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Una teoría de todo, de Ken Wilber


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

  1. Nota para el lector
  2. La espiral sorprendente
  3. Boomeritis
  4. Una visión integral
  5. Ciencia y religión
  6. El mundo real
  7. Mapas del kosmos
  8. Un solo sabor
  9. Notas

Nota para el lector

¿Cuál es, al despuntar el nuevo milenio, el más candente de los problemas intelectuales? ¿Cuál es el ítem que despierta el interés de la academia y de revistas tan eruditas como Atlantic Review y el New Yorker? ¿Cuál es el tema que atrapa la atención tanto del especialista como del gran público? ¿Acaso se esconden ahí los arcanos más secretos de la condición humana? ¿Cuáles son las nuevas ideas con que nos deslumbrarán quienes andan "en el ajo"?

Habría quien dirían que se trata de la psicología evolutiva, es decir, la aplicación de los principios de la evolución al estudio de la conducta humana: como usted sabe, los hombres somos sexualmente promiscuos, mientras que las mujeres, por su parte, son creadoras de nidos porque millones de años de selección natural nos han hecho así. Y es muy cierto que la psicología evolutiva se ha convertido en un ítem candente, porque ha logrado arrinconar al postmodernismo -el megahit de las últimas tres décadas- hasta el punto de que hoy en día sólo despierta bostezos. ¿No les parece irónico que el postmodernismo -que había logrado su enorme cohorte de seguidores gracias a su capacidad para deconstruir las ideas ajenas y proclamarse así en el rey del mundo académico- forme ya parte del ayer?

La psicología evolutiva consiguió "mover el piso" de los especialistas en "mover el piso", y lo hizo mostrando que los principios de la evolución nos proporcionan explicaciones mucho más sugestivas de la conducta humana que la monótona cantinela postmoderna de que toda conducta es culturalmente relativa y se ve socialmente construida. Porque el hecho es que la psicología evolutiva explicitó los principios universales de la condición humana, evidenció que sólo es posible negar la evolución abrazando la incoherencia… y puso de relieve que, a fin de cuentas, el postmodernismo tampoco resultaba tan divertido.

La psicología evolutiva es una de las ramas de una perspectiva radicalmente nueva sobre la evolución. La síntesis neodarwiniana anterior consideraba la evolución como el resultado de la acumulación de las mutaciones genéticas azarosas que tienen mayor valor de supervivencia, pero eran muchos los que no se hallaban satisfechos con esa explicación. ¿Cómo puede la extraordinaria vitalidad y diversidad de la vida proceder de un universo exclusivamente gobernado por las leyes de la física, leyes que afirman tajantemente -recordemos el segundo principio de la termodinámica– que el universo se halla sumido en un proceso de degradación continua y que el grado de desorden es cada vez mayor? Porque el hecho es que la simple observación pone de manifiesto que, en el mundo real, la vida genera orden por doquier, como si el universo no se hallara en proceso de descomposición sino, muy al contrario, de creación.

Las teorías del "caos" y de la "complejidad" aportaron una nueva y revolucionaria visión, según la cual el universo físico tiende a crear orden, como el remolino que genera el agua al irse por un desagüe. La vida biológica se halla inmersa en una serie de vórtices que parecen introducir orden en el caos y posibilitar la emergencia, a cada nuevo paso, de estructuras cada vez más ordenadas mediante diversos procesos de selección que operan a todos los niveles, desde el físico hasta el cultural. Ésta es, precisamente, en el dominio humano, la conducta estudiada por la nueva psicología evolutiva, un tópico realmente muy interesante.

Pero, por más interesante que sea, la psicología evolutiva no es el tema más candente de nuestro tiempo. Desde comienzos de los ochenta y a lo largo de un proceso que experimentó un crescendo a finales de los noventa, el mundo de la física se vio sacudido por el rumor de la aparición de una nueva teoría de todo [una TOE],* una teoría destinada a unificar todas las leyes conocidas del universo en un único y omniabarcador modelo que explicaría literalmente la totalidad de la existencia. Hubo incluso quienes dijeron que, en su formulación matemática, podía advertirse la misma mano de Dios, otros proclamaban que se había descorrido el velo que ocultaba el último misterio y la gran mayoría creía en silencio que la respuesta final a todas las preguntas no andaba muy lejos.

Conocida con el nombre de teoría de cuerdas (o, más exactamente, como teoría-M), esa visión prometía unificar todos los ámbitos conocidos de la física -el electromagnetismo, las fuerzas nucleares y la gravedad- en un supermodelo que lo abarcaría todo. Las unidades fundamentales de ese supermodelo son conocidas con el nombre de "cuerdas" (o cuerdas vibrantes unidimensionales) y su vibración da origen a las "notas" que constituyen la totalidad de partículas y fuerzas conocidas del cosmos.

