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Fidel Castro y la prensa escrita: legado y contemporaneidad (página 2)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

El pensamiento progresista cubano, que inicia su formación a fines del siglo XVIII, favorecido por muy peculiares condiciones, y que alcanza en José Martí, su más alta cumbre, llega hasta nosotros, en sus posibilidades infinitas de desarrollo, en el ideario de Fidel Castro, feliz conjunción de múltiples legados, perneados todos de un significativo humanismo ético.

La historia de nuestra patria es una sucesión de disímiles batallas de ideas, con escenario en diversos contextos, sin perder su esencia motivadora de justicia y patriotismo. Y la prensa escrita constituye, sino el único, sin duda su principal instrumento revolucionario de su divulgación entre el pueblo, verdadero sujeto de toda transformación.

El contenido ético-humanista del pensamiento de Fidel Castro, principal forjador de la Revolución Cubana, expresión de continuidad y ruptura con el ideario progresista anterior y de notable inspiración martiana, se nos muestra en sus múltiples escritos, entrevistas, mensajes y declaraciones publicados en la prensa escrita durante seis décadas de bregar revolucionario y que alcanza en sus actuales Reflexiones, un alto grado de madurez. Feliz conjunción de legado y contemporaneidad.

PRIMERA PARTE.

1.- La prensa escrita como instrumento de divulgación del pensamiento progresista durante la colonia (1790-1898).

La etapa colonial, en su última centuria, propicia el surgimiento del pensamiento progresista cubano, paralelamente a la conformación de nuestra identidad cultural y nacional, en un contexto histórico singularmente complejo. Desbrozado en sus inicios por José Agustín Caballero (1762-1835), en arduo bregar contra el escolasticismo imperante, portador de un renovado quehacer filosófico y de audaz empeño por el fomento de una educación científica, hasta alcanzar en José Martí (1853-1895), ya en las postrimerías del siglo XIX, su más alta cumbre. Si al primero le sirvió de palestra pública para la exposición de sus ideas, el "Papel Periódico de la Havana"; en el Apóstol, su pensamiento previsor, recogido en artículos y crónicas de prosa elegante, análisis agudos e inflamado patriotismo, publicados en disímiles medios de prensa, nos permiten configurar su trayectoria revolucionaria y la maduración gradual de su pensamiento, que se continúan en 1892 con la fundación de "Patria", vocero ideológico de la "Guerra Necesaria".

Diversos factores favorecen las peculiaridades epocales de la etapa, como el surgimiento de procesos políticos de gran conmoción social. Valga mencionar la independencia de las antiguas trece colonias inglesas (1776-1783); la Revolución Burguesa en Francia (1789.1794), la Revolución de Haití(1795.1804) y los procesos independentistas en América Latina, en el primer tercio de la centuria.

En el campo de las ideas, estrechamente vinculado a estos hechos históricos, se destaca el nacimiento de la Modernidad, emblematizada por personalidades representativas de la Ilustración Inglesa y Francesa de los siglos XVII y XVIII respectivamente, del contenido democrático y progresista de los documentos programáticos inherentes a las mismas y el ideario de los principales próceres de la independencia americana, con especial relieve del pensamiento visionario de Simón Bolívar. Sin omitir la influencia en Cuba de las ideas promovidas por la Filosofía Clásica Alemana, en especial de sus principales representantes Emmanuel Kant y Federico Guillermo Hegel; las teorías económicas de los ingleses Adan Smith y David Ricardo y las prédicas del socialismo utópicos o Socialismo Crítico de Saint Simon, Charles Fourier y Roberto Owen, hasta arribar a mediados del siglo XIX, a la influencia de los gigantes del pensamiento, Kart Marx y Federico Engels.

Todas ellas arribaron a nuestro país con relativo atraso, ejerciendo una mayor o menor influencia, dadas las peculiaridades de nuestro desarrollo histórico y las condiciones extremas de opresión, conservadurismo y retraso económico del sistema colonial impuesto a Cuba.

No menos importante en su papel propiciador en la construcción de nuestra identidad cultural y nacional y del propio pensamiento progresista cubano lo constituyó el impetuoso desarrollo de la industria azucarera y cafetalera, insertadas a partir de la devastación de la economía haitiana y el incremento consiguiente de la trata y explotación del trabajo esclavos, que favorecieron el nacimiento de una rica burguesía-esclavista criolla, integrada por los ricos hacendados y hacedora de su propia intelectualidad, siempre en busca de un espacio de decisión política y protagonismo económico, embridada por su temor a las consecuencias de una sublevación de esclavos y al amor desmesurado por sus riquezas y privilegios.

La gradual y relativamente lenta formación del pensamiento progresista cubano se matiza por la convivencia de diversas tendencias políticas, de inevitable basamento económico y clasista y desigual protagonismo, acorde a las coyunturas epocales, materializadas en el reformismo, anexionismo, independentismo y autonomismo, los que contaron siempre con partidarios de determinada relevancia.

1,1.- Empeños iniciales en la formación de nuestra identidad nacional (1790-1868).

La imprenta introducida en Cuba en tan fecha tan tardía como 1724, tuvo escasa utilidad práctica durante décadas por el temor de las autoridades coloniales a la divulgación de ideas de las que era portadora una pujante burguesía europea, crítica implacable de las rémoras feudales, portadora de un racionalismo cuestionador, de un humanismo ético desacralizador y antidogmático, así como de concepciones y tradiciones de larga data (3).

Respecto a la prensa escrita en Cuba se conoce de publicaciones oficiales de limitada circulación, dedicadas por entero a la publicación de avisos de entrada y salida de buques del puerto habanero como el "Diario de Avisos de Madrid" (1764) y la "Gazeta de la Havana" (1782).

Favorecido por el Despotismo Ilustrado aplicado por los ministros liberales de Carlos III y el apoyo del gobierno progresista en Cuba de Don Luís de Las Casas (1790-1796), ve la luz publica en nuestro país, el 24 de octubre de 1790, el denominado "Papel Periódico de la Havana", considerada la primera publicación periódica propiamente literaria en la entonces colonia. Su publicación estuvo a cargo, a partir de 1793, de la Sociedad Económica de Amigos del País (1773).

En informe rendido por José Agustín Caballero a la misma, acerca de la citada publicación, éste expuso como."..nuestro periódico ha promovido la aplicación de las Letras, Ciencias y Artes, ha corregido esos defectos que lastimosamente notábamos en nuestros profesores y me atrevo a asegurar que se pondrá a esta ciudad en el grado de ilustración que admiramos a la Europa, después que la Serenísima República de Venecia, inventó en el siglo XVIII, el útil uso de los papeles públicos" (4).

Entre sus prestigiosos colaboradores se contaban el propio Caballero, con habituales escritos como "Discurso sobre la Física", publicado en la edición del primero de septiembre de 1793; el Dr. Tomás Romay (1769-1849), con su artículo científico, publicado en la misma edición, en el que hace una crítica de la medicina tal como se practicaba y enseñaba entonces en Cuba y en el que desarrolla una concepción iluminista de la misma, así como el notable economista Francisco de Arango y Parreño (1765-1837), gran promotor, como ideológico de los ricos hacendados criollos, de la concesión de inteligentes reformas económicas en las esferas productiva y comercial.

Para José Agustín Caballero por… ".cerca de veinte siglos no fue la física, (mas) que un ridículo laberinto de sistemas apoyados unos sobre otros y por lo común opuestos entre sí..".dado que."…cada filósofo se creía en la obligación de formar uno nuevo y esta multiplicidad de errores redundaba en el descrédito de las opiniones filosóficas". Al valorar la enseñanza de la misma en su época valora como..".. se añadirá a esto que los profesores de esta ciencia ponían particular cuidado en producirse con expresiones enigmáticas, que sólo ofrecía ideas confusas, inteligibles únicamente a los que querían convencerse, no por razón, sino por capricho" (5). Escritos en los que se reflejan los avances logrados en el pensamiento antiescolástico y científico-educativo en nuestros más notables pensadores.

Por su parte el Dr. Tomás Romay aboga por una medicina de fundamentos realmente científicos, pues para éste, todos aquellos que.".apenas perciben la voz del grande Bacon, abandonan el peripato, y todas sus cuestiones nominales, huyen de Galeno, detestan a Avicena, abominan a Averroes.".pues."..el hombre es el grande objeto de sus meditaciones, el cadáver del hombre el inmenso libro que con voces inefables, pero demasiado enérgica, les manifiesta en cada página que rasga la diestra del anatómico el origen, los progresos y efectos de las enfermedades" (6).

El "Papel Periódico de la Havana" se publicó con este título hasta 1805, adoptando posteriormente otros diferentes, acorde a las problemáticas de la época y los cambios políticos acontecidos en la metrópoli. Estos flujos y reflujos de la política peninsular, entre un liberalismo apocado y ocasional y un absolutismo con ínfulas de ilustrado se refleja en los títulos de los periódicos que ven la luz en los primeros lustros del siglo XIX y particularmente en el contenido, expresión de las ideas imperantes.

En los períodos de 1811 a 1815 y posteriormente de 1820 a 1823, coincidentes con la apertura a las Cortes y la promulgación de constituciones liberales, aparecen en nuestro país, numerosos periódicos como "El patriota americano", "Diario Cívico", "Correo de las Damas", "El Esquife" y "El Hablador", entre otros, que nos muestran las ideas reformistas, progresistas para la época, de los ricos hacendados criollos, en sus exigencias de mayor espacio de participación política y liberación de las trabas económicas para el comercio. Otros con tendencia más conservadora como "El Centinela", promocionan las ideas de Arango y Parreño, e incluso aquellas de más rancio conservadurismo y fuerte influencia clerical, como "La Cena", "El Censor Universal" y "Tertulia de las Damas", defensores a ultranza de las medidas adoptadas por las autoridades coloniales, incluso las más impopulares.

