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La estafa: Bernard Madoff y la crisis de EEUU en 2008 (página 2)

Enviado por Roberto Yrago


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Decidir es un proceso donde la persona selecciona la opción entre varias alternativas de acción, la meta que pretende alcanzar con sus acciones, sus preferencias, los criterios que utilizará para seleccionar, la estrategia que elegirá para alcanzar sus objetivos, los recursos de que dispone, la situación del entorno que lo rodea, y por supuesto, el resultado, que conlleva un cierto grado de riesgo e incertidumbre. Además, juegan su papel la libertad y el tiempo disponibles para evaluar las distintas opciones y son factores determinantes en el proceso de decisión.[12]

La respuesta a los problemas generalmente se basa en experiencias pasadas, que han formado patrones de comportamiento dominantes llamados estereotipos y están cargados de emociones, porque es ineludible que estamos, en buena medida influenciados por nuestras emociones.

Ricardo Maliani, filósofo, responde a esta pregunta ¿Qué modos de relación entre lo racional y lo emocional podemos concebir?, de la siguiente manera: ¨Hay diversas formas de relación. Una de ellas sostiene que la única orientación o vía para lo emocional puede estar en la razón, de modo que la emoción se tiene que subordinar a la razón. Pero, por otro lado, si la razón no tiene un combustible emocional, por así decir, no funciona. Una razón totalmente fría se queda en lo puramente formal y no tiene verdadera fuerza racional. Y si la razón práctica es una razón que tiende a pelearse con el conflicto, entonces también necesita de ese combustible que solamente le puede dar la vía emocional¨.[13]

Ante nuevas situaciones los estereotipos no sirven de orientación, por lo cual el proceso de decisión se hace más complejo y aporta mayor ansiedad, porque obliga al individuo a salir de su zona de confort para analizar un escenario desconocido.

El ahorro de energía del cerebro a actuar con información registrada, en base a impresiones, tendencias, estimaciones, recuerdos, datos e ideas iniciales no tiene lugar y la ansiedad proviene de enfrentar situaciones sobre las cuales no tenemos sino un control parcial o en suma aleatorio.

Decidir es complicado porque una alternativa descarta la otra. Es un juego de suma cero, donde hay un ganador y un perdedor. Cuando se decide un camino se descarta el otro y nuestra zona de confort se ve amenazada frente a lo nuevo, donde hay que poder tolerar la ambigüedad, la inconsistencia y la incertidumbre.

Es verdad que era difícil sospechar de Madoff. Ex presidente del Nasdaq, pionero de las contrataciones bursátiles electrónicas y una reputación de mago en negociaciones de valores.

Madoff interpretó dos de nuestras debilidades más serias como inversionistas y como seres humanos. Como inversores amamos creer en los magos del mercado que tienen el secreto de ganar dinero en cantidad. Ese secreto no existe pero preferimos creer que si.

Como seres humanos amamos los símbolos del status y Madoff era uno de los máximos exponentes del status. Invertir con él daba lustre, evidenciaba la fortuna que el inversor tenía y su superioridad sobre los demás.

Así como todo experto en marketing sabe que el contexto y la presentación influyen en nuestras decisiones, los economistas están acercándose a nuevas herramientas científicas sobre la ilusión y el premio en su aspecto económico.

La nueva tecnología aspira a rastrear la actividad de las neuronas y su influencia de las emociones sobre nuestras decisiones económicas, como por ejemplo las inversiones.

Los neuroeconomistas citan al ¨estado de excitación positiva¨ como el estado en que los seres humanos piensan en los presuntos beneficios a obtener y a la sensación de riesgo. El éxito es acompañado por la excitación ante el triunfo.

Camelia Kuhnen y Brian Knutson, investigadores de la Universidad de Stanford han descubierto que la gente es más proclive a correr un riesgo tonto cuando el cerebro muestra ese tipo de excitación.[14] Pero cuando en término de costos usa otros módulos cerebrales y se vuelve más ansiosa y teme a riesgos ambigüos con probabilidades inciertas. No toda la neuroeconomía se basa en aparatos sofisticados dentro de un laboratorio. Andrew W. Lo, profesor de la Sloan School of Management del MIT aplicó técnicas similares a las del polígrafo a agentes que operan con acciones bursátiles para ver como afectan el comportamiento del mercado la ansiedad y el temor.

Es menester decir que los escépticos dudan que la neuroeconomía explique fenómenos del mundo real, máxime que los estudios se hacen en condiciones de laboratorio sin la afectación de los estímulos que el entorno fáctico proporciona.

El estudio del comportamiento desviado tiene varias escuelas criminológicas, oponiéndose o complementándose entre sí.

Una corriente está encarnada por los estudios biologicistas y antropológicos de los cuales las figuras relevantes son Lombroso, Ferri y Garófalo, con gran predicamento en Argentina y a la que se adscribieron Ramos Mejía e Ingenieros. Esta corriente ha quedado superada por estudios que dieron lugar a nuevos paradigmas sobre la cuestión criminal.

La teoría de la anomia surge a través de estudios de Emile Durkheim[15]en su investigación sobre las repercusiones sociopatológicas que trae la división social del trabajo, y se lo reconoce como el fundador de la Escuela Clásica.

Expone Durkheim que en una sociedad con un alto grado de división del trabajo, las diferentes partes ya no son similares, sino relacionadas unas con otras en sus funciones, así como los diferentes órganos de un ser viviente. De ahí deriva que se la catalogue como una teoría organicista, por la alusión al organismo humano. Saca como conclusión que en semejantes sociedades con gran diferenciación de funciones se verifica un debilitamiento de la conciencia colectiva y una mayor acentuación de las diferencias individuales. Anomia es, entonces, el estado de desintegración social originado por el hecho de que la creciente división del trabajo obstaculiza cada vez más un contacto lo suficientemente eficaz entre los obreros, y por lo tanto, una relación social satisfactoria[16]Marx abordaría este tópico como alienación.

De este modo el concepto de anomia es presentado como las antípodas de la solidaridad orgánica.

En la obra El Suicidio[17]continúa desarrollando el concepto de anomia por el descubrimiento de que tanto en épocas de prosperidad como de depresión económica aumentan las tasas de suicidio, debido a que las personas no pueden satisfacer sus aspiraciones con los medios disponibles. Esos dos períodos económicos opuestos que acarrean inestabilidad y producen el derrumbe de las normas colectivas. La anomia es un estado social que está caracterizado por un debilitamiento general de la conciencia colectiva, en la cual se ven poco claros los fines del accionar de la sociedad.

Merton, continuador de Durkheim medio siglo después hace el intento de desarrollar una teoría general del comportamiento desviado.

Teoriza que si la posibilidad de adaptación se concibe entre los opuestos aceptación o rechazo de las metas o los medios, entonces se arriba a cuatro tipos de adaptación individual, ampliado con un adicional.

El primer tipo de adaptación es el conformismo, El segundo es el tipo de la innovación que está caracterizado por una significativa adscripción en la cultura occidental al éxito, el status, el trabajo y el poder. Como es obvio que estas metas no pueden ser alcanzadas por la totalidad de los integrantes de la sociedad promueve la utilización de medios ilegítimos para obtenerlas y considera a este tipo como el más cercano al crimen.

El tercer tipo propuesto por Merton es el ritualismo donde se produce una reducción o abandono de las metas culturales a favor de la conservación de los medios institucionalizados.

Cuando hay un rechazo a las metas culturales como a los medios institucionalizados se habla del tipo en retirada y que es identificado con los outsiders, marginados, lumpen, psicópatas, vagabundos, etc.

El quinto tipo adicional está constituido por el tipo en rebelión. En este último caso se produce los dos rechazos mencionados en el tipo en retirada pero que ¨los hace buscar y aspirar a una nueva, profundamente modificada, estructura social¨.

Edwin Sutherland (1883-1950), a quien hemos citado anteriormente, sociólogo de la Escuela de Chicago escribió un libro titulado Criminología en 1924, que a pesar de tantos años transcurridos sigue vigente en la actualidad como obra de referencia y consulta de los criminólogos.

Sutherland desarrolla una teoría de los ¨contactos diferenciales¨, que se opone frontalmente a las teorías psicobiológicas predominantes en la época, y de la cual el exponente más visible era el mencionado Lombroso. Esta teoría se enfoca en la criminalidad de cuello blanco (los estafadores) y criticaban el vínculo entre delincuencia y pobreza, asumido por los criminólogos del estado asistencial, con la expresión ¨desorganización social¨.

Asociar pobreza con delincuencia es injusto con los muchos pobres que no delinquen y también con los muchos ricos que así lo hacen.

Sutherland hablaba de ¨organización social diferenciada¨ haciendo referencia y en oposición a las áreas delincuenciales diciendo que no presumía en dichas áreas la carencia de una organización, sino la existencia de otra organización social, a la cual llamaba diferenciada porque perseguían fines diferentes; los individuos aprenden valores normativos distintos y no unos generales e idénticos.

El comportamiento delictivo no estaba determinado genéticamente, ni producido por problemas de personalidad ni por la pobreza sino que es un comportamiento aprendido por medio del contacto diferencial entre el grupo primario, desechando los contactos impersonales como ser los medios de comunicación.

