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Intelecto, tiempo y devaluación del ser (página 3)

Enviado por Claudio Salomon


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Somos testigos y participantes de una nueva Era de comunicaciones interactivas globales, de la infográfica, de los resultados de los cálculos de las grandes cifras, de mensajes visuales con breves noticias explicativas, con la sapiencia de las masas sociales ya simplificada y sin la histórica élite social de la época de la Ilustración. La autodevaluación intelectual de las masas sociales inició su geométrica e irreversible progresión estadística. Las masas ya se valen de diagramas de comunicaciones para poder pensar, que son a su vez, mapas de pensamientos o mapas de asociaciones mentales. El Logos y el verbo ya son reemplazados por formas de representaciones de los procesos del pensamiento sistemático con ayuda de esquemas y diagramas digitalizados. Nos dimensionamos activamente en un mundo en que la mente debe funcionar al revés que los postulados del gran filósofo H.G. Gadamer. En su obra "Verdad y Método" el autor propone leer textos en común acuerdo a alguna idea o proyecto previo escrita en los mismos. Avanzando con la lectura del texto, nuestras primeras nociones o el proyecto previo va variando, afirmando o alterando la precomprensión del mismo. El conocimiento humano, el entendimiento, de acuerdo a los fundamentos de la hermenéutica gadameriana se ajusta a un nivel teórico-metodológico. La verdad se encuentra unida y coligada al método y no pueden ser analizadas en forma separada.

Las masas receptoras de las constelaciones informativo-comunicativas no pueden aplicar un método preciso, ni pueden llegar a descubrir los objetivos originales de los creadores de las tramas visuales e informativas. Las masas receptoras de información no pueden esclarecer la mayor parte de los simplificados mensajes que multilateralmente reciben. Si existir es comprender (Heidegger), tal es una modalidad fundamental del ser humano para poder situarse en el mundo. El significado de las cosas, el pre-entendimiento de textos antiguos y modernos necesitan de un entendimiento adecuado, necesitan ser preinterpretados. La verdad real o imaginaria sin método expuesta en múltiples formas y contenidos como destellos visuales, se entrelazan con las pancartas ya abstraídas e idealizadas mentalmente por los espectadores o de los navegantes de las redes internéticas.

El método gadameriano pierde su validéz para el entendimiento humano con las imágenes visuales e infográficas, las escenas y los escenarios de las pancartas publicitarias sin textos lingüísticos de interpretacióón intelectual. Las masas sociales pueden ver videoregistros de Mahoma crucificado; Buda en una discoteca; a Cristo en companía del emperador romano; a Confucio practicando ermita y con seguridad estas absurdas imágenes visuales no podrán llegar a ser captadas y la posibilidad de comprender los errores contextuales que las mismas portan. Con el descubrimiento de América el translatio imperii fue renovado por el translatio studii (Jerusalem-Babilonia-Atenas-Roma), o el translado de la cultura y las religiones hacia las nuevas colonias. En nuestros tiempos con las translaciones digitalizadas interactivas globales, con diferencias máximas de segundos, son difundidas constelaciones visuales y noticias que se transforman en ruidos informativos que sombrean el preciso entendimiento lógico-cognoscitivo de gran parte de la población mundial. Google actualmente desarrolla un programa para la traducción verbal integral que será incluido en el sistema Android. M. Foucault (1926-1984), subdividió históricamente tres períodos íntimamente relacionados con la evolución de los idiomas, y clasificando a la modernidad, a partir del S. XIX, postuló que "en nuestra época funcionan epistemas (Logos, conocimientos), de sistemas y organizaciones. Para el autor, la lengua resulta un objeto común de conocimiento, el idioma se transforma en un refugio de las tradiciones y en inventarios del pensamiento de las civilizaciones". Desde principios del S. XXI funcionan sistemas de difusión masivos de imágenes reales y simbólicas, independientes de los esquemas de análisis e interpretación mental por su propia simpleza visual y acompañados de cortas frases explicativas. En lugar del entendimiento analítico en la mente de las masas sociales funciona la imaginación.

Los resultados de los cálculos de algunos enigmas históricos revelados con innovadoras técnicas y que recibieron austeros tratamientos científicos en el S. XX, crearon confusión en la mente de las masas receptoras de información. La supuesta presencia de María Magdalena en lugar del Apóstol Juan en la pintura de L. da Vinci "La última cena", se difundió masivamente a través de la obra cinematográfica "El código da Vinci"". El segundo esclarecimiento fueron los resultados comparativos del rostro de Cristo en forma de cálculos de operaciones matemáticas computarísticas cuyas resultantes muestran que una imágen de Cristo pintada en la Basílica de Santa Sofía en Constantinopla (S.IV),y que resulta ser según los resultados computarísticos, una copia del retrato del rey de los dioses de la mitología griega, Zeus. Tales resultados matemáticamente confirmaron las dudas ya previamente escritas por el egiptólogo J. Romer en su obra "Siete maravillas del Mundo". El Sudario de Turín es motivo de discusiones entre científicos de las más precisas ciencias exactas, entre ellas, la Física. Algunos serios representantes de la física cuántica postulan que el sudario fue creado con tecnologías todavía no descubiertas por el Hombre, por lo que suponen que tal técnica de representación pictórica fue realizada por extraterrestres. Los niños y adolescentes de todo el mundo ya pueden jugar en sus computadoras con "Hitler y Dave" o con "Hitler Assassination"; pueden ver escenas pornográficas en forma de dibujos animados filtrados, imposibles de bloquear por los padres. En nuestros tiempos podemos ver las ideas descabelladas reflejadas de la esfera subconsciente en los sueños de los autores de las imágenes. Lo realmente absurdo ya es posible de programar computarísticamente y difundirlo masivamente.

Todo es posible de programar y falsear, el rostro, la voz y la figura anatómica de quien sea. A M. Monroe acostada con el marqués de Sade o con un ex presidente estadounidense; a la emperatriz Catalina "La Grande" practicando fetichismo con su amigo espiritual, el filósofo Voltaire; a Napoleón Bonaparte secuestrando y exclavizando a Claopatra; a B. Franklin como asiduo cliente de prostíbulos en París o a J. Calvino sentado en una taberna en el centro de Zurich, vestido con pieles y mostrando joyas de oro y diamantes. Todo ahora es posible engañosamente programar y difundirlo visualmente hacia las confundidas masas sociales comunicativamente interconectadas. Conecte con Google y le ofrecerá transformar sus fotografías veraniegas en cuadros animados, prográmese si Usted lo desea como imágen de Quasi modo de vacaciones. El Pontificio romano crea ahora nuevas consistorías y purgatorios dentro del cuerpo de la Iglesia en calidad de bandera para la recuperación de una parte del total de los fieles que desde 1980 abandonaron los dogmas del catolicismo. El presidente estadounidense casi al unísono con el Papa romano, declara que nunca en la historia el pueblo de su país había vivido en tales excelentes condiciones sociales y económicas. Los escándalos de los contenidos de las filtraciones de los correos diplomáticos estadounidenses de WikiLeaks y el programa de espionaje mundial de la NSA estadounidense, que abarca a millones de individuos, ya son una contundente prueba de la inducción modelada hacia la esquematización y devaluación intelectual de las masas sociales mundiales en general.

Los cuadros del mundo moderno a la altura de los innovadores y desconocidos recursos técnicos para todas las civilizaciones históricas, hacia fines del S.XX subdividieron a la humanidad en tres grandes niveles. En los "Espejismos culturales de la realidad" (2006, publiqué tales subdivisiones en forma de una pirámide y pasados ocho años desde que sobre esto escribí, las realidades modernas ya alcanzaron a perfilarse claramente de acuerdo al entonces para mí hipotético esquema. El mundo globalizado se subdivide en la base piramidal ocupada por las masas sociales con acceso a conocimientos fragmentarios, en el segundo nivel y por encima del primero ocupado por las élites sociales con acceso a los conocimientos particulares especializados y en el vértice de la pirámide los dueños de los conocimientos completos y los pronósticos globales. En el vértice de la pirámide todos los conocimientos se encuentran sistematizados y en la base piramidal todos los conocimientos son casuales e instantáneos por sus altas frecuencias de renovación. Si comparamos este esquemas con el de los tiempos de las más antiguas dinastías faraónicas egipcias, los dueños de los básicos conocimientos astronómicos que indicaron las fechas del comienzo de las siembras, fueron ante el pueblo de artesanos libres y los esclavos, embajadores divinos dueños de los secretos de la naturaleza. El escalonamiento de los conocimientos del mundo moderno globalmente unido política, económica, comunicativa e informativamente ya es un sistema de relaciones subordinadas que infaliblemente nos conduce hacia la autodevaluación intelectual de las masas sociales.

