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Colección “Revisión Cultural” (desde 1978) (página 13)

Enviado por Ramon Ramonet Riu


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25

Tanto las intrigas palaciegas como disidencias sacerdotales, harían a veces fluctuar las devociones. Así en las XI y X Dinastías (2160-2040 a.C.) el culto a Osiris y a Horus fue abandonado, e incluso la capital pasó de Menfis a Heracleópolis. Es más, hacia el año 1300 a.C. los veneradores de Horus (quienes lo habían asociado a diversos animales desde el año 1250) se pasaron a Amón-Ra (conceptos sinónimos), el único dios que nunca les había fallado.

Los sacerdotes de Amón-Ra en On y en Tebas tuvieron un prestigio cercano al gobernante de turno. Sólo el faraón Akenaton padeció ser apartado del trono por haber intentado oponerse con su culto solar a la multitud de divinidades que proliferaban, y para ello hizo tabla rasa y también quiso borrar la memoria de Ra. Su nueva capital Al-Amarna fue abandonada una vez depuesto él, porque si bien fue un innovador místico, también fue el primer represor fundamentalista. No está claro como terminó sus días. Quienes defienden que huyó liderando al pueblo judío, como ya anticipé, pueden incluso identificarlo con Moisés, porque ya tendría Akenaton mucha experiencia al haber hecho asentar a los suyos en Al-Amarna, la nueva capital de su dios único Atón.

Pero esto son anécdotas en estas páginas que se ocupa de la cara descubierta en la meseta donde los principales constructores de grandes pirámides prefirieron centrar su devoción. De Keops y de Kefrén lo más seguro es el hecho de que ambos reyes intentaron imponer el monoteísmo sin conseguirlo. Aquel desasosiego sacerdotal está claro que terminó al ser nombrado el rey Micerinos (Men-Kau-Ra), pues a pesar de que su propio nombre lo contradecía, disimuló bien su opinión decretando que en lo sucesivo se debía restar importancia al culto al dios Ra. Como siempre los sacerdotes volverían a gozar de múltiples donaciones y limosnas para sus incontables divinidades.

A la muerte de Micerinos los sacerdotes de On lograron aupar al poder a otro de sus iniciados. Se llamaba Shepseskaf (+2429 a.C.), y lo acreditó como legítimo faraón el hecho de casarse con la olvidada hija de Micerinos. No sólo era sacerdotisa de On, sino además hija de faraón nieta de Keops, y fue luego madre de otros tres faraones que dejaron establecidos cambios bastante curiosos. El primero y más inexplicable, sería el olvido de las inconcebibles normas constructivas aplicadas para elevar las mayores pirámides de Giza.

DIVINIDADES ENFRENTADAS: EL DOGMA – LO ACCESORIO

La religión de los antiguos egipcios fue tan ingenua como sus mismo arte pictórico pone en evidencia. Hay que tener siempre en cuenta de distinguir lo que fueron sus dogmas de aquello que sería accesorio (supersticiones, ritos,etc.). Una vez presentado Abydos, el caso es que la parcela donde Osiris tuvo rituales de mayor prestigio fue en la meseta de Giza. Eran los tiempos que el gnosticismo egipcio alcanzó su cenit. Más que aprender intelectualmente sobre lo divino, los iniciados experimentaron vivencias capaces de su óptimo autoconocimiento.

Aun cuando admiro la línea de investigación abierta por el autor Zecharia Sitchin en su libros: "El 12 planeta", etc., admito que quizá en tiempos predinásticos, en dos estados vecinos de Egipto gobernaron dos parejas de hermanos que estaban destinados a ser inmortales. Éstos se llamaron, por una parte Osiris y Isis (esta última al parecer poseedora de mágicas artes), y por otra Seth y Neftys. Los cuatro personajes se recordarían todavía cuando en tiempos de las dinastías históricas se representaban en secreto los ritos mistéricos egipcios del dios Osiris, el más importante de todos ellos, el cual debió de nacer en Bursiris, la zona del delta del Nilo que, según parece, él dominó en vida.

Osiris fue identificado con la constelación de Orión (como la negra diosa Isis lo fue con la estrella Sirio). Osiris sería el específico dios del llamado Duat, nombre del otro mundo subterráneo y de intermediación entre la vida y el más allá. Primero los reyes, y en dinastías posteriores los llamados faraones, fueron vistos cada uno cual "rey-dios-puente", y tuvieron el papel de mediador entre cielo y tierra, de modo que al morir se perdía un cierto tiempo la conexión de sus devotos súbditos con las estrellas, durando los setenta días que se tardaba en momificar su cadáver.

Osiris fue el único dios egipcio que conoció la muerte y que también comparte con Jesucristo su resurrección. Así como se lee en la Epístola "1ª. Corintios": "Siembra cuerpo animal, surge cuerpo espiritual", sabemos que de Osiris, como cuerpo, hay escrito en los Textos de las Pirámides (285): "Te hundes en la tierra hacia la oscuridad,…(pero como espíritu) tú ves a Ra en sus lazos (rayos solares del atardecer)…El Señor de la Paz te dará la mano".

El rito de Osiris tuvo por núcleo central el modelado con barro de una escultura de la dicha divinidad amortajada en la que se hundían miles de semillas. El grano germinaba al cabo de un tiempo de permanencia enterrado y generando nueva vida se convertía en un Osiris vegetal. Debió ser algo parecido, pero sin vida, al Hombre de Musgo, que en la Península Ibérica desfiló en fiestas de Corpus, en especial famosa la de Béjar (Jaén), pero de origen prehistórico, al menos en la comarca del Solsonés, donde dio pie al nombre del pueblo Molsosa. (degeneración de Hombre de Musgo). Es una inmensa verdad que cuando la tierra recibe lo necesario jamás fallará, sino que devolverá al esforzado cultivador el "mil por uno". Una generosidad que estimula al observador atento a obrar noble y abiertamente para con los demás, seguro de que se beneficiará primero él mismo.

Giza en la Edad Antigua tuvo un nombre distintivo propio, el cual se recordaría en los jeroglíficos como Rastau. Significando cementerio, al parecer su sentido más profundo es el de túneles subterráneos, alguno de los cuales se han podido verificar en Giza expresamente cegados. El año 2008 se redescubrió una red de túneles subterráneos del complejo Giza, lo cual se hizo público en Agosto de 2008, después de la expedición dirigida por Andrew Collins, quien descubrió que, gracias a la alineación con las estrellas de la constelación de Cygnus, la TCO (Teoría de Correlación con Orión), aparecen justo en el punto donde la estrella Cygnus debería estar dentro del Duat, para que el modelo estelar en la tierra fuera adaptable a los cálculos egipcios.

Andrew Collins encontró las claves dejadas por un antiguo investigador y diplomático Británico Henry Salt en 1817, quien junto con el italiano G. Caviglia habían investigado una red de catacumbas en Giza antes de atravesar una "espaciosa cámara", la cual comunicaba con laberínticos pasadizos. Tales tumbas de Giza, según Collins: "Son naturales y penetran en la roca cientos de metros siguiendo el curso geológico de la propia falla;…y sospecha que los túneles se extienden más allá de la segunda pirámide (donde la tradición antigua ubica la legendaria tumba de Hermes).

Justo donde, desde el templo más antiguo llamado Heliópolis (On del Norte), veían al dios Osiris enterrado a occidente y bajo tierra. Según el antiguo escrito lleno de mágicas fórmulas: "Papiro de LEIDEN" (nº 55), el sacerdote diría así: "-Yo soy la "CARA de BELIER"…". En su magia ritual no pudieron pasar por alto lo referente a la muerte y resurrección. Las ideas que en lo suceasivo fueron de unidad cósmica (que sabían desmembreda), y la durabilidad, tal como se evidencia con las tres mayores pirámides de Giza. La obsesiva idea de recobrar lo que se tenía ya antes de nacer, hacía para los antiguos egipcios imperiosa la necesidad de que en algún sitio de su país existiese una verdadera Puerta dimensional.

Se dedicaron más que nadie a afrontar la temporalidad de la vida biológica, siempre temida por lo que significa de disgregación del cuerpo. Suponiendo pues, que el tiempo fuese el poder que creyeron más real, ellos apostarían por la memoria, ya que lo puede vencer cuando recordamos cosas vividas. Lo expresaron con piedra, porque en las páginas del "Génesis" quedó expresada la dicha idea, y ello gracias a que Moisés fue uno de aquellos iniciados, y sin duda de los más aventajados. La piedra es mediadora entre Dios y los hombres: "…Y esta piedra que he alzado como un pilar será la casa de Dios". En efecto, hoy sabemos mejor que nunca que aquello que en el mundo es más capaz de acreditar una cosa al cabo del tiempo, es su utilidad. Y no sólo de las cosas, sino de también las ideas y la vida misma.

Estamos capacitados para hacer tanto el bien como el mal, así resulta que por nuestros actos tanto podemos ponernos a la altura de los ángeles como de los vegetales. Por nuestro nacimiento somos seres mortales, pero también capaces de aspirar a la inmortalidad, … si entendemos que ese dios interior que nos hace tan orgullosos hasta el punto de agraviar sin motivo a los semejantes, lo enfocamos a moldear el alma propia tras el sincero deseo de superar nuestra faceta animal. En Egipto escribieron en una de sus fórmulas sagradas, seríamos: "El que llegará a ser Sol", o sea el hijo de Ra (Sa-Ra) condicionándolo a salir bien aquilatado de la "pesada del alma" tras la muerte. No fueron los únicos, pues los hindúes aún lo presentan más fácil: "La muerte no existe y por lo tanto no merece que luchemos contra ella".

