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Marxismo: La ridícula ignoracia prepotente (página 2)

Enviado por walther Gahn


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El trabajo se transforma, en una acción alienante, ya que no implica de su libre actividad, sino de una actividad que es "para otro", que ya no les concierne porque le concierne a quien haya explotado su fuerza de trabajo. De esta condición, es él capitalista el que, con la adjudicación del producto, se apropia de la actividad de los demás. Asimismo, el producto elaborado se vuelve "enemigo" de su creador, puesto que acrecienta la riqueza del capitalista. De este modo el trabajo se transforma en una actividad perpetrada sobre la "dominación, la coerción y la explotación del hombre por el hombre". Los capitalistas ven a los obreros como instrumentos para usufructuar sus propios intereses.

La explotación del trabajador se origina de dos maneras; en primer lugar, el capitalista lo explota al apoderarse de la materia prima y de los medios de producción, así como de la plusvalía originada por el trabajador; en segundo lugar, lo explota como mercancía, considerándolo un mero complemento de la maquinaria, una fragmento más del régimen de producción. El obrero pierde toda franquicia personal y toda posibilidad de hallar complacencia en el trabajo, su propia actividad, se convierte en el medio que creará su vasallaje y sujeción, su alienación.

Esta situación de servidumbre se perpetúa por medio de la alienación ideológica. En ésta el trabajador cree que es genuina la retención de la plusvalía por parte del burgués. El proletariado cree que, como el burgués posee los medios de producción (tierra, maquinaria, fábricas), posee un derecho constituido para explotar su fuerza de trabajo. A su vez, se considera justifica la tenencia de los medios de producción porque emana de una usurpación de plusvalías en etapas antepuestas, edificándose un círculo vicioso en los términos de legitimación de la explotación y usurpación. La eficacia de esta usurpación, reposa sobre la noción de legalidad: presentarse ante las conciencias de los explotados como moralmente justificables. La ideología burguesa crea una falsa conciencia, una representación incongruente de la realidad a fin de que los explotados imaginen y supongan natural, como un fatalismo y consideren ineludibles sus míseras vidas: "siempre ha habido ricos". La ideología constituye entonces, en la culminación del proceso de alienación.

¿El comunismo es utopía?

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Si nos basamos en las ciencias naturales, por ejemplo, en el transcurso de la historia del universo, han ocurrido varios cambios revolucionarios, todos ellos sorprendentes y extraordinarios, uno de ellos es el surgimiento de la vida ¿Cómo fue posible que de las moléculas que no están vivas haya surgido la vida? Hasta ahora no conocemos otro planeta con vida. En un proceso de millones de años, ¿Cómo fue posible que de los animales que son irracionales surgiera el ser humano que es racional? Hasta ahora no conocemos a otro animal con nuestra capacidad intelectual, emocional o creativa. Considerando estos grandes saltos en la historia del universo, ya no suena tan utópico el comunismo.

Utopía gritaban los esclavistas a Espartaco, utopía gritaban los señores feudales a la burguesía, utopía grito Kereski a Lenin tiempo antes de la revolución de Octubre. La historia de la humanidad ha demostrado que no existen utopías irrealizables (al menos en política) distintos sistemas han transcurrido a lo largo de toda la historia de la humanidad, el esclavista, el feudal, el burgués capitalista, todos ellos se mostraban como inquebrantables e inmunes a cualquier cambio, sin embargo los hechos que precipitaron sus caídas no demoraron en aparecer. La rebelión de Espartaco hasta la revolución francesa, y los distintos oleajes revolucionarios desde el 1820 hasta el 1848 dejaron constatado que la realidad la cambian los hombres por medio de su accionar. Herederos de la "diosa" razón el hombre no se conformó con observar al destino como fatalidad, las cosas no se dan porque hay seres omnipresentes que guían la conducta histórica de los pueblos, el oscurantismo medieval quedo pulverizado cuando el hombre decidió cambiar su historia (antropocentrismo).

La nueva mirada puesta en el individuo como transformador de su realidad, de su contexto nos permite pensar que nada (insistimos) políticamente hablando es una utopía, que todo está en proponer nuevas alternativas que demuestren soluciones a los distintos problemas que acarrea hoy la existencia humana.