En cuál mundo vivimos comenzamos a develarlo gradualmente desde perpectivas desconocidas para todas las civilizaciones históricas. El "fin de la historia" descrito por G.F. Hegel y frase actualizada por F. Fukuiama, en el primer decenio del Tercer Milenio llegó hacia una absoluta conclusión gnoseológica y metodológica preestablecida. La cliodinámica es la innovadora disciplina que modela matemáticamente los procesos sociohistóricos antes de la era cristiana y en nuestra era con altas probabilidades. En base a los modelos teóricos matemáticos históricos del continente euroasiático (mil quinientos años antes y después de Cristo), ya son utilizados para estudiar las perspectivas en forma de pronósticos futurológicos de los procesos socio políticos y económicos en base a las realidades actuales de nuestro mundo globalmente interrelacionado. A partir de los modelos sociohistóricos pueden ser calculados con altas probabilidades los diferentes escenarios futuros. La cliodinámica borró la Filosofía de la Historia historia y nos encamina hacia el futuro en los marcos de modelos matemático-probabilísticos de los sistemas sociales. Entre las categorías de casualidad y la necesidad y causa efecto, ya existen algoritmos predeterminados que con alta probabilidad relativizan y deslindan sus originales y autónomas relaciones categoriales de la lógica y el espíritu humano. Los cálculos matemáticos bajo procesamientos programísticos y estadístico-probabilísticos borraron las originales ideologías de la mente humana midiendo los guarismos de las necesidades y casualidades históricas como el desarrollo de un juego de ajedréz, en donde las piezas pretéritas y futuras, fueron y serán las civilizaciones humanas.

¿Hacia donde se encamina la devaluación intelectual de las masas sociales interconectadas a nivel global?. La organización OpenNet integrada por las universidades de Oxford, Cambridge, Harvard y Toronto, analizó los escenarios de nuestro futuro intelectual como efecto reverso de los futuros filtros informativos en las redes internéticas. Según nos pronostican vamos hacia la creación de una ya probable colectividad informativa mundial integrada por veinticinco países, los que censurarán en las redes internéticas todos los contenidos políticos o sociales "peligrosos". Las actuales y muy democráticas redes de redes en pocos años desaparecerán. Las masas sociales sin acceso a las constelaciones informativas internéticas transformarán su devaluación intelectual en un nuevo nivel de entendimiento estupidizado y chavalizado, desconocido por todas las civilizaciones históricas, al menos a partir de las últimas generaciones egipcias bajo los imperios faraónicos. Tales sistemas fueron con una alta aproximación masivamente aplicados en el bloque comunista soviético y en menor medida en la actual China. Tal sistema de control informativo se corresponde en la actualidad con la dictatura picapiedra comunista de Corea del Norte. Los lentes de Google se satelizarán hacia la censura sistemática de información y de la desinformación de miles de millones de ususarios de Internet. Recordemos que por principio, la falta de información o el ocultamiento de una parte de la misma ya es información, la que a su véz se refleja en el intelecto racional, analítico y emocional de todos los individuos receptores reales y potenciales de tal incompleta o manipulada información. Personalmente pude observar los estragos y lavados mentales que causaron la censura y el peinado ideológico de la información en la época soviética. No desearía que mi nieto tenga una mente espejeada e informativamente administrada por minúsculas élites sociopolíticas mundiales.

La autodevaluación existencial

a). Luego de desmenuzar el tema de la devaluación intelectual en el mundo de innovaciones técnicas en el que en promedio la humanidad debe desenvolverse, esta sección desarrollaremos la tésis principal de este estudio, la progresiva autodevaluación existencial de las masas sociales modernas. Podemos repasar las obras de todos los autores existencialistas del S.XX y no podremos encontrar en particular el valor de la mentalización de los croquis culturales y técnico-instrumentales sobre los más íntimos hilos vitales y existenciales de las masas sociales de principios del S. XXI. Si nos valemos de los conceptos de los filósofos existencialistas, repetiremos sin dudas la metodología y las argumentaciones del existencialismo clásico, lo que sería regresarnos al siglo pasado. Las obras de los filósofos de la escuela existencialista continúan siendo sin dudas nuestros modelos paradigmáticos en este estudio. La autodevaluación intelectual del promedio de las masas receptoras de las constelaciones informativas coetáneas coincide y es paralela con las planificaciones, las intenciones, las ideas magistrales y los esbozos pseudoexistenciales del sentido y el valor de la vida de cada individuo en particular y de las medianas estadísticas en general. Los automatismos tecnoexistencialistas modernos ya se transformaron en usanzas en forma de procedimientos que camuflan la necesidad de pensar sobre el valor, el destino y el significado de la vida de cada individuo.

En el primer lustro de los años ochenta del S. XX en la ex Unión Soviética, millones de individuos asociaban la cultura de Occidente con los pocos objetos que se filtraban por las cortinas fronterizas. Aquellos individuos mentalmente enfocaban racionalmente su esencia mental y vital hacia algunos objetos importados, por los que pagaban desde un mes y medio hasta seis meses de salarios promedios. Una vez que Rusia se globalizara política, económica y culturalmente, los rusos dimensionan sus actividades laborales y sociales /con/ y /a través/ de los objetos occidentales en su inmensa mayoría importados. Este experimento universal en Rusia es un brillante ejemplo sociológico sin precedentes históricos, a excepción del valor que le daban al vidrio que les intercambiaban los descubridores españoles por oro a los aborígenes sudamericanos. Una cosa es mentalmente orientar la mente hacia ciertos objetos y otra espira mental es cotidianamente coactuar con innumerables objetos instrumentales y poder analizar los incontables objetos y escenarios visuales y textuales de idealización que circundan multilateralmente a cada individuo. Cajanegrizar los principios del funcionamiento de los objetos es normal; de los innumerables componentes de los teléfonos celulares y computadoras muy pocos individuos necesitan saber el apellido del inventor de los transistores diódicos. La autodevaluación existencial moderna no se origina de los propios objetos en sí sino que deriva de los complejos procesamientos mentales formados a través de los objetos que cotidianamente usan las masas globales.

Especular filosófica-categorialmente con los procesos de las formas y contenidos; las causas y sus efectos, lo individual y lo universal, sobre los contextos existencialistas que nos proponemos desmenuzar, sería algo absurdo dado que las simples esquematizaciones analíticas no pueden llegar a abarcar el sentido y el valor de la vida de cada individuo. La autodevaluación existencial moderna tiene, sin dudas, causalidades inadvertidas por los propios sujetos directa o indirectamente interconectados con los croquis y trazados colectivos de abstracción y entendimiento. Un ejemplo que siempre empleo por su valor analítico es el del individuo que viaja en tren desde Pekín hasta Londres. Las imágenes y paisajes de la vida que son grabadas por la memoria de quienes viajan en todo el trayecto varían desde Asia hasta Europa. Ver agricultores chinos que labran la tierra con palas; las estepas mongolas; los contrastes culturales siberianos confrontados con las visiones asiáticas, la rusia europea; la europa oriental y la occidental. Todos los cambios de visiones de formas externas culturales varían y el individuo desde su cómodo camarote es un espectador que deja de pensar sobre su propio camino y destino vital y existencial. Cuando un individuo tiene la posibilidad de viajar, en el tiempo que transcurre su trayecto sus cuestionamientos existenciales desaparecen de su mente. Las causas de tales regularidades psicológicas en los viajeros, es que su atención racional y emocional pueden unirse sobre los símbolos culturales que anteriormente ya había visto o leído.

Los viajeros borran sus propios problemas domésticos y cotidianos en el momento de toda la trayectoria que recorren. Las proyecciones vitales de los viajeros se despojan de los ensimismamientos de la vida rutinaria diaria y semanal. Las cronologías repetitivas de su vida se ocultan tras las visiones directas que percibe en detalle de las nuevas formas y circunstancias socioculturales que descubre visualmente. Todo lo que alcanza a ver es real y auténtico y su mente puede ocuparse de captar pasivamente las formalidades de los sujetos y las cortas escenas sobre diferentes escenarios que alcanza a ver a lo largo de la vía ferroviaria. El viajero en un tren en movimiento se olvida de sus planteos cotidianos y en su memoria se borronean todas las circunstancias que le molestan o afectan habitualmente. Los cambios de las circunstancias visuales sombrean en su mente las realidades de su vida particular. "No mires la vida a través de la ventana de tu casa, mírate a ti mismo", la antigua filosofía hindú nos legó un máximo pensamiento difícil y en muchos casos irreal de aplicar en nuestros tiempos. Autoanalizar quienes somos delante de nuestros espejos sociales y circunstancias de vida es un previlegio que pueden permitirse muy pocos individuos. Autoconcientizar nuestros actos al margen de la ética y la moral moderna ya es una esfuerzo sin resultados que puedan contundentemente efectivizarse y no llegar a ser comprendidos por el resto de los individuos.

En los tiempos coetáneos mirar lo que sucede fuera de mi casa a través de una ventana es algo absurdo, si dentro de una habitación puedo llegar a revisar al mundo que me circunda por sus formalidades, cibernética, interactiva y audiovisualmente. Cada indiduo analiza y mide las realidades que percibe con su particular y personal centímetro cultural. El problema surge en que tales miles de millones de centímetros culturales ya lograron redondearse en promedios estadísticos de grupos y subgrupos probabilísticamente predecibles. Los planes, intenciones, deseos y aspiraciones de miles de millones de individuos y sin fronteras geográficas en nuestros días ya son modelables. Los esquemas visuales de abstracción e idealización ya se reflejan en las ensoñaciones de millones de individuos conectados a las redes internéticas. Vivimos actualmente en un mundo sin marcos ideológicos magistrales y en donde todo funciona bajo el principio universal de "dejar hacer y dejar pasar". Este principio funcionó en la época de los ilumistas franceses y con los principios del liberalismo europeo en el S. XVIII. A principios de nuestro siglo, con los recursos comunicativos disponibles, tal principio dialécticamente derivará en enfocamientos y situaciones caóticas de confusión colectiva de los modelos de pensamiento de las masas sociales.

