Aplicación del procedimiento del análisis de coyuntura en el campo de las ciencias jurídicas (página 7)
Enviado por Donkan Fenix Davila
Es importante señalar que de igual forma se encuentra dentro de la comunidad un importante número de habitantes que si bien no pertenecen al Partido Oficialista; si obtienen beneficios (educación, salud, alimentación, etc.) producto de las Misiones Sociales implementadas por el Gobierno Nacional.
Así mismo dentro de la comunidad existe un Liceo Bolivariano "Rafael Medina Jiménez" quien tiene en su matricula escolar estudiantes de diferentes comunidades del estado Barinas, estos estudiantes pudieron obtener por diversos medios (Celular, Internet, etc.) el video antes mencionado (como ejemplo de la manipulación mediática amarillista). Sorprendentemente este video no causo alarma a nivel educativo-comunitario, tampoco a nivel familiar, sino, a nivel estadal.
Las personas criticaban incluso a los padres por no inculcar valores y principios a esos niños; pero olvidan los valores y principios de ellos y la corresponsabilidad y solidaridad que debe existir en cada individuo de la sociedad para de esta manera poder formar a los futuros arquitectos de la vida social, ideológica, política, religiosa, etc.… que será la base fundamental de los aparatos del Estado.
De tal manera que se define al aparato de Estado como el sistema conformado por las diversas instituciones, las cuales son dotadas de centros y servicios de información para efecto de las funciones estatales (políticas, económicas e ideológicas) que el complejo institucional lleva a cabo para controlar el poder de Estado.
Sin embargo, la concepción marxista de la noción aparato de Estado la comienza a formular resueltamente Lenin, quien, basándose en Marx/Engels, entiende por este tipo de aparato al entramado de instituciones que forman el aparato represivo de Estado, a saber: el ejército y la policía, además de sus aditamentos materiales tales como los cuarteles y las cárceles.
Por esto, para los clásicos del marxismo el Estado es fundamentalmente "el órgano de dominación de una clase", o bien es el "órgano o la máquina de violencia de una clase sobre otra". Pero Lenin, en el marco de la función económica que desempeña la superestructura político-jurídica, hace alusión al aparato de contabilidad (bancos, consorcios, bolsas de valores, hacienda pública, etc.) que la máquina estatal, en el caso capitalista, tiene para efecto de "una vasta labor de cálculo y registro".
En esta tesitura, podemos inferir que dentro de la comunidad funciona como institución del Estado la Junta parroquial, como también por parte organizativa y de integración socio-política el Consejo Comunal; pero existen medios de comunicación a nivel estadal (TV, Radio, Prensa), que realizan una función económica pura y no solamente en sentido metafórico o indirecto, como a menudo se aduce respecto a que el uso de todo género de estos recintos de comunicación por parte de la población influyen en la prosperidad económica del individuo y de la sociedad.
No hay duda que esta segunda interpretación tiene alguna dosis de verdad, pues en cierta forma esta es otra cara del poder social de los medios de comunicación; pero los medios al servicio del "cálculo y registro", esto es, aquéllos que sirven al capital industrial y financiero son los que principalmente influyen ideológicamente sobre la sociedad, por ende, son los causantes y creadores de la conocida sociedad de consumo y son quienes crean matrices de información o desinformación en contra del poder económico que desarrolla las relaciones de producción en la esfera de la estructura económica estatal.
Poder que no está divorciado de la función ideológica del Estado, pues en torno de este poder, además del político, gira la posibilidad del funcionamiento de los diversos aparatos ideológicos del Estado. Como aparato o superestructura de aparatos, el Estado es una variedad de organización de aparatos o estructuras concretas, caracterizados por las funciones específicas que desempeñan. Las categorías de éstos varían en cuanto a tipo y denominación de un autor a otro, sin embargo, en términos generales el discurso marxista menciona que el Estado está estructurado en cuatro grandes aparatos:
– el represivo
– el gubernativo
– el administrativo
– el jurídico
Cabe mencionar que en el marco del concepto de aparato de Estado, los aparatos ideológicos no están considerados en los escritos de Marx, Engels y Lenin. Tan sólo se hallan algunas referencias relacionadas con este problema, pero no encontramos una exposición sistemática o más o menos explícita.
Pensamos que este conjunto de aparatos merecen un análisis aparte, toda vez que resultan ser un tópico fundamental para identificar a los medios de comunicación como circuitos materiales e intelectuales de información documental organizada dentro de los diversos aparatos ideológicos del Estado; o bien, refiriéndonos a una red de medios públicos, dado el carácter autónomo del que gozan respecto de otros tipos de medios (escolares, académicas, comunitarios y especializadas), como aparato ideológico propiamente dicho del Estado. Siendo así se deberá implementar políticas orientadas a la creación de espacios y programas educativos, culturales, sociales, etc.… que fomenten valores y principios y se difundan a través de los distintos medios de comunicación del estado Barinas.
En conclusión, la expresión político-marxista «aparato de Estado» puede orientar los nuevos profesionales de los medios de comunicación para distinguir la compleja distribución que existe de instituciones (medios comunitarios) en el conjunto de aparatos que forman el aparato de aparatos, es decir, la superestructura política identificada como Estado.
Asimismo, esa categoría conceptual puede ayudarnos a comprender, desde otros ángulos, las diferentes funciones que desempeñan los diversos tipos de medios, esto es, sistemas y servicios informativos y culturales en el tejido político de esta superestructura.
2.2.4.2. Diagnostico Ideológico Nacional.
Los medios, en un régimen de libertades, son los entes que procuran brindar una perspectiva más justa del acontecer diario.
Ellos intentan que los diferentes puntos de vista que se presentan sea la representación más fiel de la realidad y de esta manera, instituir al ciudadano de forma integral.
En nuestro país, Los medios de comunicación permiten a las personas estar informados, satisfaciéndoles su derecho. En cuanto a esa información o noticia, actúan en dos planos: uno general, donde deben emitir información veraz, oportuna e imparcial, donde se evita la difusión de la noticia falsa, o manipulada con medias verdades; uno de la desinformación que niega la oportunidad de conocer la realidad de la noticia; o de la conjetura o información parcializada para lograr un fin específico contra algo o alguien.
Este derecho constitucional, a favor de toda persona, crea en los medios la obligación de información veraz, oportuna e imparcial, que da derecho a réplica o rectificación, el cual puede ejercerse mediante un amparo, si la situación jurídica de la persona se ve afectada por la información inexacta (así no esté referido a ella), que le impide recibir y difundir informaciones o ideas que le permitan ejercer correctamente su derecho a la libertad de pensamiento o expresión.
Cabe revisar esta situación en el ámbito local; pues aun cuando esta consagrado como un derecho y una obligación, no se aplican correcciones a los medios que violentan o no acatan la Ley RESORTE.
La libertad de expresión es una de los más representativos y característicos derechos de los sistemas democráticos. Este principio se basa en la facultad que posee el individuo de exponer sus ideas, pensamientos y opiniones por medio de la palabra, por escrito o cualquier otro medio de reproducción sin inconvenientes, consignas, autorizaciones previas o censura por parte de la autoridad.
La libertad de expresión es resultado de las libertades de pensamiento y de opinión; pero como éstas constituyen un derecho absoluto y sin limitaciones, la libertad de expresión conlleva a manifestar lo que se piensa u opina, y por ello tiene una restricción que las leyes se encargan de establecer. Estas demarcaciones son los derechos que poseen los demás ciudadanos, que implica el respeto hacia su honor, intimidad y fama, así como también los derechos que posee la sociedad en conjunto a que no se divulguen opiniones o pensamientos que amenacen el orden público o el orden de convivencia ya establecido.
Esto, aunque puede parecer una discordancia a la libertad de expresión no es así, sino que simplemente por el hecho de tener la facultad de exponer libremente opiniones o pensamientos no se van a transgredir los derechos de las demás personas y mucho menos ir en contra de principios establecidos en la sociedad en la cual el individuo se desenvuelve.
De esta forma, la libertad de expresión no puede habilitar la propagación incontrolada de expresiones que vayan en contra de una persona o de una institución, o que se consideren como una intromisión ilegítima en la vida privada de los individuos; Pero tampoco puede permite la difusión de ideas que constituyan o que conlleven a una practica del terrorismo, o que supongan una agresión contra la infancia.
Desde nuestra perspectiva, los medios de comunicación que hacen vida comercial en la ciudad de Barinas, responden a intereses económicos personales por encima de los intereses colectivos, por cuanto se preocupan más por un lugar en audiencia, que por el contenido de sus programaciones.
