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La década dorada: economía e inversiones españolas en América Latina 1990-2000 (página 2)


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A partir del año 2000, países como Ecuador y El Salvador adoptaron esquemas de dolarización, consecuencia de la debilidad de sus respectivas monedas, creando un cambio en la política monetaria, la tasa de interés real se redujo en un grupo amplio de países, continuando con la tendencia perceptible desde el segundo semestre del año1999. El margen de intermediación, se amplió durante los años 1998 y 1999, lo cual no mostró variación alguna. A pesar de esta depreciación en los tipos de interés, la oferta crediticia permaneció estancada. Impulsando una disminución en la demanda de financiamiento por parte del sector público, por el déficit fiscal y también la atonía de la inversión interna, tanto de empresas como de particulares.

4. Educación y tecnología

La decaída del progreso tecnológico mundial se explica en parte por las diferencias a nivel educativo, ya que la capacidad de innovación tecnológica y de asimilación de nuevas tecnologías está medida por los conocimientos y la capacidad de aprendizaje de empleados y trabajadores. La ausencia de sistemas adecuados genera una sub-utilización del capital humano con el serio gravamen para la productividad y competitividad de las empresas.

Es de gran importancia incrementar las inversiones públicas en la mejora de los sistemas educativos, para optimizar las capacidades productivas, competitivas y simultáneamente, contribuir asimismo a través de la educación a reducir la pobreza y generar una mejor distribución del ingreso. La tecnología es otro sector prioritario de la inversión pública y de mucha importancia, debido a que esta es muy significativa entre las economías avanzadas de América Latina y los países más desarrollados.

El hecho de que la informática se encuentre aún en su etapa de difusión, ofrece la oportunidad de comprobar la relevancia de estas variables y de comprender de forma más general, las causas del atraso tecnológico de la región. Subsidiar los ordenadores o la creación de puntos de conexión de Internet no apunta en solucionar este atraso.

La práctica de la innovación tecnológica, ocurre en contextos institucionales específicos, que no se reflejan apropiadamente en variables como las recién consideradas, en donde también hay campos intensos y extensos para la acción del gobierno. Estudios recientes sobre la innovación de la región demuestran que los gastos de investigación y desarrollo en América Latina son muy limitados, el personal dedicado a estas actividades es insuficiente y se encuentra subutilizado, mientras que las vinculaciones entre las empresas y los centros de investigación son incipientes y los flujos de información son débiles.

5. Integración económica

La prolongación de una política comercial abierta y el fortalecimiento del proceso de integración económica regional son dos principios básicos en la búsqueda del mejoramiento de los niveles de competitividad de los países de la región. Los avances potenciales de la integración económica a través de la instrumentación de los diferentes acuerdos de libre comercio, unión aduanera y mercado común existentes en Latinoamérica son enormes. La ampliación de estos acuerdos, sea a través de la incorporación de países como Bolivia y Chile al Mercosur o a través de la negociación de nuevos acuerdos entre grupos de países como Mercosur y la Comunidad Andina, tiene como resultado mercados regionales más extensos, con mejores oportunidades de ganancias generadas por economías de escala para las empresas en cualquiera de los países participantes.

6. Mercado de trabajo

Latinoamérica, no tiene abundancia de trabajo sin cualificación, implicando esta mayor concentración en la producción de bienes intensivos en mano de obra no especializada, y donde la competitividad internacional depende ante todo del costo de la mano de obra. A pesar de esto, no ha logado obtener una estructura educativa comparable con la de los países líderes del Sudeste de Asia o los desarrollados.

Es de gran importancia señalar que la fuerza de trabajo Latinoamérica cuenta con educación primaria, ya sea completa o incompleta, y algunos países cuentan con proporciones respetables de trabajadores con estudios universitarios. Envolviendo esto el riesgo de no poder competir frente a regiones de menor educación en la elaboración de bienes intensivos en mano de obra no calificada, pero ofrece mejoras más rápidas de productividad y de penetrar algunos segmentos de los mercados de bienes de contenido tecnológico medio o alto, como ya lo han conseguido México, Brasil y últimamente con bastante intensidad, Costa Rica.

Ningún sector productivo, puede pretender que su competitividad se base en reducir el bienestar de sus trabajadores. La posibilidad de competir y expandirse no depende del salario de los trabajadores, sino de los costos laborales unitarios, es decir la combinación del costo efectivo por trabajador y la productividad del trabajo. La productividad del trabajo se ve afectada por el retraso educativo de muchos países latinoamericanos, las deficiencias de los sistemas de capacitación y la calidad de las relaciones laborales.

La prioridad fundamental debe ser la universalización de la educación secundaria mediante una mezcla de incentivos de oferta y demanda. Para obtener una excelente educación y poder mejorar las posibilidades futuras de los sistemas de capacitación laboral. Lo que se propone es completar la transición hacia un mercado de trabajo más flexible y dinámico, mediante la modernización de la legislación laboral que privilegie la creación de nuevos empleos para reducir de esta manera las altas tasas de desempleo que se presentan actualmente en la región.

7. El ambiente empresarial

En el mundo empresarial, reciben gran atención las comparaciones de tamaño de las grandes firmas de cada país y de cada sector, ya que reflejan en una manera sencilla la capacidad de crecimiento de unas empresas frente a otras. Cuanto mayor es el tamaño de una economía, más grandes son sus empresas. No obstante, las grandes compañías de Latinoamérica son mucho más pequeñas de lo que podría esperarse para el tamaño de las economías.

El tamaño reducido de las empresas latinoamericanas es producto del deficiente suministro de recursos productivos claves, como son el crédito o la infraestructura de transporte, energía y las telecomunicaciones. En los últimos años ha crecido un gran interés entre los gobiernos y los sectores privados por identificar políticas que ayuden a mejorar la calidad del ambiente para la inversión y para el aumento de la productividad en un medio de estabilidad macroeconómica y de integración a la economía internacional.

Esencialmente, el crecimiento económico tiene dos orígenes principales: El ritmo al que se acumulan maquinaria, educación y otros factores productivos, y la productividad con la que se utilizan esos factores. En ambos aspectos, como ya se ha mencionado anteriormente, las economías latinoamericanas tienen serias deficiencias. La región tiene las tasas más bajas de inversión en maquinaria y equipo de todas las grandes regiones mundiales. Aunque ha dejado de ser una zona de trabajo no calificado, los niveles de educación están creciendo a un ritmo mucho más lento que en regiones más educadas, como el Sudeste Asiático, o que otras con menores niveles de educación, como el Medio Oriente u otras regiones de Asia.

8. Las reformas estructurales y el crecimiento

Desde el punto de vista microeconómico se necesitan la consolidación y la profundización de las reformas estructurales para acrecentar la eficiencia del mercado. Entre otras reformas, es significativo hacer hincapié en la importancia de que se apliquen incentivos reales para el aumento del ahorro interno y su inversión productiva. Para lo cual, se impone solidificar el sistema financiero para que éste actúe de manera eficiente en la captación de ahorros internos y externos y en la distribución de estos recursos al sector privado en la forma de inversiones sólidas, productivas y rentables.

En este proceso, las multinacionales europeas y, de un modo destacado, las empresas españolas, han jugado un papel superior. Las reformas estructurales no han causado un efecto sobre el crecimiento, el empleo y la equidad a nivel agregado, aunque la liberalización comercial y la privatización han resultado decisivas para impulsar la reestructuración de mercados, lo que se tradujo en el ingreso de nuevas empresas e inversiones.

9. Riesgos a corto, medio y largo plazo

En el corto y medio plazo, uno de los riegos más evidentes de la mayor inserción de los países latinoamericanos en la economía mundial, siendo estos más vulnerables ante las crisis internacionales. Las reformas aplicadas en la región, así como la necesidad de consolidar y fortalecer este proceso de transición en el futuro, presentan riesgos que se deben analizar y resolver.

En el largo plazo, el riesgo está vinculado a la exclusión social y la concentración del ingreso. Es significativo resaltar que el crecimiento económico mundial sustentable es condición necesaria, aunque no suficiente, para la reducción de la pobreza y para una mayor justicia social en la región. El retorno a tasas más altas de crecimiento está vinculado a una aceleración de los niveles de inversión, que a su vez depende del aumento del ahorro interno y de las condiciones favorables para la captación del ahorro externo. Las políticas más agresivas de bienestar social, que tienen un impacto transitorio en los efectos negativos de la extrema desigualdad económica en la región, no son medidas efectivas para la solución del problema a largo plazo.

Una legislación sólida y bien instrumentada, debe introducir eficiencia en las pequeñas y medianas empresas, que en la región son parte fundamental de sus respectivas economías nacionales a la hora de la creación de empleo, ampliar las exportaciones y dar salida a generaciones de jóvenes emprendedores tanto en la economía tradicional como en el sector de la nueva economía, para disminuir los riegos.