La teoría-M (según se dice, la "M" lo representa todo, desde matriz hasta membrana, misterio o madre, configurando así una suerte de "madre de todas las teorías") es, de hecho, un modelo muy excitante y prometedor, y si finalmente se demuestra que funciona -y hay que decir, en este sentido, que la evidencia parece corroborarla-, se trataría de uno de los principales descubrimientos científicos de todos los tiempos. Por ello, para los entendidos, la teoría de cuerdas o teoría-M es el más candente de todos los modelos intelectuales, un revolucionario supermodelo que destierra a la psicología evolutiva al rincón de lo meramente anecdótico.

La teoría-M ha llegado incluso a influir en el mismo pensamiento de los intelectuales, es decir, les ha llevado a pensar de un

* He preferido mantener la abreviatura del término original inglés Theoj.ee of Ere;.vthing. (N. del T )

modo diferente. Pero ¿qué significaría, a fin de cuentas, una teoría que lo explicase todo? ¿Y qué significa, exactamente, "todo"? ¿Acaso esta nueva teoría física puede llegar a explicar, pongamos por caso, la poesía humana, el funcionamiento de la economía o los distintos estadios del desarrollo psicosexual? ¿Es que acaso esta nueva física puede explicar el flujo de los ecosistemas, la dinámica de la historia o por qué las guerras siguen siendo tan lamentablemente frecuentes?

Según se dice, en el interior de los quarks existen cuerdas vibrantes que constituyen las unidades fundamentales que hay detrás de todo. Pero, si esto fuera así, se trataría de una totalidad extraña y más bien anémica, bastante ajena, por otra parte, a la riqueza del mundo cotidiano. Es muy posible que las cuerdas constituyan una parte importante -y hasta fundamental- del mundo, pero en ningún caso parece que se trate de un asunto muy significativo. Usted y yo sabemos que, si las cuerdas existen, sólo constituyen una pequeña parte de la imagen global, y lo sabemos cada vez que echamos un vistazo a nuestro alrededor, cada vez que escuchamos a Bach, hacemos el amor, nos asustamos por el fragor de un trueno, nos extasiamos ante una puesta de sol o contemplamos un mundo resplandeciente que parece compuesto por algo mucho mayor que esas delgadas bandas unidimensionales microscópicas…

Los griegos tenían una hermosa palabra -Kosmos- para referirse a la Totalidad ordenada de la existencia, una totalidad que incluía los reinos físicos, emocionales, mentales y espirituales. Desde su punto de vista, la realidad última, pues, no era tanto el cosmos (la dimensión estrictamente física) como el Kosmos (que incluye las dimensiones físicas, emocionales, mentales y espirituales). El Kosmos no se refería sólo a la materia inanimada e insensible, sino a la Totalidad viva compuesta por la materia, el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu. ¡Si debe existir una auténtica TOE, ésa no debe centrarse exclusivamente en el cosmos sino en el Kosmos! Lo que ocurre es que la modernidad ha acabado reduciendo el Kosmos al cosmos, la totalidad compuesta de materia-cuerpo-mente-alma-y-espíritu a la materia hasta el punto de que, en el mundo insípido y anodino del materialismo científico, nos conformamos con la idea de que una teoría que unifique la dimensión física realmente es una TOE…

Según se dice, la nueva física nos revela la mente de Dios y tal vez sea así… pero sólo cuando Dios esté pensando en la mera materia. Preguntémonos, pues -sin negar por ello, en modo alguno, la importancia de una física unificada- si acaso podemos disponer de una teoría que no se limite al cosmos sino que tenga realmente en cuenta al Kosmos. ¿Acaso puede haber una auténtica TOE?, ¿es legítimo preguntarse estas cosas? y, en tal caso ¿por dónde tendríamos que comenzar?

Una verdadera "visión integral" -una auténtica TOE- debería incluir la materia, el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu tal y como se nos presentan en su despliegue a través del yo, la cultura y la naturaleza. Debería tratarse de una visión comprehensiva, equilibrada e inclusiva, una visión que abrazase la ciencia, el arte y la moral, una visión que englobase todas las disciplinas (desde la física hasta la espiritualidad, la biología, la estética, la sociología y la oración contemplativa) y se expresase a través de una política integral, una medicina integral, una espiritualidad integral…

Este libro presenta un esbozo de tal TOE y, en este sentido, está plagado de limitaciones, es decir, de generalizaciones injustificadas que impiden, en consecuencia, que alcance su objetivo manifiesto de un abrazo auténticamente holístico. Pero no es sólo que la empresa se encuentre más allá de cualquier mente humana, sino que es prácticamente imposible de llevar a cabo, ya que el conocimiento crece a una velocidad mucho mayor que nuestra capacidad de conceptualizarlo. La búsqueda holística, pues, es una especie de quimera, un viaje interminable hacia un horizonte que se desplaza al mismo ritmo que nosotros, una marmita llena de oro al final de un arco iris que nunca alcanzaremos.

