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Las comunas socialistas de Venezuela (página 5)

Enviado por CESAR DORTA


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Este valor ético está vinculado igualmente a la obligación de una comuna de interesarse en el destino de otras comunas, comprometiéndose, por los demás, a sentir los problemas de los otros como si fueran propios. Los beneficios económicos obtenidos en las comunas son nada -aun siendo importantes- al lado de estos valores morales que son los que hacen a los hombres mejores seres humanos, en todo sentido, porque al final de cuentas lo que nos interesa a todos es vivir con más paz y felicidad, habiendo cubierto nuestras necesidades básicas.

No ha entendido lo que es una comuna quien cree que sus obligaciones terminan en los linderos de la aquella a la que perteneces. Tiene que interesarse, junto con sus compañeros, en conocer los problemas de la comunidad en donde la comuna se desenvuelve y tratar, al lado de aquellos ciudadanos responsables, de resolver o ayudar a resolver los problemas que aquejan a esa comunidad.

¿Hay desempleo entre sus habitantes? ¿Los está castigando la inseguridad personal? ¿Existe drogadicción entre los jóvenes? ¿Hay prostitución infantil o juvenil? ¿Cuán grave es la falta de vivienda entre sus habitantes? ¿Hay quejas por la falta de agua o mala recolección de la basura? Esos y otros muchos problemas pueden estar afectando la comunidad, barrio o lugar donde está operando la comuna, la cual tiene la obligación de ver en qué forma puede poner su grano de arena en hallar soluciones a esas calamidades.

10) Espíritu Emprendedor. La Comuna no puede ser pusilánime, miedosa, temerosa de tomar iniciativas, de comenzar proyectos, de empezar a transitar nuevos caminos.

Es un valor consustancial con la Comuna ser emprendedora, no puede quedarse de brazos cruzados, esperando que alguien de afuera -llámese iniciativa pública o privada- venga a decirle qué debe hacer o vengan a empujarlos en el camino que se les antoje.

El carácter de emprendedora de esta organización social y económica es fundamental, sin él las Comunas están condenadas a morir. Una Comuna o es autopropulsada, o simplemente no existe. Esto no quiere decir, en absoluto, que sea inconveniente el impulso y la energía que pueda llegar desde afuera, sino que el impulso debe ser fundamentalmente interior. Bien bueno el empeño y el compromiso del Presidente Chávez con el movimiento popular de las Comunas; él es un emprendedor infatigable, pero ni quiere él ni debe él sustituir la condición de emprendedora de la comunidad.

11) Honestidad. Por honestidad se entiende que los dineros de las comunas deben ser administrados con pulcritud por los que funjan de dirigentes. Sin esa honestidad en la administración, el fracaso no se hará esperar. De allí la inmensa importancia de la participación activa de los miembros en la marcha normal de la empresa, a fin de que tengan sus ojos bien puestos en los que administran, para que sean honestos en su gestión.

No basta con los órganos o instancias de control y vigilancia. Los miembros deben estar alertas también para que sus dineros sean bien invertidos y respetados sus derechos. Quien conozca de irregularidades, que las denuncie ante las autoridades competentes, cuando tengan fundadas sospechas de que hay malversación de fondos en la comuna.

12) Transparencia y Rendición de Cuenta. Este valor ético debe presidir todos los actos de las comunas. Transparencia es sinónimo de sinceridad, de veracidad, de franqueza. Es lo contrario de engaño, de hipocresía, de artería.

El comportamiento de los miembros, particularmente de los directivos, debe ser siempre transparente, debe verse como a través de un cristal. Ejercitemos ese valor y procuremos que los demás también lo practiquen.

La participación ciudadana es transparencia y control de la gestión pública. El manejo de lo público tiene que hacerse públicamente y de manera transparente, con la diafanidad que produce la administración y el manejo de las cosas ante los ojos de la gente. La rendición de cuenta de los funcionarios es esencial para la incidencia de las personas en la actividad pública, particularmente en la planificación y evaluación de las políticas.

El control de la gestión pública, de parte de los ciudadanos y ciudadanas debe cubrir las diferentes instancias de gobierno, e incluir la participación en la planificación, diseño, ejecución y evaluación de las políticas públicas, en especial de las políticas sociales. Como se ha dicho, "a mayor participación en el proceso de toma de decisión, mayor democracia"

13) Control Social. El control social, manifestado en la contraloría social, es valor fundamental de las comunas, porque es la mejor expresión de la participación ciudadana. La Constitución nos reconoce el derecho, a hombres y mujeres de Venezuela, a participar en todas las instancias del gobierno, en la planificación, legislación y control. La contraloría social ha sido concebida por el socialismo como la mejor manera de que el hombre participe en la gestión pública.

A la contraloría social dedicamos largos párrafos, más adelante, en este mismo libro.

14) Asociación Abierta y Voluntaria. Significa que nadie puede ser constreñido a formar parte de una comuna. El ingreso a ella debe ser absolutamente voluntario y libre. Las puertas de la comuna deben permanecer abiertas para dar entrada a todas aquellas personas que lo soliciten y que llenen los requisitos exigidos por la ley, su reglamento y el estatuto de la respectiva asociación. No puede haber discriminaciones por religión, sexo, raza, nacionalidad o por motivos políticos o sociales.

Al ingreso voluntario de una comuna, corresponde el abandono o retiro voluntario de la misma.

15) Participación Democrática. No es concebible la comuna ni la empresa socioproductiva sin la participación de los vecinos, de los trabajadores, de quienes integran la comuna misma o la empresa de propiedad comunal. La participación es un valor esencial de la democracia socialista y de la economía popular, por eso es un valor fundamental de las comunas.

16) Autogestión comunitaria. El gobierno, gerencia y administración propia es valor y característica esencial de la comuna y de la empresa socioproductiva. No puede concebirse, es contrario a su naturaleza, que la gestión de este instrumento popular venga de afuera, bien del Estado o de algún otro sector exógeno. Decir autogestión es decir comuna y empresa socioproductiva.

17) Formación y Educación. No es aconsejable organizar comunas sin que previamente sus miembros hayan recibido una muy buena preparación, tanto en la doctrina o filosofía del socialismo y del movimiento comunal, como en los derechos y deberes que tienen, según la ley, en esas organizaciones populares. Debe enseñárseles la estructura y funcionamiento de la comuna, cuáles son sus órganos o instancias y sus correspondientes atribuciones; todo lo relativo a los aspectos económicos, sociales y jurídicos.

Debe hacerse énfasis durante el proceso educativo -que por cierto debe durar todo el tiempo de vigencia de la comuna- que estas asociaciones no son sólo empresas económicas para producir bienes o servicios o adquirirlos, sino crisoles en donde se va fraguando un nuevo tipo de ser humano, más inclinado a la solidaridad y a la ayuda mutua, y con menos propensión al individualismo y al conflicto con otros; con más confianza en sí mismo y en sus posibilidades, y con menos inclinación a depender de otros.

Es inmensa la importancia de la educación comunal, para que los comuneros puedan participar realmente en la autogestión de estas organizaciones. Juzgamos que es recomendable que exista un grupo de asociados que se dedique exclusivamente a coordinar la elaboración y ejecución de todas las actividades educativas y formativas de la comuna. Es fundamental que todos los planes de educación sean fruto de las reflexiones y discusiones de los comuneros, tanto en asambleas como en reuniones especiales, y que en su ejecución participe la totalidad de ellos.

El planificar y evaluar colectivamente las actividades normales y permanentes de la comuna, ya de por sí es un ejercicio educativo de inmenso valor.

El fondo de educación es el que debe utilizarse para financiar todos los planes educativos y formativos de la comuna.

La participación ciudadana es educación y diversificación de medios y mecanismos. Repetimos incesantemente que sin educación no hay participación. El proceso de socialización para la democracia puede ser desarrollado a través de la participación, incluyendo el aprendizaje de valores y la práctica de habilidades y procedimientos democráticos. Se trata de fortalecer las capacidades, entendidas como actitud cultural y suma de destrezas requeridas para convertir las necesidades en propuestas de desarrollo posible. La diversificación de medios y mecanismos se resume en el respeto a las nuevas iniciativas, lo que permite añadir instrumentos y procedimientos a los que ya se tienen.

  • 18) Apropiación Social del Conocimiento. Para el comunero o comunera compartir sus conocimientos y experiencias constituye algo esencial, y respuesta lógica de quien está comprometido con el proceso de transformación y cambio. Los conocimientos de los comuneros son de la Comuna, a ella se los transfieren, pero no son sólo de una Comuna en particular, la apropiación social del conocimiento obliga a la Comuna Socialista a compartir sus conocimientos con otras Comunas, de manera tal que todas ellas puedan avanzar en el camino del progreso a la felicidad colectiva de toda la Nación.