10. Desafíos para la industrialización

Todas las naciones tienen un alto nivel de desarrollo han pertenecido al mundo industrializado. Por consiguiente, los países sin industria o con una actividad fabril insuficiente, sufren necesidades siendo esto común de las regiones subdesarrolladas. Las industrias son promotoras del progreso de la economía, y éstas son las principales razones que justifican sobradamente la conveniencia de promover la industrialización como objetivo del más alto interés nacional para Latinoamérica.

Actualmente, la industrialización es para los países avanzados un reto más que superado. El estudio de la industrialización ha dejado de ser una preocupación corriente para convertirse en una ocupación de los historiadores de la economía. Aunque, para los países en desarrollo, a pesar de la gran contracción de la industria, la industrialización sigue estando a la orden del día en los países más pobres. Los economistas, incluso, han rescatado el concepto de industrialización para recalcar en qué consiste salir de la pobreza. Mientras que el concepto de desarrollo económico se operativita, al referirlo a los países más atrasados del mundo, como un salto industrializador.

En efecto, sólo entre los países menos desarrollados, es donde se observan movimientos enérgicos en la dirección de la industrialización. En la última década, y atendiendo a los datos recopilados por las Naciones Unidas y ampliamente reproducidos por el Banco Mundial, el valor añadido de la industria manufacturera sólo gana importancia en el PIB.

Panorama de la economía latinoamericana

1. Fondo monetario internacional (FMI)

El FMI pronosticaba un aumento alrededor del 4,3% para el 2000 y del 4,5% en el 2001. La austeridad fiscal y monetaria, en gran parte de los países, ha generado una inflación decreciente en la región, como lo muestra el Gráfico VIII. La económica internacional junto con la austeridad fiscal, permitieron una baja de déficit fiscal al situarlo en el 2,4% del PIB, frente al 3% del año anterior.

La mayor parte de los países involucrados graduaron sus políticas monetarias para lograr una rápida reactivación económica, minimizando sus déficits fiscales, aunque encontraron un inconveniente en el aumento de los precios del petróleo, los países no productores influyendo de esta manera en el crecimiento de la inflación.

Se podría decir que casi todos los países suavizaron o flexibilizaron sus políticas monetarias para lograr una más rápida reactivación económica, reduciendo sus déficits fiscales, aunque encontrando un escollo en el aumento de los precios del petróleo, los países no productores influyendo de esta manera en el crecimiento de la inflación.

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Gráfico 7. Evolución reciente y proyecciones del PIB y de la inflación en Latinoamérica.

Este crecimiento económico durante el año 2000 y su continuación proyectada hacia el 2001 presentaban variaciones sustanciales entre los países.

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La Tabla 5 muestra, que las tasas de crecimiento en 1999 variaron del positivo 8,3% en la República Dominicana al negativo 7,3% en Ecuador. De la misma forma, las tasas varían para el 2000, y la expectativa es que de los 11 países incluidos en la lista hayan tenido un desempeño económico mejor durante el 2000 que el registrado en 1999. Evidentemente este crecimiento económico durante el año 2000 y su continuación proyectada hacia el 2001 presentaban variaciones sustanciales entre los países.

Para estos años recientes el FMI prevé recesión más profunda en América Latina de lo que se estimaba anteriormente, dijo el martes el Fondo Monetario Internacional, debido a una agudización del histórico desplome de la actividad en Brasil y un desempeño moderado en México. Donde se proyectó en su última edición de las Perspectivas de la Economía Mundial que la producción de la región de Latinoamérica se contraerá un 0,5% en 2016, un descenso levemente más pronunciado que el 0,3% que había calculado el organismo en enero.

Además la economía mexicana se expandiría 2,4% para el 2016 y 2,6% para el presente año. Aun así, las nuevas estimaciones representaron disminuciones respecto de los cálculos ya rebajados que había ofrecido en enero, destacando una reducción gradual del optimismo en torno a México.

Perú volvió a presentar el mejor panorama de Latinoamérica, con un avance esperado del crecimiento en 2016 y el 2017, a 3,7% y 4,1%, respectivamente. El FMI atribuyó esta mejora a un fortalecimiento de la actividad en el sector de los recursos naturales, que incluye la minería.

Sin embargo, las proyecciones para los otros países de la región continuaron deslucidas. Chile se vería afectado por el declive del precio del cobre, Colombia por la baja del valor del petróleo, Argentina tendría una leve recesión este año por el ajuste que atraviesa y Venezuela seguiría en una crisis aguda.

Como recomendaciones de política en general ante este panorama, combinado con el pronóstico de precios bajos de las materias primas por un período extenso, el FMI recomendó a los países emergentes mantener la flexibilidad cambiaria, vigilar el impacto de este enfoque sobre la inflación y ajustar el gasto.

2. Banco mundial (BM)

El panorama económico del BM en su informe para el año 2001 pronostican un crecimiento moderado y sostenido en el contexto económico internacional, con un incremento previsto del 4,1% para dicho año y un potencial para duplicar el crecimiento per capita de la pasada década, esto se debe gracias a la estabilización de los mercados financieros internaciones y al florecimiento del comercio mundial

Según el informe, las previsiones económicas a largo plazo están sustentadas en la tendencia hacia la aplicación de políticas de mercado en las economías más grandes, la posibilidad de aprovechar los avances tecnológicos e incremento de la inversión extrajera directa. No obstante estas economías continúan enfrentándose a serios peligros a los años venideros, en especial la posibilidad de una mayor inestabilidad de los mercados financieros una abrupta desaceleración del crecimiento estadounidense, cambios bruscos en los precios del petróleo y pérdida del impulso al proceso de reformas internas.

Mediante los indicadores macroeconómicos se experimentó una mejora sostenida, tales como la inflación, desempleo, capital humano, entre otros. Donde la inflación tuvo un declive en promedio en la durante la última década de 24% al 6%, a excepción de Ecuador donde cayó el desempleo y los salarios reales en Brasil, Chile y México aumentaron en comparación al año 1999. Pero el desempleo más alto sigue estando en Argentina y Colombia.

Ahora para el año 2016 un panorama general el BM informa que se espera que el PIB de la región se contraiga 1,1%, luego de un descenso de alrededor de medio punto porcentual en 2015. Esto marca a primera recesión bianual en más de tres décadas. Para el presente año 2017, se prevé que la economía regional crezca un 1,8% y continúe expandiéndose en 2018, aunque ello dependerá en gran medida de la fortaleza de los mercados externos y la capacidad de abordar los desafíos macroeconómicos

3. Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL)

El Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2000, publicado por este organismo, el PIB de la región se produjo una tasa media anual del 4% durante ese año, lo que se finalizó la década de 1990 con una tasa media anual del 3,3%. En el año 2000 la recuperación, está sustentando con el nulo crecimiento de 1999 (0,3%) y la modesta expansión de 1998 (2,3%), situándose por debajo de la registrada en 1997 (5,3%).

Por su parte, el producto por habitante aumentó un 2,4%, con lo que se acumularía un incremento de casi un 7% en los noventa. Este crecimiento se promovió por el auge de las exportaciones, el consumo y la inversión también tuvieron una contribución positiva. Vale mencionar que aumento de la demanda global se basó en el comercio exterior, por el crecimiento de las importaciones.

El crecimiento mundial favoreció las exportaciones de la región y el comercio intrarregional se incrementó sustancialmente. Las tendencias en los precios fueron dispares: el petróleo se incrementó un 60% y los minerales subieron un 8%, mientras determinados productos agrícolas sufrieron caídas de precios.

Dado el tamaño de sus economías, la fuerte expansión de México (7%) y el crecimiento más moderado de Brasil (4%) explican la reactivación de la economía regional, ya que los restantes países, en conjunto, sólo crecieron un 2,2%. Es importante resaltar que el impacto que esta desaceleración económica ha tenido sobre toda la región de América Latina. Ya que, Estados Unidos constituye el mayor mercado de exportación, el impacto comercial ha sido considerable. También se debe considerar que el flujo de inversiones extranjeras disminuyó por el deterioro de la rentabilidad organizacional.

Además, es destacable que 17 de los 22 países analizados registran inflaciones de un solo dígito, el contrapunto estuvo en Ecuador, donde la tasa alcanzó un valor del 97%, superando el 60% registrado en 1999. Los ajustes cambiarios experimentados por varios países de la región en los últimos dos años no tuvieron mayor efecto sobre la inflación, a pesar de la recuperación productiva de este año. Argentina, por el contrario, obtuvo un nuevo descenso de los precios al consumo.

