Finalmente, evitar la aparición de problemas también supone mejorar la propia competencia de las personas que tienen a los alumnos a su cargo. Si padres y profesores son los mediadores naturales que comparten continuamente los contextos de aprendizaje y desarrollo con los alumnos, nadie mejor que ellos puede lograr que las intervenciones que se realicen se aproximen a sus conocimientos, necesidades e intereses, y lleguen a generalizarse a nuevos contextos. En este sentido una de las finalidades del asesoramiento será la de favorecer esas competencias en la seguridad de que mejorándolas, se estarán optimizando un gran número de situaciones interactivas y por consiguiente multiplicando esfuerzos y recursos.
La misión del asesor que trabaje desde un enfoque constructivista será la de conseguir que el centro educativo desarrolle al máximo sus potencialidades, de ahí el paralelismo que puede establecerse entre el concepto de zona de desarrollo potencial y lo que sería una zona de desarrollo institucional, la distancia teórica existente entre los avances que puede realizar una institución educativa sin ayuda o con ayuda de un asesoramiento eficaz.
Tratando de ahondar en la analogía, las características de un asesoramiento que trabajase en esa zona de desarrollo institucional debería:
Partir de la situación inicial de la institución, es decir de las concepciones del profesorado sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje, de sus prácticas educativas y de su modelo de gestión y organización.
Ayudar al equipo directivo y a los equipos docentes en la toma de decisiones ajustadas a los objetivos perseguidos y a las peculiaridades del centro, en especial en lo referente al cumplimiento de las medidas y soluciones formuladas en los distintos documentos que el centro elabora para regular su actividad, así como en ese proceso de elaboración.
Favorecer la eficacia de las reuniones, la co-responsabilidad de los implicados en el cumplimiento de los acuerdos, el seguimiento de las acciones iniciadas y su puntual y correcta evaluación y revisión.
Facilitar la creación de redes de comunicación entre toda la comunidad educativa y contribuir a su desarrollo y fluidez.
Disponer de criterios para evaluar a los alumnos con dificultades de aprendizaje con el propósito de identificar el tipo e intensidad de las ayudas que necesitan para progresar, así como para analizar, conjuntamente con los docentes, las condiciones que favorecen la permanencia de las dificultades y las que permiten superarlas.
Ayudar a los docentes a realizar un análisis y reflexión compartida de sus prácticas cotidianas con el fin de favorecer la significatividad de los aprendizajes del alumnado, así como de potenciar su propia autonomía profesional en la toma de decisiones con respecto a las posibles dificultades de sus alumnos. Este apartado es especialmente relevante porque, en la medida en que los profesores y la escuela cuenten con mayores recursos y autonomía, el asesor podrá dedicar una mayor parte de su tiempo a tareas preventivas.
La escuela mantiene relaciones de interdependencia con otros sistemas de naturaleza educativa, terapéutica, laboral, política o social; ello obliga al asesor, en ocasiones, a colaborar con profesionales de otros sistemas para tratar de llegar de llegar a consensuar marcos de cooperación que benefician a ambas partes.
Por último, el asesor constructivista rechaza las relaciones de dependencia profesional que favorecen otros enfoques y que contribuyen a crear un sentimiento de indefensión entre los profesores ante los problemas que puedan producirse. Uno de los objetivos preferenciales consiste en lograr una mayor autonomía de la comunidad escolar a la que presta sus servicios.
2- El proceso de orientación e intervención psicoeducativa (OIP): Dimensiones para el análisis de contextos de asesoramiento.
El proceso de orientación e intervención psicoeducativa (OIP) debe contemplar las relaciones que se establecen entre los distintos sistemas que interactúan en el seno del escenario educativo. La interacción entre esos sistemas, cada uno con su propio discurso o texto, da lugar a distintos contextos que en algunos casos resultan conflictivos o problemáticos para la institución, para los profesores, para los alumnos y/o para las familias.
Estos contextos son el objeto primordial de la OIP y se caracterizan por la presencia de un conjunto de factores que el asesor debe conocer y analizar para poder intervenir de forma eficaz.
(Quién actúa) La presencia de unos actores con competencias, conocimientos (conceptuales, procedimentales, actitudinales y estratégicos), objetivos y preferencias comunicativas (o de enseñanza-aprendizaje) distintas.
(Sobre qué se actúa) En base a un conjunto de contenidos de naturaleza conceptual, procedimental y/o actitudinal.
(Para qué se actúa) Partiendo de unas concepciones y finalidades que definen el sentido y el significado que tienen las acciones que se realizan en el escenario.
(De qué modo se actúa) A través de unas modalidades de interacción que establecen las relaciones de simetría, las formas de comunicación y el nivel en que se comparten los significados.
(Dónde y en qué momentos se actúa) Mediante unas actividades organizadas que definen los espacios, tiempos y el tipo de materiales a través de los cuales se producen las acciones.
3- Principales retos de los asesores. Entre los principales desafíos que se plantean a la orientación e intervención psicoeducativa (OIP) en los centros educativos, destacaríamos:
La necesidad de modificar algunas actitudes y concepciones de profesores, padres y alumnos sobre el significado y sentido del asesoramiento. Existen un conjunto de actitudes, resistentes a la extinción, que requerirán la adopción de una serie de medidas discursivas y actuaciones profesionales.
Evitar una suerte de "proselitismo constructivista". Nuestra labor consiste en ayudar a que el centro culmine los objetivos que se ha propuesto, sería un error "echar las culpas" a los profesores porque se resisten al cambio.
Crear formas de dependencia de los profesores por sustitución de algunas de sus funciones, lo que puede llevar a una progresiva desprofesionalización del profesorado.
Asesorar en relación a contenidos específicos. Resulta imprescindible conocer los problemas y dificultades que tienen los estudiantes en relación a las materias fundamentales con el fin de poder ayudarles y de estar en condiciones de consensuar cambios con los profesores del área curricular correspondiente.
Favorecer una serie de competencias básicas que permitan a los alumnos actuar, en un futuro próximo, como ciudadanos de pleno derecho. Seis bloques constituirían, desde nuestro punto de vista, las competencias básicas que deberían potenciar los asesores:
Aprender a aprender.
Aprender a cooperar.
Aprender a comunicarse.
Aprender a empatizar.
Aprender a criticar y;
Aprender a automotivarse.
Capítulo 8
Pubertad y adolescencia
OBJETIVO: Conocer y analizar el desarrollo humano comprendido entre los 11 á 20 años de edad.
PUBERTAD:
DEFINICIÓN.- Etimológicamente deriva del latín PUBERE, que significa cubrir del vello el pubis. La pubertad es el período de cambios tanto biológicos y funcionales y están relacionados sobre todo a la maduración sexual. En otras palabras, físico y biológicamente el niño se está transformando en adulto. Los cambios físicos que ocurren en la pubertad son muy notorios y se dan en un período de aproximadamente 2 años.
CAMBIOS BIOLÓGICOS Y FUNCIONALES.- Evidentemente los cambios que sufre una mujer no son los mismos que experimenta un varón. A continuación veamos los principales cambios que presentan tanto varones y mujeres:
MUJERES:
Maduración y desarrollo del aparato reproductivo;
Crecimiento de los ovarios (6 veces);
Desarrollo de las trompas de Falopio;
Crecimiento y desarrollo del útero y vagina;
Menarquia.- Primera menstruación; Aparición de vellos en el pubis;
Aparición de pelos en las axilas;
Crecimiento de los senos y desarrollo de los pezones;
Crecimiento físico rápido;
Ensanchamiento de las caderas y delineación corporal (estrechamiento de la cintura);
Posible presencia de Acné.
VARONES:
Maduración y desarrollo del aparato reproductivo;
Crecimiento de los testículos;
Desarrollo de los conductos que transportan los espermatozoides del testículo al pene;
Crecimiento del pene; Primeras eyaculaciones.- Poluciones nocturnas;
Aparición de vellos en el pubis; aparición de pelos en las axilas;
Aparición de vello facial y pelos en el pecho;
Crecimiento físico rápido; Ensanchamiento de la espalda y el pecho;
Cambio de voz y presencia de acné.
La edad en que comienzan estos cambios puede variar, en las niñas entre los 8 y 14 años aprox. y en los varones pueden ir de entre los 10 á 15 años. Si se presentan estos cambios muy tempranamente (8-10) puede traer dificultades de ajuste o adaptación especialmente en las niñas más que a los niños. Por otro lado, si estos cambios se presentan tardíamente (14-15) trae más dificultades de adaptación para los niños más que a las niñas.