Veámoslo desde otra perspectiva. La humanidad ha vivido aproximadamente 45 mil años. Vivió en diversas formas de comunismo primitivo durante casi 40 mil años, unos mil 300 años en un sistema esclavista, otros mil 300 años en un sistema feudal y poco más de 200 años en el capitalismo. Con ello se puede apreciar que el comunismo ya existía en alguna forma y es el modo que más tiempo ha perdurado, además, cada sistema social es igual o menor en tiempo que el anterior, de modo que si seguimos la secuencia el capitalismo no puede durar eternamente. De esto no se deduce o se afirma que el comunismo llegará, pero lo que sí es seguro es que habrá otro sistema social que no será el capitalista, de nuestras acciones depende que surja un sistema más humano.

Otro aspecto importante es la mentalidad. Se ha dicho que el ser humano es egoísta por naturaleza, ya que en todos los sistemas sociales lo ha sido. Habrá que decir que los 40 mil años de comunismo primitivo predominó la cooperación antes que el individualismo, la razón fue que los recursos eran escasos y la cooperación fue el único modo de subsistencia. Esto podría hacernos pensar que no volveremos a ser cooperativos puesto que actualmente los recursos son vastos, mas existen muchas comunidades como las zapatistas que sí practican esa visión solidaria, incluso el cristianismo en sus inicios era plenamente cooperativo. En pocas palabras, en todas las épocas han existido sociedades cooperativas que ven por la comunidad antes que por el individuo (véase el libro de los hechos de los apóstoles) y ahora que los recursos alimentarios sobrepasan por mucho lo que necesitamos, tenemos las condiciones materiales para una transformación global, sólo hace falta la suficiente concienciación para lograrlo.

Uno de los prejuicios más comunes consiste en creer que el comunismo es irrealizable por el grado de complejidad que adquirió las sociedades actuales, por esta razón se cree imposible implementar un sistema donde no existirían gobernantes (una vez que se adquiere la conciencia colectiva, previa instauración de la dictadura democrática el proletariado, véase Democracia Socialista de Lenin), por este juicio resulta ilógico que millones de habitantes puedan organizarse sin una autoridad que imponga los límites, los deberes y las obligaciones. Pero en la actualidad ¿Alguien nos impone el vestirnos para salir a la calle, o el saludo cuando entramos a un lugar desconocido? No, nadie lo hace, se produce de manera espontánea porque ya adquirimos como hábitos culturales, porque socialmente nos formamos con esos valores. Esto es así gracias al proceso de socialización de los mismos, las instituciones encargadas de ello realizan su tarea moldeando al ser bajo estos parámetros (instituciones como la familia, la escuela, los medios de comunicación, etc). Bien si todos estos valores y actitudes las logramos sin autoridad alguna, ¿No es posible adquirir un grado de concientización elevado si se nos muestra otros valores y pautas culturales basadas en otras relaciones sociales?

Otro prejuicio que se asocia a ello, es la visión que se tiene sobre las masas. Estas son ignorantes e ineptas para gobernarse por sí (si bien es cierto que en la actualidad la mayoría de los sectores humildes son analfabetos políticos), esto hace caer en una suposición errónea, ya que analiza supuestos futuros con valores y realidades del presente.

El escenario vigente denota y expresa, un contexto donde el proletariado, la clase obrera, carece (en su gran mayoría) de los medios para poder instruirse cultural e intelectualmente. Una clase social que padeció la desnutrición, que no pudo asistir a una buena educación (al menos en las mejores condiciones), hace deliberar que es imposible el autogobierno y lograr la conciencia de clase; pero ¿Qué sucedería si a esta clase se le brinda la oportunidad de formarse, si se le manifiesta las condiciones básicas para lograr una educación integra? Todo ser humano es capaz de tomar decisiones políticas si tiene las posibilidades materiales y espirituales para poder llegar a ellas. La educación cumple un rol importante en esto, pero es el Estado quien debe regir primero nuevos parámetros sociales para que estas nuevas condiciones se masifiquen.

Todo este análisis es sin mencionar que podríamos catalogar de idiotas a muchos gobernantes actuales (supuestamente instruidos).

