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Plan estratégico de desarrollo sostenible para Santo Domingo (página 4)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Se procura en esta segunda dimensión una superación no sólo en el Estado, sino también en la sociedad, en la cual persisten ideas y conductas políticas en las que el Estado y los gobernantes se apoyan para justificar sus errores, su incapacidad y sus ineficiencias: las irregularidades de costumbre, la concentración y personalización del mando, el favoritismo, la hipertrofia burocrática, el verticalismo excesivo y la exclusión social, etc.

Un aspecto crucial en la reforma al Estado a emprender, es definir claramente los objetivos que se persiguen con la misma. Así, podemos resumir como los objetivos generales de la reforma del Estado en la República Dominicana, los siguientes:

1) Inducir una nueva cultura política y social dirigida a superar el autoritarismo, el centralismo, la ineficiencia burocrática y la corrupción que aun se manifiestan en la vida política y la administración del Estado.

2) Definir y formular políticas claras, globales, sectoriales y sub-nacionales sobre la reforma del Estado.

3) Contribuir a establecer una nueva Constitución política, que distribuya racionalmente las competencias y deberes entre las diferentes instancias del poder público y los distintos sectores y demarcaciones territoriales de la sociedad.

4) Crear mecanismos institucionales que hagan efectivo el libre ejercicio de los derechos políticos, económicos y sociales de todos los ciudadanos por igual.

5) Perfeccionar el sistema electoral para que los dirigentes políticos sean cada vez más la fiel representación de la voluntad de la nación.

6) Garantizar la progresiva democratización, capacitación y transparencia de los partidos y agrupaciones políticas.

7) Conformar un verdadero estado de derecho para toda la población.

8) Reducir la macrocefalia y la dispersión organizacional que prevalecen en el gobierno central.

9) Descentralizar progresivamente la función pública, transfiriendo más recursos y atribuciones a los niveles subnacionales de autoridad y a la sociedad civil.

10) Reorganizar, simplificar y hacer más eficaz y transparente la administración pública, con la ayuda de las ciencias de la administración y de las modernas tecnologías informáticas.

3.3.2 REFORMAS IMPLEMENTADAS

A partir de esos objetivos generales, el Consejo Nacional de Reforma del Estado ha definido como metas específicas a alcanzar durante la presente administración 2000-2004, las siguientes:

  • A. Las reformas políticas

a) La Reforma Constitucional

b) La Reforma en los Partidos y Agrupaciones Políticas VII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Lisboa, Portugal, 8-11 Oct. 2002

c) Las Reformas Político-Electorales

d) Las Reformas Legislativas

e) Las Reformas en el Congreso Nacional

f) Las Reformas en la Justicia

g) La Reforma y Modernización Policial

h) Las Reformas en las Relaciones Exteriores

  • B. La descentralización del estado

  • C. Las reformas de la administración pública

  • D. Las reformas económicas

a) La Reforma Financiera

b) La Reforma en la Agropecuaria

c) La Reformulación de la Política Minera

E. Las reformas sociales

a) Las Reformas en la Salud

b) Las Reformas en el Sistema de Seguridad Social

c) Las Reformas en la Educación

d) Las Reformas del Sector Cultural

e) El Desarrollo de la Protección de los Recursos Naturales y Medio Ambiente

f) Las Reformas en el Régimen de Agua

g) La Reforma en la Política hacia la Comunidad

h) Estrategias de Desarrollo Urbano

i) La Reforma en el Sector Transporte

3.4 MODERNIZACIÓN DEL ESTADO

De acuerdo a Kingdon (1995), para que un problema social se transforme en una política pública debe abrirse una "ventana de oportunidad", en la cual confluyan tres corrientes, la de los problemas (percepciones sociales de la ciudadanía y actores sociales relevantes), la de la política (correlaciones de poder), y la de las políticas públicas (soluciones tecno-burocráticas a las problemáticas planteadas)[37].