El aprendizaje del comportamiento delictivo incluye tantos las técnicas de comisión del delito, la racionalización del comportamiento tales como la motivación, justificación del acto delictivo y actitud ante la conducta que se obtenía de otras personas en el contacto comunicativo entre grupos de personas afines. Este comportamiento es aprendido cuando las definiciones generales del grupo son contrarias a la norma, reacios a cumplir las leyes o torcerlas en su propio beneficio. En su grupo hay más definiciones favorables a violar la ley aislándose de los grupos que prefieren respetarla. Esa diferencia del grupo lo constituía en una subcultura criminal, como es el caso elocuente del crimen organizado, en el que podrían surgir de valores propios, autónomos y muy rígidos. Los valores diferentes van acompañados de comportamientos diferentes, aunque en lo externo adopten el disimulo y actúen de acuerdo a las pautas sociales estandarizadas.

Esta peculiar proceso proviene del éxito de la socialización en unos valores diferentes a los establecidos por la ley y considerados en todo sentido normales conforme a las pautas de esa subcultura.

Sus investigaciones sobre la criminalidad de cuello blanco hicieron que insistiera en que la delincuencia económica era un comportamiento aprendido y estos delitos integran la forma socialmente admitida de hacer negocios entre determinados grupos financieros.

Ello sucede entre los mismos hombres de negocios, que trasmiten de generación en generación un código valorativo distinto del legal y con exceso de valoraciones favorables a infringir la ley. Pero también el resto de la sociedad y en las instituciones estatales; que no censuran o lo hacen tibiamente, esas conductas, ya sea por el status de las personas que realizan estos delitos y por una falta de sensibilidad de la opinión pública para percibir el peligro y consecuencia de esas acciones, fundado en la falta de unidad del Estado para enfrentar adecuadamente esos delitos.[18]

Las mafias italianas, rusas, chinas, japonesas y todos los grupos asociados a los carteles de la droga son los actores de este drama globalizado.

Michel Foucault, en un curso de 1980, decía que hay, entre otros, dos modos de articular las formas de la verdad y los dispositivos del poder.

A uno lo llamaba el modelo de Rosa Luxemburgo, quien afirmaba que si todos supiéramos como procede efectivamente el sistema, el modo de producción capitalista no podría sostenerse en pie más que unas pocas horas. Para ella, la militancia revolucionaria consistía en la toma de conciencia de los mecanismos ocultos de la realidad.

El otro modelo que ilustra esta conexión era el que Foucault atribuía al escritor de Gulag, Aleksander Solzhenitsyn. Se trata del efecto terror, que sostiene que es, precisamente, porque sabemos que aquello sucede, que nos sentimos impotentes y nos quedamos paralizados.[19]

La revista Ñ reprodujo un artículo de The Guardian de Slavoj Zizek, quien se refiere al desmantelamiento del socialismo de Estado, sucedido en la Unión Soviética, dejando a la población desorientada, acostumbrada a un sistema de sobornos, coimas, vínculos políticos y nepotismo, que guiaba la conducta del ciudadano común si quería conseguir algún bien escaso, que los había en cantidad, desde alimentos hasta pasaportes.

Por eso el filósofo esloveno describe el proceso democrático iniciado por Gorvachov, seguido por la nueva oligarquía y el sistema mafioso ruso, cuya efigie es Putin, que permite que las cosas vuelvan a la (a)normalidad con la reimplantación del viejo sistema de favores.

Estas teorías, ciertamente, están apoyadas por realidades fácticas y un ejemplo que puede traerse a colación como tipo de las organizaciones criminales es la mafia italiana, quizá la más conocida en occidente, en sus cinco subgrupos de pandillas criminales que son la Camorra napolitana, la Cosa Nostra siciliana, N´Drangheta calabresa, Sacra Corona Unita de Puglia y la Stidda (sur de Sicilia). Estas dos últimas son aglomeraciones de organizaciones locales.

Estructuradas bajo la autoridad de jefes de clan o familias, las actividades criminales múltiples de esas organizaciones comprenden históricamente la extorsión, la malversación de fondos públicos, la corrupción, el blanqueo y el uso de la violencia física, facilitados por la famosa ley del silencio.

A nivel local, compiten con el Estado, asegurándose la complicidad.

Si bien el territorio italiano sigue siendo el epicentro de sus actividades, todas esas mafias aprovecharon la globalización para desarrollar tráficos internacionales de estupefacientes, armas, migrantes, productos falsificados y monedas falsas. Un reciente informe encargado por la Unión Europea asegura que los tentáculos mafiosos atienden a todos los sectores: hoteles, discotecas, mercado inmobiliario, juego, construcción, venta de combustible, joyas y vestimenta, salud pública, energías sustentables, etc.

Según Eurispes (Instituto Italiano de Datos Económicos, Sociales y Políticos), en 2010 la cifra de negocios de las mafias italianas se elevó a 130 mil millones de euros, cerca del 7% del Producto Bruto Interno italiano.

Confesercenti, principal asociación de pyme´s italianas, estima que el crimen organizado cuanta con unos 65 mil millones de euros en dinero líquido como reservas. ¨La cantidad de dinero cash que tienen es tan increíble que, durante algunas investigaciones, en vez de contarlo debió ser pesado¨ reconoce David Ellero, especialista italiano en Europol.[20]

La mención precedente nos recuerda a Argentina con el diálogo de Leonardo Fariña, presunto valijero de Báez & Kirchner, quien confesó al periodista Jorge Lanata, que el dinero transportado luego a paraísos fiscales era pesado en vez de contado.

Yendo hacia sus inicios, el espíritu de la mafia dominaba originariamente en Sicilia entre los grupos activos que querían romper el cerco de la opresión social y feudal para abrirse camino mediante la violencia y las armas en pos de la elevación social y la conquista de bienes económicos en una lucha sangrienta, nos dice Salvatore Romano[21]

Hacemos una digresión y también una enfática recomendación sobre dos películas, que tratan la opresión de los amos sobre los sirvientes tanto en Italia como España; magníficamente logrado en ¨El árbol de los suecos¨ (1978) dirigida por Ermanno Olmi, que es una semidocumental protagonizada por los propios campesinos de Lombardía a fines del siglo XIX y ¨Los Santos Inocentes¨ dirigida por Mario Camus, basada en la novela homónima de Miguel Delibes y situada en España. En ambas películas se narra el sistema semifeudal imperante y el desprecio de los terratenientes por las necesidades, aún las más elementales, de los campesinos, que laboran para ellos. Continuamos.

Esa subcultura delincuencial conformaba una subclase social dentro de las mismas clases existentes en el lugar, con su propia cultura, que incluye sus códigos internos, el relacionamiento intergrupo y con los ajenos al mismo, una misma escala de valores compartida por todos los integrantes e incluso con una ideología propia. Todos esos valores del grupo se refuerzan constantemente con la interacción cara a cara dentro del grupo primario. Abundando, la cultura es el conjunto de costumbres, códigos morales y jurídicos de conducta, creencias, prejuicios, etc, que las personas de una comunidad comparten y aprenden en la participación social. Las subculturas criminales agregan a esa cultura lo que hemos llamado cultura propia con algunos conceptos adicionales relevantes, como lo es el fin criminal.

La asociación de los grupos a los modelos delincuenciales en oposición a los modelos respetuosos de la ley probablemente surjan del bloqueo de la satisfacción en unos grupos por la presión social a la búsqueda del éxito y la imposibilidad manifiesta de obtenerlo, lo que da lugar a la frustración, y por consecuencia la mirada se vuelca a la obtención del éxito por el camino criminal, influenciados por otros grupos criminales que lo han obtenido por esa vía.

En la subcultura criminal las conductas opositoras a la cultura jurídica y moral de la sociedad son legítimas y forman parte de su propia mentalidad.

La mafia tuvo un interesado relacionamiento directo con la política y viceversa, donde los favores recíprocos aseguraban el mantenimiento del status quo.

Con la aparición del fascismo en Italia, los mafiosos se repartieron en bandos que apoyaban el nuevo régimen y quienes lo repudiaban. Estos últimos fueron en su mayoría los que partieron a Estados Unidos.

La emigración en masa de las clases populares sicilianas a EEUU, en el primer quinquenio del siglo XX es punto de partida básico para desenredar la intrincada madeja constituida por las condiciones de vida, las relaciones personales, la organización social y civil, la mentalidad y la psicología que posibilitaron la proliferación en EEUU de manifestaciones delictivas, así como el enorme desarrollo y consolidación de los grupos de gangsters en un nuevo poder de tipo mafioso. Con otras palabras, la evolución de las asociaciones delictivas de gangsters derivó hacia una nueva y poderosa mafia gangsteriana en los negocios y en la política, que alcanzó dimensiones de poder y de influencia en los campos más diversos de la vida civil, económica y política, incluso a nivel internacional, con lo cual se inicia una nueva y larga etapa en la historia de la mafia.[22]

En los inicios de la emigración de la vieja mafia a EEUU constituida por meridionales y sicilianos braceros, pequeños campesinos y aparceros analfabetos o semianalfabetos y los pequeños delincuentes mafiosos tenían una idea bastante vaga sobre su destino y esperaban de esa nueva tierra prometida lo que su propia patria les negaba. Todavía guardaban en su mentalidad cierto espíritu moralista y justificación hacia determinadas características específicas de la mafia, entre ellas el uso de la violencia explícita o solapada para la obtención de sus fines. Predominaba aún un sentido de solidaridad y de respeto hacia ciertas leyes naturales de honor, que los diferenciaba de la actividad mafiosa que siguió a continuación.

Se trataba de una actividad criminal acotada, elemental, casi de supervivencia en un medio extraño, que los rechazaba, reforzando el espíritu de ghetto con sus propios códigos.

