EL DESARROLLO DE VALORES Y ACTITUDESEl aprendizaje de los valores y de las actitudes en un proceso lento y gradual, en el que influyen distintos factores y agentes. Aunque los rasgos de personalidad y el carácter de cada quien son decisivos, también desempeñan un papel muy importante las experiencias personales previas, el medio donde crecemos, las actitudes que nos transmiten otras personas significativas, la información y las vivencias escolares, los medios masivos de comunicación etc.
La primera que aparece en el desarrollo del individuo, durante la infancia, es la moral heterónoma (que consiste en lo que un poder o ley extraños han determinado como adecuado o no) en ese tipo de moral los niños se sienten obligados a cumplir las normas morales porque así lo determina una autoridad superior. Los individuos no hacen una elección libre, consciente o responsable, no juzgan las normas morales por el valor que contienen en sí mismas, sino en función de la jerarquía o autoridad de quien las impone.
Razonamientos como. "Yo solo obedecía las ordenes de mis superiores", "Tenía la obligación de hacerlo", pronunciadas por torturadores o criminales de guerra, son ejemplos de este tipo de razonamiento moral.
Desde esta posición se va pasando poco a poco a una moral autónoma; el ahora púber o adolescente empieza ser capaz de juzgar las normas morales en función de la bondad o maldad y de la intención de los actos, independientemente de quien los dice.
Para aclarar a que se refiere cada etapa, retomemos el dilema de Heinz y pongamos de ejemplo algunas respuestas:
Preconvencional: "Debe robar, porque si su mujer muriera, se quedaría solo y no habría quien lo atendiera". "No debe robar, porque si lo descubren, le meterán a la cárcel".
Convencional: "Nadie pensara que eres malo si robas la medicina, pero tu familia pensará que eres un marido inhumano si no lo haces".
Posconvencional: "No tiene sentido colocar el respeto por la propiedad por encima del respeto de la vida misma. Estoy dispuesto a afrontar las consecuencias de defender un valor superior.
¿CÓMO CLARIFICAR MIS VALORES? La clarificación puede darse en tres fases:
Selección: primero identificar qué valor está en juego, elegirlo libremente observando las alternativas existentes y considerando las consecuencias que puede traernos a nosotros y a los demás optar por u otra de las alternativas posibles.
Estimación: considerar si en realidad apreciamos la selección que hemos hecho si nos sentimos cómodos con ella y si estamos dispuestos a afirmarla en público.
Actuación: comportarse en forma congruente con la selección que se ha hecho y aplicarla habitualmente
Finalizando con el mismo ejemplo, supón en el momento en que se integra un joven discapacitado al grupo se plantea la posibilidad que sea tu compañero de equipo en el laboratorio de Química; tú buscas la manera de "deshacerte" de él, o bien lo tomas poco en cuenta y piensas que su presencia puede afectar de modo negativo las calificaciones del equipo, en este caso, aún cuando tu selección inicial fue supuestamente a favor de la integración y diste "la imagen" de que era un valor que apreciabas, tu comportamiento está poniendo en evidencia que en realidad lo que valoras es la segregación de las personas discapacitadas, que es lo que estas demostrando con tu actitud.
¿CÓMO PUEDO CAMBIAR MIS VALORES Y ACTITUDES PERSONALES?Se ha comentado con anterioridad que los valores suelen ser muy estables y que las actitudes son inclinaciones permanentes que llevan a reaccionar de determinada manera frente a ciertas situaciones. Por lo tanto, su modificación no es fácil, ya que están muy arraigadas en las personas. No obstante, se ha demostrado que sí hay aproximaciones eficaces para lograr un cambio de actitud y promover valores más positivos. Estas aproximaciones implican, como se ha insistido antes, la reflexión, la emoción y la acción.
Por lo contrario, las aproximaciones que han demostrado ser más efectivas implican situaciones donde los jóvenes:
Aprenden a clarificar sus propios valores.
Participan activamente y se sienten realmente comprendidos.
Logran comprender a los demás, pueden "meterse en la piel del otro".
Discuten y estudian con entusiasmo, no están " a fuerzas".
Experimentan la libertad con obligación, se sienten autónomos.
Se vuelven conocedores del tema, están bien informados.
Analizan y resuelven dilemas y conflictos de valores.
VALORES UNIVERSALES, NACIONALES Y CÍVICOS
Entre los fines de la educación destaca el fortalecimiento de la conciencia de la nacionalidad y la soberanía; el aprecio por la libertad, los símbolos patrios y las instituciones nacionales. Las leyes indican que deben fomentarse el amor a la patria y desarrollar la conciencia de la solidaridad internacional, se nos exhorta a valorar las tradiciones y particularidades culturales de las regiones y promover un idioma común sin menoscabo y proteger y promover el desarrollo de las lenguas indígenas. Se insta a que propiciemos la adquisición, el enriquecimiento y la difusión de los bienes y valores de la cultura universal, y a que conozcamos y a que practiquemos la democracia como forma de gobierno
Valores UniversalesLos valores universales son aquellos "suficientemente seguros y defendibles más allá de las circunstancias y las creencias propias de cada persona".
Son universales porque su cumplimiento es altamente deseable para todos, en todo tiempo y lugar, por ejemplo, la preservación del ambiente o los valores expresados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
1. Reconocimiento de los valores actitudes presentes en los hechos, situaciones o conceptos en cuestión.
Reflexión y análisis de límites del valor involucrado. Que es válido y qué no.
Análisis de las circunstancias, motivaciones y consecuencias de la acción resultante del valor.
Revisión y crítica de la tradición cultural o moral frente a situaciones similares en el pasado.
Consulta y diálogo con otras personas, cuya opinión sea relevante para el caso.
Atención a los criterios éticos y a la conciencia personal, para ver qué es correcto y que resulta inaceptable.
Juicio (ejercicio de la capacidad intelectual de juzgar y decidir, con base en la ponderación de las cualidades y defectos del valor o acción en cuestión).
Análisis de las posibles consecuencias del juicio.
Actuación o proyección del valor.
Valores NacionalesLa nación está integrada por elementos de tipo:
Natural, independientes de la voluntad de los individuos (territorio, clima, raza, lengua).
Históricos (tradiciones, usos, costumbres, religión. Leyes).
Psicológicos (conciencia para sí, reconocimiento por parte de los integrantes de la nación de los vínculos que los hacen reconocerse como tales), y que lleva a los habitantes de un país a comportarse y expresarse con un estilo peculiar que los hace diferentes a otros.
Los valores nacionales son aquellos reconocidos como tales por cualquier sociedad natural humana, "forjada por la unión territorial, consuetudinaria e idiomática; proporcionada por una comunidad de vida y de conciencia social"
Valores CívicosEn cualquier civilización encontramos que las conductas están reguladas por normas que indican cual es el comportamiento esperado de los individuos ante la sociedad.
Estas normas pueden ser convencionales (derivadas de la tradición), o jurídicas (cuando están formadas legalmente). Ambas pretenden regular la convivencia, solo que sobre las convencionales operan a nivel de comportamiento cotidiano, de protocolo social, las normas legales determinan comportamientos aceptados y negados bajo distintas amenazas de coerción en caso de incumplimiento.
Los valores cívicos son los que subyacen tras las conductas convencionales y no convencionales que "facilitan la correcta relación en el ámbito de la vida interpersonal, ciudadana y social". Se exigen a cada persona, pero están en relación con los demás.
En este sentido, podemos diferenciar tres niveles de relación: lo micro, lo meso y lo macro.
En lo micro están los "valores que influyen en cualquier relación humana, pero que se refiere a cada uno de los sujetos humanos considerando de manera individual", (capacidad de crítica, autonomía, responsabilidad, voluntad, valentía).
En lo meso ubicamos a aquellos valores útiles "para enjuiciar y guiar las relaciones personales en el ámbito de pequeños colectivos", con una clara correspondencia institucional (como son la apertura, la voluntad, la cooperación, el respeto, la cortesía, la consideración).
En lo macro están los valores de aplicación entre las personas de una ciudad o un país, que se concretan en normas sociales, reglamentos institucionales y normas jurídicas generales. Ejemplo de valores macro son el respeto a los símbolos patrios, la justicia, la libertad, la solidaridad.
Valores y congruencia personalComo seguramente te has dado cuanta, no siempre es fácil ser congruente con lo que pensamos, lo que sentimos y lo que en realidad hacemos.
Un pensador y actor crítico es aquel que:
Analiza las situaciones, es reflexivo más que impulsivo.
Trata de identificar los argumentos que subyacen en la información que recibe.
Toma en cuenta los hechos o la evidencia lo más objetivamente posible.
Se forma un criterio propio ante los acontecimientos, no es un simple "eco" de los demás.
Sabe escuchar los diferentes puntos de vista cuando hay un conflicto.