Marxismo para faloperos, borrachos y otros enfermos

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Se cae con simpleza en el intencional error de confundir marxismo con flagelos tales como las adicciones (generalmente estas adicciones vinculadas con los resentidos sociales). Se busca relacionar el "ser de izquierda" con la cultura hippie. Así el sentido común caratula a todo marxista como drogadicto falopero o borracho resentido. El ser de izquierda entonces se transforma, según este imaginario colectivo, en una persona que necesita ingerir basuras inhibidoras o estimulantes, como las drogas legales (alcohol o tabaco) o ilegales (marihuana entre otras) con el fin de poder escapar a la penosa e ingrata realidad que les toca en suerte. Son aquel grupo o sector social inadaptado que mira con recelo el progreso ajeno o que le faltan huevos (u ovarios) para enfrentar y solucionar los distintos problemas que se les presenta, o simplemente por la estupidez de autoflagelarse.

Bien, nada de estas visiones son correctas, el marxismo no es sinónimo de enfermos (pues todo adicto es un enfermo, y lo es no porque quiere serlo, sino porque un medio social y cultural lo fustigó a ello), el marxismo no es una actitud de resentidos sociales, es una interpretación científica de la realidad que intenta explicar el porqué de las cosas, e instruir en un itinerario dialéctico que pretende establecer la colectivización de los medios de producción no por envidia o rencor, si no con el fin de acabar con las injusticias sociales, con el hambre y la miseria (véase el Capital o el Manifiesto Comunista de Karl Marx), el marxismo lejos de ser un acto vengativo es un intento de solucionar todos los problemas que acarrea la raza humana. El marxismo se presenta como una contra cultura, pero esto no significa que abale el uso de sustancias nocivas para el cuerpo humano, no significa que aquel militante de izquierda sea un drogadicto. El marxista es antes que nada un individuo que ama la vida, y como tal lucha contra todo aquello que atenta contra ella (por este motivo luchará contra la venta y el uso de drogas)

¿Pero muchos "progres" están a favor del uso de sustancias o el consumo de drogas? Esta mirada liberal de la izquierda (traído de los pelos) es consecuencia del discurso equívoco del fin de las utopías que ensaya el teórico posmodernismo.

No es más que un propósito diagramado con la intensión de establecer una apatía política, un descreimiento de la acción colectiva, e insta a plegarse bajo la bandera del individualismo a las clases oprimidas (véase contra el posmodernismo de Alex Callinicos). El posmodernismo es una falacia que intenta disimular la lucha de clases, pues los ideales de la modernidad a un no han sido alcanzados, y por ende no se han extinguido. El cuento de la posmodernidad quiere esconder u encubrir el declive moral del capitalismo, su crisis estructural y su agonizante estado actual.

El marxismo al luchar por nuevas relaciones sociales, intentará establecer una sociedad donde los individuos carezcan de situaciones que los lleve a ingerir drogas u otras sustancias nocivas como modo de evasión de la realidad, los jóvenes tendrán estimulantes más que suficientes para encontrar sentido a sus vidas, este poderoso estimulante se llamará revolución.

El invento burgués de la patria. El marxismo visto como ideas de otros

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El patriotismo es la principal parte de la ideología mediante la cual la burguesía envenena la conciencia de clase de los oprimidos y paraliza su voluntad revolucionaria, porque patriotismo significa sujeción del proletariado a la nación, tras la cual está la burguesía.

Lev Trotsky

La dictadura militar, hipócritamente se mostró como defensora de los intereses de la patria (y por el contrario, fue contra los intereses del proletariado de esa patria que decía defender), en nombre de esa patria se hizo desaparecer 30 mil personas, bajo la bandera del nacionalismo se hizo la guerra de Malvinas, guerra que enfrento (como todas las guerras) a obreros contra obreros, pues ningún patrón tomo los fusiles para defender sus negocios, si, Malvinas era una excusa política para salvaguardar una dictadura que tenía contadas sus horas (como el gobierno de Margaret Thatcher) pero significaba también intereses geopolíticos de ambas burguesías beligerantes, la burguesía argentina y la burguesía inglesa. Es decir, Malvinas como cualquier otra guerra donde se usan jóvenes de las clases bajas, fue sinónimo de frío, hambre y muerte, como cualquier otra guerra es sinónimo de saqueo, Malvinas como cualquier otra guerra es matar para beneficio de unos pocos.

