Trascendencia y perspectiva del teletrabajo para el teletrabajador. Panorama en el derecho positivo cubano (página 2)
Enviado por MsC. Alcides Francisco Ant�nez S�nchez
Las tecnologías de la información y la comunicación están transformando profundamente numerosos aspectos de la vida económica y social, como los métodos y relaciones de trabajo, la organización de las empresas, los objetivos de la educación y la formación, y el modo en que las personas se comunican entre sí. Asimismo, están produciendo importantes incrementos en la productividad industrial y en la calidad y rendimiento de los servicios.
La sociedad de la información no es la sociedad de un futuro lejano, sino una realidad de la vida diaria, donde la gestión, la calidad y la velocidad de la información se convierten en factor clave de la competitividad.
Añade, también, una nueva dimensión a la sociedad tal como la conocemos ahora, una dimensión de importancia creciente. Nuestras economías están pasando de la producción manual estandarizada a productos y servicios más diversificados, basados en el conocimiento. Por esta razón, las TIC ofrecen inmensas posibilidades para aumentar la productividad y los salarios reales y, con ello, para un crecimiento económico fuerte y nuevos empleos, esto es del lado de los beneficiados.
La importancia de la sociedad de la información como fuerza positiva de cambio integra los siguientes elementos:
Infraestructuras. Imprescindibles para fomentar nuevos tipos de organización descentralizada del trabajo, como el teletrabajo.
Redes. En la medida en que las redes de telecomunicaciones hacen posible el intercambio, el acceso y la utilización de la información para los usuarios conectados a ellas, estas, son un medio indispensable para aumentar la productividad, la eficiencia y la calidad de los distintos servicios.
Servicios. Los servicios, es decir, las aplicaciones que se pongan a disposición de los usuarios a través de la red son el elemento esencial que influirá sobre la utilización de las TIC. El acceso a estos servicios (correo electrónico, acceso electrónico a la información, etc.) repercutirá en el desarrollo de servicios terciarios avanzados, como los servicios de teletrabajo, telecompra, teleconferencia, telemedicina, teleadministración, y otros como la teleformación.
Contenidos.Los contenidos son la información de base sobre la elaboración de los servicios. El desarrollo de los contenidos supondrá un impacto en muchos sectores como sectores localmente fuertes como el sector editorial, el sector cultural, el sector educativo-universitario, el sector del ocio, pero fundamentalmente en el sector audiovisual.
Sociedad. El impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información se hará visible en múltiples ámbitos:
– Las PYMES: La implantación de las TIC en las PYMES puede suponer un aumento de la productividad y la competitividad de las mismas.
– El empleo: La principal repercusión de las TIC en referencia al empleo es la reestructuración radical de los puestos de trabajo y el mundo laboral. Los efectos positivos de la sociedad de la información sobre el empleo no se limitarán a sectores con ella relacionados y a las TIC, sino que también dará lugar a la creación de empleos y a un mayor nivel de bienestar en el resto de la economía.
Por otro lado, el mercado laboral se inclina por el trabajo en casa: con la computadora personal conectada al sistema de la oficina, es posible cumplir con gran parte de las obligaciones desde la propia casa. La introducción del teletrabajo, telenetworking o telework, en Europa, telecommuting en los EEUU, implica una serie de cambios en el entorno laboral. El término tele-trabajo a menudo se interpreta simplemente como "trabajo en casa". Sin embargo, hay más formas de aplicación del teletrabajo. En cualquier caso, el elemento común al concepto del teletrabajo no es la casa, sino el uso de ordenadores y telecomunicaciones para cambiar la modalidad y el ámbito laboral.
El teletrabajo aparece a fines de este siglo como una nueva forma flexible de organización del trabajo aplicado a multitud de actividades laborales, lo cual implica que el trabajador (teletrabajador o ciberworker) preste sus servicios fuera del entorno empresarial tradicional del empleador. El teletrabajador tiene menor número de horas de presencia física dentro de la empresa que fuera. Esto no implica necesariamente y en todos los casos que el teletrabajador trabaje fuera la jornada completa, muchas veces puede ser mitad y mitad. Para el caso, es teletrabajador quien utiliza equipos electrónicos para procesar y cambiar información o documentos y las telecomunicaciones para mantener el contacto con la empresa o empresas para la o las que trabaja.
Las computadoras y los avances en telecomunicaciones e informática, permiten que mucha gente pueda cumplir con sus obligaciones laborales casi sin moverse de su casa, o desde cualquier rincón del planeta: sólo se necesita una computadora estándar, un módem y una línea telefónica.
Este «trabajo a distancia» o tele-trabajo está desarrollándose en todo el mundo y promete cambiar costumbres y estilos de vida. Esta modalidad de trabajo modificará sin duda la estructura misma de la relación laboral y de la organización empresaria. En EEUU (más de 8 millones) y Europa (más de 2 millones) los teletrabajadores ya son un pequeño ejército imparable que avanza utilizando las nuevas tecnologías como herramientas de trabajo.
En América Latina no hay cifras ni datos estadísticos que nos permitan hablar de cantidad de teletrabajadores y recursos disponibles. Sin embargo, es sabido que ya existen numerosos casos de teletrabajadores por cuenta propia y numerosas experiencias desarrolladas en empresas, sobre todo multinacionales que aplican teletrabajo como política. Podemos citar casos como la petroquímica Dow, Laboratorios Roche, IBM o la alemana Siemmens, entre otras.
A consideración de algunos, como salida a los tiempos de crisis, el teletrabajo presenta oportunidades únicas de vinculación internacional, ya que permite exportar trabajo, sin "exportar" a las personas que realizan ese trabajo, con las consiguientes problemáticas del desarraigo y la ilegalidad, sin mencionar la pérdida de personal altamente calificado que emigra en busca de mejores oportunidades.
El primer paso para explicar el Teletrabajo es definirlo, y esto es más difícil de lo que parece. La mayoría de la gente entiende que la palabra implica trabajo a distancia, pero esto, evidentemente, no es todo. La dificultad estriba en la falta de una definición generalmente aceptada. Por un lado, la palabra es utilizada como significados ligeramente diferentes y, por otro, términos con significados muy similares al del Teletrabajo son de uso común. Así, si se examina la literatura sobre el tema, se puede comprobar que, además de Teletrabajo, se utilizan términos como Teledesplazamiento (telecommuting), Trabajo en Red (networking), Trabajo a Distancia (remote working), Trabajo Flexible (flexible working), Trabajo en el Domicilio (homeworking), Teletrabajo alternativo, Teletrabajo móvil.
De forma sencilla se puede decir que el teletrabajo abarca todas las actividades que pueden ser llevadas a cabo remotamente fuera del lugar de trabajo habitual y que precisan para ello del uso intensivo de tecnologías de la información y la comunicación.
1.2- Criterios acerca de su denominación.
Fenómenos como la automatización, la informatización, la globalización económica y el teletrabajo abren un nuevo período caracterizado por el elevado nivel tecnológico y por provocar en el mundo jurídico una necesidad de adaptación de los cambios a la realidad laboral.
La Telecomunicación ha sido definida como: un sistema de comunicación telegráfica, telefónica o radiotelegráfica y demás análogos, la Informática como: un conjunto de conocimientos científicos y técnicas que hacen posible el tratamiento automático de la información por medio de ordenadores.
Tecnología, término general que se aplica al proceso a través del cual los seres humanos diseñan herramientas y máquinas para incrementar su control y su comprensión del entorno material.
El teletrabajo se define en un informe de la Comisión Europea como aquel que designa aquellas actividades ejercidas lejos de la sede de la empresa (se le denomina también en ocasiones trabajo a distancia, a través de la comunicación diferida o directa por medio de las nuevas tecnologías).
Según Francisco Antonio Rodríguez Santana una definición más prolija sería la siguiente: es una forma flexible de trabajo, que consiste en el desempeño de la actividad profesional sin la presencia física del trabajador en la empresa durante una parte importante de su horario laboral. Engloba una amplia gama de actividades (Tratamiento, transmisión y acumulación de información; gestión de recursos; ventas y operaciones comerciales; consultoría y auditoría; diseño, traducción, etc.) y puede realizarse a tiempo completo o parcial.
La actividad profesional en el teletrabajo implica el uso frecuente de métodos de procesamiento electrónico de información, y el uso permanente de algún medio de telecomunicación para el contacto entre el trabajador y la empresa.
Ortiz Chaparro lo define diciendo que "teletrabajo es trabajo a distancia, utilizando las telecomunicaciones y por cuenta ajena".
Francisco Antonio Rodríguez Santana lo define como "actividad laboral, generalmente en el sector servicios, por cuenta propia o ajena, que se lleva a cabo fuera del centro de trabajo habitual, utilizando las tecnologías de la información y las telecomunicaciones".
