Tiempos modernos (realidades cercanas de un capitalismo sin control) – Parte I (página 2)
Enviado por Ricardo Lomoro
Los trabajadores son más pobres en términos de poder adquisitivo cuando el costo de la vida aumenta más rápidamente que los salarios. De hecho, si los ingresos del hogar se ajustan por inflación, las familias estadounidenses más pobres han crecido significativamente en los últimos diez años. En 2010, por ejemplo, el ingreso real medio por hogar cayó un 2,3%. Aunque el salario medio ha aumentado de manera constante en términos nominales, la disminución del poder adquisitivo es una realidad para la mayoría de los estadounidenses.
De acuerdo con el famoso economista Milton Friedman, "la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario". En otras palabras, los precios suben cuando la oferta de dinero se incrementa más rápido que la población o la actividad económica sostenible. El crecimiento económico aparente que se crea a través de la expansión del crédito, es decir, mediante el aumento de la oferta de dinero, tiene un efecto estimulante temporal, pero también hace que los precios suban. La oferta de dinero real es una medida exacta de la inflación
Mientras los salarios de EEUU y los ingresos familiares sigan cayendo en términos reales, la pobreza y la dependencia de los programas gubernamentales de asistencia seguirán aumentando
Concentración de la riqueza
Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal, advirtió que, "en última instancia, estamos interesados en los estándares de vida y en las tendencias de la distribución de la salud, los cuales, más importantes que las ganancias o los ingresos, representan una medida de la capacidad de los hogares para el consumo".
En otras palabras, la concentración de la riqueza socava la base de consumidores de la economía, provocando una disminución del PIB y del paro, lo que reduce los niveles de vida. Obviamente, la riqueza total de la sociedad se reduce cuando la riqueza está muy concentrada, porque hay un menor nivel de actividad económica.
Los datos económicos de varias fuentes, entre ellas la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), muestran que la riqueza y los ingresos en los Estados Unidos se han ido concentrando cada vez más. El 1% de los estadounidenses poseen el 38,2% de los activos del mercado de valores.
Para ese 1% de los estadounidenses, los ingresos del hogar se triplicaron entre 1979 y 2007 y han seguido aumentando, mientras que la riqueza del hogar en los Estados Unidos se ha reducido en 7.7 billones de dólares. El coeficiente de Gini muestra la creciente disparidad en la distribución del ingreso.
En términos del coeficiente de Gini, los Estados Unidos se encuentran ahora en paridad con China y pronto superarán a México, un país todavía en desarrollo. Cabe señalar, por supuesto, que los EEUU siguen siendo un país mucho más rico en general. Si la tendencia actual continúa, sin embargo, los EEUU se asemejarán a un país del 3er mundo, en términos de la disparidad en la distribución del ingreso, en aproximadamente dos décadas, es decir, en 2032
En vías de subdesarrollo
Los Estados Unidos se están convirtiendo en un país postindustrial y neo tercermundista. En parte como consecuencia del aumento del desempleo y la falta de oportunidades económicas, la caída de los salarios reales y los ingresos familiares, aumento de la pobreza y el aumento de la concentración de la riqueza, y a que el gobierno de EEUU se enfrenta a una crisis fiscal histórico. La influencia dominante de las empresas sobre el gobierno de los EEUU, sobre todo por los grandes bancos, el debilitamiento gubernamental a nivel federal y las políticas destructivas de impuestos están agravando los problemas económicos que enfrenta Estados Unidos.
A menos que se implementen reformas estructurales o se produzca un colapso hiperinflacionista (debido a los problemas fiscales del gobierno de los EEUU), el deterioro de la economía de EEUU continuará y se acelerará. A medida que la economía de EEUU continúa su descenso, la salud pública, nutrición y educación, así como la infraestructura del país, se deterioran visiblemente y el estado tercermundista de los Estados Unidos se hará evidente.
Las ilusiones pasadas: breve recorrido por la hemeroteca reciente
"Generación perdida"
"El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss Kahn, ha alertado este martes que el mundo se enfrenta a "la perspectiva de una generación perdida de gente joven, destinada a sufrir durante toda su vida lo peor del desempleo y sus condiciones sociales""… El FMI advierte de una "generación perdida" de jóvenes que sufrirán toda su vida (El Economista – 2/2/11)
La renta de los británicos "regresa" al 2005 (desde hace 80 años no se vivía algo similar)
"Los banqueros centrales no suelen caracterizarse por su sinceridad y mensajes claros y contundentes. Más bien, como altos cargos de la burocracia financiera, sus discursos suelen estar llenos de ambigüedades, cuando no de mentiras piadosas para no generar alarma y desconfianza en la población. Su trabajo consiste en hacer creer a los agentes económicos que ellos pueden manejar la situación, que las cosas están bajo control"… – Mervyn King alerta: "La renta de los británicos regresará a niveles de 2005" (Libertad Digital – 9/2/11)
"Maquillaje" (el "efecto desánimo" altera las cifras reales del paro en los EEUU)
"Conocíamos recientemente la noticia de que la tasa de desempleo en EEUU bajó al 9% en enero, desde el 9,4% en el anterior mes, lo que supone 600.000 personas desempleadas menos. Además, la Oficina de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics, BLS) estadounidense revisó al alza los datos de creación de empleo de los dos anteriores meses (noviembre y diciembre)"… El "efecto desánimo" maquilla el paro de EEUU (Libertad Digital – 15/2/11)
Los parados de larga duración en los EEUU (de lo cíclico a lo estructural)
"El 45% de los parados de EEUU llevan más de 27 semanas buscando trabajo. Ni el gasto público ni la política monetaria ayudan a solventar este problema"… Los parados de larga duración crecen a un ritmo sin precedentes en EEUU (Libertad Digital – 22/2/11)
EEUU bipolar (I): la riqueza de los más ricos se multiplica
Una economía controlada por los ricos
"En Estados Unidos, la riqueza de los más ricos se multiplica. La distancia entre sus carteras y las carteras del resto de segmentos de la población -no sólo los pobres- es cada vez más amplia. La crisis y la desregulación financiera tienen mucho que ver"… La desregulación financiera hace crecer la brecha entre ricos y pobres (El Economista – 22/2/11)
Así y todo, la "América corporativa", erre que erre, sigue adelante con la deslocalización
"Estados Unidos reabre el debate sobre si el fenómeno de la globalización -en términos de deslocalización- beneficia o no a la economía del país, concretamente por la debacle que conlleva en materia de empleo. Los datos del Departamento de Comercio pertenecientes a la primera década del siglo XXI muestran que las multinacionales estadounidenses -que dan trabajo al 50% de la población ocupada del país- redujeron en 2,9 millones los puestos laborales en territorio nacional, mientras emplearon a 2,4 millones de personas más en el extranjero"… Las multinacionales de EEUU recortan empleo nacional, pero contratan en el extranjero (El Confidencial – 22/4/11)
¿Cómo les ha ido durante la crisis a los que viven "del lado bueno de la vías del tren"?
"2010 fue otro buen año para los millonarios, aunque el ritmo de crecimiento de sus fortunas se desaceleró"… Los millonarios controlan 39% de la riqueza del mundo (The Wall Street Journal – 1/6/11)
EEUU bipolar (II): una crisis social de imprevisibles consecuencias
Lejos de superar la crisis, EEUU se mete más a fondo en ella. Ciertas zonas del país han sucumbido a la depauperación (dramas cotidianos… al hilo del vivir)
"La crisis económica en Estados Unidos está derivando en una crisis social inédita desde la Gran Depresión y de imprevisibles consecuencias. Aunque la cifra de desempleo en todo el país permanece por debajo del 9%, hay zonas donde asciende tranquilamente por encima del 30%, regiones enteras depauperadas tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y la bancarrota de facto de algunos Estados"…. Los "renglones torcidos" de la América de Obama (Libertad Digital – 29/4/11)
El número de estadounidenses que recibe cupones de alimento bate récords. El Gobierno alimenta de forma directa a más del 14% de la población.
"Unos 44 millones y medio de americanos recibieron cupones de comida del Gobierno en el último mes. El número de personas que recurren a esta ayuda lleva aumentando 30 meses de forma consecutiva. Con un gasto público mensual de 6.000 millones de dólares, el programa de asistencia bate récords históricos en paralelo al aumento del desempleo, pero una gran parte de estos recursos se utiliza de forma fraudulenta"… Obama, el presidente de los cupones de comida (Libertad Digital – 10/6/11)
Los "ganadores" y los "perdedores" de la crisis en los Estados Unidos
"En Estados Unidos se usa el término "jobless recovery" para definir las recuperaciones económicas en las cuales el empleo tarda mucho en recuperarse o bien lo hace a un ritmo excesivamente moderado. Pues bien, según el último estudio al respecto publicado por la Northeastern University (Boston, Massachusetts) debemos modificar ligeramente el término, ya que según ellos la actual Gran Recesión no solo ha provocado una recuperación mala para el empleo, también para los salarios, por lo que la denominan "jobless and wageless recovery""… La economía se recupera, sus ciudadanos no (El Confidencial – 4/7/11)
En EEUU la crisis amplia la brecha entre la riqueza de los blancos y las minorías
"La brecha entre la riqueza de los blancos y cada una de las dos grandes minorías de Estados Unidos -hispanos y negros- se ha ampliado hasta niveles sin precedentes en medio de la crisis del sector de la vivienda y la recesión, según nuevos estudios"… Crece la brecha entre la riqueza de los blancos y de las minorías en EEUU (The Wall Street Journal – 27/7/11)
La prolongada anemia de la economía americana ("la Gran Japonización")
"La resistencia de la economía de Estados Unidos, que en los últimos 25 años siempre ha remontado pese a guerras, ataques terroristas y el hundimiento de las acciones, se ha debilitado tras la explosión de la burbuja inmobiliaria. El colchón que en el pasado la ayudaba a absorber estos golpes ya no está funcionando como antes"… A EEUU se le dañaron los amortiguadores (The Wall Street Journal – 31/7/11)
Recayendo en la recesión global (¿es que alguna vez habíamos salido?)