Aún en las publicaciones más liberales del período, bien distantes, bien distantes de toda aspiración independentista, imperan la defensa de la trata, la libertad de comercio, una política tributaria más racional, la igualdad jurídica para la población blanca criolla, la representación en las Cortes e incluso, en algunos casos, propuestas de división de poderes en el gobierno colonial, con evidente influencia de Montesquieu. Los fallidos intentos independentistas de Román de la Luz, Luís Francisco Bassave, José Joaquín Infante y Manuel Ramírez, en 1811, en su mayoría pertenecientes a la clase pudiente, así como la de José Antonio Aponte, de origen más humilde, y quizás por ello más cruelmente reprimida en 1812. Resultaron hechos excepcionales. (7).

Lo que reitera las escasas posibilidades de que arraiguen entre los ricos hacendados criollos, en ese primer tercio del siglo XIX, las ideas independentistas, entonces en pleno auge en América Latina, dado su perenne temor a la sublevación de negros esclavos y libertos, la afectación a sus intereses económicos y sus limitaciones clasistas, incapaces de un protagonismo más allá de la preservación de los privilegios conquistados, lo que no excluye la significativa influencia que el Iluminismo europeo ejerciera en sus ideas, en las primeras décadas del siglo XIX.

Como bien valorase Don Fernando Ortiz en su escrito "La Hija Cubana del Iluminismo":

"Los caminos de la Revolución Francesa y de la reforma cubana eran distintos. Allá se hacía revolución desde abajo, aquí desde arriba, pero una y otra eran iluminadas por los mismos fulgores. Los de la Ilustración, los de la Enciclopedia, los de aquel siglo XVIII que fue bien llamado el Siglo de las Luces" (8).

1,2.- Félix Varela y "El Habanero": promotor del independentismo.

El 18 de abril aparece publicada en el "Diario del Gobierno Constitucional de La Habana" la carta de despedida a sus conciudadanos del sacerdote Félix Varela y Morales 1787-1853) en vísperas de su viaje como diputado a Cortes (1822-1823). Poco menos de dos años después arribará a los Estados Unidos a iniciar su largo exilio de 30 años.

Su profundo amor por la patria lejana lo lleva, ya próxima la hora de su muerte, a viajar a San Agustín, en la Florida, para permanecer sus últimos días lo más cercano posible a su amada Cuba.

Hombre de profundas convicciones religiosas y éticas, teólogo, profesor del Seminario de San Carlos y San Ambrosio, hombre de avanzadas ideas liberales y patrióticas, constituyó, en palabras de José de la Luz y Caballero, el primero que nos enseñó en pensar y proclamase la necesidad para Cuba de obtener su independencia de España, al ver agotadas las posibilidades de sus anteriores concepciones reformistas.

Aún sin cumplirse el primer año de su arribo al exilio, se publican los dos primeros números de "El Habanero" (1824), periódico fundado por él, acertadamente denominado por Emilio Roig de Leuchsenring.".la primera manifestación revolucionaria de carácter periodístico entre nosotros" (9). En 1825 aparecen sus números (3 y 4) y en 1826, sus dos últimas ediciones en cuyas páginas expone Varela su ideario independentista ya que…".lo que más debe desearse, sea cual fuese su situación, es que los hombres de provecho, los verdaderos patriotas se persuadan de que ahora más que nunca estamos en estrecha obligación de ser útiles a la patria" (10).

En su artículo "Consideraciones sobre el estado actual de la Isla de Cuba", éste argumenta como.". es preciso no equivocarse. En la Isla de Cuba no hay amor a España, ni a Colombia, ni a México, ni a nadie más que a las cajas de azúcar y a los sacos de café" (11). En su número 6, en 1825, bajo el título de "Reflexiones sobre los motivos que suelen abogarse para no entender un cambio político en la Isla de Cuba", el sacerdote patriota valora como.".contribuyen con sus luces unos, otros con su influjo y otros con su dinero a salvar a la patria y con ella a los intereses individuales, y este corto sacrificio removerá ese grande obstáculo que tanto se pondera. Repítese de mil modos que es imposible efectuar la independencia sin auxilio extranjero, y yo pregunto: ¿qué se ha hecho para conseguirla? ¿sobre que prueba descansa la aserción de su imposibilidad?" (12).

En esta época se expresan los recelos del Padre Varela por la intervención en Cuba, en apoyo de su independencia, de países como Venezuela, Colombia y México, cuyos gobiernos se mostraban entonces preocupados por los planes de la monarquía española, con apoyo de la reaccionaria Santa Alianza europea, para la reconquista de sus antiguas colonias americanas, utilizando a Cuba como base para las operaciones militares. Proyecto en definitiva abandonado a partir de los fallidos resultados del Congreso Anfictiónico patrocinado por Bolívar y efectuado en Panamá, en 1826, con la abierta oposición de Estados Unidos, temeroso de la presencia europea en el continente, que ponía en peligro sus crecientes afanes expansionistas.

Con la colaboración de su amigo José Antonio Saco, que aparentemente le convence de atemperar el tono beligerante de "El Habanero", que atemorizaba a los ricos hacendados criollos, Varela publica un nuevo diario titulado "El Mensajero Semanal", de un contenido más literario que político, sin renunciar a su carácter independentista, con la colaboración del prestigioso intelectual Domingo del Monte.

La activa colaboración periodística de José Antonio Saco, José de la Luz y Caballero y Domingo del Monte.

Durante las décadas del 30, 40 y 50 del siglo XIX van a descollar entre las figuras más representativas del reformismo: José A. Saco (1797-1879), José de la Luz y Caballero (1800-1862) y Domingo del Monte (1809-1853).

José A. Saco se destacó por su tenaz enfrentamiento a las tendencias anexionistas tan en boga en las décadas del 40 y 50 de de este siglo, su apego a los valores de la cubana y su oposición a la esclavitud. Éste fundó en 1831 la "Revista Bimestre Cubana" de gran prestigio en la época y escribió importantes obras y artículos donde expuso sus ideas, no obstante su incomprensión de los afanes independentistas (13).

Participó con Varela en "El Mensajero Semanal", editado en el exilio y que se publicase desde el 18 de octubre de 1828 al 29 de enero de 1831. En carta íntima a su amigo José Luís Alfonso, en sus últimos años de vida, se expresan los sentimientos de un hombre decepcionado, pero donde se atisba la presencia, incluso en momentos personales tan aciagos, de una profunda eticidad. Éste escribe como.".ya no tengo ojos con que leer, ni mano con que escribir; por consiguiente ya no puedo ser abogado ni médico, ni casi nada de lo que pudiera proporcionarme un modo de subsistir en esta tierra…Cometí el error de ser patriota donde no hay patria. Por Cuba perdí mi poca fortuna y por ella todo mi porvenir. Yo debí haber hecho lo que hacen mis paisanos, que es enterrar el patriotismo y tratar de labrarse una posición pecuniaria. Si yo hubiera seguido este camino, yo no viviría del modo que estoy viviendo, ni moriría del modo que moriré" (14).

Para Luz y Caballero la prensa siempre constituyó un medio propicio para divulgar sus ideas encaminadas a mejorar el obsoleto sistema educativo colonial, sus ideas filosóficas y sus conceptos ético-pedagógicos en búsqueda del perfeccionamiento de la conducta humana que lo llevaron a afirmar que.".para que Cuba sea libre soy yo maestro de escuela" (15).

Sus polémicos artículos bajo el título "Sobre educación secundaria" fueron publicados en el "Diario de La Habana" en diversas ediciones, entre septiembre y noviembre de 1832, en los que propugnó por una más adecuada formación en niños y jóvenes, pues al respecto…"…no hay medio, o satisfacer las dudas de los discípulos o ridiculizarse ante sus ojos..lo que vale tanto como no ser maestro" (16). Respecto al alumnado el ilustrado educador rechaza toda teoría pedagógica que conciba a éste como mero receptor de conocimientos, carente de creatividad o ente pasivo en el proceso de enseñaza-aprendizaje, convencido de que.".no sé como hay todavía quien dude de las fuerzas intelectuales de los niños" (17).

Su lucha sistemática contra el escolasticismo, tanto en la filosofía como en los métodos educativos, lo llevó a enfrascarse en una aguda polémica, de amplia divulgación en la prensa de la época, que tiene su origen al dar respuesta a un escrito aparecido 12 de mayo de 1838 en el diario "La Gazeta de Puerto Príncipe", firmado bajo el seudónimo de Rumilio, en el que se argumenta la necesidad de iniciar los estudios por la Lógica (aristotélica) y no por la Física (Ciencias Naturales), en abierta contradicción con los criterios de Luz y Caballero. Éste nos muestra en su argumentación, su vasta cultura y agudeza de criterios, como polemista. Para éste.".y que de los Pitágoras y de Tales Milhesio, los cuales florecieron antes de Platón y Aristóteles, que fueron los primeros entre los griegos en acometer la obra de la fundación de la Psicología y de la Lógica..pues hay mucha distancia entre los fundadores de la Filosofía griega y los campeones del escolasticismo en cuyas manos degeneró hasta la buena semilla que en sí llevaba la ciencia griega" (18).