Una vez más la luz del sol nos brinda la oportunidad para ejercitar el libre albedrío. El Mito de la Creación del Antiguo Egipto explica que cuando Ra se cansó de los problemas que le daban los humanos -e incluso Hathor-, se retiro a los cielos montando una gran vaca. A partir de entonces su delegado en el gobierno del mundo fue Thot (la Luna), quien enseño a la gente tanto artes como escritura, así como a que fuesen también capaces de auto-gobernarse. Toth mantuvo la paz durante 1570 años la misma dinastía (era el Período Neolítico en Oriente Próximo). Del castigo a la humanidad hubo la excepción del sabio Noé y sus familiares. Ellos eran los destinados a procrear una regenerada especie de personas, pero aun así siempre ha continuado siendo muy problemática en todas partes superar la faceta animal.

LA CÁMARA SECRETA DE SOKAR

En época tardía las ceremonias de ultratumba siguieron un ritual que incluyó un paisaje celeste calcado al terrestre, que se concentró en la necrópolis de Giza llamada desde antiguo Rostau, donde se creyó oculta la tumba de Osiris en algún subterráneo ignorado. No tuvieron dudas respecto a su existencia real. Hay una referencia escrita, que recogió el filósofo griego Heródoto (siglo V a.C.), referente a que los sacerdotes de Egipto le habían hablado de cámaras subterráneas bajo la meseta de Giza. El año 1935 se detectaron anomalias (quizá tumbas) en el segundo nivel del llamado Pozo de Osiris en Giza, junto a la calzada entre la Gran Pirámide y la Esfinge. A pesar de haberse confirmado tal hallazo los resultados aún siguen siendo inaccesibles para el público.

No me referiría a Sokar si no fuese por el gran simbolismo del lugar de Giza (nombre muy posterior) llamado el Sokar de Rostau. Me interesa porque, al haber descubierto esa nueva forma de rostro justamente en la zona citada, no puedo ignorar que se refirieron a Sokar con un trazo que simboliza un montículo. El dios Sokar llevó también un disco solar entre sus cuernos (al modo que se presentó luego Isis), además de una extraña corona.

Según los Textos de los Sarcófagos (1800 a.C.), la necrópolis de Giza (menfita) sería una especie de puerta estelar, algo así como el epicentro del imaginario espejo terrestre del cielo, donde estaría la Casa de Sokar; un oscuro y subterráneo lugar sagrado donde se concentrarían las emanaciones del divino cuerpo yacente bajo la arena del desierto; una cámara secreta que se supone está en alguna parte del subsuelo de Giza, y se la llama también Mundo de Sokar. Levanta mayores sospechas un determinado sector ubicado al sur de la Esfinge, porque antiguamente fue llamado con el nombre Rostau. Importa, porque es allí donde pudiera estar la tan buscada "Cámara del Tesoro" que se creyó estaría guardada por leones, con lo cual la Esfinge parece reclamar mucho protagonismo.

Sokar fue inicialmente una divinidad etérea simbolizada por un halcón. Se asoció a un determinado entorno geográfico, y recibió cierta veneración; por ejemplo, cuando hacían la celebración en Menfis del Festival Sokar ante la tumba de Osiris en la décima hora del día propicio. Era por tanto, un dios de ultratumba, y su cámara un sitio al que ni tan sólo tuvo acceso el dios Ra, quizá porque al ser subterránea no entraba allí el sol.

La palabra Rostau, que hoy es sólo es una vasta extensión de Giza pero que incluye la Esfinge, se simbolizó también también por otro montículo sobre montado por una burda piedra oscura de forma cónica y una barca llamada Henu, que fue el prototipo de cuantas se enterraron al lado de las pirámides. En fin, a Rostau se refiere una fórmula funeraria que reza así: "¡Oh tú, que miras hacia atrás, que apareces en el Rostau!". Si hemos de pensar que la divinidad invocada se apareció en algún vehículo, éste debió de ser un tipo u otro de navío.

La Barca de Sokar fue simbolizada por una serpiente, puesto que si el sol no podía entrar al Sokar, se quedaría en la superficie. El símbolo solar por excelencia se arrastraba sobre la tierra de Giza mientras gemían a su alrededor las almas de los difuntos. Esta asociación a la muerte es una gran exigencia para localizar el lugar Rostau-Sokar (Tumba de Osiris), que el faraón Tutmosis hizo escribir en su famosa estela bajo la cabeza de la Esfinge para designar así el "Lugar espléndido donde tuvo comienzo el tiempo". Resulta no obstante incomprensible que la Esfinge no fuese conocida durante la IV Dinastía. Dicho faraón, al desenterrar por fin la Esfinge y mandar restaurarla, fundó un templo llamado Casa de Isis, y mandó escribir en su Estela del Inventario (Museo de El Cairo), que era: la "Señora de la pirámide". Es decir, que entonces la Esfinge y la pirás ya eran obras mucho más antiguas, y lo confirma el que están las tres dibujadas en un huevo de avestruz de la Cultura Nagada (8000 a.C.). Se guarda en el Museo de Nubia, donde se lee que fue recuperado de la Tumba nº 96.

La colina Sokar está ubicada al sur de la Esfinge de Giza y alrededor de un montículo rocoso, se dibujó, en las tumbas de la IV Dinastía, sobremontada por una figura femenina. El perfil tan elevado de la colina Gebel Ghibli respecto a su entorno, es mayor al ser observada desde los alrededores de la Esfinge de Giza. Resulta evidente que fue capaz de sugerir la forma de una barca, cual las que después construyeron y las enterraron al entorno de la Gran Pirámide.

Trasladando todos los dichos ingredientes simbólicos al sur de la misteriosa Esfinge, no es difícil asociar el montículo de la formación Gebel Ghibli al lugar donde habría que buscar la cámara secreta de Sokar, y más cuando sigue estando entre cementerios. En las fotos de satélite es un punto equidistante de las tres pirámides de Giza, midiendo como dije "toda piedra". Otra cosa es mi sospecha de que la ubicación de tal cámara esté situada exactamente debajo del nuevo ROSTRO humano, fruto de mi particular investigación en Giza.

Los templos de la antigua religiosidad egipcia no fueron hechos para sublimar la muerte, sino que, paradójicamente a través del arte suntuario de sus tumbas se nota cuanto supieron gozar de la vida; primero en el mundo, y siempre con la esperanza puesta en vivir mejor más allá de lo material. Fuera de sus tumbas los egipcios no gustaban de mencionar la muerte, hasta el punto de referirse a ella como "Pasar a la otra orilla" (del río Nilo).

DONDE ESTÁ ESCONDIDA LA TUMBA DE TOTH?

Nada en la meseta de Giza se habría planificado por que sí, sino que cualquier trazado de muro de piedra allí sería el exquisito fruto de estrictas normas arquitectónico-religiosas. ¿Fue el nuevo simbólico rostro emplazado en la dicha zona sagrada al aire libre, siguiendo dictado de la sabiduría que se le supone al dios Toth que fue simbolzado con la Luna?

No sólo ha de valorarse el esfuerzo escultórico para plasmar unos rasgos faciales en el suelo arenoso, sino que cuenta aún mucho más el hecho de que tan sólo se lo puede admirar en determinadas circunstancias desde el aire. Lo dicho ya sería producto de una sobresaliente genialidad, pero además, dejando aparte que sólo se vería determinado período del año, es preciso que se valore su aspecto inteligente y optimista con que se presenta a los nuevos tiempos.

Es un arte humanizante dentro del recinto super-sagrado de Giza. Es un rostro que transmite un sentimiento de relajación profunda. Es, en definitiva, una faz de rasgos tan delicados y sofisticados que nos invita a la reflexión yendo más allá de lo que vemos con sólo los ojos. Así la cabeza, que muestra un cráneo semicircular, como sus desmesuradas cuencas orbitales (tanto si hoy están más hundidas como si no), no pueden ser fruto de la casualidad, sino que, como su misma aparición evidencia, también debe de tener un profundo significado iniciático. Es evidente que gustaron de dibujar rostros esquemáticos (FOTOS: nº 16) cuyas abstracciones luego harían posible el rostro de la foto aérea. En el dibujo que el sol ilumina un túmulo informe, nótese que se incluyó un brazo extendido para evidenciar que la cara recobró la vida (De la capilla de Tutankamon).

De aquellos constructores de hace milenios ahora nos llega una imagen que es emoción, sosiego, sentimiento, y todo con la precisión comparable a la desarrollada por sus recursos "artísticos". Sin la nueva aportación ya costaba mucho de aceptar para nuestros sabios arqueólogos cómo pudieron hacer cuanto es bien visible. Pero ahí está!. Puedo pensar que el arte egipcio de alguna forma se ha esforzado en imitar en todo tipo de soportes aquella sublimada idea de la iluminación solar. ¿O es que, insisto, al sol y sus efectos no los vemos reproducido machaconamente sobre las cabezas de sus principales dioses? Es un detalle o idea que de otro modo resulta incomprensible.

Como con lo dicho hasta ahora ya casí se hace obvio que aquella exacta zona tiene algún subterráneo depósito secreto, ahora faltará dilucidar de cuál pudo tratarse. Porque hay enigmas para elegir. En efecto, a cuantos lectores no satisfagan mis sospechas para ver en el sector al sur de la Esfinge, donde aparece en nuevo rostro, el emplazamiento idóneo para que algún día se descubran allí los dichos depósitos sagrados religiosos que aún siguen sin poderse localizar. Para ellos, digo, expondré ahora mis sospechas sobre otro posible misterioso escondite porque lo creo ubicado también entre la colina Gebel Ghibli y el rostro de visión aérea. Me refiero a la Tumba del dios Toth (el Hermes griego), la cual ya fue buscada por orden del faraón Keops. Éste al parecer se trató de un rey usurpador del trono de Egipto, al ser hijo de una concubina del harén de su padre, el faraón que ordenó apilar más metros cúbicos de piedras en forma de monumentos que todos sus descendientes directos juntos.

