Descargar

La crisis del empleo de los jóvenes – Parte I (página 3)

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

Por consiguiente, lo que más necesitan los jóvenes es un mercado laboral mejor. Las personas como Romney afirman que tienen la receta para la creación de empleo: bajarles los impuestos a las sociedades anónimas y a los ricos, y recortar drásticamente el gasto destinado a los servicios públicos y los pobres. Pero ahora tenemos una gran cantidad de pruebas sobre cómo funcionan realmente estas políticas en una economía deprimida, y está claro que destruyen empleo en vez de crearlo.

Porque cuando uno observa la devastación económica en Europa, debe tener en cuenta que algunos de los países que están experimentando los peores estragos han estado haciendo todo lo que los conservadores estadounidenses dicen que deberíamos hacer en Estados Unidos. Hace no mucho tiempo, los conservadores se deshacían en elogios con las políticas económicas de Irlanda, especialmente con los bajos impuestos de sociedades; la Fundación Heritage le daba una puntuación en "libertad económica" más alta que la de cualquier otro país occidental. Cuando las cosas se torcieron, Irlanda volvió a recibir una infinidad de elogios, esta vez por sus radicales recortes del gasto, que se suponía que inspirarían confianza y conducirían a una recuperación rápida. Y ahora, como he dicho, casi un tercio de los jóvenes de Irlanda no es capaz de encontrar trabajo.

¿Qué deberíamos hacer para ayudar a los jóvenes estadounidenses? Básicamente, lo contrario de lo que quieren Romney y sus amigos. Deberíamos estar ampliando las ayudas al estudio, no reduciéndolas. Y deberíamos dar marcha atrás en las políticas de austeridad que, a efectos prácticos, están constriñendo la economía estadounidense (los recortes estatales y locales sin precedentes que han estado castigando con especial dureza a la enseñanza).

Sí, ese cambio político radical costaría dinero. Pero negarse a gastar ese dinero es insensato y corto de miras incluso desde un punto de vista puramente fiscal. Recuerden: los jóvenes no solo son el futuro de Estados Unidos; también son el futuro de la base tributaria.

Es terrible desaprovechar una mente; pero desaprovechar las mentes de toda una generación lo es todavía más. Dejemos de hacerlo.

(Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, es profesor de la Universidad de Princeton)

Desempleo juvenil y alienación: ¿daños colaterales de la crisis o "austericidio"?

– Después de la austeridad (Project Syndicate – 7/5/12) Lectura recomendada

(Por Joseph E. Stiglitz)

Nueva York.- La reunión anual del Fondo Monetario Internacional dejó claro este año que Europa y la comunidad internacional continúan sin timón en términos de política económica. Los líderes financieros, desde los ministros de economía y finanzas hasta los líderes de instituciones financieras privadas, repitieron el mantra actual: los países en crisis deben poner en orden sus asuntos, reducir sus déficits y deudas públicas, adoptar reformas estructurales, y promover el crecimiento. La confianza, reiteraron numerosas veces, debe ser restaurada.

Ese tipo de pontificación suena un tanto afectada cuando proviene de quienes, al mando de bancos centrales, ministerios de hacienda y finanzas, y bancos privados llevaron al sistema financiero mundial al borde de la ruina y fueron artífices del desastre actual. Lo que resulta aún peor, poco se explica sobre cómo lograr la cuadratura del círculo. ¿Cómo puede recuperarse la confianza mientras las economías en crisis caen en recesión? ¿Cómo puede revivirse el crecimiento cuando la austeridad probablemente signifique una mayor disminución de la demanda agregada, lo que reducirá aún más la producción y el empleo?

A estas alturas algo tendría que resultar claro: los mercados no son estables por sí mismos. No solo generan reiteradamente desestabilizadoras burbujas de activos, además, cuando la demanda se debilita, entran en juego fuerzas que exacerban la caída. El desempleo, y el miedo a su propagación, empujan los salarios, los ingresos y el consumo a la baja, y con ello a la demanda total. Las menores tasas de formación de hogares -los jóvenes estadounidenses, por ejemplo, vuelven cada vez más a vivir a casa de sus padres- deprimen los precios de la vivienda, conduciendo a aún más ejecuciones hipotecarias. Los estados con esquemas de presupuesto equilibrado se ven forzados a reducir el gasto a medida que caen los ingresos fiscales: un desestabilizador automático que Europa parece decidida a adoptar ciegamente.

Existen estrategias alternativas. Algunos países, como Alemania, tienen margen para maniobras fiscales. Aprovecharlo para invertir mejoraría el crecimiento de largo plazo, creando derrames positivos en el resto de Europa. Un principio reconocido desde hace mucho tiempo es que el aumento equilibrado de los impuestos y el gasto estimula la economía; si el programa está bien diseñado (impuestos a los niveles más altos combinados con gasto en educación) el aumento en el PBI y el empleo puede ser significativo.

Europa en su conjunto no se encuentra en mala situación fiscal; la relación entre su deuda y PBI se compara favorablemente con la de Estados Unidos. Si cada estado en EEUU fuese completamente responsable por su propio presupuesto, incluido el pago de todos los beneficios por desempleo, también EEUU caería en una crisis fiscal. La lección es obvia: el todo es más que la suma de sus partes. Si Europa -en especial el Banco Central Europeo- pidiese prestado y otorgase créditos con lo obtenido, los costos de la deuda europea caerían, generando espacio para los tipos de gasto que promoverían el crecimiento y el empleo.

Ya existen instituciones en Europa, como el Banco Europeo de Inversiones, que podrían ayudar a financiar las inversiones necesarias en las economías sedientas de liquidez. El BEI debería ampliar sus créditos. Es necesaria una mayor disponibilidad de fondos para apoyar a las pequeñas y medianas empresas –la principal fuente de empleo en todas las economías– que son particularmente importantes, dado que la contracción bancaria las golpea especialmente fuerte.

El obstinado foco que hace Europa en la austeridad es resultado de un mal diagnóstico de sus problemas. Grecia gastó de más, pero España e Irlanda tenían superávits fiscales y bajos índices de deuda respecto de sus PBI. Dar conferencias sobre prudencia fiscal no tiene sentido. Tomar las conferencias en serio -incluso adoptar esquemas presupuestarios restrictivos- puede ser contraproducente. Sin importar si los problemas europeos son coyunturales o estructurales -la zona del euro, por ejemplo, dista de ser una zona monetaria "óptima", y la competencia fiscal en una zona de libre comercio y migración puede erosionar una situación viable- la austeridad solo empeorará las cosas.

Las consecuencias de la fiebre europea por la austeridad serán de largo plazo y probablemente graves. Si el euro sobrevive, lo hará al precio de alto desempleo y enorme sufrimiento, particularmente en los países en crisis. Y la propia crisis casi seguramente se extenderá. Las medidas antiincendios no funcionarán si simultáneamente se tira combustible sobre las llamas, una tarea con la que Europa parece comprometida. No hay ejemplos de grandes economías -y Europa es la mayor en el mundo- que se hayan recuperado con austeridad.

Como resultado, el activo más valioso de la sociedad, su capital humano, está siendo desperdiciado, e incluso destruido. Los jóvenes a quienes se les priva de un empleo digno -el desempleo juvenil en algunos países se acerca o sobrepasa al 50% y es inaceptablemente elevado desde 2008- se alienan. Cuando eventualmente encuentren empleo, lo harán con salarios mucho menores. Normalmente la juventud es un período de construcción de habilidades, pero se ha convertido en una época durante la cual se atrofian.

Hay tantas economías vulnerables a desastres naturales –terremotos, inundaciones, tifones, huracanes, tsunamis- que agregar desastres de manufactura humana resulta aún más trágico. Pero Europa lo está haciendo. De hecho, la ignorancia voluntaria de las lecciones del pasado por sus líderes es criminal.

El dolor que sufre Europa, especialmente el de sus pobres y jóvenes, es innecesario. Afortunadamente, existe una alternativa. Pero las demoras para aprovecharla serán muy costosas, y Europa se está quedando sin tiempo.

(Joseph E. Stiglitz, a Nobel laureate in economics, has pioneered pathbreaking theories in the fields of economic information, taxation, development, trade, and technical change. As a policymaker, he served on and later chaired President Bill Clinton"s Council of Economic Advisers, and was Senior Vice President and Chief Economist of the World Bank. He is currently a professor at Columbia University, and has taught at Stanford, Yale, Princeton, and Oxford)

El Reino Unido se saca la careta: nunca fueron "europeístas", ni lo serán

"Las declaraciones de la ministra de Interior del Reino Unido, Theresa May, sobre la necesidad de pensar un plan de contingencia para reforzar los controles de inmigración en caso de que la crisis del euro se agrave, despertó la preocupación de quienes creen que está en peligro la política de libre circulación de trabajadores en el seno de la Unión Europea"… ¿Afectará la crisis del euro a la libre circulación de personas? (BBCMundo – 30/5/12)

Estrictamente, lo que la ministra británica dijo es que su gobierno está trabajando en un eventual plan de acción para lidiar con grandes movimientos de personas si la eurozona se resquebraja. Esto se traduce en una posible restricción de la inmigración europea en caso de que haya un colapso financiero.

