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El pragmatismo lingüístico y su efecto en la comunicación oral en los alumnos de NB3 (página 2)


Partes: 1, 2, 3, 4

¿Inciden en la comunicación oral los distintos contextos sociales en los que se desenvuelven los niños y niñas de NB3?

¿Utilizan adecuadamente los registros y niveles del habla los niños y niñas de NB3 para establecer diálogos con sus compañeros, para expresar sus ideas, sentimientos y puntos de vista?

OBJETIVOS GENERALES:

  • Comprender la relevancia del lenguaje oral como medio efectivo de comunicación, mediante el conocimiento de las definiciones y conceptualizaciones vinculadas al mismo.

  • Conocer las características biopsicosociales de niños y niñas que cursan NB3, con el propósito de comprender el uso del lenguaje oral en sus formas de relacionarse y comunicarse.

  • Reconocer a la Sociolingüística como una rama de la Lingüística relacionada con la sociedad y su impacto en el lenguaje y la comunicación, a través de definiciones pertinentes a esta ciencia.

  • Profundizar el conocimiento de la teoría del discurso como factor fundamental en la adquisición de las funciones del lenguaje que favorecen las relaciones interpersonales, mediante la presentación de los distintos tipos de textos y de estrategias metodológicas que favorecen la comunicación oral.

CAPÍTULO I

El Lenguaje Oral

Para hablar del Lenguaje oral en sí, debemos conocer en primer lugar las conceptualizaciones básicas para el correcto entendimiento de aquellos factores que influyen en la comunicación, estos factores son de suma importancia aún cuando no nos adentraremos en terminologías profundas de la materia, sino más bien, una vista general de ellos con el propósito de utilizar un lenguaje conceptual relacionado con el argumento del capítulo en pos de la obtención de un nivel lingüístico aplicable al tema general de la monografía.

1. Definiciones de Conceptos Básicos del Lenguaje Oral

Para comprender la importancia que el lenguaje oral tiene en la comunicación entre las personas y esencialmente entre los alumnos y alumnas que cursan el Quinto Año Básico, es que definiremos los conceptos que permitirán orientar nuestra monografía.

  • El Lenguaje

El lenguaje es una capacidad o facultad extremadamente desarrollada en el ser humano, condición básica para comprender el mundo que nos rodea y expresar nuestro mundo interior. Comprender es apropiarse de la realidad, clasificándola ordenadamente según las palabras comunicadas. Expresar es hacer eficaz nuestra voluntad, actuando sobre los demás para dejar constancia de nuestra presencia. En este proceso, el lenguaje actúa como cauce y medio. No existe tribu, pueblo, ni raza, por primitivo que sea, que no disponga de un lenguaje como medio de comunicación. Pero como con tantas otras palabras, también el lenguaje es un vocablo que se emplea en varios ambitos. En un sentido amplio y hasta metafórico se habla del lenguaje de las flores, de las señales de tránsito, entre otros; pero, principalmente, entendemos por lenguaje, el conjunto de signos articulados por medio de los cuales se comunican las personas; o sea, un conjunto sistemático de signos que permiten un cierto tipo de comunicación.

La palabra lenguaje se aplica a la manera de comunicarse y expresarse en los animales; pero sus procedimientos comunicativos, aunque sean de gran sutileza, como sucede con las abejas o las hormigas, no es lenguaje en sentido estricto o, al menos, no se poseen estudios ni conocimientos muy seguros de este tipo de lenguaje.

El lenguaje es una actividad humana que nace con el hombre, que sólo a él pertenece y que le permite comunicarse y relacionarse al poder comprender y expresar mensajes. El mismo se ha formado en el seno de la sociedad. Es el hecho social por excelencia. Podemos decir que es la capacidad que toda persona tiene de comunicarse con los demás, mediante signos orales o escritos. Conocemos que los animales por una actuación instintiva conservan las costumbres y las realizan de la misma forma que sus antepasados. Por el contrario, el hombre, precisamente gracias al lenguaje, conoce su pasado; puede comprender su presente y puede organizar su futuro de la forma que libremente elige. El lenguaje es una facultad humana, independientemente de que empleemos un idioma u otro. El lenguaje comunicante es hablado, pero puede ser escrito, pictográfico o mímico. Casi todo se reduce al primero, es decir, al lenguaje hablado. La ciencia que estudia al lenguaje, es la lingüística. Esta ciencia considera que el lenguaje es un sistema de signos, es decir, un sistema de oraciones articuladas con significado, que sirven para que los seres humanos se comuniquen.

  • El Habla

El habla es el uso particular e individual que hace un hablante de una lengua. Desde esta perspectiva, como acto individual, se opone a la lengua, que es social. Además de ser un acto voluntario de fono-articulación que se llevará a cabo para iniciar el recorrido de la lengua.

Se define también como la conducta lingüística de un hablante individual, por lo tanto, es el acto de emitir un mensaje basado en el conocimiento y experiencias de cada individuo, de acuerdo con su estilo personal.

El habla y el lenguaje son las herramientas que los seres humanos usan para comunicar o intercambiar pensamientos, ideas y emociones.

  • Lengua

Es un modelo general y constante para todos los miembros de una colectividad lingüística. Los humanos creamos un número infinito de comunicaciones a partir de un número finito de elementos, por ejemplo a través de esquemas o mapas conceptuales. La representación de dicha capacidad es lo que conocemos como lengua, es decir el código con el cual esa comunidad se comunica. Por tanto la lengua, es el conjunto de reglas, compartida por los individuos que se están comunicando, que les permite intercambiar esos pensamientos, ideas o emociones. Así también se podría decir que la lengua es un sistema de signos lingüísticos  que se combinan conforme a ciertas características del receptor. Por ejemplo, la lengua española posee un código formado por las 28 letras del alfabeto. No podemos usar este código si deseamos comunicarnos con un alemán o un inglés porque ellos dominan otro código lingüístico, a menos que la persona hable también el español. Así como las lenguas, hay también otros medios de comunicación que poseen código. Ejemplo: Sistema Braile, Sistema Morse, Sistema de Semáforos; todos estos medios comunicación poseen un código. 

  • La Comunicación

La comunicación humana es la actividad que le permite al hombre vivir en sociedad. Dando una mirada rápida a la historia de la comunicación, veremos que desde que el hombre existe hay  comunicación. El hombre primitivo debió tener un día la necesidad de expresar algo.

El hombre primitivo expresó lo que quería decir ayudándose con señas, gestos, movimientos del cuerpo y manos. Luego descubrió que era capaz de emitir sonidos inarticulados, que no eran más que gruñidos. También se dio cuenta de que podía comunicarse a través de dibujos donde se representaba a sí mismo y al mundo que lo rodeaba. Más tarde comprendió  que estas formas de comunicación no servían para comunicarse de un lugar a otro más lejano. Entonces empezó a comunicarse a través de sonidos producidos haciendo chocar dos piedras o con toque de tambores. Además, usó señales de humo. Por fin un día fue capaz de hablar, es decir, producir sonidos articulados con la boca, que generaban conceptos a la mente del oyente. Así creó el lenguaje oral. Creó entonces también la escritura. A medida que el hombre ha avanzado culturalmente ha ido mejorando su comunicación. En los tiempos actuales, los métodos de comunicación permiten la transmisión de mensajes a millones de personas. A través de la televisión, vía satélite, podemos informarnos de los acontecimientos que están ocurriendo en el mundo, en el mismo momento que estos suceden.

Con el propósito de profundizar en este concepto presentamos la siguiente situación: Un pescador está preparado para salir a pescar. En su embarcación, con todos sus implementos de pesca, se interna en el mar. De improviso, el cielo se oscurece, densos nubarrones se aproximan a la costa, el mar se agita y grandes olas mueven la embarcación. El  pescador decide no salir a pescar y regresa rápidamente a la playa". ¿Podemos decir que en esta situación hubo comunicación? La respuesta es no. Los densos nubarrones, el mar agitado, el cielo oscuro son solamente indicios; indicios o señales que carecen de intención comunicativa. Entonces, ¿qué es la comunicación? A modo de resumen podríamos inferir que "la comunicación" es la acción de transmitir un  mensaje, un pensamiento y/o una idea a alguien. También podríamos definirla como la transmisión de ideas para modificar la actitud de las personas a quienes dirigimos un mensaje.

Elementos que intervienen en la Comunicación

Aunque la comunicación es un proceso complejo, para efectos didácticos, podemos descomponerlo en las siguientes unidades que lo integran.

  • El mensaje

Formado por las diferentes ideas o informaciones, que se trasmiten mediante códigos, claves, imágenes, señas, cuyo significado interpretará el receptor.

  • El emisor y el receptor

El emisor es el sujeto que comunica en primer lugar o toma la iniciativa de ese acto de comunicación, mientras que el receptor es el que recibe el mensaje.