El Acuerdo Marco Europeo sobre Teletrabajo firmado en Bruselas el 16 de Julio de 2002 lo define diciendo que "es una forma de organización y/o realización del trabajo, utilizando las tecnologías de la información en el marco de un contrato o de una relación de trabajo, en la cual un trabajo que podría ser realizado igualmente en los locales de la empresa se efectúa fuera de estos locales de forma regular".
Distintos criterios de autores latinoamericanos lo han definido en esencia como: Trabajo a distancia mediante el uso de telecomunicaciones.
Jack Nilles, en 1994 lo define como la sustitución de los desplazamientos relacionados con el trabajo con las tecnologías de información. El diferencial entre los términos telecommuting y telework lo marcan el desplazamiento del trabajo hacia los trabajadores y la sustitución del los desplazamientos por las TI.
Craipeau y Marot (1984) delimitan el concepto de teletrabajo bajo términos de trabajo a distancia y tecnologías de información. Su concepción es considerada amplia aunque, sin embargo, añaden el uso intensivo de la tecnología para acotar su definición. Con ello, los autores enmarcan el trabajo a distancia con una dependencia a las tecnologías de información de forma directa.
Para Olson y Prims (1984) el teletrabajo derivado del telecommuting se refiere a la sustitución del desplazamiento físico al trabajo por las telecomunicaciones. Mientras que Berch (1985) considera más apropiado el término out work para referirse al trabajo realizado en el exterior, Berch considera que el telecommuting asigna al concepto la virtud de sustitución de desplazamientos por lo que su concepción es más neutral, de esta manera su definición se enmarca como trabajo externo realizado por medio de la TI.
El foro europeo del teletrabajo, a través de su presidente Eduardo Barrera (1995) ha manifestado que la definición preferida por este organismo es la planteada por Nilles, en la que se enmarca la posibilidad de enviar el trabajo al trabajador en lugar de enviar al trabajador al trabajo. Su postura se basa en que el esquema de teletrabajo rompe con los conceptos tradicionales de hombre-lugar de trabajo y lugar de trabajo-horario de trabajo, introduciendo nuevos grados de libertad en las organizaciones.
Como diferencial de otras formas de trabajo afines, Molina (1995) señala como elemento central la aportación de valor mediante un uso intensivo de las tecnologías de información.
Finalmente Francisco Antonio Rodríguez Santana precisa una definición concisa: Forma flexible de organización laboral, que consiste en el desempeño de la actividad profesional sin la presencia física del trabajador en la empresa durante una parte importante de su horario. Engloba una amplia gama de actividades y puede realizarse a tiempo completo o parcial.
La actividad profesional en el teletrabajo, implica la utilización frecuente de métodos de procesamiento electrónicos de información y el uso permanente de algún medio de comunicación para el contacto entre el teletrabajador y la empresa.
El teletrabajo es la actividad profesional desarrollada por personas teletrabajadores que no están presentes físicamente en la empresa para la que trabajan. Esto exige además de una cualificación profesional, un dominio de las nuevas tecnologías como el ordenador, el modem, el Fax y el teléfono, ya que estas serán sus herramientas de trabajo.
1.3- Características e importancia.
Las características que identifican el teletrabajo son fundamentalmente dos: el lugar donde se trabaja y la tecnología con la que se realiza el trabajo.
1. LUGAR DE TRABAJO: El lugar ha de ser parcialmente independiente de la ubicación de la empresa, lo que permite que el trabajo se realice desde el propio domicilio del trabajador, desde un centro próximo o de forma independiente. Esto provoca una nueva división del tiempo de trabajo entre la residencia familiar del teletrabajador, las oficinas tradicionales situadas en el centro de las ciudades y posibles centros de trabajo cercanos a las residencias de los teletrabajadores, que se suelen denominar "satellite office". Algunas de las razones de estos centros son:
- La necesidad de compartir el costo de los equipos necesarios para trabajar.
- Evitar la soledad del teletrabajador.
- Crear cultura de empresa con estos encuentros.
La distribución del tiempo de trabajo también es importante, pues para considerar que una persona es teletrabajador es necesario que pase una parte importante de su jornada laboral fuera de su entorno habitual de trabajo.
2.- Uso intensivo de las tecnologías de la información y comunicación
Es necesario que el teletrabajador emplee estas tecnologías de forma habitual, lo que hace posible la actividad, las cuales son: el teléfono, el fax, la videoconferencia, el correo electrónico e Intranet.
Asociado al concepto de teletrabajo aparece la figura del teletrabajador, que es quien desarrolla su actividad profesional haciendo uso de servicios de teletrabajo.
La adopción de técnicas de teletrabajo se puede realizar en dos vertientes distintas: una de ellas consiste en que la implantación del servicio de teletrabajo en una determinada empresa se hace para uso interno, considerándose como una evolución de su estructura organizativa. La otra consiste en la promoción de nuevos servicios de teletrabajo como oferta a profesionales y a otras empresas, considerando dichos servicios como nuevas oportunidades para hacer negocios.
EL teletrabajo como fenómeno social.
Como fenómeno social el teletrabajo está incidiendo en múltiples factores:
-En la forma de planificar el desarrollo económico.
-En los sistemas de organización del trabajo en el marco de la empresa.
-En las relaciones laborales.
-En los hábitos y comportamientos de vida.
En suma, el teletrabajo comporta una organización flexible del trabajo en un lugar diferente del que ocupa la organización con posibilidades varias según la modalidad, abarca una pluralidad enorme de actividades laborales y está abierto a distintos tipos de contrato por obra o servicio, a tiempo parcial o completo, en nómina, como colaborador o de forma independiente
Tipos de teletrabajo
Entre los diferentes tipos de teletrabajo podemos encontrar los siguientes como los más habituales:
- Teletrabajadores empresarios: Personas que empiezan su negocio en el hogar hasta que pueden hacer frente a los gastos generales de una oficina.
- Telecentros: Lugares a los que se desplazan los empleados a trabajar con sus compañeros empleando las telecomunicaciones.
- Telecabañas: Es un tipo especial de telecentro, denominado así por su origen en aldeas rurales. Tiene su origen en Escandinavia y se ha extendido a Irlanda, Francia, Gales y Escocia.
- Teletrabajo en países terceros: Consiste en concentrar diversas actividades para obtener una correcta combinación de costos.
- Teletrabajo nómada: Se trata de trabajadores que necesitan viajar constantemente y cuyo lugar de trabajo es el lugar en donde están. Suelen ser vendedores o ingenieros de servicios.
Las posibilidades son muy amplias y los campos donde desarrollar esta modalidad creciente pueden ser: asesoría laboral, física, jurídica, traducción, consultoría, medicina, enseñanza, trabajo de secretaría, arquitectura, edición, ingeniería, seguimiento de valores bursátiles, vigilancia de bosques y medioambiente, entre otros. Sin embargo, por ahora la mayor parte de los teletrabajadores son profesionales independientes, contadores, analistas de sistemas, periodistas, expertos en marketing, diseñadores que decidieron manejar sus asuntos desde otro ámbito laboral.
El teletrabajo requiere de un mínimo equipamiento independientemente del tipo de actividad a la que deseemos dedicarnos. Este equipamiento variará en función de las necesidades de la actividad de que se vaya a desarrollar, así como del lugar donde se vaya a teletrabajar: nuestra casa, un telecentro o un teletrabajo móvil. Por lo que las herramientas mínimas para teletrabajar son:
Computadora
Modem o dispositivo de comunicaciones
Teléfono y/o celular + fax
Software específico
Espacio propio
Existen diversas modalidades de teletrabajo ya funcionando en los EEUU y Europa:
Teletrabajo en casa. Admite varios tipos:
1. Teletrabajadores empleados: El hogar como lugar de trabajo estipulado en un contrato con el empleador.
2. Autoempleado o "freelance": Ofrece sus servicios él mismo desde su propia casa.
3. Teletrabajadores "empresarios": Aquellos que inician una aventura empresarial desde su propia casa.
Teletrabajo en Oficinas remotas:
1. Centros de Recursos Compartidos: Es un centro que aglutina en un sólo edificio una serie de prácticas relacionadas con el teletrabajo y organiza los recursos humanos de la empresa para obtener mayor efectividad y flexibilidad. Poseen gran equipamiento de tecnologías de la información y tele-comunicaciones.
2. Telecentros u Oficinas Satélite: Son lugares que, aunque distantes entre sí, trabajan conjuntamente en un entorno dirigido. De este modo, una empresa puede tener sus oficinas o departamentos en diferentes lugares, pero trabajando conjuntamente (compartiendo recursos).
