social, el crecimiento sustentable de la economía y la democracia.

De acuerdo con los datos proporcionados por el Dane y publicados el 22 de este mes de octubre 2011, la población colombiana dentro de los niveles de la pobreza ascendió al 66,3 por ciento. Estos indicadores de pobreza se presentan más preocupantes si se tiene en cuenta que se han acelerado en estos últimos 6 años con relación a la medición anterior. En 1980 registró 50%, en 1997 el 55% con un crecimiento económico medio anual del 0,6%. Entre 1997 y 2003 el crecimiento anual medio ha sido del 3,2 por ciento (cinco veces mayor). Como quiera que se vea de todo lo que he leído y escuchado sobre el tema no hay nada encaminado a identificar las causas de semejante problema para poder diseñar las estrategias que conduzcan a su solución. Sin embargo, sea cual sea la estrategia a seguir, ella debe incluir una reducción drástica en los niveles de corrupción por parte de la clase dirigente, al igual que una supresión del amiguismo político y de las llamadas palancas y favoritismos comerciales para dar paso al aumento de los meritos profesionales y la aplicación del conocimiento adquirido sistemáticamente a través de los años de experiencia. Un estudio reciente mostro que el 77% de los colombianos dudan de la ética de las empresas públicas y privadas a las que considera focos de corrupción. Como simple comentario, en Uruguay la proporción es del 50%.

El problema comenzó hace más de cinco décadas cuando, ilusionados con la industrialización que suponía la sustitución de importaciones, marginaron a la agricultura y comenzó el éxodo hacia las ciudades para formar los cordones de miseria que vergonzosamente se ven hoy en día. El desempleo crece constantemente porque la competitividad, cada vez más exigente, conduce al sector industrial a producir más con menos recursos, entre ellos los recursos humanos (mano de obra), y los países obligados a ser cada vez menos ineficientes han tenido que ir reduciendo su tamaño y por lo tanto su oferta laboral. Es indispensable, para la consecuente y paulatina solución del problema, aunque no la única, volver los ojos a la agricultura, pero no a la agricultura de pérdidas que se está practicando actualmente en nuestros campos arrojando bajísimos niveles de productividad como se observa en los datos estadísticos que, a manera de ejemplo y como parte del estudio, incluyo a continuación:

Maíz: Colombia produce 1.8 toneladas por hectárea promedio nacional (150.000 h. tecnificadas con rendimientos de 3.7 t/h y 430.000 h. en cultivo tradicional con 1.6 t/h.

Chile produce 9.4 t/h.

Papa: El rendimiento es de 16.7 t/h mientras que Argentina produce 27 y Estados Unidos 40 t/h.

Plátano: Con un rendimiento medio de 7.7 t/h Colombia debe competir con vecinos que obtienen entre 10 y 17 t/h.

Tomate: La productividad colombiana es de 10.7 t/h, comparada con las 59.4 t/h de Chile o las 79 t/h de Canadá.

Realmente preocupante. Paradójica y tristemente estos rendimientos tan bajos se producen precisamente en el medio más privilegiado del mundo para hacer la agricultura más eficiente, ya que Colombia cuenta con la mejor y más variada gama de climas y suelos; la mejor calidad y mayor cantidad de luz solar, abundantes fuentes de abastecimiento de agua y un recurso humano extraordinariamente talentoso al que sólo le falta capacitación orientada a la productividad y la competitividad. Realmente se puede ver que los planes del gobierno para impulsar y apoyar el campo (agro ingreso seguro) y sus objetivos de desarrollo han sido una total decepción y no han surtido el objetivo deseado, por el contrario se ha convertido en foco de corrupción. El desarrollo económico y social de los municipios de Colombia depende, en gran medida, de que se opte por una agricultura eficiente y rentable basada en gran medida en el conocimiento. La percepción de que la agricultura produce solamente pérdidas es un falso paradigma derivado de que aún se practica agricultura sin conocimiento, con técnicas obsoletas e ineficientes que se han convertido en hábitos generalizados.

Así podemos entender muy bien porque todavía proliferan hasta un 38% el cultivo de productos ilícitos como la marihuana, la cocaína y la heroína. Es increíble ver que se invierte más conocimiento y tecnología al cultivo de ilícitos que en el cultivo de nuestro alimento. Alvin Toffler en "El Cambio del Poder" pronosticó hace 15 años que "la agricultura con conocimiento podría ser la punta de lanza del desarrollo económico".

La agricultura con conocimiento permite obtener cosechas abundantes en menor superficie y a menor costo, protegiendo el ecosistema y beneficiando la economía, no sólo de los agricultores, sino que en una reacción en cadena dinamiza la economía municipal, departamental y nacional. Solamente fortaleciendo la productividad agrícola y agroindustrial, se podrá elevar el nivel de vida, mejorar la balanza comercial, incrementar el producto interno bruto, incrementar las exportaciones (y ahora mas con el TLC con Estados Unidos aprobado) reducir el cultivo de ilícitos como única alternativa rentable, estimular el crédito y la inversión, además de solucionar los problemas de desempleo, inflación, impacto ambiental y seguridad alimentaria.

A continuación expondré los comentarios de una colombiana, Carla, víctima de esta situación: "Antes medianamente mis tres hijos y yo teníamos para comer, pero la pobreza aumentó, los cultivos ya no dan nada, no hay trabajo y apenas tengo para un poquito de sopa al día. No soy estrato dos, estoy rayando en la miseria; mis hijos no asisten a la escuela porque no tengo dinero para enviarlos. Vivimos de la gente que nos socorre con su "caridad". Y sus vecinos no pasan por mejores momentos. "La pobreza ronda por acá con toda tranquilidad. Muchos han salido de la zona a buscar buena fortuna en las ciudades, pero las cosas por allá tampoco están mejor y se dedican al rebusque en barrios de casas de lata y techos de plástico y cartón", anota Carla. Ella hace parte de casi la mitad de colombianos (45%) que viven en la extrema pobreza, según cifras del Gobierno. Sin embargo, algunos sectores aseguran que la situación es más crítica y los extremadamente pobres en el país estarían superando fácilmente el 60% con inclusión de los indigentes. Según esta última estadística, cerca de 20,5 millones de colombianos son pobres y 7,9 millones, indigentes. Según las estadísticas hasta junio de 2006, la pobreza y la indigencia eran de 40.1% y 12% respectivamente.En Colombia se ha considerado que un hogar está en condición de pobreza cuando, estando conformado por cuatro personas, tiene ingresos inferiores a un millón cien mil pesos mensuales. En cuanto a la indigencia (pobreza extrema), se hace referencia a los hogares que no tienen ingresos fijos y suficientes para comprar una canasta básica de alimentos, que en el país se estima que cuesta 450 mil pesos al mes para cuatro integrantes. Para el PNUD, las metas del Gobierno, frente al tema, que eran de reducir las cifras de pobreza hasta el 28% en 2015, no será posible cumplirlas.Básicamente será muy difícil que se cumpla con la situación de pobreza e indigencia actual.

Es necesario redoblar esfuerzos para mejorar los actuales indicadores", dijo igualmente el coordinador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), César Caballero. Según el PNUD, 48 de cada 100 colombianos seguirán siendo pobres en el año 2011, mientras que la meta en 2015 es que sólo sean 28 de cada 100 habitantes. El problema es que este informe y cifras se obtuvieron antes de la crisis económica mundial. Si el desempleo sigue en aumento al igual que la informalidad, es probable que la situación sea aún peor, dijo Caballero.