En el trayecto del camino que recorre un viajero es dificultoso que se pregunte el sentido y el significado de la vida y para qué existe el ser. Si un individuo es cristiano y visita por un tiempo un monasterio, el silencio de su celda lo llevará a hacerce tales preguntas. En los monasterios ortodoxos rusos actuales es posible conocer a personajes con historias de vida y experiencias existenciales dignas de personalización en algunas de las obras de Feodor Dostoievski. El gran escritor residió en el monasterio Optina Pustyn y el albergue de la celda que ocupó ya fue trasladado como museo. Lo único que queda en el ermitorio monasterial que recuerde la visita del autor es un antiguo árbol de roble existente en los tiempos que Dostoevsky visitó el monasterio. Los polos vitales del autor reflejados en su obra "Los hermanos Karamazov" fueron la pena que cumplió de trabajos forzados en Siberia; la visita como peregrino al monasterio Optina Pustyn, de donde se inspira y refleja las tradiciones monasteriales de starchetva, los guías espirituales que fueron eliminados o fallecieron después de la revolución bolchevique y por tercero, sus profundos dramas familiares. Las obras de Dostoievski fueron fuente de inspiración de F. Nietzsche, M. Heidegger y S. Freud. En algunos de los monasterios ortodoxos rusos no se leen diarios, ni ven televisión, ni usan Internet. Los monjes desconectados por completo de las constelaciones comunicativas pueden desarrollar una profunda y afilada percepción intuitiva, psicológica y religiosa. El silencio, las oraciones de celda y las misas son una antípoda cognoscitiva y mental para el viajero a lo largo de su ruta y del individuo moderno conectado a Internet. Abordar mental y espiritualmente el tema de la existencia de uno mismo y del hombre en general requiere de una especial concentración sin ruidos comunicativos. En los tiempos del rey David algunos individuos practicaron eremita en el desierto egipcio para alejarse de las interferencias verbales del resto de las personas. En los tiempos coetáneos aislarse en un desierto es casi una inconcebible praxis por las extremadamente inhóspitas condiciones comparadas con las comodidades de la vida moderna.

Dostoievski inspiró a las más sobresalientes mentes del siglo XX, las que no tuvieron ni una idea aproximada de los perfiles de las verdaderas personalidades de los individuos en las zonas siberianas de castigados a trabajos forzados, ni las profundidades existenciales de los guías espirituales en los monasterios ortodoxos rusos en el S. XIX. La paradoja de la genialidad del escritor ruso, reside en que su intelecto y conciencia abarcaron lo mejor de la espiritualidad religiosa de su tiempo y lo peor de los hoyos sociales de convictos marginados de la sociedad rusa zarista. Los prismas de tales profundidades fueron aumentados con las lupas existenciales personales del autor. De los espejeos de personalidades bipolares por sus calidades psicológicas, morales y éticas, Dostoievski creó una de las más encumbradas obras literarias de la humanidad. Estas características son un paralelo paradójico y casi dialéctico de la relación entre el intelecto, el tiempo y el significado existencial entre el autor y sus lectores. Las obras de Dostoievski tienen una trascendencia universal y con el transcurso del tiempo no perdieron su valor literario y filosófico. Las radiografías espirituales dostoievskyanas necesitan de ensimismamientos analíticos de los lectores que por sí mismas contradicen gnoseológica y psicológicamente a las consecuciones simultáneas internéticas. Ver y leer bloques fotográficos y textuales informativos o de entretenimiento en las constelaciones de Google no requiere de un somero análisis de interpretación y son de todo punto de vista menos monótonas que mirar a través de una ventana de un tren en movimiento. Las visiones internéticas pueden ser perfiladas y seleccionadas a voluntad por de los usuarios conectados.

Las relaciones autor-lector ya podemos considerarlas en desuso no por su invalidéz cognoscitiva o por la desvalorización de sus calidades literarias sino porque no pueden correlacionarse con las formas de las instantáneas percepciones visuales de las constelaciones modernas informativo-comunicativas. La intantaneidad de los cuadros difundidos sin diferencias espacio-temporales y en formas de cuadros coincidentes con los deseos racionales y subconscientes de miles de millones de individuos, directamente o en forma de espejeos ya pueden llegar a coincidir con las ideas y pensamientos de los individuos conectados con las constelaciones informativas y comunicativas globales. Apartándonos de las relaciones cognoscitivas, la negación autónoma de la psicología humana de las realidades que angustian a cada individuo nos conduce a la obra de León Tolstói "La muerte de Iván Ilich" y podemos llegar a asociar los sufrimientos existenciales de un individuo que vivió y escenograficó su vida personal privada de acuerdo a nulos y vacíos modelos sociales. Cada individuo tiene la particularidad de negar racional y psicológicamente las situaciones por las que psicológicamente sufrió ante algunas de las circunstancias de su vida que lo afectaron en particular. El personaje de Toltói al final de su vida recapacita y comprende las realidades circunstanciales del entorno social que buscó y alcanzó y por las que y en las que al final de cuentas agotó inútilmente su vida. Me cuestiono que se preguntará un individuo que organizó su mundo mental cotidiano conectándose a Internet.

En nuestros tiempos para millones de individuos la idea de "ser" se circunscribe dentro de sus propios croquis existenciales publicados en las redes sociales internéticas. Incluso el ego freudiano fue paracentreado virtualmente y por lo que ya dejó de ser un inmediato, auténtico y directo sentimiento psicológico. No puedo imaginar a los escritores clásicos de la literatura universal conectados a Internet, como tampoco que las obras sobre H. Potter pudieran haber sido un best seller a principios del S.XX. Todas las relaciones gnoseológicas y de entendimiento de las realidades sufrieron profundos cambios luego de la expansión mundial de las redes y servicios internéticos. Las masas de conectados a Internet no solamente ahorran tiempo real de sus vidas sino que al mismo tiempo simplifican todos los modelos existenciales pretéritos perfilados miles de años y sin una posible creación actual y futura de nuevas formas de proyectar sus vidas. Hoy casi todo lo que podemos ver ya fue transformado en guarismos de ciframientos estadísticos y los auténticos rasgos de la personalidad de cada individuo en particular son sombreados por las propias pancartas y escenografías sociales que cada individuo debe copiar y representar. La humanidad no conoce nuestro preciso principio del principio de todo lo que somos y nos circunda y los últimos decenios las religiones fueron devaluadas racionalmente. Nos resta continuar estupidizarnos con magistrales proyectos vitales copiados y con algunos en apariencia pseudomodelos existenciales difundidos globalmente.

b) Yo soy quien me veo y me pienso y los espejeos de mi entorno y circunstancias reales y virtuales. Si las imágenes reproducidas de la esfera subconsciente son de alguna manera holográficas por no tener correspondencias con las medidas espacio-temporales de las realidades, lo que nuestra consciencia y memoria sella en forma de imágenes, se corresponden con las perspectivas ópticas que vemos. Las lupas de nuestra razón pueden llegar a ser ilimitadas por los aumentos de las visiones y el detalle y el entendimiento de las mismas. Sin nadie delante o cerca de mí yo soy yo y el vacío que me circunda. Quien no leyó en su vida ni un solo libro y no salió del lugar donde nació, tiene como alternativa de ver más lejos de sus perspectivas geográficas por la comprensión de lo que le interese ver en su televisor. Que los filósofos definan lo qué es la existencia y la esencia de cada individuo ordenadas según diferentes entendimientos, no significa que cada individuo llegue a comprender qué representan estos conceptos. Lo real, lo mágico y lo mítico coinciden unos con otros en los pensamientos de buena parte de la población contemporánea mundial. Si tuviera la necesidad de expresar mis ideas a través de mi óptica personal debería copiar a los filósofos existencialistas del siglo pasado. Los últimos años he percatado esclavismo humano en nuestra época de la posglobalización. Es por ello que debemos iniciar muy sencillamente intentar ver las realidades que nos circundan, evitando vernos a nosotros mismos con nuestros propios espejos y a través de los espejeos de nuestras propias circunstancias sociales.