Busca alternativas: no se cierra en un solo camino.
Se pregunta a quién y cómo benefician ciertas acciones, prevé las consecuencias de los actos.
Con frecuencia se pregunta a sí mismo qué, cómo y por qué hace las cosas.
Puede diferenciar la razón de la emoción, aunque las viva juntas.
Sabe distinguir sus motivos e intereses personales de los colectivos.
Reconoce honestamente tanto sus sentimientos positivos como los negativos.
Toma decisiones razonadas.
Actúa de manera asertiva (en forma directa, firme, sincera y positiva); sabe cuándo decir "no" sin necesidad de agredir.
Es crítico en el sentido positivo del término, no simplemente criticón.
Reconoce sus errores y trata de corregirlos con inteligencia.
No solo "dice", sino "hace".
Está informado: busca información fidedigna, de primera mano.
Es escéptico: desconfía del rumor y de las informaciones provenientes de fuentes dudosas.
Algunas estrategias que pueden ayudarte a adquirir el perfil de un pensador crítico son las siguientes:
Conócete: Reflexiona frecuentemente sobre tu persona, tus sentimientos, valores, formas de reaccionar ante diversas situaciones, etc. En este módulo se encuentran algunas ideas de cómo hacerlo pero otras puedes generarlas tú mismo. ¿Qué tal de llevar un diario personal?
Aprende a observar tus reacciones emocionales y tu conducta: Analiza tu comportamiento, sus causas y sus efectos. Esta es una condición necesaria para iniciar todo proceso de cambio personal.
Establece tus objetivos y planes de vida y de carrera: Éste es el camino directo hacia la autonomía personal; no esperes a que otros siempre decidan por ti.
Analiza las situaciones donde logras consecuencias gratificantes debido a tu conducta: Seguramente encontraras que son aquellas donde hay congruencia entre dicha conducta y un conjunto de valores personales y sociales positivos. Fortalece dichos comportamientos y propicia las situaciones que los permiten.
Conviértete en un espectador o lector crítico de los medios de comunicación masiva: Cuando leas o te sientes ante una pantalla de televisión piensa siempre que "dicen" en realidad los mensajes que te transmiten, a quien, o quienes beneficia que tú los asimiles. Pregúntate: ¿la información es verás o esta sesgada en función de los intereses de alguien? ¿Realmente necesito lo que anuncian, me traerá los beneficios que ahí prometen? ¿En la vida real las situaciones y las personas son como las que aquí pintan?
Aprende a escuchar y a observar a los demás: las personas con quienes interactúas cotidianamente te están dando información acerca de ti mismo y a la vez te ofrecen modelos de conducta positivos y negativos.
EL VALOR DE LA LIBERTADLa libertad de querer alcanzar algo no tiene asegurado que se alcance lo que se desea. Es importante diferenciar libertad de omnipotencia. Creer que todo lo podemos a menudo nos lleva a situaciones altamente destructivas, e incluso a la muerte.
Violencia primaria. Este concepto se refiere a las pautas que el recién nacido necesita como soporte para convertirse en un ser independiente.
La libertad externa, también llamada libertad de acción, se define como la ausencia de trabas para la acción. La libertad externa también nos permite elegir entre participar o abstenerse en la vida política y social de la comunidad.
Cuando se trata de tomar la decisión de participar o no en proyectos comunitarios, se habla de libertad prosocial. Cuando los proyectos sobre los cuales debemos decidir se refieren a fines personales, se habla de libertad individual.
La libertad prosocial, pues, se relaciona con la vida pública, mientras que con a individual se enlaza con la vida privada.
La libertad interna es la libertad de la voluntad, del autentico querer. Para conseguir la libertad interior necesitamos independencia personal.
DESARROLLO HUMANO
Conócete a ti mismo.Hablamos de cómo conocernos de una mejor manera, aplicando los valores los cuales debemos de tomar en cuenta para ser alguien en la vida y no fijarnos en cosas materiales y sin tanta importancia. Para eso tenemos que conocer nuestro pasado, estar libres de sentirnos rechazados, sin complejos y siendo felices tal cual somos nosotros y si no lo hemos superado, trabajar en ello porque si uno tiene problemas de su pasado, difícilmente va a poder progresar ni estar bien consigo mismo en el presente, en el pasado tenemos que sacar a la luz las circunstancias o motivos por el cual nos sentimos rechazados, para eliminar este rechazo tenemos que perdonar y aceptar que no podemos cambiar a la gente y así podremos crecer como personas y poder enfrentarnos mejor a un presente.
En el presente debemos de conocer la realidad en la que estamos viviendo en aspecto físico y psicológico. Para crecer como las personas que somos o queremos ser, debemos de poner a los valores físicos como menos importantes, porque aunque son importantes, puede llevar consigo varias consecuencias que nos afectan, como es el fijarte en una persona por que este guapa, flaca, con dinero, etc. Si no que los que debemos de exaltar son los valores psicológicos por que debemos de hacer crecer a nuestro espíritu e inteligencia, para así valer por lo que somos, no por lo que tenemos o lo que nos caracteriza físicamente.
Para un futuro, debemos de plantear las metas e ideales que queramos realizar, no tenemos que ser sonadores si no, tener los pies en la tierra, tener una visión clara de lo que queremos hacer y no ser mediocres. Otros aspectos en los que nos debemos de detener es en el aspecto social y moral. El aspecto social, es muy dado a críticas, envidias, odio, es esto en la mayoría de los casos es ocasionado por las cosas materiales que entran en el aspecto físico, ya que en la actualidad desgraciadamente la gente se fija mas en lo que tienes no en lo que eres, por eso hay que trabajar en darle menos importancia a lo físico que a lo espiritual y psicológico para así poder mejorar a nuestra sociedad.
En el aspecto moral, es necesario reconocer nuestros defectos y cualidades para así, además de conocernos mejor y saber cómo actuar y como mejorar en lo que nos falla.
Para poder hacer todo esto de una manera más fácil, podemos preguntarle a los demás que imagen es la que proyecto y así podemos saber con certeza que es lo que queremos y debemos cambiar.
Los valores son tu meta.La personalidad, educación y cultura van juntas, ya que para mejorar uno de estos, también implica mejorar en los otros dos. De las definiciones de personalidad, educación y cultura, solamente obtenemos los valores físicos, estéticos, intelectuales y sociales; y faltaría agregar a nuestra vida los valores morales, religiosos, afectivos y económicos.
Ahora bien, todos los valores son humanos; por lo cual vamos a tener una conciencia que va a afectar a nuestros instintos y viceversa. Para poder tener una personalidad bien integrada, una cultura autentica y una educación de altura es necesario considerar todas las esferas de valores.
La ceguera axiológica son personas ciegas en el amor, en la amistad, personas amargadas. No hay que atacar a estas personas ni burlarse, hay que tenerles respeto y cariño, y ayudarlas a recuperar la vista, y con fe esto se puede lograr. Aunque la fe solamente la da Dios a quien la pide con humildad se puede ayudar haciendo oración por estas personas.
Los valores son inagotables, como con todo, siempre se quiere tener más. Al pasar el tiempo nos damos cuenta de que no sabemos y por la misma razón siempre vamos a estar buscando más. También es importante considerar que debemos de realizar todos los valores armónicamente, auto evaluándonos y auto educándonos en todos los ámbitos para poder mantener un equilibrio entre todos nuestros valores.
Para esto necesitamos tener una jerarquía de valores, viendo lo que es más importante. El valor moral tiene mucho peso, si éste cae, también van a caer los demás valores.
La axiología es una ciencia exacta, por lo que no se pueden permitir los relativismos. La moral se refiere al deber ser de los actos humanos que nos sirven para alcanzar la felicidad. Para que un acto se clasifique como moral o inmoral debe de ser realizado consciente y libremente, y si el criterio de moralidad se basa en la naturaleza del hombre, no puede estar sujeto a cambios, porque si cambiara la naturaleza humana, ya no podríamos hablar de moral, de hombre, de razón y voluntad.
A el mal nos referimos a un desorden, una carencia del bien. Los valores que dirigen a los demás son el religioso y el moral. El primero se basa en la autoridad del mismo Dios, por su perfección infinita, nunca cambia y todo lo sabe. Lo que El nos ha revelado, es la verdad absoluta.
Después de estos y no menos importantes siguen los valores intelectuales, que buscan la Verdad, queriendo obtener sabiduría. Se necesita aplicar la razón para poder obtener su objetivo, mediante la abstracción y la construcción. Perciben del mundo circundante, para comprenderlos adaptarse y modificarlo. Los hábitos de trabajo ayudan al desarrollo intelectual y a la capacidad de comunicación.
Los valores afectivos son los que le siguen y se refieren al amor. Después de los valores afectivos, siguen los valores sociales, considerándolos como las relaciones interpersonales con los demás. No hay una comunicación de tu a tu, sino la interacción despersonalizada con el hombre masa. Por último, están los valores económicos que se van a referir a la materia que le ha sido dado un valor convencional.