El 2 de marzo de 1840 se publica en la "Gazeta de Puerto Príncipe" su artículo "Identificación filosófica con mi maestro Varela", reproducido por "El Correo de Trinidad" el 14 de mayo y por el "Diario de La Habana" con fecha 29 del propio mes y año. En el mismo Luz expresa como.".Varela derrocó el escolasticismo en nuestro suelo y yo aplaudo y aplaudiré su ruina. Varela fue nuestro legítimo Cartesio, en más de un sentido, ya por haber destruido el principio de autoridad con el consejo y el ejemplo de palabra y obra, por haber introducido en su consecuencia la libertad filosófica de pensar" (19).

La constate oposición de Luz y Caballero, a una educación impuesta por las autoridades coloniales, lastrada de trabas e imperfecciones, lo convocó a utilizar la prensa como medio eficaz de divulgación de sus opiniones críticas. Al respecto, el 22 de diciembre de 1834 se publica en el "Noticioso y Lucero" la convocatoria de la Real Junta de Fomento de la Agricultura y el Comercio, a exámenes públicos y generales de las dos escuelas de enseñanza primaria en el ultramarino pueblo de Regla, que motiva la redacción por éste de una serie de artículos publicados en el "Diario de La Habana", el 32 de diciembre de 1834 con el título "Sobre el método de enseñanza de las escuelas lancasterianas de Regla", bajo varios seudónimos como Hila Delgado y Mismo. En criterio de Luz, la utilización del método lancasteriano para impartir enseñanza a los sectores más humildes, al ofrecer por su esencia, bajos costos y ahorro de tiempo, va en detrimento del método explicativo que él defiende, al garantizar una superior calidad al proceso docente educativo.

Domingo del Monte es otra personalidad descollante de la primera mitad del siglo XIX cubano que incursionó con asiduidad en la prensa escrita, como fiel abanderado en defensa de nuestra cultura y estrechamente vinculado a José A. Saco y Luz y Caballero, como destacados partícipes del reformismo progresista de la época. A finales de 1822, bajo el patrocinio de éste y su amigo José A. Cintra, se publica "El Americano Libre". La publicación se plantea, según escrito del 22 de noviembre del propio año."…esparcir las luces y conocimientos..contribuyendo de esta manera a la ilustración de los pacíficos habitantes de este delicioso país, que es el blanco de todas las potencias ambiciosas" (20).

En su edición del 27 de noviembre se afirma en uno de sus artículos (presumiblemente no redactado por Del Monte, quien nunca llegó a compartir el ideario independentista) que… "..cuando un pueblo está oprimido y vejado por la injusta nación a la que pertenece..cada habitante del país es un abogado para reclamar la independencia y un fuerte guerrero para sostenerla" (21).

El tomo de tales ideas determinó la suspensión de la publicación a los escasos 4 meses de su fundación. Pocas semanas más tarde el propio Del Monte promueve la aparición de un nuevo diario, con un título más atemperado a los tiempos difíciles que corrían: "El Revisor Político y Literario". En su edición del 31 de marzo de 1823, se publica en este un escrito de Del Monte dedicado a elogiar la obra de José María Heredia la que valora como.".versos y no renglones rimados" con una crítica ostensible a la creación de otros autores de la época (22).

El 7 de noviembre de 1829, con el mismo Del Monte como editor, ven la luz pública las publicaciones "La Moda" y "Recreo Semanal del Bello Sexo". Reiterando su inclinación por la prensa escrita, edita a partir a partir del 2 de enero de 1830, en colaboración con Antonio Bachiller y Morales: El puntero literario". El 6 de diciembre de 1830 asume la dirección de la Sección de Educación de la Sociedad Económica de Amigos del País, donde logra, con el apoyo de José A. Saco y otros intelectuales progresistas, la publicación de la Revista Bimestre Cubana, que alcanza gran prestigio nacional e internacional, por la calidad de los trabajos de sus colaboradores, entre los que figuraba José de la Luz y Caballero.

La revista de tendencia liberal y antiesclavista concita prontamente el encono de Juan Bernardo O´Gaban, entonces presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País y del Intendente de Hacienda, Claudio Martínez de Espinillos, ambos de pensamiento marcadamente conservador y defensores de la esclavitud, apoyados por los ricos hacendados criollos. En medio de tales contradicciones, la Comisión Permanente de Literatura de la SEAP logra se autorice por Real Orden, la creación de la Academia de Literatura, marco más propicio para la divulgación de las ideas y proyectos culturales, por las personalidades más progresistas en el seno de la institución.

A partir de tan enconados criterios, se inicia una polémica a partir del artículo escrito por Antonio Zambrana, publicado por el reaccionario "Diario de la Marina" en su edición del 12 de abril de 1834, donde éste expone sus argumentos contrarios a la creación de la citada academia, al que José A. Saco refuta desde las páginas del propio diario, el 14 de abril y Domingo del Monte, el 229 del propio mes y año, desde las páginas de "La Aurora de Matanzas". En definitiva, por no contar con el apoyo de Tacón, entonces Capitán General en la isla, el 18 de octubre del año en curso se obtiene por Real Orden, la revocación de la autorización dada anteriormente para la creación de la nueva institución. Incluso el mismo José A. Saco, enfrascado en aguda polémica con la máxima autoridad colonial, debe marchar al exilio, donde continua, en territorio norteamericano su colaboración periodística, con Félix Varela.

No obstante sus esporádicas concesiones ideológicas, Del Monte se unió a Saco en sus posiciones anti-anexionistas, enfrentándose a parte significativa de la intelectualidad representativa de los ideales de los ricos hacendados criollos, a la que el mismo pertenecía, en las décadas 40 y 50 del siglo XIX, como José Luís Alfonso, Cirilo Villaverde, Gaspar Betancourt Cisneros y Miguel Aldama. Del Monte, hombre de vasta cultura, mantiene su estrecha colaboración con la prensa escrita, siendo frecuentes sus escritos aparecidos en los diarios "El Aguinaldo Habanero" (1838), "El Álbum" (1838) y en "La Revista Cubana" (1840).

En esos propios años, José de la Luz y Caballero se enfrasca en una larga e interesante polémica filosófica-educativa con los hermanos Manuel y Zacarías González del Valle, partidarios de la corriente filosófica promovida por el francés Víctor Cousin (1792-1867), una especie de eclecticismo de corte espiritualista, que en buena medida tiene como escenario la prensa de la época. Esta se inicia cuando Zacarías González del Valle (1820-1851) publica el 14 de octubre de 1839 en el "Diario de La Habana", su escrito "Defensa del eclecticismo de Víctor Cousin", que lleva a Luz a redactar su ejemplarmente argumentada réplica: "Impugnación a Cousin" (1840) (23).

Las principales tendencias del pensamiento progresista cubano de 1840 a 1868. Su divulgación en la prensa escrita de la época.

Si ya en la década del 30 se publican entre otros "El Noticioso y Lucero de La Habana" (1832) y "La Prensa" (1839), ya en la siguiente se fundan "La Prensa de La Habana" (1843), "El Diario de la Marina" (1844) y "La Verdad" (1847", y años después, "La Charanga" (1857) y "El Moro Muza" (1859). Estos constituyen una muestra de las publicaciones existentes entonces tan sólo en la capital, sin contar los numerosos órganos de prensa creados en las provincias (24).

Estos reflejan en sus páginas las luchas imperantes en su tiempo en el seno de la intelectualidad y personalidades representativas de los diversos sectores y clases sociales, tanto progresistas como reaccionarios, liberales y conservadores, reformistas, anexionistas e independentistas, limitadas estas últimas a una circulación clandestina. Tal fue el caso del diario "La Voz del Pueblo" fundado por el periodista Juan Bellido de Luna y el tipógrafo y patriota, Juan Faccioso. El 13 de junio de 1852 aparece su primer número quien se plantea representar."..la opinión libre y franca de los criollos cubanos; propagar el noble sentimiento de la libertad de que debe estar poseído todo pueblo culto" (25). El tercer y último número se editó el 26 de julio del propio año, al ser detenido Faccioso cuando preparaba la edición del próximo número en su propia imprenta, el que juzgado bajo onerosas arbitrariedades, que permitían los poderes omnímodos concedidos a los Capitanes Generales, resultó condenado a muerte en "garrote vil" el 13 de septiembre de 1852.

No obstante, en las décadas del 40 y 50 del siglo XIX aún las aspiraciones independentistas sólo se muestran esporádicamente ante el predominio del reformismo y el auge del anexionismo, promovido por los ricos hacendados criollos, que ven en el la solución a la permanencia de la esclavitud, sin obviar la admiración por el supuesto paradigma que entonces representaba la democracia norteamericana, comparada con el burdo despotismo impuesto en Cuba por el colonialismo español.

Frente a las concepciones de José A. Saco, quien proclamase en sus "Ideas sobre la incorporación de Cuba en los Estados Unidos" (1848) que.".yo desearía que Cuba no sólo fuese rica, ilustrada, moral y poderosa, sino que fuese cubana y no angloamericana" (26), encontramos la figura de Gaspar Betancourt Cisneros (El Lugareño) (1803-1866), una de las personalidades más descollantes de las ideas anexionistas, , aunque al final de su vida compartiese las aspiraciones independentistas, tras el triunfo de las ideas abolicionistas de Abraham Lincoln, al finalizar la cruenta guerra de Secesión norteamericana (1860-1865).