¿Pero por qué, si esto es así, deberíamos preocuparnos siquiera por embarcarnos en esa tarea? Porque, en mi opinión, un poco de totalidad es mejor que nada y cualquier visión integral nos brinda mucha más totalidad que la alternativa acostumbrada de las meras visiones chatas. Podemos estar más completos o menos completos, más fragmentados o menos fragmentados, más alienados o menos alienados y, en este sentido, una visión integral nos ayuda a sanar nuestra fragmentación y ser un poco más completos en nuestro trabajo, en nuestra vida y en nuestro destino.

Además, y como veremos en las próximas páginas, una visión integral puede proporcionarnos beneficios inmediatos. En los primeros cuatro capítulos presentamos una TOE y en los últimos tres hablamos de una política integral, de una educación integral, de una medicina integral, de una espiritualidad integral y de una visión integral del mundo de los negocios (campos en los que, por cierto, ya se está trabajando entusiásticamente), subrayando así su relevancia en el "mundo real". El último capítulo se centra en una "práctica transformadora integral", un abordaje integral a la transformación psicológica y espiritual que puede emprender cualquier lector interesado.

(Las notas finales son para los estudiantes avanzados o para una segunda lectura. Y, en el último capítulo, presento una serie de lecturas recomendadas para todos aquellos que quieran profundizar en una visión integral y en una TOE.)

Este libro es el hermano gemelo de Boomeritis, porque creo que el mundo, en general, y mi generación, en particular, ha llegado a una encrucijada clave en la que, o bien seguimos el camino marcado por el materialismo científico, el pluralismo fragmentado y el postmodemismo deconstructivo o bien elegimos un camino más integral, global, abarcador e inclusivo. Así pues, Boomeritis y Una teoría de todo parten del mismo punto (el primer capítulo y la mitad del segundo son prácticamente idénticos), pero luego Boomeritis se ocupa de investigar el camino que hemos seguido hasta el momento, el camino de la fragmentación y la alineación, mientras que Una teoría de todo se dedica a explorar el camino alternativo del holismo y el abrazo integrador. La decisión final, obviamente, depende de todos nosotros.

Quisiera, para finalizar, señalar que las ideas esbozadas en las páginas siguientes no son más que meras sugerencias. Convendría, pues, que el lector viera si esas ideas tienen sentido para él, si puede enriquecerlas y si le ayudan a actualizar sus propias ideas y aspiraciones más integrales. En cierta ocasión tuve un profesor que decía que una buena teoría es aquella «que dura lo suficiente como para alcanzar otra todavía mejor» y lo mismo podríamos decir con respecto a "una buena TOE". Ésta no es una teoría fija y cerrada, sino simplemente una teoría que sólo habrá servido con su cometido cuando le permita alcanzar otra mejor. Entretanto, disfrutemos de la maravilla y la gloria de la misma búsqueda, una búsqueda saturada desde el comienzo del resplandor del ser y consumada antes incluso de haberla emprendido.

K. W.

Boulder, Colorado Primavera del 2000

La espiral sorprendente

Vivimos en una época ciertamente extraordinaria, una época en la que disponemos de la posibilidad de acceder, hasta cierto punto, de modo directo (en tanto que entidades vivas) o indirecto (gracias al registro histórico) a todas las culturas pasadas y presentes del mundo, una situación privilegiada que nunca antes se había presentado en la historia del planeta Tierra.

Tal vez nos resulte hoy difícil de imaginar pero, a lo largo de la historia de la humanidad, en este planeta -una historia que comenzó hace ya varios millones de años-, la persona que nacía en el seno de una determinada cultura lo ignoraba casi todo acerca de las demás. Si usted, por ejemplo, nacía en China, era educado como chino, abrazaba una religión china, se casaba con una china y vivía muy a menudo en la misma choza -una choza, por otra parte, enclavada en la misma tierra que durante siglos habían ocupado sus antepasados- durante toda su vida. El destino de la humanidad parece ir desde las hordas y tribus aisladas hasta las pequeñas aldeas agrícolas, los imperios feudales, las antiguas naciones, las sociedades de estados y la aldea global.

En la medida en que la vanguardia de la evolución de la conciencia se aproxima a un milenio integral -o a la posibilidad, cuanto menos, de un milenio integral-, el ser humano dispone de la posibilidad de acceder a la totalidad del conocimiento, la sabiduría y la tecnología que ha ido acumulando con el correr del tiempo y, más pronto o más tarde, llegaremos a articular una TOE que nos sirva para explicarlo todo…

Pero, aun en el mejor de los casos, son muchos los obstáculos que se oponen a ese abrazo integral. Además, la modalidad típica o promedio de la conciencia se halla muy lejos de tal visión integral y necesita desesperadamente de ella. El estado actual de esta visión integral (tanto en las poblaciones más evolucionadas como en las menos desarrolladas) constituye uno de los temas fundamentales que estudiaremos en el presente libro. ¿Resultaría acaso beneficiosa una TOE que fuera aplicable a todo sin marginar nada? Y, en tal caso, ¿cómo podríamos aseguramos de ello?