3. Telecottages: Un tipo especial de telecentro, pero ubicado en zonas rurales. Su origen (escandinavo) fue el de acercar las nuevas tecnologías y conocimientos a los habitantes de áreas de difícil acceso a una serie de oportunidades y conocimientos.
Televillage. Es un concepto que supone el combinar un estilo de vida en el campo con el acceso a las grandes redes de información. En este caso serían pequeños pueblos conectados en su totalidad a este tipo de redes. Como el caso de un pueblo en Virginia, EEUU: Blacksburg.
Teletrabajo Móvil. Se consideran aquellos trabajadores que desarrollan la mayor parte de su actividad en diferentes lugares (nómades). De hecho necesitan disponer de equipos fáciles de usar y transportar.
Teleredes de Pyme. Interconexión de Pymes a través de una red telemática. Desarrollo de una Intranet.
2.1- Análisis legislativo y valoración crítica. Encuadramiento jurídico del teletrabajo.
Lorenzo Gaeta nos dice que "cuando el iuslaboralista se dispone a examinar los aspectos jurídicos del teletrabajo corre el riesgo de sufrir una profunda crisis de desaliento. Frente a las exigencias de una innovación tecnológica velocísima, advierte que las respuestas de que dispone están ligadas a esquemas desfasados, a modelos e instituciones más próximas a la época de la industrialización que a la era de la sociedad terciarizada basada en la informática".
Hasta el momento, las dificultades con el teletrabajo son de carácter legal y político, no tecnológicas. Los problemas tecnológicos son más fáciles de resolver que los legales y políticos. Una crítica a esta modalidad laboral, suele ser la facilidad aparente de las empresas para evadir las obligaciones fiscales. Pero para tener las cuentas claras con el fisco, hay que atender a que en el caso de un teletrabajador empleado por una Empresa, sus obligaciones serán las mismas que las de cualquier otro trabajador.
En los demás casos, cuando el teletrabajador no está empleado, es un autónomo o un profesional independiente, y para todo eso ya existen leyes en cada país, aunque necesiten retoques para actualizarse.
De cualquier modo, el teletrabajo es una forma de trabajo más y, por lo tanto, le son aplicables en principio las leyes del trabajo ordinario. El escollo real está en la ausencia de un marco legislativo global, la normativa, de cara al teletrabajo, deberá ser tras-nacional. Los teletrabajadores, con el uso de Internet (Red de redes planetaria), realizan cada vez más fácilmente tareas para Empresas de otros países. En Europa concretamente, el 3º Congreso de la Unión Europea (Noviembre de 1996) insistió en la necesidad de la creación de un marco legal-laboral europeo.
Ante la ausencia de una regulación legal específica en el Derecho Español los autores se han inclinado por subsumir esta figura dentro del contrato de trabajo a domicilio (respecto del teletrabajador por cuenta ajena no del teletrabajador autónomo). Se entiende por trabajo a domicilio en el Derecho Español "aquél cuya prestación laboral se realiza en el domicilio del trabajador o en el lugar libremente elegido por éste y sin vigilancia del empresario (art. 13.1 del Estatuto de los Trabajadores). No es la nota de la voluntariedad y ajenidad lo que está en tela de juicio, sino más bien la dependencia del empresario, puesto que el trabajo a domicilio se realiza aparentemente sin la vigilancia del empresario.
Sin embargo, Montoya Melgar o Sellas I Benvigut, entienden que no se trata tanto de la desaparición de la nota de la dependencia, sino de su debilitamiento por el hecho de que el trabajador no esté físicamente en el centro del trabajo, matiz éste último que no se dará en el sistema on line en donde la conexión del ordenador del trabajador con el ordenador central permitirá al empresario no solo vigilar al trabajador sino incluso ir más allá de la dependencia organizativa y directiva del propio empleador, rozando los derechos derivados de la propia intimidad e imagen del empleado.
Si para Montoya Melgar la singularidad del trabajo a domicilio justificaría su conceptuación como contrato especial, nada impediría que la futura regulación que se hiciera del teletrabajo (especie dentro del género) también lo fuera, como los derechos laborales y sociales que del mismo se derivasen.
En cualquier caso, en el teletrabajo genéricamente considerado se presenta un problema de delimitación aplicativa del Derecho del Trabajo ya que la prestación de servicios del teletrabajador puede enmarcarse en distintas formas jurídicas: contratos de obra o arrendamiento de servicios o contrato de trabajo. Y ello, porque la modalidad del teletrabajo carece actualmente de homogeneidad en sus distintas manifestaciones y, por tanto, en la conceptuación de su respectivo régimen jurídico.
La línea metodológica de delimitación entre unas y otras fórmulas contractuales será la utilizada por la doctrina y jurisprudencia para prestaciones de servicios similares atendiendo fundamentalmente a la nota de la dependencia o subordinación.
Por todo ello, la técnica para dilucidar si una modalidad concreta de teletrabajo puede o no ser incluida dentro del ámbito del Derecho Laboral será aquella que descanse en la apreciación de la existencia o inexistencia de la nota de la subordinación o dependencia. Se tratará, por tanto, de efectuar una valoración conjunta y ponderada de los datos más relevantes indicativos de tal subordinación en un supuesto concreto de teletrabajo. El sometimiento a las instrucciones del empresario sobre el trabajo realizado y sus circunstancias, el control sobre su realización efectiva y sobre la cantidad y calidad del resultado, la no posibilidad por parte del teletrabajador de rechazar el trabajo encomendado, son, entre otros, datos significativos para decidir si un determinado teletrabajador puede entenderse incluido "dentro del ámbito de organización y dirección del empresario" que es la exigencia establecida en el artículo 1.1 del Estatuto de los Trabajadores para calificar como laboral una concreta relación jurídica.
Claro está que en el caso del teletrabajo, el ámbito físico en el que el empresario ejerza ese poder organizativo no podrá ser el normal o clásico constituido por el centro de trabajo en sentido estricto, por lo cual ese ámbito hay que entenderlo en un sentido más amplio de carácter organizativo, como la facultad de ordenar, dirigir y controlar la actividad de teletrabajo realizada por el teletrabajador, los medios utilizados, el contenido de la prestación y sus resultados.
Aquellas personas que aún siendo teletrabajadores no estén bajo la dirección u organización de un empresario en el sentido expuesto, no podrán ser consideradas como teletrabajadores amparados por el Derecho del Trabajo y ello, desde las coordenadas legales, doctrinales y jurisprudenciales utilizadas en la elaboración del concepto básico y definitorio de la dependencia o subordinación.
La técnica aplicable para la indagación y determinación de la existencia o inexistencia de relación jurídica laboral será, en consecuencia, similar a la ya utilizada en otros supuestos de frontera de Derecho del Trabajo aún cuando la heterogeneidad de fórmulas y variantes que se dan en el teletrabajo supongan una dificultad añadida.
La Jurisprudencia española ha confirmado la existencia de contrato de trabajo en los supuestos de teletrabajo "on line" o interactivo en los que el trabajador opera sobre un programa informático proporcionado por el empresario, quedando de propiedad de éste los trabajos realizados. La sentencia del Tribunal Supremo de 22 de Abril de 1996 efectúa las siguientes consideraciones básicas:
1ª Frente a las notas típicas de una relación arrendaticia de servicios concurren en la relación jurídica de autos elementos configuradores de la dependencia característica del contrato de trabajo, tales como la concurrencia de una estricta dirección de los trabajos informativos a realizar a través de un programa informático confeccionado por la empresa la que, a su vez, controlaba dichos trabajos mediante comunicación directa, penalizando por otra parte, el retraso o el incumplimiento del trabajo encomendado y asignando zonas de actuación. Además el trabajo de información encomendado queda en propiedad de la empresa.
2ª Esta dependencia deducida de los anteriores datos no exige ya la presencia física del trabajador en las instalaciones empresariales con sujeción a un horario determinado ni siquiera tampoco la exclusividad en la prestación del trabajo encomendado.
3ª Desde esta perspectiva, y con base en la presunción legal del art. 8.1 del Estatuto de los Trabajadores, nos encontramos ante una relación laboral de específicas características pero no desnaturalizada en su esencia de prestación de trabajo por cuenta y bajo dependencia ajena mediante el abono de una retribución.
Con la sentencia comentada queda, por tanto, evidenciado el reforzamiento de la nota de la dependencia como una nota básica en la caracterización de la relación laboral, así como la infinidad de matices que el teletrabajo introduce en la delimitación de las líneas fronterizas del Derecho del Trabajo.
Dada la expansión que el teletrabajo va a experimentar en los próximos años, puede llegar a introducir un nuevo replanteamiento del Derecho del Trabajo tanto en los aspectos individuales (formalización del contrato, salario, jornada, tiempo de trabajo, prevención de riesgos laborales, poder de dirección, privacidad y derecho a la intimidad, continuidad y extinción de la relación laboral) como en los colectivos (libertad sindical, negociación colectiva, derecho de huelga y de adopción de medidas de conflicto colectivo), sin olvidar tampoco la importante problemática que irá surgiendo en la aplicación del sistema de prestaciones sociales (subsidio de incapacidad temporal, subsidio de maternidad y las distintas incapacidades).