El temor de la ministra es que, dado que el Reino Unido no está dentro de la eurozona, los ciudadanos de otros países de la Unión lo vean como un atractivo destino en caso de que la moneda común fracase. May no dio detalles de cuáles serían las medidas a adoptar, pero sí dejó claro qué países son los que le preocupan: Grecia en primer lugar, pero también España, Portugal e incluso Italia.

Para el escritor Ramón Vilaró, miembro de Team Europe, una organización de expertos en cuestiones europeas, la reacción del Reino Unido no es sorprendente. "En realidad, el Reino Unido siempre ha adoptado una postura muy peculiar en relación con la Unión Europea, desde el mismo momento de su ingreso en 1973", le dijo Vilaró a BBC Mundo. "La política británica siempre ha sido una política más orientada hacia la parte atlántica, hacia Estados Unidos, sin olvidar lógicamente que sus vínculos sobre todo económicos y financieros con la Unión Europea son importantes", añadió.

En este sentido, cabe recordar que el Reino Unido no ratificó el Tratado de Schengen que permite la libre circulación de todos los ciudadanos europeos prácticamente en todo el territorio, simplemente utilizando la carta de identidad, sin necesidad de presentar el pasaporte.

Para evitar que cundiera el temor a un cambio inminente en la política migratoria británica, distintos políticos del país suavizaron las manifestaciones de la ministra, sin llegar a contradecir lo expresado por ella. El viceprimer ministro británico, el liberal demócrata Nick Clegg, le dijo a la BBC que no cabe imaginar un escenario en el que el Reino Unido "alce el puente levadizo para evitar la entrada de multitud de inmigrantes". De hecho, a fines de mayo (2012) las cifras indican que el número de inmigrantes que llegan al Reino Unido a causa de la crisis no crece, dato que la propia ministra May corroboró.

May explicó que se están estudiando las tendencias para ver si la inmigración procedente de países con economías en crisis está al alza y dijo que no hay evidencias de que esto sea así, pero agregó que es "muy difícil decir cómo se va a desarrollar en las próximas semanas".

El corresponsal político de la BBC Rogin Brant dijo que el gobierno británico tiene margen de maniobra para modificar la política migratoria porque hay normas existentes que permiten aplicar restricciones temporales a la inmigración en situaciones de urgencia.

"El Reino Unido siempre ha adoptado una visión particular en este sentido, no me sorprendería que aplicara restricciones", señaló Vilaró en conversación con BBC Mundo. "Pero en cualquier caso creo que los problemas de emigración hacia el Reino Unido no sólo los tiene con España o Grecia". Hay que pensar, recuerda el escritor catalán, que en el caso de la fuerza laboral española en suelo británico, el Reino Unido se quedaría sin gran parte del personal sanitario español que trabaja en clínicas británicas si adoptara medidas restrictivas.

Los nacionales de la Unión Europea tienen amplio derecho a trabajar en cualquier lugar del mercado común.

Debido a la crisis, asistimos a un cambio de parámetros. En el caso de España, el alto índice de desempleo juvenil en una generación muy bien preparada hace que centenares de jóvenes universitarios con masters a sus espaldas busquen empleo en otros países de la UE e incluso en Estados Unidos, Australia o Canadá. Esta tendencia no parece que vaya a la baja, sino todo lo contrario.

La situación de Grecia, en opinión de Ramón Vilaró, es otra. Grecia tiene unas características muy distintas de las de España, carece de un tejido fuerte a nivel industrial y de un sector bancario potente. "Yo no creo que el futuro de la población griega esté en migrar y menos al Reino Unido", sostuvo Vilaró.

Para el abogado Javier Sánchez Ribas, especializado en cuestiones migratorias, la primera lectura que se puede hacer de todo lo que está ocurriendo en el seno de la UE es que la solidaridad no está siendo precisamente protagonista. "Se sigue una política de "los míos primero" y los dirigentes tienen menos pudor al hacer manifestaciones de este tipo", declaró Sánchez Ribas en entrevista con BBC Mundo.

En España, se introdujo una reforma al Real Decreto que regula la residencia de comunitarios que, según Sánchez Ribas, tendrá importantes consecuencias para los ciudadanos de la UE aunque los medios no se hayan hecho eco de la noticia. "España ahora, antes no lo hacía, exige que para residencias de más de tres meses, los propios ciudadanos comunitarios tengan que acreditar que disponen de medios de vida", detalló el abogado, quien añadió que esto supone una enorme diferencia, dado que antes bastaba con inscribirse en el registro para tener derecho a residencia y trabajo.

El parlamentario laborista británico Keith Vaz, presidente del Comité de Interior, concluyó que los planes para controlar la inmigración dentro de la Unión Europea están "cargados de peligros", ya que se habla de arreglos temporales o de urgencia cuando en realidad la crisis de la eurozona es de largo plazo.

Tras varias actualizaciones, el reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo de 5 de abril de 2011 relativo a la libre circulación de los trabajadores dentro de la Unión dice: Cualquier persona originaria de un Estado miembro de la Unión Europea (UE) tiene derecho a acceder a un empleo por cuenta ajena y a ejercerlo en el territorio de otro Estado miembro. Del mismo modo, un empresario puede difundir ofertas así como celebrar y ejecutar contratos de trabajo con ciudadanos europeos originarios de otros Estados miembros.

Ninguna legislación nacional puede limitar la oferta, el acceso y el ejercicio del empleo por ciudadanos europeos originarios de otros Estados miembros, excepto las relativas a los conocimientos lingüísticos necesarios para ejercer un empleo. En el caso concreto de Grecia y el Reino Unido, Vaz advirtió además contra el peligro de generar un "pánico innecesario que precisamente fomente que los ciudadanos de Grecia se trasladen al Reino Unido antes de que se adopten nuevas medidas".

La "desesperante" velocidad de despegue de la economía de los EEUU

– ¿Está sanando la economía de Estados Unidos con la suficiente rapidez? (Project Syndicate – 5/6/12)

(Por Mohamed A. El-Erian) Lectura recomendada

Newport Beach.- Seis factores internos sugieren que la economía de Estados Unidos va sanando poco a poco. Algunos observadores los han considerado suficientes para formar la masa crítica necesaria para hacer que alcance velocidad de despegue.

Si bien tenía mis esperanzas de que los hechos les dieran la razón, la reciente serie de débiles cifras económicas, como la tímida creación neta de empleo en mayo (apenas 69.000 puestos de trabajo), no hizo más que confirmar mis dudas. Ahora que, de pronto, este y otros elementos de un desalentador informe sobre el empleo levantan inquietudes sobre la solidez y la durabilidad de la recuperación de Estados Unidos, es importante entender los factores positivos y por qué no bastan por el momento.

Para empezar, las grandes empresas multinacionales estadounidenses disfrutan de una solidez nunca antes vista. Sus saldos de caja son muy elevados, los pagos de intereses sobre la deuda son bajos, y han modificado los plazos de pago de sus obligaciones principales. Muchas están aprovechando con éxito la fuerte demanda que existe en las economías emergentes, lo que genera importantes flujos de efectivo libre.

El dinero de las compañías no es la única fuente importante de poder de gasto que se encuentra a la espera de los acontecimientos. Los hogares ricos también poseen recursos significativos que podrían destinarse a apoyar el consumo y la inversión.

Los factores positivos tercero y cuarto son la vivienda y el mercado laboral, dos áreas de persistente debilidad que se han convertido en un obstáculo importante para el tipo de dinámica cíclica que tradicionalmente saca a EEUU de sus desaceleraciones económicas periódicas. Sin embargo, los datos recientes sustentan la opinión de que el sector de la vivienda podría estar en proceso de llegar al fondo, si bien uno de forma alargada. Mientras tanto, el crecimiento del empleo, aunque anémico, ha sido positivo desde septiembre de 2010.

Luego tenemos la Reserva Federal de EEUU. A pesar de los legítimos cuestionamientos sobre la efectividad de su política monetaria experimental y poco convencional, la Fed parece estar dispuesta a ser aún más proactiva si la economía se debilita. En efecto, si comete un error involuntario (y la probabilidad de que así ocurra es alta, teniendo en cuenta la compleja situación y las perspectivas "inusualmente inciertas" del país), es más probable que se equivoque por el lado mantenerse en una actitud acomodaticia por mucho tiempo, en lugar de endurecer la política monetaria de forma prematura.

Por último, se acercan las elecciones de noviembre y una vez realizadas dejarán de ser una condicionante: algunos creen que entonces los políticos en Washington podrían estar al fin en mejor posición para llegar a un muy necesario acuerdo sobre políticas de gran aliento. Además de eliminar el dañino espectro del abismo fiscal (que es un obstáculo económico potencialmente perjudicial equivalente a alrededor del 4% del PIB, en la forma de excesivos recortes de gastos y aumentos de impuestos de manera generalizada), mejorar la eficacia política serviría para eliminar otras incertidumbres que inhiben ciertas actividades económicas.

