Hegel realizó contribuciones fundamentales en una gran variedad de campos de la reflexión humana, que abarcan la filosofía de la historia, la estética y la ética social. En cuanto a la historia, sus dos categorías explicativas claves son la razón y la libertad. Mantenía que "el único pensamiento que aporta la filosofía al estudio de la historia es la idea de razón; porque la razón es la soberana del mundo, la historia del mundo se nos presenta, por tanto, como un proceso racional". Como proceso racional, la historia es el registro de la evolución de la libertad humana, porque la historia humana es una progresión desde una libertad menor hacia un estado de libertad máxima. Sus ideas sociales y políticas se muestran de forma más asequible en sus discusiones sobre moralidad y ética social. En cuanto a la moralidad, el bien y el mal son aspectos que conciernen la conciencia individual, desde los que se avanza hasta el nivel de la ética social ya que, según Hegel, el deber no es en esencia el producto de un juicio individual. Los individuos sólo son íntegros en la medida en que mantienen relaciones sociales, por ello el único contexto en el que el deber puede existir de hecho es en el plano social. Consideraba que la pertenencia al Estado es una de las mayores responsabilidades de los individuos; ya que el Estado es la manifestación de la voluntad general, que es la más alta expresión del espíritu ético; y por ello, el sometimiento a esa voluntad general es el acto propio de un individuo libre y racional, siempre y cuando el Estado no se desvié de la meta ideal de alcanzar la sociedad perfecta y la realización de los individuos; por ello afirmaba que la limitación de la libertad por parte del Estado totalitario es inaceptable en el orden moral.
Cuando Hegel estudia la riqueza, el poder estatal, como esencias devenidas extrañas a la naturaleza humana, no las toma más que en su forma abstracta; son seres de razón,) alienaciones del pensamiento puro … He aquí por qué toda la historia de la alienación y el movimiento inverso no son más que la historia de la producción del pensamiento abstracto, del pensamiento lógico, especulativo. Hegel pone justamente énfasis en la escisión interna de lo humano, en su desgarramiento y sus conflictos reales. Pero lo que se da en Hegel para caracterizar la esencia de esta escisión que debe ser abolida, no es el hecho de que la esencia humana se objetive inhumanamente, sino que se objetiva distinguiéndose del pensamiento abstracto. Hegel considera siempre el acto abstracto de postular alguna cosa, de formular una afirmación lógica. Lo define como el originar una serie de productos abstractos para alejarse luego de ellos. Formula el problema de la "apropiación de las fuerzas esenciales del hombre convertidas en objetos y en objetos extraños", pero esta apropiación no se da más que en la autoconciencia, en la abstracción. "La reivindicación del mundo objetivo para el hombre, el conocimiento del hecho de que… la religión, la riqueza, etc., no son más que la realidad alienada del hombre por lo tanto el camino hacia la verdadera realidad humana (toman) en Hegel una forma tal que la sensibilidad, la religión, el poder del Estado se presentan como manifestaciones espirituales". No se encuentra entonces en la Fenomenología más que un análisis crítico "enmascarado" y mistificado de esas manifestaciones y momentos del espíritu. En realidad, es comprensible que un ser vivo y natural posea los objetos de sus deseos y de su ser. Estos objetos no son su alienación. Por el contrario, él está "alienado" al no poder poseerlos. Se halla alienado si está dominado provisionalmente por un mundo "extraño" aunque nacido de él, e igualmente real por consecuencia. En esta alienación el hombre permanece como ser real y vivo que debe superar su alienación por una "acción objetiva". La crítica de la Fenomenología y de la teoría hegeliana de la alienación se orienta entonces sobre un humanismo positivo, que debe superar y unir el idealismo y el naturalismo o materialismo.
2: El materialismo marxista. La disertación de la paradoja que nace de las prerrogativas ciudadanas que dan derecho a ser egoístas, nos introduce al tercer escenario que sirve de base para nuestras consideraciones sobre la procedencia o no procedencia de la revisión del diferendo pontificio retomando la cuestión judía desde su perspectiva histórica. En 1844 la acalorada polémica surgida entre Karl Marx y Bruno Bauer por La Cuestión Judía, ya que Bauer sin dejar de observar la dimensión religiosa y cultural de la cuestión, difería de la emancipación de los judíos alemanes, en nombre de la emancipación política general. Y Marx opinando que el problema en su conjunto solo podía ser resuelto a través de la resolución del problema social general. Superando tanto la teología como el secularismo burgués apoyó el derecho de los judíos a la emancipación política introducida por la Revolución francesa, poniendo en el centro de la tensión social por la cuestión judía, la relación real entre la sociedad civil y el Estado moderno. Estableciendo la primacía de la sociedad en la esfera de los intereses materiales. Invirtiendo de forma materialista toda concepción hegeliana de la relación entre Estado y sociedad. Dejando entrever que el punto central de la controversia no era la cuestión judía como tal, sino los límites históricos de la democracia burguesa y la necesidad de romper con el liberalismo ante la necesidad filosófica de superar el límite alcanzado por la conclusión del sistema hegeliano. Ya que el Estado esconde tras sus fundamentos otros fundamentos sobre los que se apoya el derecho a ser egoístas, conclusión practica del judaísmo que transforma el Estado judeocristiano y a sus ciudadanos en opresores y oprimidos, homologando los designios supremaciítas de Israel, a los designios supremaciítas de los Imperios, los Estados fascistas y los potentados de la banca, la bolsa y las finanzas. Esta simbiosis genera conflictos internos y externos en el Estado judeocristiano que van más allá de las cuestiones específicamente religiosas provenientes del conflicto de "los intereses de las minorías privilegiadas -VS- los intereses de las mayorías agobiadas por la pobreza". Este conflicto de intereses intrínsico al Estado se convierte en el problema general de la época, que no ha sido resuelto porque la igualdad de los ciudadanos y sus derechos ante el Estado está limitada por las prerrogativas ciudadanas que nacen de los derechos humanos que amparan las garantías constitucionales que otorgan a los ciudadanos la libertad de profesar la religión que les convenza y dedicarse al oficio o profesión que más les convenga; por consiguiente arguyeron: "siendo los mitos inherentes a las convicciones religiosas la raíz que alimenta conflictos internos que dan lugar a la lucha de clases y actos de lesa patria, que generan posiciones opuestas e intransigentes que debido a la libertad de cultos imposibilitan al Estado laico derribar las barreras egoístas derogando las prerrogativas religiosas de los ciudadanos; lo que procede es disolver las posiciones fundamentalistas, intransigentes y radicales promoviendo el desarrollo del espíritu crítico de los ciudadanos inculcándoles principios universales, valores y teorías trascendentales que permitan ver a los ciudadanos los beneficios espirituales que obtienen al auto limitar sus prerrogativas ciudadanas anteponiendo el bien común a sus propios intereses económicos, de clase, raza o religión; es decir disolviendo su sentido de separación o egoísmo y practicando su sentido de unión"
El Manuscrito económico-filosófico, escrito por Marx en 1844 considera como esencial la pregunta: "Adónde conduce la lógica hegeliana?". El Manuscrito responde mediante una fórmula notable: "La lógica es la moneda del Espíritu". La lógica no es más que una parte de contenido, su aspecto más impersonal y el más elaborado por los intercambios intelectuales. Subsisten en las categorías lógicas algunas señales del contenido y de su movimiento, y hasta en esta abstracción se puede reconstruir el movimiento y hallar el contenido; pero la lógica no es sino el valor del hombre, expresado en pensamiento abstracto, su esencia vuelta indiferente e irreal. Forma, por lo tanto., parte de la "alienación" del hombre real, puesto que hace abstracción de éste, así como de la naturaleza y de la vida concreta. ¿Cómo se podría deducir de la lógica el mundo? ¿Y cómo resultaría ella la esencia del pensamiento humano? Hegel considera la creación del hombre por sí mismo como un proceso…". Examina la objetivación del hombre en un mundo de cosas externas y su desobjetivación (su toma de conciencia de sí) como una superación de esta alienación. Entrevé la esencia del trabajo como actividad creadora y comprende al hombre objetivo el único hombre real como resultante de esta potencia creadora. La transición de Hegel a Marx es, en ante todo, la transición a un orden de verdad esencialmente diferente, no susceptible de ser interpretado en términos filosóficos. Sabemos que todos los conceptos filosóficos de la teoría marxista son categorías sociales y económicas, mientras que las categorías sociales y económicas de Hegel son todas conceptos filosóficos. Ni siquiera los primeros escritos de Marx son filosóficos. Ellos expresan la negación de la filosofía, aunque todavía lo hacen con un lenguaje filosófico. Naturalmente, algunos de los conceptos fundamentales de Hegel se dejan ver en el desarrollo de Hegel a Feuerbach y a Marx; pero no es posible abordar la teoría marxista mostrando la metamorfosis de las viejas categorías filosóficas. Cada uno de los conceptos de la teoría marxista tiene una fundamentación materialmente diferente, así como la nueva teoría tiene un nuevo marco y una nueva estructura conceptual que no puede ser derivada de teorías anteriores. Para abordar el problema, diremos en primer lugar que en el sistema hegeliano todas las categorías culminan en el orden existente, mientras que en Marx se refieren a la negación de ese orden.