Todas estas singularidades exigen una voluntad legislativa tuitiva y clarificadora para la regulación de estas nuevas prestaciones de servicios que están apareciendo motivadas por las nuevas tecnologías de la información y de las telecomunicaciones inductoras de cambios espectaculares en el modo de prestar el trabajo. Así, y en este sentido, el 16 de Julio en Bruselas, los Agentes Sociales (CES, UNICE/UEAPME y CEEP) han firmado el Acuerdo Marco Europeo sobre Teletrabajo.
Este Acuerdo Marco se comenzó a negociar en Octubre de 2001, y ha sido el primero en reconocer la obligatoriedad de su cumplimiento en todos los países de la Unión Europea, a los que hay que agregar Noruega e Islandia y se invita a su ratificación a los países candidatos.
Las partes firmantes se han comprometido a su aplicación en los países representados. Es importante señalar que este Acuerdo no precisa ninguna tramitación legislativa por parte de las instancias comunitarias (ya que no ha de convertirse en Directiva) y, por tanto, su vigencia comienza al día siguiente de la firma.
El Acuerdo Marco Europeo sobre Teletrabajo regula: la definición y campo de aplicación del teletrabajo, el carácter voluntario, las condiciones de empleo, la protección de datos, la vida privada, los equipamientos, la salud y seguridad, la organización del trabajo, la formación y los derechos colectivos, así como la implementación y seguimiento del mismo.
Una vez que la empresa procede a la implantación del teletrabajo debe determinar el marco regulador bajo el que se regirá. Se deben contemplar aspectos generales que deben darse en una relación de teletrabajo. La Legislación española no contempla de modo expreso el teletrabajo, pero tampoco lo prohíbe.
En muchas empresas en las que se ha instalado el teletrabajo, ejemplo de esto es "Mobility" e "IBM" más que un contrato de trabajo se ha redactado un documento guía en el que se recogen las normas de funcionamiento para organizar su empleo y evitar problemas durante el desarrollo de la experiencia.
Se pretende dejar claro desde el principio qué es lo que la empresa espera del trabajador y que es lo que no se le puede exigir.
La legislación contempla dos posibilidades:
-El contrato laboral, con todo lo que implica la sumisión tuitiva de los derechos de los trabajadores,
-Y el arrendamiento de servicios, que permite exteriorizarlos reduciendo los riesgos para la empresa que controla.
El contrato de trabajo no sólo debe ser supervisado por los jefes de los departamentos de personal, sino por los sindicatos, las inspecciones, técnicos, etc.
Estas guías o contratos no pueden abarcar todos los temas, pero sí los problemas para el momento en que puedan surgir. Se deben incluir algunos temas como:
-Comunicación con los trabajadores por parte de la empresa.
–Procedimientos y normas a seguir.
-Horarios en los que el trabajador ha de estar localizable por parte de le empresa.
-Frecuencias y lugares de las reuniones, así como el horario.
-Días laborables y de vacaciones, jornadas de seguimiento y de puesta en común.
2.3- Ventajas y desventajas; actualidad y perspectivas del teletrabajo para el teletrabajador.
2.3.1.- Ventajas del teletrabajo.
Las ventajas del teletrabajo son numerosas, no solamente para el empleado, sino también para el empresario, los autónomos o freelance, y el desarrollo de la economía local.
Una de las grandes ventajas, es que rompe con las barreras geográficas, con todos los beneficios que eso conlleva en cuanto a la reducción de costos, ahorro de tiempo y de consumo, e incluso en beneficio de la sociedad gracias a la reducción de tráfico y de contaminación.
El teletrabajo bien implementado puede suponer una gran ventaja, no solo desde el punto de vista de la competitividad, sino también de ahorro y aumento de la calidad del producto y de tareas para el teletrabajador.
La empresa podrá buscar al mejor para ejecutar un trabajo y el trabajador prescindirá de las restricciones horarias.
Ventajas para la empresa
– Reducción de ausentismo laboral.
– Mejor organización: permite una mayor flexibilidad de reorganización laboral y ayuda a aumentar la motivación de los empleados y su productividad, así como mejora el reclutamiento y mantenimiento de los recursos humanos
– Reducción de costos: ahorra costos de infraestructura (no se requiere una oficina tan amplia ni tanto material) y de desplazamientos entre otros.
– Ayuda a evadir problemas ajenos a la empresa: problemas de tránsito, meteorológicos o de infraestructura.
– Mejoras en la atención al cliente.
Ventajas para el empleado
– Mejor calidad de vida.
– Reducción del estrés
– Reducción de tiempo y costos de desplazamiento: Esta es para muchas personas una de las mayores motivaciones para optar por el teletrabajo.
– Mejores oportunidades laborales: al no existir barreras geográficas el teletrabajador se enfrenta a un mercado laboral mundial, dentro de sus posibilidades y preferencias.
– Mejor equilibrio trabajo-familia: permite lograr un mejor equilibrio entre las horas dedicadas al trabajo y a la familia.
– Horarios flexibles: en el teletrabajo, muchas veces es el teletrabajador quien gestiona su tiempo, pudiéndolo combinar con otras actividades.
– Posibilidad de inserción laboral de discapacitados.
Ventajas económicas y sociales
– Menos tráfico y contaminación, sobre todo en áreas urbanas: al no ser necesario el desplazamiento a la oficina, se reduce la contaminación.
– Más oportunidades de trabajo: para la población desocupada, el teletrabajo se presenta como una alternativa más, especialmente interesante en áreas con alto índice de desempleo.
– Acceso al trabajo: se beneficiarán sobretodo todas las personas con alguna problemática especial, como por ejemplo, alguna discapacidad.
– Reducción de la contaminación, de accidentes y del impacto medioambiental.
– Nuevas oportunidades de zonas en depresión económica.
– Eliminación de problemas de despoblación.
2.3.2.- Desventajas del teletrabajo
– Dificultad para la desconexión psicológica del trabajo.
– Para muchas personas, resulta costoso comprarse una computadora, un módem y un fax.
– Una mayor tendencia al aislamiento
– Una menor integración en la empresa, lo que provoca la dificultad de controlar el trabajo.
– Desarraigo.
– Desinterés a la sindicalización.
– No todas las actividades laborales se pueden adaptar a esta nueva modalidad. Incluso aquellas que usted cree que se podría hacer en su casa, quizá podría realizarse mejor desde la oficina.
– Actividades que requieren creatividad y la intervención de más gente, así como aquellas que necesiten tareas en equipo, no son aconsejables para el teletrabajo.
– En ventas o en algunos servicios a clientes es incluso aconsejable tener espíritu de equipo y relaciones fluídas.
Por otro lado, en la sociedad actual vivimos siempre contrarreloj, atados a rutinas y obligaciones que ocupan casi la totalidad del día.
Los horarios de trabajo suponen un obstáculo en la conciliación de la vida familiar y laboral. En este sentido, el teletrabajo se ofrece como una posibilidad de integrar la dedicación laboral con las obligaciones familiares. La experiencia de Telefónica I+D:
En una escala de 1 a 5, los teletrabajadores valoraron con un 4,5 la adecuación del teletrabajo a la vida personal (feb.2004)
– Estrés
Los cambios que se producen en la vida personal, laboral, familiar y social del teletrabajador permiten que éste se libere de tensiones que quizás tuviera trabajando en el centro de trabajo convencional, (por ej. debidas a desplazamientos a los centros de trabajo en zonas de alta congestión de tráfico, atención de hijos pequeños o de personas enfermas). La experiencia de Telefónica I+D:
Un 67 % de los teletrabajadores considera que ha disminuido su estrés. Un 5 % considera que ha aumentado.
– Jornada laboral
Dentro de las conclusiones habituales de los estudios realizados sobre teletrabajadores, se observa una tendencia a trabajar un mayor número de horas desde casa. Aparentemente, este hecho iría en detrimento de la calidad de vida del teletrabajador. Sin embargo, el empleado no siempre considera que disminuye su calidad de vida.
En BT se ha observado, que a pesar de que un elevado porcentaje de los teletrabajadores encuestados (68,5%) han incrementado las horas de trabajo, esta situación no se traduce en reducción de la calidad de vida. El ahorro de tiempo dedicado al traslado al centro de trabajo desde el hogar, parece compensar incluso las posibles horas extras.
La experiencia de Telefónica I+D:
Un 43% de los teletrabajadores considera que ocasionalmente ha aumentado su jornada laboral. El resto considera que no.