Teniendo en cuenta los recursos asignados en los planes de desarrollo, los departamentos con mejores perspectivas al año 2011 son Santander, Cesar, Cundinamarca, Boyacá, Antioquia. La Asociación Nacional de Instituciones Financieras, Anif, tampoco cree que la meta se cumplirá en 4 años, incluso asegura que para esa fecha los pobres en el país serán el 50 por ciento. " La meta de 28 por ciento para el 2015 luce casi inalcanzable, pues implicaría una reducción de cerca de 22 puntos porcentuales en tan sólo cinco años (2010-2015). Para lograrlo recomiendo lo dicho anteriormente, reducción significativa de la corrupción, además de enderezar las políticas públicas en lo referente a una reducción de los parafiscales y replantear los programas asistencialistas del Gobierno Nacional.

Ahora…¿Es…cierto?Para muchos estudiosos del tema, es una paradoja que en los dos años anteriores se reflejara un crecimiento de la pobreza, cuando precisamente el Gobierno anunció crecimientos particularmente altos de la economía. Comparada con 2005, la pobreza bajó 4,3 puntos en el 2010, mientras que la pobreza extrema o indigencia aumentó 2,1 puntos, lo cual no deja de llamar la atención porque el crecimiento promedio de la economía en esos tres años fue de 5, y 6 por ciento, con un pico excepcional de 7,5 por ciento en 2007. En ese trienio (2007, 08, 09), la reducción de la pobreza y el incremento simultáneo de la indigencia es un resultado extraño, inesperado, pues estamos hablando del periodo en que la economía creció más en la historia reciente, aun a pesar de la crisis mundial y no obstate vimos un aumento de la pobreza extrema; un suceso paradójico, como diría Alejandro Gaviria, de la Universidad de los Andes.

Para el representante de la Cepal en Colombia, Juan Carlos Ramírez, "los aumentos en los precios de los alimentos empobrecieron más a algunas familias y personas y esto los mandaron a la indigencia. Para el ex ministro Juan Camilo Restrepo, las cifras explican que 46 de cada 100 colombianos siguen viviendo en la pobreza; "pero que si nos fijamos en los colombianos que viven en el campo el cuadro es aún más inquietante: 65 de cada 100 colombianos que habitan las zonas rurales viven en lo que se conoce como parámetros de pobreza; esto, cuando los pobres que viven en las ciudades son 40 de cada cien. O sea, la brecha de pobreza entre lo urbano y lo rural sigue ampliándose.

El estudio muestra que si bien ha habido alguna mejoría entre los indicadores de pobreza y de indigencia que prevalecían en 2005 y los que aparecen en 2010, no es menos cierto que la situación es muy preocupante. Así hayan mejorado algunas décimas. El país desaprovechó tristemente los años de vacas gordas (2002-2007), que fueron años de alto crecimiento económico, los anos de las pirámides, anos de abundante inversión nacional y extranjera, de comercio internacional robusto y de altos precios en los productos básicos, para haber construido una sociedad más justa, más igualitaria y más equitativa con el desarrollo económico, anotó Restrepo.

Agregó que desafortunadamente el crecimiento económico sólo se vio reflejado en los sectores más favorecidos y ricos de la población sin manifestarse en los sectores marginados, pobres y más necesitados. Iván González, director del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID), de la Universidad Nacional dice que, la distribución de los ingresos sigue siendo desigual y "la política económica no ha hecho nada para reducir la concentración de la riqueza entre las familias más favorecidas". Lo grave es que con la crisis económica/financiera mundial, la desaceleración de la economía que trae consigo el incremento de la desocupación y el deterioro de la calidad del trabajo, incidió y continua haciéndolo negativamente en el comportamiento de la pobreza y de la pobreza extrema, y reforzando la concentración del ingreso en aquellas pocas familias más favorecidas, a no ser que la política social sea capaz de contrarrestar esos dos lastres de la economía en la sociedad colombiana. No obstante en los últimos seis años, tanto la pobreza como la indigencia en Colombia presentaron una significativa reducción. Mientras en el 2002, de cada 100 hogares 54 estaban en condición de pobreza, en 2010, son 42 hogares por cada 100. Esto quiere decir que al menos para noviembre 2011 solo siete y medio millones de colombianos viven en la indigencia y cerca de otros 20 millones son pobres.

La razón por la cual las cifras de pobreza e indigencia presentan algún tipo de mejoría en el país obedece a que durante cuatro años el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue de un promedio del 5 por ciento, lo que incidió en la mejora de las condiciones de vida de la gente, la pobreza extrema y la indigencia de la población. Pese a la reducción de la pobreza, la curva de descenso de la indigencia no ha sido sostenida. La reducción más drástica en pobreza extrema e indigencia se dio entre 2002 y 2005 (fue esta de 16 hogares de cada 100). Sin embargo, después de ese año, se incrementó de nuevo hasta el 2008 (18 hogares de cada 100). Esteban Piedrahita, Director de Planeación Nacional, atribuyó también la reducción de las cifras al programa Familias en Acción, el cual atiende a las personas más pobres del país, y a la reducción reciente de los precios de los alimentos.El índice de pobreza del país en 2010 fue de 40,2 por ciento con una nueva metodología, informó Hernando José Gómez, director del Departamento Nacional de Planeación (DNP). En el marco del seminario internacional para la Reducción de la pobreza y promoción de la equidad y la movilidad social en Colombia, que se realizó en el Centro de Convenciones Compensar, explicó que el dato inicial para el índice de pobreza monetario o por ingresos para 2009 era de 45,5 por ciento y el dato para 2010 es 40,2%, según Hernando José Gómez, director del Departamento Nacional de Planeación DNP). Como vemos, podemos apreciar una ligera mejoría, pero no lo suficiente. Esta cifra se sacó con la nueva metodología que se implementó en el Gobierno del presidente Santos. "Esto se logró con una misión que viene trabajando desde hace dos años y ese esfuerzo nos permitió actualizar la metodología y ponerla en la frontera de lo que se mide en el mundo", agregó el funcionario. "Como meta del Plan Nacional de Desarrollo nos hemos propuesto para estos 4 años reducir al menos 8 puntos el índice de pobreza monetario. En vez de estar en 40 por ciento podamos estar en 32 por ciento, que nos colocaría en un nivel similar al que tiene Panamá", dijo Gómez."Estamos empeñados en atacar todos los eslabones de esa cadena", dijo el presidente de la República Juan Manuel Santos, sobre la pobreza durante el evento que se realizo a finales del 2010. El mandatario dijo que la lucha contra la pobreza es la prioridad del Gobierno y el pilar más importante del Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014…"Prosperidad…para todos". Así mismo, dijo que esta acción está acompañada de otras políticas sociales, como por ejemplo en materia de educación. Sobre este particular hablaremos en la segunda parte de nuestro estudio. El programa de las Naciones Unidas para el desarrollo presentó un estudio en el que alerta que el país no alcanzara para el año 2015, las metas propuestas en torno al mejoramiento de los índices de pobreza, la indigencia, la tasa de analfabetismo para personas entre 15 y 25 años, la cobertura en educación media y preescolar, la cobertura de educación y salubridad en el porcentaje de mujeres en embarazo, cobertura de saneamiento básico, y cobertura de acueducto urbano. Según César Caballero, coordinador del programa de objetivos del milenio, del PNUD, el país debe reforzar el trabajo en estos ocho puntos en los que no se nota un avance que muestre que se puede llegar para el 2015 a unos índices favorables para Colombia. "El gobierno nacional debe asumir esto como un indicador más para poder hacer correctivos. El balance es que hay que fortalecer algunos puntos estratégicos, como en los temas de género (hombre, mujer) y el alcantarillado rural", aclaró.

La investigación hecha por el Programa de Naciones Unidas dice también que entre los departamentos que sí se han incluido en los planes de Desarrollo son: Cundinamarca, Boyacá, Antioquia, Santander. Y lo que aún les falta incluir en esos procesos figuran el Choco, Guainía y Valle del Cauca. César Caballero puntualizó que la idea es alertar a los gobernadores, alcaldes y demás dirigentes políticos para que incluyan y fortalezcan algunos programas sociales para que se alcancen las metas relacionadas con la pobreza y la marginación social propuestos como meta del milenio para el año 2015.