En EEUU esa organización mafiosa se la conoció como ¨La Mano Negra¨ americana y redujo su accionar exclusivamente a la colonia de italianos. Todos los italianos de esa colonia, disgregada de la cultura americana, tenían que pagar un tributo como método extorsivo y a los efectos de protección. El que se negaba al pago o daba cuentas a la policía le cabía la muerte.

Las cinco organizaciones criminales mencionadas, que perviven en Italia, según los cálculos de las instituciones antimafia, su facturación global no baja de los 100 mil millones de euros por año. Con respecto específicamente a la Camorra napolitana, las estimaciones nos dicen que factura 17 mil millones de euros anuales en droga, 5.800 millones en negocios públicos (en connivencia con el poder político) y privados, 4.700 millones en extorsión y usura, 1.000 millones en tráfico de armas, 580 millones en prostitución, lo que asciende a un total estimado de 30.000 millones de euros anuales.[23]

Nathalie Dolores Heidsieck es francesa pero llegó a Nápoles en 1993 como periodista y vendedora de alfombras persas. Hoy se gana la vida como galerista de arte contemporáneo y hotelera,; dirige la asociación cultural Locus Solus y está dispuesta a terminar sus días en Nápoles, ciudad a la que dice amar y odiar al mismo tiempo. Nos cuenta algo de la historia de la Camorra.

¨América mantuvo a Nápoles blindada y bloqueada durante medio siglo desde el final de la II Guerra Mundial. Llegaron con el apoyo de Lucky Luciano a Sicilia y desde ahí subieron. El acuerdo fue que se quedaran con el sur como puerto franco para importar sus bienes: alcohol y tabaco, sobre todo de contrabando. En 1993, la ciudad era un paraíso de corrupción, burocracia y parálisis. Con la ciudad muerta la Camorra surgió como una necesidad.

Tras el terremoto de 1980, los americanos se habían ido del centro a Bagnoli; 20.000 soldados dejaron el centro. EEUU había financiado universidades, investigación, laboratorios, industrias, pero no el comercio. El comercio era suyo y las únicas opciones de la gente era estudiar y gestionar. Lo demás estaba en manos de las organizaciones criminales.

La gran burguesía fingía no darse cuenta porque el sistema movía mucho dinero. Y se creó una bestia monstruosa constituida por un Estado putrefacto y corrupto y una Camorra eficaz que daba de comer, o sea una sociedad inseparable.[24]

Nos dice Tomás Abraham, filósofo: ¨En Italia, durante la época del ´90 fueron indagadas 4 mil personas entre empresarios y políticos. El jefe de gobierno y líder del Partido Socialista debió fugarse del país y murió años después del exilio en Túnez.

Se asesinó a jueces y otros implicados se suicidaron.

La república organizada después de la II Guerra Mundial, que terminó con el régimen fascista, se derrumbó después del proceso abierto a la clase política y a los grupos empresariales que se le asociaron en una corrupción sistémica. Una vez hecha la limpieza, asume Silvio Berlusconi, cuyo protagonismo político se está apagando luego de veinte años de liderazgo, en especial por sus correrías sexuales, comidilla de las revistas sensacionalistas mundiales.

Un ciclo que va desde la crisis de los valores del liberalismo republicano, luego de la Primera Guerra Mundial, prosigue con el fin de la Segunda Guerra, para dar lugar a la conformación de la república con alternancia entre democracia cristiana y socialismo, culmina con una nueva crisis del sistema de los partidos políticos mediante el mani pulite y la coronación de Il Cavalieri¨[25]

Ya bien entrado el siglo XX nace una nueva organización criminal tras la caída de la Unión Soviética y la aparición de la nueva Rusia propulsada por Mijail Gorvachov a través de la apertura de las empresas privadas en 1988. Aprobó la Ley sobre Cooperativas, en virtud de lo cual fue legal por primera vez en Rusia, que empresarios privados abrieran una compañía.

Los empresarios prontamente descubrieron que cuando hacían prosperar un negocio, los beneficios atraían a la competencia, donde los rivales empleaban cualquier método para meterse en el mercado, incluida la violencia.

Esa nueva clase empresaria rusa carecía de los recursos económicos e intelectuales necesarios para adaptarse al advenimiento del capitalismo, que podríamos etiquetar como salvaje.

De este modo, el Estado comenzó a ceder lenta pero inexorablemente, el monopolio de la violencia a las bandas callejeras.

Estos grupos (gruppirovski) estaban compuestos por veteranos de Afganistán, tipos duros de la calle, expertos en artes marciales, antiguos agentes de la KGB, todos ellos gente de cuidado y hasta terroríficos, y fueron las comadronas en el alumbramiento del capitalismo.

Estas bandas callejeras autoorganizadas, verdaderas organizaciones criminales se constituían en fuerzas del orden privatizadas y a diferencia de sus homólogos estatales como el KGB y el Ministerio del Interior (MVD) comprendieron de forma instintiva, que existía una gran demanda de sus servicios de protección para la nueva clase empresarial.

Los empresarios en vez de pagar impuestos del 90% y multas al Estado; que no tenía idea de cómo fiscalizar a las nuevas empresas que se habían creado, entregaban con satisfacción desde el 10 al 30% de su facturación a los matones locales, que a cambio le aseguraban al cliente su operación sin ser víctimas de los gruppirovski de la competencia.

El negocio de la protección constituyó la primera fase de estos grupos para abandonar los delitos menores de sus inicios, convirtiéndose en una poderosa fuerza internacional, que buscó un lugar fijo en la economía mundial, lo cual logró posteriormente a través de negocios ilícitos como el contrabando, el narcotráfico y otros, que les hicieron necesario contar con el lavado del dinero obtenido por esas vías.

Con el Estado en pleno desmoronamiento y las fuerzas de seguridad sobrepasadas e incapaces de hacer respetar la ley, encontraron que la única salida era cooperar con la cultura criminal naciente.

La Perestroika y la glasnot (transparencia) impulsada por Gorvachov provocaron la aparición de la mafia rusa (krysha) que ofrecía protección al estilo de la más pura mafia siciliana.

El ¨padrino¨ siciliano era el vorv-zakonye ruso, término originario de las prisiones rusas y que significa ¨ladrón de ley¨, condenado por delitos comunes y apolítico, fue coronado como líder por sus iguales.

En agosto de 1991 se produce el golpe fallido de la línea dura del Partido Comunista lo que ayuda a la pérdida de prestigio y capacidad de maniobra a la KGB. Gorvachov es desplazado y reemplazado por otro reformista más ambicioso: Boris Yeltsin.

Yendo más allá que sus antecesores, anunció que antes del 1 de enero de 1992 el gobierno ruso liberalía todos los precios con algunas excepciones cruciales. En pocos meses, Rusia se sumió en un surrealista capitalismo anárquico, que podemos describir como el salvaje Este.

Las reformas contenían una serie de anomalías catastróficas. Los precios más importantes para millones de ciudadanos rusos de a pie que eran el pan y la vivienda, se liberaron, pero no los que afectaban a una minoría de empresarios.

El estado mantuvo bajos los precios de los enormes recursos materiales de Rusia: el petróleo, el gas natural, los diamantes y los metales.

Los nuevos comerciantes podían seguir adquiriendo estos productos de mercado al viejo precio regulado y protegido, que en muchos casos estaba cuarenta veces por debajo del precio del mercado mundial.

A la hora de cerrar un contrato las compañías extranjeras no trataban directamente con las empresas a las que compraban o vendían productos. Las minas de diamantes y los pozos petrolíferos de Siberia vendían su mercancía al precio protegido al Ministerio, y éste los vendía a los compradores extranjeros a su precio en el mercado mundial. Los excedentes se canalizaban hacia las arcas del Estado con lo cual se aseguraban que los grandes ingresos de divisas compensasen la ridícula ineficacia de la economía planificada soviética.

La suma del mecanismo privatizado del comercio exterior y el mantenimiento de los precios protegidos originó en pocos meses una nueva especie de ladrón: el oligarca ruso. La lógica de negocio era sencillísima: comprar un barril de petróleo siberiano a precio protegido y venderlo a precio internacional a los países bálticos. El Estado ya no ingresaba su parte, sino que los excedentes iban a parar a los bolsillos de estos aprovechados.

En cuatro años surgió un grupo de pocos centenares de ¨empresarios¨ ricos y una camarilla de multimillonarios que formaron un entorno a Yeltsin, ejerciendo cada vez mayor influencia sobre él. Este enriquecimiento constituyó un fastuoso robo y mientras Rusia parecía y sólo parecía una economía capitalista y se vestía de ropajes atractivos para atraer a inversores extranjeros sus capitalistas más poderosos saqueaban sus recursos naturales, y una vez hecho dinero contante y sonante lo sacaban del país en la mayor evasión de capital que se haya visto.

Mientras el FBI inyectaba miles de millones de dólares en Rusia para estabilizar su economía y sostener el rublo, los oligarcas sacaban sumas cada vez más cuantiosas con destino final en Bancos suizos hasta oscuros bancos de la isla de Nauru en el Pacífico a través de instituciones financieras de paraísos fiscales donde previamente se lavaba el dinero.

La sociedad rusa fue infiltrada por las organizaciones criminales y su vehículo era el contrabando, el narcotráfico, la prostitución, los automóviles, el tabaco, el petróleo, los diamantes y otras mercancías.

La conspiración tripartita entre oligarcas, burócratas y mafiosos creó una clase de multimillonarios con escandalosas ostentaciones de riqueza e intrigas políticas impenetrables.