  • 19) Las Unidades de Producción como espacio de aprendizaje permanente. El modelo socioproductivo comunitario y las Comunas mismas deben convertirse en espacios de aprendizaje permanente, son una escuela, en primer lugar, para los comuneros y comuneras de la respectiva unidad de producción, y no deben negarse a ser igualmente escuela de aprendizaje constante para las otras comunas y organizaciones de carácter socioproductivo comunitario. La generosidad y amplitud resultan fundamentales como valores de la Comuna, por eso ellas son espacio de aprendizaje permanente.

20) Respeto y Fomento de las Tradiciones Sociales y Culturales. La Comuna nace, se desarrolla y hace realidad dentro de una comunidad, que tiene tradiciones sociales y culturales, que la Comuna no puede intentar cambiar a la fuerza, que por el contrario, debe respetar y fomentar. Las Comunas son y deben ser siempre expresión de sus comunidades, teniendo estas últimas en sus tradiciones, algo que les es fundamental. De modo pues que las Comunas deben ser fomentadoras y cultoras de las tradiciones sociales y culturales.

21) Identidad Comunal. Como consecuencia de lo dicho en el punto anterior, las Comunas tienen que identificarse con su comunidad, ellas son expresión de un conglomerado humano en particular, con el cual se identifican.

La identidad comunal debe ser característica esencial de la Comuna, la que ha de procurar, en todo momento, ser buena expresión de aquello a lo cual pertenece y le pertenece.

22) Aceptación de la Diversidad Cultural. Una Comuna, que para serlo necesariamente funciona en base a principios de democracia, solidaridad, amplitud y tolerancia, tiene que aceptar la diversidad cultural, conocer y admitir que esa diversidad es enriquecedora, es positiva, hace crecer y además, es reconocedora de los Derechos Humanos.

23) Siembra de Cultura Ecológica. Cada vez más en el mundo, durante los últimos años, hemos visto cuidar lo ecológico, las relaciones entre los organismos y el medio en que vive. Hace pocas décadas atrás la ecología no había sido percibida en su verdadera dimensión e importancia, y ni siquiera las constituciones de los países del mundo reconocían, como hoy, el derecho ambiental, el derecho a un aire puro y a un agua limpia, como un Derecho Humano.

La Comuna y la empresa socioproductiva comunitaria deben no sólo cuidar el ambiente, sino ser ambientalistas, sembradoras de cultura ecológica. La Comuna tiene conciencia de que el ambiente es del mundo, no de una persona ni de una Comuna, ni siquiera de un país. El ambiente es uno. Si se afecta un río o el aire en un determinado lugar o el mar en un sitio preciso, ese mal no se queda allí, se extiende, corre por el mundo. El ambiente no tiene fronteras, lo que nos obliga recíprocamente a todos los seres humanos, si importar el país o Continente en el que habitemos.

De modo pues que no puede haber duda alguna de lo obligante que resulta para una Comuna, el cuidado del ambiente, y la siembra de la cultura ecológica entre sus miembros.

24) Preponderancia de los Intereses Comunes sobre los Individuales. La Comuna, como expresión socialista, tiene clara conciencia de que los intereses del individuo, no pueden nunca estar por encima del interés común, luego en la Comuna, en el modelo socioproductivo comunitario, existe preponderancia de los intereses comunes sobre los individuales.

25) Fomento de las Potencialidades Económicas de las Comunidades. La Comuna está al servicio de su comunidad, de los comuneros y comuneras, por eso no puede serle ajeno su desarrollo económico, como factor importante para su realización plena.

No resulta, pues, extraño a nadie que para la Comuna sea un principio o valor fundamental el fomento de las potencialidades económicas de la comunidad que integra.

26) Significado Propio y Auténtico del Trabajo. Para la Comuna el trabajo, tanto físico como intelectual, tiene un sentido fundamental y propio, no es sólo un factor de reproducción, es más que eso, es el fruto del esfuerzo del hombre, y por ser el hombre lo más importante en la sociedad, su trabajo debe ser valorado a plenitud, y tener un significado de progreso y bienestar.

27) Cultura de Trabajo Colectivo. No puede entenderse la Comuna sin el trabajo colectivo de comuneras y comuneros, de modo pues que en la Comuna hay que propiciar y crear hábito y cultura de trabajo colectivo, de esfuerzo mancomunado y autodirigido al desarrollo en beneficio de todos. El yoismo, el individualismo, está reñido con lo social, con lo comunitario.

28) Justa Distribución de las Riquezas: primacía del trabajo sobre el capital en la distribución de los excedentes. "…Dar primacía a las personas y al trabajo sobre el capital en la distribución de sus excedentes", es disposición expresa que se lee en el artículo 10, numeral 6, de la Ley para el Fomento y Desarrollo de la Economía Popular.

Esta disposición de la mencionada ley para el Fomento y Desarrollo de la Economía Popular, está inspirada en el artículo 54 de la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas, conforme al cual, el excedente o excedentes es el sobrante de las operaciones totales de la cooperativa, deducidos los costos y los gastos generales, las depreciaciones y provisiones, después de deducir el 1 % del producto de las operaciones totales que se destinará (este 1 %) a los fondos de emergencia, educación y protección social, por partes iguales.

De los excedentes, una vez deducidos los anticipos societarios, después de ajustarlos, si procediese, de acuerdo a los resultados económicos de la cooperativa, el 30 % como mínimo se destinará, por partes iguales, a los fondos obligatorios, es decir, al fondo de reserva de emergencia, fondo de protección social y fondo educativo, recibiendo cada uno de ellos un 10 %. Estos porcentajes son los mínimos, por supuesto que podrían ser más altos.

Esos excedentes o beneficios económicos no pueden ser distribuidos entre los asociados porque habría lucro. Ello está prohibido por nuestra ley de cooperativas. En ese caso tales excedentes deben ir al fondo educativo de la cooperativa, que es uno de los fondos irrepartibles. La LEAC contempla la aplicación de sanciones (Arts. 90 y 95) para la cooperativa que incurra en esta violación legal y al mismo tiempo doctrinaria.

También son irrepartibles los legados, donaciones y cualquier otro bien o derecho patrimonial otorgado a la cooperativa a título gratuito, ya que es un capital propio de la empresa cooperativa y no de sus miembros.

29) No Discriminación, ni Social, Ideológica, Política, Religiosa, Étnica, de Género o de cualquier tipo. La participación es no discriminación. Todos podemos expresar ideas y propuestas, e involucrarnos activamente en los procesos y actividades de la comuna, todos tenemos espacios garantizados, sin importar si se trata o no de grupos minoritarios, de determinada raza, etnia, género, religión, cultura, idioma, opinión política o de cualquier otra índole u origen nacional o social, posición económica o cualquier otra condición.

30) No Privilegios Asociados a la Posición Jerárquica. Si bien dentro de la Comuna todos los asociados, todos los comuneros gozan de igualdad de derechos y atienden por igual sus responsabilidades y obligaciones, hay posiciones o roles que desempeñan unos comuneros que bien debería entenderse como de mayor responsabilidad y obligación, más que como jerarquía. El hecho cierto es que algunos de ellos deben asumir funciones de coordinación, administración o liderazgo que puede ser entendido como posición jerárquica dentro de la Comuna, y eso es normal, lo anormal e inaceptable es que pretendan privilegiarse de la posición jerárquica los comuneros que la desempeñen, ya que no puede existir ningún privilegio asociado a la posición jerárquica. Si hubiere que privilegiar a alguien dentro de la Comuna, ese sería el más necesitado, el más desvalido, el que más requiera de la ayuda de los demás.

31) Diseño y Planificación. Diseñar y planificar más que un valor es una necesidad de las Comunas, y de todas las empresas populares. No puede una Comuna darse el lujo de improvisar, de actuar por impulsos, por arrebatos o emociones. Su actividad social y económica debe ser consecuencia de un diseño y planificación de lo que se quiere, ramificación que debe ser técnica y multifacética, tomando en consideración todos los elementos internos y externos que podrían sacarla de su camino, fuera de lo que la propia comunidad haya programado como su actividad.

Planificar es tener conciencia de que los recursos son limitados, todos los recursos tienen un límite, se acaban por igual el dinero y otros insumos, como también el tiempo y la fuerza.

Planificar es establecer programas económicos con la indicación del objetivo propuesto, de la meta a alcanzar, así como de las diversas etapas que hay que transitar. Por supuesto que la planificación implica determinar la estructura adecuada de la Comuna o empresa para lograr sus metas.

32) Participación Conjunta con Otras Formas de Organización Popular. Si los seres humanos se unen para organizar comunas que les ayuden en la resolución de problemas económicos y sociales, las comunas también deben unirse para poder enfrentar juntas los grandes retos de la moderna economía.

Los comuneros deben interesarse en los demás, sean los compañeros de la comuna, sean los vecinos, sean los camaradas de trabajo, etc. Comprometerse por los demás es sentir los problemas de los otros como si fueran propios. Los beneficios económicos obtenidos en las comunas son nada, aun siendo importantes, al lado de estos valores morales que son los que hacen a los hombres mejores seres humanos en todo sentido.