  • El código

Es el conjunto de claves, imágenes, lenguaje, que sirven para trasmitir el mensaje. Debe ser compartido, conocido por emisor y receptor.

  • El canal

Es el medio a través del cual se emite el mensaje. Habitualmente se utiliza el oral-auditivo y el gráfico-visual complementándose para producir la comunicación.

  • El contexto:

Se refiere a la situación concreta donde se desarrolla la comunicación. De él dependerá en gran parte la forma de ejercer los roles por parte de emisor y receptor.

Elementos que Influyen Externamente en el Proceso Comunicativo:

  • Los ruidos:

Son todas las alteraciones de origen físico que se producen durante la trasmisión del mensaje.

  • Los filtros:

Son las barreras mentales, que surgen de los valores, experiencias, conocimientos, expectativas, prejuicios, que poseen emisor y receptor.

Es la información que devuelve el receptor al emisor sobre su propia comunicación, tanto en lo que se refiere a su contenido como a la interpretación del mismo o sus consecuencias en el comportamiento de los interlocutores.

En consecuencia de los antecedentes antes nombrados podemos decir que por medio de estos elementos internos y externos logramos concretar el proceso comunicativo del que hablaremos a continuación.

  • El Proceso Comunicativo

Supone la intervención activa y dinámica, de todos los elementos descritos anteriormente, creando una secuencia organizada en la que todos intervienen en mayor o menor grado, en uno o varios momentos de esa secuencia. Este proceso se desarrolla en un contexto concreto y con un código específico, utilizando al menos un canal determinado, con la intervención de emisor y receptor, de forma que el primero trasmita un mensaje al segundo. En primer lugar, el emisor debe tener unos objetivos definidos con claridad, y a partir de ellos, codificar las ideas, sentimientos o pensamientos que quiera transmitir, adaptándolos al código que se haya previsto utilizar. Al instante de codificar el mensaje, ya se han activado los filtros, o incluso antes, cuando el emisor se plantea los objetivos de la comunicación. Para la transmisión se emplea el canal que se considere más adecuado, utilizando un código común con el receptor, para facilitar la comunicación. A partir de la retroalimentación que el receptor devuelve al emisor, se comprobará si se está utilizando el código adecuado. Una vez que se transmite el mensaje, van a entrar en escena los ruidos, dificultando que el mensaje llegue al receptor en las mejores condiciones. La recepción supone la llegada del mensaje al receptor, y en ella las dificultades pueden venir provocadas por los ruidos. Tras recibirlo, el receptor decodifica el mensaje y lo interpreta a través de un proceso interno, sobre la base de sus experiencias y conocimientos.

En este período entran en acción sus filtros, así como posibles problemas con relación al conocimiento y el uso adecuado del código. Cuando se recibe el mensaje se pone en marcha lo que denominamos  "intención", que se refiere a la pregunta que se hace el receptor sobre el significado real del mensaje, a partir de la utilización de todos los elementos y componentes que hemos visto que intervienen en este proceso de comunicación. Esta intención sería el equivalente a los objetivos del emisor. El mensaje original o los objetivos que pretendía el emisor estarán distorsionados o, al menos, reducidos y sesgados, respecto al acogido por el receptor. El último paso del proceso es la utilización de la retroalimentación, con lo que el receptor se asegura que el contenido del mensaje que le llega, es el que el emisor pretendía transmitir.

Teniendo en claro estos factores y el proceso interno que se efectúa para producir la comunicación, revisaremos los componentes conductuales del lenguaje oral, entre los que definen se aquellos de mayor relevancia.

2. Componentes del Lenguaje Oral

  • Los componentes conductuales

Los componentes conductuales son aquéllos que pueden ser directamente observados por cualquier persona, pese a que ésta no participe para nada en el proceso de comunicación. Se denominan no verbales, paraverbales y verbales. Su utilización, en todos los casos, se produce a lo largo de un continuo, pudiendo ser empleados desde nada hasta mucho.

  • Componentes no verbales

Son aquellos en los que no interviene para nada la palabra, resultando prácticamente inevitable su uso siempre que la comunicación se produzca de forma presencial.

La utilización de elementos no verbales presenta diversas funciones. Por un lado, puede reemplazar a las palabras cuando se utilizan códigos reconocidos y comúnmente compartidos a mayor o menor escala, por ejemplo, signo de la victoria o mirada de padre a hijo.

Los componentes no verbales pueden repetir lo que estamos diciendo, por ejemplo, representamos el signo de victoria, mientras verbalizamos que hemos ganado, representación que se utilizará para enfatizar ese mensaje o también puede contradecir el mensaje verbal, aunque en este caso se trate de una conducta inintencionada.

Los principales elementos conductuales no verbales de la comunicación son: la mirada, la sonrisa, la expresión facial, la orientación, la postura, la distancia, los gestos, la apariencia personal, las auto manipulaciones y los movimientos con manos y piernas.

  • Componentes Paraverbales

Se refieren a la forma de decir las cosas en lugar del contenido. Son aquéllos componentes cuya utilización no altera las palabras pese a que haga variar el significado.

Este tipo de elementos puede afectar totalmente al significado de lo que se expresa. Por ejemplo, el uso de distinto volumen puede hacer cambiar totalmente el significado del mensaje, pese a que las palabras sean exactamente las mismas.

Los principales elementos paraverbales de la comunicación son: el volumen, el tono, la velocidad del habla, la fluidez verbal, la claridad, el timbre, el tiempo de habla, las pausas y silencios.

  • Componentes verbales

El habla es el componente por excelencia de la comunicación, y el que tradicionalmente ha recibido más atención. Se emplea para una gran variedad de propósitos, tantos como los motivos que tienen las personas para comunicarse: transmitir ideas, describir sentimientos, argumentar, razonar, debatir, rebatir, dependiendo fundamentalmente de las  situaciones en que se produzcan, el papel que la persona en cuestión juegue en esa determinada situación y los objetivos que se pretenda alcanzar. Los elementos verbales más importantes de la comunicación son: el contenido, el humor, la atención personal, las preguntas y las respuestas a preguntas.

Además de los componentes mencionados anteriormente, consideramos de gran relevancia analizar y profundizar en otros elementos fundamentales en el proceso de la comunicación como lo son, los Registros y Niveles del Habla, que se definen a continuación.

3. Registros y Niveles del Habla

Los distintos usos que hacemos de nuestra lengua o idioma, originan los diferentes niveles del habla y sus registros, dependiendo de la formación sociocultural del hablante, de los hábitos lingüísticos de la comunidad y de la situación en que se produce. El registro se define en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (DRAE) como "modo de expresarse en función de las circunstancias". No hablamos igual con un amigo que con el médico, con nuestra madre que con un profesor; no es igual escribir una carta y escribir en un examen, ni siquiera se presenta una historia de la misma manera hablando que escribiendo. También cambiamos de registro dentro de la clase y en el recreo, no se dicen las mismas cosas a un bebé a una mujer o un hombre. Estas formas son lo que se denominan registros. Todas estas situaciones son compartidas por la mayoría de las personas incluidas los alumnos que hablan de manera distinta en el aula y en el recreo. Pero el registro tiene otra dimensión: el aspecto individual. Así, en el recreo, cada alumno da un tono propio a su narración de lo ocurrido en la visita a un museo. Pero, el lenguaje no sólo sirve para describir el mundo, sino también para actuar en él. En efecto, un enunciado lingüístico es también un acto de habla, dependiendo del contenido.

Con el objeto de ahondar en esta temática, hemos ordenado los diferentes modos idiomáticos de expresión en tres niveles dentro de los cuales existen diferentes registros, estos son:

Nivel Formal que considera los registros Culto formal y Supraformal.

Nivel Informal que considera los registros Coloquial y Jergal.

Nivel Vulgar que considera los registros Coa y Vulgar

En los apartados siguientes se definen los registros que componen cada nivel.

  • Culto formal.

Utilizado por personas cultas, que conocen y manejan adecuadamente las unidades de la lengua, lo que les permite expresar cualquier contenido con corrección. Vocalización precisa, entonación correcta, coherencia y riqueza de vocabulario. La lengua culta permite dar unidad al idioma.

  • Supraformal.

Se identifica con las situaciones caracterizadas por un alto grado de formalidad o restricción, como ocurre con las ceremonias oficiales de instituciones de alto nivel y las protocolares en general. El alto grado de formalización de estas situaciones habitualmente impide al usuario desempeñarse con desenvoltura, por lo que la lengua allí utilizada tiende a hacerse muy dependiente del contexto; de allí que el medio de comunicación primario sea el escrito, y cuando no es así, se lee lo que ya está escrito. Resulta de todo ello un lenguaje muy poco creativo y abundante en expresiones estereotipadas. Responde a una necesidad social de confirmación, por medio de la palabra, de un hecho solemne, siempre ritualizado.