Creemos necesario aplicar políticas de estado para impulsar la creación de medios alternativos con contenidos educativos que fomenten valores y principios dentro de la sociedad. Considerando objetivamente que los propietarios de los principales medios de comunicación en el estado Barinas, pertenecen a un selectivo grupo de familias de gran poder económico y por tanto sus intereses son particulares y no colectivos; podemos concluir que la influencia de estos medios esta orientada en contra de los verdaderos principios de la información, como ejemplo de lo antes expuesto podemos nombrar a "La Piedrita Llanera", programa radial que tiene como prioridad, criticar destructivamente todo lo referente al sistema de gobierno local, y así para con sus funcionarios y colaboradores.
Aun cuando gran parte de la sociedad Barines utiliza el medio y programa para otros fines tales como: hacer denuncias en contra de malas políticas y funcionarios que atentan verdaderamente contra el actual proceso social, reclamos a organismos incompetentes por fallas en sus funciones y servicios, etc. Esto demuestra la conciencia y nivel critico que ha alcanzado la ciudadanía, quien sabe utilizar los medios para los fines que aporten soluciones y no para causar diatribas.
"La ignorancia como la inocencia nos hace vulnerables a la manipulación y nos condena a actuar como títeres o como instrumentos para que otros consigan aquello que por sí mismos no han podido lograr." villegastere[arroba]yahoo.es.
Seria muy atrevido que en momentos en los que se están iniciando procesos de consolidación de redes y movimientos sociales para la defensa popular concluir alguna cosa, sobre todo cuando de lo que se ha tratado este análisis es de presentar una propuesta para desarrollar estrategias y mecanismos para la construcción de la defensa integral, no obstante pensamos que es posible recapitular en algunos puntos como es el hecho notorio que la triada Seguridad, Defensa Integral y Desarrollo Integral supone el reto de repensar y rescribir lo hasta ahora escrito y pensado sobre el tema en contextos muchos mas amplio que solo el militar o social.
Por otra parte, este ejercicio de pensar estos temas desde nuestras nuevas realidades y marco teórico jurídico que nos da nuestra nueva constitución nos obliga a aventurarnos en la tarea de construir conceptos nuestros, para no seguir usando en lo posible términos descontextualizados que como sabemos poseen una pesada carga epistémica no fácil de soportar cuando se trata de adelantar un nuevo proyecto de sociedad.
En este sentido, se hace urgente entender la relación existente entre los actores sociales tanto civiles como militares que a través de sus organizaciones y redes sociales, le dan vida a los conceptos de corresponsabilidad, defensa integral, y defensa popular, para garantizarnos un país con justicia y equidad social dentro de una democracia participativa y protagónica.
De igual manera se hace necesario contemplar mediadas que representen una formación e información pertinente para logra llevar la ideología socialista a todos los rincones del ámbito territorial; siendo la base las comunidades y tomando en cuenta que en espacial la comunidad analizada (Urb. El Milagro, Parroquia Corazón de Jesús, Municipio Barinas, estado Barinas), según lo expuesto en el ámbito social "No permite o acepta la incursión o participación de actores políticos o politiqueros dentro de su estructura organizativa (consejo comunal)". Motivo por el cual podemos concluir afirmando que es aquí donde radica la causa de sus conflictos. Al respecto Dice John Holloway: "Comenzamos desde el desacuerdo. El desacuerdo puede tomar muchas formas: un murmullo inarticulado de descontento, lágrimas de frustración, un grito de furia, un rugido confiado. Un desasosiego, una confusión, un anhelo, una vibración crítica."
La desobediencia a lo establecido y la rebeldía al poder dominante, sin duda el principio de lo que hoy llamamos Revolución Bolivariana. En Venezuela este comienzo se descubre la crisis de legitimidad del modelo de sociedad dominante, injusta y excluyente que significa el capitalismo, que intentaba implantar en el país su nueva fase, la del neoliberalismo. Es así, como surge el 27 de Febrero de 1989, como un referente histórico donde un impulso político movilizó al pueblo en contra del poder.
De esta manera, comienza a generarse en la sociedad venezolana una expresión autónoma, rebelde y desobediente que crecía en contra del modelo establecido y que en su día a día iba construyendo una contra hegemonía que tenía voz en los combates callejeros, en las asambleas de barrios, en nuevas organizaciones políticas, etc.
Esta contra hegemonía estaría cargada de nuevos valores que después se convertirían en un referente cultural de la clase dominada. Nuevas formas para entender y practicar el hecho político (Nueva Cultura Política) impregnaba a estas expresiones libertarias que se extendían por todo el país, con una suerte que muy pocas veces estaba ligada a los partidos y estructuras políticas de izquierda para aquella época y que sin embargo demostró una movilización permanente en contra del régimen, bajo una consigna articuladora "Fuera CAP".
Ahora bien, en el seno de los movimientos sociales en Venezuela se ha venido construyendo un nuevo referente cultural, que pudiera referirse a la reivindicación de valores como Autonomía, Autogestión, Horizontalidad y Desobediencia a todo aquello que huela a cogollo, burocracia y usurpación.
Estas expresiones se convertirían en nuevas formas de plantearse el mundo fuera de las reglas del capital y sus instituciones, rompiendo con los valores de la racionalidad dominante, y así ir fundando nuevas relaciones sociales basadas en los valores del apoyo mutuo, de la solidaridad y de la equidad. Todo esto es el resultado de la acumulación de esfuerzo de los hombres y mujeres del pueblo, de las ganas de hacer y construir una nueva patria, en síntesis lo que hemos llamado Poder Popular que sería la contra hegemonía al poder dominante, un poder que no oprime, mas bien se nutre de la construcción de nuevas relaciones libertarias y que se plantea sobre valores realmente democráticos participativos y justos.
Todos estos esfuerzos nos han traído hasta donde estamos hoy día sorteando infinidad de obstáculos, represiones, asesinatos, desprestigios y manipulación, todos los intentos del poder dominante para frustrar las posibilidades de cambio que recaen en la Revolución Bolivariana. Estos esfuerzos llevaron y mantienen al Presidente Hugo Chávez Frías en la presidencia de la república como la viva expresión de una construcción colectiva que expresa los anhelos y esperanzas de los dominados. En este sentido, el poder popular ha construido desde la base a una referencia colectiva llena de valores libertarios y emansipadores y que nunca olvida su camino contra el poder dominante.
Hoy, la lucha contra hegemónica continua en su crecimiento dibujada dentro de la Revolución Bolivariana, en los Movimientos Sociales, en su creatividad, frescura y visión alternativas de las cosas, demostrando que la fuerza que impulsa esta proceso transformador se encuentra en el conjunto de nuevos actores sociales que se movilizan, comunican y construyen nuevas relaciones sociales en la búsqueda de una nuevo modelo civilizatorio. Estos nuevos actores sociales inmersos en los Movimientos Sociales construyen nuevos espacio de poder popular, en los barrios, escuelas, en el campo y en las fábricas, dinámica que llena de contenido de clase al proceso revolucionario y que demuestra que abajo es donde esta el poder avanzar popularmente hacia la conquista de un nuevo modelo político "la democracia participativa y protagónica".
Esta dinámica es alcanzada por los Movimientos Sociales y no por la suerte de partidos y estructuras de poder dominante como las instituciones del Estado ya que estos tienden hacerse reproductores del poder dominante y por ende atraviesan una crisis de legitimidad, siendo grandes referentes de burocracia, fetichismo, usurpación y autoritarismo y hoy la gran mayoría del pueblo venezolano ha reivindicado sus valores rebeldes y desobedientes en contra de estos valores del viejo y podrido régimen.
Sin embargo, la perduración en el tiempo y espacio del poder dominante sigue obstaculizando el avance de su antagónica contradicción el anti poder, el poder hacer, El Poder Popular que a subes continua caminando, creciendo y fortaleciéndose como alternativa a la crisis del poder dominante.
Los Movimientos Sociales, están llamados ha ser los sujetos de la Revolución Bolivariana, en estos momentos se lidian entre la lógica cerrada de las instituciones y los partidos, pero convencidos que su articulación real y programática será quien marque la profundización de la revolución y así el destino libertario de este proceso.
No cabe la repetición de la vieja cultura política, las instituciones gastadas y corruptas, no calan en este proceso y seguirán agotándose a medida en que el pueblo constituido en Poder Popular construya una nueva institucionalidad basada en los valores de la democracia participativa y la nueva cultura política, al momento en que el pueblo ejerza el poder para definir su presupuesto, el destino de este y evalué su distribución, va ir desmoronando el poder de estas, así muchos ejemplos mas, pero es allí donde esta la clave que nos indica, así como el 13 de Abril, que el pueblo constituido en fuerza revolucionaria, en poder popular destruye los obstáculos del poder dominante.
En fin, toda expresión de poder subscrita en las instituciones y estructuras del capitalismo comprenden dominación, exclusión y usurpación; y en ese sentido es inminente un grito de desacuerdo, de negación, que termina siendo la fiel expresión de la resistencia digna a este, el anti poder, el poder hacer, el Poder Popular de los Movimientos Sociales.
El tema del desarrollo está ligado al ideológico que ha sido y es sin duda fundamental. En ese sentido se debe tener siempre presente que, de acuerdo a un análisis materialista de la historia, la ideología dominante no es más que la estructura de creencias y perspectivas sociales vigente (o decadente) que se establece como producto del modo de producción o modelo productivo. Entonces, lo fundamental es el modelo productivo y para su transformación (que debe ser la meta fundamental para la revolución) se requiere una renovación teórica de la interpretación social y política de nuestra nación y sus relaciones sociales y de producción, es decir, el proceso de transformación nacional es dialéctico en cuanto a ideología y transformación del modelo productivo.
La cabida dentro del imaginario colectivo venezolano a la idea del llamado "socialismo del siglo XXI" se debe a la decadencia de la ideología capitalista dominante en el país y esto a su vez es consecuencia del fracaso del modelo productivo, es decir, la ideología capitalista en Venezuela ha perdido vigencia como consecuencia de su divorcio y enemistad con los intereses de las mayorías nacionales y nada más, esto es fundamental comprenderlo!.
En Venezuela durante la guerra revolucionaria de independencia el anhelo de la mayoría de los venezolanos era el de la mejora de sus condiciones económicas de vida y poco más. El modelo monárquico de explotación colonial basado en una ideología religiosa-semifeudal ya no daba respuestas a los intereses de las mayorías y como consecuencia el discurso del Libertador enciende en el pueblo la llama de la guerra revolucionaria de independencia, hoy debemos enfocar el proyecto nacional de desarrollo y la ideología asociada al mismo (o teoría social socialista) desde esa misma perspectiva, la perspectiva de una teoría socialista asociada a un modelo productivo que dé respuestas a las necesidades populares de desarrollo económico y cultural.
En Venezuela hemos nacido como república hace alrededor de 180 años, la historia anterior a esa es la de una colonia española explotada salvajemente y empobrecida hasta el extremo… negros, indios, mestizos y blancos poblamos esta tierra antes y después de la independencia y somos la expresión de venezolanidad como consecuencia de una mezcla de culturas que debe entenderse como cualitativamente distinta a la suma de sus culturas componentes y así lo entendió y manifestó el Libertador.
Venezuela debe buscar su identidad y a partir de ella construir su propia teoría de desarrollo socialista sin complejos derivados de una comparación con Europa o América del Norte. El modelo de desarrollo venezolano requiere de premisas propias, como propias y genuinas son las mezclas culturales que dan origen a nuestra república.
El desarrollo industrial de Venezuela será exitoso en la medida que comencemos a medir nuestros éxitos de acuerdo a la respuesta efectiva a las necesidades reales de la nación y no con comparaciones de indicadores que reflejan modelos exógenos y ajenos a nuestras realidades. En Venezuela existen necesidades de desarrollo propias que podrían parecer extrañas a las economías "desarrolladas" de Europa o Asia pero que son las nuestras y a las que nuestro desarrollo debe dar respuestas sin complejos.
Estamos acostumbrados, como consecuencia de nuestra colonización ideológica, a recibir servilmente consejos extranjeros sobre lo que debe ser nuestro desarrollo pero así como somos cualitativamente distintos a la mezcla que dio origen a nuestra república, así también nuestro modelo de desarrollo económico debe entenderse como un producto ajustado a las necesidades nacionales de una república sur americana con ingentes recursos naturales, con un pueblo disciplinado y dispuesto al trabajo (así es el pueblo venezolano, duélale a quien le duela!) con una cultura legítimamente distinta, con una historia heroica, con una ubicación geográfica excepcional y con una liderazgo regional natural heredado de los libertadores de América del sur.
Nuestro modelo de desarrollo nacional socialista debe construirse sin complejos ajustándose a las necesidades y características propias del país. Hay países con los que tenemos afinidad política pero ninguna afinidad cultural, otros con los que tenemos afinidad cultural pero ninguna afinidad política (por ahora..!), países con los que tenemos amplias oportunidades de negocios y poca afinidad tanto política como cultural… esa es la realidad que da origen al reto revolucionario de construcción del modelo de desarrollo nacional. Lenin al inicio de la revolución socialista soviética dio cuenta de esta visión teórica al afirmar que Rusia debía asumir su realidad cultural con lo que gustaba y lo que no gustaba a los postulados clásicos del marxismo y asumir esa realidad como base concreta sobre la cual construir su propio socialismo y eso mismo debemos entender nosotros hoy.
En Venezuela las condición subjetivas son particulares, así como particular es nuestro clima, nuestras tierras, nuestros ríos en Venezuela hay que construir un modelo socialista que tome en cuenta que dentro de la mezcla cultural que da origen a nuestra república no solamente hay cultura indígena y negra (que si lo hay y mucho, aunque no debamos considerarnos absurdamente una república indígena o negra) sino que también por razones históricas tenemos profunda influencia cultural europea (sin ser europeos) y norteamericana (sin ser norteamericanos) pero toda esa mezcla es lo que somos los venezolanos y así ha sucedido en todos los países del mundo.
En España, Francia, Portugal e Italia el imperio romano transformó la cultura aborigen de los celtas, vascones, los iberos, los galos, etc. a algo cualitativamente distinto, luego los moros agregaron algo más al mix cultural español y hoy estos países no son ni celtas, ni galos, ni francos, ni vascones, etc, ni tampoco romanos ni moros, son pueblos cualitativamente distintos, unas mezclas culturales que han dado origen a lo que hoy son esos países.
La influencia cultural de las conquistas y los imperios anteriores no se puede negar, y tratar de borrarlo es igualmente absurdo a tratar de borrar la influencia indígena, y en ambos casos el enfoque conduce a un análisis erróneo de la realidad social.
Es un absurdo racista tratar de reivindicar una pureza étnica latinoamericana que no existe ni ha existido nunca pues incluso los pobladores indígenas primigenios no constituían una raza homogénea, la "pureza étnica" venezolana es precisamente la diversidad que además nos convierte en un país con altísima capacidad de convivencia y una visión privilegiadamente adecuada para la mundialización (por no decir globalización…) inevitable del planeta tierra. Así la ideología venezolana adecuada a la transformación del modelo productivo debe tener presente esos aspectos y de ahí derivará un modelo productivo socialista propio y genuino.
El materialismo histórico y el pensamiento de los clásicos del socialismo científico no se basa en establecer modelos de desarrollo, ni recetas para la construcción del socialismo sino que, al contrario, son reflexiones para promover el pleno desarrollo cultural y la diversidad de pensamiento de acuerdo a las condiciones concretas de cada pueblo para la maximización del bienestar social colectivo e individual entendido como respuesta a las verdaderas necesidades propias y no a las impuestas de acuerdo a intereses imperiales extranjeros.. la libertad es la comprensión a la que llegan los pueblos de sus necesidades reales sin complejos respecto a las necesidades exógenas, entendiendo que cada nación y cultura debe responder a sus necesidades de acuerdo a su propia cultura y a sus condiciones históricas y económicas propias.
Podríamos decir que la 1ra Internacional permitió la "toma de conciencia" de ese sector social producto de la Revolución Industrial, es decir, los obreros, que se contraponían a aquella burguesía industrial y comercial-internacional que se venía desarrollando gracias al mismo proceso histórico. La 2da Internacional permitió la "maduración" del proceso político que se comenzó a gestar en aquella primera e importante reunión de intelectuales, políticos y masa obrera que absorbió los contenidos básicos del Manifiesto Comunista y las actitudes anti-obreras de una burguesía más consolidada tanto económica como política.
La 3ra Internacional se celebró en el Moscú bolchevique como respuesta no solo ideológica sino como propuesta de políticas a ser ejecutadas en el mundo occidental capitalista. Pero en ese escenario se presentaron dos propuestas sobre la "revolución en los países coloniales y semi-coloniales"; una de ellas propuesta por Lenin y la otra por M.N. Roy que no vamos ni a describir ni a analizar en este corto trabajo. En el marco de la celebración se presentaron dos casos interesantes: la "Huelga de los caucheros" en Indonesia cuyo protagonista sería, años después, figura importante en los comienzos de la Revolución China (1924-1927). El segundo tema fue, precisamente, el desarrollo de las realidades nacionales que se venían presentando en China a partir del 4 de mayo de 1919.
Como es del conocimiento general, China a partir de la Primera Guerra del Opio (1839) había sufrido las imposiciones de las testas coronadas imperialistas europeas con las incorporaciones, posteriores, de los EEUU de América y el Japón gracias a los titulados "Tratados Desiguales" que desarrollaron una matriz de opinión a lo interno de la sociedad china que representó "caldo de cultivo" para movimientos nacionalistas anti-extranjeros, anti-imperialistas y nacionalistas. Larga es la lista de movimientos de intelectuales, obreros, estudiantiles, comerciantes e industriales chinos que se manifestaban en contra de la presencia extranjera en suelo patrio chino.