Finalizando el siglo XX, se asiste a un nuevo estadio de desarrollo del capitalismo en su fase imperialista, considerada como una transformación del Capitalismo Monopolista de Estado, caracterizada por un nivel superior de la internacionalización del capital, que no se limita sólo a la producción, sino que abarca al comercio, las comunicaciones, el transporte, la Cultura, las finanzas, los servicios, lo social, lo político e ideológico. A este proceso actual, se le nombra globalización, que no es más que una etapa superior de la internacionalización de las relaciones de producción capitalistas, donde se pone de manifiesto una fuerte interconexión e interdependencia entre las economías nacionales del Sistema Económico Capitalista Mundial. Un proceso de internacionalización que brota de las propias leyes y contradicciones del modo de producción capitalista y en particular de su acumulación, por lo que es un proceso objetivo e inevitable. Colombia debe entrar con pie firme en este nuevo estadio de desarrollo económico mostrando y exaltando todas sus fortalezas (económicas y humanas, que no son pocas) si quiere no solo cumplir con las propuestas del milenio sino igualmente llevar al país y su gente a un nivel superior de estabilidad y de proyección de vida.Ahora bien, esta llamada globalización, se ha visto acelerada por diversos factores:El desarrollo de una Revolución Científico Técnica. El crecimiento de la exportación del capital. El crecimiento del comercio internacional. El incremento de la actividad del capital financiero.

Además ha tenido en las políticas económicas neoliberales, una fuerte palanca para su paulatina pero eficaz y rápida expansión a todo el mundo. Producto a una vertiginosa y novedosa Revolución Científico Técnica, han surgido nuevas producciones cognoscitivas: como la microelectrónica, la nuclear, la biotecnología, la microbiología, los nuevos materiales, los servicios han alcanzado un gran desarrollo. Estas últimas asimilan la mayor cantidad de capital en forma directa y que son monopolio de las siete potencias capitalistas, agrupadas en los tres centros mundiales de fuerzas: EE.UU, JAPON Y LA UNION EUROPEA.

Es característico para este estadio un cambio de ritmo de crecimiento de la actividad económica, ya no es la producción de bienes materiales, sino la de los servicios la que lleva el peso fundamental en el producto Interno Bruto (PIB) de los diferentes países; para los países capitalistas desarrollados, representa las ¾ partes y para los países subdesarrollados la ½ del PIB. Es decir, que los servicios, constituye uno de los sectores más privilegiados para las inversiones extranjeras directas, mientras que la producción de mercancías destinadas a satisfacer tanto las necesidades personales como productivas y sociales han tendido a disminuir relativamente. Cabe significar, que las inversiones extranjeras directas, además de constituir un nuevo capital, vienen acompañadas de un nuevo mercado, de experiencia gerencial y novedosas tecnologías, elementos ambos tan necesarios para el crecimiento de la economía de cualquier país en los momentos actuales. Hoy, la presencia del capital extranjero se ha convertido en algo imprescindible para el desarrollo de la producción de mercancías, su comercialización y transportación, para las comunicaciones y en particular para la estabilidad financiera del país, sin embargo, de forma contradictoria, el capital que más abunda en la Economía mundial actualmente, es el capital ficticio, que no proporciona al país ninguna de las ventajas antes mencionadas ya que estas ventajas corresponden al capital directo. Al analizar la economía debemos de revisar la dimensión que trasciende las fronteras de un país, es decir, la que aborda los problemas económicos con fines internacionales. La importancia que tienen las relaciones internacionales en el campo comercial, político o cultural ha alcanzado, a nivel mundial, un profundo significado, a tal grado que no se puede hablar tan sólo de intercambio de bienes sino de programas de integración. La economía internacional plantea el estudio de los problemas que conllevan las transacciones económicas internacionales, por ende cuando hablamos de economía internacional hablamos de vincularla con los factores del comercio internacional.

Comercio internacional es el intercambio de bienes económicos que se efectúa entre los habitantes de dos o más naciones, de tal manera, que se dé origen a salidas de mercancía de un país (exportaciones) y entradas de mercancías (importaciones) procedentes de otros países. Los datos demuestran que existe una relación estadística indudable entre un comercio más libre y el crecimiento económico. La teoría económica señala convincentes razones para esa relación. Todos los países, incluidos los más pobres, tienen activos -humanos, industriales, naturales y financieros- que pueden emplear para producir bienes y servicios para sus mercados internos o para competir en el exterior. La economía nos enseña que podemos beneficiarnos cuando esas mercancías y servicios se comercializan. Dicho proceso implementa el principio de la "ventaja comparativa" que no significa más que los países prosperan, en primer lugar, aprovechando sus activos para concentrarse en lo que pueden producir mejor, y después intercambiando estos productos por los productos que otros países producen mejor, o sea, convirtiendo la ventaja comparativa en competitividad perfecta.

Para ejemplificar lo antes dicho de una manera más práctica y si Colombia quiere llegar en el 2050 a la muy honrosa posición del puesto 28 en el ranking mundial (ahora para el 2012 está en el 87) analicemos y comparémoslo con el caso de Suecia. Para su efecto veremos los índices de desarrollo y competitividad de ambas naciones. El índice de competitividad mide la habilidad de los países de proveer altos niveles de prosperidad a sus ciudadanos. A su vez, esta habilidad depende de cuán productivamente un país utiliza sus recursos disponibles. En consecuencia, el índice mide un conjunto de instituciones, políticas y factores que definen los niveles de prosperidad económica sostenible en el corto y mediano plazo.

El índice es calculado utilizando información pública disponible y la Encuesta de Opinión Ejecutiva, que es realizada por el Foro Económico Mundial con una red de institutos asociados (que incluyen instituciones líderes en investigación y organizaciones de negocios). Los 134 países que son analizados actualmente bajo la óptica de los llamados 12 pilares de la competitividad, son presentados con sus debilidades y fortalezas, haciendo posible la identificación de aspectos prioritarios tendientes a ser sujeto de cambios y reformas.

A pesar de su poca población, Suecia es uno de los países más ricos del mundo y su índice de desarrollo humano es de los más altos del mundo (0,956); lo cual lo pone a este país como el paradigma del Estado del Bienestar y de las políticas socialdemócratas que intervienen en el mercado para regularlo y corregir los desequilibrios. La economía sueca es esencialmente de servicios. La agricultura aporta el 1,5% de PIB y acoge al 2% de la fuerza laboral, la industria supone el 28,5% del PIB y el sector servicios compone el 70% del PIB y emplean al 74% de la población activa. Los recursos de la economía sueca están muy condicionados por su clima, lo cual lo convierte en un país deficitario desde lo agrícola; aunque cuenta con un desarrollo importante de la silvicultura permitiendo generar los recursos necesarios para contar con una industria de la madera y el mueble desarrolladas, la cual se basa en las grandes extensiones de bosque que son explotadas de manera sostenible. La industria sueca también se concentra en la metalurgia al contar con la mina de Norland que es una de las más grandes del mundo, lo cual permite desarrollar empresas de construcción naval y automotriz; además el país cuenta con una importante industria electrónica, informática y de nuevas tecnologías. Igualmente el estado Sueco promueve la investigación técnica, farmacéutica y explota varias patentes que han salido de sus centros de investigación.

Los servicios son muchos, variados y de calidad; además el comercio es dinámico debido a los altos niveles de consumo que ostentan sus ciudadanos y depende en gran medida del comercio exterior. Los principales socios comerciales de Suecia son el resto de los países de la Unión Europea, los países escandinavos y Rusia. El turismo es escaso, aunque de calidad y se destacan las prácticas deportivas de invierno.