Keops, ni con la autoría de la Gran Pirámide que se le ha supuesto, no superó a su padre haciendo acarrear y elavar piedras bien escuadradas, pero en cambio sí lo ganó en fervor religioso, porque era fanático del dios Ra. Para satisfacerlo experimentó con artes mágicas dejando escritas las experiencias de su desmesurada adicción. Incluso se dijo, fantaseando, que para poder ver el iniciático templo de Heliópolis (ciudad santa), Keops habría ordenado construir la Gran Pirámide en lo alto de la meseta de Giza. De sus intimidades se sabe que compartió el amor de una princesa de su harén con el que luego fue su inmediato sucesor en el trono de Egipto. Pero lo que aquí interesa de su obsesión cotidiana, es el hecho de afanarse en poder averiguar el lugar dónde estaba oculto el plano de la Tumba de Toth. Tanto fue su esfuerzo en localizarlo, que consultó a un mago llamado Djedi (un solitario cíclope, pero de estatura normal).

Keops tuvo que aceptar que el tal descubrimiento de la llamada Redjedet era una empresa reservada a un gran vidente predestinado, que luego la historia nos presenta como el primogénito de la princesa Khenthawes, su biznieta. Cuando dicho predestinado era sólo un sumo sacerdote del templo de Heliópolis, encontró el codiciado plano de la Tumba de Toth dentro de un cofrecillo tallado en una piedra de silex. Estaba oculto tras un monolito móvil que disimulaba la entrada a la cripta que la tal divinidad tenía para su veneración en el dicho templo. Finalmente sería vuelto a esconder atado al cadáver de su descubridor, además incluyendo los cuarenta y dos libros que se le atribuían.

Dada la ciudad sagrada que al ser faraón, el poseedor de los planos de la Tumba de Toth, construyó en forma de "L" a partir de la tumba de su madre Khenthawes, cabe sospechar al menos que tal fuese el diseño de la iniciática Tumba de Toth, ya que en el templo de Abusir esta misma forma en ángulo limita el famoso templo Osiréion. La importancia de los símbolos era, entonces más que nunca, apreciada en la historia de la humanidad (por algo es una capacidad específica que nos diferencia de los primates y está en la base de nuestra naturaleza más auténtica).

¿ESTÁN RELACIONADOS RA-SHE Y SA-RA?

El faraón Kefrén, del que se dice que murió antes de ver terminada su pirámide, fue el primero que introdujo en las reglas de construcción de la misma las tres cifras que determinan el ángulo recto (90º): una triangulación de lados de proporciones 3-4-5. También fue innovador, por ejemplo, en introducir el titulo de "Hijo del Sol" (Sa-Ra) para si y para sus descendientes.

Para los antiguos egipcios la necesidad de un doble, fue una exigencia peculiar para poder entender sus cosas. Cada ser humano lo creyeron compuesto de muy diferentes partes capaces de disociarse tras la muerte. Al nombre propio lo llamaron "Ren". A la psique "Ba" hoy la llamamos alma. El "Ka", fue en realidad la vida misma, o el principio vital siempre insaciable de alimentos. Lo asociaron con el toro, y su símbolo fue: dos brazos alzados formando una cornamenta (Uk). El "Ka" (más conocido como "un doble" de cada persona) tuvo mayor entidad que el Khat (cuerpo), pues era capaz de reabsorberlo al morir. El "Sahu (Husk)" era la momia que permanecería en este mundo junto con el corazón "Ab". La sombra tuvo su nombre "Khabit", y la inteligencia el suyo "Khou". Particularmente me interesa más la fuerza ultraterrenal puramente espiritual llamada "Akh" en el Libro de las Pirámides, y era destinada al cielo. Al "Akh" yo puedo imaginarlo cual si lo tuviéramos todos en el exterior del cráneo, o sea rodeando por fuera de la cabeza, a modo de casco etéreo, donde se produciría la verdadera conexión del cerebro con la verdad pura de nuestra existencia. ¿Quizá nuestra mente algún día se revelará ser tan sólo una especie de sintonizador? Saberse bien vivo por efectos de la luz verdadera, puede que de ventajas en "la otra orilla".

No me invento el misterio que supone el sagrado "Ra-She" residencial de Giza, con el que la palabra Sa-Ra (Hijo de Ra) guarda tanto parecido. Haciendo historia del problema de su posible relación, según los Papiros de Abusir sería un componente de cada pirámide donde se iría almacenando la producción de los bienes del reino. Un "Ra-She", siendo idea compleja, no deja de ser una especie de barrio sagrado habitado quizá por simples anacoretas, o al menos gente pobre, según parece por las dimensiones de sus dependencias.

Tal es la peculiar condición del recinto en forma de letra "L" que parte desde la pirámide de la reina Khenthawes (la cual mide 45,5 x 45,8 x17 m. de altura), en dirección sur, y que termina ante el nuevo rostro de Giza. La cara reproducida sobre el montículo de arena no sería la de dicha reina, a pesar de tener su pirámide-tumba al final de la mini-ciudad de cuidadores, porque en el pesado dintel de granito de dicha tumba un grabado la muestra a ella misma sentada y con la perilla de faraón, así como un extraño moño muy alto ¿Quizá pretendía suplirse con tal moño, la borla o pomo, con que simbolizaban el sol?

El "Ra-She" se representaba mediante el signo de una boca y un estanque o cuenca. Así su significado literal se tradujo: ENTRADA A LA CUEVA desde la Ciudad de la Pirámide. (Si se tradujo mal y fuese Ra-Shen, entonces sería expresión de una idea que significó infinito. Era simbolizado por un círculo de cuerda atado, no teniendo por tanto principio ni fin, por lo cual también se sugeriría entonces un saber recuperado).

¿DÓNDE ESTÁ LA SALA DE LOS ARCHIVOS?

El año 1924 el norteamericano Edgar Caycer predijo entre varias cosas el año del inicio y el del final de la Segunda Guerra Mundial, pero si lo menciono es porque también avisó de que antes del año 2000 (y quizá incluso antes de terminarse la década de los 80), sería descubierta una cámara subterránea secreta bajo la pata derecha de la Esfinge de Giza. De allí salía un pasadizo largo que conducía a la siempre buscada "Sala de los Archivos". Las visiones de Cayce serían corroboradas por el redescubrimiento de un subterráneo laberíntico que tiene más de 100 m.. Fue descubierto por Henry Salt (1780-1827) consul inglés en Egipto, quien en 1817 escribió un breve y fascinante informe. Dicho subterráneo, si bien fue excavado por aguas freáticas antes de construirse pirámide alguna, despues fue utilzado para enterrar animales. Aunque H. Salt no encontró allí debajo nada digno de mención, sí que fue capaz de compararlo a las catacumbas de Alejandria. El pozo de entrada está muy cerca de las pirámides de Giza, cuyo subsuelo invade en parte siguiendo un trazado NW-SE., pero lo interesante es que en la explanada de Giza se corresponde con la ubicación en el cielo de la estrella Deneb (constelación Cisne-Pirámides). Al ser aplicadas al lugar las sondas de radar adaptados para la lanzadera espacial, (sistema SIR-A) ofrecieron constancia del tal espacio subterráneo, aparte de aportar pruebas de que el el Valle del Nilo habitaba gente desde hacía 200.000 años.

Los seguidores de Salt que al descubrir su informa en el Museo Británico lo investigaron, no aportaron nada nuevo y aquel subterráneo fue olvidado, pero nos remite a los "subterráneos del alma" (Duat n Ba) citados en la Mitología de la Creación. El Ba del faraón difunto, siendo una de las siete partes del ser humano, debía cruzar el reino de la oscuridad camino del firmamento. Se ocupó de todo ello A. Collins en "Benearth the pyramids", recordando también que el antiguo nombre de Giza fue Rostau ("boca de los pasadizos") y un espacio gobernado por el dios Sokar, que con relación a la topografía del entorno de las pirámides de Giza es el tiempo nocturno correspondiente a la quinta hora.

El año 1993 la cadena CBN, de la TV americana, emitió un magnífico documental protagonizado por el actor Charlton Heston que empezaba haciéndole afirmar que se había detectado una cavidad debajo de las garras de la Esfinge, o sea, donde había indicado el famoso psíquico (+ 1945). Tal éxito se debió al empeño de su hijo y heredero de inquietudes Hug Lynn Cayce, pues entusiasmadamente había fundado ARE (Asociación para la Investigación de la Esfinge). La Fundación Edgar Cayce financió el Proyecto de la Exploración de la Esfinge, a fin de poder demostrar que la supuesta cámara aparecería justo donde predijo su padre.

Los trabajos se realizaron entre los años 1976 y 1982, quedando inconclusos. Unos antes y otros después, lo intentaron también sin éxito, porque se acaricia la idea de la posibilidad de que esté allí el pasadizo a una supuesta "cámara del tesoro", y más cuando se ha detectado por ecografia una especie de espacio vacío subterráneo que quizá sea algún pasadizo. Caso de ser cierto, debió de haber sido enfocado hacia la zona de la formación Gebel Ghibli; ¿o quizá hay que admitir que pueda situarse debajo del nuevo rostro descubierto a mitad de camino? Por otra parte, el faraón Tutmosis IV llamó a la Esfinge "Santuario de Sokar". Algo debió de saber acerca de aquel enigmático mundo subterráneo el tal rey de hace 3500 años. También hay un cuadro que lo sugiere muy sutilmente,… y es del siglo XIX.