Ninguno considera que haya aumentado habitualmente.
– Aislamiento
Otro aspecto a considerar en la calidad de vida del teletrabajador es la sensación de aislamiento.
El esquema del teletrabajo a tiempo parcial, aumenta los beneficios de estar en casa reduciendo sus desventajas.
Un 76% de los teletrabajadores no se sienten aislados. El resto sólo ocasionalmente.
– Integración laboral
Aparentemente, este hecho iría en detrimento de la calidad de vida del teletrabajador. Sin embargo, el empleado no siempre considera que disminuye su calidad de vida.
El teletrabajo desde casa o desde centros accesibles permite incorporarse al mercado laboral a personas discapacitadas, que no pueden desenvolverse con facilidad en los centros de trabajo convencionales.
En el año 2003, la productividad de AT&T asociada al teletrabajo ha supuesto casi 150 millones de dólares de beneficios. Sus teletrabajadores consiguen una hora productiva adicional cada día que trabajan en casa (un 70% afirman que aprovechan las horas que ahorran en concepto de transporte, para trabajar).
Limitaciones del teletrabajo
Como cualquier otra aplicación en el campo de las nuevas tecnologías, el teletrabajo tendrá éxito siempre y cuando se aplique a ciertas circunstancias y de una determinada forma.
No todo el mundo está preparado o posee un perfil de teletrabajador. Ni la empresa ni el propio empleado deben engañarse, sino conocer sus limitaciones.
El teletrabajo sitúa al trabajador en un entorno en el que se hace indispensable un alto grado de motivación y responsabilidad. Además requiere un cierto grado de especialización en la actividad que se desarrolla.
El teletrabajador, por último es normalmente una persona que acaba acostumbrándose a un ritmo y a una forma de trabajo muy personal, diseñados por él mismo.
Para el teletrabajo es necesario que tanto el jefe como el empleado tengan una relación de trabajo adaptada a las necesidades de esta nueva modalidad.
El jefe debe confiar en el empleado y él a su vez, creer en la empresa y el proyecto.
Hasta ahora el trabajo tradicional se ha basado en una relación más personal y un ambiente laboral diferente.
La autonomía del trabajador contrasta con la rigidez que normalmente caracteriza el trabajo en una empresa, especialmente en el que al horario y distribución de tareas se refiere.
2.3.3- Factibilidad o no de inclusión en nuestra legislación.
Para analizar si sería factible o no incluir en nuestra legislación al teletrabajo como una nueva forma de trabajar, partiremos valorando la Ley Fundamental de nuestra República, la Constitución en su artículo uno donde se preceptúa que: "Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana.
Del otro lado tendremos en cuenta las desventajas más significativas del teletrabajo como son: el aislamiento, el desinterés a la sindicalización y el desarraigo, las cuales son totalmente incompatibles con los principios preceptuados en nuestra constitución, anteriormente citados, ya que en nuestro país los trabajadores somos la base de la sociedad socialista y la sindicalización es un derecho alcanzado como logro y conquista de nuestra Revolución, además de todos los esfuerzos que hace nuestro gobierno por luchar contra el desempleo y consecuentemente por la unidad de los trabajadores.
No obstante debemos tener en cuenta lo que está sucediendo en nuestro país con la educación, la cual sin dudas es uno de los campos con más futuro en la red, ya que con la tele- enseñanza, se han adquirido experiencias positivas.
Pero además, los modernos sistemas de videoconferencia permiten a los alumnos ver lo que está ocurriendo en el aula, lo que permite desatar la imaginación sobre las posibilidades futuras de este sistema en cualquier tipo de enseñanza.
Mención aparte requiere le enseñanza de idiomas, que encuentra en el teletrabajo una salida perfecta para todos aquellos que pretenden enseñar, ya que la transmisión de voz cada día se perfecciona más y de hecho, en la actualidad es posible realizar conversaciones en tiempo real, por tanto, es posible aprender y practicar idiomas con facilidad.
Estas referencias nos dan la imagen de que en nuestro país y en este sistema social es posible la realización de este trabajo a distancia aunque con las peculiaridades propias de nuestro sistema socialista, es decir, realizarse no privatizadamente, sino de manera estatal con los recursos que poseemos para el bienestar social y de forma tal que los trabajadores que se encuentren involucrados en estas funciones no acarreen con las desventajas de los teletrabajadores del sistema capitalista, estimamos que principalmente la educación a distancia que hoy se practica en el país es una forma de trabajo a distancia con características propias y siempre que el país continúe creciendo y desarrollándose tecnológicamente podrá continuar flexibilizando en algunos lugares o profesiones, pues no se trata de lograr vigilancia en cuanto a la disciplina laboral sino control del cumplimiento del trabajo.
Es importante reflejar los estudios que en nuestro país al efecto se están realizando y poniendo en práctica expuestos, en simposios internacionales efectuados recientemente sobre el Teletrabajo con temas de investigadores cubanos como:
Procedimiento de Prueba en Programación a Distancia.
Programación a distancia " Caso de la Prueba del camino básico "
Conceptos Tecnológicos asociados a la programación a distancia.
Conferencia Sistemas Automatizados de Monitoreo y Telecontrol.
Gestión de requerimientos para la programación a distancia.
La educación on-line en gesta.
Medios para el desarrollo de la educación a distancia en la superación empresarial.
Estrategia para el teletrabajo en Cuba. Condiciones y equipamiento.
2.4.- Actualidad y perspectivas del teletrabajo para el teletrabajador.
La globalización ya no es noticia para nadie medianamente informado. Las novedades científicas, tecnológicas y comunicacionales se pueden consultar en una bibliografía cada vez más abundante sobre estos temas, y su impacto en la vida de una parte de los seres humanos que viven en el siglo XXI, pudiera expresarse en las bondades tecnológicas del correo electrónico (E-Mail), Internet, la Telemática, la economía de gastos y la rapidez, seguridad y abaratamiento en el traslado de pasajeros y carga a nivel mundial entre otros.
En su dimensión científico técnica y económica, el mundo globalizado está logrando que lo lejos se haga más cerca, lo demorado sea más rápido, que lo invisible sea visible, que la comunicación se realice en tiempo real, a pesar de las grandes distancias y las diferencias de horario entre los puntos más distantes del planeta y que todas estas posibilidades se alcancen abaratando los costos.
Sin embargo, no todas estas ventajas están al alcance de la humanidad, pues la impronta del mercado conduce a la marginalidad a todas aquellas personas, colectivos, naciones y regiones del mundo que carezcan de los medios económicos para acceder a la modernidad de era de la informática y la digitalización.
El problema de la marginalidad es consustancial al capitalismo, pero la profundización que tiene lugar en el contexto de globalización que realmente existe hoy, está asociada al modelo económico que ha estado acompañando a este proceso en la mayor parte de los países del mundo, o sea, el neoliberalismo. A pesar de esto, el neoliberalismo es funcional al contenido capitalista de la globalización actual.
El desarrollo económico, científico, tecnológico y comunicacional alcanzado por la humanidad en las últimas décadas, le permitió al capital llegar hasta mercados muy atractivos para obtener ganancia casi insondables sólo medio siglo atrás, por lo que, rebasados ya los obstáculos naturales para el desplazamiento su desplazamiento, no se justificaba racionalidad alguna para impidiera su acceso hacia estos destinos.
Según esta lógica, en lo adelante, las políticas económicas, las leyes nacionales e internacionales y los sistemas sociales de todos los países deberían abrirle estos espacios a las fuerzas del capital y del mercado en vez de obstruírselo o regularlo. El modelo económico más propenso a una política aperturista y desreguladora de la economía que facilitara al desplazamiento expedito del capital es el neoliberalismo y esto explica su funcionalidad con la globalización que realmente ha existido en las últimas dos décadas.
Como consecuencia del binomio globalización y neoliberalismo, el mundo ha girado más en torno a los conceptos y prioridades del mercado, que en torno a los principios de la cooperación mutuamente ventajosa. En correspondencia con esto, la mayor parte de los países -sobre todo del llamado Tercer Mundo- han asumido políticas de privatización, apertura, desregulación de la economía doméstica y de las relaciones económicas internacionales nunca antes visto.
La Unión Europea considera el teletrabajo como fundamental para afrontar con éxito la sociedad global de la información. Para ello está fomentando el teletrabajo en casa y en oficinas satélite de manera que no sea necesario desplazarse grandes distancias para acudir al trabajo.
Desde estos lugares será posible conectarse electrónicamente con cualquier entorno profesional independientemente del sistema utilizado.
2.4.1.- El teletrabajo responde a una serie de tendencias:
– Tendencias sociales: Mejoras tecnológicas, importantes avances en las telecomunicaciones, mayor sensibilización ante el empleo, globalización de la economía, problemas medioambientales.
