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Colección “Revisión Cultural” (desde 1978) (página 19)

Enviado por Ramon Ramonet Riu


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Bajo el liderazgo de Arnau de Torroja los los templarios fueron un bloque monolítico de fervorosos guerreros que le obedecieron con devoción incondicional, lo cual mi docto biografiado consiguió por combinar un trato delicado con su fuerte carácter. Sus decisiones siempre estarían justificadas porque sabía que guerreaba para vencer y no para matar, de forma que, perdonando al vencido, se alejaba el deshonor para ambos. Al ser además monjes con una fe inquebrantable, los templarios fueron disciplinados y valientes. Incluso cuando atacaban con furor a sus enemigos, al cabo de un rato todos podían ser respetuosos con sus adversarios y llegar a emocionarse ante los necesitados y los pobres.

Procurando una regeneración universal, primero instruyen a las personas enseñándoles oficios, y después les enseñarán como regular de forma ordenada y buena administración. En una segunda etapa, inculcaron a la gente su religión pero dejaron que conservasen las raíces de sus creencias paganas más ancestrales. Debido a sus relaciones con infieles, se puede incluso hablar de una Orden del Temple bipolar, aunque éstos parezcan opuestos a los defensores de la fe. Una frase del templario Gaucerand de Montpezat parece avisarlo: "Los templarios tenemos tres artículos que nadie conocerá jamás, excepto Dios, el diablo y los maestres". Su estandarte de batalla (el beauceant) fue diseñado mitad blanco y mitad negro, que alude al color de las cuadrículas bicolores del tablero de ajedrez, el cual alcanzó a decorar los suelos de sus templos y la tienda de campaña del Gran Maestre en el campo de batalla. Por dicha frase de Montpezat se entiende que los dos dioses "Creadores del mundo" que eran opuestos, fueron simbolizados por los cuadrados blancos-negros, llegándose a embaldosar igual el suelo de las logias masónicas de todo del mundo. El simbolismo llegó al extremo de que el gran maestre representase para la tropa: el palo que sostenía el estandarte bicolor. Por cierto, para ver hasta el punto en que los caballeros templarios afirmaron sus creencias, recordaré que si en plena batalla era atacado el portaestandarte bicolor, le estaba incluso prohibido defenderse golpeando con él a un enemigo.

Las corrientes esotéricas manejan, y hacen accesible a quien se esfuerce en aprender, un saber oculto capaz de explicar la razón última de la existencia. Al fin proclaman que la Tierra no es un regalo eterno sino una parcela de valor temporal. Sucede no obstante que los poderes fácticos en su afán por perpetuarse, son ajenos a la búsqueda de la realización colectiva y se nos trata de desinformar creando confusión mediante la TV y entretenimientos infantiloides. En la antigüedad las personas tenían mentes más libres, aunque es verdad que a millones de sabios les costó la vida.

Desde el siglo IV se habrían adoptado entre los cristianos ciertos ritos hebreos, y los templarios potenciaron las fiestas solsticiales del fuego, que son las tan celebradas fiestas de la luz, o sea, las de San Juan y Navidad, debido a que casi todas las culturas antiguas celebraron fiestas a sus dioses astronómicos el día 25 de diciembre. Nada maravilloso de la vida de Jesús falta en los misterios del dios Dumuzi de los asirio-babilónicos, pero reclamaría mayor atención de los templarios el que, concretamente al dios sol se asociaron las divinidades paganas llamadas: Horus, Osiris, Adonis, Atis, Krisna, Apolo, Baco y el dios redentor Mitra, cuyos numerosos seguidores en Roma celebraban el triunfo del "Sol invictus" el día 25 de diciembre bebiendo la sangre del toro sacrificado. Desde el ritual del fuego de las brasas, hasta el cirio pascual y las lámparas de las iglesias, se rememora aún, inocentemente, el Fuego Sagrado (o sea, "Pascual"). Quiero entender que a Arnau de Torroja, en cambio, le interesaría mucho más el hecho que en cada vida humana existan dos fuegos: el que ilumina y da vida, y el otro que, careciendo de claridad, quema.

La preocupación por las proporciones y el enfoque del los templos es tan universal y eterna que ha de reflejar algo real de la cúpula celeste, y la Gran Pirámide de Giza parece confirmarlo por la orientación de sus orificios. Ese misterio es lo que nos lleva a valorar en los conocimientos astronómico-astrológicos de los templarios en el siglo XII. Otra cosa es que hoy lo entendamos debidamente. Para quien no lleve las imprescindibles "herramientas" psíquicas, es simple arquitectura o dibujo, pero otros en cambio, ante un mismo templo serán incapaces de trasponerse a la simple percepción visual.

Los templarios cuando superaron ideas y dogmas convencionales, lo plasmaron mediante la arquitectura gótica, porque sus templos se apoyan en el suelo con un mínimo esfuerzo gracias a transmitir el peso propio a los muros laterales. El estilo gótico estuvo inspirado en la forma del huevo, pues copiaron las proporciones creando los arcos apuntados y parabólicos. Toda cáscara de huevo resiste y es bonita, empezando a consolidarse al contacto con la atmósfera. La parte alargada del huevo de gallina forma una parábola en su segmento que está configurado por el Número de Oro (F=1,6180339), cuya presencia está incluida sobre todo lo que tiene relación con la vida.

En sólo dos siglos a partir del nacimiento de Arnau de Torroja, en Francia había más de dos mil cien abadías en construcción y también casi un centenar de catedrales que serían terminadas de construir en arte gótico. La primera manifestación meridional fue la abadía de Villelongue en 1180; aunque sin duda, la principal obra del arte gótico en Francia fue la catedral de Chartres (Eure-et-Loire) que se incendió por segunda vez poco después de morir Arnau en Verona (It.). Tiene la gran nave más alta de todas las catedrales, lo que permite disponer dos hiladas de ventanas adornadas con 186 vitrales. En aquel templo se resaltó lo femenino, tanto por la cantidad de imágenes de santas, como por el tema de sus vitrales de impacto lumínico especial, siendo el más antiguo el que representa a la Virgen de Azul, cumbre de la metáfora cósmica expresada mediante el color azul, siendo la única vidriera salvada del incendio de 1137.

La denominación Arte gótico, procede de la palabra "argot" que es la jerga codificada peculiar entre los constructores medievales iniciados, capaces de superar las técnicas constructivas anteriores. Haré una comparación mediante una metafórica Regla de Tres: El templo gótico es al románico, lo que éste fue respecto a los templos visigóticos. Ha trascendido que al trazar las plantas de las catedrales góticas se basaron en dibujos hexagonales con forma de panal de miel, supuestamente como el dibujado por el propio rey Salomón cuando planificó su templo de Jerusalén, a pesar de que tuvo planta rectangular. Se especuló que los albañiles de los siglos XII y XIII habrían sabido interpretar un cálculo mágico inventado por los constructores del Antiguo Egipto, donde la fuerza venía dada por cierta palabra que pronunciaba un sacerdote en el transcurso de un ritual. Posteriormente aquellas hermandades de constructores especializados formaron gremios donde se juramentaban para preservar sus normas en arquitectura práctica. Hoy puedo desvelar que su gran secreto fue ocultar una forma de rostro gigantesco conformado por la perspectiva de los fileles sobre las ojivas y bóvedas de crucería. Tal era la razón de elevar los techos hasta 40 m. de altura. Se cumplía con ello la promesa de que la cara de Diós estaba en la catedral. Lo desarrollé extensamente en mi obra tan pronto lo descubrí: "Bovedas góticas ofrecen imagen de rostro humano" (2013) cuando lo anuncié al mundo: http://webspace.webring.com/people/or/ramonetriu/gotico-enigmatico.html

Todo sería poco para ser aplicado a la magnífica catedral de Chartres al reconstruirla. Por milagro el incendio no afectó la espaciosa cripta, que quedó intacta con la famosa imagen de Virgen Negra, considerada muy milagrosa desde antes de nuestra Era. Lo que en dicha catedral los fieles aún hoy verifican es que la ignorancia hace vivir apegado al suelo, mientras que el conocimiento dota de alas para elevarnos hasta las más altas bóvedas. De todo cuanto se escribe en los libros espirituales, cada uno creerá, según su fe, si remiten a la mentira, o bien a la Verdad (que no es la realidad, aplicable ésta tan sólo a las cosas).

Arnau de Torroja quizá no vio materializados los grandes alardes arquitectónicos del arte gótico, aunque sí pudo admirar en maquetas los estudios previos a la evolución de los arcos ("nervios"), por entonces tan sólo aplicados en las techumbres en los templos románicos, con vocación de convertirse en joyeros pétreos y servir para la unión de dos simbólicos mundos: el mundo inferior y el mundo superior. La naturaleza dual del individuo antes ya se había simbolizado mediante dos triángulos equiláteros invertidos uno respecto al otro, y al mismo tiempo enlazados y superpuestos.

Los iniciados que sabían interpretar los dibujos y relieves de los templos, también pudieron transmitirse conocimientos mediante simples cuentos de éxito entre la gente vulgar. Las aves que en algunos capiteles (Sant Cugat del Vallès, o san Cucufate) simbolizan para quien está informado notas musicales, y representan el alma, o el pensamiento. Un libro abierto esculpido en un capitel, parece ser la Sagrada Biblia, pero para un iniciado gnóstico es una invitación a buscar la sabiduría, pues los cabalistas de todos los tiempos entienden que las "Sagradas Escrituras" son textos con tantas interpretaciones como lectores. Mucho tiento con la sabiduría, que es una palabra que pronto está dicha, pero antaño se la consideró santa y en Constantinopla le dedicaron un templo con cúpula grandiosa. Se llama Santa Sabiduría Divina (s. IV), el cual fue reformado por el emperador Teodosio II el año 404, y después de un incendio se volvió a reconstruir en el 532 por Justiniano, emperador del Imperio Romano de Oriente.