Colombia a diferencia de Suecia es un país que tiene un mayor número de habitantes (42 millones contra 9,2 de Suecia); los niveles educativos aún son bajos, el presupuesto destinado a la investigación en ciencia y tecnología es escaso lo que repercute en los niveles de innovación del país. La Economía Colombiana se ha caracterizado por tener una orientación hacia la producción básica de commodities donde la agricultura y particularmente la minería está teniendo un auge importante debido a los descubrimientos recientes de oro, petróleo y otros minerales promisorios como el coltán; Columbita-Tantalita, abreviando coltan, es un metal apagado que se encuentra en importantes cantidades en la zona de este del Congo, Africa. Cuando se refina llega a ser tantalum metálico, un polvo resistente al calor que puede aguantar una alta carga eléctrica. Estas propiedades lo hacen un elemento vital para crear condensadores, los elementos electrónicos que controlan el flujo dentro de las placas de circuitos. Los condensadores tantalum son usados en casi todos los móviles, laptops y muchos otros dispositivos. El boom de la tecnología reciente ha hecho que el precio del coltan se dispare llegando a $400 dólares el kilo, mientras que compañías como Nokia y Sony se pelean por él, lo que está atrayendo inversión extranjera.

El sector agropecuario que tradicionalmente ha dependido en buena medida del café, ha encontrado en la producción de caña y de palma africana una importante fuente de recursos potenciada en parte por el desarrollo que han tenido los biocombustibles en Colombia. Uno de los aspectos que actualmente más influyen en los niveles de competitividad de Colombia es la seguridad; Colombia ha sufrido en las últimas décadas del azote de la violencia provocada por el narcotráfico donde diferentes actores como la guerrilla, los paramilitares y bandas delincuenciales han generado sistemáticamente actos de terror en contra de la población civil con el único fin de hacer prosperar su negocio. Debido a lo anterior, el gasto militar del estado empleado en combatir al narcotráfico y las acciones terroristas son altos y consumieron 19.2 billones de pesos en 2009 . Si se observa con detenimiento la evolución de los niveles de seguridad, se puede deducir que estos han mejorado de una manera notable; creando un marco de confianza para la población civil donde las tomas guerrilleras y paramilitares a las poblaciones, generaban daño a la población civil.

Tras la política de seguridad democrática implementada por el Presidente Uribe, se percibe un mejor clima de seguridad, lo que ha posibilitado la inversión extranjera y un mejoramiento en la percepción de seguridad del pueblo en general, aunque todavía se sigue librando una fuerte lucha contra el narcotráfico y el terrorismo; que se ha dificultado porque existen denuncias de cooperación de países extranjeros hacia los actores que se lucran de este narcotráfico. A pesar de todo, Colombia posee buenas e inmejorables condiciones geoestratégicas que le permiten ser una plataforma logística natural para el comercio mundial, además de contar con personal capacitado, buenas condiciones climáticas, amplios recursos naturales y de materias primas que permitirían el crecimiento industrial y de servicios 30% y 40% más competitivo que el actual para aquellas compañías y gobiernos que deseen invertir. Finalmente, si Colombia basa su desarrollo en la educación y la innovación puede transitar la ruta del éxito y prosperidad que ha permitido que Suecia este permanentemente ubicado en el ranking de los 10 países más competitivos del mundo y de mejor proyección de vida a pesar de no contar con las condiciones de clima, materias primas y recursos con los que sí cuenta Colombia.

A pesar de ubicarse en cuarto puesto, Suecia siempre ha sido resaltada como modelo económico de bienestar social por excelencia y es por esto que surge ahora el interés de hacer un análisis comparativo con Colombia, con el fin de observar las similitudes y diferencias existentes a la luz de las fortalezas y debilidades de ambos. El desarrollo de la institucionalidad colombiana ha tenido grandes progresos que en todo caso no llegan a los niveles de los países escandinavos donde existen mayores garantías respecto a la estabilidad de las mismas; además en Colombia el respeto por la propiedad intelectual se vulnera fácilmente debido a que el software, las publicaciones y los medicamentos dependen directamente del nivel de ingresos de la población. Para poder subsanar esta situación las compañías colombianas deberían proporcionar productos de igual o similar calidad a precios locales y no internacionales, teniendo en cuenta el ingreso y la capacidad adquisitiva del país, ya que en esencia cada economía es diferente.

La infraestructura, la logística y el transporte son factores determinantes del desarrollo económico de un país y no son simplemente causas del mismo. Pese a los esfuerzos de internacionalización, Colombia aún se encuentra rezagada en infraestructura vial, portuaria y de navegabilidad por sus fuentes hídricas; lo que hace urgente la inversión en este pilar, si se quiere generar realmente un proceso serio de internacionalización. La Situación de Suecia es diferente, puesto que existen mejores condiciones de comunicación y desarrollo vial, además los puertos y ferrocarriles son fundamentales para integrar económicamente al país con sus socios comerciales, aunque existen dificultades debido a las condiciones climáticas propias de esta nación.

La economía colombiana viene siendo manejada con ortodoxia extrema por parte del Banco de la República, el cual se ha enfocado en controlar los niveles de inflación que cada año registran una evolución a la baja, ubicándose para el año 2009 tanto en Suecia como en Colombia en una cifra cercana al 2%. Respecto al déficit fiscal colombiano se reporta en 3,5 puntos del PIB, mientras que el desempeño fiscal de Suecia es fuerte y se ha logrado a través de un marco de política que ha ayudado a contener el gasto y reducir la deuda; la participación de los objetivos de los préstamos netos, techos de gasto y la nivelación de las necesidades presupuestarias para los gobiernos locales han mejorado la situación financiera de la deuda neta de más de 25% del PIB y que a mediados de la década de 1990 los activos netos eran del 20% del PIB. Aun así la privatización Sueca ha contribuido al superávit fiscal en 148.000 millones de coronas, aunque estos fueron lesionados por la crisis financiera internacional. La situación de Colombia en este punto es difícil si se compara con Suecia, puesto que los niveles educativos de la población rural colombiana son pobres, existe carencia de recursos tecnológicos que pudieran apoyar los procesos de enseñanza aprendizaje, el reentrenamiento de los docentes y su cualificación es pobre, además de no contar con incentivos salariales que permitan generar el desarrollo endógeno de los mismos. Suecia por su parte, basa su proceso de desarrollo y evolución en la educación, convirtiéndose en el soporte fundamental para la innovación y el crecimiento económico de la nación; Suecia sabe que la educación es el pilar fundamental de la competitividad en el largo plazo y por eso apuesta decididamente en este campo. Respecto a los servicios de salud, este país se ubica en el puesto 7 frente a Colombia que se encuentra en el puesto 46 debido a las diferentes coberturas en salud; lo anterior es entendible debido a que el país escandinavo tiene mayores ingresos económicos, menor población que atender y por lo tanto cuenta con mejores recursos para dar total cobertura en salud a sus habitantes. Según lo antes mencionado, en Suecia realmente se compromete a fondo con los temas relacionados con la educación en todos sus niveles y comienza la preparación de sus ciudadanos a temprana edad con el fin de generar el mayor potencial intelectual que genere innovación en el país, lo cual se traduce en mayores niveles de competitividad al contar con mano de obra cualificada según las necesidades del país. Colombia por su parte está haciendo esfuerzos importantes por armonizar la formación en todos sus niveles; la educación superior se está transformando para que sea orientada por ciclos académicos, respondiendo a las necesidades de formación de los ciudadanos y aunque este proceso aún es incipiente, es necesario debido a que la educación superior en Colombia tiende en algunos casos a distanciarse de las necesidades del sector productivo, respecto a los temas ligados a la investigación y el desarrollo empresarial sustentable.