Concreta tu caminoPara lograr todo lo anterior mencionado es importante planear nuestra vida y establecernos metas asequibles y continuas, que nos vayan ayudando a superarnos para poder hacer felices a las personas que nos rodean. Lo primero que mencionan es el dinero. Donde nos habla de las diferentes necesidades que tenemos los seres humanos y a cuales les tenemos que dar mayor importancia. Las más importantes son las necesidades vitales, como su nombre lo dice, son las que necesitamos para vivir, como son la ropa, una casa en donde vivir, medicamentos, doctores, previsión de enfermedades, etc. Otro tipo de necesidades que mencionan son las socioculturales como es el gas, luz, transporte, educación, etc. También nos menciona que no debemos de tener más necesidades de las que verdaderamente necesitamos por que por eso se da el consumismo, el interés por las cosas materiales y las necesidades que de verdad son superfluas (que se derivan de una serie de falsos conceptos sociales y psicológicos) sin importancia, eliminarlas.
También habla de la capacidad de amar, Para lograrlo, tenemos que meter en el nuestra razón y nuestra voluntad. Ya que sólo el ser racional puede proyectarse al futuro y a los otros. También puedo decir que el amor es completamente libre, porque nadie puede obligar a alguien a amar a otra persona. El conocimiento de una persona requiere saber observarla, comunicarse a fondo con ella. Esta comunicación requiere un respeto mutuo, partir de una base común, saber de qué se habla y una buena voluntad.
En cuanto a la aceptación del otro; aceptar a alguien significa ayudarle en el aprendizaje de su propia dignidad. El nivel de aceptación o rechazo puede variar según con la persona que se trate.
Cuidado de la salud: Para gozar de una buena salud, debemos de planear correctamente la alimentación, el sueno, ejercicio, etc. y así poder hacer actividades como pensar y amar.
Ser autentico: Para ser autentico, tenemos que ser uno mismo, tenemos que trabajar con la verdad para ser auténticos. Concentrándonos en las 4 virtudes cardinales, de donde se desprenden, las demás son:
Prudencia: virtud preciosa y muy necesaria. Ordena todo al debido fin, nos ayuda a jerarquizar correctamente.
Justicia: es una virtud por la que damos a cada uno lo suyo. Les debemos a los demás, la verdad. Tienen derecho a saber que nuestro sí es sí y no es no. De ahí la veracidad, sinceridad y lealtad.
Fortaleza: nos da ánimos para no temer ningún peligro. Implica tanto resistir como combatir. La lucha por atacar el mal y defender el bien.
Templanza: es la virtud por la que refrenamos los deseos desordenados de los placeres sensibles y usamos con moderación de los bienes temporales. Es decir, no es malo gozar, pero con moderación, y para llegar a este autodominio, tenemos que ser constantes en reconocer lo que hemos logrado y lo que aún nos falta y saber rectificar y volver a empezar sin cansarnos nunca. El mejor modo de matar un defecto es ejercitarnos en la virtud contraria.
La Fe y la vida: Al hablar de fe, no se puede hablar en el plano de la naturaleza humana, sino en el mundo de la gracia. Y en éste terreno o se tiene fe o no. Si sucede lo primero, es necesario cultivarla y hacerla viva; si no se tiene fe, hay que respetar a quien la tiene. La fe se recibe con humildad, quien no sabe bajar la cabeza y no reconoce que hay Alguien superior a él, está poniendo una barrera.
Es necesario que nos esforcemos en aumentar y profundizar nuestra doctrina y piedad; ya que el equilibrio entre ambas es lo que nos ayuda a vivir plenamente nuestra fe.
Se puede mejorar nuestra vida de piedad; profundizando en nuestra filiación divina, en esa vida de infancia espiritual, creyendo como niños, aumentando nuestra vida de oración, viviendo una vida sacramental y saber distinguir entre lo humano y lo divino.
¿ES NECESARIA UNA ESCALA DE VALORES?
Existen tantos valores como relaciones sujeto objeto. Son dinámicos y dialécticos; pues al cambiar el sujeto cambia la relación y al cambiar el objeto, también cambia esa relación. Los valores no se alinean como un conjunto de elementos, ellos constituyen un sistema. Es necesario definir qué valores se van a formar primero; y con ello, que sistema de juicios y de elementos conductuales han de formarse primero, para luego estos sirvan de sustento a otros valores.
Existen unos valores que son más importantes que otros, son más necesarios; estos están en dependencia del contexto histórico – cultural concreto en que se desarrolla el sujeto.
Las necesidades racionales del sujeto son la fuente de los valores ideales; mientras las necesidades sensitivas del sujeto son la fuente de los valores reales ("sensibles"). Existe un orden ideal o subjetivo y otro real u objetivo que se interrelacionan; los que definen la escala de valores para determinada generación.
Para determinar una escala de valores es necesario tener en cuenta el aspecto absoluto del valor. Éste reside en la naturaleza racional del mismo; pues todo lo racional posee validez universal. Si se valora "bien" se debería valorar con determinada similitud, como ocurre con la honestidad, honradez, etc. Sin embargo, esto no ocurre así, pues generalmente las personas no interactúan y tienden a una dispersión dada por prejuicios, poca reflexión y sugestión consciente o subconscientemente.
También es necesario a la hora de determinar la escala de valores a formar, el relativismo de los mismos. Éste tiene un gran campo lo mismo desde la diacronía como de la sincronía. Muchos son los que proclaman que en cuestión de valores no hay norma universal. ¿Pudiera estar la causa de la dispersión al juzgar los valores en la equivocación, intencional o no, de los que valoran? Como planteara el alemán M. Scheler, el valor tiene un ámbito tan amplio y rico que ningún sujeto que lo perciba lo capta del todo. De ahí que, al determinar la escala de valores se debe tener en cuenta el necesario balance entre los valores reales y los valores ideales, considerando además, que los valores son racionalmente absolutos y existencialmente relativos.
El carácter preferencial de los valores alude a la existencia de cierto orden o estructura jerárquica de los mismos, de ahí que más que valores aislados lo que existe es una constelación de estos, es decir, un sistema de orientación de los valores. De igual manera, en la medida en que los valores son preferencias, resulta indispensable formular el orden en que se producen tales preferencias, lo cual se resume generalmente en ciertas escalas.
En resumen, Scheler propone como criterios para llegar a conocer el orden jerárquico de un sistema de valores los siguientes:
Durabilidad, carácter más o menos estable y permanente de los valores.
Divisibilidad, un valor puede ser descompuesto en otros.
Fundamentación, un valor puede dar origen a otro.
Profundidad de satisfacción, relacionada con la realización o cumplimiento de un valor.
Relatividad, grado en que un valor se percibe como más próximo al valor central o supremo.
El filósofo cubano José R. Fabelo señala la posibilidad de, al menos, tres planos de análisis de la categoría valor, a saber:
Primero: Los valores concebidos como relación de significado entre los diferentes procesos o acontecimientos de la vida social y las necesidades e intereses de la sociedad en su conjunto. Así, cada resultado de la actividad humana, tendencia, objeto, fenómeno, proceso, sujeto, conducta o idea adquiere una u otra significación social en la medida en que favorece u obstaculiza el desarrollo progresivo de la sociedad. Llama a estos valores "objetivos" y al conjunto de todos ellos "sistema objetivo de valores". Considera este sistema como dinámico, cambiante, dependiente de las condiciones histórico – concretas y estructurado de manera jerárquica.
Segundo: Forma en que los valores objetivos son reflejados en la conciencia individual o colectiva. Modo en que cada sujeto social conforma su propio sistema subjetivo de valores (como resultado de un proceso de valoraciones) que puede poseer mayor o menor grado de correspondencia con el sistema objetivo de valores, lo cual depende del nivel de coincidencia entre intereses personales del sujeto con los intereses de la sociedad y también de las influencias educativas y culturales que dicho sujeto recibe, tanto de las normas como de los principios que prevalecen en la sociedad en que vive. Estos valores subjetivos o de la conciencia desempeñan una importante función reguladora de la actividad humana.
Tercero: Diferente grado de coincidencia entre el sistema de valores socialmente instituido y reconocido oficialmente (que puede ser resultado de la generalización de una de las escalas subjetivas existentes en la sociedad o la combinación de varias de ellas) y el sistema objetivo de valores.
A partir de esta concepción puede decirse que en el ámbito social es posible encontrar:
Un sistema objetivo de valores.
Gran diversidad de sistemas subjetivos (de grupos sociales e individuos)
Un sistema socialmente instituido.
Los valores, en la medida en que son un constructo que implica el comportamiento humano, tanto individual como colectivo se relacionan con otras estructuras también vinculadas con la acción social que están igualmente relacionadas con las normas, actitudes y la ideología. De ahí que se afirme que los valores sólo pueden ser conceptualizados en su integración en una teoría general de la acción humana.