Como distinguimos de que nacionalidad somos ¿Tenemos acaso un color de sangre distinta? ¿Somos diferentes en cuanto a los valores éticos planteados internacionalmente? ¿Qué nos diferencia? La respuesta es simple, no somos diferentes, no nos diferencia nada, más que nuestras pautas culturales. Pero eso no es motivo de conflicto. Acaso, ¿No somos culturalmente distintos los porteños con los jujeños, los santafecinos con los rionegrinos, o los formoseños con los habitantes de Mendoza? Verdad que lo somos, sin embargo somos de la misma nación, la nación argentina. Al margen de tener diferentes pautas culturales, respetamos los derechos humanos universalmente aceptados. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que la patria, esa línea fronteriza invisible, inventada para genera divisiones entre clases, es solo eso, un invento.

La raza humana tiene una sola patria, y esta es el mundo. Bajo los ideales nacionalistas se realizaron las masacres más atroces, o se sedujo y se embauco a todo el proletariado tras consignas que ayudaron a oprimirlos más. El nacionalismo hizo que los obreros apoyen aplaudiendo y coreando a vivas voces ¡Patria si, colonia no! Consigna que significaba: vamos a morir, burgués explotador, por tus negocios sucios.

El marxismo no reconoce patrias, porque entiende que la lucha se da entre clases sociales, entre explotados y explotadores, entre opresores y oprimidos, (véase el internacionalismo proletario de Vladimir Lenin) entiende que el Estado y la nación está controlada por la clase dominante y personifica esos intereses, ser fiel a ello significa aceptar el yugo tiránico conscientemente.

Para el marxismo la patria es el mundo, por esto Marx cierra el Manifiesto con el deseo expreso ¡Proletarios de todos los países uníos! (vale aclarar que la teoría del socialismo en un solo país es una contradicción y tergiversación a la doctrina de Marx).

La dictadura también implantó la idea de que el marxismo es una doctrina o una ideología extraña o forastera. Esta tosca conjetura o categorización del socialismo aun hoy perdura en el imaginario colectivo. Si partimos de la ideología liberal que sustentaba la dictadura argentina (y las de América por sí acaso), tiene su origen en el imperio inglés, sus ideólogos como Adams Smith, Thomas Malthus o David Ricardo son de origen anglo, es decir tampoco el sistema que hoy nos explota (y nos explotaba) es de origen "nacional."

El marxismo surge con Marx, pero este y los marxistas no reconocen patria ni fronteras, Marx sabemos nació en Prusia, actual Alemania, al igual que el liberalismo, el marxismo proviene del viejo mundo, al igual que el liberalismo (en su aplicación práctica) no reconoce Estados nación, son sistemas pensados desde lo universal.

El materialismo de Marx

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El fundamento de la filosófica marxista es el materialismo dialéctico. Sin embargo, la palabra materialismo se presta a galimatías de interpretaciones que bordean el absurdo. El "materialismo de lo material" es la ideología del consumo, donde se es materialista cuando se buscan los bienes materiales por encima de los valores espirituales. Por el contrario, el "materialismo de la materia" es el que describe que la realidad se compone de objetos inconstantes y que no dependen de entidades espirituales para existir. En este segundo sentido es donde debe interpretarse el marxismo.

De esa confusión surge la obcecación de que el marxismo es un economicismo, es decir que pretende reducir y someter la realidad a la economía o que considera que lo único sustancial es el bienestar económico. Pero es inversa la idea, es el capitalismo quien promueve lo económico como prioritario, incluso frente a la propia vida.

En contraste, el marxismo busca un desarrollo integral del ser humano, donde las actividades del hombre, a nivel físico, intelectual, artístico, científico, político y emocional, entre otras, puedan desplegarse de forma libre y creativa; pero considera que esto es imposible en la sociedad actual, pues la mayor parte de la población mundial vive por debajo de la línea de pobreza.

Primero entonces hay que alcanzar una vida digna para todos, donde las cuestiones económicas son primordiales, para poder desarrollar plenamente las disciplinas de la cultura. Esto no implica que sólo el factor económico sea importante, sino que todos los factores sociales son imprescindibles (político, cultural, étnico, ideológico, etc) pero que en última instancia el modo en que nos ganamos la vida es lo que determina todo lo demás, es decir, las instituciones sociales (la superestructura) son forjadas con la base material de donde surgen todas las demás (lo que Marx llama estructura).