Entre las particularidades de nivel culto de la lengua, a modo de ejemplo citamos el siguiente texto. El siguiente texto de Blas de Otero[1]es un buen ejemplo de lenguaje culto:

Poesía y palabra:

"Sabido es que hay dos tipos de escritura, la hablada y la libresca. Si no se debe escribir como se habla, tampoco resulta conveniente escribir como no se habla. El Góngora de las Soledades nos lleva a los dictados de Teresa de Cepeda. Sin ir tan lejos, la palabra necesita respiro, y la imprenta se torna de pronto el alguacil que emprisiona las palabras entre rejas de líneas. Porque el poeta es un juglar o no es nada. Un artesano de lindas jaulas para jilgueros disecados".

"El disco, la cinta magnetofónica, la guitarra o la radio y la televisión pueden-podrían: y más la propia voz directa- rescatar al verso de la galera del libro y hacer que las palabras suenen libres, vivas, con dispuesta espontaneidad. Mientras haya en el mundo una palabra cualquiera, habrá poesía. Que los temas son cada día más ricos y acuciantes". (Blas de Otero: Historias fingidas y verdaderas. Barcelona, ediciones Alfaguara, 1970. Colección Alfaguara literaria, núm. 28).

El nivel culto tiende a limitar a un "no conocedor" del tema determinado, con relación al entendimiento del texto sea este hablado o escrito, puesto que lo obliga a estudiar y a reflexionar lo escuchado o leído, cortando la fluidez de una conversación.

Nivel Informal; dentro del cual distinguimos dos registros:

  • Coloquial

Surge de forma espontánea en una conversación, la utilizan las personas en situaciones comunicativas de confianza para establecer vínculos de cercanía. La espontaneidad es imprescindible para explicar el subjetísmo, el registro coloquial es contundente e incluso se usan palabrotas. La fonética tiende a la relajación, de modo que hablar sea más fácil para los interlocutores. La sintaxis está menos cuidada que en la lengua escrita y, a menudo las frases no las acabamos. Se titubea mucho y la contradicción es otra de sus características. El léxico es muy impreciso. Abundan las muletillas, frases hechas o simples, abundan diminutivos y aumentativos así como las comparaciones, exageraciones, ironía. Lenguaje jergal (dentro del lenguaje coloquial) ejemplo: rallando la pintura, peinando la muñeca.

  • Jergal

Se caracteriza tanto por su imaginación creadora como por su escaso vocabulario, se utilizan sufijos deformadores del vocabulario. También se utilizan prefijos innecesarios, se utilizan términos de los grupos marginales: cachai, bacán. Muchos jóvenes utilizan una jerga como señal de identidad.

Teniendo en cuenta que el nivel coloquial y sus registros no se limitan a un vocabulario en específico, la naturalidad es lo que más caracteriza a este nivel. El siguiente es un buen ejemplo de la fluidez en una conversación.

Carta personal a Chabe:

Chabe:

Hola! Te mando esta postal desde Valdivia.

Muérete! Lo estoy pasando chancho mientras tú, te asas en santiago. La ciudad es increíble, precioooosa! y hay puras cuestiones linda "pa" hacer". Me lo paso yendo a niebla a tomar solcito y después tomo esas onces sureñas con todo, como kuchenes como enferma. ¡voy a llegar como una bola! Pero igual estoy matando. Estoy pololeando con un gayo supertierno es puro "amol".

Bueno, tengo que irme a carretear!!!! (Sorry), que lo pases bien " x" allá. Ah, se me olvidaba, mi mamá me dijo que nos vamos a quedar acá todo marzo así que nos vemos en abril. Saludos a la Tere y al Pepe (avívate Chiquilla!) un besito, Sonia la linda.

P.D. por fa: dile a la profe de castellano que llego en abril, pero que me lo estoy leyendo todo. En serio.

Valdivia, 13 de febrero del 2000

Sonia:

Que bueno que lo estés pasando bien. Acá se hace lo que se puede. La Tere me manda decirte que le devuelvas el casette de La Ley. El Pepe me dijo que no estaba ni ahí contigo (¿por qué será?). Bueno, te cuento que seguí tu consejo y estoy atinando con el gayo que te gustaba. Espero que no te importe, comadre. No habrá playa ni ríos, pero si hay mucho "amol".

Ah, no voy a poder hablar con los profes, así que dile a tu mamá que te mande un justificativo.

Un besito, Chabe.

Santiago, 25 de febrero, 2000 (2:39)

Nivel Vulgar en donde tienen parte dos registros:

  • Coa.

Es atribuible al dialecto creado en las cárceles de Chile, y se diseminó a la urbe una vez que los presidiarios que lo hablan, lo compartieron en su entorno. Está compuesto mayoritariamente de garabatos y palabras cuyo significado son de exclusiva dependencia del contexto en el que las utilicen. No existe una fecha clara de sus principios, al igual que en el resto de los dialectos e idiomas del mundo, sin embargo tiene códigos que son solamente reconocibles según el contexto lingüístico, como "Perkins", refiriéndose a una persona utilizada para obedecer órdenes de otros reos. Es considerado un dialecto puesto que deriva de un mismo sistema lingüístico (el español).

  • Vulgar o Antinorma.

El que utilizan los hablantes en algunas ocasiones, el cual puede transgredir las normas de buena convivencia y "educación" con términos y expresiones impropias (garabatos). Evidentemente, no es recomendable el abuso de este registro, aunque desde el punto de vista de su expresividad, muchas veces cumple cabalmente con la intención del mensaje que se quiere comunicar.

No es valorado socialmente, el léxico es escaso y se suple con gestos y palabras jergales. Usa palabras concretas, altera fonética y morfológicamente las palabras no se ciñe a las normas gramaticales y es usado por las personas que no han accedido a la norma lingüística.

Consideramos innecesario hacer una ejemplificación de este nivel y sus registros, con el propósito de mantener un lenguaje escrito acorde con el nivel que esta monografía pretende entregar. Aún cuando se dispone de la información necesaria tanto por estudios realizados como por lo que es posible encontrar en sitios de Internet, sin embargo no dejaremos de lado la resignificación de la importancia del lenguaje oral, aspecto que revisaremos a continuación.

4.- Resignificación de la importancia del Lenguaje Oral.

La actual conciencia de la importancia del lenguaje oral y por ende, de la lengua materna de los alumnos, en el aprendizaje en general, y en el aprendizaje de la lectura y escritura en especial, tiene fundamentos suficientemente sólidos.

En primer lugar, hoy se sabe que el lenguaje cumple una doble función: es un modo de comunicación y un modo de representación del mundo dentro del cual nosotros nos comunicamos. Jerome Bruner (1986) al referirse a las relaciones entre habla y la cognición, plantea que las palabras conforman el pensamiento.

Dice al respecto: lo que uno habla muestra lo que uno se representa cuando está hablando.

En segundo lugar, se sabe que los niños llegan al mundo con un potencial para pensar simbólicamente y para producir símbolos sonoros y encuentran una estructura simbólica ya instalada, el producto final de miles de años de evolución esperando que lo asimilen. Su potencial le hace posible aprender naturalmente su lengua materna y la necesidad de comunicarse les hace necesario aprenderla. Ellos la aprenden no porque sea el único medio disponible para comprender y actuar sobre su mundo, sino porque es el único medio que les hace posible la comunicación con las personas que los rodean. (En el hecho, si un niño necesita aprender dos lenguas para comunicarse, él aprenderá las dos como lo demuestran los niños provenientes de hogares bilingües). Dado que el aprendizaje del lenguaje es siempre social y colaborativo, toda la riqueza de la lengua materna que el niño adquiere, la ha obtenido a través de las interacciones significativas con su familia, con sus pares y con la intervención de otros mediadores de su comunidad (incluyendo los comentaristas y otros actores radiales o televisivos). Las experiencias con el lenguaje dentro de la familia y del entorno pueden variar, pero el proceso de aprendizaje del lenguaje a través de compartir significados e interactuar, es siempre el mismo para todos los niños y niñas.

En tercer lugar, al asumir su lengua materna el niño también asume, progresivamente, las distinciones lingüísticas específicas que le permiten percibir y apropiarse del mundo específico que le rodea. El comienza a ver las cosas de la manera que los otros de su entorno las ven. Su habilidad para comunicarse con otros se ve así incrementada; él no sólo habla la misma lengua, sino también ve las cosas de la misma manera. Si el niño ha nacido dentro de una familia gaucha argentina, él irá adquiriendo paulatinamente las aproximadamente 200 palabras con que los gauchos se refieren a las diferentes clases de pelaje de sus caballos. Esto, reflejará que percibe 200 diferencias significativas de pelaje. La naturaleza vegetal no merecerá tanto su atención. Con pasto y paja denominará lo que le sirve de alimento y lecho a sus animales, cardo serán las plantas que le sirvan para hacer fogatas y el resto de la vegetación, por carecer de valor para él, la denominará sin diferenciarla más: yuyo.