PERFIL PSICOLÓGICO CONDUCTUAL DEL PÚBER.- Esta etapa intermedia suele ser origen de conflictos personales que en ocasiones perduran hasta la adultez. Es una época en la que se busca la IDENTIDAD. La identidad es entendida como la satisfacción que sentimos sobre los propios atributos físicos, intelectuales y emocionales. La búsqueda de identidad en el púber se debe a tres factores:
Cambios drásticos en la apariencia física;
Las expectativas sociales ¿Cómo me ven los demás?
La aparición del pensamiento formal que le permite meditar y analizar sobre su propia persona.
En las mujeres, las menstruaciones (Menarquia) le pueden ocasionar estados de ansiedad, angustia e incomodidad, aunque en ciertas ocasiones les produce un interés no ansioso.
Los púberes varones y mujeres muestran una especial curiosidad por el sexo, pese a ello temen hablar sobre ello con sus familiares o parientes cercanos. El tema sexual suele producirles vergüenza, ansiedad e inseguridad. Los púberes varones manifiestan interés por el sexo opuesto aunque mayormente se trata de un sentimiento repentino y pasajero. El interés es por el sexo opuesto, hace que el púber presente cuidado en su limpieza, en su vestimenta, es así que busca vestir la mejor ropa, con colores de moda, combinaciones, tipos, etc. Del mismo modo tiene especial cuidado en su apariencia personal ya que suele gustar de los bailes y reuniones sociales por lo tanto tiene que verse atractivo.
En las púberes mujeres también manifiestan interés por el varón pero su comportamiento es más delicada y cuidadosa. Las actividades físicas del púber generalmente sufren algunos desniveles, como resultados de los cambios generales que se suscitan en el aspecto somático, a los más activos les gustan las actividades organizadas y disfrutan de actividades distractivas (salir de paseo, bulbito, etc.)
Los más introvertidos suelen orientar su energía a actividades individuales, sean artísticas, distractivas o académicas. Los púberes son muy sensibles a los sentimientos y emociones y tanto varones y mujeres se sienten interesados por lo que sienten y experimentan sus compañeros de la misma edad. Finalmente, el aumento de la inteligencia se hace más complejo ya que se aprecia un avance en los procesos de razonamiento lógico mediante la inventiva y la originalidad; por otro lado, el púber paulatinamente va adquiriendo conocimientos y conceptos abstractos.
ADOLESCENCIA:
La adolescencia es más que la pubertad, incluye, además de los cambios biológicos y fisiológicos, los cambios psicológicos. Etimológicamente adolescencia significa "Crecer", "Desarrollarse". La adolescencia es el período de reorganización de la personalidad y de las estructuras psíquicas. Es el período en que la sociedad deja de tratar al individuo como niño, pero aún no lo acepta como adulto, es decir con papeles y funciones de adulto.
DESARROLLO INTELECTUAL Y LAS NUEVAS OPERACIONES DEL PENSAMIENTO.-
El adolescente pasa a construir sistemas y "teorías" sobre el mundo y su transformación; algunos escriben diarios, poesías, cuentos, etc. pero normalmente no muestran lo que escriben. El adolescente tiene ya la capacidad de pensar, reflexionar, cambiar de ideas, etc. Con la adolescencia el individuo pasa del pensamiento concreto al pensamiento formal. Si en el período escolar el pensamiento del niño operaba sobre cosas concretas, palpables, ahora es un pensamiento abstracto, que opera sobre conceptos e ideas. En la etapa escolar los problemas sólo eran resueltos en la medida en que el alumno podía manipular objetos; ahora el ya razona en términos abstractos. Según Piaget por ejemplo el niño escolar podía resolver un problema como el siguiente:
ELI, tiene la piel más oscura que Yudy.
ELI, es más clara que flor.
¿Cuál de las 3 tiene la piel más oscura?
RESPUESTA: FLOR.
Obviamente que si las 3 chicas estuvieran frente al niño este fácilmente diría cual es la que tiene la piel más oscura.
DESARROLLO Y REESTRUCTURACIÓN DE LA PERSONALIDAD.-
La nueva capacidad mental del adolescente permite que el mismo reestructure su personalidad y su proyecto de vida, para esto es importante además de su experiencia infantil, las experiencias que en estas etapas se le van a presentar.
Se habla mucho de que la adolescencia es un período crítico en donde se presenta cambios notables en el comportamiento que posiblemente alteren la estabilidad del hogar; por otro lado en este período se presentan las llamadas crisis y ambivalencias personales que pueden sumir al adolescente en estados depresivos ansiosos. Así mismo las exigencias del medio ambiente se hacen cada vez más fuertes para este futuro adulto y los padres solicitan de ellos un comportamiento más alterado y responsable. Finalmente, el despertar a la sexualidad, lo incierto del futuro y los peligros que esta sociedad nos ofrece (drogas, sida) son un carga montón para el adolescente. Sin embargo todas estas situaciones van a permitir que el propio adolescente reestructure su personalidad, el adolescente requiere de bastante apoyo de los adultos, pero será él quien escoja sus valores, comportamientos, actitudes y normas en un sistema personal propio.
Ante todo esto, la labor de los padres, maestros y adultos cercanos es ayudar al adolescente a formarse un "Programa de vida"; este plan de vida constituye una condición indispensable para la reestructuración de la personalidad y a la vez es el que va a disciplinar la voluntad individual y a formar la base de la cooperación.
DESARROLLO SOCIO EMOCIONAL.-
Al igual que en las etapas anteriores los contactos sociales se realizan entre adolescente de la misma edad. Pero si las sociedades infantiles tenían como objetivo el juego colectivo, las sociedades adolescentes son principalmente sociedades de discusión: Los jóvenes salen juntos, se reúnen en casa de uno o de otro y hablan de diversos temas. En su contacto con la sociedad, el adolescente aceptará unas normas y rechazará otras y dentro de ciertas limitaciones y de acuerdo con su estabilidad psicológica podrá elegir sus propios roles sociales, sin embargo el desconocimiento y su inmadurez e irresponsabilidad le pueden llevar a asumir roles para los cuales no está preparado (padre adolescente).
Los adolescentes tanto varones y mujeres empiezan a formar grupos y las reuniones sociales son importantes para ellos, puesto que será motivo y lugar para encontrarse con algunas amigas o en todo caso conocer a otras nuevas amigas. Por otro lado, comienzan a profundizarse los sentimientos del amor y cariño a personas del sexo opuesto y su deseo ya no es de simple amistad sino de una relación de enamoramiento, lo cual permitirá al adolescente experiencias nuevas en este campo. Esta relación de enamoramiento permite que el adolescente conozca sentimientos que antes no tenía y quiérase o no lo preparan para que en el futuro pueda llevar una vida en común.
TRASTORNOS DEL DESARROLLO
INTRODUCCIÓN
Para determinar si una conducta es normal o no, debemos recurrir a normas de edad, normas evolutivas, porque el criterio primordial sobre anormalidad es que la conducta considerada "Desviada" es aquella que persiste más allá de la edad en que es usual. Si vemos por ejemplo que un niño de 2 años se orina en la cama podríamos considerarlo normal debido a su edad y desarrollo evolutivo; pero si un niño de 7 ó 9 años continua orinándose en la cama, esto ya es anormal.
Entonces, una conducta se vuelve anormal cuando resulta inapropiada para la edad y situación del sujeto, cuando se desata con demasiada facilidad y cuando no se trata ya de fenómenos evolutivos pasajeros.
En el presente trabajo se resumen los trastornos más frecuentes que se presentan en niños de la etapa pre-escolar y escolar principalmente. Su contenido no pretende enfocarse directamente al campo de la psicopatología infantil, sino por el contrario pretende ser para el docente un documento que le permita optimizar su labor profesional, en el sentido que posea los conocimientos necesarios para poder identificar ciertas alteraciones y de esta manera en sus manos estará la decisión de buscar la ayuda profesional oportuna y necesaria.
Finalmente, este trabajo es para los docentes y padres de familia una herramienta útil y deben saber que con frecuencia hoy en día se ignora el sufrimiento interno del niño y que los trastornos que hoy estudiamos pueden verse reflejados mañana más tarde en nuestros hijos; deben recordar que entre los más importantes se encuentran los sentimientos de la persona y que si un niño crece en un ambiente de afecto, cariño y comprensión cualquier trastorno por más grave que sea podrá ser superado.
