Digresiones acerca de la novela de César Brañas: Las guarias de febrero (página 3)
Enviado por Ariel Batres V.
Biblioteca Guatemalteca de Cultura Popular "15 de septiembre". Volumen 55. Editorial del Ministerio de Educación Pública, 1962. Nota: La primera edición fue publicada en 1901 por Tipografía Sánchez & De Guise.
Las disquisiciones en la novela
Como se indicó, es hasta en página 99 que Brañas da a conocer el motivo central del doloroso amor, justificado previamente en página 70 al señalar que tanto el padre como el abuelo de ambos hermanos también sufrieron de demencia progresiva. Pero, ¿de qué recursos se vale para mantener la atención del lector?
El que Carmen y sus hijos Alfonso y Adelia se fueran a la finca La Perla del tío Jorge De León, como buenos pobres descastados, le sirve al autor como motivo de excusa para efectuar valiosas disquisiciones sobre algunas características de la vida licenciosa y fútil en la capital, sobre la situación del indio y de los mozos habilitados y mal pagados para trabajar en las fincas de la Costa Sur, especialmente en la finca mencionada, y de la vida tranquila en el campo, sobre las condiciones del país donde priva el analfabetismo -según el Censo de 1921, de una población total de 2.0 millones de habitantes, el 89.6% eran
analfabetos,71 las enfermedades y el alcohol.
El evadirse al campo le sirve a Adelia como estímulo a su espíritu romántico, para despertar en ella sentimientos no aceptados por la sociedad ni la religión; a Alfonso le permite darse cuenta que sus sueños frívolos por llegar a ser un médico respetado y exitoso en lo económico, obteniendo altos honorarios por sus servicios atendiendo a gente importante, no sólo son despreciables por cuanto piensa únicamente en sí mismo, sino porque cómo lograrlo en una finca que alberga a pobres en su mayoría; cómo pretender entre tanta pobreza, que se cumpliesen sus sueños de ser
"un doctor de notoria fama, acrisolada por hermosos triunfos sobre la muerte; sería solicitado por las mejores familias, por los clientes que mejor pagan y por los vanidosos que mejor se dejan explotar, por el prurito de ser atendidos e inyectados por médicos de renombre; su clínica sería lujosa, limpia y relumbrante de toda la trágica quincallería quirúrgica; constituiría la envidia de los colegas pobres; ( ) Y en medio de estos entusiasmos y generosas utopías, como médula y espíritu animador de su vida fecunda, como estímulo ardiente de sus apetencias de éxito, algunas mujeres que deshojaran rosas pomposas a su sensualidad, y una mujer que, sobre todas, imperase en su corazón." (Página 65).
Insertando aquí y allá meritorias descripciones acerca de la vida en la ciudad y el campo, de la situación política prevaleciente en la época, de sus propias emociones ante la caída del régimen de los veintidós años, el de don Manuel Estrada Cabrera (1898-1920), y de sus desencantos para con el partido Unionista que lo derrocó y el gobierno que le siguió, el de don Carlos Herrera y Luna (1920-1921), de tan escasos 18 meses de duración, de las
71 Dirección General de Estadística de la República de Guatemala. Censo de la República de Guatemala 1921. Guatemala: Talleres Gutemberg, 1924. Páginas 16 y 71. La publicación lleva el siguiente epígrafe: "El presente tomo ha sido editado bajo los auspicios del Gobierno presidido por el General, Ingeniero C. José María Orellana".
bondades y malos efectos de la medicina natural, de la entrada de los evangelistas al país, y otras sabias comparaciones, es como Brañas refiere al lector la situación general de Guatemala y de las fincas en la Costa Sur, para ponerlo en antecedentes en cuanto al tiempo y lugar en que sitúa su novela.
Sobre Analfabetismo
A lo largo de la novela, César Brañas insiste sobre este problema social del país, lo resalta y le duele que así sea, como herencia de la dictadura de Manuel Estrada Cabrera que cayó en 1920 y fue sustituida por el Gobierno de Carlos Herrera (1920-1921). En página 71 exclama: "¡Triste república temblante de paludismo y robo, de analfabetismo y alcohol !"
La relación alcoholismo y rentas que obtenía el Estado por la venta del alcohol, así como con el analfabetismo, puede verse también en el análisis que sobre la dictadura de Manuel Estrada Cabrera se efectúa en el Capítulo 1: Rasgos históricos del Estado en Guatemala, del Informe de Desarrollo Humano 2001 elaborado por el Sistema de Naciones Unidas en Guatemala (PNUD), como sigue:
"El gasto público, al no estar programado en cumplimiento de programa alguno de gobierno, dio muy poca atención a los problemas sociales, agudos a juzgar por el atraso del país. Por ejemplo, el censo de 1893 estableció que Guatemala tenía 1,364,679 habitantes con un nivel de analfabetismo que superaba el 85% en la mayor parte de departamentos ( ) Privaba el criterio de que la población campesina no tenía necesidad del alfabeto para mejorar su productividad.
( )
Durante el régimen de Estrada Cabrera la educación avanzó poco. La partida dedicada a Instrucción Pública, que era el 10.8% del total del presupuesto de la nación en 1901, empezó a bajar hasta alcanzar la mitad, 5.5% en 1906, y sólo se recuperó hasta en 1916. Para los gastos del ramo, el Estado destinaba la renta de 2.5 centavos por botella de aguardiente, para pagar maestros y comprar útiles escolares. La estructura escolar comprendía las escuelas elementales, que cubrían los tres años de educación primaria y las complementarias, que abarcaban los tres años restantes. ( )
Los escasos esfuerzos dedicados a la educación pública tenían un evidente sesgo urbano. El estado descuidó la atención al área rural. La información de la época menciona una ordenanza a los Jefes Políticos departamentales, para que vigilaran que los dueños de fincas en donde hubiese más de quince niños cumplieran su obligación de mantener escuelas primarias. Este ordenamiento legal, vigente desde el gobierno de Justo Rufino Barrios hasta el régimen de Ubico, era cumplido débilmente por los terratenientes. De haberse satisfecho esta disposición, los índices educativos del país, al menos en lo que se refiere a niveles de alfabetización, habrían dado un salto cualitativo."72
Como conocedor del analfabetismo de la población, Brañas también advierte que aunque el tenedor de libros de otra finca (San Isidro), vecina a La Perla, prohíbe la difusión de la doctrina evangélica, no le inquieta ni fastidia la llegada al lugar de las consideradas por la Iglesia Católica como publicaciones subversivas, habida cuenta que en San Isidro sólo él lee y a los pocos que conocen el alfabeto no les interesa perder el tiempo en lecturas.
Sobre Manuel Estrada Cabrera
En su novela Brañas hace referencia a la tiranía de Manuel Estrada Cabrera, al describir que Ángel, 37 años, el tenedor de libros y amante platónico de Adelia (la amaba pero se sabía inmerecedor de ella, página 83), previo a desempeñar dicha función contable, se dedicó al oficio de telegrafista, especificando en página 10 que éste era un:
"( ) puestecillo seguro y mal pagado, pero con la doble ventaja de poder enterarse de mil cosas que no le importaban y estar al abrigo, relativamente, de las veleidades de los jefes políticos que fastidiaban con las listas de milicianos y la instrucción militar, sobre todo a los muchachos de familias conocidas, a las que solían adular haciéndoles sentir, por otro lado, el peso de su fuerza y de su autoridad, incontrastables y temidas bajo la tiranía de Don Manuel. Fue de telegrafista como don Ángel, ahora tenedor de libros de La Perla, conoció los torrentes de inmundicia del servilismo desbordados sobre la república; él transmitía sin chistar una palabra, un poco asombrado al principio y temeroso y asqueado más tarde, los mensajes que enviaban al tirano, felicitándolo o condoliéndose con él en sus fechas faustas o infaustas, los más honorables y descollantes vecinos, los empleados a quienes no les pagaban por años los miserables sueldos que devengaban, y los maestros. El telégrafo de aquella ciudad tenía por aquel tiempo, al parecer, dos misiones exclusivas, que en el fondo eran una y la misma, mantener el orden de Don Manuel: transmitir telegramas adulatorios al señor presidente y denuncias de complots más o menos imaginarios, que fraguaban en la sombra los enemigos, los ingratos, la hidra del conservatismo, desde la sombra reprobable "
En página 64 Brañas vuelve al tema de don Manuel, pero por el momento no se comenta.
Nótese que los hechos interpretados por Brañas acerca de la dictadura de Don Manuel como "cariñosa, respetuosa y temerosamente" se refería la población al Dictador, responden a la imagen que de su gobierno tenía el autor cuando sólo contaba con 21 años de edad; es decir, al nacer él en 1900, Estrada Cabrera era Presidente Constitucional y
72 Sistema de Naciones Unidas en Guatemala; Informe de Desarrollo Humano 2001. Guatemala: el financiamiento del Desarrollo Humano. Guatemala, 2001. Extracto de páginas 9 a 11.
seguramente durante su niñez y adolescencia fue testigo de muchas injusticias y delaciones, de la prisión de parientes y amigos de su familia, de compañeros con los que estudió en la Antigua Guatemala donde cursó la educación primaria, teniendo como maestro de filosofía al novelista y finquero Flavio Herrera (1897-1968),73o bien en el Instituto Central para Varones -militarizado durante dicha dictadura- donde estudió la secundaria para graduarse de bachiller, a la par de Luis Cardoza y Aragón (1901-1992), a quien le prestaba libros.