En Suecia la academia y el sector industrial van de la mano, los desarrollos se hacen en función de las necesidades del sector productivo y esto a su vez se retroalimenta en todos los escenarios de la educación, lo cual facilita la interacción y el entrenamiento de los ciudadanos, incluso desde niveles de básica primaria donde son muy comunes las visitas guiadas a las empresas con el fin de que los escolares, bachilleres y futuros profesionales tengan un contacto más directo con la realidad económica del país. Por su parte el sistema tributario colombiano continúa presentando obstáculos a la competitividad, por cuanto las tarifas impositivas aplicables a los diferentes tributos nacionales continúan siendo más altas que las de sus competidores a nivel regional y global, tanto en los sectores que no disfrutan de exenciones sectoriales, como en el caso de las pymes las cuales no se benefician del régimen de zonas francas especiales.

Tal afirmación se pone en evidencia al observar que, en la tarifa del Impuesto sobre la Renta para personas jurídicas, Colombia ocupa el caótico puesto 48 entre 57 países de muestra. Así mismo, y a pesar de que Colombia ha experimentado grandes avances en materia de simplificación del sistema tributario, todavía hay múltiples oportunidades para mejorar. De acuerdo con el Informe de Doing Business 2010 del Banco Mundial, Colombia continúa dentro del 40% peor calificado en materia de pago de impuestos a nivel global, a pesar de haber subido 28 puestos respecto a su posición del año anterior, lo cual pone en evidencia nuestra potencialidad de progreso en esta temática particular. De la misma manera, el sistema tributario colombiano continúa experimentando dificultades en materia de equidad, ya que todavía son latentes las diferencias entre el valor del impuesto pagado por contribuyentes con igual capacidad económica, y las similitudes en el valor del impuesto pagado por contribuyentes con niveles de ingreso inferior y desigual.

Colombia en el reporte del Foro Económico Mundial ocupa el puesto 123 del índice total de impuestos, mientras que Suecia se ubica en el puesto 98 debido a que este ultimo país presenta una alta carga tributaria la cual es destinada a favorecer las políticas de bienestar y de subsidios a favor de sus ciudadanos, lo cual desfavorece la inversión extranjera frente a otras economías que son más relajadas en este sentido como por ejemplo la Economía China. Respecto a la facilidad de crear negocios, existen menores trámites para generar empresas en Suecia frente a una Colombia donde los nuevos emprendimientos, los costos y subsidios aplicados como política para favorecer la producción nacional crean un clima desfavorable para la generación de nuevas iniciativas. El Mercado laboral colombiano se sitúa en la posición 48 siendo esta posición poco favorable en las relaciones empleado-empleador, que se encuentran reguladas por el Código Sustantivo del Trabajo y otras normas vigentes; por otro lado, Suecia que ocupa el 4 puesto también tiene un marco regulatorio claro y reconoce el respeto mutuo que se deben dar en las relaciones obrero-patronales. Siendo consecuente con su política de igualdad, Suecia se ubica en segundo lugar en relación a la participación de la mujer y el deshabilitado dentro del mercado laboral, mientras que Colombia aparece en un puesto desfavorable (49), siendo reconocidos no obstante los esfuerzos realizados por el país en materia de igualdad e inclusión.

Colombia por su parte, busca impulsar la formalización laboral y empresarial como factor determinante de la política de competitividad, puesto que permite promover la generación de empleo de calidad y a su vez estimular el crecimiento económico. Situación difícil si tenemos en cuenta que más del 40% de la fuerza laboral del país ha sido adquirida bajo la figura de "contrato". Figura preocupante para los estándares del país. Los trabajadores formales son entre tres y siete veces más productivos que los informales, y a su vez, las empresas formales producen mayores beneficios sociales y son más competitivas. La informalidad, tanto laboral como empresarial, en Colombia es cercana al 60% y no ha logrado mayores avances en los últimos años siendo una de las más altas en América Latina, aunque en Suecia se podría decir que la informalidad se ha armonizado a un punto en la que es prácticamente inexistente. Una de las principales causas para que, tanto empresas como individuos decidan optar por la informalidad, es el hecho de que la relación costo-beneficio de ser formal sea negativa. Esto se debe principalmente a los altos costos laborales y tributarios asociados a la formalidad, así como al desconocimiento de los beneficios de ser formal y de los costos de no serlo.

En este sentido, la carga sobre la nómina empresarial es uno de los problemas que más fomentan la informalidad en Colombia, aunque en Suecia los impuestos sobre la nómina son mucho más altos con el fin de contribuir al modelo de estado de bienestar social existente. El mercado financiero sueco es diverso, complejo, creciente e interconectado con sus similares en Europa, Rusia, Norteamérica y el Asia. Debido a los grandes volúmenes de capitales y las entradas de divisas provenientes de la venta de servicios y de tecnología a gran escala, lo que hace que el país posea un mercado financiero sólido con instituciones confiables. Existe en la diversificación de este mercado, rubros de riesgo de capital que son destinados para la generación de nuevos emprendimientos, lo que permite dinamizar la creación de nuevas compañías que usualmente son pequeñas, pero que al dedicarse a actividades similares compensan las economías de escala.

Colombia tiene una mayor restricción a la entrada de capitales debido a las fuertes regulaciones bancarias que evitan la entrada y salida de capitales provenientes del narcotráfico, lo que ha hecho que el país no esté tan interconectado con los mercados financieros mundiales al punto que la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), presenta una oferta limitada en su canasta de acciones y solo hasta ahora, 2011, la diversificación de productos financieros está comenzando a crecer. La posible fusión de la BVC con sus pares en Lima y en Santiago de Chile, ofrece un panorama de interconexión a futuro que tiende a flexibilizar la dinámica de capitales inyectando mayor liquidez al mercado financiero haciendo que este sea más competitivo y diverso, lo que seguramente favorecerá el incremento de la calificación en este pilar.

Respecto a la estabilidad, Colombia es una de las economías más blindadas de América Latina, debido a la administración conservadora del Banco de la República, motivada en parte por las lecciones aprendidas en la crisis de los 90 que si se pone en perspectiva, genera grandes similitudes entre lo ocurrido en Colombia para esa época y la Crisis Financiera Internacional del 2008 que entre otros provoco la caída del superávit financiero sueco producto de los procesos de privatización que se vieron afectados por la caída del sistema financiero global. Suecia como se ha mencionado anteriormente, ha basado su crecimiento sostenido principalmente en el área de servicios y se ha convertido en unos de los principales países productores de tecnología, mientras que Colombia en esencia es un consumidor. Esta razón facilita que Suecia posea los indicadores más altos en este nivel gracias a las inversiones que el país adelanta en la investigación y la preparación de sus ciudadanos para el uso de estas tecnologías. Muy lastimosamente en Colombia existe un alto grado de ignorancia y desconocimiento en cuento al uso de las tecnologías foráneas en dos grupos poblacionales. El primero es conformado por aquellas personas que se ubican por encima de los 45 años de edad y el otro por las personas que no tienen recursos económicos para interactuar con la misma; lo cual crea una desventaja por las necesidades de alfabetización tecnológica que es esencial para mejorar los niveles de inserción laboral de la comunidad dentro de un contexto que apunta a la globalización.