PRINCIPALES TRASTORNOS DEL DESARROLLO
Podemos dividir los trastornos del desarrollo según las etapas evolutivas del niño o en todo caso tomando en cuenta diversas áreas; en este trabajo se optará por la última:
TRASTORNOS DEL LENGUAJE:
A. DISLALIA.- Es una forma de "Lenguaje aniñado", es decir, alteraciones en la pronunciación de las palabras, que adquieren corrientemente un carácter fijo y que recaen sobre una o varias consonantes. Las dislalias se consideran normales en los primeros años del desarrollo del lenguaje.
Niños con dislalias pueden decir por ejemplo "cayo" en vez de "carro"; "ashí" en vez de "así"; "peyito" en vez de "perrito", entre otros. Hay padres que al hablar con sus hijos utilizan también este tipo de lenguaje porque les hace gracia, por tratar de identificarse con el niño o por el deseo inconsciente de mantenerlos pequeños, de esta forma el niño aprenderá a hablar de esta manera y será considerado trastorno si el niño ya mayor de 5 á 9 años continua hablando en forma aniñada. Dependiendo del grado de dificultad su rehabilitación implica ejercicios paulatinos de articulación.
B. TARTAMUDEZ (ESPASMOSFEMIA).- Se llama tartamudeo a la repetición o prolongación de sonidos, sílabas o palabras, o bien dudas no usuales y pausas, que rompen la fluidez rítmica del lenguaje. También se le puede considerar como alteraciones en la articulación de las palabras de manera que el lenguaje es poco fluido. La tartamudez en ocasiones puede ir acompañado de tensiones visibles en la cara o en todo el cuerpo, como parpadeo ocular, temblores de los labios o de la mandíbula, tics o movimientos de cabeza.
Existen dos (2) tipos de tartamudez:
Tartamudez Clónica, que se caracteriza por la repetición de fonemas, especialmente la del primero emitido; y
Tartamudez Tónica, caracterizado por un paro en la emisión de la palabra acompañado de movimientos y de reacciones emocionales.
Es de resaltar que el tartamudeo no suele producirse cuando el niño canta o habla solo o con objetos inanimados y que a veces solo se da con determinadas personas, lo que indicaría que el niño presenta dificultades emocionales con esas personas (de inseguridad, baja autoestima, temores, etc.). La edad de aparición es variada y muchos psicólogos afirman que este problema es netamente emocional debido a la baja autoestima e inseguridad en el niño. Por otro lado, los estados de ansiedad suelen aumentar la tartamudez. Finalmente es un trastorno más frecuente en varones que en mujeres y mientras más edad tiene el niño, más difícil es su rehabilitación.
C. MUTISMO.- Se considera que un niño está afectado de mutismo cuando después de haber adquirido la capacidad de hablar, según corresponde a su edad evolutiva, deja de hacerlo. Debe quedar claro que el mutismo no se debe a insuficiencias orgánicas ligadas a la emisión del habla y suele ser un trastorno que afecta a niños muy tímidos y susceptibles a quienes les gusta aislarse. Aunque es un trastorno raro es frecuente más en mujeres que en varones.
TRASTORNO DEL SUEÑO:
La cantidad de horas que duerme el niño, así como la profundidad de su sueño y su distribución durante las 24 horas del día, depende de las diferentes etapas del desarrollo evolutivo. Psicoanalistas refieren que los sueños son manifestaciones del inconsciente, en tanto que otros psicólogos afirman que son expresiones de nuestras emociones internas.
A. RITUALES Y AUTOMATISMOS.- En niños menores de 6 años suelen tener miedo a la oscuridad y a la soledad, y por tanto puede pedir a la madre que se quede un rato con él, que le cuente historias o que le acaricie antes de acostarse. Estos son los llamados rituales y es normal en niños pequeños.
Algunos niños se succionan el pulgar, hacen ruidos con la lengua, los labios o toman las orejas o mejillas con las manos; estos son considerados automatismos y es normal en niños menores. Estas conductas suelen considerarse anormales cuando se presentan en niños mayores y es una muestra de inmadurez y búsqueda de afecto.
B. PESADILLAS.- Constituye otro frecuente trastorno del sueño, durante la pesadilla el niño se mueve, gime y se despierta. La pesadilla es una forma de expresión de la ansiedad que se concreta en imágenes durante los sueños y que el niño siente como reales. Los niños mayores de 6 años pueden explicar a los padres los terribles sueños que han tenido. Se deja tranquilizar seguidamente, aunque algunas veces tiene miedo volverse a dormir, pues cree que se repetirán los sueños desagradables.
C. TERRORES NOCTURNOS.- En los episodios de terrores nocturnos, el niño, aproximadamente a las tres o cuatro horas de hallarse dormido, comienza a gritar, gesticula y se agita pidiendo auxilio, como si se tratara de apartar de él fantasmas que le atacan. Cuando los padres acuden, le encuentran sentado en la cama o levantado, visiblemente angustiado y con expresión de terror, diciendo cosas que no siempre son comprensibles. Puede no reconocer a las personas que están con él ni suele contestar coherentemente a las preguntas que se le hacen. Sin alcanzar a despertarse totalmente, se va tranquilizando y tiende a quedarse dormido. Al día siguiente no recuerda nada de lo ocurrido.
Este trastorno suele ser la manifestación de un estado ansioso agudo y de un conflicto interno en el niño debido probablemente a situaciones familiares o escolares. Puede presentarse también en estados depresivos; pero en definitiva, el niño, inconscientemente está solicitando ayuda. Las pesadillas son más frecuentes que los terrores nocturnos.
TRASTORNOS DEL CONTROL DE ESFÍNTERES:
Todos los niños carecen de control vesical voluntario durante el primer o segundo año de vida. El control diurno se adquiere antes que el nocturno, es hacia los 3 ó 4 años de vida cuando la mayoría de los niños alcanzan el control de esfínteres en forma total.
A. ENURESIS.- Es la falta de control en la emisión de la orina, con micciones completas que se presentan mayormente durante las noches, aunque suelen presentarse también durante el día. Estas micciones son de forma inconsciente e involuntaria y se mantienen o aparecen en edades en las que el niño ya debe tener control vesical. La enuresis puede ser: Primaria, cuando nunca ha conseguido el control vesical, y secundaria, si después de adquirir un control prolongado, deja de hacerlo.
Las causas pueden ser múltiples y tienen que ser vistas en relación con cada niño, según su personalidad y trastorno afectivo. No obstante en cualquier caso está anunciando, a modo de síntoma, que algo no funciona bien y que el niño necesita ayuda. Por otro lado, se puede decir, que la enuresis es el síntoma, o sea la forma inconsciente, que utiliza el niño para reclamar la atención y mostrar la necesidad de ayuda.
B. ENCOPRESIS.- Es la evacuación intestinal (defecación) parcial o total que se presenta en el niño pasada la edad normal de control. Se considera encopresis cuando no existe algún tipo de afección orgánica. Al igual que la enuresis, la encopresis es más frecuente en los niños que en las niñas. Los encoprésicos padecen en general un tipo de trastorno de personalidad con características comunes a todos ellos. Presentan dificultades en el manejo de la agresión, son muy dependientes y toleran mal las frustraciones. Acostumbran ser ansiosos e indecisos y presentan dificultades de relación con los demás, especialmente con la madre.
MANIFESTACIONES DEL CARÁCTER:
Hay una serie de manifestaciones del carácter que en los niños pueden considerarse normales; sin embargo si se presentan de manera fija o permanente o si se agudizan en forma extrema pueden convertirse en Anormalidades. Estas manifestaciones (anormales) son una llamada de atención, ya que son indicadores de conflictos internos del niño que interfieren en el desarrollo de su personalidad.
A. LA OPOSICIÓN Y EL NEGATIVISMO.- Este trastorno se manifiesta como una oposición a cualquier tipo de autoridad, al margen de los propios intereses del niño. Todo cuanto se le dice lo rechaza, toda regla es violada, lo que puede privarle de efectuar actividades productivas y de vivir momentos agradables.
B. AGRESIVIDAD.- Es una manifestación externa de hostilidad, odio o furor que puede estar dirigida tanto contra sí mismo como contra los demás. Si a esta agresividad van unidos sentimientos de placer o satisfacción podemos presumir futuras perversiones en el niño por lo que urgentemente necesita apoyo terapéutico. Esta agresividad puede manifestarse a través de rabietas, berrinches o pataletas.