¿Cuál es el estatus, en suma, de la visión integral en el mundo actual, tanto en la élite cultural como en el mundo en general? Comencemos con la vanguardia y con los muchos obstáculos que impiden que nuestra élite cultural asuma una visión auténticamente integral.

La fragmentación de la vanguardia:

El término integral significa integrar, reunir, unir, relacionar, abrazar, pero no en el sentido de uniformar o eliminar las fecundas diferencias, matices y tonalidades que colorean nuestra plural humanidad, sino para llegar a reconocer la unidad-en-la-diversidad y tener así en cuenta tanto los factores comunes que compartimos como las diferencias que nos enriquecen. Y lo dicho no sólo es aplicable exclusivamente a la humanidad, sino al Kosmos en general, ya que debemos encontrar una visión más comprehensiva -una TOE- en la que quepan tanto el arte como la moral, la ciencia y la religión y no pretenda reducirlo todo a su fragmento favorito del gran pastel kósmico.

Es evidente que una visión auténticamente holística o integral de la realidad deberá también ir acompañada de un nuevo tipo de teoría crítica, es decir, de una teoría que contemple el statu quo presente desde una perspectiva más abarcadora -y, en consecuencia, más deseable- tanto para el individuo como para la cultura en general. Y también es evidente que este paradigma integral deberá ser crítico con cualquier otro abordaje que sea, comparativamente hablando, más parcial, estrecho, superficial; menos abarcador e integrador, en suma.

En las siguientes páginas exploraremos esta visión integral, esta TOE, aunque debo advertir que no se trata de una concepción cerrada o fija y que tampoco es la única posible, sino que sólo aspira a reconocer e incluir de un modo coherente la mayor cantidad de investigaciones procedentes del mayor número de disciplinas posibles (la definición, por otra parte, más exacta de lo que debería ser una visión más integral o global del Kosmos).'

No obstante, en el mismo momento de emprender este intento surgen las siguientes preguntas: ¿Acaso puede existir una visión realmente integral en el clima actual de guerras culturales, política de la identidad, miles de nuevos y contradictorios paradigmas, postmodernismo deconstructivo, nihilismo, relativismo pluralista y política del yo? ¿Es que tal caldo de cultivo cultural puede reconocer siquiera la existencia de una visión auténticamente integral? ¿No está acaso, hoy en día, la élite cultural, más fragmentada y dividida que nunca? ¿Qué ocurriría si la misma élite cultural se hallara bajo el hechizo de la guerra tribal y de la limpieza étnica que aqueja a grandes masas de la población mundial?

Lo que nos preocupa, dicho en otros términos, es si la vanguardia de la evolución de la conciencia está en condiciones de esbozar una visión realmente integral. Al final descubriremos que todo esto también nos depara buenas noticias pero, por el momento, comenzaremos echando un vistazo a las malas.

Boomeritis:

Como cualquier otra, la generación de los baby boomer* tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre las primeras cabe

* Término con el que suele designarse a la generación narcisista que llegó a su mayoría de edad en los años sesenta. (N. del T.)

destacar una vitalidad, creatividad e idealismo extraordinarios, amén de una gran disposición a experimentar con nuevas ideas que trascienden los valores tradicionales. Algunos observadores sociales han considerado a los boomer como una "generación del despertar", algo que se evidencia por una extraordinaria creatividad que se expresa en todos los campos, desde la música hasta la informática, la actividad política, los estilos de vida, la sensibilidad ecológica y los derechos civiles y, en mi opinión, creo que hay mucha verdad y bondad en todos esos esfuerzos.

Pero la mayor parte de los críticos también están de acuerdo en que, entre sus debilidades, se cuenta una buena dosis de ensimismamiento y narcisismo, tanto que muchas personas -incluidos los mismos boomer- asienten con la cabeza en cuanto oyen mencionar el término "generación del yo".

Mi generación, pues, tiñe de una extraña mezcla de generosidad y narcisismo casi todo lo que hacemos. No parecemos satisfechos con tener una buena idea, sino que necesitamos estar en posesión de un nuevo paradigma que anunciará el despuntar de una de las principales transformaciones de la historia de la humanidad; no nos limitamos a reciclar botellas y papeles, sino que necesitamos vemos como los salvadores del planeta, los salvadores de Gaia, los artífices de la liberación y resurrección de una Diosa que se vio brutalmente reprimida por las generaciones que nos precedieron; no nos quedamos a gusto con cuidar nuestro jardín, sino que aspiramos a transfigurar el rostro del planeta y convertimos así en los promotores de un despertar global como nunca antes se había visto. Es como si tuviéramos la necesidad de vernos a nosotros mismos como los artífices de un cambio sin precedentes en la historia.