La dictadura democrática del proletariado

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La dictadura burguesa es la forma de gobierno donde un puñado de parásitos explota a la mayoría del pueblo trabajador. Tras la figura del dictador se esconde los grandes monopolios económicos, los grupos concentrados que manejan las riendas del Estado. El dictador siempre tendrá la complicidad de las instituciones que mantienen o desean mantener el orden imperante.

En primera instancia habrá que analizar cómo están compuestas las democracias en la actualidad. En teoría los gobernantes son elegidos por los ciudadanos, pero en la práctica sólo los más poderosos pueden financiar candidatos y partidos, de modo que la elección popular está limitada a elegir a los representantes de los de arriba. En otras palabras, aquéllos que poseen los medios de producción (la burguesía) imponen una serie de candidatos y a los desposeídos (proletarios, en sentido amplio) les toca elegir en qué grado quieren seguir siendo oprimidos. Dicho brevemente, las democracias actuales no son otra cosa que dictaduras de la burguesía.

¿Cómo transformar esa situación política? Definitivamente no se podrá hacer electoralmente, ya que es imposible registrar candidatos que no cuenten con el apoyo de los poderosos, o bien es imposible hacerle promoción sin recursos económicos, o en todo caso no se le permitiría ganar en razón de que está en contra de los intereses de los poderosos. Por el contrario, para derrocar a la dictadura de los burgueses, es necesario instaurar, de manera temporal, una dictadura del proletariado, también llamada socialismo. En dicho periodo el poder es tomado por la auténtica mayoría y se impone a la minoría que es despojada de los medios de producción, mismos que pasan a propiedad del nuevo Estado proletario, es decir, de la auténtica mayoría.

Una vez que se ha reducido al mínimo a los disidentes del nuevo orden político, el Estado proletario y la dictadura misma, se disuelven en el comunismo, donde ya no es necesario ejercer el poder para oprimir a otros (como se hace actualmente) pues el pueblo es dueño de todo, de modo que se logra la democracia plena y lo que era el Estado se convierte en una mera función administrativa.

¿En qué se diferencia Estado autocrático de la nobleza y del Estado burgués, con el Estado proletario?; en que la nobleza y la burguesía se apoderan del poder gubernamental con el objeto de defender sus privilegios, usufructuando la mayor ventaja de la explotación a los obreros. Estas dos formas de Estado facilitan la expoliación de las masas trabajadoras y la violencia sobre ellas por parte de un grupo de explotadores.

El Estado proletario, en cambio, persigue un fin disímil y antagónico, éste es, arrancar definitivamente de manos de la burguesía todos los instrumentos de producción, es decir, fábricas y las grandes extensiones de tierra; abolir la división de la sociedad en clases; acabar con la explotación del hombre por el hombre; introducir la obligación del trabajo como una necesidad social, no como una herramienta a favor para una clase.

El marxismo no es supresión del individuo

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El humanismo marxista es claro y contundente, no interpone exclamaciones enfáticas sobre el amor a la humanidad. Su intención es ilustrar a los hombres a no considerarse como una mercancía que se compra y se vende, como una materia prima que se ofrezca para producir el oro y la ostentación de la burguesía. Su cometido no es hacer manifestaciones líricas sobre el amor, sino que generar en la clase obrera conciencia de la misión histórica. Existen teorías que exaltan al individuo ante la sociedad, estas son llamadas individualistas, como lo son el liberalismo capitalista. Existen otras, sin embargo que preponderan a la sociedad por sobre del individuo, como el holismo y el colectivismo. A menudo se tiene la creencia de que el marxismo cae en esta última categoría, lo cual es erróneo.

Para el marxismo es tan imprescindible la sociedad como el individuo. Es decir, el marxismo no es individualista ni colectivista, sino dialéctico.

