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Una teoría de todo, de Ken Wilber (página 6)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

El reconocimiento del espectro global de la conciencia (que nos muestra la figura 3.2, por ejemplo) nos permite acometer un análisis inter-nivel cuyos detalles técnicos expondré en una nota final,'` pero cuyos rasgos generales pueden formularse de un modo muy sencillo diciendo, por ejemplo, que la persona que se halla en casi cualquier estadio del desarrollo típico (desde el meme púrpura, hasta el rojo, el azul, el naranja, el verde o el amarillo) puede experimentar un estado alterado de conciencia o una experiencia cumbre de cualquiera de los reinos más elevados (desde el psíquico hasta el sutil, el causal o el no-dual), y que, posteriormente, la persona debe interpretar esas experiencias en los términos del nivel en que habitualmente se halle. Y esto nos obliga a llevar a cabo un análisis combinatorio inter-nivel que tenga en cuenta, por ejemplo, que una persona que se halle en el meme azul puede tener una experiencia psíquica, sutil, causal o no-dual y que lo mismo puede ocurrir desde los memes naranja, verde, etc. De este modo, dispondríamos de una rejilla de cerca de dos decenas de tipos de experiencias espirituales muy reales y

diferentes.20

También debo decir que, aunque los análisis convencionales realizados por Fukuyama, Friedman, Huntington, Kaplan, Kennedy, etc., excluyan este tipo de experiencias espirituales, su importancia, a menudo marginal, resulta, en otras ocasiones, decisiva. Más de un líder mundial, por ejemplo, ha experimentado, durante su período de formación, una experiencia cumbre o un estado alterado de conciencia, de naturaleza frecuentemente religiosa, que acabó conformando profundamente su visión consiguiente del mundo y su agenda… y no necesariamente en el buen sentido (no olvidemos que Hitler y Rasputín eran, en cierto modo, una especie de místicos). Hay veces en que los efectos de ese tipo de experiencias resultan ciertamente admirables (como ocurre, pongamos por caso, con Juana de Arco, Gandhi o Martin Luther King junior), pero en otros resultan francamente negativos (como sucedió, por ejemplo, en los casos de Himmler y Charles Manson). Por ello un análisis inter-nivel resulta absolutamente crucial: ¿de qué nivel procede la experiencia espiritual y desde qué nivel está siendo interpretada?

Cuando los niveles egocéntricos se ven sacudidos por una experiencia transpersonal el resultado más habitual suele abocar a una potenciación del egocentrismo que llega incluso, en ocasiones, a límites psicóticos; cuando tal conmoción afecta a los niveles etocéntricos, por su parte, se activa la cólera y, cuando ocurre en los niveles mundicéntricos, aparece un Abraham Lincoln o un Ralph Waldo Emerson. Creo que cualquier enfoque realmente integral -omninivel y omnicuadrante- debería tener en cuenta todos estos factores. Y no estoy hablando tan sólo de los líderes mundiales, porque los datos -aunque ciertamente poco fiablesparecen señalar que un elevado porcentaje de la población afirma haber tenido, al menos, una experiencia cumbre/espiritual a lo largo de su vida. Hay que subrayar que este tipo de eventos constituye unas de las fuerzas motivadoras más poderosas del psiquismo humano, ya sea que iluminen el rostro de una madre Teresa o azuzen el intenso fanatismo de una jihad (una guerra santa), de modo que ningún análisis de los eventos mundiales que los ignore puede esperar tener éxito.

¿Por qué no desembarazarnos simplemente de la religión?

Un análisis más integral de la situación mundial nos permitiría resolver de inmediato uno de los problemas más recalcitrantes a los que se han acercado los analistas sociales durante los últimos dos siglos: ¿Por qué la modernidad (naranja) sigue siendo la fuerza política, tecnológica y económica más importante de la faz del planeta? ¿Por qué siguen teniendo tanto peso los movimientos culturales premodemos (desde púrpura hasta rojo y azul)? Desde hace mucho tiempo, los sociólogos han señalado que la modernidad acabaría con los movimientos religiosos, meros vestigios de primitivas supersticiones premodernas. Pero ¿por qué -si esto es así- los movimientos religiosos siguen tan presentes en el mundo actual?

No debemos olvidar que, también en el mundo moderno, todos nacemos en la ola 1 (beige) y, desde ahí, debemos emprender nuestro proceso de desarrollo a través de las olas púrpura, roja y azul hasta llegar a la naranja (la verde e incluso las olas superiores). Tampoco hay que olvidar que, según la llamada pirámide del desarrollo (cuanto más elevado es el nivel, menos gente tiende a alcanzarlo), siempre habrá una gran población de la humanidad en las olas mágica y mítica, habitualmente muy ligadas a la religión tradicional. Resulta, pues, muy poco probable que las creencias religiosas tradicionales acaben desapareciendo.

En el mejor de los casos, los analistas políticos que carezcan de una visión global no llegarán a comprender la dinámica psicológica central de las poblaciones humanas reales. Y es que los analistas del mundo chato suponen que, para resolver el problema, basta con imponer la tecnología naranja o los derechos humanos verdes sobre las poblaciones púrpura, roja y azules cuando, de ese modo, lo único que suelen conseguir es desencadenar una fanática jihad azul o una revolución roja. Así pues, dado que el 70% aproximado de la población mundial se halla inmerso en una orientación "religiosa" tradicional -púrpura, roja o azul-, los analistas políticos naranja y verde harían bien en adoptar un análisis espectral más integral que tuviera en cuenta esos hechos si no quieren que sus análisis sigan tropezando con los mismos escollos.

Pero hay que decir que esto sólo se refiere a la religión estrecha. Porque en la medida en que el centro de gravedad de la humanidad se desplace a niveles más elevados, irán apareciendo cada vez con más frecuencia las olas transpersonales superiores post-turquesa que constituyen la religión profunda. Las religiones prerracionales dominaron el pasado premoderno, pero las religiones transracionales todavía se hallan en camino, prestas a señalar a la humanidad la senda que conduce hacia una conciencia global.

Como ya hemos señalado, la investigación de los individuos que han alcanzado el pensamiento de segundo grado indica que, en esos niveles, existe la creencia de que "la tierra es un organismo que posee una mente colectiva", una visión que aumenta en el nivel coral/psíquico, donde acaba floreciendo el misticismo natural, el misticismo teísta, el misticismo sin forma y el misticismo no-dual. Y hay que decir que las olas más elevadas no dejan atrás las olas inferiores -ya que quien se halle en el nivel sutil todavía tiene acceso, por ejemplo, a la racionalidad naranja, la sensibilidad verde y el holismo de segundo grado-, porque cada ola trasciende e incluye a las anteriores.

Todo esto significa que la religión prerracional siempre estará con nosotros (porque todos comenzamos nuestro proceso evolutivo en el primer nivel), y que las religiones transracionales serán cada vez más frecuentes en la medida en que la humanidad siga evolucionando. No parece, pues, nada probable que lleguemos a desembarazamos de la religión.

La práctica integral

Permítaseme ahora repetir lo que dije al comienzo de este capítulo. Todas las teorías presentadas en él son meras teorías o mapas del mundo y, en tanto que tales, pueden servir de escalones provisionales para ayudarnos a alcanzar una visión más integral. Por otra parte, la capacidad básica del pensamiento integral de segundo grado no exige memorizar todos esos distintos niveles, conocer todos los bloques de civilización ni elaborar mapas más comprehensivos. Pero el intento de comprender esos mapas integrales ejercita el pensamiento de segundo grado, porque esos mapas abren nuestras mentes -y nuestros corazones- a un abrazo más expansivo, inclusivo, compasivo e integral del Kosmos y de todos sus habitantes. Y es que las grandes imágenes y los grandes mapas abren nuestra mente -y nuestro corazón– a una transformación integral.

Si usted ha llegado hasta aquí, ya dispone de la capacidad para la conciencia integral de segundo grado (porque, en caso contrario, habría dejado de leer este libro hace ya mucho tiempo). No es preciso, por tanto, memorizar mapas concretos, sino llevar a la práctica esta visión integral, una práctica en la que ahora centraremos nuestra atención.

Un solo sabor

El ser humano forma parte de la totalidad espacial y temporal mente limitada a la que denominamos universo y, en una especie de ilusión óptica de la conciencia, se experimenta a sí mismo, a sus pensamientos y a sus sentimientos, como algo separado del resto. Estailusión es un tipo de prisión que nos circunscribe a nuestros deseos personales y al afecto por las personas que más cerca se hallan de no sotros. Nuestra tarea es liberarnos de esa cárcel y ampliar el círculo de la compasión hasta llegar a abrazar a todas las criaturas viras y a la totalidad de la naturaleza, en todo su esplendor.

ALBERT EINSTEIN

Poco después de haber acabado Ciencia y religión decidí acometer, durante un año, la escritura de un diario personal. La razón fundamental por la que lo hice fue que el trabajo académico no permite las manifestaciones subjetivas ni las afirmaciones demasiado personales, que son consideradas como la evidencia de una suerte de "sesgo" o "información no objetiva". Y aunque, en algunos campos, se trate de un requisito relativamente razonable, lo cierto es que no tiene mucho sentido cuando el área a investigar es precisamente el dominio de lo subjetivo. Por ello tomé la decisión de registrar por escrito en un diario mis actividades cotidianas, incluida la práctica espiritual.