Argentina, por su parte tuvo un caída de los precios al consumo, no hay recuperación alguna en la economía lo que no ha producido mejora de las variables laborales, esto fue lo acota en el informe realizado. Se muestra un incremento muy bajo en la tasa de empleo (del 52,7% al 53% en una decena de países), siendo el más bajo de los últimos diez años si exceptuamos el ejercicio anterior. Hubo un aumento en la oferta laboral pero el nivel de desempleo no disminuyo el cual se mantuvo en un nivel casi similar a lo registrado en al año anterior todo esto acompaño la reactivación. Los sueldos medios reales tampoco mejoraron en la mayoría de los países, registrándose incremento del 1,5% en los salarios reales en estos.

Un mejor contexto económico y la austeridad de la política fiscal ayudaron a disminuir el déficit fiscal al 2,4% del PIB, tras alcanzar en 1999 su nivel más alto de la última década, un 3%. En los países exportadores de petróleo hubo una destacada recuperación de los ingresos públicos y la mayor actividad económica y la recuperación del consumo permitieron incrementar los ingresos indirectos.

4. Evolución económica en américa latina

Latinoamérica se enfrentó en el año 2001 a un escenario externo más adverso que el percibido a finales del 2000. Por las condiciones externas menos favorables que las previstas originalmente y a situaciones internas adversas, problemas de abastecimiento de energía eléctrica en Brasil, demandas internas débiles y problemas políticos en otros países como Argentina, siendo probable que el año 2001 resulte decepcionante para América Latina. Para el año 2001 se esperaba una expansión del PIB del 2%, tras las diversas revisiones a la baja realizada lo que supone la mitad del crecimiento logrado en el año 2000.

Esta tasa de crecimiento está acompañada de un sostenido descenso de la inflación (el promedio regional del primer semestre se redujo a menos del 8%) y de un estancamiento del elevado desempleo (equivalente a alrededor del 8,5% de la fuerza de trabajo de la región). Además, se prevé una expansión del déficit en cuenta corriente, que ascendería a 58.000 millones de dólares (3% del PIB), después de haber alcanzado los 47.000 millones el año 2000 (2,5% del PIB) debido a la disminución del excedente venezolano a consecuencia del descenso en los precios del petróleo. A continuación, se muestran los puntos más sensibles y que inciden negativamente sobre el desenvolvimiento económico en toda la región.

  • a) Efectos sobre el comercio

El ritmo de expansión del comercio se ha reducido casi a la mitad con respecto al año 2000. El crecimiento de las importaciones pasaría del 13,5% al 7% y el de las exportaciones del 9% al 5%, observándose durante el primer semestre una contracción más en las exportaciones. Para América Latina en su conjunto, el mercado norteamericano representa más de la mitad de sus exportaciones y la desaceleración norteamericana ya comienza a dejarse notar: las proyecciones para el comercio de aquella zona muestran un fuerte descenso respecto a las tasas de 2000. También afecta considerablemente el menor valor de las exportaciones petroleras de la región. Las cifras sobre el comercio latinoamericano a comienzos del siglo XXI ratifican estas tendencias.

Durante el 2001, el valor de las exportaciones totales se ha contraído en Costa Rica, Ecuador, Colombia y El Salvador, se ha estancado en Chile y se ha desacelerado fuertemente, al igual que Uruguay.

  • b) Efectos sobre el financiamiento

En el transcurso del primer semestre del 2001, al deterioro del entorno económico internacional se agregó la delicada situación en Argentina para aumentar la incertidumbre de los inversionistas extranjeros. El nivel de reservas sufrió en marzo y abril sucesivas caídas concentradas en Argentina.

En 2001 se registró una contracción de las inversiones extranjeras directas, al igual que sucedió el año anterior. Respondiendo a la mejora de las condiciones, las colocaciones aumentaron considerablemente a principios de 2001, tras un cuarto trimestre de 2000 con escasa actividad. Sin embargo, la tendencia del agregado regional ha sido a la baja durante los cuatro primeros meses del 2001 y el monto total de este período, inferior a 13.900 millones de dólares, está lejos de los 17.000 millones emitidos en igual período del 2000.

  • c) 7. Desempeño económico interno

Luego de la satisfactoria recuperación de las economías de América Latina en el año 2000, la expansión del nivel de actividad se redujo en el 2001. El producto del conjunto de la región preveía un incremento del 2%, para situarse el PIB por habitante en un 0,5%. En particular, destaca el desempeño adverso de las mayores economías de la región. La tasa de crecimiento de México, que alcanzó el 7% en el 2000, luego se redujo una tercera la cual destino la mayor parte de sus exportaciones.

En Brasil, una severa crisis en el abastecimiento de energía eléctrica, sumado al deterioro del entorno exterior, ha propiciado un frenazo en su crecimiento, y en Argentina la situación económica es muy preocupante, al desaparecer el financiamiento externo y no conseguir reducir el déficit fiscal.

La reactivación económica en Chile, pese a las medidas adoptadas para reducir las tasas de interés. En Perú ha habido un fuerte descenso de la inversión y un deficiente nivel de actividad, Uruguay sigue sumido en una recesión y en Bolivia y Paraguay el crecimiento ha sido modesto debido a problemas políticos. Los países que presentaron las mejores perspectivas de crecimiento en el año 2001 fueron República Dominicana, Ecuador, y Venezuela, mientras que los países de Centroamérica mostrarán crecimientos inferiores a los generados en los últimos años.

  • d) Inversión, inflación y empleo

La expansión de la inversión bruta total en el año 2000 no se ha podido repetir en el 2001. La bajada de las corrientes de capital hacia varios países de la región, a raíz de las expectativas poco favorables de los inversionistas internacionales, impide alcanzar los niveles de inversión precedentes. México es sensible a la disminución en el año 2000 registró un incremento del 9% y sufrió un retroceso del 16%.

Chile y Brasil mostraron en el primer trimestre un aumento de inversión aunque esta situación se revirtió a partir del segundo. Argentina, Perú y Uruguay registrando caídas en los niveles de inversión al igual que en años anteriores. Por último, Colombia y Venezuela han mostrado favorables perspectivas, y se espera una mejora de la inversión en ambos países.

Por lo que respecta al empleo, la mejoría de la situación laboral a nivel regional, observado el año 2000 en lo que a generación de empleo se refiere, tiende a frenarse y a revertirse, debido a la desaceleración de la actividad económica en el 2001. La tasa de ocupación bajó al 52,6% durante el primer semestre en ocho países, comparado con el 52,9% del mismo período en el año anterior. A ello contribuyó la caída de este indicador en las economías más grandes de la región, Brasil y México, disminuyendo también en Chile, y manteniéndose constante en Argentina, Colombia y Venezuela.

5. CEPAL. Situación De La Economía Latinoamericana Después del 11 de Septiembre

Las economías de Latinoamérica y el Caribe crecieron escasamente en el 2001, con lo que se trunca la satisfactoria recuperación iniciada en 2000. Este deterioro se fue manifestando a lo largo del año, dada la disminución del crecimiento económico mundial y el agravamiento de la crisis en Argentina hasta desembocar en la suspensión de pagos. En el primer semestre el producto aumentó 1.5%, pero en el segundo disminuyó un 0.8%. El producto para el conjunto de la región se incrementó un 0.5%, mientras que por habitante declinó un 1%.

  • a) Efecto del 11 de septiembre

La tragedia del 11 de septiembre, agudizó los síntomas de recesión perceptibles en los principales países industrializados desde finales del 2000 o comienzos de 2001. En los primeros días de septiembre, todavía se esperaba una recuperación de la economía norteamericana para el año 2002. La tendencia afectó también las cotizaciones de otras materias primas, que descendieron notablemente.

Las repercusiones comerciales de estos hechos se reflejaron con mayor fuerza en México, Centroamérica y el Caribe, economías estrechamente vinculadas a la coyuntura en América del Norte, ya sea por su especialización en exportaciones de manufacturas producidas en industrias maquiladoras, por el desarrollo de actividades turísticas, o por la importancia de las remesas familiares que envían los trabajadores que han emigrado.

En octubre, las esperanzas de esa rápida salida de la recesión en Estados Unidos se habían esfumado, debido al fuerte deterioro de las expectativas de los consumidores e inversionistas, y los analistas ya no esperaban un crecimiento mucho mejor en el 2002 que el previsto para 2001 (1.2% y 1.1%, respectivamente, según la misma fuente). También se acentuó el pesimismo en las economías de Japón y Europa.

La incertidumbre con respecto al futuro político y económico Global podría afectar los flujos de inversión financiera y directa hacia economías emergentes. Esto constituye una llamada de atención para las autoridades económicas latinoamericanas, que deben fortalecer la capacidad interna de financiamiento de la inversión. La comunidad internacional no debería desaprovechar las señales de mayor solidaridad Norte-Sur que surgieron luego de los atentados, y que permitieron incorporar, en mayor medida, el punto de vista de los países en desarrollo en la agenda de las negociaciones comerciales.