33) Articulación del Trabajo en Redes Socioproductivas. Así como los seres humanos nos unimos, y constituimos sociedades intermedias para enfrentar juntos adversidades, y ganar potencias para el crecimiento, del mismo modo esas organizaciones llámense comunas, cooperativas, empresas socioproductivas o de cualquier otra manera, están igualmente obligadas a encontrarse y a sumar voluntades, a constituir organismos de segundo grado integradores ya no de personas sino de organizaciones de éstas, integradoras de comunidades sociales y productivas.

De la misma forma en que la suma de dos o más personas en un esfuerzo socioproductivo genera indiscutibles beneficios, tampoco pueden desconocerse los beneficios que produce la unión de dos o más asociaciones populares, de carácter comunitario. De allí que las comunas deben unirse a otras de su mismo tipo, de su misma filosofía y creencia, para sumar sus fortalezas, para compensar sus debilidades y, en definitiva, para avanzar juntas.

34) Desarrollo Integral de la Comunidad. El desarrollo es integral, o no es tal. La comuna persigue no sólo el desarrollo social y económico de una comunidad, va más allá, porque el ser humano tiene igualmente otras dimensiones. El desarrollo tiene que ser también cultural, deportivo, religioso, político y en general cubrir la plenitud del espectro humano y de su comunidad. Dicho esto, es comprensible que el desarrollo integral sea un valor de la comuna, ya que si algunos de los aspectos que antes mencionamos, o cualquier otro, no alcanza su desarrollo, el hombre no estaría plenamente realizado, luego no se habría cumplido cabalmente el objetivo de la comuna.

35) Desarrollo Endógeno. El impulso progresivo y la efectiva mejora de los pueblos y de sus sistemas políticos y económicos, es lo que solemos entender por desarrollo y, en consecuencia, desarrollar es acrecentar o incrementar en lo físico o moral.

Se habla de desarrollo endógeno y exógeno, entendiendo por el primero lo que nace en el interior del órgano que lo engendra. El desarrollo endógeno es autóctono, es propio, no es copiado de modelos externos, responde a la identidad e idiosincrasia de su comunidad, y toma en cuenta, por supuesto, los recursos humanos, materiales, climáticos, sociales, económicos, políticos, o de cualquier otro orden que existan en la comunidad.

De modo pues que el desarrollo endógeno es principio de la Comuna, que sin dejar de estar atenta a lo que ocurre a su alrededor, en el país o en el mundo -particularmente en lo referido a los avances científicos y tecnológicos- tendrá siempre por base lo propio, lo endógeno, para construir a partir de allí.

36) Eficiencia y Eficacia. La Comuna debe tener obsesión de resultados y logros positivos. No puede una comuna servir a su gente, a las comuneras y comuneros, y en sentido más amplio ser útil al país, si no es eficiente, vale decir, si no produce realmente un efecto, efecto que, por supuesto, debe ser positivo.

Si decimos por ejemplo que el sol es una causa eficiente del calor, estamos diciendo verdad, porque es eficaz en la generación del calor. Decimos de una persona que es eficiente, cuando actúa de manera eficaz, produciendo un efecto querido y buscado. Diremos de un remedio que es eficaz, cuando sana, cuando cura tal como se desea.

Antes manifestamos que la Comuna debe diseñar y planificar en búsqueda de la excelencia. El control y la medición de resultados permitirán determinar la eficiencia y eficacia de tal plan, y en definitiva, la eficiencia y eficacia de la Comuna.

37) Sustentabilidad. Una empresa de modelo socioproductivo comunitario, una Comuna, debe ser sustentable, entendiendo que debe sostenerse, que es viable, que no es un impulso sin bases. La comuna debe vislumbrar permanencia, crecimiento y desarrollo, es decir sustentabilidad. Una comuna surge con pretensiones de permanencia, para lo que debe construir bases que le permitan sobrevivir los avatares y responder a la expectativa creada en ella.

38) La Buena Fe como Base de las Operaciones. La buena fe es sustrato indispensable en la vida social y en la vida económica. No es conveniente ir por el mundo atribuyendo mala fe a los demás, pensando que todos actúan para perjudicar. Hay una máxima o principio jurídico conforme al cual, "la buena fe se presume siempre, la mala hay que probarla". De modo pues que presuponer la buena fe es base de la vida social.

Bastaría imaginarse cómo el mundo se paralizaría, cómo las relaciones se harían pesadas, si para dar cualquier paso, organizar cualquier transacción, se exigiera probar la buena fe. No obstante, es recomendable actuar con precaución, medir pasos y actitudes, no actuar demasiado confiado sin prever opciones, ya que por desprevenidas, las organizaciones populares podrían verse afectadas.

En resumen, la buena fe es base de las operaciones de las Comunas, presumir la buena fe de las comuneras y los comuneros.

39) Satisfacción de las Necesidades de la Comunidad y Mejoramiento de su Calidad de Vida. ¿Qué sentido tiene una Comuna que no apunte y sea eficiente a la satisfacción de las necesidades de sus comuneras y comuneros?; ¿si no es para mejorar la calidad de vida de los comuneros, para qué existe la Comuna?. Responder estas preguntas nos ubica con facilidad en lo que es un principio fundamental, un valor esencial de las organizaciones de modelo socioproductivo comunitario.

40) La Mayor Suma de Felicidad posible para cada uno y para la comunidad. Hemos colocado de último este principio o valor de las Comunas, no por ser el de menor importancia, por el contrario, es porque él resume los 39 anteriores al constituir su objetivo final. Decía El Libertador Bolívar, con sobrada razón, que "el mejor gobierno es aquel que da la mayor suma de felicidad posible a su pueblo". Del mismo modo, la mejor comuna, la mejor empresa socioproductiva comunitaria, es aquella que brinda la mayor suma de felicidad posible a cada uno de los comuneros y a la comunidad como un todo.

En la comuna, educar y capacitar ¿para qué?

En las Comunas, ya lo dijimos, es indispensable formar a los comuneros en los principios y valores son los que distinguen o caracterizan la Comuna que queremos, por lo que se hace indispensable formar mujeres y hombres nuevos, capaces de formar una sociedad igualmente nueva, ya que lo antirrevolucionario no genera revolución.

Pero además de la formación ética son diversas las áreas, amplio camino para la educación y la capacitación dentro de la comuna; intentemos concretarlas en las más usuales y, tal vez, las más importantes o necesarias:

a) Educar para la participación. Este es el objetivo máximo, él encierra los otros que mencionamos en los puntos siguientes:

Sin educación no hay participación, sin participación no hay Comunas o, por lo menos, no hay verdaderas Comunas. De modo que, la formación y capacitación marchan de la mano con la participación.

Si no educamos para que los ciudadanos participen, estamos permitiendo que persista la exclusión, las decisiones en manos de pocos. En tal sentido, no basta con que la Constitución y la Ley establezcan mecanismos para participar, es necesario formar al ciudadano para su transformación en sujeto del cambio, para que deje de ser objeto de las decisiones de otros. Sólo un hombre o mujer preparados, educados y capacitados para su inclusión, darán el paso para ser ductores de su propio destino.

Educar es desarrollar las facultades de alguien para algo; por esta vía podemos hablar, por ejemplo, de educación física, de educación para el trabajo, de educación del oído para la música, de educación intelectual, de educación moral, o también de la educación para la participación, la que permite hacer de la persona humana un ciudadano, un ser que desarrolla sus facultades, al punto de hacerlo capaz de tomar parte en el gobierno de su comunidad, de su ciudad, de su país.

Educar es capacitar, tener aptitud para hacer algo. No basta tener disposición de construir o hacer, es necesario saber como hacerlo. Educar es formar, enseñar, aleccionar, preparar, adiestrar, instruir, practicar, cultivar, divulgar, poner los conocimientos al alcance de todos.

b) Educar para cogobernar y coadministrar. Si estamos claro en que las Comunas deben permitir al pueblo organizado ejercer directamente la gestión de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades y aspiraciones de las comunidades, es forzoso e inevitable formar a los vecinos para que ellos también gobiernen y administren, digamos cogobiernen y coadministren.

Si la formación no llega a todos, todos no participarán, no actuarán con criterio propio. Algunos, tal vez muchos, serán presa de la voluntad de otros, dándole así continuidad a la demagogia y al caudillismo que debemos enterrar.

c) Educar para actuar en la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas. Siendo la Asamblea la instancia deliberante de la Comuna, donde todos sus miembros – entiéndase ciudadanos o vecinos del lugar- tienen por igual voz y voto, todos deben aprender a comunicar y a comunicarse, a transmitir sus ideas, y a hacerlo de manera persuasiva. Que diferente y productiva es la Asamblea en la que sus miembros conocen del arte de hablar en público, cuando han aprendido a ser oradores. Recuérdese que el buen orador es un buen oyente.

d) Educar y capacitar para el control social, si no hay control social, indefectiblemente la comuna se perderá. Ese control debe ser de todos, ya que es un derecho y obligación de todos; en la medida en que participamos, ganamos.

e) Educar y capacitar para tareas específicas dentro de la Comuna. Quien sea miembro de una ciudad de trabajo, deberá capacitarse y entrenarse para el cabal cumplimiento de sus obligaciones, en las áreas profesionales específicas que le corresponda.