Lo que quise transmitir en Diario era la idea de lo que puede ser una vida integral, una vida en la que quepa tanto el cuerpo como la mente, el alma y el espíritu en su despliegue a través de los dominios del yo, de la cultura y de la naturaleza. Se trata, dicho en otros términos, de un ejemplo omninivel y omnicuadrante del modo en que uno puede estar en cualquier estadio. Con ello no quiero decir que la mía sea una vida integral -jamás he pretendido tal cosa-, sino tan sólo señalar que ésa es una aspiración muy digna. Además, Diario también brinda detalles concretos sobre mi propia versión de lo que debe ser una práctica transformadora auténticamente integral (que en breve resumiré).

La mayor parte de los libros que hablan de espiritualidad son tratados de una vida espiritual divorciada de la vida cotidiana. Cuando leemos un libro titulado, por ejemplo, ¿Cómo conocer a Dios? o ¿Cómo encontrar su Yo sagrado?, no esperamos encontrarnos con capítulos dedicados al modo de ganar el dinero, mantener relaciones sexuales, beber vino o veranear en Hawai. Parece un tanto insólito ver relatos genuinamente espirituales en medio de un viaje a South Beach, que fue precisamente lo que hice. Los conservadores fundamentalistas -que creen en la moral prescriptiva- lo contemplarían alarmados como un pecado, mientras que los liberales -que no creen en la causación interior ni en ningún tipo de interioridades- se alarmarían de que dedicase tanta atención, ya fuese contemplativa o de cualquier otro tipo, a las realidades subjetivas, en lugar de trabajar incansablemente en la redistribución más adecuada de la riqueza.

Y debo insistir en que, si bien no domino este enfoque integral, quería simplemente presentar una visión que no compartimentalizase las cosas, un relato que no mostrase la espiritualidad como algo opuesto a la vida, sino que, por el contrario, se hallase completamente inmersa en la vida cotidiana, en medio del trabajo, de las fiestas, de la enfermedad, de las vacaciones, del sexo, del dinero y de la familia, y que invitara a los lectores a asumir un enfoque más amable e integral de sus propias vidas.

Obviamente, hay momentos en que resulta imprescindible diferenciar provisionalmente las cosas y centrarse en un tipo concreto de desarrollo, como ocurre, por ejemplo, cuando uno está aprendiendo a cocinar, paseando por la naturaleza o sentado en mitad de un retiro meditativo. En lo que respecta al desarrollo espiritual, yo siempre he sido un fuerte defensor de la meditación, en cualquiera de sus múltiples formas. Por ello el segundo punto que quería subrayar en Diario es la importancia de la meditación como un ingrediente necesario de cualquier abordaje realmente integral.

Así, el feedback más común que recibí de Diario fue: «He comenzado a meditar», «Después de leer el libro me apunté a un retiro intensivo de meditación» o «He tomado la determinación de fortalecer mi práctica meditativa». Ese era, precisamente, el efecto que esperaba que tuviera el libro, porque el mero hecho de adoptar una nueva filosofía holística, de pensar en términos integrales o de creer en Gaia -por más importante que todo ello pueda ser- carecen de toda importancia ante la alternativa de la transformación espiritual. Descubrir quién cree en todas esas cosas es atravesar el umbral de la puerta que conduce a Dios.

La práctica transformadora integral

La idea básica de una práctica transformadora integral (PTI) es muy sencilla: cuantas más dimensiones de nuestro ser ejercitemos simultáneamente, más probable es que tenga lugar la transformación. Una PTI, pues, trata de ejercitar todas esas dimensiones, no sólo en el ámbito del yo, sino también en el de la cultura y en el de la naturaleza, en la creencia de que tal empresa supone un verdadero catalizador de la transformación. Así, si usted se halla en azul, la PTI le ayudará a transformarse hasta naranja; si está en verde, le ayudará a avanzar hasta el pensamiento de segundo grado; y si ya está en el pensamiento de segundo grado, le ayudará a avanzar hasta la ola transpersonal y espiritual, y no sólo como un estado alterado, sino como un rasgo permanente.

El término "omninivel" se refiere a las distintas olas de la existencia (que van desde la materia hasta el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu), mientras que término "omnicuadrante", por su parte, tiene que ver con las dimensiones del "yo", del "nosotros" y del "ello" (o del yo, de la cultura y de la naturaleza; del arte, de la moral y de la ciencia; de la primera-persona, de la segunda-persona y de la tercera-persona, etc.). En este sentido, un abordaje realmente omninivel y omnicuadrante supone ejercitar las olas físicas, emocionales, mentales y espirituales en los ámbitos del yo, la cultura y la naturaleza.

Comencemos con el yo. Existe un amplio espectro de prácticas para ejercitar las distintas olas de la existencia (desde la física hasta la emocional, la mental y la espiritual), como el ejercicio físico (levantamiento de pesas, dieta, jogging, yoga), ejercicios emocionales (qi gong, counseling, psicoterapia), ejercicios mentales (afirmaciones y visualizaciones) y ejercicios espirituales (como la meditación o la oración contemplativa, por ejemplo).

Pero estas olas no sólo deben ejercitarse en el ámbito del yo -a menos que queramos incurrir en booreritis-, sino también en los de la cultura y la naturaleza. Centrándonos en el ámbito de la cultura, ello podría significar algún tipo de servicio desinteresado a la comunidad, como trabajar en el movimiento Hospice, participar en el gobierno local, trabajar en la rehabilitación de la ciudad o ayudar a los "sin techo", por ejemplo. También puede implicar el uso de las relaciones (como el matrimonio, la amistad o el parentaje) para alentar el desarrollo de uno mismo y de los demás. En este sentido, el diálogo respetuoso constituye, de hecho, un método muy honrado por el tiempo de implicar al yo en una danza de comprensión con los demás que constituye un auténtico catalizador para un abrazo realmente integral.

El ejercicio de las olas de la existencia en el ámbito de la naturaleza, por último, nos lleva a considerar la naturaleza no como una especie de mero escenario en el que tienen lugar nuestras acciones, sino como un elemento que participa activamente en nuestra propia evolución. Comprometerse activamente a respetar la naturaleza, en cualquiera de sus múltiples formas (reciclando, protegiendo al medio ambiente, celebrando su existencia) no sólo supone honrar la naturaleza, sino que también alienta nuestra propia capacidad curativa.

Resumiendo, una práctica transformadora integral debería ejercitar todas las olas básicas del ser humano -física, emocional, mental y espiritual- en los ámbitos del ego, de la cultura y de la naturaleza. Uno es tan omninivel y omnicuadrante como pueda serlo en el estadio real del desarrollo en que se encuentre -o, dicho de otro modo, tan sano como pueda serlo en el estadio en que se halle, sea éste el que fuere (¡un logro, por otra parte, nada desdeñable!)-, y ése es el modo más eficaz de poner en marcha el proceso de transformación que conduce hasta el siguiente estadio.

Es evidente que si un individuo se encuentra, pongamos por caso, en la ola azul no puede acceder de manera permanente a las olas más elevadas, entre las que se cuentan las olas transpersonales (y ello porque la ola azul, etnocéntrica y convencional, no es todavía una postura postconvencional o mundicéntrica y, en consecuencia, no puede ver el Espíritu que resplandece por igual en todos los seres sensibles y, por tanto, tampoco puede experimentar la compasión global que dimana de la auténtica conciencia espiritual). Pero esos individuos sí que pueden, como veremos, experimentar un estado alterado o tener una experiencia cumbre de esos reinos transpersonales.

Lo que las experiencias cumbre -y la meditación- sí pueden hacer es promover la desidentificación de las personas con el estadio en que se hallen y catalizar, de ese modo, el avance hacia el siguiente estadio. Existe una considerable evidencia de que ése es uno de los efectos de la meditación. La investigación realizada en este campo, por ejemplo, ha puesto de relieve que la meditación aumenta el porcentaje de población que se halla en el pensamiento de segundo grado de menos de 2% a un asombroso 38% (véase el capítulo 10 de El ojo del Espíritu). Así pues, la meditación constituye un ingrediente esencial de cualquier práctica auténticamente integral.

Mike Murphy y George Leonard fueron los primeros en hablar de una PTI en su libro The Life We Are Given. Yo he seguido trabajando estrechamente con Mike en la clarificación de los fundamentos teóricos de tal práctica. En la actualidad existen cerca de cuarenta grupos PTI distribuidos por todo el país (quien esté interesado en comenzar un grupo o unirse a alguno de los que ya están en marcha puede conectar con Murphy y Leonard en www.itplife.com). Por otra parte, el Stanford Center for Research in Disease Prevention (de la Facultad de Medicina de la Stanford University) está supervisando los grupos comprometidos en esta práctica que ya ha tenido efectos más que extraordinarios y auguran un prometedor futuro a una práctica transformadora realmente integral. Hay muchos otros tipos similares de abordaje omninivel y omnicuadrante que están desarrollándose en todo el país y espero ver una pronta explosión del interés por estos programas globales que tan eficaces han demostrado ser a la hora de promover la transformación.