Son reveladoras las misivas intercambiadas entre Saco Betancourt Cisneros, amigos en el plano personal, particularmente las escritas por éste último, donde le expone sus argumentos a favor de la anexión. En su misiva con fecha 3 de abril de 1849, fechada en New York, éste le expone a Saco que.".es penoso tener muy presente que para anexionar a Cuba basta una plumada y que para darla tiene España todo el estímulo, todo el apoyo y aprobación de la Europa entera, de casi toda la América Latina, incluso las islas, nuestros acusadores más que rivales. Y no hay que olvidar que para salvar a Cuba no queda otra puerta que la de los Estados Unidos, único pueblo, única gente que acá en América tiene vergüenza, saber, fuerza y unión como nación libre" (27).

En carta de fecha anterior, el 30 de agosto de 1848, Betancourt Cisneros le explica a Saco como.".el periódico La Verdad, bueno o malo, le ha dado a conocer (se refiere al Capitán General en Cuba, Roncalli. N. del A.), que los cubanos no se andan con paños calientes, le van perdiendo el miedo, que tienen en los Estados Unidos fija la vista y puesta su esperanza" (28). El mencionado periódico, de tendencia anexionista, se publicó en New York de 1848 a 1853 y tuvo como sus principales promotores al propio Betancourt, a Miguel Teurbe Tolón, a Cirilo Villaverde, Lorenzo de Allo, Porfirio Valiente y Domingo de Goicuría.

En 1862 se edita el diario "El Siglo" por José Quintín Suzarte y bajo la dirección de Francisco Frías y Jacott, Conde de Pozos Dulces (1809-1877). Este periódico originalmente de criterios anexionistas y posteriormente reformista, desempeñó un importante papel en la época, en la divulgación de tales posiciones. Francisco Frías, un representante destacado de la intelectualidad defensora de los intereses de los más acaudalados hacendados criollos, era hombre de vasta cultura y colaborador habitual en la prensa de entonces, como el periódico "Correo de la Tarde", donde expone sus proyectos para consolidar la riqueza y diversidad de la agricultura. No obstante su ideario anexionista, éste no era partidario de la esclavitud, en quien avizoraba una rémora al desarrollo capitalista más moderno.

En los años previos a la primera contienda independentista se edita "La Aurora" (1865-1868), dedicado a defender los intereses de los artesanos, embrión de nuestra futura clase obrera, integrados mayoritariamente por negros y mulatos libertos. Su primer número aparece el 22 de octubre de 1865, bajo el patrocinio de Saturnino Martínez y Manuel Sellén. De opiniones obrero-reformistas, se limitaba a luchar por mejoras salariales en el sector. Se contaban entre sus colaboradores José Fornaris, Felipe Poey y Antonio Bachiller y Morales. Este mismo Saturnino Martínez, asturiano de ideas liberales, fundaría años después los diarios "La Razón" y "La Unión".

Otro español, José Moreno Fuentes, colaboró activamente en el periódico pinareño "El Ómnibus", divulgador de ideas liberales, muy progresistas para su tiempo y muy cercanas al socialismo utópico del francés Charles Fourier. En la propia etapa se editan "La Discusión" por Augusto Martínez y Francisco Obregón Mayol; "Rigoletto" por Luís Victoriano Betancourt e Isaac Carrillo y "El Revoltoso" de carácter satírico-humorístico. Otra importante forma de divulgación de las ideas, estrechamente vinculado a la prensa escrita, resultó la práctica de utilizar lectores en las tabaquerías, a partir de la década del 60 del propio siglo XIX. Ello contribuyó no sólo a elevar el nivel cultural de los trabajadores de tan importante sector de la economía sino además a fortalecer su conciencia de clase. Según Ambrosio Fornet en su escrito "La lectura, proletariado y cultura nacional", esta práctica en las tabaquerías se inicia en 1865 en la fábrica de torcidos "El Fígaro", en la capital, y según otros, un año antes, en la "Fábrica Viñas", en Bejucal, actual provincia de La Habana (30). La lectura en las tabaquerías encontró la oposición de las autoridades coloniales apoyada por una sistemática campaña difamatoria de su principal vocero, el "Diario de la Marina", temerosos, no sin razón, a que contribuyese a la propagación de ideas progresistas y demasiado liberales.

El fracaso de los planes anexionistas y los fallidos intentos de conseguir concesiones de carácter reformista, por la metrópoli, contribuyeron, entre otros no menos importantes factores, al avivamiento del ideario independentista en un sector considerable del criollismo, ya finalizando la década de los 60.

1,3.- El pensamiento progresista cubano y la prensa revolucionaria durante la Guerra de los Diez Años (1868-1878).

Durante el transcurso de la contienda independentista, tanto la prensa mambí como en el exilio, continuaría desempeñando un importante papel como instrumento de divulgación del pensamiento progresista cubano y en el proceso de consolidación de nuestra identidad nacional. En la etapa resulta significativo el número de publicaciones periódicas clandestinas que circulan en el país, en condiciones difíciles, recursos limitados, sistemático hostigamiento y reducidas tiradas. El diario mambí "El Cubano Libre" aparece en fecha tan temprana como el 17 de octubre de 1868, bajo la dirección de José Joaquín Palma y funge a partir del 10 de abril de 1869, por decisión de la Asamblea de Guáimaro, como Órgano Oficial de la República.

A su vez, Ignacio Mora publica en Guantánamo el "Mambí" (1868-1871) y el maestro patriota Rafael Morales "Moralitos", edita "La Estrella Solitaria" y crea la primera cartilla de alfabetización, en territorio libre. En 1876 nace "La República", que se declara Órgano Oficial de la República en Armas, mientras que en Sancti Spiritus circula publicación "Las Villas" (1874). Se pueden citar otros diarios mambises como "La Verdad", "La Estrella de Jiguaní", "Patria y Libertad" y "El Montero Libre".

Como vocero de las ideas más reaccionarias del coloniaje nace en 1868, "La Voz de Cuba", por iniciativa del periodista español Gonzalo de Castañón, que se convierte en vocero del Cuerpo de Voluntarios de La Habana, famoso por sus abusos y tropelías contra la población criolla y su implicación en el bochornoso fusilamiento de los estudiantes de medicina el 27 de noviembre de 1871..

En contraposición, surgen nuevas y representativas personalidades del pensamiento progresista cubano como Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte, Antonio Maceo, Máximo Gómez, Salvador Cisneros Betancourt, y tantos otros, que en algún momento de su vida, colaboraron o utilizaron la prensa escrita para la divulgación de su ideario revolucionario. El 6 de marzo de 1873 el periodista irlandés James J. O´Kelly, corresponsal del diario "New York Herald", logra entrevistas a Carlos Manuel de Céspedes en su forzado reducto de San Lorenzo, después de un periplo lleno de arriesgados sucesos plasmados en su libro "En las Tierras del Mambí".

En la misma, publicada con gran relieve por dicho diario un tiempo después, se ponen de relieve los valores ético-patrióticos del Padre de la Patria. Éste a una pregunta del periodista afirma…".los cubanos en armas no aceptarán reconciliación o paz con España a no ser bajo la base de la independencia. Estamos separados de ellos por océanos de agua, además de tener intereses opuestos a los europeos, también nos separa un océano de sangre..La sangre de nuestros padres y hermanos y de las familias inermes e indefensas asesinadas a sangre frías, nos prohíben aceptar condición alguna de los españoles. Ellos deben dejar la Isla y dejarnos en paz o continuar la guerra hasta que perezcamos los del partido combatiente" (31).

Meses después de publicada esta entrevista, el "New York Herald" publica en su edición del 17 de junio de 1873, una carta de agradecimiento de Céspedes, donde éste afirma como.".no le bastó al diario explorar las selvas de África y rescatar a Livingstone, allí donde el absolutismo mantiene en la barbarie a todo un continente; es necesario explorar también los misteriosos campos del Jardín de las Hespérides Americanas, donde algunos hombres más bárbaros que los reyezuelos de África, venden a los seres humanos en los barracones como animales" (32).

La etapa entre-guerras (1878-1895). Papel de la prensa en la divulgación de las corrientes políticas imperantes en la época: autonomismo e independentismo.

La etapa de entre-guerras es reflejada en la prensa de la época en toda su complejidad y contradicciones. Por un lado la incansable actividad de los veteranos de la pasada guerra en aras del logro de su ideario independentista, frustrado temporalmente en el Zanjón, a los que se suman las nuevas generaciones de patriotas o "pinos nuevos" como los denominase Martí, y por el otro, el auge de las tendencias autonomistas, como nueva versión del reformismo, en su versión más retrógrada, estimuladas por el eventual fracaso de la acción armada. En la etapa va a descollar la actividad periodística del Apóstol, forjador de las condiciones imprescindibles para iniciar la Guerra Necesaria. Súmese a lo anterior, en su momento inicial, los intentos independistas nuevamente frustrados en la denominada Guerra Chiquita.

El autonomismo encuentra sus principales voceros en "El Triunfo", "El País", "La Lucha" y el "Diario de la Marina". Esta tendencia o corriente política asumió diferentes matices, desde el más liberal, el conservador hasta el más reaccionario. "El Triunfo", como vocero del Partido Liberal Autonomista inicia su publicación el 3 de agosto de 1878, bajo la dirección del abogado andaluz, Manuel Pérez de Molina, el que se proclama como."…político, literario y de intereses generales" (33). A partir del 17 de septiembre del propio año es designado como su director, Ricardo del Monte. Este diario dejó de publicarse el 3 de junio de 1885.

A partir de ese año figura como órgano de prensa del denominado Partido Liberal Democrático Autonomista, el periódico "La Lucha", bajo la dirección del catalán Antonio de San Miguel. El 14 de junio de 1885 inicia su publicación "El País", órgano oficioso del Partido Liberal Autonomista. Este cesa su publicación sólo con el fin del dominio colonial español, en 1898, y resurge durante la primera ocupación norteamericana con el nombre de "El Nuevo País", autoproclamándose ahora como republicano.