En menos de una página Brañas discurre acerca de la situación imperante en el país, donde todo obedecía a los designios feudales del déspota, la cual fue estudiada por Carlos Wyld Ospina (1891-1956) en su ensayo El autócrata (1929), ampliamente descrita por el novelista Rafael Arévalo Martínez (1884-1975) en ¡Ecce Pericles! (1945), y novelada por Miguel Ángel Asturias (1899-1974) en El Señor Presidente (1946).
Acerca del dictador, el hondureño Ramón Amaya-Amador refiere a través de las reflexiones de uno de los personajes de su novela Amanecer, respecto a Jorge Ubico, "digno" heredero de Manuel Estrada Cabrera:
"Decían de Miguel Cenobio que, igual a muchos guatemaltecos más, se había habituado al régimen "liberal progresista" del dictador; ( ) y era que Cenobio ya había vivido bajo la dictadura de Estrada Cabrera y comprendía la necesidad de callar, de disimular, y muchas veces, de aplaudir ciertos actos oficiales para poder pasar sin mayores contrariedades tal como él deseaba vivir debido a sus años, pues
su edad no le permitía andar en ajetreos subversivos exponiéndose a las coces de la barbarie dictatorial."74
Como complemento a las obras citadas, véase también:
73 "En el colegio paramilitar fue mi maestro el novelista Flavio Herrera; nos daba filosofía, con un manual de Adrián Recinos ( ) Flavio Herrera me pasaba libros; así, César Brañas. Mi drogadicción había nacido: leí de todo. ( ) ¿Fue Flavio Herrera o César Brañas quien me dio a conocer Sonetos espirituales?" Cardoza y Aragón, Luis; El Río: Novelas de Caballería. Op. Cit., páginas 124 y 125.
Acerca de Flavio Herrera, Cardoza se expresa así: "En algunos días de julio de 1944 me visita en México el novelista Flavio Herrera (1897-1968), en breve exilio por firmar el "Memorial de los 311" contra el dictador Ubico. No trascendió su nombre; no sabría decir algo detenido de sus novelas; las leí hace años con el desgano que tengo por la novela regionalista de propósito, la nuestra profesionalmente guatemalteca. Conversamos una mañana. "Los indios en nuestras fincas están soliviantándose -me informa-, pero yo le meto un plomazo al que amague una agresión. El revólver en mi cintura es visible cuando recorro mis cafetales"." Idem., págs. 63 y 64. Procede la pregunta acerca de las tres novelas de Herrera: ¿El Tigre, La Tempestad y Caos, cabrían en esta clasificación tan contundente de Cardoza?
César Brañas también firmó el "Memorial de los 311", aunque no tuvo participación política en el movimiento que derrocó a Ubico.
74 Amaya-Amador, Ramón; Amanecer. Guatemala: Tipografía Nacional, 1953. Página 75.
Marroquín Rojas, Clemente; La Bomba. Historia del Primer atentado contra Estrada Cabrera. Guatemala: Tipografía Nacional, segunda edición, 1967. La primera edición se efectuó en 1929.
———-; Los Cadetes. Historia del Segundo atentado contra Estrada Cabrera. Guatemala: Imprenta La Hora Dominical, s.f. Aunque no indica la fecha, esta primera edición corresponde al año 1930.
Montúfar, Rafael; Memorias de una prisión: Páginas de la historia de Centro-américa.
Estados Unidos, Ridgewood, NJ: Harper & Brothers, 1917.
NOTA: el libro fue escrito en 1908, y así aparece en la portada del mismo; sin embargo, el autor incluyó una carta fechada en diciembre de 1911, y en la contraportada los derechos de autor en 1917.
Pinto Aguilar, Rodolfo Mauricio Gerardo; La Época de Manuel Estrada Cabrera a través de testimonios inéditos orales. Guatemala, Guatemala: Universidad Francisco Marroquín, 1982.
Rendón, Catherine; Minerva y la Palma, el enigma de don Manuel. Guatemala, Artemis Edinter, 2000.
Rodríguez, Guillermo; Guatemala Libertada. Narración en verso de los sucesos ocurridos desde las conferencias del Ilustrísimo Señor Piñol, en Mayo de 1919, hasta la capitulación y prisión de Manuel Cabrera el 15 de Abril de 1920. Guatemala: Tipografía Sánchez & de Guise, julio de 1920.
Sobre Carlos Herrera y Luna
Así como Arévalo y Wyld examinan la situación política durante el gobierno de don Manuel y su Partido Liberal, sin ocultar su desencanto por quien le siguió, don Carlos Herrera y Luna (1856-1930), llevado al poder por el Partido Unionista y conocido después como conservador, aunque luego se vio que contaba entre sus funcionarios a los otrora liberales, César Brañas también comenta acerca del tambaleante gobierno de don Carlos. Éste tomó posesión el 8 abril 1920 y fue derrocado 18 meses después, el 5 diciembre
192175 exiliándose en París, por el General José María Orellana Pinto (1872-1926), quien gobernó del 6 diciembre 1921 al 26 de septiembre 1926, falleciendo en el poder.
En páginas 15, 51, 64 y 115 Brañas exterioriza su decepción por Carlos Herrera; en 1936 reiterará tal desilusión cuando afirme: "aquella turbulenta época en que se perdió una de las pocas grandes oportunidades de redención que el país haya tenido."76 Dicho ex presidente en su vida privada se había dedicado, en calidad de propietario de extensas tierras en la Costa Sur, al negocio de la producción de caña de azúcar en su finca e ingenio azucarero
75 "El período de gobierno de don Carlos Herrera fue interrumpido súbitamente por un movimiento comandado por los generales José María Lima, Miguel Larrave y José María Orellana este último tomó los mandos del gobierno y reinstaló al partido Liberal en el gobierno." Fuente: Portal Web deGUATE.com; General José María Orellana (6 diciembre 1921- 26 de septiembre 1926). Consulta realizada el 25 de agosto de 2009 en http://www.deguate.com/personajes/article_768
76 Aceña Durán, Ramón; Itinerario. Con Prólogo de César Brañas. Op. Cit. página 44.
"Pantaleón", y por ello es que Miguel Ángel Asturias recuerda en la novela Viernes de Dolores (1972) uno de los estribillos en contra de Herrera, así como lo que se pensaba de Orellana (el rapadurero), que se leían a la vez en los carteles del desfile bufo universitario de 1922; en efecto, en Capítulo XVIII de dicha novela indica:
"La gente corría de un lado a otro, arremolinándose, atropellándose, por leer los carteles:
ESTE GOBIERNO ES LA SUCIEDAD
DE AQUELLA AZÚCAR
(¡Claro -somató una mujer pegada al mapamundi de sus nalgas-, al azucarero, que se fue a París, sustituyó el rapadurero!…)"77
En su vida pública, Herrera fue diputado a la Asamblea Nacional durante el gobierno de Estrada Cabrera y votó a favor de la tercera reelección de éste. Al llevarse a cabo las presiones porque dejara el poder, y sobre todo en la semana trágica del 9 al 15 de abril de 1920 cuando el autócrata ordenó bombardear -un día después de haber sido depuesto por orden del Congreso- las posiciones estratégicas de los alzados, el movimiento y Partido Unionista, desde su finca "La Palma", ubicada en lo que hoy es el Estadio "Mateo Flores" y lugares circunvecinos. Herrera fue propuesto como un candidato de transacción, no de transición, entre el Partido Unionista y los representantes del Partido Liberal que hacía gobierno. Al asumir el poder el 8 de abril de 1920, el mismo Herrera señaló que a él no le interesaba la presidencia, que jamás la había soñado ni deseado, que se la propusieron a última hora y que sólo le conmovía el bien de la patria; sin embargo, menos de un mes después (el 4 de mayo) fue elegido como candidato del Partido Unionista, se presentó a elecciones y ganó, tomando posesión definitiva de la Presidencia el 15 de septiembre de 1920.
Será Wyld Ospina quien en su ensayo El autócrata se encargue de aclarar que fue así en virtud que todavía había esperanzas en la población por tener un gobierno democrático, porque el pueblo sentía un amor idolátrico por su partido (p. 201), amén que no se recurrió a las típicas maniobras del dictador cuando de obtener votos se trataba; así también, en diversas páginas de su ensayo no pierde oportunidad para criticar al régimen de Herrera, señalando -por ejemplo- que a éste lo desquició la prensa y los desaciertos de los unionistas (p. 140), que era el tipo de funesto hombre bueno, sin energías ni luces para hacer triunfar el bien y por ende se convirtió en la garantía del cabrerismo (p. 199), candidato popular (p.
202) pero asustadizo y con manía legalista (p. 207), el puritanismo y legalismo unionista fue lo que lo perdió (p. 207 y 208), un maniquí bamboleante a los empellones partidistas (p.
77 Asturias, Miguel Ángel; Viernes de Dolores. Madrid: Alianza Editorial S.A., 1983 (reimpresión de la primera edición de Editorial Losada, Buenos Aires, 1972). Página 227.