En una escena del libro egipcio, antiquísimo, titulado Libro de Aker, un dibujo que se refiere a la Esfinge de Giza, a ésta la presenta "doble". De su interior incluso salen hacia fuera de la escultura un par de brazos a fin de sujetar el disco solar. Y ello hizo siempre antes pensar que podría referirse a que el sol juega definitivamente para dar vida a una imagen de rostro. Hoy lo tenemos entre la Esfinge y Gebel Ghibli. Por lo dicho saco de su contexto esta alabanza al dios Amón-Ra:": No es el disco solar el que se manifiesta a los habitantes del cielo, sino tu cabeza…". Por su incongruencia me parece que se trató de ocultar la clave del misterio. Sería en realidad una fórmula que los asistentes a la ceremonia de clausura del tercer día, por chocante, no podía pasárseles por alto en el transcurso de la ceremonia de devolución del alma divina a la estatua mágica (o sea, la entrega del Ojo Udyat).

Entonces como hoy y siempre, el rostro de cada persona es lo más revelador del cuerpo humano. Es aquello que mostramos a nuestros semejantes, aunque paradójicamente sea la expresión del yo más íntimo, … y en parte desnudo. La sugerente geografía de valles y montañas irían dejando su huella en la formación de la mente humana. A los accidentes geográficos asociaron sus vivencias y sentimientos de forma que al contemplar un rostro hoy día se adivina lo innato de cada individuo, así como su predisposición al bien o al mal. A veces falla, pero las cosas suelen ser lo que parecen.

Cada rostro es también un símbolo de lo más divino que reside en su poseedor. Podemos entenderlo cual un símbolo de misterio semejante a una "puerta a lo invisible" donde se evidencia la mayor o menor evolución de cada individuo desde las tinieblas a la luz. No son de hoy estas ideas. Los más antiguos egipcios, o los mayas, con su arte representan a todas las culturas antiguas que ya entendieron también que incluso el máximo erotismo del cuerpo humano reside en el rostro.

Las culturas antiguas no serían las únicas que pudieron dar perspectiva simbólica a determinados paisajes. Los que presento extraídos del duro suelo nos orientarán para evolucionar en nuestro camino interior individual, siendo capaces de ofrecernos respuestas válidas para poder superar la eternas congojas del natural trayecto antropológico, como por ejemplo: la vida, el tiempo, o el más allá. La humanización del paisaje que propongo, catalizará las fuerzas de nuestra ascensión humanística, en una vía capaz de dejar aparte las consabidas fórmulas religiosas quienes sean reacios a ellas.

Según el escritor Le Guillou: "El cristianismo es la religión de los rostros". Asimismo en la misma línea de pensamiento estaría el autor Olivier Clément: "Dios se ha revelado en un rostro cuya faz se multiplica de generación en generación en humildes rostros transfigurados". Se podría elaborar una teología y vivir una mística del rostro, y és lo que creo que experimentaron los sacerdotes máximos iniciados del Antiguo Egipto

Quienes buscaron el preciso emplazamiento cerca de la Esfinge de Giza y luego moldearon la superficie de la arena con una cara tan humana, hacen suponer que debajo del suelo construyeron espaciosos túneles, quizá semejantes a los que existen cerca de las pirámides desmoronadas de Abusir para enterrar allí toros (Serapheum). En la meseta de Giza sospecho que las cavidades simétricas que conforman los ojos de la imagen descubierta gracias a la foto aérea de Stern, se deben a probables derrumbes de los espacios existentes debajo de la dicha sorprendente imagen.

Son tan desmesuradas en la fotografía las dos cuencas de sus "ojos" que llevan a pensar que fue una cara modelada para ser visible desde cierta altura gracias a los efectos de la iluminación del sol poniente. Es entonces cuando el insospechado rostro humano cobra más vivacidad, comprobándose que conserva una expresión relajada y reflexiva,… y la foto que presento será mejorable por los fotógrafos profesionales, ahora que ya les he avisado de su existencia y puedo esperar incluso verla en 3D.

"TIEMPO DEL DIOS" ¿DE OSIRIS, o DE RA?

Osiris fue una divinidad que sólo vivió arropado del poder del dios Ra (Según el "Papiro SALT" : 825 , 5-6). Se asoció la expresión "Tiempo del dios" a Osiris, al menos desde cuando en Tebas era el inolvidable rey unificador del más antiguo periodo predinástico (4200 a.C). La dicha expresión remite a cuando Osiris fue el prototipo de los reyes del Delta, una zona que además él unificó durante su reinado de veintiocho años; pero el verdadero y mortal Osiris debió de saber bien que era Ra el único dios. Se ha escrito incluso que Osiris intentó introducir su culto monoteísta sin éxito, puesto que él mismo al morir fue hermanado a Anedjti, la divinidad de su pueblo natal Busiris en el delta del río Nilo.

A la mentalidad actual también le ha de costar mucho desvincular Osiris de Ra, pero si uno fue humano desde la primera noticia de su existencia, y así se lo representó a menudo, en cambio el otro dios, Ra, fue referirse al mismísimo sol. Así que no debería haber tanto conflicto, por más que luego Osiris fuese tan venerado en todo el Antiguo Egipto porque vivían obsesionados por la vida en el trasmundo, siendo gracias a ello que se ha podido recupera mucho de su arte suntuario. En realidad "El Libro de los Muertos", fue su "Libro de la Vida"; más aún, fue su: "El Libro de la Salida a la Luz del Día", también llamado Pert em Heru.

Pronto fue asociado Osiris a las enriquecedoras fases cíclicas de la naturaleza. Lo que no está nada claro es porqué su nombre significó "Sede del Ojo" de donde nació una bella leyenda que acaba con su muerte a manos de su hermano Seth (de ahí viene el nombre de Satanás), continuando con la venganza de su hijo Horus, quien hizo posible su resurrección. Al fin Osiris tuvo para los religiosos el dominio absoluto sobre el reino de ultratumba. Sería a partir de aquel muy macabro papel que Osiris vio acrecentada su importancia divina, dedicándosele unos pueriles ritos de fecundidad, cuando su imagen de barro servía para hacer germinar semillas.

El viaje al "Mundo Inferior" de la zona Rostau fue muy peligroso antes de disponerse de una especie de "guía-manual" para cruzar seguro sus Doce Regiones. Viajaban a través de las dos vías (por tierra y por agua) hasta alcanzar al final la Luz Absoluta. Aun así, debió de valer la pena el tal viaje porque esperaban poder gozar de las esencias divinas (Ch.M. Zivie-Coche "Ro-Setau", LÄ, V, 303-309). Los navegantes nocturnos eran entonces los que más necesitaban una protección especial. La expresión ritual: "…hacer brillar la cara de mi padre…" era un símbolo inolvidable en la fórmula ritual. De entre las diversas ocasiones que se empleó he podido constatar que fue pronunciaba por un sacerdote cubierto con la piel de una pantera, antes de sacrificar dos toros al difunto (Exactamente abrazaba la momia de Imy-Is, según consta en el estudio publicado por J. C. Goyon Kemi "Rituels funeraires.." (París 1972- p.118).

En cuanto al simbolismo del montículo de tierra con un rostro encima, se encuentra repetido a cada lado de un fresco existente en la tumba del faraón Merenptah (Dinastía XIX). Referente al montículo mismo, o sea, allí donde el tal fenómeno de hacer brillar la cara se produce, también dejaron muestras en su arte de haberlos venerado. Amplio uno de estos murales con dibujos de túmulos incluyendo rostros iniciáticos. Hay otras obras que la incluyen, pero la copio de las páginas del libro del famoso egiptólogo americano M. Lehner, titulado: Todo sobre las Pirámides (Ed. 2003). Dicho autor opinó que los antiguos egipcios consideraron estos "túmulos secretos, en cuyo interior se encierra un gran misterio" (p.29), como si el dios estuviese enterrado dentro del Duat. En los Textos de las Pirámides se califica estos peculiares montículos con rostro encima, cual:" El gran dios, el secreto de Duat".

En el dicho mural (FOTOS: nº 18, A-B) extrañamente se presenta una pirámide partida por su mitad, y en cada una de sus pendientes, o hipotenusas, se pintó una cabeza con rostro humano encima de un túmulo. No hay confusión posible por la gran cabellera que incluye. Es aludir al mismo fenómeno que se produce en las cercanías de la Esfinge cuando una forma de rostro puede ser vista desde el cielo si está iluminada debidamente por la luz solar de las tardes,… y sólo en cierta período. La cabeza no es sólo el centro rector, sino la sede del espíritu humano. En cuanto a la triangular disposición de las facciones del rostro, se intuye que también es mucho más que un regalo de la naturaleza La misma idea, referente al renacimiento se encuentra en otras pinturas del Imperio Antiguo. Es referirse a que lo inmaterial se vuelve material, o sea el mismo principio que se atribuyó al cónico obelisco de la Creación, llamado Ben-ben, o también bien evidente en las mismas pirámides, ya que para aquellas mentalidades (no olvidemos que los antiguos egipcios fueron, según Heródoto, los más religiosos nunca conocidos), era en dichas construcciones donde idealizadamente se materializaban los rayos de luz saliendo de entre las nubes.

El sol que aprovecharon los antiguos sacerdotes egipcios para hacer revivir esta imagen de cara serenísima de persona, al iluminarla confirma su poder vivificador y el amor del que debieron considerar su dios supremo por la humanidad. Ello hizo que deseasen configurarla y hemos de saber aprovecharla sin prejuicios y con agradecimiento. Las reglas del arte egipcio no han de impedirnos su reconocimiento. Es un tiempo que está fuera de la civilización y que goza de memoria ancestral.Una muy sutil imagen de rostro también lo es el descubierto en 1951 por René Schwaller de Lubricz en las baldosas del pavimento original del sanctasanctórum del templo de Luxor. Al colorear las que le parecieron más extrañas resulto que en visión vertical ofrecían el perfil gigantesco de la cabeza de un faraón con su tocado, y entre otros detalles no faltaba ni la forma de ojo que era propio del arte egipcio. Lo divulgó en un libro publicado en 1957, considerando desde entonces que en Egipto antiguamente se construían "templos vivos". Los incas y los mayas hicieron sus pirámides en un período propicio, …para luego destruirlas adrede y remodelarlas siguiendo el patrón astronómico actualizado.

Mi libre criterio investigador no puede agradar a los arqueólogos ni a los teólogos. Lo supe ya hace tres décadas en 2005. Tampoco guatará a los egiptólogos, y para su tranquilidad reconozco que mi vocación más profunda es de sumerólogo. Aún así he de preguntar: ¿Porqué se están ignorando tanto lo escrito en la "Piedra de Palermo" como el llamado "Canon" en el Museo de Turín donde consta que antes de las más de treinta dinastías de faraones históricos habrín reinado muchos sem-idioses (o sea, antes del rey Menes). Se lee: Se vivieron 13900 años de dominiode los Netcheru. Al dicho periodo siguieron otros 11025 años, cuando gobernaron los rectores iniciados de la vía solar que unos llaman: anunakis, visitantes, neters y son los antes citados compañeros de Horus (Shemsu Hor),…confundidos con los sabios atlantes procedentes del océano Atlántico. También se ha especulado que los dioses egipcios más antiguos pudieron inspirarlos ciertos cuerpos estelares, y los semi-dioses sólo serían metáfora. ¿Porqué no se tienen se toman en serio los jeroglíficos con la relación de faraones antes citada por dicho sacerdote egipcio, esculpidos allí mismo justo en la pared de enfrente?.

INSPIRADOS POR RA: ATUM y AMÓN

Otra forma de desdoblamiento de Ra la entiendo en Atum, que fue el sol poniente y visto cual idóneo símbolo del Monte Primigenio sobre el que, al posarse el sol sobre el obelisco Ben-ben, se produjo la Creación. Atum, el dios de la totalidad de las cosas, se habría engendrado a si mismo por masturbación (una faceta quizá indigna del sinónimo y dios principal que era Ra). Esta reafirmación de dar vida y evitar el caos la en Karnak la repitieron ritualmente los reyes de Egipto, por que creyeron que Amón con su semen procedió a la creación de los demás dioses y reyes humanos de Egipto.

Del parecido de Atum con el dios Amón, hay que decir que no sólo es fonético, sino que tuvo el mismo símbolo de una serpiente y ocupaba el "Montículo del Comienzo" en las representaciones de Karnak (XVIII Dinastía). Para distinguirlos habrá que tener presente lo siguiente: Amón fue citado por primera vez en los Textos de las Pirámides (IV Dinastía), y sólo puede ser comprendido por los múltiples aspectos que se combinaban con él. Amón significó "aquello que está oculto", y así se entiende que originariamente sirviese para representar, por ejemplo, el poder invisible del viento. Amón fue el "Señor del aura" que, en simbiosis con Ra, el dios Sol, Amón se convirtió en "dios de la Luz". Al fin, fue una divinidad solar y de la fertilidad, pero también de carácter guerrero, al menos en el Imperio Nuevo (XI Dinastía). Por la forma como gritaban dicho nombre al final de sus celebraciones, hoy concluimos nuestros rezos diciendo Amén.

En los Textos de las Pirámides cuando se alude a la réplica del cielo en la tierra, resulta desprenderse que también el río Nilo tuvo una referencia particular en la Vía Láctea, a la cual apodaron "Vía de Agua Sinuosa". En tales réplicas celestiales a base de imaginarse la efectividad de un enorme "espejo" ritual, los sacerdotes máximos iniciados del Antiguo Egipto ciertamente estuvieron a la altura de las circunstancias, tal como su plan de salvación eterna les exigía.

En los primeros tiempos la efectividad de las réplicas terrestres del cielo tendrían solamente efecto para con el gran intermediario que era el faraón difunto, pero después acabó beneficiándose cada creyente que lo mereciese. La gran parafernalia que montaron (por cierto bastante ridícula) para la ayuda y complacencia de los más débiles de carácter, sería lo de menos. Fue todo un alarde de su inventiva para ocultar secretos, lo que al fin resulta bien evidente, dada la proliferación de aspectos divinizados. Según parece, en aquellos misterios Horus (el rey vivo que se moría) se convertía en Osiris "rey muerto" cuando alcanzaba el cielo. Tal era el gozo que esperaba compartir todo faraón una vez traspasase, en tal viaje del difunto al cielo. Así como su padre Osiris habría sido el símbolo del "Eterno renacer", Horus pasó a ser una especie de "dios-hijo", cual precursor -miles de años antes- de Jesucristo.

De la triada osiriaca merece resaltarse la Diosa-Madre Isis, (así llamada por los griegos, ya que en egipcio antiguo era llamada Ast, significando la tocadora del sistro, Wrt). Isis fue la precursora de todas las imágenes de Vírgenes sedentes románicas y góticas con el Hijo divino sentado en su regazo. Tal veneración llegó hasta nuestro siglo, y en especial resultan ser las imágenes de vírgenes más milagreras (y también más capaces de recoger limosnas) aquellas que, imitando las esculturas de la diosa egipcia Isis, son pintadas de color negro, o también las que con los siglos se han ennegrecido por el humo de las antorchas de sus rituales. Un sólo ejemplo: la imagen de piedra de la patrona de la ciudad de Solsona (Lérida) llamada popularmente Mare de Déu del Claustre está tan ennegrecida por el humo de las antorchas debido a que durante décadas debió de presidir rituales al entorno de hogueras. La imagen citada fue, hasta el año 1244 (pero sigue siéndolo todavía), el muy secreto Tesoro Cátaro famoso. A su favor aún diré que es reconocida la mejor escultura del Arte Románico europeo, la cual fue venerada en cuevas de Ussat-les-Bains (Sur de Francia). Se rompió en dos grandes mitades al ser sacada secretamente del castillo de Montsegur, pero paradójicamente tal desgracia facilitó mucho su transporte hasta el otro lado de los Pirineos. Viajó de cueva en cueva desde el Languedoc hasta el pozo de los claustros del monasterio de Santa Maria de Solsona, atravesando en 1244 el principal paso natural de la cordillera a poniente de la actual frontera andorrana. (Le dediqué un vasto estudio, escrito con la meticulosidad de un medievalista, que sigue aún inédito).

La vida germina en la oscuridad, pues como sucede con las simientes y la sangre, el cerebro, el corazón, etc. no ven tampoco la luz. La veneración de la Virgen y el Niño incluye el reconocimiento de que el amor es la mayor fuerza del mundo, y su máxima expresión está en el que siente una madre por su hijo. Lo dicho es extensible a las mentes del mundo animal, pero es que además gracias a los esfuerzos de la diosa Isis (asociada al planeta Sirio), los catorce fragmentos del difunto Osiris, que Seth había dispersado por el mundo, ella que fue a la vez hermana y esposa, los pasó a recoger a fin de efectuar el milagro de reunirlos (excepto el pene). Isis, siendo una muy gran maga, se lo hizo artificial, pero tan bien hecho que después de devolver la vida a Osiris lo convirtió en padre de su hijo Horus.

Osiris posteriormente reinaría siempre más en el mundo de ultratumba, motivo por el cual su imagen fue presentada invariablemente amortajada, pero sostiene los atributos reales e incluso muestra su cara pintada de verde, aludiendo con ello la vida que renace. Se trató siempre del restablecimiento del orden en todo cuanto hacían tanto en este mundo como en el otro. A propósito, la idea básica de los antiguos egipcios fue el restablecimiento del equilibrio y lo simbolizaron maquillándose con cosméticos ostentosamente del mismo modo que dios Horus había debido de maquillarse su herida siempre más.

Resumiendo, gracias a sus creencias y elaborados rituales misteriosos, quienes fueron verdaderamente iniciados se remitían al hecho -seguramente cierto- del asesinato de Osiris por su hermano Seth, lo que viene a ser parecido a la eventual victoria del Mal sobre el Bien. Osiris al renacer inseminó de vida a Isis, cuyo hijo se llamó Horus. Con este último se completó la "Trinidad", porque Horus resultó ser un vengador terrible, lo que no impediría que fuese considerado "Hijo de Dios". Horus se personificó con el cuerpo de halcón, ya que era un antigua divinidad, y su entrada en escena sirvió para completar la familia divina.

En tan remota inocencia teológica no se les puede exigir a los sacerdotes que presentasen una idea de la Trinidad Divina tan bien elaborada como la del Cristianismo por ejemplo. No tuvieron tiempo suficiente desde su despertar a lo espiritual para dotarla de la ventajosa idea de unidad, de forma que lógicamente en su tiempo las triadas las formasen dioses muy celosos de su individualidad, intimidad y hasta preferencias irrenunciables. Ya es mucho el advertir que les concedieron el poder de habitar un dios dentro del otro cuando les convenía.

De hecho otras varias divinidades de origen animal asumieron la "osirización", como por ejemplo Anubis, Toth, etc. Sucedió además que (como con su escritura), también los dioses míticos fueron sucediéndose sin ser desechados. En cualquier caso, hay mucha sabiduría en la promoción de las citadas divinidades transformistas y su emparentamiento, porque todavía en la actualidad, la irreligiosidad puede ser capaz de conducir al caos, de la misma manera que el radicalismo lleva a la fanatización catastrófica. Solución: Quizá lo poético pueda ser aún mucho más útil en el futuro.

Símbolos iniciáticos eternos

Por la preparación que me dio el haber escrito un libro auto-editando titulado: "Montserrat, ganga del Grial" (Barcelona 1991) sobre los orígenes líricos de las famosas aventuras de los caballeros medievales europeos tras el simbólico Santo Grial, que significa sangre real, no puedo evitar presentar este nuevo rostro de Giza envuelto con unos ingredientes eternos y atractivos que deben serle asociados. En principio está comprobado que quien busca la divinidad, intenta como pueda traer el cielo a la tierra. El mito se potencia en base a algún símbolo, a fin de que quien pueda se intente acercar a otro mundo más feliz. Tiene poco que ver con lo clerical o institucional, ya que también se puede "ir por libre". Cada uno cree ver el verdadero rostro de Dios, pero Él puede que tenga todos los rostros verdaderos..

La iniciación pronto se convierte en la fórmula para efectuar con éxito el tránsito, ya sea con ayuda de las drogas, como sucedió por ejemplo con los Misterios de Eleusis entre los griegos, o sin otra cosa más que la propia nobleza y la humildad, como fue el idealizado caso de los caballeros de las narraciones medievales que, dicho sea de paso, nunca existieron más que en el imaginario colectivo. Otra cosa serían las ejemplares vidas de los caballeros de las Órdenes medievales, como la de los del Templo de Salomón en Tierra Santa, de cuyo Gran Maestre Arnau de Torroja (+1184) escribí la biografía.

En su eterna búsqueda, ya sean solitarios, o los grupos de realización colectiva, clericales o no, siempre se persigue lo mismo: la transfiguración personal iluminadora, la cual para el cristianismo, por ejemplo, es una peregrinación en busca del Paraíso. Es como acabó la Saga del Grial, al ser finalmente cristianizada por el eclesiástico Roberto de Borón, quien asoció Jesucristo con el caballero Galahad, el héroe medieval puro único que llegó a ver la santa relíquia cuando todos los nobles caballeros aspiraban a encontrar aquel recipiente capaz de transformar la muerte en un renacimiento. Pero los buenos no sólo se beneficiaron del mismo tras su muerte, sino que gracias a la búsqueda del Santo Grial, alcanzaron valores positivos reconfortantes ya durante su vida. Con su conciencia despierta podían sentir la inspiración y también la intuición espontáneamente.

En efecto, la transfiguración personal del héroe capaz de aprovechar las oportunidades, a veces por pura intuición, se logra por su humildad y su corazón puro. Deberá alcanzar la sensibilización suficiente para aplacar primeramente su propio ego, y luego por haber superado sus mundanos apegos terrenales. Esto se considera haber regenerado la "Tierra Estéril" un acertado símbolo de aquel ciclo caballeresco basado en el sincero anhelo de superación personal, que llevaba a la iluminación vía el estado de gracia que disfrutaban.

Tales criterios de purificación heroica los medievales los heredaron de otros ritos iniciáticos de la cultura clásica, y éstos a su vez de las civilizaciones más antiguas de Mesopotamia y de Egipto. Ciertos investigadores metafóricamente consideran la religión del Antiguo Egipto cual La Madre de la Madre, y la readaptación (que en el Cristianismo se simboliza con santa Ana), debió de fraguarse en Alejandría. Expondré un ejemplo que pasó a la Biblia a pesar de resultar un despilfarro incomprensible para quien no vivió en el Antiguo Egipto. Se lee en el libro Eclesiastés (11:1): "Echa tu pan sobre las aguas, porque después de muchos días lo hallarás". Sólo en el Valle del Nilo antiguamente inundado por las aguas, las semillas esparcidas sobre el agua ciertamente no se perdían porque permanecían en el lodo cuando al retirarse podrían germinar y dar frutos. También hay que recordar que la estrella Escorpio llamada Falo del Cielo se elevaba y ocultaba como Sirio, la estrella-perro (guía), identificada con Isis. De ahí se argumentó que el dios-hijo fue concebido sin el falo de Osiris (devorado por un pez, que a su vez fue el primer símbolo cristiano).

Debe de existir, y hemos de saber afrontar, un aspecto oculto tras este aparecido rostro de Giza en las fotos aéreas, porque desde la prehistoria profunda siempre se deseó en todas partes tener una visión aérea de los símbolos iniciáticos, dado que los devotos igualmente aspiraron a la comunicación con el cielo estrellado. Es más, no debe pasarse por alto que la palabra egipcia para la resurrección fue "salir a la luz". Estamos pues ante un fenoménico rostro que reacciona a la luz y nos quiere hablar de la resurrección, sea la de Ra, o la de Osiris.

Pero no sólo hemos de mirar a los egipcios y sus pirámides, o ahora a este nuevo e insospechado rostro cuando está iluminado. Vayamos más allá, porque se procuraron una visión aérea también los prehistóricos, por ejemplo sobre el terreno de Listonara (Uk). Allí los neolíticos europeos levantaron círculos de menhires que la investigadora Katherine Maltwood presentó cual las figuras hechas en Somerset con buscado simbolismo antropomorfo, los cuales siguen enfocando hacia sol poniente sus 16 km. de diámetro dentro de un perímetro de 48 km.. En total se quiso reproducir allí un completo zodíaco, que con el tiempo extendió su simbolismo a las leyendas medievales antes citadas.

Otros diseños antiquísimos hechos para ser admirados desde el cielo están en el desierto de Gobi (Asia Central), un lugar que H.P. Blavasky popularizó antaño con el nombre de Shambala. Entre otros se destacan siete estrellas (o quizá soles), de cuyo centro salen irradiadas espaciadamente varias líneas de piedras que se pierden en la inmensidad del desierto. Sólo la visión aérea permite admirar debidamente tales diseños.

Son más que círculos, -y más que rostros- porque se convierten mediante el cuidadoso ritual en unas espirales capaces de hacer remontar al iniciado por los aires y quizá sin necesidad de drogas, por más que éstas fuesen casí siempre imprescindibles en dichas ceremonias. Yo prefiero mirar a los que sin tales ayudas procuraron hacerse a si mismos mejores, aspirando a disfrutar de una conciencia superior al resto de los mortales.

El sol no sólo otorga diariamente vida material, y calienta a buenos y a malos. El sol, en Egipto como en Europa, con su radiante luz, aclara la mente que es su campo de cultivo, así como ilumina las ideas de las personas. Resplandece y renueva, porque tanto ilumina como calienta, y sin que lo notemos hace fructificar las semillas. Pero nunca hay que olvidar que más que los beneficios físicos del sol, quizá sean superiores las ideas complejas que despierta a nivel mental.

Lo advertí directamente en mi investigación sobre el megalitismo del occidente de Europa en la prehistoria, esforzándome en hacer reconocer mis pruebas de que los dólmenes megalíticos quisieron reproducir cuerpos de toro vacíos que eran inseminados por el primer sol del solsticio de invierno (Acerca del dicho tema, escribí el libro titulado: "Megalitos parlantes del culto al toro")

¿ FUE AL-FAYUM EL LAGO MOERIS ?

En la excavación de los miles de túmulos que existen diseminados en todo Egipto, se puede constatar que debajo existen ruinas de poblaciones más o menos importantes. En realidad todo el subsuelo a lo largo de ambas orillas del Nilo podrían esperar ser excavadas cientos de espacios que en su día se destinaron a diferentes usos. El nombre de Al-Fayum (mal llamado oasis, donde se cultivaron los más antiguos papiros) antes había sido Shedit, significando País del Lago (volvemos a encontrar la raíz egípcia SHE citada más arriba). La capital de Al-Fayum, hoy conocida con el nombre deMedinet Al-Fayum (120.000 habitantes), varió su posterior nombre Cocodrinópolis para ser llamada Arsínoe. Está ubicada al borde del desierto del sur, y muy lejos del lago que hace milenios era mucho mayor. Es una región muy unida a la ciudad de Alejandría por explotar los ocupantes griegos y romanos aquel vergel -hoy a una hora de autopista desde El Cairo- pues en realidad fue su granero.

La mejor prueba de que en el Antiguo Egipto en las últimas dinastías se debieron de crear frívolamente dioses en aquella religión justamente se debe a que la dicha Arsínoe II (+270 a.C.), fue promovida a los altares cuando murió, por deseo de su hermano (y también esposo) el faraón Tolomeo II (285-246 a.C.). Pero el ejemplo más famoso de tanta frivolidad fue debido a la gracia que les hizo a los visitantes griegos descubrir en aquellas aguas un templo dedicado a la veneración de un dios vivo en forma de cocodrilo.

Cerca de Karamis existe aún un gran lago llamado Qarum, que ha perdido muchísima extensión con los milenios, porque antes debió ocupar toda la depresión actual de sesenta kilómetros de diámetro de la ligeramente circular depresión que hoy lo carácteriza. Se ha querido identificar aquel lugar como el del lago Moeris, donde hay muchas referencias documentales de que se construyó un gran templo el faraón Amenemheb III (6º de la Dinastía XII). Su propósito fue crear allí un inmenso depósito de reserva de agua dulce. Aplicó las normas del hebreo José, promovido a visir de Egipto después de haber interpretado un sueño del faraón. (Tal suposición hizo que fuese llamado Canal de José el brazo de agua que lo comunica con el río Nilo).

Pero al menos un geógrafo medieval situó el Lago Moeris muy lejos de Al-Fayum (FOTOS: nº 19, A-B). Fue también un gran cartógrafo y dejó el mapa más detallado de su tiempo, incluyendo en él los templos y lugares que entonces aún no se habían localizado. Ello le fue posible porque trabajó exclusivamente en base a testimonios de sabios ancianos lugareños y textos antiquísimos.

Ciertamente que cualquiera que fuese el Lago Moeris siempre debió de ser alimentado por un canal de agua filial de un brazo de Nilo. Después de variarle algún faraón exprofeso su curso, puede que aquel geógrafo tuviese razón, pues también a veces al río Nilo le hicieron cambiar su cauce las tormentas de arena. El enigmático lago no ha sido posible detectarlo nunca más al sur de Alejandría, y perdió crédito el mapa citado, aun cuando las fotos de satélite indican una depresión importante también en aquel sector norte del desierto. Allí existe un largo rosario de lagos paralelos y a la izquierda de la carretera que va desde El Cairo a la costa oeste de Alejandría.

Por otra parte, tampoco puede ser que los subterráneos referidos por Heródoto con tanta magnificencia y alardes arquitectónicos, empleando grandiosos megalitos profusamente grabados, todos hayan desaparecido,… y ello incluyendo dos pirámides que vieron claramente edificadas en el centro del dicho Lago Moeris, por cierto, cubiertas hasta media altura por el nivel del agua del lago,…que ahora se identifica con Al-Fayum.

Tengo dudas para reconocer que las ruinas encontradas en aquel sector sean las pertenecientes a las del entorno del legendario Lago Moeris. Según Estrabón y Heródoto el Laberinto de Hawara estuvo edificado en dos niveles bajo tierra, en cada uno de los cuales había 1500 estancias y seis patios cubiertos. Desde el exterior al dicho laberinto, que hoy creen en la zona de Fayum, lo distinguían una pirámide de cien metros de altura y dos colosales estatuas de piedra. Otros escritores antiguos, incluso romanos, vieron allí un edificio subterráneo con 3.000 estancias. Representan un trabajo que el dicho autor griego comparó con los bien evidentes para la construcción de la Gran Pirámide. ¿Dónde están los noventa (90) peldaños que escribió haber descendido personalmente para llegar al Laberinto? Si él no mintió al detallar la gran mole de las pirámides ¿mintió respecto al Laberinto?

La palabra Laberinto ha pasado a la historia para designar un itinerario muy difícil de seguir, siendo por ello que los constructores medievales incluyeron en la planta de sus catedrales unos jeroglíficos hechos con losas y metal, los cuales ciertamente resultaron ser muy iniciáticos para aquellas mentalidades agrupadas en gremios de albañiles (masones).

El primer laberinto está apoyado por la noticia de que el Lago Moeris se ubicaba cerca de la Ciudad de los Cocodrilos, cerca de la ciudad de Dashur (70 km. en línea recta al norte de Hawara),…pero sucede que entonces había decenas de núcleos urbanos habitados con el mismo nombre. Escribieron que desde la Gran Pirámide de Giza se tardaba en llegar al Lago Moeris dos días en camello (como hizo Heródoto), o bien siete días en barcos de su tiempo. Si fuese el embalse de agua al que sigue habiendo noroeste de Al-Fayum, serían en total 106 km. de distancia.

LA TUMBA DE LA HIJA DEL REY MICERINOS

La pirámide mortuoria de la reina Khenthawes me interesó desde el momento que comprobé, escrutando muchas fotos aéreas, que desde allí partió la antes citada área poblada por los que fueron sus cuidadores. Tal explanada, hoy sin nada encima, se tuerce sin razón aparente justo allí donde la luz del sol poniente hace resaltar una imagen de rostro sofisticada sobre un montículo arenoso.

Khenthawes primero fue sacerdotisa llamándose entonces con el sobrenombre Esposa de Ra-User (significando: "Ra es poderoso"). Sería reina después, pero a pesar de su importancia hoy está injustamente olvidada. No debiera de ser así, ya que a veces se la cita como Red-Yedet que se traduce como: "Aquello que debe durar". La personalidad de otras reinas, ya fuesen Hatsepsut, Nefertiti, Nefertari o la griega Cleopatra reina de Egipto (que fue la novena de su familia en llamarse así), a pesar de ser reinas de verdad, culturalmente fueron inferiores a Khenthawes, de cuya tumba quiero todavía resaltar que fue la última gran construcción de la meseta de Giza.

El papel de la mujer en Egipto ha sido bien estudiado, porque a través de los hijos de las faraonas se heredaba la realeza; de modo que ser hijo de un faraón contaba menos. Khenthawes -para mi la más fascinante de entre las demás- no sólo fue descendiente de los tres más prestigiosos faraones de la IV Dinastía, sino que sus tres mellizos varones fueron faraones en los tres primeros reinados de la V Dinastía, aquella que construyendo pirámides ya de degenerada técnica en Abusir y en Sakara, dejó testimonio de un culto a Osiris renovado.

La tumba de Khenthawes fue construida, no obstante, como un alejado satélite de la tumba de Micerinos, pero en un lugar tan alejado que parece querer indicarnos mediante su anchísimo camino hasta hoy a ninguna parte, que entre Gebel Ghibli y la Esfinge (allí donde la bien delimitada explanada termina bruscamente) se encontraba un algo que no se acertó a ver hasta mi contribución.

Mi manera de ver las cosas y de pensar es permeable a cuanto lo merece, estando abierto a todos los puntos de vista, no obstante me gusta verlo todo desde encima y no desde determinados ángulos subjetivos. Así en las cosas de la vida, donde ver desde arriba quiere decir ver con el corazón, cual sucede también en mis investigaciónes, porque prefiero la foto aérea, o de satélites, sin desdeñar las perspectivas terrestres.

El mítico detalle de que la diosa Isis salvó a Horus criándolo en secreto, y sobre todo intercediendo por él ante el tribunal divino, hace bien evidente que todos los reyes de Egipto debieron estar acreditados por la transmisión del poder metafísico depositado en las mujeres de la corte. Aun cuando el poder real lo ostentó el faraón, el linaje solar fue perpetuado por la descendencia divina de la Diosa-Madre. En su doble corona los reyes de turno incluyeron la serpiente "Ureus", símbolo de Isis, cual un requisito visible de la dicha exigencia tradicional.

La reina Khenthawes fue esposa del faraón conocido como Shepseskaf, el último de la IV Dinastía, quien no era de sangre real pero lo legitimó el hecho que su esposa era hija de Micerinos, nieta de Kefrén y tenía por tatarabuelo a Keops. Reinó pocos años y dispuso que su sarcófago se depositase en una vulgar mastaba, para dejar claro que no tenía que ver con el culto a Ra preferido por sus predecesores. Aquel funeral tan humilde (a pesar de durar el ritual los nueve meses de rigor) marcó el fin del siglo que duró la construcción de pirámides en Giza. Quizá nunca en el mundo egipcio se dio un mayor ejemplo de que la esposa era la clave sucesoria entre el faraón y el considerado "transmisor solar", porque además de aquella misma mujer nacieron unos trillizos que serían los tres primeros faraones de la V Dinastía sucesivamente (Esta información se encuentra en el Papiro Westcar B.P. 3033- conservado en el Museo de Berlín).

La maltrecha pero aún impresionante tumba de Khenthawes, (quien fue para la realeza de Egipto cual una "bisagra real"), está situada aproximadamente a medio camino entre la menor de las tres pirámides de Giza y el lugar donde aparece el nuevo rostro gracias a la luz del sol poniente. Se diría incluso que el camino que sale de la pirámide de Micerinos (llamada "divina" quizá por haber sido de color blanco en lo alto y roja su mitad inferior) conecta, casí en línea recta, con el lugar ahora descubierto tan figurativamente humanizado por el rostro que podría llamarse de Osiris, pero que finalmente debe ser entendido del dios único Ra. Hay que tener en cuenta que para aquella antigüedad que tratamos, el hecho de cruzar el río Nilo en dirección a la orilla de poniente, no se entendió en absoluto como ir al mundo de los muertos, sino una forma fácil de plantarse en la tierra de la vida.

Micerinos o su hija Khenthawes pudieron ser los que planearon el tan sutil mensaje artístico de legar el descubierto rostro a la humanidad capaz de dominar los aires. A favor de ello hay que recordar que existen túmulos de tierra a veces kilométricos que configuran serpientes en Ohio (en el Alto Misisipi-USA) y obligan no sólo a identificarlos desde el aire sino también en determinado día y hora. En la isla de Cuba existe el mismo tipo de grandes túmulos en la Loma del Indio (provincia de Ciego de Ávila). Es el mayor monumento arqueólogico de Cuba, el cual se debe a los indios taínos, quienes a base de apilar tierra mezclada con cuanto material iniciático pudieron encontrar, configuraron para ser visto desde el cielo el cuerpo de un murciélago (mide 108 m. de largo, 14 m. de ancho, y 3 m. de alto).

Volviendo al rostro de Giza, estamos enfrentados a una serie de misterios concentrados en la relativamente reducida superficie alrededor de la famosísima Esfinge, y todo son por el momento especulaciones. Pero el que esta nueva imagen se ubique justo al final de dos antiguos caminos rituales procedentes de dos pirámides (la del padre y la de su hija), hasta mi descubrimiento no había de ellos una mejor justificación para explicar su trazado.

Novedades religiosas en la V Dinastía

La IV Dinastía se había distinguido de la anterior por adoptar la forma típica de las pirámides, ya que antes se hacían escalonadas y después en la V Dinastía se hicieron de muy mala calidad. Por ejemplo, a las pirámides las sustituyeron los pilonos de las entradas de los templos en todo Egipto. Dichas fachadas con pilonos ofrecieron espacios para representar soberbias escenas gigantes que fueron pintadas en vivos colores, teniendo el principal simbolismo de ofrecer, en gráfico esquema, el petrificado cauce del río Nilo al transcurrir entre sus dos riberas.

Al finalizar la IV Dinastía, se cerró la Edad de Oro del reinado de Osiris, que acabó dando paso a graves disputas para ostentar el título de Hijo de Ra. Los hijos de la reina Khenthawes reclamaron para si el derecho de heredar la "Cabeza del Padre", a fin de evitar la intromisión de algún otro hijo de Osiris dentro del panteón heliopolitano dominante.

Khenthawes no fue la primera mujer de la historia, ni mucho menos la última, que pasó por haber sido inseminada nada menos que por Ra, el dios sol. Con tal afirmación quedaba de forma absolutamente incuestionable – y bien acreditada- la sucesión de tres sus hijos, unos líderes que desde su nacimiento pudieron ser vistos relacionados con el cosmos. Recordaré aquí que cuando Keops habría preguntado al mago de mayor prestigio en Egipto, éste no tuvo más remedio que advertir al faraón de que la clave del misterio capaz de resucitarle eran unos números ocultos, pero que estaban destinados a sus descendientes (que fueron los tres hijos de Khenthawes), quienes por inseminación de su madre por el dios Ra, se añadieron el título de hijos suyos. Según el autor S. Vázquez, en su libro: El Tarot de los egipcios, se trataba del número Pi (22/7) codificado en el Libro de los Muertos.

Las propias pirámides serían la mejor prueba del muy avanzado sistema de cálculo que los antiguos egipcios tuvieron en geometría práctica, puesto que sin dominio de muy completos conocimientos matemáticos no habría sido posible edificarlas.

Nunca se ha aceptado que hace 5000 años se conociesen tales sutilezas matemáticas, así ni tampoco la precesión equinoccial del Año Cósmico de 25920 años. Pero el artículo de L. G. La Cruz "El número de Dios", en la revista AÑO CERO (3-14, de 2.001 – año XIII), recuerda los monumentos más sobresalientes donde se ocultó el valor de "Pi" (3,1416), y especialmente también en el Mito de Osiris. No omite que el valor del número "Pi" se ha supuesto un legado de alguna civilización desconocida para los humanos de tiempos remotos, a fin de que llegase a quienes supiesen apreciarlo.

Por lo escrito hasta aquí puede dar la impresión de que a mi me gustan las cosas complicadas, pero es al revés. No quiero decir que soy un hombre simple, pero admito que prefiero las explicaciones simples. Por ejemplo, expondré una idea que a pesar de los años sigo manteniendo, incluso después de saber que en 1986 se hizo un test de microgravedad (o si se prefiere: ausencia de densidad), sondando el interior de la Gran Pirámide, revelándose entonces la huella de unas rampas internas que en conjunto forman una espiral de ángulos rectos.

Pues bien, los antiguos egipcios que sacaban agua del Nilo con contenedores, estuvieron a un paso de inventar el modo como sube y baja un ascensor moderno. Cuando siendo muy joven yo lo aprendí, inmediatamente supuse que las piedras de las pirámides, a partir de media altura (pues hasta allí combinaban los tornos con las rampas), se elevarían prácticamente sin esfuerzo incluso los mayores monolitos.

Hoy afirmo que las pirámides las construyeron elevando megalitos gracias a disponer del correspondiente contrapeso en la cara de la pirámide el lado opuesto, además, obviamente, de ir colocando un par de bordes romos, o quizá rodillos, en el borde cada día más alto de la pendiente que tenía la rampa más deslizante. Algunas huellas dejadas por las rozaduras de las cuerdas, aún son actualmente visibles.

Aquellos obreros a quienes siempre se los dibuja empujando trineos cuesta arriba, en realidad sólo se esforzarían en preparar una o varias rampas situadas en lo más alto de cada lado de la pirámide en construcción, de forma que, si se trataba de elevar bloques de piedra más grandes de lo normal, pudiesen combinarse los contrapesos para hacerlos subir conjuntado dos de ellos, o quizá incluso varios.

La clave era el tipo de contrapeso. Mejor dicho, "los tipos del contrapeso", porque forzosamente tuvieron que ser los propios obreros, quienes una vez abajo, debían volver a subir hasta la cima de la obra en continua evolución. Si además los imaginamos sentados en un rudimentario trineo, como si viajasen en un trencito de feria por la rampa descendiente, nos agradará saber que la construcción de aquellas grandes obras (las únicas que en el siglo XXI siguen en pie de todas las Siete Maravillas del Mundo Antiguo), pudo haber sido un trabajo incluso divertido para muchos.

X X X

La resurrección del dios Sol se puso inusitadamente de moda, llegando hasta desear los faraones dar una nueva visión estelar de los propios nombres a los que quisieron añadir la palabra Ra. Si bien con anterioridad había habido otros, que como el faraón Jdedefré, cambiaron su nombre por el de Ra, fue reinando los hijos de Khenthawes cuando la religión egipcia nos muestra al dios Ra muy superior a los demás, y también se nota en el agigantamiento de la concepción de la dicha divinidad. Creo poder aducir que en el curso de la V Dinastía, la que siguió a la de los faraones grandes constructores de pirámides, también aparecieron nuevos conceptos religiosos que impulsaron el culto al dios Ra. Los hijos de Khenthawes fueron constructores de pirámides de baja categoría. Uno la construyó en Saqqara, y los otros dos en Abusir. Se cree que aquel lugar coincidía en ser donde, desde Giza, veían ponerse el sol justamente bajo las aguas del río Nilo en una determinada fecha. Aunque lograron controlar la devoción heliopolitana por Osiris, el caso es que en el Imperio Medio ésta aún renació con mayor vigor.

Se olvida el ánsia monoteísta del propio Keops, quien por ello tuvo siempre muy resentidos a los sacerdotes de su tiempo. Su sucesor ya hemos visto que quiso ser llamado Ra (por cierto reinó poco tiempo), y en cuanto a Kefrén, continuó la misma línea. Sólo en Micerinos se advierte un menoscabo de la divinización de la realeza, porque no sólo el tamaño de su pirámide, sino incluso en sus estatuas se nota una serenidad muy humana.

Las pirámides de Giza no debieron de ser obra planificada por técnicas de los egipcios antiguos. Los agujeros tan perfectos atravesando gruesas piedras de gran dureza y otros detalles, así parecen indicarlo, y lo corrobora el deterioro de lo que se construyó en Abusir, hoy tan desmoronado todo porque sólo tuvieron su funda hecha de dura piedra. ¿Quizá supiesen algo dichos "faraones-puente" que no se haya descubierto tanto referente a Ra, como del mismo templo de Seti I en Abusir, allí donde tantos faraones desearon ser enterrados? Gracias a que en las dichas pirámides-tumbas se han recuperado piedras aprovechadas de la pirámide de Giza, se aprecia una muy superior técnica en el periodo dinástico anterior, con lo cual incluso se podría llegar a esta conclusión: Quisieron claramente reflejar en vida el poder de Ra.

MARDUK-RA-QUETZALCOALT ¿ UNO SÓLO?

El ave esculpida en el pórtico de la tumba de Nefertiti en Tebas sea un cóndor o buitre, es al fin la misma "ave de fuego" símbolo de la Diosa Madre elegida entre los pueblos precolombinos de América. Asimismo, en el interior de la gran pirámide de Teotihuacan se encontró un estrato de mica (aislante muy efectivo), un mineral el cual se sabe que debió de ser transportado hasta el sur de México desde Brasil distante 2.000 kilómetros. Son algunas evidencias que no "encajan" en la ciencia actual, pero son hechos irrefutables, por más que no se quieran tomar en consideración. Cualquier arqueólogo ha de poder ofrecer muchas más pruebas que podrían avalar la ancestral relación entre tan distantes Continentes. Aparte de las citadas más arriba, que obligan a volar por los aires a los iniciados espectadores, existen pruebas de toda índole que los relacionan desde muy antiguo.

Hay rastros de cocaína de América en las momias de Egipto, así como también piedras esculpidas del lejano continente muestran caras de barbudos tipo caucásico, ya que los genes de los indios americanos evitan que les crezca pelo en la cara. La máxima divinidad del México antiguo fue llamada Quetzalcoalt, el de la "Serpiente Emplumada", cuya veneración parece ser que llegó hasta Latinoamérica, se ha especulado que pudo haber sido el mismo dios Toth que en el año 3113 a.C. habría sido desterrado del Egipto predinástico por el dios Ra, fue el llamado Marduk en Babilonia, y siglos después Hermes entre los griegos).

En Sumer el dios Toth enseñó ciencias y artes, en especial la escritura y la arquitectura, así como además los secretos de la astronomía, instaurando la renovación del calendario con una base de 52 semanas, contraviniendo el regido por el dios Ra (el sol), el cual tuvo por base 52 años. Este diferente enfoque para establecer el calendario, sería una de las principales causas de enemistat entre Ra y Toth, a consecuencia de lo cual Toth debió exiliarse en tierras centroamericanas. El libro que se le atribuye nunca lo ha visto nadie, pero se cree que daba poderes sobre la materia.

En los escritos del sacerdote egipcio Manetón (según Eusebio), después de la partida de Toth, Egipto desde el 2180 padeció un periodo de caos gubernamental que duró 350 años. Después gobernaron una serie de reyes, todos ellos sometidos al dios Ra, hasta que él mismo fue expulsado de Egipto, instalándose en tierras de Sumer. Su papel en Egipto siguió siempre muy vivo, pero a condición de nunca más ser allí visible. Los cinco años que Abraham vivió en el Bajo Egipto (desde 2047 a.C.) fue precisamente el período cuando en Tebas, capital del sur, consideraban su deidad suprema al "dios oculto" Amón-Ra, siendo anualmente venerado con una solemne procesión. Tan oculto fue, que moría al instante quien se plantease desvelar su secreto. Cuando Tebas tuvo más importancia también la tuvo Amón, exceptuando los 17 años que reinó Akenaton.

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