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La crisis del empleo de los jóvenes – Parte I (página 5)

Enviado por Ricardo Lomoro


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El país tiene un paro juvenil del 8,9 %, muy por debajo de la media de la Unión Europea (UE), del 23,5 %, y a años luz de los países con el mayor número de jóvenes sin trabajo: el 58,4 % en Grecia y el 55,7 % en España, según los últimos datos de Eurostat.

Austria y Alemania comparten un modelo de formación profesional que sumerge a los jóvenes en el mundo laboral con 15 años y en el que, desde el primer momento, reciben una formación práctica y un salario durante su etapa de tres años como aprendices.

Los sueldos de los alumnos suelen ir desde los más de 400 euros mensuales del primer año hasta unos 700 a 900 euros el tercero, dependiendo de la profesión.

Según datos de la patronal austríaca, las compañías forman a unos 120.000 aprendices y gastan 2.700 millones de euros anuales en la tarea, lo que supone alrededor del 1 % del PIB. El 40 % de los directivos de empresas son antiguos aprendices.

La cadena de supermercados Spar, por ejemplo, tiene a su cargo a unos 2.700 aprendices y cada año busca a otros 900 jóvenes. La formación se divide entre un 30 % teórico en la pública Escuela de Oficios y un 70 % práctico en la empresa.

"A quienes superan la formación de tres años les garantizamos un puesto de trabajo y buenas perspectivas laborales. Hemos invertido mucho dinero en ellos y somos los primeros interesados en que se queden", explica a Efe Heidi Wasserbauer, responsable de formación.

"Cuando acaba su formación tenemos a un trabajador muy productivo porque conoce la compañía. Es mucho mejor que un temporal", recalca la experta, para quien las claves del modelo son la planificación empresarial a largo plazo y unas relaciones laborales estables.

Dado que los jóvenes son cada vez menos por el declive demográfico, existe una auténtica "guerra de ofertas" entre las empresas para captar a los adolescentes con más talento.

Por ejemplo, Spar ofrece 4.500 euros adicionales a lo largo de la formación como incentivo a las buenas notas y paga el carné de conducir a los que mejores resultados obtienen al terminar.

Otras compañías ofrecen como anzuelo costear la factura mensual del teléfono móvil -regalando además un modelo "inteligente" cada año-, ciclomotores o viajes.

El consenso político es pleno para luchar contra el paro juvenil con programas que tienen de premisa el desarrollo formativo como trampolín hacia el mercado laboral.

"En Austria todos los partidos políticos coinciden en que los jóvenes deben de ser el principal grupo de población para las políticas de empleo", explica a Efe Johannes Kopf, director del Servicio Público de Empleo de Austria (AMS).

Además existe la denominada "garantía educativa" y los jóvenes que no encuentran plaza en una empresa privada tienen asegurada una y un salario en talleres públicos de formación profesional.

"Todo joven que no encuentra un puesto en una empresa, porque tenga malas notas o no haya una empresa en su región, puede formarse a través del AMS", explica Kopf.

Eso sí, los aprendices ganan menos que en una empresa -unos 290 euros mensuales el primer año y alrededor de 600 euros el último- para alentarles a dar el salto al sector privado

Entre los especialistas consultados existe división de opiniones sobre si este modelo puede ser exportado, ya que tiene una larga tradición en la cultura empresarial de Austria y Alemania, que ponen el acento en la transmisión del conocimiento entre generaciones.

"El modelo se puede aplicar en otros lugares, pero se debe de pensar a largo plazo, en al menos diez años", indica Kopf, mientras que para el economista jefe de la Cámara de los Trabajadores (AK), Markus Marterbauer, "es complicado implantarlo en otros países. Lo importante es que los jóvenes aúnen trabajo y formación".

También el comisario europeo de Cooperación Regional, el austríaco Johannes Hahn, subraya que implantar este sistema requiere una estrategia a largo plazo.

"Parece que estos sistemas son un éxito si se miran las cifras de desempleo juvenil. Parece haber una clara relación en ese sentido", destaca en declaraciones a Efe el que fuera ministro de Ciencia y Educación de Austria entre 2007 y 2010.

Sobre su aplicación en España, sostiene que en un periodo de entre "cinco a diez años se podrían ver resultados muy concretos, pero en el corto y medio plazo se necesitan otras soluciones" al desempleo juvenil.

Un Premio Nobel de economía tercia en el debate sobre austeridad o crecimiento

Presupuesto para la batalla (Project Syndicate – 15/4/13) Lectura recomendada

(Por Michael Spence)

Milán.- Las economías desarrolladas del mundo, de las que los Estados Unidos son la mayor y sistémicamente más importante con mucho, afrontan diversas disyuntivas políticas y sociales difíciles. El presupuesto de los EEUU propuesto por Presidente Barack Obama reconoce y aborda dichas disyuntivas y sus pros y sus contras directa y completamente por primera vez en el período posterior a la crisis.

La propuesta de Obama es un documento importante, honrado y políticamente valiente. El debate que seguirá determinará en gran medida si los EEUU adoptan un modelo fuerte, integrador y sostenible de crecimiento y empleo y cómo compartirán los americanos de edades, niveles educativos, ingresos y riqueza diversos la carga de internarse por esa vía.

Sabemos que potentes fuerzas tecnológicas y del mercado mundial han reducido espectacularmente el número de puestos de trabajo profesionales y manuales rutinarios, han dirigido las opciones de empleo para la clase media hacia el sector no comerciable de la economía y han encauzado el crecimiento de los ingresos nacionales hacia el capital y el empleo mejor remunerado, mientras que se han estancado los ingresos de los demás. La creación de puestos de trabajo sigue siendo débil y el empleo continúa divergiendo del crecimiento.

No se puede atribuir enteramente esas tendencias a opciones normativas deficientes o a una gobernación con cortedad de miras. Se deben principalmente a un paisaje tecnológico en transformación de una economía mundial cada vez más integrada, pero han resultado exacerbadas por una tónica sistemática de inversión insuficiente en el sector público.

La enseñanza que se desprende de muchos países desarrollados y en desarrollo es la de que la inversión insuficiente en infraestructuras, capital humano, instituciones y base tecnológica y de conocimiento de la economía reduce el crecimiento a largo plazo. Se puede sostener el crecimiento a corto y medio plazo durante un tiempo substituyendo la inversión por deuda pública y privada, es decir, endeudándose con cargo a los ingresos y el consumo futuros, pero ese método crea una tónica autolimitadora, porque se dañan los balances, flaquea la demanda y hay que ajustar las aspiraciones a la baja.

Con ello pasamos a las opciones que encarna el presupuesto de Obama. En primer lugar, tenemos la cuestión de la rapidez con la que reducir los déficits públicos y la acumulación de deuda pública. Una repentina contracción fiscal reduciría la demanda agregada interna más rápidamente de lo que podrían substituirla el desapalancamiento y los cambios estructurales, con lo que acabaría con el crecimiento y la contratación, con los consiguientes efectos negativos en los déficits presupuestarios, pero retrasar durante demasiado tiempo el momento de afrontar la deuda socavaría la confianza en la capacidad del Gobierno de los EEUU para aplicar la disciplina fiscal.

Los déficits deben reducirse dentro de un horizonte temporal de entre cinco y diez años. La disyuntiva es entre una crisis de la deuda soberna, seguida de una brusca subida destructiva de los costos del endeudamiento, y una carga en aumento para las futuras generaciones de contribuyentes.

En un mundo ideal, en el que las avenencias no fueran necesarias, la política fiscal de los EEUU mantendría los compromisos inherentes al sistema de seguridad social, precisamente cuando las fuerzas demográficas o de otra índole impulsan el aumento de los costos (en particular, los de atención de salud). También mantendría los niveles actuales de consumo y evitaría los aumentos de impuestos, al tiempo que repararía los déficits de inversión pública para impulsar el crecimiento y ampliar las opciones de empleo para la clase media actual y las generaciones futuras. Por último, no se pediría a las generaciones futuras que cargaran con todo el peso de la reequilibración.

Evidentemente, es imposible conciliar todos esos objetivos. Para ser justos, hemos de decir que algunas reformas –incluidas las medidas en materia de impuestos, reglamentación y atención de salud– contribuirán a restablecer el equilibrio sin imponer grandes costos suplementarios al sector público, pero no son suficientes para reequilibrar la economía y restablecer la intensidad del crecimiento. Dicho sencillamente, no se pueden sostener los niveles actuales de consumo y derechos sociales sin agotar la inversión del sector público, a no ser que creamos que la capacidad de endeudamiento del Estado es ilimitada y que el traspaso intergeneracional de la deuda carece importancia.

Así, pues, hay que elegir. El estancamiento entraña también una opción que garantice que el resultado será alguna versión del status quo. ¿Cómo sería?

A este respecto necesitamos conjeturar un poco. Es probable que se redujeran los programas de ayudas sociales, pero no lo suficiente para contrarrestar una importante transferencia intergeneracional de la carga. Los impuestos podrían aumentar un poco en los tramos de los ingresos más altos y la recaudación iría destinada a financiar las ayudas sociales y la redistribución. El deseo de evitar aumentos importantes de los impuestos (y sostener los niveles de consumo) se reflejará casi con toda seguridad en un déficit continuo de la inversión del sector público, lo que, a su vez, socavaría el crecimiento a largo plazo.