209), remedo del poder (p. 210) y sobre todo, que su presidencia fue hechura de otros y su política -si alguna tuvo- el resultado de su ineptitud, dejó en su abono una compasiva lástima y la reputación de su estéril honradez (p. 211).78
Y como las anécdotas muchas veces permiten apreciar los por qué"s de los autores y sus obras, cabe comentar que Carlos Samayoa Chinchilla en El dictador y yo, hace referencia a El autócrata. Al indicar que Jorge Ubico no permitía la divulgación de obras donde lo criticaran escritores y periodistas, y a pesar que en el ensayo de Wyld no se le cuestiona, explica:
"Parecida suerte sufrió un lote de ejemplares del libro El autócrata, del prominente escritor Carlos Wyld Ospina: -temeroso de sus ideas y de las verdades que encierra- lo mandó recoger e hizo que se guardara como quien almacena T.N.T., en uno de los estantes de la Secretaría Privada."79
Es extraño que el dictador Ubico haya prohibido la circulación del ensayo de Wyld Ospina, habida cuenta que éste no sólo no lo censura sino al contrario, lo exalta al señalar y dar a entender que por su buen corazón en 1924 -cuando a la sazón se encontraba en el Ministerio de Guerra– permitió que los familiares de Manuel Estrada Cabrera llegaran a visitarlo a la cárcel varias veces, a pesar que el régimen de José María Orellana lo impedía,
para guardar las apariencias ante los críticos.80 No obstante, cuando en 1936 publica La Gringa. Novela criolla (1935), Tipografía Nacional, Carlos Wyld Ospina no tiene empacho
en dedicarla al dictador. 81
Por otra parte, a juicio de quien esto reseña, da la impresión que para escribir ¡Ecce Pericles! (1945), Rafael Arévalo Martínez se inspiró o más bien se orientó por lo anotado en El autócrata, aunque no cite ni haga referencia a este libro.
Arévalo Martínez en ¡Ecce Pericles! describe ampliamente los antecedentes del Partido Unionista y los sucesos de marzo y abril de 1920, incluyendo la semana trágica mencionada. El 8 de abril fue electo Carlos Herrera por el Congreso, para suceder interinamente a Manuel Estrada Cabrera quien es declarado loco, razonando Arévalo que:
"Herrera fue electo, en parte por su buen nombre en todo el país, en parte también por motivo de sus distinguidas cualidades personales y su gran fortuna, que lo hacía
78 Wyld Ospina, Carlos; El autócrata. Ensayo político-social. Guatemala: Segunda edición, Biblioteca Guatemalteca de Cultura Popular "15 de septiembre". Editorial "José de Pineda Ibarra", Ministerio de Educación, 1967. Tomada de la edición impresa en la Tipografía Sánchez & De Guise, Guatemala 1929.
79 Samayoa Chinchilla, Carlos; El dictador y yo. Guatemala: Imprenta Iberia, 3ª Av. Norte, 13, 1950. Pág. 67.
80 Wyld Ospina, Carlos; El autócrata. Ensayo político-social. Op. Cit., página 216.
81 Wyld Ospina, Carlos; La Gringa. Novela criolla (1935). Con Prólogo de Silvia Tejeda de Jiménez.
Segunda edición (facsimilar de la publicada en abril de 1936). Guatemala: Colección Narrativa Guatemalteca Siglo XX. No. 4. Serie Miguel Ángel Asturias (Novela). Ministerio de Cultura y Deportes, 1988.
inmune a la tentación de enriquecerse a expensas de otros, y, finalmente porque era uno de los pocos que no se habían mezclado en política." 82
En la segunda parte de ¡Ecce Pericles!, Libro cuarto, capítulo XI, Rafael Arévalo manifiesta igualmente su desencanto por el régimen de Herrera, dando un nombre significativo al capítulo: "Aquí fue el partido Unionista", en el que de forma novelada relata la plática entre dos unionistas, ocurrida el 31 de agosto de 1920, quienes se refieren a cómo fue "elegido" Herrera candidato del partido para las elecciones que se avecinaban, siendo éste ya presidente interino, y que se pensaba competiría contra Julio Bianchi y Manuel Cobos Batres en las elecciones internas:
""El Unionista" siguió contando que se preparó la batalla por Julio Bianchi; faltaban ya sólo tres días para la convención en que el partido iba a elegir candidato; pero era ya tarde. A dondequiera que fue topó con intereses creados y restricciones; era un hecho consumado, elegían a don Carlos Herrera; todavía conservó las esperanzas hasta que estuvo presente en la convención. Muchos de los principales votantes le dijeron estar con él; fue engañado. Eligieron a don Carlos Herrera. Y naturalmente, postulado por el poderoso Partido Unionista y gobernando ya de hecho, fue elegido presidente en propiedad para el período 1921-1927.
– ¿Y sabes por qué eligieron los unionistas candidato a la presidencia a Herrera? – interrogó su interlocutor.- Porque la política es transacción; tú lo debes saber mejor que yo.
En la famosa convención, en que se eligió, el 4 de mayo, candidato por el Partido Unionista, ni siquiera se discutió la personalidad de los libertadores. Los patriotas habían pactado de nuevo. Y esta vez con el propio Herrera, porque ya no tenían las armas en las manos y hubieran necesitado acudir a una nueva revolución para derrocarlo ( )
Herrera aceptó. Cobos había sido el gestor de la transacción. Bianchi decidió -en la convención- la suerte del partido ( )
Cuando vio que elegían a Herrera se acercó a Tácito y le dijo:
-Manden a hacer un letrero que al pie de la fecha de hoy, 4 de mayo de 1920, diga: "Aquí fue el Partido Unionista".
Tan exacto hubiera sido poner otro que dijera: "Hoy murió la libertad en Guatemala"."83
Como otra anécdota curiosa, es de recordar que a principios de 1921 Rafael Arévalo sufría de neurastenia ingénita, que lo tenía postrado y débil. Sus amigos unionistas, José Azmitia y Manuel Cobos Batres, se dieron a la tarea de reunir fondos para que pudiera trasladarse a Estados Unidos y residir ahí los meses que necesitara para su tratamiento, publicándose en el diario El Unionista llamados al pueblo para que colaborara.
82 Arévalo Martínez, Rafael; ¡Ecce Pericles!. Guatemala: Tipografía Nacional, 1945. Página 503.
83 Idem., página 623.
"Con rapidez se reunieron fondos. Como los unionistas no consideraron suficiente el fruto de la suscripción del pueblo que quería salvar al cantor de la lucha libertadora, el Gobierno de don Carlos Herrera le abrió crédito ilimitado. Y en el primer trimestre de 1921, muy enfermo, fue enviado a los Estados Unidos de América, para ser internado en un sanatorio destinado a asténicos, en la ciudad de Los Ángeles."84
Sin embargo, sintiéndose sólo en dicha ciudad, en menos de dos meses regresa al país:
"No llegó pues a hacer uso del crédito que le extendiera el Gobierno de don Carlos Herrera ni a entrar en el consabido sanatorio."85
Ya que Rafael Arévalo no transmite juicio de valor alguno sobre el gobierno de Herrera, será su hija Teresa Arévalo Andrade quien sentencie acerca de su triste final:
"El pueblo de Guatemala no había podido asimilar una libertad completa después de una tiranía tremenda y fácilmente había pasado a la anarquía durante el corto gobierno de Herrera, bien intencionado, pero de mano débil para gobernar."86
Por su parte, Wyld Ospina compara los gobiernos de Cabrera y Herrera, con la filosofía política de las dos efes, farsa y fuerza, con su consiguiente carga de autocracia y anarquía, al señalar:
"El cabrerismo representa la farsa democrática y realiza la fuerza autocrática. Tal el producto que arroja nuestra historia, del 7187 a los días presentes, con breves interregnos, como el período efímero de Carlos Herrera, en que se intentó liberalizar las instituciones y democratizar la República, y se cayó en la anarquía política."88
En su novela autobiográfica Hondura (1959), Rafael Arévalo Martínez atribuye la autoría de lo referente a las dos efes: farsa y fuerza, al poeta peruano José Santos Chocano Gastañodi (1875-1934), a quien conoció en 1909,89 el que desde 1917 vivía y publicaba en los periódicos oficiales de Guatemala, siempre a la sombra de Estrada Cabrera, relatando lo
84 Arévalo, Teresa; Rafael Arévalo Martínez. Biografía de 1884 a 1926. Guatemala: Tipografía Nacional, marzo de 1971. Página 372.
85 Idem., página 374.
86 Idem., página 376.
87 Se refiere al año 1871, en que inicia la autocracia de Miguel García Granados y Justo Rufino Barrios, con su gobierno liberal.
88 Wyld Ospina, Carlos; El autócrata. Ensayo político-social. Op. Cit., página 210.
89 "Corría aún el año 1909, cuando Sierra Valle llevó a mi padre a conocer personalmente al gran poeta José
Santos Chocano, de 34 años de edad, que parecía una foca marina. Infundía respeto; incluso él mismo se respetaba." Arévalo, Teresa; Rafael Arévalo Martínez. Biografía de 1884 a 1926. Op. Cit., página 178.
que sigue sobre el poeta, autor de Alma América (1906)90 y Oro de Indias91 (1939-41, 4 tomos):
"Apuntaba al dinero; pero el movible blanco siempre se le escapaba. En México había sido amigo de Villa; en Guatemala lo sería de Cabrera.
"Los autócratas y yo tenemos la misma talla; por eso nos buscamos -decía-: hemos nacido para poseer la tierra, más allá del bien y del mal. Sólo hay dos formas de gobierno: el gobierno de la fuerza y el de la farsa. En nuestra América tropical tiene que escogerse entre el gobierno de la fuerza organizadora y el de la farsa organizada. Hay que decidirse por todo menos por el ridículo."92
De Chocano se expresó el escritor guatemalteco Carlos Alberto Sandoval Vásquez en su obra testimonial Leifugados,93 como sigue:
90 No obstante que el poeta Chocano no conocía Guatemala, a donde llegó en 1919, incluyó en este poemario tres poemas significativos que tienen relación o tratan acerca del país: "Sensación de calor", dedicado al cronista errante Enrique Gómez Carrillo (1873-1927) quien fue el que más escribió en cuanto a las sensaciones -p. ej. Esquisses (1892)-; "Ciudad Vieja (Antigua Guatemala); y, "Ante las ruinas". Véase: Chocano, José Santos; Alma América. Poemas Indo-Españoles. Francia: Librería de la Vda. de C. Bouret. 23, Rue Visconti, París, 1906. Páginas 171, 236 y 278, respectivamente. Los poemas de este libro los dedicó a su hija Alma América, que llevan su nombre por título.