Lo que acontece es que existimos en un individualismo exacerbado, confundiendo bienestar material con "libertad" y "éxito". Por ejemplo, se señala a Cuba en el sentido de que aquella sociedad no puede acceder o poseer autos de alta gama (circulando con modelos el año 50), o poseer una gran casa o tener la posibilidad de viajar al extranjero. Pero eso no es necesariamente libertad sino frivolidad. No hace falta un automóvil en específico para disfrutar de un paseo, la necesidad real es la de transportarse, ocurre entonces que la sociedad actual nos impone el estatus de sobre en automóvil para ser reconocidos como personas triunfantes. No hace falta poseer una mansión para vivir, sino una vivienda digna, pero la sociedad actual nos impone los lujos habitacionales como forma de vida. Finalmente, viajar o mejor dicho "turistear" es otra más de las aparentes necesidades que nos da prestigio ante la sociedad, pero de ningún modo es primordial para un pleno desarrollo humano.

Además, si la sociedad capitalista presume de "libertades" como los autos, las mansiones o los viajes, es contradictorio que sólo una exigua parte de la población tenga la posibilidad de disfrutarlos. Por el contrario, en los países comunistas existen más garantías de salud, alimentación, educación y vivienda para toda la población, tanto que la UNESCO registró y reconoció que Cuba ha erradicado la desnutrición infantil por completo. ¿Quién es más libre, el que tiene la libertad de viajar pero se muere de hambre y de miseria? ¿O el que no viaja pero posee una vida digna?

Otro argumento capitalista contra el marxismo es que suprime el espíritu de competitividad, ya que busca compartir la riqueza (vale aclarar de los medios de producción). Pero el marxismo no está en contra de toda competencia(siempre y cuando esta no implica enajenación de un individuos sobre otro), sino que está en contra de la competencia rapaz que atenta contra la dignidad humana, es decir, la competencia económica y el afán de enriquecimiento material a costa del trabajo ajeno. Podemos competir en ciencia, en artes, en técnica, en deportes, pero que el espíritu sea genuino, que no esté degradado y reducido por intereses económicos.

Otro argumento más reside en conceptuar que el socialismo conjetura que todos somos iguales y con ello elimina la singularidad humana. Por el contrario, el capitalismo es quien acomete y aspira concebirnos como meros productores de mercancías, como meros consumidores y perpetra maniobras mercadológicas para homogeneizar los gustos y aspiraciones de toda la sociedad. En contraste, el marxismo reconoce que somos diferentes, y pretende lograr la equidad económica, para que todos puedan tener igualdad de oportunidades, es decir, que cada cual trabaje de acuerdo a sus capacidades y reciba recursos de acuerdo a sus necesidades (esto será posible en la fase final del socialismo, donde la comunidad adquirió una elevada conciencia social).

El marxismo idiologizante. ¡Marxista eres muy subjetivo!

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El analfabeto político es tan animal que se enorgullece e hincha el pecho al decir que odia la política. No sabe el imbécil que de su ignorancia política proviene la prostituta, el menor abandonado, el asaltador, y el peor de los bandidos, que es el político aprovechador, embaucador y corrompido, lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.Bertold Brecht

Generalmente se acomete contra el marxismo por ideológico, como si tal calificativo fuera despectivo.

El problema es que en todo momento poseemos un determinado rol en la sociedad por lo que es imposible dejar de posicionarnos, dejar de tomar una postura, dejar de tener una ideología. Quien dice que no es de derecha (del lado de los explotadores) ni de izquierda (del lado de los oprimidos) está tomando una postura que acredita y avala de alguna forma la situación actual (es decir la de opresión), puesto que no la cuestiona, de modo que termina siendo de derecha. Quien dice que no practica ninguna ideología posee una ideología apática que garantiza la explotación.

Por el contrario, aceptar que se ostenta una ideología es el primer paso para ser conscientes de nuestro papel en la sociedad.

Que el marxismo sea ideológico como toda otra postura política no implica que deje de ser científico, (esta es crítica es común dentro de la docencia) pues si bien los resultados de toda pesquisa científica son objetivos antes que ideológicos, dichas investigaciones son orientadas con fines particulares que contribuyen a ciertos grupos de poder, más que a la población en general. Por ejemplo, la investigación en salud no se efectúa para salvar vidas, puesto que en la sociedad capitalista la vida tiene un precio determinado (salvar la vida dependerá del poder adquisitivo de la persona en cuestión). En ciencia social las indagaciones suelen efectuarse para manipular a la población más que para beneficiarlas.