En cambio, si ha nacido en un mundo árabe centrado en el camello, irá manejando, y por lo tanto percibiendo, unas seis mil palabras relacionadas con la precedencia, años de edad, capacidad de movimiento y carga, estado y tiempo de preñez, servicios que presta este animal y otros pormenores (Schulte- Herbruggen, 1963). Si es lapón, reflejará su propio ambiente y sus intereses mediante sus numerosas clasificaciones de la nieve, desconocidas para los habitantes de las zonas temperadas; y si es indígena brasileño amazónico, poseerá cientos de palabras para identificar los pájaros de su entorno, sin poseer una palabra genérica que los designe. Así, la lengua materna no está nunca totalmente separada de los objetos y de las situaciones comunicativas donde se produce, de manera que la percepción de éstos está en parte condicionada por el bagaje de palabras en la cual la percepción se anida. La particular aprehensión de la realidad de parte del niño, está determinada por la estructura de su lengua materna, así como por su referencia léxica. Tal como plantea Bruner (1978), la estructura y sintaxis del lenguaje son prolongaciones de la estructura de la acción.

En cuarto lugar, la lengua materna nunca existe en un simple contexto verbal, su expresión es siempre una modificación de una situación existencial global, la que compromete al yo en su totalidad cognitiva y afectiva. Justamente por ser materna tiene un alto valor emocional, está ligada al calor maternal, a la interioridad no sólo del propio organismo del cual proviene la resonancia de la voz, sino a la interioridad de la familia, de la vecindad, de su propia conciencia. Para el niño la mayoría de sus experiencias fueron nombradas, descritas y clasificadas a través de su lengua materna. Sus temores ante lo desconocido se calmaron cuando se le dieron explicaciones, su curiosidad se vio satisfecha gracias a las mismas.

Así, la lengua materna, al internalizarse profundamente, es parte constitutiva del yo, de la propia identidad, tal como lo son el color del la piel, la textura del pelo, el timbre de la voz, la pertenencia a una familia específica. Brooks, Goodman y Meredith (1970), dicen al respecto:

La lengua materna del niño pasa ser parte de él como su propia piel…El rechazo a su lengua puede alterarlo más profundamente que el rechazo a su propia piel. Este último es un insulto, mientras que aquél lo golpea en su habilidad para comunicar y expresar sus necesidades, sentimientos, en suma, golpea su yo… (4:21).

Esta interioridad de la lengua materna le proporciona al niño el proceso de registrar y entender su entorno sociocultural. A través de ella el niño aprende a pensar, a plantear y resolver problemas, a expresar sus emociones y fantasías, a recibir y dar instrucciones, a conocer su historia, a apropiarse de los saberes y valores de su comunidad. Es posible aprender otras lenguas, incluyendo sus matices y refinamientos, pero la profundidad psicológica y compromiso total que el individuo ha establecido consigo mismo y con su entorno, a través de la lengua materna, siempre estará ausente en algún grado cuando se aprende otra.

Cuando la escuela no incorpora la lengua materna de sus alumnos, no sólo limita el desarrollo de su lenguaje construcción del mundo y de sus múltiples inteligencias, sino que daña seriamente su autoestima, su identidad y su sentido de pertenencia, ya que en el habla materna de los alumnos están involucrados sus familias, sus pares y los adultos de su comunidad. Obvia decir que esta función se limita seriamente si el educador, principal mediador de los aprendizajes dentro del contexto escolar, no domina la lengua materna de sus alumnos.

  • Los estudiantes aprenden a través del hablar:

La apropiación de las ideas implica decirlas con las propias palabras. Los estudiantes (y toda persona en proceso de aprendizaje) formalizan los conceptos confusos cuando pueden traducirlos y expresarlos en palabras. Esta expresión de los conceptos en palabras facilita su retención en la memoria. Los rótulos de los conceptos proporcionan asideros para poder manejarlos con fluidez.

  • El habla apoya la clarificación de los pensamientos:

Douglas Barnes (1976) plantea al respecto: Hablar es el principal medio mediante el cual los estudiantes exploran las relaciones entre lo que ya saben y las nuevas observaciones o interpretaciones de la realidad que enfrentan. En el hecho cada uno de nosotros se habla a sí mismo para explicarnos nuestros pensamientos.

  • El habla ayuda a la comprensión:

Los alumnos que hablan acerca de un tópico lo entienden mejor que los que no lo hacen. Generalmente, cuando se termina de leer un buen libro, se siente la necesidad de comentarlo. Estos comentarios reviven el agrado producido por una buena historia y aumentan la comprensión de ella, gracias a las oportunidades de expresar las propias ideas y de escuchar otras. Así, el habla mejora y profundiza la comprensión.

  • Los estudiantes necesitan hablar antes de escribir:

Las investigaciones sobre los procesos de escritura, muestran que los estudiantes mejoran su escritura cuando previamente comentan sus contenidos con sus profesores o con sus pares. Los estudiantes que comentan con otro lo que ellos desean decir, escriben más efectivamente que los que comienzan a escribir sin hacerlo.

  • Tomar la palabra frente a un grupo desarrolla la confianza del estudiante en sí mismo:

El hecho de expresar sus ideas frente a un grupo de compañeros interesados en escucharlo, es un poderoso medio para que el estudiante aumente progresivamente su confianza en sí mismo.

  • El habla abre una ventana al pensamiento de los estudiantes:

Cuando los estudiantes hablan sobre lo que ellos piensan, el profesor puede desarrollar estrategias más efectivas para ayudarlos a desarrollar sus destrezas de pensamiento. Sus palabras pueden ser utilizadas como base para preparar sus subsiguientes experiencias de aprendizaje; es decir, pueden ser usadas como un andamiaje hacia su próximo nivel de pensamiento. Los adultos pueden facilitar el desarrollo del lenguaje oral de los niños conversando con ellos y dándoles oportunidades para que se expresen libremente. Gordon Wells (1985) sugiere las siguientes cuatro pautas para los adultos:

  • Hacer sentir a los alumnos que lo que dicen es digno de la más cuidadosa atención.

  • Empeñarse en entender lo que ellos dicen.

  • Considerar los significados expresados por el alumno como una base para lo que se le enseñará a continuación.

  • Al seleccionar y transmitirle información, tomar en cuenta su habilidad para entender; es decir, para construir una interpretación apropiada sobre esa información.

  • Comprendiendo la Oralidad:

Para profundizar en la comprensión del lenguaje oral es importante analizar en mayor extensión el concepto de la oralidad (Ong, 1982). Entender con mayor profundidad sus características ayuda a los educadores a utilizarla como una "cantera" para estimular a los alumnos a hablar dentro del contexto escolar, a expandir su lenguaje y a leer y producir textos.

Una buena partida para entender el concepto de oralidad, es analizar los principales recursos mnemotécnicos que caracterizan el discurso de las culturas orales y que les permiten transmitir, de generación en generación, sus productos verbales de valor artístico y humano, pese a que en ellas no se toman apuntes o notas, ni se consultan libros o agendas computacionales. Son los siguientes (Cf. : Condemarín, 1996) :

  • Uso de patrones rítmicos de apoyo, tanto para el recuerdo de letras de canciones, adivinanzas, fórmulas de juego, brindis, saludos, como para los poemas, incluyendo los homéricos y otros escritos en hexámetros o en ritmos similares.

  • Uso de aliteraciones (tres tristes tigres trigo trillaron en un trigal).

  • Manejo de patrones repetitivos (a la una mi fortuna, a las dos mi reloj…) o repetitivos acumulativos como "La tenquita" o "El nabo" de Tolstoi.

  • Uso de frases memorables ("Al abordaje muchachos"…"Gobernar es educar") y de alusión a personajes "de peso" que han realizado hazañas históricas, deportivas o de otro tipo. Las frases y las personas descoloridas no sobreviven en la memoria oral.

  • Abundante uso de epítetos: el discurso oral no habla de la azúcar sino de la dulce azúcar, no del tigre sino del vigoroso tigre; y también de antítesis (es hielo abrasador; es fuego helado).

  • Uso de la redundancia y la práctica constante, como es el caso de los rezos, las leyendas, historias familiares o anécdotas escuchados repetidamente.

  • Apoyo de la música para fijar letras de canciones, prosas o poemas.

  • Asociación a un alto componente somático o gestual. Las palabras habladas son siempre modificaciones de una situación existencial total, la que siempre compromete el cuerpo.