Teniendo en cuenta estos criterios consideramos que los valores se funden dialécticamente entre lo objetivo y lo subjetivo, se estructuran jerárquicamente en cada individuo y en muchos casos se manifiestan inconscientemente. Es por ello que en la formación de valores se debe tener presente no sólo lo intelectual, sino movilizar internamente en cada persona sus procesos afectivos.
CARACTERÍSTICA DE LOS VALORES
"¿Debe la educación preparar aptos competidores en el mercado laboral o formar hombres completos? ¿Ha de potenciar la autonomía de cada individuo, a menudo crítica y disidente, o la cohesión social? ¿Debe desarrollar la originalidad innovadora o mantener la identidad tradicional del grupo? ¿Atenderá a la eficacia práctica o apostará por el riesgo creador? ¿Reproducirá el orden existente o instruirá a los rebeldes que pueden derrocarlo? ¿Mantendrá una escrupulosa neutralidad ante la pluralidad de opciones ideológicas, religiosas, sexuales y otras diferentes formas de vida (drogas, televisión, polimorfismo estético) o se decantará por razonar lo preferible y proponer modelos de excelencia? ¿Pueden simultanearse todos estos objetivos o algunos de ellos resultan incompatibles?"
Fernando Savater, (El valor de educar)
Evidentemente, la institución educativa no es el único agente responsable de la educación de los valores. Las prácticas educativas familiares, los medios de comunicación y el propio contexto socio- político, ejercen igualmente un papel muy relevante.
Por otro lado, y relacionado con la influencia del contexto, cualquier educador es sensible a la influencia que el neoliberalismo y las economías de mercado, están ejerciendo al fomentar el individualismo, la eficacia, la competencia, el prestigio social, etc. como valores deseables. Si a esto unimos la frecuencia y abundancia de la violencia, el engaño y la corrupción en nuestros contextos políticos más próximos, cualquier educador se puede preguntar ¿tiene sentido una educación en valores, cuando los modelos socio-políticos presentan unas conductas, tan diferentes a las que se quieren promover? ¿Qué sentido tiene explicar en clase, el por qué es importante pagar nuestros impuestos, si los alumnos comprueban que "los que mejor viven" no lo hacen?
¿Cómo conceptualizamos los valores morales?
Muy probablemente todos no estaremos de acuerdo en definir las características y las jerarquías de los valores, y esto es lo que le da importancia y riqueza a esta cuestión crucial de nuestra existencia.
De acuerdo con la mayoría de los autores, presentamos una serie de características propias del valor:
Apetibilidad: los valores son atractivos para las personas, a diferencia de, por ejemplo, las necesidades, que son obligatorias.
Polaridad: todo valor tiene un antivalor.
Jerarquía: no todos los valores presentan la misma validez (la concreción de este aspecto es el caballo de batalla entre todos los estudiosos).
Sistema: no están desconectados entre ellos, sino que forman parte de un conjunto de relaciones.
Referencia a un sujeto: El valor es siempre valor 'para alguien'…; supone una referencia a un ser inteligente y sensible que lo capta.
Carácter relacional sujeto-objeto: La valoración no es mera espontaneidad subjetiva, sino que se funda en las propiedades del objeto. No hay valor sin un interés personal, ni hay interés sin unas necesidades subjetivas que lo generen. Y se engendra cuando un sujeto estima un objeto por encima de que pueda satisfacer unas necesidades suyas. Si ese objeto no es conocido o apetecido, se queda en un simple bien potencial, en un conjunto de meras cualidades objetivas, pero sin valor. Para que haya valor ha de haber una preferencia humana.
Otra clasificación, en sentido ascendente, implica una categoría de valores probablemente aplicables a la mayoría de las personas:
"agradable/desagradable" = "placer/dolor" de manera instintiva
valores vitales de bienestar, relacionados con la utilidad;
valores espirituales, estéticos
valores de la vida social y política
valores del conocimiento orientados a la verdad
valores éticos y religiosos, que se articulan alrededor de la noción de "persona"
En cuanto a una lista de valores básicos para la educación, éstos podrían ser:
· Libertad
· Igualdad
· Justicia
· Paz
· Solidaridad
· Tolerancia
· Respeto por los demás
· Repensar la naturaleza
Bartolomé (1997), en un estudio básicamente etnográfico dedicado a la escuela multicultural, señala la importancia de los valores en las acciones encaminadas a la construcción de un nuevo tejido social. Una afirmación de este tipo implica situarse en una postura relativista, pero igual se propone la realización de unos valores básicos extensibles a toda la comunidad:
· Igualdad de derechos
· Libertad
· Tolerancia
· Justicia
· Participación
· Derecho a la información
· Diálogo
· Estimación por la diversidad y la diferencia.
Aún así, se admite la existencia de una serie de valores más amplios, diferenciados para los diversos grupos étnicos, que se puede resumir así:
Vitales: referentes a la vida física, vivencias cotidianas, deseo de diversión, de ilusión y fantasía; también necesidades básicas, naturaleza y bienestar personal.
De producción: relacionados con la actividad laboral y la adquisición y posesión de bienes: dinero, éxito, poder, etc.
Sociales: de inserción dentro de una colectividad: mejora social, ayuda a los demás, compartir, relaciones, fraternidad, cooperación.
Afectivos: amistad, familia, amor.
De desarrollo: relacionados con la madurez y la realización personal y/o profesional: felicidad, familia, realización en el trabajo, cualidades personales valoradas.
No éticos: gusto por el conocimiento, curiosidad intelectual.
Estéticos: referencia a la belleza; actividades artísticas.
Éticos: lo percibido como correcto o incorrecto, tanto para la humanidad (paz, justicia, ecología) como para el individuo (bondad, honradez, etc.).
LAS CUATRO "E" DE LA EDUCACIÓN EN VALORES
Existen cuatro maneras posibles de enseñar normas éticas y destrezas vitales. Constituyen las cuatro "E" de la educación de la conducta: ejemplo, exhortación, expectativa y emulación.
De estas cuatro técnicas, probablemente la enseñanza por el ejemplo resulte la más efectiva, como sostenía el gran filósofo John Locke y como lo han comprobado la investigación de laboratorio contemporánea.
La exhortación -el enfoque que se basa en los mensajes de "haz esto" y "no hagas aquello"- es mucho menos productiva, puesto que estimula el tipo de respuesta de "pintura fresca", cuando nos vemos tentados a mostrar nuestra independencia al actuar de forma abiertamente contraria a las instrucciones que recibimos. Los niños dejan caer su caja de juguetes "sin querer" cuando se les pide que se queden tranquilos, y los adultos se detienen a tocar la pintura fresca cuando específicamente se les pide que eviten hacerlo. Para provocar cambios en la conducta, la exhortación normalmente requiere ser reforzada por el ejemplo personal.
La expectativa es una manera más indirecta de lograr esquemas de conducta deseados, que funciona mediante la creación de profecías que se autorrealizan. Si asignamos a los niños el atributo de ser excepcionalmente pulcros o gentiles, se sienten inclinados a actuar de tal modo para hacerse merecedores de estos elogios.
Del mismo modo, si elogiamos a nuestros futuros vecinos por su gentileza, se sienten obligados a responder a esta reputación y nos llevan a casa las bolsas del supermercado o cortan el césped de nuestros jardines cuando nos vamos de vacaciones.
Experimentos realizados por los psicólogos R. Rosenthal y L. Jacobson, que han sido descriptos en su libro "PYGMALION IN THE CLASSROOM", demuestran la efectividad de esta artimaña. Tomaron al azar a algunos niños de primer grado y les asignaron resultados falsos de tests psicológicos. Estas falsas evaluaciones presentaban una imagen exagerada de sus capacidades y sugirieron tanto a los niños como a sus maestros que estaban destinados a obtener importantes logros.
Aunque esta promesa no contaba con una base real, al año siguiente los niños realmente superaron a sus pares, lo que muestra que indudablemente nos comportamos a la altura de las expectativas de los demás.
Los primeros educadores griegos probablemente usaran esta técnica para modelar la conducta de sus alumnos, aunque ponían mucho más énfasis en la cuarta estratagema: la emulación. Todas las culturas han tenido sus héroes. A los cristianos de la Edad Media se los estimulaba a modelar su vida según la de los santos, a quienes habían elegido como parangones de piedad y devoción.