Recomendaciones

En este sentido, tengo varias recomendaciones que hacer a quienes quieran emprender una práctica transformadora integral. En primer lugar, leer Diario y Life We Are Given, dos libros que contienen todos los detalles necesarios para que uno emprenda su propia PTI. También es aconsejable leer In Over Our Heads, de Robert Kegan (una soberbia aproximación a la transformación psicológica); Lo que realmente importa. La búsqueda de la sabiduría en Occidente, de Tony Schwartz (una visión global de las muchas tecnologías del desarrollo que puede incluir una práctica integral); y Essential Spirituality, de Roger Walsh, que creo que es el mejor libro sobre las grandes tradiciones de sabiduría; subraya que, en su esencia, todas ellas son ciencias espirituales y contemplativas (en su acepción de buena ciencia, no de ciencia estrecha). A aquellos que deseen una visión global de mi abordaje integral les recomiendo Una visión integral de la psicología y Breve historia de todas las cosas.

Cierto pero parcial

Las respuestas a los varios libros en los que he intentado poner a punto un abordaje más integral pueden agruparse en dos grandes campos. El primero -y afortunadamente el más frecuente- ha sido el entusiasmo. El segundo, por el contrario, ha sido el rechazo y el enojo, un enojo que, en mi opinión, se deriva simplemente del hecho de que algunas personas sienten que trato de obligarles a asumir un abordaje más integral y que la visión global y holística que sugiero les despoja, de algún modo, de su libertad, que estas ideas son, en suma, una especie de camisa de fuerza conceptual contra la que deben rebelarse.

Pero mi verdadero objetivo no pretende imponer un cambio de manera de pensar, sino evidenciar la existencia de las muchas facetas importantes de este extraordinario Kosmos. ¿Ha pensado acaso en incluirlas en su propia visión del mundo? Porque mi obra, dicho en otras palabras, trata de hacer sitio en el Kosmos a todas las dimensiones, los niveles, los dominios, las olas, los memes, las modalidades, los individuos, las culturas, etc.

Esta TOE debe atenerse a una gran regla: Todo está bien o, dicho más concretamente, todo el mundo -incluido yo- posee una parcela importante de la verdad, y todos, en consecuencia, deben ser admitidos e incluidos en un abrazo más amable, espacioso y compasivo, en una auténtica TOE.

Cuando todo ha concluido

Creo que finalmente todos descubriremos el gozo intrínseco, la existencia, un gozo que dimana de la gran perfección de éste y de todos los instantes, una totalidad maravillosa en sí misma que, sin embargo, forma parte de la totalidad del momento siguiente, en una cadena interminable de totalidades y partes que se despeñan hasta el infinito y regresan, sin carecer de nada -y sin desear, por tanto, nada-, porque siempre se hallan plenas de la plenitud del ahora. Y una vez que esta visión integral haya cumplido con su cometido, se verá finalmente eclipsada por el resplandor de un Espíritu que es demasiado evidente como para verlo y demasiado próximo como para alcanzarlo, hasta que la búsqueda integral se consuma renunciando a ella y disolviéndose en una Libertad y una Plenitud radical que nunca han dejado de estar presentes, en cuyo momento uno abandona la búsqueda de una TOE para serlo simplemente Todo y fundirse con la Totalidad de esa conciencia incesante que mantiene el Kosmos entero en la palma de su mano. Y cuando el Misterio se desvela, el rostro del Espíritu sonríe en silencio, el Sol resplandece en su corazón, la Tierra se convierte en su cuerpo, las galaxias se arremolinan en sus venas, las estrellas iluminan las neuronas de su noche y nunca más emprenderá la búsqueda de una mera teoría de lo que ya es su propio Rostro Original.

Notas

Capítulo 1. La espiral sorprendente

1. Aunque esta visión integral del Kosmos -esta TOE- pueda incluir cuerdas y membranas, no es, sin embargo, susceptible de verse reducida a ellas. Quienes hayan leído Sexo, ecología, espiritualidad coincidirán conmigo en que la teoría de cuerdas (o teoría M) es perfectamente compatible con los veinte principios (las pautas básicas que evidencian todos los holones en todos los dominios). Según Sexo, ecología, espiritualidad, la realidad no está compuesta de partículas, quarks, dimensiones sin extensión, cuerdas o membranas, sino de holones (totalidades que, simultáneamente, forman parte de otras totalidades). La totalidad quark, por ejemplo, forma parte de la totalidad protón que, a su vez, forma parte de la totalidad átomo que, a su vez, forma parte de la totalidad molécula que, a su vez, forma parte de la totalidad célula que, a su vez, forma parte de la totalidad organismo que, a su vez, forma parte de la totalidad Kosmos que, a su vez, forma parte de la totalidad del Kosmos del instante siguiente… y así hasta el infinito (lo que Sexo, ecología, espiritualidad denomina "tortugas todo el camino de ascenso y tortugas todo el camino de descenso"). Antes, pues, que cualquier otra cosa, todas esas entidades son holones, es decir, totalidades/parte. Desde esta perspectiva, el Kosmos está compuesto de holones que se hallan ubicados en distintos niveles de organización (holones físicos, holones emocionales, holones mentales, holones espirituales, etc.), una visión que nos evita caer en el terrible reduccionismo de acabar afirmando, por ejemplo, que el Kosmos está compuesto de quarks. En este sentido, cada nivel holónico superior tiene cualidades emergentes que no pueden derivarse ni reducirse completamente a los niveles precedentes, lo cual nos brinda una visión no sólo del cosmos, sino del Kosmos. Cuanto más bajo es el nivel de organización de un determinado holón, más fundamental es, y cuanto más elevado, por el contrario, más significativo.

Con ello quiero decir, por ejemplo, que un quark es un holón muy fundamental, porque forma parte de muchos otros holones (es un subholón de los átomos, de las moléculas, de las células, etc.), mientras que una célula, por su parte, es más significativa porque, al hallarse en un nivel superior de la escala organizativa, contiene (o significa) a muchos otros holones (como las moléculas, los átomos y los quarks) en su propia estructura compositiva. Así pues, los holones inferiores son más fundamentales, mientras que los holones más elevados son más significativos. Los holones inferiores son elementos constitutivos necesarios -pero no suficientes- de los holones más elevados, lo cual, a su vez, confiere significado e importancia a los holones inferiores. Los holones superiores, por su parte, contienen más ser, porque engloban a muchos otros holones en su estructura. Como he explicado en Sexo, ecología, espiritualidad, los datos parecen sugerir que no existe ningún límite superior a los holones ("tortugas todo el camino de ascenso"). Pero ¿existe acaso algún límite inferior?, es decir, ¿existe algún holón auténticamente fundamental (un holón que, por definición, forme parte de otras totalidades, pero que no contenga ninguna parte)? ¿Existen también, dicho en otros términos, "tortugas todo el camino de descenso" o acaso tropezamos ahí con holones fundamentales que no pueden seguir siendo divididos?

La postura que he defendido en Sexo, ecología, espiritualidad es que existen -y siempre existirán- "tortugas durante todo el camino de ascenso y tortugas durante todo el camino de descenso" y que, cada vez que creemos tropezar con lo que provisionalmente consideramos unidades u holones fundamentales, acabamos descubriendo, más pronto o más tarde, que esos holones están compuestos de holones todavía más fundamentales. De hecho, en ese libro sugerí que cada vez que la conciencia humana experimenta un avance a un nivel más elevado acaba descubriendo la existencia de holones más profundos y fundamentales, en una sucesión prácticamente interminable.

En este sentido, la teoría de cuerdas no es más que una nueva versión de esta historia interminable. Durante mucho tiempo se creyó que los protones, los neutrones y los electrones eran las unidades básicas e indivisibles de la existencia, pero. como luego se descubrió, esos holones estaban compuestos de holones todavía más pequeños, a saber, los distintos tipos de quarks, que existían en el mismo nivel de otros elementos (como los muones, los gluones, los bosones, los neutrinos, etc. ), a los que el modelo físico prevalente proclamó como el estrato fundamental de las unidades fundamentales (esbozado por la matemática no dimensional). Pero la teoría de cuerdas no tardó en acabar con esa ilusión ya que, en 1908, se sugirió que los quarks -y, en realidad, todas las fuerzas, partículas y antipartículas físicas- no eran más que el resultado de pautas de resonancia de entidades fundamentales a las que se llamó cuerdas. A diferencia del modelo estándar de la física, según la cual las unidades fundamentales de la existencia son puntos carentes de dimensión, las cuerdas son líneas microscópicas unidimensionales que, muy a menudo, se hallan dobladas como una goma elástica. Desde esa perspectiva, las distintas "notas" producidas por estas cuerdas vibrantes son las que dan lugar a las diversas partículas y fuerzas del mundo físico. Así fue como terminó descubriéndose un nivel holónico más fundamental.