  • b) Las reformas estructurales se desaceleran

En gran parte de los países se está instrumentando el procedimiento de concesiones, lo que promete dar nuevo impulso a la cooperación de los sectores público y privado. El año 2001 fue prolífico en propuestas legislativas de reformas tributarias, que se promulgaron en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Perú y República Dominicana, y aún están en discusión en México y Panamá.

En el área financiera se tomaron medidas para evitar transacciones de origen ilícito en varios países del Caribe, se profundizó la supervisión bancaria en algunos países, adoptando medidas para ampliar el mercado de capitales en otros. Lo que motivo a, Argentina y Venezuela a crear medidas de control sobre el movimiento de capitales. Algunos países avanzaron en el marco normativo sobre la coordinación de políticas macroeconómicas.

  • c) Caída del comercio interregional

El comercio entre las Américas baja casi 4% en el 2001 con respecto al año anterior. Este descenso pone fin a una década de expansión en el intercambio comercial en el hemisferio occidental, que durante ese período aumentó a más del doble de la tasa de crecimiento de las exportaciones a otras regiones del mundo.

Brasil incremento sus exportaciones, principalmente por la recesión Argentina. Pero las exportaciones globales del Mercosur tuvieron un mejor desempeño gracias a un robusto crecimiento en las exportaciones a terceros países. Beneficiándose por la poca dependencia del mercado estadounidense y la depreciación de algunas de sus monedas nacionales. Impulsando esto las exportaciones entre países del Mercosur, que representaron sólo 18 por ciento de sus exportaciones totales, contra un máximo de 25 por ciento en 1998.

6. Vulnerabilidad de la economía latinoamericana después del 11 de septiembre

El Informe Económico del BID, presentado durante su 43 Reunión de la Asamblea de Gobernadores 2002, realizada en la ciudad de Fortaleza (Brasil), se usa como referencia para el análisis, por el recorrido del impacto económico y emocional del 11 de septiembre, estableciendo las incertidumbres que acechan a la región. Se produjo un desnivel por la situación internacional, que afecto también, como las crisis anteriores, al conjunto de las economías latinoamericanas. Generando vulnerabilidad económica que se mantienen presente. El desempeño económico de América Latina y el Caribe desde 1997 comprende tres fases definidas por sucesos externos.

Ello demuestra una vez más que la vulnerabilidad y dependencia económica y financiera siguen tan presentes, como lo atestiguan aquellos amortiguadores diseñados para salvaguardarse ante los dolorosos y desestabilizadores impactos externos que no ha funcionado. El desempeño económico de América Latina y el Caribe desde 1997 comprende tres fases definidas por sucesos externos. La crisis de las economías emergentes de Asia a mediados de 1997 marcó el comienzo de una fase de desaceleración. La crisis rusa, un año más tarde, precipitó a toda la zona en una recesión, que culminó con el inicio de una fase de recuperación a mediados de 1999.

A continuación, se presentan los aspectos claves para la economía de América Latina el 11 de septiembre:

  • a. Panorama internacional

Latinoamérica y el Caribe desde mediados de 1997, han sufrido una serie de choques externos adversos. A partir de la crisis de Asia, los precios de los productos de exportación y los términos de intercambio han desmejorado notablemente. Excluyendo los precios del excluido el petróleo, han caído cerca del 26% desde el segundo semestre de 1997. Los países no exportadores de petróleo como Chile y Perú, en lo que respecta a los términos de intercambio decayó 20%.

Hasta fines del 2000, los países exportadores de petróleo venían beneficiándose de los altos precios del crudo, pero desde entonces el petróleo también ha entrado en esta tendencia descendente, que se agudizó después de los sucesos del 11 de septiembre.

  • b. Resultados macroeconómicos

Luego de la crisis asiática de mediados de 1997, el crecimiento económico en América Latina comenzó a perder fuerza, y a raíz de la crisis rusa, se volvió negativo entre el tercer trimestre de 1998 y el segundo trimestre de 1999. Siguió entonces un período de fuerte recuperación, aunque de corta duración, propiciado en gran parte por el dinamismo de Estados Unidos. Las caídas en los términos de intercambio, la desaceleración del comercio mundial y el deterioro de las condiciones financieras internacionales pusieron fin a la recuperación económica que ocurrió entre mediados de 1999 y el primer trimestre del 2000.

Desde entonces, las tasas de crecimiento han sido moderadas y han tendido a debilitarse aún más a medida que la situación externa se fue tornando más adversa. Debido al reducido margen de ajuste en los saldos fiscales o exteriores, para preservar la estabilidad macroeconómica los países han tenido que recurrir a alguna combinación de aumentos del tipo de cambio y las tasas de interés.

  • c. Perspectivas y desafíos de política económica

Las perspectivas de crecimiento para Latinoamérica y el Caribe para 2002 fueron algo más positivas que las de 2001. Aunque no se esperaba recesión en ningún país de la región, excepto en Argentina, las tasas de crecimiento se prevén que sean inferiores al 4% y para la región en conjunto no llegan al 2%.

En el primer semestre del año 2000, el consenso de los mercados era que el crecimiento en 2001 sería del 4% o 5%. Los límites de la deuda no llegaban a los 600 centésimos de punto porcentual y el país gozaba de una buena calificación de riesgo. Posteriormente, el crecimiento pasó a ser negativo y los márgenes sobre la deuda alcanzaron niveles sin precedentes, precipitando la mayor cesación de pagos de la historia y la caída del gobierno.

En la tabla que se muestra a continuación, se reflejan los distintos indicadores para los años 200 y 2001.

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Tabla 6. El entorno externo (Porcentajes). Los cálculos se basan en datos hasta octubre de 2001.

7. FMI revisa a la baja sus proyecciones económicas

Desde la publicación de la edición de mayo de 2001 de "Perspectivas de la Economía Mundial", ha desmejorado el panorama para el período 2001-02, lo más destacado son las repercusiones de la desaceleración mundial más graves de las previstas, el retraso de la recuperación de Estados Unidos, el aumento más débil de la demanda interna y de confianza en Europa, las perspectivas de un crecimiento más lento en Japón, dado que este país sigue emprendiendo reformas estructurales, la continua contracción del gasto en tecnología de la información, que afecta en particular a Asia, y el deterioro de las condiciones de financiamiento en los mercados emergentes, sobre todo en América Latina.

  • a. Desaceleración mundial

El incremento del PIB se desaceleró en casi todas las regiones del mundo y al mismo tiempo se observó una aguda reducción del crecimiento del comercio exterior. Por esto, muchos países especialmente Estados Unidos, adoptaron medidas macroeconómicas más expansivas, siendo las más recientes las de mediados de septiembre tras la ofensiva terrorista. Esto sumado a la baja de los precios del petróleo y de otras conmociones que contribuyeron a la desaceleración económica ayudaría a sustentar la actividad económica y la confianza en el futuro. Sin embargo, permanecen grandes incertidumbres y riesgos porque esta fase descendente del ciclo vuelve al mundo más vulnerable ante nuevos imprevistos, y persiste el riesgo significativo de una desaceleración más profunda y prolongada.

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Tabla 7. Proyecciones de la economía mundial. Cifras actualizadas utilizando ponderaciones del poder adquisitivo.

  • b. Países en desarrollo y en transición.

Las perspectivas de crecimiento se debilitaron moderadamente en el Oriente Medio, debido a la baja de los precios del petróleo y a los recortes de la producción, además de la crisis que está padeciendo Turquía. El crecimiento proyectado en África se redujo, pero aún se espera que sea más alto que en el 2000, gracias a las mejores condiciones climáticas y la disminución de los problemas de seguridad en varios países. En cambio, las perspectivas para las economías en transición permanecieron prácticamente iguales.

Para Latinoamérica, el ataque terrorista contribuyó a aumentar a incertidumbre y la aversión al riesgo de los inversores, en un momento donde ya había preocupación por la desaceleración de la economía mundial, el deterioro de los fundamentos en los mercados de los países emergentes y la capacidad crediticia en determinados países en desarrollo.

Argentina. La primera crisis económica del siglo xxi. Lecciones para una economia global

Hace aproximadamente una década, Argentina se veía decaída por una incontrolada inflación que se situaba nada menos que en el 3.000 por ciento. Esta situación la situaba en una profunda recesión, soportando fuertes desequilibrios internos y externos, esto era muy grave y al mismo tiempo complicaba la superación de los anteriores tiempos sombríos de la dictadura militar.

El ministro de economía Domingo Cavallo diseñó en enero de 1991 una medida audaz: la Ley de Convertibilidad para mejorar las condiciones, este ligaba el peso argentino al dólar americano en un régimen de igualdad, con el fin de erradicar el proceso inflacionario. Los resultados fueron verdaderamente extraordinarios, pues en un corto espacio de tiempo se logró contener la inflación, crecer al 5 por ciento, recuperar la credibilidad internacional y atraer nuevamente importantes flujos de capitales externos.