CÓMO MODELAR VALORESPor más que uno se proponga, como tantos posmodernos declaran, no intervenir en la vida de los hijos, en el mero hecho de estar con ellos y de ser percibido ya se está interviniendo. El hombre no nace, se hace. Se hace con aquello que sí nace, esa textura genética que lo configura y que no es más que materia prima. El hombre es la modelación de sí mismo. Escultor y escultura. Miguel Ángel esculpe piedras, mármoles. Pero la vida de Miguel Ángel, en sí, es una obra que nunca termina de modelarse. Eso somos. Porque somos entre otros. Nacemos y ahí están los otros. Yo soy el otro de otro. Inter-actuamos, inter-crecemos, inter-venimos.
Por más que uno se proponga, como tantos posmodernos declaran con aire de grandeza redentora, no intervenir en la vida de los hijos, en el mero hecho de estar junto a ellos y de ser percibido ya se está interviniendo. No es necesario siquiera que le hable, ya está influyendo por medio de sus otros diálogos. Estamos, somos, influimos, los unos sobre los otros.
Hay una bella página de William Faulkner, de su libro "Absalón, Absalón" que describe esta situación en una imagen memorable:
"Uno nace y ensaya un camino, sin saber por qué, pero sigue esforzándose; lo que sucede es que nacemos junto con muchísimas gentes, al mismo tiempo, todos entremezclados; es como si uno quisiera mover los brazos y las piernas por medio de hilos, y esos hilos se enredasen con otros brazos y otras piernas… y es como si cuatro o cinco personas quisieran tejer una alfombra en el mismo bastidor; cada uno quiere bordar su propio dibujo."
Eso que "uno quisiera" se entrama y complica con los hilos de las otras voluntades que se trenzan con la mía. Nos influimos. El mito más falso y absurdo de este siglo fue -y para muchos sigue siendo, en cuanto a vigencia-: ¡Que los chicos crezcan solos!
Una broma. Triste broma. La mínima verdad enseña que se nace y se crece a la sombra de otros que ahí están con nosotros, antes que nosotros. Nuestros hijos, los actuales jóvenes advinieron, como todas las generaciones, a un mundo que -para seguir con Faulkner- es un amplio bastidor de valores y de modelos. Y cuando quisieron ensayar el propio dibujo terminaron haciendo, por cierto, el dibujo ajeno, el aprendido de padres, calle, televisión, políticos, los otros, todos los otros.
La pregunta por tanto, para ir al grano, no es: ¿Viste cómo es la juventud actual? -con supina admiración e inocencia-. Sino: ¿Viste lo que hicimos, nosotros, todos los otros que somos nosotros, para que la juventud actual sea como es?
¿QUÉ HACER?
La sociedad, la totalidad de los otros, así la cinceló, y así salió. El tema no es para llorar ni para fustigarse el pecho con gemibunda mea culpa. No. El tema es preguntarse qué hacer para que los jóvenes no sean como son. Valores. Palabra que nos inunda por todos los resquicios de la realidad, cuando ésta amenaza con vagos naufragios. Valores. Y se habla de valores.
Y eso es lo primero que hay que dejar de hacer: hablar. Tiempo es de modelar valores. Los valores existen sólo y tan sólo en las acciones, y éstas no necesitan de palabras. La Madre Teresa nunca, creo, dio lecciones de axiología (ciencia de los valores). Dio, sí, lecciones de vida. En cada uno de sus actos y en todas las horas de su día.
A nadie se le pide que sea de la altura espiritual del modelo citado. Pero sí se le pide que sepa que, quiéralo o no, está modelando. En el doble sentido del término: a) es un modelo de vida que se muestra a los otros y, en particular y con especial influencia, a los jóvenes; b) ese modelo -positivo o negativo- al influir, está modelando, dando forma, a otras vidas. A los padres suelo decirles:
-Todo programa de televisión que usted considere inadecuado para sus hijos, ante todo deje de verlo usted. Así de sencillo. Eso es un modelo. A nadie se le pide que cruce los Andes a caballo. Los valores formadores del bien no radican ni en la grandilocuencia ni en cúspides inaccesibles. Aparecen en la vida cotidiana de cada cual.
Su vida de esfuerzo, trabajo, constancia, disciplina, es un modelo. Eso educa. Si sugiere que lo mismo da estudiar que no estudiar, o que repetir el año no es nada trágico, también educa, pero hacia el lado opuesto, el negativo.
Y estacionar frente al cartel que lo prohíbe, también educa. Si usted lee un libro, usted educa. Si llora de dicha o de rabia porque Cienciano salió campeón también educa.
Usted no lo sabía: usted siempre educa, siempre, implacablemente siempre.
Hay que empezar por casa. Ejercitarse. Aerobismo de valores. Por ejemplo, quedarse un fin de semana en casa y demostrarse y mostrar que también en casa que uno puede disfrutar del ocio, con los otros, sin recurrir a diversiones envasadas.
Aspiremos, como decía Píndaro, "al campo de lo posible". Y educar con ejemplos de valores positivos es posible, y ahí el protagonista es usted, yo, nosotros.
LA FAMILIA Y EDUCACIÓN EN VALORES
LA FAMILIA
Definir a la familia como un criterio común unificado resulta difícil ya que cada estudioso o investigador tratará de definirla de acuerdo a su orientación teórica científica, sin embargo una definición más concreta la encontramos en el Manual de Escuela de Padres de CEDRO, que define a la familia como un tipo de organización en el que dos o más personas viven juntas, relacionadas unas con otras, comparten sentimientos, responsabilidades, información, costumbres, valores, mitos y creencias. Cada miembro asume sus roles que permitan el mantenimiento del equilibrio familiar.
Dentro de sus características de la familia mencionamos a continuación las más importantes:
a) En toda familia se dan cambios que se generan al interior (enfermedad de algún integrante) o fuera de ella (crisis en económica) estos cambios requieren de un proceso de adaptación de los integrantes de la familia para mantener la unidad de esta.
b) La familia no es una isla, sino que intercambia información, valores, creencias, con el medio ambiente (escuela, iglesia y sociedad en general).
c) En todas las familias existen periodos de crisis, que no deben ser vistas como algo negativo sino como un proceso que permitirá el aprendizaje y crecimiento de sus integrantes, dentro de este proceso existen periodos de crisis naturales siendo las siguientes:
Cuando la pareja inicia la convivencia.
Cuando nace el primer hijo.
Cuando el hijo (a) va a la escuela
Cuando el hijo (a) llega a la adolescencia
Cuando el hijo se separa
Cuando uno de los cónyuges se queda solo.
d) La familia se autogobierna mediante la aplicación de ciertas reglas.
e) La familia se constituye en una unidad basada fundamentalmente en lazos afectivos.
f) El cambio en uno de los integrantes afecta a toda la familia en general, tal es el caso de los consumidores de droga y alcohol.
FUNCIONES DE LA FAMILIA
Dentro de las funciones de la familia podemos mencionar las siguientes:
Satisfacer las necesidades afectivas, físicas de educación y salud de todos sus integrantes.
Reforzar la autoestima de los miembros y proporcionar con una adecuada comunicación, que todos los integrantes se identifiquen y se sientan parte de la familia.
Conducir y orientar a los hijos para que sean capaces de participar adecuadamente en la sociedad. El hijo aprende el lenguaje, las normas socio-culturales, los valores, etc.
Reforzar las habilidades de sus integrantes para la toma de decisiones en independencia y autosuficiencia.
Organizar distribuyendo funciones, tareas y responsabilidades a cada uno de sus miembros y de acuerdo a su edad.
La Familia como célula de la sociedad posee una significación positiva para esta por lo que constituye en sí misma como un valor.
La Familia es el primer grupo de referencia para cualquier ser humano y así lo ha sido siempre.
La influencia que tiene la familia en la Educación integral del educando, juega un papel extraordinariamente importante en la conformación del universo de valores de esa conciencia en proceso de desarrollo.
Los valores que se adquieren en las edades tempranas del proceso evolutivo suelen quedar enraizados en la estructura de la personalidad y aunque estos no significa que necesariamente se constituyan como un factor determinante, si ejercen una fuerte influencia en la construcción de la personalidad.
Los padres de familia se esfuerzan por educar a sus hijos lo mejor que pueden y por lograr para ello realizan todo lo necesario, pero muchas veces sienten que sus esfuerzos" no consiguen lo que pretenden".
En algún momento del desarrollo de la conciencia, los hijos comiencen a cuestionarse los valores adquiridos en el núcleo familiar. Estos cuestionamientos presentan dos escenarios:
Transformarse en disparadores de reflexiones: Conducen a que los valores trasmitidos cobren un sentido y un significado personal, queden impresos en la conciencia y se traduzcan en actitudes y hechos concretos, libres, responsables y congruentes.
Convertirse en fuente de conflicto valoral: Que por lo general conlleva la renuncia parcial o total de los valores familiares y las manifestaciones de desacuerdos y discrepancias generacionales en el seno del ámbito familiar.
La familia y la escuela son sin lugar a dudas dos de las Instituciones sociales más importantes para construir y sostener la cultura.