Como dato curioso, procede comentar que cuando dedicó el poema mencionado a Enrique Gómez Carrillo (en 1906), quizá no tenía idea que en ese mismo año éste se casaría con la peruana Zoila Aurora Cáceres, hija de su enemigo político el general Andrés Avelino Cáceres, contra quien Chocano participó en el levantamiento promovido por Nicolás de Piérola en 1895, motivo por el cual estuvo en prisión seis meses, en El Callao y Lima, cuando tenía 20 años.
91 Chocano le dedica el poema "El Poeta Galante" al guatemalteco José Batres Montúfar (1809-1844), de
quien en clara referencia a su cuento en verso "Las Falsas Apariencias", dice de éste: "Noble, irónico, fino, disimula en el manto/ de su verso, el poeta, todo el vicio: su canto/ torna el mal de las gentes en artístico bien;". Chocano, José Santos; Oro de Indias, Tomo II, Fantasía Errante. Chile: Editorial Nascimento, 1940. Pág. 24.
En página 53 de dicho Tomo se incluye el poema "Oda Cívica (En la inauguración del monumento a Benito Juárez en la República de Guatemala)". En página 65 aparece "Altura mística (Cumbre de San Francisco el Alto. Totonicapán-Guatemala)".
92 Arévalo Martínez, Rafael; Hondura. Guatemala: Colección Contemporáneos No. 48. Editorial del
Ministerio de Educación Pública "José de Pineda Ibarra", 1959. Pág. 111.
Nota: Originalmente se publicó en 1946, en la Tipografía "Imprenta Diario La Hora". En 1947 como folletín del diario La Hora, en 47 entregas.
93 "Ley Fuga. Procedimiento usado por la dictadura para asesinar a los reos políticos, simulando intento de fuga. A los fusilados así se les denomina leyfugados." Amaya-Amador, Ramón; Amanecer. Op. Cit., página
260.
El nombre de la obra Leifugados (1946), de Carlos Alberto Sandoval Vásquez, deviene de la tristemente célebre Ley Fuga impuesta desde 1871 por el gobierno de Justo Rufino Barrios, utilizada frecuentemente por Manuel Estrada Cabrera y llevada a su máxima expresión por el pupilo de éste, Jorge Ubico Castañeda (1878- 1946), quien la tenía como su deporte favorito (pág. 96). El autor inicia con la descripción teórica de la sífilis y luego expone las características psiquiátricas de Ubico, para demostrar que éste sufría no sólo de una fuerte paranoia y de delirio de persecución, sino también que en sus antecedentes familiares se encuentran casos de homicidios, suicidios y de algunas mal formaciones físicas y mentales, que el dictador pudo observar durante su infancia y que le causaron fuerte influencia. Todo esto le sirve para explicar la situación de violencia
"El poeta José Santos Chocano fue el más vil mercenario adulador de la época cabrerista. Cuando la Revolución unionista derrocó a Cabrera, a nuestro gobierno se le dirigieron peticiones en el sentido de que se le perdonara la vida al corrompido bardo. Entre ellas estuvo la de José María Vargas Vila, a la sazón en La Habana; y cuando el estudiantado cubano le preguntó por qué había firmado la petición,
contestó el gran rebelde: "Para que no se deshonre el patíbulo con la cabeza de Chocano"."94
En ¡Ecce Pericles! Arévalo Martínez narra que la defensa de Chocano ante el Tribunal estuvo a cargo del licenciado José Vicente Martínez, único miembro del foro que se atrevió a hacerlo, describiendo:
""¿Es posible -decía Martínez-, suponer que las palabras de un soñador, que vive apartado de la realidad, en perpetuo comercio con las musas, tuvieran influjo en un político frío y solitario y lo determinaran a dar el paso más trascendental de su vida? Su palabra no pudo ser eficaz ni en razón del consejero -un poeta- ni del aconsejado
-un Maquiavelo– ni en razón de materia -cuestiones jurídicoconstitucionales- ni en razón de los medios que iban a emplearse –funciones de guerra en las cuales podía considerarse lego el supuesto consejero, no obstante ser el cantor inspirado de "La Epopeya del Morro".95
El simple consejo que los italianos llaman "exhortativo" si cae bajo la sanción moral nunca podrá caer bajo la ley penal, que no castiga intenciones, sino hechos, actos u omisiones."
Chocano fue puesto en libertad."96
institucional en que se encontraba el país entre 1931 y 1944 en que gobernó, siendo dicho autor uno de quienes sufrió persecución, cárcel y destierro. En página 398 y final, deja constancia que Leifugados la escribió en 1943, en México, con algunas actualizaciones en enero de 1945 y que cuando estaba en prensa, se dio a conocer la noticia que Ubico había fallecido en Estados Unidos, lo cual ocurrió en Nueva Orleans, el 14 de junio de 1946. Esto es, Sandoval previó que el autócrata no leería la obra, pero por circunstancias diferentes a la muerte, cuando expresa en página 70: "Si, como no lo espero, Ubico llegara a pasar los ojos por este libro, " En página 93 denomina a Ubico como hijo espiritual de Estrada Cabrera (el Capítulo VIII, página 133 a 142, lleva por nombre "Ubico hijo espiritual de Cabrera) y en página 104 llama al ubiquismo una edición corregida y aumentada del primero.
Véase una colección de sentencias emitidas entre 1930-1944, al amparo de la conocida como Ley Fuga, y con el argumento del cumplimiento del deber por parte de quienes asesinaban a los reos que "intentaban escapar y no habían hecho el alto cuando se les ordenó", revisadas en 1946 por los Tribunales quienes ordenaron nuevos juicios, en: Presidencia del Organismo Judicial: La Ley Fuga. Guatemala: Volumen primero, s.e., 1947.
94 Sandoval Vásquez, Carlos Alberto; Leifugados. Op. Cit., página 16.
95 Aparece en Poesías Completas (1915) que incluye poemas publicados entre 1893 y 1899. No contiene
poemas alusivos a Guatemala, aunque sí el afamado y ganador de premio internacional "La epopeya del Morro" (1899) y "El derrumbe" (1899), que también se encuentra en Alma América. Véase Chocano, José Santos; Poesías Completas. España: Casa Editorial Maucci, 1915. Los poemas citados en páginas 81 y 207, respectivamente.
96 Arévalo Martínez, Rafael; ¡Ecce Pericles! Op. Cit., pág. 620.
Para Jack Himelblau, el poeta peruano se refleja en el personaje que Miguel Ángel Asturias ubica como el poeta que canta ditirambos al dictador, en su novela El Señor Presidente (1946), refiriendo de éste que:
" era una de las figuras más odiadas de Guatemala por sus relaciones con la policía de Estrada Cabrera. Fue José Santos Chocano quien sugirió y convenció a Estrada Cabrera para que se trasladara de su retiro en La Palma a Guatemala después de la revolución de 1920. A la caída del dictador, la vida del poeta peruano fue salvada gracias a la intervención de Porfirio Barba Jacob, David Vela, César Brañas y Asturias mismo, quienes, aun repudiando sus actuaciones como persona, estimaron impropio que Guatemala condenara a uno de los más destacados
representantes de la vida literaria hispanoamericana."97
Asturias efectúa la siguiente remembranza de 1918 sobre Chocano, en la que también menciona el odio que se le tenía:
"Luego conocí mucho a José Santos Chocano. Es caso interesante, porque Santos Chocano estuvo todo el tiempo junto a Estrada Cabrera. Al caer arruinada Guatemala en mil novecientos diecisiete, Chocano estaba en Guatemala y en una noche de luna muy clara recitó en la plaza pública un poema suyo titulado «La ciudad arruinada», siendo muy aplaudido y llevado en hombros. Al caer Estrada Cabrera, Chocano estaba con él. Cuando supimos que Estrada Cabrera se entregaba, los estudiantes nos fuimos por la noche para avisar a Chocano por un coronel, quien le dijo: "Ahí están los estudiantes que se lo quieren llevar para salvarlo". En Guatemala había mucho odio contra Chocano. Había incluso un farmacéutico de piernas largas muy parecido a Chocano, que se llamaba don Vicente Lobo, y que esa
noche mataron a pedradas. Nosotros logramos sacar a Chocano, lo escondimos y sólo más tarde apareció. Estuvo en la cárcel, terminaron por absolverle "98
César Brañas también recuerda a Chocano, reflexionando que en su época de adolescencia creía en él, gustaba de su poesía, más por exaltación juvenil que por la calidad con que la examina ya de adulto:
"¿1917? ¿1918? Evocamos un fin de año escolar, estremecido tiempo de ilusión en la ilusionada ciudad de Antigua. Somos jóvenes; acabamos de dejar en el Instituto la adolescencia y estamos temblando a la emoción, luego irreparable, de los primeros versos que nos brotan, con el bozo, henchidos por igual de influencias y de balbuceos. Tenemos ya grandes pasiones y deslumbramientos por escritores y
97 Himelblau, Jack; "El Señor Presidente: Antecedents, Sources And Reality", Hispanic Review 41, 1972. Citado por Ricardo Navas Ruiz: "El Señor Presidente: de su génesis a la primera edición crítica", en: Asturias, Miguel Ángel; El Señor Presidente. España: Miguel Ángel Asturias, edición crítica. Gerald Martin (Coordinador). ALLCA XX, Colección Archivos, No. 47, 2000. Página 752.