C. INHIBICIÓN DEL JUEGO.- Cuando un niño no juega, o no puede jugar, es síntoma de que algo no funciona y de que está reprimiendo sus fantasías porque las considera peligrosas. Hay niños que sólo pueden jugar cuando alguien lleva la iniciativa, mientras a otros sólo les gusta el juego con reglas.
D. TIMIDEZ.- Para que la timidez infantil sea considerada como un trastorno, debe darse una persistente y excesiva disminución de la familiaridad así como conductas de rechazo que interfieren la relación con sus compañeros; Sin embargo, puede existir una relación afectuosa y satisfactoria con los miembros de la familia.
E. FOBIAS.- El niño fóbico tiene temor persistente y anormal a personas, objetos o situaciones que comúnmente no deberían causar terror. Al estar el niño frente al objeto temido siente una gran ansiedad, que puede llegar a estados intensos de angustia e incluso al pánico.
F. CELOS EXCESIVOS.- El nacimiento de un hermano hace que el niño sienta que éste ha venido a quitarle el amor de sus padres; en razón de ello, y a causa de sus celos, puede hacer regresiones como solicitar antiguos cuidados maternos, volver a orinarse en la cama, crear problemas a la hora de irse a dormir, etc.
G. INGRESO A LA ESCUELA.- Para que el niño se adapte a la escuela, dependerá de cómo haya superado las fases anteriores de socialización.
TRASTORNO DE CONDUCTA:
Entre estos comportamientos inadecuados tenemos principalmente el robo y la mentira. Debemos considerar que, aunque estas conductas son inadecuadas no nos van a predecir que en el futuro el niño o niña va a ser un delincuente o va a presentar un trastorno de personalidad; si no que puede ser una conducta pasajera en el niño.
A. EL ROBO.- Durante mucho tiempo se consideró que los robos accidentales de los niños entre los 5 y 10 años era una forma de buscar afecto en los padres, pero la finalidad del robo puede tener variantes: Un niño puede robar a un compañero que odia. A veces, el dinero o los objetos robados a los padres se destinan a los compañeros con la finalidad de ganar amigos. El robo persistente (patológico), va acompañado de otros síntomas que indican una perturbación más profunda; en estos casos, lo que alarma a los padres es la negación del hecho por parte del niño y la aparente ausencia de sentimientos de culpa.
B. LA MENTIRA.- Parece aceptable que el niño de 3 ó 4 años mienta, puesto que sus deseos priman sobre el principio de realidad, esto es la llamada "Mentira inocente", las otras formas de mentira son;
La mentira determinado por la fantasía, en la que el niño por cuestiones de juego, o por llamar la atención, miente.
La mentira delictiva, en donde la falsificación de los hechos tiene una finalidad consciente y lo que la aproxima a las conductas antisociales es el deseo deliberado de obtener beneficios o de escapar del castigo a través de ella (de la mentira).
Capítulo 9
Bases para desarrollar la competencia social en la escuela
Trastornos del comportamiento y problemas de competencia
El hecho de que un alumno tenga un trastorno, ¿es suficiente para considerar que tiene necesidades educativas especiales? Posiblemente, si somos estrictos con el concepto de necesidades educativas, no las tendrá.
Un niño puede tener una fobia específica a los insectos, por ejemplo, y eso le podrá dificultar estudiar algunos temas de ciencias naturales, pero es muy improbable que le impida superar la asignatura. Probablemente no necesitará una adaptación curricular, ni cambios en los métodos de enseñanza, ni será necesario proporcionarle recursos humanos adicionales. La única adaptación probable es que alguien le sugiera que tape con un papel las fotos de insectos que hay en su libro de ciencias, si es que le producen mucho malestar.
Desde nuestro punto de vista, las necesidades educativas especiales están determinadas por la presencia de dificultades de adaptación al contexto escolar concreto, por una insuficiente competencia del alumno para hacer frente a las demandas de ese contexto escolar (curriculum, normas, etc.). Es el concepto de competencia, implícito en el de necesidades educativas especiales, el nexo de unión entre la idea de trastorno en la escuela y la de trastorno en el ámbito clínico.
LA COMPETENCIA SOCIAL
La "competencia social" es una expresión que engloba dimensiones cognitivas y afectivas positivas que se traducen en conductas congruentes valoradas por la comunidad. Estos comportamientos hábiles favorecen la adaptación, la percepción de autoeficacia, la aceptación de los otros y los refuerzos agradables, es decir, el bienestar. De acuerdo con el modelo biopsicosocial vigente se puede afirmar incluso que la competencia social es un indicador social de salud mental.
El concepto que nos ocupa, por otra parte, está muy ligado a la cultura. De esta suerte, la persona que es catalogada de competente socialmente en Occidente, puede recibir una calificación muy distinta en Oriente. Como en tantos otros aspectos, los criterios de evaluación de la competencia social varían considerablemente según la cultura. En relación con este punto, la educación intercultural de nuestros días debe ser sensible a esta especificidad de la competencia social, pues de lo contrario se puede incurrir en graves errores al valorar el comportamiento de niños y adolescentes. El multiculturalismo acelerado que se está operando en las instituciones educativas ha de acompañarse de significativos cambios en los procesos formativos. Es urgente, por ejemplo, que los educadores reciban preparación intercultural que les capacite para comprender y desarrollar la personalidad básica de los educandos con quienes se relacionan. El desconocimiento o la incapacidad para promover la competencia social puede generar problemas de toda índole: fracaso escolar, inadaptación, ansiedad, enfrentamientos, etc.
No es extraño que los autores hablen indistintamente de "competencia social" y de "habilidades sociales". Nosotros mismos no excluimos la posibilidad de manejar ambas expresiones como sinónimas. No obstante, conviene matizar que la primera locución tiene un sentido más abarcador; de hecho, las habilidades sociales pueden incluirse dentro de la competencia social (Trianes, Muñoz y Jiménez.
Algunos componentes de la competencia social son:
Habilidad.- La habilidad es la capacidad y la destreza para realizar algo. En la habilidad hay una vertiente cognitiva y otra conductual. En el ámbito de la psicología clínica, sobre todo de la terapia cognitivo-conductual, cuenta con cierta tradición el concepto de "habilidades sociales" que designa un amplio conjunto de acciones que permiten a las personas iniciar y mantener relaciones saludables con los demás. Aunque hace años se destacaba principalmente la vertiente observable de las habilidades sociales, en la actualidad también se reconoce la importancia de la dimensión cognitiva.
Para que podamos hablar de habilidades sociales es preciso que estas destrezas sean beneficiosas y satisfagan, es decir, han de enmarcarse en un comportamiento aceptado y valorado socialmente que nada tiene que ver con la manipulación engañosa y malsana.
Las habilidades sociales son necesarias para la plena adaptación vital. El entrenamiento en este tipo de destrezas ayuda a superar el aislamiento, la inseguridad, la timidez y las conductas antisociales. En el ámbito educativo cada vez se diseñan más programas de habilidades interhumanas encaminadas a prevenir deficiencias comunicativas y a garantizar las óptimas relaciones con los demás. Se pretende, por ejemplo, que los alumnos sean eficaces al conversar, solicitar información, defender sus derechos, hacer elogios, resolver situaciones, participar en grupos, etc.
Las habilidades sociales se adquieren sobre todo a través del aprendizaje, de ahí que se deba favorecer la observación, la información y la motivación, al igual que la presencia de modelos adecuados. Es positivo animar y reforzar a los educandos por sus progresos, aunque parezcan insignificantes. De igual modo, hay que generar situaciones adecuadas para las relaciones interpersonales según las características de los participantes.
Objetivo.- Es la meta a la que se dirigen las personas en sus interacciones sociales. En el ámbito escolar, los objetivos dirigen las acciones de los alumnos y su amplitud dificulta su clasificación. Es fácil suponer, empero, que muchas de las metas de los escolares tienen que ver con reclamar la atención de compañeros y educadores, el deseo de agradar, la obtención de buenas calificaciones, etc.
Estrategia.- Son los planes de acción que se encaminan a alcanzar los objetivos. Las estrategias son reguladas por el propio sujeto y pueden modificarse a través de la educación; pensemos, por ejemplo, en la ayuda que brinda un niño a un compañero con la intención de iniciar una amistad, en la realización de deberes para aprobar la asignatura, etc. Con el paso del tiempo, las estrategias, siguiendo el curso propio del desarrollo, se tornan más elaboradas y positivas, salvo que haya alguna patología o el alumno carezca de experiencias sociales enriquecedoras.