Paradójicamente el origen teórico y filosófico del materialismo dialéctico no se encuentra en la Lógica de Hegel, sino en su Fenomenología del espíritu. Esta es para Marx la llave del sistema hegeliano. Se encuentra en ella el contenido real de la vida humana, el movimiento ascendente que va "de la tierra al cielo". Contiene por lo tanto el aspecto positivo del idealismo hegeliano. Hegel resuelve el mundo en ideas, pero no se contenta con registrar pasivamente los objetos del pensamiento; busca exponer el acto de su producción (Cf. La ideología alemana, 1, 23 1) de forma tal que da "en el interior de la exposición especulativa" una exposición real que aprehende la cosa misma (La Sagrada Familia, L.N. 14 305). Según la Fenomenología, la relación del hombre consigo mismo y con la especie humana, la realización de sí mismo, no es posible más que gracias a la actividad de la humanidad entera, y supone la historia entera de la humanidad. La teoría de Marx es una "crítica" en el sentido de que todos los conceptos marxistas son una denuncia de la irracionalidad del orden existente. Marx consideraba la filosofía de Hegel como la declaración de principios burgueses más avanzada y comprensiva. Marx destaca particularmente las decisivas contribuciones del concepto hegeliano del trabajo. Hegel había dicho que la división del trabajo y la interdependencia general del trabajo individual en el sistema de las necesidades iguales, determinan el sistema del estado y de la sociedad. Además, el proceso del trabajo determina igualmente el desarrollo de la conciencia. La "lucha a vida o muerte" entre el amo y el esclavo abre el camino a la libertad auto consciente. Asimismo, es necesario recordar que la filosofía de Hegel se basa en una interpretación específica de la relación sujeto-objeto. Hegel convierte el antagonismo epistemológico tradicional entre sujeto (conciencia) y objeto, en la reflexión de un antagonismo histórico definido. El objeto aparece primero como objeto de deseo, algo que ha de ser configurado y apropiado con el fin de satisfacer una necesidad humana. En el curso de la apropiación, el objeto se manifiesta como la "otredad" del hombre. El hombre no está "consigo mismo" cuando trata con los objetos de sus deseos y de su trabajo, sino que depende de un poder externo. Tiene que vérselas con la naturaleza, el azar y los intereses de otros propietarios. El desarrollo más allá de este punto de la relación entre la conciencia y el mundo objetivo constituye un proceso social. Conduce primero al total "extrañamiento" de la conciencia; el hombre se ve abrumado por las cosas que él mismo ha hecho. Por lo tanto, la realización de la razón implica la superación de este extrañamiento, el establecimiento de una condición en la que el sujeto se conozca y posea a sí mismo en todos sus objetos.
Esta demostración del papel desempeñado por el trabajo y del proceso de la reificación y su abolición es, según Marx, la mayor realización de la Fenomenología del Espíritu. Pero en ésta se pierde toda la fuerza de la demostración, ya que Hegel afirma que la unidad del sujeto y del objeto ya había sido consumada, y el proceso de la reificación, superado. En el Estado monárquico, los antagonismos de la sociedad civil han sido relegados, y todas las contradicciones se reconcilian finalmente en el reino del pensamiento o del espíritu absoluto. ¿Coincidía efectivamente la "verdad" con el orden político y social dado? Entonces, ¿la historia había dispensado a la teoría de toda necesidad de trascender el sistema de vida dado en la sociedad? La respuesta afirmativa de Hegel se basaba en el supuesto de que las formas sociales y políticas habían llegado a adecuarse a los principios de la razón, de modo que las más altas potencialidades del hombre podían ser desarrolladas en el marco de las relaciones sociales existentes. Esta conclusión implicaba un cambio decisivo en la relación entre la realidad y la teoría; se sostenía que la realidad coincidía con la teoría. En la forma que finalmente le da Hegel, la teoría depositaria adecuada de la verdad, parece recibir los hechos tal como son y proclamarlos conformes a la razón. La verdad, según Hegel, es un todo que tiene que estar presente en cada uno de los elementos, de modo que si un elemento material o un hecho no pueden ser conectados con el proceso de la razón, la verdad del todo queda destruida.
Según Marx (Introducción a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel), tal elemento existía y era el proletariado. La paupérrima existencia del proletariado y su sufrimiento, contradice la supuesta realidad de la razón, ya que demuestra la negación misma de la razón. El destino del proletariado no es la realización de las potencialidades humanas, sino lo contrario. Si la propiedad constituye la principal dotación de una persona libre, el proletario no es libre ni tampoco es una persona, ya que no posee propiedad alguna al ser considerado como una cosa que puede ser sustituido fácilmente por otro sin costo alguno. Si el ejercicio del espíritu absoluto, el arte, la religión y la filosofía, constituyen la esencia del hombre, el proletario está excluido definitivamente de esta esencia, pues su existencia no le permite tener tiempo libre para dedicarse a esas actividades. Además, la existencia del proletariado vicia no sólo la sociedad racional de la Filosofía del Derecho de Hegel; vicia también toda la sociedad burguesa. El proletariado se origina en el proceso del trabajo, y es el ejecutor efectivo o el sujeto del trabajo en esta sociedad. No obstante, el trabajo, como lo mostró el mismo Hegel, determina la esencia del hombre y la forma social que ésta adopta. Entonces, si la existencia del trabajo testimonia "la pérdida completa del hombre", y esta pérdida es el resultado de la forma de trabajo en que se basa la sociedad civil, la sociedad está totalmente viciada y el proletariado expresa una negatividad total: "el sufrimiento universal" y "la injusticia universal". La realidad de la razón, del derecho y de la libertad se convierte entonces en la realidad de la falsedad, la injusticia y la esclavitud. La existencia del proletariado ofrece así un vivo testimonio del hecho de que la verdad no ha sido aún realizada. La historia y la realidad social mismas "niegan" así la filosofía.
Segundo considerando: La lucha intestina entre los críticos y los dogmáticos marxistas
La lucha intestina entre los críticos y los dogmáticos marxistas (Henri Lefrebve: El Materialismo Dialéctico), es semejante a la lucha que se da dentro de la Iglesia entre los conservadores y los modernistas. Esta lucha no ha terminado; continúa ásperamente. Hacia 1930, el marxismo oficial "institucional" se inclinaba ya hacia una filosofía sistemática de la naturaleza. En nombre de las ciencias "positivas", y especialmente de la física, se tendía a considerar a la filosofía como un cuadro para reunir los resultados de esas ciencias y para obtener una imagen definitiva del mundo. En los medios dirigentes, bajo el impulso de Stalin y de Zdanov, se quería así fusionar la filosofía con las ciencias naturales, "fundando" el método dialéctico sobre la dialéctica en la naturaleza. ¿Por qué esta sistematización? Comenzamos hoy a ver mejor y a saber mejor lo que sucedió, aun cuando no todo esté todavía claro:
1) Reinaba una gran desconfianza (que no ha desaparecido) con respecto de las obras juveniles de Marx. Las autoridades ideológicas del movimiento obrero marxista y comunista presentían no sin razón que la lectura de esas obras recién publicadas, introduciría grandes cambios en la comprensión del pensamiento de Marx. Como dirigentes habituados a operar según los métodos de acción y de organización política que practicaban, tomaron la delantera: endurecieron su dogmatismo, para conservarlo y protegerlo contra las luchas partidarias. En el momento preciso en que aparecían conceptos hasta entonces desconocidos (alienación, praxis, hombre total, totalidad social, etc.), en que los lectores de las obras del joven Marx allanaban así el camino al redescubrimiento de Hegel1, los dogmáticos seguían el camino opuesto: acentuado desdén por Hegel y el hegelianismo rechazo de las obras de juventud de Marx consideradas como contaminadas, de idealismo y anteriores a la constitución del materialismo dialéctico, ruptura entre Marx y sus predecesores, entre los escritos considerados filosóficos y los considerados científicos en el interior de la obra de Marx, fetichización de los textos de Stalin y en especial del excesivamente celebrado capítulo teórico contenido en la Historia del Partido Comunista de la URSS, etc. El dogmatismo era fuerte; disponía de la fuerza, la del poder, la del Estado y sus instituciones. Además, tiene sus ventajas: es simple, se enseña fácilmente; elude los problemas complejos, y tal es por cierto su sentido y finalidad da a sus partidarios un sentimiento de afirmación vigorosa y de seguridad a la vez. Los críticos disidentes eran tenidos y perseguidos como enemigo del el Estado
2) Se llegaba a una simplificación del marxismo y del materialismo, reducidos al reconocimiento del mundo práctico y material "tal como es" sin agregados ni interpretación. La metodología también retrocedía. A pesar de los textos "clásicos" precisos de Marx, Engels y Lenin, los marxistas oficiales refutaban la validez de la lógica formal por considerarla herencia de Aristóteles y de las "superestructuras" ideológicas de la sociedad antigua o medieval. Las leyes de la dialéctica podían entonces enseñarse como las leyes de la naturaleza, omitiendo la mediación de la lógica y del discurso, saltando por encima de los problemas que plantea esta mediación. Es interesante notar que esta ontología simplificada de la naturaleza material sucedía a otras simplificaciones no menos abusivas. Durante un período bastante prolongado, el de la gran crisis económica (1929,1933) y sus consecuencias, el marxismo fue reducido a una ciencia: la economía política. Había devenido un economismo. Los dogmáticos de esta tendencia rechazaban alegremente las otras ciencias de la realidad humana: la sociología (como contaminada de reformismo) la psicología (como definitivamente aburguesada). En esta simplificación se manifestaban ya lamentables tendencias: la que sometía la teoría a las exigencias de la práctica pedagógica y la que la sometía a los imperativos de la situación política momentánea. Se transformaba la teoría en instrumento ideológico y en superestructura de una sociedad determinada. La teoría perdía su profundidad en nombre de un practicismo estrecho y robusto a la vez. Así, durante el período en el que fueron predominantes los problemas específicamente económicos (crisis en los países capitalistas y comienzos de la planificación en la URSS), hizo estragos el economismo.
