- Las tres fuerzas estatales
- Organizaciones en contra de los militares
- La iglesia
- La sociedad
- Los desaparecidos
- La apropiación de niños
- Las madres y abuelas de Plaza de Mayo
- Fin de la dictadura
- Los Derechos Humanos
- Conclusión
- Bibliografía
Como todo hecho importante de la historia, esta última represión argentina, iniciada en el año 1.976, ha producido cambios en la forma de pensar de nuestra sociedad.
Tanto las Fuerzas Armadas como el Peronismo, se abstuvieron de tener en cuenta las garantías a las que cualquier ser humano tiene derecho, aún en los más terribles estados de emergencia.
Tal es así que el derecho a la vida, a la integridad personal, al proceso, a no sufrir condiciones inhumanas de detención y a no padecer de un acto de negación de la justicia y/o ejecución sumaria, fueron violados de una manera sistemática por la represión.
Introducción Histórica
En el año 1.973, asumió nuevamente Perón el gobierno de nuestro país, y aún sabiendo que le quedaba muy poco tiempo de vida, integró a Isabel de Perón como Vicepresidente a su fórmula electoral, quien no pertenecía al ámbito político y no tenía la capacidad de poder gobernar.
Cuando Perón murió, asumió Isabel, por lo cual surge en 1.976 un nuevo Golpe de Estado, y así comienza una época terrible para los argentinos con TERROR, Represión, DESAPARICIONES Y TORTURAS.
DESARROLLO
El 24 de marzo de 1.976, la Junta de los Jefes (integrada por el Gral. del Ejército Jorge Rafael Videla, el Almirante Emilio Eduardo Massera de la Marina y el Brigadier Orlando Ramón Agosti de la Aeronáutica), se hizo cargo del poder y comenzó el Proceso de Reorganización Nacional.
El caos económico, las luchas facciosas, la muerte presente cotidianamente, la acción de las organizaciones de las guerrillas, y el terror sembrado por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina, organización de Derecha, que de una forma "simbólica" estaba a favor y apoyando al ejército, pero que en realidad su fin era el de tomar el poder enemigo y político luego de acabar con la subversión), crearon las condiciones para la aceptación de un golpe de estado que prometía restablecer el orden y asegurar el monopolio estatal de la fuerza.
Estas fuerzas se guiaban por los hechos, los cuales les resultaban amenazantes, y se prepararon para defender su territorio. De esta manera pusieron en marcha las siguientes "operaciones de aislamiento":
a) Las realizadas por los grupos paramilitares que logran aislar a las organizaciones armadas de su base social. El más importante, por la frecuencia y la envergadura de sus acciones, fue la "Triple A", que tenía asesoramiento político y participación directa en la formación militar.
b) Los secuestros, que eran la forma en la que el régimen constituía sus prisioneros. Consistía en la detención ilegal de personas buscadas, sin orden judicial, con la cooperación de la policía del lugar, y sin informar a la familia del destino del secuestrado. Las familias de los secuestrados que buscaron asesoramiento jurídico para encontrarlos, descubrieron que eso también era "peligroso", (entre 1.976 y 1.978 desaparecieron 107 abogados defensores).
C) El terror que se provocaba en la sociedad, reforzado por la propaganda del régimen militar que culpaba a las familias por la actividad "subversiva" de los prisioneros. Otro dato es que casi un 35% de los familiares sólo hicieron la denuncia de la desaparición ante la CONADEP (creada recién en 1.984), es decir, que unas 3.000 familias esperaron aproximadamente 6 años para denunciarlos.
D) Los campos de concentración (contabilizados alrededor de 340 centros clandestinos de prisioneros en todo el país), donde se los torturaba y hasta se los asesinaba. Gracias a la liberación de unos 1.000 prisioneros, que lograron irse al exterior, fue que pudo obtenerse más información sobre lo que ocurría dentro de estos campos de concentración. ةEstos, fueron principalmente "campos de tortura prolongada y sistemática", ya que el exterminio se hacía casi siempre fuera de ellos, en los llamados "traslado de prisioneros". Se calcula que por cada detenido eran necesarias alrededor de 10 personas, lo que serían 100.000 miembros directamente comprometidos con la fuerza y el proceso de aniquilamiento. El 1% de los desaparecidos fueron denunciados por personal subalterno de las Fuerzas Armadas o de seguridad.
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