Situación.- La realidad social condiciona las relaciones de los escolares. Tanto la situación objetiva como la subjetiva influyen en los objetivos y estrategias de los alumnos. La competencia social se adquiere y desarrolla merced a las experiencias positivas que el niño halla en el ámbito familiar, escolar y social. El contacto con sus pares y educadores favorece la adquisición de comportamientos, pues el niño aprende de los modelos que observa, de sus propias acciones y de los refuerzos que obtiene. La importancia de la situación social lleva a resaltar la necesidad de establecer en los centros escolares un clima educativo apropiado, esto es, presidido por la cordialidad, el respeto y la confianza, que permita el establecimiento de relaciones positivas al realizar actividades académicas, deportivas, lúdicas, etc.
La competencia social, erigida sobre la capacidad cognitivo-emocional y relacional del sujeto, explica el desarrollo saludable de la personalidad y la adaptación a distintos ámbitos. Merced a la familia y a la escuela los niños y adolescentes despliegan su competencia para la comunicación y la interacción social. El clima que se promueva en el hogar y en el centro educativo condiciona la estructura relacional del menor, sin que pasemos por alto que la forma definitiva que ésta adopte depende también de factores disposicionales anclados en la personalidad del educando. Con todo, el hecho incontestable de que la competencia social no constituye una realidad estática establecida desde el nacimiento nos lleva a interesarnos por los cauces educativos que permiten su enriquecimiento. Con carácter práctico, resulta conveniente desarrollar en niños y adolescentes un comportamiento prosocial que les permita manejarse satisfactoriamente en las cada vez más complejas relaciones interpersonales. Para Moraleda, el fomento de la competencia social pasa por prestar atención a dos tipos de componentes: 1) el comportamiento positivo, en el que se enmarcan tanto los aspectos internos, v. gr., pensamientos y sentimientos que predisponen a la interacción con los demás como las acciones manifiestas que posibilitan las relaciones, y 2) el aprendizaje de estrategias o habilidades de interacción social apropiadas según las distintas situaciones. Por su parte, Moraleda et alii, proponen un modelo teórico de competencia social en adolescentes integrado por variables actitudinales y cognitivas. Entre las primeras hay que distinguir tres factores: prosocial (facilitador de las relaciones), antisocial (destructor de las relaciones), y asocial (inhibidor de las relaciones). En las variables cognitivas se hallan igualmente tres factores: uno relacionado con la percepción social de los adolescentes, otro con sus estilos cognitivos y el tercero con las estrategias cognitivas empleadas en la solución de problemas sociales. Aunque descrito con brevedad, se advierte fácilmente que del modelo de estos autores se derivan implicaciones evaluadoras y formativas.
MEJORA DE LA COMPETENCIA SOCIAL
Si en el apartado anterior hemos procurado iluminar el concepto de competencia social, ahora nos proponemos describir algunos canales que permiten mejorarla. Dado que la competencia social es una estructura compleja en la que participa toda la psique, reflexionamos sobre distintos aspectos que coadyuvan a su optimización. Nos interesa mostrar a los educadores y orientadores algunas vías que les permitan desarrollar en los educandos un comportamiento -interno y externo- positivo y hábil. La intervención educativa encaminada a potenciar la competencia social es recomendada para todo tipo de alumnos, no sólo para los que presentan algún problema. Indudablemente los alumnos tímidos, ansiosos, agresivos, etc., se pueden beneficiar considerablemente de programas sistemáticos encaminados a promover la competencia social. Es cierto que, en sus orígenes, esta modalidad de intervención se circunscribía al ámbito clínico, pero en la actualidad se ha extendido al mundo educativo. Una vez más, hay que insistir en que el creciente reconocimiento y afianzamiento de psicólogos, psicopedagogos y pedagogos en la institución educativa es de gran ayuda en el campo de trabajo que analizamos.
La competencia social en el aula puede trabajarse a partir de cinco pilares:
1. LA EMPATIA
No hay acuerdo pleno al definir la empatía; sin embargo, como afirma Roche, lo habitual es que al analizar el concepto se distingan dos componentes: el cognitivo y el afectivo. En efecto, en la empatía se hallan implicados procesos racionales y emocionales, ya que nos permite comprender a los demás generalmente en lo que se refiere a sus estados de ánimo. La empatía, por tanto, es la capacidad para ponerse en el lugar del otro. Gracias a la empatía nos adentramos en la realidad personal de los demás.
La habilidad para reconocer los estados anímicos ajenos requiere sensibilidad, comprensión, destreza perceptiva, capacidad para adoptar distintos papeles sociales y madurez. La empatía es el punto de partida de las relaciones sociales positivas y aun del altruismo.
El cultivo de la empatía exige al docente, madurez, equilibrio, sensibilidad y apertura. La personalidad del educador empático se halla muy alejada del docente inseguro, dogmático o autoritario. La educación es encuentro dialógico caracterizado por la comprensión interhumana y el crecimiento personal. Profesores y orientadores deben adoptar una actitud de entendimiento hacia el educando necesaria para progresar académica y personalmente. El apoyo psicológico que el alumno recibe contribuye significativamente al desarrollo de la competencia social.
2. LA ASERTIVIDAD
En psicología se dice que una persona es asertiva si está segura de sí misma, se expresa con claridad, se comporta autoafirmativamente y evita ser ignorado por los demás. La persona asertiva es capaz de superar obstáculos y de desempeñar su propio papel. Como afirma Roche (1995), la asertividad permite a la persona expresarse libre, directa, sincera y adecuadamente con cualquier interlocutor. La asertividad es una habilidad social que refleja la energía vital y lleva al sujeto a perseverar hasta conseguir sus metas realistas y positivas.
En la institución educativa, la praxis psicoeducativa para favorecer la asertividad puede tener un carácter preventivo de comportamientos desadaptados o de optimización de la capacidad relacional del alumno. A menudo el entrenamiento en asertividad facilita la integración en el grupo, canaliza la agresividad y evita otras conductas inadecuadas. Este tipo de intervención contribuye favorablemente al ajuste del educando, pues potencia sus recursos para expresar sentimientos; solicitar algo; rechazar propuestas inoportunas; iniciar, mantener y finalizar conversaciones; defender los propios derechos, etc. Habitualmente hay que analizar y, en su caso, trabajar aspectos tales como el contacto visual, la postura corporal, la distancia interpersonal, la mímica del rostro, el ritmo al hablar y el tono de voz.
Con finalidad pragmática describimos a continuación algunas técnicas para mejorar la asertividad en las discusiones con otras personas:
1. Técnica del "disco rallado".- Consiste en repetir el mensaje de forma convincente y pacífica, hasta que la otra persona abandone su posición.
2. Banco de niebla o claudicación simulada.- Se da la razón al interlocutor, sin entrar en polémica. Al no plantear un enfrentamiento, la otra persona puede moderar su actitud, al tiempo que se lanza el mensaje positivo de que se reflexiona y hay propósito de mejorar el comportamiento.
3. Aplazamiento asertivo.- Es una técnica recomendable para personas inseguras o que se encuentran en situaciones confusas. Se busca tiempo para aclararse. Así pues, se pospone la respuesta o decisión hasta que haya mayor control.
4. Técnica para procesar el cambio.- Se desplaza el foco de la discusión hacia el análisis de lo que está sucediendo. Equivale a mirar "desde fuera" y con objetividad lo que ocurre. Las preguntas siguientes ilustran el propósito de esta técnica: ¿Por qué discutimos?, ¿qué nos sucede?, etc.
5. Técnica de ignorar.- Se trata de no entrar en la polémica o en la provocación. Con tono de voz moderado se dice al interlocutor que no se quiere discutir, al tiempo que se demanda tiempo para reflexionar.
6. Técnica del acuerdo asertivo.- Se reconoce la parte de responsabilidad, pero no se acepta la manera de expresar enfado de la otra persona. Esta técnica permite enviar el mensaje de que una falta cometida no ha de llevar a generalizaciones.
7. Técnica de la pregunta asertiva.- Consiste en presuponer las "buenas intenciones" de la persona que critica, al margen de que verdaderamente sea así. Por medio de preguntas se intenta obtener información sobre las causas del enfado del otro. A menudo este tipo de acción provoca desconcierto en el interlocutor, pues quizá esperaba protesta.