La propuesta de presupuesto de Obama reconoce que no se pueden lograr todos los objetivos y aspiraciones y que la del crecimiento es ahora una cuestión distributiva e intergeneracional (y posiblemente de integración y de estabilidad social) a largo plazo. Es una invitación al Congreso de los EEUU y al público americano a fin de que reconozcan y aborden las opciones y las cesiones necesarias para crear un modelo sostenible de crecimiento económico y garantizar una distribución equitativa de la carga que entraña ese objetivo.

Las opciones son más extremas en los países en los que los desequilibrios son más graves y los mercados sufren más impedimentos, inducidos por las políticas, a la flexibilidad, la movilidad y el dinamismo del sector público que siguen beneficiando a los EEUU. En Italia y en España, el crecimiento es negativo y el desempleo juvenil es de 35 por ciento y 55 por ciento, respectivamente. Desde luego, se trata de una cuestión moral, pero también es una cuestión de estabilidad política y social.

Cada uno de los países tiene su propia versión de un contrato social que establece los derechos y los deberes de los ciudadanos, el papel del Estado y la idea de la integración. Las políticas públicas y las opciones fiscales más logradas son las que no sólo se rigen por los valores duraderos inherentes al contrato social, sino que, además, están adaptadas a las circunstancias demográficas, tecnológicas y mundiales cambiantes.

A veces eso significa la necesidad de inclinarse por opciones como las que afrontan ahora los EEUU y muchos otros países desarrollados. Si no escogemos las opciones idóneas, el crecimiento se resentirá y las opciones distributivas futuras serán mucho más duras.

(Michael Spence, a Nobel laureate in economics, is Professor of Economics at NYU"s Stern School of Business, Distinguished Visiting Fellow at the Council on Foreign Relations, Senior Fellow at the H…)

Merkel contesta a Spence: ya no vale "vivir bien" a base de deudas (¿más claro?)

"La canciller alemana, Angela Merkel, ha advertido de que ya no vale asegurar el bienestar a base de deudas y subrayado que los países de la zona del euro deben incrementar su competitividad, si desean lo mejor para sus ciudadanos. "Quiero un continente de alto rendimiento, que en el futuro también pueda ofrecer bienestar a sus ciudadanos", afirma Merkel en declaraciones que publica hoy el diario Bild, el de mayor tirada de Alemania y Europa"… "Cada país debe vivir de lo suyo" Merkel advierte de que ya no vale "vivir bien" a base de deudas (Negocios.com – 19/4/13)

La canciller celebra que "todos los países del sur de Europa hayan, en mayor o menor medida, introducido reformas, necesarias para alcanzar un camino sólido", aún a costa de dolorosos recortes para mucha gente. "En el fondo se trata de que cada país solo puede vivir de aquello que economiza. Cada país necesita una economía competitiva, una base industrial, grande o pequeña. El bienestar a crédito ya no funciona y esto debe quedar claro para todos", advierte Merkel.

La jefa del Gobierno germano subraya además que "Europa debe estar a la cabeza en el mundo y no lo somos ahora en muchas áreas" y comenta que "no se trata solo de mantener el euro estable de alguna manera, sino de conseguir que Europa salga más reforzada de la crisis que cuando cayó en ella".

Asimismo destaca: "debemos ocuparnos del problema más acuciante: el desempleo juvenil. Para ello hemos puesto a disposición en la UE 6.000 millones de euros que deben ser aplicados rápida y de manera inteligente". "También una mayor movilidad en Europa puede ser una aportación", señala la canciller, para la que "Alemania es un país en el que puede apreciarse bien que las reformas surten efecto".

En cuanto a la reciente estadística que asegura que las fortunas de los hogares son mayores en los países del sur de Europa que en Alemania, la canciller comenta que está "distorsionada", aunque "estadísticamente países como España, Chipre o Grecia sean por hogar más ricos que nosotros". "En esos países posee más gente casas y pisos, generalmente como garantías para la vejez. En Alemania en cambio existen fuertes sistemas de pensiones obligatorias y de las empresas. Y las altas pensiones no figuran en esa estadística como tampoco figuran los objetos inmobiliarios de los alemanes en el extranjero", dice Merkel. "Por ese motivo las fortunas medias de los alemanes parecen ser más pequeñas de lo que son en realidad", comenta finalmente la canciller.

¿Después del "conservadurismo compasivo", llegará el "capitalismo inclusivo"? Espero que logre mejores resultados

– Capitalistas a favor del crecimiento inclusivo (Project Syndicate – 17/4/13)

(Por Lynn Forester de Rothschild) Lectura recomendada

Londres.- En el año 2012, el Centro de Investigación Pew encontró que el 85% de los adultos que se autodenominan como de clase media en los Estados Unidos cree hoy en día que es más difícil mantener su nivel de vida (it is more difficult) en comparación con lo que ocurría hace una década. La proporción de estadounidenses que dice que es de clase media-baja o de clase baja ha aumentado de un cuarto de la población adulta en el año 2008 a alrededor de un tercio en la actualidad. Además, la investigación de Pew encontró que únicamente el 63% de los encuestados cree que el trabajo duro lleva al éxito, esta cifra bajó del 74% que se registró en el año 1999.

Estas estadísticas, que representan el sentimiento generalizado en la economía más grande del mundo, deberían plantear preocupaciones significativas para los gobiernos y para los líderes empresariales en el resto del mundo, especialmente en los países que enfrentan desafíos por el estancamiento del crecimiento y por el aumento de los niveles de desempleo juvenil. De hecho, en enero, el FMI revisó sus perspectivas a corto plazo (near-term outlook) sobre el crecimiento de la eurozona, señalando un cambio hacia la baja, que llega al -0,2% para el año 2013. Mientras tanto, los datos oficiales de España (official data from Spain) indican que la tasa de desempleo subió al 26% (casi seis millones de personas) en los últimos tres meses del año 2012, la cifra más alta desde mediados de la década de 1970, con una tasa de desempleo juvenil que alcanza el 55%.

La necesidad de crecimiento -en concreto, el tipo de crecimiento inclusivo que puede dar empleo a la gran cantidad de personas jóvenes sin empleo y combatir los niveles crecientes de desigualdad de ingresos- nunca antes fue de más vital importancia. A pesar de ello, los debates actuales sobre la forma de lograr un crecimiento sostenible e inclusivo se centran de manera demasiado estrecha en el papel que desempeñan los gobiernos y los responsables de la formulación de políticas. El papel que desempeña el sector privado -con su alcance multinacional, sus grandes cantidades de dinero en efectivo, y su capacidad de innovación– fue tratado de manera negligente.

Existen tres áreas principales a las cuales las empresas deberían dirigir su atención, si el capitalismo va a funcionar de una manera más inclusiva y va a satisfacer las necesidades más apremiantes de la sociedad. En primer lugar, las empresas deberían trabajar para superar los desajustes en las coincidencias de oferta y demanda de habilidades/puestos de trabajos a través de inversiones en la formación profesional y el aprendizaje. Las empresas como Rolls-Royce y British Gas utilizan programas de aprendizaje impresionantes que agregan valor a sus negocios mediante la creación de una reserva de nuevos empleados talentosos. Se han establecido otras iniciativas para expandir estos esfuerzos mediante la participación de varias empresas con el objetivo de crear puestos de nivel de entrada para el importante número de jóvenes que al presente se encuentran desempleados.

En segundo lugar, al igual que se necesita un esfuerzo colectivo para fortalecer las habilidades de la fuerza laboral nacional, también, se requiere un compromiso por parte de la industria para apoyar a las pequeñas y medianas empresas (PYMES), como parte de un entorno empresarial más amplio. En su año fiscal 2011, Hewlett-Packard utilizó más de 600 PYMES en su cadena de suministro en el Reino Unido, lo que representa casi el 10% de sus gastos pagados a proveedores. HP pretende aumentar este porcentaje a más del 15% hasta finales del año 2013 con la adición de otras 150 PYMES, impulsando con ello lo que de manera correcta se considera como el motor del crecimiento económico del Reino Unido.

Del mismo modo, en marzo de 2012 un consorcio de grandes corporaciones lideradas por IBM creó la "Supplier Connection", una forma de conexión con proveedores basada en la web, con el fin de que las pequeñas empresas se conviertan en proveedores de las grandes empresas con mayor facilidad. En la actualidad, los miembros de "Supplier Connection" compran anualmente más de $ 150 mil millones en bienes y servicios a través de sus cadenas de suministro globales.

Por último, .as sociedades anónimas constituidas por suscripción pública deben ser administradas con visión de largo plazo, y deben ser recompensadas por los inversores por ser más incluyentes. Por ejemplo, Unilever ha rechazado las presiones de corto plazo de los mercados de capitales al poner fin a su preparación de informes trimestrales sobre ganancias y al ampliar su enfoque para avanzar en cuanto a intereses sociales superiores, en lugar de sólo hacerlo en lo referido a los intereses de sus accionistas.