BASES PARA UNA EDUCACIÓN EN VALORES
Navarro Gil (1999) propone un perfil a obtener en el educando a través de una formación de valores desde la escuela:
LA PERSONA, UNIDAD DINAMICA Y AUTOESTIMA.- El hombre es pues una unidad compleja e inseparable, el yo físico, yo fisiológico, yo psicológico, yo intelectual y moral, yo estético, yo social, son realizaciones de la personas.
LIBERTAD-CREATIVIDAD.- La categoría de la libertad y creatividad es dominante en la elaboración del proyecto de sí mismo.
SER DE RELACION-HABILIDADES SOCIALES. La relación YO-Tu no es añadido a una persona sino a una convivencia para lograr los objetivos trazados.
LA RELACION AUTENTICA: RELACION SUJETO A SUJETO- INTELIGENCIA EMOCIONAL. Tratar al otro como persona que es, practicar el respeto, la responsabilidad y la solidaridad, en las relaciones interpersonales, dejarle ser el mismo, pensar, opinar, decidir.
PERSONA Y TOLERANCIA. La tolerancia es una actitud importante para integrarse en una sociedad plural y el clima necesario para un dialogo entre personas cultas, libres y responsables.
HOMBRE NUEVO-SOCIEDAD NUEVA. Un hombre solidario, cooperativo,
Critico, creador, sin violencia.
Las Instituciones educativas ya no deben cerrarse entre sus murallas, admitiendo solo alumnos. En la búsqueda de la calidad educativa hay necesidad de trabajar también con los padres, para que afiancen las acciones escolares y faciliten el logro de los objetivos propuestos. En esa medida, los profesores tienen responsabilidades:
1. Esforzarse en ser una persona amplia, sincera, y humana;
2. Respetar la personalidad de cada quien;
3. Establecer objetivos comunes;
4. Considerar los sentimientos y aspiraciones de los demás;
5. Comprender las necesidades humanas;
6. Evitar amenazas, incertidumbres, inseguridades, malos tratos;
7. Confiar en el grupo y en sí mismo;
8. No tomar parte en la discusión cuando preside la reunión;
9. Evitar críticas en público;
10. Tratar de elogiar los aspectos positivos de cada cual delante del grupo;
11. Dar ejemplos en vez de criticar;
12. Ser cordial. Hablar y actuar con suavidad y dulzura;
13. Ser amigable y servicial;
14. Interesarse sinceramente por los demás;
15. Ser modelo, guía, realista, acompañante, promotor;
16. Ser empático.
Así mismo tiene que tener en cuenta superar otras actitudes de efecto negativo:
1. Ser teórico;
2. Ser violento;
3. Ser el todo poderoso;
4. Decir que lo sabe todo.
Los Educadores (padres y maestros) debemos facilitar que los educandos:
1.- Aprendan a conocer: Habrá que ser conscientes que la gran curiosidad de nuestros educandos se va a manifestar permanentemente y que será función de sus educadores, tanto padres como maestros él no acallarla, sino todo por el contrario.
2.- Aprender a hacer: Acompañar a los hijos y alumnos a aprender a hacer implica una alto nivel de tolerancia tanto de los educadores como del educando, quienes no deben olvidar que nadie nace sabiendo, que todo se descubre y se aprende a partir de la practica y la constancia.
3.- Aprender a ser: Aprender a ser es una de las tareas más arduas de la especie humana. Llegar a ser uno mismo es descubrir en nosotros ese deseo de ser como hemos visto que son otros, como hemos experimentado sentir y vivir nosotros mismos. Llegar a reconocer aquello que quiero ser y seguir siendo es muy difícil ya que con frecuencia se opone a aquello que las personas que nos rodean desean de nosotros.
4.- Aprender a convivir: Aprender a convivir es todo un reto para cualquier ser humano pues eso implica aprender a tolerar la diferencia que existe en cada ser humano y vivir con ella.
VALORES Y DESARROLLO PERSONAL
El aprendizaje de los Valores y el Desarrollo personal es un proceso lento y gradual, en el que influyen distintos factores y agentes. Aunque los rasgos de personalidad, el carácter de cada quien son decisivos, también desempeñan un papel muy importante las experiencias personales previas, el medio donde crecemos, las actitudes que nos trasmiten otras personas significativas, la información y las vivencias escolares, los medios masivos de comunicación. Por lo expuesto anteriormente es que existe una estrecha relación con el Desarrollo Personal.
El Desarrollo Personal de si mismo implica un autoconocimiento, autoestima, que conlleva a una vida de bienestar personal, familiar laboral y social, cuyo fin es lograr un camino de transformación y excelencia personal para ser líderes del nuevo siglo.
El desarrollo personal es una experiencia de interacción individual y grupal a través de la cual los sujetos que participan en ellos, desarrollan u optimizan habilidades y destrezas para la comunicación abierta y directa, las relaciones interpersonales y la toma de decisiones, permitiéndole conocer un poco más de sí mismo y de sus compañeros de grupo.
Cada Persona está llamado a desarrollarse, desde su nacimiento, ha sido dado a todos, como un germen, un conjunto de aptitudes y cualidades para hacerlas fructíferas. Dotado de inteligencia y de libertad, el hombre es responsable de su desarrollo.
Ellis, autor de la Terapia racional emotiva, trata de enseñar que las personas no reaccionan directamente frente a un acontecimiento, sino al valor de la interpretación es así que nos presenta las creencias irracionales que tiene el ser humano que absolutamente es un obstáculo en el Desarrollo personal. Estas creencias irracionales son las siguientes:
1. La idea que tiene una persona en la necesidad de ser querido y aprobado por todas las personas que le rodean.
2. La idea de que la infelicidad humana responde a causas externas, mala suerte, porque ellas generan resignación y poco esfuerzo para controlar las situaciones adversas.
3. La idea de evitar las dificultades es más fácil que afrontar responsabilidades y enfrentarlos.
4. La idea de que nuestros antecedentes influencia del pasado son la única determinante de nuestra conducta y así será hasta el futuro.
5. La idea de que siempre se tiene que sufrir por los problemas de los demás.
6. La idea de que exista una salida a un problema.
7. La idea de que debemos ser siempre perfectos en todos los aspectos de nuestra vida y que todos nuestros objetivos se cumplan para consolidarlo valioso.
8. La idea de ser siempre dependientes de los demás y tener siempre alguien más fuerte a nuestro lado.
9. La idea de que todas las situaciones amenazantes o desconocidas deben preocuparnos y causarnos ansiedad.
10. La idea de que las personas malas, villanas, perversas deben ser castigadas.
Sin darse cuenta el ser humano ha convertido en una costumbre lo siguiente:
1. Errar es humano
2. Él lo hace así………Ella lo hace así
3. Que de malo tiene
4. Yo soy así y quien me quiera que me acepte como soy
5. Mi horario de trabajo es de 8.00 a 1.00 pm
6. Eso no es asunto mío, no me corresponde hacerlo
7. Yo soy un hombre –extremo
8. Yo soy mujer-extremo
9. El, ellos, tienen la culpa
10. No me dieron la oportunidad
11. Que salga primero otro, yo no
12. Este es mi lugar de trabajo
Para un adecuado Desarrollo personal se debe tener un comportamiento de triunfador, que presenta las siguientes características:
1. Pregunta y escucha respuestas
2. Discute oportunidades que se presentan
3. Busca soluciones a los problemas que se presentan
4. Aprende de sus errores
5. Lleva estadísticas y controles
6. Conoce sus habilidades y debilidades
7. Tiene expectativas positivas
8. Cree en su capacidad para controlar su porvenir.
9. Siente entusiasmo ante los retos
10. Desea firmemente cambiar y mejorar
11. No reconoce la posibilidad del fracaso
12. Posee autoconfianza.
Para un inadecuado Desarrollo personal se tiene comportamiento del perdedor, que presenta las siguientes características:
1. Habla y no escucha.
2. Se queja de obstáculos, se queja de todo lo que le rodea.
3. No busca soluciones a los problemas que se presentan.
4. No Aprende de sus errores.
5. No lleva estadísticas y controles.
6. No conoce sus habilidades y debilidades.
7. No tiene expectativas positivas, tiene miedo a triunfar.
8. Es conformista y acepta su porvenir.
9. Huye de los retos.
10. Se resiste a cambiar y mejorar.
11. Piensas más en fracasos que en logros.
12. Depende de otras personas.
Las actitudes más resaltantes de la mayor parte de las personas que progresan, que poseen calidad humano en su comportamiento diario, pueden ser alcanzadas por todos. Podemos y debemos llegar a esta con fe en sí mismo y con esfuerzo. Su práctica contribuye alimentar el sentido de realización del hombre exigiendo a ser cada vez mas virtuosa, para alcanzar el éxito se propones los hábitos y valores siguientes:
ORDEN.- Es la disposición sistemática de las cosas de modo que cada una ocupe el lugar que le corresponda.