"Las fábricas de todo el mundo están pisando el freno de la producción, en una desaceleración de la actividad económica que suscita el espectro de una recaída en la recesión"… La locomotora manufacturera global pierde impulso (The Wall Street Journal – 1/9/11)
La pobreza avanza en Estados Unidos y alcanza a un 15% de la población
"La tasa de pobreza en Estados Unidos aumentó en 2010 por cuarto año consecutivo hasta el 15,1%, lo que representa 46,2 millones de personas que viven con menos de 1.000 dólares al mes, según los datos divulgados hoy por la Oficina del Censo"… La tasa de pobreza en EEUU sube por cuarto año consecutivo (Cinco Días – 13/9/11)
La OIT y la OCDE pronostican que en 2012 se podría generar más desempleo
"La desaceleración económica mundial podría generar un fuerte incremento del desempleo en el año 2012 en el conjunto de los países del G20, según un informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la OCDE"… La OIT advierte de un fuerte incremento del desempleo en 2012 en el G20 (Expansión – 26/9/11)
Cuando la "oferta" elimina al empleo y luego a la "demanda" (a pesar del crédito fácil)
"Muchos estadounidenses creen que las importaciones chinas de bajo precio aniquilan empleos fabriles en Estados Unidos. La mayoría de los economistas dicen que los beneficios del comercio superan por mucho sus costos"… Las importaciones chinas afectan más de lo que se cree al mercado laboral de EEUU (The Wall Street Journal – 27/9/11)
La pobreza infantil "proyectada" en el Reino Unido (estado del malestar)
"Según un estudio realizado por el Instituto de Estudios Fiscales (IFS, siglas en inglés), una organización de investigación financiera independiente, los ingresos medios de la población bajarán un 7% hacia finales de la presente década. Como consecuencia, 3,1 millones de niños, un 23,1%, vivirán en la pobreza absoluta en 2020, frente a los 2,8 millones, un 21,1%, contabilizados en la actualidad"… La cuarta parte de los niños de Reino Unido, en la pobreza absoluta en 2020 (El Economista – 11/10/11)
Peores vaticinios del la OIT: la crisis del empleo seguirá hasta 2016
"La crisis financiera mundial ha hecho mucha mella en el empleo. La factura en puestos de trabajo ha sido alta en casi todo el mundo. Cicatrizar esta herida costará mucho tiempo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que harán falta cinco años, hasta 2016. Según los cálculos de la agencia dependiente de la ONU, recuperar los niveles de empleo previos al estallido financiero precisa 80 millones de empleos. Sin embargo, "la reciente desaceleración económica" hace que esto no sea posible a corto plazo, por lo que retrasa un año su pronóstico inicial de recuperación"… La OIT vaticina que la crisis de empleo seguirá hasta 2016 (El País – 1/11/11)
La deslocalización competitiva (una "aniquilación" consentida del trabajador local)
"Las compañías multinacionales con sede en Estados Unidos sumaron 1,5 millones de trabajadores a sus nóminas en Asia y el Pacífico durante la década de 2000 y 477.500 trabajadores en Latinoamérica, al mismo tiempo que recortaron 864.000 empleos locales, informó el Departamento de Comercio de EEUU, cuantificando una tendencia a la que se presta cada vez más atención"… Las multinacionales de EEUU sumaron empleos en el extranjero, a la vez que redujeron su nómina local, según un estudio (The Wall Street Journal – 21/11/11)
Mercado laboral en el Reino Unido: "cerrado por reformas" (volvemos en 10 años…)
"Reino Unido necesitará diez años de austeridad para resolver sus problemas económicos, según ha informado el think tank independiente Reform, citado por el diario británico The Telegraph"… Reino Unido necesitará diez años de austeridad para resolver sus problemas económicos (El Economista – 22/11/11)
La "percepción" de los europeos (pérdida de confianza)
"Nada hace pensar que los líderes europeos encuentren en la opinión pública europea un aliado en este proceso. Según el Eurobarómetro de noviembre de 2011, menos de la mitad de los europeos (un 47%) creen que la pertenencia de su país a la UE ha sido algo positivo (frente al 18% que piensa que ha sido algo malo y al 31% que considera que no ha sido ni bueno ni malo), y solo el 41% confía en la Unión Europea (frente a un 47% que desconfía). Si preguntamos a los europeos sobre algunas de las reformas propuestas, como un mayor papel de las instituciones supranacionales en la definición de la política fiscal, los resultados son incluso menos esperanzadores"… ¿Una Europa euroescéptica? (El País – 25/11/11)
El contrato social se está empezando a deshacer en muchos países.
"Uno de los legados de la última gran bonanza económica vivida entre las grandes potencias y los países emergentes es una brecha mayor entre ricos y pobres. La desigualdad ha aumentado al nivel más alto de los últimos 30 años en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), debido sobre todo a la creciente diferencia entre los salarios, que suponen el 75% de los ingresos de un hogar. Lo ha hecho precisamente en esos años de crecimiento, según el informe hecho público ayer por la OCDE con datos de 2008, previos a la Gran Recesión"… La brecha entre ricos y pobres se dispara al nivel más alto en 30 años (El País – 6/12/11)
Generación "ni-ni": ni estudia, ni trabaja (el problema crece en toda Europa por el paro y la falta de alternativas)
"La crisis está dejando descolgados a muchísimos jóvenes. En España, 800.000 ciudadanos entre 18 y 24 años ni estudian, ni trabajan. Representan uno de cada cinco, una de las cuotas más elevadas de la Unión Europea. En los tres últimos años han empeorado las cifras de la llamada generación ni-ni. En 2008 suponían el 13,9% de los europeos de 18 a 24 años y en 2010 eran ya el 16,5%, según alerta un reciente estudio del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop). Y todo indica que los datos de 2011 van a ser todavía peores"… La crisis eleva al 22% los jóvenes que ni estudian ni trabajan (El País – 16/12/11)
Esquizofrenia capitalista: las firmas gastan en maquinaria, pero no crean empleos
"En ninguna otra recuperación estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial las empresas han sido tan rápidas en impulsar el gasto en maquinaria y software y, al mismo tiempo, más lentas a la hora de contratar empleados"… El hombre vs. la máquina, el dilema de EEUU (The Wall Street Journal – 17/1/12)
Los jóvenes se llevan la peor parte de la crisis de desempleo (la generación perdida)
"Davos está acostumbrado a las bravuconadas de los líderes políticos. Sin embargo, cuando jefes de compañías de todo el mundo acostumbrados a hablar en voz baja advierten "no de una crisis, sino de un desastre", cuando comienzan a llamar algo "un cáncer en la sociedad", uno sabe que tenemos un problema"… La bomba de tiempo del desempleo juvenil (BBCMundo.com – 29/1/12)
"La OIT calcula que 6,4 millones de menores de 25 años ya han perdido la esperanza de encontrar trabajo. En el mundo hay 75 millones de jóvenes desempleados l La cifra ha aumentado en 4 millones desde 2007"… El paro juvenil en España cuadruplica la tasa mundial (Gaceta.es – 29/1/12)
¿Por qué falla la máquina de empleos?
Las empresas producen y ganan más, pero no aumentan su personal
He aquí algunos números del desempeño de las empresas y el mercado laboral en Estados Unidos que sirven de barómetros clave de la economía del país. En los últimos 10 años:
– La producción de bienes y servicios se ha expandido 19%.
– Las ganancias de las empresas que no pertenecen al sector financiero han aumentado 85%.
– La fuerza laboral ha crecido en 10,1 millones de empleos.
– El número de puestos de trabajo del sector privado, sin embargo, se ha reducido en casi dos millones.
– Y el porcentaje de adultos estadounidenses con trabajo se ha reducido a 58,2%, un nivel que no se había visto desde 1983.
En gran parte, eso ocurre porque la economía crece demasiado despacio o como para absorber la fuerza laboral disponible, y los sectores que suelen contratar en las primeras etapas de la recuperación -como la construcción y la pequeña empresa– se vieron paralizados por el descalabro del crédito.