A diferencia de las demás ideologías el marxismo busca ser la más completa de ellas, dado que su objetivo es lograr una visión desde los oprimidos, que busque cambiar por completo, revolucionar el sistema político actual y superar la polaridad entre poseedores y desposeídos.

En ese sentido cobra vital importancia la idea de instruirnos y tomar una postura política, puesto que de lo contrario, nuestra indiferencia permite y asiente la explotación burguesa vigente.

Marxismo: ¿Mujeres para todos?

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Las más explotadas son las madres de nuestro pueblo. Ellas están de manos y pies amarrados por la dependencia económica. Son forzadas a venderse en el mercado de la boda, como sus hermanas prostitutas en el mercado público.Friedrich Engels

Uno de los mitos más ridículos y cómicos referidos al marxismo es que en él, como busca abolir la propiedad privada, las mujeres deben ser propiedad de todos (como si la mujer fuese un objeto). Esta afirmación no fue expresada jamás por ningún marxista, es más propia de Platón, pues inclusive en el socialismo utópico (el de Saint Simón por ejemplo) ya se asumía una idea muy vanguardista del papel de la mujer en la sociedad, Fourier señalaba que el género no sea un constituyente ni principio de exclusión o disgregación.

Lo que plantea el marxismo es extinguir el antagonismo diferencial entre los sexos, es decir, que se deje de ver al hombre y a la mujer como dos polos extremadamente opuestos, ambos géneros poseen sentimientos, intuiciones, fortaleza, carácter, inteligencia y ningún estudio científico ha demostrado que tengamos alguna de estas cualidades en disímil simetría, con excepción de la fuerza física. Es la sociedad la que ha determinado la personalidad de hombres y mujeres hacia dicha polarización.

Por otro lado, hay diversas tipologías de feminismos no marxistas que han conseguido conquistas en el terreno laboral, legal y cultural, la controversia está que mientras no se supere el sistema capitalista, todas estas acciones equivalen a tratar de sacar el agua del barco que se hunde, en vez de cambiar de barco, es decir, mientras no se supere este sistema que oprime y explota, las conquistas sociales no subsistirán.

Si bien el patriarcado es más pretérito que el capitalismo, la emancipación marxista no se circunscribe únicamente a la enajenación capitalista, ya que su perspectiva dialéctica busca superar e integrar todo nuestro devenir histórico.

Conclusión

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Sintetizando, la mayoría de las personas poseen una idea errónea sobre el comunismo, muchas de estas ideas tienen su origen a la transmisión oral de ese "sentido común", o debido a que lo observaron en un films, o porque se lo dijeron sus padres o el bruto e indocto profesor de Educación Cívica. Esto quiere decir que la idea colectiva de comunismo que tiene la sociedad es impuesta. En parte, creo que es consecuencia de un aparato propagandístico de Estados Unidos lanzado durante la Guerra Fría, (es decir, del capitalismo) y esa supuesta Guerra Fría aún no ha finalizado. Películas como Rambo, o Rocky, atestiguan lo dicho, ejemplos de esto hay millones.

Mucho de estos supuestos hicieron y hacen creer que el marxismo es una imposición, un sistema donde no existe la libertad (al menos la subjetiva) Pero pensando un poco… ¿Tienes libertad en el capitalismo para trabajar? La respuesta es más que obvia, en el capitalismo estás obligado a trabajar, porque necesitas vivir, y para vivir necesitas comer, y para comer necesitas plata, y para tener plata necesitas trabajar… Así que eso no es libertad. Por otro lado, en casi la mayoría de las circunstancias tampoco podes elegir el trabajo, trabajas de lo que hay, no de lo que quieres…. ¿Entonces de qué libertad hablamos?

En el comunismo también tienes la obligación de trabajar igual que en el capitalismo, pero hay un subterfugio. En el comunismo no se trabaja por la rentabilidad (ni para que unos pocos individuos se enriquezcan), se trabaja por el bien común, el trabajo es socialmente inexcusable e imperioso. Y esa es la clave. No podes hacer la del vago (la del burgués), la comunidad depende de vos, en juicios extremos hasta podría dársele prisión al que no trabaje.