  • Utilización de macroestructuras narrativas como apoyo para la retención y recuperación, como por ejemplo, la estructura de la fábula o los matutines: Había una vez…Un día…De repente…Sin embargo…Finalmente, típicos de los cuento tradicionales.

  • Utilización de proverbios, máximas, refranes, dichos y otras fórmulas lingüísticas que circulan a través de boca y oído, de generación en generación, siempre en situaciones comunicativas que le otorgan sentido y que constituyen una forma de acuñar y sintetizar la sabiduría , generalmente, en breves agrupaciones binarias: De tal palo, tal astilla. Estas fórmulas están formadas, generalmente, por una proposición o condición y una conclusión (tanto va el cántaro al agua, que al fin se rompe; cuando el río suena, es porque piedras trae); otras veces, por dos ideas antitéticas: Errar es humano, perdonar es divino. Las fórmulas lingüísticas tienen tanto poder en la oralidad, que algunas veces sus leyes se estructuran sobre ellas; es decir, no son simples decoraciones jurídicas si no que en sí mismas constituyen la ley (como es el caso del ojo por ojo, diente por diente).

El conocimiento de estos recursos mnemotécnicos que le otorgan identidad y fuerza a la expresión oral por parte del profesor, constituyen una cantera para el desarrollo del lenguaje por las siguientes razones:

  • El profesor puede convencer a los alumnos reticentes a expresarse en voz alta, que son poseedores de una rica "cultura oral", haciéndoles recordar las letras de canciones, adivinanzas y otras formas literarias menores basadas en patrones rítmicos, que tienen guardadas en su memoria. También los puede incitar a recordar historias, leyendas, fábulas, anécdotas familiares y otras narraciones, gracias a su conocimiento de los recursos mnemotécnicos de la oralidad.

  • Sobre la base de esos recuerdos los alumnos pueden interactuar entre ellos para compararlos, transformarlos o registrarlos en textos destinados a ser leídos.

  • La valoración de la cultura oral de los alumnos, implícita en el hecho de incorporarla a la clase, también implica valorar el entorno (familia, vecindad, comunidad) donde fue generada. Esta valoración se evidencia aún más cuando los alumnos son estimulados a interactuar con su familia y con los hombres y mujeres sabios de la comunidad, para enriquecer su repertorio oral.

Ahora bien, al entender la conciencia que el alumno puede tener sobre el lenguaje oral, es muy elemental conocer la importancia que se le entrega a la comunicación oral

5.- La Importancia de la Comunicación Oral.

Tradicionalmente, en las escuelas se ha valorado la sala de clases silenciosa, porque se ha tendido a asociar el silencio con el pensamiento, el trabajo productivo y la buena conducta (disciplina). Sin embargo, investigaciones educacionales desmienten esta creencia, al demostrar que los estudiantes efectivamente necesitan hablar para aprender y llegar a ser usuarios competentes del lenguaje. Es indudable que cuando dos personas logran comunicarse, existe la posibilidad de que ambas, sumando y compartiendo sus experiencias, lleguen a un nivel más alto de comprensión que aquel que tenían en el momento de iniciar dicha comunicación. Todo conocimiento se mediatiza a través del lenguaje oral. La unión que existe entre el lenguaje y el pensamiento es indisoluble. El gran desafío del docente consiste en descubrir y conocer los saberes y significados previos que tienen sus alumnos, para que los puedan resignificar y transformar en un nuevo conocimiento. Esto es posible a través de la comunicación y es por ello que debemos tener presente que ésta surge a partir de la mediación que hace el docente. Nuestra forma de comunicarnos adquiere distintas características de acuerdo con el propósito que se persiga; por lo tanto, es necesario otorgarle un papel relevante al desarrollo de la comunicación oral en nuestras prácticas docentes. Uno puede comunicarse para pedir algo, para que otro se entere de lo que sentimos, para preguntar, enseñar o aprender, entre otras. Como profesores tenemos que tomar conciencia de que los alumnos utilizan más la lengua informal o coloquial, la que debe ser reconocida y aceptada en todas sus variantes y que es tarea de la escuela ampliarla. Para esto es necesario proveer instancias permanentes de aprendizaje, donde los alumnos puedan acceder a registros más formales. Ser un hablante eficiente no es producto de la casualidad, ya que existen reglas pragmáticas que se enseñan y se aprenden, a las que deben atenerse quienes participan en una interacción, si se pretende hacerla productiva. Algunas de estas reglas son las siguientes:

  • El principio de cooperación:

Consiste en tener en cuenta lo que cada interlocutor espera del otro en el momento en que se produce un intercambio oral. Para que esto suceda es necesario que se cumpla lo siguiente: "No te refieras a nada si no tienes como fundamentar lo que dices". Nuestro rol sería erradicar respuestas como: "porque sí… no sé… no pude hacerlo… me cuesta… no soy bueno para…", pidiendo a los alumnos que den razones del porqué de sus palabras. Sería muy provechoso invertir tiempo en esta tarea de argumentar y fundamentar, ya que es lo que hace demostrable la coherencia y desarrollo del pensamiento.

  • Principio de cantidad:

Consiste en entregar sólo la información necesaria que se requiere para un intercambio, sin excederse en datos que no aportan. Por ejemplo, si alguien llegó atrasado por perder la micro, no es necesario valerse de una sobreabundancia de datos desordenados que pretenden, posiblemente, crear un efecto determinado y que más bien aburren al interlocutor con una infinidad de detalles que explican el atraso, lo que pensó, el nombre de las calles, lo que evocó.

  • Principio de relevancia:

Consiste en concentrarse en que los aportes que se hacen a una conversación, de verdad la enriquezcan. Está muy relacionado con lo anterior y, como docentes, debemos ayudar a los alumnos a que adviertan cuando aquello que se dice es importante para hacer crecer una conversación y cuándo no lo es y por qué.

  • Principio de claridad:

Consiste en utilizar ciertos recursos para conseguir ser comprendido. Como maestros, tenemos la tarea de ayudar al uso correcto de un vocabulario cada vez más específico y preciso; a contribuir en la búsqueda de estrategias para que se apropien del uso de variados conectores y de referentes semánticos más amplios. Es importante comprender que todos estos aspectos del lenguaje deben ser motivo de enseñanza para los estudiantes, quienes tienen que reflexionar para descubrir que cuando no se respetan estas reglas se dificulta el logro de sus propósitos comunicativos y, cuando se respetan, además, se despeja la ambigüedad que puede caracterizar la comunicación oral. Es importante también, que tomen conciencia de que las distintas percepciones e interpretaciones que pueden hacer los que escuchan son, en la mayoría de los casos, las que traen como consecuencia los malentendidos y conflictos.

En este sentido, no es posible dejar fuera un factor esencial dentro de la comunicación; el contexto.

Al hablar de contexto, nos referimos a todo aquello que comprenden los que participan en una conversación (que va mucho más allá de lo que se dice) y que contribuye a dar sentido amplio a lo expresado, es decir, a las circunstancias. Existen diversos contextos lingüísticos y no lingüísticos, por ejemplo, al decir: "Te felicito por lo que hiciste", aparentemente es un elogio, pero si se acompaña con un gesto de enojo o con una risa irónica se transforma en todo lo contrario. El contexto físico en que ocurre una comunicación es relevante para la efectividad de ésta, así como también el contexto mental, ya que tiene estrecha relación con la posibilidad de comunicarse. Por ejemplo, que los alumnos estén distribuidos en la sala uno detrás de otro puede afectar la interacción. Igualmente si el alumno no tiene referente sobre algún concepto que se está empleando, altera la comunicación, ya que no tiene ninguna red referencial donde enmarcar lo dicho. Es fundamental propiciar ambientes adecuados para que los estudiantes se motiven a hablar con distintos propósitos. La narración de experiencias relacionadas con su vida extraescolar debe tener más cabida en la escuela y ganar espacio curricular, porque da a los estudiantes la posibilidad de enriquecerse y desarrollar sus competencias comunicativas. De acuerdo a lo expuesto, queda demostrado que el habla utilizada en el aula tiene diferencias del habla usada en otros contextos, debemos eliminar la falsa creencia de que no es relevante y necesario destinar tiempo a actividades que intencionen la comunicación oral como aprendizaje esperado en nuestras clases. Por lo tanto, lo que se requiere son estrategias concretas y apropiadas para enfrentar este eje de los programas de estudio de Segundo Ciclo Básico, siendo rigurosos en su tratamiento. En este sentido, en los programas de estudio no sólo se releva la expresión oral de los estudiantes, sino que también su capacidad de escuchar como una manera de aprender, de adquirir nuevos conocimientos, de interactuar positivamente con los demás. El mejor manejo y dominio de estos aspectos conducirá a los alumnos a escuchar respetuosamente los distintos puntos de vista, los juicios diferentes u opuestos al propio, pudiendo rescatar en las discusiones la posibilidad de diálogo reflexivo y negociador de acuerdos. Asimismo, les permitirá llegar a ser receptores activos y críticos de los variados mensajes recibidos desde diversas fuentes de información y persuasión; y reconocer intenciones comunicativas explícitas e implícitas de diferentes emisores, especialmente de los medios de comunicación masiva, a los cuales se ven enfrentados constantemente.