La teoría de cuerdas suponía varias ventajas inmediatas, entre las cuales se hallaba el hecho de que, dando a las cuerdas un tamaño real, acotaba los límites de la teoría cuántica y proporcionaba -por vez primera- un camino para llegar a unificar la mecánica cuántica con la teoría de la relatividad. Además, una de las pautas de resonancia de teoría de cuerdas producía los gravitones y, de ese modo, posibilitaba (también por vez primera) que el nuevo modelo explicara la gravedad (puesto que el viejo modelo de la física cuántica podía explicar el electromagnetismo, fuerte y débil, pero no la gravedad). Así fue como la teoría de cuerdas acabó convirtiéndose en una TOE (o, para ser más exactos, en "una teoría de todo el universo físico"). Entonces fue cuando se proclamó que las cuerdas constituían el nivel holónico fundamental de la existencia y que, por debajo de ellas, no había ningún otro nivel holónico hasta que, a mediados de los noventa, tuvo lugar la "segunda revolución" en la teoría de las cuerdas, introducida por Edward Witten (la llamada teoría M), que sugería que las cuerdas no eran más que la punta de un iceberg que contenía membranas tridimensionales, membranas tetradimensionales… y así hasta membranas eneadimensionales (más la décima dimensión del tiempo), a todo lo cual se refería de un modo global como "pbranes". Estos holones todavía más fundamentales existen en una heterarquía de formas (que dependen de factores tales como constantes de acoplamiento) de la cual emerge la jerarquía de holones superiores (primero las cuerdas, luego los quarks, después los átomos, etc., en la medida en que va evolucionando la holoarquía del Kosmos). Y debo decir que todo ello resulta bastante familiar desde la perspectiva de los veinte principios expuestos en Sexo, ecología, espiritualidad, y que la teoría de cuerdas y la teoría M son meras variaciones de estas pautas desplegadas en tantos otros dominios. Parece, pues, que en este momento los "p-branes" son los holones fundamentales de la existencia, pero les apuesto que este estado de cosas sólo perdurará hasta el momento en que nuestra conciencia experimente un nuevo paso hacia delante que le permita sondear más profundamente el reino subcuántico… donde encontrará holones todavía más fundamentales ("tortugas todo el camino de descenso").

(Debo decir que no hay nada malo en descubrir holones fundamentales, es decir, holones que no pueden descomponerse en unidades todavía más pequeñas. Muchas líneas emergentes del desarrollo comienzan a partir de la unión de holones originales. Las frases están compuestas de palabras que, a su vez, están compuestas de letras, pero las letras no están compuestas de ningún otro símbolo, porque ahí es donde se inicia la línea del símbolo lingüístico. Pero el Kosmos considerado como totalidad parece carecer de fondo y no tener techo…)

Es muy probable que el presente libro sea la mejor introducción a mi obra (aunque puede complementarse con Breve historia de todas las cosas, Una visión integral de la psicología y Diario). El principal texto de esta TOE sigue siendo la segunda edición revisada de Sexo, ecología, espiritualidad. del que existe una edición en rústica y otra incluida en el volumen 6 de mis Collected Works (CW6).

2. Desde el énfasis desproporcionado en la construcción social de la realidad (que llega a afimar que el yo cultural omnipotente crea todas las realidades), hasta la relatividad del conocimiento (que sostiene que todo conocimiento es culturalmente relativo, exceptuando el mío propio, claro está), la deconstrucción extrema (yo tengo el poder de deconstruir todos los textos), la teoría de la respuesta del espectador (cuando veo una obra de arte, soy yo, y no el artista, el que la crea), las teorías que salvarán y resucitarán a Gaia. la Diosa y el Espíritu (cuando habitualmente se cree que será el Espíritu el que nos salvará), la noción "nueva era" de que nosotros creamos nuestra propia realidad (ciertamente, los psicópatas crean su propia realidad), las abducciones de los extraterrestres (inteligencias sumamente avanzadas que no tienen nada más importante que hacer que ocuparse de nosotros) y los centenares de nuevos paradigmas (ya que todo el mundo parece haber descubierto un nuevo paradigma que acabará transformando al mundo). ¿No cree usted que son muchos los campos en los que atribuyen un poder extraordinario al yo finito? Pareciera, pues, que los críticos sociales que han percibido una notable cantidad de "inflación del yo" están señalando hacia algo importante. ¿No opinan ustedes igual?

3. F. Richards y M. Commons en Alexander et al., Higher Stages of Human Development, pág. 160 (en cursiva en el original).

4. C. Graves, «Sumary Statement: The Emergent, Cyclical, Double-helix Medel of the Adult Human Biopsychosocial Systems», Boston, 20 de mayo de 1981.

5. Quienes estén interesados en las referencias de la investigación intercultural que apoya la validez de todos estos modelos pueden echar un vistazo a Una visión integral de la psicología.

6. Don Beck, comunicación personal. Este dato está sacado de un archivo informático que se halla en el National Values Center, de Denton (Texas) y al que pueden acceder todos aquellos investigadores que posean la acreditación adecuada.

Según mi propio sistema, existen realmente numerosos módulos, corrientes y líneas que discurren de un modo relativamente independientemente a través de los distintos niveles u olas. Debo decir, en este sentido, que el desarrollo global no procede de un modo lineal, porque los individuos pueden hallarse en un nivel relativamente elevado del desarrollo en algunos módulos, intermedio en otros y muy bajo en unos terceros. El modelo de Graves es lo que denomino un modelo del tipo "wilber-2", según el cual los individuos pueden fluctuar en distintas situaciones hacia arriba o hacia abajo a lo largo de un gran eje evolutivo. El modelo de tipo "wilber-3", por su parte, sostiene que, en la misma situación, un determinado individuo puede hallarse en un nivel elevado del desarrollo en ciertas líneas, intermedio en otras y muy bajo en unas terceras. (El modelo de tipo "wilber-4",-por último, ubicaría al modelo "wilber-3" en el contexto de los cuatro cuadrantes. Véase El ojo del Espíritu [CW7] para una explicación más detenida de estos cuatro tipos de modelos.) Además, un individuo puede tener un estado alterado o una experiencia cumbre en casi cualquier estadio del desarrollo, de modo que la idea de que sólo es posible acceder a las experiencias espirituales desde los estadios más elevados es manifiestamente falsa (véase Una visión integral de la psicología para una discusión más detenida acerca de estos temas). La Spiral Dynamics no incluye estados de conciencia ni tampoco abarca las olas transpersonales más elevadas de conciencia (véase también nota 10). En cualquier caso debo decir que,'en lo que respecta al terreno que cubre, nos proporciona una imagen muy útil y elegante del yo y de su viaje a través de lo que Clare Graves denominó las "olas de la existencia".

Don Beck ha dado los pasos necesarios para convertir el modelo de Graves en un modelo del tipo "wilber-4" que utiliza los cuatro cuadrantes, un modelo al que califica como "4Q/8L" (ocho niveles en cada uno de los cuatro cuadrantes). También debo decir, por otra parte, que se muestra muy receptivo con respecto a la idea de estados y estructuras transpersonales. Los estadios esbozados por la Spiral Dynamics se basan en los datos proporcionados por la investigación y, en este sentido, como siempre, el problema es que, si bien los estados alterados son muy comunes, los estadios permanentes más elevados son relativamente raros (no olvidemos que, cuanto mayor es la profundidad, menor es la amplitud). Si sólo un 0,1% de la población mundial se halla en la ola turquesa (como se explicará en el texto), no resulta difícil comprender cuán pocos se hallarán establecidos -no de un modo provisional, sino como rasgo o actualización permanente- en las olas más elevadas de la conciencia. Y ése es, precisamente. el motivo que explica por qué resulta tan difícil disponer de datos procedentes de los estadios auténticamente elevados. En una de sus publicaciones, Beck y Cowan califican como "coral' el estadio que se halla más allá del turquesa -mi ola psíquica- matizando que «se trata de un estadio todavía incierto» y del que, ciertamente, no resulta nada fácil obtener datos fiables. Quienes estén interesados en este tema pueden consultar Una visión integral de la psicología.

7. En este capítulo sólo esbozamos las estructuras y los estadios (los memes). En el capítulo 3 agregaremos las nociones de estados, corrientes y tipos.

8. Todas las interpretaciones y usos de la Spiral Dynamics presentados en este libro han sido cuidadosamente revisados por Don Beck. Quienes estén interesados en las interpretaciones y usos de mi amigo Chris Cowan pueden consultar [email protected]. En la actualidad, Beck y Cowan están trabajando en la segunda edición revisada de Spiral Dynamics que refleja su obra más reciente. Para otro interesante modelo del desarrollo inspirado también en la obra de Graves, véase Changes of Mind, de Jenny Wade.