Respecto a las comunicaciones se observa un incremento importante de usuarios de la telefonía celular reportando para Colombia un equivalente a 44 millones de líneas celulares vendidas, lo que representa casi un celular por cada habitante, estando en concordancia con Suecia donde cada habitante posee 1,5 líneas activas aproximadamente. El Analista Joaquín Vial del Centro Internacional para el Desarrollo resalta que los países que más crecimiento económico tienen, son aquellos que más se integran a la Economía Mundial. Suecia cabe perfectamente en la definición que hace el Profesor Vial, en el sentido que desde hace varios años este país viene adelantando un proceso de internacionalización de su economía, de diversificación del comercio exterior y buscando siempre generar un aumento en el intercambio de la balanza comercial con sus vecinos que son los demás Países Escandinavos, la Zona Euro y Rusia, situando al país en el puesto 32. No así para Colombia. Este por su parte, tiene una balanza comercial orientada hacia la exportación de commodities que no poseen un alto valor agregado debido a la falta de conocimiento y un pobre procesamiento industrial; además las exportaciones se han dedicado tradicionalmente a mercados vecinos de la Comunidad Andina de Naciones (Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia), con los cuales se tienen problemas de orden político a excepción del Perú; además que con los EEUU que se ha caracterizado por ser el principal socio comercial del país, ha sido golpeado seriamente por los problemas asociados a la crisis financiera internacional; por lo que Colombia está tomando en serio la necesidad y el proceso de apertura de nuevos mercados.

Uno de los aspectos que seguramente influirán positivamente de esta coyuntura política en la cual nos encontramos con Venezuela, serán las lecciones aprendidas que se pueden ilustrar mediante la siguiente frase: "Uno nunca debe tener todos los huevos en la misma canasta, si esta se cae se perderán todos los huevos" (Modismo Colombiano, Anónimo). Definitivamente el mensaje es la diversificación como estrategia para crecer, competir e intercambiar; claro que esta estrategia de crecimiento debe ser ordenada, transparente, con conocimiento y equilibrada con el fin de abrir puertas que contribuyan a generar una fuerte balanza comercial acorde a las necesidades de Colombia y sus futuros socios comerciales.

Para alcanzar mayores y mejores niveles de calidad de vida en una región, cualquiera que ella sea, se requiere el desarrollo de un ambiente productivo que impulse la innovación y genere aumentos continuos de la productividad. Para ello es fundamental el desarrollo de bases cognoscitivas solidas y, para Colombia, la apertura hacia los llamados clústers, tan comunes en Europa y Norte América, y que pueden incrementar aun más los márgenes competitivos a partir de las fortalezas y los activos productivos de cada región. Un clúster es finalmente un grupo de compañías y asociaciones interconectadas, las cuales están geográficamente cerca, se desempeñan en un sector de industria similar, y están unidas por una serie de intereses y características comunes y complementarias. Los clúster que más se encuentran a nivel de Colombia se centran en la producción agroindustrial, siendo caracterizados por vocaciones productivas similares, territorios en común y características sociales semejantes. Por ejemplo en Caldas se promueve el desarrollo de estos Clúster en Distritos Agroindustriales. No obstante los clústers Colombianos son en esencia de tipo manufacturero, debido a que su estructura productiva cuenta con una base industrial sólida que les permite consolidarse como principales productores de este tipo de bienes. Sin embargo, la fortaleza de estas regiones no está sólo determinada por el grado de desarrollo de sus clústers, sino por la calidad y potencial de crecimiento de las actividades en que se especializan: la gran mayoría de clústers exhibe altos niveles de sofisticación. Simultáneamente aparecen otras actividades manufactureras como cuero y calzado, maquinaria y equipos eléctricos, textiles y confecciones. En términos generales, se observa que estas regiones se caracterizan por tener un considerable número de clústers, al igual que Suecia donde la generación de las especialidades productivas concentradas en una posición geográfica común, han permitido que se genere un alto grado de especialización donde la masa crítica se enriquece constantemente debido a la diversificación de productos que se tiene que generar con una materia prima común, lo cual incentiva la creatividad, la investigación y el desarrollo".

En conclusión, Suecia ocupa el puesto 10 en el ranking mundial como generador y poseedor de clústers especializados frente a Colombia que ocupa el puesto 51 en esta materia. En el país escandinavo el control de la distribución internacional, los procesos de producción y la posibilidad de generar mayores niveles de competitividad han sido el fruto de una labor de varias décadas donde el desarrollo integral del ciudadano que permanentemente se retroalimenta desde el estado, generan las condiciones necesarias para generar la sofisticación en los negocios. El aumento sostenido de la competitividad y el bienestar de una nación sólo requiere mejoras continuas en la productividad, y esto sólo es posible a través de la educación, el conocimiento sabiamente administrado, aplicado y a la innovación. Por lo tanto, la estrategia tras un proceso de crecimiento exitoso de largo plazo debe ser la apuesta a la ciencia, innovación y la tecnología aplicada para la producción de bienes y servicios sofisticados e intensivos en conocimiento. Hacia este objetivo debe apuntar Colombia sus metas si quiere reducir notoriamente los niveles de pobreza generalizados y crear en el país una sensación de proyecto de vida con empleo calificado, salud y buena educación.

No obstante, en Colombia, los insumos necesarios para innovar son escasos y la inversión en absorción tecnológica es insuficiente; además los recursos destinados a la investigación científica no son adecuados si se compara con otras economías de la región; en el caso del país nórdico se destinan recursos del 3,01% del PIB, mientras que en Colombia la destinación es de solo el 0,16% del PIB. Definitivamente, Colombia tiene que cambiar. La investigación y el desarrollo generan impactos por regalías en cuanto al número de patentes otorgadas y los recibidos por regalías. Es importante notar que no sólo existen carencias dentro de los elementos requeridos para producir innovación propia, sino que también son bajos los recursos dedicados a la innovación adaptativa. Como quiera que se vea, la existencia de capacidades científicas y tecnológicas no es suficiente para garantizar el crecimiento. Es necesario, además, unir estas capacidades con el emprendimiento productivo, para lo cual se requiere generar un ambiente favorable particularmente en términos de disponibilidad de capital de riesgo y capacidad de absorción tecnológica en las empresas. Las deficiencias existentes tanto en las capacidades científicas como en el ambiente favorable para el emprendimiento, se reflejan en el aparato productivo del país, donde se observa que sólo el 15% de las exportaciones son bienes de tecnología media y alta. A su vez, la escasa sofisticación tecnológica, implica que los productos colombianos son de bajo valor agregado, lo que en consecuencia explica la baja participación del país en el mercado mundial con un nivel de exportación de US 938 per cápita. ¡Esto definitivamente no es favorable para el país!.

El presente estudio ha analizado la "Facilidad de hacer negocios" (entre 183 economías) y la clasificación por cada tema. El ranking muestra a Suecia en el puesto 16 y a Colombia en el puesto 41 entre las 183 economías estudiadas dentro de este informe, sin en embargo, es importante resaltar los esfuerzos hechos por el gobierno Colombiano reflejado en este caso del estudio, lo mostrado por el Tema de Protección de los Inversores frente al de Suecia, donde el informe Doing Business mide la fuerza de la protección de accionistas minoritarios contra el uso fraudulento de los activos de la compañía por parte de los directores para beneficio propio. Análogamente a lo realizado con Colombia, debemos resaltar el mejor indicador de Suecia representado en el Comercio Transfronterizo, donde el informe Doing Business muestra las fortalezas del país nórdico en el trasporte de mercancías por vía marítima y el reducido nivel de corrupcion.

Como conclusión tenemos que resaltar la clara diferencia entre Suecia y Colombia. Los problemas coyunturales de nuestro país hacen que la competitividad haya sido afectada por la violencia generada por el narcotráfico y sus diferentes actores, además de los continuos actos de corrupción que históricamente han desangrado las arcas de la nación, nublando la visión sobre lo que en esencia es importante. Como dice el ministro Vargas Lleras, los recursos que se encuentran "extraviados" por la corrupción en Colombia no se podrían cuantificar, en la medida en que muchos de los nuevos escándalos dispararon las cifras que el país pierde por este concepto. Si bien el ministro del Interior y Justicia, Germán Vargas Lleras, al hacer su defensa del proyecto del Estatuto Anticorrupción (recientemente aprobado en el Congreso), dijo que anualmente el país perdía más de $6 billones; esta cifra se quedaría corta ante la nueva realidad. Recientemente la Contraloría General advirtió que sólo el escándalo del "carrusel" de la contratación de Bogotá podría ser superior a los $2,2 billones; mientras que el Gobierno, al destapar la olla de la salud, dijo que ésta podría ser superior a los $4,2 billones, cifra que aumentará, según lo argumentó el senador del Polo, Enrique Robledo, quien aseguró que esta puede ser del orden de los $8 billones.