Finalizamos este apartado señalando que para que las técnicas mencionadas den sus frutos han de utilizarse en un contexto educativo que favorezca la expresión y la comunicación. Los procedimientos descritos, lejos de encorsetar la formación, deben enriquecerla.
3. AUTOESTIMA
La noción de "sí mismo" es central para la psicología humanista en consonancia con la filosofía fenomenológica. Para los psicólogos humanistas la autoestima es el aspecto nuclear de la personalidad, hasta el punto de que si una persona se acepta avanzará en su proceso de maduración y autorrealización.
Para Branden (1995), la autoestima es la experiencia básica de que podemos llevar una vida plena y cumplir sus exigencias. Sin una valoración positiva de uno mismo es difícil superar los obstáculos y los conflictos interpersonales. La autoestima supone, desde el conocimiento de las capacidades y flaquezas que se poseen, una aceptación positiva, realista y equilibrada de uno mismo como requisito para vencer los escollos, enriquecerse personalmente y respetar y experimentar sentimientos favorables hacia los demás.
De acuerdo con planteamientos psicopedagógicos actuales, presentamos algunas vías para potenciar la autoestima en la escuela:
Aceptar y respetar al educando, así como reconocer sus posibilidades y limitaciones.
Crear un ambiente agradable y de confianza.
Favorecer la iniciativa del escolar, estimular la exploración y el descubrimiento.
Definir con claridad los objetivos y comprometer a los alumnos en su logro.
Tener expectativas realistas y positivas sobre las posibilidades de los alumnos.
Permitir que los alumnos se expresen.
Cultivar la empatía, lo que equivale a ponerse en el lugar del alumno, aceptarle y comprenderle.
Hacer juicios positivos sobre los alumnos y evitar los negativos.
4. COMUNICACION
Las capacidades comunicativas de niños y adolescentes juegan un relevante papel en la competencia social. Describimos varios niveles en la "competencia comunicativa":
Habilidades básicas no verbales.- Actúan como prerrequisitos en la conversación y en la interacción comunicativa. Estas habilidades dependen de los valores y usos sociales de los contextos culturales, al igual que de la edad y el tipo de interacción. En este primer nivel hallamos, por ejemplo, el contacto ocular y los gestos.
Competencia en conversaciones.- Tiene que ver con el atractivo de la persona, su capacidad para despertar el interés de alguien hacia la conversación. Se ha comprobado que niños y adolescentes solitarios suelen carecer de este atractivo, pues sus preguntas son pobres, no dan señales reforzantes al que habla, etc. Los alumnos que carecen de habilidades conversacionales están más expuestos a la discriminación o al rechazo, sobre todo porque no despiertan el interés entre sus compañeros.
Habilidades lingüísticas y de persuasión.- Equivalen a tener aptitud verbal y a conocer las reglas que controlan diversos tipos de situaciones conversacionales, según se trate de encuentros formales (realizar una exposición oral en clase, solicitar una revisión de examen, etc.) o privados (expresiones de amistad, diálogo entre compañeros, etc.).
Es indudable que el clima socioeducativo y el desarrollo personal del educando dependen, en buena medida, de la calidad de la comunicación. Train (2001), por ejemplo, recuerda que gran parte de la frustración que experimentan los alumnos agresivos tiene su origen en que no se comunican de modo eficaz.
López Valero y Encabo (2001), por su parte, dan cuenta del malestar expresado por algunos educadores respecto a las dificultades de comunicación con niños y adolescentes. Estos autores ofrecen variadas actividades y recomendaciones prácticas para acrecentar la competencia comunicativa del educando a partir de habilidades lingüísticas básicas: hablar, escuchar, escribir y leer. No ha de soslayarse, sin embargo, que la constatación de que cualquier comportamiento es potencialmente comunicativo ha de traducirse en atención educativa a la vertiente verbal y no verbal de la comunicación. El fracaso de muchas acciones encaminadas a la mejora de la comunicación ha de atribuirse precisamente al descuido sistemático de una de las dos modalidades, generalmente la no verbal.
5. DESARROLLO MORAL
El crecimiento moral está muy vinculado con el desarrollo de la competencia social y emocional. Se ha encontrado, por ejemplo, una relación positiva entre comportamiento moral y ser acogido por los compañeros, y relación negativa entre agresividad y aceptación (Jiménez 2000).
Es evidente que la capacidad de los alumnos para adscribirse voluntariamente al "bien", interesarse por los demás y rechazar en sí mismos o en otros las acciones orientadas a producir daño son requisitos del intercambio positivo y convivencial.
En la actualidad el interés por la educación moral resurge, quizá por el anquilosamiento o retroceso del comportamiento humano en el ámbito cívico y social. Aunque se ha avanzado considerablemente en el plano tecnológico, el debilitamiento de la convivencia se observa en todos los ámbitos. Sea como fuere, el desarrollo en el educando de capacidades, actitudes y valores que le permitan obrar rectamente de acuerdo a principios éticos ha de constituir en nuestro tiempo un objetivo educativo principal.
Moreno y Torrego (1999) recogen las contribuciones entreveradas de algunas teorías sobre el desarrollo moral que explican algunos comportamientos potencialmente conflictivos de adolescentes:
El egocentrismo o exagerada exaltación de la personalidad, que dificulta la adopción de puntos de vista diferentes al propio. Es el resultado de un pobre desarrollo cognitivo.
No alcanzar lo que, en expresión piagetiana, se conoce como "operaciones intelectuales abstractas". Este "retraso intelectual" se traduce en menor capacidad de reflexión, análisis y crítica.
Tendencia a los prejuicios y estereotipos. La inmadurez moral se traduce en dogmatismo y "relativismo moral".
Por tanto, es necesario promover la maduración cognitiva y moral, si de verdad se quiere avanzar hacia la convivencia escolar. Con esta pretensión los procedimientos ofrecidos por Hersh, Reimer y Paolitto (1988) para planificar el currículum de educación moral son:
Conocer y comprender los fundamentos teóricos de la praxis educativa.
Identificar temas morales en el currículum.
Relacionar los contenidos morales con la vida de los alumnos.
Emplear materiales que fomenten la asunción de roles (para superar el egocentrismo).
Presentar a los alumnos estructuras de razonamiento más adecuadas.
Animar a los alumnos a involucrarse en el desarrollo del programa moral.
Trabajar colegiadamente. Se requiere la participación de todo el claustro.
Valorar los pasos que se van dando.
Utilizar material variado, no sólo manuales escolares.
Brindar a los educandos oportunidades para que transfieran lo aprendido a la acción.
No hay un único conjunto de canales de desarrollo moral; de ahí que cada educador deba reelaborar las propuestas de modo que se adapten a las características y necesidades de los alumnos.
Capítulo 10
Desarrollo de habilidades sociales del educando
No es ningún secreto que una de las partes más importantes de nuestra vida son las relaciones sociales. En cada una de las cosas que hacemos hay un componente de relaciones con los demás que determina en gran medida (facilitando o entorpeciendo) nuestra búsqueda de la felicidad. Una interacción placentera en cualquiera de estos ámbitos nos hace sentirnos felices, desarrollando nuestras tareas con mayor eficacia. De hecho, una baja competencia en las relaciones con los demás puede llevar al fracaso en un trabajo, los estudios o en la familia.
"La conducta socialmente habilidosa es ese conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas."
De aquí podemos sacar varia ideas de gran interés para la vida diaria:
1. Contexto interpersonal: Hay que examinar el contexto, con quién, cuándo y cómo se emiten las respuestas habilidosas.
2. Respetando las conductas de los demás: Tan habilidoso es expresar un cumplido cómo aceptarlo de la forma adecuada. La forma como reaccionamos a las conductas de los demás tiene siempre sus consecuencias.
3. Resuelve y minimiza problemas: Las habilidades sociales están orientadas a un objetivo. Estos objetivos pueden ser de varios tipos:
a) Objetivos materiales – Efectividad en los objetivos (Ej. conseguir que nos suban el sueldo)
b) Objetivos de mantener o mejorar la relación – Efectividad de la relación (Ej. No tener un conflicto con el jefe)
c) Objetivo de mantener la autoestima – Efectividad en el respecto a uno mismo (Ej. no sentirnos inferiores si no nos lo conceden ni criticarnos por ello).
PRINCIPALES HABILIDADES SOCIALES
1.- LA ASERTIVIDAD:
Se refiere a defender los derechos propios expresando lo que se cree piensa o siente de manera directa o clara, en un momento oportuno y con el respeto debido a las personas que nos escuchan.