Argentina vivió el proceso de empobrecimiento más rápido de una sociedad en tiempos de Paz. El PIB cayó casi un 4% en 1999, rompiendo así una tendencia creciente iniciada en 1995, se recuperó hasta el 1% durante el 2000, para bajar hasta el 5% en 2001, y se estima que disminuirá hasta el 12% en el año 2002. A su vez, la caída de la renta per cápita durante este período recesivo (los últimos cuatro años) se ha situado en un promedio del 28%, mientras que el desempleo lo ha hecho en el 30%. El índice de pobreza se sitúo durante el 2002 en el 40%. Sin duda, estas cifras los situaron en la peor recesión desde 1914, siendo más grave que la de los años treinta.

Progresivamente la difícil situación económica Argentina arranca de la crisis financiera internacional que sacudió a los mercados a finales de los años noventa. En un principio, ésta pareció quedar despejada al recibir un auxilio financiero en diciembre de 2000 por valor de 39.800 millones de dólares, de los cuales 14.000 procedían del acuerdo del FMI, en el marco de un programa de ajuste económico y asistencia financiera promovido por éste. España contribuyó a esta iniciativa para garantizar la línea de financiación. La deuda Argentina se descomponía sectorialmente en título públicos en moneda extranjera (con un 75%) y préstamos de organismos internacionales (alrededor de un 25%).

Fueron muchos elementos los que hicieron estallar la mayor crisis económica, social y tal vez política de la historia Argentina, muy parecida a la deuda externa en los años ochenta, también de esta crisis se desprenden varias lecciones que otros países en desarrollo deberían tener muy en cuenta para no incurrir en esta situación. Se pude acotar que la teoría económica funciona, demostrando que la combinación de déficits fiscales crecientes, causados por malos manejos administrativos y exceso de burocracia, una tasa de cambio fija, que restringía la política monetaria, dibujaba un panorama insostenible, que suponía una pérdida de confianza en el contexto internacional, todo lo cual condujo irremediablemente a la quiebra.

Así las cosas, la credibilidad internacional, tenían como parámetros centrales, la evolución fiscal que debía hacer frente al alto costo de la deuda y el monto elevado del financiamiento del sector público. La tercera lección, nos dice que no se pueden mantener políticas contrapuestas. Sin dudas, factores externos como los señalados, no llegan por sí solos a explicar en su totalidad el excepcional deterioro de la economía Argentina, pues otros países de su entorno, con problemas similares han sido capaces de hacer frente a esta situación.

Para contrarrestarla, se acometieron rápidas reformas, realizando ajustes macroeconómicos y fiscales, aplicando a su vez, recortes desconocidos en los salarios públicos y la seguridad social. A estas decisiones, le acompañaban fuertes medidas para mejorar la estructura de la deuda y reducir los desequilibrios fiscales. Todos estos desconocidos cambios, obedecían a que se deseaba cumplir con los acuerdos negociados con el FMI, pues era decisivo que esta institución le liberase definitivamente parte de los fondos negociados en octubre del 2001. Por su parte, las autoridades provinciales, reiteraban que ese recorte no será posible si antes no llegan los desembolsos. En el año 2002 las provincias se han comprometido a reducir sus déficits fiscales un 60%, respecto al desequilibrio del 2001, cuando la economía nacional cumplió su tercer año consecutivo sin crecimiento.

Es significativo acotar que ningún país del mundo ha salido de las recesiones o crisis sin contar con el apoyo del FMI, como lo demuestran los casos más recientes de México y Rusia.

En definitiva, demuestran que están seriamente comprometidos con la recuperación del país, encajando con altura de miras, las sucesivas reformas jurídicas, financieras, tributarias y comerciales. La novena lección, las reformas hay que cumplirlas. Argentina durante el 2001, logró uno de los ajustes fiscales y macroeconómicos más impresionantes que se hayan realizado, con recortes profundos en los salarios públicos, las pensiones y en los programas de la seguridad social. Además se le acompañó con medidas creativas y valientes para mejorar la estructura de la deuda externa y reducir los desequilibrios comerciales externos, consiguiendo en dos ocasiones durante este mismo año recibir el apoyo del Fondo Monetario Internacional.

Con una caída del PIB hasta el 14%, la inflación puede que se aproxime al 50% y el tipo de cambio del peso se encuentra entre el 78-80% habiéndose fijado oficialmente a 3,90 pesos por dólar (25-3-02) para bajar hasta los 2,90, después del acuerdo entre el BCA y nueve bancos, entre los que se encuentran los dos españoles (28-03-02). Esta relación puede cambiar el termómetro económico del país, pues depende donde se estabilice finalmente el tipo de cambio y se pueda presentar un déficit menor. Eso sí, siempre y cuando se consiga que el FMI acceda a desembolsar los primeros 9.000 mil millones de dólares puede que se produzca hacia finales de abril o primeros de mayo. La ayuda por parte del FMI, se halla en una crítica situación, pues el cambio de filosofía es evidente. Ellos señalan muy claramente: «No podemos inyectar nuevos fondos, en algo que no tenemos la esperanza de que pueda resultar una promesa de crecimiento y vuelta a la normalidad, sin que se realicen los cambios señalados por el FMI».

Esto directamente incide sobre la devaluación del peso, pues lo ahorradores demandan dólares presionando el tipo de cambio al alza. A su vez, a los bancos, dadas las faltas de garantías y pérdida de confianza se les dificulta captar este exceso de liquidez, pues las expectativas inflacionarias, hacen que la demanda de pesos baje y baje, para que suba y suba la demanda de dólares. Este proceso que va dibujándose en nada favorece para lograr la pronta ayuda del FMI, que representa, siendo la solución más efectiva a corto plazo y que permitiría frenar la emisión monetaria, pudiéndose entonces neutralizar este proceso inflacionario, rompiendo así de manera definitiva el nudo gordiano o círculo trágico que atenaza la economía de este país.

Una de las posibles soluciones, era regresar al camino de la dolarización de la economía como único camino posible, para evitar la hiperinflación. Realmente sería una solución bastante absurda. Sean las soluciones que sean, éstas han de ser rápidas, pues toda situación tiene un límite y aunque este no se encuentra de antemano fijado, sí es cierto que el hecho imprevisible no está de ninguna manera escrito en ninguna parte y éste puede surgir en cualquier momento.

Los procesos de integración económica en américa latina, del paramericanismo al alca. Implicaciones para la unión europea y españa

  • 1. Introducción

Dentro de la actual dinámica económica integradora y globalizadora, que persigue una supresión de las barreras arancelarias y una mayor facilidad para los acuerdos y transacciones comerciales entre países, cuyos ejemplos más destacados son la Unión Europea, Mercosur y Nafta, se enmarca el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

La guerra hispano-norteamericana de 1898 interrumpió el desarrollo de ese proceso, y lo reemplazó por una actitud impositiva que, para buscar aliados en su penetración económica, no dudó en apoyar gobiernos no democráticos. Esa política contribuyó decisivamente al surgimiento del anti-imperialismo latinoamericano, que alcanzó su apogeo en la revolución cubana de 1959 y sus secuelas guerrilleras continentales a lo largo de la Guerra Fría. El fin de ese conflicto, como lo han demostrado las cumbres de las Américas de Miami (1994), Santiago de Chile (1998) y Quebec (2001), ha disipado en gran parte esa atmósfera de desconfianza mutua.

En sus primeros cien días al frente de la Casa Blanca, George W. Bush ha recibido a los presidentes de Canadá, México, Colombia, Brasil, Chile y Argentina, en una clara demostración del interés que concede su administración a los asuntos hemisféricos. Entre sus primeras visitas al exterior destacan las que se han dirigido a México y Canadá. La idea fuerza es crear desde Alaska a Tierra del Fuego una zona donde circulen libremente capitales y mercancías. El ALCA comprendería las economías de los 34 países del continente americano (todos, excepto Cuba) para crear la mayor área de libre comercio del mundo. Entre los rasgos más significativos se puede mencionar:

  • 780 millones de personas.

  • 20 % del comercio mundial.

  • % del PIB mundial.

  • El PIB del ALCA es mayor en un 30 % al de la UE.

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Gráfico 8. Participación del PIB hemisférico, 1998.

Los países del Sur, con Brasil a la cabeza, tratan de proteger su mercado e industrias con altos aranceles y subvenciones que les otorguen una clara ventaja frente a otros países de su entorno. El gran interrogante reside en saber cómo se podrá articular un mercado integrado por 34 países con importantes desigualdades económicas, sociales y políticas. Baste decir que tan sólo EE.UU. y Canadá acaparan el 82% del PIB regional y, por tanto, sólo un 18% del mismo se lo reparten entre los 32 países restantes.