A estos argumentos el burgués podría retrucar… ¿Y si estoy rodeado de incompetentes? Sería infructuoso su trabajo, sólo esgrimiría el mío y perderíamos competitividad. Pero resulta que en el comunismo no existe la "competencia". No se compite porque todos son uno, tu reto es el progreso humano en lo social, cultural, moral, tecnológico…es decir el objetivo es colectivo y a la vez personal. No es solo el de tus propios intereses. En el comunismo podes elegir tu casa y tu auto…. Sí. Pero se tiene la idea de que ser comunista es ser pobre, que ser comunista es tener un pan para un millón y medio de personas y partirlo en partes iguales. Y esas ideas impuestas son falaces.

Con esto puedo relacionar el tema de Cuba. La crítica liberal hacia la isla del Caribe es incesante, mucho se ha dicho sobre ella. En Cuba, Vietnam, Corea del Norte, etc., la gente vive en la escases de bienes porque existen trabas económicas impuestas por los países capitalistas. (Parece que el comunismo funciona si no, para que enfrentarlo). Si el mundo se convirtiera instantáneamente en Comunista esto no ocurriría (por eso Trotsky hablaba incansablemente sobre la necesidad de una revolución mundial), todas las naciones del planeta tendrían al servicio la tecnología y todos los medios disponibles para sortear las dificultades. Por esa cuestión vemos hambre, (por supuesto no voy a negar que han existido dictadores corruptos que han empobrecido a las naciones que pretendía llegar al comunismo, (como Stalin por ejemplo) sin olvidarnos que las revoluciones triunfaron en países subdesarrollados y agrarios, contrario a lo que predijo Max. La Unión Soviética cayó por culpa de la corrupción dentro del partido comunista y por haber aplicado la tergiversación teórica conocida como el "socialismo en un solo país". Ni Estados Unidos con todo su enorme aparato propagandístico, ni los bloqueos económicos consiguieron la caída del régimen, fueron ellos mismos los que indujeron su caída.

La aplicación del marxismo en Rusia hizo que en solo 14 años, se pasara de ser uno de los países más pobres de Eurasia para convertirse en potencia mundial. Fueron ellos, los soviéticos quienes por primera vez mandaron un ser humano al espacio.Ni los azotes de la guerra civil, ni las consecuencias de la primear guerra mundial pudieron truncar el proyecto genuino de Lenin. Cualquier país capitalista en equipares condiciones se hubiera desplomado casi instantáneamente.

Por otro lado es necesario aclarar que el comunismo a un no, ha sido aplicado en el mundo. El comunismo es un sistema acéfalo, o sea, sin una clase que gobierne, sin un Estado que presida y sin clases sociales, es por ende, un sistema donde no hay clases porque no hay dinero, por lo tanto no hay pobres ni ricos en el sentido estrictamente económico. Bien, por estas malas interpretaciones, o errores teóricos tenemos oprimidos defendiendo a quienes los oprimen. Creen ser capitalistas pero son simples obreros (lo que Marx llamo lumpemproletariado, es decir obreros in conciencia de clase).

En reiteradas ocasiones se emite vulgarmente, acusaciones sin antes haber leído un solo libro de Marx, se considera que el comunismo privará al hombre del fruto de su trabajo, que expropiará sus bienes. Pero el comunismo es otra cosa, es justamente garantizar todos los bienes materiales para una vida digna, no existirán indigentes viviendo en la calle, ni hambrientos, ni analfabetos. En un comunismo materializado no existirá el capital, ni el dinero, ni el poder adquisitivo, porque no existirá la propiedad privada de los medios de producción.

No hay dueños, porque todos somos dueño de todo. ¿Para qué vas a desear la casa de tu vecino si vos podes tener la que vos quieras? Incluso si no te lo bancas al vecino te mandas a mudar adonde vos quieras, no hay fronteras, visas, inmigrantes, emigrantes, etc. No hay patria, hay mundo, no existirán los límites.

Para concluir muchos de estos dichos son producto de la ignorancia de creerse parte de una clase a la cual no se pertenece: "serán capitalistas hasta que salgan a buscar trabajo… (y en muchos casos no lo encuentren)".

 

 

Autor:

Walther Gahn

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