Comunicarnos de manera directa, clara, abierta es una habilidad que con entrenamiento se puede aprender.
Los estudios revelan que cuando no se expresa lo que verdaderamente se siente, hay un aumento del estrés. La ansiedad y depresión hace que nos sintamos mal en nuestras relaciones familiares, sociales o de trabajo.
Las personas asertivas revelen una mejor adaptación social y obtienen el reconocimiento y respeto de las personas que lo rodean.
Expresar lo que realmente se siente o cree, evita malos entendidos, permite la verdadera satisfacción de necesidades y el establecimiento de relaciones constructivas para todas las personas.
La persona debe incorporar la práctica del comportamiento asertivo en su vida cotidiana.
Es importante diferenciar los estilos de comportamiento pasivo, agresivo y asertivo:
1.-Ser PASIVO significa:
Evitar decir lo que piensas, quiere u opinas;
Porque tienes miedo de las consecuencias;
Porque no crees en tus derechos personales;
Porque no sabes expresar tus derechos;
Porque crees que los derechos de los demás son más importantes que los tuyos.
2.-Ser AGRESIVO significa:
Decir lo que piensas, sientes, quieres u opinas sin respetar el derecho de los demás a ser tratados con respeto.
3.-Ser ASERTIVO significa:
Decir lo que piensas, sientes, quieres u opinas sin perjudicar el derecho de los demás a ser tratados con respeto, de manera franca y no amenazadora; respetando tus propios derechos personales.
NOSOTROS TENEMOS DERECHOS:
1.-A ser tratados con respeto.
2.-El derecho a decir "NO" y no sentirse culpable
3.-El derecho a experimentar y expresar sus sentimientos
4.-El derecho a tomarte tiempo para: pensar, reflexionar y decidir.
5.-El derecho a cambiar de opinión
6.-El derecho a no hacer más de lo que humanamente eres capaz de hacer
7.-El derecho a solicitar información
8.-El derecho a cometer errores
9.-El derecho a sentirte bien contigo mismo
10.-El derecho a sentir y expresar dolor
11.-El derecho a ignorar los consejos de los demás
12.-El derecho a ser independientes
13.-El derecho a expresar ideas
14.-El derecho de cambiar de parecer
2.- LA AUTOESTIMA:
Es la capacidad de valorarse, sentir confianza, respeto y amor por uno mismo.
Es una experiencia personal y muy íntima que tiene que ver con la opinión y el sentimiento que se tiene acerca de si mismo y no lo que otros sienten y piensan de uno.
La autoestima es un aspecto importante en nuestras vidas, afecta en forma decisiva todos los aspectos de nuestra experiencia, desde como funcionamos en el trabajo, en el amor, en el sexo, con nuestros padres, amigos etc.
En la autoestima influyen 3 aspectos importantes: El aspecto cognitivo: mediante la opinión que uno tiene de sí mismo, el aspecto afectivo: mediante la autoestimación, el aspecto conductual mediante el esfuerzo por alcanzar una fama, honor y respeto ante los demás.
La Escalera de la autoestima está conformada por : Autoconocimiento: que es reconocer sus manifestaciones, necesidades habilidades, Autoconcepto : es una serie de creencias acerca de si mismo, Autoevaluación: refleja la capacidad interna de evaluar las cosas que son buenas para la persona, Autoaceptación: es admitir y reconocer ya que a través de la aceptación se puede cambiar, Autorrespeto: es atender y satisfacer las propias necesidades y valores, Autoestima: es la síntesis de todos los pasos anteriores. Si la persona se conoce y está consciente de sus cambios, crea su propia escala de valores y desarrolla sus capacidades.
El Comportamiento de una persona con elevado autoestima tiene las siguientes características: uno se siente importante, tiene confianza en su propia competencia, tiene fe en sus propias decisiones y en ella significa su mayor recurso, se valora y respeta a los demás, irradia confianza y esperanza, se acepta a si mismo totalmente como ser humano, reconoce sus propias limitaciones y debilidades, siente orgullo sano por sus habilidades y capacidades que tiene, las situaciones críticas y difíciles los supera y le sirve para salir adelante con éxito y más fortalecido que antes, se responsabiliza de sus propias acciones, ejecuta su propio trabajo con satisfacción, toma sus propias decisiones, tolera las frustraciones.
El Comportamiento de una persona con baja autoestima presenta las siguientes características: No se aprecian así mismo, su mecanismo de defensa le pide que no se confié, que no se rebaje o pedir ayuda, se defiende constantemente y amenaza a los demás, realiza su trabajo con insatisfacción, no se autoevalua, no toma decisiones, responsabiliza a los demás de las circunstancias que le pasa y de que le podría pasar, tiene problemas para relacionarse con los demás.
Los elementos que aumentan la autoestima son los siguientes: una comunicación adecuada, disciplina, amor, aceptación, respeto, atiéndalo y escúchelo, sentido del humor, tiempo, promueva la independencia, acepte sus errores.
3.- LA COMUNICACIÓN:
La comunicación es la base fundamental de una saludable relación entre las personas por lo que debe ser clara y precisa evitando una complejidad innecesaria en los mensajes trasmitidos para que no afecte de modo negativo las relaciones interpersonales.
A través de la comunicación podemos expresar lo que sentimos, pensamos, necesitamos y lo que creemos.
Todos los hombres y mujeres, seamos niños, jóvenes o adultos tenemos este derecho y de no practicarlo puede incremento del estrés y la ansiedad originando problemas en el trabajo, en las relaciones sociales y familiares.
El poder tener una buena comunicación es el resultado de las habilidades aprendidas en la niñez, por la influencia positiva de los padres y educadores.
Saber escuchar es un aspecto importante para la comunicación.
Cada vez que se hable con una persona se debe:
1.-Estar atento
2.-Mirarle los ojos
3.-Escuchar lo que dice
4.-Preguntar todas las veces que sea necesario para entender el mensaje.
5.-Tener adecuada distancia de la persona
6.-Postura adecuada.
4.- TOMA DE DECISIONES:
La Capacidad de tomar decisiones es una habilidad importante ya que permite tener éxitos y orientar adecuadamente su proyecto de vida.
Durante el desarrollo de las personas, la pubertad y la adolescencia se convierten en una etapa en que el individuo adquiere competencias para desarrollar conductas positivas o conductas de riesgo para su salud.
Como parte del proceso de aprendizaje, se hace necesario el rol formativo que cumplen los padres, familiares, docentes y amigos en la enseñanza de las habilidades para una adecuada toma de decisiones.
La importancia de tomar decisiones favorables en el presente es que nos produzca bienestar en el futuro, favoreciendo el desarrollo personal.
La persona es el único responsable de sus decisiones aunque pueden ser influenciados por sus compañeros, familia, pareja y sociedad.
Muchas veces actuamos por presión de los amigos, compañeros de estudio o de trabajo, pareja, familia y dejamos de lado lo que realmente nosotros queremos o hemos decidido hacer.
Es importante decir de acuerdo a las circunstancias un NO.
Los pasos del proceso para una adecuada toma de decisiones son las siguientes:
Definir cuál es el problema: Es percibir y delinear el problema, buscar información, evaluarla y utilizarla.
Explorar las alternativas : Generar y considerar diferentes alternativas.
Considerar los pro y los contras: Seleccionar las alternativas deseables y no deseables, en base a sus consecuencias.
Determinar la mejor Solución: Esto se realizara posteriormente después de elegir la mejor solución trascurrido un tiempo, a corto, mediana o largo plazo.
EVALUACIÓN POSITIVA: Si el resultado ha sido favorable premiarse revisando conductas que más le agrade y/o con automensajes positivos, para favorecer su autoestima.
EVALUACIÓN NEGATIVA: Si el resultado ha sido desfavorable, tomar otras decisiones aplicando los pasos aprendidos.
Capítulo 11
Familia y educación en valores
INTRODUCCIÓN
Los valores son reglas de origen social a partir de las cuales cada individuo rige su vida. La palabra valor posee muchos significados como por ejemplo, algo material como un coche tiene un valor útil, un libro tiene un valor intelectual o científico, el dinero un valor material y la música o el arte tienen un valor estético. En cambio, cuando hacemos alusión al valor del trabajo, de la ayuda a los demás, de la tolerancia, de la justicia social, hablamos específicamente de valores humanos.