LIMPIEZA.- Aseo, pulcritud, es hacer las cosas bien, con una expresión de autodisciplina y respeto a los demás.
PUNTUALIDAD.- Implica el cuidado y exactitud de hacer las cosas en su debido Tiempo. La puntualidad da prestigio personal.
RESPONSABILIDAD.- Es la obligación moral de evitar errores por consideración a uno mismo.
DESEOS DE SUPERACION.- Implica el potencial que todo ser humano tiene por mejorar su situación personal. La superación personal es constante.
HONRADEZ.- Implica proceder correctamente con honor y que consecuentemente la persona no debe sentir vergüenza.
RESPETO A LOS DERECHOS DE LOS DEMAS.- Implica el reconocimiento de los demás, por la dignidad, deberes y derechos de la persona.
RESPETO A LA LEY Y SUS REGLAMENTOS.- Implica acatar la justicia y compartir el bien común.
AMOR AL TRABAJO.- Es la cualidad que dignifica al hombre y lo hace ser útil a sí mismo y a los demás.
AFAN POR EL AHORRO Y LA INVERSIÓN.- Implica que debemos aumentar los esfuerzos e intereses como producto del trabajo realizado que nos permita ganar ahorros e invertir más.
ALGUNAS ESTRATEGIAS QUE PUEDEN AYUDAR A ADQUIRIR EL PERFIL DEL PENSADOR CRÍTICO
CONÓCETE: Reflexiona frecuentemente sobre tu persona, tus sentimientos, valores, formas de reaccionar ante diversas situaciones, etc.
APRENDE A OBSERVAR TUS REACCIONES EMOCIONALES Y TU CONDUCTA: Analiza tu comportamiento, sus causas y sus efectos. Esta es una condición necesaria para iniciar todo proceso de cambio personal.
ESTABLECE TUS OBJETIVOS Y PLANES DE VIDA Y DE CARRERA: Este es el camino directo hacia la autonomía personal, no esperes a que otros siempre decidan por ti.
ANALIZA LAS SITUACIONES DONDE LOGRAS CONSECUENCIAS GRATIFICANTES DEBIDO A TU CONDUCTA: Seguramente encontraras que son aquella donde hay congruencia entre dicha conducta y conjunto de valores personales y sociales positivos. Fortalece dichos comportamientos y propicia las situaciones que los permiten.
CONVERTIETE EN UN ESPECTADOR O LECTOR CRÍTICO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVA. Cuando leas o te sientes ante una pantalla de televisión piensa siempre que dicen en realidad los mensajes que se trasmiten, a quien o quienes benefician que tú asimiles. Pregúntate ¿la información es veras o esta sesgada en función de los intereses de alguien? ¿Realmente necesito lo que anuncian, me traerá los beneficios que ahí prometen? ¿En la vida real las situaciones y las personas son como las que aquí pintan?
APRENDA A ESCUCHAR Y A OBSERVAR A LOS DEMÁS: Las personas con quienes interactúas cotidianamente te están dando información acerca de ti mismo y a la vez te ofrecen modelos de conducta positivos y negativos.
TRATA DE IDENTIFICAR LOS ARGUMENTOS QUE SUBYACEN EN LA INFORMACIÓN QUE RECIBE: No solamente la persona no debe quedarse en recibir información sino de transmitir lo aprendido a otras personas.
RECONOCE HONESTAMENTE TANTO SUS SENTIMIENTOS POSITIVOS COMO LOS NEGATIVOS: El reconocer nuestros sentimientos implica sentirnos bien con nosotros mismos.
CUIDAR LA PRESENCIA FÍSICA, EL ASEO PERSONAL Y LA VESTIMENTA: El vernos bien ante los demás no da confianza para el desarrollo personal.
LAS PERSONAS CON CLARIDAD DE VALORES SE CARACTERIZAN POR:
Saber bien cuál es su relación con la sociedad en que viven.
Enfrentarse a la vida con un propio propósito definido y en forma consistente.
Saber lo que desean y como lograrlo.
Hablar de las personas y sucesos con entusiasmo y claridad.
Tener inquietudes para transformar y mejorar.
Enfrentar los hechos desagradables en forma constructiva, manejo adecuado y superación del conflicto.
Ser entusiastas, positivos y tenaces. Evidencia buena.
LAS PERSONAS CON CONFUSIÓN DE VALORES SE CARACTERIZAN POR:
No percibir con claridad su relación con el entorno social.
Tener contradicciones y ser inseguros respecto a si mismo y a sus propias metas.
Desarrollar alguno de los siguientes patrones de conducta:
Apáticos : Se muestran distraídos e indiferentes.
Volubles : Cambian de interés constantemente.
Vacilantes : Inciertos e indecisos ante las diferentes alternativas.
Inconsistentes : Tiene actitudes contradictoria de un momento a otro del Proceso.
Vagabundos : Carecen de planeación, objetivos y entusiasmo de cara al Sentido de su propia vida.
Conformistas : Se dejan llevar por otras personas o por el punto de vista que creen predominante dentro del grupo familiar, escolar, social en que viven.
Rebeldes : Exageradamente separatista, se oponen de todo en forma irracional y permanente mostrando conductas inadecuadas.
Actores : Representan una personalidad que no es la propia, asumiendo estilos tomados de otros, con poca autenticidad ante los demás.
PRINCIPALES VALORES QUE DEBEN PRACTICAR LOS PROFESORES Y EDUCANDOS
a) El RESPETO.- Es la base fundamental para la convivencia sana y pacífica entre los miembros de una sociedad. Para practicarlo es importante tener una clara noción de los derechos fundamentales de la persona, para ser respetuosos tratemos a los demás con las mismas consideraciones que nos gustaría ser tratados.
b) LA RESPONSABILIDAD.- Es la conciencia acerca de las consecuencias que tiene todo lo que hacemos o dejamos de hacer sobre nosotros mismos o sobre los demás. La responsabilidad garantiza el cumplimiento de los compromisos adquiridos y genera confianza y tranquilidad entre las personas.
c) LA PRUDENCIA.- Una persona prudente se caracteriza por su cautela al actuar, lo cual es el resultado del alto valor que le da su propia vida a la de los demás y en general a todas las cosas que considera necesario proteger. Ser prudentes significa ser precavidos.
d) LA PUNTUALIDAD.- Es una norma básica de educación. Consiste sencillamente en respetar los acuerdos de tiempo que establecemos con otras personas.
e) LA LIBERTAD.- Es la posibilidad que tenemos de decidir por nosotros mismos, como actuar en las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida. El que es libre elige entre las determinadas opciones la o las que parecen mejores o más convenientes.
f) LA SOLIDARIDAD.- Cuando dos o más personas se unen y colaboran mutuamente para conseguir un fin común hablamos de solidaridad. Es un valor de gran trascendencia para el género humano.
g) LA HUMILDAD.- Es la conciencia que tenemos acerca de lo que somos de nuestras fortalezas y debilidades como seres humanos y que nos impiden por lo tanto creernos superiores a los demás.
h) LA PERSEVERANCIA.- Es el aliento a la fuerza interior que nos permite llevar a buen término las acciones que emprendemos los que son perseverantes, tienen una alta motivación y profundo sentido de compromiso que les impiden abandonar las tareas que comienzan y los animan a trabajar hasta el final.
i) LA TOLERANCIA.- Se manifiesta cuando aceptamos y respetamos la forma de pensar de los demás, aun cuando no estemos de acuerdo con ellos.
j) LA PAZ.- Es el fruto de la sana convivencia entre los seres humanos, para hacerla posible es necesario un ordenamiento social justo, en el que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de desarrollarse como personas y en el que les sean respetados sus derechos fundamentales.
Así mismo podemos mencionar la honestidad, armonía, la disciplina, la sencillez, el criticismo, la laboriosidad, entre otros.
LA MORAL
Etimológicamente moral, viene de mores, voz latina que significa costumbres y sabemos que existen muchas costumbres buenas denominadas virtudes y costumbres malas, como los vicios. ¿Cuál de estas costumbres son las más necesarias para vivir en sociedad? Indudablemente son las primeras. El fin moral es el beneficio de sí mismo, es decir el amor del hombre a su propio ser, situación ésta que favorece al colectivo o colectividad.
La moral se relaciona con el concepto de lo bueno y lo malo de lo que uno debe o no debe hacer. Ese concepto está muy ligado a las costumbres lo que permite deducir que la moral no es una permanente, sino muchas veces variable, dado que la costumbre es cambiante, la moral también lo es. La moral que se identifica también con el obrar bien, ha sido interpretada a la luz de las diferentes escuelas filosóficas (positivismo, idealismo, materialismo dialéctico, entre otros) lo cual ha conducido a la pluralidad de conceptos, difícil de conciliar algunos, siendo así ¿Quién dicta las leyes de la moral?, ¿Quién determina lo que es bueno y malo?