Cada uno de estos seis factores sugiere una mejora económica real y potencial. Por tanto, no es de sorprender que en algunos círculos haya crecido el entusiasmo por que el país pueda al fin estar a punto de dejar atrás el deprimente trío de crecimiento inusualmente lento, desempleo elevado y persistente, y desigualdad alta y creciente.

El problema es que es poco probable que estos factores, tanto individualmente como en su conjunto, supongan un cambio radical del panorama, por cuatro razones:

Son intensas las ráfagas económicas y financieras externas, debido en gran parte a la crisis europea, que no hace más que empeorar y ahora parece pasar a una fase aún más perturbadora e imprevisible en que los depositantes de algunos países aceleran el retiro de su dinero de los bancos locales. Pero también refleja el comienzo de una desaceleración del crecimiento en los principales países emergentes, como Brasil, China, India y Rusia.

Demasiados sectores de la economía de los EEUU no han completado el proceso de rehabilitación de su hoja de balance. Esto es cierto para el sistema bancario, que no se ha desapalancado a niveles satisfactorios para los reguladores ni los mercados, lo que limita las posibilidades de crecimiento del crédito. También lo es para muchos hogares. El hecho de que su promedio de ahorro haya caído por debajo del 4% significa que muchas familias se encuentran cerca de agotar su dinero de emergencia, si es que aún no ha ocurrido.

El inusual activismo de la política monetaria de los últimos años arriesga causar daños colaterales y producir consecuencias indeseadas. Si bien ningún problema individual es abrumador todavía, juntos podrían entorpecer la actividad económica y el correcto funcionamiento de los mercados. Recordemos que la apuesta de políticas de la Fed fue que estos "costes y riesgos", para usar la frase de Ben Bernanke, se verían más que compensados por la mejora general de la situación económica. Sin embargo, esto no se ha materializado.

Tal vez lo más importante sea que el hecho de que cueste tanto eliminar los obstáculos al crecimiento y el empleo pueda significar que algunos de ellos se estén arraigando en la estructura de la economía estadounidense, agotando su dinamismo y capacidad de respuesta. Por ejemplo, en un contexto en que el desempleo de larga duración alcanza los 5,4 millones de personas y la duración media del paro se encuentra en 2,5 veces la norma histórica, se hace menos probable que los trabajadores recuperen con rapidez empleos productivo con niveles salariales similares en lo más mínimo a los que disfrutaban en el pasado. Del mismo modo, el alarmante nivel de desempleo juvenil aumenta el riesgo de que las personas que han ingresado hace poco a la fuerza laboral terminen por quedar excluidos de ella de manera permanente.

La conclusión es lamentable, pero es necesario reconocerla. Si bien la economía de EE.UU. está sanando gradualmente, tiene que ocurrir mucho más -y urgentemente- para que recupere su tradicional vigor y vitalidad. Lo más importante: para una recuperación sólida se requiere un grado de seriedad y colaboración constructiva que hoy parece difícil de alcanzar en Washington.

A menos que esta cooperación se materialice (si es que llega a ocurrir), la esperanza de alcanzar la velocidad de despegue económica seguirá siendo sólo eso: una esperanza. Y, en lugar de lanzarse hacia adelante, la economía estadounidense seguirá estando prisionera de una inusual lentitud y su vulnerabilidad a los vientos tormentosos que soplan desde el resto del mundo no hará más que empeorar.

(Mohamed A. El-Erian is CEO and co-Chief Investment Officer of the global investment company PIMCO, with approximately $ 1.4 trillion in assets under management)

Negar lo obvio: quien quiera creer, que crea, y quien quiera negarse a creer, que no crea

– El espejismo del desempleo juvenil (Project Syndicate – 15/8/12)

(Por Steven Hill) Lectura recomendada

París.- Los economistas de todo el mundo necesitan formas mejores de cifrar la actividad económica. Al depender de las tasas de crecimiento del PIB para evaluar la salud económica, a casi todos ellos se les escaparon las señales que avisaban de la crisis financiera de 2008, incluida una burbuja inmobiliaria de ocho billones de dólares en los Estados Unidos, además de burbujas inmobiliarias en España, Irlanda y el Reino Unido. Junto con las familias, las entidades financieras, los inversores y los gobiernos, los economistas se dejaron arrastrar por la euforia financiera que propició una exposición excesiva al riesgo y un grave apalancamiento excesivo de los bancos y las familias. Incluso los desequilibrios macroeconómicos de la zona del euro pasaron inadvertidos.

Los cálculos del desempleo son también sorprendentemente engañosos, problema grave, si tenemos en cuenta que, junto con los indicadores del PIB, sobre el desempleo versan tantos debates relativos a la política económica. Un desempleo escandalosamente elevado -supuestamente próximo al 50 por ciento en España y Grecia y más del 20 por ciento en la zona del euro en conjunto- aparece en los titulares diariamente, pero esas cifras son consecuencia de una metodología defectuosa, que hace parecer la situación mucho peor de lo que es.

El problema se debe a cómo se cifra el desempleo: la tasa de desempleo de los adultos se calcula dividiendo el número de personas desempleadas por todas las personas que componen la fuerza laboral. Así, pues, si ésta se compone de 200 trabajadores y 20 están desempleados, la tasa de desempleo es del diez por ciento.

Pero no se considera que los millones de jóvenes que siguen cursos universitarios o programas de formación profesional formen parte de la fuerza laboral, porque ni trabajan ni buscan un puesto de trabajo. Así, pues, al calcular el desempleo juvenil, se divide el mismo número de personas desempleadas por un número muy inferior, para reflejar la fuerza laboral inferior, con lo que la tasa de desempleo parece muy superior.

En el ejemplo antes citado, si 150 de los 200 trabajadores pasan a ser estudiantes universitarios, sólo cincuenta personas seguirán formando parte de la fuerza laboral. Aunque el número de desempleados siga siendo veinte, la tasa de desempleo se cuadruplicará hasta el 40 por ciento. De modo, que el perverso resultado de esa forma de contar a los desempleados es el de que cuanto mayor es el número de jóvenes que cursan la enseñanza superior o la formación profesional, más aumenta la tasa de desempleo juvenil.

Si bien las mediciones normales exageran el desempleo juvenil, es probable que ofrezcan una cifra inferior a la real de desempleo de adultos, porque no se cuenta entre los desempleados a quienes han dejado de buscar un puesto de trabajo. Al aumentar la Gran Recesión el número de semejantes "trabajadores desalentados", las tasas de desempleo de adultos parecen bajar, con lo que se ofrece un panorama deformado de la realidad.

Afortunadamente, existe una metodología mejor: el índice de desempleo juvenil -el número de jóvenes desempleados en relación con la población total de entre 16 y 24 años- es un indicador mucho más válido que la tasa de desempleo juvenil. Eurostat, el organismo estadístico de la Unión Europea, calcula el desempleo juvenil con las dos metodologías, pero sólo se informa ampliamente del indicador defectuoso, pese a que existen importantes discrepancias. Por ejemplo, la tasa de 48,9 de desempleo juvenil de España entraña condiciones mucho peores para los jóvenes que su índice de 19 por ciento de desempleo juvenil. Así mismo, la tasa de Grecia es 49,3 por ciento, pero su índice es sólo 13 por ciento, y la tasa a escala de la zona del euro de 20,8 por ciento excede con mucho el índice de 8,7 por ciento.

Desde luego, una proporción de desempleo juvenil del 13 por ciento o del 19 por ciento no justifica la complacencia, pero, mientras que la tasa de desempleo juvenil de la zona del euro ha aumentado desde 2009, su índice ha seguido siendo el mismo (aunque los dos superan en gran medida los niveles anteriores a 2008).

Durante las protestas estudiantiles habidas en Francia en 2006, la tasa de desempleo juvenil de 22 por ciento parecía resultar desfavorable en comparación con las tasas de 11 por ciento, 12 por ciento y 13 por ciento en el Reino Unido, los Estados Unidos y Alemania, respectivamente, pero el Financial Times mostró que sólo el 7,8 por ciento de franceses menores de 25 años de edad estaba desempleado: el mismo índice, aproximadamente, que en los otros tres países. Simplemente, Francia tenía un porcentaje mayor de jóvenes que eran exclusivamente estudiantes.

Si no se cuentan los millones de jóvenes que cursan una carrera universitaria o programas de formación profesional, se socava la credibilidad de la tasa de desempleo y, aunque algunos jóvenes recurran a la enseñanza superior para escapar de un mercado laboral inestable, su decisión de aumentar sus aptitudes no debe influir negativamente en las impresiones sobre la salud económica del país.

Naturalmente, las autoridades deben abordar el problema del desempleo juvenil, pero deben reconocer también que el problema no es tan grave como indican los titulares. Lamentablemente, esos resultados deformados han pasado a ser moneda corriente… incluso para economistas respetados como el premio Nobel Paul Krugman, que recientemente citó la errónea cifra del "50 por ciento de desempleo juvenil".

Así, pues, cuatro años después de que estallara la crisis, los métodos para cifrar y evaluar la salud económica siguen siendo alarmantemente inadecuados. Como sabe cualquier piloto, quien vuele sin radar o sin pronósticos precisos sobre el tiempo atmosférico es probable que se estrelle.