Leer y analizar las obras de los autores existencialistas desde Kierkegaard hasta Merlo Ponti y realizar los paralelismos correspondientes con las obras de S.Freud y J. Lacan no significa poder llegar a abordar el entendimiento de la actual autodevaluación existencial de las masas sociales mutuamente intercomunicadas. La técnica, los instrumentos y las instrumentaciones no pueden llegar a ser la simple causalidad y orientación de los proyectos existenciales de cada individuo en particular, receptor de las constelaciones o de angostas franjas informativas globales. Como Inmanuil Kant observó, si nos miramos delante de un espejo la parte derecha de nuestra figura se reflejará siempre en nuestra retina del lado izquierdo. Podemos jugar con las perpectivas ópticas y nuestro entendimiento sobre ellas. Recientemente se descubrió que utilizando rayos X sobre las iluminaciones de los láseres es posible notar franjas de espejismos ópticos invisibles para la vista humana. Yo puedo mirarme y verme por horas y por días delante de un espejo y no poder ver más de lo que permite la franja óptica de visualización de mis retinas. Es estúpido intentar comprender lo que soy por lo que alcanzo a ver de mí mismo delante de un espejo. No tiene sentido tampoco analizarme de acuerdo al rol social que cumplo y me dimensiono. Si medito puedo inducir cualquier idea que previamente me indicaron asociada a mi respiración controlada. Si paseo en un lugar semidesértico e intento verme a mí mismo, no podré ver más que la situación de caminante explorador de panoramas desconocidos.

El escritor H. Hesse (1877-1962) vivió en India y reflejó en sus pensamientos que no existe más realidad que la que tenemos dentro nuestro interior y por tal razón la mayoría de los seres humanos viven de acuerdo a esquemas externos irreales. Verse a uno mismo de acuerdo a los filtros de nuestra propia autoconciencia olvidando lo que damos y recibimos de nuestro entorno, o sea lo que sería vernos a nosotros mismos en forma depurada, es o puede llegar a ser una sugestión solipsista de autoreflexión y pensamiento. Los individuos conformes con su propia imágen pueden autoenamorarse egocéntricamente con la simple aprobación externa de su representatividad visual y formal. El ego humano no puede llegar a ser un criterio existencialista del valor y el significado de la vida de cada individuo. Conocí a un judío holandés que vivió con su madre escondido en un sótano todo el tiempo que se prolongó la ocupación militar de Holanda en la Segunda Guerra mundial. Mi conocido autoconcientizó las realidades de su infancia hasta su vejéz por medio de los prismas de los efectos de los narcóticos. Todo es relativo cuando nos autovaloramos a nosotros mismos. Las coordenadas y los cuadrantes de nuestro yo con respecto a otros son variables condicionadas previamente en el seno familiar y sociocultural. Existen individuos que viven y existen en función de su árbol genealógico familiar. Tales individuos llevan una vida prestada y enajenada de lo que son ellos mismos.

Autoanalizarnos es una tarea dificultosa por la propia parcialidad de negación psicológica de nuestra mente. La psique humana autónomamente coloca lentes negras que ocultan las amenazas externas y los conflictos y las situaciones traumáticas centralizadas en uno mismo. La memoria de los conflictos actuales y pretéritos externos e internos de los individuos es borrada en calidad de un autónomo mecanismo de defensa. Los individuos que sufren enfermedades terminales crean sus propias autoilusiones sobre su estado de salud. Individuos sin patologías psiquiátricas o agudos sufrimientos psicológicos crean su propio engañoso mundo con ilusorias pancartas y escenificaciones sin enfermedades y sin sufrimientos físicos y espirituales. La mente de cada individuo en particular se miente y autoengaña a sí misma percibiendo selectivamente lo que no le molesta o lo alarma para continuar viviendo. Los autoengaños mentales son directos ejemplos de las limitaciones existenciales de cada individuo. Cuando no funcionan tales máscaras oculares todo se localiza y concentra en la memoria de las situaciones dolorosas que cada individuo en algún momento pasado de su vida sufrió. Los encegamientos de la mente humana para evitar enfrentarse con los dolorosos recuerdos o las realidades que lo circundan, por ser un mecanismo de defensa que proteje la psique de los individuos, pueden transformarse en una película cinematográfica cortada y autocensurada. Nuestra memoria puede ser holográficamente censurada por lo que el autoanálisis existencial de los individuos y por lo puede llegar a ser una autoilusión solipsista.

Las corrientes filosóficas de los autores existencialistas se fomentaron después de las catástrofes que causaron las guerras mundiales del S.XX. Como J. P. Sartre escribió "el existencialismo es humanismo", por la razón de que "la verdad y todas acciones implican un medio y una subjetividad humana" (J.P. Sartre, Existencia y esencia). Tres son las perspectivas de los filósofos existencialistas, la religiosa, la atea y la agnóstica. La resonancia social de esta corriente de pensamiento fue en los años setenta del siglo pasado y se formó con matices políticos extremadamente antagónicos. Entonces era muy agradable escribir en los cafeterías parisinas sobre la libertad interna y sus proyecciones en los actos de cada individuo. Las sublevaciones culturales y políticas estuvieron alentadas por movimientos guerrilleros de ultraizquierda, jipismo, la libido freudiana culturalmente desatada y sublevaciones morales, ético culturales y estéticas. Desde la isla de Cite se vieron las selvas bolivianas en donde murió Che Guevara, las protestas estudiantiles parisinas, las drogas, las nuevas modas juveniles occidentales y los jipis meditando como gurús hindúes, pilares para la inspiración del movimiento religioso New Age. En París se me abrieron muchas puertas después que continué mis estudios en la ex URSS. En la bilioteca Beaubourg o en la ilegal radio Tomate se podía advertir el espíritu copiado de libertad gestado por Sartre desde una mesa de una cafetería parisina. Las revoluciones mundiales trotzquistas, maoístas y de marxistas desenfilados fueron la quintaesencia del existencialismo francés. La corriente existencialista francesa se difundió y retroalimentó de los procesos socioculturales de aquella época. El tema de la libertad externa e interna fue una moda para la juventud y resultó ser una pancarta idealista naif cicatrisante de las profundas secuelas de la IIda Guerra Mundial.

Se dice que como según denominas a un barco así y navegará. Las ambivalencias cognoscitivas e ideo-valorativas de los nombres tienen cierto valor formal que se projecta sobre el sentido, el significado y el valor existencial de las personas. La devaluación existencial coetánea ya no puede recibir tratamiento a través de un simple juego de palabras, ni de perfectas y bellas especulaciones lógico-filosóficas y heurísticas. Los nombres y los apellidos no pueden tener ningún valor real sobre las significaciones existenciales. En la "Filosofía de las formas simbólicas", (1971), Ernst Cassirer nos confirma que "los sistemas de símbolos actúan como mediadores entre la interioridad significante y la exterioridad del mundo y sus significaciones". San Nicolás y Coca Cola, suena como una relación verbal descabellada. La realidad es que el santo cristiano y la empresa de bebidas tienen una directa relación socio-informativa y valorativa directa entre la "interioridad significante y la exterioridad del mundo". Los holandeses emigrantes y fundadores de la Nueva Amsterdam, actual N. York, derivaron hacia las costumbres del protestantismo norteamericano las tradiciones de los actuales Santa Claus, Papá Noel y otros. En los años treinta del S. XX la empresa Coca Cola financió para una campaña publicitaria el diseño de las ropas, los colores y la fisionomía del que originalmente fuera San Nicolás navideño, despojado por completo de la significación religiosa de uno de los más venerados santos patronos del cristianismo. Los protestantes en todas sus variantes sectarias desvalorizaron por siglos todas las originales significaciones históricas cristianas. En el orden de las ambivalencias valorativas existenciales, no todo depende de lo que llegan a percibir y analizar autónomamente los individuos. Toda valoración existencial subjetiva puede variar según en donde el individuo nació, se educó y las creencias religiosas que confiesa.

Las perspectivas ideovalorativas de los individuos no dependen de los ángulos de visión sino fundamentalmente de los lentes y los filtros culturales en los que cada individuo en particular se formó como persona. Ortega y Gasset reduce esto a las perspectivas mentales de la escena del moribundo al ser visto por su esposa, un médico y un periodista. Nosotros podemos mostrarle pinturas de arte abstracto a un individuo que apenas puede leer en su idioma.Con alta probabilidad el individuo no podrá abstraer algún mensaje de lo que exede a su propia mente formalizada por las copias de lo que alcanza a entender de los mensajes televisivos.En Alemania pocos son los que pueden leer las obras de Hegel por la gran cantidad de palabras en latín y griego que el autor empleó. Cuando las masas sociales interconectadas comunicativamente intentan analizar el sentido y el valor de sus vidas, emplean los croquis de pensamiento colectivos hacia sus propias y personales autovaloraciones. En tales autovaloraciones pueden funcionar la memoria censurada(negación); los particulares estereotipos y las significaciones externas culturalizadas y los valores socioculturales en que el individuo proyectó su propia vida. Todo es relativo en las autovaloraciones existenciales y en nuestros tiempos tales relatividades fueron perfiladas por las comunicaciones globales. Los parámetros estadísticos y probabilísticos medidos por las redes de comunicaciones interactivas, pueden llegar a perfilarse hasta en los promedios de las opiniones en los correos de lectores de las diferentes páginas internéticas. Eso significa que el yo reflectivo individual y personal de cada individuo ya alcanza a redondearse en sus autovaloraciones, frente y paracéntricamente con respecto a todo el resto de los individuos con quien el individuo se autorepresenta.