Contemplada desde esta perspectiva, la situación parece bastante ridícula, pero no quisiera insistir en este punto porque cada generación tiene sus debilidades y todas las manifestaciones de mi generación parecen hallarse teñidas del mismo talante narcisista. Son muchos los críticos sociales que están de acuerdo en este punto y no sólo estoy hablando de obras tan profundas como The Culture of Narcisism, de Lasch, Self Seekers, de Restak, Hábitos del corazón, de Bellah y Me: The Narcissistic American, de Stem. En cierta investigación realizada sobre el estado actual de los estudios culturales en las universidades norteamericanas que apareció recogida en un libro titulado: The Review of Academic Life, el profesor Frank Lentricchia concluye: «Resulta imposible exagerar la inflación heroica del ego que aqueja a la crítica literaria y cultural académica».

¡Uff! Pero es cierto que, si echamos un vistazo a los libros que giran en tomo a los estudios culturales, la espiritualidad alternativa, el nuevo paradigma y la gran transformación que tendría lugar si el mundo simplemente escuchara al autor y sus ideas revolucionarias, no tardaríamos en advertir esta "heroica inflación del ego". Preocupado por el significado de esta inflación que parece aquejar a mi generación, esa curiosa mezcolanza entre una capacidad cognitiva y una inteligencia creativa notables y una dosis muy elevada de narcisismo emocional, me senté a escribir un libro en tomo a esa extraña dolencia. Y con ello no pretendo ensañarme con los boomer, porque todas las generaciones, como ya he dicho, tienen sus debilidades. Lo único que ocurre es que "las generaciones del despertar" son muy intensas y, en consecuencia, también lo son sus insuficiencias que, en el caso de los boomer, parecen centrarse en una especie de inflación del yo que lleva a enamorarse de uno mismo (recordemos, en este sentido, la broma de Oscar Levant a Gershwin: «Dime, George, ¿si vivieras de nuevo volverías a enamorarte de ti mismo»).

En ese libro -llamado Boomeritis- subrayo decenas de áreas y disciplinas en las que una verdad importante aunque parcial ha terminado desproporcionándose a causa de una sobrevaloración del poder y la importancia del yo.' En breve esbozaré las conclusiones generales a las que arribé porque, como ya he dicho, se trata de un punto que se halla estrechamente relacionado con la posibilidad de una visión integral y con su recepción en el mundo actual. La tesis es tan sencilla que puede formularse en una sola frase: la cultura del narcisismo se opone a cualquier visión integral (por el simple hecho de que el yo narcisista y aislado se resiste a la relación). Así es como volvemos al punto anteriormente mencionado: ¿Se halla el mundo en condiciones de admitir la posibilidad siquiera de una visión integral? y, en caso contrario, ¿qué es lo que se lo impide?

Las olas de la existencia:

¿Acaso puede la psicología evolutiva -que se ocupa del estudio del crecimiento y desarrollo de la mente (del estudio del desarrollo interior y de la evolución de la conciencia)- echar algo de luz sobre este problema?

Una de las cuestiones que más nos sorprenden cuando observamos el estado actual de los estudios acerca del desarrollo es la gran semejanza existente, hablando en términos generales, entre casi todos sus modelos. En Una visión integral de la psicología he resumido las conclusiones a las que han arribado cerca de cien investigadores diferentes y, como uno de ellos resumió: «La secuencia de estadios [presentadas por todos estos teóricos] atraviesa un espacio evolutivo común que sugiere la posible reconciliación de todas [esas] teorías…».'

Clare Graves, Abraham Maslow, Deirdre Kramer, Jan Sinnott, Jürgen Habermas, Cheryl Armon, Kurt Fischer, Jenny Wade, Robert Kegan y Susanne Cook-Greuter nos ofrecen un relato muy parecido de los pasos a través de los cuales discurre la evolución de la conciencia. Porque aunque, obviamente, existan muchas discrepancias y contradicciones, todas esas visiones nos presentan un relato muy parecido del crecimiento y desarrollo de la mente en tanto que despliegue sucesivo de una serie de estadios u olas.

Pocos de esos esquemas evolutivos son los modelos rígidos y lineales que pretenden hacernos creer sus críticos. El proceso del desarrollo no tiene nada que ver con una ascenso lineal a través de una escalera, sino que es un asunto mucho más fluido que evidencia espirales, remolinos, corrientes, olas y lo que parece ser un número casi infinito de modalidades diferentes. La mayor parte de las sofisticadas teorías actuales en torno al desarrollo tienen en cuenta todos estos puntos y -lo que es más importante- están basados en los resultados de la investigación.