– Tendencias en el individuo: Necesidad de flexibilidad, autoempleo.
– Tendencias de la empresa: Mayor complejidad, dinamismo, competencia en el entorno, necesidad de cambio.
Otro aspecto actual a tener en cuenta sobre el teletrabajo es la posición que han adoptado los sindicatos al respecto:
En los países donde esta más introducido el teletrabajo la evolución en la posición de los sindicatos ha sido patente. Ésta podría responder al siguiente esquema:
Posición 1: Contraria al teletrabajo debido, fundamentalmente, al riesgo de desarticulación de los trabajadores y de precarización de las formas de empleo.
Posición 2: De aproximación provocada por la aceptación del teletrabajo por parte de los trabajadores.
Posición 3: Constructiva de generación de acuerdos que hagan viable la implantación de proyectos de teletrabajo en las organizaciones.
Este esquema sólo ha llegado a la tercera etapa en situaciones muy concretas pero, hoy por hoy, la mayoría de los países se encuentra en alguna de las dos etapas anteriores.
España estaría situada en un escalón anterior en el que todavía no se han tomado posiciones y en el que se estudia el teletrabajo para acercarse a esa realidad antes de tomar posturas marcadas. Para los sindicatos españoles, el teletrabajo es un hecho que encierra en sí mismo una gran oportunidad y un gran riesgo.
El riesgo para los sindicatos se deriva del hecho de que su papel como representante de los trabajadores está muy ligado a la capacidad para acceder a ellos. En la medida en que los trabajadores se dispersan, la capacidad de convocatoria disminuye y el riesgo de pérdida de posiciones es evidente.
La oportunidad nace de la carencia de servicios existentes para los tele-trabajadores. Los teleservicios son un espacio que todavía no se ha ocupado y la posición que tienen los sindicatos para cubrirla es buena por varias razones:
Los sindicatos son organizaciones que agrupan los intereses de los trabajadores de forma multisectorial. En este sentido disponen de una experiencia y cuentan con unas infraestructuras territoriales adecuadas a esta misión que ya cumplen y que sería común para el caso de los teletrabajadores.
Los sindicatos han desarrollado servicios profesionales para los trabajadores y las empresas en las que trabajan en varios campos y, especialmente, en el área formativa. Esto hace que, además de la experiencia en uno de los factores claves del teletrabajo, la formación, tengan una estructura profesional ya operativa.
La posición de negociación que los sindicatos tienen respecto a las empresas les sitúa como interlocutores privilegiados de cara a la solicitud de servicios de acompañamiento a los teletrabajadores.
La especialización del conocimiento de los sindicatos en las áreas de prevención del riesgo laboral y del marco legal socio-laboral les sitúa en una posición excelente para liderar soluciones adaptadas a los requerimientos de los teletrabajadores. La extrajudialización de los conflictos que parece la tendencia clara, tendrá ritmos muy distintos si es liderada por los sindicatos o si no lo es.
La situación actual de desestructuración del colectivo de autónomos unido al poder de representación que tiene una organización sindical abre una gran oportunidad de acceso a este grupo de trabajadores que, con las tendencias actuales, parece que está en aumento y con un aumento en el perfil de cualificación. En la medida en que este colectivo está incorporando el teletrabajo a sus actividades, requerirá unos servicios específicos no cubiertos actualmente.
No cabe duda de que estos factores son positivos, pero no son suficientes. Para estar en situación de garantizar tele-servicios, y crear el tele-sindicalismo, se debe preservar un enfoque muy profesional que podría chocar con posicionamientos políticos que, en determinado momento, los sindicatos consideren conveniente tomar.
Hay temas de fondo que van a suscitar debates de largo alcance tales como la incidencia del teletrabajo en el empleo o en las condiciones laborales de los trabajadores. Ser capaz de asumir que estamos ante una tendencia imparable y saltarse las etapas que de forma natural han surgido en otros países (oposición y espera), no es un reto fácil.
El objetivo es claro para todos: maximizar las potencialidades del teletrabajo y minimizar los riesgos. Los caminos para intentar lograrlo son muchos y, en ocasiones, serán divergentes.
SINDICATO COMISIONES OBRERAS. CCOO
Las acciones realizadas por este sindicato en relación al teletrabajo se han centrado fundamentalmente en la creación de un grupo de trabajo ad hoc por la FEBA (Federaciones de Banca y Ahorro y de Seguros de CCOO) y en el que han participado, junto a dirigentes federales, sindicalistas de empresas de teletrabajo y dirigentes cuya actividad sindical está vinculada a la empresa, que se encuentra realizado en este momento un estudio a fondo sobre el Teletrabajo como primera aproximación a este nuevo entorno de trabajo.
La opinión del sindicato es que el trabajo sindical en este campo esta en sus inicios y es difícil avanzar, el problema que detectan fundamentalmente es que la ausencia de un Convenio Estatal para este tipo de actividades, la competencia desleal basada en la desregularización, los bajos costes y la precariedad es pagada exclusivamente por los trabajadores del sector con pésimas condiciones de trabajo, bajos salarios e inestabilidad en el empleo, mientras que los empleadores mantienen una agresiva política antisindical. Este conflicto de intereses esta bloqueando las posibilidades de dar desde el sindicato una solución al problema.
UNIÓN GENERAL DE TRABAJADORES. UGT
La posición del sindicato UGT en un reciente comunicado elaborado por la Comisión Ejecutiva Federal resume su postura en relación al teletrabajo.
Para el sindicato aunque el teletrabajo supone una nueva fórmula de autoempleo o de crecimiento de trabajo asalariado conlleva también problemas que para UGT hay que resolver: la equiparación de los derechos de los trabajadores a domicilio con los de sus compañeros que trabajan en la sede de la empresa y la desprotección social que sufren los teletrabajadores. Además, de la necesaria regulación de condiciones de trabajo a través de la negociación colectiva.
Para UGT, el teletrabajo, como fenómeno que se encuentra en crecimiento, particularmente en las actividades y profesiones que utilizan la información como elemento fundamental. Pero en los sectores industriales, la superespecialización ha generado un evidente proceso de descentralización de etapas productivas, segmentando la empresa matriz en una multitud de empresas satélites que desarrollan en su seno relaciones laborales basadas muchas de ellas en la subcontratación y la precariedad.
UGT exige que se tengan en cuenta toda una serie de factores a la hora de desarrollar esta nueva modalidad laboral:
La voluntariedad de la persona para ser un teletrabajador ( por ejemplo, por situación personal ); el derecho a poder optar de nuevo y cuando lo desee a trabajar en el lugar donde radique la empresa; la igualdad de trato entre los trabajadores de la sede de la empresa y los teletrabajadores; y el derecho de los teletrabajadores a la formación y al desarrollo de su cualificación y promoción, los límites a la duración de la jornada laboral, los sistemas de remuneración, la protección en materia de seguridad y salud laboral, el derecho a la Seguridad Social, etc.
El sindicato por todo ello pide, por un lado, la delimitación exacta de este tipo de actividad y la configuración de una representación sindical de estos trabajadores en los comités de empresa, y, por otro, adoptar las medidas necesarias para fomentar la negociación colectiva como medio para fijarlas condiciones de empleo de los trabajadores a domicilio.
Las acciones que está desarrollando hasta el momento este sindicato se basan fundamentalmente en el estudio de esta nueva modalidad de trabajo y la formación de los trabajadores para el desarrollo de esta actividad.
NUEVOS EMPLEOS
El desarrollo de los empleos en relación con el teletrabajo, girará en torno a tres conceptos profesionales:
Profesiones nuevas, profesiones emergentes y profesiones tradicionales o maduras.
Profesiones nuevas.
Son profesiones cuyo nivel de empleo no es todavía significativo en el mercado, pero cuya demanda crece a unos porcentajes muy altos; generalmente, se trata de profesiones de cualificación media-alta, a nivel de titulados superiores o medios, pero puede haber excepciones de más bajo nivel. Se puede dar la circunstancia de que en algunos mercados las nuevas profesiones pueden no existir aún, bien por carencia de oferta, bien por carencias del mercado, es decir, falta de demanda potencial.
En el entorno del teletrabajo estaríamos hablando de profesiones relacionadas directamente con las tecnologías de la información, así surgen nuevas profesiones como moderador de conferencia electrónica, teletrabajadores vinculados a los proveedores de Internet (servidores) teletrabajadores para sistemas backup, en sistemas de seguridad y encriptación, administradores de espacio en disco, administradores de cuentas de usuarios. También otros como el Sysop, moderador de charlas virtuales, el webmaster, el que mantiene una página web, diseñadores de páginas web, etc
Profesiones emergentes.