Los principios declaran normas a seguir para la correcta comunicación pero, ¿En qué se diferencia la comunicación oral de la expresión oral?

6.- Diferencias entre Comunicación Oral y Expresión Oral.

A continuación se mencionan las siguientes:

  • Características de la Comunicación Oral.

Requiere de al menos dos interlocutores – un emisor y un receptor, roles que generalmente se irán intercambiando constantemente durante el acto mismo de la comunicación (en la lengua escrita ambos proceso son sucesivos y en la mayor parte de los casos separados en el tiempo). Se apoya de signos complementarios que favorecen una mejor comprensión por parte del receptor, tales como los tonos de la voz, gestos del rostro, manos y cuerpo: movemos la cabeza hacia ambos lados para decir que no; subimos y bajamos la cabeza para asentir. Posee una transmisión irradiada y recepción dirigida, ya que la emisión de la señal sonora está orientada hacia el oyente situado en un espacio físico determinado y por consiguiente, la recepción auditiva se dirige hacia la fuente sonora, de todo lo cual derivan fenómenos gramaticales típicos como el empleo de adverbios (aquí, ahora) pronombres en función vocativa (tú, ustedes) entre otros.

También podemos nombrar las siguientes características:

  • El emisor posee más libertad expresiva.

  • Se disculpan más fácilmente que en la comunicación escrita los errores (repeticiones, frases inconclusas, titubeos, correcciones sobre la marcha)

  • Admite pausas y vacilaciones o que la expresión no sea tan fluida como en la comunicación escrita.

  • Posee una evanescencia rápida, pues a diferencia del lenguaje escrito que permite dejar un registro, el lenguaje oral se pierde rápidamente, hecho que genera por parte del emisor recursos y formas lingüísticas especiales para compensar y prolongar el mensaje en la memoria del oyente (tonos y volumen de voz, figuras estilísticas). Los sonidos no solamente acompañan y distinguen unas formas de otras, sino que también cumplen una función significativa, fenómeno que no ocurre en la lengua escrita. Todo hablante de una lengua se oye a sí mismo, recibe las reacciones de su audiencia, de manera que su mensaje puede ser variado, adaptado o corregido durante el acto de la comunicación misma, circunstancia que no sobreviene con los mensajes escritos

  • La expresión oral

Es el conjunto de técnicas que determinan las pautas generales que deben seguirse para comunicarse oralmente con efectividad, es decir, la forma de expresar sin barreras lo que uno quiere, claro sin excederse ni hablar tonterías o con mal vocabulario.

Saber expresarse oralmente ha sido desde la antigüedad una de las actividades centrales de la vida en sociedad. En los regímenes democráticos, sobre todo, hablar en público es primordial para dar a conocer nuestras ideas y opiniones. Gran parte de la efectividad de la democracia radica en que grandes masas de la población tengan las destrezas necesarias para comunicarse. Por eso, debemos aprender cómo expresarnos con propiedad en público. La expresión oral sirve como instrumento para comunicar sobre procesos u objetos externos a él. Se debe tener en cuenta que la expresión oral en determinadas circunstancias es más amplia que el habla, ya que requiere de elementos paralingüísticos para completar su significación final. Por eso, ésta no sólo implica un conocimiento adecuado del idioma, sino que abarca también varios componentes no verbales. La importancia de estos últimos es crucial. Mehrabian, un psicólogo social, identificó que el impacto total de un mensaje es 55% no verbal.

Además de mencionar las diferencias de la comunicación oral y expresión oral, también hemos querido tomar en cuenta algunas de las competencias para la producción de textos orales.

Competencias para la producción de textos orales.

En cuanto al eje de la comunicación oral, la función de la escuela es desarrollar las competencias comunicativas de los estudiantes, éstas han sido definidas por Carlos Lomas como: "el conjunto de conocimientos lingüísticos y de habilidades comunicativas que se van adquiriendo a lo largo del proceso de socialización de las personas tanto en la vida escolar como extraescolar".

El desarrollo de competencias comunicativas les permitirá a los estudiantes producir e interpretar mensajes que se adecuen a las diferentes situaciones en las que participen, usar la lengua con diferentes propósitos y saber adaptar el lenguaje a las situaciones, para comprender mejor y hacer distinciones más precisas sobre qué es una competencia comunicativa, M. Canale plantea que está conformada por:

  • Competencia Lingüística

Es la capacidad innata para hablar una lengua, así como el conocimiento de la gramática de esa lengua. Lo que implica no sólo la facultad de comprender y de producir oraciones acordes con las reglas del lenguaje, sino también la capacidad de reconocer las oraciones mal formadas y eventualmente interpretarlas. Esta competencia está relacionada con el conocimiento de la lengua en sus aspectos fonológicos, morfológicos, sintácticos y léxicos.

  • Competencia Sociolingüística

Se refiere al conocimiento de las normas socioculturales que regulan un comportamiento comunicativo según los diferentes ámbitos del uso lingüístico. Esto implica la adecuación de las personas a las características del contexto y de la situación comunicativa.

  • Competencia Discursiva o Textual

Son los conocimientos y habilidades que se precisan para comprender y producir diferentes tipos de discursos de acuerdo con los principios de cohesión y coherencia.

  • Competencia Estratégica

Involucra al dominio de los recursos que se pueden utilizar para resolver los diversos problemas que se producen en el intercambio comunicativo. Esto implica aplicar estrategias y recursos tanto verbales como no verbales para adecuarse a las expectativas del destinatario; por ejemplo, un mal entendido, un lapsus en la memoria, entre otros.

La comunicación oral integra cada una de estas competencias. Mauriel Sauville.

Troike, las ejemplifica planteando:

"La competencia oral incluye el conocimiento sobre las expectativas respecto a quién puede o no puede hablar en determinados contextos, cuándo hay que hablar y cuándo hay que guardar silencio, a quién se puede hablar, como se puede hablar a personas de diferentes status y roles y cuáles son los comportamientos verbales adecuados en diferentes contextos".

7.- Recomendaciones generales para el Lenguaje Oral

Con el fin de fortalecer y expandir el lenguaje oral de los alumnos, es importante que el educador considere las siguientes recomendaciones:

  • No descalificar la acción de hablar ante los alumnos:

Con refranes tales como: "Quien mucho habla, mucho yerra, "En boca cerrada no entran moscas", "Quien mucho habla, poco piensa" o "El silencio es oro", "A buen entendedor pocas palabras", etc. Estos refranes, dichos dentro del contexto educativo, implícitamente valorizan la clase silenciosa.

  • No interrumpir las comunicaciones espontáneas de los alumnos, con correcciones referidas al registro de habla culto formal; Dado que las conversaciones siempre se efectúan a través de un registro de habla informal. Los estudiantes tienen numerosas oportunidades de hablar formalmente cuando toman la palabra ante sus compañeros para presentar un tema, dar un informe o una exposición de otro tipo.

  • Interesarse y aprender de las experiencias reales de los alumnos:

Especialmente cuando ellos pertenecen a grupos socioeconómicos o étnicos diferentes a los del educador.

  • Construir un ambiente que favorezca las interacciones dialógicas:

Conversar implica hablar y escuchar, darse a conocer, indagar, descubrir, informar a los pares, expresar su amor y su divergencia, contar noticias, echar a volar la fantasía y la imaginación. Obviamente, dado el carácter intencionado de las acciones educativas, estas conversaciones no siempre tienen un carácter informal y requieren ser estimuladas dentro de contextos significativos para los alumnos.

  • Apoyarse en los recursos mnemotécnicos de la oralidad:

Ya señalados, estimulando y expandiendo sus adivinanzas, trabalenguas, chistes, poemas, cuentos, etc., utilizando recursos musicales y de expresión corporal.

  • Enriquecer el vocabulario de los alumnos:

A través de la audición de la versión escrita de textos narrativos o expositivos, propios o ajenos, que correspondan a sus conocimientos e intereses. Apoyarse con ilustraciones o medios audiovisuales cuando se requiera ampliar usos restringidos e introducir, en contexto, terminología científica, literaria o tecnológica, universalmente válida.

  • Estimularlos a tomar la palabra para expresar ante auditores sus discursos de tipo descriptivo y narrativo:

Que les son familiares y que vinculan saberes ligados a tópicos recurrentes; especialmente, historias de acciones humanas o mágicas, leyendas y mitos.