Otros diarios de igual tendencia, con diferentes matices ideológicos, que tanto proliferaron en la etapa fueron "La Legalidad", vocero del Partido Liberal Nacional; "La libertad", dirigido por Manuel Márquez Sterling, representante del Partido Liberal Democrático y que en febrero de 1879 comienza a titularse "La Discusión". A su vez el "Diario de la Marina", ya existente desde 1844 y vocero de los sectores más recalcitrantes del colonialismo español, se convierte a partir de 1878 en órgano oficial del Partido Unión Constitucional Autonomista, que agrupa a sus representantes más conservadores, bajo la dirección de Francisco Montaos. Otros diarios de igual tendencia que se publican en la época son "La Voz de Cuba", "La Patria", "La Iberia", "El Asimilista", "El Español" y "El Adalid".

El resurgimiento del reformismo, ahora bajo la vestimenta más reaccionaria del autonomismo; las nunca desaparecidas ansias independentistas, gradualmente recuperadas tras el letargo patriótico provocado por el Zanjón y la supervivencia incluso de sectores minoritarios partidarios del anexionismo, deslumbrados por el paradigma político y económico de la sociedad norteamericana, coexisten en estos años tumultuosos y complejos, antesala de trascendentes definiciones de futuro, en los cuales la prédica martiana, unitaria y patriótica, y el prestigio indiscutibles de los veteranos de la guerra pasada, crean las condiciones favorables para nuevos intentos armados.

Prueba de tales contradicciones en aquella batalla de ideas, siempre presente en la historia de Cuba, es la publicación por el diario "La Tarde", en su edición del 28 de febrero de 1895, a unos días de reiniciada la gesta independentista, de un anuncio convocando a un mitin de carácter anexionista, que tuvo como saldo el secuestro de la edición y el arresto temporal de su director, por las autoridades españolas.

El 12 de julio de 1887 aparece el primer número de "El Productor", el que cesa su publicación el 23 de noviembre de 1890. Este diario se proclama a partir de 1888, como órgano de la Junta Central de Artesanos de La Habana. Su principal promotor, Enrique Roig de San Martín, uno de los primeros dirigentes de los trabajadores en nuestra patria, ya había desarrollado una activa colaboración en el diario "El Obrero" de Saturnino Martínez.

En éste imperaban las ideas del anarco-sindicalismo, entonces muy en boga en España, entre los sectores obreros. Los partidarios de esta tendencia en Cuba, aunque reconocían y hasta criticaban las inconsecuencias del sistema capitalista y su carácter explotador, no eran capaces de comprender que la principal contradicción entonces en nuestra patria, era el logro de la independencia y no meras mejoras salariales y el peligro que representaba para nuestra futura soberanía, las pretensiones expansionistas y neocoloniales del naciente imperialismo norteamericano. Ello no desmerita los aportes de Roig de San Martín al pensamiento progresista en la época. En su edición del 22 de diciembre de 1887 aparece publicado en las páginas de "El Productor", un artículo de éste donde plantea:

"Dime trabajador, que riegas la tierra con el sudor de tu tostada frente, ¿has pensado alguna vez en lo que eres y en lo que debías ser? Esa tierra que labras y cuyo fruto no recoges, ¿has analizado a quien pertenece?" (34).

A su vez el diario "El Trabajo", en su edición del 27 de marzo de 1892, como Órgano Oficial de la Junta de Trabajadores de la Región Cubana, publicó los resultados del Congreso Regional Cubano efectuado los días 15 al 19 de enero de 1892, donde predominaban en sus 75 delegados las ideas anarco-sindicalistas y cuyas principales demandas son la jornada de 8 horas, la libertad de asociación de los obreros y sus críticas al sistema capitalista (35).

A inicios de la década de los 80 aparecen las revistas "El Fígaro", promotora de la práctica del base-ball en Cuba, introducido por estudiantes cubanos radicados temporalmente en Estados Unidos y "La Habana Elegante". Ya en 1877 aparece la "Revista de Cuba", literaria y de tendencia autonomista y en 1885, Enrique José Varona, edita "La Revista Cubana" mientras que Manuel Sanguily, sólo un año antes, funda la revista "Hojas Literarias", de contenido político y literario, cuyo último número ve la luz el 3 de diciembre de 1894.

Entre los partidarios del ideario independentista, siempre latente, va a descollar Juan Gualberto Gómez, el amigo de Martí, periodista y patriota, quien funda en 1879 el periódico "Fraternidad". Éste publica, en su edición del 24 de septiembre de 1890 su antológico artículo "Por qué somos separatistas" en el cual expresa que.".somos sí, separatistas. Pero no odiamos (a España N. del A.) ni siquiera dejamos de amarla y apreciarla. Lo que hay es que donde quiera que fijemos la mirada, tropezamos con antagonismos y oposiciones entre Cuba y España. Y siendo esto así nuestra razón nos dice que para que haya armonía entre ambos países es indispensable que cada uno de ellos rija a su antojo sus destinos" (36).

Ello le costó la airada reacción de las autoridades coloniales que ordenaron el secuestro de la edición y el encarcelamiento de su autor, quien sólo pudo librarse del encierro por un fallo favorable a su apelación, ante el Tribunal Supremo de España. Decisión realmente excepcional que provocó gran malestar en los sectores más reaccionarios de la colonia. Así mismo en la década de los 90 funda el diario "La Igualdad", con el propósito de convertirlo en el órgano representativo de las capas medias negras y mulatas, que intenta concienciar con vistas a su adhesión a la causa revolucionaria.

En la época se editaron no pocas publicaciones independentistas en el exilio, como "El Avisador Americano" y "El Porvenir", en New York, por iniciativa de Enrique Trujillo y el periódico "Yara" de José Dolores Poyo, en Cayo Hueso, importante comunidad de obreros tabacaleros inmigrantes. "El Porvenir" inició su publicación el 12 de marzo de 1890 y resultó continuación del "Avisador Americano" que dejó de editarse, en aras de poder radicalizar su mensaje. Algunos de los artículos escritos por el infatigable Enrique Trujillo fueron reproducidos por el periódico cienfueguero "La Verdad", para gran escándalo de los sectores más conservadores locales.

El 14 de marzo de 1892 publica su primer número el emblemático periódico "Patria", en New York, por iniciativa de José Martí y que precede en escasas semanas a la fundación por el mismo del Partido Revolucionario Cubana, el 10 de abril del propio año. A su vez, en Tampa, Florida, Eligio Carbonell publica el periódico "El Mosquito". Por gestión de Néstor Carbonell, presidente del Club "Ignacio Agramonte", que radica en esa propia localidad, se recolectaron los fondos necesarios, entre la patriótica inmigración allí residente, los fondos necesarios para sufragar los gastos del viaje de Martí a la misma, donde éste pronunciará su famoso discurso "Los Pinos Nuevos".

En Cuba, en la década del 90, anterior al inicio de la última gesta independentista, Antonio Zambrana publicó "El Cubano" con activa colaboración de Fermín Valdés Domínguez, que tuvo su continuidad en "El Criollo", como parte de los múltiples ardides necesarios para burlas la férrea censura y la acción punitiva del Cuerpo de Voluntarios. En esos mismos años previos a la contienda bélica iniciada el 24 de febrero de 1895, se editan sencillas publicaciones clandestinas, divulgadoras del ideario independista, de aparición esporádica como "La Tribuna", "La Protesta", "La Verdad" y "El Machete". En tanto que en Santiago de Cuba el periodista patriota Antonio Yero, bajo la apariencia de partidario del autonomismo, divulgaba ideas favorables para crear el ambiente ideológico favorable a la cercana insurrección armada, como en su artículo "El Dilema" (1890). En la propia provincia oriental, José Miró, muy vinculado a Martí, publica "El Laboral" y "La Doctrina".

Resulta ilustrativo el texto de la orden de alzamiento para el 24 de febrero de 1895 en la provincia de Oriente, enviada por Juan Gualberto Gómez, al propio Miró:

"Diga Vd. Al Liberal (realmente al propio Miró N. del A.) publique el artículo en la fecha indicada" (37). Mensaje que guarda gran similitud, por su vinculación a las letras impresas, que la enviada por Fidel Castro desde México a Frank País, en Cuba, para anunciar la salida del Granma, a fines de noviembre de 1956:

"Edición agotada"

Manuel Sanguily, destacado representante del pensamiento progresista y veterano de la anterior contienda (1868-1878), siempre estuvo muy vinculado a la prensa, como instrumento idóneo de divulgación de sus ideas independentistas. En la etapa colaboró activamente en la "Revista Cuba", dirigida por José Antonio Cortina así como en la "Revista Cubana" fundada por Enrique José Varona. No es posible dejar de mencionar entre las personalidades de la época, a Antonio Maceo, quien se destacase como estratega militar, hombre de profundos valores patrióticos y éticos y lúcido pensamiento. Éste, posterior a su histórica Protesta de Baraguá, marcha al exilio en espera de la ocasión propicia para el retorno a Cuba a reiniciar la lucha armada. Éste en su relativamente breve visita a Cuba, a su arribo a La Habana, el 5 de febrero de 1889, es recibido entre otros, por tres periodistas del diario "La Lucha", encabezados por Arturo Mora.