Son profesiones conocidas, que están presentes en el mercado desde hace tiempo y cuya demanda crece a ritmos porcentuales superiores a la media. Ello sucede por que las profesiones en cuestión han sabido innovar continuamente sus contenidos, a fin de ser capaces de responder a los cambios y a las necesidades de la sociedad.
Podemos poner como ejemplo a los documentalistas y demás especialistas a los que el conocimiento de los mecanismos de un servidor abre la posibilidad del teletrabajo para el mantenimiento de muchos documentos, cuya puesta al día siempre es importante en Internet, donde las páginas y las noticias se vuelven obsoletas en muy poco tiempo, son profesionales que verifican constantemente los enlaces, las fechas de convalidación, etc.
También se encontrarían en este grupo de profesiones emergentes los abogados, periodistas, ingenieros, arquitectos, traductores, ilustradores, etc.
Profesiones tradicionales o maduras.
Son profesiones presentes en el mercado, en ocasiones desde los orígenes de la sociedad organizada, cuya demanda de empleo esta estancada o en retroceso, siempre respecto a la evolución media del mercado de trabajo.
Este grupo es el que mas se esta desarrollando en estos momentos dentro del concepto de teletrabajo, estamos hablando de los trabajos relacionados con la administración de empresa, asesores, administrativos, secretarias, contables, comerciales, empleados de sector seguros, etc que han encontrado un nuevo mercado de empleo a través del teletrabajo.
Pero el desarrollo de las tecnologías de la información no solamente ha supuesto la incorporación de nuevas profesiones y el relanzamiento de otras a través del teletrabajo, sino la posibilidad de incorporar al empleo a sectores de la población hasta ahora poco representados.
Estamos hablando de las mujeres, los discapacitados y la población rural.
Los discapacitados
El teletrabajo aporta a la sociedad la posibilidad de que a través de las tecnologías de la información se produzca la inserción en el mercado de trabajo de personas con algún tipo de disminución física.
En un entorno donde ya no existen diferencias con el resto de la población, porque se eliminan las barreras físicas, y en el que las empresas se ahorran los costes adicionales de adaptar el centro de trabajo a las limitaciones de los minusválidos puede suponer el teletrabajo una nueva vía de creación de empleo para este colectivo.
Las mujeres
Otro de los sectores de la población que ha sufrido una fuerte discriminación en su acceso al mercado de trabajo, han sido las mujeres. Como en el caso anterior, la eliminación de barreras físicas así como fundamentalmente el nuevo concepto de flexibilidad en la organización del trabajo que aporta esta nueva modalidad de empleo, permite a la mujer acceder al empleo con igualdad de oportunidades.
Son muchas las experiencias que se están desarrollando de teletrabajo dirigidas a la mujer: Proyecto Minerva, Proyecto Monalisa.
Los habitantes del medio rural
En los últimos años el medio rural está sufriendo una profunda crisis estructural que pone en peligro su futuro económico y el bienestar de sus habitantes. Por otro lado, son muchas las personas que deciden abandonar el entorno urbano para vivir en un entorno rural, donde esperan que su calidad de vida se incremente.
Las nuevas formas de trabajo basadas en las modernas tecnologías de la información, como el teletrabajo, pueden facilitar este proceso de cambio en el mundo rural.
El teletrabajo como alternativa.
Si algo busca la gente que se acerca al Teletrabajo, eso es trabajo, simple y llanamente, al menos, en un alto porcentaje que podríamos cuantificar en el 50 por ciento. Es cierto, que para un 20 por ciento de los restantes, es un cambio en su forma de vida, igual que para un 10 por ciento es una obligación impuesta, pero para el 20 por ciento que falta, el Teletrabajo es la diferencia entre trabajar o estar en paro.
Cuando se habla de grupos de difícil inserción laboral se intenta definir un colectivo heterogéneo de personas que no tienen en común, más qué, su dificultad para conseguir un puesto de trabajo, ya sea por alguna discapacidad o por pertenecer a alguno de los grupos históricamente marginados del mercado laboral por su desalineación del estándar clásico.
El Teletrabajo ha venido a romper con la dinámica estética de nuestro tiempo. Hombres y mujeres convencidos que la apariencia es imprescindible para la realización profesional, se afanan en cultivar sus cuerpos y saquean sus cuentas corrientes para dotarse de un aspecto a la carta de un cirujano plástico de moda.
Uno de los mayores enemigos del Teletrabajo es la impersonalidad del trabajador, escondido tras sus propios resultados y sometido a los cánones de la productividad.
Pues gracias a esa misma independencia entre trabajo y aspecto, muchas personas pueden lograr ser considerados por su valor profesional, sin necesidad de someterse a la humillación que muchas veces puede suponer la comparación o la aplicación de determinados criterios.
Quizá por esto a algunas personas no les gusta nada y a otras, en cambio, les supone la única oportunidad de coger el tren del trabajo, del desarrollo profesional, compartido y simultáneo con tus propias circunstancias, independientemente de que estas sean, familia, discapacidad, alejamiento o marginación.
No es fácil, nadie puede decir que lo sea. Hoy por hoy, en España, con los actuales índices de formación empresarial, es muy difícil convencer a un empresario de las ventajas que puede reportarle la implementación del Teletrabajo. Da igual el ahorro que suponga, da igual la independencia que reporte, todo eso queda eclipsado ante la falta de vigilancia. Parece que la única constatación posible de productividad es la vigilancia visual del empleado.
Mal, muy mal estamos si lo único que piden los empresarios para poner en marcha el Teletrabajo es un método fiable de vigilancia. Alejados diametralmente de las técnicas más productivas en gestión empresarial, basadas en el trabajo por objetivos y que permite que los empleados puedan aportar sus conocimientos y saber hacer como mejor garantía, independientemente del lugar en que vivan y de sus circunstancias personales.
Cabria preguntarse ¿es realmente el Teletrabajo una alternativa de trabajo? sinceramente y basados en nuestra propia experiencia, podemos plantear tres respuestas en función del demandante:
1. Personas con un buen nivel de formación y capacitación profesional: son sin duda, los mejor situados para conseguir trabajar de esta forma, lo que ocurre, es que siguen dependiendo en gran medida, del sistema de gestión de la empresa para la que trabajen, pero el hecho de disponer de una profesión, te acerca mucho al Teletrabajo, ya que sólo se necesita una pequeña formación adaptativa.
2. Personas sin profesión definida con conocimientos someros de ofimática: en muchos casos, han sido víctimas de cursos intensivos que prometían como premio a la formación, una facilidad increíble para encontrar trabajo sencillo y desde casa. Lástima que eso de que te mandan textos para escribir o contabilidades sencillas para procesar no sea verdad; hace unos años, justamente por la carencia de sistemas mecanizados sí que existía este trabajo, pero actualmente, gracias al OCR y al abaratamiento de los ordenadores, unido al perfeccionamiento de los sistemas de dictado automático, no queda prácticamente más que alguna muestra testimonial.
3. Personas dispuestas a autoemplearse: según el único estudio serio conocido hasta la fecha en España, realizado por Redar a principios del 2000, un elevado porcentaje de las personas que teletrabajan en España, cifrado en casi un 80%, lo hacen por cuenta propia, quiere eso decir que, lógicamente, la mejor forma de que te contraten como teletrabajador, es crearte tu propio puesto de trabajo. Para esto, la legislación española no es precisamente muy apropiada, ya que no existe un sistema de cotización progresiva, sino que existen unos mínimos imprescindibles para realizar cualquier actividad económica, y estos, hoy por hoy son muy altos. De tal forma que, hay que tener muy cubierta de pedidos la agenda para embarcarse en tal aventura.
4. Y visto lo visto, mejor sacar algunas conclusiones preliminares:
El Teletrabajo no es la solución al paro.
El Teletrabajo no es útil para todo el mundo.
El Teletrabajo requiere una formación profesional específica previa.
El Teletrabajo no va unido necesariamente a la informática e Internet.
En España es difícil teletrabajar, aunque no imposible.
El Teletrabajo no sirve como solución temporal.
El Teletrabajo requiere un nivel organizativo y de autogestión muy alto.
El Teletrabajo no puede venir impuesto.
Y algo mucho más importante, el Teletrabajo no se encuentra en las ofertas serias de empleo, sencillamente porque no existe. Podemos encontrar ofertas de trabajo que incluyan entre sus condiciones o posibilidades la de ser realizado a distancia, pero si buscamos Teletrabajo como tal, lo más seguro, es que caigamos en las redes peligrosas de esas verdaderas legiones de generosas almas dispuestas a compartir su riqueza con nosotros, y todo a cambio de una humilde cantidad de dinero, que nunca he entendido muy bien para qué necesitan, si ellos ya han ganado tanto.
2.4.2.- Valoración crítica del teletrabajo.