El valor existencial de cada individuo tiene escalonamientos muy diferentes. Nada en la vida puede ser comparado con las lágrimas de un niño escribió con aproximación Dostoievski. Quien fuera el primer multimillonario a nivel mundial (1957), a principios de los años setenta le secuestraron a su nieto y por cinco meses se negó a pagar el rescate. Luego de que se supiera que los secuestradores le cortaron una oreja al nieto, el abuelo pagó por su liberación. El valor de la vida humana de su descendiente directo, fue parangonado intelectual y existencialmente por el abuelo multimillonario en que pagar el rescate era un absurdo gasto. Para millones de personas el sentimiento de amar se amalgama con numerarios en efectivo. "Amar es esencialmente el deseo de ser amado" escribió J. Lacan. El dinero, los ideales políticos, el egocentrismo y las debilidades humanas pueden entrecruzarse con los más íntimos sentimientos humanos. Las valoraciones de las significaciones existenciales humanas pierden su sentido cuando se aproximan y se cruzan a todas las relaciones egoístas relacionadas con intereses materiales. Algunos padres infrapobres dan la vida por sus hijos y otros superacaudalados destinan sus vidas y sus fortunas para que su nombre quede registrado públicamente por generaciones. El dinero juega un rol importante en los sentimientos de poder y goce corporal y espiritual, pero frecuentemente los individuos acaudalados pierden el común sentido del valor y el significado existencial de la vida humana. Busquemos en el S. XX escritores o filósofos millonarios. Los italianos después de visitar a sus madres se quejan de que infaliblemente aumentan de peso, los protestantes no demuestran sus emociones ni en los entierros de sus seres queridos, en los países con tradiciones protestantes los asilos de ancianos siempre completos y cada año reciben pocas visitas de sus familiares. El sentido y el valor de la existencia humana varía en cada país y en cada dimensión sociocultural y religiosa.

Las relaciones interpersonales en los tiempos coetáneos sufrieron profundos cambios tanto en sus formas como en sus contenidos. Los diálogos intervalados, las frases cortas casi telegráficas son los nuevos "chateos" interpersonales en las reuniones familiares. Los pequeños mundos personales para cientos de millones de individuos ya se ubican en sus computadoras o tabletas. Una clara forma masivamente difundida es en público ocultar lo que angustia o le preocupa a cada individuo para no salir de las plantillas socioculturales difundidas multilateralmente de estabilidad y éxito en la vida. Tal sentido sociocultural, aleja al ser humano del real significado de su vida. Si la existencia de cada individuo es lo que define su esencia, tomar modelos prestados para crear apariencias de los gábilos comunicativos e informativos ya es desvalorizar el significado de su vida y perder su propia libertad existencial. Las masas deben mostrarse sin problemas a semejanza de las sociedades donde fueron originalmente creadas las plantillas socioculturales informativas o publicitarias. Estos fenómenos ya no son estereotipos culturales o modas sociales, pensar de acuerdo a las escenificaciones de ser formalmente a plantillas ilusorias o mostrar lo que no soy para los demás se aleja de las esferas psicológicas conductistas y sociológicas. La visión de binestar familiar y social fue históricamente un parámetro social propio de los protestantes. Los fundamentos germano protestantes por siglos tuvieron tres principios en el seno familiar, la limpieza, el orden y la puntualidad. El mundo católico no practicó tales principios ni se encuentra entrenado para practicarlos. Las sociedades globalmente intercomunicadas copian formal y visualmente relaciones socioculturales visualizadas y ocultos esquemas religiosos que nunca en la historia fueron conocidos. Crear formalidades visuales para los demás por simple conductismo psicológico ya es una forma masiva de devaluación existencial.

Yo soy yo y mis circunstancias, implica abstraerme de los demás para ser esencialmente lo que soy, pero si yo debo mostrarme como los demás, debo pensar y actuar como aquellos que me circundan. Tal lema psicológico conductista ya autónomo y masificado, sombrea la libertad interna de cada individuo en cualquier dimensión geográfica global. Esto no coincide en ser simplemente como los demás, o el principio de "igualitarismo"social difundido y practicado dentro de sus propias fronteras en la época soviética. La simultaneidad de las comunicaciones globales aceleraron el desposeimiento de la libertad ensimismada de cada individuo que piensa original y autónomamente sobre sí mismo y logra abstraerse de las circunstancias de las realidades que lo rodean. Camuflar el ser y sacrificar el significado existencial por encajar en las modernas coordenadas de orientación mental con las que, y a través de las cuales las masas deben vincularse voluntaria o irreflexivamente. Las porcelanas dentales, los recursos de rejuvenecimiento externo, las dietas de control de peso, los implantes de siliconas anatómicos, las cirujías plásticas, las sesiones con los psiconalistas, los anestésicos y los afrodisíacos son todos recursos canalizadores desde y hacia un sinnúmero de paradigmas y plantillas visuales informativo-comunicativas globales. Los modelos formales de la vida humana comunicativamente extendidos ya lograron metaculturizarse hacia proyecciones mentales implícitas prestadas de orientación de un moderno ser atado a condicionamientos socioculturales superfluos o absurdos. Yo soy yo si me parezco externamente a los que me circundan en mi círculo social. Suena ridículo explicarme como debo mostrarme y figurar delante de diferentes círculos sociales. El coetáneo homo interneticus ya deja de ser el creador del significado de su propia vida y valora, por desconocimiento, su sentido existencial por creer que su esencia puede llegar a verla al igual que en los mapas de su geoorientador satelital.

En los suburbios de todas las ciudades holandesas las ventanas no tienen postigos y durante el día nadie oculta con cortinas de la vista de los vecinos y el público el orden interior de las viviendas. Tal tradición es auténticamente un ejemplo de las demostraciones de bienestar originadas de la ideología lutero calvinista dentro de las costumbres particulares de la sociedad holandesa. Leemos The Daily Telegraph y descubrimos que el sesenta y dos porciento de los ingleses visualizan y figuran falsamente para aparentar que leen literatura clásica cuando sólo la mitad de tal porcentaje estadístico miran adaptaciones televisivas o cinematográficas de las obras clásicas. The Tragical History of Doctor Faustus, Sir Gawain y el Caballero Verde, Hamlet, Otelo y Antonio y Cleopatra digitalizados y con 4G. El cine, Internet y los resúmenes de Wikipedia ya sirven para crear falsas ilusiones y camuflar la ignorancia por la falta de estímulos para la lectura. Todas las formas de apariencias se ajustan de alguna forma a la devaluación existencial de una gran parte de los diferentes niveles de todos los grupos sociales. Ante tales demostraciones de exteriorizado confórt, salud y conocimientos, mis angustias deben quedar ocultas para los demás y ser elaboradas y superadas por mi propia cuenta. Puedo esquivar los sufrimientos existenciales con antidepresivos, alcohol o drogas, ocultando mis reales problemas con anestésicos corporales y espirituales. Las escenas y las escenificaciones extendidas social e informativamente crean cuadros holográficos de las formalidades a las que los individuos deben ajustarse. La ética existencialista que intenta superar los prejuicios es ocultada simultáneamente por las exigencias sociales de la vida moderna y, a su véz, las mismas relaciones sombrean el simple cuestionamiento del significado de la vida.

La desconocida autodevaluación del sentido existencial del hombre a principios del siglo XXI comienza a perfilarse desde los nuevos condicionamientos informativos y comunicativos hacia los actos previamente concientizados por las masas sociales. Los esquemas de abstracción y la conciencia colectiva ya son masivamente reflejados por las masas sociales en calidad de planes, intenciones, aspiraciones, propósitos e ideas incluídas dentro de los proyectos subjetivos de cada individuo en particular. Tales esquemas ya conforman una parte de la subjetividad de cada individuo separado de los demás y se aglutina y compagina con los esquemas subjetivos promedios de las masas sociales globalmente interconectadas. El yo, el superyo de cada individuo puede coincidir estadística y probabilísticamente con el yo y superyo de cientos de millones de otros individuos. J. P. Sartre escribió que "el hombre es lo que él se hace", la idea es correcta hasta el momento en que el hombre moderno busca alguna ideología sea política, sea económica o religiosa que le sirva como proyecto de vida y ese hombre no podrá descubrir ninguna ideología en vigencia. La filosofía ya casi desapareció, la psicología se autodevaluó y el individuo no tendrá hacia a dónde recurrir como faro intelectual o espiritual de su mente y parámetro de su autoevaluación existencial. La responsabilidad del hombre moderno se ajusta a la necesidad de cumplir el rol de pieza aceitada en la maquinaria social; la libertad y la responsabilidad ética de cada individuo debe coincidir con las plantillas de su rol laboral y social. Podemos encontrar respuestas sobre los más diversos aspectos de la vida en Internet, no así si busco respuestas sobre el sentido de la vida y para qué existe el ser.