Se conoce que durante su estancia en la capital, éste concurrió con frecuencia a las tertulias efectuadas en el local que ocupaba la revista "El Fígaro", a la que eran asiduos Ramón A. Catalá y Manuel Sanguily, muy vinculados a la práctica periodística. Maceo tuvo la deferencia de visitar en su propio domicilio a Juan Gualberto Gómez, en su modesta vivienda enclavada en Empedrado No 29 entre Habana y Compostela, en momentos en que éste estaba enfrascado en la tarea de editar el diario "Fraternidad", ya mencionado, que se plantea.".defender el derecho que tiene el pueblo cubano para regir sus destinos procurando llegar a una solución por cuantos medios están a su alcance" (38).

Maceo se entrevista asimismo con Enrique José Varona, que para esa fecha ya había renunciado a su cargo en el ejecutivo del Partido Autonomista y había sido ganado para la causa independentista. Ya en su discurso del 19 de julio de 1888, Varona insta a los cubanos.".a una obra común que haga olvidar que en Cuba creció como una planta maldita la esclavitud de una raza y la servidumbre de otros muchos" (39) y que reitera el insigne educador, filósofo, sociólogo y patriota en otro discurso, un año más tarde, conocido como "Los cubanos en Cuba" (1889), donde denuncia como estos resultan.".proscriptos de una nueva especie, pues nadie ha formulado la ley que nos prescribe llevarnos un estigma colectivo, más duro de sufrir que cualquiera marca individual ..que en los siglos sombríos señalaba la reprobación y excomuniones sociales a las razas malditas"(40).

Maceo se traslada a Santiago de Cuba en julio de 1889, en su continuo peregrinar en aras de apreciar, organizar, convencer y crear las condiciones favorables a una próxima insurrección. Como relata Emilio Bacardí, en sus conocidas "Crónicas", éste se reúne el 29 de julio, en el Hotel Venus, con un nutrido grupo de personas simpatizantes en su gran mayoría de la causa independentista, en cena ofrecida por el Dr. Joaquín Castillo Duany. En la misma uno de los asistentes José R. Hernández se atreve a afirmar, en presencia del ilustre invitado que.".Cuba llegará a ser fatalmente por las fuerzas de las circunstancias una estrella más en la constelación americana", a lo que éste replica con su sentencia cargada de ética y patriotismo:

"Creo joven, aunque me parece imposible, que ese sería el único caso en que tal vez estaría yo al lado de los españoles" (41).

Maceo escribe a José A. Rodríguez, el primero de noviembre de 1886, entonces director de un periódico independentista en el exilio neoyorquino, acerca de su criterio sobre las virtudes personales que deben acompañar a un dirigente político pues.".yo desearía para mi país un hombre que tenga la voluntad de redimir al pueblo cubano de la soberanía española, sin haber tiranizado a sus redimidos y que no mantiene otra fortuna, que la conquistada por ese medio. El que tal haga llegará a la completa gloria y completa dicha" (42). Precepto moral, tantas veces violado por los judas políticos que durante la república neocolonial traicionaron el ideario del más virtuoso mambisado.

La profundidad de su pensamiento se reitera una vez más en la carta enviada a José Dolores Poyo, director del diario "Yara", editado en Cayo Hueso y publicada en su edición con fecha 13 de junio de 1889, donde le expresa como.".la dominación española fue mengua y baldón para el mundo que la sufrió; pero para nosotros es vergüenza que nos deshonra. Pero quien intente apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre si no perece en la lucha. Cuba tiene muchos hijos que han renunciado a la familia y al bienestar por conservar el honor y la patria. Con ella pereceremos antes que ser dominados nuevamente…" (43).

La etapa entre-guerras, transcurridos los momentos iniciales de frustración y pesimismo posteriores al Zanjón con el consiguiente reavivamiento de los afanes autonomistas, que se reflejaba en la prensa de la época, se convierte pronto en fuente de nuevos bríos y acciones enérgicas, no sólo de carácter organizativo, sino particularmente en la esfera de las ideas, donde impera la convocatoria martiana a la unidad entre veteranos y pinos nuevos.

Aún en la nueva contienda, iniciada el 24 de febrero de 1895, la prensa continúa desempeñando su papel de instrumento de divulgación de la ideología revolucionaria y no es por casualidad que una de las primeras decisiones de Maceo, tras su desembarco en Cuba, por Duaba, es organizar la reaparición del "Cubano Libre", que tiene su precedente en el fundado por Céspedes, con igual nombre, en el Bayamo insurrecto, en octubre de 1868.

1,4.- José Martí y la utilización de la prensa escrita como instrumento de divulgación de sus ideas revolucionarias.

José Martí, figura cimera, resumen y síntesis del pensamiento progresista cubano en el siglo XIX, y que trasciende a la actualidad por la vigencia de un ideario fundacional de la Ideología de la Revolución Cubana, se destacó en su fecunda trayectoria revolucionaria, por su intensa y sistemática labor periodística y su definida concepción del papel a desempeñar por la prensa escrita como medio de divulgación ideológica.

En fecha tan temprana como el 19 de enero de 1869, publica en colaboración con su amigo Fermín Valdés Domínguez, un diario estudiantil titulado "El Diablo Cojuelo", en el que, con lenguaje mordaz, se burla de las autoridades españolas. Aunque sin firma, todas las evidencias apuntan que Martí, su redactor principal. Contaba entonces tan sólo 16 años. Habían transcurrido apenas unos días, cuando aparece el 23 del propio mes y año, "La Patria Libre", bajo la autoría del maestro y destacado intelectual patriota, Rafael María de Mendive, con la entusiasta colaboración de su alumno más cercano. En el aparece por vez primera en letra impresa el poema "Abdala". La publicación, que se proclama democrática y cosmopolita, sólo logra la publicación de un número, al igual que el "Diablo Cojuelo".

Durante su exilio en España, Martí colabora en periódicos liberales como "La Soberanía Nacional", en el que aparecen fragmentos de su obra "El Presidio Político en Cuba", así como en los periódicos "La Discusión", "La Cuestión Cubana" y otros. A partir de 1875, en que se inicia su estancia en México, se convierte en asiduo colaborador de la "Revista Universal", bajo la dirección de José Vicente Villada, hasta ocupar la plaza de redactor en plantilla, hasta el cese de la publicación el 19 de noviembre de 1876. Esta etapa es sumamente prolífica en la actividad periodística de Martí, que redacta numerosos artículos y crónicas, el primero de los cuales dedicado a la festividad patria mexicana del 5 de mayo, aparece publicado en la edición del 7 de mayo de 1875 y el último titulado "La Academia de San Carlos" aparecido en el número del 24 de octubre de 1876.

En su escrito "La polémica económica" (23 de septiembre de 1875), muestra con sólo 22 años, su lucidez intelectual, cuando afirma como.".la prensa está haciendo algo digno de ella: el país pregunta a sus hombres inteligentes, por qué se muere de hambre sobre su tierra riquísima, por qué la industria extranjera vive en México mejor que la industria mexicana.".para agregar que.".la imitación servil extravía, en economía como en la literatura y en política. ¿Un principio debe ser bueno en México porque se aplicó con buen éxito en Francia? ¿es la situación financiera de México igual a la francesa? ¿se producen las mismas cosas?¿están los dos países en iguales condiciones industriales?…".para arribar a la sabia conclusión de que.".a conflictos propios, soluciones propias" (44).

En esa propia revista aparecen publicados por vez primera sus juicios sobre José de la Luz y Caballero, en dos párrafos de hermosa prosa, inserto en un artículo más extenso sobre otros tópicos afines. En el mismo expresa como."..murió hace algunos años en La Habana, un hombre augusto. Él había dado a su Patria toda la paciencia de su mansedumbre, todo el vigor de su raciocinio, toda la resignación de su esperanza. También iba allí un pueblo a consagrar un cadáver. Los niños se agruparon a las puertas de aquel colegio inolvidable (se refiere a "El Salvador" N. del A.); los hombres lloraron sobre el cadáver del maestro, la generación que ha nacido siente en su frente el beso paternal del sabio José de la Luz y Caballero" (45).

Son notables, aunque menos numerosos, sus escritos en el periódico "El Federalista", iniciados el 7 de diciembre de 1876, con su artículo "Alea Jacta Est", en el cual critica el derrocamiento por el caudillo Porfirio Díaz, del Presidente Lerdo de Tejada (1823-1889), estrecho colaborador de Benito Juárez (1806-1872) y su sucesor en la presidencia de la República en el período de 1872 a 1876, donde expresa…".¿ con qué el fin es verdad?¿ con qué se vuelven a matar los mexicanos?¿con qué se ha violado una tradición, derrocado un gobierno, ensangrentando un año a la patria, para volver de nuevo a ensangrentarla, para desacreditarnos más, para ahogar en germen el adelanto que alcanzábamos y el respeto que se nos iba teniendo, para hacernos más imposibles a nosotros mismos todavía?" (46).

Regresa Martí a Cuba en 1878, pleno de nostalgias, tiempo en el que pronuncia discursos en diversos liceos y sociedades patrióticas, en una época poco propicia para ser escuchado y mucho menos comprendido, tras la firma del Pacto del Zanjón, lo que le cuesta nuevamente ser deportado, en septiembre de 1879.

Radicado a partir de 1880 en New York, Estados Unidos, inicia su colaboración, como crítico de arte, en la revista "Tour". En 1881, durante su breve estancia en Venezuela, promueve la edición de la "Revista Venezolana", de la que sólo llega a publicarse un número, el primero de julio del propio año. Algo similar a lo sucedido en México, con el autocrático caudillo Porfirio Díaz, le acontece en la tierra de Bolívar, con el dictador Guzmán Blanco. Al tornársele la situación insostenible, publica con fecha 20 de julio de 1881 su carta de despedida en el diario venezolano "La Opinión Nacional", donde expresa."…de América soy hijo y a ella me debo"., reiterando su concepción latinoamericanista, que lo acompañará toda su vida (47).