Es notable el mejoramiento de Colombia en el ranking promovido por el Foro Económico Mundial, donde cada año desde la última década, se ve la evolución positiva, aunque no suficiente, de la competitividad colombiana debido a las mejoras sustanciales en el clima de seguridad que han posibilitado la inversión extranjera, generando un crecimiento económico sostenido en el tiempo. Es importante y necesaria la paz para Colombia, ya que con ella se podrían destinar todos los esfuerzos para potenciar la educación como el pilar fundamental que genera crecimiento económico, inclusión social, tolerancia entre nuestros ciudadanos, reducción del desempleo, reducción de los índices de pobreza, reducción de la exclusión social y la discriminación, capacidad de innovación y un aumento considerable de la productividad, tal y como sucede en Suecia.

Igualmente es primordial que Colombia termine con la modalidad de contrato en lo que tiene que ver con la adjudicación laboral, pues esta llega hoy en día a más del 55% trayendo consigo incertidumbre, desempleo, desmotivación, pobreza y miedo frente el futuro. Es importante anotar que no saltaremos a los primeros puestos de la competitividad si no comenzamos por prepararnos a nivel personal, colectivo y productivo. Las exportaciones deberán migrar y tener como objetivo la generación de valor agregado en toda su cadena; además, en buscar la inserción de Colombia en un contexto globalizado caracterizado por la prestación eficiente de bienes y servicios, la generación de tecnología y la propiedad intelectual como generadores de divisas mediante la inversión en ciencia, tecnología e investigación.

Finalmente, es necesario que Colombia se integre e internacionalice en los mercados mundiales con el fin de generar el crecimiento anhelado, el cual debe ser fruto de la preparación de todos nosotros como nación.

Argumentos económicos contra los impuestos a la educación pública y privada

Antes de crear un nuevo impuesto, o bien aplicar uno ya existente a un bien o servicio que antes no estuviera gravado, convendría estudiar con detalle el impacto a corto y a largo plazo de dicha decisión. Lo primero es el impacto económico que este lleva. Sabemos que en Colombia un maestro de educación superior gana una miseria, entre 1 y 4 salarios mínimos, lo que a la larga genera otro problema agregado, pues observamos entonces la transformación que se presenta del maestro al dictador de clase, en donde cada estudiante es un código y no una persona, pues no existe el tiempo ni el compromiso para verificar si la lección se aprendió o no, y mucho menos para planear o aplicar estrategias pedagógicas eficaces, de tal forma que la excelencia académica y la formación de calidad quedan rezagados por las necesidades económicas de un docente mal remunerado.

La problemática descrita anteriormente se exacerba con los procesos que adelanta la administración pública en Colombia, puesto que los objetivos que a veces se eligen en un plan de desarrollo, no son bien escogidos, este es el caso de los proyectos educativos de algunas de las administraciones publicas colombianas, que han pretendido solucionar el problema educativo en el país, a través de incrementar la cobertura y no en el mejoramiento y la excelencia de la calidad. En otras palabras, en Colombia todo el mundo estudia pero, no todo el mundo aprende o sabe.

Otro problema neurálgico ocasionado por la misma corrupción de la administración pública, y cobijado por nuestros mismos legisladores, es el hecho de que el ejercicio docente cada vez requiere de menos vocación, talento o amor al arte, y más de amiguismos y padrinazgos políticos; es así como los procesos encaminados al logro de meritos de selección, nombramientos o ascensos, dependen del grado de influencia política (palanca), o del número de votos que le puede llegar a proporcionar al político de turno, esto con el agravante legal, el cual establece que las plazas docentes para la formación básica, media y superior, pueden ser cubiertas por profesionales de distintas disciplinas, como ingenieros, economistas, contadores, etc.

En esta medida las instituciones educativas de primaria y bachillerato de nuestro país, tienen más ingenieros que licenciados en educación. En consecuencia, el mercado laboral para el maestro o licenciado, es cada vez más estrecho y competitivo. Lo que hace que el profesor que desee seguir siendo vigente en dicha carrera o mercado, deba capacitarse constantemente, realizando cuanto diplomado, maestría o especialización se oferte; lo cual está bien, es lo que se espera, actualización constante del conocimiento; sin embargo el resultado no se evidencia en una mejor calidad de la educación pública en Colombia, y mucho menos en el retorno de su inversión (mejoramiento del salario).

Finalmente quisiera citar algunas cifras aparentemente muy positivas que en principio alivian la incertidumbre del problema educativo colombiano, pero que sin embargo no se reflejan en la actual problemática. Por ejemplo, durante el periodo de 1997 al 2004, el gasto del gobierno real por estudiante fue de $980.000, pesos(aprox.3,3%), así mismo en la década de los noventas el gasto público destinado a la educación fue de 2,6% mientras que para el 2005, creció al 5,1%, esta cifras demuestran el evidente esfuerzo fiscal que ha hecho el gobierno para reflejar mejores indicadores sociales, sin embargo, indicadores como el nivel de participación de la investigación científico- tecnológica, dentro del rubro del gasto público, son dolorosamente ínfimos, inclusive muy difícil de encontrar.

Situación preocupante en el caso específico colombiano donde recientemente han habido protestas estudiantiles por la intención del gobierno de privatizar la educación pública. Hablaremos entonces de la aplicación del impuesto al valor agregado a la educación pública y privada, y analizaremos como debe considerarse una serie de factores relevantes como la incidencia del impuesto y los beneficios externos de esta actividad, y no sólo la recaudación fiscal, sobre la cual también valdría la pena cuestionar su volumen.

Repasando la teoría económica y mas la microeconómica, se tiene que el impuesto al valor agregado es básicamente un impuesto al consumo y un impuesto de carácter regresivo (Parkin, p. 414). Un impuesto de esta naturaleza afecta tanto a los productores del servicio como a los consumidores como hemos observado en las últimas protestas y marchas que en Colombia se han sucedido, y que no son más que el reflejo de las mismas protestas sucedidas en Reino Unido, México y Chile a este respecto. Para noviembre 2011 cerca de 550.000 estudiantes de universidades públicas y privadas del todo el país han salido a las calles para protestar contra una ley del Estado que busca privatizar la educación. Para ilustrar mejor el efecto negativo y contraproducente que esta acción podría ocasionar, se puede explicar e ilustrar como se aprecia en la gráfica (Grafica 1) de la manera siguiente:

Antes del establecimiento del impuesto, el mercado (en este caso el de la educación privada) encuentra su punto de equilibrio en el punto A, al precio P1. El impuesto desplaza la curva de oferta hacia la izquierda (como lo señala la flecha). La diferencia entre la curva de oferta original y la nueva curva de oferta es el impuesto.

El nuevo punto de equilibrio será el punto B, al precio P2 pero la cantidad de matriculados disminuirá a Q2. O sea, al nuevo precio (precio regular más impuesto)

P2, refleja el número de nuevos ingresados que como vemos disminuye; a ese precio el monto total del impuesto es la distancia vertical del punto B al C, y por tanto la recaudación fiscal será la región rectangular P2BCD. El impuesto recae tanto sobre consumidores como sobre productores. La región P2BEP1 (zona amarilla) es la parte del impuesto que paga el consumidor (el estudiante o sus padres). La región P1ECD (zona verde) es afrontada por el productor (la escuela, colegio o universidad en este caso). En nuestro ejemplo vemos cuan dramáticamente el contribuyente paga tres y hasta cuatro veces más que la misma universidad o colegio. Por su parte el triángulo ABC es una pérdida irrecuperable de bienestar para la sociedad, ya que se reduce tanto el excedente del consumidor como el del productor.