Permítaseme ejemplificar este punto con el modelo denominado Spiral Dynamics, un modelo basado en la obra pionera de Clare Graves, un sistema profundo y muy sofisticado del desarrollo humano que la investigación subsiguiente no sólo no ha refutado sino que ha seguido corroborando y perfeccionando. «Lo que propongo, dicho en dos palabras, es que el psiquismo del ser humano maduro atraviesy un proceso de desarrollo emergente y espiralado que se ve jalonado por la progresiva subordinación de las conductas más rudimentarias e infraordenadas a nuevas conductas supraordenadas, al tiempo que van transformándose los problemas existenciales que le aquejan. Cada uno de los estadios, olas o niveles de la existencia sucesivos constituye así un estado que la persona atraviesa en su camino hacia otros estados de ser. Cuando el ser humano se halla centrado en un determinado estado de la existencia, es decir, cuando el centro de gravedad del yo gira en torno a un determinado nivel de conciencia, todo su mundo psicológico -es decir, sus sentimientos, sus motivaciones, su ética, sus valores, su sistema de creencias, su visión acerca de la salud y de la enfermedad mental, así como del modo más adecuado de tratarla, sus concepciones y preferencias en torno a la gestión empresarial, la educación, la economía y la teoría y práctica política- asume también el aspecto propio de ese estado.»'

Como veremos en un momento, Graves esbozó la existencia de unos ocho grandes "niveles u olas de la existencia humana", aunque no debemos olvidar que casi todos los modelos que hablan de estadios -desde el de Abraham Maslow hasta los de Jane Loevinger, Robert Kegan y Clare Graves- están basados en la investigación y en los datos experimentales. Con ello quiero decir que no se trata de meras elucubraciones o preferencias personales, sino que se arraiga en una notable cantidad de evidencias mi-nuciosamente verificadas. En este sentido, la mayor parte de los modelos de estadios han corroborado su utilidad en países del primero, segundo y tercer mundo .5 Y lo mismo podríamos decir con respecto al modelo de Graves, un modelo que se ha visto corroborado en más de cincuenta mil personas procedentes de todo el mundo sin que, hasta el momento, se haya encontrado excepción significativa alguna.'

Esto tampoco implica, obviamente, que cualquiera de esos modelos nos proporcione una imagen completa -ni siquiera la mayor parte- de la historia del desarrollo de la conciencia humana. Se trata, por el contrario, de instantáneas parciales del Gran Río de la Vida que sólo resultan útiles cuando las contemplamos desde esa perspectiva. Así pues, ello no impide que otras concepciones sean igualmente útiles, ni que la investigación no pueda seguir refinándolas. Lo único que estoy diciendo es que cualquier esfuerzo por entender la lucha de la humanidad por alcan,ar una visión integral deberá tener en cuenta esos estudios.

El proyecto de la conciencia humana:

Cualquier TOE que se precie debería prestar atención a estos estudios puesto que, si realmente queremos tener una visión que incluya las dimensiones físicas, biológicas, psicológicas y espirituales de la existencia, esta importante investigación nos brinda una generosa perspectiva sobre las muchas posibilidades de la dimensión psicológica.

Tal vez convenga señalar que esta investigación constituye una especie de correlato psicológico del proyecto del genoma humano (el proyecto que se ocupa de cartografiar científicamente todos los genes del ADN humano) a la que bien podríamos denominar proyecto de la conciencia humana. Su objetivo, pues, consiste en llevar a cabo un proceso de cartografiado intercultural de todos los estados, estructuras, memes, tipos, niveles, estadios y olas de la conciencia humana' (que, como luego veremos, constituye el componente psicológico de una posible TOE) que complemente estos hallazgos con los resultados obtenidos en las dimensiones físicas, biológicas, culturales y espirituales. Y, como también veremos, este mapa psicológico nos ayudará a advertir algunos de los muchos obstáculos que nos impiden alcanzar una visión más integral de nuestras propias posibilidades.

Volvemos, pues, a la obra de Clare Graves, que ha sido proseguida y perfeccionada por Don Beck y Christopher Cowan en un enfoque al que denominan Spiral Dynamics.' Lejos de ser meros analistas de diván, Beck y Cowan participaron en los diálogos que contribuyeron a acabar con el appartheid de Sudáfrica. Los principios de la Spiral Dynamics se han visto provechosamente aplicados al campo de la reestructuración empresarial, la actividad municipal, la reorganización de los sistemas educativos y la eliminación de las tensiones de los barrios pobres.

La Spiral Dynamics considera que el desarrollo humano procede a través de ocho estadios generales a los que también denomina memes (véase figura 1.1). (Hay que decir, en este punto, que el término "meme" está siendo hoy en día utilizado con significados tan diversos y contradictorios que, en opinión de muchos críticos, carece de todo sentido.) Como ejemplificaremos a continuación de manera exhaustiva, desde la perspectiva de la Spiral Dynamics, un meme es simplemente un estadio básico del desarrollo que puede expresarse en cualquier actividad. En opinión de Beck y Cowan, los memes (o estadios) no son niveles rígidos, sino olas fluidas, solapadas e interrelacionadas que dan lugar a la compleja dinámica espiral del desarrollo de la conciencia. Como dice Beck: «la Espiral no es simétrica sino muy compleja y no evidencia tanto tipos definidos como mezclas muy diversas. Se trata, más bien, de mosaicos, redes y combinaciones».`