Si no hay formación genérica para la participación, y específica para la eficiencia y eficacia, no tendremos Consejos Comunales a la altura de la nueva sociedad que queremos construir.

Chávez y la educación para la acción

Tiene el Comandante del Proceso Revolucionario clara conciencia de la trascendencia de la formación para la acción. Así lo ha manifestado de palabra y hecho. Luego de su reelección como Presidente, en 2006, el Comandante Chávez habló de motores de la revolución, y entre ellos, de "Moral y Luces, educación con valores socialistas", donde plasma su criterio: "Educación popular en todos los momentos y en todos los espacios. Educación, educación, educación, hemos dado muchos avances, pero aún nos falta mucho por profundizar en la educación, la cultura, la ciencia, la tecnología, la conciencia, la ideología, los valores, los nuevos valores".

Cuando hablamos de educación no nos referimos solamente a la formal, la que permite aprobar grados en las escuelas, o materias en el liceo o universidad, no, es más que eso, es formar en nuevos valores.

Reafirma el Líder del proceso la necesidad de la educación en todas las instancias o niveles: "Educación en todos los espacios: educación moral, económica, política, social. [Educación], mucho más allá de la escuela: en las fábricas, en los talleres, en los campos, en los núcleos endógenos, una sacudida moral".

Convoca Chávez a la incorporación de todos a la tarea educativa: "Invito a que lo asumamos todos con todo rigor, no sólo desde el Gobierno, todos debemos asumirla.

Un revolucionario no termina de estudiar nunca, debe cultivarse siempre. Chávez dice que: "un luchador, un revolucionario, tiene que estudiar todos los días de su vida, todas las noches de su vida; tiene que estudiar la teoría y la praxis; navegar en las aguas de la dialéctica".

La formación y capacitación de los comuneros es de vida o muerte para el Poder Popular.

Educación endógena y exógena en la comuna

La Comuna puede recibir una actividad de formación y capacitación de afuera de su propia estructura, o puede generar esa actividad desde adentro.

Llamemos educación endógena la que surge de la propia Comuna, para atender sus requerimientos de adiestramiento, aún cuando para su ejecución solicite la cooperación de órganos externos, gubernamentales o no.

Las Comunas deben dar prioridad a la actividad educativa para la participación, porque a mayor educación, mayor participación. Podemos añadir ahora, a mayor participación, más democracia y mejores resultados.

Como ha dicho el Presidente de la República la tarea de educar para participar es de todos, en consecuencia, todos en la Comuna debemos tenerla como propia, particularmente sus voceros.

Llamemos educación exógena la que le llega de afuera de la Comuna, a través de órganos formales de gobierno de nivel nacional, regional o local, de organizaciones no gubernamentales de la Sociedad Civil o, incluso, de organismos internacionales, así como la que puede llegar a través de los órganos masivos de comunicación social.

Educación exógena es también la referida en el Artículo 253 de la Ley Orgánica de Poder Público Municipal (LOPPM), cuando establece:

"El municipio está en la obligación de crear y mantener programas de formación ciudadana, dirigidos a fortalecer las capacidades de los integrantes de las comunidades e incorporar a los ciudadanos y ciudadanas y a otras organizaciones de la sociedad que manifiesten su deseo de participar en dichos programas".

Permítanme expresar ahora mi deseo vehemente, mi sentida aspiración a que todos los municipios venezolanos, tanto desde la Alcaldía como desde el Concejo Municipal y desde otras instancias locales, se emprendan programas serios y permanentes de formación para la participación, para la capacitación de los ciudadanos, en miras a no quedarse fuera, a no excluirse de un proceso que nos necesita a todos.

Exhorto a los Concejos Municipales a aprobar ordenanzas de formación y capacitación para la participación ciudadana en la gestión local, donde se tenga muy en cuenta la promoción de actividades para la capacitación y desarrollo de comuneras y comuneros. A este respecto INFOPRESCO, Instituto de Formación y Capacitación de los Funcionarios Públicos Municipales, sociedad civil que presido, pone a la orden de los Concejales, así como de cualquier otro municipalista o interesado en la materia, su modelo de "Ordenanza para la Educación, Formación y Capacitación para el Poder Popular".

El control social no es lo mismo que la contraloría social

No es lo mismo control social que contraloría social. El primero ha existido siempre, con sus características propias de tiempo y lugar. Por su parte, la contraloría social es moderna, está en sintonía con los cambios sociales y políticos, tiene que ver con la democracia participativa, con la participación del ciudadano en la gestión pública, particularmente en el control de ella. Dedicamos este punto al control social, y el siguiente estará referido a la contraloría social en la comuna.

El control social es consustancial con las relaciones sociales, no es algo impuesto a la fuerza por la policía o la ley. El hombre, al vivir en sociedad, es condicionado por ésta, y seguramente acatará pautas de conductas que estén o no en la ley, existan o no policías que lo estén vigilando.

Michel Banton sostiene que la mayor parte de las personas crecen con un acondicionamiento tal que no pueden sentirse felices si llegan a violar las normas más importantes. De ese modo, el control es mantenido mediante las gratificaciones y sanciones que han sido incorporadas a toda relación social y que se hacen evidentes en el otorgamiento o retención de la estima, en las sanciones resultantes del rumor, y en las presiones institucionales, económicas y morales que se encuentran en la base de las pautas de comportamiento. El derecho y los organismos de aplicación del mismo, por importantes que sean, resultan minúsculos si se los compara con la amplitud y complicación de estos otros modos de regular la conducta.

Las comunidades con mayor nivel de control social son las pequeñas, homogéneas y estables -como las sociedades tribales en regiones apartadas, o las aldeas más remotas en las naciones industriales-. En esas comunidades, el orden social es mantenido en gran medida mediante los controles informales de la opinión pública, no siendo necesario recurrir, sino en pequeña medida, a controles formales tales como la legislación y la designación de personas para que cumplan profesionalmente, y todo el tiempo, con las obligaciones de aplicación del Derecho. La mayor parte de las sociedades tribales carecen de fuerzas policiales, de prisiones y de hospitales para enfermos mentales: son lo suficientemente pequeñas como para hacerse cargo de sus propios miembros desviados.

"Toda sociedad define lo que está bien o mal, lo que es bello o feo, honorable o vergonzoso, agradable o desagradable, y, empleando un lenguaje heroico, aquello por lo cual vale la pena vivir y eventualmente morir", sostiene Henry Mendras; cuando uno dice a un niño que se ha conducido en forma incorrecta: "Eso que has hecho es feo, ¿no te da vergüenza?", uno le está inculcando los valores y las normas de su sociedad y habituándolo a respetar las costumbres, sin darle, sin embargo, otra justificación que la evidencia. Cada uno debe "sentir" lo que está bien y lo que está mal. Kant oponía facultad de "representarse lo verdadero", que es el conocimiento, y la percepción del bien, que es el sentimiento. Los valores se imponen al individuo como evidentes y absolutos, llevan implícitos una trascendencia y superioridad que normalmente no se cuestiona.

Es claro, los valores varían con las culturas -afirma Mendras en "Elementos de Sociología"- y, en el interior de una misma cultura, según los grupos y categorías sociales. La moral del burgués no es la misma que la del obrero, ni sus gustos son iguales; la historia estudia la evolución de la sensibilidad ética y estética. Sin embargo, en cada época y para cada grupo, la moral es un absoluto que se impone en tanto tal, y que no se relativiza.

Los valores se organizan en un "ideal" que la sociedad propone a sus miembros y que es más que un simple futuro hacia el cual se aspira. Ese ideal orienta los pensamientos y los actos y, según dice Durkheim, "una sociedad no puede constituirse sin crear un ideal". Dentro de una sociedad dada los valores se organizan en un sistema o escala de valores que debe tener una cierta coherencia.

La manera de dirigir la palabra a alguien, saber a quién debe saludar primero, a quién debe dársele la mano, etc., son parte de un sistema de reglas que tienen su sanción, y que se aprenden en el curso del proceso de socialización. En la mayoría de los casos no tenemos necesidad de que se nos recuerden las normas de trato social para que las observemos. En cierta forma las hemos hecho nuestras y la mejor prueba de ello es que cuando las infringimos por descuido, nos sentimos culpables. Para decirlo de otra manera, el individuo se impone a sí mismo ciertas sanciones con respecto a las normas de su grupo, por lo que la observancia de una norma no depende entonces solamente de las sanciones exteriores.