9. Personalmente creo que las numerosas teorías que recurren al concepto de memes -todas las cuales sostienen, de un modo u otro, que los memes son las unidades de un tipo de proceso de selección natural que opera en los campos de la mente y de la cultura y que se transmiten de un modo parecido a un virus mental que cumple con la función de asegurar la supervivencia (el ajuste funcional)- son muy confusas. Y mis objeciones a este respecto son numerosas porque, tal y como habitualmente suele ser utilizado.. I) el término meme se refiere a unidades que se explican en el lenguaje de la tercera persona del "ello", con lo cual no alcanzan a capturar los cuadrantes interiores de la Mano Izquierda del "yo" y del "nosotros"; 2) en ese mismo sentido, constituyen un ejemplo típico del reduccionismo sutil, de modo que su uso no suele alentar sino, por el contrario, entorpecer la causa integral porque, una vez dado el paso de reducir la conciencia a unidades del "ello", resulta muy difícil no caer en el materialismo científico y en el reduccionismo burdo; 3) los memes suelen considerarse unidades mentalculturales individuales, con lo cual la teoría de los memes no permite comprender que cada unidad de la existencia (de otro modo un mero montón o agregado) constituye un holón, un compuesto individual que se atiene a un proceso de desarrollo concreto, de modo que cada meme no sólo depende de una historia horizontal, sino que también está compuesto de subholones articulados en una arqueología evolutiva vertical: 4) los memes son simplemente las unidades de la mente y de la cultura tal y como son concebidas por el mundo chato (es decir, proyecciones distorsionadas e inexactas en un espacio bidimensional de holones tetradimensionales). Así, suelen presentarse como una especie de virus unidimensionales que avanzan hacia una segunda dimensión del tiempo cuya supervivencia sólo depende del criterio del ajuste funcional cuando, en el mejor de los casos, son holones tridimensionales, es decir, holones que poseen las dimensiones del "yo", del "nosotros" y del "ello" o, dicho de otro modo, un interior ("yo"), un exterior ("ello") y un interior compartido ("nosotros") que se mueven en la cuarta dimensión del tiempo y cuya supervivencia depende de los criterios aportados por las tres dimensiones (las pruebas de validez del Gran Tres o, para ser más exactos, las pruebas de validez de los cuatro cuadrantes [para una discusión más completa del concepto "dimensión", véase más adelante en esta misma nota]); 5) incluso dentro del mundo chato, la inmensa mayoría de los científicos rechazan el concepto de memes debido a su falta de operatividad.

No obstante, hay quienes prefieren seguir utilizando el término meme en un sentido que tiene en cuenta los cuatro cuadrantes y, puesto que Don Beck es uno de ellos -y estamos presentando la Spiral Dynamics-, me veo en la obligación de utilizar también esta terminología, acotando que me parece una elección un tanto desafortunada porque, cuando la teoría de los mentes deje de ser una novedad intelectual, es muy probable que su declive arrastre consigo a todas las teorías asociadas. Éste es precisamente el motivo por el cual insisto tanto en que la investigación apoya fuertemente la noción de estadios u olas del desarrollo de la conciencia y que su articulación en memes constituye un modo no del todo feliz de formular esa investigación. En este sentido, Beck es muy cuidadoso y se encuentra a gusto con sus formulaciones, pero es una rara excepción. Por mi parte, siempre que utilizo el término meme me refiero concretamente, como antes decía, a un holón cuadrático mental-cultural.

El término "dimensión", por su parte, tiene tantas acepciones que, sin una larga explicación (como la que sigue), puede acabar convirtiéndose en un confuso cajón de sastre. En el campo de la física, por ejemplo, la palabra "dimensión" hace referencia a las cuatro dimensiones del mundo macroscópico, del espacio-tiempo físico, las tres dimensiones espaciales (longitud, anchura y altura) más la cuarta dimensión del tiempo. En la teoría de cuerdas y en la teoría M, sin embargo, se afirma que el dominio físico está compuesto de nueve o diez dimensiones microespaciales más la dimensión del tiempo, un total, pues, de diez u once dimensiones. Pero hay que señalar, no obstante, que todas esas dimensiones se refieren únicamente al universo físico ya que, desde la perspectiva proporcionada por la visión materialista y científica del mundo, ésos son los únicos dominios realmente reales. Ahora bien, si reconocemos la existencia de dimensiones emocionales, mentales y espirituales comenzaremos a tropezar con

multitud de problemas terminológicos, porque careceremos de palabras para referimos a esos otros dominios.

Como ya he señalado en Ciencia y religión (CW8), mi uso de los términos niveles y dimensiones suele referirse a las estructuras u olas verticales y a las facetas horizontales con que nos encontramos, respectivamente, en cada uno de esos niveles. En este sentido, las dimensiones más relevantes propias de cada nivel son, simplemente, los cuatro cuadrantes ("yo", "nosotros", "ello" y "ellos" o, lo que es lo mismo, los "espacios" subjetivo, intersubjetivo, objetivo e interobjetivo). Y, puesto que tanto la dimensión del "ello' como la de los "ellos" son objetivas, suelo resumir estas cuatro dimensiones como el Gran Tres (del "yo", el "nosotros" y el "ello"; del arte, la moral y la ciencia; de la Belleza, la Bondad y la Verdad, etc.). Desde este punto de vista, pues, cada uno de los niveles del ser posee, al menos, cuatro dimensiones. Si partimos, por ejemplo, de la existencia de cinco grandes niveles del ser (la materia, el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu) y consideramos que cada uno de ellos posee cuatro dimensiones o cuadrantes, arribamos a un modelo de veinte niveles-dimensiones del ser (es decir, un "yo" físico, un "yo" emocional, un "yo" mental, un "yo" alma y un "yo" espíritu; un "nosotros" físico, un "nosotros" emocional, un "nosotros" mental, etc.).

Cada uno de los niveles posee una modalidad diferente de tiempo, un modo distinto de experimentar el tiempo. En este sentido, por ejemplo, existe un tiempo físico (el tiempo medido por el reloj), un tiempo emocional (que es el modo en que experimentamos el tiempo en este instante concreto), un tiempo mental (el tiempo en que se despliega la historia. Así, por ejemplo cuando pensamos en nuestra vida, ese tiempo se despliega en una narrativa temporal, el tiempo de las historias, los mitos y los dramas, un tiempo muy real, el tiempo de la narrativa simbólica) y un tiempo espiritual (el instante atemporal en el que puede contemplarse la eternidad). Todos ésos son niveles muy reales del tiempo, diferentes modalidades en que se despliega el Kosmos en los distintos niveles del ser. (Véase El proyecto Atman y Después del Edén [ambos incluidos en CW2] para una discusión más detenida en tomo a los múltiples niveles del tiempo.) Es frecuente considerar al tiempo como una dimensión diferente (aunque inseparable), en cuyo caso podríamos decir que cada nivel posee, al menos. cinco dimensiones diferentes (es decir, los cuatro cuadrantes desplegándose en el tiempo de cada nivel). Así, si partimos de cinco grandes niveles, cada uno de los cuales tiene cuatro dimensiones "espaciales" ("yo", "nosotros", "ello" y "ellos") y una dimensión correlativa del tiempo, dispondríamos de veinticinco niveles-dimensiones del ser. Desde esta perspectiva considero la dimensión física del "ello'-que, según se dice, contiene nueve o diez dimensiones microfísicas- como una sola (sin negar, por ello, la existencia de nueve o diez subdimensiones). También debo decir que el plano físico contiene unas rudimentarias dimensiones "yo", "nosotros" y "ello". ¡Sí, ciertamente, este asunto de las dimensiones resulta un tanto confuso!

Como ya he dicho, resulta un tanto difícil utilizar de un modo coherente términos tales como "dimensiones" sin entrar en este tipo de definiciones, de modo que, a veces -y por mera conveniencia-, utilizo el término en un sentido técnico como equivalente a "cuadrante" (o a cualquier aspecto horizontal de cualquiera de los niveles) mientras que, en otras ocasiones, lo uso de un modo un tanto laxo para referirme a niveles verticales o a las dimensiones horizontales. En cualquiera de los casos, será el contexto el que ayude a determinar qué acepción concreta esté utilizando.

10. Comunicación personal. Beck utiliza el término "meme" en un sentido concreto al que denomina "valor meme" o "vmeme" y al que define como «un sistema de valor esencial, una visión del mundo, un principio organizador que impregna las estructuras del pensamiento, los sistemas de toma de decisión y las diversas expresiones culturales». El sistema de Graves/Beck no distingue claramente entre las estructuras provisionales y las estructuras permanentes, ni entre las estructuras básicas y las estructuras relacionadas con el yo. Desde mi punto de vista, sin embargo, las estructuras básicas son duraderas y permanecen completamente operativas en todos los estadios posteriores, pero la mayor parte de las corrientes relacionadas con el yo (como las de la moral, los valores y la identidad del yo) son estadios provisionales que tienden a verse reemplazados por los estadios subsiguientes. (Las subpersonalidades pueden existir en niveles -o memes- diferentes, de modo que uno puede tener una subpersonalidad púrpura, una subpersonalidad azul, etc., que suelen verse activadas por el contexto, por lo que uno puede tener diversos tipos de respuesta moral, afectiva, de las necesidades, etc., en las distintas situaciones.) Hablando en términos generales, no obstante, para el yo central o proximal, una vez que su centro de gravedad ha alcanzado, pongamos por caso, el nivel verde, no activará un meme púrpura a menos que esté experimentando una franca regresión, aunque puede (y eso es algo que ocurre de continuo) activar las estructuras básicas correspondientes al meme púrpura (es decir, el nivel emocional-fantásmico). Así, cuando un adulto verde "activa" un meme púrpura, no se trata del mismo meme que posee el niño de dos años de edad. El meme púrpura constituye el fundamento de la identidad central, del yo proximal (o "yo") del niño de dos años de edad. mientras que. para un adulto verde, forma parte del yo distal (o "mí"). Cuando el adulto verde "activa" púrpura, está activando, en realidad, las capacidades básicas (es-tructuras básicas) que se vieron abandonadas durante el comienzo del "estadio púrpura" (es decir, fantásmico-emocional), pero dado que la identidad exclusiva del yo ya no se halla en el nivel púrpura, las estructuras provisionales correspondientes (morales, valores, visiones del mundo, etc.) no se activan del todo a menos que uno se halle completamente inmerso en una regresión (o que uno esté activando una subpersonalidad púrpura). Debemos diferenciar, pues, al menos, entre las "capacidades púrpura" (que son duraderas) y el "yo púrpura" (que es provisional). Véanse Una visión integral de la psicología y nota 6 para una discusión más detallada en tomo a esta cuestión.