Beck y Cowan usan nombres y colores diferentes para referirse a los distintos memes u olas de la existencia. Y aunque el uso de los colores casi siempre asusta, Beck y Cowan -que, por cierto, suelen trabajar en zonas de graves conflictos raciales- han descubierto que resulta sumamente útil alejar la mente del color

Figura 1.1. La espiral del desarrollo. Adaptado con permiso de Don Beck YChris Corran. Spiral Dynamics: Mastering Values, Leadership. and Change(Camhridge: Massachusetts: Blackrrell Publishers. 1995).

de la piel y centrarse, por el contrario, en el "color del meme". Además, la investigación ha seguido confirmando que todos los individuos disponen de la capacidad potencial de acceder a todos los mentes. En consecuencia, las líneas de tensión social ya no giran en tomo al color de la piel, la clase económica o el grupo político, sino del tipo de meme desde el que esté operando la persona. En un caso concreto, por ejemplo, ya no se trataría tanto de "negro versus blanco" como de azul versus púrpura o de naranja versus verde, por ejemplo, con la ventaja de que, si bien el color de la piel no puede cambiar, el nivel de conciencia sí que puede hacerlo. Como dice Beck: «el foco de atención no se centra tanto en tipos de personas, como en tipos en las personas».

Los seis primeros niveles son "niveles de subsistencia" y están marcados por lo que Graves denomina "el pensamiento de primer grado". Luego tiene lugar una revolucionaria transformación en la conciencia que implica la emergencia de los "niveles de ser" y del "pensamiento de segundo grado", del cual hay dos grandes olas. Veamos ahora una breve descripción de las ocho olas, del porcentaje aproximado de población mundial que se halla en cada una de ellas y de la tasa de poder social de la que goza.''

1. Beige: Arcaico-instintivo. Se trata del nivel de la supervivencia básica, un nivel en el que resultan prioritarios el alimento, el agua, el calor, el sexo y la seguridad y en el que la supervivencia depende de los hábitos y de los instintos. Apenas si existe yo,diferenciado y la perpetuación de la vida requiere de la agrupación en hordas de supervivencia.

Se halla presente en las primeras sociedades humanas, en los recién nacidos, los ancianos, los últimos estadios de quienes padecen la enfermedad de Alzheimer, los locos que vagabundean por las calles y las masas hambrientas. (Porcentaje aproximado de la población adulta que se halla en este nivel: 0,1 %. Tasa de poder que posee: 0%.)

2. Púrpura: Mágico-animístico. Está determinado por el pensamiento animista y por una extrema polarización entre el bien y el mal. Los espíritus mágicos pueblan la tierra y a ellos hay que supeditarse apelando a todo tipo de bendiciones, maldiciones y hechizos. Se agrupa en tribus étnicas. El espíritu mora en los ancestros y es el que cohesiona a la tribu. Los vínculos políticos están determinados por el parentesco y el linaje. Parece "holístico" pero, en realidad, es atomístico ("cada recodo del río tiene su nombre pero el río carece de nombre").

Se halla presente en la maldición vudú, los juramentos de sangre, el rencor, los encantamientos, los rituales familiares, las creencias y las supersticiones mágicas de la etnia. Fuertemente implantado en los asentamientos del Tercer Mundo, las bandas, los equipos deportivos y las tribus. (10% de la población, 1% del poder.)

3. Rojo: Dioses de poder. Comienzo de la emergencia de un yo ajeno a la tribu; poderoso, impulsivo, egocéntrico y heroico. Espíritus míticos, dragones, bestias y personas poderosas. Los señores feudales protegen a sus subordinados a cambio de obediencia y trabajo. Fundamento de los imperios feudales (el poder y la gloria). El mundo se presenta como una jungla llena de amenazas y de todo tipo de predadores. Dominantes y dominados. El yo campa a sus anchas sin cortapisas de ningún tipo.

Se halla presente en el rebelde sin causa, la mentalidad fronteriza, los reinos feudales, los héroes épicos, los líderes de las bandas, los malvados de las películas de James Bond, los mercenarios, las estrellas del rock, Atila, rey de los hunos y El señor de las moscas. (20 % de la población y 5% del poder.)

4. Azul: Orden mítico. La vida tiene un sentido, una dirección, un objetivo y un orden impuesto por un Otro todopoderoso. Este orden impone un código de conducta basado en principios absolutistas y fijos acerca de lo que está "bien" y de lo que está "mal". El acatamiento de ese código y de esas reglas se ve recompensado, mientras que su violación, por el contrario, tiene repercusiones muy graves y duraderas. Fundamento de las antiguas naciones. Jerarquías sociales rígidas y paternalistas, sólo hay un modo correcto de pensar. Ley y orden, control de la impulsividad a través de la culpa, creencias literales y fundamentalistas y obediencia a una ley impuesta por un Otro fuertemente convencional y conformista. A menudo asume un aspecto "religioso" o "mítico" [en el sentido mítico-pertenencia, motivo por el cual Graves y Beck se refieren a él como nivel "santo/absolutista"], aunque también puede asumir el aspecto de un Orden o de una misión secular o atea.