Las diferencias con la mafia italiana y norteamericana clásicas se dio en tres aspectos. En primer lugar eran indispensables para la transición del comunismo al capitalismo, porque aunque parezca irrazonable la mafia rusa proporcionó cierta estabilidad durante la transición económica, sin dejar de reconocer el alto precio pagado por la sociedad. En suma las organizaciones criminales nacieron en una situación caótica y como respuesta racional a un contexto socioeconómico anómalo.

A mediados de los noventa el gobierno ruso estimó que entre un 40 á 50% de su economía correspondía al mercado negro.

El segundo aspecto de la mafia rusa es que a diferencia de las mafias tradicionales no estaban unidos estrictamente por lealtades familiares. El código del mundo de los delincuentes, que investía de honor y reconocimiento a los ¨padrinos¨ o ¨vorys¨ sólo sobrevivió unos meses en el capitalismo primitivo ruso. El título de vory dejó de ser atributo ganado en base a años de prisión para ser un título nobiliario del hampa que se compraba y vendía, por lo que perdió buena parte de su prestigio anterior. La mafia rusa y chechena; ésta aún más violenta y sádica no se desarrolló en función de lealtades familiares sino únicamente en función de transacciones.

El tercer aspecto diferencial era que a diferencia de las cinco familias de la Cosa Nostra estadounidense, en Rusia estas organizaciones se contaban por millares. En 1999 existían más de 11.500 ¨firmas privadas de seguridad¨ registradas en las que trabajaban más de 800.000 personas, donde casi 200.000 tenían permiso de portación de armas.[26]

Podríamos seguir dando ejemplos de organizaciones criminales, constituidas como pandillas como serían la yakuza japonesa, las tríadas chinas o los Zeta mexicanos. Todas están formadas alrededor de un líder, que puede ser el más inteligente, el más inescrupuloso o el más duro y sádico.

Sus orígenes podrán cambiar como fue el caso de los expuestos con la mafia siciliana, norteamericana y rusa. Pero es indudable que la subcultura criminal aparece como oposición a una cultura que los rechaza y da lugar a que en la pandilla encuentren su lugar para lograr ingresos económicos modestos o enormes, conforme a su lugar dentro de la escala del grupo, su seguridad y la interrelación social y comunicativa con el resto.

Comparten códigos, símbolos distintivos como los tatuajes que los hacen reconocibles entre sí aunque no se conozcan personalmente, el uso de un lenguaje común carcelario, definido como germanía, caló, lunfardo, slang, pero que en síntesis los unifica y les permite una comunicación verbal sólo conocida por ellos. Ese lunfardo carcelario no es el de uso común en la sociedad, sea en letras de tango o en el habla de la sociedad en general, sino más críptico e incluso cambiante. Por ejemplo, hoy al policía le dicen gato y cayó en desuso botón, su variante al revés que es tombo, o tira, o cana, etc. En definitiva todos estos indicios son significativos para fundamentar la teoría de Sutherland sobre la constitución de una organización diferencial.

Esta teoría tiene absoluta validez para entender esas subculturas, pero cabe agregar que otras teorías siguen también vigentes.

El Dr. Simón Wengelblat psicólogo y traductor del libro Psicoanálisis del Crimen de Theodor Reik[27]nos dice en su prólogo: ¨La conducta humana se halla determinada por numerosos factores psíquicos que en su mayor parte son inconscientes y por tanto desconocidos para el yo. El estudio psicoanalítico de criminales y no criminales ha demostrado que todos los individuos traen consigo al nacer, como herencia filogenética, tendencias e impulsos considerados criminales y antisociales, y que si no subsisten así es porque tales tendencias e impulsos son reprimidos u orientados hacia otros fines (sublimados) con el objeto de conseguir una adaptación social.

Este proceso se realiza en los primeros años de la vida debido a la influencia de los factores externos –padres o figuras sustitutivas- ante quien el niño sacrifica parte de sus satisfacciones instintivas con la esperanza de recibir cariño o por el temor al castigo; y más tarde a consecuencia de una instancia inhibitoria interna constituida por la representación psíquica de aquellos que han sido introyectados e incorporados al yo¨.

De alguna manera este comentario no es diametralmente opuesto a la teoría de la organización diferenciada, puesto que a pesar de afirmar la supremacía de la herencia filogenética acepta la influencia de la presión del grupo primario en su infancia. De ahí podemos colegir que es probable la presión del grupo secundario dentro del contexto social y clase en que se siente identificado y se relaciona, donde la influencia de estos grupos externos al familiar también hacen la tarea de socializarlo en esa subcultura.

¨Sin embargo, los impulsos instintivos siguen viviendo aunque adormecidos en el inconsciente del individuo y tienden a manifestarse aprovechando cualquier debilitamiento de la tendencia inhibitoria. Así vemos que en la persona considerada normal aparecen a veces disfrazados en sus sueños o fantasías, en el psiconeurótico los descubrimos en sus síntomas funcionales y en el criminal están directamente expresados en acciones¨.

Luis Disanto, psicólogo especializado en investigación científica del delito dice: ¨ Entre las peores fantasías de un perverso y las nuestras no hay diferencia, pero sí la hay en la posibilidad de concretarlas¨ En definitiva, el neurótico fantasea sobre el acto y el perverso lo realiza.

Hemos podido observar que la corrupción siempre está presente y es esencial a las organizaciones criminales debido especialmente a las vinculaciones de éstas con el poder político, lo cual quedó evidenciado en los ejemplos dados de las mafias italianas, norteamericanas y rusas.

Luis Moreno Ocampo, ex fiscal adjunto en el juicio a las Juntas Militares Argentinas, ex fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI) con sede en La Haya, ex miembro de Transparency International y cofundador de Poder Ciudadano cree que ¨el mundo está preparado para detener los crímenes masivos, pero no está preparado para detener la corrupción, que es más difusa, destruye la economía y le quita la plata a los pobres¨.

Moreno Ocampo, desarrollando su función en la CPI investigó crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad lo que le permite afirmar que la corrupción es el juego de la élite en todo el mundo y que el abuso de poder trae corrupción y enriquecimiento ilícito. Dio un ejemplo: ¨Una jueza francesa investigó a la petrolera francesa Elf y descubrió que le pagaba sobornos al presidente de Angola, Dos Santos. Pudo probarlo, pero continuando la investigación sobre el camino de los fondos llegó a descubrir que el presidente de Angola devolvía la mitad de los fondos al presidente de Elf. Por eso digo que es un negocio de élite¨.[28]

Esta élite denunciada contrasta con el mapa de la desigualdad en el mundo.

Según el informe ¨El estado de las ciudades en el mundo 2006-2007¨ elaborado por las Naciones Unidas, unos mil millones de seres humanos viven en el planeta en asentamientos precarios. Atrás ha quedado la pobreza de un mundo rural sometido al poder de las economías tradicionales de subsistencia.

Ha ocupado su lugar un escenario urbano que evidencia fuertes contrastes entre opulencia y marginalidad.

Esta situación produce un acostumbramiento a la sociedad que toma como banal y rutinario lo que debería ser excepcional y repudiable. La reacción de los sectores más pudientes es el miedo y por ello, a la búsqueda de una solución cambia el monopolio legítimo de la fuerza expresado por la represión y prevención del Estado a los sistemas privados de protección, recordando que precisamente éste era uno de los ¨servicios¨ proporcionados por la mafia.

Este nuevo fenómeno urbano provoca reacciones como la xenofobia, el temor a la inseguridad, la aparición de pandillas y el nacimiento del odio hacia ¨el otro¨. Luego la inmigración no logra integrarse a la sociedad, sino por el contrario se arracima en ghettos según sus orígenes.[29]

Es conocido incluso el appartheid en las villas miserias argentinas, donde argentinos, bolivianos, peruanos y paraguayos conviven separados, muchos de ellos inclinados al negocio del narcotráfico junto a pobres trabajadores desclasados. No es inusual el enfrentamiento entre pandillas por motivos nimios para el ajeno, como la violación de territorios delimitados por ellos mismos, o el desplazamiento de clientes de sustancias prohibidas.

Esos mismos mil millones de personas que viven en villas miserias, favelas o similares descripciones para el mismo fenómeno sufren de hambre crónica.

La crisis financiera internacional suma un 11,5% de aumento a las registradas en 2008 y según el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) da una estimación de 1.020 millones de personas con subnutrición, representado un 15% de la población total.

El director de la FAO, Jacques Diou, al presentar el informe en Roma dijo: ¨Una mezcla explosiva de desaceleración económica mundial (originaria en la crisis financiera de EEUU) y precios de los alimentos, que se empeñan en permanecer altos en muchos países ha empujado a unos 100 millones de personas más al hambre y la pobreza¨.

Los países desarrollados han mostrado una mayor tasa de crecimiento con respecto a los países subdesarrollados, aunque concentran sólo el 1,5% del total de hambrientos del mundo.[30]

Para dar un ejemplo de una ciudad de millonarios pero uno de los mayores exponentes de la desigualdad social, podemos citar a Londres.

La capital británica siempre ha sido una sede segura para la élite financiera internacional, pero su popularidad se incrementó con la incertidumbre proporcionada por la crisis mundial de 2008.

Ha sido un imán para los multimillonarios de países emergentes, en especial de Rusia y China, que detrás de su desarrollo económico esconden una corrupción enorme y a la que sus gobiernos centrales le dan lucha con escasos resultados. También los nuevos millonarios indios y los provenientes de Dubai, Arabia Saudita y Bahrein, incluyendo a españoles, franceses y griegos compran propiedades en Londres tratando de asegurar su patrimonio o escapar de la presión fiscal y de la crisis global, con la compra de propiedades, que ha provocado un alza de sus valores en casi un 50% desde 2009 á 2012.