(Steven Hill is the author of Europe"s Promise: Why the European Way is the Best Hope in an Insecure Age and 10 Steps to Repair American Democracy)

Mira tú por dónde: la OIT contesta a Steven Hill (hay espejismos y espejitos de colores)

"La posibilidad de encontrar trabajo por parte de la juventud mundial no se espera que mejore a corto plazo debido al contagio de la crisis europea en las economías de Asia y Latinoamérica"… Pesimismo en las perspectivas laborales de los jóvenes (Negocios.com – 6/9/12)

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ha mostrado particularmente pesimista respecto a la evolución de las perspectivas laborales para los jóvenes a nivel mundial y no espera que mejoren en el corto plazo.

"Los jóvenes sin empleo de todo el mundo puede que no vean mejorar pronto su situación", reconoce la organización en un informe sobre el desempleo juvenil, donde asegura que el contagio de las dificultades de los países avanzados a las economías en desarrollo contribuye a empeorar la situación.

De hecho, la OIT señala que la persistencia de la crisis de la eurozona está provocando que una desaceleración de las economías de Asia y Latinoamérica, por lo que el retorno a la situación previa a la crisis llevará más tiempo del previsto.

"En las economías desarrolladas, se espera que las tasas de paro juvenil desciendan en los próximos años (…) aunque será principalmente por el desánimo de los jóvenes que abandonarán el mercado laboral y no porque se vaya a producir una contratación más fuerte", apunta la institución.

De este modo, la OIT considera que, de cara a lograr mejorar el empleo entre los jóvenes, es necesario regresar a una senda de crecimiento sostenido y lograr un fortalecimiento generalizado del mercado de trabajo.

"Sin la creación de puestos de trabajo adicionales, los jóvenes no pueden esperar encontrar empleo", apunta la organización que, advierte además de que, "debido a la magnitud del problema", incluso una rápida aceleración del crecimiento puede ser insuficiente para proporcionar suficientes oportunidades de trabajo a corto plazo.

La vuelta del "aprendiz": por algo hay que empezar (aunque no agrade a los "progres")

"Los expertos ven en la formación dual en institutos y empresas la clave del bajo desempleo juvenil en Alemania. ¿Llegará algún día a España?"… La "varita mágica" alemana que el Gobierno desea para España (Libertad Digital – 9/9/12)

En Alemania, más de la mitad de los estudiantes se decanta por la FP. Lo hacen tras pasar por la enseñanza obligatoria y elegir, sobre los 11 años, entre tres tipos de centro: el Gymnasium, asimilable a nuestro bachillerato y que prepara para el Abitur (selectividad) que permite el acceso a la Universidad; la Hauptschule, que está enfocada a los trabajos más manuales (albañil, carpintero, etc.) y que supone un itinerario cerrado, es decir, no permite a los alumnos optar ya a las enseñanzas universitarias, y la Realschule, la opción más demandada, que es más abierta que la anterior y que es la puerta de entrada a la Formación Profesional del sector industrial y de servicios.

Su ingreso en los estudios de FP deseados es más difícil que en otros países. La razón, que el estudiante deberá conseguir una plaza de las ofertadas en las empresas porque su formación será, en los dos tercios de su tiempo, práctica. Y que ésa es la esencia de la enseñanza dual: la aplicación práctica de los conocimientos en el ámbito de la empresa, y la implicación de ésta y sus necesidades en el sistema educativo. Desde su ingreso en los estudios elegidos, con la ayuda del Instituto Alemán de Enseñanza Aplicada, de nivel federal, el alumno pasará los dos tercios de su tiempo de aprendizaje en la compañía y el resto en un instituto. Por su trabajo, cobrará un sueldo como aprendiz. Y muy probablemente terminará siendo contratado al finalizar los estudios.

Los resultados de este sistema saltan a la vista: Alemania tiene una tasa de paro juvenil del 8% gracias, además de a los minijobs que muchos estudiantes simultanean con sus carreras, a que un 60% de los alumnos de FP dual consiguen conservar su puesto al terminar sus estudios. Es quizás este alto grado de éxito el que ha hecho que más de la mitad de los estudiantes alemanes se decanten por la FP y que, en estos tiempos de crisis, siga creciendo el número de estudiantes y también el de empresas que demandan aprendices. Esta semana se conoció el dato de que el número de contratos con estudiantes de formación dual había crecido hasta rozar los 300.000 a finales de agosto, y que incluso había habido miles de vacantes que no habían podido ser cubiertas.

¿Un sistema posible en España?

Reproducir en España un sistema con tan elocuentes resultados, ensalzado por la OCDE por su eficacia, se ha convertido en uno de los objetivos del Gobierno. De ello se habló en las reuniones de las cámaras de Comercio española y alemana y en los encuentros de empresarios de ambos países en Moncloa, y las organizaciones empresariales de nuestro país se mostraron a favor de su implantación. El sistema también es uno de los pilares de la reforma educativa que Wert quiere sacar adelante, adelantando el sistema de elección de itinerarios, aunque sin llegar a los extremos de Alemania, y tratando de hacer más atractiva la FP. Mientras, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ya ha anunciado la aprobación de un próximo decreto que regule la formación dual.

El sistema se está experimentando ya en algunas zonas de España. En Murcia, se implantará en dos institutos en los grados de química industrial y sistemas de autorregulación y control, aún con pocas plazas, pero ya con prácticas aseguradas en empresas con una remuneración de 426 euros. En la Comunidad de Madrid, donde ya el año pasado se instauró el programa piloto de FP dual con la participación de 60 alumnos, habrá este año plazas para 750 jóvenes que obtendrán una beca salario de 450 euros. Y desde el ámbito privado, SEAT anunció la pasada semana la implantación del sistema en su escuela de aprendices. En sus grados dedicados a la mecánica se ampliarán las horas prácticas y se dará un salario al alumno que irá desde los 250 euros el primer año a los 530 el segundo.

Sin embargo, no todos los actores están de acuerdo. Los sindicatos ya han alzado la voz contra esta iniciativa: Cándido Méndez dijo nada más salir de la reunión con empresarios en Moncloa que "el problema no se va a resolver con la formación dual" y abogó por "programas de estímulo a las contrataciones". CCOO, mientras, sentenció que se trata de "un fraude educativo" que sólo favorece a las empresas. Disfrutarán, dicen, de una "renovación gratuita de su plantilla".

Mientras ciertos "burócratas" sindicales hacen demagogia los jóvenes siguen jodiéndose

"Cerca de 75 millones de jóvenes están desempleados, una cifra que no deja de crecer desde que estalló la crisis, y que evidencia el principal reto al que se enfrentan tanto los países desarrollados como los emergentes"… Los jóvenes de todo el mundo configuran el eslabón más débil en la crisis económica (Vozpópuli – 9/9/12)

La tasa de desempleo juvenil en España alcanzó el 53,28% en el segundo trimestre (2012), según la última Encuesta de Población Activa. Sin embargo, no se trata de un mal endémico del mercado laboral español, sino que es una constante que se repite en todo el mundo, incluyendo grandes potencias como EEUU o países emergentes como Brasil. Los jóvenes son el eslabón más débil en esta crisis y reducir esta desorbitada tasa de paro se ha convertido en el mayor reto de los Gobiernos.

Cerca de 75 millones de jóvenes están desempleados en todo el mundo, lo que supone un incremento de más de 4 millones desde el año 2007, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que advierte no sólo de las consecuencias económicas y sociales de este paro, sino también de sus efectos perjudiciales sobre la futura inserción laboral y los salarios.

Y es que para los jóvenes, encontrar trabajo se ha convertido en la "pescadilla que se muerde la cola": "no consigo trabajo porque no tengo experiencia y no tendré experiencia si no consigo trabajo".

Exceso o falta de cualificación

Si hace unos años, el nivel de formación realmente marcaba una diferencia a la hora de encontrar empleo, estas ventajas se desdibujan con la crisis. La educación y la capacitación son esenciales para incorporarse al mercado laboral con éxito, sin embargo, en las economías en desarrollo se ofrecen puestos de trabajo muy limitados a sectores formales pequeños, y la juventud no siempre ha adquirido en la universidad las habilidades necesarias adecuadas para calificar en dichos trabajos.

El difícil acceso a trabajos de alta cualificación provoca que muchos jóvenes 'disfracen' sus curriculum para optar a empleos mucho menos exigentes. No es extraño por tanto, encontrarse a candidatos que maquillan sus conocimientos y habilidades para no ser descartados por estar hiper-cualificados.

Atrapados en el empleo temporal

Muchos jóvenes se encuentran atrapados en trabajos de baja productividad, temporales, mal remunerados y muy alejados de sus aspiraciones. La transición hacia trabajos permanentes y mejor pagados se pospone cada vez más en las economías desarrolladas.

"No consigo trabajo porque no tengo experiencia y no tendré experiencia si no consigo un trabajo", piensan los jóvenes

El incremento de trabajo temporal y a tiempo parcial en los últimos diez años, especialmente coincidiendo con la crisis, sugiere que este es el único empleo disponible para muchos jóvenes. Incluso la proporción de empleo remunerado frente al porcentaje de empleo total es muy baja.