Éstas son discriminaciones más bien técnicas de modo que queda mucho campo para la discordancia amistosa. En este sentido, cuando el sistema de Graves/Beck habla de "activar los memes", nos ofrece un modo simple y conciso de tratar con las facetas más generales e importantes de las olas de la existencia (como el hecho de que existen olas generales de conciencia que, una vez emergen, pueden verse activadas por situaciones muy diversas, de modo que uno puede ser, de hecho, una "persona diferente" en distintas circunstancias). Desde una perspectiva fundamentalmenbte pedagógica, yo también creo que las distinciones técnicas (permanente/provisional, básico/yo) resultan un tanto confusas, y una visión general de los memes puede bastar para ayudar a las personas a pensar en términos de la espiral global del desarrollo que tenga en cuenta el espectro completo del desarrollo de la conciencia. Pero el hecho crucial es que todos nosotros disponemos de todas esas olas de la conciencia en forma de potenciales que pueden desplegarse cuando se constelen las condiciones adecuadas.

11. Muchas de las siguientes descripciones consisten en citas o paráfrasis de las distintas publicaciones de Graves, Beck y Beck y Cowan. Quienes estén interesados en las referencias concretas pueden consultar también Una visión integral de la psicología.

12. Véase nota 6.

13. Ésta "unión entre el sentimiento y el conocimiento' es una de las definiciones generales del centauro maduro (ver Breve historia de todas las cosas). Según mi modelo y centrándonos, por el momento, únicamente en la línea cognitiva.. verde es la visión-lógica temprana (y la transición de formop a la visión-lógica). En ese sentido, verde o la visión-lógica temprana diferencia los sistemas formales en contextos múltiples. La visión-lógica media y tardía (amarillo y turquesa) integran posteriormente esa diferenciación en grados distintos (al tiempo que introducen sus propias diferenciaciones nuevas que las olas posteriores tendrán que integrar). El nivel coral es mi nivel psíquico, el comienzo de las olas auténticamente transpersonales. Véase Una visión integral de la psicología para una elaboración más completa de todos estos tópicos.

14. Todos los ítems positivos mencionados en este párrafo empiezan realmente con el meme naranja (e históricamente, con la Ilustración), porque naranja. como veremos, es la primera ola realmente mundicéntrica y postconvencional del desarrollo. El meme verde es simplemente una expansión de la justicia mundicéntrica y sus ataques a naranja están fundamentalmente equivocados y a menudo motivados por Boomeritis (véase capítulo 2 y véase también Boomeritis).

15. Quienes estén interesados en las referencias bibliográficas y en una discusión más detalladas de todos estos tópicos pueden ver, por ejemplo, la entrada correspondiente al 23 de noviembre de Diario.

Capítulo 2. Boomeritis

1. Con ello no pretendo negar la existencia de distintos tipos de espiritualidad infantil, sino que tan sólo quiero subrayar que los vehículos a través de los cuales se expresan son muy preconvencionales y egocéntricos. Véase el capítulo 11 de Una visión integral de la psicología, «¿Existe acaso una espiritualidad infantil?»

2. The Quest for Mina, pág. 63.

3. Véase nota 1.

4. Véase nota 3. Haan et al, «Moral Reasoning of Young Adults», Journal of Personality and Social Psvchology, 1968, 10, págs. 183-201.

5.- Como hemos indicado en la nota 12 del capítulo 1, la justicia igualitaria y mundicéntrica empieza con el meme naranja (y la Ilustración), pero alcanza su momento culminante con el meme verde, que expandió históricamente los derechos civiles, legales y políticos a grupos de personas que anteriormente se hallaban marginadas, no por naranja, sino por azul y rojo (un hecho habitualmente soslayado por los frecuentes y erróneos ataques de verde a la Ilustración. Véase Boomeritis para una discusión más detallada acerca de este punto).

6. Como explicaré en el Capítulo 3, también me refiero a las jerarquías de actualización con el nombre de holoarquías. Los estudiosos de mi obra advertirán que. en esta secuencia (que va desde los átomos, hasta las moléculas… y el universo). no estoy diferenciando lo individual (cuadrantes superiores) de lo colectivo (cuadrantes inferiores). En realidad, lo individual y lo colectivo constituyen aspectos correlativos de todos los holones de cada nivel del desarrollo (véase Sexo, ecología. espiritualidad). En cualquier caso, para el ejemplo que hemos dado en el texto, la conclusión sigue siendo la misma.

7. Jenny Wade. que ha llevado a cabo un minucioso estudio de la obra de Graves. cree que naranja (logro) y verde (afiliativo) no son dos niveles diferentes, sino dos alternativas distintas de las que dispone azul (conformista), de modo que ambos pueden avanzar directamente hasta el pensamiento de segundo grado (auténtico). El libro de Wade Changes of Mind constituye una soberbia exposición global del espectro de la conciencia que he analizado extensamente en la segunda edición de El ojo del Espíritu, volumen 7 de The Collected Works.

8. Véase la entrada correspondiente al día 23 de septiembre de Diario para una discusión de la cultura integral de Ray como ejemplo de la recién emergente "religión civil centrada en la persona".

9. Don Beck, comunicación personal. Adviértase que, en la descripción del meme verde que presentamos en el capítulo 1, Beck y Cown estiman que cerca del 10% de la población mundial se halla en verde, aunque la mayor parte de ellos se encuentra en Estados Unidos y en Europa. La investigación realizada por Beck indica que aproximadamente el 20% de los adultos de nuestro país se hallan en el meme verde, un dato que se ajusta perfectamente a las figuras de Ray.

10. Véase El ojo del Espíritu para las referencias y la discusión en torno a estos datos. Véase también Una visión integral de la psicología para una valoración global a este respecto.

Capítulo 3. Una visión integral

1. Lo que sigue es un análisis omnicuadrante de los factores necesarios para la transformación personal. Dado que todavía no he introducido ni definido los cuadrantes no estoy nombrándolos. aunque los conocedores de mi obra los reconocerán de inmediato.

2. Obviamente, con el término "ruptura" Graves se refiere a la necesidad de trascender la fijación al meme verde, que por otra parte sigue siendo un componente crucial de la espiral global del desarrollo.

3. La cita es de Mike Murphy, cofundador del Esalen Institute y autor de The

Future of the Bodv y de Golf in the Kingdom. Véase el prólogo de El ojo del

Espíritu (CW7).

4. Los libros posteriores a Seco, ecología, espiritualidad se ocupan de encarnar sus distintas ideas. Entre ellos cabe destacar Breve historia de todas las cosas, El ojo del Espíritu, El matrimonio ente el alma y los sentidos, Diario y Una visión integral de la psicología. Para una introducción popular. recomiendo encarecidamente la lectura de Breve historia de todas las cosas.

5. Don Beck ha comenzado también a utilizar una figura parecida a ésta, a la que denomina «4Q/8L» (un término con el que se refiere a ocho niveles y a cuatro cuadrantes). Obviamente, yo extiendo los niveles hasta incluir las olas y estados transpersonales superiores y también muchos estados alterados y corrientes evolutivas diferentes que discurren a través de las grandes olas, pero esta figura simplificada resulta muy adecuada para ilustrar el tema. Digamos también incidentalmente que, si el lector quisiera colaborar con Don Beck en la aplicación del modelo "graves/wilber" y de la Spiral Dynamics, en general, puede conectar con él en [email protected] Véanse también, en este sentido, las obras de Peter McNab, Wyatt Woodsmall, Brian van der Horst y Maureen Silos, entre otros.

6. En El ojo del Espíritu (CW7) y Una visión integral de la psicología presento evidencia sustancial acerca de la existencia de estos módulos independientes.

7. Técnicamente, los valores de Graves representan una línea del desarrollo, pero los niveles de esa línea -que, en mi sistema, son realmente niveles de conciencia- pueden ser utilizados para representar niveles en general. Véase, en este sentido, Una visión integral de la psicología.