En nuestro caso, con el termino valor nos referimos especialmente a cualidades especiales sólo pueden ser puestas al descubierto a través de la actividad social y cultural de la persona. Esto significa, en palabras sencillas, que nuestro comportamiento diario es una especie de termómetro que muestra la clase de valores que poseemos.
La educación es un medio privilegiado de crecimiento personal del individuo humano y de la comunidad; en este desafío que significa la educación, cada uno de los que intervienen en ella tiene ante sí el reto de descubrir los valores que fundamentan la propia existencia y su sentido pleno. El trabajo orientado hacia este descubrimiento se convierte, por tanto, en la meta por excelencia del vivir humano; hacerse la pregunta por el sentido de su vida, de la vida en general y asumirlo ya que el ser hombre es consciente y responsable.
Es indispensable reflexionar sobre la educación en sus perspectivas axiológicas, que es lo mismo que plantear el problema de la educación moral, si queremos de verdad abordar a la persona humana en profundidad y en todos sus aspectos ya que la plenitud a la cual el hombre está llamado y la plenitud a la cual aspira, requiere el cultivo de otras dimensiones humanas y el esfuerzo preciso para conseguir ciertas virtudes personales y sociales.
La formación de valores dentro del trabajo educativo es una tarea difícil, por cuanto no es recomendable abusar de determinadas acciones como el discurso y la imposición, hay que buscar vías para el proceso y llegar a cada uno de los espacios sociales del estudiante con una comunicación real, donde se cree un espacio común entre las partes que intervienen, compartiendo necesidades, reflexiones, motivaciones y errores.
Comunicar no es convencer a alguien, es ubicarlo en el espacio de nuestra razón, de nuestra causa, a través de su posición… "Ningún contenido que no provoque emociones, que no estimule nuestra identidad, que no mueva fibras afectivas, puede considerarse un valor, porque éste se instaura en el ámbito psicológico de dos maneras: formales… y personalizados…"
Los valores forman parte del contenido de la enseñanza; pero sería ingenuo pensar que una campaña educativa con fines axiológicos (la Axiología es la teoría de los valores y de los juicios de valor), resolvería los problemas que hoy enfrentan nuestras sociedades.
Existen consideraciones teóricas que asumen el carácter preferencial de los valores como hecho de naturaleza eminentemente psicológico, que se manifiesta en la conducta orientativa de los sujetos, la cual puede variar en dependencia de las circunstancias de unos sujetos a otros, de unas culturas y sociedades a otras.
VALORES Y AUTOEDUCACIÓN
POTENCIAL HUMANO Y CRECIMIENTO PERSONAL
El crecimiento abarca diversos campos de posibilidades. Así, cuando tiene una intencionalidad definida, podemos hablar de una educación física, estética, moral, afectiva, del carácter, de la psicomotricidad, del intelecto, del trabajo, etc.
El ser humano ocupa el lugar más elevado en la escala evolutiva, se asume como el más noble y digno de consideración entre los seres vivientes. Estos derechos son parte integral de un sistema de vínculos que tiende a la autoconservación de la especie y al establecimiento de relaciones más fructíferas y niveles, micro y macro.
El fundamento de la formación del ser humano es el respeto a la dignidad de cada uno, por lo que es, sin tomar en consideración lo que tiene o representa.
La dignidad del hombre y de la mujer radica en el hecho de que son personas, con un potencial biopsicogenético capaz de perfeccionarse hasta límites insospechados.
El hombre es más hombre cuando adquiere conciencia de la existencia de los demás, los acepta como son, sin importarles juicios de consideraciones, y los promueve para que se desarrollen automáticamente.
¿QUE SON LOS VALORES?
Como seguramente han notado tú y tus compañeros, la solución del dilema anterior no es sencilla. Esto se debe a que en él se confrontan valores muy importantes que entran en conflicto. ¿Cómo, cuáles? El derecho a la vida y a la salud, el respeto a la propiedad privada, la observancia a las leyes, etc.
La fuente de los valores son las necesidades humanas y en tanto las cosas u objetos responden a los intereses de un sujeto, tienen un valor para él, pues satisfacen alguna necesidad. Los valores se identifican con inteligencia y sentimiento. La importancia del valor no reside en SER o NO SER, sino en ESTAR o NO ESTAR.
El problema didáctico del valor se sustenta en conocer que el problema filosófico de éste surge por la actitud ante los objetos del mundo exterior como medio de satisfacer necesidades humanas. Por lo que el problema didáctico está en qué valor y cómo formarlo.
El valor es un fenómeno socio – histórico y un aspecto de la interacción práctica del sujeto y el objeto. De ahí, que el valor es una cualidad de los objetos surgida en el proceso del desarrollo de la sociedad.
El valor está, como cualidad, en las cosas; pero sin la conciencia de un sujeto, una cosa no sería objeto y por tanto carecería de valor. De ahí que la base del valor esté en el objeto y su realización en el sujeto. El valor sólo existe en la relación sujeto – objeto; pues se determina por la acción o reacción del sujeto provocada por la cualidad del objeto.
El valor es el resultado de la actividad del hombre. Por eso, sólo el hombre tiene este privilegio, pues aunque los animales realizan operaciones selectivas instintivas o reaccionan, no lleva a cabo ACTIVIDAD alguna. Si se permitiera la instauración de un mundo de sujetos insensibles o indiferentes, que respondan más a los instintos que a la conciencia social, habría cosas, pero no valores.
Se considera, valor, a la cualidad abstracta (pero no secundaria) de un objeto (cosa, estado, situación consciente) en que al satisfacer una necesidad de un sujeto, suscita en éste interés o aversión por ella.
Autores como Garzón y García destacan el consenso en la idea de la polaridad de los valores, o sea, a la manifestación de valores positivos y negativos. Al respecto, algunos explican los valores como la significación socialmente positiva de objetos y fenómenos. De igual manera conciben como contravalores o antivalores a todo aquello que posee significación socialmente negativa y que, por tanto, dificulta a los hombres el crecimiento armonioso de su personalidad.
Un concepto importante y estrechamente ligado a los valores es el de actitud:Las actitudes son tendencias a disposiciones adquiridas que predisponen a personas de un modo determinado un objeto, persona, suceso o situación y actúa concientemente a ello. Uno de estos es la opinión que es la manifestación pública, por lo general verbalizada, de un sentimiento o creencia. Expresa un valor a una actitud.
Otro concepto relevante es el hábito que es un comportamiento o modo regular de proceder adquirido por repetición de actos similares. Las normas sociales son modelos de conducta compartidos por los miembros de un grupo social. Especifican el comportamiento que se considera adecuado o inadecuado en distintas situaciones (por ejemplo, saludar cortésmente al llegar a un lugar, esperar turno al solicitar un servicio, guardar silencio en un acto cívico, evitar comentarios ofensivos hacia los demás, etc.).
A diferencia de las normas jurídicas que son formales y obligatorias-están establecidas en la ley y determinan sanciones en caso del incumplimiento al ordenamiento-, las normas sociales son un poco más informales y en ocasiones flexibles, ya que no siempre existe alguien con la fuerza o la autoridad moral para imponer su cumplimiento.
Las normas morales, por último, son normas internas, ya que apelan a la conciencia del individuo; son unilaterales porque nadie puede exigirnos su cumplimiento (en ese caso se transformarán en normas jurídicas); no son coercibles, ya que deben acatarse espontáneamente, y son autónomas, ya que nosotros mismos determinamos que debemos hacer y qué es lo que hacemos efectivamente.
LA EDUCACIÓN ESCOLAR Y LOS VALORES Cuando decimos: "Hacer una escuela a la medida de los alumnos y que prepare para la vida" queremos decir que la formación del estudiante como persona no puede ser olvidada por la escuela. El logro y la profundización de actitudes y valores que se busca promover requiere de individuos autónomos tanto intelectual como moralmente. Ello quiere decir que no basta que los alumnos adquieran información, sino que nuestra sociedad demanda jóvenes inteligentes, sensibles y morales.
Para lograrlo, se necesita primero que te conozcas a ti mismo, que tengas claro cuáles son los valores y actitudes que dictan tu conducta, a que conflictos de valores te enfrentas habitualmente y como los resuelves. En segundo término, se requiere comprender los problemas del mundo actual y tomar una posición comprometida ante ellos.
En síntesis, la educación tendiente a formar valores intenta apoyar tu desarrollo personal y profesional para que seas una persona reflexiva, crítica, comprometida y congruente.
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