Esta tendencia ha despertado el debate en torno a la flexibilidad del mercado laboral en general y la dualidad del mismo en particular. El auge de este tipo de contratos podría explicarse por una combinación de legislaciones menos estrictas respecto a los costes de despido y los trámites para los contratos no temporales, junto con el escaso poder de negociación individual de los jóvenes.

El fenómeno de los "ni-ni" cada vez va a más

La falta de puestos de trabajo y el exceso de candidatos altamente cualificados ha provocado que muchos jóvenes, desalentados, abandonen la búsqueda de empleo o decidan posponerla para resguardarse bajo el paraguas del sistema educativo. La OIT estima que, debido a la crisis, un total de 6,4 millones de jóvenes se encuentran en esta situación, especialmente en la Unión Europea.

Los jóvenes que ni estudian ni trabajan -conocidos en España como "ni-ni" y en el resto del mundo como NEET (de sus siglas, sin educación, empleo o formación)- representan un creciente motivo de preocupación para los responsables políticos. Según la OIT, suponen al menos un 10% de la población joven y afecta mucho más a quienes tienen un nivel bajo de educación en los países desarrollados.

El retiro de la fuerza laboral joven a causa de la crisis es un arma de doble filo. Por una parte, los jóvenes que desistan a encontrar empleo y dejen de formarse, corren el peligro de quedar excluidos definitivamente de un mercado laboral cambiante y en constante movimiento. Por si fuera poco, la presión que recae ahora mismo sobre los jóvenes que buscan empleo se multiplicará cuando algunos de estos 'rezagados' decidan reincorporarse al mundo laboral.

Cada "nini" le cuesta a España anualmente 11.375 euros. En 2011 eran 1.643.928, el 21,1% de la población española

"Ni se forman, ni trabajan, ni buscan empleo. Son los conocidos como "ninis", un total de 1.643.928 jóvenes de entre 15 y 29 años (el 21,1% de la población española), y que cuestan más de 15.735 millones de euros anuales a las arcas públicas, es decir, el 1,47% del PIB, frente a los 10.794 millones (0,99% de 2008)"… El precio de la "generación perdida" (El Mundo – 22/10/12)

Son datos de Eurofound, agencia europea especializada en condiciones de vida y trabajo. El informe analiza cuáles son los factores determinantes para pertenecer a este grupo, así como los costes económicos y sociales que representa.

Para realizar el cálculo, se han tenido en cuenta diferentes factores. Por una parte, los costes que supone este grupo en prestaciones por desempleo, discapacidad, sanidad y otros servicios sociales. Por otro lado, se tiene en cuenta el dinero que deja de percibir el Estado en impuestos, la ausencia de ahorro y consumo por parte de este grupo, así como su incapacidad para aportar al sistema de pensiones y a planes privados.

333 euros por cada ciudadano español

Así, el estudio concluye que cada "nini" le cuesta a España anualmente 11.375 euros, frente a los 10.651 de media en la Unión Europea. Es decir, 333 euros por año a cada español. No obstante, este coste varía notablemente por regiones. Así, en Bulgaria supone 2.512 euros frente 22.700 de Dinamarca. Eurostat constata además que los costes aumentan más rápido que el número de "ninis", una media del 28,33%.

El espíritu del análisis, aclara Eurofound, no es señalar al colectivo "nini" como una carga para la, en muchos casos, famélica economía de los estados. El objetivo es subrayar el coste que supone a una sociedad no integrar a una importante proporción de sus miembros en el mercado laboral o formativo. Entienden que mantener a esos jóvenes fuera del sistema es un "desperdicio de potencial, talento y habilidades", con consecuencias adversas para la sociedad y la economía.

Defiende, por tanto, que el problema es social, no individual. Y resalta la importancia de las políticas de inserción, así como las consecuencias sociales que puede acarrear mantener a un porcentaje tan importante de la población en esa situación. Es más, considera a los "ninis" "uno de los grupos más problemáticos" en el contexto de desempleo juvenil.

Tendencia generalizada, con salvedades

Mientras Alemania, Austria y Luxemburgo (en el primer caso, los "minijobs", pese a su precariedad, sacan de las estadísticas a los "ninis") van mejorando, las cifras no cesan de crecer en los países más golpeados por la crisis, como Grecia (54,7%) y España (34,4%).

La tendencia alcista es generalizada en Europa. La cifra de "ninis" aumenta y también el coste que supone a las arcas públicas: los últimos datos de Eurostat hablan de 13.941.264 (del total de 94 millones de jóvenes), que costarían a la UE más de 153.000 millones de euros. Tal cantidad supone el 1,21% del PIB de la Unión Europea. Es decir, el coste ha aumentado un 45,77% desde 2008.

Trabajo y expectativas de futuro

Sólo el 34% de los jóvenes europeos tenía trabajo en 2011, la cifra más baja registrada por Eurostat. Desde el inicio de la recesión, a finales de 2007, el paro juvenil ha aumentado en 1,5 millones, hasta los 5,5 millones (21%) en 2011.

De los "ninis", el 73% de 15 a 19 años no ha trabajado nunca, una cifra que se rebaja al 43% de 20 a 24 años, y al 28% en el caso de 25 a 29 años.

En cuanto a las implicaciones a largo plazo, el informe de Eurofound augura una generación que puede quedar fuera del mercado de trabajo durante años y ve con preocupación estas cifras, máxime cuando estas generaciones tendrán que "asumir las responsabilidades que representa el envejecimiento de la población".

Grupo heterogéneo

Los "nini" constituyen una población muy heterogénea. El mayor subgrupo lo integran los jóvenes que están tradicionalmente desempleados, y que Eurostat divide entre vulnerables, (discapacitados y personas que están al cuidado de algún dependiente) y no vulnerables, que son aquéllos que ni trabajan ni estudian porque están centrados en actividades como la música, el arte o el autoaprendizaje.

El nivel de estudios influye notablemente. Así, aquéllos con un nivel de estudios bajo tienen el triple de probabilidades de convertirse en "nini". También ser inmigrante es factor determinante: tienen un 70% más de probabilidades de pasar a engrosar el grupo.

Eurofound alerta de las consecuencias de permanecer un tiempo prolongado en este grupo: aislamiento, empleo inestable y escasas posibilidades de empleo futuro, delincuencia juvenil y problemas de salud física y mental. Corren asimismo más riesgo de estar alienados política y socialmente, y su nivel de interés político y de participación en partidos políticos y en actividades sociales es menor, además de mostrar menor confianza social. Unas características comunes a las que presentaba la juventud de los países donde estalló la primavera árabe.

El informe destaca asimismo que, históricamente, la población joven es golpeada más duramente en los momentos de recesión, en el sentido de que su desempleo es más vulnerable que el de otros grupos de edad. Esto sucede porque suele haber más concentración de jóvenes en sectores "críticos", como la construcción, además de sumar más contratos temporales. Algo que ha aumentado con la crisis, colocando a los jóvenes en una posición aún más inestable.

Bruselas pide a los Gobiernos que garanticen a los jóvenes un empleo o prácticas en un máximo de 4 meses

"El 21,1% de los jóvenes españoles entre 15 y 29 años ni estudia ni tiene trabajo. Se trata de una de las tasas más altas de la Unión Europea y tiene un coste para la economía de 15.700 millones de euros, el 1,47% del PIB, según un estudio publicado este miércoles por la Comisión Europea"… Los "ni-nis" cuestan 15.700 millones a la economía española (Negocios.com – 5/12/12)

España es además uno de los países de la UE donde más ha aumentado el coste de los jóvenes ni-ni para la economía entre 2008 y 2011 debido a la crisis, más del 45%.

Para calcular estas cifras, el estudio compara los costes para las finanzas públicas de los jóvenes ni-ni con los costes y los recursos producidos por los jóvenes que sí trabajan, y aplica otros métodos de corrección estadística.

En términos absolutos, en 2011 los países donde los jóvenes que ni estudian ni trabajan generaron un coste más alto para la economía son Italia (32.600 millones de euros, 2,06% del PIB), Francia (22.000 millones, 1,11%), Reino Unido (18.000 millones, 1,05%) y España.

En Alemania y Luxemburgo, el coste de los ni-ni se redujo entre 2008 y 2011, mientras que en Austria y Suecia se mantuvo estable. En términos relativos, los mayores incrementos corresponden a Rumanía (78%), Grecia (76%), sorprendentemente Dinamarca (62%) y España.

En el conjunto de la UE, la tasa de jóvenes entre 15 y 29 años que ni estudia ni trabaja se situó en el 15,4%, cifra que representa unas pérdidas para la economía europea de 3.000 millones a la semana (1,2% del PIB comunitario).

Garantía juvenil

La Comisión ha pedido este miércoles a todos los Estados miembros que adopten las medidas necesarias para garantizar a los jóvenes un empleo, más formación o prácticas en un plazo máximo de cuatro meses tras dejar la escuela o perder el trabajo.