  • Estimular su manejo flexible de otros tipos de organización del discurso:

Tales como tema comentario, argumentativo o cronológico. Esto se facilita, por ejemplo, a través de la discusión; de los debates, de las exposiciones de temas específicos.

  • Crear situaciones que requieran efectuar entrevistas:

Las entrevistas, ya descritas bajo el rubro de valoración del patrimonio cultural, constituyen una actividad de tipo periodístico que permite que los alumnos establezcan una conversación con una persona para informarse sobre ella o la situación o institución que representa. La entrevista debe realizarse con un propósito claro para el entrevistador y el entrevistado.

  • Estimular el pensamiento creativo o divergente:

Invitarlos a desarrollar diferentes operaciones mentales relacionadas con la resolución de problemas, guiándolos a través de definir el problema, generar posibles soluciones (torbellino de ideas), evaluar las distintas salidas o soluciones planteadas, decidir cuál solución es la mejor o cómo poner en práctica la solución encontrada.

  • Apoyar a los alumnos a desarrollar ciertas competencias metacognitivas:

Que les permitan convertir su propia experiencia de auditores y hablantes, en ocasión de aprendizaje, desarrollando la capacidad de reflexionarla críticamente. La cognición se refiere al funcionamiento intelectual de la mente humana referida a recordar, comprender, focalizar la atención y procesar la información. La metacognición generalmente se refiere al propio conocimiento de esa cognición. Es decir, el conocimiento que tiene una persona de sus propios procesos cognitivos y de sus intentos para controlarlo.

Al respecto Bruner (1996) al ser entrevistado dice lo siguiente:

"Al asistir a la escuela, los alumnos aprenden una técnica que les sirve para integrarse en una comunidad de personas involucradas en el uso de la mente. Al aludir al uso de la mente no me refiero sólo a aprender cómo hacer las cosas, sino a ser capaces de razonar sobre la manera de realizarlas y saber comunicar a los demás ese razonamiento. Los niños están, continuamente, haciendo una especie de bucles anteriores; adquiriendo conocimientos sobre sus propios conocimientos; es decir metaconocimientos o metabucles".

A nivel de ejemplo de estrategia metacognitivas, cuando los niños emplean distintos niveles de habla durante sus juegos sociodramáticos o sus dramatizaciones, el educador puede invitarlos a reflexionar sobre cómo variaron su vocabulario y sintaxis, cuando se dirigieron a un par o a una persona de mayor edad o jerarquía.

Al poner en práctica las sugerencias señaladas, es importante considerar que los estudiantes exploran más sus posibilidades de hablar cuando interactúan en pequeños grupos, que cuando los comentarios o las conversaciones son conducidos por el profesor.

Reflexión final del Capítulo

Al término de este capítulo, concluimos que el conocimiento de estos conceptos es fundamental para el desarrollo de la Comunicación Oral, y es ponderable en términos lingüísticos a la importancia del motor en un auto, en cuanto a que éstos son considerados como la base sobre la cual se sienta el conocimiento lingüístico.

Habiéndonos apropiado de los conceptos básicos de la comunicación oral, y que constituyen parte de los conocimientos adquiridos, es necesario considerar la totalidad de los factores que se involucran en el proceso de la comunicación oral, (habla, lengua, comunicación) necesitan en su esencia un "Emisor y un Receptor", y que sin éstos sería prácticamente imposible completar el proceso comunicativo. En voces de la lingüística prescriptiva[2]Dentro del vínculo Emisor – Receptor existen ciertas relaciones que a la hora de establecer la conexión comunicativa (conversación) son sumamente importantes, en la que sin duda, influyen factores como los registros y niveles del habla, y la resignificación del lenguaje oral que se refiere a la conciencia que el hablante tiene del lenguaje oral, así como también los principios que nos muestran las normas por las cuales debemos regirnos al momento de tratar de entender la comunicación oral. Las competencias para desarrollar la producción de textos orales nos aportan el tipo de aptitudes que debemos dominar para la producción de una conexión oral, por otro lado, el contexto, juega también un papel fundamental en el uso del lenguaje oral. Teniendo en claro esta base lingüística podremos abocarnos ahora en un tema un tanto más científico que la conceptualización lingüística en sí, hablamos de la psicología, ya que nuestra monografía está enfocada a los niños y niñas del Segundo Ciclo Básico, específicamente NB3, consideramos de trascendencia conocer los aspectos biosicosociales que influyen directamente en la generalidad de los niños y niñas de esa edad, puesto que existe un choque social asociado a la edad que se dirige a tratar de dejar de ser niños para comenzar a ser adolescentes y según este proceso optan por un tipo de uso lingüístico distinto del que ya tenían, comienzan a forjar su propio dialecto (ver capítulo III). En el siguiente capítulo hablaremos de los niños y niñas de NB3 y sus características desde el punto de vista de la psicología.

CAPÍTULO II

Características Físicas, Psicológicas y Sociales de los Niños y Niñas de NB3, Quinto Año Básico

Luego del análisis de conceptos y componentes relevantes del lenguaje oral, en este capítulo profundizaremos en el conocimiento e importancia de muchos de los factores que influyen en la comunicación que establecen los niños y niñas de NB3, cuyas edades fluctúan entre los 10 y 11 años. Siendo estos conceptos fundamentales en el proceso comunicativo de ese nivel.

  • 1. Características del Desarrollo Físico y Motor

En algunos alumnos se manifestará una consolidación del equilibrio motor alcanzado y otros comenzarán los procesos característicos de la pubertad que se materializan en los cambios morfológicos como consecuencia de la actividad hormonal:

  • Crecimiento.

  • Aumento de la musculatura.

  • Redondeamiento de la figura.

  • Primeros signos de vello.

En cuanto a las habilidades motoras, los niños y niñas son prácticamente iguales en sus aptitudes físicas, excepto en la mayor fuerza que tienen los niños en el antebrazo y la mayor flexibilidad general que tienen las niñas. En la mayoría de las actividades físicas que se realizan durante la preadolescencia el sexo no es tan importante como la edad y la experiencia. Por lo tanto, las diferencias individuales se derivan de la experiencia, del entrenamiento, así como de la herencia de cada persona. En lo que sí hay diferencia es en la aparición de los cambios anatómicos y fisiológicos, que al final de la etapa empiezan a aparecer. El ritmo evolutivo hace que las niñas comiencen a dar el "estirón" a los 11 años y se extienda hasta los 13-14. El desarrollo de glándulas mamarias también se inicia sobre los 11 años así como los primeros signos de aparición de vello pubiano. En los niños, sin embargo, el "estirón" no tendrá lugar hasta los 13 años, así como el aumento del tamaño del pene. Los testículos y la aparición del vello pubiano tendrá lugar sobre los 12 años. Considerando que el ser humano es un ser social e histórico y de interacción con otros, resulta importante conocer las características de las habilidades que le permite establecer relaciones interpersonales efectivas, adecuadas y satisfactorias, es por esto que a continuación conoceremos algunas de ellas, que son propias en los niños y niñas de NB3 (Quinto Año Básico).

  • 2. Características del Desarrollo Social

Desde una perspectiva sistémica, se considera a la escuela como un ecosistema en cuyo contexto se producen todo tipo de interacciones: entre estudiantes de un mismo grupo curso y de otros niveles, entre éstos y los docentes, directivos, paradocentes, auxiliares de servicio, con las familias y la comunidad en general. El comportamiento social constituye un aprendizaje continuo de patrones cada vez más complejos que incluyen aspectos cognitivos, afectivos, sociales y morales que se van adquiriendo a través de un proceso de desarrollo y aprendizaje en permanente interacción con el medio social. El proceso de socialización en el sistema escolar permite a niños y niñas de este nivel de educación básica, desarrollar ciertas habilidades sociales más complejas y extendidas, ya que deberá adaptarse a otras exigencias de parte de sus profesores y profesoras, nuevas reglas, diversos contextos y también tener una gama más amplia de conductas sociales.

El preadolescente y los adolescentes, por otra parte, también deben lograr desarrollar ciertas conductas interpersonales específicas que le impone el medio social, tales como las competencias sociales heterosexuales, conseguir relaciones interpersonales afectivas cercanas con el otro sexo, ampliar sus habilidades sociales a contextos más abiertos como el barrio, otros grupos de pares fuera de la escuela y, en muchos casos, incorporarse a la vida del trabajo. En general, la conducta social se entiende como la conducta de acercarse y relacionarse con los demás o como la interacción en sí. A la vez implica aquellos comportamientos que se adecuan a las normas sociales y el respeto por las personas y sus derechos.