También hay que considerar el factor de la confianza. Si los empleadores estuvieran seguros de que podrían vender más, contratarían a más personas. Si estuvieran menos inseguros de la durabilidad de la recuperación y otros factores, estarían más inclinados a incrementar sus niveles de contratación.
Hay, además, un fenómeno que precede a la recesión y que ha persistido a lo largo de ella. Se trata de los cambios en la forma en que funciona el mercado y cómo los empleadores ven a su fuerza laboral.
Los ejecutivos lo llaman "reducción estructural de costos" o "flexibilidad". El economista Robert Gordon, de la Universidad de Northwestern, lo llama el surgimiento de "los trabajadores desechables", una abreviación de una estrategia de las empresas para reducir costos laborales dondequiera que puedan, a un nivel sin precedentes.
El economista Alan Krueger, de la Universidad de Princeton, calcula que 70% de la escasez de trabajo actual es simplemente cíclica, el resultado de una decepcionante recuperación de una profunda recesión. Sin embargo, atribuye 30% a cambios en el mercado laboral que comenzaron una década atrás o más.
Consideremos lo siguiente:
En la recesión más reciente y en las dos anteriores -1990-91 y 2001- los empleadores han sido más rápidos a la hora de despedir empleados y recortar sus horas de trabajo que en las recesiones que las habían precedido. Muchos de ellos también fueron más lentos para volver a contratar. Como resultado, la "recuperación sin empleo" se ha convertido en la norma.
En el pasado, cuando los negocios se desplomaban, las empresas reducían personal y aceptaban menos trabajo por empleado. Durante la profunda recesión de principios de la década del 70, la producción estadounidense de bienes y servicios se redujo en 5% y el empleo en 2,5%. Los economistas trataban de comprender el "acaparamiento laboral", la tendencia de las empresas a retener a los empleados que no necesitaban.
Pero ya nadie piensa así. Entre finales de 2007 (cuando el empleo estadounidense alcanzó su mayor pico) y finales de 2009 (cuando tocó fondo), la producción estadounidense de bienes y servicios disminuyó 4,5%, pero el número de trabajadores se redujo mucho más: 8,3%. El rompecabezas de hoy es entonces: ¿cómo y por qué los empleadores lograron aumentar la productividad, o la producción por hora de trabajo, como nunca antes durante la peor recesión en décadas?
En una época anterior, cuando más estadounidenses trabajaban en líneas de ensamblaje, muchos despidos eran temporales. Cuando el negocio se recuperaba, los trabajadores volvían a ser convocados, a menudo debido a garantías sindicales.
En el peor momento de la recesión de 1980-82, uno de cada cinco desempleados correspondía a un "despido temporal". En la reciente recesión, la proporción de despidos temporales nunca fue superior a uno de cada 10. Eso se debe en parte a que menos estadounidenses trabajan en fábricas. Hoy, en cambio, si un restaurante no tiene suficientes clientes, quiebra.
"Cuando los despidos son temporales, las recontrataciones pueden realizarse muy rápido", comentan los economistas Erica Groshen y Simon Potter, de la Reserva Federal de Nueva York. Cuando los despidos son permanentes, la recuperación del empleo es lenta, añaden. Si el empleador quiere contratar, debe embarcarse en la tarea de revisar currículos, lo que consume mucho tiempo.
Las empresas, con sus ojos fijos en el precio de las acciones y en las ganancias, valoran más que nunca la flexibilidad encima de la estabilidad. La recesión les demostró que podían hacer más con menos trabajadores de lo que muchos de ellos creían.
En una encuesta a 2.000 empresas a principios de este año, McKinsey Global Institute, el centro de estudios de la enorme empresa de consultoría, encontró que 58% de los empleadores esperaba tener más trabajadores a tiempo parcial, temporales o subcontratados en los próximos cinco años y más de 21,5% trabajadores "tercerizados o externos".
"La tecnología", señala McKinsey, "permite a las empresas gestionar el empleo como un aporte variable. Con el uso de nuevos sistemas de programación de recursos, se pueden proveer de personal sólo cuando lo necesitan, ya sea por un día completo o unas pocas horas".
Las agencias de ayuda temporal juegan un papel cada vez más importante, desde la provisión de personal fabril y administrativo hasta enfermeras e ingenieros.
También facilitan volver a recortar en tiempos difíciles. Los trabajadores, en pocas palabras, ahora pueden ser contratados "en el momento preciso". Y aparentemente, muchos empleadores no creen que todavía sea el momento. Debido a que "pueden contratar personal temporal casi al instante, hay poca necesidad de contratar a la espera de una recuperación en los negocios".
Cuando sí reclutan personal, las grandes empresas multinacionales con sede en EEUU están en mejor condición de y más dispuestas a contratar en el exterior, en parte porque los salarios son a menudo más baratos, pero también porque es allí donde están sus clientes.
En la década de los 90, las multinacionales incorporaron en EEUU casi dos puestos de trabajo por cada nuevo empleo fuera del país; en tanto que en la década siguiente, recortaron 2,9 millones de empleos estadounidenses, mientras que aumentaron 2,4 millones en el extranjero, de acuerdo con el Departamento de Comercio de EEUU.
Hal Sirkin, de Boston Consulting Group (BCG), afirma que el aumento de los salarios en China resta un poco de atractivo al país. En 2000, los salarios de los trabajadores chinos promediaron 3% de los de sus contrapartes estadounidenses. Hoy en día, representan 9%, y la firma de consultoría espera que la cifra llegue a 15% en 2015. Sirkin predice que ello impulsará a muchos fabricantes a devolver el trabajo a EEUU. ¿Cuántos? Sirkin todavía trabaja en un cálculo.
Aun cuando el gobierno cuenta 4,68 trabajadores desempleados por cada puesto que se abre, algunos empleadores insisten en que no pueden encontrar empleados con las habilidades que necesitan a los salarios que pueden pagar.
"Una verdad incómoda" (no la de Gore, sino la de Reich)
El ex secretario de Trabajo con Clinton y canciller de la Universidad de Berkeley, Robert Reich, sostiene que no es posible una economía creciente y vibrante sin una clase media creciente y vibrante, por lo que insta a "restaurar la enorme clase media estadounidense" para volver a la senda de la recuperación económica.
La economía estadounidense sigue estancada. El consumo es bajo. Los salarios, también. Es vital que comprendamos cómo hemos pasado de la Gran Depresión a 30 años de Gran Prosperidad; de ahí a 30 años de ingresos estancados y crecientes desigualdades, para terminar en la Gran Recesión, y de ésta a una recuperación anémica.
Desde 1947 a 1977, la nación aplicó lo que podría denominarse una negociación básica con los trabajadores estadounidenses. Los empresarios les pagaban lo suficiente para comprar lo que producían. La producción y el consumo en masa demostraron ser complementos perfectos. Casi cualquiera que quería un trabajo podía encontrarlo con un salario decente. Durante estas tres décadas crecieron los sueldos de todos, no sólo de quienes estaban arriba. Y el Gobierno hizo cumplir esa negociación básica de muchas maneras. Utilizó una política keynesiana para conseguir casi el pleno empleo. Brindó a los trabajadores comunes más capacidad de negociación. Proporcionó el seguro social. Y amplió la inversión pública. Por consiguiente, creció la parte de los ingresos que iba a la clase media mientras mermó la porción destinada a lo más alto. Pero no consistía en un juego de suma cero: a medida que la economía crecía, casi todo el mundo mejoró, también los que estaban en lo más alto.
La paga de los trabajadores incluidos en el 20 por ciento más pobre creció un 116 por ciento en estos años, más rápido que los ingresos del 20 por ciento más rico (que subió un 99 por ciento). La productividad también subió más rápido. El rendimiento por hora trabajada se dobló, así como los ingresos medios. Expresadas en dólares de 1997, las rentas de una familia media se elevaron de unos 25.000 a 55.000 dólares. La clase media tenía los medios para comprar, y al hacerlo creaba nuevos empleos. A medida que la economía crecía, la deuda nacional reducía su peso.
La Gran Prosperidad también trajo una reorganización del trabajo. A los empresarios se les exigía por ley dar una paga extra -la hora y un 50 por ciento más- por lo que rebasara las 40 horas a la semana. Esto creó un incentivo para que se contrataran más trabajadores cuando la demanda repuntaba. Además, estaban obligados a abonar un salario mínimo, lo que mejoró los sueldos más pobres. Cuando se despedía, normalmente durante una recesión, el Gobierno concedía prestaciones por desempleo que solían durar hasta la recuperación. Lo que no sólo sacaba a las familias del apuro, sino que les dejaba seguir comprando, un estabilizador automático para una economía en receso.
Quizá lo más significativo sea que el Gobierno elevó la fuerza negociadora del trabajador común. Se le garantizaba el derecho a afiliarse a sindicatos, con los que los empresarios tenían que negociar de buena fe. A mediados de los 50, más de un tercio de los empleados del sector privado estaba afiliado. Y los sindicatos exigían una ración justa del pastel. Las compañías sin sindicatos, temiendo que sus trabajadores quisieran uno, ofrecían tratos similares.