Danny Dorling, profesor de Geografía Social de la Universidad de Sheffield afirmó que la desigualdad en Londres está alcanzando niveles nunca vistos desde la época de la esclavitud.

Autor del libro ¨Injusticia, ¿porqué la inequidad social persiste?¨ advierte que esta situación ha marcado una grave desigualdad social y según sus estimaciones un 10% de los millonarios disponen de una cifra 273 veces más grande que el 10% de los más pobres. A su vez dice: ¨Esta descomunal brecha creó una marcada división social que se asemeja a la del sistema de castas de la India, porque muchos de los que viven en uno u otro extremo jamás salen de los confines de su propio grupo social¨.[31]

No es atrevido pensar que la profundización de la desigualdad social es una de las variables que afectan y provocan una organización diferenciada, que contribuyen al aumento de las organizaciones criminales.

¨La felicidad. Lecciones de una nueva ciencia¨ es un nuevo estudio de Lord Peter Richard Greville Layard ( Lord Layard of Highate), ex presidente del grupo de política económica de la comisión europea, asesor de Tony Blair y profesor de la London School of Economics. En ese libro nos cuenta como por primera vez se puede medir la felicidad de una población de una manera objetiva con el uso de los resultados de décadas de encuestas y escaneos cerebrales y saca como conclusión que una vez pasado el nivel de subsistencia el ser humano quiere un mayor ingreso en comparación con los demás. Hacemos énfasis en los términos ¨en comparación con los demás¨.

Layard lo ejemplifica así: Supongamos que una mañana le informan que le han aumentado el sueldo. Aumento de la felicidad. Pero ahora supongamos que al día siguiente se entera de que se le subió el sueldo a todos sus compañeros, pero que a Ud. algo menos. Felicidad evaporada. Según Layar Ud. no es un monstruo por pensar así sino que es una condición humana.[32]

1.2. Psicología del estafador

Los jueces italianos encabezados por Antonio Di Pietro iniciaron la operación ¨mani pulite¨ con la forma de una cruzada contra la corrupción del poder político, financiero y económico, lo cual trajo profunda ingerencia sobre la psicología de los culpables de estos ilícitos.

El psiquiatra italiano Vittorino Andreoli atendió a muchos funcionarios y empresarios investigados y sospechados de corrupción. Andreoli tiene más de diez libros escritos sobre psiquiatría; es uno de los más afamados psiquiatras de Europa; trabajó en Cambridge, Cornell Medical College de Nueva York, en Harvard y siguió en la Universidad de Verona, Italia.

A través de una entrevista con el reportero de la revista Para Ti nos revela su experiencia sobre los pacientes acosados por somatizaciones productos del stress al que estaban sometidos debido a las investigaciones sobre sus personas, o el miedo a ser investigados en el futuro, si aún no les había llegado su turno.

Afirma que los más expuestos a sentir ansiedad derivando en trastornos físicos y psíquicos son las personas que están instaladas en el poder y usufructúan de sus ventajas con arrogancia, debido al ejercicio equívoco e inescrupuloso del mismo, y cree que esas personas están autoconvencidas de que el poder es sinónimo de impunidad. Reiteramos la frase modélica de Alfredo Yabrán en el programa Hora Clave de Mariano Grondona, cuando ante la pregunta: ¿Qué es el poder? Respondió sin titubear: ¨El poder es impunidad¨.

Nos dice que la primera exteriorización de los afectados es el miedo a la cárcel y al de los hijos. Obviamente, el miedo a ser encarcelados y perder su posición privilegiada para sumergirse en un mundo carcelario al cual se sienten ajenos es una respuesta lógica. Sobre el miedo a los hijos es que se sienten aterrorizados por la idea de verse involucrados en un escándalo y puedan aparecer ante sus hijos con una imagen distinta de la que se esforzaron por mostrar. En otras palabras, el miedo a perder su respeto y estima.

En cambio no pasa lo mismo con sus esposas, que usualmente tiene el efecto opuesto. Sirve a veces para reconquistar la unión perdida y a la mujer le permite recobrar el rol materno y protector y hasta es posible que brinde una colaboración completa convirtiéndose en una cuasi cómplice.

Con respecto a los sentimientos de culpa dice no haberlos encontrado nunca. Los sujetos son asediados por un sentimiento de vergüenza pero no de culpa.

Entiende la culpa con un sentimiento individual de desaprobación por un comportamiento realizado y que se quisiera no haber hecho; es en términos psiquiátricos la elaboración de la culpa y que puede dar lugar a una etapa posterior de arrepentimiento y por ende de redención.

En cambio la vergüenza no es un sentimiento relacionado con uno mismo sino con los otros, se avergüenza de que ¨los otros sepan¨. Desaparecido el miedo por haber evitado la investigación seguirán haciendo lo que hicieron siempre, porque es la culpa la que paraliza, en cambio la vergüenza no.

Cuando la investigación se hace concreta sobre un sujeto aparece el cuadro anticipatorio para el cual existen tres modalidades de respuesta diferentes.

La etapa maniacal, en que el sujeto niega todo y se dice víctima de un complot; los otros son los culpables y él se siente casi un mesías, de ahí que se hable de síndrome mesiánico. El segundo comportamiento posible es una respuesta de vergüenza que puede llegar al extremo del suicidio; escriben cartas donde afirman ser inocentes porque no soportan estas acusaciones.

Como última respuesta se encuentra el que Andreoli definió como el síndrome Nüremberg cuya característica es que admiten los actos de corrupción pero afirman que se comportaron así por acatamiento de órdenes superiores. O sea que admiten el hecho pero no la responsabilidad.

El empresario dice que pagó coimas para poder trabajar y el político que las recibió por el bien superior del partido. Es un fenómeno circular de descargo de responsabilidad.

Cuando se lo interroga sobre la universalidad de la corrupción, Andreoli estima que se produce por una gran falta de valores. En la sociedad y cada vez más las personas valen por lo que tienen y no por lo que son. El exhibicionismo, la ostentación, la frivolidad, el lujo que dan el dinero y el poder son tentaciones demasiado intensas que empujan a la corrupción y para todos los países es válido decir que no habiendo elaboración de la culpa, que es la única terapia válida y no sólo sentir vergüenza, haría que repetirían los actos de corrupción sin ningún tipo de escrúpulos.

La entrevista deja entrever varios aspectos que se hacen visibles en el caso Madoff: su narcisismo, egocentrismo, miedo cuando ve cercana la posibilidad de su caída y las consecuencias que le acarreará, la vergüenza con respecto a sus hijos y una presunta elaboración de la culpa una vez que se encuentra irremediablemente en prisión, de la que sabe nunca saldrá.

Con frecuencia hablamos de narcisismo pero pocos conocen el origen mitológico del término. Es ésta una buena oportunidad para conocerlo y sumarlo a nuestros conocimientos.

El relato más conocido sobre el mito de Narciso corresponde a la versión del tercer libro de Ovidio ¨La metamorfosis¨ escrita en el año 43 a.C.

Narciso es fruto de la violencia sexual ya que el dios río Cefiso, luego de raptar y violar a la náyade Linope, engendró en ella a un niño de singular belleza, a la que le dieron el nombre de Narciso.

Cuando le preguntaron a Tiresias, sabio y adivinador del futuro si Narciso tendría una larga vida, éste contestó: Si, siempre que no se conozca a sí mismo. Esa premonición fue desentrañada en su significado viendo el futuro de Narciso. Mientras transcurría su vida era el provocador de grandes pasiones de hombres y mujeres, mortales y dioses con los que no tenía reciprocidad por su incapacidad de amar y reconocer al otro.

La ninfa Eco, que había disgustado a Hera y por consiguiente fue condenada por ésta a repetir las últimas palabras de cuanto oyera fue flechada de amor por Narciso, pero debido a su castigo era incapaz de comunicarle su amor.

En cierta oportunidad en que Narciso caminaba por el bosque sintió ruidos a su alrededor y preguntó: -¿Hay alguien aquí? Y la ninfa Eco respondió: -aquí, aquí. Como no podía verla, estando escondida entre los árboles, Narciso dice:-¡Ven! Y Eco responde: -Ven, ven y se aparece ante Narciso con los brazos abiertos llenos de amor pero Narciso, por su incapacidad de amar, cruelmente la desprecia.

La intervención de Afrodita da lugar a que la vida de Narciso termine en tragedia. La diosa Afrodita lo tienta a Narciso para que vea su rostro en el espejo de la superficie del agua. Narciso ve reflejado su rostro en el agua y siente fascinación por su propia imagen, a la cual no podía abrazar ni tocar pero de la que no podía sustraerse, embrujado con su propia imagen.

Hipnotizado por su propia imagen que le devolvía su reflejo en el agua, deja de tener cualquier tipo de relación con otros seres humanos o dioses y hasta de abastecer sus propias necesidades básicas, por lo que lentamente se va consumiendo hasta convertirse en la flor del narciso, flor muy hermosa pero asimismo maloliente.

La ninfa Eco, sumida en melancolía se retrae a una cueva en la montaña y también se va consumiendo lentamente quedando sólo de ella una voz sin forma que repite en la lejanía las últimas palabras que se pronuncien.

Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, toma la idea del mito e introduce el concepto del narcisismo en su ensayo ¨Introducción del narcisismo¨.

Allí define al narcisismo como una forma de estructuración de la personalidad y como parte del desarrollo humano. Por ello distingue la forma primaria en los primeros meses de existencia de un niño donde éste orienta todas sus energías a la satisfacción de sus necesidades; se toma a sí mismo como su objeto de amor en detrimento de otros objetos externos.

Cuando desarrolla el narcisismo secundario aborda una forma patológica, con una gradación desde leve (neurosis) a extrema (psicosis) donde en algunos casos alcanzan un desorden de la personalidad, donde el paciente sobreestima sus habilidades y manifiesta una necesidad excesiva de afirmación y admiración.

Cuando se enfrenta a esa patología, el paciente ve severamente comprometida la habilidad para obtener satisfacciones de su vida en sociedad por el desarrollo de un egoísmo extremo y una desconsideración casi absoluta sobre las necesidades y sentimientos ajenos.

Según Freud la investidura libidinal que estaba puesta en objetos se dirige ahora en la adultez hacia sí mismo, desconsiderando a las otras personas. La apariencia externa del narcisista muestra una autoestima formidable y aparenta una personalidad resuelta y con objetivos claros, sabe lo que quiere; pero en realidad está camuflando su vacío interior y carencia de autoestima.

Necesitan mirarse en los demás para saber quiénes son y al interpretar ese reflejo como negativo se ven en la necesidad de esconder su imagen y para compensarlo se crean una nueva imagen artificialmente sobrevalorada hasta alcanzar niveles patológicos. Aquellos que descubran la falsedad de esa imagen artificial se convierten automáticamente en una amenaza por lo que el comportamiento consiguiente hacia ellos es de manipulación o persecución.

Esa autoestima, que se ha adjudicado como un manto para esconder su sentimiento de subestimación es vulnerable en sumo grado, por lo que tienen un bajo umbral de tolerancia a la frustración y la crítica.

André Green nos ilustra con su definición, diciendo: ¨Desde el punto de vista freudiano de la psicopatología, la estructuración de una personalidad narcisista implica una detención o fijación del desarrollo de la persona en etapas infantiles de profunda gratificación, o en otro caso una regresión del individuo a esos períodos por su incapacidad para tolerar los retos y fracasos que la maduración en el camino a la adultez y los condicionantes de la vida le imponen¨.

Desde el punto de vista psicoanalítico y retomando el mito, Narciso es el fruto de una violación, es decir de una violencia que produce un trauma en sus primeras etapas del desarrollo o anterior cuando la madre ultrajada trasmite al hijo su resentimiento, su dolor y sus miedos. El traumatizado se refugia en su propia imagen sobrevalorada y en una necesidad insaciable de reconocimiento y que nunca se agota, aún con las mayores muestras de adulación de los otros.

Por ello muchos psicoanalistas afirman que esta personalidad surge en individuos que han tenido una actitud indiferente o minusvalorada de sus padres o una carencia emocional temprana por una madre emocionalmente fría e indiferente o con una agresividad encubierta hacia su hijo.

En definitiva, podemos concluir que el narcisismo es en sí mismo una estrategia de supervivencia del individuo que se subvalora y tiene baja autoestima, y que para superar ese estado se crea artificialmente una máscara de infalibilidad y personalidad segura y avasallante. Esa teatralidad es el vehículo para recibir elogios, admiración y adulación en forma constante dada su necesidad de reconocimiento de sí mismo, aunque incapaz de empatía y centrado en un egoísmo a ultranza. Manifiesta una personalidad arrogante o prepotente y en sus relaciones interpersonales es un explotador que se aprovecha de los demás para conseguir sus propios fines sin importarle el eventual perjuicio que puede ocasionar al otro, debido a su carencia de empatía y su imposibilidad de identificar las necesidades y sentimientos de los demás.

En suma, este individuo tiene una personalidad psicopática, que se caracteriza por necesidades especiales y acude a recursos atípicos, no institucionalizados para obtenerlos,

Esta concepción de la psicopatía (término acuñado por Koch,1891) conforme al DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana, 4º edición) equivale al trastorno de la personalidad antisocial, y vemos como el narcisismo se refleja en los síntomas que expone.

Enumeramos algunos. Incapacidad de amar; el psicópata tiene una afectividad superficial y una vez que utiliza a las personas para sus fines, las abandona.

Mentiras: utiliza a la mentira como una herramienta de trabajo y no tiene empacho en mentir mirando a los ojos de los otros y en actitud relajada.

Comportamiento fantasioso: es mitómano y trata de adaptar la realidad a su imaginación, al personaje que está utilizando en el momento de acuerdo a las circunstancias en que se encuentra. Es un fabulador que actúa su fábula.

Drogas y alcohol: frecuentemente hace hábito del consumo a los efectos de lograr sobreestimulación o aturdimiento según las circunstancias.

Necesidades distintas y códigos propios: Sus acciones están ajustadas a su criterio y escala de valores por lo que el uso de sus propios códigos los hace sentirse exonerados de culpa.

Inteligencia: es usual que sean inteligentes, incluso de inteligencia levemente superior.

El costo del objetivo: Persiguen un fin y su objetivo es alcanzado de cualquier modo, debido a que por percibir al otro como una cosa, lo toman como un instrumento para obtenerlo.

Manipulación y coerción: la cosificación que hizo de las personas explican sus acciones de manipulación fundados en su egocentrismo. Captan las necesidades del otro y tienen capacidad de seducción para manipularlos, siempre orientados a sus propios fines.

Intolerancia ante el fracaso y la frustración: hace lo que se da en llamar defensa aloplástica y sitúa como el causante de su fracaso al otro desviando así su propia responsabilidad.

Gracias a los trabajos de Kraepelin el término psicopatía quedó reservado para definir al trastorno que hoy conocemos como antisocial según las clasificaciones internacionales. Este médico en su tratado de 1905, ya había descripto a los timadores y mentirosos patológicos, personas con gran capacidad de persuasión pero carentes de moralidad y responsabilidad y su discípulo Kurt Schneider aportó al estudio de los trastornos describiendo el carácter despiadado de los estafadores y carentes de sentir responsabilidad y remordimientos (elaboración de la culpa) por lo cual repiten constantemente sus actos criminales, experimentando cierto placer en ellos y son traicioneros bajo su disfraz de educación y respeto.

Nuevos aportes de la psiquiatría dieron nombres nuevos a problemas viejos y el psiquiatra Peter Sifneos (1920-2008) radicado en EEUU luego de haber escapado del nazismo acuño el término alexitimia, que etimológicamente significa ¨sin palabras para las emociones¨ y define a las personas incapaces de reconocer, expresar y nombrar los sentimientos.

También la filosofía ha entregado sus opiniones, en este caso a través del filósofo San Keen en su libro ¨El lenguaje de las emociones¨.

Keen advierte que nuestra época padece una epidemia de vacío existencial, mala palabra en una sociedad exitista, productivista y utilitarista. La introspección no es rentable en términos materiales, por lo cual las energías están puestas en crear fugas hacia delante para evitar el vacío.[33]

Graciela Peyrú, médica psiquiatra formada en la UBA y becaria de Harvard para estudiar genética molecular, autora y coautora de varios libros sobre su especialidad coincide con el filósofo Keen cuando en una entrevista nos dice: – ¨Somos una especie que aprende de la experiencia. Pero ahora asistimos a un momento único en la historia del hombre porque debido a los cambios tecnológicos se ha producido un cambio abrupto, un quiebre, se ha roto la conexión entre dos generaciones. Esto es que, la generación anterior no comprende a la nueva y no le puede comunicar experiencia. Esto, concluye, significa un cambio total de estructuras, de medios de producción, de costumbres.[34]

1.3. La psicología del estafado (las víctimas)

Los vicios pueden ser catalogados según las virtudes a que se oponen, o también pueden ser referidos a los pecados capitales que la experiencia cristiana ha distinguido siguiendo a San Juan Casiano y a San Gregorio Magno (Mor. 31, 45). Son llamados capitales porque generan otros pecados, otros vicios. Son la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza.

Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 1866, artículo 8, «El pecado» (V: La proliferación del pecado)

Este introito se debe a que es natural que se piense que la codicia es el motor que lleva a las víctimas de estafa a arriesgar sus fondos en inversiones con alto riesgo o en instituciones dudosas por no garantizar el pago de utilidades, o en el caso extremo el capital invertido.

Pero no coincidimos totalmente luego de analizar los numerosos casos de estafa que se han producido en todas las épocas.

Hay casos históricos en los cuales se hace evidente la codicia, como por ejemplo la estafa de William Miller en EEUU, 1899, apodado el 250% porque ofrecía intereses del 10% a la semana o el del notario José Cabrera Román en Ecuador, 2005, donde su fraude afectó a dos tercios de la población.

En otros casos predominó la pereza como es la estafa en Albania por dos mil millones de dólares que afectó a 1.000.000 de personas. Los intereses que pagaban llegaban hasta el 70 y 100% y los inversores fueron en su mayoría gente pobre e ignorante, que dejó de trabajar para vivir de la renta proporcionada por su inversión.

Pero nos animaríamos a decir que muchos cientos de miles han sido estafados no sólo en su dinero sino en confianza luego de haber invertido en compañías que eran muy valoradas en el mercado.

La sociedad en que vivimos nos conduce a valorar a los dirigentes de empresas, sean estas comerciales, industriales o financieras, como nuestros más destacados modelos sociales, y hasta como nuestros héroes conductores. Ellos disfrutan de las mayores ventajas materiales existentes y de algunos de los mayores privilegios de prestigio.

A eso ayuda la mediatización a través de la pantalla del televisor y de las revistas periodísticas, que muestran, diría que a veces hasta impúdicamente, sus logros materiales y sus símbolos de prestigio, sea en casas, automóviles o viajes por todo el mundo. Y dentro de este mundo caben también figuras de la farándula argentina, tanto escandalosa tipo Ricardo Fort o más moderadas tipo Tinelli o Susana Giménez, que tienen sus fieles seguidores.

El magnetismo que provoca el éxito de las empresas, real o ficticio pero maquillado por el relato periodístico es un excelente anzuelo para incautos.

El caso de Enron Corporation en EEUU en 2001 es un buen ejemplo de fraude corporativo.

Enron estaba valorada como la séptima compañía norteamericana, ocupando a 21.000 personas y considerada por la revista Fortune como la firma más innovadora consecutivamente entre 1996 y 2000. Las acciones de Enron que en el año 2000 cotizaban en la Bolsa de New York a u$s 90,00 se cotizaban a diciembre de 2001 a u$s 0,42, lo que da una medida de la pérdida para los inversores en acciones.

Otro caso similar es el de World Com ocurrido por la misma época. La compañía registraba como inversiones de capital los honorarios que pagaba a otras compañías por el uso de sus redes de comunicación, mostrando una utilidad mayor de la real, tomando en cuenta que el flujo de efectivo era sustancialmente menor al señalado.

Otro fraude corporativo fue el de la compañía Parmalat que ofreció en forma fraudulenta pagarés seniors garantizados a inversionistas norteamericanos, sobrestimando los activos y subestimando significativamente los pasivos.

La pregunta viene al cuento ¿cuánto hubo de codicia en los inversores, que así como ciertamente quisieron hacer rendir sus ahorros en inversiones que presuntamente eran transparentes y legítimas resultaron en fraudes corporativos?

En Argentina tenemos los casos del Banco Patricios y el Banco Mayo a los que nos referiremos en el próximo capítulo.

Podemos retornar a EEUU donde los fraudes de Madoff con su compañía de inversiones y a través de un esquema Ponzi estafó una cifra aproximada a los u$s 65 mil millones de dólares o Stanford ubicando su fuente de inversores en México se hizo de aproximadamente u$s 8.000 millones de dólares en forma fraudulenta.

Se dice que el fraude de Madoff es el mayor de la historia, pero deberíamos acercarnos a la estrategia financiera mundial y globalizada que en 2008 a través de la crisis hipotecaria por las hipotecas subprime perjudicó a millones de inversores de todo el mundo y puso en jaque a las finanzas mundiales.

Nos referimos a miles de millones de dólares, y que algunos consideran a éstas operaciones como las mega-súper estafas millonarias de toda la historia de la humanidad.

Tendremos un capítulo especial para describir a esta compleja operatoria financiera, donde hubo perdedores como Lehman Brothers y ganadores como AIG, dando lugar a escandalosas controversias y a la intervención del gobierno de Estados Unidos para paliar las consecuencias del crack financiero de 2008.

Como dijo un notable economista, a quien citaremos en el capítulo referente a la crisis: China financió el consumo y la prosperidad de los ciudadanos americanos. Tal es así que para la época un operario americano cobraba u$s 18,00 la hora mientras que uno chino sólo recibía u$s 1,00 por hora.

Destacamos y elogiamos el desarrollo continuado de China durante más de treinta años una vez terminado el reinado oscurantista y retrógrado de Mao Zedong, dando lugar a la reconversión de la economía china con sentido capitalista dentro de un contexto político comunista y por ende dirigista. ¨ Un país, dos sistemas ¨. Hoy China es la segunda potencia mundial en muchos órdenes y se presume que alcanzará la primacía para fines de ésta década.

Para el que sea escéptico con esta suposición le dejamos esta muestra: Los Bancos chinos Industrial & Comercial Bank of China (ICBC) y China Construction Bank destronaron a las estadounidenses Exxon Mobil y J.P. Morgan como las mayores empresas del mundo que cotizan en Bolsa, según la lista publicada ayer (17/04/2013) por la revista Forbes.[35]

En el codiciado ranking de Forbes Global, que reúne a las 2.000 mayores empresas del mundo por ingresos, beneficios, activos y capitalización bursátil, China ocupa el tercer lugar con 136 lugares y por regiones geográficas el área Asia-Pacífico en lo más alto de la tabla por sexto año consecutivo con 715 empresas, entre ellas Japón con 251 compañías.[36]

La culpa de la crisis norteamericana de las hipotecas subprime, si uno quisiera, la podría adjudicar a los beneficiarios de las mismas, los ¨ninja¨ ( no income, no jobs, no assets), o sea personas sin ingresos fijos, sin empleo fijo, sin propiedades), que habiendo tomado los créditos a tasa variable dejaron de poder pagar las cuotas cuando las mismas subieron notoriamente. La cuota que había sido igual o inferior al alquiler que pagaban, dejó de serla para tornarse impagable.

Pero parece que la Justicia de EEUU no los considera a ellos culpables porque para mediados de 2008 hubo unas 400 detenciones de personas relacionadas con hipotecas y negocios inmobiliarios, acusados de fraude. Entre ellos hay brokers, tasadores, banqueros, prestamistas, y veremos que papel jugaron las calificadoras de riesgo y si no son ellas también merecedoras de un escarmiento.

Es un lugar común el aserto que dice: ¨Los pueblos que olvidan su historia tienden a repetirla¨ y con ello nos referimos al olvido de la gigantesca crisis de 1929-1930, en EEUU, que expandieron a todo el mundo.

Un testigo privilegiado de la época, liberal y posterior líder de su país, Winston Spencer Churchill[37]nos dice: ¨Dejamos casi el final del tercer trimestre de 1929 con la promesa y la apariencia de una creciente prosperidad, sobre todo en Estados Unidos. Un optimismo extraordinario sustentaba una orgía de especulaciones. Se escribían libros para demostrar que la crisis económica era una fase finalmente superada gracias a la creciente organización comercial y la ciencia¨. ¨Parece que se han acabado los ciclos económicos tal como los conocíamos¨ afirmó en septiembre el presidente de la Bolsa de New York. Pero en octubre, una tormenta violenta y repentina arrasó Wall Street. Ni siquiera la intervención de los organismos más poderosos logró contener la marea de ventas provocada por el pánico. Un grupo de los principales bancos constituyó un fondo de mil millones de dólares para mantener y estabilizar el mercado, pero fue inútil.

Se esfumó toda la riqueza acumulada rápidamente en valores en los años anteriores. La prosperidad de millones de hogares estadounidenses se había levantado sobre la estructura gigantesca de un crédito exagerado que de pronto resultaba ficticio. Aparte de la especulación en Bolsa, que incluso los bancos más famosos habían fomentado a nivel nacional mediante préstamos fáciles, se estableció un amplio sistema de compra a plazos de viviendas, muebles, automóviles y todo tipo de comodidades y caprichos domésticos. Todo esto se desmoronó al unísono. Reinaba la confusión y la parálisis en las poderosas plantas de producción. Hasta ayer mismo la cuestión apremiante era el aparcamiento de vehículos en los que comenzaban a acudir a su trabajo miles de obreros y artesanos. En cambio hoy, la dolorosa preocupación por la disminución de los salarios y el aumento del desempleo afectaba a toda la comunidad, hasta entonces dedicada a la creación activa de todo tipo de artículos deseables para que disfrutaran millones de personas. El sistema bancario estadounidense estaba mucho menos concentrado y tenía bases menos sólidas que el británico. Veinte mil sucursales bancarias suspendieron pagos. El medio de intercambio de bienes y servicios entre individuos se fue a pique, y la quiebra de Wall Street repercutió por igual en los hogares ricos y en los modestos. (…) Esta manifestación espléndida (sustentada en la ilusión y el frenesí del mercado) quedó hecha trizas por unos procesos imaginativos vagos y una codicia que superaron ampliamente el logro en sí. Tras el colapso del mercado de valores, durante los años comprendidos entre 1929 y 1932, se produjo una caída implacable de los precios, con las consiguientes reducciones de la producción, que provocaron un desempleo generalizado.

Las consecuencias de esta dislocación de la vida económica tuvieron una repercusión mundial. Se redujo el comercio a causa del desempleo y la disminución de la producción. Se impusieron restricciones aduaneras para proteger los mercados nacionales. La crisis general trajo consigo graves dificultades monetarias y el crédito interno, lo cual sembró la ruina y el desempleo por todo el mundo¨.

Esta historia se repite parcialmente con la última gran crisis de Wall Street, en 2008 sobre la cual agregaremos abundantes comentarios.

1.4. Los cómplices

Entre las empresas financieras, Bancos, corredores de Bolsa, calificadoras de riesgo, fondos de inversión y los posteriormente estafados existe un grupo intermedio, que son los ejecutivos de aquellas empresas, vínculo necesario para viabilizar las operaciones.

Su deseo, el de los ejecutivos y directores, a quienes llamaremos ejecutivos en general, consiste en ser tocados por el Éxito, esa diosa que monta guardia en las cumbres brumosas. El Éxito sólo permite que unos pocos trepadores escogidos ingresen en sus recintos de nubes. Tiene fama de ser inconstante y despiadada en sus elecciones. Cambia constantemente las cualidades que exige del trepador a medida que éste se acerca a sus dominios.

El poder de los ejecutivos que alcanzan posiciones próximas a la cima de las mayores corporaciones ya es inmenso, y seguirá aumentando considerablemente conforme sus vastas organizaciones sigan creciendo.

Y cabe agregar que las decenas de millones de personas que trabajan a las órdenes de un ejecutivo saben muy bien que éste puede hacer un impacto masivo sobre sus vidas, especialmente si está afectado por los quebrantos emocionales que con frecuencia van ligados al proceso de trepamiento.[38]

Más aún, las ideas de los ejecutivos acerca de lo que es correcto y estimable en materia de comportamiento y aspiraciones influyen sobre el resto de nosotros.