"El control social es una extensión del proceso de socialización, hacen presión en las personas para que conformen con las pautas, papeles, relaciones e instituciones que son considerados de alto valor en la cultura", escribe Jhoseph Fichter, en "Sociología". El control social existe en diversos niveles de la sociedad y actúa sobre diferentes géneros de relaciones sociales.

A nivel de la persona social solemos pensar en el control ejercido por la sociedad o por el grupo sobre el individuo. La sociedad total influye en todos sus miembros. Pero el control social es también ejercido por asociaciones primarias y secundarias sobre sus propios miembros. Dado que los papeles sociales son los vínculos de enlace entre la persona y los grupos en que participa, la conformidad efectiva de la persona se evalúa por el modo como desempeña estos papeles. Así pues, el papel es el conducto por el que ejercen su control en la persona los grupos familiar, económico, religioso y otros.

No obstante, el control social no se dirige sólo desde la pluralidad al individuo. Existe también un control inverso, mediante el cual un individuo designado como jefe influye en el grupo para que, conforme con los valores que éste mismo fomenta y aprueba.

La clasificación del control social se puede efectuar desde diversos puntos de vista que dependen del interés y del objetivo, las clasificaciones generales pueden ser de control positivo y negativo, formal e informal.

a) Control positivo y negativo. Ciertos mecanismos positivos, como la persuasión, la sugestión, la instrucción y la recompensa, se usan para inducir a las personas a practicar el comportamiento y para adoptar las actitudes aprobadas socialmente. Otras formas de control se pueden calificar de negativas, como las amenazas, las órdenes, las coacciones y los castigos. Se emplean para retraer a las personas de comportamientos y actitudes antisociales.

Las sociedades y los grupos tratan de inducir a las personas a hacer ciertas cosas y a evitar otras, pero esta distinción entre controles positivos y negativos sólo puede hacerse en el orden de la abstracción. Ambos parecen actuar en el orden concreto con miras a la conformidad social. La motivación humana es compleja, y el individuo puede proceder en formas aprobadas socialmente, porque aspira a recompensas o trata de evitar sanciones, o por ambas razones a la vez.

b) Control formal e informal. Una ulterior clasificación consiste en dividir los controles en formales e informales. Toda sociedad y grupo establece ciertas medidas con la intención expresa de producir la conformidad social. Tales son los decretos, ordenanzas y leyes públicas establecidas por la autoridad política; tales son también las constituciones y reglamentos de un círculo regional, las reglas y preceptos de una iglesia, el reglamento oficial de una escuela o de una universidad. Se les da el nombre de formales porque se elaboran cuidadosamente, se promulgan con toda solemnidad y son obligatorias para todas las personas que están sujetas a la autoridad de los legisladores. En los controles formales hay también procedimientos de coerción con carácter oficial.

Los controles informales son más sutiles pero no menos efectivos. Se emplean para imponer la clase de comportamiento que (todo el mundo sabe) que se debe practicar y para prohibir conductas que son desaprobadas por la sociedad. Los controles informales actúan positivamente por medio del aplauso y las otras expresiones de aprobación, como una inclinación de cabeza en señal de aprobación o una palmadita en la espalda. Negativamente actúan por medio de mofas, silbidos y el ridículo.

Hasta aquí nos hemos referido al control social, al que ejerce la sociedad sobre el hombre; hablemos de la contraloría social en el siguiente apartado, ya que a ella lo consagramos, particularmente enfocado en la contraloría social de las comunas.

La contraloría social en las comunas

La contraloría social de una comuna es una institución de control, formal o informal, que el ciudadano o los ciudadanos constituyen para, de manera individual o colectiva, participar en el control de la gestión pública y de la propia comuna, la ejecución de planes y proyectos, los servicios públicos y la conducta de los funcionarios, para prevenir errores y promover correctivos.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela -profundamente participativa -establece que el Estado propugna "la responsabilidad social" (Art. 2), que "la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo" (Art. 5), que el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela es "participativo" (Art. 6), que "La participación del pueblo en la formación, ejecución y en el control de la gestión pública, es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo" (Art. 62).

Queda claro, con lo dicho en el párrafo anterior, el rango constitucional de la función contralora de la gestión pública, a la que tiene derecho el pueblo, la cual se ve fortalecida por lo establecido en el Art.184 constitucional; en efecto, éste indica que la Ley creará mecanismos abiertos y flexibles para que los Estados y Municipios descentralicen y transfieran a las comunidades y grupos organizados, funciones que les son propias a esos entes públicos, pero que pueden ser ejercidos directamente por organizaciones de ciudadanos. Así mismo prevé la participación de las comunidades, y de los ciudadanos, a través de las asociaciones vecinales y organizaciones no gubernamentales en el control de obras, programas sociales y servicios públicos en su jurisdicción.

En refuerzo de lo antes dicho, el mismo Art. 184 establece que los Estados y Municipios promoverán la creación de nuevos sujetos de descentralización a nivel de las parroquias, las comunidades, los barrios y las vecindades, a los fines de garantizar el principio de la corresponsabilidad en la gestión pública de los gobiernos locales y estadales, y desarrollar procesos autogestionarios y cogestionarios en la administración y control de los servicios públicos estadales y municipales".

Por último, la Constitución Art. 290, crea el Sistema Nacional de Control Fiscal, que encabeza la Contraloría General de la República, y al que se suman las contralorías generales de los estados, las contralorías municipales y las contralorías internas de todos los entes públicos, tanto de la administración central como de la administración descentralizada, teniendo el Sistema de Control como su base fundamental, al ciudadano organizado en contralorías sociales.

Es evidente que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece el control social, que luego las leyes desarrollan, entre ellas la Ley Orgánica del Poder Público Municipal que establece que "Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a organizarse en contralorías sociales con el objeto del control del gobierno local", para añadir luego que "Los contralores y contraloras municipales tienen la obligación de vincular a la ciudadanía a sus labores de fiscalización de la gestión pública y a la valoración del desempeño de las entidades y los organismos de la administración pública municipal".

La Ley Orgánica del Poder Público Municipal, a la que nos estamos refiriendo, es mucho más precisa y determina en sus artículos 269 al 272, todo lo relativo al control social de la gestión municipal, al cual el pueblo tiene derecho. "El control social es un mecanismo a través del cual todo ciudadano y ciudadana individual o colectivamente participa en la vigilancia y control de la gestión pública municipal, en la ejecución de programas, planes y proyectos, en la prestación de los servicios públicos municipales, así como en la conducta de los funcionarios públicos, para prevenir, racionalizar y promover correctivos.

Las organizaciones de control social tienen los siguientes deberes y obligaciones:

  • Comunicar a la ciudadanía los avances realizados y resultados de los procesos de control, vigilancia, supervisión y evaluación.

  • Presentar informe sobre los avances y resultados de sus actividades a los órganos y entidades que ejecutan el programa, proyecto o contrato, realizando las recomendaciones que estimen pertinentes.

  • Remitir el informe de avances y resultados de sus actividades a los órganos de control fiscal y demás organismos públicos competentes.

  • Denunciar ante las autoridades competentes los actos, hechos u omisiones presuntamente irregulares que hubieren detectado.

  • También los ciudadanos tienen el derecho de solicitar que, a través de alguno de los medios de participación previstos en el Municipio, el alcalde, los concejales y el cuerpo colegiado de las juntas parroquiales rindan cuenta de una gestión determinada, antes de la finalización de su mandato.

  • Los ciudadanos y sus organizaciones ejercerán el control social sobre la gestión municipal. A estos fines, las autoridades municipales deberán dar la mayor publicidad a los actos de gestión de interés general, tales como proyectos, licitaciones, contrataciones, costos de las mismas y elementos relevantes.

  • Por último, para ejercer el control social, los ciudadanos y sus organizaciones podrán solicitar la información y documentación administrativa que sean de interés para la comunidad; la administración municipal está en la obligación de suministrarlas.

La Contraloría Social de una Comuna tiene una doble misión, por un lado -cara adentro de la Comuna- es órgano de control social comunitario y de control de recursos; por otro lado -cara afuera de la Comuna- es órgano de control de los programas y proyectos de inversión pública presupuestados y ejecutados por el Gobierno Nacional, Regional o Municipal.

La planificación participativa en la comuna

Nada en el mundo puede manchar bien sin planificación. Dentro de una concepción moderna, la planificación es fundamental para el Estado, como lo es para la iniciativa privada. Cada comuna debe elaborar en Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas su plan de desarrollo, que aborde en forma integral todos los aspectos de la vida de la comuna, plan este que sea realizado a partir de las propuestas de los vecinos y de las comunidades. Ese plan comunal debe ser un plan de varios años para que puedan plantearse obras y proyectos que requieren de una etapa de maduración y ejecución mayores a un año.

No se trata de planificar sólo en base a problemas sino también en base a nuestros sueños. Es importante que nos preguntemos cómo nos gustaría que fuera nuestra comuna, nuestra ciudad, nuestro municipio.