98 Asturias, Miguel Ángel; El Señor Presidente. Idem., página 490
poetas recién leídos, mejor dicho, recién descubiertos, ¿qué digo?, no: recién creados por nosotros mismos, por el fervor taumatúrgico de nuestra edad hemos creado un Santos Chocano que nos infunde ardimientos únicos, torrenciales, de Alma América "99
En 1922 Chocano aparece en el Perú, condecorado como eximio poeta. En artículo periodístico publicado en El Imparcial del 4 de julio de 1928, Miguel Ángel Asturias escribiría que " Chocano, sigue defendiendo tiranías, ayer a Estrada Cabrera y hoy a Leguía100 "101
En clara referencia a los odios que se le tenían al bardo peruano, después su muerte ocurrida el 13 de julio de 1934, el escritor guatemalteco José Rodríguez Cerna (1885-1952) publicó las siguientes "Palabras sobre Chocano", con quien trabajó en el desaparecido diario La República de la época:
"Nuestra quisquillosidad aldeana le supuso monstruosas egolatrías. Su aparente aire desdeñoso, que no era sin afirmación de dignidad enemiga del plebeyismo familiar, hería directamente, y nos burlábamos de él con las pequeñas bromas locales en las que nos hemos declarado maestros. Y nadie era íntimamente más afectuoso y cordial. Ninguno tuvo más prestos el consejo de apoyo, la bolsa eternamente pródiga, la palanca de apoyo, la palabra de indicación y sendero. Su presencia aquí, determinó una renovación, o si se quiere, una coincidente explosión literaria, estimulada eficazmente por él.
( ) Gran ingenuo a pesar de sus truenos de inaccesible Júpiter y de sus cumbres de águilas y aun de sus refinamientos de artista en repujada espontaneidad y gozoso catador. Fue así al fracaso político y económico. Su buena fe, fácil presa de audaces, daba crédito a todo y a todos. Poeta desde que nació, poeta de todos los instantes, únicamente poeta, se creía de profunda versación en finanzas, banca, sociología, diplomacia y política en general. (¿No estimaba más Rossini su talento de cocinero que su genio musical?). Cuando defendió aquí un empréstito exterior, sudaba números, bonos, cotizaciones, rápidamente enterado de las técnicas del caso. Se exaltaba y encarnizaba, pues era de muy poca paciencia para las contradicciones. Y quería explotar minas, fundar empresas, construir ferrocarriles, hacer el Richelieu o el Bismark en la dirección de pueblos. Todo bajo signos vastos y trascendentales. ( ) Entre nosotros, fue notoria su amistad con el licenciado Manuel Estrada Cabrera, jurídico untuoso y suspicaz. Tuvo la honra de serle fiel (lo cual no sucedió con muchos favorecidos regnícolas) y la de ser preso y condenado a muerte por haber estado con el anciano imperante en la agonía de la dictadura. Hubo contra él
99 Brañas, César; Prólogo a Itinerario de Ramón Aceña Durán. Guatemala: n.p. Guatemala: Imprenta Universitaria, Universidad de San Carlos de Guatemala, 1964. Página 9.
100 Se refiere al peruano Augusto Bernardino Leguía y Salcedo (1863- 1932), que ocupó la Presidencia del
Perú en dos ocasiones, de 1908 a 1912 y de 1919 a 1930.
101 Asturias, Miguel Ángel; El Señor Presidente. Op. Cit., página 421.
absurdas leyendas y le salvó la vida la intervención de un pontífice, un rey, tres congresos legislativos y diez gobernantes, según escribiera después orgullosamente. Vuelto al país cuando estaba fresco el odio contra él, tuvo la audacia de dar recital público en un teatro local. Había ambiente hostil; mas el poeta sonreía, seguro de su poder de hipnotización. Y apareció con tan magnífica seguridad, tan ajeno en su
gesto imperioso a las pequeñas intrigas, que la sala se inmovilizó en silencio; fue el primer tácito aplauso. Sus admirables versos congestionaron ovaciones."102
Por otra parte, no obstante las acotaciones y magnífica descripción de los acontecimientos que Arévalo Martínez narra en ¡Ecce Pericles!, es criticado por Luis Cardoza y Aragón como sigue:
"Su obra Ecce Pericles es informativa y conmueve por su candor, por la estulticia de quienes derrocaron a Manuel Estrada Cabrera, hombres valientes y patriotas que no alcanzaron a sostenerse en el poder y carecieron de proyecto político (…) El peso de la noche guatemalteca fue excesivo para sus espaldas de alambre. Es uno de nuestros grandes escritores. ¿Es malogrado el autor de El hombre que parecía un caballo?"103
Para César Brañas, el gobierno de Herrera se convirtió en una falsa democracia, por la demagogia de los políticos liberales y conservadores, señalando también que los primeros vuelven a las prácticas de don Manuel, de amenazar a los finqueros guatemaltecos, alemanes y españoles, si no cooperan en orientar a sus mozos en cuanto a que deben votar por los candidatos a diputados que ellos proponen en mayo de 1921;104 el autor también
comenta que en febrero de ese año ya se anunciaban vientos en contra de Herrera, pues los movimientos complotistas estaban a la luz del día, eran un secreto a voces, siendo esa la razón por la que en la ciudad se observara un continuo movimiento de tropas, donde también participaban los "soldaditos de plomo" de la antigua Academia Militar, hoy Escuela Politécnica, en previsión de ataques contra el gobierno. En su ensayo El autócrata (página 204), Wyld Ospina denomina "soldados de chocolate" a los oficiales ascendidos a la carrera en 1920.
Es de advertir que en Las Guarias de Febrero Brañas no estudia ni critica el gobierno de Orellana (el Prólogo está fechado a junio de 1926), toda vez que su novela transcurre entre octubre de 1920 cuando los hermanos incestuosos llegan a la finca (en página 51 indica que
102 Rodríguez Cerna, José; Interiores (Semblanzas y Paisajes). Guatemala: Biblioteca Guatemalteca de Cultura Popular "15 de septiembre", Volumen 85. Departamento Editorial y de Producción de Material Didáctico "José de Pineda Ibarra", Ministerio de Educación. Segunda edición, 1965. Extractos de páginas 271-273.
103 Cardoza y Aragón, Luis; El Río: Novelas de Caballería. Op. Cit., páginas 624 a 625.
104 Se intuye que las elecciones para diputados se celebraron alrededor del mes de mayo de 1921, al tenor de
la explicación novelada que ofrece Arévalo, el que comenta que la elección al interior del Partido Unionista de su candidato a Presidente de la República, se realizó el 4 de mayo de ese año.
poco después de su arribo se habla: "Del día de finados reciente"), y quizá junio de 1921 en que ocurre el desenlace. Cierto es que el autor no cita fecha alguna; empero, puede deducirse en virtud que el día de su arribo a la finca se presenta un fuerte aguacero (página 6), típico de octubre, y Alfonso visita meses después la capital, posteriormente de haberse celebrado la Fiesta de la Candelaria el 2 de febrero, y después del mes de mayo, época en que en el pueblo se comenta sobre las triquiñuelas del Partido Liberal para "las elecciones de diputados, vecinas ya" (página 51), y se sienta en una banca del parque central donde veía que (página 115):
"Enfrente, centenares de obreros hormigueaban levantando el palacio del primer centenario, que se avecinaba; palacio que obligaba a pensar en una decoración teatral, en medio de aquel ambiente de tramoya. Alfonso apenas sonreía, sin querer, pensando en su patria del presente, junto a él resumida, y un poco resumida también en su propio cansancio espiritual, en su desolada desorientación de hombre sin ideales, como la mayoría trágica de los que por ahí ambulaban."
Esto es, si ya se construía dicho Palacio, esto tuvo que ocurrir después de que Herrera fuese designado como Presidente en propiedad, pues entre el 8 de abril de 1920 y el 4 de mayo de 1921 lo fue interino.
El palacio del primer centenario, también llamado de cartón por los materiales que se utilizaron, fue construido en el hoy conocido como Parque Centenario; ambos deben su nombre a que así se conmemoró el 15 de septiembre de 1921 el primer siglo de independencia patria, fecha en la que también se estrenó el Himno a Centroamérica, con letra de Rafael Arévalo Martínez y música del profesor R. A. Castillo.105
Así también, delicadamente Brañas menciona al ambiente de tramoya que se vivía, toda vez que el gobierno de Carlos Herrera tambaleaba, componenda que se acepta por la falta de ideales y por el desaliento que causó su gobierno en los jóvenes que participaron en el movimiento unionista que derrocó a Estrada Cabrera, pues los políticos liberales, expertos demagogos, se aprovecharon de su falta de decisión.
105 En 1964 el Comité Pro Festejos Patrios dispuso someter a concurso la elaboración de un himno para la "patria grande". Esto fue motivo de discusión y crítica por parte de diversos sectores. En carta publicada el 28 de septiembre de 1964 en Prensa Libre, el Sr. Salomón Barrientos Ramírez critica tal evento y recuerda al director del periódico: "He seguido con avidez los comentarios y en el número 4042 del prestigiado periódico que usted acertadamente dirige, el reportaje de la entrevista con el insigne poeta y gloria de nuestra patria, don Rafael Arévalo Martínez, por un reportero de «Prensa Libre», relacionado con el himno a Centroamérica y el concurso promovido para hacer uno de carácter oficial, por el comité pro festejos patrios.