8. Los términos "integrado" e "integral" tienen muchos significados diferentes en lo que se refiere a su aplicación a los estadios del desarrollo humano. Señalemos, para comenzar, dos significados generales diferentes, uno horizontal y el otro vertical. La integración horizontal se refiere a que los distintos elementos de un determinado nivel -púrpura, azul, amarillo, etc.- se integran mucho mejor en ese nivel. No olvidemos que un nivel bien integrado es un nivel sano, un nivel que funciona lo mejor posible dadas las posibilidades -y limitaciones- de su estructura. La integración horizontal implica básicamente una integración de los cuatro cuadrantes en cualquier nivel concreto. Inversamente, un desequilibrio (o falta de integración) de los cuatro cuadrantes en cualquier nivel (ya sea por un énfasis exagerado en los dominios del "yo", del "nosotros" o del "ello") provoca un desequilibrio patológico en ese nivel. En consecuencia, el restablecimiento de la salud de ese nivel supone la recuperación del equilibrio o integración de los elementos y cuadrantes de ese nivel (pasando, por ejemplo, de un azul insano a un azul sano). Así es como funciona la integración horizontal. La integración vertical, por el contrario, supone avanzar a un nivel de integración más elevado. En este punto, pues, la definición de "integral" comienza a diverger, dependiendo del nivel más elevado del desarrollo que reconozca cada teórico. El hecho es que cada nivel del desarrollo tiene la capacidad de ser relativamente más integrador que sus precesores, por el simple hecho de que cada nivel sano "trasciende e incluye" a sus predecesores y que cada nivel superior, por tanto, puede englobar más holones en su ser y tiende, por ello, a ser relativamente más integral. Así pues, los distintos teóricos tienden a calificar con el nombre de "integral" el nivel más elevado que reconocen. Gebser, por ejemplo, habla de los niveles arcaico, mágico, mítico, racional e integral; mientras que Jane Loevinger, por su parte, se refiere a los niveles autístico, simbiótico, impulsivo, seguridad, conformista, consciente, individualista, autónomo e integrado; la Spiral Dynamics califica los niveles superiores (pensamiento de segundo grado) con los nombres de integral y holístico, etc. En la figura 2.1 puede verse la mayor parte de estos términos, que abarcan el rango de niveles del desarrollo de la conciencia hasta llegar al "centauro". Debo advertir, no obstante, que creo en la existencia de niveles u olas superiores a los que denomino "transpersonales" (y que son propios del pensamiento de "tercer grado"). En muchos libros he rastreado estos niveles de conciencia superiores utilizando los datos proporcionados por la investigación (véase Una risión integral de la psicología). Bien podríamos calificar, pues, a esos estadios superiores como "integrales", puesto que todavía son más integrados que el centauro, el integral-aperspectivista de Gebser. el integrado de Loevinger, etc. El hecho, una vez más, es simplemente que cada ola evolutiva es relativamente más integradora que sus predecesoras, de modo que lo que denominamos nivel integral dependerá del nivel más elevado que reconozcamos. Dado que el nivel superior reconocido por la mayor parte de los investigadores es el centáurico (el integral-aperspectivista, el pensamiento de segundo grado, etc.), en este libro he utilizado genéricamente el término "integral" para referirme a esos niveles. En cualquier caso, no obstante, hay que comprender que se trata de un término muy relativo y que, en última instancia, el único nivel auténticamente integral es el Kosmos no-dual, que es, al mismo tiempo, el nivel más elevado de conciencia y el fundamento de todos y cada uno de los niveles sin excepción alguna.

9. Esto puede ocurrir en cualquiera de las líneas. En la línea moral, por ejemplo, una persona puede ser fundamentalmente un tipo 7 del eneagrama en el nivel verde en el ámbito laboral, pero en situaciones de estrés esa misma persona puede convertirse en el tipo 1 de la ola naranja (o incluso de la ola azul) y, cognitivamente, en un tipo 4 del meme turquesa, etc. Adviértase, no obstante, que, por sí solo, el eneagrama no refleja los cambios de nivel vertical. Como afirma la teoría del eneagrama, un tipo 7 naranja puede desplazarse, en una situación de estrés, hasta naranja 1, pero en una situación de estrés real puede regresar hasta azul, rojo o incluso púrpura. No se trata sólo de tipos diferentes, sino de distintos niveles de tipos. Una vez más, la combinación de las tipologías horizontales con las tipologías verticales puede permitirnos utilizar las construcciones del segundo grado para alcanzar una visión más integral.

En Breve historia de todas las cosas comencé a sugerir la posibilidad de mezclar las tipologías horizontales, como el eneagrama, por ejemplo, con los niveles verticales del desarrollo, una conclusión a la que también han arribado otros investigadores de forma independiente. Digamos, en este sentido, que ciertas versiones del eneagrama pueden ser utilizadas de un modo vertical -en tanto que niveles del desarrollo (desde los intestinos hasta el corazón y la coronilla)- y no como tipos disponibles en cada nivel; ésta es una versión -actualmente la más popular- que también me parece adecuada y a la que ha apelado de tanto en cuanto.

10. Para un buen resumen de la visión jerárquica de Gilligan acerca del desarrollo masculino y femenino, véase Alexander y Langer, Higher Stages of Human Developrnent, especialmente la introducción de los editores y el capítulo 9 de Gilligan.

11. La conclusión presentada en El ojo del Espíritu es que los hombres tienden a experimentar la traslación centrándose en la individualidad, mientras que las mujeres lo hacen subrayando la relación; y que los hombres tienden a transformarse centrándose en Eros, mientras que las mujeres lo hacen subrayando Agape. De todas formas, las olas generales del desarrollo siguen siendo esencialmente idénticas en ambos casos, ya que en sí mismas son genéricamente neutras, Véase el capítulo 8 de El ojo del Espíritu, titulado «Feminismo integral».

12. Utilizando, pues, nuestro ejemplo de la Spiral Dynamics, las mujeres se desarrollan atravesando las mismas olas de la existencia (o la misma jerarquía del desarrollo) que los hombres, pero con una orientación más relacional, permeable o comunal, de modo que un feminismo auténticamente integral debería dedicarse a explorar la dinámica y las pautas presentes en todas las olas, estados y corrientes con su peculiar "voz diferente". Véase el capítulo 8 de El ojo del Espíritu, titulado «Feminismo integral».

13. Véase Una visión integral de la psicología para una discusión más detenida acerca de este tópico.

14. Para la naturaleza injustificada de la reducción del cuadrante superior-izquierdo al cuadrante superior-derecho, véanse la Una visión integral de la psicología y Breve historia de todas las cosas. La relación exacta entre la mente y el cerebro es explorada en detalle en Una visión integral de la psicología.

15. Esto no significa que las ciencias sistémicas sólo se apliquen al cuadrante inferior-derecho, porque el cuadrante superior-derecho -especialmente los mecanismos cerebrales- se abordan cada vez más desde una perspectiva sistémica. Lo único que quiero decir es que el cuadrante superior-derecho es un holón individual y que el cuadrante inferior-derecho es un holón social, pero ambos tienen aspectos sistémicos porque los individuos, en realidad, son compuestos. Véase Sexo, ecología, espiritualidad para una discusión más detenida acerca de este tema.

Adviértase, no obstante, que la teoría sistémica sólo abarca los cuadrantes de la Mano Derecha (tanto el superior como el inferior). Éste es, precisa. mente, el motivo por el cual la teoría sistémica (al igual que las teorías del caos y de la complejidad) no puede modelar adecuadamente la conciencia (o los cuadrantes interiores). Como Whitehead, Hartshorne y David Ray Griffin han señalado, los únicos holones poseedores de conciencia son los holones individuales (es decir, sólo los compuestos individuales poseen conciencia). Las colectividades o sistemas no tienen conciencia (aunque incluyen individuos compuestos poseedores de conciencia). Dicho en dos palabras, todas las versiones de la teoría sistémica se hallan estructuradas en el lenguaje del "ello", mientras que la conciencia, por su parte. está estructurada en el lenguaje del "yo". En consecuencia, los acercamientos a la conciencia en términos de las teorías sistémicas (la teoría del caos, la teoría de la complejidad y la autopoyesis) están muy equivocados. Y con ello no quiero decir que carezcan de toda importancia ya que, según mi modelo, el cuadrante inferior-derecho constituye una parte importante de la historia global de la conciencia, puesto que todos los holones poseen cuatro cuadrantes. Así pues, los abordajes sistémicos son importantes para proporcionarnos una visión de la conciencia que implica sus formas exteriores en los sistemas colectivos. Pero hay que decir que los abordajes sistémicos deben verse complementados con los modelos y los métodos del "yo" y del "nosotros". Véase «An Integral Theory of Consciousness» CW7.

16. Técnicamente hablando, el "nosotros" es la primera persona del plural y "tú" es la segunda persona tanto del singular como del plural [no olvidemos que el you inglés significa tanto "tú" como "ustedes"]. Desde mi punto de vista, tanto la primera persona del plural ("nosotros") como la segunda persona ("tú/usted") se hallan en el cuadrante inferior-izquierdo al que habitualmente me refiero cuando hablo del "nosotros". La razón por la que lo hago es porque, en inglés, no hay segunda persona del plural diferenciada (motivo por el cual, dicho sea de paso, los sureños suelen utilizar la expresión "todos ustedes"). Dicho en otros términos, el "nosotros" respetuoso incluye la relación yo-tú (algo imposible a menos que compartamos un conjunto de percepciones comunes).