"La conducta social en cuanto se desarrolla en interacción con el contexto social está fuertemente determinada por las características de dicho contexto: valores, normas y roles que definen una determinada cultura. Por tanto, el comportamiento social tiene características idiosincráticas propias del grupo social y de la cultura".

La relación con los adultos: padres y profesores pueden ser juzgados críticamente. Esto es debido en parte a las nuevas adquisiciones cognitivas que comienzan a manifestarse (cierta apertura al pensamiento formal). Ello les permite establecer algunas hipótesis sencillas y así mismo contrastarlas.

En casa ya no son tan condescendientes y dóciles a la hora de echar una mano y colaborar. Los padres deben derrochar comprensión, paciencia y actitudes de diálogo, ofreciendo razones y explicaciones, pero siendo a la vez exigentes con los hijos para que cada cual asuma su parte de responsabilidad.

La relación con los compañeros tiene un gran protagonismo, los grupos comenzarán a hacerse mixtos, pues se han dominado las normas del grupo homogéneo y, además, van apareciendo los intereses sexuales.

Los niños tienden a compararse entre sí y el desarrollo físico durante este período puede afectar al tema de las amistades, que en parte se basan en la apariencia y en la competencia física. Sea como fuere, el grupo de compañeros es probablemente el sistema que mayor influencia ejerce sobre los niños en esta edad. Cada vez se hacen más dependientes de sus compañeros, no sólo para disfrutar de su compañía, sino también para la autovalidación y para recibir consejos. Progresivamente consideran más la amistad como un foro en el que es posible abrirse al otro y esperan que esa intimidad sea correspondida. Exigen más de sus amigos, cambian menos a menudo de amigos y encuentran mayores dificultades para hacer nuevas amistades, además de afectarse más cuando ésta rompe. Se van volviendo más exigentes para buscar amigos y sus grupos se reducen. A la edad de 10 años los niños muchas veces tienen un "mejor amigo" a quién le son bastante leales; esto suele ser más aparente en las chicas. Cada vez se preocupan más por las personas a las que no conocen personalmente, lo que les lleva a participar en conductas Pro-sociales como las de recoger dinero para ayudar a los menos afortunados.

  • Conocimiento Social

Se producen muchas modificaciones que son consecuencia de su mayor capacidad cognitiva, sus cambios físicos y emocionales y del aumento de experiencias que van teniendo con las distintas realidades sociales que los rodean: los niños empiezan a comprender a la conducta humana como un conjunto de acciones que están influidas al mismo tiempo por necesidades y emociones diversas, y por las relaciones y motivos humanos complejos.

Son conscientes también de los resultados que pueden provocar ciertas acciones que puedan realizar. Controlan cada vez mejor sus emociones y se dan cuenta de que alguien puede sentir al mismo tiempo diferentes emociones. Significa que los preadolescentes adquieren cada vez mayor sensibilidad y mayor comprensión con relación a las experiencias emocionales de los demás. Son más capaces de reconocer y reformular, o evitar afirmaciones potencialmente ofensivas para respetar los sentimientos de los demás, el niño de once años tiene muchas menos probabilidades de decirnos, comparado con el niño de seis, que nuestra barriga es demasiado gorda, o comentar en voz alta lo feo que parece el abrigo que lleva una persona.

El cómo se adquiere esta conducta social o conocimiento de ésta difiere de acuerdo a diferentes teorías del aprendizaje humano. El modelo de aprendizaje social, plantea que el comportamiento social está relacionado con múltiples factores ambientales, individuales y de conducta personal, que a través del aprendizaje de modelos permiten este desarrollo. Piaget postula una estrecha relación entre lo cognitivo y lo social, siendo lo primero una condición necesaria, aunque no suficiente, para alcanzar las metas que plantea el desarrollo social.

Por otra parte, Vigotsky pone de manifiesto que estas competencias sociales se interiorizan a través de la interacción social, destacando la influencia de la cultura, la cual tiene sus propios sistemas de símbolos y significados que, en el caso de la educación escolar son aprendidos a través del proceso de mediación de dicha cultura que realizan, aún sin proponérselo manifiestamente, los docentes, los pares y otros adultos. (Ver pozo, Juan Ignacio-"Teorías Cognitivas del Aprendizaje")

Gardner (1983) autor de la teoría de las inteligencias múltiples, señala que existiría una inteligencia interpersonal, que permite la captación del sutil lenguaje de los otros. Este se fusiona con la inteligencia intrapersonal para generar el "sentido del yo", postulando que esta inteligencia personal está fuertemente influida por cada cultura. Así, la inteligencia social formaría parte del repertorio intelectual humano.

El conocimiento y desarrollo social requieren de un factor muchas veces contado de manera errónea hablamos de la personalidad, que a continuación detallaremos.

  • 3. Características de la Personalidad

Cada niño construye su perfil evolutivo de una manera peculiar y como fruto de la interacción entre su programa madurativo propio, que en unos niños se desarrolla más aprisa y en otros más despacio, y el medio ambiente concreto en que tal programa se desarrolla, como por ejemplo el medio ambiente que para unos es estimulante, mientras que para otros es pobre en estímulos.

Un alumno o una alumna es más competente en unas cosas que en otras, hace antes algunas adquisiciones que otras, y otro niño de su misma edad y de aproximadamente su mismo nivel de desarrollo puede destacar más en otro àmbito y adquirir con más precocidad o destreza características desiguales.

Las diferencias se hacen aún más evidentes cuando nos fijamos en las distintas facetas de la personalidad del niño, sus destrezas sociales. Podemos encontrarnos con niños muy avanzados en lo que a inteligencia se refiere, pero sin embargo presentan unas características de personalidad infantilizadas o pocas habilidades sociales; en otro niño esta combinación puede aparecer a la inversa. Los cambios que se producen afectan a todos los ámbitos: al modo en que comprenden las características de los demás y de sí mismos como seres sociales, a su concepción de las relaciones y, a su representación de las instituciones y sistemas sociales en que se hallan inmersos.

A los 10 años el niño se muestra complaciente y sereno. Sobre los 11 años va afianzando cada vez más su personalidad. Se hace más curioso, charlatán, investigador e inquieto. El hambre física de alimento se despierta con la misma fuerza que el hambre por saberlo todo, escudriñarlo todo y preguntar incansablemente.

Se desarrolla la comprensión de sí mismos. Se reconocen a sí mismos desde varias competencias al mismo tiempo. Se pueden reconocer a sí mismos como flojos en el deporte, y buenos para tocar un instrumento musical. Pueden sentirse hábiles para hacer amistades y ser considerados por los demás, pero como persona de mal genio, lo que a veces les obliga a hacer cosas que ponen en riesgo a sus amistades. Se van haciendo más autocríticos y su autoestima se resiente en cuanto empiezan a verse de forma más realista, con fortalezas y debilidades. Normalmente se evalúan comparando sus habilidades y sus destrezas con los de los demás. Suelen sentirse más responsables de sus limitaciones. La acción, la apertura al mundo y, como consecuencia, el adiós a la infancia conquistando la propia autonomía frente al adulto, es lo más característico que, al final, termina consiguiéndose finalizando esta etapa.

Entre los diez y doce años el niño protesta si le tratan como a un niño y siente que ha crecido bastante como para sentirse más grande, fuerte y responsable de lo que se entiende por un niño. Hay que enseñarle a descubrirse a sí mismo y su vida como principal valor para que entre con fuerza, con equilibrio y confiadamente en la adolescencia.

La Personalidad es de vital importancia al momento de la comunicación oral, ya que por medio del lenguaje desarrollamos y demostramos nuestra personalidad, sin embargo, no en menos importancia y en completa unión con lo visto a continuación conoceremos las características de la Autoestima.

  • 4. Características de la Autoestima

En la medida en que el niño de entre once y doce años se valore, estime y se considere capaz y competente, habrá más esperanzas de una maduración psicológica, mental y social adecuada, propia de un ser humano feliz, capacitado para hacer felices a los demás. Los problemas de talla, debido al adelanto en el desarrollo de algunos compañeros como así mismo la obesidad pueden ser problemas que afecten seriamente la autoestima y el bienestar emocional.

El desarrollo de la autoestima es el resultado de un proceso conformado por las experiencias personales, sociales de niños y niñas en su interacción con los otros. Los éxitos, fracasos, las valoraciones y críticas de los adultos, de los pares significativos para el niño o niña, el ambiente humano en que crece, el estilo educativo de padres y profesores, los valores y modelos que la sociedad ofrece, tienen influencia en la elaboración del autoconcepto y la autoestima. Es importante considerar que el proceso de desarrollo de la autoestima es complejo y se relaciona a la vez con otras variables que conforman la personalidad. Del mismo modo, que existe variabilidad en la conformación del autoestima de una persona a otra, aún viviendo en condiciones similares.

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