Sin embargo, para tener compañías progresistas es necesario tener inversores progresistas. El Plan de pensiones para maestros de Ontario (Ontario Teachers" Pension Plan) es ejemplar en cuanto a su compromiso de apoyar a las mejores prácticas de gobernanza en las empresas en las que invierte, y ha cosechado grandes beneficios de este enfoque: el Plan ha obtenido, en promedio, ganancias anuales del 10% desde su creación en el año 1990 .

La idea que subyace a todas estas iniciativas, y la noción del propio capitalismo incluyente, es que se debe administrar las empresas con visión de largo plazo. Las empresas que siguen este enfoque se preocupan por las habilidades de su futura fuerza de trabajo, buscan construir bases de proveedores que sean leales y productivos, y toman decisiones de inversión sobre la base de la creación de valor sostenible, no sobre la base de la rentabilidad a corto plazo.

No hay contradicción entre la obtención de altos rendimientos y la adopción de un enfoque a largo plazo. Por otra parte, a medida que las empresas empiezan a adoptar estas prácticas, una ola creciente levantará a todos los barcos: con un mayor apoyo, las PYMES, que actualmente representan el 99% de las empresas y dos tercios del empleo en el sector privado en la Unión Europea, podrán invertir en investigación y desarrollo, y podrán contratar a más empleados.

A su vez, las grandes empresas recibirán los beneficios de una innovación más rápida, las tasas de desempleo juvenil caerán, y se revertirá el vaciamiento de la clase media – como también se revertirá la fe que hoy en día tiene esta clase con relación a los futuros niveles de vida. Es este tipo de influencia profundamente positivo para las perspectivas de prosperidad compartida y crecimiento inclusivo el que en la actualidad es esquivo con los gobiernos nacionales.

(Lynn Forester de Rothschild is CEO of E.L. Rothschild and co-chair of the Henry Jackson Initiative for Inclusive Capitalism)

Reportaje a Joel Mokyr, historiador económico y catedrático en la Universidad Northwestern de Chicago

"Expresivo y vital, Joel Mokyr (Leiden, Holanda 1946) contesta a las preguntas a borbotones, con todo lujo de detalles, como si estuviese impartiendo clase en su aula de la universidad. Autor de numerosas obras extensamente premiadas, entre las que se encuentra la imprescindible La palanca de la riqueza (Alianza, 1993), visita España como miembro del jurado del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Economía, Finanzas y Gestión de Empresas. En uno de los momentos más duros de la crisis económica, le sorprende ver tan "pocos pobres por la calle""… "La austeridad de los Gobiernos es un error" (Cinco Días – 1/5/13)

Pregunta. ¿Qué diferencias existen entre esta y las crisis económicas precedentes?

Respuesta. Hasta la crisis de 2008 hemos tenido subidas y bajadas menores en la economía, pero nunca nada parecido a la Gran Depresión. Creo que la crisis actual no es tan severa, primero, porque son países diferentes los que se han visto envueltos y de diferentes maneras, y segundo, porque en términos de decaimiento general, de descenso de exportaciones e inversiones o de pérdida de empleo, no se parece ni remotamente a aquello. La razón más importante es que el estado de bienestar que ha aflorado en los últimos 30 o 40 años ha proveído de una red de seguridad que no había en aquella época. Otra cosa es, por supuesto, que se supone que habíamos aprendido ciertas lecciones de aquella crisis. Las medidas de control que se han estado tomando por el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y la Administración Obama desde principios de 2008 no han sido tan fuertes ni tan generalistas como a mí me hubiese gustado, pero son mucho mejores que las medidas que se tomaron bajo la presidencia de Herbert Hoover (durante la Gran Depresión), que básicamente siguieron la senda de las nociones ciegas de equilibrar el presupuesto sin importar otra cosa.

P. Pero la falta de medidas reguladoras es una de las coincidencias entre esta Gran Recesión y la Gran Depresión de los años 30.

R. Se han hecho cosas mal, pero se podrían haber hecho muchas cosas peor si no se hubiesen seguido políticas expansivas en EEUU. Estoy en gran desacuerdo con el sentido de muchos países europeos de seguir las políticas de austeridad. Creo que los gobiernos deberían ser responsables de poner a la gente a trabajar. Esa es la gran lección que aprendimos de los años 30. Todo el mundo ha reconocido esto, pero se están poniendo excusas mientras hay millones de trabajadores en paro, que están cualificados, que son capaces, que están sanos y que quieren trabajar. Los adultos sanos deberían estar en su mayoría empleados, porque si no, la economía no funciona.

P. ¿No cree que la austeridad es la mejor forma de superar esta crisis?

R. No, no creo en absoluto en la austeridad. Creo que en una economía en la que una gran cantidad de recursos están desempleados, la austeridad de los gobiernos es básicamente un error. Los europeos tienen una alta estima de sí mismos, pero ninguna de las soluciones propuestas va a dar resultados. En Europa, y particularmente en los países periféricos, se han aceptado las recetas que vienen de Alemania y no creo que eso fuese una buena idea en su momento. La intuición me dice que esa es la peor decisión para salir de la crisis.

P. Y es que ya hay países que han pasado por esto y que aseguran que la austeridad no es la solución…

R. Creo que bajo circunstancias económicas normales, con empleo total, se podría discutir si seguir estas premisas en algunos sectores gubernamentales no muy grandes. Pero no estamos bajo circunstancias normales. De hecho, lo que hay que tener en cuenta es que la gente pobre tiene que volver a trabajar para incrementar el consumo, lo que no está ocurriendo porque la gente no trabaja. Y lo mismo con la inversión. Al final, lo que queda es un gran e inevitable dispendio gubernamental.

P. Desde un punto de vista histórico, ¿cree que es posible mantener el crecimiento económico por siempre?

R. Pienso que sí, pero la calidad del crecimiento va a cambiar en gran medida. En los últimos 150 años el crecimiento ha sido muy intensivo, pero basado en una energía que dejará de ser barata.

P. Pero ya se están viendo ejemplos en algunos países europeos…

R. Hay capítulos amenazadores, pero de un minúsculo reclamo político. Incluso en Grecia parece escaso, salvo por el aumento del movimiento fascista Amanecer Dorado. Hasta ahora, estoy sobrecogido de qué pocas ramificaciones políticas negativas se han observado en la crisis actual. Se han producido reacciones contra los trabajadores extranjeros, pero éstas ya aumentaron antes de la crisis actual (con Le Pen en Francia o el partido nacionalista holandés). Siempre que vengo a Europa, veo lo increíblemente bien que vive la gente, una enorme calidad de vida que, por supuesto, no es tan alta como la que había hace cinco años, pero todavía increíblemente buena. La gente disfruta de mucho esparcimiento, se va de vacaciones, come bien, y si se está trabajando, se disfruta de cuatro o cinco semanas de vacaciones al año y se retira recién cumplidos los 60, con otros cerca de 20 años para disfrutar del tiempo libre. Nunca antes en la historia ha ocurrido esto. ¡Esto antes era inimaginable!

P. Este es el mismo mensaje que se trata de vender, de que estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades…

R. Posiblemente estábamos viviendo mejor de lo que podíamos y va a tener que haber ajustes. Pero serán de segundo orden. De lo que la gente no se da cuenta es de lo inusual que era esto, de que durante miles de años no hubiésemos soñado con vivir así, con esta cantidad y calidad de alimentos, alojamiento, ocio, salud, educación, transporte o acceso a la información. Por eso, esta crisis no es más que un desliz comparada con la Gran Depresión.

Poner solución al problema del desempleo juvenil

El historiador económico lamenta no tener "recetas mágicas" para España, pero defiende que lo primero que se necesitaría, sería tener programas estatales mucho más agresivos para resolver el problema del desempleo juvenil. "Es absolutamente crítico que España sigue teniendo una bajísima tasa de natalidad y una población cada vez más envejecida, así que lo que debería hacer el Gobierno es darle a la gente joven española muchas más oportunidades de empleo", para que no se marchen definitivamente al extranjero. "Es cierto que la UE algún día tendrá un mercado laboral común, pero esto también va a provocar que sea muy difícil para algunos de los países más pobres dentro de los 27 mantener a su población trabajadora joven, gente que se va a mudar a países en los que los ingresos sean más altos en función de su valía, lo que va a conducir a una situación en la que los países ricos de la UE se van a hacer más ricos y los pobres, más pobres".

Mokyr incide en que se debería invertir no solo en educación, sino también en lo que viene después, esto es, en "programas sistemáticos" que provean de experiencia laboral a los jóvenes que acaban de salir de la universidad, los institutos o las escuelas técnicas. "Hay que prepararlos para trabajar en puestos donde sean necesarios, en lugar de dejarlos atrás", sostiene el economista, quién añade que para España ha sido muy bueno formar parte de la UE, aunque eso no haya sido gratis: "Los españoles tienen que entender que formar parte de Europa implica una serie de compromisos institucionales y culturales".