En cuanto a la relación de los templarios del siglo XII con los antiguos ocultistas, san Bernardo justificó que los caballeros templarios y del Templo de Salomón mostrasen una receptiva actitud para con los estudiosos judíos, pues escribió más de veinte tratados sobre el bíblico "Cantar de los Cantares" atribuido al rey Salomón. Para los ocultistas el número siete estuvo en concomitancia con las notas musicales. Algo que el griego Pitágoras ya utilizó para curar enfermedades. Arnau de Torroja debió de ser informado que grandes iniciados habían experimentado que era reflejo de proporciones cósmicas, y unos más que otros creyeron poder comunicarse con Dios. La idea no es banal, y ha llegado muy vigorosa a nuestro mundo cartesiano. En 1866 Jean Sudre, un francés que fue condecorado por defender un lenguaje puramente musical, creó el "Sol-re-sol". Mediante las siete notas él fue capaz incluso de definir a Dios (Lo llamó do-mi-sol), y al diablo (sol-mi-do).

En lo referente a la música mi biografiado debió de entonar los cantos gregorianos, e incluso aprovechar, mejor que los granjeros del nuestros días, sus beneficios espirituales. Hacía siglos que a los monjes autosuficientes habían observado que los animales de sus granjas que los escuchaban cantar polifónicamente, les daban mucha y mejor leche que las demás. Es el llamado "Efecto Mozar", y no sería difícil defender que decoraron muchos muros de sus templos combinando la armonía y las matemáticas. Cierto que los egipcios de las grandes pirámides ya los aplicaron los números Pi y Phi, pero habían sido olvidados, siendo ambos redescubiertos en el siglo XII aunque mantenidos en secreto, tal como hizo el griego Euclides. Ambos números fueron definitivos para dar belleza y resistencia a los templos de nueva planta. El soporte matemático es más efectivo aún que el musical al buscar la belleza de la lógica. Europa sufrió un gran lastre en el hecho de que, en el siglo XII, los números árabes en muchos lugares aún estaban prohibidos, y la arquitectura se nutre de ellos.

Para concluir acerca de los beneficios múltiples de los sonidos fenoméricos, yo mismo lo experimenté inesperadamente en mis investigaciones durante mi juventud mientras estaba midiendo el interior de uno de los mayores dólmenes megalíticos de toda Cataluña. Por su impacto acústico pude luego sospechar de la oculta funcionalidad de los agujeros expresamente abiertos en algunos gruesos megalitos, concluyendo que sus constructores ingeniosamente trataron de que el fuerte viento arrancase sonidos al totem-toro (reproducido con su comunitario esfuerzo en piedra). Cabe esperarlo de quienes durante milenios desarrollaron una general fascinación por la estampa natural de "Bos Primigenius", una inmensa molen que lo representa, de forma inequívoca, muy gráficamente en la vertiente norte de la montaña de Montserrat en Cataluña (a sólo 40 km. de las playas de la ciudad de Barcelona).

LA CEREMONIA DE INICIACIÓN: NORMAS HABITUALES

El momento cumbre de la vida de Arnau de Torroja fue la ceremonia de su investidura como miembro de pleno derecho, experimentándolo como su consagración a una nueva existencia. Se le recordó que sólo tendría derecho a pan y agua, a un ropaje pobre, a una cama muy sencilla, a vivir casi en la miseria y a realizar duros trabajos que en su caso fueron casi siempre de gobierno.

Patrullar sin posibilidad de rehuir el combate si no eran superados tres veces, fue el batallar la actividad principal de aquellos monjes con espada, que hacía votos canónicos, aunque mantenían su condición de seglares. Además del celibato, incluyeron los voto de pobreza y obediencia, lo cual copiaron de las sectas esenias. San Pablo, aunque no condenó el matrimonio, consideró el monacato un estado superior al celibato, porque el monje, estando libre de preocupaciones familiares, podría entender mejor los asuntos de Dios, que era justamente lo que mi paisano deseaba. Toda religión pretende la unión con la divinidad. Incluso los humanistas hindúes, con sus malabarismos posturales, por ridículos que parezcan, también buscan la unión con lo trascendente del cosmos. Los templarios animaron a buscar la experiencia interna, por ser ahí donde reside Dios, como si cada alma fuese la propia "montaña" a escalar. La búsqueda interior, también llamada "la demanda", fue divulgada en Europa por los templarios, y después se le hizo eco de ello el alemán Wolfram von Eschenbach en su "Parzival". La escolástica desde su nacimiento estuvo separada por un abismo de la filosofía sufi, porque éstos gestan ideas activas, lo cual nunca logró ni el sabio Ramon Llull, ni Francois Bacon, etc..

El fanatismo surge de concentrarse demasiado y siempre en lo mismo, tal como hacen los actuales científicos. Para alcanzar verdades es básico un desapego intelectual y emocional según lo dicta el exigible equilibrio de toda vida. Lo demuestra el funcionamiento del universo, y Arnau de Torroja en tierras de Palestina descubrió que allí dispusieron de las primeras tablas sobre el movimiento de los astros, porque los caldeos las habían elaborado de quienes residieron en la antigua Mesopotamia. En la Península Ibérica se divulgaron cien años más tarde; y es que los templarios fueron además cual una red de intercambio de ideas filosóficas. Quizá los únicos beneficios de las Cruzadas fuesen sólo ésto, y la difusión de los principios caballerescos aprendidos de los árabes, ya que sirvieron para moldear las normas de toda la caballería europea. En efecto, pues los beneficios comerciales son muy discutibles.

Teniendo en cuenta que se ha escrito muchísimo sobre los caballeros del Temple sin datos verificables, siempre quedaran incógnitas por resolver y el verdadero ritual de ingreso en la Orden es una de ellas, si bien existen escritos sobre el particular más o menos fiables. Por la noche, a la luz de los cirios de la iglesia, todo aspirante pasó un examen ante el Tribunal de Doce Hermanos Mayores. El candidat debía presentarse muy humilde, y se le explicaba su futuro:

"… No ingreses en la Orden para conseguir riquezas ni honores, ni tampoco por que creas que vas a situarte en un plano mas alto rodeado de comodidades. Se exigen tres cosas: La primera es dejar atrás los pecados del mundo; la segunda vivir para el servicio de Nuestro Señor; y la tercera que, además de vivir pobremente, harás penitencia por la salvación de tu alma. Durante toda la vida, desde hoy en adelante, ¿quieres servir a la Orden? ¿Estás dispuesto a renunciar para siempre a tu libertad obedeciendo todo lo que el comandante disponga en todo momento?". A todo ello debía responder afirmativamente el aspirante.

A continuación el Maestre con su mano sobre los Evangelios decía: "En el caso que alguno de vosotros conociera una o varias causas por las que este hombre no mereciese ser un hermano nuestro, que lo declare…".. Superado el trámite, si de nuevo aceptaba, todavía el Maestre le preguntaría otras intimidades y, si superaba las expectativas, se le concedía poder realizar sus votos.

He abreviado el ritual, porque si para los simples guerreros se les hacía velar sus armas una noche ante el altar, a los templarios y otros monjes debían pasarla encaramados a los "árboles de la vida" que era el mini-habitáculo del centro de la bóveda, la cual sustenta un pilar central. Entre el hueco entre las nervaduras del techo tal espacio permitía al aspirante meditar en la trascendencia que tendría la opción de pertenecer a la Orden que le había anticipado sus secretos. El arquitecto Gaudí construyó varios de esos "hongos" huecos, aunque tapiados, siguiendo modelo de los templos románicos del Rosellón y la Cerdanya (Fr). Hay una muestra de "hongo" en la cueva que hay ante la recepción del Parque Güell de Barcelona.

Después en ceremonia que reunía a toda la hermandad, el Maestre procedía a la bendición de su espada, seguida de un buen golpe, o espaldarazo dado con ella, para simbolizar una herida. Para concluir tan antiguo procedimiento de iniciación, seguidamente recibiría un humillante bofetón en pleno rostro, pues evocaba: Herida y muerte ritual, necesaria para su renacimiento a una vida nueva superior, o sea, la separación del joven de su mundo. Un aspirante a "Hijo de Dios" debe aquilatar su alma si quiere que su espíritu domine el cuerpo físico. Lo había escrito san Pablo en su "Carta a los Efesios" (4,22), pues la idea era de transmutarse a una vida superior al modo de los míticos griegos Castor y Polux.