  • 2. El ALCA. Acuerdos e implicaciones del tratado

Los acuerdos en el marco del ALCA avanzaron de manera adecuada, la mayoría de ellos ha dejado de lado una de las ideas fuerzas de las primeras negociaciones: la contribución activa del gobierno de los EE.UU para reducir el problema de la deuda externa latinoamericana, a través de mecanismos generados con la colaboración de los organismos financieros internacionales, y las ayudas para iniciar las reformas estructurales pendientes.

Hay que señalar que la primera condición para el éxito de las negociaciones es la autorización para promover nuevos acuerdos comerciales (el antiguo fast track o vía rápida) que el presidente de EE.UU., George Bush, se ha comprometido en Quebec a conseguir antes de final de año. En este sentido, es necesario indicar que la última vez que el Congreso concedió esta autorización fue a George Bush padre, lo que permitió firmar el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá.

Los países latinoamericanos lo exigen para evitar que las Cámaras estadounidenses puedan modificar sustancialmente los acuerdos alcanzados con el Gobierno Bush.

Finalmente, es importante destacar que la evolución de las negociaciones estuvo marcada durante la segunda mitad de los 90 por un contexto global y regional muy particular. Desde el punto de visa global, se pueden mencionar algunos acontecimientos que condicionaron la evolución de ALCA:

  • a) Culmina la Ronda Uruguay y se crea la OMC después de muchos años de negociación, lo cual implica un avance en el proceso de liberalización comercial a nivel mundial.

  • b) La economía norteamericana inicia un ciclo expansivo, que viene acompañado de una abundante oferta de capitales que financia el crecimiento acelerado de las economías en desarrollo.

  • c) Se amplía el grupo de países emergentes que se ven favorecidos por las nuevas corrientes de inversión, en el caso de América Latina: México, Argentina y Perú se van incorporando al grupo .hasta entonces compuesto por los tigres asiáticos y Chile.

  • d) El tránsito al capitalismo de los países de Europa del Este resulta más complicado de lo previsto inicialmente, disminuyendo las perspectivas de que los mismos generaran un boom económico. Este fenómeno se interpreta de forma positiva ya que Europa no desplaza sus inversiones y permite complementar la estrategia de integración de América Latina.

Desde una perspectiva regional, a mediados de los 90 América Latina recuperaba la senda del crecimiento, de la mano de la estabilidad macroeconómica, la apertura comercial y el auge de las inversiones extranjeras directas, logrando aliviar el peso de la deuda externa, como consecuencia del plan Brady y la caída de las tasas de interés internacionales. Entre los hechos más significativos podemos mencionar:

  • a) La incorporación de México al acuerdo de libre comercio EEUU-Canadá (conformándose el NAFTA), en un contexto en el cual se verifica una mayor disposición de los EEUU para encarar acuerdos comerciales preferenciales.

  • b) El NAFTA permite un marco de discusión sobre algunos temas esenciales para EEUU y que no habían sido incorporados con éxito en la Ronda Uruguay (propiedad intelectual y servicios).

  • c) El fortalecimiento del MERCOSUR como proceso de integración genera una mayor predisposición de los EEUU para ampliar el NAFTA hacia otros países de la región.

  • 3. EL ALCA y la vía rápida

Una de las condiciones previas para que el Tratado del ALCA se materialice en la práctica es que la Administración norteamericana consiga la autorización conocida como fast track que le permita negociar acuerdos internacionales de comercio por la vía rápida. En mayo del año 2002, el Senado norteamericano controlado por la oposición demócrata, alcanzó un principio de acuerdo por el que se concede a la Casa Blanca la Autoridad de Promoción Comercial (Trade Promotion Authority), denominada comúnmente vía rápida (fast track).

El acuerdo llegó tras un proceso de negociaciones no exento de problemas. El acuerdo llegó tras un proceso de negociaciones no exento de problemas. La oposición demócrata exigió cláusulas de protección contra importaciones consideradas desleales. Si el principio de acuerdo deviene en una autorización final del Senado, permitirá que la Administración Bush negocie acuerdos comerciales sin la autorización del legislativo.

  • 4. Las nuevas motivaciones de EE.UU. y América Latina

América Latina es un mercado de gran actividad para los EEUU y uno de los pocos con los que registra un balance comercial con saldo positivo, y se ha transformado de manera creciente en un importante destino de IED norteamericana. Debido a los temas pendientes de la Ronda Uruguay (servicios, propiedad intelectual, compras públicas) hay un mayor interés por lograr avances a escala hemisférica. Las negociaciones del ALCA permitirían contrarrestar efectos de desvío comercial que podrían ocasionar los nuevos acuerdos regionales intralatinoamericanos o las negociaciones en curso con la UE (UE/ Mercosur).

Como resultado del proceso de apertura comercial llevado con decisión por los países latinoamericanos durante los años 90, los EEUU han podido incrementar fuertemente sus exportaciones a la región, las cuales crecieron entre 1990 y 1998 a una tasa de casi el 12% anual acumulado. Por otra parte, el saldo de la balanza comercial de los EE.UU. con Latinoamérica y el Caribe ha mejorado sustancialmente durante los años recientes, observándose una reversión favorable de más de veinte mil millones de dólares, tal y como se aprecia en el Gráfico 9.

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Gráfico 9. Saldo comercial de EE.UU. con América Latina y el Caribe.

Entre las principales estimulaciones de América Latina, se encuentra la posibilidad de un mayor acceso al mercado norteamericano, y la construcción de un ambiente favorable al incremento del flujo de inversiones extranjeras. En el caso de las inversiones directas americanas en América Latina y Caribe, éstas se han multiplicado por tres en los últimos nueve años (véase Gráfico X). Para algunos países del MERCOSUR, o el caso de Chile, la ventaja viene dada por la posibilidad de ejecutar en paralelo distintos acuerdos de acceso preferencial (Mercosur, acuerdo con la UE, y obviamente, ALCA) lo cual consolida los procesos de liberalización comercial y financieros emprendidos año atrás.

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Gráfico 10. Inversiones directas de EE.UU. En América Latina y El Caribe.

Tomando en cuenta las ventajas e inconvenientes que la negociación e implementación del ALCA impone a los procesos en marcha de integración en América Latina (especialmente el caso del MERCOSUR) pueden mencionarse los siguientes:

  • a) En primer lugar, la posibilidad de eliminar o disminuir subsidios agrícolas y restricciones que distorsionan el comercio de productos agropecuarios en el hemisferio y la eliminación de barreras no arancelarias que no favorecen las preferencias arancelarias contenidas en el Sistema General de Preferencias.

  • b) En segundo lugar, crear una suerte de lock-in sobre los procesos de apertura comercial unilateral e impulsar un mayor ritmo en la profundización de la integración interregional.

  • c) Por último, la posición negociadora ante otros importantes socios comerciales como la UE se ve favorecida. Sin embargo, estos desafíos tiene algunos inconvenientes que se deben tener en cuenta, como son por ejemplo la incorporación de temas nuevos en la negociación (servicios y compras públicas).

  • d) Otro punto a tener en cuenta es que, medidos los niveles relativos de protección actualmente vigentes en la región, las ventajas estrictamente arancelarias a otorgar a los EE.UU. serían mayores a las que se recibirían de este país.

  • 5. El ALCA. Implicaciones para la unión europea

La Unión Europea es el principal socio comercial de Mercosur: de las 25 mayores compañías extranjeras que operan en la región: 14 son europeas y 11 norteamericanas, si bien en el conjunto de la región, durante 1999, los países de la UE compraron sólo el 14.4% de las exportaciones latinoamericanas, frente al 47.7% de EE.UU.

El comercio entre la UE y América Latina, aunque se multiplicó por diez en los años noventa, no alcanza al que mantiene con Suiza, mientras que para EE.UU. supone un 22% del total (sin México, esa cifra es del 8%, lo que indica su potencial de crecimiento). La Administración Bush anticipa que, con un ALCA en pleno funcionamiento en el 2010, sus exportaciones al área superarán a las que dirige a la Unión Europea, especialmente en maquinaria, servicios financieros y productos electrónicos.

Las exportaciones latinoamericanas, principalmente bienes de consumo tales como minerales, textiles, acero, alimentos y madera, pero también automóviles. Aumentarían según el BID un 6% adicional cada año, mientras que el PIB regional lo haría en un 1.5%. El año pasado, las exportaciones latinoamericanas crecieron un 23% debido a los crecientes intercambios interregionales.

  • 6. Convergencia económica e integración

Si bien es cierto que un análisis sobre el ALCA debe descansar en una descripción detallada de los acontecimientos y cuestiones relacionadas con las características económicas de los países involucrados, también resulta oportuno avanzar en algunas líneas finalistas del análisis y, en ese sentido, resulta necesario hacer una reflexión sobre la posibilidad de que un esquema de esta naturaleza logre consolidar un proceso de convergencia económica real que implique una mejora en el bienestar de las sociedades más atrasadas sin impedir el crecimiento de los países más adelantados.