"La calidad de vida en Europa es muy alta"

La Gran Depresión desembocó en la II Guerra Mundial, aunque Joel Mokyr no cree que eso se vaya a repetir con esta Gran Recesión. En los años 30, las condiciones económicas de muchos países llevaron a la escalada de regímenes totalitarios fascistas, pero "no hay nada parecido en el horizonte europeo actual, sobre todo porque la mayoría de las naciones no tienen fuerzas militares capaces de luchar en una guerra".

Inauguración de "anuncios": un "New Deal" de 60.000 millones para jóvenes

"Alemania y Francia preparan un plan para combatir el paro juvenil en la UE que podría movilizar hasta 60.000 millones de euros en créditos blandos para empresas que se comprometan a contratar a menores de 25 años"… Un "New Deal" de 60.000 millones de Francia y Alemania para jóvenes (Cinco Días – 13/5/13)

La iniciativa conjunta se presentará el 28 de mayo (2013) en París y ha sido bautizada como "New Deal para Europa", en referencia al plan puesto en marcha en los años 30 por el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt para combatir la Gran Depresión, según publica este lunes el periódico alemán Rheinische Post.

El plan se basará en el nuevo fondo de 6.000 millones de euros para combatir el paro juvenil que los líderes europeos crearon en febrero como parte del presupuesto de la UE para el periodo 2014-2020, y que ya ha sido tachado de insuficiente por el propio presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso.

La idea es que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) utilice este fondo como garantía para obtener en los mercados hasta diez veces más de financiación -es decir, 60.000 millones de euros- que luego prestaría a las empresas que participen en el programa.

"Sería concebible establecer un vínculo entre las condiciones de crédito y la creación de puestos de trabajo y oportunidades de formación", asegura el presidente del BEI, Werner Hoyer, al Rheinische Post. El plan se utilizará además para financiar la implantación del sistema de formación profesional dual en los países del sur de Europa y para ampliar el programa de intercambio de estudiantes Erasmus, asegura Hoyer.

Al acto de París está prevista la asistencia de los ministros de Empleo de Francia y Alemania, Michel Sapin y Ursula Von der Leyden, así como de los responsables de Finanzas de ambos países, Pierre Moscovici y Wolfgang Schäuble.

España es el segundo país de la UE con mayor tasa de paro juvenil (55,9%), sólo superado por Grecia (59,1%). Un total de 5,7 millones de jóvenes europeos menores de 25 años se encuentran en una situación de desempleo (el 23,5%). Los líderes europeos ya han avanzado que pretenden aprobar nuevas medidas contra el paro juvenil en la cumbre que se celebrará a finales de junio.

Se espera que el plan franco-alemán tenga repercusiones en la contratación de jóvenes en toda Europa. De hecho, cuentan con utilizar los 6.000 millones de euros que ya ha presupuestado la Comisión Europea para combatir el empleo juvenil. De esa cantidad, a España le corresponderán unos 900 millones de euros, que el Gobierno de Rajoy ha incluido en la financiación de la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-216 en la que se invertirán un total de 3.485 millones (incluida la ayuda comunitaria).

El comisario de Empleo advierte que las propuestas de Bruselas a España "no se pueden quedar en el tintero" (¡a buenas horas mangas verdes!…)

"El comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, László Ándor, ha propuesto este lunes que España contemple la implantación de un "contrato único abierto" para frenar el elevado desempleo, sobre todo, juvenil y para acabar definitivamente con la segmentación del mercado laboral"… La UE pide a España que apruebe el "contrato único abierto" (Libertad Digital – 13/5/13)

Durante la inauguración del seminario "Garantía Juvenil. Generando oportunidades y empleo para la juventud" organizado por el Consejo de la Juventud de España (CJE), Andor ha incidido en las dificultades que existen en los mercados laborales donde hay un empleo excesivamente protegido, el de los contratos indefinidos, frente al de los temporales. Andor ha aseverado que la introducción de un contrato único y abierto "a lo mejor es una posibilidad que puede existir para España" y ha recordado que también es una de las recomendaciones de la Comisión Europea, junto a la de reducir las cotizaciones empresariales.

Además, ha destacado que España debe dar prioridad en su presupuesto nacional a medidas contra el desempleo juvenil y considerarlas como una inversión y no como un gasto, ya que suponen un "retorno positivo".

El comisario ha explicado el programa de garantía juvenil que promueve la CE y que consiste en proveer de una oferta de trabajo o de formación a jóvenes parados antes de que se cumplan cuatro meses desde su inscripción en los servicios públicos de empleo, y ha reiterado que debe ser una "alta prioridad" para los gobiernos. "La garantía juvenil es una inversión para preservar la economía y el bienestar y mejorará la tasa de empleo y la competitividad", ha dicho, al mismo tiempo que ha valorado la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016 que el Gobierno español ha puesto en marcha.

No obstante, ha advertido de que estas propuestas "no se pueden quedar en el tintero y deben convertirse en una realidad", ya que la situación económica es muy seria. Ha explicado que las medidas propuestas por la CE para facilitar formación, asesoramiento o un trabajo a jóvenes desempleados en un plazo de cuatro meses están actualmente en fase de implementación y serán financiadas en una parte por los fondos estructurales europeos y en otra por los gobiernos nacionales.

"Un plan que incluya una intervención rápida y activa para que ninguna persona joven quede desamparada", ha indicado al asegurar que Bruselas espera que los países con mucho desempleo puedan optar a este programa cuyo dinero estará disponible a partir del 2014.

Andor ha advertido de que "cada día y cada mes, cuenta en la vida de los jóvenes parados, también en su salud" por lo que ha urgido a actuar porque el coste económico del desempleo juvenil para un Estado se calcula en más del 1,2 % del PIB anual. "No nos lo podemos permitir y en el caso de España el coste supone 16.000 millones de euros al año", ha alertado.

El plan de garantía juvenil existe en algunos países europeos como Finlandia, Austria y Suecia y según Andor han tenido muy buenos resultados, aunque habría que complementarlo con otras medidas como las del impulso a la movilidad transfronteriza de los jóvenes. Sobre la reforma laboral aplicada en España, el comisario europeo ha señalado que habrá que dar nuevos pasos en el futuro y estudiar las recomendaciones de la CE, como la introducción de un contrato único abierto.

Ha dicho que ante el actual momento de elevado paro en España la CE no ve urgente una mayor flexibilización del mercado de trabajo "a no ser que sea la introducción de este tipo de contrato abierto". Asimismo, ha abogado por continuar con las reformas de las administraciones de forma equilibrada, sobre todo, cuando pueden provocar reducciones de puestos de trabajo. Por ello, ha reseñado que habría que adoptarlas con otras medidas que incentiven la demanda de empleo por parte de los empresarios.

Algunas historias de los hijos de la inmigración (no soy de aquí, ni soy de allá)

"Karen, Guillermo y Maritza no se conocen pero comparten la misma realidad: son jóvenes, viven en España y son hijos de inmigrantes latinoamericanos. Tienen una parte latina y otra española, crecieron con el boom económico y ahora están atrapados entre la crisis y la idea de regresar con sus padres a su país de origen, un lugar que apenas conocen"… Los jóvenes "españolatinos", atrapados entre dos mundos (BBCMundo – 13/5/13)

"Mi padre no tiene trabajo y no cobra el paro (prestación por desempleo)", comenta a BBC Mundo Karen, de 18 años, hija de inmigrantes ecuatorianos que vive en Benimaclet, Valencia. "En cuanto a mi madre sigue limpiando casas, yo le ayudo de vez en cuando. La idea de regresar es permanente pero no lo tengo claro. Aquí tengo mis amigos, mi pareja, mi vida", agrega.

Un dilema parecido lo viven otros miles de jóvenes de origen latinoamericano que emigraron con sus padres a la península ibérica o que nacieron en España. En sus historias se cruzan los dos colectivos más afectados por el desempleo, los jóvenes, con un 57,2%, y los inmigrantes, con un 39,21%, según la Encuesta de Población Activa.

Ambos grupos protagonizan un éxodo, ya sea para regresar a sus lugares de origen en el caso de las familias inmigrantes, o para emigrar a países del entorno como Alemania o Reino Unido, un camino cada vez más recurrente en la juventud española.

En ese contexto deciden su futuro los jóvenes inmigrantes, que en su momento significaron una inyección de vitalidad para uno de los países con la tasa de natalidad más baja del mundo (1,35 hijos por mujer según el Instituto Nacional de Estadísticas, INE).

La historia migratoria se repite

Según el Instituto Nacional de la Juventud, hay 1.342.830 jóvenes extranjeros en España entre 15 y 29 años, de los cuales el 36,6% (491.475) procede de América Latina, sobre todo de Ecuador, Colombia y Bolivia. A esa cifra hay que agregar los nacidos en suelo español que, en el caso de las familias latinoamericanas, suman unos 20.000 al año según el INE.

"Trajimos a nuestros hijos porque este era el país de las oportunidades, ahora ellos repiten la historia", explica a BBC Mundo Sandra Paulina Cardona, de la Asociación de Ecuatorianos Rumiñahui. "Antes de que cumplieran los 18 años -dice- te los metías en la maleta y te los llevabas a donde hiciera falta pero ahora no los puedes arrancar, si regresan lo hacen obligados".

"Las familias van a la deriva, aguantan por el estudio de sus hijos con sueldos irrisorios y trabajos sin contrato. Hay que ser muy valiente para regresar con una mano adelante y otra detrás después de que hemos sido uno de los principales apoyos de las economías latinoamericanas con el dinero que enviamos", agrega Cardona.

Los jóvenes que están en el limbo

La crisis económica no sólo ha roto proyectos migratorios, sino que ha dejado en un limbo jurídico a muchos hijos de inmigrantes que ni siquiera aparecen en las estadísticas.

"Estos chicos están en una situación irregular. Sus padres no tienen los requisitos para la renovación de sus permisos de residencia porque se quedaron sin trabajo y sin casa. Es una situación muy grave, porque necesitan el permiso para graduarse en el instituto o para acceder a módulos de formación profesional", explica Cardona.

En ese sentido las asociaciones de inmigrantes reclaman al gobierno español aplicar un arraigo social educativo para que los jóvenes obtengan su permiso de residencia a cambio de asistir a clases. Dentro de ese colectivo se cuentan los llamados "menores tutelados por el Estado", explica Fina Hernández, directora de la asociación Murcia Acoge. Se trata de adolescentes que por una u otra razón se quedan de su cuenta en España.

La mayoría son jóvenes de origen marroquí (la segunda mayor colonia de extranjeros después de los rumanos), que han entrado de manera irregular a España o que se han quedado solos en el país porque sus padres se han regresado, una problemática cada vez más afecta a los jóvenes latinoamericanos.

"Son chicos de 15 y 16 años que no han querido regresarse a sus países de origen en muchos casos por rebeldía, y que al quedarse solos han tenido que ser tutelados por la administración", le dice la experta a BBC Mundo. "El estado les suple todas sus necesidades, el problema es que cuando cumplen 18 años quedan en la calle", precisa. "No tienen medios de vida, no pueden renovar sus permisos de residencia y no regresan a sus países de origen. De repente tienen todos los problemas de un adulto y sus familias están lejos".

BBC Mundo presenta tres testimonios de "españolatinos".

Karen Alfago

Esta ecuatoriana de 18 años llegó a España con cinco años y los recuerdos de la Navidad en Ecuador. Dentro de su casa sigue sintiendo los sabores y los acentos del país de sus padres pero cuando sale a la calle entra a otro país. Ahora vive en Benimaclet, Valencia.

"Hace unos años fui a Ecuador de vacaciones. Me encantó pero no sé si podría vivir allí. El estilo de vida es diferente, la gente se encierra en casa muy pronto y en España estoy acostumbrada a salir a la calle a cualquier hora sin temor de que me pase algo. Además, aquí tengo a mis amigos", comenta. No obstante, la situación de su familia empeora. "Nos quitaron la casa y la única que trabaja es mi madre en la limpieza. Sé de otras familias, muchas de ellas españolas, que están peor", detalla.

Karen está pendiente de terminar sus estudios de secundaria para cursar un grado superior en comercio y marketing. "He pensado quizás moverme a otro país de Europa pero me falta un título, experiencia y la nacionalidad española. Mis padres la están esperando y de momento aguantamos. Ellos quieren regresar pero yo no, me veo aquí pero tampoco quiero quedarme sola. A veces me pregunto qué haría aquí sin mi familia", subraya la joven.

Guillermo Martínez

"Nos dijeron que si nos formábamos tendríamos oportunidades, con la crisis se destapó la mentira: las condiciones de trabajo son muy precarias, te pagan en dinero negro y si tienes suerte consigues un "minijob" de uno o dos días. Es imposible tener un proyecto de vida. Los jóvenes estamos en riesgo de ser expulsados de lo que es la vida", le dice a BBC Mundo el joven estudiante de derecho de 22 años y origen cubano.

La posibilidad de emigrar está en su camino, como para la mayoría de sus amigos, pero se resiste. "Es una decisión difícil dejar tu entorno, desarraigarte para pasarlo mal. No creo que la solución esté en marcharse a países del entorno como Alemania donde también tienen problemas de desempleo juvenil y precariedad", subraya.

Sus padres emigraron de Cuba a finales de los años noventa atraídos por el crecimiento económico de España, ahora son conscientes que su hijo se puede marchar. "El crecimiento estaba engendrando un modelo viciado que provocaba que los jóvenes dejaran las escuelas para dedicarse a la construcción", apunta Guillermo, quien forma parte de la plataforma Juventud sin Futuro.

"No descarto irme a Cuba. Conozco cubanos que se han regresado. Es una opción como otras. Ahora nos intentan vender el exilio de los jóvenes como una decisión individual o incluso como una ventaja, si lo hacemos es porque las circunstancias nos empujan", puntualiza.

Maritza Morales

Ella lo tiene claro, la opción es emigrar de España. "A un país de Europa, quizás a Reino Unido para aprender inglés y seguir formándome. A las empresas ya no les basta con que tengas un título universitario, te piden másteres, idiomas y experiencia", comenta la joven colombiana de 25 años, radicada en Madrid.

Mientras termina su carrera de Finanzas y Contabilidad ve como muchos de sus amigos en Madrid, algunos hijos de inmigrantes latinoamericanos, se han ido regresando a sus países de origen. "Están trabajando pero todos me hablan de la inseguridad. Tengo un amigo gay ecuatoriano que además me cuenta de la presión social que siente, de lo complicado que es ir de la mano con su pareja por la calle. Pero tiene trabajo", comenta Maritza.

"Yo todavía no me planteo volver a Colombia. Para una mujer es difícil. Aquí salgo a cualquier hora y sé que no me va a pasar nada, no tengo miedo de por ejemplo tomar un taxi sola", agrega. Sus padres conservan sus trabajos y la animan a explorar otros países de Europa. "Es una suerte aunque da mucha tristeza ver lo que está pasando, familias que se regresan sin nada. Hubo un momento en el que pensé que aquí podría salir adelante pero eso se acabó, me toca emigrar como le tocó a mis padres", señala la joven.

Desempleo juvenil: ¿puede ser el beso de la muerte de la Eurozona?

"El diario alemán Der Spiegel ha realizado un reportaje en el que denuncia los escasos esfuerzos de la Unión Europea por combatir uno de los grandes problemas de la crisis: el desempleo juvenil"… Paro juvenil: "El sur de Europa mima al votante mayor al mantener el statu quo" (El Economista – 20/5/13)

Por un lado critica que los esfuerzos de Alemania son principalmente simbólicos, mientras que acusa a los líderes de los países del sur de Europa de "mimar a los votantes mayores al defender el statu quo". Además, asegura que el desempleo juvenil puede ser "el beso de la muerte de la Eurozona".

La situación de los jóvenes en Grecia, España, Portugal e Italia es conocida, con una tasa de desempleo totalmente fuera de control. Como asegura el diario, el problema va todavía más allá, con un 23,5% de desempleo en el conjunto de la UE: "Una generación perdida está tomando forma en Europa".

Y es que los gobiernos europeos parecen perdidos y sin ideas al afrontar el problema. Así, por ejemplo, en lugar de lanzar programas de educación y capacitación para la juventud del sur de Europa, los líderes políticos europeos han preferido enzarzarse en viejas luchas ideológicas, con las tradicionales peticiones de políticas de estímulo.

"Los gobiernos de los países agobiados por las deudas prestaron más atención al statu quo de sus principales votantes mayores. Mientras, las naciones acreedoras en el norte se opusieron a cualquier cosa que costara dinero".

Palabras vacías de contenido

En este contexto, Europa ha perdido mucho tiempo valioso, y solo ahora, cuando las cifras han alcanzado niveles tan estratosféricos como el 50% de desempleo de los jóvenes den entre 15 y 24 años en Grecia, parecen haberse dado cuenta del tamaño del problema.

De repente, Europa se ha lanzado a intentar resolver el problema. El desempleo juvenil será el principal tema en la agenda de la próxima cumbre europea en junio. El nuevo primer ministro italiano, Enrico Letta, ha pedido públicamente que esta lucha sea una "obsesión" para la UE. Pero estas palabras todavía no han sido seguidas de acciones concretas.

Por ejemplo, las discusiones sobre cómo gestionar el dinero han hecho que los 6.000 millones de euros que aprobó el Consejo Europeo para combatir el desempleo hayan quedado en el limbo, y de momento se ha retrasado el fondo hasta 2014.

Otro ejemplo. El recientemente anunciado esfuerzo conjunto entre Alemania y Francia, el New Deal para Europa, debe ser anunciado a finales de este mes, pero todavía no hay detalles. El plan espera animar a las empresas en el sur de Europa a contratar y formar a jóvenes con créditos blandos del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Según lo anunciado, se tratarían de 6.000 millones que provocarían una inyección de liquidez 10 veces mayor, de hasta 60.000 millones, lo que acabaría con el problema de crédito de muchas pymes. Sin embargo, desde el BEI no se imaginan como con lo anunciado se podrían llegar a esos 60.000 millones. "Ese número no ha salido de nosotros", aseguraron a Der Spiegel fuentes de la institución, que apuntan a que una cifra de entre 20.000 y 30.000 millones para los próximos años sería mucho más realista.

El beso de la muerte de la Eurozona

Los esfuerzos de Alemania, por su parte, se han limitado a reclutar empleados de Grecia, España y Portugal. Pero ahora los políticos se han dado cuenta que el altísimo desempleo en Atenas y Madrid supone una amenaza para la democracia y podría ser "el beso de la muerte de la Eurozona". El ex canciller alemán Helmut Schmidt, califica la apatía de los políticos con la juventud como "un escándalo sin comparación".

Los economistas también ven grandes problemas además de los asociados a una vida laboral más pobre y con más problemas, advierten de que la situación "incrementa el riesgo de radicalización de una generación entera", en palabras de Joachim Möller, director del Institute of Employment Research, un think tank alemán.

Der Spiegel concluye su informe criticando los recortes realizados en Educación, especialmente en España, donde la gran mayoría de desempleados no tienen formación, y los rígidos mercados laborales del sur de Europa, con su dualidad entre fijos y temporales.

Por ello, defiende que la clave para combatir el desempleo juvenil es reformar el mercado laboral, algo que los países en problemas se muestran extremadamente reacios, favoreciendo a los trabajadores de más edad frente a los jóvenes.

Licenciados de EEUU denuncian a sus campus porque la promesa laboral no se cumplió

"Cuanta más educación, menos paro y mejores salarios. Al menos, eso es lo que dicen las estadísticas. Por ejemplo, en España, en lo más duro de la crisis económica, la tasa de desempleo es la mitad entre los titulados superiores (17%) que entre los que tienen estudios obligatorios (34,4%); y entre los que tienen un doctorado es del 4,6%. Además, los licenciados españoles ganan un 49% más que la media, según cifras de la OCDE de 2010. En Estados Unidos, esa diferencia alcanza el 92%. Por eso, no es extraño que muchos jóvenes hagan el esfuerzo de estudiar una carrera, algo que en el país norteamericano supone también un importante desembolso económico (en la pública cuesta casi 6.000 euros al año de media). Pero ¿y si al final no da el resultado prometido? ¿Qué pasa si caes en el lado malo de la estadística? ¿Y si el trabajo es de dependiente en una tienda?"… Pagar una carrera para terminar de camarero (El País – 20/5/13)

Graduados de una veintena de universidades de Estados Unidos han demandado a sus campus por publicidad engañosa. Sostienen que las instituciones -todas escuelas privadas de Derecho- facilitaron a sabiendas cifras de colocación laboral de sus titulados que no se corresponden con la realidad. Y cinco de esas demandas han sido admitidas a trámite en California, las presentadas contra San Francisco"s Golden Gate University, Southwestern, San Diego"s Thomas Jefferson, University of San Francisco y California Western School of Law, donde estudiar cuesta de media 40.000 dólares al año (algo más de 30.000 euros).

"Si eso es cierto, es lamentable que una universidad pueda utilizar mentiras o estadísticas engañosas de esa manera. No se puede justificar en lo más mínimo, pero creo que muestra la desesperación de unas universidades que han construido una operación de un cierto tamaño que necesita mucho dinero mantener (edificios, salarios, mantenimiento, etcétera)", señala la profesora de la Universidad de York, en Toronto (Canadá), Sheila Embleton.

Pero en un país, Estados Unidos, donde los precios de las universidades no han dejado de crecer y crecer en las últimas décadas y los graduados acumulan una deuda de 786.163 millones de euros (el presidente Obama tuvo que lanzar un plan hace dos años para rescatar a muchos de ellos), esta demanda puede ser otro síntoma de algo más grande que la pura publicidad engañosa.

Hace unos años, el profesor de Derecho de la Universidad de Tennessee Glenn Reynolds popularizó el término "burbuja universitaria", a semejanza de la inmobiliaria que infló los precios de las viviendas, gracias, entre otras cosas, a la facilidad para obtener créditos. Los precios alcanzaron unas cifras que no se correspondían con su valor real. Algo parecido, sostenía Reynolds, estaba sucediendo con las matrículas universitarias. ¿Y si los estudiantes estaban pagando una cantidad de dinero por algo que en realidad vale mucho menos? "¿Cuál es el valor de una carrera? Obviamente, eso depende de muchas cosas, y la cantidad que se pagó por los estudios y la deuda con la que sale el graduado no es la menor de ellas. Lo ideal sería que no se midiera su valor solo en términos de colocación en el mercado de trabajo y los salarios, pero, siendo realista, es así", opina Embleton.

En España, en torno al 70% de las personas que estudian una carrera universitaria lo hacen, en primer lugar, para encontrar un buen trabajo, recuerda el catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra, José García-Montalvo. Pero en todo sistema educativo, una de las mayores dificultades, si no la mayor, para quien lo administra es buscar el equilibrio entre las esperanzas, deseos, capacidades, gustos y expectativas de millones de individuos, y las necesidades de una sociedad en general y de un mercado laboral en particular.

Hace unas semanas, se formó una gran polvareda porque el ministro de Educación, José Ignacio Wert, planteó esa idea del siguiente modo: se debería "inculcar a los alumnos universitarios a que no piensen solo en estudiar lo que les apetece o a seguir las tradiciones familiares a la hora de escoger itinerario académico, sino a que piensen en términos de necesidades y de su posible empleabilidad".

Lo cierto es que muchísimos ya lo hacen, pero les falta información. El experto de la Unesco Francesc Pedró hablaba hace unos años (entonces, desde la OCDE) de un "sistema ciego" que obliga a los estudiantes a guiarse únicamente "por sus preferencias o intuiciones", pero sin "contar también con criterios racionales". De hecho, un informe del anterior Gobierno socialista reclamaba a las universidades más instrumentos de transparencia para poder poner en común y comparar los resultados de las universidades para que todos los actores puedan tomar decisiones "con las máximas garantías de acierto". En el caso de los alumnos, podrían ser comparativas sobre la tasa de abandono de una carrera o la tasa de inserción laboral una vez titulados.

"La solución en España sería que una entidad pública se encargue de publicar los resultados en el mercado de trabajo de los graduados por titulaciones y universidades para que no entren engañados en las carreras (tasas de desempleo, salarios medios, niveles de sobrecualificación). Hay quien quiere ir a la universidad a hacerse un ciudadano y no le interesan las salidas del mercado laboral, pero la gran mayoría lo hacen para mejorar su empleabilidad. Estos deberían conocer con rigor y precisión qué les espera cuando salgan dependiendo de la carrera elegida. Aun así, podrían elegir lo que creen que les gusta frente a lo que tiene salidas profesionales, pero al menos la decisión sería informada", señala García-Montalvo.

A pesar de todo, la situación en general en Europa, en cuanto a una posible burbuja universitaria, no es comparable a la estadounidense, pues los precios de las carreras son en general mucho menores, exceptuando algunas escuelas de negocio muy caras, recuerda el experto en educación superior de la Universidad de Ámsterdam J. W. M. de Wit. "En Estados Unidos, el problema es que los estudiantes combinan estudio y trabajo para cubrir sus costes, lo que hace que los alumnos tarden más tiempo en hacer la carrera y que descienda la calidad y la excelencia. Además, como hay menos empleos disponibles por la crisis, los préstamos estudiantiles aumentan y también las deudas", dice De Wit.

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Fuente: Observatorio del Sistema Universitario y elaboración propia. / EL PAÍS

Sin embargo, hay desde hace años una fuerte presión desde algunos sectores y algunos especialistas por elevar el precio de las matrículas universitarias, y así ha ocurrido en países como Austria, Hungría o Irlanda (donde se ha duplicado en los últimos años hasta los 2.000 euros anuales), aunque el mayor aumento se ha dado en Inglaterra. Allí, las carreras costaban unos 1.250 euros anuales en 1998; hasta 3.000 en 2003 y hasta 11.250 euros en 2010. Esta última subida se compensa con un sistema de préstamos públicos.

En España, el precio de las carreras ha aumentado este curso un 16% de media, hasta alcanzar un promedio de 1.074 euros, desde los 714 euros en Galicia hasta los más de 1.500 en Madrid y Cataluña. En el caso de los repetidores, el coste se multiplica. Y con los másteres, el aumento medio en buena parte de los títulos ha llegado a los 1.000 euros, con precios que van desde entre los 1.590 euros por curso en Galicia hasta los 4.290 en Canarias.

"Privatizar la universidad pública y hacer pagar a los estudiantes lo que se llama el "coste real" de los estudios son, desde luego, propósitos que se expresarán cada vez con menos disimulo y que acabarán cumpliéndose, pero mucho más paulatinamente de lo que gustaría", opina el catedrático de Filosofía de la Universidad Carlos III de Madrid Antonio Valdecantos. "Tendrá que pasar un par de generaciones, porque la capacidad de resistencia de las universidades públicas españolas es muy superior a la de otros sectores de la sociedad. Por otra parte, las universidades privadas (salvo las eclesiásticas, que son muy tradicionales, y en eso se asemejan, curiosamente, a las públicas de toda la vida) han cosechado un prestigio académico muy escaso, de modo que solo son competitivas como escuelas profesionales y dentro de sectores sociales reducidos", añade. "Lo anterior es compatible, sin embargo, con operaciones muy agresivas, como la tocante a los estudios de máster".

De Wit, por su parte, insiste en que el del precio de las matriculas -y, por tanto, el de la posible burbuja- no es el problema de Europa. Recuerda, por ejemplo, que la mayor parte de Estados de Alemania está eliminando las tasas universitarias para volver a las matrículas gratuitas. "En Europa, la mayor preocupación es la masificación en las carreras de humanidades y Ciencias Sociales, la escasez de ingenieros y Ciencias Exactas o el aumento del desempleo entre los graduados. Todo ello, combinado con los recortes en educación pueden disminuir la calidad, lo que requeriría más selección para entrar en un grado o en un máster y más movilidad de los titulados", dice el profesor.

García-Montalvo, no obstante, opina que el bajo precio que pagan los alumnos en Europa (al menos en comparación con Estados Unidos) no elimina en absoluto el peligro de burbuja. "Es cierto que el coste que paga el estudiante es bajo, pero el coste total es bastante alto. Una carrera de cuatro años no experimental sale por 32.000 euros. Y si a eso le añadimos el coste de oportunidad del alumno se eleva todavía más (en las demandas de EEUU un componente fundamental para el cálculo de la indemnización que piden es el coste de oportunidad). Aquí en España el problema es que el contribuyente, que es el que paga la mayor parte de la factura, no pondrá una demanda en los juzgados".

Así, vuelve a insistir en la necesidad de transparencia para que los universitarios tomen decisiones informadas. "La información no garantiza que se pinche la burbuja universitaria (a veces la presión social por realizar estudios universitarios es mayor que la lógica económica), pero sí que facilitaría un ajuste más rápido entre oferta y demanda. El ajuste al final acaba produciéndose (pensemos en la espectacular caída de las Humanidades en los últimos 15 años), pero la transición es demasiado larga y deja en la cuenta a demasiados estudiantes que, buscando mejorar su empleabilidad, equivocaron la carrera o incluso iniciaron estudios universitarios".

García-Montalvo, el catedrático de la Pompeu Fabra, se refiere al exceso de oferta de titulaciones con muy pocos alumnos de la que se han quejado multitud de expertos desde hace años. Pero la idea de una posible burbuja universitaria en España se ha asociado también desde muchos ámbitos a un "excesivo" número de universidades.

Un lugar común que Valdecantos rechaza completamente. "En cualquier país culto hay más universidades que en España y nadie considera esto un despilfarro. No parece que sea lo mismo que los aeropuertos, por ejemplo". Para el catedrático de Filosofía, el problema es que "la mayor parte de las universidades públicas nuevas se han concebido con un notorio mimetismo respecto de las privadas, como si una universidad fuese un centro de preparación para profesiones de éxito. El resultado ha sido en muchos casos una enseñanza académicamente pobre e inspirada solo en criterios de rentabilidad. Pero la Universidad solo es tal (y solo puede triunfar) cuando no intenta ser rentable".

(Panorama desde el helicóptero) Bernanke y el "futuro maravilloso" de los estudiantes

¿Qué futuro laboral les espera a los jóvenes que se gradúan hoy? Uno muy negro, si tenemos en cuenta que, según un informe de la Reserva Federal americana, los estudiantes estadounidenses son los más endeudados de la historia, con préstamos solicitados por un valor medio de 30.000 dólares. Si bien las perspectivas de la economía hacen pensar que tendrán mayores oportunidades laborales, también habrán de afrontar la devolución de elevadas cantidades en un contexto poco favorable a corto plazo. La deuda total alcanza los 986.000 millones de dólares, un 50% más que en 2009.

"Pero Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, está convencido de que los jóvenes tienen por delante una época de oportunidades como no ha conocido nunca la historia. En un discurso de graduación, que pronunció Bernanke para los estudiantes de Simon Rock, una universidad estadounidense, el economista se mostró enormemente optimista. En su opinión, "la capacidad de la humanidad para innovar, y los incentivos para hacerlo, son más grandes hoy que en ningún momento de la historia". Y eso, explica, asegura un futuro prometedor"… Ben Bernanke dibuja un futuro maravilloso a los estudiantes actuales (El Confidencial – 21/5/13)

Sin embargo, en opinión de Bernanke, cuando hablamos sobre el futuro de la economía tendemos a centrarnos sólo en el corto y medio plazo, por eso, en su discurso, prefirió olvidar los desafíos económicos actuales -desafíos que está convencido que superaremos- para centrarse en el futuro. En su opinión, "hay muchos factores que afectan al desarrollo de la economía, especialmente a las instituciones económicas y políticas de un país, pero en períodos largos probablemente el factor más importante es el ritmo de los avances científicos y tecnológicos". Y en ese terreno, asegura, cada vez vamos a mejor. Sólo hay que echar la vista atrás para darnos cuenta de los avances que hemos logrado en las últimos siglos y décadas:

  • Entre 1700 y 1970 la productividad por trabajador se ha multiplicado por 30.

  • Sólo en los últimos 50 años la esperanza de vida ha crecido en ocho años, de 70 a 78. En 1913 era de 53 años.

  • Hasta la I Guerra Mundial casi todo el mundo trabajaba más de 60 horas semanales.

¿Podemos esperar un futuro mejor?

En opinión de Bernanke, "los pesimistas prestan demasiada poca atención al trasfondo económico y social que genera innovaciones en el mundo moderno", y es ahí dónde cree se están produciendo los mayores cambios: "La invención fue en tiempos producto de científicos e inventores aislados. La transmisión de ideas, y la adaptación de estas a usos comerciales, era lenta y errática. Pero esto ha cambiado radicalmente. Vivimos en un planeta que cada vez es más rico y más poblado, y en el que no sólo las economías avanzadas, sino también las naciones emergentes como China o India, ven que su futuro económico pasa por apostar por la innovación tecnológica".

"En ese contexto", asegura el economista, "el número de científicos e ingenieros crece rápidamente, así como los recursos para investigar que facilitan las universidades, los gobiernos y las empresas. Por otra parte, gracias a Internet y otros avances en las comunicaciones, la colaboración y el intercambio de ideas se desarrollan a gran velocidad y sin que importe la distancia geográfica. Por ejemplo, los estudios científicos se difunden y critican de forma casi instantánea, sin que haya que esperar a su publicación en una revista, varios años después de que se hayan escrito. Y, lo que es más importante, a medida que el comercio y la globalización aumentan el tamaño de los mercados potenciales para nuevos productos, el posible rédito económico por ser el primero que diseña un nuevo producto o proceso también crece. En resumen, la capacidad de la humanidad para innovar, y los incentivos para hacerlo, son mayores que en ningún otro tiempo de la historia". Y eso, asegura el economista, es la promesa de un futuro mejor.

El Fomento del Empleo Juvenil (UE: busca fórmulas… ¿algorítmicas?)

"En Usera, uno de los distritos madrileños más castigados por el paro, se ubica la calle Del empleo juvenil, aledaña a la Plaza de las Promesas. Esto es solo una anécdota que, sin embargo, ilustra a la perfección la situación que vive la Unión Europea, donde existen 5,7 millones de jóvenes sin empleo y, de momento, tan solo cuenta con una promesa de los líderes comunitarios para poner en marcha la Iniciativa de Empleo Juvenil a partir del 1 de enero de 2014"… Europa busca fórmulas para emplear a 5,7 millones de jóvenes parados (Cinco Días – 28/5/13)

La lacra del paro entre los más jóvenes afecta a casi una de cada cuatro personas de entre 16 y 24 años en la zona euro (con una tasa de desempleo juvenil del 24%) y en la Unión Europea (23,5%), según los últimos datos de marzo de la oficina de estadística europea (Eurostat).

Pero este problema es especialmente alarmante en países como Grecia, donde seis de cada diez jóvenes están desempleados. O en España, cuya tasa de paro juvenil asciende al 56%, lo que le ha convertido en el Estado europeo con mayor número absoluto de jóvenes sin trabajo: casi un millón.

En los primeros meses del año 2013 las voces de alarma por esta situación empiezan a escucharse de forma creciente en los más altos niveles de los Gobiernos europeos, encabezados por los líderes de los Ejecutivos, alemán, francés, italiano y español; así como por parte de otras instituciones privadas.

Precisamente el 27/5/13, el Instituto Berggruen para la Gobernanza Europea organizó unas jornadas en París que, bajo el título Europa: las próximas etapas, reunió a los líderes de los citados países para buscar soluciones contra el paro juvenil.

En concreto, tratarán de concretar un plan, denominado New Deal, recientemente diseñado por el eje franco-alemán -al que se acaba de sumar España- consistente en movilizar hasta 60.000 millones de euros en créditos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para las empresas que den empleo a los más jóvenes en toda la Unión Europea.

A principios de año los fondos comunitarios para combatir esta lacra lograron colarse, aunque fuera de forma simbólica, en el presupuesto comunitario. En concreto, se aprobó una partida bastante escueta de unos 6.000 millones destinados a financiar la denominada Iniciativa de Empleo Juvenil (2014-2020). En teoría, el mencionado plan de créditos del BEI tendrá esta cantidad presupuestada como garantía.