3) La transformación del marxismo en filosofía de la naturaleza esconde algo peor "una vasta maniobra evasiva". En tanto que se discurre sobre las ondas y los corpúsculos y sobre la dialéctica objetiva de lo "continuo discontinuo", mientras se discute "libremente", las cuestiones candentes se escamotean. El centro de la reflexión se aparta de lo que constituye verdaderamente el problema; se aleja tanto como es posible para hundirse en las profundidades de la naturaleza y las especulaciones cosmológicas. Stalin y los stalinistas supieron utilizar de manera admirable estos procedimientos de distracción. Luego del asesinato de Kirov (cuyo promotor fue Stalin, según sabemos hoy por N. Kruschev) y a la vez que se desencadenaba el terrorismo, precisamente entonces fue promulgada con gran solemnidad la "Constitución democrática" de 1936. La sistematización del materialismo dialéctico en filosofía científica de la naturaleza data de la misma época y persigue el mismo fin: enmascarar los verdaderos problemas teóricos y prácticos. La tesis de la dialéctica en la naturaleza puede perfectamente sostenerse y aceptarse. Lo inadmisible es darle una importancia enorme y hacer de ella el criterio y el fundamento del pensamiento dialéctico.
4) Por razones oscuras y múltiples, el marxismo institucional no quiere oír hablar de alienación. Un pugna este concepto que admite sólo con reservas y precauciones. Los dogmáticos no ven en él más que una etapa del pensamiento de Marx, bien pronto superada por el descubrimiento del materialismo dialéctico como filosofía, por un lado, y por la constitución de una economía política científica (El Capital), por el otro. El empleo del concepto de alineación, fuera de toda sistematización idealista, para servirse de él en el análisis critico de lo "real" y para incorporarlo en la categoría de las ciencias sociales (y especialmente en la sociología), les parece aberrante. O al menos, así intentan considerarlo. ¿Por qué? Evidentemente por razones políticas de cortas miras y reducidos alcances. El uso del concepto de alienación no puede, en efecto, limitarse al estudio de la sociedad burguesa. Si bien permite descubrir y criticar numerosas alienaciones (la de la mujer, la de los países coloniales o excoloniales, la del trabajo y del trabajador, las de la "sociedad de consumo", y las de la burguesía misma en la sociedad que estructura según sus intereses, etc.), permite también desenmascarar y criticar las alienaciones y políticas en el socialismo, en particular durante el período staliniano. Para evitar este riesgo y suavizar esta aspereza, se prefiere rechazar el concepto. Parece innecesario destacar que este libro no ha sido escrito con plena conciencia de este conjunto de problemas. De todas formas, tiene su centro vi los movimientos dialécticos que tienen lugar en el interior de la realidad humana y social. Pone en primer plano el concepto de alienación -como concepto filosófico y como instrumento de análisis- y no la dialéctica en la naturaleza. Deja de lado la filosofía sistematizada de la cosa material. El capítulo último y fundamental, la producción del hombre", rechaza tanto el economismo y el sociologismo vulgares como el acento puesto sobre la materialidad fuera de lo humano. Es decir que, tal como es, el dogmatismo no lo afecta más que muy parcialmente y el autor no vacila en librarlo una vez más con sus debilidades a la lectura y a la crítica.
Marx en su tesis doctoral sobre la filosofía de la naturaleza en Demócrito y Epicuro, señala que en el devenir de cada sistema filosófico existe un movimiento dialéctico en contradicción reciproca entre las ideas y los hechos; de tal modo que un sistema filosófico como tentativa siempre renovada nos plantea nuevos problemas en el devenir de su ensayo. Lo cual resalta la importancia del seguimiento de la dialéctica entre las tesis y la praxis durante el ensayo de una Filosofía para poder hacer un inventario crítico señalando las contradicciones entre los fines, los medios y los hechos que revelan las desviaciones. Inmediatamente después de que se publicó el escrito: La Ideología Alemana, Marx comenzó el inventario crítico del hegelianismo. Dos actitudes, dos posiciones, tienen lugar en Alemania. Una quiere suprimir la filosofía sin realizarla (en tanto que formulación teórica de la realización humana) la otra cree poder realizar la filosofía sin suprimirla (en tanto que formulación solamente teórica y abstracta del hombre, de su libertad, de su realización). La misión del proletariado, en Alemania pero no sólo en Alemania, es en particular superar la filosofía, es decir, realizarla suprimiéndola como tal. "Del mismo modo que la filosofía encuentra en el proletariado sus armas materiales, el proletariado encuentra en la filosofía sus armas intelectuales… La filosofía es la cabeza de esta emancipación, el proletariado es el corazón. La filosofía no puede ser realizada sin la supresión del proletariado, el proletariado no puede ser suprimido sin la realización de la filosofía". Nunca volvió Marx, ya fuera para refutarla o rechazarla, sobre esta teoría de la superación de la filosofía como tal; es decir tomada en todo su desarrollo, desde los griegos hasta Hegel. Podemos decir, en lenguaje actual (que no es el de Marx) que la filosofía tuvo para él un carácter programático. Aportaba y aporta todavía un programa para lo humano, o si se quiere, un proyecto del hombre. Este programa o proyecto debe confrontarse con la realidad, esto es, con la praxis (práctica social). La confrontación introduce elementos nuevos y plantea otros problemas que los de la filosofía. Esta teoría se integra en el marxismo; el pensamiento de Marx procede por extensiones e integraciones sucesivas en conjuntos o totalidades (parciales) cada vez más vastas y al mismo tiempo más cercanos a la praxis. Ningún elemento o "momento" desaparece. Especialmente, el momento de la crítica radical y de la negatividad (que encierra la critica de la religión, de la filosofía, del Estado en general) se ubica en este desarrollo sin reabsorberse en provecho de una pura y simple "positividad". El pensamiento marxista no puede por lo tanto reducirse ni a la actitud positivista que resuelve a la filosofía en un pasado concluido ni a la actitud de aquellos que perpetúan la sistematización filosófica. En el momento en que el dogmatismo se diluya y se agote, estos textos pasarán a primer plano. Permitiendo restituir la problemática del pensamiento de Marx y del marxismo.
El anhelo de justicia social como base para alcanzar la sociedad perfecta, se convierte en tarea de la Economía Política encargada de formular teorías y doctrinas socioeconómicas o ideologías que permitan a los ciudadanos desarrollarse realizando sus anhelos y potencialidades. Implantado el modelo económico, es tarea de la sociedad y el gobierno, señalar las desviaciones o errores que han impedido alcanzar las metas propuestas. Max: (El Capital) apostó por el comunismo para alcanzar el ideal social de una sociedad sin clases, La cuestión que Sartre se planteó en Crítica de la razón dialéctica, fue la de cómo constituir una antropología estructural e histórica que no sacrifique la concreción del objeto estudiado en un sistema fijo de conceptos, entonces reparó en que la antropología marxista puede servir para tal propósito, pero con la condición de que ésta se fundamente en la comprensión de lo humano que supone el existencialismo. No obstante, si el materialismo histórico de Karl Marx es cierto, entonces la historia es dialéctica, una totalización: ¿pero hay una razón dialéctica? ¿O bien la racionalidad positivista de las ciencias es suficiente para estudiar al hombre? Sartre señaló el método a emplear para establecer la existencia de la razón dialéctica: no se trata de postular a priori, como hacía Georg Wilhelm Friedrich Hegel, sino de descubrirla en una experiencia dialéctica, que partirá de la praxis individual para llegar a esta "totalización sin totalizador" que constituye la historia. Se trata pues de un método crítico, parecido al que utilizaba Immanuel Kant, y que se opone a todo dogmatismo, bien se trate del hegeliano o del de la dialéctica de la Naturaleza, que extrapola los fenómenos naturales de la estructura dialéctica de la acción humana, es decir de la praxis. Porque si la razón dialéctica sirve, sólo puede ser en el mundo histórico y social del hombre, y no como una ley trascendente que se impone a priori a los fenómenos. Sartre parte del individuo como única realidad para este "nominalismo dialéctico"; porque si hay una dialéctica histórica, es porque la praxis individual desde su forma elemental que es la necesidad, es desde el primer momento dialéctica; dicho de otro modo, porque supera el medio dado en un proyecto que lo totaliza, que le da unidad. La praxis es, en este sentido, ante todo una comprobación practica de las ideas, que nos permite perfeccionarlas estableciendo una dinámica perpetua que va de las ideas a los hechos y de los hechos a las ideas. Esta dialéctica entre los hechos históricos y las ideas no solo es la matriz del progreso de las artes, las ciencias, las técnicas, sino también el fundamento de las relaciones humanas que se dan como reconocimiento recíproco de la libertad y los derechos de cada uno.