Como guatemalteco y centroamericano, he visto con profunda pena y tristeza el promover dicho concurso, y pienso que tal vez hubo algún olvido involuntario de lo que ya se había hecho o por otros motivos que se ignoran, pero quiero dejar constancia de mi protesta por haber olvidado el himno a Centroamérica, producto de la inspiración de nuestro compatriota, profesor Arévalo Martínez, pues no es posible olvidar algo que en nuestra infancia aprendimos. Según el reportaje el himno fue estrenado para el centenario de nuestra independencia «por un grupo de obreros», es decir por gente de trabajo ajena a toda clase de pensamientos como no sea servir a la patria por medio del trabajo honrado."
Para efectuar la disquisición acerca de su frustración con el gobierno de Herrera, Brañas utiliza a varios de sus personajes. Por ejemplo, en la figura de don Ángel visualiza la situación económica (tipo de cambio donde no existía el quetzal como símbolo monetario)106 y política del país, así como del escaso conocimiento e interés en el interior del país por los problemas que ocurrían en la capital, cuyos habitantes se entretenían hablando de embustes o falsedades contra otros vecinos:
"Acotaba el tenedor de libros la subida delirante del cambio107 y alguna menudencia político intrigosa, que leyera en el Diario de Centroamérica o en Excélsior, los periódicos de la capital, que recibía el administrador o el dueño de la tienda y que primero pasaban por sus manos. Pero el maestro era evidentemente hombre de pocas luces y se contentaba con oír los relatos y los augurios truculentos sobre la reorganización del partido liberal o los derroches desaforados de los conservadores y la debilidad de don Carlos en el poder. Pero eran cosas complejas que exigían pasión y esfuerzos de pensamiento, y para los interlocutores eran como si acontecieran muy lejos, en Oceanía, en el Petén o en Marte, y se entregaban con mayor fruición a desmadejar chismes del poblado y de las fincas circunvecinas, tarea en que eran diestros ( )." (página 15)
Así también, hace que el doctor Alfonso, hermano incestuoso de Adelia, medite en cuanto a su vida en el campo y la ciudad, comentando en página 64 la participación de éste en el derribo de don Manuel y de sus dudas con respecto al nuevo gobierno de Carlos Herrera:
"Sólo Alfonso no se muestra del todo contento. Falta mucho a su vida para que la tenga por halagadora. El enervamiento que el sol del trópico difunde en los
106 El quetzal como símbolo monetario aparece junto con el Banco de Guatemala, fundado como tal en 1924, como resultado de la primera reforma monetaria de Guatemala en tiempos de José María Orellana, año en el que también se instituyó oficialmente el quetzal como moneda única del país; en 1946 adoptó este nombre en razón de las leyes emitidas para dar paso a la segunda reforma monetaria. Dicho banco nace con su propia ley orgánica, dirigido por una Junta Monetaria y así se mantiene hasta hoy, salvo algunas modificaciones efectuadas a su ley, derivadas de las reformas al conjunto de leyes monetarias y financieras en el 2003.
Cabe recordar que para la reforma monetaria del año 1924, dirigida por Carlos O. Zachrisson Padilla (1879- 1956) actuó como asesor el abogado guatemalteco Enrique Martínez Sobral, graduado también de economista en México y con experiencia en materia financiera y bancaria, toda vez que años antes publicó: La reforma monetaria la sociedad anónima. Memorias presentadas al IV Congreso Cientifico (1. Panamericano). México: Tip. de la Oficina impresora de Estampillas, 1909. La reforma monetaria. Con un estudio acerca de El porvenir de la moneda y con la Memoria de la Comisión de cambios y moneda, relativa á la ejecución de la reforma. Editorial: México, Tip. de la Oficina impresora de estampillas, 1910. Estudios elementales de legislación bancaria. Editorial: Méjico : Tip. de la Oficina impresora de Estampillas, 1911. Posterior a la reforma en Guatemala, publicó también: Artículos relativos a la reforma monetaria de Guatemala. Tipografía Nacional, 1925; y, Compendio de económica, Méjico, D.F., Sociedad de edición y librería Franco Americana, S.A., 1932.
107 En página 58 Brañas agrega: "Las colectas de la iglesia no daban cima al subidísimo valor -atendidas
también las fluctuaciones del cochino cambio sobre el oro americano- de la misa que iba a decir el cura del pueblo"
músculos y en el espíritu, no ha aflojado los suyos lo suficiente para resignarse a la vida quieta, insípida, torva, de la finca sobre todo ahora cuando, en la agitación libertaria en que se hundiera hasta los ojos en el derrocamiento de la tiranía, probara los ácidos deleites de la acción, de la política militante, del ardor revolucionario, todavía no apagados ni encauzados en la capital de la república, pero que sin embargo le parecían ya distantes, incompletos, defraudados y prestos a extinguirse todos los nobles ímpetus del pueblo bajo el aluvión de la demagogia reinante, bajo la cual se sentía germinar las nuevas dictaduras de ignominia, de violencia y de terror."
Finalmente, César Brañas discurre sobre la situación en la capital y el desbalance del gobierno de Herrera, cuando el doctor Alfonso la visita -aproximadamente en marzo de 1921-, y es así como en páginas 113 y 114 señala que sus amigos:
"Comunicáronle temores confusos de una sublevación, que se esperaba para esos propios días, que no debía tardar El gobierno no estaba seguro. Decíase de serios trabajos de zapa, que darían en tierra, de un momento a otro, con las instituciones. No se hablaba en los corrillos sino de política. Se desplegaba un imponente y último aparato militar: batallones de soldados desfilaban a diario por las calles céntricas, batiendo tambores, armados hasta las cejas. Pero se sentía en el ambiente que se les había perdido el miedo, o se creía descubrir, en alguna imperceptible sonrisa de los jefes y oficiales, que todos estaban en el secreto y que no sucedería nada sin su intervención oportuna y favorable Pasaban, sin embargo, serios, fanfarriosos, los jefes militares, pagados de su uniforme y de su importancia. Cruzaban por todas partes, en vacaciones inexplicables para la gente preocupada por la idea fija de lo que iba a acontecer, alumnos de la Escuela Militar, saludando marciales, con apostura de soldaditos de opereta. A cada momento, Alfonso tenía que librarse, aturdido, de recibir anuncios en volantes, rimbombantes programas de espectáculos, hojas sueltas, protestas, periódicos. Pitaban rabiosamente las bocinas de los automóviles. Estirados horteras y políticos de chistera, pasaban en carruajes lustrosos, veloces, limpiándose las uñas. Una plebe mugrienta y trashumante ambulaba con sordidez ante las vitrinas cuajadas de riqueza real y de falsos, pero atractivos tesoros."
En página 115 se burla de quienes se creen criollos y en consecuencia más parecen conservadores de nuevo cuño, mezclados con los del grupo de liberales recién derrocados como gobierno. En efecto, cuando Alfonso visita la ciudad capital, llega a la casa de Alicia, una joven que recién había estado de vacaciones en la finca La Perla y le había invitado a visitarla. Al presentarse en la noche después de la hora convenida, "puntual guatemalteco" dice Brañas con sorna (en página 103 se refiere a "los más guatemaltecos, enemigos
jurados de la puntualidad"108) se da cuenta que su mundo ya no es el de la ciudad, donde se habla "de las modas que se insinuaban, recién venidas, como todo, de Estados Unidos", escuchando música de fox en "una victrola pretenciosa como todo lo que a este tiempo invadía a su pobre patria", cuyas piezas musicales "que a las gentiles criollas reunidas en torno de Alicia encendían en delirios de un entusiasmo que Alfonso pretendía en vano creer fingido y superficial. No era así: era la nueva tónica de los tiempos, y él disonaba terriblemente. Se despidió, como si acabara de ver romperse una ilusión." La ilusión no sólo es ver estrellarse su nuevo mundo rural con respecto al ambiente que se respira en la ciudad, sino porque las nuevas modas están dando al traste con los ideales supuestamente democráticos con que había sido investido el gobierno de Herrera, en quien después de las elecciones de mayo de 1921 ya no muchos confiaban.
En cuanto al gobierno de Carlos Herrera y Luna, véase la siguiente descripción -somera e imaginativa por cierto- que relata Federico Salazar Valdés en Vivencias. Episodios y anécdotas del ayer 1920 – 2001.
"Los cronistas de la época, coincidieron en que don Carlos Herrera, no era la persona adecuada para enfrentarse a los momentos cruciales en que se jugaba el futuro de la Nación, que demandaba urgentes reformas sociales, políticas, económicas y culturales. Los problemas que en todo sentido agobiaban a Guatemala, exigían en aquel momento un líder de carácter firme y enérgico, con principio de autoridad y don de mando, para salvar a la Nación de la profunda crisis institucional en que se debatía. La controversial figura de Herrera es posible definirla entonces, como un hombre sencillo, dotado de excelentes cualidades personales, honorabilidad, ideales democráticos, vasta ilustración, acendrado patriotismo, de indiscutible sensibilidad social. Pero su carácter era débil, tímido y falto de resoluciones. Este carácter de don Carlos, influyó decisivamente en asuntos de Estado de carácter trascendental, cuando se requerían acciones políticas con prontitud y determinación. Al designarlo la Asamblea Nacional Legislativa como Presidente de la República, en consonancia con el clamor popular, cabe preguntarse entonces ¿No se cometió una equivocación histórica o un tremendo error político?