Ya de regreso a New York, mantiene su colaboración con ese diario, donde aborda en crónicas y artículos, tópicos de asombrosa diversidad, con notable agudeza de análisis e ideas progresistas e incluso anticipadoras de su propia época. Estas colaboraciones se inician en septiembre de 1881 y cesan en mayo de 1882, por discrepancias surgidas con sus editores.

El 15 de julio de 1882 comienza su colaboración en el diario "La Nación" de Buenos Aires, con más de 200 crónicas y artículos, actividad que se mantuvo de forma ininterrumpida hasta 1892, en que su labor organizativa de la Guerra Necesaria, le reclamaba todo su tiempo y energía. En uno de esos escritos Martí reitera su valoración del papel a desempeñar por la prensa."..que no puede ser en estos tiempos de creación, mero vehículo de noticias, ni mera sierva de intereses, ni mero desahogo de la exuberante y lujosa imaginación."(48). El Apóstol colabora además, a partir de marzo de 1883, con la revista "La América", bajo la dirección de Raúl Castro Palomino, de la que llega a integrar su cuerpo de redactores. Aún le alcanza el tiempo para colaboraciones esporádicas en los periódicos "La República" de Honduras; "El Partido Liberal" de México; "El Economista Americano", editado este último en Estados Unidos bajo la dirección de Néstor Ponce de León; "La Estrella de Panamá" y en los diarios neoyorkinos "El Avisador Cubano" y "La Juventud".

En 1889, a pesar del tiempo que le toma su intensa actividad revolucionaria, publica las conocidas tres ediciones de una revista dedicada a los niños: "La Edad de Oro". Redactada en lenguaje asequible pero culto, de compleja simplicidad, en prosa incomparable, esta nos queda como legado de ética y patriotismo.

El 14 de marzo de 1892 aparece el primer número del periódico "Patria", que precede en menos de un mes a la fundación del Partido Revolucionario Cubano, el 10 de abril. En el mismo sale su escrito titulado "Clubs nuevos", referido a la creación de estas valiosas organizaciones revolucionarias en Filadelfia y Atlanta dado que.".suele el patriotismo necesitar de espuela, sobre todo cuando ha visto una vez y otra la ineficacia de su abnegación, porque la abnegación es ineficaz y el genio mismo, cuando no se les conduce en acuerdo previsor, con las desdichas a cuyo alivio se consagran" (48).

"Patria" se dedicó a divulgar, por la pluma de Martí, del trabajo meritorio de los periódicos revolucionarios en el exilio o en la propia Isla, no obstante sus frecuentes conflictos y discrepancias dado que.".. Patria se ve en muchas penas. Le sobra alma y le falta espacio. Le sobra asunto y todo en el es urgente" (49). En su edición del 16 de abril de 1892, Martí valora positivamente la labor del diario "La Igualdad", fundado por Juan Gualberto Gómez en tierra cubana, en condiciones excepcionalmente difíciles y continuador de "La Fraternidad", iniciativa asimismo del amigo cercano, periodista y patriota. El 28 de mayo del propio año el Apóstol escribe elogiosamente sobre la Revista de la Florida", reiterando su criterio sobre la labor de la prensa cuando afirma que.".un palacio está ahí, donde nadie lo ve. Un periódico sin generosidad es un azote. Un periódico generoso es una columna" (50).

El 11 de junio de 1893 aparece en "Patria" su artículo "Nuestros periódicos" en el que aborda la labor ideológica y de cohesión revolucionaria realizada por publicaciones como "La Gaceta del Pueblo", revista fundada por el puertorriqueño Antonio Vélez Alvarado que.".con el mejor de su estilo y con el calor de su sano corazón, cuenta a los lectores de América los propósitos continentales"(51). En el propio escrito valora positivamente la labor de divulgación desplegada por el diario "Yara".

El 28 de enero de 1893, día de su onomástico personal, publica en "Patria" sus criterios sobre el periódico "El Radical", editado por el periodista cubano Pablo Rousseau que.."…hoy ya enriquece la prensa revolucionaria, con un periódico elegante y vivo, donde el reposo campea junto a la energía y tienen las ideas patrias defensor de altos vuelos" (52).El 17 de noviembre de 1894 dedica "Patria" un espacio para enjuiciar la labor del diario "La Verdad" de Rafael Guerra. En la misma afirma como.".Patria saluda con orgullo de cubano al periódico nuevo, seguro de que en el la majestad de la razón, aún cuando haya de tundir y esclarecer, no honrará con la disputa innecesaria el crimen y desvergüenza que salen siempre al camino de las obras virtuosas" (53),

En su edición del 30 de abril de 1892, el Apóstol escribe en "Patria" su artículo "El alma cubana", donde expresa como.".otros propagarán vicios o los disimularán, a nosotros nos gusta propagar las virtudes, por lo que se oye y se ve entra en el corazón la confianza o la desconfianza. Quien lee los diarios dominantes de La Habana, creerá que todo en la ciudad es pobre de alma y reparto de robos y ambición de café y literatura celestina; pero es preciso leer con los ojos sagaces, el diario que no se publica, el de la virtud que espera, el de la virtud oscura. Las almas como las tierras de invierno, necesitan de la nieve que las cubra, con muerte aparente, para brotar después, a las voces del sol, más enérgicas y primaverales" (54).

No podemos obviar que los más valiosos escritos martianos, que mantienen su plena vigencia, aparte de su invalorable epistolario, nos llegan a través de su publicación de la prensa escrita de la época. Mencionemos tan sólo la antológica "Nuestra América", publicada por vez primera en el diario mexicano "El Partido Liberal", el 30 de enero de 1891; "Respeto a nuestra América" en la revista "La América" de New York, en agosto de 1883; su crónica sobre "La Conferencia Americana", enviadas al diario argentino "La Nación", el 24 de enero de 1890; "La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América", publicada en la "Revista Ilustrada" de New York en mayo de 1891 y otras tantas que harían la lista interminable.

El último artículo periodístico de Martí se publica en "The Herald" de New York, el 2 de mayo de 1895, donde responde a infamantes injurias sobre el pueblo cubano. En su escrito conocido como "Vindicación de Cuba", expresa como.".nada piden los cubanos del mundo sino el conocimiento y respeto de sus sacrificios" (55).

Su caída en combate en "Dos Ríos", el 19 de mayo de 1895, es celebrada con júbilo por el "Diario de la Marina", en su edición del 17 de junio del mismo año, en la cual expresa como.".ha caído para siempre Martí, el jefe civil y delirante del movimiento separatista…Rudo, rudísimo es el golpe que acaba de sufrir la insurrección separatista y que sin duda precipitará el advenimiento de su término" (56).

La muerte de Martí y sólo un año después la caída en combate de Antonio Maceo, constituyeron sin lugar a dudas una pérdida irreparable para el ideario independentista cubano, que facilitó la primera ocupación norteamericana y la falta de unidad entre los patriotas, que matizó el devenir de la república neocolonial, plagada de incoherencias, traiciones, vacilaciones e inconsecuencias. Tan bien reflejadas en la prensa de la época.

El siglo XX cubano, si bien nos deparaba una supuesta independencia plagada de frustraciones, no obstante propició, sustentado en la conjunción del legado patriótico del siglo precedente, el ideario martiano y el Marxismo-leninismo, una nueva batalla de ideas, que nos permitía avizorar un futuro más promisorio

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (PRIMERA PARTE):

(1) "La prensa revolucionaria y la Guerra del 95" del Dr. Benigno Souza. En:

"Álbum del Cincuentenario de la Asociación de Reporters de La Habana" (1902-1952). Editorial LEX, La Habana, 1952. Página 92

(2) Obra citada. Página 96.

(3)El primer periódico conocido en Pinar del Río fue "El Veguero" (26 de junio de 1852). En Matanzas la primera publicación periódica: "El Diario de Matanzas", aparecido a principios de 1813. En Las Villas la primera imprenta conocida se estableció en Trinidad, en el establecimiento de Cristóbal Multra, donde se imprimió el pionero de la prensa en la provincia, titulado "Corbeta Vigilancia", el 20 de septiembre de 1813. En Camagüey, el primer periódico del que se tiene noticia es "El Espejo Diario", aparecido en 1812.En Oriente la primera imprenta se establece en Santiago de Cuba en 1792. El pionero en la prensa escrita fue "El Amigo de los Cubanos" cuyo primer número data de agosto de 1805. Estos y otros muchos datos de interés sobre la prensa escrita en Cuba y la actividad periodística en las provincias, hasta 1952, aparece en la obra ya citada. Páginas 65 a 80.

(4) Emilio Roig de Leuchsenring en su trabajo "El Sesquicentenario del Papel Periódico de La Habana, pionero de las publicaciones literarias en Cuba". Editorial Molina y Cia., La Habana, 1941. Consultar páginas 18 a la 30.

(5) Isabel Monal y Olivia Miranda en su obra "Pensamiento cubano. Siglo XIX". Tomo I. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2002. Página 107.

(6) Ibídem, página 168.

(7) Sugerimos consultar al respecto la documentada obra "La Colonia. Evolución socioeconómica y formación nacional. De los orígenes hasta 1867" de un colectivo de autores del Instituto de Historia de Cuba. Editorial Pueblo y Educación y Editora Política, La Habana, 2002. En particular el Capítulo VIII "De la Ilustración reformista al reformismo liberal" redactado por el Dr. Eduardo Torres-Cuevas. Páginas 331 a 332.