Marx y Engels refieren en el Manifiesto Comunista como el afán de lucro del capitalismo es la causa del nacimiento del proletariado, y la creciente opresión del proletariado lentamente da lugar a una creciente unidad y organización de la clase obrera para defender su derecho a participar de los frutos de su trabajo. Finalmente la injusta repartición de los beneficios de la producción capitalista y la creciente injusticia social, detona la creciente conciencia de clase y la organización de los obreros ofrece la oportunidad de expropiar a los explotadores. Dando lugar a nueva clase dirigente que explota y oprime a los trabajadores implantando un régimen totalitario. Si comparamos las expectativas de Marx y de Engels con los acontecimientos que se dieron en el totalitarismo comunista, se contradicen algunas de las suposiciones en que se basa el Marxismo clásico {LA GUERRA ES LA PAZ-LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD-LA IGNORANCIA ES LA FUERZA}. Supuestamente la historia esbozada en el Manifiesto Comunista debería moverse hacia un futuro más luminoso, hacia una libertad más grande para todos. Primero: La transformación de las relaciones de producción causada por la abolición de la propiedad privada de los medios de producción tendría amplias repercusiones. Introducirán una nueva era de libertad, igualdad y comunidad. Segundo, la historia extraña un cierto orden, un cierto sentido; es decir los acontecimientos que se suscitan por voluntad de los protagonistas, siguen el sentido que le dieron los planes elaborados (por los judíos bolcheviques de expropiar y someter o eliminar a los no judíos impunemente, enarbolando la tiranía del proletariado como pantalla) antes de iniciarse el movimiento revolucionario. Tiene sentido precisamente en cuanto que asegura el progreso y, {perpetuidad de la clase dirigente (judíos bolcheviques) y la esclavitud de los proletarios no judíos} Tercero, las instituciones sociales están conectadas entre sí por relaciones solidarias de interés mutuo. De aquí que los cambios revolucionarios de una institución se diseminan a lo largo y ancho del mundo y la sociedad. Países enteros podrían ser arrastrados hacia el cambio revolucionario. En consecuencia, había una estrategia clara para llegar al socialismo. "La meta inmediata de los comunistas es la misma que la de todos los demás partidos proletarios: la formación del proletariado como clase revolucionaria, la subversión de la supremacía burguesa, la conquista del poder político por el proletariado."
Como Marx y Engels suponían que la abolición del capitalismo no era más que una cuestión de tiempo; es decir hasta el momento en que el proletariado hubiera ganado poder suficiente y las contradicciones del capitalismo fueran inaceptables para causar la revolución. Podían darse el lujo de esperar y ver en detalle como se iba a desarrollar la nueva libertad, la nueva democracia, el nuevo estado obrero, sin tener que preocuparse de los detalles del socialismo. Estaban convencidos de que la democracia socialista, iba a ser muy diferente de los sistemas que conocemos como democracia y, que la alienación que todos sufrimos bajo el capitalismo iba a ser sustituida por la comunidad socialista. No tenían duda que la cruel competición que existía bajo el capitalismo iba a ser sustituida por una sociedad "en que el desarrollo libre de cada uno fuera la condición del libre desarrollo de todos." El trabajo de los proletarios consistía en subirse al tren bolchevique que estaba corriendo hacia la tierra prometida; podían ayudarlo en su viaje pero estaba moviéndose en la dirección correcta. No tenían que preguntarse por los detalles que encontrarían una vez llegados a la meta. El tiempo lo probaría. Transcurridas diez décadas de haber ensayado el comunismo, podemos confrontar la teoría marxista con la realidad y dilucidar si los tres presupuestos de Marx son erróneos o verdaderos, constatando, si: a) la historia se mueve o no hacia una clara dirección; es decir en donde concuerden los ideales perseguidos y los hechos; b) el progreso está o no esta asegurado con la socialización de los medios de producción controlados por el Estado Totalitario; c) la repartición equitativa de los beneficios de la producción socialista entre: los campesinos, los obreros, los militares y sus dirigentes, asi como entre los dirigentes del Partido Comunista, el Cogreso y el Gobierno del gobierno, sin privilegios contrstantes para ninguno de sus integrantes _ es o no es lo único necesario para obtener repercusiones justas en la sociedad entera?
Hoy día poca gente cree que el socialismo es inevitable. Hemos abandonado la creencia Marxista sobre el progreso del socialismo comunista. Hoy más que nunca debemos releer a Marx porque la historia desmintió los presupuestos marxistas. Comunistas y socialistas izquierdistas están unidos en franca oposición al capitalismo. Pero como algunos socialistas se oponen específicamente a diferentes aspectos del capitalismo, hay diferentes enfoques socialistas:1) Para los economistas la abolición de la propiedad privada de los medios de producción constituye el corazón de la transición al socialismo. En esta visión el socialismo se concibe como una de una variedad de posibles esquemas económicos alternativos desde los impuestos hasta una economía centralizada; 2) para los alienados, el centro del socialismo lo constituye la supuesta democracia socialista; 3) los humanistas ponen el énfasis en las relaciones sociales y conciben el socialismo como una especie de comunidad; 4) para los moralistas ingenuos el punto crítico mayor del capitalismo tiene que ver con los imprativos morales, ya que suponen que el socialismo se caracteriza por la ausencia de la explotación y corrupción, 5) los justicieros apuntan hacia la justicia social y jurídica, a fin de acabar con el abuso, la corrupción, el crimen, el robo, el saqueo y la impunidad criminalidad; 6) para otros la cuestión clave es la transición a la Solidaridad, es decir cómo podemos cambiar la naturaleza egoísta del hombre, abrogando las diferencias sociales por cuestiones ideológicas, racistas, religiosas o políticas raza y religiosas acentuando la solidaridad más bien que la codicia individual y las diferencias jerárquicas. Sin embargo, las ideas y los ideales, al individualizarse pueden desarrollar contra-finalidades: vg. el comunismo como ideal de sociedad perfecta, proclamando la tiranía del proletariado, esclavizó a los proletarios como exigencia de subordinación de los individuos al Estado. El impacto neurótico que significó para la humanidad este engaño, provocó la alineación de los que lucharon por este ideal. Los que poco a poco salimos del letargo, la devoción que teníamos por el socialismo de izquierda, nos convirtió en críticos del totalitarismo comunista.
Tercer considerando: El genocidio de los pueblos del Este de Europa ejecutados por Lenin y Stalin en cumplimiento a las directivas criminales y genocidas del Libro de Israel.
Las directivas criminales de Lenin:
"No importa exterminar el ochenta por ciento de la población si con ello se consigue el triunfo de nuestra causa",
"Si para alcanzar nuestros fines, debemos eliminar al 80% de la población rusa, no vacilaremos un instante"
"Una revolución sin pelotones de fusilamiento no tiene sentido"
"¿Creéis realmente que podemos salir victoriosos sin utilizar el terror más despiadado?"
"La dictadura de proletariado, nuestra dictadura, es un poder que se apoya directamente en la violencia y no esta sujeta a ninguna ley" Telegrama al presidente del comité ejecutivo del soviet de Nizzhni- Novgorod 9/ 8/1918
"Con tantos hambrientos que se alimentan de carne humana en los caminos congestionados con miles de millares de cadáveres, la sublevación de los campesinos y los granjeros kulak en vuestros cinco distritos debe ser aplastada sin piedad, los intereses de la revolución lo exigen. Telegrama de Lenin: al comité ejecutivo del soviet de Penza 10/ 8/1918
«Para deshacernos de nuestros enemigos debemos atraer de nuestro lado al proletariado ruso. En cuanto a los otros, no tenemos nada que decirles. Deben ser aniquilados» 19/ 9/1918. Severnaya Comuna No.109, pag. 2, (Grigori Zinoviev Apfelbaun: Libro Negro 93)
"En manos comunistas, el Estado es una máquina destinada a aplastar la resistencia de los adversarios de clase. En esto la dictadura del proletariado no se diferencia de ninguna otra dictadura"
"Hay que plantear abiertamente el principio que motiva la esencia y la justificación del terror, su necesidad y sus límites, justo políticamente y no en estrechos términos jurídicos" Carta de Lenin dirigida a los miembros del Buró político 19/ 3/1922
"El Tribunal revolucionario no debe suprimir el terror, decirlo sería una mentira, sino fundamentarlo, legalizarlo claramente en los principios del Estado Soviético, sin disimular ni maquillar la verdad" Carta de Lenin a Kursky, comisario del pueblo para la justicia (17/ 5/1922)
A la prensa extranjera y a los que buscan a familiares desaparecidos: "Teniendo en cuenta que para el Congreso Comunista las Tchecas son un órgano de combate que lucha en el frente interior contra los enemigos del Estado, y por ello, no juzga ni perdona, ni informa sobre los detenidos sino que extermina a los contra revolucionarios."
"Me han informado que existe una inconformidad manifiesta por parte de los ferroviarios, y por parte de los obreros de Izhevesk, estoy sorprendido que los toleréis y no procedáis a ejecuciones masivas por sabotaje"
"Proceda a fichar a los parientes de los oficiales que se nieguen a disparar sus cañones contra los sublevados, haciéndoles saber que cualquier acto de insubordinación sería castigado con represalias contra sus parientes" Telegrama a Dzerjinsky director de la CHEKA (Comisión Panrusa contra la Contrarrevolución y el Sabotaje)
"A todas las comisiones provinciales de lucha contra los desertores: "Después del plazo de gracia de siete días concedido a los desertores para que se entreguen, todavía es preciso reforzar las sanciones contra esos incorregibles traidores. Sus familias y todos aquellos que ayudan a los desertores, serán considerados delincuentes y tratados como tales": Decreto de fecha 12/ 5/1920.