En la República Dominicana, durante el periodo 2004-2008 se verificó un ambicioso proceso de reforma del marco legal que norma los principales sistemas transversales de gestión financiera, presupuestación, planificación y recursos humanos del Gobierno Dominicano. En total se han modificado o aprobado unas 12 leyes, con sus respectivos reglamentos operativos, a saber:

a. Ley Orgánica de la Secretaría de Economía, Planificación y Desarrollo.

b. Ley Orgánica de la Secretaría de Hacienda.

c. Ley que regula el sistema nacional de planificación e inversión publica.

d. Ley Orgánica de Presupuesto.

e. Ley de Compras y Contrataciones.

f. Ley de Crédito Público.

g. Ley de Tesorería.

h. Ley de Control Interno.

i. Ley del Sistema Integrado de Administración Financiera del Estado.

j. Ley de la Función Pública y de la Secretaría de Administración Pública.

k. Ley de Autonomía de la Dirección General de Aduanas.

l. Ley de Autonomía de la Dirección General de Impuestos Internos.

La respuesta a la crisis financiera del 2002-2004 fue encabezada por la nueva administración del Presidente Fernández, quien asume el gobierno en agosto del 2004. La respuesta fue doble, por un lado mejorar las finanzas públicas mediante dos reformas tributarias. Por otro lado, recuperar la confianza perdida de los agentes económicos a través de la firma de un acuerdo stand-by con el Fondo Monetario Internacional, el cual incluía condicionalidades de desempeño macroeconómico y de índole institucional. Dentro de las últimas se incluía la modificación del marco legal de la gestión presupuestaria, financiera y de planificación. (BCRD 2005) El 75% del paquete legislativo anteriormente mencionado estaba incluido dentro de las condicionalidades del acuerdo con el FMI como criterios de desempeño estructural, y el gobierno dominicano debía dar cuenta periódica de los avances alcanzados. Si nos concentramos en las modificaciones de los sistemas transversales de gestión pública (recursos humanos, administración financiera, planificación, presupuestación y control) dicho porcentaje se eleva a 90% (BCRD 2007)

La implementación y sostenibilidad de las reformas

Los modelos tradicionales de política pública asumen la etapa anterior de toma de decisión como el núcleo del ciclo de políticas, relegando la etapa de implementación a una dimensión meramente logística o administrativa que puede delegarse en personal jerárquico de segundo nivel.

Un aspecto fundamental en esta fase es la distinción entre reformas que se desarrollan primordialmente en la esfera pública, y aquellas que lo hacen en la esfera burocrática intra-gubernamental.

Los cambios institucionales describen las características siguientes:

  • a) No se tiene un impacto directo en amplios segmentos poblacionales.

  • b) Los efectos de la reforma no son fácilmente percibidos por el público, sino por los actores internos gubernamentales.

  • c) Los riesgos y potenciales beneficios son más bajos que si la reforma se efectuase en la arena pública. No se pone en juego la legitimidad o estabilidad del régimen, ni la gobernabilidad.

  • d) Los costos y beneficios se concentran en actores y organismos intra-gubernamentales, generando importantes transferencias de poder dentro de la burocracia.

  • e) Requieren alto experticio técnico y administrativo.

  • f) El marco temporal es relativamente largo, lo cual genera retos gerenciales y abre la posibilidad para acciones de oposición activa, resistencia pasiva y sabotaje clandestino.

3.5 GENERACION DE EMPLEOS

Probablemente la más importante de las capacidades humanas es la de generación de ingresos propios. La libertad humana no puede ser compatible con una situación en la que las personas no sean capaces de satisfacer sus necesidades fundamentales o cuando para satisfacerlas quedan en una situación de dependencia, bien sea de la asistencia pública o de las relaciones sociales primarias. Por lo tanto, para la población en edad y en condiciones de trabajar, el empleo es el creador de capacidades por excelencia.

Al igual que otras capacidades, tener un empleo que permita ampliar las libertades de una persona depende tanto de las condiciones personales de quien busca trabajo como de sus niveles de educación y salud, así como de factores externos (lugar en que se nace, nivel de actividad económica, etc.)

El Distrito Nacional, Santo Domingo Oeste, Santo Domingo Norte y Boca Chica tenían un desempleo promedio durante 2006 superior a la media nacional (16.2%), mientras que Santo Domingo Este y Santiago tienen un desempleo inferior a la media.

En todos los municipios, el desempleo femenino supera más del doble el desempleo masculino, con excepción de Santo Domingo Norte, que es 3.10 veces.