El intelecto en función del transcurso del tiempo nos conduce en la actualidad a cuadrarnos en formas de vivir sólo para poder recibir en lo posible la mayor cantidad de placer,emociones positivas y comodidad en tanto podamos recibirlas. No es importante buscar respuestas a preguntas sobre el significado, sentido y el valor de la vida humana. Nacemos para infaliblemente morir, nuestra vida es muy corta. Yo soy un eslabón útil y necesario para la sociedad y debo intentar recibir todo lo mejor en esta vida. Tales son las consignas de los miembros de todos los escalones sociales de la modernidad de principios del S. XXI. La metamorfosis de Kafka o el superhombre de Nietzsche, el ser en el mundo de Heidegger, los personajes surrealistas de Dostoievski, la Biblia y todos los grandes pilares del pensamiento y la espiritualidad humana causan fatiga mental y angustia para la mayoría de los lectores en la era internética. Si para J. P. Sartre el existencialismo "es una doctrina que hace posible la vida humana", transcurrido medio siglo, ya existen diferencias abismales entre la doctrina existencialista y las nuevas formas de los actos y de la subjetividad humana promedio y global. Alguna de las obras de la corriente existencialista y una caja de pastillas laxantes ya pueden ser analizados y evaluados con el mismo complaciente sentido racional por quienes buscan solamente efectos satisfactorios de la vida.

En mi juventud despertó en mi mente gran interés intelectual la obra cinematográfica "Recuerdos del futuro", y decenios después leí el libro de E. von Däniken(1968) en el que se basó la película. La relación entre el tiempo y mi propio entendimiento de las cosas en tres decenios tuvieron un ciclo con desmembramientos dicotómicos. Los mismos cambios de pensamiento tuvieron lugar cuando recurrí por consejos espirituales a un conocido monje benedictino en las tolderías argentinas y además consulté en Moscú a un sacerdote polaco amigo de un anterior pontífice romano. Descubrí que emisarios de Dios son muy pocos, y como se conoce existen tres clases de representantes eclesiales, los trabajadores, los carreristas y los verdaderos monjes y sacerdotes los que rara vez manifiestan sus opiniones personales ante el público. La estupidéz y la arrogancia humana también tienen su peso en el seno de las iglesias cristianas. Las fantasías de mi razón y los efectos colaterales mi fe lograron desaparecer después de decenios de búsquedas. En mi juventud mi razón y mi intuición no tuvieron ni el mínimo nivel de poder filtrar lo verdadero de lo falso, si bién en su momento pude memorizar diferentes volúmenes de información casi enciclopédica pero sin poder llegar a analizarlos. Con el transcurso del tiempo, teniendo la posibilidad y la libertad de continuar mis estudios en dos continentes y en dos polos antagónicos, uno occidental y el otro comunista, mis mitos juveniles fueron cayendo como un castillo de cartas. El profundo respeto por los casi dos mil años de la Iglesia y los recuerdos del futuro de mi juventud ya pasaron a la papelera de mi conciencia existencial. Mis recuerdos personales pueden ser parangonados con las experiencias de entendimiento y existenciales de gran parte de los individuos que sobrepasaron la barrera de los cincuenta.

En la primera mitad del siglo pasado Ortega y Gasset escribió que la vida es siempre un adelante y que el presente y el pasado se descubren después, cuando abarcamos ese futuro. Transcurrido casi un siglo desde que Ortega publicó su idea, nosotros nos ubicamos en ese futuro que ningún futurólogo pudo ni con aproximación vaticinar. Las diferentes variantes del futuro ya son calculadas cibernética y programísticamente, por lo que por cálculos de grandes cifras podemos con alta probabilidad desplazarnos hacia lo que nos espera ulteriormente. Las futurizaciones por sus probables fatalismos no se corresponden con la filosofía existencialista por no poder llegar a suponer las sensaciones que nos aguardan en el futuro tanto deseadas como negadas. Los acaudalados visitan a videntes y astrólogos. Todos nos sentimos inmortales y ni en nuestros sueños morimos. Si la vida es una permanente futurización, la misma se corresponde con los anhelos y las aspiraciones de cada individuo en particular. Cada individuo en su propio presente en el que vive tiene hábitos que diariamente con exactitud cronológica repite. Los grupos sociales ahora tienen comportamientos y preferencias medibles y calculables. Nos corresponde confirmar que las masas sociales modernas se resisten a conocer lo que sucederá por el propio temor causado por los catastróficos pronósticos anunciados. Las masas viven el ahora con una intensidad desconocida por todas las civilizaciones históricas. La libertad y la ética de responsabilidad individual no pueden ser asociadas con las esperanzas, las emociones y el significado de la vida cuando cada individuo las orienta y las proyecta hacia el futuro. El hombre es libre y responsable en cada momento de su cronología actual en el que dimensiona reflexiva y activamente su vida real. Las masas rebeladas que Ortega y Gasset observó a principios del S.XX no encaminaron sus pensamientos hacia la sumisión intelectual y existencial ya existente a principios del S. XXI.

Cuando un shajid se inmola y termina con su vida y con la vida de otros inocentes; si otro individuo fervorosamente le reza a su Dios leyendo oraciones en riguroso ayuno; otro individuo decide terminar con su vida por los problemas que lo acosan, podemos caracterizar tres formas diferentes de intencionalidades de la conciencia de cada uno de ellos. Si un individuo enciende su computadora encerrado en una habitación desconectado físicamente del resto del mundo por voluntad propia, puede que este sujeto no tenga intención alguna de buscar precisas respuestas en las constelaciones internéticas. Y si este individuo las tuviera, su intencionalidad se ajustará y limitará a las variantes que encuentre disponibles y que responden a su pregunta. Su intencionalidad se limitará a elegir una de las respuestas expuestas en el buscador que responde a su pregunta o cuestionamiento. Encerrado en su habitación el individuo recibe copias de lo que sucede fuera de su habitación, ciudad, país y continente, y hasta puede llegar a ver en vivo los detalles de algún conflicto bélico en otra parte del mundo. El individuo es en un mundo reflejado y copiado visual e informativamente. En la época en que Heidegger publicó su obra "El ser y el tiempo", los medios de información colectivos fueron la prensa escrita y las radiocomunicaciones. El pueblo debía esperar hasta la mañana siguiente para leer los diarios o comprar un receptor de radio, lo que muy pocos podían permitirse. Entre dos fuentes de información históricas y las actuales miles de fuentes de información simultáneas e interactivas internéticas, resultan ser un giro copernicano en la historia de la humanidad que ya afecta directamente la intencionalidad de la conciencia de cada individuo en particular y de la mediana de los navegantes en general. Las causas son dos, la cantidad de noticias y la frecuencia de cambio o sucesión de las noticias. Tiene lugar lo mismo que le ocurre al pasajero que mira hacia afuera por la ventana de un tren de alta velocidad. Pasados unos minutos el viajero se cansa de la sucesión cambiante de instantáneas figuras y paisajes visuales.

J. P. Sartre escribió que la intencionalidad de cada persona se corresponde con el mundo pero no se halla en el mundo como las cosas. La intencionalidad de cada individuo depende de toda una serie de factores psicológicos y socioculturales que aquí no tiene sentido enumerar. En las guerras millones de individuos se encaminaron hacia la muerte concientemente. Sus variantes de intencionalidades fueron dos, morir como desertores o morir como patriotas. Un individuo conectado a las constelaciones internéticas, lo que ya eso implica vivir en democracia informativa, tiene la posibilidad de encontrar miles de variantes que respondan a su intención de búsqueda sobre un tema específico. La múltiple variabilidad del vox populi internético puede desorientar al individuo hasta tal punto que recurrirá a la fuente más simple e insignificante. El individuo no sabe hacia cuál faro orientarse y su ruta continúa como le dicta su mente intuitiva o deseo antojadizo. Recurrirá de última, a los esbozos de Wikipedia, cada mil páginas no analizadas de algún autor o algún acontecimiento resumidas en un parágrafo. La intencionalidad del interesado continúa su ruta a la deriva. La intencionalidad de las masas naufragan en el mare magnum informativo internético. En Internet tampoco los individuos no encontrarán intencionalidad para copiar en el disco duro de sus ordenadores como tampoco podemos hallarla cuando operamos con las cosas reales y virtualmente programadas. Las intencionalidades de terceros no pueden corresponderse y ajustarse a la doctrina existencialista. La intencionalidad puede no existir en la mente de un individuo aunque desde su cerrada y solitaria habitación puede a través de su computadora encontrar miles de variantes que estimulen sus deseos y aspiraciones tanto de su mente consciente como así también encuadradas con las escenas y los escenarios de sus sueños. Gran parte de la obra de J. Lacan redescubre los simbolismos arquetípicos difundidos en las constelaciones internéticas y sus angostas relaciones con el subconsciente humano.

La cantante en Corea del Norte que por grabar videos bailando en pantalones cortos sirvió de pretexto para que fuera juzgada y fusilada por difusión de pornografía. En la era internética existen todavía dinosaurios del comunismo picapiedras y más extremos y duros que los stalinistas. En mi juventud entré a través de la frontera soviética con libros publicados del escritor disidente ruso A. Solzhenitzyn, con el peligro de ser expulsado y no poder volver a ver a mi hijo y esposa y perder los años de estudios cursados. Tales riesgos pienso que no tuvieron su fuente en el sentido de mi libertad interna. Desde mi actual perpectiva pienso que fue mi juvenil e irresponsable autoconvencimiento de suficiencia. En los acontecimientos de octubre de 1993 entre el parlamento ruso y el entonces presidente pude advertir en las calles desatadas de Moscú en qué deriva la libertad sin límites. Las calles liberadas de la intervención policial tranformaron a la ciudad en un medio urbano de caótico libertinaje. La libertad externa o las reglas vigentes en la sociedad que hacen posible una elección, no pueden llegar a reconvalidarse como un medio suficiente para perfilar y perfeccionar la subjetividad de cada individuo. La libertad de acceder a las fuente de información sin censura no es suficiente para que las masas descubran en las proyecciones informativas cierto valor y significado existencial de sus propias vidas. La libertad de expresión de casuales y por lo general de ajenas publicaciones en las redes sociales internéticas, desenmascaran la falta de orientación intelectual y la total soledad espiritual de algunos individuos. F. Dostoievski en su "Leyenda del Gran Inquisidor"(Iván Karamazov), escribió que no existe nada más pesado que la libertad, por eso nuestro afán de entregar la libertad en las manos de los que mejor saben- a las tradiciones, a las costumbres y a Dios.

El hombre ya puede llegar a tener dificultades para crearse a sí mismo si se aparta de las los proyectos de vida reflejados en las constelaciones informativas. Resulta que una gran cantidad de ideas y condicionamientos modélicos que se requieren para poder dimensionarnos intelectual y activamente en la vida, deben ser copiados y confrontados a través de las fuentes y medios comunicativos masivos. Las masas sociales deben imitar intenciones, aspiraciones y modelos de pensamientos que en las grandes urbes no pueden ser recabadas desde las simples relaciones sociales y laborales. El hombre moderno debe perfilar específicos proyectos de vida y parte de las variantes debe previamente al menos conocerlas. Las masas sociales globamente interconectadas ya deben necesaria o casualmente ajustarse a imitaciones visualizadas y consecuentemente virtualizadas en las escenas y escenarios de la vida real. Los actores de los esquemas espejeados de las realidades previamente virtualmente proyectadas ya somos nosotros mismos. Nuestro intelecto abstrae y analiza esquemas y modelos de todas las circunstancias reales y copiadas que percibimos y los que pueden ser reflejados de alguna forma por nosotros. El mundo de las virtualizaciones a través de nuestros propios reflejos cognoscitivos mentales de imitación y asemejamientos, ya los transformamos en realidades sobre todas las dimensiones de actos y actividades que la gran parte de la humanidad moderna realiza. Las imitaciones voluntarias e involuntarias en calidad de funciones analógicas desde y hacia los cuadros de las realidades proyectadas visual y textualmente ya son reflejos de realidades virtuales (no inmersivas). Este es el nudo central del mundo cibernético e internético en el que nos dimensionamos mental y activamente y por lo que involuntariamente devaluamos nuestro sentido, valor y significado existencial.

La virtualidad "no inmersiva" en dos dimensiones que vemos en nuestros monitores puede transformarnos en actores reales de las proyecciones que previamente visualisamos y captamos racional, analítica y emocionalmente. Cada individuo tiene acceso a navegar en tiempo calibrado con diferentes espacios geográficos mundiales por lo que quien navega se mueve mental interactivamente en diferentes coordenadas espaciotemporales tranportadas desde las copias de otras realidades proyectadas. La teoría de las imitaciones involuntarias desarrolada por Piaget ya es demasiado básica para explicar el nuevo fenómeno después de la masificación y globalización de Internet. La inteligencia convencional confrontada con los sistemas de inteligencia artificial se autocomplementan y retroalimentan, por lo que cada individuo que interactúa con un ordenador reproyecta la información que recaba y simultáneamente la multiplica estadística y probabilísticamente. En dos niveles diferentes, el intelecto de cada individuo puede complementarse con el intelecto promedio de millones de otros individuos. Los individuos configuran sus vidas con los diferentes cuadros que buscan y encuentran en Internet. Crearse a sí mismo el individuo puede lograrlo sin ningún apoyo espiritual de su entorno social, pero en los últimos decenios las escenas y los escenarios circunstanciales vitales y existenciales de millones de individuos se entrecruzan con los paradigmas virtuales internéticos. La pregunta es dónde queda el ser que por milenios recibió tratamientos filosóficos. El ser del hombre moderno se diluye ante las corrientes informativas y por debajo de las grandes cifras estadísticas de principios del S. XXI.

La inteligencia de cada individuo se conecta y retroalimenta de la inteligencia colectiva sombreando el valor existencial de uno y de todos los participantes de las constelaciones informativo-comunicativas. El intelecto colectivo racional, analítico y emocional del hombre moderno ya no alcanza a sublimar y destacar el valor, el significado y el sentido de la propia existencia de cada persona. Para guardar en la memoria de un ordenador un millón de números simples se necesitan once megabyts, y para guardar en la memoria de cada individuo una ínfima parte de las copias visuales que puede llegar a ver diariamente, se desconoce el volúmen que ocupa en su cerebro. Mezclamos la capacidad cognoscitiva del hombre con el valor existencial como una muestra de dos niveles erráticamente conciliados. Identificar gnoseológicamente miles de objetos reales o imágenes de idealización no significa que un individuo pueda encarrilar sus propios proyectos de vida en función a cierto sentido existencial. El sentido de la vida de las masas sociales de principios del siglo XXI no se proyecta hacia el futuro, el sentido existencial se vive cada día y en cada momento que de alguna forma u otra un individuo puede deleitarse. El futuro puede ser pagado con seguros y créditos a largo plazo, el presente puede ser financiado con una tarjeta de crédito o débito. Las frecuencias de cambios informativos son tan altas que el hombre ya no puede proyectar su propio futuro. El hombre moderno no direcciona sus pensamientos hacia el pasado y hacia el futuro, todo se centra en sus horarias actualizaciones de vida. Su propio pasado puede llegar a verlos desde las perspectivas de sus sueños o puede recordar sus años de juventud escuchando registros musicales o viendo obras cinematográficas. Los sujetos pierden por las propias circunstancias innovativas su original subjetividad formada en el transcurso de decenas de años.

Los más prominentes físicos llegaron al final de sus vidas a la conclusión que existe un Ser supremo, si bien sus mentes e investigaciones se encaminaron inicialmente en calidad de materialistas ateos. La "voluntad de sentido" de V. Frankl se diferencia de la voluntad de placer de S. Freud e instrumenta las intenciones paradójicas, la derreflexión o la hiperreflexión. Ninguna de las técnicas franklianas no pueden ni por aproximación ser alcanzadas delante de la pantalla de un televisor o navegando en las redes internéticas. Mediante los "diálogos socráticos" diseñados por Frankl, la voluntad del sentido existencial puede llegar a ser filtrada del alma de un individuo que busca encontrar un camino a su propio ser. Creer en la existencia de un Ser superior que sea el principio del principio de todas las cosas que rodean a cada individuo no puede llegar a ser un pensamiento formal superficial, los creyentes formales encuentran un as intelectual extratemporal y universal para explicar las causalidades de sus particulares derroteros y dificultades en sus vidas. Pocos son los que se resignan a sus propios destinos de pobreza, enfermedades, marginación social e infalible fallecimiento. La mayéutica frankliana, o el conocimiento logrado en calidad de conocimientos intrínsecos de cada persona es progresivamente una verdad reflejada de los espejeos causados por las proyecciones desde las constelaciones informativo comunicativas. El Ser supremo en nuestros tiempos puede llegar a ser una llave maestra racional y utilitaria para resolver los cuestionamientos y angustias causadas por la infalible finitud de la vida de cada persona. Las disciplinas de la Física, los diálogos socráticos franklianos y navegar en Internet son contradiciones del sentido, valor y significado existencial para cada persona en particular y para la mediana de las masas sociales coetáneas en general.

Todas los medios y los condicionamientos de la modernidad se encuentran trazados hacia lo que confirmó K. Jaspers para"existir sin existencia". La carencia de sentido existencial se reproyecta hacia los que ya no se encuentran con nosotros. Uno de los más crueles dictadores del S. XX siempre repetía que la muerte de una persona es una tragedia y que la muerte de miles de individuos es simplemente estadística. Actualmente el valor existencial de las personas fallecidas puede ser decorado con datos biográficos, fotográficos y videoregistros que le recuerden audiovisualmente. La existencialidad pos mortem ya no tiene el mismo significado y valor que en las épocas pretéritas. Las significaciones existenciales a posteriori en nuestras realidades de eficacia y praxis pueden ser escenográficas. Las anatómicas siluetas de manos en la Cueva de El Castillo en la Cantabria española datan de una antigüedad de treinta y siete mil años. Las figuras rupestres no tienen firmas ni codificaciones grafológicas. Los autores fallecieron sin poder registrar sus inexistentes nombres y primitivos sentimientos al realizar copias de figuras de manos humanas sin dactiloscopías. Nosotros descubrimos los dibujos de totales genios desconocidos y los analizamos en calidad de simples espectadores por las simplezas expresivas visuales del Hombre de hace treinta y cinco mil años antes del inicio de la era cristiana. Los nombres y las biografías de las vidas de personas ya fallecidas pueden llegar ser ejemplos para las nuevas generaciones sin que podamos llegar a descubrir los más íntimos hilos existenciales personales de aquellas. Quien escribe se describe y en los textos literarios podemos hallar las ocultas radiografías del alma de algunos autores. El sentido existencial de los individuos ya incluídos en la historia pueden ser evaluados falsa o erróneamente, todo depende desde cuales perspectivas científicas se las analice. Las frases de Gandhi en nuestros tiempos de innovaciones suenan como muy lejanos ecos de realidades inexistentes alrededor nuestro, las que al ser filtradas por nuestra mente nos pueden llegar a despertar puros sentimientos existenciales de supuestas realidades.

C) Las interconexiones cibernéticas y programísticas son en tiempo real, los vínculos comunicativos nos reducen a relaciones tiempo-espacio simultáneas. Nuestro ser ahora puede no encaminarse ni hacia el futuro ni el pasado, nuestra mente debe acomodarse a las simultaneidades de los requisitos de las comunicaciones entre nosotros o con el restos de los individuos que nos circundan. Ser uno mismo significa abarcarse para poder llegar a ser uno mismo y poder espejearme ante otros. Si nos miramos en un espejo es en función de cómo queremos que otros nos vean o cómo quiero verme para que otros me vean. Las formas existenciales de ser uno mismo para los otros deben ser formalmente copiadas de una infinidad de modelos de idealización y accesorios objetivizados disponibles alrededor de cada individuo. Cada individuo se muestra de acuerdo a las particulares circunstancias que lo circundan y esta particularidad debe ser aplicada para confirmar su visible sentido existencial. Mi intelecto en función de la simultaneidad del tiempo real de mis pensamientos y actos bloquea el valor y el significado de mi autoanálisis existencial. Yo soy yo en la medida que me parezco al modelo externo que quiero parecerme. Los estereotipos culturales visuales nos encaminan hacia el borroneo de nuestro verdadero e íntimo autoconocimiento de mi ser orientado hacia las personas que me rodean. El hombre contemporáneo debe utilizar máscaras, disfraces y maquillajes para poder ocultar su esencia y sus pensamientos sobre su existencia en los diferentes escenarios y en las que aquél debe ubicase en su vida cotidiana. Todo puede en la vida de un individuo ser actoralmente mostrado y sus juegos de apariencias lo llevan inercialmente a pensarse en función de lo que los otros que lo rodean piensan sobre él. En las redes sociales puede un individuo tener hasta cinco mil "amigos" sin conocer personalmente a ninguno de ellos.

La vida nos lleva a despersonalizarnos de nuestras íntimas y auténticas reflexiones del lugar, el valor y el sentido de nuestras vidas en las circunstancias que debemos desenvolvernos. Si leemos a algún autor de la corriente existencialista en nuestros posibles cómodos divanes y luego nos dirigimos a trabajar, es inadecuado comentarles a nuestros colegas de trabajo las angustias y los cuestionamientos existenciales sobre la absurda manera que desgastamos nuestras vidas ocho horas y cinco días por semana. Las rutinas laborales, viajar de mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa, las rutinas internéticas en las redes sociales, las rutinas familiares, las rutinas sexuales y gastronómicas, transforman en rutinarios nuestros pensamientos y nuestros hábitos, los que con el transcurso del tiempo pueden llegar a ser considerados en calidad de sentidos existenciales repetidos cronológicamente. El homo faber simultáneamente autorelacionado con el nuevo homo interneticus transforma su vida en un esquema absurdo como el trabajo del mitológico Sísifo. El hombre es un segmento ínfimo en el universo sin un principio del principio y sin tampoco conocer por qué y para qué vive. Las posibilidades de elección de cualquier individuo que se pregunte para qué vive, es sentarse a buscar respuestas en su ordenador conectado a Internet o iniciar la lectura de la Biblia. Creer racionalmente en las religiones, el hombre de principios del S. XXI puede por dos circunstancias, por la razón que conoce profundidades científicas desconocidas para las masas o es un marginado social que piensa en otra posibilidad de vida ya en otra dimensión invisible después de su muerte. El sentido, el valor y el significado existencial de miles de millones de individuos puede asemejarse al esquema de fumar un cigarrilo, en una extremidad fuego, en la otra extremidad un idiota.

Un monje cristiano debe callar para ahondar su rezo y un individuo conectado con el mundo internético debe mostrarse, hablar y escribir a veces sobre cosas absurdas para poder mantenener los diálogos formales con otros individuos. Los ruidos informativo-comunicativos crean interferencias de concentración analítica intelectual y espiritual cuando los monjes oran en sus celdas. Una parte de las muchedumbres conectadas a las constelaciones informativas internéticas habitualmente deben recibir alguna dósis diaria de novedades audiovisuales para autoconfirmar sus sentidos existenciales hacia otros individuos en los marcos de los formularios dimensionados sobre realidades virtualizadas. Las comunicaciones sociales entorpecen los auténticos sentimientos existenciales de las personas y es precisamente la soledad una experiencia que permite descubrir el valor y el sentido de la existencia de cada persona ensimismada. Los ruidos y las redundancias en las corrientes informativas pueden crear falsas pancartas de las realidades en la mente de las masas. Leer los salmos del Libro de David en pleno centro de una megalópolis y leer los mismos salmos en un zona desértica, formal y externamente no es lo mismo. Lo realmente válido es que el individuo tenga una convicción racional y que espiritualmente tenga fe de que los autores son verdaderos embajadores de Dios. Las convicciones mentales y espirituales de cada individuo en estos casos no pueden en nuestros tiempos recibir tratamientos analíticos y especulativos. Si un individuo tiene creencias religiosas, las mismas se circunscriben estríctamente a sus personales e individuales pensamientos y creencias. Tal postura deriva de la ideología religiosa de los propios creadores de las computadoras y los dueños de los canales magistrales comunicativos globales. Resultó ser que el silencio que exige orar ante el Talmud y la Biblia dialécticamente se desarrolló en instrumentaciones comunicativas satelitales.

Tener la total libertad de expresión no significa ser que los individuos sean internamente libres. J. P. Sartre escribió que los franceses experimentaron un verdadero sentimiento de libertad interna en los tiempos de la ocupación alemana durante la IIda Guerra Mundial. Las masas contemporáneas tienen acceso a la información incluso robada de los bancos electrónicos de memoria estatales y al mismo tiempo acrecientan una apatía cognoscitiva y valorativa masiva hacia las novedades de las realidades del mundo moderno. Las masas tienen derecho de opinión y los reales acontecimientos se suceden en conformidad a los intereses corporativos al margen de las opiniones sociales registradas. En apariencia las masas muestran sus puntos de vista y opiniones y desdoblan de tal forma la invalidéz y nulidad de las reales significaciones de sus valoraciones medidas estadísticamente en tiempo real y a su vez publicadas. Los escalafones de Google se orientan desde mostrar que bién vivimos y vacacionamos, hasta cuando soportar un gobierno de turno, frases de personas célebres, viejos cuadros, comidas fotografiadas. La mente y el entendimiento de las masas globales ya comienzan a sublimarse en una nueva dimensión sistematizada y modelada desde algunos epicentros mundiales. Sin dudas las masas abarcadas por las constelaciones informativas e interactivas globales nos regresan hacia proyectos de una nueva forma de adolescencia humana. Tales innovadores cuadros gnoseológicos masivos e interactivos son los pilares de una regular devaluación existencial de las generaciones futuras. Ya en este siglo todo lo que se relacione con la libertad y la voluntad individual y colectiva deberá controlase y regularse en los marcos de las realidades y las necesidades estatales y corporativas.

Nos dimensionamos en los marcos de innovadoras conceptualizaciones y aplicaciones instrumentales y cognoscitivas inimaginables a mediados del S.XX. Las realidades aumentadas definida por P.Milgram y F. Kishino (1994) dislocaron cognoscitivamente a los entornos reales hacia los entornos virtualizados por ciframientos programísticamente procesados. La realidad aumentada, o sea la copia captada por un teléfono celular y expuesta en la pantalla representa la realidad aumentada por el aumento del foco visual respecto a las dioptrías de la vista humana. A estas realidades de geoubicación visual se le agregan información digital que señala el lugar en tiempo real de donde nos encontramos. Las interacciones y las experiencias cognoscitivas que nos marcan las realidades de nuestro entorno en forma de contínua sobreposición de imágenes nos conducirán tarde o temprano a vivir en función de modelos de guías espacio-temporales similares a proyecciones ilusiones cifradas y fantomas virtuales. Con absoluta certeza en un futuro próximo las orientaciones circunstanciales de mi yo y mis proyectos en los marcos de mis circuntancias espacio-temporales deberé copiarlos de realidades aumentadas mostradas en mi teléfono celular. El hilo conductor del existencialismo ó yo soy yo y mis circunstancias, se diluye con la dependencia de las copias cifradas y visuales por las que debo orientarme. De alguna forma el "ser en el mundo" de M. Heidegger parcialmente en un futuro próximo se intercalará interactivamente con copias visuales y textuales procesadas y reflejadas programística y comunicativamente. Orientarnos de acuerdo a las copias de las realidades aumentadas de mi entorno, es una forma de reconocimiento cognoscitivo intermediado y siendo que son espejeos inteligentes, nos alejan de las realidades de nuestro entorno y circunstancias.

Partes: 1, 2, 3, 4
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