En mi opinión, pues, los teóricos del yo-tú se refieren a un subconjunto del cuadrante inferior-izquierdo, a un "nosotros" amplio. Y ése es, ciertamente. el motivo por el cual la mayor parte de los teóricos del "nosotros", como Habermas, por ejemplo, admiten la existencia del reino intersubjetivo (es decir, que el verdadero yo-tú constituye un subconjunto del "nosotros"). De otro modo, la investigación del "tú" en segunda persona puede terminar degenerando y convertir el "tú" en un objeto o "ello". Así pues, toda verdadera investigación de la segunda persona cae implícitamente dentro del campo de la primera persona del plural o "nosotros" intersubjetivo (al menos en parte, incluso aunque el "tú" se diferencie del "nosotros"). En este sentido, el simple hecho de enfatizar el "yo-tú" o la investigación en segunda persona puede ser, en sí misma, objetivadora y degradante. Por mi parte, soy un ferviente defensor de la investigación intersubjetiva del nosotros/tú llevada a cabo por los grandes filósofos hermenéuticos y estoy completamente de acuerdo en que los dominios intersubjetivos (tanto del "nosotros" como del "tú") se han visto muy menospreciados por la ciencia del "ello" y por el subjetivismo del "yo". Cualquier enfoque "omninivel y omnicuadrante" -cualquier enfoque 1-2-3- debe tener en cuenta los ámbitos del "yo", del "nosotros" y del "ello".

17. Quienes estén interesados en la relación existente entre los estados de conciencia y las estructuras de conciencia pueden echar un vistazo a Una visión integral de la psicología.

18. Véase Una visión integral de la psicología para una discusión más detallada acerca del yo, los niveles de patología y las modalidades de tratamiento más habituales.

Capítulo 4. Ciencia y religión

1. Véase Los ti-es ojos del conocimiento (CW2), El matrimonio entre el alma v los sentidos (CW8) y Una visión integral de la psicología.

2. lan G. Barbour. Problemas de religión y ciencia.

3. Eugenie Scott, «The "Science and Religion Movement"» Skeptical Inquiry, julio/agosto de 1999.

4. Véase, en lo que respecta a la importancia del postmodernismo constructivo, El matrimonio entre el alma y los sentidos (CW8), Una risión integral de la psicología y Boomeritis.

5. En Problemas de religión y ciencia (el texto fundamental de Barbour en torno a este tópico), el autor señala que los datos de la religión implican la realidad de las experiencias espirituales. «Los datos característicos de una comunidad religiosa son las experiencias distintivas de los individuos, los relatos y los rituales de una determinada tradición religiosa». A diferencia de los críticos que suponen que el uso del término "datos" implica alguna suerte de positivismo, Barbour comprende que el término "datos" se refiere a la materia prima procedente de cualquier reino, incluidas las experiencias místicas. Pero resulta ciertamente desafortunado que sólo consagre menos de dos páginas (de un total de casi cuatrocientas) a hablar de estos datos (cómo se recopilan. cómo se verifican o refutan, etc.). Éste es un vacío lamentablemente demasiado frecuente en este tipo de abordajes, que traté de llenar con El matrimonio entre el alma y los sentidos. Más adelante esbozaré cómo y por qué encajan los datos en lo que se considera buena ciencia (incluyendo aquellas facetas de la experiencia espiritual que están siendo investigadas por la buena ciencia).

Considero provechosos y útiles muchos de los comentarios de Barbour y estoy de acuerdo con su valoración pero, en lo que respecta a la naturaleza real de los datos de religión, creo, francamente, que se queda muy corto.

6. S. Gould, «Non-Overlapping Magisteria», Skeptical Inquirer, julio/agosto de 1999. (Las cursivas son suyas.)

7. S. Gould, «Non-Overlapping Magisteria», Skeptical Inquirer, julio/agosto de 1999. (Las cursivas son suyas.)

8. Quienes estén interesados en mi crítica a la filosofía perenne y a la Gran

Cadena tradicional pueden ver la nota 16.

9. Véanse Wilber, El ojo del Espíritu, y Alexander y Larger, Higher Stages of

Hurtan Development.

10. En el cuadrante superior-izquierdo. las "reglas" se refieren al pensamiento operacional concreto (aproximadamente azul) y "formal" al pensamiento operacional formal (aproximadamente naranja) y "visión-lógica" al pensamiento sistémico (verde, amarillo y turquesa). En el cuadrante superior-derecho, EF1, EF2 y EF3 se refieren a las "estructura-funciones" del cerebro que constituyen los correlatos de las reglas, del pensamiento formal y de la visión-lógica, respectivamente. En el cuadrante inferior-izquierdo, "urobórico" se refiere a la visión del mundo propia del tallo cerebral reptiliano y "tifónico" a la visión del mundo propia del sistema límbico. Véase Sexo, ecología, espiritualidad para una visión más detallada acerca de este punto.

11. Véanse también Se-yo. ecología, espiritualidad (CW6), Breve historia de todas las cosas (CW7) y Una visión integral de la psicología.

12. Es frecuente distinguir entre la "religión" (en tanto que formas autoritarias e institucionales) y la "espiritualidad" (en el sentido de creencias y experiencias personales), una diferencia que si bien, en ciertos casos, resulta útil, en otros, en cambio, puede ser un tanto confusa. No olvidemos que la mayor parte de las religiones institucionalizadas poseen vertientes personal/místicas muy profundas, hasta el punto de que podríamos llegar a concluir que, en muchos sentidos, la religión representa una institucionalización de la espiritualidad (si la espiritualidad de la nueva era, por ejemplo. se expandiera y consolidara, acabaría convirtiéndose en una religión). Por mi parte, prefiero hablar de concepciones estrechas y amplias (o profundas y superficiales, según la metáfora que prefiramos) de la religión y de la espiritualidad. Todo esto se aclarará posteriormente en el texto, aunque mis comentarios se aplican tanto a la "religión" como a la "espiritualidad".

13. En Un Dios sociable (CW3) establecí una diferencia entre el religión legítima. que permite la traslación (o el cambio en las estructuras superficiales) y la religión auténtica, que posibilita la verdadera transformación (es decir, el cambio en las estructuras profundas). La primera se ocupa de mudar los muebles de habitación sin cambiar de piso, mientras que la segunda, por el contrario, se ocupa de cambiar de piso.

14. Véase el capítulo 2 de Los tres ojos del conocimiento (CW3). En lo que respecta a si existen experiencias "inmediatas" o si sólo hay experiencias "mediatas", hay que tener en cuenta que, aunque las experiencias -ya sean sensoriales, mentales o espirituales- se hallen mediadas por factores culturales (lo cual es cierto, puesto que todos los holones poseen cuatro cuadrantes), en el momento mismo de la aprehensión, toda experiencia es inmediata. Esto es lo que quiero decir cuando hablo de experiencias inmediatas o datos. (Véase Sexo, ecología, espiritualidad para una discusión más extensa en tomo a este tema.)

Cuando hablo de estos tres factores (prescripción, iluminación y validación), siempre subrayo que el paradigma o prescripción no nos revela los datos, sino que nos los proporciona. Esto es precisamente lo que afirman las distintas posiciones postkantianas postmodemas que niegan el "mito de lo dado" y también está en línea con el paradigma enactivo de Varela. Al mismo tiempo, como también he señalado en El matrimonio entre el alma y los sentidos, el hecho de negar el mito de lo dado, en cualquiera de los dominios, no supone negar la realidad objetiva de los rasgos reales o intrínsecos propios de cada dominio. La noción de objeto puro que no se ve afectado por la percepción y la idea de que todas las realidades se hallan socialmente construidas son visiones demasiado extremas y, en ese sentido, insatisfactorias. Cualquier epistemología que tenga en cuenta los cuatro cuadrantes deberá encontrar una visión intermedia que armonice de un modo equilibrado las verdades parciales del objetivismo y del subjetivismo. Al mismo tiempo, y debido al predominio de las epistemologías constructivistas extremas, yo subrayo a menudo los componentes objetivamente reales de muchas formas del conocimiento, dado que ésa es, lamentablemente, la importante verdad parcial que se niega más habitualmente. Véase John Searle, La construcción de la realidad social (como algo opuesto a "la construcción social de la realidad"), y también la introducción a El ojo del Espíritu (KW7) y Boomeritis.

15. Pero la ciencia -tanto en su sentido amplio como estrecho- no es, como ya he dicho, la historia entera de la espiritualidad profunda. La ciencia amplia de los dominios interiores sólo nos proporciona los datos o las experiencias inmediatas de esos dominios interiores esenciales, por otra parte, para la elaboración posterior de los juicios estético/expresivos y ético/normativos. Así, aun en el caso de la ciencia amplia, nosotros no reducimos las interioridades a mera ciencia (ya sea amplia o estrecha). La ciencia, tanto amplia como estrecha, no deja de ser uno de los aspectos del Gran Tres y simplemente nos ayuda a investigar los datos o experiencias inmediatas que representan la materia prima de las experiencias estéticas y normativas. Cualquier acusación, por tanto, de que mi perspectiva es positivista resulta, en este punto, equivocada.

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