Se habla de planificación comunal, para hacer referencia al conjunto de acciones que son necesaria para elaborar el plan de desarrollo de la comuna en su conjunto: el diagnóstico participativo, la formulación del plan (objetivos estratégicos y proyectos), el presupuesto por proyecto, la ejecución de los proyectos que conforman el plan y el seguimiento y evaluación de la forma en que se materializa la ejecución de los mismos.

Se habla de planificación participativa, porque lo que caracteriza el proceso comunal socialista es la participación de las comunidades organizadas. Son las voceras y voceros de los consejos comunales, y los consejeros y consejeras del Consejo de Planificación Participativa Comunal, así como los voceros y directivos de las comunas, los que deben participar en forma protagónica en las distintas etapas de este proceso. Y deberán hacerlo en constante consulta con sus respectivas asambleas de ciudadanos y ciudadanas.

La planificación participativa comunal se verá beneficiada si existen vasos comunicantes entre el nivel comunal y el municipal que permitan generar acuerdos y consensos y, por ende, una articulación más fluida entre ambos niveles de gobierno.

Además los resultados de la planificación participativa comunal deben nutrir los niveles superiores de planificación: gobernaciones, regiones, y nación. Al fin y al cabo, la República es una, y su panificación en todos los niveles, desde el local hasta el nacional están articulados, el resultado será de provecho para todos.

La Constitución consagra el derecho a la participación ciudadana, a reconocer (Art. 62) que todos "…tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas. La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo.

La propia Constitución (Art. 184) consagra el derecho a "La participación de las comunidades y de ciudadanos o ciudadanas, a través de las asociaciones vecinales y organizaciones no gubernamentales, en la formulación de propuestas de inversión ante las autoridades estadales y municipales encargadas de la elaboración de los respectivos planes de inversión…"

En cada comuna debe existir y funcionar una instancia de planificación participativa comunal. La función fundamental del consejo de planificación participativa es elaborar el plan de desarrollo de la comuna, el plan operativo anual, y el presupuesto por proyecto, compatibilizando las demandas de la población con los recursos de que dispone ese gobierno comunal para implementar los proyectos.

Sus deliberaciones deberán basarse en la búsqueda de consenso en torno a la selección de los proyectos a realizar, de acuerdo: primero, a una visión integral de la comuna y al plan de ordenamiento territorial del municipio, si este existe y, segundo, a las prioridades presentadas.

Una de las primeras cosas que se debe hacer, para tener una visión global de los problemas y potencialidades de la comuna, es realizar un recorrido por todo el territorio de la comuna para constatar en persona cuáles son los problemas que más la afectan y que requieren una solución más urgente. Se debe contar con un personal técnico preparado en planificación y presupuesto. Este equipo podrá provenir de la alcaldía o del ente nacional responsable.

El diagnóstico comunal debe permitirnos conocer con el máximo de detalles cuál es la situación que existe en nuestra comuna, para poder planificar luego cómo abordar sus problemas a partir de las potencialidades con que se cuenta en la comuna y el apoyo externo que pueda recibir.

Para iniciar el proceso de planificación participativa en la comuna se debe convocar a las voceras y voceros de todas las comunidades que conforman la comuna. Si los consejos comunales estuviesen bien conformados se convocaría a las voceras y voceros de estos consejos, pero allí donde haya evidencia de que hay organizaciones o liderazgos comunitarios que no se han integrado a ellos, se debería ampliar la invitación a estas organizaciones y liderazgos. Esta reunión será abierta. Si algún vecino o vecina desea asistir puede hacerlo sabiendo que sólo tendrán derecho a voz y voto las voceras y voceros.

En esta plenaria se explica cómo se llevará adelante el proceso de planificación participativa comunal, se instruirá para que cada comunidad realice, si todavía no lo ha realizado, el proceso de diagnóstico participativo y dentro de él, la selección de los 10 principales problemas.

Identificados los diez más importantes problemas o aspiraciones de la comuna, se procede a su evaluación en función de los siguientes criterios: tiempo, costo, urgencia, factibilidad e impacto. Se trata de jerarquizar los problemas.

Este es un momento de crucial importancia porque resuelve un problema recurrente que enfrentan todos los planificadores, cómo planificar a partir de los problemas, si los recursos con que se cuenta para satisfacer las demandas de la población no dan abasto.

Representa el momento en el cual, de una manera sistemática, los participantes tendrán que apreciar objetivamente las posibilidades reales de satisfacer las demandas de la comuna que se expresan en los problemas finalmente seleccionados. Para ello, se utiliza una matriz, llamada "matriz de priorización de problemas", en la cual las filas representan los problemas a evaluar, mientras que las columnas corresponden a los criterios de evaluación.

Se aproxima entonces el momento de elaborar el plan, entendiendo por tal el conjunto ordenado de objetivos estratégicos y proyectos que nos conducen, en un período determinado de tiempo, a resolver aquellos problemas que hemos jerarquizado y llevar a cabo aquellas iniciativas que nos hemos propuesto realizar, para mejorar las condiciones de vida y hacer más bella y solidaria nuestra comunidad.

El plan permite plasmar en un papel una o varias de las alternativas ordenadas y jerarquizadas en la fase de diagnóstico. Por cada opción escogida se establecen proyectos que contemplan metas específicas a ser alcanzadas en un tiempo determinado y en un espacio geográfico concreto.

Luego de identificar los problemas o iniciativas y de haberlos jerarquizado, s debe discutir cuáles pueden ser las posibles soluciones. Por ejemplo, si se decide que el principal problema es el estado de deterioro en que está la escuela, se debe enunciar que la solución es reparar la escuela y pintarla. Este enunciado es lo que denominamos idea-proyecto. Es un primer enunciado de la solución, luego habrá que elaborar, con el apoyo técnico que se requiere, el proyecto propiamente.

Un proyecto es un conjunto de acciones que buscan generar un servicio en un período de tiempo preestablecido con el propósito de contribuir a la solución de un problema.

Se procederá a la formulación de estrategias, entendiendo por ellas las líneas generales de acción que es necesario implementar para solucionar los problemas.

Se le puede sugerir al grupo que se imagine en un vasto espacio, donde se libra una batalla contra un poderoso ejército cuyos diferentes frentes simbolizan los problemas prioritarios. Ante esta situación se deberá definir formas de ataque para quebrar la resistencia que ofrecen, durante el período de vigencia del plan.

Por ejemplo, frente al problema de la basura acumulada en un sitio, pueden surgir varias líneas de acción: un operativo de limpieza general, una campaña de concientización, mantener una frecuencia mínima de recolección, conseguir más contenedores, crear una cooperativa de limpieza y otras.

Luego, el siguiente paso será la búsqueda de un acuerdo mayoritario, mejor si es unánime, sobre las estrategias, para lo cual se producirá un proceso de intercambio de opiniones y de negociación entre los grupos, que bien puede resultar en que se vean finalmente seleccionadas estrategias a las que únicamente un grupo atribuyó una alta prioridad. Para ello es necesario que éste logre persuadir a los otros de la necesidad de seleccionar la referida estrategia. Al final se elabora un Cuadro resumen de estrategias prioritarias.

Con las estrategias prioritarias perfectamente claras, hay que aterrizar, concretar actividades y pasos a realizar. Entendemos por proyecto el conjunto de estrategias orientadas a la solución de un problema.

Los elementos que conforman un proyecto son: identificación del proyecto (línea de transporte público para la localidad) y descripción del mismo (breve reseña de lo que se pretende); objetivos (mejorar el transporte público en la localidad) y estrategias (ajuste de tarifas de camioneta, reparar camioneta); producto (bien o servicio que va a generar el proyecto, por ejemplo: servicio de línea de taxis y de camionetas); las metas (10 taxis y 5 camionetas); la población beneficiada; las actividades (diseño de la ruta, adquisición de las unidades de transporte, asignación de los vehículos, establecimiento de la tarifa; etc.); el cronograma de trabajo y el costo del proyecto.

Para que el proyecto se ejecute en la práctica, es necesario programar muy bien las actividades a realizar. Debe responderse a las preguntas: ¿qué?, ¿cómo?, ¿con quiénes? Y ¿en qué plazo? Se van a desarrollar las actividades.

Corresponde luego formular el presupuesto. Las instituciones trabajan habitualmente con plazos anuales y cuentan con una cierta cantidad de recursos para un año. Por lo tanto esta etapa consiste en la negociación y selección de los proyectos de acuerdo a los recursos con que se cuenta para la ejecución de proyectos. Para esto se debe respetar las jerarquías otorgadas a los problemas.

Se entiende por presupuesto la estimación detallada de todos los ingresos y gastos que se pretende recibir y ejecutar durante un período de tiempo específico, en este caso un año. Es necesario saber con cuánto dinero va a contar la comuna y una vez estimados los ingresos para el año, se debe elaborar el presupuesto de gastos conformado por la suma de los costos de los proyectos que la comuna dedica ejecutar durante ese año.

Luego de enunciadas y discutidas colectivamente las tareas y distribuidas las responsabilidades es importante hacer un cronograma de trabajo estimando el tiempo que tomará cada una de las actividades.

Por último, es conveniente hacer periódicamente evaluaciones del trabajo realizado, de manera de ir chequeando lo que está funcionando y corregir lo que no funciona.

Se puede asfaltar una calle, pero si no se hace con la mezcla correcta se deteriorará muy pronto. Es necesario que los vecinos estén alerta y busquen a una persona que entienda de mezclas para que inspeccione que esto no suceda.

Se puede construir una vivienda con vigas de acero que no sean suficientemente fuertes o que tiendan rápidamente a oxidarse, con lo cual la casa muy pronto empezará a deteriorarse. Se necesita chequear si las vigas que llegan cumplen las normas establecidas.

La contraloría social, como bien sabemos, es un proceso dinámico en el cual la comunidad ejerce el control de las obras o de servicios que pueden beneficiar a la comunidad.

Hay que evaluar también el impacto que el proyecto logra tener en la comuna.

Es aconsejable tener a mano una lista de verificación de resultados esperados. Esta guía permite a los evaluadores medir el desempeño del trabajo realizado y los logros. Lo ideal es que se reconozcan a tiempo las fallas para aplicar correctivos oportunos.

Los servicios públicos y las comunas

23) LA ECONOMÍA POPULAR Y EL MODELO SOCIOPRODUCTIVO COMUNITARIO

24) QUINCE ENEMIGOS DE LA COMUNA

Todo ser humano, así como toda obra o institución creada por el hombre, es perfectible, puede ser mejorada, pero igualmente, puede ser pervertida o desviada, caer en peligro que la aleje de su objetivo, distrayéndola de su propósito. Las Comunas no son la excepción; el Presidente de la República y Líder de la Revolución ha venido alertando sobre algunos peligros, exigiendo siembra de valores, así como controles que impidan las desviaciones de estas organizaciones ciudadanas, que son base del Poder Popular y plataforma para la participación protagónica del pueblo.

Haremos ahora quince alertas, daremos cuatro gritos de alarma a la Comuna, que aspiramos sean escuchados, para impedir retrocesos en un camino que debe siempre seguir hacia adelante, en beneficio de los ciudadanos y para la construcción de una sociedad de equidad y justicia.

La comuna tiene amigos, resulta atractiva para mucha gente, pero es ingenuo desconocer que la Venezuela comunal tiene enemigos, la Venezuela igualitaria, justa y sin privilegios, la Venezuela de propiedad colectiva sin explotadores ni explotados, también tiene enemigos, detractores, agentes que saben poner piedras en el camino del pueblo.

Precisar quiénes son los enemigos y cuál su peligrosidad es fundamental para su defensa. Si bien algunos enemigos están afuera de la comuna, lejos del proceso revolucionario, otros están adentro de la comuna o adentro del sector bolivariano, en personas que dicen estar con la revolución, pero que en el fondo lo único que hacen, para expresarlo en argot popular, "es echar la burra pa"l monte".

Detengámonos ahora en los 15 enemigos que voy a mencionar, sin pretender agotar la lista, ya que es bien probable que esta enumeración no sea exhaustiva, que hayan otros agazapados lanzando piedras:

1) El Capitalismo. Sin duda es el enemigo principal a vencer, pero ante él tenemos la ventaja de saber que es el enemigo. Ese no está disfrazado, ese de cuerpo y alma está contra las comunas. Ese es un adversario clásico, es histórico, es quien ha detentado privilegios y pretende seguir flotando, fortalecerse y no desaparecer. Sabe que su existencia depende de la inexistencia del poder popular y de las comunas como buena expresión del mismo.

El capitalismo es un enemigo terriblemente inmoral y lanzado, decidido.

Hay otro enemigo que se me antoja mucho más letal y peligroso. Es el enemigo interno, ese enemigo conformado en este caso por quienes nos han acompañado a lo largo de este tiempo pero han ido perdiendo -o nunca tuvieron- la tensión moral necesaria para abrazarse a un modo de vida realmente socialista.

2) El Capitalismo de Estado. Haiman El Troudi, quien es sin duda uno de los intelectuales que más ha aportado al pensamiento del socialismo a la venezolana, escribió que "No se sabe aún con certeza que será el socialismo del Siglo XXI, pero lo que sí puede saberse, es loo que no ha de ser". Luego El Troudi inicia una larga enumeración, colocando de primero en la lista el "capitalismo de Estado", dejando claro que ese no es el camino del socialismo del Siglo XXI, por el contrario, es la explosión del poder popular, son los bienes comunitarios, las empresas socioproductivas comunales.

Tiene razón El Troudi ya que no tiene sentido cambiar un capitalismo por otro. El Estado propietario es algo distinto al capitalismo de Estado. El Estado propietario está contemplado en la Constitución Bolivariana, en el Título VI referido al "Régimen Socioeconómico de la República", al cual nos referimos en otra parte de este libro. Recordamos ahora que el Estado, además de ser promotor y regulador de la economía -por eso hablamos de Estado promotor y de Estado regulador- es Estado empresario, dueño en nombre de todos los venezolanos de empresas básicas fundamentales y estratégicas.

El capitalismo de Estado no es consustancial con el socialismo, lo que si está en su esencia es la propiedad colectiva y la cogestión.

3) El burocratismo de afuera y la subordinación indebida. Es demasiado frecuente ver a burócratas, a funcionarios públicos que a pesar de ser o de llamarse revolucionarios, no dejan de ser burócratas, bien estatales, estadales o locales, que quieren convertirse en gerentes y dueños, en mandamases de las comunas, de los consejos comunales y de las otras expresiones del poder popular. Quién le dijo al Alcalde, al Gobernador o al Ministro que puede darle órdenes al pueblo, que puede naricearlos u utilizarlos en su provecho, para su beneficio, para su fuerza política o proyección social. Los funcionarios públicos están para servir a las comunas, no para servirse de ellas. Cambiar el patrono privado por el funcionario público o burócrata es inadmisible, eso no es revolución, menos aún socialismo.

También es frecuente encontrarnos con casos de subordinación indebida, de comuneras y comuneros que colocan su comuna a merced de un funcionario, lo que suele ocurrir por falta de formación, de conocimiento pleno del poder popular y de lo que es la comuna. En estos casos estamos frente a una subordinación indebida, que no siempre es reparada por el funcionario al cual pretende colocársele por debajo la estructura popular.

No nos sirve quien cambia para no cambiar, quien aparenta transformación pero que sólo marcha hacia atrás, que cambia lo insustancial y lo necesario para sólo satisfacer la fachada de cambio, pero que en el fondo no es otra cosa que una apariencia de cambio, como ya dijimos, cambiar para no cambiar. Vale la pena recordar al Ché Guevara, en un pensamiento que viene a propósito y que coloca el problema en su propia dimensión: "La Revolución es algo que se lleva en el alma, no en la boca para vivir de ella"

Los Consejos Comunales, así los define la Ley, y así lo quiere el Presidente Chávez – inspirador y principal orientador del proceso Revolucionario – son la base del Poder Popular y del Socialismo, lo que obliga a los Consejos Comunales a no estar subordinados a la voluntad de un hombre o de un funcionario, ellos son el pueblo mismo, el soberano en acción.

En la etapa de promoción, nacimiento y fortalecimiento de los Consejos Comunales, mi experiencia me permite haber visto funcionarios que quieren hacer depender de ellos y de las estructuras burocráticas que manejan, a los Consejos Comunales, expresión del Poder Popular. Eso es la carreta delante del caballo.

Los Consejos Comunales no tienen por qué depender de un funcionario municipal, así sea el mismo Alcalde; no tienen por qué ser dependientes de un funcionario regional, así se trate del Gobernador, como tampoco es admisible que ningún Ministro o Funcionario Nacional, por alto que sea su rango, pretenda someter al soberano.

El ansia de poder político, o de manejo indirecto de recursos económicos, pueden mover al funcionariado a intentar someter a los Consejos Comunales a sus designios, valiéndose de superioridad política o de otra diferencia a su favor. Denunciar esta desviación es obligación de los ciudadanos y de los vecinos organizados en Consejos Comunales.

La Constitución ni la Ley ordenan la indebida subordinación del Poder Popular al funcionario, no es esa la razón que mueve al Proceso Revolucionario. El Ché Guevara manifestó: "…Revolución se hace a través del hombre, pero el hombre tiene que forjar día a día su espíritu Revolucionario…"

4) El burocratismo de adentro. Tan peligroso com el burocratismo de afuera, es el que se puede generar dentro de la comuna, donde los líderes, dirigentes o voceros se convierten paulatinamente en burócratas, en especie de "funcionarios intocables", que quieren imprimir a la empresa común lo que indebidamente hacen los malos funcionarios dentro de la administración pública. Fuera el burocratismo dentro de la comuna, en ella sólo debe tener cabida el comunero trabajador, solidario, cooperador y desprendido, el que entiende que está para servir a la comuna, y no para servirse de ella.

