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Encontramos el origen de este movimiento en Francia e Inglaterra, siendo en este último país donde adquiere un mayor desarrollo por lo que podría colocarse a la cabeza del estilo. Cronológicamente podríamos situarlo desde finales del siglo X hasta el XII, aunque en algunas zonas podría extenderse hasta el XIII, en el período llamado Baja Edad Media www.arteguias.com. Su nombre hace referencia a su fuente de origen, el arte Romano, tomando de él los tipos de edificios y técnicas constructivas. A este estilo de arte se le llama Románico por su semejanza con el romance, el cual tiene una derivación del latín.
Este arte se desarrolló en varios países a parte de los ya mencionados anteriormente, como; España, Alemania, Portugal, Italia, los que pertenecen a Escandinavia, entre otros. Situado en la edad media, el románico se encontraba en una sociedad medieval que estaba organizada en base a un sistema feudal. El feudalismo es el sistema de organización económica, social y política de la Europa occidental durante los siglos IX a XII (la Alta Edad Media).
El arte de la Edad Media tiene una esencia religiosa, aunque haya producido obras maestras de carácter profano; esta época la podemos dividir en cuatro, ya que fue un largo período en las que se produjeron distintos estilos de arte; el primero fue llamado Paleocristiano. Luego, nace el arte Bizantino (época de Constantino), seguido por el Románico, que se encargó de decorar el interior de muchas basílicas e iglesias. Por último, aparece el arte o estilo Gótico, conjuntamente con tres connotados fenómenos de la Edad Media: la formación de la clase burguesa, el desarrollo comercial y la industrialización.
Éste es un arte monástico y aristocrático que refleja la solidaridad entre clero y nobleza, ambos unidos por sus mismos intereses económicos y políticos. Comparten un mismo origen, ya que, en la Iglesia medieval los altos cargos eclesiásticos estaban reservados para los miembros de la nobleza. Estos estamentos sociales eran los únicos clientes de obras de arte hasta el siglo XIII. También se encuentran unidos por el castillo; lugar de residencia, de carácter defensivo, de la nobleza feudal. Se construyen en lugares estratégicos para dominar las vías de comunicación de los territorios señoriales. Los primeros castillos construidos en madera que se incendiaban fácilmente, dan paso, a partir del siglo XI, a castillos de piedra. -Ej.: Castillo de Loarre (Huesca)-.
Encontramos además a los Monasterios, (éstos se construyen en el campo al igual que los castillos). Y también a las Catedrales, las que se convierten en el símbolo de la ciudad a partir del siglo XI, en lugares donde empieza a renacer la vida urbana.
Tanto el castillo como el monasterio no son sólo lugares donde conviven señores y siervos o donde se reúnen en oración el clero y los fieles sino que sirven para afirmar el poder de los dos estamentos sociales que tienen en sus manos el poder: la nobleza y la Iglesia.
Sin embargo, el carácter perfecto y sagrado del arte románico proviene del monopolio casi exclusivo de la Iglesia sobre la cultura de la Alta Edad Media. La Iglesia, a diferencia de la aristocracia pero apoyada por ésta, presenta una unidad ideológica y organizativa que queda plasmada en el arte de la época:
- La cultura, a diferencia de los griegos y romanos que la consideraban con un carácter mas humanista, en ésta época se consolida a través de la fe y de las verdades eternas.
- El mundo terrenal queda subordinado a la voluntad divina. Debido a esto, todo lo relacionado con lo intelectual, las ciencias y las artes, dependen exclusivamente de la autoridad que poseía la iglesia.
Hay varios factores que ayudan a construir esta manera de pensar con respecto a la unión de lo cultural y la iglesia. Por ejemplo, el terror del año mil, que coincide con un período de calamidades, hambres y enfermedades, provoca el nacimiento de expresiones colectivas de fe. Esto explica la preferencia del tema del Juicio Final en los pórticos de las iglesias y la abundancia de monstruos y visiones infernales. Las peregrinaciones a ciudades santas como Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela son vías de propagación de las mismas ideas y expresiones culturales. Las órdenes monásticas, especialmente la orden benedictina de Cluny, impulsan este movimiento y lo propagan por toda Europa.
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