Cuando se afirma que la moral se identifica con el obrar bien, surge la pregunta ¿Y qué es obrar bien? Cuya respuesta no es fácil de dar y si se da es probable que no sea aceptada por todos. En conclusión lo bueno y lo malo siempre han dividido a la humanidad.
Es así que el objetivo fundamental de la educación consiste en la formación de la conciencia moral del hombre, para que este influya en los valores éticos fundamentales, tales como:
El amor a la verdad;
El apego a la lealtad;
La dedicación y la responsabilidad al trabajo;
El interés a la justicia y al bien común.
La versión hacia la venganza, el odio, la hipocresía, la avaricia, el egoísmo y la cobardía, son los antivalores que no se deben practicar en el sistema educativo.
La Educación ha de procurar conducir a los jóvenes hacia la reflexión científica sobre los grandes problemas y misterios de las cosas, de la vida, a fin de proporcionar vivencias más profundas. Esto llevaría hacia una formación de una cultura general que lleve a la comprensión de nuestra cultura nacional, así como también a la comprensión de otras culturas distintas a la nuestra.
LA EDUCACIÓN EN VALORES DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS DERECHOS HUMANOS
PRESENTACIÓN
Cuando nos planteamos nuestra tarea educativa hoy, desde escuelas, liceos, centros de enseñanza técnica o de formación docente, en fin, cualquier centro educativo, la constatación insoslayable es que en estos tiempos no se puede encarar la enseñanza y el aprendizaje como años antes. La percepción de los cambios sociales, ambientales, culturales, económicos, permea constantemente la cotidianidad de los educadores y remueve los cimientos mismos de la educación tradicional.
Hay cambios, y la educación debe cambiar: hasta aquí diríamos que hay un consenso absoluto. Sin embargo se sucede una pregunta: ¿en qué y cómo debe cambiar la educación? Hay propuestas tendientes a mejorar la calidad, la eficiencia, la cobertura, la equidad, la capacitación laboral.
Si respondiéramos ligeramente, podríamos decir esto sí, esto no. No es el caso, aunque a veces nos tentamos a creer que tenemos la solución justa. Para empezar habría que reubicar la pregunta inicial, quiero decir, situarla. En qué y cómo cambiar la educación, debe responder también a un dónde, para qué y para quién. Con esto queremos trasmitir que el problema es bien complejo.
Reconociendo esta complejidad, queremos sí abordar en este módulo, uno de los aspectos que hoy por hoy nos parecen ineludibles a la hora de repensar la educación, y es lo concerniente a la educación en valores.
Esta preocupación por la dimensión valórica, nos abre a dos primeras interrogantes o reflexiones al respecto. La primera es si la escuela puede educar en valores, es decir, si tiene la capacidad de hacerlo, el poder para ello. Pensando en que la mayoría de los educandos de nuestro país está mayor tiempo fuera del sistema educativo, que dentro de él, recibiendo otros estímulos.
La segunda tiene que ver con la competencia: ¿le compete a la escuela asumir esta función?, ¿qué legitimidad tiene? Un empresario decía, que el docente tendría que ser como un guía turístico, «mostrar» solamente. Sostenía que lo que es bueno o es malo o cuál es el mejor estilo de vida, lo debe dejar para la familia: «a mis hijos los quiero educar yo, con mis valores, no que se los digan en la escuela».
El planteo de este señor responde al paradigma cientificista, del que todos somos herederos. Según este paradigma, «lo que se presente en un momento dado como opinable, no debe penetrar en la escuela; los contenidos que en ella deben transitar son únicamente los científicos; aquellos que sean independientes de la adscripción ideológica, política o religiosa del agente. Todo lo discutible -o lo que está en discusión- no debiera pues tener su lugar en la institución escolar»
¿Puede la escuela educar en valores?
No sólo puede, sino que siempre lo hizo de hecho. Hoy es que aparece el tema en el tapete, explícitamente, y como tema a problematizar. Aun sin proponérselo, antes también cumplió ese papel.
En nuestro país, como en casi toda América Latina, la tradición del laicismo y el positivismo está muy arraigada. Ambas vertientes contribuyeron a crear la ilusión de la neutralidad en la ciencia y en la educación. Esto nos ha llevado a un pensamiento lineal y reduccionista, que elude el conflicto y las contradicciones, pero que fuimos incorporando inconscientemente a través del currículum oculto, como la verdad; tanto es así que casi nadie se atrevía a cuestionar lo que se decía en la escuela. Implícitamente se nos ha trasmitido, por ejemplo, una confianza absoluta en la ciencia como fuente de la verdad y una cierta sospecha hacia otras formas de conocimiento (y esto ya constituye una valoración aunque se lo vista de neutralidad).
¿Por qué le toca hoy a la escuela?
«…al inicio del tercer milenio estamos visualizando que, en cualquier caso, la acción educativa de la escuela (en sentido amplio) se juega en este nivel (el de la formación moral)». Por supuesto que no es una tarea exclusiva de la educación formal, sino que es compartida por todos los agentes de socialización; pero no es menos cierto que los educadores debemos atender este aspecto, problematizarlo y tener la capacidad de hacer propuestas al respecto.
Si hoy se atribuye con más énfasis esta función a la escuela, es también porque otros agentes de socialización, como por ejemplo las familias, han renunciado en parte (ya sea por opción o por necesidad) a cumplirla como en otros tiempos. Por otra parte, otrora la escuela cumplía una función de información además de formación. Hoy día la información abunda y llega más fácilmente a casi todos los rincones del mundo. Por tanto, la función de la escuela debe volcarse más al desarrollo de las habilidades y competencias comunicativas para procesar la información y a la formación de la conciencia crítica, más que a la transmisión de información.
¿En qué valores educar?
En la charla en la mesa de un bar, en los debates en un seminario o la conversación en la sala de profesores, hay una constante respecto a la percepción de los tiempos que corren: el cambio y la sensación de incertidumbre. Estamos viviendo cambios y cambios acelerados, a nivel tecnológico, económico, educativo, ambiental, en las relaciones laborales y especialmente en los vínculos sociales y personales.
Es así que los derechos humanos resurgen una y otra vez como un horizonte ético. Se están cumpliendo 50 años desde que se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Primera vez en la historia que la humanidad se planteó la temática en forma global. A partir de allí se ha ido ampliando la esfera de los derechos humanos, de manera que hoy no sólo refieren a valores tales como la libertad, la justicia, la solidaridad, sino también al derecho a la comunicación, al desarrollo en un ambiente sano y el respeto a la diversidad, entre otros.
¿Enseñar valores o la capacidad de valorar?
Los valores que nos proponen los derechos humanos, gozan de un apoyo masivo. Sin embargo ellos tienen concreciones diferentes entre la pluralidad de culturas. Es por ello que además de promover dichos valores, la educación debe promover también la capacidad de valorar, es decir, la capacidad de discernir éticamente en cada caso cuáles son las actitudes correctas que debe adoptar cada persona. Tomando las palabras de María del Huerto Nari «los sentimientos son nuestra instalación básica en la realidad y son ellos los que nos incitan a la acción. En este sentido cada cultura se define por el sistema de sentimientos que protege, valora, trasmite, aprueba o desaprueba.»
La educación en valores debe tener en cuenta tanto la sensibilidad, entendida como la capacidad de responder empáticamente al medio social y cultural, como la racionalidad, en tanto capacidad de descentramiento y de mediatizar los impulsos, tomando en cuenta a los demás. Esto no se adquiere «aprendiendo sobre», sino mediante experiencias socializantes que afectan la esencia misma de la personalidad y requiere por lo tanto en una atmósfera educativa que lo promueva.
Coincidimos en que «una propuesta de educación en valores no consiste únicamente en proponer qué valores queremos enseñar; consiste fundamentalmente en proponer qué condiciones debe reunir la institución educativa, escuela, colegio o instituto, para que sea un lugar óptimo en el que la infancia, la adolescencia o la juventud que en ella aprenden puedan desarrollar todas las dimensiones humanas que les permitan apreciar, valorar estimar, aceptar y construir valores.»
Estrategias Educativas para trabajar en Valores
La Educación Secundaria debe orientarse, entre otras finalidades, a la formación del carácter en términos de actitudes y valores, preparar a los alumnos y alumnas para insertarse, adaptarse y contribuir a los cambios significativos e importantes en la sociedad. Uno de los Objetivos Fundamentales, propuestos por la Educación Peruana hace referencia a las finalidades generales de la educación, a los conocimientos, habilidades, actitudes, valores y comportamientos que se espera que los estudiantes desarrollen en el plano personal, intelectual, moral y social. Para cumplir el objetivo es necesario formar formadores en educación en valores, es decir, preparar a los docentes con recursos necesarios para atender el desarrollo moral de los educandos.
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