108 Esta característica del guatemalteco fue observada también por el holandés Jacobo Haefkens (1789-1858); al llegar al Estado de Guatemala, entrando por Izabal y pasando por la Montaña del Mico -después del 19 de septiembre de 1826- especifica: "Una mercancía de la que el viajero tiene que tener irremisiblemente gran acopio es la paciencia, pues jamás estas gentes temen llegar tarde (…) Su pereza es experimentada sobre todo por la mañana, a la hora de partir y, en especial el primer día, pues habiendo quedado firmemente con emprender el viaje a las cinco o a las seis, no debe uno asombrarse lo más mínimo si se presentan a las ocho o aun a las nueve." Véase: Haefkens, Jacobo; Viaje a Guatemala y Centroamérica. Guatemala: Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala, Serie Viajeros, Volumen I. Traducción del holandés: Theodora J. M. van Lottum. Edición, revisión, notas e índice temático: Francis Gall. Prólogo: Luis Luján Muñoz; Editorial Universitaria, Volumen No. 63. Universidad de San Carlos de Guatemala, 1969. Páginas 24 y 25.
Nota: originalmente el libro fue publicado en Holanda, en tres volúmenes, así: Volumen 1, Viaje a Guatemala, 1827; Volumen 2, Viaje a Guatemala, 1828; y, Volumen 3, Centroamérica, desde el punto de vista histórico, geográfico y estadístico, 1832.
Porque al haberse interrumpido a los once meses109 su mandato constitucional de seis años, por un salvaje cuartelazo, cortó de tajo el destino de la Nación, cuando el gobierno se encontraba empeñado en la búsqueda de nuevos derroteros de progreso y bienestar para sus habitantes. Las consecuencias fatídicas que se derivaron de ese hecho tan abominable, nos condujeron años después a otra tiranía tan feroz y sangrienta como la de Estrada Cabrera: la de Jorge Ubico. Pero Dios así lo dispuso y el destino de los pueblos está escrito con letras de molde en las páginas de la historia.
( )
No bien había amanecido el miércoles 5 de diciembre, cuando un ensordecedor ruido de cañones y cascos de caballos, en las empedradas calles y avenidas de la silenciosa y pequeña capital, despertó a los vecinos antes de la hora acostumbrada. La gente, con visibles expresiones de pánico y sorpresa, comenzó a salir a las puertas de sus casas, a inquirir noticias de lo que estaba ocurriendo. Lo que en un principio fue un persistente rumor, al cabo de pocas horas ya corría la noticia por los cuatro vientos: los cuarteles de San José, Aceituno y Matamoros se habían levantado en armas, obligando al Presidente Herrera, a renunciar de su alto cargo.
Pero veamos lo que ocurría en la casa presidencial. Tres militares encabezados por el general José María Ore-llana, jefe del estado mayor del ejército, habían asumido el poder por la fuerza de las armas, formando un triunvirato militar. La casa presidencial que estaba sitiada por las tropas, había sido invadida por la soldadesca, que se movía nerviosamente en su interior. En el Despacho del Presidente, se hallaba el general Orellana, su estado mayor de cinco oficiales y el hermano del presidente, don Salvador Herrera. Los momentos dramáticos vividos en esos instantes, me fueron relatados por el coronel Efraín Medina, en ese entonces con el grado de teniente del ejército y que integraba el estado mayor del general Orellana. El relato me lo hizo el coronel Medina, muchos años después, en 1973, cuando formaba parte del cuerpo de seguridad del ex jefe de gobierno coronel Enrique Peralta Azurdia, hospedado en la casa de mi padre en la calzada de San Juan, cuando impulsábamos su candidatura presidencial. La versión del coronel Medina, fue confirmada plenamente por mi señor padre, en ese entonces como ya es sabido, ministro de Gobernación y Justicia. Veamos lo que ocurrió.
Cuando los protagonistas de la escena, ingresaron en forma abrupta y descomedida al Despacho presidencial, don Carlos Herrera, se encontraba de pie, al frente de su escritorio, aparentemente sereno, en espera de la llegada de los jefes insurgentes, que ya le habían notificado el paso que habían dado. Don Salvador, revólver en mano, apuntándole a la cabeza, le dijo: "lo siento mucho Carlitos, tienes
109 No fueron once sino dieciocho.
que firmar tu renuncia o te mueres, razones de estado así lo exigen". Casi sin poder articular palabra, don Carlos, con el semblante demudado, y con lágrimas en los ojos le dijo: "así lo haré Salvita y que Dios te perdone por lo que haces". Tomó con la mano derecha una pluma de oro que tenía en su escritorio, la mojó en el tintero y firmó su renuncia irrevocable. Don Salvador Herrera agregó: "te hago entrega de los pasajes del ferrocarril vía Puerto Barrios, que abordarás esta misma noche a las ocho, y sacando de su cartera unos boletos, le dijo a su hermano, aquí está también tu pasaje para que abordes el vapor, que zarpa pasado mañana hacia el puerto de Marsella. De allí en adelante te radicarás en París, donde será tu nueva residencia".
( )
El semanario "Entre broma y broma", que dirigía el genial caricaturista "Moncrayón",110 que comenzó a circular por la libertad de imprenta, publicó una caricatura, donde ponía en labios de don Carlos Herrera, las palabras del gran Emperador francés Francisco I, después de su triste derrota que dijo: "todo se ha perdido, menos el honor". La parodia decía "Todo se ha perdido, menos Pantaleón".
Cuando un amigo le preguntó a don Carlos en el exilio, que por qué no había cumplido su promesa de convertir a Guatemala en una Suiza, respondió lacónicamente: "porque no encontré a los suizos". Don Carlos Herrera jamás volvió a Guatemala. Murió en París en el año 1930, a los 74 años de edad."111
Por su parte, Juan José Arévalo Bermejo (1904-1990), Presidente de Guatemala durante el período 1945-1951, comenta acerca de los sucesos que dieron al traste con el gobierno de Carlos Herrera:
"Pero a las pocas semanas las sosegadas vacaciones se vieron amenazadas de tormenta. El 5 de diciembre, por la tarde, mi padre se me acercó con ánimo austero y me dijo en voz baja: "No te movás de casa. Estaremos juntos hasta la media noche". Me atreví a preguntarle, también en voz baja los motivos. "Esta noche atacaremos el cuartel", me contestó. ¡El cuartel cuyos altos muros teníamos a un costado de nuestro domicilio! Gran emoción varonil. Recordé entonces la
110 Se refiere a uno de los más destacados artistas de la caricatura, José Cayetano Morales (1874?-). En la edición electrónica del diario Prensa Libre correspondiente al 4 de diciembre de 2007, la periodista Nancy Arroyave publicó el artículo Un acercamiento a MonCrayón, en el que anota: "Para Guillermo Monsanto "todavía hay artistas de primer orden por historiar. Éste es el caso del retratista, caricaturista y periodista José Cayetano Morales", cuyo pseudónimo fue MonCrayón una figura que debió ser "muy prudente e inteligente para no verse limitado en una época de represión como la que le tocó vivir", la dictadura de Estrada Cabrera." Véase http://www.prensalibre.com.gt/pl/2007/diciembre/04/189521.html. Consulta efectuada el 13 de agosto de 2009.
111 Salazar Valdés, Federico; Vivencias. Episodios y anécdotas del ayer 1920 – 2001. Primera Parte, capítulo
"La Administración Pública". Página Web consultada el 18 de agosto de 2009. http://www.fsalazar.bizland.com/VIVENCIAS.htm
destitución de Don Meches Fuentes con motivo de las fiestas rufinistas, y nuestra emigración en familia huyendo del clima de delincuencia que se desató en Taxisco.112 La lucha entre liberales y conservadores, dentro del propio Gobierno, caía en una fase extrema. Tremendos errores cometidos por los líderes del Partido Unionista condujeron al desprestigio de la gloriosa entidad que inició la revolución
nacional de 1920. Ambiciones personales, pasiones en desborde, reparto de prebendas, ensoberbecimiento frente al Jefe del Estado, señor Herrera, en cuya pendiente se llegó hasta planear por parte de los conservadores un nuevo cambio de Jefe: todo esto irritó a los liberales y distanció al partido conservador frente al pueblo. Los estudiantes universitarios, actores brillantes en la batalla popular contra Estrada Cabrera, lanzaron su protesta por la conducta de aquellos prohombres. Les enrostraron sus ideas retrógradas en manifiesto de Julio del propio año 20. "El pueblo y los estudiantes han sido engañados", les dijeron. "Sois los conculcadores del Derecho y la Justicia". la primera de las 143 firmas de ese Manifiesto fue la de Eugenio Silva Peña.
A la ruptura de los estudiantes con el "glorioso" partido, siguió la reorganización de los núcleos políticos liberales, cabreristas o no, que se aprovecharon hábilmente de los desaciertos del adversario. Surgieron entonces el Partido Demócrata y el Partido Liberal Federalista, como conglomerados que golpearon duramente desde sus tribunas y desde sus periódicos. ¡"Hoy más que nunca "!, gritaba al comienzo de cada período, en discurso vehemente, uno de los oradores juveniles, durante una belicosa asamblea allá en la Sexta norte, donde más tarde estuvo la Jefatura Política. Finalmente, el descontento por el programa conservador que se estaba imponiendo desde ciertas esferas del Gobierno, contagió a los cuarteles, y los jefes del Ejército, rufinistas en su mayor parte, hicieron causa común con la juventud y con las viejas cabezas del liberalismo.