Las Zonas Francas

El Censo 2002 registraba 163 mil personas que trabajaban en zonas francas y para el mismo año el Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación (CNZFE) reportó 170 mil, cifras de magnitudes similares.

Según el Censo 2002, un 5.2% de las personas que trabajaban estaban ocupados en las zonas francas del país. De ese total, un 35% estaba en Santiago, un 14.3% en el Distrito Nacional; entre un 10% y un 11%, en San Pedro de Macorís y San Cristóbal, y alrededor de un 7% en La Romana y La Vega. Estas seis provincias absorbían el 85% del empleo total de zonas francas del país.

El peso del empleo directo de zonas francas al interior de la provincia era diferente. En Santiago, San Pedro de Macorís y La Romana era superior al 14%; es decir, el empleo de zonas francas tenía una incidencia que era casi tres veces más importante que el promedio nacional. En San Cristóbal y La Vega, el empleo de zonas francas era un 60% superior al promedio del país, y en el Distrito Nacional era menos de la mitad, aunque en términos absolutos estaba en segundo lugar, después de Santiago.

Entre el año 2000 y 2006, el empleo de zonas francas pasó de casi 197 mil a poco más de 148 mil, lo que significó pasar de 6.5 ocupados en zonas francas por cada 100, en el 2000, a 4.3, en 2006. Se perdieron en total 48,500 empleos. El 80% de la pérdida se concentró en cuatro provincias:

• Santiago, que acumuló el 28% de la pérdida total en los seis años, lo cual significó más de 13 mil empleos menos, llevando el nivel de empleos directos de las zonas francas en 2006 a un 22% por debajo del que tenía en 2000. El registro de las pérdidas de empleos indica que los años de mayor intensidad de pérdidas fueron 2001, 2005 y 2006, según el Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación (CNZFE).

Las estadísticas de empleo y desempleo que recoge el Banco Central en la Encuesta de Fuerza de Trabajo muestran que la tasa de desempleo del municipio de Santiago en 2006 era de un 13.3%, más baja que el promedio nacional de ese año de 16.2%. Según estas cifras, la fuerza de trabajo total del municipio ronda las 300 mil personas, de las cuales casi 40 mil estaban desempleadas y de ellas, 23 mil eran cesantes. Durante el año 2006, el desempleo aumentó un 0.7% entre abril y octubre, lo que significó una pérdida de 3,500 empleos, en términos absolutos, en esos seis meses.

En síntesis, las cifras del CNZFE y del Banco Central, si bien reportan un aumento del desempleo no reflejan las magnitudes que se han venido denunciando públicamente de 30, 40 y hasta 50 mil empleos. Aquí cabrían dos hipótesis: que los instrumentos estadísticos del Banco Central y el CNZFE son deficientes y no captan la magnitud del desempleo en toda su intensidad o que estamos en presencia de un problema real, acrecentado por el capital social de la región Norte del país. Sin embargo, la respuesta a esta disyuntiva requiere más investigación que escapa a los límites de este informe.

• La Romana perdió más de 10 mil empleos en total, que representa el 21% de las pérdidas totales, lo que significó bajar el nivel de empleos durante 2006 al 40% del que tenía la provincia en el año 2000[38]

En términos relativos, la pérdida de empleos de zonas francas en esta provincia ha sido mucho más intensa que en Santiago; sin embargo, la capacidad de movilización social ha sido menor.

• En San Pedro de Macorís las pérdidas fueron ligeramente más bajas en términos absolutos, lo que implicó bajar el nivel de empleos al 60% del que se tenía en 2000.

• La Vega fue el cuarto gran perdedor de empleos: casi la mitad de lo que tenía en el año 2000. Finalmente, otro grupo de provincias registró pérdidas marginales de empleos. Por su parte, el Distrito Nacional, Montecristi, Hato Mayor registraron una leve ganancia de puestos de trabajo.

Las provincias del turismo

En 2006, República Dominicana contaba con 63.3 mil habitaciones y 695 hoteles repartidos en toda la geografía nacional. Sin embargo, el 72% de los hoteles y el 68% de las habitaciones estaban concentrados en dos provincias: La Altagracia y Puerto Plata.