A través del ritual se creaba una alianza indisoluble entre todos los miembros de la caballería y su acatamiento a un mismo sistema de valores. No obstante hoy entendemos al revés las enseñanzas básicas de las ancestrales ceremonias iniciáticas. Por ejemplo, en el mundo griego, los famosos "Misterios de Eleusis" se iniciaba al aspirante para que no creyese en los llamados "dioses mayores", desvelando al neófito que habían sido simples mortales que habrían protagonizado alguna hazaña especial. Cicerón, que superó dichas pruebas, informó que el desengaño llegaba hasta el punto de asegurarle al iniciado el que ningún rey hubiese subido nunca al cielo. Con tales ritos se restablecía la veneración sencilla, pues ya entonces habría degenerado de tal como se habían enseñado en su primera institución. En efecto, quien no se esfuerce no podrá ser científico, pero si al interesado se le sube a la "cima de la montaña", se le puede ayudar haciendo desarrollar cuanto de bueno tiene desde su nacimiento, puesto que todos tenemos un idéntico origen. Si no podemos ver el oxígeno que es tan imprescindible, y es algo físico ¿no admitirá la existencia de algo espiritual que le dio la vida?

Por último se le entregaría el manto de los templarios, adornado con una cruz y una espada. Una vez los había recogido, el maestre provincial y el capellán le daban el beso de la fraternidad y rezaban en común tal como hacen todas las órdenes religiosas. Los templarios, como los cátaros, entenderían que el buen aprendizaje consiste en evitar repeticiones. Después, en lugar de repartir lo ganado con la fuerza, ellos tratarían de compartir las conquistas del corazón, porque el cristianismo es el recuerdo de un amor.

Era costumbre de los caballeros templarios rezar juntos, con lo cual consolidaban "el espíritu de unión" tanto como si estuviesen en el campo de batalla. Como Arnau era monje, ante las mayores dificultades hay que imaginarlo postrado serenamente, en soledad, esperando la iluminación ante el sagrario, precisamente por tener conciencia de la indefensión e impotencia de la humana condición. También era capaz de analizar los asuntos que le perturbaban como los gnósticos, pero lo que lo carácterizaría sería su capacidad de acción. Los maestros de mi admirado paisano, y él mismo, evitarían rezar en exceso, porque ello podría repercutiría en frenar el que la "semilla-idea" implantada en la propia mente diese buenos frutos. En cambio, dado su espíritu de mística entrega, es posible que convirtiesen su respiración en pura oración. En estos temas las actitudes ostentosas son absurdas ante la Ley Divina latente en cada persona.

Tan sólo comían sólo dos veces al día, y lo hacían todos juntos, casi en silencio, pues escuchaban al fraile que leía el Nuevo Testamento. Como todos ellos eran jóvenes que debían estar en forma para combatir, se alimentaban bien dentro de la moderación, pues ante todo les era imperioso evitar padecer anemia. Comerían quizá con remordimientos, aunque hoy día, además de sus razones, el comer poco lo podemos justificar mejor. Una excesiva ingesta de calorías reduce la calidad de vida, porque el oxígeno que da energía a nuestras células, al electrizarlas en la reacción metabólica, también daña precioso material genético.

SABERES DE UN GRAN MAESTRE DE SION Y DEL TEMPLE

Arnau de Torroja estudió en Cataluña lo básico de la clase nobiliaria, o sea, el llamado Trivium, consistente en las asignaturas de gramática, retórica y lógica. También aprendió historia, que entonces tenía como protagonista central a Carlomagno, aunque obviamente se remontaría a las invasiones de los musulmanes hasta las ciudades francesas de Tours y Poitiers, allí donde el año 732 el ejército de Abderrahman fue vencido por Carlos Martel, hijo de Pipino II de Heristal. (Su hijo + en 758, fue padre de Carlomagno). Después, por fin la Galia quedó asegurada para los cristianos gracias a la presión bélica de Guillermo de Orange para apaciguar a los rebeldes vascones y a los musulmanes de Al-Andalus.

Posteriormente Arnau de Torroja también estudió idiomas y música, así como se interesó por las técnicas militares, la astronomía y la astrología y muchas cosas más sobre las cuales yo no tengo competencia. Lo que sí le debió de fascinar fue la Genealogía y la Historia, y por su militancia en la Orden del Temple le interesaría la antigua arquitectura sagrada de Egipto y Grecia: Todo rito de fundación de un templo seguía la sombra del sol al salir en días, clave a fin de vincular el astro rey con el templo, la tierra y el cielo. En la iglesia de Troyes (Fr.), cercana al lugar donde nació el fundador de los temparios, se escondió tras los arcos y bóvedas el número 888, según estudió exhaustivamente Jean Hani. También defiende que el tal número además es el valor total de las letras del nombre de Jesús, y para colmo el número 888, que forman tres lazos en circulo, también alude al libro "Apocalipsis" del apóstol san Juan que fue escrito en clave.

Arnau no se debió de contentar con aprender los saludos árabes "as-salam alaikum", o "Allahu akbar" porque su afán de conocimientos debió aconsejarle dar prioridad a poder entenderse con los enemigos. Puede que incluso supiese que, como es de toda lógica, aquel primer libro escrito en árabe diese diferentes significados a muchas de las palabras escritas. Por otra parte, no es probable que Arnau de Torroja aprendiese el alfabeto glagolítico, por muchos templarios croatas que estuviesen bajo sus órdenes.

Entre 1150 y 1180 los templarios fueron adquiriendo mas propiedades en los barrios periféricos de Jerusalén, y fue justamente en vida de Arnau de Torroja cuando fue restaurada Notre-Dâme-du-Mont-Zion, motivo por el cual aquel magnífico techo gótico abovedado que pasa por ser el muy dignísimo Cenáculo, allí donde los grupos de turistas alcanzan la catarsis incluso cuando se trata de otras religiones o los muy lejanos peregrinos japoneses. Son unas bóvedas que ya nos parecen muy normales, pero que no obstante tuvieron gran importancia para los templarios entre los siglos XII y XIV, porque la gran cantidad de catedrales góticas que edificaron, las habría estimulado elevarlas hasta una tan inusitada altura, cubriendo la gran nave de sus iglesias, la necesidad de alcanzar la mayor prespectiva. En efecto, la gran altura de sus arcos de crucería tuvieron la función de sugerir una imagen de rostro de varón muy de acuerdo con lo que se espera después de rezar piadosamente en una catedral. Les recomiendo mi obra:"Bóvedas góticas: Ofrecen una imagen de rostro", donde repaso el periodo de su florecimiento y también quién pudo haber sido su promotor en los templos religiosos del sur de los Pirineos.

La sede central de los caballeros templarios de más categoría para su Orden, estaba anexa a la iglesia de Nuestra Señora de Sión, en Jerusalén, allí donde Arnau de Torroja, además de aprender los asuntos prioritarios específicos de su Orden y la jerarquía que se esperaba que mereciese, aprendería con urgencia la historia y la geografía regional, y también la de los paises europeos donde los templarios tenían previsto establecerse. Estudió con ahínco, obviamente empezando por el mismo edificio donde se alojaba en Jerusalén; no sólo se consideraba el lugar de la Dormición de la Virgen María, sino también el Cenáculo; y por añadidura, también se trata del lugar donde está enterrado el rey David.

Arnau de Torroja en la "Casa Madre" de Jerusalén, Nuestra Señora del Monte Sino, durante su iniciación aprendería ante todo que la conquista de Jerusalén había costado mucha sangre y vidas de caballeros cruzados, dadas las devastadoras ventajas de movilidad que dominaban los jinetes musulmanes. En efecto, los musulmanes suplían con astucia el coraje desenfrenado del ejército cristiano, abigarrada mezcolanza de nobles caballeros de Flandes y Lorena, normandos, catalanes y provenzales, renanos y normandos, sicilianos, todos ellos evolucionando sobre el terreno al son de las trompetas en los lugares de reunión donde se habían alzado pendones ondeantes al viento. Era un ejército de místicos guerreros de Dios, aventureros, ilusos y bandoleros que, muy inconscientemente, habían cabalgado a través de países desconocidos, ciudades enemigas, caminos extraños y ríos salvajes.

A todos, al llegar les fue imperioso aprender rápidamente las orientales estratagemas de combate, no siempre éticas. Después quizá incluso les enseñasen lo escrito por Euclides en su libro "Los Elementos", en vigor aún después de pasados 2500 años. Fue en el siglo XII cuando las matemáticas dieron el gran salto de emplear el numero cero (un número vacío) que los árabes copiaron de la sabiduría hindú. Los templarios fueron la correa de transmisión a través de la Península Ibérica de lo dicho, y mucho más que sería exhaustivo tan sólo de citar.

Pero la evolución que me interesa desarrollar es principalmente dilucidar el crecimiento intelectual que adquirió Arnau, hasta entender que la capacidad de aprender es la única "prueba de vida", y la clave es la capacidad de sorpresa. Arnau aprendería rápido;.. y aún más: desaprendió, en el sentido de solta lastre dogmático. Fue muy evidente para aquellos jóvenes caballeros, más que para nuestros intelectuales de hoy, que la Iglesia católica podía ser acusada de haber añadido indebidamente durante siglos nuevas doctrinas a las dictadas por al Iglesia primitiva, otorgándose tal poder por autoproclamarse la "Verdadera Esposa de Jesucristo", cuando era ya muy evidente entonces que lo había sido María de Magdala, una rica noble señora de Palestina.

Según la Wikipedia, la etapa de gobierno de Arnau de Torroja en la Orden del Temple, al cual presentan como Arnaud (suponiendo que murió con más de setenta años), estuvo marcada por los enfrentamientos de todo tipo que se libraron entre los caballeros templarios y los hospitalarios en Outremer: Arnau de Torroja aceptó la mediación del papa Lucio III y del rey Balduino IV para poner fin a dichas luchas fratricidas. En 1184 la situación política en Palestina empeoró porque Reinaldo de Châtillon, actuando por su cuenta asoló los territorios musulmanes de Transjordania. Para apaciguar los ánimos, fue entonces que mi biografiado desplegó su gran sagacidad política, negociando una tregua con el líder Saladino, el mayor enemigo de los francos, nada menos cuando éste ya estaba decidido a vengar sus traicioneras y sanguinarias incursiones.