Cuando la situación alcanzó su punto crítico, el Partido Demócrata fijó la fecha para la acción y ordenó a sus adeptos prepararse militarmente en toda la República.
En Escuintla los liberales se subdividieron en grupos, distribuidos por toda la ciudad, para no provocar sospechas. Uno de esos grupos ejercía el comando. Determinadas personas desempeñaban el papel de enlace entre el comando y los grupos. Se dependía de órdenes cursadas desde la capital. Mi padre y yo estuvimos en guardia desde la entrada de la noche. Vino a sumársenos don Nacho Duarte, un jutiapaneco de antiguas vinculaciones con Taxisco. [ ] Don Nacho se escapaba a la calle cada tanto tiempo y volvía con secretos que transmitía al oído de mi papá. En el último de esos viajes de escurrida, pasada la media noche, regresó con la gran noticia: no habrá asalto al cuartel porque en la capital Herrera depositó el mando en tres Generales. Nos informaron, después, que la insurrección se inició en la Guardia de Honor, cuerpo militar que desconoció la autoridad de Herrera un poco antes de la media noche. Inmediatamente se presentaron ante el Jefe del Estado los Generales que dirigían la conspiración, los miembros de la directiva del Partido Demócrata y
112 Taxisco, departamento de Santa Rosa, Guatemala. Lugar de nacimiento de Arévalo Bermejo.
algunas personas particulares. Después de una conversación, sin dramatismo, Herrera resignó el mando en los Generales Orellana, Lima y Larrave. El propio Herrera despachó a su Embajador en Washington, Doctor Bianchi, un cablegrama para que pidiera al Gobierno de Washington reconocer al nuevo Gobierno Otros telegramas a las Jefaturas Políticas indicándoles que entregaran la plaza. El triespadato fungió muy pocos días: el 10 de diciembre, la vieja Asamblea Legislativa de Estrada Cabrera, repuesta en sus funciones, concentró el mando,
como jefe de Estado, en el General Orellana."113
El guatemalteco Manuel Francisco Galich López (1913-1984) establece que el general José María Orellana derrocó a Carlos Herrera para proteger los intereses del monopolio ferrocarrilero yanqui. Véase: Galich, Manuel; Del Pánico al Ataque. Editorial Universitaria. Guatemala, 1985. Página 362. La obra es reedición de la original, 1949, con un Epílogo publicado en 1967.
En 1956 Galich insistiría sobre este asunto, señalando que debido a que un convenio de 1908 entre el Gobierno y la empresa ferrocarrilera (IRCA) fue incumplido, el gobierno de Carlos Herrera dispuso cancelarlo y exigió a la empresa la entrega de tierras ociosas. Esto no gustó a la misma, quien hizo arreglos con José María Orellana para lograr su deposición por medio del golpe de Estado. Véase capítulo segundo de: Galich, Manuel; Porqué lucha Guatemala -Arevalo y Arbenz: Dos Hombres contra un Imperio. Buenos Aires: Elmer Editor, 1956. En Guatemala el Ministerio de Cultura y Deportes publicó la segunda edición facsimilar en 1994.
En 1946, el guatemalteco Carlos Alberto Sandoval Vásquez publicaría su obra testimonial Leifugados, donde también se refiere al convenio de 1908, explicando que al asumir Carlos Herrera en abril de 1920,
"Al unionismo se le presentó una grave dificultad con la poderosa compañía extranjera que esquilma al país, dificultad que la oposición aprovechó para derrocarlo del poder. La Compañía monopolisadora (sic) de los caminos de hierro de Guatemala, había celebrado, con Cabrera, un contrato para construir el tramo del Ferrocarril Zacapa-El Salvador, el que, conforme a una de las cláusulas de la negociación, debería haber estado construido trece años antes del arribo al poder del Presidente Herrera, y a la sazón, ni siquiera habían sido iniciados los trabajos preliminares. El contrato era, como no podía ser menos, desastroso para Guatemala, y como consecuencia, aprovechando aquella propicia falta de la Compañía, la Asamblea Nacional lo declaró caducado La Compañía, atenida a su poder y a los acorazados de sus protectores, se opuso terminantemente a revisar el contrato Los
113 Arévalo Bermejo, Juan José; La inquietud normalista 1920-1927. Guatemala: Editorial Académica Centroamericana S.A. (EDITA), 1980. Páginas 38-40.
La edición original fue publicada como sigue: Arévalo Bermejo, Juan José; La inquietud normalista: estampas de adolescencia y juventud, 1921-1927. El Salvador : Editorial Universitaria de El Salvador, 1970.
de la directiva del Partido Liberal Federalista se avocaron con la Legación estadounidense, en Guatemala, y enseguida uno de sus miembros, el general José María Lima, fue a Nueva Orleáns a entenderse con la United Fruit Company, y la suerte de la nación quedó echada La noche del 5 de diciembre de 1921, los generales José María Orellana, José María Lima y Miguel Larrave, tiraron por la borda al Presidente Herrera, ocupando esa misma noche la Casa del Pueblo y un gobierno presidido por Orellana, se estableció en el acto; gobierno que fue instantáneamente reconocido por el de Estados Unidos El contrato del Ferrocarril Zacapa-El Salvador -que no se quiso revisar con un Gobierno honesto- fue aceptado en condiciones más lesivas que el firmado por Cabrera; y Guatemala, como exquisito postre, dio a la Compañía la cantidad de 475.000 dólares, que los autores
del cuartelazo otorgaron por el reconocimiento de Orellana "114
A continuación otros extractos de lo escrito por Manuel Galich en 1956 y 1982, con relación al golpe de estado contra Carlos Herrera.
Galich en 1956:
"En cuanto al esfuerzo unionista de 1921 ya se conocen las causas de su fracaso: el tratado Bryan-Chamorro115 y la ingerencia de capitales extranjeros en la política de Guatemala, servidos por el cuartelazo que llevó al poder al general pardo Orellana. En uno y otro caso, razón imperialista."116
Galich en 1982:
"3.1-2.3 ESTADOS UNIDOS/CENTROAMÉRICA. Manuel Galich, ministro guatemalteco de Educación durante el gobierno de Arévalo y además de otros cargos canciller en la época de Arbenz; dramaturgo y director de teatro en Casa de las América, Cuba, escribió en Granma el 24 de enero de 1982 el artículo que reproducimos a continuación:
114 Sandoval Vásquez, Carlos Alberto; Leifugados. Guatemala: Impreso por Impresora Periodística y Comercial S. de R.L., Humboldt 9, México, D.F. Extractos de páginas 29 a 31.
115 Se refiere al Tratado suscrito por los gobiernos de Estados Unidos y Nicaragua el 5 de agosto de 1914, por medio de sus representantes Bryan y Chamorro, respectivamente. Un ominoso tratado en cuyo artículo
primero Nicaragua "cede a perpetuidad, al Gobierno de los Estados Unidos, libres de todo impuesto u otra carga pública, los derechos exclusivos de propiedad, necesarios y convenientes para la construcción, operación y mantenimiento de un canal interoceánico por la vía del río San Juan y el gran Lago de Nicaragua, por cualquiera otra ruta del territorio nicaraguense." Sáenz, Vicente; Rompiendo Cadenas. Las del imperialismo en Centroamérica y en otras Repúblicas del continente. México, D.F.: Segunda edición corregida y aumentada con notas adicionales hasta 1951. Unión Democrática Centroamericana, Departamento Editorial, 1951. Página 170.
116 Galich, Manuel; Porqué Lucha Guatemala. Arévalo y Arbenz: dos hombres contra un imperio. Buenos Aires: Elmer Editor, 1956. Página 186
"El 5 de diciembre de 1921 fue derrocado el presidente de Guatemala, Carlos Herrera, mediante un cuartelazo encabezado por el jefe del Estado Mayor del Ejército, general José María Orellana, nombrado por el propio Herrera. Orellana, con otros dos generales, se constituyó en un Consejo Militar, se hizo nombrar Designado al Poder Ejecutivo y en marzo de 1922 resultó "popularmente electo" presidente de la República. Un típico golpe de los que hoy llaman "gorilazos". Ninguna significación particular en su género tendría por sí mismo, pues el ciudadano Herrera, un magnate azucarero, era bastante anodino, si atrás de este hecho típico no hubieran estado el imperialismo, los intereses fruteros y ferrocarrileros yanquis, un tratado canalero y otra gran frustración en el más caro anhelo de los centroamericanos: la reunificación de las cinco pequeñas y disgregadas repúblicas. Participación imperialista en los gorilazas latinoamericanos, brutal o taimada, igualmente típica.
Intentaré una apretada laparoscopía de este turbio capítulo de la historia de Centroamérica.
Hacia 1920, se respiraba en todo el Istmo una atmósfera tonificada por nuevos aires unionistas. Las palabras unionista y unionismo tienen para los centroamericanos un profundo contenido histórico. Expresan el latente sentimiento de reconstrucción de la patria mayor, cuyo símbolo, por excelencia, es Francisco Morazán. Tan fuerte es ese sentimiento que en abril de aquel año, constituyó una bandera lo suficientemente poderosa para que el pueblo guatemalteco derrocara, con las armas en la mano, a un déspota como Manuel Estrada Cabrera. Éste significaba veintidós años de tiranía y de irrestricta entrega del país a la United Fruit Company y a su subsidiaria, la International Railways of Central America. Tierras, puertos, transportes, aduanas, todo para el negocio bananero. Derrocado Estrada Cabrera, el Partido Unionista, que en ese momento era todo el pueblo, eligió a Carlos Herrera.
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