En cualquier caso, la propuesta estrella de esta iniciativa, y a la que estará destinada toda la partida del presupuesto comunitario, es el establecimiento de la denominada garantía juvenil, que consiste en que un joven menor de 25 años que termine sus estudios o se quede en paro deberá recibir en los cuatro meses siguientes o una oferta de empleo, de formación, aprendizaje o prácticas.

Se trata de evitar la existencia y generación de nuevos ni-ni, que es como se ha denominado coloquialmente en España al colectivo de jóvenes que ni trabajan ni estudian. De hecho, la garantía juvenil se justifica en una evidencia que muestran los datos estadísticos en toda Europa: a más formación, menos tasa de paro.

Así, las tasas de desempleo de los jóvenes que solo han cursado estudios primarios por lo general suelen duplicar las de aquellos que tienen formación universitaria en los principales países comunitarios (ver gráfico).

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A la garantía juvenil podrán acogerse todos aquellos Estados cuya tasa de paro juvenil supere el 25%. Esto deja fuera, por ejemplo, a Alemania (7,6%), Holanda (10,5%), Dinamarca (14,5%), Reino Unido (20%) o Bélgica (22,4%).

Está previsto que los trabajos preparatorios para la puesta en marcha de esta garantía juvenil se inicien en octubre para que esté plenamente lista a partir del próximo 1 de enero.

Tras las negociaciones llevadas a cabo por el Ejecutivo Español en Bruselas, a España le corresponderán cerca de 1.000 millones de estos fondos para luchar contra el desempleo juvenil. Esto supondrá un tercio de la financiación de la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Juvenil, recientemente aprobada por el Ministerio de Empleo. Además, el Fondo Social Europeo destinará otros 900 millones a la financiación de esta iniciativa.

Si bien, a pesar de que la ley española que regula esta estrategia asegura en su exposición de motivos que las cien medidas incluidas en ella están destinadas a cumplir la garantía juvenil, esta no se ha articulado legalmente de forma completa.

Junto a esta Estrategia, el Gobierno español sigue a la búsqueda de fórmulas y alianzas para combatir esta problemática. Para ello, la pasada semana la ministra de Empleo, Fátima Báñez, firmó un acuerdo con su homóloga alemana para que Alemania dé empleo a unos 5.000 jóvenes españoles al año mediante la formación dual.

El espejo del modelo de formación dual en Alemania

Alemania tiene una tasa de paro juvenil que despierta envidia entre sus vecinos de la UE: un 7,6% del total de la población activa de esa edad, cuando ese porcentaje llega al 26,5% en Francia, al 38,4% en Italia o al 55,9% en España.

Esas diferencias se deben al éxito obtenido por las autoridades germanas con el programa de formación profesional dual. Este permite compatibilizar formación práctica y teórica. Los contenidos teóricos se imparten durante dos días, mientras que los prácticos se reparten en tres. La capacitación completa dura entre dos y tres años y medio. El sistema está financiado por las empresas, que pagan una remuneración a los aprendices, y el Estado, que cubre las escuelas profesionales.

Italia baraja que los mayores cedan horas de trabajo a los jóvenes

El Ejecutivo presidido por Enrico Letta también está trabajando en medidas alternativas que frenen la sangría de destrucción de empleo entre los ocupados más jóvenes.

Y una de las ideas que más cuerpo está adquiriendo es la posibilidad de reducir las horas de trabajo a los empleados mayores para que los más jóvenes ocupen esas horas como una forma de reducir el desempleo juvenil. Buena prueba de ello es la reunión que mantuvo recientemente el ministro de Trabajo, Enrico Giovannini, con sindicatos y patronal para discutir la idea de los denominados "contratos de traspaso generacional". Además, se contemplan otras medidas para la reducción del desempleo, como los contratos temporales más flexibles para la entrada y salida del trabajador.

España no generalizará el contrato de emprendedores

Una de las medidas estrellas de la nueva reforma laboral, aprobada en febrero de 2012, era el contrato de emprendedores, que establecía un período de prueba de un año tras el cual el trabajador podía ser despedido sin indemnización. Con esa modalidad se buscaba eliminar las reticencias de los empresarios a contratar a jóvenes. Transcurrido un año, los resultados muestran que se han creado 102.000 puestos de trabajo y que el 65% de los contratos firmados en marzo de 2012 seguían vivos en abril de 2013. Pese a esa cifra, fuentes cercanas al Ejecutivo descartaron ayer generalizar esta modalidad de contratación, a la que hasta ahora solo se pueden adherir empresas de menos de 50 trabajadores.

La opinión de dos "grandes bonetes" del Berggruen Institute (aunque no siento respeto intelectual por ambos personajes, dejo su artículo como referencia; ustedes juzgarán)

– Democracia, nuevo empleo y crecimiento (El País – 24/5/13) Lectura recomendada

La lección que extraemos de Alemania es que las reformas estructurales solo pueden dar fruto si hay crecimiento. Berlín debe dar la oportunidad a sus socios de hacer compatibles esas dos políticas

(Por Gerhard Schröder / Jacques Delors)

Las turbulencias económicas de los últimos años han servido para que Europa haya dado nuevos pasos hacia una mayor integración, empezando por las medidas de estabilización financiera y por un proyecto de unión bancaria que aún está en proceso de construcción. A estas alturas, todo el mundo es consciente ya de que tener una zona monetaria única sin una política fiscal común es una invitación al tipo de crisis que hemos experimentado.

Sin embargo, Europa ha llegado a este punto a regañadientes y sujeta a grandes tensiones, a base de una serie de acuerdos entre jefes de Gobierno que, en opinión de muchos, están permitiendo que los Estados más grandes y poderosos impongan sus políticas de manera antidemocrática a los demás. En varios países, sobre todo Italia, Grecia y España, en los que los costes sociales del ajuste han sido especialmente elevados, está produciéndose una reacción cada vez más extendida contra la propia idea de Europa.

Es más, de un tiempo a esta parte, podemos observar el preocupante ascenso de partidos y movimientos que parecen pensar que la reafirmación nacionalista les librará de los imperativos comunes que implica el gobierno de Europa o que creen que el proteccionismo les permitirá eludir la obligación de buscar una forma de solucionar la falta de competitividad europea.

Lo que resulta ya innegable es que los ciudadanos europeos no van a seguir dispuestos a avanzar por la vía de las reformas y la integración si no se les da voz y voto a la hora de determinar el rumbo, y mientras no exista un programa de empleo común y de emergencia que demuestre que Europa sirve para algo.

Los intentos de reformas que hemos visto hasta ahora en Europa nos permiten extraer varias lecciones.

Primera lección: entre el momento en el que hay que tomar las decisiones difíciles y el momento en el que las reformas entran en vigor y se plasman los resultados transcurre cierto tiempo. En algunos casos -como en Alemania-, ese intervalo puede ser de hasta cinco años. Y eso constituye un problema para los políticos cuando en ese periodo se celebran elecciones, como acabamos de ver en Italia.

Segunda: las reformas estructurales solo pueden dar fruto si se realizan conjuntamente con medidas de crecimiento. En términos generales, el debate actual es una repetición del que ya mantuvimos en 2003 y 2004 a propósito del Pacto Europeo de Estabilidad y Crecimiento.

La intención de Alemania y Francia al reformar entonces el pacto no era rebajar criterios. Lo que nos preocupaba, por el contrario, era fortalecer la faceta del crecimiento, porque Alemania, en aquella época, no podía mantener una capacidad de ahorro de miles de millones de euros y al mismo tiempo poner en práctica políticas reformistas.

Hoy, Alemania debe dar esa misma oportunidad a sus socios europeos. Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y España han hecho progresos en la reestructuración de sus sectores financieros. Y Chipre tendrá que seguir la misma dirección.

Asimismo, la situación política y económica de los países en dificultades nos ha enseñado que el ahorro, por sí solo, no basta para superar la crisis. Todo lo contrario: existe el riesgo de que las economías nacionales se vean estranguladas casi por completo por la política estricta de austeridad. Se ha demostrado que, al mismo tiempo que llevan a cabo reformas estructurales, estos países también necesitan ayuda.

Es obligatorio que exista siempre una correlación entre la voluntad de emprender reformas estructurales y la voluntad de ser solidarios. No se trata de una disyuntiva entre "crecimiento o austeridad". Estamos convencidos de que las dos políticas se pueden combinar de manera inteligente; es más, deben combinarse. Necesitamos disciplina presupuestaria, necesitamos reformas estructurales, pero el programa de austeridad debe ir acompañado de factores de crecimiento.

En este contexto, un aspecto fundamental es la lucha contra el paro juvenil en Europa. No podemos resignarnos a contar con una "generación perdida" cada vez más amplia en todo el continente porque, en numerosos países, más de la mitad de los jóvenes no tienen trabajo. Los líderes europeos que van a asistir a la reunión abierta del Berggruen Institute en París el 28 de mayo abordarán esta cuestión y presentarán su propuesta de un "nuevo pacto por Europa".

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