El comisario de Empleo, Láslzó Andor, ha admitido que estas medidas tendrán un coste para los Estados miembros, pero ha resaltado que el coste de no actuar sería todavía más alto. "Este paquete de medidas ha de ayudar a los Estados miembros a garantizar que los jóvenes se incorporen con éxito a la vida laboral. De lo contrario, las consecuencias serían desastrosas", ha señalado.

Bruselas se compromete a facilitar financiación para estas iniciativas a través del fondo social europeo y de los fondos estructurales para las regiones, aunque Andor ha eludido comprometerse con ninguna cifra y ha dicho que todo dependerá del acuerdo final sobre el presupuesto de la UE para el periodo 2014-2020.

En el actual periodo financiero, España ha redirigido con el acuerdo de Bruselas 294 millones de euros de ayudas europeas a la lucha contra el paro juvenil. Las autoridades españolas sostienen que entre 2012 y 2015, esta cifra aumentará a 2.500 millones.

La tasa de desempleo juvenil ha superado el 25% en trece Estados miembros: en Grecia y España sobrepasa el 55% y en Italia, Portugal, Irlanda, Bulgaria, Chipre, Letonia, Hungría y Eslovaquia se acerca al 30% o lo supera.

De los desempleados menores de 25 años, más del 30% llevan en paro más de doce meses, es decir, 1,6 millones en 2011, frente a los 900.000 de 2008.

En los últimos cuatros años, las tasas globales de empleo juvenil han caído casi cinco puntos porcentuales: tres veces más que las correspondientes a los adultos. Las posibilidades de que una persona joven en paro encuentre trabajo son pocas: solo el 29,7% de las personas de 15 a 24 años que estaban desempleadas en 2010 encontraron empleo en 2011, lo que representa un descenso de casi el 10% en tres años.

RU en "vías de subdesarrollo": entre la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser

"Las alarmas se encienden en el Reino Unido. La falta de inversión de la poderosa City londinense en su propio país, la dependencia del empleo barato para mantener la economía a flote, la creciente desigualdad social y la ausencia de una industria potente para lograr un crecimiento económico sostenido a largo plazo hacen que el Reino Unido se parezca más y más a un país del tercer mundo"… Alarma en el Reino Unido: cada día se parece más a una economía del tercer mundo (Vozpópuli – 5/12/12)

Crece la preocupación en el Reino Unido por el rumbo que está tomando la economía. El país tiene uno de los principales centros financieros del mundo. Canaliza miles de millones de inversión por todo el globo pero ignora su propio país, un síntoma de desconfianza hacia lo británico.

En 2011 el Reino Unido se convirtió en el principal inversor extranjero directo (detrás de los 110.000 millones de Luxemburgo) fuera de la Unión Europea al gastar 89.000 millones de euros. Una apuesta que contrasta con la escasa inversión del sector público, las empresas y los hogares británicos en su propio país. De hecho, esta partida se ha reducido un 24% desde que empezó la crisis en 2007, según reflejan los datos de Eurostat.

"Estamos en una situación en la que el Reino Unido parece un país del tercer mundo a la antigua usanza. Al contrario que otros países como Alemania, Francia o Suecia que han invertido intensamente para salir de la crisis y lograr crecimiento a largo plazo, el Reino Unido ha dependido de mano de obra barata y no ha invertido lo suficiente", comenta Robin Chater, secretario general de la Federación Europea de Empleadores. "El Reino Unido parece un país tercermundista porque los ingresos medios son relativamente bajos, en 2012 ocupaban la posición 14 en el ranking europeo, las diferencias entre ricos y pobres están aumentando, la industria manufacturera es pequeña en términos relativos tras reducirse un 60% en los últimos 30 años, la inversión en capital es pobre y tiene pocos recursos naturales", añade con preocupación Chater.

El Reino Unido ha logrado salir de la recesión y crear empleo este ejercicio pero los datos, pese a parecer positivos, esconden los problemas de fondo a los que se enfrenta la economía a largo plazo. "Aunque el empleo ha aumentado de forma significativa en 2012, está previsto que el desempleo aumente algo en 2013 debido a que la tímida recuperación y las incertidumbres pueden llevar a las empresas a mostrarse reticentes antes de contratar", avisó la semana pasada la OCDE en su último informe de previsiones económicas sobre el Reino Unido. Organismo que espera que la tasa de desempleo aumente al 8,3% en 2013 desde el 8% actual para caer después al 8% en 2014.

El crecimiento del empleo pese a la debilidad de la economía es una paradoja que la OCDE achaca a varios factores que ponen el dedo en los problemas que afronta el país. El PIB del Reino Unido, de hecho, está un 3,1% por debajo del nivel al que se encontraba en 2008, mientras que el empleo ha recuperado los niveles de hace cuatro año. "Una explicación de la caída de la productividad laboral es que la recesión ha llevado a la pérdida de muchos empleos productivos y a su sustitución por otros menos productivos. El empleo a tiempo completo ha caído sustancialmente desde 2008, mientras que el empleo a tiempo parcial ha aumentado modestamente", comenta la OCDE. Otra explicación la achaca al uso de empleo barato en vez de inversión en capital como consecuencia de la caída de los salarios.

"Es otra paradoja que pese a las cantidades de dinero que entran y salen de los mercados en Londres, el resto de la economía es un basurero hambriento y muy necesitado de inversiones de capital. Mucha culpa la tienen las empresas que prefieren tomar una visión a corto plazo y mantener maquinaria, equipos y sistemas que deberían haber sustituido hace tiempo", añade Chater.

La falta de inversión del Reino Unido en su propio país se mira con mucha preocupación en las islas, especialmente por el contraste con otros países europeos. Así, mientras que en el Reino Unido la inversión bruta de capital fijo ha caído un 24% desde 2007; en Suecia ha aumentado el 14%, en Alemania, un 5% y en Francia, otro 5%.

El Reino Unido afronta, además, otros retos desde el estallido de la crisis, entre ellos el aumento de la deuda pública y la caída de la renta de los hogares desde 2008, cifrada en más del 13%, y el elevado desempleo juvenil, una característica de los países en vías de desarrollo.

"La industria británica tiene problemas terribles que requieren una cirugía radical", explican Larry Elliot y Dan Atkinson en su libro titulado, Hacia el sur: Por qué el Reino Unido tendrá una economía del tercer mundo para 2014. En concreto, argumentan que la base industrial del país es demasiado estrecha para convertirse en el verdadero motor de la generación de empleo y crecimiento e inciden en la necesidad de mejorar la educación, las infraestructuras y el sistema financiero para lograrlo.

"Hemos tenido una balanza de pagos deficitaria desde 1983. El Gobierno y el pueblo están agobiados por la deuda. El apoyo del Estado al sector bancario es cercano al 100% del PIB. Los remedios rápidos ya se han usado todos. En el corto plazo, tememos que pasemos de una recesión a una depresión con elevadas tasas de desempleo crónicas, una caída del nivel de vida y eventualmente interrupciones en el suministro energético", avisan Elliot y Atkinson.

De momento, la economía británica ha salido de la recesión. En el tercer trimestre el PIB aumentó un 0,8%, lo que supuso el mayor aumento en cinco años. Una cifra, pese a todo, que tampoco debe generar demasiadas alegrías. El ministro de economía, George Osborne, reconoció ayer mismo que la economía se contraerá un 0,1% este año. La debilidad de la economía global y la consolidación fiscal seguirán presionando el crecimiento a la baja. El Gobierno británico también avisó ayer que mantendrá las medidas de austeridad hasta 2018 tras admitir que no podrá cumplir los objetivos de déficit en el calendario previsto y retrasó la fecha límite para lograrlo a 2018.

Esperando a Godot

– ¿Deben ocuparse los bancos centrales del desempleo? (Project Syndicate – 19/12/12)

(Por Kemal Dervis) Lectura recomendada

Washington, DC.- El 12 de diciembre el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, anunció que la Fed mantendrá las tasas de interés casi en cero hasta que la tasa de desempleo disminuya al 6,5 %, siempre que las expectativas inflacionarias continúen bajo control. Si bien los estatutos que rigen a la Fed, a diferencia de los del Banco Central Europeo, incluyen explícitamente un mandato para apoyar el empleo, el anuncio marcó la primera vez en que la Fed vinculó su política sobre tasas de interés a una meta cuantitativa para el empleo. Es un cambio bienvenido y debería ser emulado por otros -incluso por el BCE.

Los estatutos de los bancos centrales difieren en términos de los objetivos que fijan para la política monetaria. Todos incluyen la estabilidad de los precios. Muchos agregan una referencia las condiciones económicas generales, incluidos el crecimiento y el empleo, o a la estabilidad financiera. Algunos otorgan al banco central autoridad para fijar unilateralmente meta de inflación, mientras que otros estipulan la necesidad de coordinar con el gobierno la fijación de los objetivos.

No hay ejemplos recientes entre los bancos centrales más importantes, sin embargo, de fijación de metas cuantitativas para el empleo. Esto debería cambiar a medida que la magnitud del desafío sobre el empleo que enfrentan las economías avanzadas gane visibilidad. Los débiles mercados laborales, la baja inflación y el aumento de la deuda sugieren que un reordenamiento fundamental de las prioridades está a la orden del día. En Japón, Shinzo Abe, el primer ministro entrante, está señalando el mismo conjunto de preocupaciones, aunque parece proponer un objetivo de inflación "mínima" para el Banco de Japón, en vez de un vínculo con el crecimiento o el empleo.