  • a) El concepto de convergencia

Dejando de lado los antecedentes históricos, se puede considerar que el interés actual por la convergencia tiene su origen en la discusión sobre dos familias de modelos de crecimiento económico.

  • El primero de ellos (modelos neoclásicos de crecimiento), postula que los países pobres tienen una ventaja sobre el resto ya que crecen más deprisa que los países ricos, lo cual no asegura la completa igualdad pero sí, al menos, una tendencia hacia la estabilización a largo plazo.

  • El segundo grupo (modelos endógenos), por el contrario, afirma que el conjunto de países ricos crece más deprisa y por lo tanto el grado de desigualdad es cada vez mayor. Las implicaciones políticas también son muy diferentes: en el caso del modelo neoclásico (representante de la primera familia) el equilibrio es estable y eficiente mientras que en los modelos endógenos (representante de la segunda familia) la existencia de externalidades pueden justificar diversas formas de intervención pública.

  • b) Convergencia e integración económica

La noción de convergencia contiene una serie de análisis que pueden afectar el camino del crecimiento en los distintos países (regiones) la cuestión de fondo que nos ocupa en este capítulo tiene que ver con la influencia que tiene la integración económica sobre la noción de convergencia.

De manera general, teoría de la integración económica considera la formación de un gran mercado común como un proceso que va unido de manera indisoluble con el crecimiento económico. Si este proceso tiende a profundizarse a través de la integración monetaria y política, su vinculación con el crecimiento económico se relaciona directamente con la idea de convergencia económica entre los países y las regiones.

Un buen ejemplo para entender la relación entre convergencia e integración es el caso de la Unión Europea (UE). En este sentido, es necesario preguntarse (y lo mismo debería incorporarse a la discusión del ALCA): ¿la integración económica permite, a través de sus mecanismos internos, que los países más atrasados alcancen a los países más adelantados, y que la dispersión de la renta per cápita en el bloque tienda a reducirse con el paso del tiempo? (en definitiva, si se cumple la convergencia sigma y beta).

Conclusiones

Puede concluirse que, con anterioridad a los sucesos del 11 de septiembre, la reanudación del crecimiento en América Latina (2001), se estaba produciendo en condiciones más favorables y con características que enmarcaban un crecimiento más sustentable a largo plazo. Desde el punto de vista de la macroeconómica, el mantenimiento de las políticas monetarias firmes en la mayoría de los países, tendría como resultado un mayor equilibrio de las tasas cambiarias, después de las fuertes devaluaciones de comienzos de 1999. También se mantenía un buen control de las tasas de inflación, con perspectivas de que permaneciesen en un solo dígito y con tendencia a la baja si el precio del petróleo descendiera en el 2001 de sus altos niveles.

Pronosticar la evolución de cualquier economía ha sido siempre tarea arriesgada, porque los mecanismos económicos responden no sólo a realidades presentes, sino también a expectativas futuras, que pueden o no materializarse; prever el comportamiento, no de una economía, sino concretamente la economía de América Latina, resulta muchísimo más difícil, porque los supuestos de partida son múltiples, así como sus efectos recíprocos. Supuestos y efectos que pueden cumplirse o no, provocar los impactos esperados o bien efectos no deseados. Hacer previsiones en las inciertas circunstancias actuales sobre esta economía, caracterizada por su vulnerabilidad, resulta ser un ejercicio realmente arriesgado y plagado de incógnitas, algunas pesimistas, otras más optimistas. No obstante, hacemos con nuestra mejor intención este ejercicio.

Hacer previsiones en las inciertas circunstancias actuales sobre esta economía, caracterizada por su vulnerabilidad, resulta ser un ejercicio realmente arriesgado y plagado de incógnitas, algunas pesimistas, otras más optimistas. Los cambios en la función del Estado asociados con las inversiones para aumentar la eficiencia fiscal, tanto en lo que se refiere a la recaudación tributaria como al mayor control y transparencia en los gastos del gobierno, tuvieron como consecuencia menores déficit fiscales en muchos países de la región. Además, el carácter estructural de estos cambios sugería la fuerte posibilidad de lograr un equilibrio presupuestario en el largo plazo, condición fundamental para el aumento de la credibilidad de los gobiernos de la región y la mejora en el nivel de confianza de parte de los inversionistas.

Respecto al diseño de políticas, hay que evitar recomendaciones generales ya que lo que funciona en un país puede no hacerlo en otro. Será necesario prever las posibles consecuencias antes de adoptar decisiones irreversibles.

Resulta fundamental promover más inversión interna y, para aumentar la competitividad, se deberán corregir los fallos existentes en la operativa de los mercados. Se asignará como prioridad la creación de empleos y la disminución de la desigualdad, puesto que el crecimiento, por sí sólo, es insuficiente para lograr esos objetivos.

En cuanto a los mercados laborales, éstos ya han alcanzado mayor flexibilización, por lo que habrá que centrarse en mejorar sus avances y funcionamiento. En materia social, el gasto deberá aumentar y ser más eficiente para, entre otras cosas, superar la brecha educacional existente (una mano de obra no cualificada se debe a muchos años de educación inadecuada). La competitividad y el progreso social no deben lograrse a costa de la estabilidad macroeconómica alcanzada, y sí provocarlo como consecuencia de sus grados de conocimientos (los activos más importantes de la nueva economía).

PARTE II

UNA DÉCADA DE INVERSIONES ESPAÑOLAS EN AMÉRICA LATINA (1999-2000)

I. LAS INVERSIONES ESPAÑOLAS EN AMÉRICA LATINA

1. La opción latinoamericana

En términos de historia económica comparada, Cuba era diferente (también lo fue para los pioneros independentistas de principio del siglo XIX). La importancia en términos absolutos de Cuba como comprador y vendedor en el mercado internacional eran únicos en América Latina.

Durante estos años de crisis coloniales, hacia finales de siglo (1898), España es un país dominado por el capital extranjero, que depende cada vez más estrechamente de las grandes potencias para asegurar su equilibrio económico. Desde hace mucho tiempo ya no es más que una potencia de segundo orden. Sin embargo, y contra toda evidencia, sigue manteniendo el mito imperial. De donde el desarrollo del americanismo, que no hay que confundir con las preocupaciones cubanas. La pérdida de Cuba en 1898 no es más que un episodio particularmente doloroso de una descolonización comenzada mucho tiempo antes. Sin embargo, los militares españoles sufren profundamente la humillación de la derrota.

España no es ajena a la globalización, sino todo lo contrario, se ha incorporado en tiempo y espíritu, logrando de esta manera, no perder el tren de la historia y sintonizar con las coordenadas competitivas de la economía global: tamaño y dimensión internacional. Seriamente decididas a ser parte activa y protagonistas de primer nivel en esta economía, que definitivamente se dirige hacia la configuración de un único espacio para competir, el mundo, nuestras empresas han elegido aquél que le resulta más próximo en lo cultural, en lo psicológico, en lo afectivo: América Latina. Estos referentes, sin duda, los considero vectores determinantes de esta expansión, pero adviértase, que la extraordinaria posición alcanzada en este continente ha sido posible gracias a nuestro venturoso aliado; el idioma, que nos confiere toda la proximidad y vinculaciones con el mundo latinoamericano.

En el grafico 11, se muestra la evolución desde 1960 hasta el año 2000, de la economía mundial, y la situación en cada uno de los períodos de la expansión española en Latinoamérica. Asimismo, España como todos los países, incluso los desarrollados, tiene una interdependencia económica que aunque no es comparable con la de Latinoamérica por condiciones históricas, económicas y geográficas, diferentes, facilita también una mutua comprensión. Todo esto permite, dando fin a la teoría del pasado, que se establezcan las bases de una cooperación, relaciones económicas comerciales, que fortalezcan lazos históricos.

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Gráfico 11. Evolución de la económica mundial y expansión española en américa latina.

2. La economía española y el PIB

España contribuye con el 1.75% de lo que se produce cada año en el mundo, muy lejos del líder indiscutible, Estados Unidos, cuyo peso en la capacidad de generar riqueza es enorme, nada menos que el 21.66% del PIB mundial en términos de poder de compra (datos del FMI correspondientes a 1998).

El gran desarrollo que se ha dado en la riqueza nacional es consecuencia de factores como el crecimiento de la población activa pero, sobre todo, por el aumento de la productividad del factor trabajo. La población total en 1960 era de 30 millones de personas, pasando en el 2000, según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), por primera vez, la barrera de los 40 millones de españoles. De esta cifra, 16,94 millones componen la población activa6 (ocupados y parados), lo que supone cuatro millones más que en 1970.