Los estadounidenses también disfrutaban de una seguridad económica frente a los riesgos, no sólo con prestaciones de desempleo, sino también a través de la Seguridad Social, el seguro por discapacidad, por pérdida del sostén económico de la familia, por lesión en el lugar de trabajo o por incapacidad de ahorrar lo suficiente para la jubilación. En 1965, llegó el seguro sanitario para las personas mayores y pobres (Medicare y Medicaid). La seguridad económica fomentó la prosperidad. Al exigir a los estadounidenses compartir los costes de la adversidad, les permitía compartir los beneficios de la tranquilidad. Y eso los dejaba libres para consumir los frutos de su trabajo.
El Gobierno patrocinó los sueños de las familias estadounidenses de tener su hogar en propiedad, facilitando hipotecas de bajo coste y deducciones de los intereses. En muchas zonas del país, subvencionó la electricidad y el agua para que las casas fueran habitables. Y construyó carreteras que conectaban sus hogares con los principales centros comerciales.
El Gobierno también amplió el acceso a la educación superior. Pagó la de quienes volvían de la guerra. Y la expansión de las universidades públicas hizo que la clase media pudiera acceder a ella. El Estado sufragó todo con los ingresos fiscales procedentes de la creciente clase media. Los ingresos también se vieron impulsados por quienes estaban en lo alto de la escala de ingresos, cuyos impuestos marginales eran mucho más altos. El tipo marginal máximo del impuesto sobre la renta durante la II Guerra Mundial era superior al 68 por ciento. En los años 50, con Eisenhower, a quien pocos llamarían un radical, subió al 91 por ciento. En la década hasta 1970, el tipo marginal máximo estaba en torno al 70. Incluso después de explotar todas las posibles deducciones y créditos, el contribuyente medio de ingresos altos pagaba un impuesto federal marginal de más del 50 por ciento. Pero en contra de lo que los conservadores habían predicho, los altos tipos no redujeron el crecimiento. Al contrario, permitieron ampliar la prosperidad de la clase media.
Durante la Gran Prosperidad de 1947-1977, la negociación básica había garantizado que la paga de los trabajadores estadounidenses coincidiese con su rendimiento. Pero después de este punto, el rendimiento por hora siguió subiendo. Sin embargo, se dejó que la retribución real por hora se estancase. Es fácil echarle la culpa a la globalización, pero los avances tecnológicos han desempeñado un papel equivalente. Las fábricas que quedan en EEUU han ido echando trabajadores según se automatizan. Y lo mismo le ha ocurrido al sector servicios. Pero en contra de lo que dice la mitología popular, el negocio y la tecnología no han reducido el número de trabajos estadounidenses. Su efecto más profundo ha sido sobre la paga. En lugar de quedarse sin empleo, la mayoría de los estadounidenses se ha contentado con salarios reales inferiores o que se han elevado más lentamente que el crecimiento de la economía. Aunque el desempleo que vino después de la Gran Recesión sigue siendo alto, los puestos de trabajo lentamente vuelven. Pero, para conseguirlos, muchos tienen que aceptar una paga inferior.
Hace más de tres décadas, el comercio y la tecnología empezaron a abrir una brecha entre las ganancias del nivel más alto y las demás. La paga de los titulados por prestigiosas universidades ha remontado el vuelo. Pero la paga y prestaciones de la mayoría de los trabajadores se han mantenido o bajado. Y la consiguiente división también ha hecho que las familias estadounidenses de clase media se sientan menos seguras.
El Gobierno podría haber hecho cumplir la negociación básica. Pero hizo lo contrario. Redujo drásticamente los bienes públicos y las inversiones, golpeando los presupuestos escolares, incrementando el coste de la educación pública superior, reduciendo la formación laboral, recortando el transporte público y dejando que los puentes, puertos y autopistas se deterioraran.
Hizo trizas las redes de seguridad, reduciendo la ayuda para las familias desempleadas con hijos, endureciendo las condiciones para optar a los cupones de alimentos, y recortando el seguro de desempleo tanto que, en 2007, sólo el 40 por ciento de los parados estaba cubierto. Redujo a la mitad el tipo máximo del impuesto sobre la renta, pasando del ámbito del 70-90 que prevalecía durante la Gran Prosperidad al del 28-35 por ciento; permitió a muchos ricos tratar sus ingresos como ganancias de capital sometidas a un impuesto del 15 por ciento; y contrajo los impuestos de sucesiones que sólo afectaban al 1,5 por ciento de los asalariados del máximo nivel. Pero al mismo tiempo, EEUU impulsó los impuestos sobre el consumo y las nóminas, que se llevaron un trozo de la paga de la clase media y los pobres mayor que de los ricos.
Tres mecanismos de supervivencia
Pero Estados Unidos siguió comprando mediante tres mecanismos de supervivencia. El primero: las mujeres entran en el trabajo retribuido a partir de finales de los 70, y subiendo en los 80 y 90. Para la parte relativamente pequeña de mujeres con títulos universitarios, era la consecuencia natural de oportunidades educativas más amplias y de las nuevas leyes contra la discriminación, las cuales abrieron posibilidades profesionales. Pero la gran mayoría lo hizo para aumentar los ingresos familiares cuando los hogares se vieron golpeados por el estancamiento de los salarios de los hombres. Esta transición de la mujer al trabajo remunerado ha sido uno de los cambios sociales y económicos más importantes de las últimas décadas. En 1966, el 20 por ciento de las madres con hijos pequeños trabajaba fuera de casa. A finales de los 90, la proporción se había elevado al 60. Para las mujeres casadas con hijos de menos de 6 años, la transformación ha sido aún más dramática, del 12 de finales de los 60 al 55 por ciento a finales del siglo XX.
Mecanismo de supervivencia número dos: todos trabajan más horas. En 2005, no era extraño que los hombres trabajaran más de 60 horas a la semana y las mujeres, más de 50. Es decir, el estadounidense medio hacía más de 2.200 horas al año, 350 por encima del europeo medio, más incluso que un japonés.
Mecanismo de supervivencia número tres: gastarse los ahorros y tomar prestado hasta las cejas. Tras agotar los dos primeros mecanismos, era la única forma en que los estadounidenses podían seguir consumiendo como antes. Durante la Gran Prosperidad, la clase media ahorraba el 9 por ciento de sus ingresos. A finales de los 80 y principios de los 90, esa parte se había cercenado al 7 por ciento. Después, la tasa de ahorro cayó al 6 en 1994, y siguió bajando hasta el 3 en 1999. En 2008, los estadounidenses no ahorraron nada. Mientras, la deuda de los hogares explotó. En 2007, el estadounidense medio debía el 138 por ciento de sus ingresos después de impuestos.
Los tres mecanismos se han agotado. El desafío consiste en restaurar la enorme clase media estadounidense. Esto exige resucitar la negociación básica que relaciona los salarios con las ganancias generales, y facilitarle a la clase media una porción de la tarta suficiente. Como deberíamos haber aprendido de La Gran Prosperidad, no es posible una economía creciente y vibrante sin una clase media creciente y vibrante.
El razonamiento que se realiza, con datos válidos para Estados Unidos, es el siguiente. En los últimos 30 años el PIB se ha doblado, pero, paradójicamente, los sueldos se han estancado y son prácticamente iguales que por aquel entonces. ¿Quién es el responsable? La inflación, ganamos más nominalmente pero no realmente. Entonces, ¿a dónde van las ganancias? Según el Sr. Reich a los "super rich" (súper ricos), que identifica como los que están en la cima de la pirámide cuando de dinero hablamos. Lo justifica con los datos de ingresos, hace treinta años el 1% más rico de la población se llevaba a su casa el 10% de los ingresos totales, hoy es el 20% y poseen el 40% de la riqueza del país.
Cree que esto conduce a que aumenten su poder en la legislación y por tanto se reduzcan los impuestos a los más acaudalados. El resultado son menores ingresos tributarios, déficit fiscal y menores servicios como educación, sanidad, infraestructuras… Asimismo las personas empiezan a echarse la culpa unas a otras, nacionales contra inmigrantes, trabajadores de la empresa privada contra la empresa pública, y demás debates que también se reproducen en nuestro país. Pero la realidad, según el vídeo, es que la clase media está débil, lo que les nos lleva a consumir menos, a no querer endeudarnos y en definitiva a una recuperación insatisfactoria y alto desempleo. Conclusión, economía fuerte = clase media fuerte.
Más datos interesantes, cómo evoluciona el sueldo de un CEO en relación al empleado medio:
Actualmente un CEO gana unas 350 veces más que un empleado medio mientras el ratio histórico es inferior a las 100 veces. Además vemos que los sueldos en la parte alta de la jerarquía suben muy por encima de los beneficios a la par que los de los trabajadores se estancan. Y si bien es simplificar demasiado centrarse en los "CEO" vamos enfocando el problema.
¿En dónde converge todo esto? Globalización. Observen el siguiente gráfico:
Si bien los resultados del 40% son puntuales, el progresivo menor porcentaje sobre el total por el impuesto de sociedades es un hecho. A raíz de la Segunda Guerra Mundial y coincidiendo con la apertura de mercados y fronteras parece que las empresas han buscado la forma de "optimizar" su carga fiscal aprovechando esta circunstancia, llegando a mínimos del 10% sobre el total o incluso menos.
Claro, con un tipo marginal de los más altos del mundo en Estados Unidos la "optimización" puede entenderse, donde ya jugamos a algo peligroso es cuando una empresa como Google tributa el 2.4% gracias a Irlanda pero sus beneficios vienen de otros lugares con altos impuestos. Es decir, hago mis negocios gracias a unos pero les doy el dinero a otros. Y si bien es injusto personificar en Google porque muchas lo hacen, es un ejemplo que muestra perfectamente lo que está ocurriendo globalmente.
Realidad o ficción
En toda Europa, Asia y América, las corporaciones nadan en efectivo, mientras su implacable búsqueda de eficiencia sigue generando enormes ganancias. Sin embargo, la porción de la torta que les corresponde a los trabajadores se está reduciendo, gracias al alto desempleo, a las jornadas reducidas de trabajo y a los salarios estancados.
Estados Unidos en los años 70, tenían 20 millones de empleos manufactureros, con una población total de unos 220 millones. A principios del año 2011, sólo se mantienen 12 millones de empleos en las fábricas norteamericanas, pero con una población total de 320 millones de habitantes. En los años 70, Estados Unidos controlaba el 28% de la fabricación mundial de bienes y China sólo el 4%. En enero de 2011 Estados Unidos produce el 20% mundial y China el 19%.
En enero (2011), 2,8 millones de personas estaban "marginalmente ligadas" a la fuerza laboral, frente a los 2,5 millones de enero del año anterior (2010). Dentro de este grupo se encuentra la gente que ha buscado empleo en los últimos 12 meses, pero no en el último mes.
De ellos, casi 1 millón no cree que encontrará empleo (cifra que baja desde 1,3 millones en diciembre 2010) y el resto, 1,8 millones, no han buscado trabajo en las últimas cuatro semanas por razones como estudios o responsabilidades familiares, explica el Departamento de Trabajo.
La tasa de paro que incluye a estas personas, así como a aquellos que se han visto forzados a trabajar a tiempo parcial , denominada U-6, se redujo al 16,1% desde el 16,7% de diciembre (2010).
El número de desempleados de larga duración, aquellos que llevan en el paro al menos 27 semanas, se redujo a 6,2 millones y supuso el 43,8% de los desempleados.
Paradójicamente, la realidad es que las mediciones de desigualdad de ingresos y riqueza entre países están cayendo, gracias a un crecimiento robusto constante en los mercados emergentes. Pero a la mayoría de la gente le importa más lo bien que le va en relación a sus vecinos que a ciudadanos de tierras lejanas.
A los ricos les está yendo esencialmente bien. A enero de 2011, los mercados bursátiles globales se recuperaron. Muchos países son testigos de un crecimiento vigoroso de los precios de la vivienda, de las propiedades comerciales o de ambos. Los renacientes precios de las materias primas están creando enormes ingresos para los dueños de minas y pozos petroleros, incluso a pesar de que las subas de precios de los alimentos básicos están desatando disturbios, si no completas revoluciones, en el mundo en desarrollo. Internet y el sector financiero siguen desovando nuevos millonarios y hasta multimillonarios a un ritmo asombroso.
Las causas de la creciente desigualdad en el interior de los países son bien entendibles, y ya han sido señaladas anteriormente. Vivimos en una época en la que la globalización expande el mercado para los individuos ultra talentosos, pero hace que la competencia deje afuera a los empleados comunes. La competencia entre países por individuos calificados e industrias rentables, a su vez, limita la capacidad de los gobiernos de mantener impuestos elevados a los ricos. La movilidad social está aún más afectada porque los ricos les brindan a sus hijos una educación privada y ayuda post-escolar, mientras que los más pobres en muchos países no pueden permitirse ni siquiera que sus hijos sigan yendo a la escuela.
En el siglo XIX, Karl Marx observó inteligentemente las tendencias de desigualdad en sus días y concluyó que el capitalismo no podía sustentarse políticamente de manera indefinida. Llegado el caso, los trabajadores se levantarían y derrocarían el sistema. Transcurrida la primera década del siglo XXI, aún se espera que llegue el caso… Mientras, fuera de Cuba, Corea del Norte y unas pocas universidades de izquierda en todo el mundo, ya nadie se toma en serio a Marx.
Sin embargo, en un momento en que la desigualdad alcanza niveles similares a los de hace 100 años, el statu quo tiene que ser vulnerable. La inestabilidad puede expresarse en cualquier parte. Fue apenas hace poco más de cuatro décadas que los disturbios urbanos y las manifestaciones masivas sacudieron al mundo desarrollado, catalizando en definitiva reformas sociales y políticas de amplio alcance.
Sin embargo, sería un grave error suponer que la enorme desigualdad es estable siempre que surja a través de la innovación y el crecimiento.
Lo que resulta evidente es que la desigualdad no es sólo una cuestión de largo plazo. Las preocupaciones sobre el impacto de la desigualdad de ingresos ya están constriñendo la política fiscal y monetaria en países desarrollados y en desarrollo por igual, a la vez que intentan abandonar las políticas de híper estimulación adoptadas durante la crisis financiera.
El siguiente gráfico dice mucho sobre la gestión del presidente Obama:
Desde que asumió el cargo en enero de 2009 el número de estadounidenses que necesitan cupones de comidas se ha disparado desde los 32 millones hasta los 43 millones. La tasa de desempleo ha pasado desde el 7% hasta el 9%. Esa es la realidad de la situación. Todos los días el señor Obama nos dice que se van a reducir los impuestos, aumentar los gastos, aumentar las exportaciones y reducir la deuda. Sin embargo este es un plan que sólo sirve para engañar a los ciudadanos porque no son objetivos compatibles entre sí. Una cosa es segura, Estados Unidos seguirá gastando más de lo que se pueden permitir y eso viene descontándose en el mercado de bonos desde hace tiempo.
En medio de todo este tortuoso camino de empobrecimiento generalizado para gran parte de la población, que ha asemejado el perfil social de los Estados Unidos, con el de un país del Tercer Mundo, no se debe olvidar la corresponsabilidad de muchos de los agentes económicos que permitieron que estas burbujas se crearan, por acción o por omisión.
Gobiernos incapaces de adoptar políticas anticíclicas y que prefieren mirar hacia otro lado; bancos centrales que han olvidado su papel preventivo y se limitan a reaccionar tarde y mal ante acontecimientos sobrevenidos; agencias de rating desbordadas por una carga de trabajo que deteriora su análisis y desvirtúa sus conclusiones; accionistas ávidos que consienten a las firmas de las que son propietarios asumir riesgos irracionales; directivos que se dejan llevar por la presión de unos resultados a corto que determinan su remuneración variable; inversores institucionales o particulares que compran los falsos axiomas clásicos de la inversión inmobiliaria.
El mapa de los salarios mínimos en Europa
*Todas las cifras son brutas
Los habitantes de Luxemburgo serían los más afortunados en este sentido, ya que cuentan con el salario mínimo más alto de Europa (1.758 euros mensuales); Les siguen de cerca los irlandeses, con 1.462 euros y los holandeses (1.424 euros/mes).
En España nos encontramos aproximadamente en la mitad de la tabla. No somos los que menos salario mínimo tenemos ni los que más, y estamos en prácticamente el mismo nivel que países como Grecia (863) o Eslovenia (748), pero muy lejos de Inglaterra (1.139), Bélgica (1.415) o Francia (1.365).
Las cifras, correspondientes a enero de 2011, han sido publicadas por la oficina estadística comunitaria (Eurostat). Todas las cifras son en bruto, por lo que el montante final que reciba finalmente el ciudadano tendrá mucho que ver con los impuestos de cada país.
A pesar de ello, las diferencias son menores cuando se tiene en cuenta también el poder adquisitivo de cada país, tal y como podemos ver en la tabla inferior. En este segundo caso pasamos de una horquilla de 123 EUR – 1.758 EUR (sin tener en cuenta el poder adquisitivo) a otra de 233 a 1.452. España sigue en el grupo central, aunque los resultados para nuestro país apenas varían: nuestro salario mínimo corresponde a 766 euros si tenemos en cuenta el poder adquisitivo de los españoles frente al del resto de Europa, apenas 15 euros por encima de los 748 euros reales.
El riesgo de pobreza en la Unión Europea
España cuenta con una tasa de población en riesgo de pobreza del 19,5%, por encima de la media de la UE-27, que se sitúa en el 16,3%. Desde el IEE indicaron que como población en riesgo de pobreza se define a aquellas personas que, incluyendo las transferencias sociales, se sitúan por debajo del umbral de pobreza.
Entre los países de la UE hay grandes diferencias, ya que las tasas de población en riesgo de pobreza varían entre casi un 26% y tan sólo un 8,6%, subrayaron. La mayor proporción de población en riesgo de pobreza corresponde a Letonia, con un 25,7%, figurando a escasa distancia Rumanía (22,4%) y Bulgaria (21,8%).
Lituania supera levemente el 20%, mientras que Estonia y Grecia comparten un 19,7%. España figura en el séptimo lugar de la UE-27 con una tasa de población en riesgo de pobreza del 19,5%, si bien alcanza un 25,2% en la población mayor de 65 años. Mientras, Italia (18,4%), Portugal, el Reino Unido y Polonia (los tres con cifras por encima del 17%) también superan la media europea.
La mayoría de países de la UE (16 en total) logran situar el porcentaje de población en riesgo de pobreza por debajo del promedio. Alemania, Malta, Irlanda y Luxemburgo cuentan con cifras en torno al 15%, mientras que Suecia, Dinamarca y Francia ya bajan al entorno del 13%. Austria (12%), Eslovenia (11,3%), Países Bajos (11,1%), Eslovaquia (11%) y sobre todo la República Checa, con tan sólo un 8,6%, figuran entre los países con menor riesgo de pobreza entre su población.
Desigualdad inquietante (la desigualdad conduce a un menor crecimiento económico)
La "percepción" de los europeos (pérdida de confianza)
¿Más Europa? Esa parece ser una de las soluciones propuestas a la crisis económica y política que asola al continente. La forma concreta que esa "mayor" Europa tome no está nada clara (creación de un tesoro europeo, establecimiento de impuestos europeos, fortalecimiento de los mecanismos de control fiscal por parte de las instancias supranacionales,…), pero todas ellas parecen pasar por una nueva ronda de transferencias de soberanía hacia las instituciones supranacionales en el ámbito de la política económica.
Nada hace pensar que los líderes europeos encuentren en la opinión pública europea un aliado en este proceso. Según el Eurobarómetro de noviembre de 2011, menos de la mitad de los europeos (un 47%) creen que la pertenencia de su país a la UE ha sido algo positivo (frente al 18% que piensa que ha sido algo malo y al 31% que considera que no ha sido ni bueno ni malo), y solo el 41% confía en la Unión Europea (frente a un 47% que desconfía). Si preguntamos a los europeos sobre algunas de las reformas propuestas, como un mayor papel de las instituciones supranacionales en la definición de la política fiscal, los resultados son incluso menos esperanzadores.
En cierto sentido, que el euroescepticismo esté en auge no debería sorprendernos. Una de las regularidades empíricas más estables encontradas por los estudiosos de la opinión pública europea es que el apoyo al proceso de integración está muy correlacionado con el ciclo económico: los europeos apoyamos la integración en los años de bonanza económica y nos hacemos euroescépticos en las crisis. Si observamos la evolución de la desconfianza hacia la Unión Europea por países, se aprecia que son los países que están atravesando mayores dificultades económicas aquellos donde el ascenso del euroescepticismo es más acusado.
Mientras que en los países escandinavos (con poblaciones tradicionalmente muy euroescépticas) la desconfianza de sus poblaciones hacia Europa de hecho se ha reducido ligeramente en la última década, en los países del centro del continente y, sobre todo, en la periferia más afectada por la crisis (los famosos PIIGS), se puede detectar un claro aumento de la desconfianza hacia la UE en los últimos cinco años. Por el papel central que, según algunos, la opinión pública alemana ha jugado en la capacidad de los líderes europeos de adoptar determinadas decisiones, es particularmente preocupante el aumento de la desconfianza hacia la UE en este país que, a pesar de no haber sufrido apenas la crisis económica, ha visto cómo su nivel de desconfiados hacia Europa ha aumentado en solo cuatro años en veinte puntos, hasta colocarse en un 55%.
Menos de la mitad de la población europea cree que la UE ha sido positiva
¿Qué papel ha jugado la existencia de la moneda única en este proceso de auge del euroescepticismo? Resulta complicado establecer nítidas relaciones de causalidad con estos datos, pero es llamativo que dos de los tres países que decidieron quedarse fuera de la unión monetaria tienen hoy índices de confianza en la UE mejores que hace una década, mientras que, con la excepción de Finlandia, todos los miembros de la eurozona han visto cómo el euroescepticismo crecía en sus poblaciones. El caso de Grecia es el más dramático de todos: mientras que en el 2001 tres cuartos de la población confiaban en la UE y un cuarto desconfiaba, en 2011 la relación se ha invertido: hoy sólo un tercio de la población confía en la UE, y dos tercios desconfían.
¿Han cambiado las características de los individuos europeístas y euroescépticos a lo largo de esta década? Un análisis en detalle de los determinantes de la desconfianza a nivel individual revela que si bien muchas características de los individuos (edad, clase social) siguen estando asociadas de la misma forma que hace diez años con diferentes opiniones sobre la UE, el efecto de la ideología del individuo ha cambiado de dirección: en 2001 los europeos de izquierdas tendían, en media, a desconfiar menos de la UE que los de derechas. Hoy sucede lo contrario: ideológicamente, son los europeos de izquierdas los que más desconfían de la UE.
Si, como apuntan estos datos, la crisis económica y su gestión ha deteriorado el apoyo a la UE en los países más duramente afectados por la crisis y entre los sectores más progresistas de la población, ¿existen formas de recobrar la confianza de los europeos en la UE y de dotar de una legitimidad democrática a los intensificación del proceso de integración de la que ahora carece?
Es cierto que, dada la heterogeneidad de intereses que conviven en la UE, la capacidad de adoptar políticas que agraden a amplios sectores de europeos y que hagan por tanto recobrar la confianza de éstos en las instituciones supranacionales es limitada. Sin embargo, los propios datos de Eurobarómetro muestran que sí existen políticas demandadas de manera casi unánime por los europeos: la abrumadora mayoría de los europeos creen que la Unión Europea debería endurecer las políticas contra los paraísos fiscales (89%), regular los salarios en el sector financiero (82%), o establecer un impuesto a los beneficios de los bancos (84%) o a las transacciones financieras (el 72%). La UE puede aprovechar el amplio consenso ciudadano sobre estas cuestiones como una oportunidad para ganar la confianza ciudadana que ha perdido durante la crisis. O puede elegir ignorar estas demandas y agrandar los problemas de desconfianza ciudadana a medida que estas cuestiones sean cada vez más centrales en la agenda política de los europeos. Hagan ustedes sus apuestas.
Los jóvenes que ni estudian, ni trabajan (el problema crece en toda Europa por el paro y la falta de alternativas)
Hay grandes diferencias entre los distintos países de la UE. Y España, con un paro juvenil cercano ya al 50%, está entre los que tienen peores datos: son el 22,4% (en 2008 eran el 17%, y un año antes, el 13,8%). Con más de 800.000 jóvenes que ni estudian ni trabajan, unos 280.000 más que en 2007 (si se cruzan los porcentajes de la Encuesta Europea de Fuerza del Trabajo de Eurostat con los datos del padrón del INE), España ocupa el quinto puesto de la Unión en este preocupante ranking. Por delante están Letonia (22,5%), Irlanda (24,1%), Italia (24,2%) y Bulgaria (27,8%). Donde menos hay es en Holanda (5,9%) y Luxemburgo (6,9%). Este último está en el grupo de los únicos cuatro países que han logrado reducir sus cifras durante la crisis, junto a Alemania Malta, de forma levísima, Bélgica.
"Es difícil hacer generalizaciones para toda Europa, pero lo que parece estar ocurriendo es que los jóvenes están siendo víctimas del paro (esto ha sido peor en países como España), pues son los más fáciles de despedir; y de los recortes de las ayudas sociales. En Reino Unido se espera que bajen un 20% en los próximos tres años, además de lo que ya se han reducido", señala Neil Lee, economista del instituto de investigación The Work Foundation, de la Universidad de Lancaster.
El catedrático Psicología Social de la Universidad de Valencia José María Peiró distingue dos grandes grupos de jóvenes bajo la etiqueta de ni-ni (ni estudian ni trabajan). Primero, los que lo son porque no les queda más remedio: han fracasado en los estudios y no encuentran trabajo. Segundo, los de tipo "sabático", que se toman un tiempo antes de ponerse a trabajar, al final o en medio de los estudios. "Lógicamente, estos tienen salario de reserva, quizás por la familia", añade.
Precisamente el apoyo familiar -más en los países del sur de Europa-, junto con las ayudas sociales y el trabajo sumergido -el Ministerio de Economía estimó a principios de 2011 que la economía sumergida en el 20% del PIB español-, amortiguan el impacto social de una cifra como ese 22,4% de ni-nis.