La difusión de las cadenas de valor mundiales que incorporan a cientos de millones de trabajadores de los países en desarrollo a la economía global, así como las nuevas tecnologías para ahorrar mano de obra, implican escasas probabilidades de inflación por presión de los costos salariales. De la misma manera, el mercado de los bonos de largo plazo indica expectativas inflacionarias extremadamente bajas (por supuesto, las tasas de interés son mayores cuando se perciben posibles incumplimientos de la deuda soberana o riesgos de redenominación, como el sur de Europa, pero eso no tiene nada que ver con la inflación). Además, el desapalancamiento en curso desde la implosión financiera de 2008 podría ser más sencillo si la inflación fuese moderadamente mayor durante unos pocos años, un debate fomentado por el Fondo Monetario Internacional hace un año.

Junto con estas consideraciones, los responsables de las políticas deberían tener en cuenta los tremendos costos humanos y económicos que produce el desempleo elevado: desde millones de vidas destruidas, erosión de habilidades y desaparición de oportunidades para toda una generación, hasta el peso muerto que implica mantener ociosos a los recursos humanos. ¿No es la incapacidad para garantizar que millones de jóvenes adquieran las habilidades necesarias para participar en la economía un problema tan grave para una sociedad como un elevado volumen de deuda pública?

En ningún otro sitio este reordenamiento de prioridades es más necesario que en la zona del euro. Sin embargo, extrañamente, es la Fed y no el BCE quien ha fijado una meta para el desempleo. La tasa de desempleo en EEUU ha disminuido hasta ubicarse cerca del 7,7 % y el déficit de la cuenta corriente se encuentra próximo a los $500 mil millones, mientras que el desempleo en la zona del euro ha alcanzado valores récord, cerca del 12 %, y la cuenta corriente muestra un superávit cercano a los $100 mil millones.

Si la meta del BCE para la inflación fuese del 3 %, en vez de un valor cercano pero inferior al 2 % y Alemania, poseedora del mayor superávit mundial de cuenta corriente, fomentara un crecimiento de los salarios del 6 % y tolerase una inflación del 4 % -que implicarían un moderado crecimiento de los salarios reales por encima del aumento esperado en la productividad- el proceso de ajuste en la zona del euro sería económica y políticamente menos costoso. De hecho, el cálculo de políticas en Europa del Norte subestima en gran medida las pérdidas económicas debido a los trastornos impuestos al Sur por la excesiva austeridad y la deflación salarial. Los elevados niveles de desempleo juvenil, los problemas de salud y la capacidad ociosa resultantes también tendrán un impacto sustancial sobre la demanda de importaciones al Norte.

Al contrario de lo que indica la sabiduría convencional, el mandato legal del BCE permitiría un reordenamiento tal de las prioridades, ya que, con referencia al BCE, el Tratado sobre el Funcionamiento de la Unión Europea establece que «El objetivo principal [énfasis añadido] del Sistema Europeo de Bancos Centrales (…) será mantener la estabilidad de los precios», y otra parte del tratado se ocupa de políticas económicas generales para la zona del euro y enfatiza el empleo. Esto no parecería impedir al BCE fijar un objetivo temporal complementario para el empleo en un momento de desafíos excepcionales.

Además, el BCE tiene autoridad para fijar metas de inflación para toda la zona del euro, y podría elevarlas durante dos o tres años, sin incumplir ningún tratado. El verdadero problema es la actual actitud política alemana. De alguna forma, el recuerdo de la hiperinflación de principios de la década de 1920 parece más atemorizante que aquel del desempleo masivo a principios de la década de 1930, aunque fue este último el impulsor del avance del nazismo. Tal vez las próximas elecciones alemanas permitan que fuerzas progresivas clarifiquen lo que está en juego para Alemania y Europa -de hecho, para todo el mundo.

En un contexto más global, nada de esto pretende minimizar los peligros de la inflación en plazos mayores. En la mayoría de los países y la mayor parte del tiempo la inflación debería mantenerse en valores muy reducidos, y los bancos centrales debieran anclar las expectativas inflacionarias con metas de largo plazo estables, aunque la alternativa de fijar metas para el PBI nominal merece ser considerada.

Además, la política monetaria no puede ser un sustituto de largo plazo para las reformas estructurales y los presupuestos sostenibles. Los períodos prolongados con tasas de interés reales nulas conllevan el peligro de crear burbujas de activos, asignar recursos incorrectamente, y generar efectos indeseados sobre la distribución del ingreso, como lo demuestra la historia reciente -incluso en EEUU y Japón.

Durante los próximos dos o tres años, sin embargo, y especialmente en Europa, la necesidad de desapalancar, los costos del desempleo generalizado y el riesgo de un colapso social hacen que la meta temporal anunciada por la Fed para el desempleo resulte muy deseable.

(Kemal Dervis, a former minister of economy in Turkey, administrator of the United Nations Development Program (UNDP), and vice president of the World Bank, is currently Vice President of the Brookings Institution…)

Un informe subraya que la pérdida de empleo ha sido mayor cuanto menor es el nivel de formación del trabajador.

"Tres de cada cuatro empleos desaparecidos en los últimos cuatro años se corresponden con personas que sólo cuentan con educación primaria o con educación secundaria incompleta, de acuerdo con un estudio difundido hoy por la empresa de trabajo temporal Adecco basado en datos del INE"… Tres cuartos del empleo perdido desde 2008 es de personas con sólo primaria (Negocios.com – 15/1/13)

El informe subraya que la pérdida de empleo ha sido mayor cuanto menor es el nivel de formación del trabajador, de tal forma que la caída de ocupación en los últimos cuatro años (2008-2012) ha llegado al 41,3% entre el colectivo de quienes sólo tienen educación primaria, frente al descenso general del 14,9% del total de ocupados.

Por el contrario, entre los que cuentan con educación superior la ocupación apenas se ha reducido el 0,1 % desde 2008.

Entre los que tienen la educación secundaria completa la caída ha sido del 16,6 %, mientras que entre los que no la han acabado ese porcentaje sube al 17,4 %.

Otro informe publicado hoy por Ranstad -empresa también dedicada a la gestión de recursos humanos-, concluye que el mercado demanda trabajadores de alta cualificación, sobre todo para puestos vinculados a las áreas comerciales y a las tecnologías de la información.

Basado en 65.000 selecciones de personal, el informe asegura que director de Marketing es el puesto con más y mejores oportunidades laborales, así como el gestor de redes sociales en internet.

Las propuesta de Yunus para los "desplazados" por la globalización y la tecnología

– La revolución del emprendimiento social (Project Syndicate – 21/1/13)

(Por Muhammad Yunus) Lectura recomendada

Dhaka.- La crisis financiera internacional de los últimos años dejó al descubierto la existencia de graves defectos en el sistema financiero internacional. El propósito original de los mercados de crédito era proveer de capital a empresas y compañías, pero unos pocos individuos los manipularon para ponerlos al servicio de un objetivo egoísta: obtener rendimientos irrealmente altos mediante maniobras de ingeniería financiera. Esto trajo sufrimiento a los habitantes de los países desarrollados (basta pensar en los extraordinarios niveles de desempleo en países como España y Grecia), pero también a incontables millones de personas en los países en desarrollo, que no tuvieron responsabilidad alguna por la crisis.

De hecho, la persistencia de muchos de los problemas sociales del mundo es reflejo de nuestra interpretación colectiva errada de la idea de capitalismo, que lleva a que las empresas no persigan otro objetivo que la maximización de beneficios y que se conciba a las personas como máquinas unidimensionales de hacer dinero.

Pero en esta, nuestra concepción del mercado económico, está faltando un componente: el emprendimiento social. Un emprendimiento social es una compañía no orientada a la distribución de dividendos y dedicada totalmente a la solución de un problema social o ambiental determinado. Los accionistas pueden recuperar su inversión, transcurrido cierto tiempo, pero no más que eso. La totalidad de los beneficios se reinvertirá en el emprendimiento para aumentar su alcance o mejorar sus productos o servicios.

La junta directiva, la administración y los empleados del emprendimiento social enfocan todas sus energías en resolver el problema que motivó su creación, y el éxito e impacto de la compañía se miden según cómo lo hagan. La rentabilidad de la compañía se usará para cubrir costos y crecer, no para satisfacer el deseo de ganancias de los inversores. En un emprendimiento social, lo que motiva a emprendedores e inversores es el deseo de hacer el bien, no el de hacer dinero.

Este tipo de emprendimiento no tiene cabida en nuestro actual marco económico, diseñado para las compañías maximizadoras de beneficios, cuya proliferación, si bien trajo consigo crecimiento económico, creación de empleos y prosperidad, también provocó las crisis ambientales, energéticas, alimentarias y financieras de la actualidad, además de ampliar la desigualdad de ingresos y crear grandes bolsones de pobreza.

