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La estafa: Bernard Madoff y la crisis de EEUU en 2008 (página 4)

Enviado por Roberto Yrago


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

En 2003 El Periódico de Extremadura publicaba un artículo encabezado ¨Cinco fraudes financieros, a la espera de solución en la región¨. Y se refería a los 2.000 damnificados que esperaban una respuesta a sus reclamos contra Gescartera o Eurobank. Gescartera, gerenciado por Antonio Camacho se alzó con 108 millones euros,y continúan desaparecidos. Eurobank era una entidad de Cataluña que operaba principalmente por Internet prometiendo grandes rentabilidades. Terminó en la quiebra con unos 650 damnificados y aproximadamente 56 millones de euros esfumados. De esa suma, los afectados solo verían 20 mil euros cada uno, que es la cobertura del Fondo de Garantía de Depósitos.

Este mismo periódico reveló que Dinámica Directiva, institución financiera denunciada en varias ocasiones por la Comisión Nacional del Mercado de Valores estaba captando inversores en Extremadura para luego desviar los fondos a bancos de las Bahamas. No se conoció a cuánto ascendió la estafa ni el número de afectados.

Para no cargar las tintas sobre los latinos, ahora nos vamos hacia un pequeño país europeo y predominantemente eslavo: Albania.

Otro caso con ribetes dramáticos sucedió en Albania, pequeño país de Europa Oriental con una población de aproximadamente 3 millones de habitantes, con una economía paupérrima, durante 1997. La población no tiene un marcado carácter urbano sino que la mitad de la población se dedica a la agricultura, prácticamente de subsistencia, sin producción de excedentes exportables. Bajo el régimen de economía centralizada típica del bolcheviquismo, su base estaba en la agricultura y la minería y para la década del ´90 su infraestructura productiva era absolutamente obsoleta e ineficiente.

El nombre autóctono del país significa ¨Tierra de las águilas¨, que fue adoptado a partir de la rebelión contra los turcos luego de siete siglos de ocupación.

La población de religión ortodoxa cristiana había emigrado en buena cantidad tanto a Italia como Grecia, y los que se quedaron se fueron convirtiendo progresivamente al islam, por interés y supervivencia, comenzando a ser considerados por Turquía como un pueblo leal al imperio otomano y recibiendo en consecuencia variados privilegios.

Con el gobierno fascista de Italia, y el poder en manos de Benito Mussolini, comienza su aspiración imperial e invade Etiopía en África y Albania en Europa Oriental y proclamó como emperador de Etiopía y rey de Albania a Manuel III de la casa de Saboya.

Durante la II Guerra Mundial los albaneses armaron guerrilleros contra los ocupantes y al final de ella el partido comunista creado en 1941 bajo la influencia de los bolcheviques tomó el control del estado albanés, que pasó a formar parte del Pacto de Varsovia a partir de 1955 y se constituyó en un bastión del stalinismo, adoptando la práctica dirigista de la economía.

A comienzos de 1997 el Estado rozó la guerra civil debido a las caóticas elecciones legislativas en las cuales resultó ganador el Partido Demócrata de Sali Berisha y al destape por el colapso financiero de varios sistemas piramidales basados en el esquema Ponzi, avalados por el gobierno, que perjudicaron a dos tercios de su población que se vieron involucrados con pérdidas totales, equivalentes a un tercio del Producto Bruto Interno del país.

Se estima que cerca de 1.500 millones de dólares se habían invertido en más de diez empresas que ofrecían de un 10% a un 25% de interés mensual.

El salario mensual era de aproximadamente u$s 80,00 y cerca de 500.000 albaneses de los 3,2 millones de albaneses habían invertido en las pirámides. La gente vendía sus propiedades para invertir en las pirámides y los inmigrantes radicados en países vecinos, principalmente Italia y Grecia sacaban el dinero de sus cuentas bancarias para transferirlo a las pirámides.

En el pico más alto el valor nominal de las deudas de las entidades piramidales representaba casi la mitad del producto bruto interno y dos tercios de la población albanesa invirtieron en ellas.[57]

Algunas de estas compañías eran puros timos piramidales, sin activos reales, mientras otros casos eran ambigüos. Algunas de las más grandes como VEFA, Gjallica y Kamberi tenían importantes bienes tangibles y se pensaba de ellas que estaban involucradas en actividades delictivas, de ahí sus altos rendimientos, era el pensamiento generalizado. Habían estado en funcionamiento durante bastante tiempo, en algunos casos desde 1992 y en sus comienzos no habían incursionado en el fraude piramidal, al que adhirieron, se supone, en 1996.

La compañía VEFA con 85.000 inversores tenía las deudas mayores. Entre Xhafferi y Popull atrajeron a 2 millones de inversionistas en pocos meses.

El Partido Democráta de Berisha no daba información sobre estas estructuras e incluso ignoraron y ocultaron las advertencias del gobernador del banco Nacional de Albania. El FMI advirtió en 1996 sobre el peligro pero los partidos de oposición no dijeron nada, condenando tan sólo al partido en el poder de haber utilizado los beneficios de las pirámides para hacer la campaña electoral del año anterior. En algunos distritos del sur de Albania algunos jefes de pirámides aparecían junto a los candidatos del Partido Demócrata.

Cuando se produce la quiebra y sus pobladores toman conciencia del acontecimiento dan lugar a revueltas populares, levantamientos armados y asaltos a cuarteles, que desestabilizaron el gobierno y su presidente Salí Berisha tuvo que dimitir en un contexto cercano a la guerra civil y luego de acaecida la muerte violenta de aproximadamente 2.000 personas sumado a unos cuantos suicidios de víctimas que no soportaron la depresión. Los asaltos a depósitos de armas, abandonadas por sus custodias proveyeron de una cantidad estimada de 1.000.000 armas de todo tipo.[58]

La ira de los estafados se canalizó en una manifestación en Tirana, organizada y dirigida por el Partido Socialista y algunos grupos opositores. El gobierno intentó sofocarla mediante la represión violenta de la policía, pero ello fue como echar leña al fuego, y los arrestos, multas y penas de cárcel no alcanzó para disuadirlos de sus protestas.

El gobierno debía tomar medidas para conformar a las masas estafadas y luego de la formación de una Comisión ad hoc prohibió los esquemas piramidales y arrestó a los propietarios de algunas de ellas y de paso a algunos opositores políticos bajo la excusa de que fogoneaban las protestas con fines políticos. Los problemas siguieron creciendo y hubo enfrentamientos múltiples entre manifestantes, opositores, periodistas y policías antidisturbios.

El viceprimer ministro y canciller Tritán Shehu intentó convencer a la población de que el gobierno resarciría a los afectados por el fraude. No fue muy convincente y fue secuestrado; apaleado sin piedad fue mostrado su rostro ensangrentado a las cadenas de televisión extranjeras que cubrían los sucesos y mantenido como rehén hasta que el Parlamento albanés aprobó una ley de indemnización a los estafados.

Los activos confiscados a las financieras estafadoras eran ínfimos en comparación con las cifras totales estafadas. La moneda local, el lek, se devaluó un 35% en el mercado negro y las indemnizaciones se otorgaban en bonos del estado que devolvía lek´s y no dólares, que era la pretensión de los protestantes, y apenas por un 30-50% del capital (mal) invertido.

La situación seguía empeorando y se declaró el estado de emergencia, aislando al país, prohibiendo la radio, cerrando periódicos y la sede del periódico más importante, el ¨Kaha Jone¨ apoyado por la fundación Soros fue quemado por la policía secreta.

A tal extremo llegaba la cosa que la ONU aprobó el envío de una ¨Fuerza de Protección Multinacional¨ de 7.000 personas liderada por Italia. Esta fuerza se retiró en agosto de ese año luego de las nuevas elecciones legislativas, donde resultó ganador el Partido Socialista, lo que no impidió otra emigración masiva de albaneses hacia los países europeos.

Actualmente, luego de la descomposición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas,; Albania fue infiltrada por el crimen organizado, quienes con el tráfico de estupefacientes, prostitución, juego ilegal y tráfico de armas ejercen una notoria influencia e impiden la normalización económica del país. O sea que se cumplió el presagio de los países occidentales y seguramente se arrepienten de no haber accedido al pedido de las autoridades albanesas a la comunidad internacional para enviar una fuerza de estabilización multinacional. Tanto la Unión Europea como la OTAN no aceptaron la responsabilidad. Fue Italia, temiendo una masiva inmigración hacia su país, la que envió una tropa para la Operación Alba bajo el mandato de Naciones Unidas. Otros países europeos participaron en el contingente –Francia, Grecia, Turquía, España, Rumania, Austria y Dinamarca- que llegaron a Albania a mediados de abril. Pero evidentemente no fueron suficientes para detener el posterior deslizamiento de Albania hacia el crimen organizado.

Ya que estamos cercanos a Medio Oriente nos dirigimos brevemente al Líbano.

Los fraudes utilizando el esquema piramidal llegan a todos los lugares del mundo, y en este caso es el Líbano. El financista libanés Salah Ezzedine lo llaman el Bernie Madoff libanés. Utilizó una fortuna de sus clientes para compensar sus propias pérdidas económicas y fue arrestado por fraude luego de declararse en quiebra.[59]

Sería erróneo pensar que Latinoamérica iba a estar exenta de los estafadores, por lo que ahora viajamos a Colombia, la tierra del café.

Algo similar ocurrió en Colombia en 2008 con la empresa Proyecciones DRFE (Dinero Rápido, Fácil y Efectivo), con un total de 80 sedes en Colombia, y que persistió en su fraude por cerca de un año.

Su dueño era Carlos Alfredo Suárez, vendedor ambulante, comerciante, devenido en financista como gerente general y propietario de la DRFE y utilizó el viejo y efectivo timo piramidal para engañar a los inversores. Su empresa de –supuestas- inversiones no estaba sujeta a la vigilancia de la Superintendencia Financiera, por lo cual no estaba autorizada a captar dinero del público, lo cual evidentemente fue soslayada por el avispado Suárez.

Cuando el ¨negocio¨ se tornaba insostenible acudieron a promocionar la suba de la tasa de interés a un ciento cincuenta por ciento para intentar prolongar la duración de la pirámide que tambaleaba. Suspendieron los pagos provisoriamente por una decena de días y esperaron el resultado de su estrategia de aumento de interés, permitiendo exclusivamente el ingreso de aportes. Sucesivamente Suárez se retractó de la tasa ofrecida y la bajó a la mitad e intentó obligar a los inversionistas a reinvertir los intereses devengados buscando castigar con la quita del total de utilidades a quienes exigieran el pago inmediato del capital invertido y extender el pago a tres cuotas mensuales de ese desembolso. Esos subterfugios no dieron resultados sino que por el contrario aumentaron la desconfianza y se volcaron masivamente a pedir el reintegro de los fondos, lo cual precipitó la caída. El mismo método de voz a voz que había apalancado su éxito fue el que provocó su ruina, porque las sospechas y la desconfianza corrieron como reguero de pólvora.

Otro motivo para el detonante fue que la gente se enteró que en Cali había cerrado intempestivamente la pirámide AAP Asesoría de Ahorro Personalizado, cuyo representante era Oscar Arley Suárez, un joven desconocido para el ámbito financiero. Cuando se fugó se llevó consigo el dinero de 600 personas.

La homonimia de sus apellidos Suárez hizo sospechar que tuvieran relación de parentesco, lo cual pudo ser confirmado a posteriori, pero en ese momento alcanzó para que los rumores se difundieran entre la gente y alcanzaran a DRFE Dinero Rápido Fácil y Efectivo.

Quedó al descubierto la estafa y fueron conocidos los alcances del timo piramidal lo que dio lugar a la injerencia del gobierno que intervino por decreto a todas las empresas lo que daría lugar a una crisis nacional, dando lugar, entonces, a la declaración oficial del estado de Emergencia Social. La orden de intervención inmediata de DRFE no se hizo esperar, y se extendió a DMG de David Murcia Guzmán, que también utilizaba el esquema piramidal.

La repercusión se hizo sentir de inmediato y la gente prendió fuego a varias sucursales e intentó linchar a algunos de los funcionarios a cargo. Su saldo fue de tres muertos, siete municipios con toque de queda, disturbios en doce departamentos (provincias) y miles de estafados iracundos.

Cuando se procedió a la liquidación de los bienes que quedaron más el dinero en las cuentas se pudo recuperar un total aproximado de 202.900 millones de pesos colombianos, que restado del total de inversiones activas dejó un saldo insoluto de 411.000 millones de pesos colombianos, que consistieron en las pérdidas que sufrieron los inversores. Los investigadores del caso estimaron que la captación total de dinero ascendió a cuatro billones de pesos colombianos afectando a 399.000 víctimas en las 80 sedes que tenía en el país.

Carlos Alfredo Suárez se presentó a las autoridades en el consulado colombiano de San Pablo, en Brasil, adonde había huido.

Luego de ser imputado por los cargos de fraude, Suárez pidió perdón y suscribió un preacuerdo para la entrega de bienes y dinero que tenía en varias cuentas bancarias. Entre los bienes se encontraban tres helicópteros, acciones de varias empresas comerciales y turísticas, rodados y gran cantidad de inmuebles a su nombre y a nombre de testaferros.

En el juicio que duró dos años y medio se terminó declarando culpable de los cargos de captación masiva y habitual de dinero y lavado de activos.

Fue condenado por el Juzgado Penal a siete años, un mes y 24 días de cárcel adicionándose una multa de 7.143.125 salarios mínimos mensuales vigentes en Colombia para esa época, que se mensuraron en aproximadamente 36 mil millones de pesos colombianos. La Fiscalía tiene en carpeta dos nuevas imputaciones por asociación ilícita y enriquecimiento ilícito.

En el mismo caso fueron condenadas otras diecisiete personas y otros siete investigados estában en diversas etapas procesales.

La tierra de los zares fue innovadora en este aspecto y encontró en el sistema piramidal un novedoso e ingenioso método para lavar dinero sucio.

En Rusia, empresas estafadoras con el mismo proceso piramidal ocultaban o disimulaban con una tapadera mostrándose como empresas de marketing.

El sistema consistía en entregar a los inversionistas una tarjeta para comprar artículos por un valor similar a su inversión, por lo que el inversionista ya recuperaba el capital invertido en bienes. Luego, al cabo de distintos períodos de tiempo le entregaban en efectivo los intereses devengados a una tasa mínima del 70% sobre el capital invertido. De ese modo intentaban demostrar que tenían un negocio legítimo de venta de bienes o servicios, según dice la Comisión de Valores y Bancos de EEUU (SEC)[60]

Estas empresas, tanto las colombianas como las rusas captan fondos provenientes en general del narcotráfico y son un vehículo para el lavado de activos.

Obviamente que no podíamos dejar de nombrar a Argentina, en donde el émulo de Madoff se corporizó en Eugenio Curatola, junto con siete socios utilizando como vehículo a la empresa de inversiones Curatola y Asociados.

Otra vez el ¨esquema Ponzi¨ se puso en uso, y captó a aproximadamente 7.000 clientes, en especial de la zona de Azul y Olavarría, Provincia de Buenos Aires, lo cual no fue óbice para extenderse en menor proporción hacia las provincias de La Pampa, Río Negro, Neuquén, Mendoza y Chubut.

El abogado argentino Mariano Moyano, fue designado por la Corte del Caribe para liquidar la compañía brokers Forexvan, radicada en Panamá y con cuentas bancarias en Bermuda Commercial Bank, sita en el paraíso fiscal de Bermuda.

Forexvan operaba en el mercado de divisas internacional y el liquidador le señaló al diario Clarín que su estimación del monto total de la estafa alcanzaría un monto aproximado de 300 millones de dólares. De esa suma, 25 millones fueron a acreditarse en cuentas personales de Curatola y su esposa, en el exterior.

Curatola se había iniciado como asesor de seguros. En 1988 vio la oportunidad de entrar al mercado internacional de divisas (Forex); armó su pantalla con una consultoría y comenzó a captar clientes, en forma directa y con la ayuda de su esposa, su cuñado y dos hermanos, entre otros y se extendió a las otras plazas mencionadas arriba.

Su operatoria consistía en ofrecer a sus ¨clientes¨ que depositaran sus inversiones en cuentas de un broker extranjero, que en primera instancia fue FXCM, para que éste a su vez las invirtiera en el mercado de divisas.

Su hermano había creado una página web donde los clientes podían controlar sus fondos y ganancias por internet, y retirar su dinero cuando quisieran o necesitaran, previo pago de comisiones.

Entre 2002 y 2003 el broker FXCM advirtió irregularidades y dejó de operar para Curatola. Este creó y controló a Forexvan, su propio broker y con una nueva página web con prestación de información similar a la anterior. Todo era falso. La Cámara Penal que lleva la causa dijo: ¨Los imputados se valieron de una firme organización nacional e internacional, que generaba la apariencia de una empresa fiable, la constante información brindada a través de sus páginas web, que en realidad reflejaban datos virtuales, totalmente alejados de la realidad y los casos en los que se permitió la extracción de fondos superiores a los aportados era a los efectos de constituirse en señuelos para otros¨.

Su manejo del marketing fue ingenioso y a la página web puede agregarse el espacio que tenía en Radio Continental donde comentaba las novedades del mercado financiero y asesoraba sobre inversiones.

Y el ejemplo más gracioso se da en un inversor usado de señuelo. El hombre cambió su automóvil de segunda mano por un lujoso cero kilómetro al que bautizó ¨Curatolita¨ en agradecimiento a su asesor financiero. Eso explica la fiebre desatada donde familias enteras reunían sus sueldos e ingresos para invertirlos en el fabuloso negocio que ofrecía Curatola. Hoy son los damnificados que lloran la pérdida de sus ahorros.

No vamos a dejar afuera a EEUU, que se lleva todas las medallas y un lugar privilegiado en el podio, pues es donde se han cometido los dos mayores fraudes piramidales por Allen Stanford y Bernard Maddof. A este último le dedicaremos un capítulo especial ad hoc, por ser la estrella fulgurante de la casta de los estafadores.

Pero para despuntar el vicio, mencionamos una serie de pequeños estafadores – en términos relativos- y comenzamos con el llamado ¨mini-Madoff¨ en la persona de Arthur Nadel, que reconoció su culpa en la estafa que realizó por medio de fondos, durante diez años y donde el monto del timo ascendió a la módica –comparada con los dos popes del fraude- suma de 360 millones de dólares. Nadel se declaró culpable de quince cargos en la audiencia, que incluye cargos de fraude con valores, fraude postal y fraude en comunicaciones por vía de declaraciones contables falsas y fraudulentas, en una Corte Federal de Manhattan.

Nadel había desaparecido de los lugares que solía frecuentar en el estado de Florida, antes que el Bureau Federal de Investigaciones (FBI) lo arrestara, pero fue extraditado a Nueva York porque el financista operaba con una correduría en esa ciudad y en esa corte es juzgado.

Declaró en el juicio: ¨Entiendo la ira y la rabia de todos a quienes decepcioné. Quiero que todos sepan que llevaré este peso de por vida¨. No hizo mención a ¨los pesos que les llevó de sus vidas¨.

Tom Petters fue algo más que un pequeño Madoff porque su estafa en base al timo piramidal alcanzó la nada despreciable suma de 3.650 millones de dólares. No va disfrutar mucho de ahora en adelante porque en el 2010 fue condenado a 50 años de prisión por estafa.

El fraude es análogo al utilizado con frecuencia en Rusia y consistía en atraer y engañar inversores que pensaban que sus fondos eran utilizados para comprar artefactos electrónicos a ser vendidos a minoristas como BJ´s Wholesale Club Inc y Costco Wholesale Corp.

Para hacer una comparación o ejemplo, es un método parecido al utilizado por los fideicomisos armados por las empresas Garbarino o Frávega en el mercado argentino, dejando expresamente aclarado que estas dos firmas argentinas usan ese procedimiento en forma legal y honesta, y se los nombra a los efectos solamente explicativos.

El jurado federal condenó a Petters por los cargos criminales que incluyen fraude en comunicaciones, fraude postal y lavado de dinero en la abarrotada corte de Minnesota, público entre los que se encontraba su familia a quienes el condenado arrojó besos.

Tampoco se ahorró el consabido pésame a sus víctimas con estas palabras: ¨Cada día estoy lleno de dolor y angustia por quienes sufrieron por mis acciones. Por aquellos que perdieron dinero, trabajaré para reparar y reemplazar lo que han perdido¨.

Como los políticos argentinos no explicó en qué trabajará ni cómo hará para devolver la módica suma de 3.650 millones de dólares.[61]

También damos a conocer algunos de los presuntos fraudes en inversiones que están en proceso en diversas cortes federales de EEUU.

Como dijo el fiscal de distrito del norte de Georgia, especializado en fraudes con inversiones David Nahmias: ¨Se puede ver todo un rango desde quienes empiezan en pequeño y van creciendo con el tiempo, hasta quienes cuentan una buena historia y se hacen de enormes inversiones¨.

En 2008 un fiscal de Florida acusó a Joel Steinger, ex convicto por estafas, a su hermano Steven Steiner y dos abogados Michael McNemey y Anthony Livoti culpables de estafas a treinta mil inversores en un elaborado fraude de seguros de vida de Mutual Benefits Corp de Fort Lauderdale por un monto total de 1.250 millones de dólares. El caso está en proceso.

En New York Nicholas Cosmo, propietario de los fondos Agape World Inc y Agape Merchant Advance prometió a los 1500 inversores que tenía en su haber un retorno de hasta el 80%.

El fiscal de New York lo acusa de fraude por 370 millones de dólares. El acusado estaba detenido por no pagar la fianza y se declaró inocente.

En Illinois, Anthony Demasi se hizo de un fraude de 4.700 millones de dólares a través de su compañía Tsunami Capital, afirmando que registró ganancias de 172% en su portafolio de inversiones. La realidad es que no fue así, no registró ganancia alguna y el dinero de los inversionistas fue utilizado en sus centros nocturnos de Chicago y en apuestas infructuosas.

El vocero de la fiscalía anunció que se declaró inocente, fue excarcelado bajo fianza con arresto domiciliario y continúa el proceso.

James Ossie en Georgia se alzó con 25 millones de dólares con su empresa CRE Capital Inc. a través de inversiones fraudulentas cortas.

Su estafa se desarrolló en un período de nueve meses ofreciendo contratos con un rendimiento garantizado de 10% en 30 días.

Fue acusado de diez cargos y Ossie se declaró culpable de solo uno.

El citado fiscal Nahmias dijo que el peor enemigo de los fraudes de inversión es la recesión que sacudía a EEUU. ¨La situación económica expuso a un gran número de estafadores porque los inversionistas están pidiendo su dinero de regreso, lo que provoca que los fraudes de inversión se desmoronen y creo que los inversionistas se vuelven más escépticos sobre los rendimientos asombrosos¨, dijo.

El Caso Stanford es junto con el de Madoff, los dos más importantes sucedidos en los EEUU. Nos abocamos a Stanford, dejando a Madoff, como lo hemos anticipado, para un capítulo especial

Robert Allen Stanford, que contaba 58 años al momento de las investigaciones (2008) realizó una estafa que alcanzó los 8.000 millones de dólares, que dejó un tendal de víctimas en América Latina.

Su fortuna personal alcanzó en algún momento la suma de 2.000 millones de dólares y no hesitó en hacer generosos gastos, en muchos casos excéntricos, como el castillo que compró en Florida para una de sus novias, el yate que amarraba en una isla del Caribe y el premio de 20 millones de dólares para patrocinar un torneo internacional de cricket, el Twenty20 cricket. Pero su afición a los deportes también alcanzó al polo y el principal torneo de EEUU lleva su nombre. Desde 2004, Stanford auspiciaba el U.S.Open, rebautizado con su nombre, donde los mejores jugadores argentinos han paseado su virtuosismo.

Stanford también era socio del Polo Club de Palm Beach y del Houston Club. La asociación del polo como el deporte de los reyes fue tomado literalmente por Stanford y patrocinaba en Gran Bretaña la copa benéfica de la Real Academia Militar de Sandhurst, de tal prestigio que hasta el príncipe Harry jugó en ellas.[62]

Stanford tenía su proyecto de isla maravillosa, cruce entre el estilo jet set y la megalomanía inmobiliaria. Se contactó con la revista Forbes para informarle de un plan de negocios consistente en construir un resort de super élite en una isla no identificada del Caribe, aparentemente ya adquirida El llamado Island Club con inauguración prevista para 2011 hubiera sido el mayor complejo para jets privados del mundo, con espacio para 100 aviones y marina para 30 grandes yates. Los socios del Island Club debían poner en garantía un depósito de 50 millones de dólares a reembolsar si se iban, dijo Forbes.

Su lugar soñado era Antigua, paraíso fiscal, que en los ´90 llegó a tener registrados 57 bancos (al 2009, 18). Stanford tuvo mucho que ver con esa mutación; llegó allí en los ´90 y fundó el Bank of Antigua y el Stanford International Bank. En poco tiempo creó también un diario, una aerolínea, construyó un hospital y un estadio y especialmente una fluida relación con el aquel entonces Primer Ministro Lester Bird. Stanford, como principal empleador de la isla se hizo acreedor al título de ¨Sir ¨.

Hacia fines del ´90, cuando la SEC comenzó una investigación sobre las prácticas bancarias de Antigua, Stanford colaboró con el gobierno local, con expertos que arribaron para desarrollar leyes que volvieran a Antigua como una plaza financiera respetable. Tal es así que algunos bancos acusados de lazos con la mafia rusa se fueron de la isla. Limpiada su imagen, Antigua fue retirada de una lista del Departamento de plazas financieras sospechadas.

Su abuelo, peluquero había fundado un banco en Texas en los años ´30 y su padre hizo fortunas comprando propiedades baratas cuando estalló la burbuja petrolera en 1983. Ambos antecedentes le permitieron a Stanford captar muchos depósitos en su sucursal texana.[63]

El agravamiento de la crisis financiera en EEUU y el escándalo de Bernie Madoff provocaron una ola de desconfianza sobre las entidades financieras como la de Stanford que prometía rentabilidades extraordinarias. La SEC comenzó a investigar y concluyó en que Stanford vendía certificados de depósitos a sus inversores prometiéndoles una rentabilidad, que de tan alta resultaba inverosímil. Esas operaciones no estaban garantizadas por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos de EEUU. Así lo aseguró la responsable de la supervisión de la SEC, Linda Chatman Thomsen quien dijo: ¨Stanford y el círculo íntimo de familiares y amigos que gestionaban los negocios perpetraron un fraude masivo a partir de falsas promesas y datos históricos de rendimientos inventados para cazar inversores¨.[64]

Sir Stanford, al contrario de Madoff, nunca le dijo que no a quien quisiera invertir en sus compañías. Incluso aceptó el dinero de Amado Carrillo Fuentes ¨el Señor de los Cielos¨, conocido narcotraficante. A su muerte, entregó cerca de 3 millones de dólares al gobierno de EEUU, según un reporte de la BBC.

Su estrategia para conseguir clientes mexicanos era muy sencilla: pagaba muy bien para contratar a ejecutivos de otras instituciones que se mudaban a la suya junto a su cartera de clientes, montándoles lujosas oficinas en la zona aristocrática de Polanco en el Distrito Federal.

La SEC determinó en su investigación que los vendedores cobraban una comisión del 1% por la venta de certificados de depósito y hasta el 1% anual adicional siempre que los inversores mantuvieran su inversión en la firma.

En 2007 Stanford pagó 291 millones de dólares en gastos de gestión y comisiones. Otra estrategia de marketing consistía en llevar a sus clientes destacados en jet privado a su mansión de Antigua.

La tentación sobre los rendimientos ofrecidos era grande y lo vemos a través de la siguiente comparación: Stanford International Bank de Antigua pagó 11% en 2006, 11,4% en 2007 y 6% en 2008. Para el mismo período Standard & Poor rindió 12,8%, 3,8% y -38,4%.

La oferta usual era ofrecer rendimientos entre 6% y 12% dependiendo de la selección de riesgo que quisiera enfrentar el inversor. Su presencia estaba en el mercado mexicano, pero con veladas insinuaciones tentaba a Houston (USA) o Antigua donde las ganancias prometían ser mayores. [65]

Otra estrategia de marketing se mostraba a través de un lujoso folleto a todo color; The Eagle era el título de la publicación, donde abundaba en términos técnicos financieros, pero que nada explicaba en concreto. Usaba dos páginas completas con su nombramiento como Sir, dando la impresión que el título nobiliario había sido dado por la reina de Inglaterra, cuando en realidad se lo había otorgado el gobierno de Antigua, por su accionar benéfico y su impulso a la actividad financiera, haciéndola conocida internacionalmente.

Luego de estar desaparecido y pesando sobre él una orden de captura se entregó en casa de su hermana en el estado de Virginia a agentes del FBI.[66]

Durante el juicio donde fue acusado de 14 cargos criminales, de los cuales fue hallado culpable de 13, incluyendo fraude, conspiración y obstrucción de una investigación de la Comisión de Valores de EEUU; los fiscales explicaron como Stanford vaciaba el Stanford International Bank que poseía en Antigua, usándolo como su cajero personal.

El testigo principal de la fiscalía, James Davis, ex asesor de Stanford testificó que él y Stanford falsificaron documentos e inventaron reportes financieros para tranquilizar a los inversionistas y engañar a los reguladores. Asimismo canalizaron millones de dólares desde el banco de Antigua a una cuenta secreta en un banco suizo, que también Stanford la tenía para uso personal.[67]

La inquietud lógica se desató en América Latina porque Stanford operaba en Colombia, Ecuador, México, Panamá, Perú, Venezuela y Antigua.

Las medidas –tardías- tomadas por los organismos de control de esos países fueron desde la suspensión para operar en Bolsa en Perú. En Panamá el regulador tomó el control del banco del grupo y en Colombia la unidad local suspendió sus operaciones con la autorización del regulador.

En México las autoridades reguladoras del sistema financiero realizaron investigaciones para detectar si se cometió la irregularidad de operar sin autorización en su territorio. Por otra parte, Stanford operaba en México con sociedades como Stanford Crecimiento Balanceado, Stanford Crecimiento y Stanford Agresiva. A diferencia de los depósitos bancarios, como cuentas de ahorro, cheques y depósitos a plazo el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) no protege las inversiones en las aseguradoras, sociedades de inversión, sociedades de ahorro y préstamo, casas de Bolsa, por lo que miles de inversores pueden dar por perdidas sus inversiones por millones de dólares en los bancos de defraudador.[68]

Los que llegaron a Antigua para ir a las oficinas de los bancos de Stanford se enteraron que los fondos estaban congelados como medida preventiva, por lo cual no pudieron acceder a un solo centavo. No es menor que inversores venezolanos poseían 2.300 á 3.000 millones de dólares en Stanford International Bank, que confiaron a la entidad a través de una entidad local para operaciones off shore. Este banco tiene 30.000 clientes y administra activos por 8.500 millones de dólares en 131 países.[69]

En todos los casos relatados se hace obvia la inacción del Estado y de los Organismos de Control, unido a la ineptitud y sobre los auditores corruptos que ocultan y disimularon los estados contables de las empresas. Vuela una sombra de sospecha sobre la complicidad, debido a que los indicios de anormalidad que rondaban a estas financieras era más que evidente.

Mark Slevin, ejecutivo de deVere & Partners, firma de asesoría financiera en la Ciudad de México advertía a sus clientes que no invirtieran en los fondos de Stanford porque el análisis de sus rendimientos no era verosímil por demasiado atractivo. Nunca más cierto el refrán que dice ¨Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía¨.

El hombre que derrumbó a Stanford era un blogguero solitario del estado de Florida, que después de enterado del caso Madoff se dedicó a estudiar a Stanford. Primero se fijó en el índice de crecimiento de los depósitos y concluyó que era difícil, casi imposible que una compañía mantuviera rendimientos tan altos. Pudo determinar que el personal era de sólo 75 personas para un manejo de 8.000 millones de dólares. La última señal fue descubrir que la firma auditora que residía en Antigua era manejada por un hombre de 72 años y su oficina figuraba con la dirección de un granjero texano de 85 años.

Insistimos, reiterándonos, que la falta de idoneidad cuando no la complicidad de los Organismos de Control, mirando hacia otro lado en el momento oportuno cuando deberían haber actuado, permitieron estos desfalcos.

Para dar por terminado agregamos dos personajes actuales, donde ambos provocaron pérdidas millonarias a sus empleadores. El primer caso es el de Nick Leeson, quien hizo quebrar al renombrado e histórico Banco inglés Barings Bank, antes conocido como Barings Brothers. Es recordado en Argentina por el empréstito tomado por Bernardino Rivadavia, primera toma de deuda externa por un gobierno argentino; tema que tomaremos al pie para recuerdo de los lectores de historia nacional argentina.

Nick Leeson fue un empleado de Barings Bank de Inglaterra, hijo de un albañil en la localidad de Watford, Inglaterra, ingresó en el mundo glamoroso de las finanzas en Londres en 1982 abriéndose paso a la cima hasta convertirse en el trader estrella en la atmósfera de trabajo del mercado asiático de Barings Bank. Pudo vivir una vida de lujo con su salario de 50.000 libras esterlinas y un bonus de £130.000 hasta que se le acabó la suerte.

Barings Bank (de 1762 a 1995) era la compañía bancaria comercial más antigua de Londres.

Fue fundado en 1762 con el nombre de John and Francis Barings Company por Sir Francis Barings, hijo de John Barings, originario de Bremen, Alemania.

En 1806, su hijo, Alexander Barings entró en la empresa y cambiaron su nombre por Barings Brothers & Co. Fusionándola con las oficinas londinenses de Hope & Co.

La Barings tiene una larga historia como puede verse, y una de ellas fue financiar la adquisición de Louisiana, fondos que sirvieron para el esfuerzo de guerra de Napoleón, entre Francia y Gran Bretaña.

Técnicamente, los Estados Unidos no adquirieron el Estado a Napoleón sino a los hermanos Barings asociados con Hope.

El pago de la adquisición fue hecho en bonos de los EEUU, los cuales fueron vendidos por Napoleón bajo la par con un descuento a 87 ½ por cada 100 de valor nominal.

Otras operaciones arriesgadas fue la exposición en exceso a la deuda argentina de un millón de libras esterlinas, suscripto por el presidente argentino Bernardino Rivadavia. En simultáneo hicieron lo mismo con Uruguay.

Esa sobreexposición sobre su patrimonio llevó a la firma a serios problemas y el Banco tuvo que ser rescatado por el gobernador del Banco de Inglaterra,

( símil a nuestro Banco Central) William Lidderdale en el pánico de 1890.

El origen se remonta al gobierno liberal del presidente Juárez Celman, quien propició un desmadre de las finanzas nacionales debido a los siguientes factores: a) determinó un aumento rápido y enorme de entidades bancarias con capacidad de emitir dinero, b) dio lugar a un incremento considerable del circulante y aparejado a ello vino la inflación y la especulación, c) la aplicación del régimen financiero tomó en muchos casos caracteres de ilegalidad y favoritismo, acentuando los dos efectos anteriores y deteriorando el clima político y a ello se agrega d) los déficits presupuestarios y e) los desequilibrios del balance de pagos y los préstamos externos.

Todo ello trae una crisis económica, financiera y política que lleva a la renuncia del presidente asumiendo el cargo su vicepresidente Carlos Pellegrini para completar los dos años faltantes del mandato.

Las primeras medidas para paliar la situación es tomar un préstamo de un conjunto de banqueros y hombres de negocios por 16 millones de pesos. Luego se autoriza la emisión de 60 millones de pesos en billetes de Tesorería de los cuales 50 millones se aplican a la compra de oro para el pago a la Baring y pocos meses después se autorizaría un empréstito interno por 20 millones adicionales para pagos de obligaciones en Londres.

Esos fueron paliativos, porque la solución integral era renegociar todos los compromisos para evitar un aumento excesivo de comisiones y un alza en la prima del oro. La casa Baring rechaza la moratoria y pide no hacer efectivo el tercer pago de un préstamo en curso por 1,5 millones de libras, porque esto lo llevaría al borde de la autoliquidación.

El gobierno argentino desestima sus argumentos intimatorios y el Banco cierra temporariamente sus puertas, lo cual es conocido como ¨pánico Baring¨.

El banco tiene una cartera sobrecargada de títulos argentinos invendibles, aunque no era ese solo el motivo porque tenía casos similares, que hablan de una gestión imprudente de la casa bancaria.

Se viene el rescate del cual se habla al principio, interviniendo el Banco y formando el ¨comité Rotschild¨ que obtuvo los recursos para ayudar a la Baring, recurriendo incluso a la banca francesa.

Al formarse un clima más propicio se presenta en Londres Victorino de la Plaza quien tramita un crédito que consolida todos los anteriores y que en otros términos significó la aceptación de la moratoria, conocido como ¨ Consolidación Morgan¨, quien fue la prestataria.

La garantía: los derechos de importación aduaneros, o como fue llamado por otros críticos la venta de la Aduana.

A posteriori y con otro gobierno, durante 1892 bajo la presidencia de Luis Sáenz Peña y su ministro Juan José Romero se renegociaron los términos superando las aprensiones de muchos críticos. Uno de esos críticos fue Miguel Cané quien en una carta al presidente le dice: ¨El gobierno inglés se está poniendo de acuerdo con Alemania para dejarnos cocer en nuestros propios jugos dos años más, llegar al abismo de la vergüenza y del desquicio, y luego en nombre de los intereses de sus nacionales comprometidos, imponernos la intervención de Europa bajo la forma de una comisión financiera encargada de recaudar nuestros impuestos¨

Téngase también en cuenta, pues complementan la síntesis, estas palabras de la revista inglesa Banker´s Magazine de marzo de 1891: ¨Si los argentinos han pecado no han sido ellos los únicos pecadores. Los financistas europeos han sido los genios del mal durante todo el drama¨.[70]

Luego de los tropiezos aludidos la Baring acudió a un comportamiento más moderado lo que los llevó a ser un apropiado representante de las organizaciones y empresas británicas.

De esta manera, el Banco estableció vínculos con el rey Jorge V, comenzando una estrecha relación con la monarquía británica, que perduraría hasta su colapso provocado por nuestro personaje Nick Leeson.

Su preeminencia en el mercado financiero se afianzó cuando dio su negativa a financiar la recuperación de Alemania luego de la Primera Guerra Mundial, caso que proporcionó dolorosas pérdidas a otros bancos británicos al principio de la Gran Depresión.

La expansión del banco a los mercados asiáticos lo llevó a tener actividades financieras entre 1992 y 1995 y para ello destacaron a Nick Leeson como jefe de operaciones de trading (el trading financiero consiste en comprar o vender un valor subyacente en un mercado financiero con la intención de obtener un beneficio especulativo) y como encargado del back office (en la gestión empresarial el back office es el conjunto de actividades de apoyo al negocio, es la parte de las empresas que realizan las tareas destinadas a gestionar la propia empresa y que no tienen contacto directo con el cliente, como las labores informáticas y de comunicaciones, de gestión de recursos humanos, contabilidad o finanzas).en el Intercambio Monetario Internacional de Singapur (SIMEX).

Trabajando en solitario, sin otro ejecutivo de contralor según las prácticas habituales de auditoría donde hay intereses contrapuestos entre los ejecutivos, puso en posición a Leeson de presentar los informes de actividades a Londres sin ningún control de auditoría ni revisión de ninguna especie por terceros.

Leeson operaba en el mercado de futuros y elaboró un sistema de ocultamiento de pérdidas, cuando estas sucedían a través de la creación y utilización de la luego famosa cuenta de los cinco ochos ¨88888¨.

Este sistema de contabilidad creativa le permitía enviar informes sin reportar las pérdidas a la Casa Matriz de Londres.

Operó por grandes sumas y agresivamente en el mercado de futuros y opciones (opciones de compra o venta de esos mismos títulos) utilizando fondos de la sucursal o de otras subsidiarias, siempre falsificando registros en los sistemas informáticos, alterando la contabilidad y usando el dinero destinado a otros fines.

La administración central del banco felicitó y premió a Leeson por su performance, totalmente engañada por los informes que aquél enviaba.

Su actuación en la Bolsa de Japón influenciaba directamente a su índice, el Nikkei. En un momento en que las pérdidas eran cuantiosas y escaseaban los fondos en su tesorería decidió vender opciones puts (opciones de venta) y cobrar la prima.

Explicado con un ejemplo: Las opciones de venta o puts nos premian cuando las acciones o los bonos soberanos bajan y las opciones de compra o calls nos premian apalancando nuestro rendimiento cuando nuestra acción o bono sube de precio.[71]

Con la totalidad de las primas cobradas pudo pagar las garantías de futuros que tenían apostadas y el mercado inició el ascenso. Con esa táctica recuperó con creces las pérdidas que tenía acumuladas en la cuenta 88888.

Debido a esa jugada exitosa habrá pensado que siempre encontraría una solución a sus problemas y que además, la suerte estaba de su lado.

Utilizando el apalancamiento o leverage. (el apalancamiento financiero consiste en  usar endeudamiento para financiar una operación) sus operaciones eran las más importantes en la Bolsa asiática.

En un momento Japón sufre el terremoto de Kobe, que provocó pérdidas multimillonarias al país por la destrucción de infraestructuras industriales y comerciales importantísimas, hundiendo el Nikkei en más de 1.000 puntos en una mañana, amén de la destrucción parcial de la economía japonesa.

Nick Leeson vio en esta catástrofe una oportunidad. Veía ante sus ojos la injerencia que podría tener su banco en préstamos, reconstrucciones, contratos para grandes infraestructuras.

Se apalancó nuevamente en grandes cifras y se jugó a derivados de divisas (el gran Satanás como veremos en el crack de EEUU) y futuros del Nikkei apostando a que el Nikkei se mantendría estable tras el terremoto. No fue así.

El Banco de Japón decidió que nadie haría negocio con su ruina y decidió que toda la reconstrucción se haría con bonos del Estado. El Nikkei Stock Average se hundió y Leeson perdió 827 millones de libras esterlinas equivalente en ese momento a unos 1.200 millones de dólares americanos, y equivalente al doble del capital de giro de Barings Bank. El Banco de Inglaterra intentó un rescate de fin de semana pero fue infructuoso. Barings fue declarado insolvente el 26 de febrero de 1995 y quebró.

Barings fue comprado por el banco y compañía de seguros holandés ING por la suma nominal de una libra esterlina, haciéndose cargo de todos los pasivos del Barings, desapareciendo como corporación independiente, aunque su nombre siga siendo utilizado como Barings Asset Management (Gestión de Activos Barings). Luego fue dividida y vendida por ING a Mass Mutual y Northern Trust en marzo de 2005.

Nick Leeson huyó de Singapur con documentos falsos, con escala en Borneo con destino final en Frankfurt, Alemania, pero fue arrestado en el aeropuerto y extraditado. Lo condenaron por fraude y con una pena de seis años y medio de cárcel por ese cargo.

En prisión escribió una autobiografía titulada Rogue Trader, donde cuenta los acontecimientos que condujeron al derrumbamiento de su empleador, que fue adaptada al cine en la película del mismo título protagonizada por Ewan McGregor.

Actualmente tiene un sitio web y da conferencias por el mundo cobrando suculentos honorarios.

El caso que trataremos seguidamente es el de Jerôme Kerviel, quien no merecería estar en este ensayo, porque Jerôme no se benefició en un solo euro, pero tuvo el gracioso empeño en hacer perder 4,9 mil millones de euros , en 1998, a la Société Generale del Delta One, uno de los bancos más prestigiosos de Francia.

Gracias a su actuación fue una celebridad en la web; las camisetas con su rostro estampado se vendían con éxito en las tiendas y recogió citas en los foros on line, tales como ¨Bravo Jerôme, has demostrado lo ridículo del sistema capitalista¨.

No ha sido el primer caso de estos fraudes ya que está el antecedente mencionado anteriormente de Nick Leeson cuando en 1995 hizo quebrar a la banca Barings o John Rusnak que perdió 691 millones de dólares del Allied Irish Bank en 2001.

Carlos Maslatón, analista de mercados y trader argentino nos dice sobre el caso Kerviel: ¨..El caso de Kerviel trata sobre mercados de futuros, que funciona en un sistema cerrado de suma cero (lo que unos pierden otros ganan) por lo que el efecto macroeconómico fue contenido, algo que hubiera sido muy distinto si se tratara de una Bolsa de Acciones¨.

Es más, en el citado artículo se menciona que si Kerviel hubiera acertado en sus apuestas hoy le tirarían pétalos de rosa a su paso por los pasillos del Banco, refiriéndose a un gran bonus y un ascenso, lo que muestra la hipocresía del sistema. Sumamente elocuente.

Jerôme Kerviel, de nacionalidad francesa, nació el 11 de enero de 1977, en Lyon, Francia. Graduado en la Universidad de Lyon con un master en administración financiera. Fue descripto como uno de los alumnos más brillantes por una antigua compañera de estudios.

Kerviel ingresó al Banco en el verano de 2000 como trader y obtenía un salario combinado con bonos de 100.000 euros anuales, cifra relativamente baja para la escala salarial de los especialistas en finanzas. Sin embargo las bonificaciones anuales podían incrementar su salario hasta cinco veces, lo cual podríamos presumir que fue su intención cuando apostó a futuros los fondos de la Societé Generale, segundo banco en importancia en el mercado francés.

Durante 2007 llevó a cabo operaciones erróneas que pasaron desapercibidas gracias a sus conocimientos del sistema informático en el cual había trabajado previamente a sus funciones de trader.

Sus superiores descubrieron que el descalabro financiero se relacionaba con Kerviel el 19 de enero de 2008, coincidente con la crisis bursátil de 2008, originada en EEUU por razón de las hipotecas sub prime, crisis que afectó a prácticamente todas las plazas financieras mundiales.

Cuando el banco se dio cuenta de las operaciones intentó deshacerlas, cosa que no pudo porque ya estaban en el medio de la crisis que afectaba a los mercados mundiales y tuvo que asumir la pérdida de los cuatro mil novecientos millones de euros. Los mercados europeos sufrieron pérdidas de aproximadamente el 6%, ocasionadas por el temor a una eventual recesión de Estados Unidos.

Kerviel cometió el delito de ocultar bajo falsas transacciones sus errores fundados en aportar esa escalofriante suma a que ciertas acciones subieran o bajarían. Su pálpito fue erróneo, no obtuvo ganancias directas por sus operaciones fraudulentas. Su aspiración a posteriori, luego de defender su inocencia era la de trabajar para Goldman Sachs en cuanto se aclarara el asunto que lo implicaba.

La Comisión de Vigilancia de la banca francesa condenó a S.G a pagar una multa de 4 millones de euros por insuficiencias en sus mecanismos de control.

Kerviel no estaba autorizado para invertir esas sumas ni tampoco hacerlo donde lo hizo. La sentencia lo considera culpable de abuso de confianza, fraude y manipulación del sistema informático del banco dando lugar a una condena de cinco años, que podría finalmente quedar con dos en suspenso. Además deberá devolver los 4,9 millones de euros lo cual es desopilante. Equivaldría a sus salarios de siete milenios aproximadamente

Estafas por Impostores

Comentaremos seguidamente algunos casos, que a pesar de ser referidos a estafadores, pero que utilizaron la impostura y a través de ella cometieron actos criminales lesivos del patrimonio de terceros, pero donde algunos tienen ribetes risueños y hasta decididamente cómicos.

Muchos de los delincuentes fueron impostores, fingieron ser alguien distinto a lo que eran y su intención final de engañar pudo ser para lucrar con ello a través de la estafa y otros como el gran impostor Demara, definió su compulsión de esta manera: ¨La verdad es que siempre me impulsaba la picardía, una pura y exuberante picardía¨.

Los impostores más audaces fingieron ser alguien existente; hicieron suplantación de identidad. Hoy día, debido a la inmediatez de las comunicaciones se hace cada vez más difícil mantener esa impostura.

Aunque en la mayoría de los casos los impostores crean un personaje falseando datos a la medida de su necesidad para cometer el engaño, lo que tantas veces hace necesario la falsificación de documentos sea de identidad, de títulos universitarios que sustenten una formación superior y especialmente fingir un status financiero de clase media alta o alta.

Hubo casos extremos en los que el/la impostor/a se creyó su nueva personalidad asumiéndola integralmente, en un rapto de demencia o esquizofrenia, como fue el caso de la identidad de Anna Anderson, quien pretendió ser la princesa Anastasia, descendiente de los zares.

El primer caso de un impostor que llegó a ser famoso es el de Frank Abagnale Jr. Nacido el 27 de abril de 1948 en New York fue un joven normal y formal hasta que descubrió la manera de hacer dinero fácil. Cuando su padre le regaló su primer automóvil usado, Frank jr lo convenció para que le prestara la tarjeta de crédito para comprar repuestos. Adquirió las piezas y las revendió a menor valor para obtener dinero efectivo.

Luego se percató que podía realizar fraudes bancarios y se dedicó a la falsificación de cheques, amén de abrir varias cuentas bancarias a su nombre con la que hizo compras. Sus cheques fueron rechazados por falta de fondos.

En cinco años fue impostor adoptando ocho identidades diferentes, y falsificó cheques con su identidad falsa por un valor de 2,5 millones de dólares de la época en veintiséis países.

Como impostor, ejerció ilegalmente como médico, copiloto de Pan Am, abogado, agente del Servicio Secreto, etc.

Durante dos años fingió ser copiloto de la agencia aérea Pan Am con el nombre de Frank Williams, empleado de cortesía que necesitaba volar de un país a otro. Había adquirido un uniforme de la compañía aérea y falsificó el isotipo de Pan Am, tanto para escribir notas de solicitud de traslado y cheques de nómina de la empresa.

Luego adoptó la personalidad de Frank Conners, pediatra del hospital de Georgia para lo que falsificó su diploma de titulación e identificaciones falsas. Ejerció la medicina en la especialidad de pediatría durante once meses hasta que abandonó por haber tenido un percance que puso en riesgo la vida de un bebé. Era momento de cambiar de profesión y fingió ser el abogado Robert Black, egresado de la Universidad de Harvard, ejerciendo su nueva profesión durante varios meses.

Fue perseguido por el agente federal Sean O´Riley, a quien se le escapó varias veces, hasta que lo capturó en Francia.

Estuvo preso un año en Suiza y luego deportado a EEUU donde cumplió doce años en una prisión federal, condenado bajo los cargos de adulteración de la identidad, fraude, adulteración de documentos, ejercicio ilegal de profesiones, ladrón de bancos, etc.

Luego de esa estadía en prisión el gobierno norteamericano le ofreció una especie de indulto a cambio de colaborar en la lucha contra el fraude bancario, dados sus vastos conocimientos del tema. Escribió varios libros e instaló la firma Abagnale y Asociados, dedicados a la detección de fraudes económicos.

La historia de su pintoresca vida fue inspiración para la película Atrápame si puedes, basada en su biografía, película que dirigió Steven Spielberg.

Pero Frankie no está solo en EEUU, sino que podemos citar otro antecesor, megalomaníaco y narcicista, factores que son comunes en estas personalidades, que derivan hacia el fraude.

Le sigue en este relato de embaucadores e impostores James Addison Reavis, mutado en James Peralta Reaves, el barón de Arizona. Nacido en Missouri en mayo de 1843, hijo de granjeros modestos, pero con una madre de ascendencia española, con ínfulas de gran dama, de las que alardeaba orgullosamente, trasmitiendo a James la fascinación por la grandeza de sus supuestos antepasados de la nobleza.

En EEUU estalla la guerra de secesión y James se alistó en el ejército de la Confederación, donde no se destacó como guerrero sino incipiente timador al descubrir que tenía interesantes cualidades de falsificador, que utilizó para darse permisos de salida con la falsificación de la firma de su capitán.

Tenía 18 años cuando inició el próspero negocio de vender permisos de salida fraudulentos a sus compañeros de regimiento.

Fue descubierto y con razón pensó que lo adecuado era tomar distancias antes de comparecer ante un Consejo de Guerra, y tal distancia tomó que se alistó en el ejército del Norte. Es evidente que no estaba enfocado en las motivaciones de la lucha fratricida, sino exclusivamente en las propias, que en su fantasía le avizoraban un futuro como Grande de España.

Tras la guerra fue conductor de tranvías, viajante y dependiente de comercio hasta encontrar su destino como agente de la propiedad inmobiliaria. Por supuesto que la ilegalidad era su vocación y se convirtió en un afamado ¨arregla papeles¨, un gestor oficioso que por medio de falsificaciones de firmas, sellos, inclusión de cláusulas y las tergiversaciones necesarias, resolvía los asuntos que caían en sus manos.

Un día el destino cruzó frente a él cuando George Willing, buscador de oro y vendedor de medicinas milagrosas cayó en la oficina de Reavis. Le contó una historia que partía de una compra de una concesión de tierras del rey de España que le había efectuado a un hispano, llamado Peralta.

Tras la guerra de EEUU con México, que le permitió a la primera adicionar los territorios de California, Arizona y Nueva México por el Tratado de Guadalupe Hidalgo, las autoridades estadounidenses reconocían todos los títulos de propiedad preexistentes otorgados por los reyes de España.

El tamaño de las tierras concesionadas era enorme, sin disponer de fijación de límites. El pueblo en que Peralta y Willing hicieron la transacción de compraventa carecía de notarios o registros donde dejar fijada la operación, por lo cual el buscador de oro sólo tenía de un pedazo de papel manuscrito, con anotaciones varias, sucio y manoseado, lo que tornaba compleja la aceptación jurídica, motivo por el cual acudió al ¨arregla papeles¨ Reavis.

Reavis quedó deslumbrado por el relato, estrechó su relación con Willing armando una sociedad, en la cual él se comprometía a armar un impecable sustento para las pretensiones de propiedad. Inmediatamente se puso al estudio de las concesiones otorgadas por los monarcas españoles.

A la muerte de Willing, Reavis quedó en poder del, hasta ese momento, insostenible documento, por lo que su primera tarea fue poner en orden y formalmente impecable ese papelucho de compraventa.

Reavis, ya infiltrado por la ambición y con el ego a full estiró la concesión Peralta hasta abarcar una extensión de casi 50.000 kilómetros cuadrados, acorde con las concesiones reales ilimitadas; su único límite era la posibilidad fáctica de explotar el territorio. Dando rienda a su fantasía megalómana inventó una historia en la que los protagonistas eran los reyes Felipe V, Fernando VI y Carlos III que concesionaban la tierra al Barón de Arizona, golem de su imaginación.

Comenzó falsificando cédulas reales en México donde nace su personaje de ficción, el dichoso barón. Impelido por la necesidad de darle fundamento a esa historia y darle corporeidad fabricó una descendencia que cayó en Sofía Maso, sirvienta en California, con el aspecto de una belleza española. La internó en un convento de monjas para darle educación y clase, dedicándose él a desarrollar su don de falsificador interviniendo en los archivos de las misiones religiosas californianas, fabricando tumbas y lápidas en el cementerio de San Bernardino y justificando por todos los medios la contingencia de cómo había llegado a California la última descendiente de los barones de Arizona. La ahora joven aristócrata mutó de Sofía Maso a doña Sophía Micaela Maso y Peralta de la Córdoba, tercera baronesa de Arizona. El timo tomaba forma.

En la búsqueda de fondos para continuar su elucubración, que marchaba viento en popa, convenció a un millonario para que le otorgara una renta de quinientos dólares mensuales de la época, para que pudiese viajar a España, hacia donde encomendó sus pasos y ya en Madrid logró embaucar a las familias Peralta e Ibarra, que aceptaron a la pariente americana, introduciéndola en sociedad. El seguía abocado a falsear documentos de los archivos españoles, intercalando páginas e inscripciones y luego pidiendo copias autenticadas.

En el Archivo de Indias de Sevilla se percataron de sus manejos y lo denunciaron a la policía, pero él ya había tomado distancias lo que impidió ser detenido. Junto con él llevaba el testamento donde doña Sophia era declarada heredera de la baronía de Arizona, junto con algunos retratos de sus nobles antepasados. Para cerrar el círculo como Dios manda se casó con Sofía y cambió su apellido naciendo Peralta Reavis, el barón de Arizona.

Como correspondía a su linaje, con la renta del millonario y recién casado se fue con su flamante esposa a un viajecito por el Mediterráneo que duró un año.

Ya afincado en sus posesiones, necesitaba de un hecho demostrativo de su calidad de propietario y para ello usó el hecho de que el ferrocarril Southern Pacific pasaba por sus tierras; entonces le otorgó la franja de tierra que utilizaba por la módica suma de cinco mil dólares. Hizo idéntica negociación con la Silver King, mina de plata aposentada en su territorio. Los abogados de las compañías avalaron el pago para evitar pleitos de dudosa resolución y compraron tranquilidad, lejos de los tribunales.

Eso no le proporcionó dinero grande, pero si le dio el aval ante la gente de la legitimidad de sus títulos como propietario.

Como el territorio de Arizona había sido poblada por colonos en base a parcelas otorgadas por el gobierno federal, miles de familias se encontraban ante la posibilidad de perderlas, por lo que muchos de ellos negociaron la compra de esas parcelas. Suma embolsada: cinco millones de dólares.

Pero sus sueños de grandeza se tornaron tan inmensos que ante cuestionamientos hechos por el gobierno federal no tuvo mejor idea que demandar a los EEUU reclamando una indemnización de 11 millones de dólares. Esos sueños de grandeza, porque ya el dinero lo tenía, fueron su perdición porque el gobierno puso en marcha su maquinaria burocrática y envió a España juristas y expertos que a poco de avanzar descubrieron el fraude.

Luego de veinte años de bonanza, en los que pudo timar a todo el país, en 1896 el Barón de Arizona mudó sus aposentos a la cárcel, aunque por poco tiempo. Parece que los jueces de aquella entonces también eran garantistas.

Pero Reavis, antes millonario y poderoso estaba arruinado y Sophía no quería compartir miseria por lo que se divorció.

El barón de Arizona murió solo y olvidado.

Nos alejamos por ahora de EEUU, no por falta de letra ya que este país es un oasis para estafadores de toda laya, sino para conocer otros estafadores famosos, que nos deleiten con sus picardías ilegales.

Y entonces arribamos a Victor Lustig, nacido en el Imperio Austrohúngaro, hoy República Checa en enero de 1890, conocido como el estafador que vendió la Torre Eiffel dos veces, obra cumbre que lo catapultó a la fama.

Inició su trabajo en los trasatlánticos de vapor entre París y Nueva York, con su máquina de impresión de dinero.

Su simpatía, locuacidad y encanto, amén del manejo de varios idiomas le permitía socializar con los pasajeros, a la búsqueda del incauto perfecto. Cuando lo halló y en el momento en que ya había generado confianza le confesaba el secreto de su fortuna: una máquina para imprimir dinero.

Lo llevaba a su camarote y le hacía una demostración in situ, introduciendo por un orificio un papel en blanco del tamaño de un billete. Le explicaba que el proceso era lento, aproximadamente unas seis horas, pero al cabo de ese tiempo asomaba por la otra ranura un flamante billete verde de cien dólares.

Invitaba a su ingenuo amigo a tomar una copa y pagaba con el billete, que era aceptado sin ninguna observación.

El incauto ambicioso resultaba asombrado y entusiasmado a la vez, que contrastaba con el desencanto de Víctor, quien aducía que tardaba demasiado en fabricar el dinero; haciendo trabajar la máquina todo el día apenas recaudaba cuatrocientos dólares, suma interesante para la época).

Haciéndose rogar y haciéndose notar como cansado de tanta insistencia terminaba vendiendo el artefacto en 30.000 dólares, o sea que el comprador podía amortizar su inversión en 75 días.

Ya en poder del nuevo propietario ponía a funcionar la máquina de imprimir dinero y al cabo de otras seis horas se encontraba con cien flamantes dólares. Cuando hacía el segundo intento ya dejaba de aparecer el dinero, porque la reserva de billetes en su interior se reducía a la suma de doscientos dólares.

Cuando iba a hacer su reclamo se encontraba que el vendedor ya había dejado el barco y se encontraba disfrutando del fraude.

Como curiosidad informo que una máquina similar para fabricar dinero se encuentra en el Museo del Crimen de la Policía Federal, seguramente pergeñada en la idea de Víctor Lustig.

Pero su imaginación tomó vuelo cuando leyendo el periódico en un bar de París se anotició de que la comuna de París se quejaba de los enormes costos que representaba el mantenimiento de la torre Eiffel. Construida entre 1887 y 1888 para ser inaugurada en la feria mundial a desarrollarse en esa ciudad fue contratada al ingeniero Gustave Eiffel con una cláusula que especificaba que la torre debía ser desmontada en 1909.

Víctor ideó su plan más ambicioso: vender la torre. Junto con un socio experto en falsificaciones, confeccionaron sellos, formularios y documentos oficiales, que le encomendaban la tarea de encontrar compradores del material de la torre cuando se procediera al desguace.

Se contactó con seis importantes comerciantes de chatarra y los citó a una reunión confidencial y secreta en el Hotel Crillon para tratar la venta de las 7.000 toneladas de hierro que conformaban la emblemática torre, rogando confidencialidad a los asistentes, dado que era una operación que no debía tomar estado público.

Uno de los interesados, André Poisson quiso hablar a solas con Víctor, quien le pudo responder todas sus preguntas a satisfacción. Desechadas las sospechas, Víctor le explicó que había una manera de que la licitación fuera ganada por él si se avenía a ciertos arreglos.

Poisson comprendió lo que Víctor le expresaba y terminó arrimando la suma solicitada más un jugoso extra para el funcionario del gobierno que quería mantener su estilo de vida y necesitaba de un ingreso extra; porque las coimas no existen sólo en Argentina; la ambición es universal.

Con el dinero en sus manos Lustig consideró que era oportuno hacer un viajecito y se fue a Viena junto con su socio franco americano Robert Arthur Tourbillon, también conocido con el alias de Dan Collins.

Mientras vivía apaciblemente con el dinero mal habido seguía leyendo los periódicos y pudo observar asombrado que no aparecía ninguna noticia sobre la estafa cometida, por lo que dedujo, acertadamente, que el incauto chatarrero prefirió perder el dinero a ser el hazmerreír de París.

Entonces Lustig se preguntó ¿porqué no venderla de nuevo? Así lo hizo con otro grupo de chatarreros y la vendió por segunda vez. Este comprador denunció la estafa a la policía pero Lustig y su socio ya habían escapado con el dinero, dejando a otro ambicioso incauto humillado y sin dinero.

Esta vez tomó mayor distancia y se fue a EEUU, donde continuó con su periplo de estafas, para ser finalmente arrestado y alojado en la cárcel de Alcatraz.

Su audacia llegó a proponerle un negocio financiero a Al Capone que requería una inversión inicial de 40 mil dólares. Capone le proporcionó la suma y Lustig la tuvo guardada por un par de meses. Seguramente rumió que había apuntado demasiado alto y que Capone no era un candidato para estafar sin sufrir consecuencias. Al cabo de esa meditación le devolvió el dinero a Capone excusándose por el negocio fallido. Capone premió la honestidad de Víctor haciéndole un regalo de cinco mil dólares.

Víctor Lustig falleció en 1947, en Springfield, Missouri a los 57 años.

Seguidamente nos ocuparemos de Fernand Demara, sobre el cual Robert Crichton escribió dos libros, uno de ellos titulado ¨El gran impostor¨ y fue la base para una película homónima protagonizada por Tony Curtis.

Ferdinand Waldo Demara, nativo de Lawrence, Massachusetts, EEUU escapó de su hogar siendo un muchacho y contando apenas con 16 años y se refugió en un monasterio católico de los monjes cistercienses de Rhode Island, donde permaneció durante varios años, cambiando varias veces de conventos. Se afirma que tenía una inteligencia superior con un coeficiente intelectual extraordinario y una memoria fotográfica.

Su padre era operador de cine y trabajaba en el circuito de las salas de su pueblo, propiedad de su tío Luis Napoleón Demara. El trabajo del padre de Fred les permitía vivir de manera acomodada, pero la época de la Gran Depresión terminó con ese estilo de vida y tuvieron que mudarse a los barrios más pobres de la ciudad, luego de haber quedado en la ruina, golpe inesperado que cambió la personalidad de Ferdinand.

Se enroló en el ejército de EEUU en 1941 luego del ataque nipón a Pearl Harbour, pero le duró poco el énfasis patriótico y tomando prestado el nombre de su compañero de armas Anthony Ignolia se ausentó sin permiso volviendo a los monasterios. Entonces le tocó el turno a la Marina de EEUU, pero su objetivo de escalar en la jerarquía no fue suficiente por lo que fingió su suicidio y tomó la impostura de psicólogo de orientación religiosa bajo el nombre de Robert Linton French. En el Gannon College de Pennsylvania impartió clases de psicología, dio conferencias en la comunidad y escribió un opúsculo que devino popular bajo el título de ¨Como criar a su hijo¨. Podemos decir que al menos, no estafó dinero a nadie.

Acercándonos a la actualidad nos encontramos con un impostor VIP, espectacular y seductor. Nos referimos a Christophe Rocancourt, el hombre más sexy del mundo según los lectores de la edición internacional de la revista Glam´mag, en su edición de diciembre de 2013 y por segundo año consecutivo. Venció a más de 75.000 personas postuladas y quedó en el primer puesto de las 100 personas más guapas.

Christophe Rocancourt, el Rockefeller francés fue el primer trendig topic en Twitter solo minutos después de haber sido anunciada su nominación.

Hijo de una prostituta y un padre alcohólico terminó internado en un orfanato del norte de Francia a los nueve años de edad.

La actual directora de la institución Martine Thorel halló su expediente que nos dice que su padre era un obrero, pintor de casas y dedicado a la bebida, y que murió borracho en el banco de una plaza.

Su madre, joven, era prostituta. Vivían de forma miserable en una caravana en Conteville, un pueblito minúsculo con tan solo 1400 habitantes.

En el orfanato, Chistophe era un niño brillante, tímido, observador y con gran facilidad de palabra.