Grafica 1

edu.red

Volviendo al caso del impuesto al valor agregado sobre la educación privada (al igual que con cualquier otro bien), el efecto dependerá de la elasticidad de la demanda de este servicio; recordemos que la elasticidad ya sea de la oferta o la demanda nos muestra el grado de sensibilidad de un bien o servicio cuando la cantidad ofrecida percibe un cambio en su precio y las demás variables permanecen constantes.

Es necesario, por tanto, conocer la elasticidad de la demanda por educación privada. Ante la ausencia de estudios empíricos sobre esta elasticidad, se pueden manejar dos hipótesis, que la demanda sea inelástica, o que sea elástica. Suponiendo que la demanda sea inelástica, lo cual es posible en el caso de aquellos padres para quienes el sistema estatal no se adapta a sus necesidades (por ejemplo, por los horarios), o en el caso de estudiantes universitarios avanzados, para los que sería muy difícil cambiarse a una universidad estatal o a otra privada de menor costo.

Sin embargo, aquí sería bueno extendernos a un tema que es igual o de alguna manera más preocupante. Recientemente se informó en un noticiero nacional sobre la gran cantidad de profesionales que existen en el país en el área de la arquitectura y en el problema de empleo que se estaba dando. El medio informativo señaló que se habían abierto tantas constructoras como negocios de ventas callejeras se habían instalado y, que el problema continuaría agravándose dada la gran cantidad de personas que actualmente se encuentran estudiando esa carrera y de las muchas universidades que la imparten.

Finalmente se supo que el 57% de dichas nuevas constructoras habían cerrado en menos de un ano por falta de liquidez. Sin embargo, es importante resaltar que no es la primera vez que una noticia de este tipo aparece en los medios nacionales. Ya antes se había informado sobre la gran cantidad de abogados, administradores, médicos, maestros, contadores, entre muchas otras profesiones, en las cuales hay muchos profesionales y que aun mucha gente estudia. Noticias como estas preocuparán principalmente a los actuales estudiantes universitarios y a los que están por escoger una carrera, ya que parte de su futuro dependerá de esa elección.

¿Cuál es la preocupación? Según la teoría económica y más aun la microeconómica, cuando en un mercado de un bien o servicio aumentan la oferta más rápido que la demanda, entonces los precios disminuirán. En este caso particular, los precios que cobren los arquitectos, ingenieros civiles, etc. y los demás profesionales de similares áreas por sus servicios, tenderán a ser cada vez menores. En ausencia de factores que alteren favorablemente el libre funcionamiento de esa oferta y su demanda, el problema inicialmente no sería de desempleo, sino que las remuneraciones obtenidas serían menores a las esperadas, y no cubrirían como se estimaba el esfuerzo realizado y los recursos invertidos en la formación profesional. Estas aseveraciones de la teoría económica son ciertas bajo el supuesto de la competencia perfecta, el cual es un modelo que explica el comportamiento de un mercado en el que participan muchos productores de un bien o servicio idéntico. Como bien sabemos la competencia perfecta es la estructura del mercado en donde hay una gran cantidad de vendedores, y compradores de un producto o servicio homogéneo, además de existir libre movilización de los factores de producción, libertad de entrada y salida de empresas, y el perfecto conocimiento del mercado por parte de oferentes y

demandantes. A esto debemos agregarle que Colombia es de esos países en donde después de los 40 años se es obsoleto; Colombia parece olvidar que el profesionalismo se alcanza con anos… anos desarrollando una función y un objetivo. Las empresas colombianas en aras de reducir costos y aplicar una reingeniería mal entendida, reduce su personal más experimentado, personal que por su edad (muchas veces mayor de 40 anos) encierran dentro de sí un conocimiento y un profesionalismo que solo dan los anos en función, cambiándolos por jóvenes recién graduados que desconocen todo o casi todo de la empresa, su visión y misión empresarial, sus lineamientos y objetivos. Esto finalmente va en detrimento de la eficiencia y la excelencia competitiva que busca la empresa. La verdadera interrogante se da, según la misma teoría, si el mercado no es perfectamente competitivo porque existe diferenciación de productos y de servicios, entonces los productores más exitosos ganan un cierto "poder de mercado", es decir, tendrán la posibilidad de fijar su propio precio por los bienes o servicios que producen. Esto permitiría cobrar más y ganar más.

La verdadera preocupación entonces debe ser cómo lograr esa diferenciación, es decir, qué factores en el desempeño de la profesión puedan hacer que un profesional se distinga de los demás. La lista de esos posibles factores diferenciadores puede ser muy amplia, e incluiría elementos como (sin ningún orden): la calidad de la formación provista por la academia o universidad, la preocupación por parte del recién egresado por mantener dicho conocimiento activo y actualizado, la responsabilidad, la honestidad, el esfuerzo, la auto superación, la puntualidad, la disciplina, el respeto, el auto aprendizaje y la actualización continua, la amabilidad, el tratar a los demás como a uno mismo, entre muchos otros los cuales marcarán la diferencia entre los profesionales "malos", los "regulares", los "buenos" y los "mejores". Lo más interesante del caso es que estos valores no se forman en las personas de un día para otro, sino que llevan años en formarse.

Lo peor del hecho es que, después de años de educación y millones en gastos de colegiatura y extras, el recién graduado, aquel que ha logrado acumular un 40% del conocimiento aceptable y necesario (y que es lo máximo que un estudiante destacado y en extremo sobresaliente logra absorber de una academia o universidad de primera categoría), salga a las calles a engrosar la lista de desocupados que finalmente terminaran en una labor totalmente diferente a ese 40% adquirido; mal remunerado, desmotivado, obligado a cumplir funciones que no eran las que esperaba solo por la necesidad monetaria, y finalmente migrando a otros países para entregar a países extraños esa fuerza creativa y laboral que inicialmente era colombiana. Si usted es estudiante en este momento o está buscando una carrera para estudiar, y se siente preocupado por su futuro profesional, su preocupación no debe centrarse tanto en seleccionar una carrera con pocos o muchos competidores, sino en lograr que esos valores antes mencionados sean parte de su desempeño, ya que si el servicio que usted presta es mejor, usted siempre tendrá oportunidad y habrá un buen mercado para sus servicios, pero ese proceso formativo debe empezar desde mucho antes, ¡desde ya!

Y por si esto fuera poco, hay un nuevo factor a tener en cuenta y que cada vez se hace más notorio en la sociedad colombiana: la ausencia de valores sociales. Conocida como Inteligencia emocional, vemos tristemente como los colegios y universidades centran sus esfuerzos en que el alumno se llene de conocimientos para salir lo suficientemente preparado para enfrentarse a un mundo competitivo que a la menor falla va a terminar devorándolos, olvidando que lo que necesita el mundo y más aun Colombia son Buenas Personas, Buenos Profesionales, Personas de Excelencia, Trabajadores Éticos y Morales que puedan pensar en algo más que ellos mismos, sus éxitos y triunfos y que, dirijan sus esfuerzos y conocimientos al bien común y el desarrollo social. Son finalmente estas personas y estas naciones las que terminaran sobresaliendo del resto convirtiendo la ganancia marginal de la que hemos hablado en una invaluable palanca que nos impulse a mejor. Es por lo mismo que existen naciones primermundistas y tercermundistas bien diferenciada.

Al igual que en el caso anterior la curva de oferta se desplaza hacia la izquierda, en consecuencia el precio aumenta en forma significativa desde P1 a P2 y la recaudación fiscal, como vemos en la Grafica 2 es elevada (región P2BCD):

Grafica 2

edu.red

Partes: 1, 2, 3
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