Dado el carácter pacificador de mi admirado biografiado, siempre deseoso de conciliar enemistades, puedo presentarlo como una de las personas más comprometidas en elevar el término Imperio a su máxima expresión. En teoría, dicho plan permitiría "revitalizar la sociedad, gracias a la proyectada federación de estados autónomos bajo la dirección de un único poder espiritual y un solo poder político" (Guillaume Mollat "Dictionaire d'Histoire et Geographie eclesiastique…", París 1.953; Vol. XII; col.115-1129 – p. 129. Un solo monarca soberano para todos los súbditos que sería elegido por los misteriosos principios de la Ley Divina, y que aceptarían todos los cristianos, judíos y musulmanes. Un solo pueblo, o sea, una confederación de todos los gobiernos implicados en el nuevo orden mundial.

Los templarios en Outremer fueron respetados por los musulmanes que eran la comunidad principal; y más en Jerusalén, donde los cristianos tenían dieciséis iglesias. Los habrían aceptado peor si hubiesen sido ateos, pero para la mentalidad de los tiempos de Arnau de Torroja la fe era de primera necesidad y más en aquella parte de mundo donde un ateo resultaba inconcebible. Es algo que mal podemos entender los que la vivimos hoy como una opción personal, ya muy superados los siglos cuando la fe era un lujo. Los esquemas mentales del medioevo eran diferentes, porque su simbología no se limitaba a las marcas comerciales, sino a iconos de un camino espiritual. La capa de cada caballero templario simboliza dos alas plegadas, y remiten a la naturaleza celeste de quien ha merecido la inmortalidad y vive para ayudar a sus semejantes. Sus espuelas le recordaban su obediencia, etc.. La gente del siglo XII podía imaginarse sin dificultad un mundo (incluso todo el cosmos) amurallado como lo estaba cualquier burgo donde vivían dominados por la inflexible autoridad eclesiástica, dado que incluso asistir a la santa misa era obligatorio;… y pagar la entrada con especies, también. A la plebe se les advertía que el mundo de la farándula fomenta la disipación, y para colmo, siempre vivían atemorizados por las enfermedades y mutilaciones que podían sufrir el día siguiente.

Si a todo lo dicho lo consideramos cual una línea de trazo horizontal, la intromisión de la Orden del Temple representó el travesaño vertical en el esquema de una cruz. No me refiero sólo a lo espiritual sino a su capacidad de copiar lo bueno de donde lo descubrían. En sanidad tuvieron donde fijarse. En 1154 Damasco había dos hospitales, y en cada uno de ellos unos administradores que llevaban registros. Los médicos acudían todas las mañanas, examinan a los enfermos y ordenaban que se preparen las medicinas y alimentos para curar. Conocían los efectos antibióticos de la tela de araña, porque realmente cura, al contener algo de penicilina natural. La planta llamada aloe y la miel también hacían milagros. No se puede ignorar que en el siglo XI el sabio Avicena escribió un "Canon de medicina" que se difundió tanto en Asia como en Europa. Hasta la intervención de las órdenes de caballería europeas, la verdad es que los cruzados enfermos y heridos carecieron de atención médica eficaz, no tuvieron ni cirujanos, y sólo aquellos que sobrevivieron fueron penosamente evacuados hasta la isla de Salermo (It.).

Templos con simbolismo geométrico-matemático

Continuando con los conocimientos mínimos que hemos de suponerle a Arnau de Torroja, tanto antes como después de haber sigo Gran Maestre del Temple, hay obviedades sobre las que no me detendré por ser materia de los novelistas, por ejemplo, la descripción del castillo de Miravet a orillas del río Ebro, donde sus antecesores tuvieron su residencia y Arnau de Torroja no sería diferente. Ahora bien, sería inutil encasillarlo en las funciones administrativas, porque eran tiempos de extraordinaria movilidad para cualquier noble, y más para un gran mandatario de la más exitosa orden monástico-militar, la cual no paraba de fundar encomiendas en su imparable expansión. El sistema era práctico; permanecían doce en el sitio y los demás se iban para fundar una nueva "sucursal", tal como hacían los monjes del Cister.

Debo referirme mínimamente a la construcción de recintos militares y empalizadas defensivas, porque mi biografiado tuvo referencias novedosas respecto a las construidas en el centro de Cataluña durante su pasado inmediato, siendo más exactas que las que hoy puedan tener nuestros arquitectos e ingenieros.

Hasta la expansión de la orden benedictina no se superaron definitivamente las defensas construidas con troncos, a fin de poder detener a los musulmanes al infiltrarse en tierras del sur del Solsonés, allí donde Arnau de Torroja nació. Creció viendo construir numerosas murallas y fosos. Antes del siglo X en los condados pre-catalanes se defendían construyendo con materiales lígneos (troncos de árboles, etc.); siendo los prototipos de los luego ya edificados en piedra por razones de estrategia militar de los siglos medievales. El monaquismo transformó las normas para crear la sobria arquitectura del arte románico, la construcción de puentes, el canto gregoriano, etc., y sobre todo los conocimientos de Platón, Aristóteles y Pitágoras. Éste último conoció la geometría sagrada en el antiguo Egipto durante las dos décadas que él vivió en Alejandía. A él se debe la estrella pentagonal, su icono de curación, pero también se trató de una geométrica alusión simbólica a la armonía entre cuerpo y alma.

La geometría sagrada debió de ser uno de los conocimientos que los templarios descubrieron en Tierra Santa, y en secreto lo heredaron las hermandades precursores de la masonería. Dichos maestros constructores en piedra se llamaron simbólicamente "Hijos de Salomón", y su misión fue perpetuar unas enseñanzas para elevar templos donde reunirse los creyentes para aprender ciertas normas esenciales. El diseño octogonal fue la estructura preferida para edificar los primeros oratorios de la Orden del Temple. Es poco sabido que las iglesias de los templarios estuvieron conectadas con sus encomiendas fortificadas por subterráneos, dado que cualquier templo religioso era inatacable y no hacía falta que fuese defendida, al ser considerada por todos los europeos una "tierra sagrada" desde tiempos ancestrales. Además, bastaba que un fugitivo pisase su entorno, para evitar ser ajusticiado mientras permaneciese en la llamada "sagrera".

Acerca del saber astronómico-astrológico de sus iniciados de élite, aunque en su tiempo pudieron ser consideradas cual ciencias académicas, como era el caso de la alquimia, etc., no lo comentaré por desagradarme el tema. Tal vez Arnau de Torroja debió de creer que Jesús de Nazaret había muerto en fecha del día siete de abril del año 30 pasadas las tres de la tarde. Particularmente no creo en directrices cósmicas a pesar de que se utilizasen para planificar el mapa urbano de la ciudad de Washington (USA). En cuanto a sus conocimientos de geografía, superó la creencia que Jerusalén era el centro del mundo, porque probablemente Arnau, en 1173, supo de las ideas del eminente geógrafo judío Benjamín de Tudela.

Dejando a parte el que todas las iglesias cristianas europeas construyeron sus ábsides en dirección Este, porque es donde está ubicada la ciudad de Jerusalén, el arquitecto Violet-le-Duc supuso que los templarios construyeron templos en forma de rotonda imitando el llamado "la Cúpula de la Roca" de la ciudad "Tres veces santa". El creó el mito que hizo olvidar que existen planificaciones de iglesias redondas más primitivas, como la capilla palatina de la capital de Aquisgrán, la antigua capital de Carlomagno.

Me interesó que, en el año 762, incluso toda la ciudad de Bagdad, fundada el año 746, se construyese en base a las proporciones geométricas de una rueda, con su centro en el palacio de Harun-el-Rashid, de ahí que los sufíes, y luego los francmasones, tuviesen muy en consideración la planta de forma anular. Entre varios ejemplos prefiero citar la "Orden de la Jarreta", puesto que copió a llamada Tabla Redonda dos siglos anterior. Para loar tan útil diseño del que yo llamo Onutoro, en 2008 escribí un libro así titulado, el cual es el que me complace más de toda mi obra.

NUEVAS IDEAS RELIGIOSAS APRENDIDAS EN TIERRA SANTA

Cuando los templarios se establecieron en Tierra Santa, los francos dominaban desde el Líbano hasta la península del Sinaí. Se repartieron en tres partes, siendo la principal (a parte de Jerusalén, la capital), el Principado de Antioquía, y los dos condados de Edesa y de Trípoli. Antioquía era ciudad cristiana, por lo cual el califa Omar, cuando la conquistó el año 641, empezó a planificar trasladar su capital al El Cairo, que antes se llamaba Heliópolis (a 7 km. de distancia).

Los templarios recopilaron ideas y, por otra parte, cuando fue preciso se esforzaron para aprender. Lo malo sería darse cuenta de que los católico-romanos siempre habían sido aleccionados como niños, a pesar de ser gente madura. Después de tenerlo claro, pudieron superar las numerosas fórmulas dogmáticas, para llegar a resolver que: la unidad del Dios viviente se encarnó en Jesucristo. Para Arnau de Torroja no significó una revolución, sino su desarrollo hacia la plenitud. Logró un perfeccionamiento continuo, gradual y siempre en positivo. Pero para la capacidad que le supongo, debió de alarmarle la inmadurez espiritual de todas las personas y en todos los tiempos y latitudes. Él, que se conocía bien porque se había reconstruido, supo que toda idea de Dios sería inexacta, y mantuvo grandes reservas para con todo aquel que le garantizaba el presentarle a Dios. En general, los templarios primero apostaron por la conciencia y después por el Sumo pontífice de Roma, por entender que la conciencia es la voz de Dios en el hombre, y viceversa: Con-ciencia, es la voz del hombre comprometido con la divinidad en ese tiempo cíclico, o sea, religioso.

Al intentar penetrar en sus creencias y conocimientos no insistiré en lo referente a sus jerarquías y la férrea disciplina de los monjes con espada, porque fueron verdaderamente la "Milicia de Cristo". Al menos debió de ser tan austera como la de la orden cisterciense, añadiendo el rigor militar, por ser los templarios un cuerpo altamente disciplinado. Pero si marcaré una diferencia, porque han sido muchos los grupos elitistas que siempre buscaron acaparar conocimientos fiables y rescatar la sabiduría de los antiguos. Fue la rigidez de su disciplina fundacional lo que evitó que los templarios se perdiesen en una espiritualidad enmarañada.

Al menos en el siglo XII todos los templarios sentían una gran devoción por su Gran Maestre, el cual siempre se les presentaba acompañado de un par de consejeros por si debía tomar decisiones rápidas en muchas y muy diversa responsabilidades, tales como problemas en sus castillos y encomiendas, traslados de tropas y animales, rentes y reclutamientos, atención a los heridos, etc. En prevención de la ausencia del Gran Maestre el mando recaía en el mariscal, y bajo éste actuaba un senescal que tenía cuidado, además de lo dicho, de que no faltasen nunca los avituallamientos necesarios. En el campo de batalla quien encabezaba la caballería pesada del Temple era su jefe del estado mayor del ejército, pero seguía instrucciones del Gran Maestre que en el caso de Arnau de Torroja, sería prever antes del combate tener garantizado el suministro de agua y víveres. Cierto que entonces era muy generalizada aquella idea de los iluminados: Poco importa el número de combatientes cuando se cuenta con el apoyo de la divinidad; lo cual obviamente les haría sufrir graves derrotas, pero Arnau de Torroja nunca hubiese podido tomar en serio dicha frase. Antes diría, como los árabes: "Confía en Alá, pero ata tu camello". Al fallecer, quizá porque tanta impostura le agobió demasiado, la pérdida de Jerusalén resultó inevitable, y poco después los francos, con todas sus tropas subsidiarias, perdieron Palestina.

A nivel simbólico, el Pedro de los templarios y calatravos se identifica con el "Anciano de la Cábala", es decir, el Baphomet, la sabiduría agnóstica que –igual que el catarismo- buscaba la salvación por la iluminación capaz de encontrar en el propio interior el espíritu liberador. Los caballeros del Temple, al abrazar la doctrina petrina, se hicieron "Pedros", por lo cual en sus ceremonias iniciáticas se humillaban como san Pedro apóstol, y quizá también negasen tres veces a Jesucristo. Ahora bien, siguieron enseñanzas del "Evangelio del Amor", venerando a Juan Bautista, cuya festividad celebraban -según la Inquisición- ejecutando prácticas de brujería. Fueron incontables las víctimas de la ignorancia intolerante.

La advocación del apóstol Pedro más venerada por los templarios fue el que había llevado la pesada cadena conservada en la iglesia San Pedro ad Víncula, en Roma, cuando estuvo en prisión, como Juan el Bautista. Uno y otro se asocian al signo de la Tau a la cual convencionalmente le dieron un valor de 400. Para los hebreos amantes de la cábala ("árbol de la vida" para la mística judía), la letra Tau es el símbolo del nombre de Dios y de toda la Humanidad, pues la simiente divina anima la Creación y a Dios mismo, final de todas las cosas. Lo dicho valió para los templarios y gnósticos de antaño, pero no para mi, pues mi idea de Dios no disminuye si se retira todo el universo visible, sin ni tan sólo dejar ni un punto de luz en todo el negro firmamento.

Arnau de Torroja en su paso por Siria se admiraría al conocer las ideas monoteístas de los drusos, con culto y liturgia especial. Aunque se remitían al mismo rito de iniciación por inmersión que predicó el Precursor en el río Jordán, era un aprendizaje gradual y esotérico. Los drusos se tenían por fanáticos religiosos, habiéndose hecho escuchar en Turquía y en Egipto donde son venerados por los ismaelitas. Lo que era inaceptable de los drusos para Arnau de Torroja, era su pretensión de que Dios se hubiese reencarnado ¡unas diez veces!. Ni queriendo asociar lo que ofrecen las religiones principales, ello sería imposible para nadie; y aun así, los templarios le enseñarían que se debía procurar hacer congeniar todas las religiones en una de sola. Existen pruebas de que la Crucifixión, y posterior resurrección, etc., ya la habrían experimentado antes de Jesús, el dios griego Dionisio, el egipcio Osiris, y otros.

Otro cosa que debió de resultarle sorprendente a Arnau de Torroja, era que el pensamiento de los palestinos fuese su búsqueda del "eje del ser", cuando lo importante para cada ser humano es entender que la clave de la eterna búsqueda es el amor al prójimo. Los cristianos lo supieron por los apóstoles; aunque los ebonitas, siendo ellos descendientes directos de los cristianos que en Jerusalén seguían a Santiago, fueron considerados herejes tan pronto como triunfó la predicación de Pablo de Tarso. Arnau de Torroja supo que el problema se acabó bajo Teodosio el Grande, pero con su prohibición y todo, era muy evidente que Jesús no era cristiano porque nació, vivió y murió como hebreo y sólo pretendió dar nuevas perspectivas a la Ley de Moisés. Había revelado verdades interiores con palabras simples. Además, si lo llamaron Rabí (maestro) era porque estaba casado, y de hecho lo estuvieron la mayoría de sacerdotes y pontífices romanos hasta prohibirlo en el Concilio de Letrán (1123). A Arnau y al resto de templarios la idea de un redentor casado no les sorprendió tanto como a los católicos del siglo XXI. Algo que hoy me extraña a mi, es que a Jesucristo se le presente en la imaginería católica sosteniendo un libro en su mano derecha, a pesar de enseñar que nunca escribió nada.

Los caballeros de la Orden del Temple, después de excavar el subsuelo más sagrado de Jerusalén, hallaron manuscritos coptos, arameos y hebreos, en los que figuraban evangelios distintos a los cuatro canónicos. La doctrina de Jesús era fiel a la ley mosaica. Por otra parte, un Mesías resucitado ya existía en el judaísmo anterior al cristianismo, y simplemente se adoptó la leyenda judía para dar forma al dogma de la Resurrección. Los mandeístas y los templarios creyeron que la persona divina de Jesús que presentaban los evangelios autorizados nunca existió, pues el verdadero habría sido, según ellos, un luchador revolucionario completamente distinto del oficial. Obviamente dentro de la Orden del Temple esta doctrina secreta nunca trascendió del seno reducido núcleo de iniciados que buscaron la salvación por el conocimiento, y de tales creencias, tanto en Heliópolis como en Alejandría, aún se conservan dibujos que lo revelan. Además, los simbólicos Reyes Magos (sólo citados por el evangelista Mateo para explicar una profecía sobre una estrella indicadora del nacimiento de Cristo) fueron la clave para que sus lectores egipcios empezasen a referirse a la diosa Isis en relación con el nacimiento de su hijo Horus. Y todo está representado mediante la inocentísima estrella del Pesebre,…independientemente de que la gente poco informada dibujen dicha estrella con tan sólo cinco puntas. ¡La verdad, ni teme ni ofende!

Hubo varios presuntos Mesías entre las sectas del judaísmo, pero el reconocimiento entre la Orden del Temple de un "Hijo de Dios" era impensable para el judaísmo ortodoxo temeroso de Yahvé. Fue así, a pesar de saber la veneración por otros dioses nacidos de una madre virgen, entre los cuales: Osiris, Dionisio, Attis, Adonis, Zagreus, Tamuz, Vishnú. Platón y Pitágoras no ignoraron que la mayoría de los citados fueron hijos de una virgen. También la madre del emperador romano Augusto tuvo un embarazo milagroso, pues, según escribió Suetonio, el dios Apolo se unió a ella bajo forma de una serpiente. Durante los primeros siglos los cristianos literalistas procurarían evitar tales referencias de vidas y circunstancias paralelas a la de Jesús de Nazaret, con la excusa de que: los paganos eran incultos, incluyendo los que planificaron y construyeron la gran pirámide de Giza.

Los templarios secretamente respetaban ciertas peculiaridades de cualquier filosofía monoteísta cuando los enriquecía espiritualmente, porque son valores que pueden aumentar gracias al conocimiento. No tienen nada que ver con los valores de los siglos industriales cuando floreció lo científico-técnico; o bien en la actualidad cuando la economía de los países se basa en fomentar los bienes materiales que, a cambio de confort, nos alejan de nuestros verdaderos intereses. Dejando a parte que toda persona cultivada se planteará las mismas preguntas eternas, el hecho de sustituir la buena dirección por otra de mala, acabará repercutiendo en que la sociedad futura lo pague muy caro; y no sólo por culpa de las guerras. Los templarios procuraron esforzarse en superar los malos tiempos que vivían, como nosotros, cuando, zarandeados por las tempestades, nos reconforta la seguridad de que volverá a salir el sol un día u otro. Somos creyentes por naturaleza, y la religión es la base de toda estructura mental. Pero si superásemos los valores que psíquicamente compartimos, adoptando reglas de pensamiento menos dogmáticas, los occidentales podríamos afrontar mejor los problemas de convivencia a todos los niveles. Es lo que cabe seguir esperando del destino de la humanidad futura. Metafóricamente; la llave no está en utilizar la mente; la puerta que tratamos sólo se abre a través del corazón.

Al formar parte de tan prestigiosa y aguerrida orden monástico-militar todos los templarios aumentaron su autoestima. Primero dejaron a parte sus complejos, frivolidades y envidias que agitan el corazón humano; y después fueron idóneos receptores de superiores ideas orientales, bien informadas, a pesar de que dejaban a Jesús como otro iluminado más, por mucho que le reconocieran como "Vocero de Dios. Admitían en Él la "sabiduría divina", como lo hicieron sus primeros seguidores contemporáneos. Jesús de Nazaret fue un iluminador bueno, generoso y guía espiritual insuperable, siendo, al fin, la base de la devoción por Él que debieron de sentir los sabios de Sión y del Temple; y lo mismo debió de opinar Arnau de Torroja, el catalán más internacionalmente influyente de todos los tiempos entre los dos extremos del mar Mediterráneo. En efecto, mi biografiado sigue siendo, en el siglo XXI, el catalán que ostentó un cargo militar más universal, el cual desempeñó espiritualmente comprometido con la fe católica. Ello no le impidió capitanear a 30.000 monjes-guerreros, nobles e hijos de nobles en plena juventud, que eran la flor y nata de la sociedad europea del siglo XII.

Los caballeros de Temple renunciando a su individualidad, siguieron a sus jefes con fe ciega, de acuerdo con lo prometido en su ritual de iniciación después de velar sus armas en ayunas, y sin nudo alguno que les atase a su vida pasada ni a la tierra. Sus altos dignatarios es evidente que, superada aquella enorme carga terrenal, pudieron ser casi tan racionales como Platón. Arnau de Torroja comprobó que en Palestina las ideas que los pitagóricos habían heredado de los egipcios de Alejandría, seguían vigentes, incluyendo el culto al dios Dionisio, el cual tanto recuerda las circunstancias maravillosas de la vida de Jesucristo. Por cierto, a imitación de san Pedro capaz de negar tres veces a Jesucristo, los templarios incluyeron el tal reniego en su ritual, siendo en realidad la puerta a los conocimientos secretos de la Orden. Se enseñaba a creer más en la humanidad de Cristo que en la divinidad de Jesús.

La utópica unidad doctrinal de la Orden del Temple los presenta muy capaces de comunicar con organizaciones militares orientales similares; así se explicaría que viviesen influidos por los gnósticos y luego simpatizando con los cátaros. Éstos descubrieron que el cristianismo era una fábula urdida por san Pablo y sus discípulos, ya que sin sus epístolas no habría existido el Cristo que les presentaban los cuatro evangelios autorizados, dejando a parte que cuando san Mateo escribió dos versiones, ya fuese destinado a cristianos o bien a los judíos gnósticos que buscaron la salvación a través del conocimiento. La Iglesia los falseo, ocultado la verdad. Los templarios que pasaron por Jerusalén durante el siglo XII contactaron con los lugares que conservaban la tradición de la estancia de la Sagrada Familia por aquellas ciudades egipcias, y conocieron la opinión al respecto de diversas sectas judías, islámicas y cristianas, entre ellas las llamadas "de san Pedro" y de "san Pablo". A consecuencia de tales contactos, la vox populi de los europeos creyó que los templarios, y posteriormente otros heterodoxos como los cátaros seguidores de la doctrina sanjuanista, eran semejantes a los mandeanos, unos extraños fieles cristianos.

Los templarios al abrazar la doctrina de los seguidores de san Juan, paralelamente admitieron las de la iglesia petrista. Al fin harían congeniar creencias de petristas y juanistas, seguidores de Juan Bautista. Los mandeanos eran llamados nazarenos, compiten con los sábeos y donatistas, que son una secta cristiana de origen antiquísimo. Su ventaja está en que actualmente siguen hablando un lenguaje derivado del arameo, por lo cual es la única religión gnóstica que ha sobrevivido. Es evidente, pues, que el cristianismo en sus orígenes careció de un criterio unificado, hasta el punto de utilizar iconografía de la religión egipcia de la que heredó muchas cosas. En efecto, no hubo homogeneidad de criterios. Unos creían que Jesús era Dios, y otros lo consideraban un médium de la divinidad. Por otra parte, unos eran seguidores del Precursor y otros de María Magdalena; otros hubo que rechazaban a Jesucristo, o su cruz, y otros negaban su muerte creyendo que se habría crucificado a un hermano gemelo de Jesús. Incluso los primeros padres de la Iglesia reconocían que Jesús tuvo hermanos, tal como aún lo recuerdan algunas iglesias cristianas actuales, e incluso pintores y escultores de la categoría de Leonardo da Vinci, pero no la Iglesia católico-romana.

Los templarios compartieron también el secreto del linaje descendiente de Jesús con la secta judía "Lámpara tapada". Su norma de vida y búsqueda espiritual recordaba mucho a la que tuvieron los asesinos creados por el gran maestro sufi Hasan Ibn Sabbah, residente en el castillo de Alamut (significa "Nido de águilas"). Hasan predicaba fusionar el cuerpo y el espíritu (hermetismo), y durante treinta y cinco año dirigió a los ismaelitas "Hijos de la Luz". Era un rey-sacerdote residente en la alta montaña, aunque dispuso de una gran biblioteca esotérica, por lo cual en 1090 se consideró directo representante del enigmático Preste Juan.

En cuanto al "Rey del Mundo", ya citado en la "Primera Parte", era un líder de dudosa localización, del que se dijo que había enviado tres maravillosos regalos al emperador Federico II, recordando con ello que él reinaba en Agharta como descendiente de los Reyes Magos que se postraron ante el Niño-Dios en un pesebre. Tal sería el motivo de que la Santa Sede de Roma enviase emisarios a Etiopia a fin de tratar de saber quien se trataba. Entonces el país era gobernado por un Negus (emperador), al cual los católicos llamaron prieste. La primera noticia sobre dicho Presbyter Joannes "Rey del Mundo", la proporcionó en 1145 Otón de Frisinga, siendo transmitida en el siglo XIV por Juan de Hildesheim.

Para localizar tan fantástico reino, y al mismo tiempo las fuentes del río Nilo, el príncipe Enrique, a la vez Gran Maestre de la Orden de Cristo en Portugal, envió sus naves al continente africano sin resultado. Posteriormente fue misión encargada a Don Pero da Corilhao, quien desapareció, aunque pasadas unas décadas se dijo que vivía con honores en la corte del Preste Juan.

Pablo Villarrubias publicó en 2007 "El fantástico reino del Preste Juan", incluyendo textos de las misiva que con idéntico contenido fueron enviadas en 1165 por el enigmático Preste Juan a los máximos soberanos europeos. Y ahí surge la especulación de si los habrían redactado los propios templarios de Occitania a fin de aunar voluntades ante el enfrentamiento que se prevenía contra el sultán sirio Nuradín; un conflicto que ya presenté en este libro con anterioridad.

INFLUENCIA DEL SIMBOLISMO SUFI ENTRE LOS TEMPLARIOS

Los templarios, por el hecho de haberse enrolado para guerrear en la lejana Palestina, durantre el siglo XII estaban preparados para aceptar cambios en su modo de pensar, empezando por renunciar a beber cerveza. Al menos el ínfimo sabor de la fabricada en Palestina (sólo 2º) respecto a la de Flandes, les facilitó renunciar a un tan gran vehículo de relación social. Más en serio, su verdadero deseo de cambio fue el deseo de redescubrir a un Jesucristo en estado puro y podían esperarse sorpresas. Es obvio que ansiasen una verdad alternativa, dado que en Europa los sacerdotes vivían en contradicción con lo que predicaban.

Los templarios se rigieron por una jerarquización piramidal, siendo su jefe supremo y supervisor general, Gran Maestre residente en Jerusalén. Los miembros de élite, o sea, el llamado "Capítulo General" de la orden del Temple, se reunían cada cinco años. Todos los maestres fueron portavoces de sus dirigentes supremos, o colegio invisible de sabios en la sombra, la llamada Orden de Sión. Arnau de Torroja fue Gran Maestre de ambas órdenes, la militar y la esotérica, hasta su muerte en octubre de 1184 (porque su liderazgo fue vitalicio); y también fue su representante ante las instituciones y estamentos del orbe cristiano, así como el guía espiritual de los caballeros y demás mandos jerárquicos a sus órdenes.

Cuando los templarios se establecieron en Tierra Santa entraron en contacto con diversas sectas, no sólo cristianas, sino también judías, islámicas y sufistas. Los primeros grandes maestres de las órdenes de Sión y del Temple estuvo el reconocimiento de que los sabios sufíes sabían más de la vida real del Jesús de los evangelios de lo que la iglesia católica era capaz de enseñar. Allí se decía que los cuatro evangelios del Nuevo Testamento estaban escritos después del año 150, y que además no eran los únicos evangelios existentes. Para colmo, se imponía el sabio criterio de entender que se trataba de relatos deficiente, novelados poéticamente.

Tener fe era una heroicidad, porque además Eusebio de Cesarea dejó escrito que sólo una décima parte de los Cuatro Evangelios era verdad (F. Conde Torrens: "El grupo de Jerusalén y Simon: Opera magna" (Revista "Año Cero" nº 7-192 – año XVII, ps. 66 a 71). Para colmo, en Palestina los caballeros templarios debieron de ser informados de que en la literatura rabínica se presentaba a Jesús como un bastardo Galileo, hijo de un soldado romano llamado Pantera. Se lo califica de mago que aprendió sus trucos de los egipcios durante las décadas que vivió allí. La reacción de los judíos fue lapidarlo al descubrirle sus trucos. No admitían ni que Cristo nunca fuese crucificado, basándose en el hoy olvidado "Segundo libro de Seth" (s. III).

Los templarios supieron que el libro Talmud de los judíos incluía una burlesca parodia de la vida de Jesús de Nazaret titulándola Toledot Josuah, en la cual podía ser cierto que el Señor llevaba en sus carnes un tatuaje egipcio. De ello habló incluso san Pablo (Gálatas; 6:17), evitando decir que se trata de una parodia burlesca de los judíos sobre la vida de Jesús. También son mucho más extensas las referencias acerca de la estancia de la Sagrada Familia en Egipto. Y en cuanto al Corán, el libro más sagrado del Islam, informa de muchos detalles complementarios de la vida de Jesús. Lo hizo también Mani (+276), un carismático líder religioso de Bagdad (capital cultural del Islam), quien recibió apodos semejantes a los del Mesías, y además el título de Timonel, que fue el cargo supremo de la Orden de Sión. Mani fue el primero que llamó a Jesús "Hijo de la Viuda", como se siguen llamando en el siglo XXI los masones de todo el mundo.

Con lecturas semejantes, los templarios de Palestina tuvieron motivos para dudar de lo aprendido en el catolicismo, y lo que resolviesen es obvio que debieron de mantenerlo en secreto. Hoy es un secreto a voces que, especialmente el evangelio de san Marcos, recuperó algunas fuentes egipcias y su cosmología sagrada pasaría al Nuevo Testamento. El problema no es éste; sino que utilizamos muy mal el referente divino que las personas de todas partes necesitamos.

Arnau de Torroja en Tierra Santa admiró que, según la creencia de los sufíes, el pleno desarrollo espiritual requería el paso por tres fases de preparación que servían para recordar al aspirante su naturaleza sin la prisión del ego. Las tres fases sufíes básicas entonces eran: Vida-Muerte, Amor-Guerra, Naturaleza-Dios. Los sufíes expresaron sus experiencias mediante poemas, oraciones, himnos, etc.., pero previamente se exigían unos procesos que transmutaban la conciencia del aspirante o neófitoTras superar sus dudas, cada individuo podría contribuir a la remodelación altruista de su comunidad.

Referente a la geografía, en 1154 el musulmán al-Idrisi confeccionó un mapamundi muy perfeccionado. Dejando a parte los avances científicos, porque serían interminables, cuando Arnau de Torroja llegó a Palestina lo que le sorprendió de aquellos monjes con espada fue que le impusieran unas enseñanzas que procuraban dilatar las fronteras de su fe, y para empezar se le invitase a ser tolerante con los dogmas de otras religiones monoteístas. Por ejemplo, según el profeta de Alá, Jesús subió a los cielos igual como lo había hecho Elías. Es decir, escuchó los argumentos que negaban la muerte de Jesús en la cruz (Sura; 4-157).

Arnau de Torroja estuvo en Palestina cuando era bien sabido que los primeros cristianos habían tenido luchas entre ellos para imponer sus diferentes criterios. Fuese cierto o no, con tales informaciones se socavó la moral y la fe de los cruzados. Mi biografiado debió escuchar todo tipo de argumentos en favor y en contra de su fe, siendo deber de sus superiores esclarecérselo con el mayor detalle. O sea, que también recibió muchas informaciones complementarias, a las cuales llamaré "malas influencias", dado que al menos estaban en contraposición a la excelencia de virtudes de los católicos-apostólicos-romanos.

Mi biografiado debió de escuchar anonadado aquel cuento que posteriormente fue varias veces remodelado para expresar bellamente la superioridad del islamismo: "La semilla del sufismo fue sembrada en tiempo de Adán. Germinó en tiempo de Noé. Brotó en tiempo de Abraham. Inició su desarrollo en tiempo de Moisés. Alcanzó su madurez en tiempo de Jesús; siendo en tiempo de Mahoma cuando produjo vino puro". Otra sorpresa para Arnau de Torroja sería darse cuenta de algo tan simple como que Jesús no habría jamás realizado el milagro de las bodas de Canaan si no hubiese sido su propia boda,… con su seguidora María de Magdala. Por mucho que se la haya intentado rebajar llamándola su compañera, novia, o lo que se quiera, hay hechos incuestionables. Los dirigentes de la Orden del Temple sí lo creyeron posible.

Aquellos sufies, comparables a lo que la masonería europea fue siglos después, en el Corán se presentaban cual jóvenes valientes y justicieros y unos "guerreros durmientes de la caverna". Exentos de fanatismo religioso, simplemente esperaban instaurar un Rey del Mundo!. Cuando en el siglo XII algunos templarios regresaban a Europa inseminaron las mentes de la nobleza con ideales altruistas de los virtuosos sabios sufíes de Hassan (nizaríes), sin preocuparles que a veces el clero católico quedaba muy mal parado. Quedaba claro lo íntima que es la individualidad en asuntos de fe. Como dijo un erudito romántico: "Cada persona debe alcanzar su propio Montserrat".

El budismo y la búsqueda del "hombre superior" había calado entre los sufies, ya que creyeron que pueden haber muchos nudos pero siempre son de la misma cuerda, o que: "Si estás presente ante Dios, estarás ausente ante los hombres y viceversa". Para Arnau de Torroja fue sorprendente saber que la más noble caballería del Islam concedía a su miembros libertad de pensar más allá del resto de su Orden, con tal que se mantuviesen siempre generosos con los creyentes. Le resultó fácil entender que eran caballeros superiores a los católicos europeos como él. Obvio es decir que copiaron muchas de sus ideas, e incluso sus hábitos color rojo y blanco, color éste que simboliza la pureza espiritual del que conoce los secretos de la naturaleza. El color blanco luego se incluyó en la Regla del Temple (artículo 17), significando que se había abandonado la vida en la oscuridad y podrían ser reconocidos por el Creador. Lo más trascendente fue que aceptaron los ritos de iniciación ajenos, puesto que los templarios aún no tenían idea de que el maestro oficial ofreciese un cáliz al neófito aspirante para que bebiese un sorbito de vino.

En la mente de Arnau de Torroja sólo un soberano habría podido hacer una semejante invitación,.. y no mediante un cáliz. La religión católica tardó mucho más en aceptarlo en sus ágapes rituales cuando cada uno asistía con su plato a la ceremonia, a pesar de que en la Biblia se lee: "Toma el contenido y no su contenedor", y tantas otras sabias frases originarias de India y Persia, que llegaron a Palestina vía Babilonia, donde las habían escrito los rabinos judíos deportados. En tiempos de Arnau de Torroja en Mesopotámica reinaban con esplendor los soberanos selyúcidas, con influencia sobre dos millones de creyentes ajenos al cristianismo y a las cruzadas. Para colmo, los templarios debieron combinar sus creencias con la religión egipcia y la bizantina, haciéndolo con sinceridad, pues para cualquier espíritu puro es fácil entender que: "Como es arriba, así es abajo".

Si Arnau de Torroja u otro cristiano hubiese pretendido imponer su fe de modo tan intransigente como sucedía en Europa, a su negación habrían añadido que: Tras una aparente ofensa puede haber una bendición disfrazada. Claramente entendieron, él y todos los sinceros de corazón, incluidos los sufíes, que quienes recomienden tal o cual vía de salvación serán unos ignorantes. Es por ello que no sería extraño que Arnau de Torroja conociese incluso algunas de las ideas que en el siglo XXI nos parecen muy avanzadas. No digo la ya superada velocidad de la luz, sino por ejemplo, a la Teoría de las Supercuerdas, aunque tuviese en el siglo XII otro nombre referente a la vibración general, porque es el cómo todo se explica en el universo de diez dimensiones. En el siglo siguiente, el XIII, al menos los modelos cosmológicos que son su fundamento ya se presentaron al mundo hebreo traducidos de un antiguo original escrito en arameo. En "El Zhoar "constaba, en fin, que de las diez dimensiones imaginadas al tratar de explicar la unidad de fuerzas del universo, intuitivamente al menos, seis de ellas actuarían como una de sola. Así consta en el libro "El Zhoar completo", el texto fundacional del primitivo misticismo reservado a los judíos más eruditos.

Arnau de Torroja escuchó siempre decir que "La paz del mundo empezaría con la paz en Jerusalén", lo cual sigue siendo hoy válido, pues la zona está amenazada de nuevo por la perpetuo afán de levantar el que ya sería el Tercer Templo, del cual ya se ha puesto simbólicamente la Primera Piedra. (El Primero fue reconstruido por Nehemías en 445 a.C., y el Segundo por los romanos el año 70 de nuestra Era). Incluso des del día 8 de abril del año 2008 los judíos ya disponen de una vaca roja, tal como les exige la tradición para celebrar el ritual de la fundación ("Primera Piedra"). Si se hace habrán disturbios, lo cual sería un lástima ahora que los judíos ortodoxos fieles a los orígenes de su fe, aquellos que llevan cintas rituales de oración (filacteras) cuando pasean por Jerusalén, al fin se han congraciado con los habitantes del barrio musulmán que los ocuparon en el año 632. Creen que una vez terminado el Tercer Templo de Jerusalén descenderá el Mesías para morar en su interior. Arnau de Torroja era un hombre pragmático y pudo dudarlo, precisamente por saber que las divinidades siempre se han creído aliadas por toda clase de iluminados en su eterno afán de poder.

Por otra parte, admiraron de los judíos el ellos se considerasen un pueblo de sacerdotes que deben dispersarse por todo el mundo; y la prueba está en que, sin respetar fronteras humanas, también los templarios adoptaron idéntica conducta. Además, les tenían gran respeto al haber sido el primer pueblo de la historia que lucho por su fe, tal como ellos. Los valerosos templarios recordaban aquella frase de los Macabeos: "Dios acudirá en ayuda de los fanáticos de la fe". Confraternizaron con los judíos, y no sólo en Palestina, sino también en Castilla, defendiendo en el siglo XII a los místicos cabalistas cuando corrieron serios peligros por el acoso de los cristianos más fanáticos.

Los sanjuanistas, seguidores de San Juan "El Precursor"

La verdadera religión de los dos primos, Juan y Jesús, sería la egipcia. "Yo soy el Alfa y el Omega, el principio (arjé) y el fin (télos)" (Apocalipsis: 21, 6). Pero esta frase del Señor esconde que de los dos, el Maestro inicialmente lo fue san Juan el Bautista, del cual Jesús afirmó que no había otro hombre más importante de entre los nacidos de mujer.

La secta cristiana llamada "de San Pedro y de San Juan", eran llamados mandeístas y tenían al Precursor por el Mesías esperado, y no a Jesús. Entre las dos sectas, petristas y juanistas, los templarios consideraron la doctrina de los seguidores de Juan, pero asimismo simpatizaron con la de los seguidores del extraño líder Pedro, que fue un hombre de de doctrina y no de acción, y lo obedecían los grupos de zelotes seguidores del Bautista. Ambas sectas, aunque eran muy distintas, coincidían en oponerse frontalmente a los paulistas, es decir, a la iglesia católica romana, la cual al fin se impuso a los petristas y a los juanistas. Para los templarios (por no decir la Orden de Sión), Jesús de Nazaret había sido un lider de los zelotes seguidores de san Juan Bautista, los mismos que acabaron expulsando a los romanos de Jerusalén;…aunque, cuando éstos regresaron el año 70, arrasaron la ciudad y los hecharon (la diáspora).

La Orden de Sión fue siempre claramente sanjuanista, o sea, siguieron una doctrina que modernas investigaciones anteponen cronológica y doctrinalmente a las de Jesús. Bernardo de Claraval fue uno de los iluminados por dichos conocimientos, y en tal contexto se inscribiría la creación de la Orden del Temple: Como un instrumento "terrenal y visible" de la Orden de Sión para influir en la Historia. Para ellos Juan sería superior, y Jesús tan sólo el "segundo Cristo". Aún hoy san Juan Bautista también llamado Precursor, fue proclamado "el Mesías" por una secta sanjuanista que conservó sus enseñanzas puras, sin ser alteradas por el posterior cristianismo. La orden de los hospitalarios, que sigue estando dedicada a san Juan Bautista, lleva él hábito negro. Los lazaristas, que fueron su orden filial, al separarse de los caballeros hospitalarios, llevaron como señal simbólica una cruz verde. Todos estaban consagrados a la defensa de los Santos Lugares.

Para los sufíes el "Bautismo de fuego" era considerado más sabiamente: "Padre del conocimiento", que es lo mismo que "Bautismo de sabiduría" (Abufi hamat). La idea del bautismo de fuego evoca el bautismo por inmersión, que primero aplicó en el río Jordán san Juan Bautista, llamado el Precursor. Lo continuaría uno de los más grandes profetas de la religión de Mandeo (que fue el influyente creador de una secta de Irán/Irak), cuyos fieles aún siguen siendo devotos de Juan Bautista, a quien siempre llamaron "Buen Pescador". Eran semejantes a los que en Occidente fueron conocidos como "cofradía de los justos", los mandeanos que se presentaron como discípulos del egipcio dios Thot. Su conocimiento espiritual secreto, o "gnosis", imponía el ritual del bautismo en los ríos de Eufrates y Tigris. Mahoma los llamó "baptistas", permitiéndoles seguir en el islamismo a pesar de que su culto incluye la astrología y la magia.

Los templarios hicieron rituales a la Santa Sangre en una ceremonia remontable a tiempos anteriores a la división de los cristianos, la cual fue debida a las varias formas de interpretar el mensaje redentor de Jesucristo. El libro "Hechos de los Apóstoles" refiere la pugna entre la Iglesia Primitiva, fiel a Jesús "el Nazareno", y el cristianismo predicado a los gentiles por San Pablo. Los templarios, dado que no se apoyaron más en el joven Saulo de Tarso que blandió la espada como ellos, llevan a pensar que no comulgaron con su idea del Cristo. Por otra parte, creyeron que los nazareos, sadoquitas y sicarios seguidores de Jesús, eran todos pseudónimos de zelotes. Cuando la localidad de Nazaret aún no existía, se ya autodenominaban "nazarenos" los seguidores de la Iglesia de Jerusalén primitiva.

JESÚS DE NAZARET Y JUAN BAUTISTA FUERON AMBOS ESENIOS

Jesús (Yoshua) simpatizó tanto con los esenios como con los zelotes, y se lo asoció siempre con dichos fanáticos cuando regresó de Egipto, porque ellos estudiaban lo divino de la naturaleza. Por precaución se procuró que la biografía de Jesús agradase a los romanos, para lo cual se le presentaba como un judío tradicionalista denigrado como los esenios. Su tradición secreta recuerda que Jesús fue uno de sus iniciados en los misterios que durante milenios habían sido perfeccionados por los esenios que en Egipto tenían reputación de terapeutas. Su "Hermandad Blanca" quizá fundada Tutmosis III en el templo de Luxor, casi adjunto al de Karnak. Por ella el faraón Tutmosis III, tendría el mérito del haber plantado la semilla del más antiguo "cristianismo". Así lo creí después de haber analizado el símbolo grabado en un ancestral anillo, hecho de hierro meteórico, que quizá pudo haber sido del dicho faraón y después, el mismo anillo, habría pertenecido a sus sucesores hasta llegar a Moisés y a Salomón.

Hubo intrigas políticas interesantes entorno a la persona de Jesús "el zelote". Primero habría sido preferido por Tiberio, pero después eligió a Herodes de Filipo para ser el tetrarca de Galilea, con lo cual se terminó la amistad de Tiberio con Pilato. Por tal motivo éste se lavó las manos enviando a Jesús ante Herodes. Lo dicho se deduce del redescubierto Evangelio de Pedro y también del de Lucas (23,12-13, 31), así como del de Juan (6:15). Es un hecho que la iglesia copta de Egipto tendría sus motivos para negar la divinidad de Jesús desde el año 451 (concilio de Calcedonia), y pensaron igual los islamistas que los invadieron en el siglo VII.

En el siglo XII admitir que Jesús era un esenio era un acto de valentía y revela que en la personalidad de Arnau de Torroja se combinaron la intrepidez y el control que siempre domina el carácter de los genios. En el siglo XXI, en cambio, el mismo sumo pontífice Benedicto XVI sorprendió al orbe católico cuando proclamó que Jesús fue esenio. Lo habían afirmado siglos antes Ernest Renán en Francia, y en 1770 el rey Federico "el Grande". Era una forma de explicar el hecho del celibato supuesto en Jesús de Nazaret, a quien se presenta habitualmente vestido de blanco.

Los esenios fueron una secta apocalíptica formada por solteros, vegetarianos, a la que Juan Bautista sí que estuvo muy unido. De entre sus adeptos, Jesús, que era su primo, salió al mundo con la exclusiva misión de acoger en su persona el Cristo cósmico,…que así habitó entre nosotros. Vivían aislados del resto de la sociedad en Gedi, a orillas del mar Muerto, y estudiaban todo el día la ley Mosaica, a pesar de lo cual en el año 164 a.C. habían sido despreciados por los judíos que regresaron del cautiverio de Babilonia, porque allí éstos enriquecieron los textos bíblicos originales. Los samaritanos también los aceptaron mal, después de verse rechazados cuando querían colaborar con ellos en las obras de la reconstrucción del Templo que vio Jesús. Tenían ideas diferentes, empezando por el hecho de que en Babilonia, a falta de templo, los judíos deportados se habían reunido en lugares determinados llamados "sinagogas", que fueron su primer centro de oración comunitaria. Aquella idea sería siglos después recogida por la masonería, al reunirse en logias adornadas con profuso simbolismo, que incluye un embaldosado bicolor. Por cierto, después de otra diáspora, la ordenada por el general Tito en el año 70, los judíos exiliados a Oriente tuvieron influencia social, y de ellos pudo haber aprendido el profeta Mahoma, ya que su propio padre era un nazareno. Es por ello que en el sagrado libro El Corán se tiene en gran consideración a los profetas y patriarcas bíblicos.

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