Siguiendo estas directivas, en la toma de Kiev se batieron todos los récords de brutalidad y de infamia. Por las calles corrieron ríos de sangre de la aristocracia, los terratenientes y la clase media ilustrada rusa. «El piso del local que ocupaba la policía bolchevique: (Checa), estaba cubierto por una gruesa capa de sangre coagulada mezclada con sesos, cuero cabelludo y otros restos humanos. Las paredes entintadas con sangre de la victimas mostraban millares de perforaciones de bala. Habitualmente después de atormentar y ejecutar a los detenidos, de inmediato los cadáveres masacrados eran transportados a un bosque cercano y enterrados en una fosa común, y en cuanto desalojaban los restos de los ajusticiados, el local de la Checa se llenaba de nuevas victimas que eran de inmediato atormentados y ejecutados por los carniceros bolcheviques. Millones de cadáveres de la población rusa fueron mutilados en vida y arrojados a las fosas comunes, algunos destripados, otros descuartizados, otros decapitados, otros partidos por la mitad, otros amputados de sus extremidades, otros presentaban en el cuello y el tronco profundas heridas, otros tenían estacas enterradas en el pecho, había cabezas partidas por la mitad o les cortaron la lengua o les sacaron los ojos, etc.». Carnicería inaudita que delata el acentuado rasgo criminal y genocida de los hijos de Israel inculcado desde hace cuatro mil años por los rabinos. Las mismas escenas dantescas se suscitaron en todas las ciudades, pueblos provincias y territorios zaristas (S.P. Melgunov: Le terror Rouge en Rusie de 1918 a 1923) Payot 1927, pag 161. En el diario de Edimburgo, `The Scotsman´ del 7 de noviembre de 1923, el profesor Farola cita algunas cifras de los ejecutados en algunas provincias:"28 obispos, 1.219 sacerdotes, 6,000 profesores, 9.000 doctores; 54.000 oficiales, 260.000 soldados, 70.000 policías, 12.950 propietarios, 355.250 intelectuales y profesionales liberales; 193.290 obreros y 815.000 campesinos". Comunicado de la Agencia Reuter (Rostov 31 de julio de 1919) reproducido por diversos periódicos occidentales (entre otros Vieille France, nº 137), relató las atrocidades de la Cheresvichaika, «Comisión de la Cheka judeobolchevique» de Kharkov. (Ev. Kommin: Roul 3-VII-1923).
El papel jugado por los revolucionarios judíos en el genocidio y sometimiento del pueblo ruso es indudable. En 1917 el influyente rabino Stephen Wise, declaró al New York Times: «Creo que de todos los logros de mi pueblo ninguno ha sido más noble que lo logrado por los hijos de Israel en Rusia ». El mismo Lenin alabó a la comunidad judía mundial, no solo por sus contribuciones económicas a la insurrección rusa, sino por proporcionar las inteligencias hebreas para establecer el primer Estado dominado por los hebreos: «El futuro historiador de nuestra revolución tendrá la tarea de evaluar adecuadamente la importancia de los judíos en la victoria de octubre del 12 de octubre 1917, es muy poco probable que hubiéramos sido capaces de alcanzar la victoria sin la ayuda de la comunidad judía mundial quienes hicieron todo lo posible para favorecer a nuestra causa facilitando los administradores, funcionarios y regidores necesarios para controlar el país, una vez que los rusos opositores fueron eliminados». The American Hebrew publicó, el 10 de septiembre de 1920: «La Revolución bolchevique en Rusia fue obra de cerebros judíos, de la insatisfacción judía, de la planificación judía, cuyo objetivo es crear un orden nuevo en el mundo. Lo que de tan excelente manera fue realizado en Rusia, gracias a cerebros judíos y a causa de la insatisfacción judía y mediante la planificación judía será también, a través de las mismas fuerzas mentales y físicas judías, una realidad en todo el mundo».
El genocidio del pueblo ruso aconteció no solo durante sangrienta revolución comunista y toma del poder de los bolcheviques judíos, sino durante el gobierno totalitario de Stalin, aduciendo crímenes contra el Estado a fin de justificar el destierro, encarcelamiento, tortura, trabajos forzados y muerte de millones de ciudadanos no judíos que se opusieron a sus designios supremaciítas. Ucrania sirvió como ejemplo del exterminio y sometimiento científico sin escrúpulo alguno de los pequeños agricultores independientes. De 1932 a 1933, la camarilla de Stalin planificó el genocidio por hambre de diez a catorce millones de campesinos ucranianos expropiándoles sus cosechas y penalizando con diez años de trabajos forzados o fusilamiento, la comercialización o pago en especie de salarios o suministros. La magnitud del genocidio silencioso mediante la hambruna artificial (holonodur) no tiene paralelo en la Historia y sin embargo la eficiente maquinaria propagandista del Kremlin ha sido capaz de mantenerla en secreto hasta nuestros días; por ello es que para el pueblo judío el caudillismo de Stalin significa victoria pero para el pueblo ucraniano significa holocausto y sometimiento ante la indiferencia mundial; lo cual dificulta la revisión histórica, pero conocemos el nombre y apellido de los criminales genocidas (todos y cada uno de los funcionarios del Soviet Supremo y miembros del Congreso del Partido Comunista de la URSS desde Stalin hasta que cayó el Muro de Berlín) quienes no pudieron borrar todas las evidencias que los incriminan. La hambruna artificial (holodomor) como instrumento de exterminio de un cuarta parte de la población programada por el Soviet supremo, no tenía otra justificación que el holocausto silencioso y sometimiento del pueblo cristiano ucraniano porque la cosecha de la fecunda tierra ucraniana era habitualmente abundante; pero el Estado la confisco y la vendió al extranjero. A pesar que la propaganda judía había tendido una cortina de humo sobre los excesos criminales ejercidos por el totalitarismo Soviético contra la población no judía, la comunidad internacional conocía la magnitud y el alcance de la hambruna en Ucrania. El profesor O. Shulhin, Jefe de Gobierno de la República Democrática de Ucrania (UNR), exiliado en Paris, dirigió una contundente denuncia del holocausto silencioso a que estaba siendo sometido el Pueblo Ucraniano a la Liga de las Naciones y a la Cruz Roja Internacional. Sin embargo la comunidad internacional fue amordazada por el Lobby Internacional judío encargada de la desinformación mediática y la propaganda del régimen Stalinista. La poetisa Lina Kostenco expresó: El holodomor documentado en los archivos oficiales desclasificados recientemente, traspasa las fronteras del dolor, el sufrimiento y degradación de la vida y la dignidad humana de hombres mujeres y niños que no pueden ser relegarlos a una simple cifra estadística, y reclama su denuncia y enjuiciamiento de los responsables en la Corte Penal Internacional. En 1986 el científico James Macen presidió una Comisión del Congreso Norteamericano que dictaminó el Holodomur como genocidio programado contra el pueblo ucraniano. En 1987, una Comisión de eminentes juristas presidida por el Dr. Jacob Sandberg de la Universidad de Stockholmo, ratificó que el Holodomur fue un genocidio silencioso programado contra el pueblo ucraniano. El 14 de mayo de 2003, al conmemorarse el 70º aniversario del Holodomur, el Parlamento (Verjovna Rada) proclamó: El Holodomur fue concientemente organizado por los jerarcas del Soviet Supremo en tiempos de Stalin; y por ello debe ser condenado cualquier intento de ocultamiento de la verdad histórica y conmemorado mundialmente como uno de los más grandes genocidios del siglo XX.
En la 58ª Sesión de la Asamblea General de la ONU, se declaró al Holodomur como una tragedia mundial: Los parlamentos de trece países han reconocido al Holodomur como un genocidio contra el pueblo ucraniano con el propósito de destruir el centro vital de la humanidad amante de la libertad: el Argentino el 23 de septiembre del 2003, el Canadiense el 19 de junio del 2003, el Congreso Norteamericano el 20 de octubre del 2003. En la reunión plenaria de alto nivel de la Asamblea General de la ONU el 15 de septiembre del 2005 el actual presidente de Ucrania Victor Yushchenko, apeló a los jefes de Estado presentes a esclarecer toda la verdad sobre el crimen de lesa humanidad que significa el Holodomur, para tener la seguridad que la indiferencia y la impunidad no alentara a los criminales a cometer otro genocidio. Apelación Reiterada por el Dr. Boris Tarasyuk, Ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, ante la Asamblea de Derechos Humanos de la ONU. El 28 de noviembre de 2006, el Parlamento de Ucrania a iniciativa del Presidente Victor Yushchenko, de acuerdo a la definición de genocidio de la jurisprudencia internacional aceptada, aprobó un decreto de Ley declarando genocidio del pueblo ucraniano, el Holodomur de 1932/1933, y declarando ilegal la negación pública del holocausto silencioso del Holodomor porque es una burla a la memoria de millones de victimas inocentes y una humillación a la dignidad del pueblo ucraniano; y debido a su lucha por la independencia de su país de las garras de Rusia y su valiente denuncia del Holodonur, el Presidente Yushchenko fue envenenado con plutonio radioactivo por la camarilla judía. Este holocausto silencioso es un crimen de lesa humanidad que no puede quedar impune, porque se alienta a los genocidas a repetirlo donde y cuantas veces lo necesiten; por ello es de interés genérico el revisionismo histórico de la cuestión judía en relación a los acontecimientos que se dieron antes y después de la SGM.
Sin una adecuada información y análisis de en sus aspectos históricos, legales, morales, políticos y sociológicos es difícil comprender la esencia misma del totalitarismo implantado por la camarilla judía que ejercía el poder en el Soviet supremo esbozado por Orwell en su obra: "1984". Lo cual motivó del surgimiento del nacional socialismo en Alemania ante la amenaza de que triunfara el bolchevismo en su patria. La derrota de los bolcheviques judíos por el Partido Nacional Socialista, fue la causa de que la mafia judía internacional declarara el boicot comercial a Alemania, antes de que Xitler subiera al poder. El triunfo de la economía nacional socialista sobre el imperio mundial de la banca judía, ponía en peligro el imperio judío sobre las naciones, y los intereses comerciales de los imperios británico y francés; y por ello desencadenaron la SGM. Al finalizar la SGM, antes de la ocupación aliada, Winston Churchill presionado por los presidentes y primeros ministros judíos en los EEUU y Francia, se vio obligado a bombardear las ciudades Alemanas de tal modo que no quedara piedra sobre piedra, a fin de exterminar el pueblo alemán __ lo cual constituye no solo un crimen de guerra y crimen de lesa humanidad, sino un crimen fraticida cometido por las naciones cristianas aliadas de la mafia judía contra Alemania cristiana por no doblegarse a sus designios supremaciítas__ De enero a julio de 1945, 600.000 civiles murieron durante los bombardeos aliados sobre las ciudades Alemanas. El 13, 14 y 15 de febrero de 1945 la ciudad de Dresde fue arrasada desde sus cimientos por tres oleadas de bombarderos que arrojaron 776,460. bombas incendiarias y explosivas calcinando quince kilómetros cuadrados desde sus cimientos, y mientras los aviones cazas ametrallaban a los niños, mujeres, ancianos y heridos que trataban de escapar, pereciendo 350,000 habitantes. En julio de 1945, debido a los inmensos incendios en la ciudad de Hamburgo 45.000 personas murieron asfixiados en sus sótanos (Siegfried Ellwanger: Holocausto:¿judío o alemán?) (Jörg Friedrich: Sitios de Fuego). El historiador Giles Mc Donogh en su libro: "La brutal historia de la ocupación aliada" revela que desde la liberación de Viena y el puente de Berlín murieron dos y medio millones de alemanes.
El libro del investigador canadiense James Bacque titulado Other Losses. Trata un tema que nadie se atreve a rebatir: El ejército rojo entró en terreno alemán el 19 de octubre de 1.944, y ya el mismo día se hizo la primera masacre de civiles alemanes en Nemmersdorf, Prusia Oriental. Lo que le siguió fié una interminable serie de asesinatos, masacres, saqueos, violaciones que obligaron a millones de personas a huir en pánico. El número exacto de cuantos murieron congelados en las carreteras hacia el oeste, o de hambre y enfermedades, nunca lo sabremos. De los cerca de 8 millones de soldados alemanes prisioneros de los aliados, dos millones fueron detenidos en campos de concentración del lado Oeste. Seis millones fueron remitidos a los campos de concentración de la URSS, donde fueron atormentados y asesinados 1"7 millones nunca volvieron a casa, o sea, cerca del 20%. Nadie discute la cifra, solo se acusan mutuamente. Veamos que aconteció a los civiles: Derrotada Alemania, Stalin fijó las nuevas fronteras de Alemania con Polonia en los rios Oder y Neisse. Despojando a Alemania de una quinta parte de su territorio. 100.000 km². Al mismo tiempo, la URSS se apropió de: Prusia Oriental. El periodista Jhon Sak en su libro "Ojo por Ojo" reseña que en octubre de 1944, Stalin decidió deshacerse de los ciudadanos alemanes oriundos de los territorios anexados a Polonia y Rusia como botín de guerra. Para hacer "polacos" y "rusos" estos enormes territorios, la población alemana de unos 16.000.000 de habitantes, había que aniquilarla o expulsarla. La resolución de las expulsiones de los 16 millones de alemanes de los países del este se decidió por los aliados en Jalta en febrero de 1.945 y en Postdam en julio y agosto de 1.945. De inmediato, el vocero oficial de Stalin: Ilja Ehrenburg en sus comunicados de prensa exhortaba a los soldados rusos a violar a las mujeres alemanas, arguyendo: "los alemanes no son personas. Desde ahora la palabra "alemán" es la peor de las maldiciones (…) Matad a los alemanes! Te lo manda tu anciana madre. Mata a los alemanes. No pierdas la ocasión. No hagas fallos Mata" (Heinz Nawratil, pag. 76). Dos millones de alemanes en su mayoría mujeres (violadas tumultuariamente), niños y ancianos fueron masacrados y asesinados en los "pogroms" o en los campos de concentración recién liberados donde los habían detenido después de la guerra, y muchos otros murieron de frió y privaciones durante su éxodo hacia el Oeste.
Según las militantes de izquierdas alemanas Barbara Johr y Helke Sander (véase: "Befreie und Befreiter", 1992) un total de 2.000.000 de mujeres alemanas fueron violadas por los rusos. De ellas, 200.000 fallecieron a causa de tales salvajadas. Entre las víctimas se contaban decenas de miles de niñas (y niños) de hasta 10 años, pero también ancianas de 75 años. Las vejaciones sexuales no se limitaron al episodio de la ocupación de Alemania, sino que fueron reiteradas, continuadas y se prolongaron de 1945 a 1949. El historiador Anthony Beevor, en su célebre obra sobre la batalla de Berlín, avala estas cifras. Otra fuente sobre el tema es el libro de Catherine Merridale "La guerra de los ivanes", donde son los propios soldados proletarios quienes describen las atrocidades que cometían sus compañeros. También el anónimo "Una mujer en Berlín". El mismo trato sufrieron los sobrevivientes alemanes que residían en Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Yugoslavia. Las expulsiones y las masacres comenzaron en el otoño de 1.944. En el lado Este, la Oficina Estatal que tenía a su cargo 1.255 campos de concentración para alemanes, exterminó al menos 20% de los prisioneros. Conservadoramente 2.111.000 víctimas la mayoría ancianos, mujeres y niños. La Oficina estatal, estaba dirigida en 90% por criminales judíos comandados por Jacob Berman. Entre sus ayudantes estaban Lola Potok Ackerfeld, Itzak Klein, Adela Glickman, Moshe Grossman, Shimon Nunberg, Salek Zucker, David Feuerstein, Ayzer Maka, Aaron Lehman, Jadzia Gutman Sapirstein, Shlomo Singer, Chaim Studniberg, Hanka Tinkpulver, Shlomo Morel, Efrain Lewin, Moshe Maka, Barek Einsenstein, Major Frydman, Jacobowitz, Mordecai Kac, Moshe Kalmewicki, Josef Kluger, Nachum Solowitz, Moshe Szajnwald y Schmuel Kleinhaut ( John Sack, p. 182-183).
En Polonia: 1) En el campo de Schwientochlowitz, los guardias empezaban el día golpeando 15 veces con garrotes de madera a cada prisionero. Los prisioneros que no eran apaleados hasta la muerte, eran obligados noche tras noche a permanecer en agua helada hasta que mueren. (Sack, p. 109). A veces cambiaban la paliza por la pena de muerte, para lo cual tomaban al alemán de pies y manos y como un espolón con la cabeza por delante lo golpeaban contra la pared. Durante siete meses Shlomo Morel asesino a tres cuartas partes de los alemanes, y dijo: "Lo que los alemanes no habían conseguido en cinco años en Auschwitz, lo he conseguido yo en Schwientochlowitz en sólo cinco meses" (Sack, p. 106). El año 1.992 querían en Polonia procesarlo por esta masacre. Morel huyó a Israel, que se niega a extraditarlo a Polonia. 2) El campo de la muerte de Lamsdorf funcionaba de la siguiente manera: "Día tras día Czeslaw recibía una lista con los nombres de los alemanes muertos y siempre decía lo mismo: "¿Porqué tan pocos"? (…) Los mas desgraciados entre los alemanes eran las mujeres de Grüben. Durante la guerra los SS enterraron en un prado unos 500 polacos muertos por tifus cerca de Lamsdorf. Czeslaw mandó a las mujeres de Grüben a desenterrarlos. "Echaos encima", las mujeres hacían lo que les mandaban y los guardias volvían a chillar: "Abrazadlos, besadlos, fornicad con ellos". Con las culatas de los fusiles golpearon a las mujeres en la cabeza hasta que los ojos, la nariz y la boca estaban dentro de la carne podrida de los cadáveres. Los guardias, psicópatas, que obligaban a las mujeres a beber orina, o sangre, o excrementos humanos, o les introducían un billete en la vagina y le pegaban fuego. "Día tras día Czeslaw recibía una lista con los nombres de los alemanes muertos y siempre decía lo mismo: "¿Porqué tan pocos"? (Hans Esser: Lamsdorf. Dokumentation über ein polnisches Vernichtunglager", (Laumann-Verlag, Dülmen, 1.977). Según el doctor Essen 8.064 alemanes fueron emplazados en este campo de los horrores. 6.488 murieron, o sea, el 80%. La cifra total corresponde a la que nombra Sack. Además Esser cita supervivientes alemanes que cuentan el uso de torturas y otros métodos de exterminio descritos por Sack.
En Yugoslavia tras la "liberación". Oficialmente los ciudadanos alemanes fueron declarados "fuera de la ley". En noviembre de 1.944 la "Liga antifascista para la liberación nacional" declaró lo siguiente: 1) Todas las personas que viviesen en Yugoslavia y fuesen de origen alemán, perdían automáticamente la ciudadanía yugoslava y todos los derechos civiles. 2) Todas las propiedades de las personas de origen alemán, pasaban a ser propiedad del estado. 3) Las personas de origen alemán no tienen ningún derecho ni pueden dirigirse a ningún tribunal para pedir protección. O sea, que cualquier alemán podía ser robado, encarcelado, maltratado y asesinado. Esta decisión fue dada a conocer por el comisario político de Tito, Moshe Pijade. En Trieste "Durante 40 dias (…) los partisanos de Tito practicaron una cruel y sangrienta venganza. En unas semanas desaparecieron unos 70% de los prisioneros. Más de 1.100 prisioneros de guerra alemanes fueron bestialmente masacrados y arrojados a unas cuevas-agujeros que hay a unos kilómetros de Trieste (…). En "Foiba Miniera" debería haber los restos mortales de unos 4,600 prisioneros de guerra Así estaba. Reseña Erich Kern en su libro "Verbrechen am deutschen Volk", K. W. Schütz Preuss., Oldemburg, 1.964, sobre la situación en los campos de concentración en: 1) Rudolfsgnad en Theiss. Allí los partisanos de Tito, internaron 23.000 mujeres y niños alemanes. Los comunistas mataron esta gente indefensa a conciencia dejándolos morir de hambre. Un testigo cuenta: "A los prisioneros de los campos de concentración no se les dio nada para comer durante varios días. Durante unos meses de invierno murieron 7.400 mujeres y niños. Un solo día murieron de hambre 113 mujeres y niños que fueron arrojados en una gran fosa en Hutweide (…) . El comandante del campamento presumía de que con sus métodos en el campo de Rudolfsgnad había liquidado 5.000 alemanes de los demonios sin pegar un solo tiro. (Kern, p. 222). 2).
En Checoslovaquia, El gran maestro de ajedrez Ludek Pachmann cuenta lo siguiente sobre lo que ocurrió a los alemanes en Praga: "Si hay un infierno en la tierra, estaba en Praga el 5-5-1.945. En las farolas de mi amada ciudad había colgados de los pies y como antorchas vivientes, hombres de las SS (…). Bandas armadas que se llamaban partisanos expulsaba gente de sus casas. En la desembocadura del Wassergasse colgaban tres cadáveres desnudos, con amputaciones que los hacían irreconocibles, les habían sacado todos los dientes, la boca era un agujero sangrante. Otros alemanes eran obligados a arrastrar a sus muertos en Stefangasse. Ancianos, mujeres, niños eran torturados, castigados hasta la muerte. Violaciones, bárbaras atrocidades ("Hör zu", 5 noviembre 1.982). Sobre la masacre de Aussig (Ústi) el 30 de julio de 1.945, cuenta una mujer que fué testigo: "Estaba en una pequeña peluquería en Markplatz en Aussig, de allí veía casi toda la plaza. Poco después vi como ferroviarios checos con uniforme y también civiles checos perseguían alemanes que habían sido obligados a llevar brazaletes blancos. En grupos de 30 o 40 se arrojaban sobre una víctima y la pateaban hasta la muerte. La cabeza y la cara no eran mas que una masa sangrienta deforme. Vi al menos 12 alemanes en esa situación. Entre las víctimas había también mujeres y chicas jóvenes. Pude escuchar los gritos de las jóvenes cuando eran apaleadas. Al mismo tiempo venían trabajadores del turno caminando sobre el puente nuevo, en el que la "caza del hombre" se desarrollaba de la misma manera. Entre 30 y 50 trabajadores alemanes fueron arrojados en Brückenplatz, y arrojados por los soldados checos a la mina si aún daban señales de vida. Muchos alemanes malheridos fueron arrojados al Elba, y se les disparaba si flotaban. Los supervivientes de este baño de sangre fueron trasladados al campo de Lerchenfeld. John Sack cuenta lo que ocurrió en uno de los campos de concentración en Checoslovaquia: Era de cinco pisos, y los alemanes detenidos no estaban en celdas, sino en las escaleras. Mujeres, niños y ancianos alemanes subían y bajaban sin descanso por las escaleras, cuando un alemán se caía, nadie se paraba a ayudarle, sino que le pasaban por encima, todos los alemanes estaban desnudos, y los checos en los cinco pisos les gritaban: "deprisa cerdos alemanes, raza de señores, ¡Heil Hitler!, y cuando caían les pegaban con porras de goma y los obligaban a seguir. (Sack, 96).
En Alemania Occidental las potencias aliadas de ocupación, siguiendo la directiva Morguentau JSC/1067, que proponía en su intento de exterminar a los alemanes sobrevivientes: castrar a los niños alemanes y esterilizar a las mujeres jóvenes, ahorcar a los alemanes que valientemente lucharon por su patria, confiscar sus bienes y patentes industriales, desmantelar la industria y enviarla a Rusia, demoler las ciudades y convertirlas en campos y hortalizas etc. Siguiendo esta directiva, privaron a los alemanes de alimentos medicinas, ropa, impidiendo la producción industrial y agrícola de Alemania, unos 10.000.000 de alemanes murieron de hambre y enfermedades. Hay que puntualizar que esto ocurrió acabada la guerra, o sea, en tiempo de paz, cuando los aliados occidentales lo controlaban todo y tenían almacenes llenos de comida. Además la Cruz Roja había entregado 13 millones de paquetes de comida que cada uno de ellos podía mantener a una persona adulta un mes. Estos paquetes no fueron repartidos a sus destinatarios: los prisioneros alemanes. En la República Federal Alemana, un ministerio sobre desplazados, publicó el año 1.961 una obra en varios volúmenes sobre los expulsados alemanes del este y central Europa: "Documentation der Vertreigung der Deutschen aus Ost-Mitteleuropa, herausgegeben von Bundesministerium für Vertriebne, Flüchtlinge und Kriegsgeschädigte", DTV, München, 1.984, edición igual a la de 1.961. Otra fuente de información es el trabajo de Heinz Nawratils "Die deutschen Nachkriesverluste", Herbig, München-Berlín, 1.988, al igual que la obra del historiador hispano-estadounidense Alfred Maurice de Zayas "Amnerkungen zur Vertreibung der Deutschen aus dem Osten", Kohlhammer, Stuttgart, 1.986. Estos autores se han esforzado en fijar el número de muertos. Las de Heins Nawratis están basadas en material estadístico de la Statistisches Bundestamt de la RFA. No solo incluyen las cifras de expulsados sino también de los que fueron trasportados a la URSS donde perecieron, alemanes de Hungría y Rumania, Prusia Oriental: 299.000 víctimas, Pomerania: 364.000 víctimas, Brandemburgo: 207.000 víctimas, Silesia: 466.000 víctimas, Danzig: 83.000 víctimas, Báltico, 51.000 víctimas, Checoslovaquia con Sudetes: 272.000 víctimas, Polonia (fronteras de 1.939): 185.000 víctimas, Hungría: 57.000 víctimas, Yugoslavia: 135.000 víctimas, Rumania: 101.000 víctimas, "suma: 2.230.000 víctimas. El autor remarca que con gran seguridad son cifras "a la baja". Aquí tampoco se cuentan los alemanes de Rusia, víctimas de la URSS por represión o deportaciones. Un especial y amargo capítulo fue la violación tumultuaria de 1,220,000 mujeres y jóvenes alemanas perpetradas por las tropas de ocupación aliadas durante la ocupación (Das Ostpreussenblat del 4-2-1.995)
Los ríos de sangre, el terror, la deportación, el destierro, el exterminio, los campos de concentración, fueron la constante durante la instauración de los gobiernos comunistas en todos los países de la orbita soviética, y posteriormente durante el ejercicio del totalitarismo de Estado implantado y ejercido por los bolcheviques judíos (Vladimir Paulovich Naumor: Las Puertas del Infierno). No solo los residentes alemanes fueron masacrados y exterminados en los países del Este de Europa. En Polonia, al inicio de la SGM, Rusia invadió los territorios del este de Polonia, y de inmediato apresó a dos mil oficiales polacos y los ejecutó en el bosque de Kantinga. En Hungría, el judío criminal Bela Kuhn (Cohen), recorrió el país en su ferrocarril particular adornado con una gran horca instalada en un furgón a manera de distintivo. Lo acompañaban en su lujoso camarote, su secretaria judía R. S. Salkind, alias Semliachkay, el jefe de la checa húngara, el judío Szamuelly, y treinta judíos terroristas escogidos como verdugos y guardias de seguridad, sembrando el terror y la muerte. A lo largo del recorrido de aquel tren de la muerte, quedaron cientos de cadáveres desnudos u mutilados, hombres colgados de los árboles y la sangre corría por el suelo». En Yugoslavia el 10 de febrero de 1945 las hordas de Tito entraron a Croacia y exterminaron cuatrocientos mil cristianos en los campos de concentración (Ton Sonic: Mais Killings and Mistreated of German Prisioners in postwar Yugoeslavia). El fracaso de la tiranía del proletariado que propicio la caída de la Unión Soviética, causaron la desilusión, el enojo, escepticismo, el resentimiento y el silencio de los interlocutores del dialogo que sostenían los ideólogos liberales, nacionalistas, socialistas y comunistas, respecto al papel del Estado como promotor del desarrollo y bienestar social. Antes de reanudar el dialogo es necesario señalar el saldo rojo que dejó la impunidad de los carniceros sionistas en Rusia porque aún perduran los tiranos que mantienen secuestrados a sus pueblos. Ya que en nombre de la tiranía del proletariado, los judíos bolcheviques no solo saquearon los tesoros del zar, la aristocracia, los terratenientes y el clero, sino acabaron y contaminaron los bosques, las estepas, los lagos, mares y ríos, lo yacimientos minerales, dejando yermos y agotados los campos petroleros Baku, y calcinados los de Chernobil y se llevaron a Israel los profesionistas y profesores judíos que habían sido educados por la URSS. La bancarrota y devastación de los pueblos y países que integraron la Unión Soviética, y sus satélites del Este y sureste de Europa, desmiente el mito de que los hijos de Israel a semejanza del bíblico administrador de los graneros del faraón son grandes administradores, y en cambio es la prueba más contundente de la barbarie, maldad y voracidad de Israel, que dejó como saldo una juventud sin fe y esperanza a manos de una elite y mafia judía que se apodero del saldo patrimonial del Estado Soviético, privatizándolo y saqueando miles de toneladas de armamento de los almacenes del ejercito para proveer a los traficantes judíos de armas utilizadas en los recientes genocidios perpetrados en África occidental, los Balcanes, Medio Oriente y Sud América, etc. Y a pesar de haber despojado impunemente: « todas las propiedades y fuentes de riqueza de los pueblos integrantes de la U.R.S.S al haberlas socializado y adjudicado a los jerarcas judíos. Y haber despojado el alma rusa de sus rasgos humanistas y culturales, el folclor y las tradiciones ancestrales de las diferentes etnias, __abrogado el amor, la esperanza, la dignidad, los derechos humanos, la fe, la lealtad fraternal entre amigos, conocidos y familiares, la libertad, el orgullo, el patriotismo__ fomentando la cultura de la sospecha y la denuncia, manipulado la información interior y exterior, a fin de esclavizar y someter a todos los pueblos ex integrantes de la U.R.S.S». Y a pesar de la multitud de agravios de lesa humanidad cometidos por los bolcheviques judíos que durante mas de medio siglo mantuvieron encarcelados dentro de la cortina de hierro mas de ciento sesenta millones de ciudadanos de la URSS, abrogando todos los derechos humanos como libertad de pensamiento, libertad de expresión, liberad de asociación, libertad religiosa, libertad de elección no solo política sino de múltiples aspectos cotidianos como donde residir, estudiar o trabajar, deportando a Siberia a veintiocho millones de posibles opositores al Estado Totalitario, etiquetándolos de contra revolucionarios condenados a trabajos forzados hasta que fueron aniquilados. Y a pesar de que sienten orgullosos de haber conquistado y doblegado el Imperio Alemán, el Imperio Austro Húngaro, y el Imperio del Zar, mantienen este logro histórico en secreto debido a que no fue un ataque valiente contra las potencias enemigas, sino un artero crimen de lesa humanidad perpetrado encubiertamente, crimen que siguen agravando traficando anualmente medio millón de niños y adolescentes secuestrados en los países ex integrantes de la URSS hacia occidente para esclavizarlos y explotarlos sexualmente.
Cuarto considerando: El derrumbamiento y desintegración de la URSS.
En la segunda mitad del siglo XVIII, las sociedades secretas judío masónicas arrastraron a los intelectuales a la causa de Israel, ideando planes y programas para derrocar a los reinos cristianos enarbolando la bandera de la fraternidad, la igualdad y la libertad republicana comenzando por Francia para proseguir la revolución en Alemania, Rusia y los pueblos de Europa del Este. La revolución francesa permitió a los judíos ocupar posiciones privilegiadas ahogando en un mar de sangre a medio millón de cristianos y despojar a de sus bienes a la realeza y los terratenientes. Agotadas las sociedades secretas la ideología marxista atrajo grandes multitudes a la causa de Israel críticamente, canalizando sus esfuerzos para derrocar a los Imperios Ruso, Alemán y Austro húngaro, e implantar la tiranía del proletariado exterminando no solo a los nobles, terratenientes, industriales y comerciantes sino a la clase pensante: artistas, escritores, intelectuales, profesionistas, técnicos, industriales, etc. es decir los ilustrados, el corazón de Rusia, utilizando a los obreros y campesinos analfabetos, fáciles de engañar y manipular para encumbrar y perpetuar una clase gobernante inaccesible a los no judíos; de tal manera que en el Estado Totalitario solo existían dos clases sociales __los judíos bolcheviques que integraban la clase gobernante acaparando el poder y la riqueza del Estado para perpetuar sus privilegios, y los proletarios cristianos y musulmanes privados de todos los derechos humanos para servir al Estado. Los intelectuales de hoy en día no han reconocido y confesado moralmente un hecho gravísimo: La inteligencia occidental se plegó al comunismo y al marxismo soviético durante decenios. Ante la abrogación de los derechos humanos que atentan con la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión, etc. Omitió su deber de criticar el totalitarismo comunista haciendo las necesarias mediaciones de una reflexión ética, social, económica y cultural confrontando los ideales con la realidad. Significativamente, en los diálogos de Salzburgo los sociólogos, filósofos, economistas, los intelectuales no comunistas brillaron por su ausencia. Tras el silencio de los intelectuales ante las atrocidades que ocurrían detrás del muro soviético, las preguntas inexorables son: ¿Quien o que contribuyó más al ocaso del imperio soviético, la inteligencia o la dignidad humana, la fe o la voluntad, el diálogo o la resistencia, o los sangrientos levantamientos que ocurrieron en Alemania del Este, Polonia, Checoslovaquia, Hungría? El estalinismo, o lo que devino el bolchevismo, no sólo era un sistema de control social draconiano consumado por un dictador implacable, sino la imposición del despotismo del yugo judío bolchevique sobre los países de Europa del Este fraguado por Roosevelt y Stalin en la conferencia de Yalta. Las revisiones que afanosamente buscaban Checoslovaquia, Polonia y Yugoslavia en la década de los sesenta, en la glasnost gorbacheviana y en las reformas chinas de Den Xiaoping, ya habían sido bosquejadas por Nicolás Bujarin al borde de ser fusilado por el delito de presentar una alternativa al estalinismo en la que había concluido que el marxismo en la práctica era un fracaso. A una consideración parecida arribaba en su exilio de México León Trotsky. Tras asumir el poder montados en los tanques del Ejército Rojo. Los minúsculos partidos comunistas de la Europa del Este extendieron su control incontestable, a los niveles más básicos en sus sociedades. Si la militarización se transformó en la piedra de toque del sistema utópico, los ejércitos "nacionales" no serían la espina dorsal de estos regímenes comunistas, era el partido comunista el agente del imperio bolchevique judío, instrumento del ejército de ocupación.
Las elites judías del "Estado burgués de Europa del Este", luego de valorar que los intereses judíos podían prevalecer en el nuevo orden, se reciclaron al comunismo para poder ocupar los cómodos sillones del poder y, como sus paisanos del Kremlin, transitar en negros limousines de reunión en reunión. Pero la legitimidad formal para retener la autoridad definitiva resultaba impensable sin una ideología que actuase como excusa general, que suplantase la iniciativa individual. Fue así que el monopolio de la interpretación ideológica (del marxismo) se tornó en el meollo del totalitarismo comunista. Puede decirse que la centralización económica y social, convirtió a los bolcheviques judíos en la clase gobernante que estableció la dictadura judía sobre los no judíos, no la de los proletarios. Más que procurar el desarrollo y el bienestar social, la clase gobernante se avocó a perpetuase en el poder. Privilegiando la industria bélica sobre todas las demás manufacturas. No solo escatimó la producción de enceres domésticos y automóviles, sino también la satisfactores básicos como alimentos, medicinas, ropa, vivienda, transporte público, centro de esparcimiento, etc. En los albores de los abordajes comunistas, los jóvenes radicalizados, tropa de choque militante, asumieron la vanguardia y ascendieron en las filas partidistas de la burocracia en expansión. La eufórica inteligencia se alineó en masa, y se sometió a la catarsis experimental. En la década de 1970, los húngaros György Konrád e Iván Szelényi, utilizando categorías del marxismo, que por la época aún retenía cierta vitalidad, especulaban que bajo las condiciones de la posguerra en la Europa del Este, la inteligencia había devenido en una clase dominante. Y es que la proclamación de una sociedad ordenada científicamente ejerció gran atractivo en la inteligencia, sobre todo porque sus talentos fueron convocados para la construcción del nuevo orden. Los cautivó la supuesta oportunidad de eliminar los escollos que históricamente impidieron el pleno desarrollo de la sociedad perfecta. Los convenció la revelación de un compendio científico que barrería tales obstáculos mediante una planificación racional. Si para la claque comunista el camino al poder fue rápido, para los intelectuales fue largo, penoso, y para la mayoría, vedado. Los que lograron sacudirse de la sospecha burguesa fueron reducidos mediante el lavado de cerebro, re-educación, regulaciones políticas humillantes, espía y escucha de sus actividades, intimidación, persecución o soborno, etc. Los que olfatearon a tiempo la dirección del viento y lograban posiciones periféricas, languidecerían bajo el sospechosito, la ineptitud de sus superiores. Los osados que murmuraban signos de rechazo, fueron execrados de la casta intelectual. Para muchos intelectuales, la vida real de autonomía individual, el espacio posible de esperanza, se redujo al círculo familiar, a la esfera étnica (como el caso de los países bálticos) o religiosa, como en Polonia.
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