Los emprendimientos sociales son un modo de equilibrar la codicia individual con las necesidades colectivas. Por ejemplo, podría darse que compañías con fines de lucro creen emprendimientos sociales paralelos a sus actividades lucrativas; cada emprendedor, cada firma podría crear toda una variedad de estos emprendimientos. También se podrían crear fondos de empresas sociales para agrupar recursos procedentes de muchos inversores (pequeños, medianos o grandes) y de ese modo proveer de capital a emprendimientos sociales nuevos o ya existentes.

Si bien las actividades de bien público por parte de individuos o corporaciones son importantes, tienen una limitación fundamental: un dólar obtenido de donaciones tiene una sola vida, una vez que se usó, ya está. Pero un dólar puesto en un emprendimiento social es inmortal, se lo puede reciclar una y otra vez. Los emprendimientos sociales permiten encarar objetivos de bien público y resolverlos de manera sostenible.

La maximización de beneficios por parte de individuos y empresas crea problemas cuya solución, en la actualidad, es tarea exclusiva de los gobiernos. Pero no se puede esperar que los resuelvan todos, porque por su propia naturaleza, los gobiernos son lentos y poco dados a innovar, limitaciones que se agravan conforme los problemas crecen y se multiplican. En cambio, los individuos y las compañías son mucho más dinámicos y creativos, y la creación de emprendimientos sociales permitiría encarar los mismos problemas con más eficacia.

A algunas personas, la idea de una compañía no orientada a la distribución de dividendos podrá parecerles utópica, pero me da mucha alegría poder decirles que cada vez más personas y empresas adoptan este concepto. Hemos creado una serie de emprendimientos sociales en Bangladesh, y están surgiendo otros en Albania, Haití, Colombia, Costa Rica, el Reino Unido, Japón, India, China y Alemania, por citar algunos ejemplos. Lo que vemos es que cuando se desvincula a las empresas del imperativo de hacer dinero, el resultado es un tipo de empresa totalmente diferente, una empresa especializada en usar la creatividad de los seres humanos para resolver los problemas de los seres humanos.

No hay problema o crisis, de los que enfrenta el mundo en la actualidad, que no se pueda resolver con el ingenio y la creatividad de los seres humanos. Solo hace falta disponer un marco institucional adecuado para liberar y enfocar la creatividad latente en cada uno de nosotros. Eso se logra dando cabida a las empresas sociales en nuestras economías.

De hecho, hay problemas, como el desempleo, que no se podrán resolver volviendo al sistema anterior. Sería como poner un apósito protector en una herida que demanda cirugía mayor. Es preciso rediseñar y reconstruir el sistema desde la base, y la crisis sistémica actual nos da una oportunidad para hacerlo. De hecho, creo que podemos crear un mundo en el que no haya ni un desempleado, un mundo en el que la palabra "desempleo" ni siquiera tenga sentido.

El momento de empezar a crear este mundo es ahora: no perdamos la oportunidad.

(Muhammad Yunus, a Nobel Peace Prize laureate, is the founder of Grameen Bank)

Balance 2012 de la OIT: sigue creciendo el desempleo

"La Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo dependiente de Naciones Unidas, dijo que el número de personas desempleadas creció en más de cuatro millones en todo el mundo durante 2012"… Aumenta el desempleo a nivel mundial (BBCMundo – 22/1/13)

Según el informe Tendencias Mundiales del Empleo, presentado este lunes, los datos son reflejo de la crisis económica mundial, sobre todo en los países desarrollados.

Los más afectados fueron los jóvenes. Según la OIT, casi el 13% de los menores de 24 años que buscan trabajo están sin empleo.

La agencia pidió que se invierta más en formación profesional para preparar a los jóvenes. Según el informe, los países que cuentan con programas de aprendizaje de oficios, como Alemania, Austria y Suiza, tienen los niveles más bajos de desempleo juvenil.

En total, el desempleo mundial alcanzó los 197 millones de personas, equivalente al 6% de la fuerza laboral global.

El Vice President of Microsoft convoca a una estrategia global de talentos, para crear 600 millones de puestos de trabajo en el mundo, a lo largo de la próxima década

– La disparidad de oportunidades, un desafío mundial (Project Syndicate – 21/1/13)

(Por Brad Smith) Lectura recomendada

Seattle.- Una tragedia económica global se desarrolla frente a nuestros ojos. En todo el mundo se están creando nuevas oportunidades laborales que ofrecen una promesa de prosperidad, pero cientos de millones de personas no pueden aprovecharlas porque no tienen la educación y las habilidades necesarias.

Si no se revierten las tendencias actuales, esta disparidad de oportunidades se profundizará, lo que aumentará las diferencias en los ingresos de la gente y asfixiará la recuperación económica mundial. Para evitarlo, es vital que empresas y gobiernos de todo el mundo se pongan de acuerdo en una estrategia para mejorar las oportunidades educativas, la capacitación y la movilidad internacional de la siguiente generación de trabajadores.

Se estima que para compensar los empleos que se perdieron durante la reciente crisis económica será necesario crear 600 millones de puestos de trabajo en todo el mundo a lo largo de la próxima década. Muchos de estos nuevos empleos estarán en sectores donde los avances científicos, ingenieriles y tecnológicos siguen siendo los motores de la innovación y el crecimiento.

Entre 2009 y 2013, la industria informática habrá ayudado a crear más de 75.000 empresas nuevas y 5,8 millones de empleos nuevos en todo el mundo. Pero este acelerado crecimiento de la cantidad de empleos en industrias que requieren trabajadores altamente capacitados está creando un mercado global de talentos que en gran medida sigue vacante.

Por ejemplo, según la Oficina de Estadísticas de Empleo de los Estados Unidos, este año se crearán en Estados Unidos unos 120.000 nuevos empleos que demandarán al menos un título de grado en ciencias de la computación. Pero los institutos terciarios y las universidades de Estados Unidos solamente producirán, en conjunto, 40.000 graduados calificados.

Esta brecha entre la oferta y la demanda no es exclusiva de Estados Unidos. En Brasil (sexta economía del mundo), más del 40% de las empresas no encuentran personal calificado. Informes recientes de McKinsey & Company explican de qué manera este faltante de mano de obra calificada (que según algunas estimaciones supondrá de aquí a 2020 un déficit de hasta 40 millones de trabajadores con educación universitaria) ahogará el crecimiento económico en todo el mundo.

Mientras empresas y gobiernos analizan la manera de responder a estos cambios en la dinámica del mercado laboral internacional, lo que está en juego es nada menos que el futuro de nuestros jóvenes. La franja etaria juvenil comprende la mayor fuente de talento desaprovechado del mundo; al mismo tiempo que abundan las oportunidades, demasiados jóvenes no tienen acceso a la educación y capacitación que necesitan para hacer realidad su potencial.

En la actualidad, hay más de 2.200 millones de personas de entre seis y 24 años (la mayor cantidad en toda la historia) y se espera que esta cohorte siga creciendo. Pero la tasa global de desempleo juvenil es 12,7%, el doble de la tasa general del 6%. Solo en la Unión Europea, la tasa de desempleo juvenil alcanzó un impresionante 22%, y en algunos países llega aproximadamente al 50%; según algunos informes, en este momento 75 millones de jóvenes experimentan desempleo, subempleo o estancamiento salarial.

Está claro que si no hay cambios pronto, esta disparidad de oportunidades seguirá creciendo y causará una crisis humanitaria y económica, que afectará a ciudadanos, empresas y gobiernos de todo el mundo.

Para resolver el desequilibrio entre la oferta y la demanda de trabajadores capacitados se necesita adoptar en forma conjunta una agenda política correcta en materia de educación, capacitación e inmigración. Crear una fuerza laboral internacional capaz de impulsar el crecimiento económico y reducir el desempleo a largo plazo solo será posible equipando y empoderando a los trabajadores con las habilidades correctas.

Esto demandará una considerable inversión en educación y capacitación de la fuerza laboral, tema central en el último informe de McKinsey, que señala la importancia del desarrollo de habilidades y de vincular la educación con el empleo. Esta inversión dará frutos a su tiempo, pero mientras tanto, los países deberán emparejar la disponibilidad de trabajadores capacitados y la oferta laboral presente para poder mantener la vitalidad de sus economías. Por eso, además de inversiones educativas que mejoren las oportunidades futuras, se necesitan políticas de inmigración progresistas que faciliten la entrada de trabajadores capacitados para resolver los faltantes de personal calificado de la actualidad.

La solución de estos problemas no puede ser tarea exclusiva de los gobiernos. A las corporaciones mundiales les toca un papel fundamental, no solo en lo que atañe a la creación de los empleos que cambiarán el rumbo de nuestras economías, sino también en dar a la gente oportunidades de formar parte de esa fuerza laboral capacitada. Creemos que si logramos que trabajadores, empresas y gobiernos colaboren con un enfoque unificado para el cambio, podremos crear una economía mundial más saludable y mejorar las vidas de las generaciones actuales y futuras. Si los líderes mundiales se ponen de acuerdo para encarar los desafíos y las oportunidades a los que se enfrentan nuestras economías en la actualidad, podremos reforzar nuestra capacidad de construir y mantener canales internacionales sostenibles para la generación y obtención de mano de obra calificada.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente