Tiempos modernos (realidades cercanas de un capitalismo sin control) – Parte I (página 8)
Enviado por Ricardo Lomoro
El informe de la investigación del Comité Asesor de Nuevas Cuestiones de Reglamentación (CFTC-SEC) incluye, además de curiosidades, algunas pistas para entender qué pasó aquel "jueves negro". El examen de los acontecimientos se encuentra todavía en una fase inicial y la investigación sigue su curso, pero en cualquier caso, y pese a ser preliminar, llama la atención que el comité de reglamentación pasara de puntillas sobre un hecho cuanto menos sorprendente.
"Y es que en el Top Ten de los valores que más volumen de operaciones registraron durante las 2 y las 3 hora estadounidense del crash, se encuentra Apple, con un volumen de más de 7,5 millones de títulos, 1.800 millones de dólares, seguido de compañías como Accenture o Philip Morris. En toda la sesión, la compraventa de títulos de Apple, que rozó los 46 millones de acciones, se situó en 112.000 millones de dólares"… Apple centra las sospechas del "crash relámpago" del pasado 6 de mayo (El Confidencial – 9/6/10)
Para entender lo que esto significa, hay que reflexionar sobre la capitalización de mercado. Apple es un tiburón en medio de numerosos peces. De hecho, el Nasdaq lo incluye como uno de los dos únicos miembros del CAP-mega (la otra compañía es Microsoft). Tiene, además, la segunda mayor capitalización de mercado de los valores cotizados, por detrás de Exxon Mobile, del que no le separa demasiada distancia.
La importancia de la capitalización de mercado es tal, que es la base para la mayoría de los índices de mercado. Las que cuentan con una mayor capitalización son más estables y tienen mayor peso. En este sentido, Apple es el mayor valor del índice Nasdaq, con un peso del 19%, y la segunda mayor del Standard & Poor"s.
Con todo, lo que precipitó la caída todavía no se conoce en profundidad, aunque una de las ideas destacadas del informe es la cobertura agresiva. También destaca el papel desempeñado por los proveedores de liquidez, los operadores de alta frecuencia y los interruptores de circuito.
Los mercados financieros experimentaron un descenso tan rápido como intenso. Las pérdidas, aunque en menor medida, se podían predecir por culpa de la deuda europea. Pero el desplome en cuestión de minutos sugirió algo más: un fallo en el suministro de liquidez en los mercados. José I. Bescós señala que la causa del pánico se debió a un efecto en las acciones individuales de los ETF"s sobre índices y el uso generalizado de órdenes automáticas de limitación de pérdida.
En cualquier caso, las acciones de Apple se desplomaron un 23%, lo que afectó notablemente a la caída del 4,3% del Nasdaq. Si un inversor precipitó la caída de los mercados, está claro que Apple fue el vehículo. La SEC está investigando las causas de tal desplome y si se debió a la confluencia de la actividad económica, las fuerzas del mercado y la funcionalidad de la negociación o a una manipulación del mercado.
Wanted (II): Los operadores de alta frecuencia (¿para quién trabajan o son autónomos?)
"En las últimas semanas la alta volatilidad ha caracterizado el comportamiento de los mercados mundiales. Medios e inversores se preguntan de quién es la culpa y quién gana en una situación como esta. Muchos analistas señalan a los high-frequency traders -operadores de alta frecuencia-, que utilizan programas de software con estrategias cuantitativas para operar en bolsa. Ellos se defienden diciendo que hacen más justo el mercado. En cualquier caso, están para quedarse"… "High-frequency traders", ¿culpables de la volatilidad de los mercados? (El Confidencial – 14/6/10)
El trading automático (HFT), también llamado black box trading utiliza programas informáticos y complejos algoritmos con estrategias cuantitativas que, siguiendo pautas predeterminadas, se disparan e ingresan en el mercado como órdenes de compra o de venta con un fuerte volumen.
Hasta 2009, los que aplicaban el HFT -que nacieron en 2000- habían permanecido en la sombra, pero el año pasado centraron la atención de medios y analistas después de que uno de los empleados de Goldman Sachs, que obtiene el 25% de sus ganancias a través de este tipo de operaciones, fuera atrapado robando los códigos de la firma.
Poco después del escándalo de Sergey Aleynikov, técnico de Goldman Sachs, un articulista de The Time escribía que "el trading de alta frecuencia es la última moda en Wall Street". De hecho, mientras que en 2006 sólo el 30% de las transacciones en EEUU se hacían a través de este tipo de programas, el año pasado eran ya el 70%. Las firmas de HFT controlan el mercado y si deciden apagar los ordenadores en un día de problemas, su decisión afectará con fuerza a la bolsa, como sucedió el pasado 6 de mayo en Wall Street.
En las últimas semanas y tras dispararse la volatilidad de los mercados el pasado 20 de mayo, los medios estadounidenses han publicado numerosos artículos sobre este tipo de operaciones.
"Los high-frequency traders se benefician de la volatilidad, porque cuando hay escasez de liquidez, resulta muy rentable proporcionarla", dice Manoj Narang, fundador y consejero delegado de Traderwrox, firma de hedge funds y HFT. Narang, de 41 años, explica a la revista Newsweek que "en los días de mucho movimiento, hacemos mucho dinero".
El índice de volatilidad del S&P 500, el VIX -Chicago Borrad Options Exchange Volatility Index-, también conocido como índice del miedo, se disparó en mayo tras haber permanecido estable y con una tendencia descendente durante 2009.
El VIX comenzó el año en los 20 puntos y el 20 de mayo se incrementó hasta superar los 45, su máximo nivel desde marzo de 2009. Esta semana, aunque se ha moderado hasta los 35 puntos, ha marcado máximos de mayo de 2009.
Según la revista Newsweek, en Washington muchos piensan que con la actuación de los HFT, considerados los nuevos villanos de los mercados, se están sembrando las semillas de la próxima crisis financiera. Pero ellos se defienden y argumentan que su actividad hace más funcionales a los mercados y también más justos para el inversor medio.
Richard Gorelick, cofundador de RGM Advisors, firma que opera mediante HFT, declaró a la prensa estadounidense tras el "crash relámpago" de mayo que "no son una masa sin regular", sino que "todos hemos creado las firmas conforme a la regulación, una normativa que proporciona más competitividad, más transparencia y más justicia".
Narang, que se ha convertido en la cara visible del speed-trading, para defender su trabajo se reunió hace un par de meses con los responsables del regulador estadounidense, la SEC, para explicarles cómo funcionan y qué hacen. De momento y, pese a las especulaciones, no hay previsto que se emprendan investigaciones o acciones contra las empresas que se utilizan el HFT.
La práctica del HFT es cada vez más común y se está expandiendo a otras regiones como Europa. Como dice Narang, están aquí para quedarse.
Forgotten: El gran culpable es el sistema de especulación (y eso no lo van a cambiar)
En los días previos al crash relámpago del 6 de mayo, algunos veteranos del mercado bursátil empezaron a escuchar rumores perturbadores.
Philip Vasan, jefe de la unidad de corretaje de Credit Suisse que trabaja para fondos de cobertura, se enteró que gestores de fondos estaban reduciendo el nivel de transacciones porque las acciones se estaban comportando de forma extraña.
Cuando el terremoto se produjo en la tarde del 6 de mayo, el Promedio Industrial Dow Jones sufrió su caída más rápida y pronunciada de la historia, y cientos de acciones perdieron casi todo su valor. Tantas cosas salieron mal, tan rápido, que los reguladores aún no han logrado reconstruir exactamente lo que pasó.
"Un análisis pormenorizado del torbellino que se desató en el mercado revela algunos detalles nuevos sobre lo que sucedió: datos de los precios de las acciones del brazo de corretaje electrónico de la Bolsa de Nueva York, Arca, fueron tan lentos que por lo menos otras tres bolsas simplemente la ignoraron al hacer transacciones. La información sobre los precios se volvió tan errática que en un momento las acciones de Apple Inc. se cotizaban a casi US$ 100.000 cada una. Y los modelos de corretaje computarizados usados por muchos grandes inversionistas, aparentemente respondiendo a las mismas señales del mercado, empezaron a huir al mismo tiempo.
Tres meses después, muchos veteranos del mercado llegaron a una conclusión inquietante: un crash relámpago podría producirse otra vez porque el actual mercado bursátil operado por computadoras es mucho más frágil de lo que muchos creían. Muchos inversionistas, aún temerosos, han estado retirando el dinero de las acciones"… La lección del "crash" relámpago de mayo: podría pasar otra vez (The Wall Street Journal – 13/8/10)
A las 9:30 de la mañana, el Dow abre en 10.862,22 puntos.
El corretaje al inicio de la jornada era relativamente tranquilo. Todd Sandoz, codirector de valores en el continente americano de Credit Suisse en Nueva York, se mantuvo al tanto mientras los clientes reducían el riesgo en sus portafolios, por ejemplo, con apuestas a una caída del Standard & Poor's 500. Esa clase de operaciones pueden alterar el mercado. Los corredores del otro lado de las operaciones suelen proteger sus propias posiciones al vender las acciones contenidas en el índice.
El mercado era especialmente vulnerable debido a la reducción de transacciones identificada por su colega Vasan. Los fondos de cobertura que se habían retirado por algunos días suelen operar con tanta intensidad que son una fuente clave de liquidez en el mercado.
Alrededor de las dos de la tarde, el euro cayó de forma pronunciada debido a los problemas en Grecia. Esa caída causó preocupaciones y operadores en Wall Street, muchos basados en modelos computarizados, empezaron a vender al descubierto futuros del S&P 500.
Descontrol total
La liquidez, la capacidad de comprar o vender con facilidad, se acababa. Las computadoras comenzaron a verse afectadas por los pedidos y a desacelerarse en fracciones de un segundo. Se volvió difícil para las bolsas y los inversionistas llevar la cuenta de los precios.
En la tarde del 6 de mayo, era difícil para los corredores confiar en la información que recibían, y los compradores y vendedores no podían encontrarse fácilmente. Algunos empezaron a notar que Arca, que maneja 12% del volumen bursátil en EEUU, estaba registrando retrasos de dos segundos para confirmar una orden, una eternidad en los mercados de hoy.
Las operaciones con títulos de Apple se volvieron especialmente volátiles. A las 2:40, sus acciones comenzaron a caer marcadamente, y perdieron 16% en seis minutos. Ya que Apple es un componente de varios índices, la debilidad en la acción pesó en el mercado en general.
Preocupados por el impacto del retraso en los pedidos enviados a través de Arca, otras bolsas simplemente decidieron saltársela.
A las 2:40, el Dow cae 415 puntos.
Las firmas de corretaje de alta frecuencia, que representan alrededor de 65% del volumen bursátil de EEUU, tenían sus propios problemas. Sus estrategias a menudo involucran comprar y vender acciones en microsegundos, o un millonésimo de segundo. La caída del mercado, junto con discrepancias en los datos de las bolsas, afectó sus sistemas computarizados de corretaje. Muchas de estas firmas simplemente decidieron detener las operaciones.
Otra razón que ahuyentó a los corredores del mercado fue la discrepancia entre el precio ofrecido para comprar ciertas acciones (más alto) y el precio de venta (más bajo).
Las acciones comenzaron a colapsar en todos lados. A las 2:47, el Dow alcanzó su punto más bajo, al descender 998,50 puntos.
Rumores de que un corredor en Citigroup había añadido por error varios ceros a una orden convirtiendo millones en miles de millones empezaron a circular. Citigroup y reguladores determinaron posteriormente que tal transacción nunca ocurrió. Pero en su momento, el rumor ayudó a estabilizar el mercado ya que muchos asumieron que el colapso se debió a un error y no a una noticia terrible, con lo que decidieron lanzarse de nuevo al mercado. Cuando se reinició el corretaje en los mercados de futuros, los compradores se volcaron en masa y los precios comenzaron a repuntar. En un minuto, el Dow recuperó 300 puntos.
El 6 de mayo expuso debilidades en los mercados estadounidenses que no se habían visto antes. El desafío para reguladores y operadores de bolsas es encontrar formas de proteger a los inversionistas en un mercado más definido que nunca por el corretaje de alta velocidad.
Lo anticipado Señores: al final, "la culpa fue del empedrado" (el algoritmo despistado)
"Los reguladores federales a cargo de la investigación de las causas del desplome repentino sufrido por los mercados de acciones de Estados Unidos el 6 de mayo llegaron a la conclusión que el uso de un sistema de negociación computarizado por parte de un importante agente de bolsa para vender contratos a futuro condujo a ventas rápidas y súbitas que a su vez detonaron ventas generalizadas adicionales en un mercado inestable"… Un algoritmo causó el crash bursátil del 6 de mayo (The Wall Street Journal – 1/10/10)
Según el informe conjunto elaborado por personal de la Comisión de Bolsa y Valores y la Comisión de Negociaciones de Futuros de Bienes Básicos, el agente decidió escoger un algoritmo para negociar el contrato de futuros electrónicos "mini". Este tipo de contrato imita las negociaciones en el índice S&P 500. El programa de computación ejecutó la transacción "extremadamente rápido, en apenas 20 minutos", según el informe. La investigación mostró que estas operaciones fueron inicialmente absorbidas por agentes que realizan transacciones de alta frecuencia y por otros en el mercado, pero que la liquidez se agotó rápidamente para el contrato y en otras partes.
The Wall Street Journal y otras organizaciones de noticias han identificado al agente como la firma Waddell & Reed. El informe sólo lo identificó como un importante agente. Waddell ha indicado que no tuvo la intención de causar interrupciones en el mercado.
No Comment: La hemeroteca resulta fatal para los políticos (ustedes tomen nota)
– Una sola orden desencadenó el desplome masivo de Wall Street del 6 de mayo (Negocios.com – 1/10/10) Lectura recomendada
El derrumbe masivo de casi 1.000 puntos que sufrió en unos minutos Wall Street el pasado 6 de mayo fue provocado por una sola orden de venta, concluyó hoy la Comisión de Valores de EE UU tras cinco meses de investigaciones.
Según el amplio informe dado a conocer hoy, fue una sola operación de venta de 4.100 millones de dólares en contratos de futuros la que sembró el caos, para desconcierto de operadores y de las autoridades reguladoras.
El pasado seis de mayo, entre las 14.30 y las 15.00 horas, el Dow Jones sufrió un desplome de una magnitud e intensidad desconocida, que hizo saltar todas las alarmas y desató todo tipo de especulaciones.
Ese día, el temor ante la crisis griega y la incertidumbre por las elecciones británicas, entre otros factores, habían instalado desde primera hora una corriente bajista en Wall Street, que perdía a media mañana unos 160 puntos.
Pero a falta de una hora y media para el cierre, la operativa de los mercados entró en una espiral de descensos y en cuestión de minutos, el Dow Jones de Industriales se hundió, en caída libre, 990 puntos.
Si bien el desplome se moderó al cierre de la sesión, con 348 puntos, la montaña rusa en la que se vio inmersa la bolsa hizo saltar todas las alarmas ante la evidencia de que en una situación de pánico no funcionan las medidas de control establecidas por los mercados.
En un principio surgió la teoría de que el desplome fue originado por el dedo torpe de un operador que, queriendo dar una orden de venta de "millones" de dólares, marcó en su lugar "billones".
Otras teorías apuntaron a que fue una orden masiva de venta de acciones del grupo Procter & Gamble la que, unida al pesimismo que se vivía ese día por la crisis griega y la incertidumbre por las elecciones británicas, entre otros factores, provocó el desplome.
Pero ahora, tras cinco meses de estudio de los 17 millones de operaciones que se ejecutaron en ese intervalo, la SEC y la Comisión del Mercado de Futuros han sido capaces de reconstruir la secuencia de eventos que llevó al derrumbe de la bolsa.
El informe deja claro que la caída no fue provocada por una manipulación intencionada del mercado, sino por la propia acción de una gestora de fondos de inversión que trató de proteger sus inversiones de una manera agresiva y abrupta, en un entorno muy volátil por la crisis griega.
Detrás de esta orden se encontraba una firma de Kansas, Waddell & Reed Financial, que ordenó la venta de 75.000 contratos de futuros referenciados al índice Standard & Poor"s 500, usando algoritmos computarizados.
Una orden de este tipo podría extenderse durante varias horas, pero la firma lo hizo solo en 20 minutos, dado que el algoritmo fue programado para ejecutar la venta "sin importar la hora o el precio" de los contratos.
Esta orden generó una enorme presión en el mercado de futuros, que se acabó trasladando al mercado al contado de Wall Street, que se desplomó.
Aquel incidente puso en evidencia la necesidad de tomar medidas que eviten que se repita en el futuro. En este sentido, la responsable de la SEC, Mary Schapiro, constituyó un comité con otros reguladores, donde surgió la idea de establecer "cortocircuitos" o parones en la contratación cuando se produce una caída pronunciada.
Hoy (1/10/10) en un comunicado, Schapiro reconoció que gracias a lo ocurrido el seis de mayo, se pudieron tomar medidas que hacen que la operativa bursátil sea ahora más segura.
Como en el caso de Jérôme Kerviel, el ex corredor bursátil de Société Générale (condenado a tres años de cárcel y a pagar al banco en el que trabajaba el equivalente a US$ 6.750 millones por pérdidas ocasionadas con apuestas riesgosas en los mercados), el "flash crash" de mayo en Wall Street fue culpa de un "fondo robot" de futuros (WSJ ha identificado al agente como la firma Waddell & Reed). ¿Ustedes se lo creen? Yo, tampoco.
"El uso de un sistema de negociación computarizado por parte de un importante agente de bolsa para vender contratos a futuro condujo a ventas rápidas y súbitas que a su vez detonaron ventas generalizadas adicionales en un mercado inestable" (sic Comisión de Valores de EEUU). Glup.
"El agente decidió escoger un algoritmo para negociar el contrato de futuros electrónicos "mini". Este tipo de contrato imita las negociaciones en el índice S&P 500. El programa de computación ejecutó la transacción "extremadamente rápido, en apenas 20 minutos" (sic Comisión de Valores de EEUU). Glup. glup.
"La investigación mostró que estas operaciones fueron inicialmente absorbidas por agentes que realizan transacciones de alta frecuencia y por otros en el mercado, pero que la liquidez se agotó rápidamente para el contrato y en otras partes" (sic Comisión de Valores de EEUU). Triple glup.
¿Un error tipográfico? ¿Algoritmos traviesos? ¿Sistemas especulativos de alta velocidad? ¿Niñatos que juegan al Monopoly con el dinero ajeno? Tal vez, de todo un poco. Pero, tranquilos, Mary Schapiro está al mando. Y mañana vendrá Godot. ¿Ustedes se lo creen? Yo, tampoco.
El día del ahorrador arruinado
Por eso y otras muchas atrocidades, propongo la constitución del Día del Ahorrador Arruinado, una excusa justificada para quedar con un colega o familiar afectado para comentar cuánto perdiste en esa inversión que era segura, que daba una rentabilidad mágica del 7%, muy por encima de mercado. Para que te cuente con un gin tonic en mano cómo le va la reclamación judicial, cómo te fue en el juicio contra el estirado abogado de un bufete de alto standing que representa al banco, que te llamó tonto en tu cara por no haber sabido que la bolsa sube y baja, por no haber leído la letra pequeña del tríptico y por haberte fiado de las promesas del empleado de la sucursal.
Los agentes bursátiles necesitan mentir, está en la esencia de su negocio. Intentan deliberadamente timar a los inversionistas ¿Alguna vez un vendedor les dijo "esta casa que les ofrezco es una ruina", o "este auto de ocasión es una mierda"? ¿En esta cuestión de las inversiones bursátiles fallidas no estaremos ante un caso de "impotencia del destinatario"? Un "Show de Truman" bursátil. ¿Será ese nuestro futuro? Reflexionen sobre el asunto y vacúnense contra los próximos expolios. Habrá más.
Autor:
Ricardo Lomoro
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