Una familia de la región lo adoptó a los doce años e intentó fugarse de ese hogar dos o tres veces, según cuenta un tío. Huyó para siempre cuando había cumplido los diecisiete años y le anunció a su tío: -¨Tío, ya oirás hablar de mi¨. Cumplió.

Otro familiar del estafador, Charles Rocancourt nos dice que los jóvenes de la región lo consideran un héroe, una especie de ídolo, acaso un ejemplo de éxito. La directora antes mencionada dice que por el modo en que sobrevivió el ex pupilo expresa una forma de inteligencia.

Luego de su huída pasó diecisiete años en París. Cuenta en su autobiografía ¨Mis vidas¨ que empezó durmiendo en un banco del Metro y unas prostitutas caritativas lo protegieron.

Un día conoció a un joven millonario llamado Gilles, quien lo invitó a vivir en su casa. Comenzó su entrenamiento en el jet set parisino. Aprendió como vestirse, cuales eran los temas de conversación de los jóvenes burgueses y los lugares que debía frecuentar.

Frecuentaba la prestigiosa Escuela Nacional de Administración, con un alumnado de clase alta, donde aprendió sus modales y los códigos de la sociedad a la cual quería pertenecer

Cuando consideró que se había graduado en la impostura comenzó su raid solitario y compró un título nobiliario con el que se convirtió en un magnate de Rusia, Prince de Galitzine. En otras oportunidades se exhibía como Christophe de Rocancourt, miembro de la aristocracia francesa.

Durante ese período de aprendizaje pasó cinco veces por la cárcel con cargos de falsificación, robo y contrabando. Era un delincuente entrenado, guapo, joven y con toda la vida por delante.

Sus numerosos admiradores ven en él a un triunfador sin recordar lo que ha dejado en el camino, haciendo uso de la avaricia ajena, motivo por el cual se le perdonan los delitos. Como estafador seguramente tiene un carácter glacial, es calculador, mentiroso e histriónico. Si esa conducta provoca admiración no es culpa del delincuente sino de los admiradores.

El penalista Luis Rodriguez Manzanera dice: ¨Todos hemos deseado cometer algún delito; robar algo, lesionar al enemigo, poseer a la mujer del prójimo, evadir los impuestos. Existe una identificación consciente o inconsciente con aquel que se atreve a ejecutar lo que nosotros no osamos realizar¨.

Para seguir realizando su proyecto y con sus abultados antecedentes penales viajó a Los Angeles en 1991 a los 24 años de edad, donde comenzó la aventura a lo grande.

Su primera puesta en escena tuvo como coprotagonista a un vendedor de vinos llamado Charles Green con quien departió en el café Maurice, lugar de encuentro de la comunidad franco-americana. Christophe se presentó como boxeador, y le comentó que debía librar una pelea esa misma noche, pidiéndole a Charles que lo llevara en su automóvil hasta el lugar donde se iba a disputar el match. A medio camino le pidió que parara para poder hablar por teléfono con su manager. Cuando volvió le ofreció a Maurice quinientos dólares para que en el café dijera que esa noche había ganado por nocaut. Ese fue su primer éxito de público.

Charles Green le presentó a un decorador francés Pierre Lange quien estaba remodelando una casa en Bel Air, barrio ocupado por las estrellas de Hollywood. La propiedad tenía cinco habitaciones, cinco baños, casa de huéspedes y un parque incluido. Se mudó allí en forma inmediata pretextando que comenzaba a entrenar. El propietario no dudó del pago teniendo en cuenta que la operación era con un boxeador destacado.

Lange viajó durante seis semanas a Ginebra y allí espero en vano el giro del dinero, mientras que en Hollywood, el reino de las apariencias, todos pensaban que Rocancourt era el nuevo propietario de la mansión.

La seducción, arma que manejaba a la perfección lo llevó a casarse en 1992 con una joven rubia Grynet Park, quien fue su confidente. Le contó sus delitos, que era un mentiroso contumaz y que quería enmendarse. En este caso no logró convencerla, puesto que lo denunció al F.B.I., fue arrestado a la salida de un casino de Las Vegas y extraditado a Ginebra, Suiza, donde lo reclamaban por el robo de joyas con el agravante del secuestro de sus propietarios.

En 1996, al recuperar la libertad regresó a los Estados Unidos y cambió de mujer.

En California se rodeó de un grupo de adictos a su personalidad que eran sus seguidores, sus escudos. Por su suite transitaban los empleados de una hermana de Michael Jackson y de la playmate Anna Nicole Smith. También lo rodeaban viejas estrellas de Hollywood como Michael Rourke, quien se presume en un punto fue estafado por Christophe. Rourke nunca quiso hablar del tema, probablemente por vergüenza. También se codeó con la escritora francesa Francoise Sagan.

La cineasta francesa Catherine Breillat buscaba un granuja para interpretar junto a Naomi Cambell el papel protagónico de su decimotercer filme ¨Bad Love¨.

Christophe tenía el perfil ideal. Condenado a cinco años de cárcel por haber desplumado a un puñado de famosos – con nombres como Jean Claude Van Damme, Mickey Rourke o la familia de Michael Jackson, este incorregible buscavidas de 42 años fue detenido en Francia por haber estafado a Breillat, la directora que le dio la oportunidad de iniciar una carrera de actor, en más de €650.000,00

Adoptando una y mil identidades: hijo de Dino de Laurentiis, sobrino de Sofía Loren, ex campeón de boxeo, productor de cine, empresario, finalista, piloto de fórmula 1 en Canadá. Se llamó a sí mismo sucesivamente Príncipe Galitzine Christo. Christopher De Laurentiis, Christopher de la Renta, Fabián Ortuno, Christopher Reyes, Christopher Rockefeller y Michael Van Hoven.

Rocancourt pasó en prisión hasta 2005 y desde entonces no ha vuelto a cometer delitos.

Vive en uno de los barrios más espléndidos de París, con vista a la Torre Eiffel y a la plaza del Trocadero.

Sigue manteniendo hábitos excéntricos, como pasar un par de noches en Hoteles cinco estrellas, como el Ritz o Bristol de París, haciendo consumos compulsivos y ostentosos. Su reloj Cartier de colección con correa de cuero de cocodrilo podría costar lo mismo que un Audi convertible. Se hace llevar en una camioneta 4×4 con chófer, porque dice que le molesta conducir en el tráfico de París.

Su tren de vida lleva a pensar de donde proviene el dinero que gasta. Aduce que los derechos sobre sus libros autobiográficos y los derechos sobre una próxima película sobre sus andanzas son sus fuentes de ingresos.

En un reportaje le preguntaron: ¿Ha pensado en dedicarse a la actuación?

Como si la respuesta fuera de una obviedad aplastante contestó: ¨Fui un actor y el mundo fue mi escenario ¿No es eso extraordinario?¨

Fraudes Corporativos

Los escándalos financieros de empresas como Enron, Worldcom, Dynegy Inc y TV Azteca dejaron al descubierto el fraude corporativo.

El caso emblemático fue el de Enron, en 2001 donde se desarrolló un fraude planificado. La compañía estaba valorada como la séptima compañía norteamericana, empleando 21.000 personas. Su cotización bursátil antes de la quiebra alcanzó a los 100.000 millones de dólares.[72]

Originalmente se dedicó a la transmisión y distribución de electricidad y gas a través de EEUU, y al desarrollo, construcción y operación de plantas de energía, oleoductos y otras en todo el mundo. Con el transcurso de los años incorporó el sector comunicaciones, manejo de riesgos y seguros.

La revista Fortune la evaluó como la empresa más innovadora entre 1996 y 2000. El ex presidente y fundador Kenneth Lay y el ex presidente ejecutivo Jeff Skilling fueron declarados culpables de fraude y conspiración para promover maniobras financieras en vías a ocultar las pérdidas y exagerar las ganancias, con el fin de atraer nuevos inversionistas, contando con la deficiente auditoria del Estudio Arthur Andersen.

K.Lay falleció en Aspen, Colorado a pocos días de recibir su sentencia debido a un paro cardíaco.[73]

A raíz de ello la consultora Kroll elaboró un informe en 2009 donde reveló que una de cada diez grandes empresas perdió más de 100 millones de dólares y que cuatro de cada cinco negocios sufrieron fraude corporativo.

Los datos para el estudio se obtuvieron de una encuesta entre 900 ejecutivos de alta dirección.

De los sectores analizados surge que el rubro servicios financieros tiene el índice más alto en pérdidas por fraudes. El 25% de este sector se vio afectado por incumplimientos en la normativa que los regula, el robo de activos físicos, el fraude financiero interno por manipulación de cuentas y el ataque a la información por medio de hackers.

En la industria manufacturera el robo de activos físicos provocó pérdidas en el 47% del negocio; la corrupción y el soborno al 28% y el robo de propiedad intelectual o espionaje industrial afectó el 23% de las transacciones.

En el sector de salud, productos farmacéuticos y biotecnología principalmente por el robo de propiedad intelectual.

Los fraudes comprenden un abanico de delitos como administración fraudulenta, falsificación de documentos, violación de secretos industriales o comerciales, balances falsos, desviación de activos físicos y de dinero, este último usualmente a través de facturas apócrifas por servicios prestados inexistentes y el pago de sobreprecios a un funcionario en las compras a proveedores.

Los balances falsos tienen dos variantes: la sobrestimación de los activos y utilidades, en especial para ser presentados a instituciones financieras con el objetivo de calificar para obtener un préstamo. La segunda variante es el a aumento de las pérdidas y disminución de las utilidades con el objeto de pagar menos impuestos a las ganancias; es decir fraude tributario al Fisco.[74]

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