5) El Partidismo. El partido tiene un rol fundamental en el proceso, en la revolución y en el socialismo, pero es un rol político. No puede pretender el partido, asumir campos y funciones que no le son propios, la comuna es de los comuneros no del partido, si bien esos comuneros, en su totalidad, en su mayoría o muchos de ellos formen parte y militen en el partido. Diferenciar ambos campos y roles constituye un hecho importante.

6) El neorriquismo. Desde fuera de la comuna, pero dentro del proceso, hay algunos pocos, pero bien visibles y ostentosos, que han sido conquistados por el dulce encanto de la burguesía. Escribió Martín Guedez que "Eran, por así decirlo, burgueses en potencia que nunca tuvieron la oportunidad de serlo. Son aquellos compatriotas que tan pronto el ejercicio del gobierno, las oportunidades nuevas e incluso su propio trabajo se los ha permitido se han abrazado al modo de vida capitalista porque nunca terminaron de cerrar el abismo entre la palabra y la vida, entre la ortodoxia y la ortopraxis. Estos, mis queridos compatriotas, son infinitamente más letales porque con su ejemplo -su mal ejemplo, más bien- se convierten en ladrones de sueños. Enseñan de alguna manera el camino hacia los mismos valores que deseamos superar. Lo hacen desde nuestra misma trinchera y por tanto producen un mayor y más cruel desencanto. Ponen la utopía de una Venezuela comunal y socialista en términos de una fantasía social, la alejan, la hacen inalcanzable, producen agotamiento. Hacen dudar acerca de la accesibilidad de la utopía -entendida esta en su carácter más justificadamente peyorativo de algo imposible- y promueven con su conducta el retorno a los viejos antivalores. En otro texto Martín dice: "Hay gente que se desgañita proclamando su condición socialista, pero cada día ascienden más en poder y dinero.

7) La NO formar para el socialismo y para los valores de los comuneros. Lo hemos dicho y repetimos ahora no hay socialismo sin socialistas ni comuna sin comuneros. Podemos hablar de que existe un proceso socialista, así como hacer mención a las comunas pero ni uno ni otro son realidad, ni son perdurables en el tiempo, si no se forma al hombre y a la mujer como socialista y comunero.

Si no hay formación, y siembra de valores todo será efímero, sólo se mantendrá la apariencia de socialismo y comuna, mientras el líder del proceso esté dándole aliento, pero los actores que debieron formar y no lo hicieron, que debieron sembrar y no sembraron, estarán condenando a una segura muerte a lo que debe ser para siempre, para no retroceder, para no perder lo conquistado.

8) El NO anclaje de los valores del cambio. El socialismo tiene valores, así como el capitalismo tiene antivalores. Estos están vivos, si no los desterramos para siempre y permitimos que echen anclas los valores socialistas y comuneros, para que no sólo sean del conocimiento de los compatriotas revolucionarios, sino que sean su propia vida, el socialismo y el movimiento de comunas será una brizna de paja en el viento, se la llevará el agua porque los valores no estaban anclados.

El filósofo y Emperador Romano Marco Aurelio alertó: "Observa siempre que todo es consecuencia del cambio, y acostúmbrate a pensar que no hay nada que a la naturaleza le guste más que cambiar las formas existentes y crear otras nuevas". La observación de Marco Aurelio, se corresponde con la verdad; hay en la gente un cierto gusto por cambiar "formas existentes".

No obstante lo antes dicho, también es verdad que hay en la persona humana aprensión o rechazo al cambio por temor a lo desconocido, por costumbre a lo anterior o por pensar que puede perderse, que "es preferible malo conocido que bueno por conocer". Es frecuente constatar en la historia o recorrido vital de los pueblos y de las asociaciones, como luego de avanzar en un determinado camino de cambio, se genera un retroceso, una marcha atrás.

John Kotter, especialista en liderazgo, escribió: "Debe tenerse en cuenta que no hay nada más difícil de llevar a cabo, ni cuyo éxito sea más dudoso, ni más peligroso de manejar, que iniciar un nuevo orden de cosas", hay que vencer las resistencias al cambio que se genera en los hombres. Son muchos los intentos de cambios en sociedades y corporaciones que no tienen éxito, porque sucumben ante los problemas; se gasta más tiempo del que se quería o esperaba; se reciente la moral de alguno o de varios de los actores; porque se generan trastornos emocionales; en definitiva, estos hechos y circunstancias frenan el cambio.

Es comprensible que todo aquel que de una u otra forma pueda sentirse afectado por un cambio, experimente cierto trastorno emocional; incluso los cambios que podríamos calificar como "positivos" ó "racionales" involucran incertidumbre. Por eso, individuos y grupos reaccionan frente al cambio de maneras distintas, unos resistiendo pasivamente, otros tratando de impedirlo.

Para enfrentar el problema de la resistencia al cambio, los propulsores de los Consejos Comunales deben tener en cuenta las cuatro razones más comunes o frecuentes por las cuales la gente se resiste al cambio:

– No querer perder algo que se considera valioso.

– No comprender la naturaleza y las implicaciones del cambio.

– Creer que el cambio no tiene sentido para los ciudadanos o para la comunidad, y

– Tener baja tolerancia al cambio.

9) La extrapolación de modelos foráneos. Cada pueblo tiene su propia idiosincrasia, sus tradiciones, su manera de ver y entender las cosas. Los modelos no se pueden extrapolar, no se pueden tomar de un país y pretender calcar en otro, simplemente pueden inspirar, pueden y deben ser motivo de estudio, pero es absolutamente necesario, si se quiere que echen raíces, que respondan a la realidad de donde pretender sembrarse.

Tan nefasto es pretender copiar modelos de comunas del pasado histórico del socialismo, del que pudo ser y no fue, o de que siendo fracasó, como el pretender absorber modelos de la realidad actual de otros países. Estudiemos esos modelos pero construyamos el propio.

El socialismo a la venezolana y las comunas a la criolla tiene que ser la consigna. El propio Presidente Chávez quien ha dicho públicamente que cuando él lanzó las propuestas de las comunas como modelo de articulación socioeconómica, se había inspirado en los primeros años de la Revolución China, añadió luego con claridad y contundencia, "la idea no es copiar nada. Vamos a crear nuestro modelo, pero hay que tomar referencias de otros escenarios".

10) El dogmatismo. Chávez es antidogmático, está opuesto a creer y a que creamos que hay dogmas o fórmulas predeterminadas, que las cosas deben hacerse de conformidad a tal o cual "modelito". No. El dogmatismo es perverso. Tengamos claros los valores y principios, ellos inspiran y son guía. Dentro de esos principios nos movemos y con toda seguridad vamos a encontrar el camino, la solución apropiada. No es en el dogma, en la creencia rígida en modelos y formas. El líder del socialismo venezolano bien sabe, con el poeta Machado, ya citado muchas veces, que el camino se hace al andar.

11) La falta de autocrítica y autocorreción. El peor enemigo de la comuna podría ser el comunero que piense que se la está comiendo, que todo lo hace bien, que no es capaz de evaluar su trabajo y el trabajo comunal, que no sabe autocriticarse y menos aún, en consecuencia, autocorregirse. Ninguna obra humana es perfecta, si bien es perfectible, porque cada vez puede hacerse mejor. Para eso es necesaria la autocrítica.

12) El productivismo-economicista. Cuando la comuna sólo busca producir, cuando únicamente la mueve los números, los resultados vistos en cifras de producción, en términos económicos, en detrimento de lo social, dejando de lado al hombre, la comuna se habrá hecho enemiga de si misma, al no servir al hombre y a todos los hombres de la comunidad. Si la comuna es de los comuneros y PARA los comuneros, no puede entenderse que el afán de producir pueda hacer olvidar para quién se produce.

13) La proclamación el socialismo sin vivirlo. No se puede hablar de verdadero socialismo si no se vive, si no se hace de él una manera de amar y de existir. El socialismo no es una fórmula de bolsillo, tampoco un librito para cargar bajo el brazo, es una vivencia, es una forma de sentir y hacer.

Dentro del socialismo, no ocurre distinto dentro de las comunas, existen caballos de Troya, socialistas de nombre de franela o conveniencia. Esos no sólo no hacen la tarea, o la hacen mal, sino que serán los primeros en pegar la carrera ante el primer temor, o cuando suene el primer tiro.

14) La no participación de los comuneros o participación insuficiente. Participación al máximo es la consigna que responde al mandato constitucional. La participación es la que da al ciudadano organizado el rol protagónico, para ser sujeto activo y no sujeto pasivo del proceso de cambio; para esto se requiere su plena incorporación al gobierno de su localidad y, más particularmente, de su comunidad o vecindario, por lo que el Consejo Comunal podría ser definido como centro de participación.

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