La productividad, del mismo modo, ha avanzado notablemente debido a las nuevas técnicas de producción, la incorporación sistemática de las nuevas tecnologías y la organización más eficiente en términos económicos del factor trabajo. Respecto a la productividad por persona ocupada, ésta ha pasado de 1,4 millones de pesetas durante 1970 a 4,25 millones en 2000, lo que significa multiplicar casi por tres el valor de lo producido por un mismo trabajador en menos de 30 años. Este aumento productivo ha sido especialmente relevante en sectores como el agrícola, que pese a tener actualmente casi la cuarta parte de los ocupados en 1970 (un millón frente a 3,7 millones), aumentó su capacidad de crear riqueza debido a la mecanización que han sufrido las tareas agrícolas.

La productividad por ocupado en el campo español se ha multiplicado por 5,3 veces en los últimos 30 años, pasando de 383.800 pesetas a los 2,09 millones del año 2000.

Evidentemente, el aumento del PIB durante estos años se ha producido en un contexto de cambios radicales en su composición. Situada la economía española, en sus grandes cifras, con su vector más destacado como es el PIB, puede comprobarse, lo importante y trascendente de la posición en términos económicos y empresariales que España ha tomado en América Latina.

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Gráfico 12. Evolución del PIB en España, cuarenta años de historia económica PIV en moneda nacional a precios corrientes. Billones de pesetas.

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Gráfico 13. PIB mundial en el año 2001.

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Gráfico 14. Renta Per Cápita mundial en el año 2001.

3. Presencia Española en América Latina

Durante la pasada década, los flujos de inversión extranjera directa (IED) hacia Latinoamérica y el Caribe registró un crecimiento sin precedentes, pasando de los 9.200 millones de dólares de 1990 a los casi 100.000 de 1999. Esto ha significado que más del 65% del actual acervo de IED durante el siglo XX se haya acumulado durante la década de los noventa.

Efectivamente, durante esa década la inversión extranjera directa ha manifestó un extraordinario dinamismo, tanto a nivel internacional como en Latinoamérica. México, el primer receptor de IED en importancia durante 1990-1995, fue desplazado desde entonces por Brasil, donde la IED aumentó de niveles inferiores al 1% del PIB durante la década de los ochenta hasta situarse en el 3% del PIB durante la década de los noventa. Su impacto no sólo ha sido considerable desde una perspectiva macroeconómica, sino que también ha permitido la generación de una nueva estructura productiva y de organización industrial, paralelo a un significativo proceso de modernización económica.

El caso de México, además, es particularmente interesante debido a que el destino de la inversión extranjera hasta 1993 se había concentrado en la compra de activos estatales durante su proceso de privatización. Posteriormente, y con elevados montos, la IED ha cobrado una nueva modalidad, y se ha orientado de manera creciente a la adquisición y fusión de empresas, así como a la creación de nuevos activos y participación en las privatizaciones de bancos (2000), como fueron la adjudicación de Bancomer y Serfin, segundo y tercer banco mexicano respectivamente a los bancos españoles BBVA y SCH, así como Banespa, tercer banco brasileño, al SCH.

El dominio generalizado de las empresas estadounidenses ha sido neutralizado por la masiva llegada de firmas europeas, principalmente de España, Reino Unido, Francia y los Países Bajos.

A pesar de que el interés de los inversionistas extranjeros se concentró en las mayores economías de la región, se aprecia un incremento gradual de la atención por los países más pequeños, pero Brasil por sus privatizaciones de banca y telecomunicaciones, y México, por sus cambios en sectores como el bancario y comercial, como el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea son los más dinámicos a la hora de recibir las grandes inversiones, especialmente por parte de bancos y empresas españolas con la crisis argentina, México se hace más atractivo para los inversionistas españolas.

La compra de activos existentes, ha sido la modalidad más utilizada por los inversionistas extranjeros para entrar o expandir su presencia en la región. Primero, a través de los masivos programas de privatizaciones y, posteriormente, mediante la adquisición de firmas privadas locales.

4. Características de la inversión extranjera directa en Latinoamérica

Los volúmenes de inversión, que durante los últimos tiempos han llegado a la región, tienen su origen en los países desarrollados. Esto es así, porque la mayor parte de los flujos netos de inversión extranjera directa en los años recientes nacieron en estos países. De estas naciones, el Reino Unido superó a los Estados Unidos como principal país inversor mundial en 2000, generando inversiones directas equivalentes a casi 200.000 millones de dólares.

Ese mismo año, Estados Unidos fue el segundo mayor inversionista global, al originar flujos de IED por unos 150.000 millones de dólares, seguido de Francia, con una cantidad cercana a los 108.000 millones. Otros inversionistas importantes de la Unión Europea fueron Alemania, con unos 50.000 millones de dólares, los Países Bajos con casi 46.000 millones y España con, aproximadamente, 35.000 millones de dólares. Fuera de Europa, Japón11 alcanzó los 23.000 millones de dólares.

En el grafico 15, se aprecia cómo durante la última década se ha abierto la brecha entre flujos de IED hacia países desarrollados, donde el crecimiento es casi exponencial, y flujos de IED hacia países en desarrollo, con una tendencia al alza mucho más moderada. Por su parte, los países en desarrollo recibieron durante el 2000 un total estimado de casi 200.000 millones de dólares en inversiones extranjeras directas, cantidad similar a la de 1999. Los países asiáticos, especialmente China, y los latinoamericanos, destacado como principales receptores Brasil y México, concentraron casi el 95% de los flujos de IED hacia las regiones en desarrollo, y se encuentran, por tanto, entre los más favorecidos.

En cuanto a los principales sectores de destino, han sido el de reestructuración de servicios en el caso brasileño y los sectores manufactureros y de adquisición de servicios financieros en México. La inestabilidad política y económica existente en algunos países andinos, como Colombia y Perú, explica la baja participación de los mismos en la recepción de IED.

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Gráfico 15. Flujos mundiales de inversión extranjera directa 1991-2000.

Tras triplicarse entre 1994 y 1999, los flujos anuales de IED hacia América Latina y el Caribe, sin embargo, cambiaron de tendencia durante el primer año de la nueva década. De este modo, los volúmenes de IED que llegaron a la región alcanzaron los 86.000 millones de dólares en el año 2000, lo que representa una caída de más del 22% con respecto a los casi 100.000 millones recibidos durante 1999.

A pesar de la caída anual, los flujos que han entrado en la región durante el 2000 han triplicado, con suficiencia, el promedio de los recibidos en el período 1990-94. Además, si del total de recursos entrantes en 1999, se descontasen los correspondientes a tres operaciones muy relevantes (la adquisición de YPF en Argentina por Repsol y las compras de Endesa Chile y Enersis en Chile por Endesa España) la diferencia prácticamente desaparece.

Hay que tener en cuenta, respecto a la distribución de los flujos inversores, que los países más beneficiados, como ya hemos indicado, han sido Brasil y México, los cuales concentraron, en conjunto, casi dos terceras partes del total. En concreto, durante el 2000, México fue destinatario de 13.000 millones de dólares, algo inferior al del 20% registrado en el año 1999.

5. Razones de la elección de américa latina como principal destino inversor Español

Las razones de por qué Latinoamérica como centro casi exclusivo de los flujos de capital español, son muy variadas, y unas y otras están frecuentemente ligadas. En su conjunto, lograron que, durante la década de los noventa (especialmente en su segunda mitad), los países emergentes de América latina se configurasen como un excelente destino para los capitales españoles, ayudado por un clima económico internacional favorable, y sin olvidar la ventaja competitiva derivada de una comunidad cultural compartida.

Uno de los grandes determinantes de la opción estratégica latinoamericana, y que no ha perdido fuerza en ninguno de estos años, es su calificativo como región emergente. El potencial de fuerte desarrollo poblacional es una solución al embudo demográfico que sufre nuestro país. Al enorme crecimiento poblacional previsto en América Latina hay que añadir el también aumento de los stocks de capital y de productividad totales, cuyos índices, actualmente en niveles muy bajos, permiten grandes mejoras. La posibilidad de concluir exitosamente reformas Estructurales futuras, es, indudablemente, un incentivo inversor muy destacado, así como las posibilidades generales de crecimiento, pese a la desigualdad, también creciente, del mismo.

Argentina fue el país en ir más lejos a la hora de aplicar políticas habituales en el resto de países latinoamericanos durante esos años, y especialmente en la reducción del papel del Estado en el ámbito productivo y de provisión de servicios. Junto a la privatización de empresas, principalmente las del sector servicios, y dentro de un marco de políticas de liberalización comercial y financiera, se llevó a cabo la desregulación de mercados estratégicos y la implantación de planes de incentivos para la localización nacional.

Partes: 1, 2, 3, 4
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