En el desarrollo de ese escenario nacionalista, se presentó con fuerte impacto las realidades de la Revolución Bolchevique por estar sustentada en el poder de obreros y campesinos titulando al novel gobierno ruso como el Gobierno de los Obreros y Campesinos. Quizás en la distancia no se logre comprender, en ciertos círculos y por rechazo, esa fuerte influencia de la Revolución Bolchevique en las realidades socio-políticas china pero cualquier investigación, aun en documentales fotográficos, explican la sobre-explotación que sufría el pueblo chino por imposiciones de intereses capitalistas de potencias foráneas y de ese emergente sector capitalista "cuadrado" con el imperialismo capitalista internacional.
Esas objetivas realidades plus las realidades a lo interno de la sociedad china, la influencia de estudios del marxismo proveniente de Japón gracias a estudiantes chinos en el país nipón, gracias a intelectuales como Bertrand Russel y Rabindranath Tagore, entre otros, principalmente, en círculo de profesores y estudiantes universitarios se fue desarrollando un movimiento nacionalista contra aquella presencia extranjera y la explotación de la mano de obra china. En ese movimiento, sectores de la pequeña burguesía nacionalista se sintieron "tocados en la dignidad" nacionalista incorporándose al movimiento nacional por el rescate de la "dignidad nacional".
En líneas generales, esas realidades obligaron a los participantes de la 3ra Internacional a discutir el carácter de la revolución en China no precisando, mas por falta de información objetiva sobre las realidades socio-políticas que se estaban desarrollando en China que por dogmatismo encerrado en un "cul de sac", el carácter de la revolución, es decir, si debía ser "copia textual" de la bolchevique y/o debería tomarse en consideración las realidades de los crecimientos de la economía tanto la impuesta por el Imperialismo como por aquella economía mezcla de la tradicional-histórica como por la emergente limitada.
Tanto la dispersión interna socio-económica y política impuesta por los países imperialista como quien se reparte un botín de guerra por parte de las Potencias y las soberbias y egoísmos de ciertos sectores nacionales chinos, presentaban un "cuadro de caos" difícil de entender tanto como de proposición de políticas que permitieran el rescate de la dignidad nacional como para el rescate de un Gobierno nacionalista.
La 3ra Internacional se preguntó ¿es la revolución en China un diseño de una revolución en un país colonial y/o semi-colonial? ¿Es una revolución de "obreros y campesinos" y/o una revolución donde se deberían incorporar todos los sectores nacionalistas incluyendo a la pequeña burguesía, comerciantes e industriales nacionalistas y sectores de las finanzas nacionalistas? ¿Cuál es el movimiento político organizado con el cual se pueden desarrollar políticas nacionales y nacionalistas buscando alcanzar el Poder constituido para lograr el rescate tanto de la dignidad colectiva como por la consolidación de un "estado nacional" anti-imperialista, democrático y nacionalista?
Sobre la marcha y según datos aportados por representantes militantes de la izquierda china, en el más amplio sentido político, presentes en la 3ra Internacional, se decide, en pocas y rápidas palabras, apoyar dos movimientos nacionalistas que apenas estaban presentes y organizados en forma incipiente como partidos políticos; nos referimos al partido nacionalista chino, Guomindang, posteriormente, en el tiempo, se transformó en un partido socialdemócrata, y el novel movimiento comunista que se transformó en el Partido Comunista Chino. Ambos noveles partidos políticos decidieron con la colaboración y sugerencia de la 3ra Internacional, conformar un Frente Único Nacionalista con un reconstituido ejército producto de las montoneras seguidoras de los "señores de la guerra" (caudillos locales y provinciales).
No vamos a explicar las tesis de "unidad a lo interno" y "unidad a lo externo", ni desarrollar extensamente sus implicaciones a lo largo del desarrollo revolucionario en el periodo mencionado, es decir, entre 1924 a 1927, pero si precisamos que en el año 1924 se constituyen en sus estructuras ambos partidos políticos mencionados decidiéndose la constitución del Frente Unido Nacional tanto a nivel de Gobierno asentado en la ciudad de Cantón como en la conformación del ejército revolucionario a partir de la Academia de Whampoa donde su presidente fue Chiang Kaishek y su comisario político, Zhou Enlai.
La organización disciplinada de ambos partidos con la orientación de la 3ra Internacional y la importante colaboración del judío Mihail Borodin y una estructura militar disciplinada, vertical y militarmente preparada donde los comisarios políticos permitieron desarrollar la educación en temas estrictamente históricos chinos, conjuntamente con un Gobierno donde figuras nacionalistas y nacionales y de ambos partidos constituyeron en núcleo de desarrollo de un proceso militar que fue derrotando y conquistando espacios geográficos hacia la frontera natural geográfica china representada en el rio Yangtze. Entonces ¿Por qué fracasa el Frente y los cuadros del partido comunista chino fueron masacrados por las tropas leales al derechista Chiang Kaishek? En nuestra modesta opinión, los cuadros diligénciales del partido comunista chino por su misma falta de preparación ideológica conjuntamente con las diferentes tendencias a lo interno del partido comunista y las actitudes egoísta-personalistas de aquellos dirigentes y su dogmatismo exacerbado y disperso perdieron el control de los diferentes cuadros militares que, disciplinadamente, iban siendo dirigidos por el militar estudiado en academias militares tanto de China como de Japón, Chiang Kaishek.
Cuando las derechas nacionales chinas adscritas a los proyectos imperialistas de la economía, el comercio internacional (los compradores), la política corrompida, la droga (opio), la banca asociada a las bancas instaladas en China (Hong Kong & Shanghai Bank) y las bandas criminales: blanca y verde (aunque usted no lo crea así eran conocidas ambas bandas criminales dedicadas al tráfico de opio, prostitución, juego, etc.), la adhesión de Chiang kaishek a la banda verde complotaron para eliminar a los cuadros principales comunistas de la ciudad de Shanghai, ciudad obrera por excelencia (Masacre de Shanghai, 12 de abril, 1927). Como consecuencia de ello, se produjeron una serie de reacciones "putchista" por parte de miembros dirigentes del partido comunista chino que concluyeron con la "Comuna de Cantón" (14 de diciembre, 1927) Producto de esa derrota, Mao Zedong analizó con la característica de la cultura china, la composición social china redactando una tesis titulada: "¿Por que puede existir el poder rojo en China?" Texto que, en el marco del pragmatismo histórico de Mao Zedong, fue fundamental para comprender las características de la revolución en China.
Pero lo importante, en última instancia, son las contradicciones que se presentaron a lo interno del proceso revolucionario en el periodo referido (1924-1927), permitir dejar en manos de "revolucionarios pequeño-burgueses" el liderazgo y la conducción de la revolución china, la falta de preparación ideológica de tanto de la dirigencia del partido comunista chino como descuidar la educación revolucionaria de las masas de obreros y, particularmente, del sector campesino, no haber sabido manejar políticamente a la pequeña burguesía, los comerciantes y los sectores nacionalista, básicamente, a consecuencia del dogmatismo "cul de sac".
Después de leer y reflexionar sobre el artículo de José Vicente Rangel en "Últimas Noticias" en su columna ElEspejo titulado "Danzar con el diablo" (Caracas, 01 de febrero, 2010, pág. 17) hemos visto la "acera de enfrente", es decir, el comportamiento de las derechas nacionales bien precisadas por José Vicente con las cuales nunca se podrán alcanzar acuerdos políticos alguno.
Calificarlas de "apátridas" es un grave error político. Esas derechas exacerbadas son nacionalistas, es decir, quieren y desean quedarse en Venezuela pero bajo los paradigmas que ellos, esas derechas nacionales, decidan cuáles son esos paradigmas que representan sus intereses en el marco del sistema capitalista; esas derechas como capitalistas se aúnan al movimiento internacional capitalista para la defensa de sistema capitalista internacional y contra de cualquier movimiento social-popular que represente no solo alterar la correlación de las fuerzas sociales en expresión político-económica sino también por los efectos de políticas sociales y económicas que beneficien a esos sectores sociales menos favorecidos por la distribución de las riquezas nacionales, es decir, se niegan, por conciencia, permitir la distribución equitativa de las riquezas nacionales.
Cuadros de la Revolución Bolivariana mencionan hasta el cansancio que la economía venezolana es rentista, verdad no les falta, pero la pregunta que nos debemos hacer para comprender realmente a esas derechas serían: ¿Por qué no desarrollaron el sistema capitalista durante la 4ta República permitiendo quedarse en la retaguardia del capitalismo global? ¿Por qué esas derechas no tomaron la decisión de reformar la Constitución del 61, como nos consta efectivamente? ¿Por qué Piñerua Ordaz propuso en la Universidad Simón Bolívar el regreso a la bodega y al conuco considerando que aquel líder adeco para nada era ignorante de las realidades políticas que se vivían en Venezuela? ¿Por qué Gonzalo Barrios se opuso a la descentralización?
Al respecto podemos citar las palabras del Presidente Chávez: Los venezolanos y venezolanas tenemos un lineamiento estratégico en el cual debemos poner todo nuestro esfuerzo y talento: "Convirtamos este trienio 2010, 2011 y 2012 en la nueva Campaña Admirable, porque admirable va a ser en su ejecutoria, en sus resultados y en su avance, para que nos admiremos todos con esta campaña estratégica que permitirá consolidar el Socialismo del Siglo XXI", Comandante Hugo Chávez Frías el 21 de Noviembre 2009.
No es una campaña para hacer una caravana de Cúcuta a Caracas, es una Campaña Admirable para aplicar el ideario de Bolívar en nuestro tiempo.
Es una Campaña Admirable en toda la patria que debe emular la campaña de 1813, pero esta vez para destruir el Estado burgués, instaurar un gobierno popular revolucionario, expulsar de nuestras mentes al capitalismo y crear las bases para la edificación del Socialismo del Siglo XXI.
Serán miles y miles de batallas ideológicas y políticas, con grandes batallas electorales como la de la Asamblea Nacional en Septiembre 2010. La mejor artillería del pensamiento decidirá cada batalla. En la Campaña Admirable el objetivo estratégico es liberar a Venezuela del Imperialismo y del Capitalismo.
Hacernos Libres y Soberanos. Hay que organizarse en millones de patrullas territoriales, laborales y estudiantiles: patrullas energéticas, Contra la especulación, Por Haití, Contra las bases gringas, por moral y luces, del PSUV y muchas más: La ofensiva tiene que ser comunal y debe desplegarse primordialmente en 5 direcciones:
1. La Ideológica cuya misión es alcanzar la practica de los principios y valores socialistas, producto de la toma de conciencia revolucionaria. Es Luchar contra el Nepotismo, Compadrazgo, Burocratismo y Corrupción en cada comunidad.
2. La Educación para garantizar la puesta en práctica de la Nueva Ley Orgánica de Educación en todos los espacios (escuelas, liceos y universidades; publicas o privadas) y también para echar de esos espacios a los Pitiyanquis como Leopoldo López que están invadiendo las escuelas bolivarianas.
3. Los Centros de Salud para mantener el ritmo y cobertura de la Misión Barrio Adentro y activar el Sistema de Salud Socialista que día a día instala nuestro Comandante Chávez.
4. Empresas Básicas para convertirlas en Empresas de Producción y Propiedad Social que protejan la Empresas Comunales que están naciendo y no a las transnacionales que se llevan la materia prima por 2 centavos.
5. El Campo Agrícola asegurando que todos los recursos financieros que entrega el gobierno nacional para la agricultura se conviertan en alimentos que lleguen al resto del pueblo de manera oportuna, suficiente y a precio solidario.
La movilización en la Campaña Admirable es Ideológica y Comunal. El 23 de Enero 2010 comenzó la Campaña Admirable en la plaza O"Leary de Caracas, con Hugo Chávez Frías a la cabeza. En lugar de 3 meses como en 1813, serán 3 años de lucha con el pueblo consciente del rumbo y unido en la calle.
Hay que reagrupar las fuerzas revolucionarias y rearmarlas ideológicamente para desechar las tendencias, identificar y combatir los verdaderos enemigos de la revolución, reconocer los cuadros revolucionarios, ganar elecciones, reproducir zonas socialistas y mantener a Chávez comandando.
Solo la movilización del pensamiento hacia el socialismo hará posible que la Campaña convocada por nuestro Comandante Chávez termine siendo Admirable.
2.2.4.3. Diagnostico Ideológico Internacional.
Félix Guattari "Las tres ecologías": Una ecosofía de nuevo cuño, a la vez práctica y especulativa, ético-política y estética, debe reemplazar a las antiguas formas de compromiso religioso, político, asociativo…"
A lo largo de la presente reflexión, se han considerado los movimientos sociales desde una doble perspectiva: como un fenómeno social contradictorio y heterogéneo que se manifiesta de muy diversas formas, y como un término o concepto utilizado por la izquierda para tratar de describir dicho fenómeno sin renunciar a las categorías esenciales propias del pensamiento "emancipador" occidental.
El hilo conductor de la primera parte es la constatación de que se ha producido una quiebra fundamental y definitiva en los referentes que servían hasta ahora para explicar los movimientos sociales como fenómeno social. La proposición esencial contenida en las otras dos partes es que un momento de desconcierto como es el presente puede ofrecer una oportunidad inigualable para llevar a cabo un proceso de contrastación, de ruptura de códigos, de ampliación de perspectivas por parte de todos aquellos que consideran imprescindible una "reestructuración orgánica de la sociedad" (Martín Buber).
Los movimientos sociales: Breve historia de una idea: El concepto de "movimientos sociales" se fue gestando tal como se usa actualmente a lo largo de los años setenta, y su consolidación corrió pareja con el fracaso de las formas organizativas tradicionales del movimiento obrero en su objetivo declarado de destruir el capitalismo, y con el desprestigio definitivo del "socialismo real" como opción deseable por parte de quienes anhelaban una transformación social. Ambos procesos se hicieron patentes a partir del mayo francés, y darían carta de naturaleza a la denominada vagamente Nueva Izquierda, en oposición tanto a la izquierda socialdemócrata como a la izquierda heredera del bolchevismo en todas sus formas. En dicho concepto confluyen los planteamientos teóricos espontaneístas y anti-partidistas de la izquierda no marxista y del marxismo heterodoxo (Luxemburgo, Korsch, Pannekoek, Castoriadis, Lefebvre, la Internacional Situacionista, etc.) así como las experiencias históricas producidas durante los años cincuenta y sesenta de "desbordamiento" de las autoproclamadas vanguardias revolucionarias tanto por parte del movimiento obrero tradicional como de sectores cada vez más alejados del mismo.
Tampoco es ajeno como concepto a los fenómenos de organización social producidos durante estos años principalmente en torno a la guerra de Vietnam y a los conflictos raciales en los Estados Unidos, donde el poco arraigo del comunismo al estilo europeo propició la aparición de movimientos de contestación más pragmáticos y descentralizados, e incluso "despolitizados", muy acordes con las formas tradicionales de asociacionismo anglosajón.
Todo este cúmulo de fenómenos, unido al incuestionable anhelo de una teoría global de la historia y la sociedad, ante la paulatina pérdida de potencia del marxismo como herramienta capaz de cumplir esa función, es lo que lleva a la sociología política de izquierdas europea a acuñar el término de "movimientos sociales", con el que se busca englobar toda una plétora de fenómenos de muy diversa índole.
La aparición del término puede interpretarse así como un intento de "aggiornamento" del modelo de interpretación de la sociedad y de los fenómenos de transformación social que ha regido todos los planteamientos teóricos desde la consolidación del socialismo "científico" a partir de la Segunda Internacional. En este sentido, el concepto sería el heredero directo del concepto de "movimiento obrero" y su implantación no buscaría sino preservar desde el punto de vista teórico dos paradigmas consustanciales a dicho modelo interpretativo: la concepción de la transformación social como un proceso lineal, sujeto a la ley de la causalidad y, por tanto, susceptible de ser "explicado" mediante su reducción a leyes de segundo rango, siguiendo el modelo de la mecánica newtoniana. Esta concepción de la transformación social está en estrecha relación con el concepto racionalista de "progreso", base de toda la ideología de la modernidad.
La creencia en un "sujeto de la transformación social" o sector de la sociedad cuyas "condiciones objetivas" lo sitúan en una posición privilegiada para convertirse en el "motor" de dicha transformación social, siempre que sea capaz de dotarse de una teoría global de lo social que le permita desvelar las claves de dicha transformación.
El término "movimientos sociales", sin embargo, nunca ha podido ser objeto de una definición unívoca y "objetiva" como es el caso del movimiento obrero y, al quedarse en una mera extrapolación del mismo, ha estado siempre sumido en la ambigüedad. Esto ha obligado a utilizarlo de forma extensiva, casi taxonómica, aplicándolo a aquellos fenómenos sociales que pudieran tener en comúnel carácter de "movimiento", en el sentido de "voluntad de transformación social". Así, se habla de movimiento ecologista, movimiento feminista, movimiento pacifista, términos todos que podrían describir fenómenos sociales de la misma índole, es decir, conjuntos diversos de experiencias, teorías y agrupamientos sociales en torno a determinadas ideas-fuerza. Pero también se habla de movimiento campesino y de movimiento estudiantil, definidos, al igual que en el caso del movimiento obrero, por el papel social de sus protagonistas; de movimiento ciudadano o vecinal y de movimiento "okupa", en el que la categorización se refiere al espacio físico en el que se da el proceso social; etcétera.
Sin embargo, y paradójicamente, parece que esta misma ambigüedad es la que ha permitido alimentar la esperanza en un nuevo sujeto de transformación, por mucho que el juego de muñecas rusas en que se convierte el análisis de la realidad a partir de la perspectiva de los movimientos sociales, complique enormemente la elaboración de la anhelada teoría global.
En cualquier caso, lo que sí parecía medianamente claro durante los años setenta desde el punto de vista político, era la estrategia a adoptar ante aquella reestructuración aparentemente nueva de la dinámica social: Para los partidos de la izquierda parlamentaria, que ya habían asumido el concepto, los movimientos sociales podían convertirse en fuente de votantes, asumiendo algunas de sus reivindicaciones básicas, aunque fuera únicamente sobre el papel. Para los partidos y organizaciones extraparlamentarias eran principalmente foros en los que había que "intervenir", concebidos como canteras que habrían de proveerles de militantes fogueados en la lucha social.
Por otra parte, el concepto de movimientos sociales, impregnado de matices libertarios, de resonancias de "espontaneidad revolucionaria" y acción directa, permitía alimentar las esperanzas "insurreccionales" del anarquismo. Y a este respecto, no cabe duda que la propia historia parecía dar razón a los planteamientos más organicistas que mecanicistas del movimiento libertario, que ya en su mismo nombre revelaba una vocación globalizadora de todos los demás movimientos, heredera de los planteamientos de los "socialistas utópicos" y de la Primera Internacional.
Este conjunto de ideas, muchas de las cuales se han ido generalizando posteriormente, podrían haber jugado un papel aglutinador y vivificador en un momento clave como fueron los años setenta y principios de los ochenta, pero los aspectos más dogmáticos y mesiánicos del anarquismo como ideología impidieron que cumpliera plenamente esa función.
Durante estos años de crisis económica se produce en Europa una auténtica eclosión de fenómenos sociales que parecen confirmar las esperanzas en la existencia de un conglomerado de movimientos que, con una dinámica común, podrían tomar el relevo del movimiento obrero como "sujeto revolucionario". Proliferan las respuestas colectivas, organizadas y no organizadas, los foros de debate, los medios de expresión, las agrupaciones de toda índole…
La fulgurante consolidación del movimiento verde en Alemania supone el culmen de estas esperanzas. La fuerza arrolladora de esta formación ejerce sobre la izquierda europea una fascinación no exenta de cierta perplejidad: el movimiento verde alemán, en su dinámica, parece dar la razón a todas y a ninguna de las corrientes que en aquel momento participan en el debate de la izquierda europea; su presencia se hace patente al mismo tiempo en la calle y en el parlamento, es electoralista y asambleísta, anticapitalista e interclasista, toma sus ideas indistintamente del marxismo, del anarquismo, del humanismo y del cristianismo, pone sobre el tapete como cuestión primordial las relaciones Norte-Sur e incorpora a su discurso teórico una plétora de conocimientos científicos al socaire de la visión ecológica de la realidad, aportando una nueva dimensión al debate ideológico. No está de más recordar que este fenómeno social se produce en un país en el que la oposición armada al estado, como expresión máxima de la estrategia de una "vanguardia" separada del cuerpo social, ha demostrado su futilidad.
No cabe duda de que la experiencia del movimiento verde alemán es de las de mayor madurez y alcance político dentro de esta segunda mitad de siglo, y aún tiene mucho que aportar como tal experiencia, pero el desarrollo posterior de la misma no hace sino confirmar el callejón sin salida con el que se enfrenta una parte de la izquierda europea.
Simultáneamente a la consolidación del movimiento verde alemán, las movilizaciones en el resto de Europa proliferan y adoptan los aspectos más diversos: la experiencia de "Solidaridad" en Polonia parece apuntar hacia una salida "progresista" para los países del bloque oriental. Sin embargo, el papel de la Iglesia Católica en dicha experiencia revela ya que no se pueden aplicar de forma simplista los mismos esquemas que al otro lado del "telón de acero"; los movimientos nacionalistas europeos se separan cada vez más de los planteamientos socialistas que habían abrazado durante un par de décadas, y adquieren ribetes cada vez más autoritarios y estatalistas, confiando cada vez más en la lucha armada como instrumento político; y, dentro de otro orden de cosas, proliferan las sectas de todo tipo, e incluso algunos equipos de fútbol y grupos de música parecen aglutinar en torno suyo a muchos más seguidores que cualquier reivindicación social.
En el Sur, mientras tanto, el panorama está cada vez menos claro. En aquellos países donde no son las dictaduras las que restringen las posibilidades de participación social, es la miseria la que reduce a una lucha desesperada por la subsistencia a amplios sectores de la sociedad. En estas sociedades profundamente dualizadas y desgarradas, no queda mucho espacio para los movimientos sociales en el sentido que se le da en el Norte al término.
Aún así, a principios de los años ochenta, es en el Sur donde se van produciendo muchas de las experiencias más renovadoras de resistencia y participación social, muchas de ellas relacionadas, y no accidentalmente, con aspectos ecológicos: el movimiento de mujeres Chipko de la India, la lucha de los seringueiros de Brasil, etc.
Sin embargo, es la aparición del movimiento integrista islámico, que había de conducir al triunfo de la revolución iraní contra el Sha y extenderse como un reguero ideológico por todo el mundo árabe a principios de la pasada década, el fenómeno que más iba a hacer tambalearse muchos de los conceptos esgrimidos por la izquierda occidental.
El primero de ellos, naturalmente, el de movimientos sociales. Este movimiento parecía no encajar dentro de ninguna de las categorías taxonómicas existentes y puso en evidencia que la denominada izquierda no escapaba ni mucho menos al discurso etnocentrista imperante en el Norte.
En un esfuerzo por evitar su colapso definitivo, se multiplican las categorizaciones, se buscan las pautas y criterios para distinguir los movimientos sociales progresistas de los que no lo son y se aplican con ahínco el microscopio y el bisturí a la realidad social a la búsqueda del "sujeto de la transformación social" perdido.
Mientras tanto, el capitalismo se ha recuperado, a expensas del Tercer Mundo, y sus exégetas, que han conseguido cambiarle el nombre por el de "economía de mercado", se alborozan ante el inminente "fin de las ideologías".
Los adalides de la izquierda "desencantada" se unen al coro y contribuyen al mismo con un remedo de pensamiento, construído aceleradamente a base de materiales de desecho, la denominada filosofía posmoderna. Este alborozo es más bien fugaz y, en menos de una década, hasta los más vocingleros de entonces niegan haber sido partícipes del mismo.
A partir de 1989, con el aplastamiento del contradictorio movimiento estudiantil chino en la plaza de Tiannamen, el vertiginoso desmoronamiento del bloque socialista y, sobre todo, la Guerra del Petróleo, se va produciendo la paulatina y definitiva quiebra de muchas de las certidumbres teóricas de la izquierda occidental.
Las luchas intertribales en Sudáfrica, las organizaciones guerrilleras como Sendero Luminoso o el ejército de Charles Taylor echan por tierra muchas de las concepciones más simplistas de los procesos de transformación social en el Sur; lo mismo ocurre con las sangrientas guerras civiles en la antigua Yugoslavia y la antigua Unión Soviética con respecto a las elucubraciones teóricas de los setenta sobre los movimientos nacionalistas; y así podrían seguir multiplicándose los ejemplos de procesos sociales que hacen palpable la insuficiencia de las herramientas hasta ahora utilizadas para analizar la realidad social por quienes pretendían transformarla.
Superar los lenguajes cerrados para salir de la perplejidad: A un nivel global, esta quiebra de referentes puede entenderse como una manifestación más de la crisis ideológica que aqueja a todo el pensamiento occidental tras la dislocación de un orden mundial basado en el equilibrio de bloques.
Sin embargo, puede ser más revelador a la hora de buscar salidas a la perplejidad darle la vuelta a dicha proposición y considerar el conjunto de procesos que han llevado, entre otras cosas, a dicha dislocación, como el resultado y el síntoma de una crisis profunda en la forma de ver, interpretar y codificar el mundo impuesta desde occidente.
Uno de los rasgos más representativos de esta "lectura" del mundo es la hipertrofia de una forma de conocimiento basada en el desmenuzamiento de la realidad. Detrás de esta concepción se halla otro de los paradigmas fundamentales del pensamiento occidental, junto con la ley de la casualidad: el todo es igual a la suma de las partes. Esta proposición es causa de un estallido del conocimiento, y de una acelerada fragmentación y atomización del mismo en infinidad de parcelas especializadas, de disciplinas, cada una de ellas generadora de un lenguaje cerrado y, sin embargo, cada una de ellas con pretensiones de globalidad.
Éste es un proceso del que no se ha librado, ni mucho menos, la izquierda a la hora de interpretar lo social y ofrecer propuestas para su transformación.
A medida que se iba institucionalizando de una forma u otra, ya fuera configurándose en organizaciones políticas, entrando a formar parte del poder o constituyéndose en poder, el pensamiento emancipador ha ido estrechando sus perspectivas y desprendiéndose de todo un bagaje rico y creativo de formas de ver el mundo que le eran consustanciales. Dichas formas de ver el mundo, de interpretarlo y de transformarlo han ido a su vez cristalizando en otros pensamientos y lenguajes cerrados.
La sociología de izquierdas se ha centrado en aquellos fenómenos que pueden generar "movimiento" en el plano de lo social, es decir, aquellos fenómenos perceptibles a corto plazo, mensurables de alguna forma, reductibles a algún esquema de representación política, descuidando todos aquellos que se refieren a la mente o al individuo, a los terrenos del placer y el deseo, de los sueños y de la muerte, del dolor y el miedo. Después de setenta años, la izquierda aún no ha sabido incorporar a su práctica los ingentes conocimientos que ya se poseen sobre el funcionamiento de la mente y sobre el "imaginario social" (Cornelius Castoriadis).
Desde este punto de vista, el fracaso evidente de los procesos emancipadores globales ya no se leería únicamente como el producto de una batalla desigual entre fuerzas contrapuestas (en este sentido, es interesante recordar lo impregnado de vocabulario bélico que ha estado siempre el lenguaje emancipador: vanguardia, estrategia, lucha…), sino también como el resultado de la incapacidad por parte de los sectores que se han erigido en representantes de las mayorías sociales tanto de saber proveerse de instrumentos de conocimiento adecuados como de conectar con las pulsiones y las inquietudes más profundas del ser humano. En definitiva, los planteamientos predominantes que consideraban la transformación social como solamente una cuestión de cambio de poder o de mejor distribución de la riqueza han hecho que la izquierda se haya visto arrastrada en la debacle del pensamiento occidental. De alguna manera, estaba defendiendo la misma forma de ver el mundo que había dado lugar al modelo de poder y de distribución de la riqueza al que decía combatir.
A pesar de la fragmentación dominante, el pensamiento "abierto" no ha desaparecido, y se ha ido generando en las periferias de esas mismas disciplinas e ideologías cerradas, en los márgenes y flecos del tejido supuestamente bien urdido de las mismas, dando lugar a nuevas perspectivas.
La salida a la perplejidad, a la situación de bloqueo mental en que se encuentra el pensamiento occidental ante la explosicón de la realidad en toda su complejidad, no está, pues, en elaborar una nueva teoría global, omnicomprensiva, que incorpore mediante las correspondientes etiquetas todos los nuevos fenómenos y que gener, en suma, un nuevo lenguaje cerrado y tautológico.
Por el contrario, se cifra en la superación de dichos lenguajes cerrados desde dentro de ellos mismos, saltándoles las costuras, haciendo hincapié en lo que los relaciona, no en lo que los separa. Para hacer frente a la complejidad, no se pueden usar instrumentos simplificadores, sino que hay que aplicar múltiples instrumentos simultáneamente. La clave ya no está en los aspectos parciales de la realidad que cada uno de esos instrumentos nos revela, sino en las relaciones entre esos aspectos parciales, y es de esa cambiante red de relaciones de donde puede surgir una visión más global.
Para expresarlo por medio de dos proposiciones complementarias, hay que ser conscientes al mismo tiempo de que "el mapa no es el territorio" (Alfred Korzybski; o, tal como lo expresa Gregory Bateson: "el nombre no es la cosa designada") y de que "el medio es el mensaje" (Marshall, McLuchan). Se trata, por tanto, de usar muchos mapas, teniendo en cuenta a la vez que los mapas constituyen en sí mismos nuevas realidades parciales.
De los movimientos sociales a las redes informales: Dentro de la doble perspectiva desde la que hemos considerado los movimientos sociales, hemos aprovechado su faceta de concepto para ahondar en la insuficiencia de las herramientas hasta ahora empleadas por el pensamiento "emancipador" dominante para tratar de entender y de incidir sobre lo social; es necesario recalcar que dicha constatación no debe convertirse en una declaración de impotencia ni en un elogio "posmoderno" del eclecticismo y de la imposibilidad última de conocer, sino en una ocasión para tomar consciencia de que cualquier cambio social trascendente lleva siempre aparejada, ante todo, una transformación en la forma de "leer el mundo" (Paulo Freire).
En esta última parte, se consideran los movimientos sociales desde la otra perspectiva, como un conjunto de fenómenos sociales heterogéneos, para tratar de dilucidar qué nuevos puntos de vista nos ofrecen de cara al objetivo de entender y transformar la sociedad.
En este sentido, quizás sea más revelador considerar estos fenómenos desde la perspectiva de las "ideas-fuerza" y de los "conflictos" o "vacíos" que los han generado.
Así pues, más que hablar del movimiento ecologista, el movimiento feminista o el movimiento pacifista, por nombrar los tres que suelen agruparse como pertenecientes a una misma "familia", habría que referirse a las ideas-fuerza que han guiado el conjunto variopinto de manifestaciones (formaciones políticas, obras literarias y artísticas, movilizaciones puntuales, instituciones, actitudes individuales, etc) que se engloban en cada caso bajo la etiqueta de "movimiento": la "igualdad entre el hombre y la mujer", la "igualdad entre las razas", la "armonía del hombre con la naturaleza", el "rechazo de la violencia". Hay otras ideas-fuerza, como la "necesidad de pertenencia del individuo a un ente colectivo", o el "anhelo de trascendencia" cuyas manifestaciones se solapan a menudo y, en general, son mucho más heterogéneas. Tanto los nacionalismos como los movimientos religiosos pueden interpretarse desde esta perspectiva.
En el caso de los grandes movimientos globales, su carácter ideológico permite también interpretarlos desde el punto de vista de las ideas-fuerza que los conforman: "propiedad colectiva de las riquezas", "oposición a toda forma de poder constituido", "el amor como fuerza transformadora"; y también: "la autoridad como principio máximo", "la superioridad racial", etcétera. Toda idea-fuerza genera su contraria y, en determinados momentos históricos, son éstas las que han producido expresiones sociales de mayor envergadura.
Estas ideas-fuerzas pertenecen a categorías y niveles de la realidad diferentes y, por tanto, la comprensión de los fenómenos sociales asociados a las mismas requiere el uso de instrumentos de conocimientos diversos. La riqueza de solapes, impregnaciones e interpenetraciones que se producen entre las mismas no es sino una manifestaicón de la complejidad de relaciones entre la naturaleza, la sociedad y la mente.
En el campo de lo político, la aparición de movimientos autónomos asociados a muchas de estas ideas no indica sino el abandono o la ignorancia de las mismas por parte de las formas organizativas tradicionales de "lo político", que no las incorporan sino a partir del momento en que pueden servir a los intereses propios de dichas formas organizativas, y siempre convenientemente codificadas para adecuarlas a las reglas del juego político.
Hay otro conjunto de fenómenos que suelen englobarse también bajo la etiqueta de movimientos sociales y que no responden a ideas-fuerza, sino a conflictos y vacíos en áreas específicas de la realidad, ya sea la del espacio físico (movimiento ciudadano, movimiento "okupa") o la de la actividad productiva (movimiento obrero, estudiantil, campesino…), en cuya expresión social pueden intervenir o no cualquiera de las ideas-fuerza.
Dentro de este conjunto de fenómenos se podrían incluir también todos aquellos que se producen dentro del área difusa de lo "espectacular" en relación con el entorno urbano (tribus urbanas, "hooligans", fans, etc), en los cuales confluyen tanto la "necesidad de pertenencia a un ente colectivo" como el vacío de cultura participativa en las grandes metrópolis.
Considerados bajo este enfoque los movimientos sociales, se hacen patentes dos conclusiones: la primera, que no tiene sentido hablar de "viejos y nuevos" movimientos sociales. Cualquiera de las ideas-fuerza que hemos nombrado puede ser rastreada a lo largo de la historia, y en todo momento encontraremos que, en torno a la misma, se han producido formaciones sociales y culturales, obras de arte y de pensamiento, actitudes individuales, etc.
En ese sentido, no basta más que repasar la historiografía de cualquiera de tales movimientos o ideologías: el fascismo no sólo se "reconocía" en el imperialismo romano, sino que tenía realmente muchas ideas-fuerza en común con él; se pueden encontrar auténticas expresiones de "comunismo" primitivo en movimientos campesinos medievales; la lucha de Espartaco ha sido para los anarquistas siempre una demostración de que la Idea es imperecedera. Y lo mismo puede decirse de cualquiera de las demás ideas-fuerza, ecologistas, feministas o pacifistas.
Lo que sí se han producido son separaciones y divergencias entre ideas-fuerza que, en determinado momento, han estado unidas o cercanas. Un ejemplo de esto es la divergencia que produjo entre las corrientes dominantes "socialistas" y los planteamientos "proto-ecologistas", que en un principio habían confluido en las propuestas del mal llamado socialismo primitivo o utópico, algunas de cuyas soluciones sólo hoy comienzan a ser consideradas en toda su importancia.
Con respecto a los movimientos generados en torno a conflictos, la constatación de que, con la aparición de nuevos problemas y nuevas actividades sociales, se generan movimientos "nuevos" es equivalente a la afirmación de que cada nuevo sector social que aparece trata siempre de mejorar sus condiciones de vida dentro del modelo productivo, dotándose para ello de los instrumentos que tiene a su alcance, sean nuevos o no. En ese sentido, está clara la aparición de nuevos movimientos en el Sur producidos al socaire de una división internacional del trabajo al servicio de la "economía-mundo", que genera un "nuevo" tipo de super-explotación y una aguda degradación ecológica.
La segunda conclusión es que ninguna de estas ideas-fuerza, ni ningún conflicto en torno a un tema o actividad específica puede producir, por sí solo, un cambio en el modo de ver el mundo, o dicho de otro modo, ningún "movimiento social" por sí solo tiene capacidad de generar una transformación social a nivel global. Y, por supuesto, tampoco la tiene una mera "suma" de dichas ideas o movimientos. Lo que sí puede afirmarse es que algunas de estas ideas-fuerzas parecen tener un mayor grado de "transversalidad", una mayor capacidad de producir asociaciones espontáneas con otras ideas, dando lugar a conexiones entre los movimientos generados por las mismas.
En cualquier caso, cada una de estas ideas mantiene siempre un grado de "autonomía", al margen de su capacidad de conexión transversal. Esto está especialmente claro en el caso del "ecologismo": una idea como la "armonía entre el hombre y la naturaleza" puede generar desde agrupaciones conservacionistas de carácter marcadamente reaccionario hasta planteamientos místico-religiosos al modo de la "deep ecology", desde planteamientos radicales extraparlamentarios hasta partidos verdes institucionalizados, desde quienes hablan de que la ideología verde está "más allá de la derecha y la izquierda" hasta quienes propugnan una alternativa eco-socialista. La confusión aparece cuando todo esto se engloba dentro del vago término descriptivo de "movimiento ecologista".
Con respecto a los movimientos generados en torno a conflictos por sectores específicos de la sociedad, la historia ha demostrado que las expectativas de Marx con respecto al papel que había de cumplir el proletariado como motor de la transformación social, realizadas en base a una trasposición mecanicista del papel que había cumplido la burguesía, estaban basadas en una visión de la realidad firmemente atada al espíritu de su época, una visión que había pasado por alto demasiados aspectos de crucial importancia. Ya hemos visto cómo la trasposición de este concepto de "sujeto de la transformación social" al campo de los movimientos sociales no ha contribuido sino a incrementar la perplejidad.
Estas conclusiones, por supuesto, no invalidan la importancia de ese conjunto de fenómenos sobre el que se ha encajado la plantilla de los movimientos sociales, pero pueden ayudar a situar muchos de ellos en su justa perspectiva, y pueden contribuir a reinterpretar muchos fenómenos particulares.
Un ejemplo palpable de esto es la visión que tiende a meter en el mismo saco, a considerar siempre "casadas" ideológicamente algunas de estas ideas-fuerzas entre sí. De esta forma, se considera "incoherente" que un votante de un partido de derechas pueda estar a favor del aborto, que un cristiano milite en una formación comunista, o que un grupo de extrema derecha pueda declararse ecologista.
Este tipo de actitudes individuales, bajo las anteojeras de "lo social" tienden a considerarse excepciones, cuando el microscopio de "lo mental" nos puede dar las claves para entender que realmente el cerebro humano es mucho más complejo en su funcionamiento y que ese tipo de procesos son la norma más que la excepción. Estamos de nuevo ante el error de creer que el todo es la suma de las partes.
Una perspectiva como ésta de los fenómenos sociales nos permite entender de una forma diferente la tarea de la transformación social. Ya no se trata tanto de detectar cuál es el fenómeno, la idea o el sector social que "posee" la capacidad de transformación de lo social, sino de llevar a cabo un proceso de "elección continua" individual y colectiva entre aquellas manifestaciones de lo social que más corresponden a nuestros anhelos de transformación social, contribuyendo a su extensión con toda la gama de instrumentos disponibles.
Desde este enfoque global vamos a contemplar ahora ese conjunto vivo y cambiante de fenómenos heterogéneos que se han venido en llamar movimientos sociales, nuevos o no, para tratar de buscar en ellos aquellos síntomas, claves y criterios comunes, que han aflorado en el pensamiento y la práctica social al margen de los cauces institucionalizados, "eligiendo" los que más responden a la visión de la transformación social descrita en estas reflexiones.
En primer lugar, una concepción holística de la realidad, en la que el hombre se considera parte indisoluble de la naturaleza, unido a la suerte de la misma. Una atención especial a los flujos de materia y energía entre sociedad humana y naturaleza, expresados a través del concepto de entropía.
Un replanteamiento del concepto de "necesidades humanas" en función de los recursos del planeta. Rechazo de los conceptos de crecimiento y progreso entendidos como consumo creciente de recursos.
Concepción de la transformación social no como un momento, sino como un proceso, como una forma de corrección continua de rumbo por medio de aquellas ideas que, en sí mismas, poseen un "embrión de armonización" del hombre consigo mismo y con la naturaleza.
Énfasis en el conocimiento como herramienta de transformación, no limitado al pensamiento científico. Revalorización de los aspectos positivos de la duda, la incertidumbre, la perplejidad y la contradicción como acicates para el conocimiento. Constatación de que "dos descripciones de un mismo fenómeno son siempre mejor que una sola" (Gregory Bateson).
En relación con lo anterior, ya no se trata de buscar teorías globales ni sujetos históricos de transformación, sino vías de impregnación de las ideas transformadoras al cuerpo social.
Constatación de que no existe una "solución" única para cada "problema", ni una sola vía de transformación social. Fomento de la diversidad. Revalorización de la ética como criterio de análisis y proposición: Rechazo de la violencia como forma de transformación. Constatación de que el uso de la misma no favorece nunca los cambios en la forma de ver el mundo. Concepción defensiva antes que ofensiva. Concepción de la "radicalidad" como ruptura de códigos, como decodificación de lenguajes cerrados, no como creación de lenguajes "radicales". Énfasis en el diálogo.
En relación con la lucha contra una injusticia concreta, se busca no crear una nueva injusticia en otro plano de la realidad. Revalorización del contenido de las movilizaciones frente a la magnitud de las movilizaciones mismas. Coherencia de fines y medios.
Contra las "fuerzas oscuras" (racismo, xenofobia, brutalidad), la principal herramienta para combatirlas es la aportación de claves para entenderlas, frente al énfasis que siempre se ha hecho en simplemente "destruirlas". Constatación de que todo individuo y toda colectividad llevan siempre dentro la posibilidad de generar tales fuerzas negativas.
Una visión de lo social más "biológica", que lo concibe como un magma mucho más rico, en el que las ideas se comunican por impregnación, por ósmosis, por medio de conexiones fluidas, en contraposición con la visión mecanicista de conjunto de piezas interconectadas con vías unívocas de comunicación.
La concepción "organizativa" que se genera es la de una maraña de redes interconectadas, dinámicas, un tejido vivo en el que cobran más importancia los vínculos que las barreras, las interconexiones que las separaciones, en el que, frente al énfasis tradicional en todas las dinámicas de transformación social de delimitar territorios, crear frentes, abrir brechas, se fomenta una dinámica de contagio y copulación entre las ideas y las experiencias.
No se trata de hacer coincidir objetivos a la fuerza, sino de crear las suficientes redes de relación para que se puedan producir tales confluencias. No se trata de fomentar unas formas de participación social frente a otras, sino de buscar en cada momento las formas de vinculación más adecuadas. Un tejido vivo es el que se dota de organizaciones propias para las funciones más diversas.
La constatación de que el concepto de "eficacia" a corto plazo aplicado a cualquier organización humana conduce a la división de funciones y a la jerarquización. Se trata de buscar el equilibrio entre la eficacia, la reflexión y la participación, de potenciar la función "didáctica" del grupo.
Una nueva concepción del individuo en su relación consigo mismo y con el grupo. Frente al determinismo social y el activismo, una revalorización del papel transformador de la voluntad individual guiada por una "visión propia del mundo". Revaloración del deseo y del placer. "Feminización" de la sociedad (Ramón Fernández Durán).
En relación con lo anterior, la conciencia de la imbricación entre las instituciones, la sociedad civil y los organismos profesionalizados de participación política (sindicatos, partidos) hace que cobre especial importancia la función del individuo como sujeto de transformación. Responsabilidad individual de los profesionales.
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