Se halla presente en la América puritana, en la China confuciana y en la Inglaterra de Dickens, en los códigos de honor de la caballería, en las obras buenas y caritativas, en el fundamentalismo islámico, en las "buenas obras" de los scouts, en el patriotismo de la "mayoría moral". (40% de la población y 30% del poder.)

5. Naranja: Logro científico. En esta ola, el yo "escapa" de la "mentalidad azul del rebaño" y busca la verdad y el significado en términos individuales. Es un nivel hipotético-deductivo, experimental, objetivo, mecánico y operativo (o, lo que es lo mismo, científico). El mundo se presenta como una maquinaria racional bien engrasada que funciona siguiendo leyes naturales que pueden ser aprendidas, dominadas y manipuladas en propio beneficio. Muy orientada hacia objetivos y especialmente (en Estados Unidos) hacia el beneficio material. Las leyes de la ciencia gobiernan la política, la economía y los asuntos humanos. El mundo se presenta como una especie de tablero de ajedrez en el que destacan los ganadores. Alianzas comerciales y explotación de los recursos de la Tierra en beneficio propio. Fundamento de las sociedades de estados.

Se halla presente en la Ilustración, La rebelión del Atlas (la novela de Ayn Rand), Wall Street, la Costa Azul, la clase media emergente de todo del mundo, la industria de la moda y de la cosmética, la búsqueda del triunfo, el colonialismo, la guerra fría, el materialismo y el liberalismo centrado en uno mismo. (30% de la población y 50% del poder.)

6. Verde: El vo sensible. Centrado en la comunidad, en la relación entre los seres humanos, en las redes y en la sensibilidad ecológica. El espíritu humano debe ser liberado de la codicia, del dogma y de la división; el respeto y la atención a los demás reemplaza a la fría razón; respeto y cuidado por la tierra, Gaia y la vida. Establece vínculos y uniones laterales y es contrario a las)erarquías. Yo permeable y relacional centrado en redes. Enfasis en el diálogo y las relaciones. Fundamento de las comunidades de valor (agrupaciones libremente elegidas basadas en sentimientos compartidos). Toma de decisiones sustentada en la conciliación y el consenso (desventaja: dilación "interminable" del proceso de toma de decisiones). Presta atención a la espiritualidad, la armonía y el enriquecimiento del potencial humano. Fuertemente igualitario, antijerárquico, centrado en valores plurales, en la construcción social de la realidad, en la diversidad, el multiculturalismo y la relativización de los valores, una visión del mundo a la que habitualmente se conoce con el nombre de relativismo pluralista. Subjetivo y centrado en el pensamiento no lineal; fomenta la cordialidad, la sensibilidad, el respeto y el cuidado por la Tierra y por todos sus habitantes.

Se halla presente en la ecología profunda, el postmodernismo, el idealismo holandés, el counseling de Rogers, el cuidado por la salud canadiense, la psicología humanista, la teología de la liberación, el Consejo Mundial de las Iglesias, Greenpeace, los derechos de los animales, el ecofeminismo, el postcolonialismo, Foucault/Derrida, lo políticamente correcto, los movimientos en pro de la diversidad, los derechos humanos y la ecopsicología. (10% de la población y 15% del poder.)

Con la actualización del meme verde, la conciencia humana experimenta un verdadero salto cuántico hacia "el pensamiento de segundo grado", un salto que Clare Graves califica de "avance trascendental" que permite "llegar a profundidades de significado anteriormente insondables". Dicho en dos palabras, con la emergencia de la conciencia del segundo grado, el ser humano puede pensar tanto vertical como horizontalmente (utilizando tanto las jerarquías como las heterarquías), con lo cual puede abarcar, por vez primera, el espectro completo del desarrollo interno y advertir la importancia crucial que tiene cada nivel, cada meme y cada ola en la salud global de todo el proceso espiral del desarrollo.

Así pues, cada ola superior "trasciende e incluye" a sus predecesoras, lo cual quiere decir que va más allá de ellas (las trasciende), al tiempo que las engloba en su misma estructura (las incluye). Una célula, por ejemplo, trasciende pero incluye a las moléculas que, a su vez, trascienden pero incluyen a los átomos. Decir que una molécula trasciende a un átomo no es decir que las moléculas odien a los átomos, sino que los aman, los incluyen en su propio entramado, los abrazan, no los marginan. Por ello cada ola de la existencia constituye un ingrediente esencial de todas las olas subsiguientes, y todas deben ser, en consecuencia, adecuadamente respetadas e incluidas.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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