(8) Fernando Ortiz en "La Hija Cubana del Iluminismo". Imprenta Molina, La Habana, 1943. (9) Emilio Roig de Leuchsenring en "El Habanero, papel político, científico y literario". Universidad de La Habana, 1962. Páginas 11 a la 41.

10) "El Habanero". Universidad de La Habana, 1994. Página 5.

(11) Ibídem, página 5.

(12) Isabel Monal y Olivia Miranda. Obra citada. Tomo I. Página 293.

(13) Lo que se expresa al seleccionar para su epitafio:

"Aquí yace José Antonio Saco que nunca fue anexionista porque fue más cubano que todos los anexionistas".

(14) José A. Saco en Papeles sobre Cuba. Consejo Nacional de Cultura. 1963.

(15) Roberto Agramonte en "Aforismos de Don José de la Luz y Caballero". Universidad de La Habana, 1952. Página 208.

(16) Ibídem.

(17) José de la Luz y Caballero en "Escritos Educativos". Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1991. Página 135.

(18) Isabel Monal y Olivia Miranda. Obra citada. Páginas 304 y 305.

(19) Eduardo Torres-Cuevas en "Historia del pensamiento cubano" Volumen I, tomo II. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2006. Página 111.

(20) Ibídem. Páginas 162-163.

(21) Ibídem. Página 163.

(22) Ibídem. Página 163.

((23) Isabel Monal y Olivia Miranda. Obra citada. Páginas 317 a 363.

(24) Ver referencia 3.

(25) Joaquín Llaverías en "Contribución a la historia de la prensa periódica". Archivo Nacional de Cuba. Tomo I. La Habana. Páginas 180 a 199.

(26) José Antonio Saco. "Papeles sobre Cuba". Consejo Nacional de Cultura. La Habana, Cuba. 1963.

(27) Isabel Monal y Olivia Miranda. Obra citada. Página 469.

(28) Ibídem. Página456.

(29) Ibídem.

(30) Ambrosio Fornet en "La lectura, proletariado y cultura nacional". Revista "Casa de Las Américas". Enero-febrero 1977. No 100. Páginas 178 a 181.

(31) James J. O´Kelly. "La Tierra del Mambí". Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1968. Página 232.

(32) Ibídem. Página 39.

(33) Antonio Martínez Bello en su escrito "Dos periódicos autonomistas: El Triunfo y El País". Revista Universidad de La Habana, No 177, 1966. Páginas 89 a 190.

(34) "Artículos publicados en el periódico El Productor". Consejo Nacional de Cultura, La Habana, 1967. Igualmente aparece recogido en la obra ya citada de Isabel Monal y Olivia Miranda. Página 239.

(35) Colectivo de autores: "El movimiento obrero cubano. Documentos y artículos (1865-1925)" Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1975.

(36) Benigno Souza. "La prensa y la Guerra del 95". Obra citada. Página 93.

(37) Ibídem. Página 94.

(38) José Luciano Franco en "Antonio Maceo. Apuntes para una historia de su vida" Tomo I. Editorial Ciencias Sociales, La Habana. Página 346.

(39) Ibídem. Página 346.

(40) Ibídem. Página 347.

(41) Ibídem. Página362.

(42) Ibídem. Página319.

(43) Ibídem. Página 33.

(44) José Martí. Obras Completas. Tomo 6. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1975. Página 335.

(45) Ibídem. Tomo 6. Página 314.

(46) Ibídem. Tomo 6. Página 359.

(47)

(48) Camila Henríquez Ureña. "En torno a Martí, el periodista". En: "El periodismo en José Martí". UPEC. Editorial ORBE, La Habana. Páginas 7 a 33.

(49) José Martí. Obras Completas tomo 5. Ya citada. Página 5.

(50) Ibídem. "La Revista de Florida". Página 51.

(51) José Martí. "Nuestros periódicos". Obras Completas tomo 5, ya citada. Página 53.

(52) José Martí en "El Radical". Obras Completas tomo 5, ya citada. Página 54.

(53)

SEGUNDA PARTE.

2.- La primera ocupación norteamericana (1899-1901) como antesala de la República Neocolonial. (1902-1952). Hasta el golpe de estado del 10 de marzo de 1952.

La creciente complejidad del nuevo marco político, económico, social e ideo-cultural con que se inicia el siglo XIX cubano, signado por el enfrentamiento clasista y que se expresa entre otras esferas en el plano de las ideas, exige como única forma de preservar nuestra identidad cultural y nacional, la pervivencia de las fecundas tradiciones del pensamiento progresista cubano, entre las cuales podemos considerar la utilización de la prensa escrita como medio de difusión masiva más idóneos de su ideario, a la que se incorporarán en décadas sucesivas la radio (1922) y la televisión (1950).

La corrupción administrativa, la dependencia política y económica, la pérdida de la eticidad en no pocos funcionarios públicos y dirigentes políticos y el atentado permanente a nuestros valores culturales, constituyen sólo algunas de las lacras que caracterizarán a la naciente República, contra las que se enfrenta nuestro pueblo, nucleado alrededor de las ideas de personalidades progresistas, que surgidas de su seno, expresarían sus más legítimos intereses.

Las deplorables consecuencias de la primera ocupación norteamericana, para la naciente Republica neocolonial y su tormentoso devenir histórico, preñada de acontecimientos, contradicciones, enfrentamientos, crisis y conmociones sociales quedan reflejadas en los periódicos y revistas de la época, como reflejo de del desarrollo y consolidación del pensamiento progresista cubano frente a sus antípodas permanentes: el entreguismo, la politiquería, el lacayismo y la inmoralidad pública y privada.

2,1.- Desde el inicio de la primera ocupación norteamericana hasta comienzos del gobiernos de Alfredo Zayas. Etapa de 1899 A 1920.

No pocos periódicos, ya existentes desde la última década del siglo XIX, prolongan su existencia ya iniciada la nueva centuria como "El Nuevo País", "La Lucha", "La Discusión" y el "Diario de la Marina", entre otros, cada uno expresando específicos intereses de clase o de sectores sociales específicos. Otros nacen en los primeros lustros de la República como "El Mundo", "El Comercio", "La Voz Obrera" (Órgano Oficial del Partido Obrero fundado por Carlos Baliño); el semanario "Alerta", bajo la dirección de José F. Hernández (miembros de la Liga General de los Trabajadores Cubanos) y que junto a los diarios "El Reconcentrado" y "Tierra" de tendencia anarquista, muy en boga entre el sector obrero de la época, apoyaron la llamada "Huelga de los Aprendices", protagonizada por los tabacaleros en 1912; así como "La República" fundado por Juan Gualberto Gómez, en 1903, quien fuera anteriormente redactor de "La Discusión", cargo al que renunció al asumir la dirección de este posiciones pro-plattistas

En 1906 aparecen "El Partido Liberal" y "La Nación; en 1907 "El Imparcial" y en 1909, "Previsión", defensor del programa del Partido de los Independientes de Color (creado en 1908) y lidereado por Evaristo Estenoz, dirigente obrero y Pedro Ivonet, antiguo Coronel del Ejército Libertador, ambos asesinados, con no pocos de sus seguidores, en el frustrado alzamiento de 1912, durante el mandato de José Miguel Gómez, por tropas del eufemísticamente llamado Ejército Constitucional creado durante la Segunda Ocupación Norteamericana (1906-1909), por el corrupto general Magoon. (1). Igualmente se edita por primera vez en 1910, "Liborio"; en 1911, "El Día"; en 1913, "La Noche" y "El Heraldo de Cuba", este último bajo la dirección de Manuel Márquez Sterling; en 1914 nace "La Prensa"; "El Diario de Cuba" en 1917 y en 1920 "El Cuarto Poder", bajo la dirección de Ramón Vasconcelos

Entre las revistas se destacan "Bohemia" (1908), que desempeñaría un lugar importante en la prensa nacional durante República neocolonial. En 1905 ve la luz como semanario de sátira política "La política Cómica". No se puede dejar de mencionar la revista "Social", por iniciativa del destacado intelectual progresista y prestigioso historiador, Emilio Roig de Leuchsenring, de meritoria actividad en años posteriores como Historiador de Ciudad de La Habana y en la que se divulgaron importantes escritos del llamado "Grupo Minorista" (2).

Incluso ya desde los oprobiosos tiempos de la Primera Ocupación Norteamericana (1899-1902), periódicos como "La Lucha" y "La Discusión" publican en sus páginas discursos y pronunciamientos de destacados representantes del pensamiento progresista cubano y partícipes activos en las luchas independentistas como Manuel Sanguily, Juan Gualberto Gómez, Enrique José Varona, Enrique Collazo y Eusebio Hernández. "La Lucha" en sus ediciones del 20 de enero y 5 de mayo de 1899 divulgan criterios de destacados representantes del pensamiento progresista cubano, contra las medidas tomadas por las autoridades interventoras como el licenciamiento del Ejército Libertador y el desconocimiento de la autoridad de la Asamblea del Cerro, premisas condicionantes de la futura imposición de la Enmienda Platt (3).

Respecto a la problemática económica y en particular la reclamación de aranceles equitativos en el comercio con Estados Unidos, este concita criterios y reflexiones publicados por los diarios "La Lucha"(20 de enero de 1901); "La Discusión" (15 de enero de 1901); "El Comercio" (16 de enero de 1901) y "El Nuevo País" (18 de febrero de 1901), esfuerzos que se vieron frustrados por la imposición del oneroso y mal llamado Tratado de Reciprocidad Comercial de 1903 (4).

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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