Al trabajo con ordenador se destina hoy gran parte del tiempo laboral. Sin embargo, las facilidades que genera el uso de datos digitales implican para el trabajador nuevas cargas de índole física y anímica. Esta actividad, que el usuario lleva a cabo la mayor parte del tiempo sentado, puede ocasionar daños en la columna vertebral y la musculatura, además de producir una mala circulación sanguínea, dolores de cabeza y trastornos de la visión. Por otro lado, debido a que la comunicación y colaboración entre colegas es poco frecuente, esta situación puede implicar a largo plazo el aislamiento social.
Los trabajos que se llevan a cabo con ordenador deben cumplir determinadas exigencias de seguridad técnica y de salud laboral. Un puesto informático correctamente equipado debe constar de monitor (una pantalla de tamaño no inferior a 15 pulgadas, no radiactiva, ni deslumbrante, centelleante o móvil), de teclado y ratón (orientado para su manejo, de forma ergonómica y pulsación suave), y de software o hardware (orientados al diálogo y utilizados de forma satisfactoria). Es muy importante controlar de forma regular la capacidad visual; por ello es conveniente realizar un examen ocular antes de comenzar a trabajar y llevar a cabo un reconocimiento cada cierto tiempo. La distancia correcta entre la pantalla y el trabajador debe ser entre 45 y 60 cm. y los contrastes del fondo del monitor deben ser óptimos (sin sol, iluminación indirecta de la habitación o del techo), mostrando una densidad de luz regulable que evite reflejos y reflexiones. Una mala iluminación puede provocar malestares físicos, como dolores musculares y de espalda, excesivo cansancio de los ojos y otros.
Según un decreto de la Unión Europea sobre seguridad y protección de la salud ante el trabajo con ordenadores, aprobado el 21 de agosto de 1997, las empresas de más de diez trabajadores deben cumplir una serie de normativas que hacen referencia al lugar de trabajo (mesa, silla, superficie de trabajo), a las herramientas utilizadas (tipo de monitor y tamaño del mismo, teclado, escabel, software), al ambiente de trabajo (iluminación, acústica, temperatura, humedad del aire) y a la propia habitación (superficie de movimiento, altura de la habitación, contacto visual). En la práctica son numerosas las empresas que ignoran esta normativa debido a los costos que generaría su puesta en práctica.
Principales dificultades en la implementación del Teletrabajo.
El mercado laboral es aún demasiado rígido y poco flexible, lo cual no favorece al teletrabajo, sino que hace de su implementación concreta un proceso innecesariamente lento y plagado de incertidumbre.
La mutación laboral provocada por el nuevo sistema no sólo desemboca en cambios en el ritmo de vida del trabajador, sino que se traduce en desarraigos masivos, en la exclusión del mercado laboral tradicional de grandes masas de trabajadores sin "flexibilidad digital".
Antes de la aparición del teletrabajo la palabra multinacional o corporación equivalía a "grande", pero con la creciente digitalización surgen las empresas multinacionales compuestas por sólo unas diez personas. Ahora se necesitan tres personas para operar estaciones de trabajo que antes requerían una planta de más de un centenar de empleados. Los excluidos de la planta, en la medida en que no permanezcan en la situación de info-pobres y decidan integrarse al teletrabajo, podrán proponer diversos productos y servicios a través de Internet (solos o asociados cooperativamente).
Muchos gobiernos aún no parecen contemplar esta posibilidad laboral. Les parece (equivocadamente) una historia de ciencia ficción, o un proyecto a muy largo plazo. Pero igual que una multinacional ya no equivale a "grande", tampoco país de avanzada equivale ya a "levantar una industria costosa". El futuro es la información y la esencia del desarrollo está dada por el poder del cerebro. Lamentablemente, de parte de los trabajadores tradicionales, existe una mentalidad muy arraigada (y poco creativa), según la cual "hay que ir" al lugar de trabajo (ej.: oficina). Al empleado tradicional le gusta sentirse arropado por la Empresa: horario fijo, sueldo fijo y rutina de tareas para toda la vida. Tal parece ser la perspectiva media de muchos asalariados. Existe una resistencia muy marcada al cambio, aún cuando sea para bien.
Sin embargo, hoy la adaptabilidad y la capacidad para aprender cosas nuevas, son las virtudes más valiosas en un trabajador. La flexibilidad laboral, tan necesaria para adaptarse a la globalización del mercado de trabajo, debe realizarse criteriosamente. De lo contrario, las conquistas sociales de los trabajadores pueden peligrar seriamente ante el avance de los nuevos sistemas. De hecho, hablamos concretamente de tele-trabajo, y no de tele-esclavización. Muchas Empresas bien podrían valerse de esta fórmula laboral para ahorrar costos y conseguir trabajadores en condiciones precarias.
Por otra parte, las Empresas que se resistan a la informatización, y que no adopten los mecanismos de teletrabajo, serán más vulnerables a la competencia de otras Empresas con mejores precios y mayor efectividad en la atención del cliente. Para las Empresas y los trabajadores es todo un desafío, pues se trata de implementar el teletrabajo como modalidad laboral, sin que ello implique una pérdida de las responsabilidades de la Empresa ante sus empleados, ni de éstos frente a sus obligaciones con la Empresa.
Por otro lado Nicholas Negroponte culmina su libro "Ser Digital" con una decidida apuesta al optimismo, aún con clara conciencia de que todo legado de la ciencia tiene su lado oscuro. La digitalización creciente de los procesos de producción y de los servicios conducen a la exclusión del mercado laboral de amplias masas de trabajadores. El "empleo vitalicio en una sola Empresa" ya ha comenzado a desaparecer.
Lo que ha comenzado a desarrollarse velozmente es una transformación radical de la naturaleza de nuestros mercados de trabajo: por un lado, cada vez más trabajamos menos con átomos y más con bits y, por otro lado, en la medida en que esos bits corren por la autopista informática (Internet), se produce un fenómeno según el cual la masa laboral de 2.000.000 de hindúes y de chinos, por ejemplo, ya comienzan a conectarse (literalmente) y a digitalizarse: teletrabajan. Un diseñador independiente (free lance), por ejemplo en Santa Fe, compite con su contraparte en Madrid.
Las Empresas estadounidenses ya están recurriendo a terceros en Rusia y en la India, no sólo para encontrar mano de obra más barata, sino para asegurarse una fuerza laboral intelectual, altamente capacitada y dispuesta a trabajar más duro, más rápido y en forma más disciplinada. A medida que el mundo de los negocios se globaliza e Internet crece, comenzamos a observar un lugar de trabajo digital (teletrabajo) sin fisuras. Los límites geopolíticos tan importantes aún para la manipulación de "átomos" (agua mineral, ropa, maquinaria, etc., etc. con su arancelamiento, tarifas, aduanas, etc.), casi no cuentan o cuentan cada vez menos para el almacenamiento y manipulación de los "bits".
A medida que nos vamos moviendo hacia ese mundo digitalizado, un importante sector de la población mundial comienza a sentirse y verse excluido. Cuando un trabajador de la industria siderúrgica, de cincuenta años de edad, por ejemplo, pierde hoy su trabajo, muy probablemente no tiene, a diferencia de su hijo de 24 años, flexibilidad digital alguna. Es un analfabeto informático, lo que lo transforma en un info-pobre, y como tal en alguien difícilmente empleable.
Cuando una joven secretaria de hoy en día pierde su trabajo, si por lo menos está familiarizada con el mundo digital, tendrá habilidades transferibles y aprovechables en otras actividades, es decir, tendrá flexibilidad digital. Los bits no son comestibles y, por lo tanto no pueden paliar el hambre de los desocupados en forma directa. Las computadoras no tienen moral, y no son capaces de resolver temas tan complejos como la falta de empleo.
Los Gobiernos tienen la obligación por naturaleza de moverse en esa dirección. Sin embargo, estar digitalizados nos da muchos motivos para ser "optimistas". Casi como una fuerza natural, la era digital no puede ser negada ni detenida. Lo más racional es tratar de conocer sus problemas actuales, los límites de lo que puede modificarse y optimizarse, y en cómo lograrlo.
La tendencia a adaptar una nueva tecnología a las estructuras establecidas, en lugar de empezar desde cero, se ha documentado en numerosas ocasiones. Es una de las razones por las que no se produjeron las inmensas pérdidas de empleos administrativos que se predecían a finales de la década de 1970 y principios de la siguiente, cuando se empezaron a utilizar los procesadores de textos a gran escala.
Sin embargo, eso no es una razón para suponer que las estructuras actuales permanecerán inalteradas. El interés industrial en nuevas formas de organización (tales como nuevas estructuras de gestión, coordinación de actividades a larga distancia mediante telecomunicaciones, teletrabajo y otras formas de trabajo a distancia) indica la voluntad de plantearse cambios.
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