Con frecuencia los ejecutivos descubren que su disciplinada fidelidad a la empresa ha sido asegurada por medio de formas cerradas de compensaciones a largo plazo. Se encuentran atrapados en una telaraña de beneficencia empresaria. Si deciden que les gustaría separarse de sus empleadores, es posible que descubran que se arriesgan a perder una suma de dinero fabulosa atesorada a su nombre.

El sistema cerrado de compensaciones a largo plazo sirve con frecuencia para garantizar que los ejecutivos temerán perder sus empleos, y esto los disuadirá de plantear objeciones desagradables a las decisiones de sus superiores.

También resulta discutible la necesidad de todo el proceso de deshumanización que se produce en el medio que rodea al ejecutivo.

A pesar de los cambios de estilo que experimentó en las ultimas décadas el esquema teórico, cambios que fueron desde la fascinación por la dirección científica de Taylor y Fayol, pasando por el deslumbramiento por las relaciones humanas hasta el más reciente interés por la participación, en la práctica efectiva de nuestros días se observa una sorprendente crueldad en el pensamiento empresario sobre el trato debido a los directivos.

Dijo Crawford Greenewalt, presidente de Du Pont en la década del 60: ¨Equipos de trabajadores construyeron las pirámides y equipos de artesanos las catedrales medievales. Sin embargo, ahora por primera vez, la dirección de empresa en sí misma se ha convertido en una gestión de equipo…¨. (Crawford H Greenewalt, ¨The Uncommon man¨. New York, McGraw-Hill, 1959, pág21.)

El joven directivo desbordante de ambiciones e ímpetu, que está ansioso por destacarse, puede empezar por descubrir que trepar pirámides constituye una experiencia exasperante. En primer lugar se encontrará trabajando en medio de un sistema de valores contradictorios. Debe ser un competidor entusiasta, según la tradición, pero al mismo tiempo – y esto es más importante- debe demostrar también que es un colaborador entusiasta.

El análisis de consultoras de empresas concluyó que la difundida práctica de depender de enfoques de grupo, producía una parálisis deliberativa, llegándose a la conclusión de que la adopción de decisiones y la creatividad están mejor encaradas sobre una base individual.

Las compañías difieren entre sí en este aspecto, según la fluidez de sus operaciones, pero en muchas empresas los cargos están estructurados de modo tal que las decisiones que implican riesgos son tomadas sólo por los más altos funcionarios.

Un tema que todavía se discute apasionadamente es el de si toda esta despersonalización del ejecutivo, que también se produce con frecuencia, es sensata o necesaria. La creciente pasividad del papel asignado a los ejecutivos y la dilución de la responsabilidad individual están relacionados con esta despersonalización.

A los escaladores que aspiran llegar a la cima nunca se les permite olvidar el inexorable estrechamiento de los peldaños en el camino de ascenso. Los rigores, las tensiones y las exigencias generales aumentan con la conquista de un lugar en cada peldaño superior.[39]

Vive en un pequeño mundo propio y no sale de él.

¨Los ingleses dicen que hasta los años 70 los bancos estaban habitados por gentleman y, desde entonces, por players. Los primeros estaban definidos por su trabajo pero también por sus orígenes sociales y sus códigos. A los segundos sólo les importaba su participación en la máquina y el provecho que podían sacarle. Sus rituales llegaron en la forma del consumo fiestero y nada elegante –cocaína, tiradores, Versace, consumo de lujo- de la New York de los 80. Era el reinado de los yuppies, que duró sólo un par de años, pero cuya arrogancia y codicia, fijada para siempre en Gordon Gekko, el personaje de Michael Douglas en Wall Street, y Sherman McCoy, el protagonista de La hoguera de las vanidades, fueron entendidas y establecidas como categoría en el mundo entero¨[40]

Casi al final de la película de Oliver Stone, Gordon Gekko les dice a los accionistas de Teldar Paper: ¨El punto es, damas y caballeros, que la codicia es, a falta de una palabra mejor, buena. La codicia está bien, la codicia funciona. Y la codicia, apunten bien mis palabras, no sólo salvará a Telder Paper sino también a esa empresa mal manejada llamada Estados Unidos de América¨[41] No acertó en sus vaticinios; la codicia fue nuevamente el motor para la crisis desatada en 2008 que arrastró a estadounidenses y extranjeros, nuevamente al desempleo y la pérdida de miles de millones de dólares, lo cual no les quitó el sueño a muchos de esos altos ejecutivos. No estamos exentos de que una vez más se repita la historia en un futuro próximo.

A los ejecutivos y directores les interesan muy poco las opiniones de quienes no comparten las suyas. Supone que quien no se dedica a los negocios no vale nada y con excesiva frecuencia el ejecutivo no tiene contacto con lo que ocurre en el resto de la sociedad.

Todos estos factores de aislamiento, deshumanización y manoseo dejan una huella perdurable en muchos de los seres sometidos a tales condiciones.

Está difundida la impresión de que el candidato a un cargo elevado en las mayores organizaciones modernas se verá favorecido con su estilo personal si cumple con estas cuatro impresiones:

1º) Impresión de aplomo: denominada por un psiquiatra ¨la fachada ejecutiva¨. Lo explica así: ¨ El ejecutivo es una persona muy amenazada. Si revela la menor debilidad será pisoteado ¨. Es posible que para reducir al mínimo el riesgo de ser atropellado, el ejecutivo precavido trate de adoptar un aire de triunfo, desbordar confianza en sí mismo. De cualquier modo, domina férreamente sus manifestaciones emocionales.

2º) La impresión de solemnidad: Se supone que un hombre que aspira a ser padre simbólico para miles de personas es ayudado en este propósito si proyecta la sugestión de un porte circunspecto, si adopta un cierto aire de superioridad, una postura erguida y una forma de hablar lenta y solemne que haga pensar –sea esto cierto o no- que cada palabra ha sido escogida con deliberación.

3º) La impresión de naturalidad: No sólo debe ostentar solemnidad sino también un toque de simplicidad y sencillez, adoptar el papel de embajador de buena voluntad de la empresa.

4º) La impresión de buena educación: La utilización cada vez más difundida de ambientes sociales para la discusión de problemas empresarios, ayuda probablemente a explicar la citada demanda de hombre sofisticados que parecen cómodos en toda clase de reuniones de etiqueta.

Las discusiones sobre negocios se desperdigan en clubes, almuerzos y convenciones.

Al tamizar las muchas reglas del juego –escritas y tácitas- con las que los trepadores de pirámides tropiezan frecuentemente, se observa que las más difundidas y apremiantes son:

Primera regla: conságrese a la empresa. Los ejecutivos deberán estar orgullosos del progreso de la empresa y poner a su servicio una desinteresada devoción. El ejecutivo debe ponerse un par de anteojeras que lo aísle de todo lo que no sean negocios.

Segunda regla: Sea leal. Esta regla, a veces, es oficialmente especificada dentro de los manuales de procedimiento. Un manual de una empresa decía: ¨apoyar y aplicar con entusiasmo las decisiones de sus superiores, cualesquiera sean sus sentimientos personales ¨ y agrega: ¨al seguir los canales de contacto, mantenga informado al superior sobre cualquier asunto del que él sea responsable ¨ (lo cual suena a alcahuetería, usada por deseos de aportar o defenestrar a un presunto adversario que, como él, está intentando trepar).

Tres investigadores del equipo de Harvard que realizaron estudios sobre ejecutivos informaron sobre una empresa: ¨ Cualesquiera fueran los sentimientos personales del ejecutivo, el hecho de pertenecer al grupo de la alta dirección también implicaba una firme lealtad a la compañía. El comportamiento de un hombre podía ser juzgado, más que por cualquier otra referencia, por la forma en que reflejaba su lealtad a través de infinitas actitudes trascendentes o insignificantes ¨. [42]

Para resumir gráficamente hicieron esta escalera:

  • Rescata al jefe de sus propios errores u ocultar los camuflajes que pueda efectuar en sus reportes.

Voy a relatar una anécdota referida por un ejecutivo de una multinacional en Argentina, que ilustra este punto. Trabajando para una empresa multinacional globalizada, el cargo de gerente de administración y finanzas fue ocupado por un funcionario brasileño. El nuevo funcionario tenía que confeccionar un presupuesto financiero con validez de un año. Viendo que los egresos eran superiores a los ingresos esperados por ventas, no tuvo mejor idea que incrementarlas en forma tan notoria que eran de imposible cumplimiento. La demanda según las notas de pedido concretas del cliente no alcanzaba, ni siquiera aproximadamente a tales valores. Las críticas a ese proceder no hicieron mella en la decisión que había tomado a pesar de que sus cifras eran no sólo irreales, sino utópicas. Una vez realizado el presupuesto lo llamó al ejecutivo y le preguntó su opinión, que obviamente resultó negativo. La respuesta del nuevo gerente fue que lo lamentable era que el ejecutivo en cuestión era quien debía firmar el reporter. La nueva negativa significó, obviamente una mancha negra en el boletín personal de calificaciones.

De ello puede deducirse que se produce una antinomia entre la lealtad al jefe y a la empresa, y donde cada uno hace su elección según las circunstancias.

  • Mantiene la autoridad que él le ha concedido.

Este punto está dedicado casi por completo a describir el peligro de dar algún paso que aparentemente pudiera rebasar esa autoridad.

Esto da lugar a otra anécdota contada por un joven principiante, que se iniciaba en su primer trabajo.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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