Aventurar cuántos jóvenes pertenecen a cada situación es realmente complicado, pues la encuesta europea simplemente señala a los jóvenes parados o inactivos que no han estudiado, ni siquiera un cursillo de inglés o de informática, en el último mes. Y en realidad las variantes son infinitas: el que encuentra trabajo pero lo rechaza por las malas condiciones del empleo o porque tiene que desplazarse; el que vuelve a estudiar, pero se frustra y lo deja (en Madrid, se titula sólo el 10% de los matriculados en escuelas de adultos, según CC OO); el que decide agotar el paro antes de ponerse otra vez manos a la obra; el que se desanima tras mucho tiempo buscando empleo…
Sin embargo, parece claro que el primer grupo que señala Peiró, el de los que no trabajan porque no pueden, y ni se les pasa por la cabeza retomar los libros, crece en medio de la crisis. Sobre todo en un país como España, que ha mantenido durante toda la década un porcentaje de abandono escolar temprano cercano al 30%, aunque ahora haya bajado al 28%. Fue en 2008 cuando en España empezó a crecer mucho la cifra de ni-nis y se disparó en 2009, precisamente cuando todos esos jóvenes escasísimamente formados empezaron a engrosar masivamente las filas del paro.
Antes de la crisis los jóvenes españoles ya tenían serias dificultades para acceder a empleos de calidad
Es decir, que son precisamente los más vulnerables los que están engordando la estadística, asume el catedrático de Economía de la Pompeu Fabra José García-Montalvo. "Las tasas de paro que han crecido más rápidamente son las de los jóvenes con menos formación; a diferencia de otras crisis anteriores, mucho más rápido que las tasas de desempleo de los universitarios", señala.
Así, no hay trabajo, y el reenganche en el sistema educativo se hace complicado, no solo porque a los jóvenes les pueda costar más o menos tomar la decisión, sino "la escasa relevancia de los programas de segunda oportunidad para mejorar la formación de los alumnos que abandonan", señala el profesor de Economía de la Universidad de Vigo Alberto Vaquero.
La bomba de tiempo del desempleo juvenil
El mundo, dicen, está "sentado sobre una bomba de tiempo, social y económica". El mundo está plagado de desempleo juvenil.
Los números son duros. En algunos países del mundo árabe hasta el 90% de los jóvenes en edades comprendidas entre los 16 y 24 años está desempleado. En EEUU el desempleo juvenil llega a 23%, en España al casi 50% y en el Reino Unido al 22%.
En todo el mundo hay 200 millones de desempleados. 75 millones tienen edades entre los 16 y 24 años, y cada año cerca de 40 millones de jóvenes están listos para entrar al mercado laboral.
Los líderes empresariales reunidos en el Foro Económico Mundial (enero 2012) saben que las cifras son importantes: los jóvenes que estuvieron desempleados por mucho tiempo ganaran menos dinero durante toda su vida.
Tendrán menos probabilidades de ser empleados. No tendrán las habilidades que las empresas necesitan. Es más probable que tengan problemas de salud a largo plazo. Y la situación puede degenerar en descontento social.
Hay un término para eso: la generación perdida. O como dice un profesor de una escuela de negocios "El desempleo es una porquería. El desempleo juvenil es peor aún. Los jóvenes perdieron la línea de visión hacia el futuro".
Cifras duras
•200 millones de desempleados a nivel mundial
•75 millones con edades entre 16 y 24 años.
•90% de los jóvenes en países árabes no tienen trabajo.
•23% desempleo juvenil en EEUU.
•22% en Reino Unido
•50% en España
•Cada año 40 millones de jóvenes ingresan al mercado laboral.
A los jefes les preocupan estas cosas, hasta a los de corazón más frío, porque todo lo mencionado arriba cuesta dinero.
Indirectamente, porque hay un menor demanda para sus productos y servicios; directamente, en costos de entrenamiento y de salud, e impuestos más altos.
Luego tenemos la parte demográfica. En Jordania cerca del 70% de la población tiene menos de 30 años. Si los jóvenes no están preparados para el trabajo, el país se quedará pronto sin talento, dijo un participante.
Para los políticos, la Primavera Árabe es algo que sigue fresca en la mente de la gente. Los levantamientos comenzaron en Túnez cuando Mohamed Bouazizi se inmoló.
"Se mató no porque quería hacer una protesta política. Se mató porque no tenía un empleo", dijo un gerente de fondos de inversión de Pakistán. La falta de oportunidades para los jóvenes fue uno de los catalizadores de la llamada Primavera Árabe.
Los organizadores del Foro Económico Mundial de Davos quieren demostrar que su inmensa red -una combinación única de grandes empresas, gobiernos, activistas sociales y organizaciones no gubernamentales- puede hacer una diferencia.
Se organizó un taller para identificar qué causa el desempleo juvenil y si puede existir alguna solución rápida para atacar el problema, para quienes hablaron era obvio que el problema desafía las soluciones simples.
Claro que todo desempleo tiene una cosa en común: la falta de demanda de trabajadores. Pero cada país, cada región tiene problemas diferentes.
La automatización reemplaza muchos trabajos rutinarios, no sólo en los países desarrollados.
Hay problemas estructurales, por ejemplo cuando es muy burocratizado contratar a alguien.
También puede achacársele alguna culpa al sistema educativo, que falla en darles a los jóvenes las destrezas que se necesitan para trabajos en economías avanzadas.
En Corea del Sur es al contrario. Hay tantos graduados universitarios que el país se está quedando sin gente para llenar trabajos de obreros.
Además están las destrezas vitales o la falta de ellas. Algunos jóvenes no conocen lo básico, desde vincularse con compañeros de trabajo hasta tener las habilidades empresariales fundamentales.
Pero a veces una mejor educación podría aportar una solución: en China, muchos repartidores de correspondencia sólo pueden leer chino, lo que les impide trabajar en compañías logísticas internacionales que distribuyen correos y paquetería llegada del mundo entero.
También hay problemas culturales. Algunos países gradúan grandes cantidades de mujeres en la educación universitaria, sólo para negarles las oportunidades de trabajo, con lo que desperdician sus talentos.
¿Qué hacer?
Es un tema que se presenta una y otra vez: negocios, universidades y escuelas, gobiernos y organizaciones no gubernamentales, no logran comunicarse sobre qué es lo que necesitan y qué es lo que pueden lograr.
"El sector privado podría ser un elemento de cambio", afirmó un participante, un activista de izquierda que trabaja en una campaña educativa.
"Las universidades son simplemente muy lentas", dice un industrial, "Si les digo que necesito graduados con diferentes destrezas, les toma dos o más años cambiar sus cursos. Para ese entonces la tecnología estará cambiando de nuevo".
Pero de todos modos, otro empresario advirtió que "una buena educación ya no te garantiza una buena vida".
Sean del mundo árabe, de América del Norte o de América Latina o Asia, muchos ejecutivos lamentaron la falta de impulso empresarial y de destrezas básicas de negocios y la necesidad de una cultura donde el fracaso no sea celebrado.
Un hombre que está a cargo de una empresa con varios cientos de miles de empleados en todo el mundo se quejaba de que "vivimos en un mundo en el que la creación de la riqueza no va paralela a la creación de trabajo. Esa otrora cercana conexión está rota".
Mientras algunos sugieren la creación de grandes programas, con una inversión de US$ 50.000 millones en los próximos diez años para adiestrar gente en todo el mundo, otros proponen pasos más pequeños con mayor garantía de éxito.
Un par de "metáforas" para el final del Apartado (el que quiera entender que entienda)
– Estudio sobre los motines británicos encuentra "500.000 familias olvidadas" (BBCMundo – 28/3/12)
Los cinco días de disturbios en Londres y otras ciudades británicas en agosto de 2011 tuvieron sus raíces, entre otros factores, en la pobreza, la desmotivación, la falta de oportunidades y la ausencia de un entorno familiar sano.
Así lo constató el Panel de Comunidades y Víctimas de los Disturbios, un grupo de expertos establecido tras las revueltas de agosto del año pasado para investigar sus causas, que además lanzó una advertencia sobre la mala influencia de la publicidad excesiva sobre los jóvenes.
Según el informe del Panel, que se publica este miércoles pero fue filtrado por la prensa el martes, 500.000 familias permanecen en el desamparo y el olvido del sistema social del Reino Unido.
La falta de cuidado de los padres, la incapacidad del sistema judicial para evitar la reincidencia y la escasa confianza en la policía son algunas de las causas que se señalan para explicar el estallido de violencia que extendió el caos por las calles británicas durante unos días.
En las revueltas hubo un total de cinco víctimas mortales y se cree que hasta 15.000 personas participaron en las protestas.
La muerte de Mark Duggan
La mecha que prendió la violencia fue la muerte de Mark Duggan en el barrio londinense de Tottenham el 4 de agosto de 2011 por un disparo de la policía, que intentaba arrestarlo.
En un primer informe, el Panel señaló que las primeras revueltas surgieron por el manejo que hizo la policía de la muerte de Duggan.
Ahora, los investigadores van más allá y apuntan a causas profundas para explicar la crisis: "Las familias no reciben el apoyo que necesitan".
El portavoz y presidente del panel, Darra Singh, subrayó que "tenemos que involucrar a todo el mundo en la sociedad. Hay gente que se está agolpando en el fondo, personas incapaces de cambiar sus vidas".
"Cuando la gente siente que no tiene un motivo para mantenerse al margen de líos, las consecuencias para las comunidades pueden ser devastadoras".
"Las causas de los disturbios fueron complejas y no hay una cosa única que pueda evitar que ocurran de nuevo".
Medidas disuasorias
Los investigadores que forman el Panel realizaron entrevistas en distintas comunidades británicas afectadas por el desempleo y la criminalidad juvenil. Gran parte de los entrevistados achacan las revueltas a los malos cuidados de los padres.
"Hay jóvenes en las calles de Salford, Manchester, Birmingham y más allá que les dirán que el desempleo es una trampa de la que no pueden escapar".
"Sin embargo, hay gente en esos barrios que insisten en que esos mismos jóvenes no hacen lo suficiente para ayudarse a sí mismos", sostiene el periodista de la BBC, Chris Buckler, en una observación que muestra la complejidad de esta cuestión.
En un intento por prevenir futuros conflictos, desde el Panel se hace un llamado al sistema de justicia penal para que no sólo se castigue a aquellos que cometan un delito sino para que se combata la reincidencia.
Chris Buckler explica que el dueño de una tienda de Manchester que fue seriamente dañada durante las revueltas apuntó a los antecedentes criminales de muchos de los jóvenes detenidos en los disturbios.
"El crimen es su empleo", le dijo al periodista.
Supervisión de las escuelas
El Panel recomienda que las escuelas que fracasen en el intento de mejorar las tasas de alfabetización de los alumnos de acuerdo a los estándares mínimos paguen una penalización.
Los centros educativos tienen que demostrar cómo están construyendo la personalidad de los alumnos y ser capaces de ofrecer consejo profesional o académico a cada niño y adolescente.
David Lamy, parlamentario del Partido Laborista en Tottenham, dijo que le parecía un poco injusto ese enfoque sobre las escuelas pero aclaró que prefiere esperar a ver el informe completo.
"Por supuesto que hay temas en nuestras escuelas, pero es fácil, cuando las cosas van mal, señalar a una institución grande y decir que las escuelas deberían hacer más".
"Yo pondría más énfasis en la vida de familia, en los padres y la comunidad", manifestó.
Presión de la publicidad y las marcas
Recomendaciones del Panel
•Las autoridades locales deberían seguir con atención a aquellos jóvenes que, a partir de los 11 años, estén en riesgo de estar desempleados
•El gobierno debe nombrar a un "mediador independiente" que modere un diálogo entre las grandes marcas y el gobierno sobre cómo proteger a los menores de una publicidad excesiva
•Los jóvenes delincuentes deben tener un mentor cuando terminen sus sentencias de cárcel
•Los servicios policiales deberían hacer más para desmitificar algunas cuestiones que afectan a la imagen que la gente tiene de la integridad de las autoridades, especialmente en temas como la muerte de hombres negros bajo custodia policial
•Los servicios policiales deben revisar sus procedimientos de denuncia
•También le exige al gobierno tener un papel más importante y "ofrecer una garantía de trabajo para todos los jóvenes que han estado desempleados durante dos o más años"
La pobreza y el desempleo no sorprenden a nadie como causas para explicar el descontento social. Un elemento sorprendente de esta investigación, es la responsabilidad que se atribuye a las marcas y la publicidad como factores desencadenantes de inestabilidad.
Así, el 85% de los encuestados por el Panel opinó que "la publicidad presiona a los jóvenes para que compren los últimos productos". Esto explicaría, en parte, las imágenes de jóvenes saqueando tiendas durante los disturbios y llevándose pantallas planas de televisión o lo último en tecnología.
En este sentido, el director de políticas de Children"s Society, Enver Solomon, dijo: "Sabemos por nuestro trabajo que hay una relación significativa entre la privación material de un niño y su satisfacción general con la vida".
Críticas por la filtración
Singh lamentó la publicación adelantada de los resultados del grupo y aseguró que esto impidió una perfecta conclusión de sus trabajos.
Además, en su opinión, se ha hecho un daño a todas las personas que fueron entrevistadas para hacer el estudio, puesto que merecían una amplia audiencia que ahora se verá alterada por la filtración mediática.
"Nuestra atribución era darle voz a las comunidades y las víctimas de los disturbios de agosto. Esta filtración afectó nuestra capacidad de asegurar que reciban la audiencia más amplia posible", aseguró.
– Almunia: "Esperar un trabajo fijo es bonito pero ya no es realizable" (Expansión – 27/3/12)
El comisario europeo de Competencia, el español Joaquín Almunia, considera que esperar obtener un trabajo fijo para toda la vida es algo "bonito de decir", pero ya no es "realizable", debido a todos los cambios que se han producido y que, según él, se seguirán produciendo en este siglo.
En una entrevista para el programa "Ballarò" de la cadena pública italiana Rai Tre que se emite hoy, Almunia apuesta por ser realistas y decir las cosas tal y como están, así como por ofrecer a los trabajadores la capacidad de mejorar su formación.
"En el siglo XXI, con todos los cambios que se han producido y que seguirán produciéndose, pensar que un puesto de trabajo puede ser para siempre es bonito de decir, pero ya no es realizable. Es, sobre todo, una forma no realista de afrontar el futuro", asegura el comisario europeo, en un adelanto que ofrecen los medios italianos.
"Hay que ser valientes y decir las cosas como están, ofreciendo al mismo tiempo a cada persona los instrumentos necesarios para mejorar sus cualificaciones, sus propios recursos y capacidades", agrega…
Almunia considera que un trabajo "mediocre" no es lo mejor, por lo que hay que intentar conseguir uno que "no dé solo un buen salario, sino también oportunidades para desarrollar las capacidades de cada uno, para llegar a una mayor socialización, para poner en evidencia las capacidades personales".
"Pero, conociendo el gran problema del desempleo y viendo la situación de los desempleados en Europa, la condición de los jóvenes en algunos países, creo que sea mejor una fórmula como la alemana, que ofrece trabajos quizá no ideales pero al menos una retribución segura", afirma el comisario europeo.
Según Almunia, no todos los países de la Unión Europea están afrontando los ajustes que se requieren ante la crisis económica y financiera con el mismo nivel de solidaridad.
"Cuando se trata de distribuir los esfuerzos, los sacrificios, de tomar decisiones que afectan a los ingresos, a los impuestos, y de adecuar el gasto público, se abren grandes problemas políticos", sostiene el comisario europeo.
"Hay países en Europa que están afrontando la crisis de manera más solidaria, mientras otros países y gobiernos tienen distintas prioridades. Los desafíos son comunes, pero cuando se trata de distribuir los bienes, los esfuerzos y de establecer las prioridades, el aspecto político tiene una gran importancia", concluye.
"Snippet" de verano (julio europeo)
¿Qué son los "snippets"? Snippets viene snip (inglés) y significa pequeño fragmento (extraído de algo)
Es un término del idioma inglés utilizado en programación para referirse a pequeñas partes reusables de código fuente, código binario o texto. Comúnmente son definidas como unidades o métodos funcionales que se pueden integrar fácilmente en módulos mucho más grandes, aportando funcionalidad. También se utiliza la palabra para referirse a la práctica de minimizar el uso de código repetido que es común en muchas funciones, por medio del uso de un solo método que pueda ser reutilizado.
En otros casos, he realizado mi comentario final en forma de "blog", así que esta vez (para aquellos lectores "adictos" a las nuevas técnicas de comunicación) voy a probar un formato diferente: "Snippet" – Dato o comentario – Desarrollo breve – Pregunta abierta al final (para el que quiera contestarla).
En un Paper anterior: La pandemia de las abuelas, publicado el 21/4/04, escribí:
(Pandemia: enfermedad endémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región).
El neo-capitalismo de mercado ha logrado -entre otras maravillas- "conchabar" a las abuelas (y hasta a algún abuelo) para cerrar la ecuación de dependencia laboral familiar. En vez de dos trabajadores por el precio de uno (más adelante lo explicaré), ya pueden contabilizar tres, cuatro (cuando no, cinco o seis) por el precio de uno (y ni siquiera a ese uno le pagan bien). Joder, ¡eso sí que es "crear" valor!
Bueno valor, valor,…lo que se dice valor, es el que tienen las abuelas para "criar" a sus nietos, mientras los padres están en el "bosque" animado que le "ofrecen" los fundamentalistas del mercado.
La historia (y la histeria), merece su "racconto". Aunque más valdría llamarlo "recuento"…de víctimas, por supuesto.
Todo comenzó con el "feminismo"… (seguro que con esto, ya perdí a las lectoras). Pero, por favor, tengan paciencia y lean un poquito más…Luego ustedes deciden. Total…con un click, me mandan al carajo, y sin dolor. Sólo unos renglones más, antes de dar o quitar razones.
La "verdad" neoliberal absoluta, incontrastable, definitiva e irreversible, necesitaba que las mujeres "tomaran" el mando.
Nada es casual, nada es gratuito, nada es espontáneo (como verán más adelante, si estoy en lo correcto).
Las mujeres "debían" incorporarse al mercado de trabajo. Las mujeres debían dejar el hogar (las tareas del hogar, digamos) para "realizarse", para "encontrarse" a sí mismas, para "ser" personas…
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