Entre 2002 y 2006, el número de habitaciones aumentó en 8.6 mil. La provincia La Altagracia concentró el 76.5% de las habitaciones nuevas y Puerto Plata, el 12.4%. En el mismo período San Pedro de Macorís perdió el 8.3% de sus habitaciones y Samaná ganó el 7.9%. Es decir, las dos primeras se consolidan como los principales polos de desarrollo turístico, mientras que Samaná se convirtió en un polo emergente y San Pedro de Macorís en uno que se desvanece.

Para los fines de este informe solamente consideraremos a La Altagracia y Puerto Plata como provincias turísticas. Éstas ocupan una extensión equivalente al 10% del territorio nacional, con una población que representa el 5.8%, siendo La Altagracia la segunda provincia en extensión del país, con un territorio 62% más grande que el de Puerto Plata; pero con una población menor, equivalente al 58% de esta última.

ACCIONES GENERALES PARA LA CREACIÓN DE EMPLEO

Acciones positivas

  • Hacia los principios comunes de la flexiguridad

  • Promover la solidaridad entre las generaciones

  • Asociación para el crecimiento y el empleo: programa comunitario de Lisboa

  • Programa comunitario para el empleo y la solidaridad social (PROGRESS)

  • Política de cohesión en apoyo del crecimiento y el empleo

  • Fondo Social Europeo (FSE): 2000-2006, 2007-2013

  • Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER): 2000-2006, 2007-2013

Lucha contra el desempleo y el trabajo no declarado

  • Intensificar la lucha contra el trabajo no declarado

  • Modernizar los servicios públicos de empleo

  • El trabajo no declarado

  • Inmigración, integración y empleo

  • Modernización de los sistemas de protección social para hacer que el trabajo sea rentable

  • Reestructuraciones y empleo

PROMOCIÓN SECTORIAL DE LA CREACIÓN DE EMPLEO

Creación de empleo a través de la política de empresa

  • Acceso de las empresas a la financiación

  • Acompañar los cambios estructurales: una política industrial para la Europa ampliada

3.5.1 RIQUEZAS Y BIENESTAR

Riqueza

En líneas anteriores hemos denominado a la totalidad de los bienes de que dispone una persona su posesión de bienes y hemos designado a la totalidad de los bienes económicos de que dispone un sujeto económico como su riqueza. Por consiguiente, no pueden considerarse como partes de su riqueza los bienes no económicos de que dispone un sujeto o agente económico, ya que no son objeto de sus actividades.

Hemos visto también que bienes económicos son aquellos cuya cantidad disponible es menor que la necesidad que se tienen de los mismos. Así pues, la riqueza podría también definirse como "la totalidad de aquellos bienes de que dispone un sujeto económico, cuya cantidad es menor que la necesidad de los mismos. Por consiguiente, es una sociedad en la que pueda disponerse de todo tipo de bienes en cantidades siempre superiores a su necesidad no habría ni bienes económicos ni "riqueza". La riqueza es, pues, una medida para el grado de plenitud con que una persona que desarrolla su actividad económica en igualdad de situación con otras puede satisfacer sus necesidades. Pero no es una medida absoluta, porque el supremo bienestar de todos los individuos de una sociedad se alcanzaría cuando las cantidades de bienes disponibles de esta sociedad fueran tan grandes que nadie necesitara poseer riquezas.

Estas observaciones podrían contribuir a la solución de un problema que, en razón de las aparentes antinomias de que adolece, es muy adecuado para suscitar desconfianza sobre la exactitud de los principios básicos de nuevas ciencia. Ya se ha aludido antes al hecho de que una continua multiplicación de los bienes puestos a disposición de los agentes económicos acabaría por despojarlos de su carácter económico, de modo que las partes constitutivas de la riqueza tendrían que ir disminuyendo continuamente. Surgiría entonces la auténtica contradicción de que una continuada multiplicación de los objetivos-riqueza tendría como consecuencia inevitable la disminución de estos mismos objetos.

Bienestar

El PBI no es la única forma de medir el bienestar en una sociedad. Veamos dos medidas que pueden servir como indicadores de bienestar en una economía:

  • Nivel de empleo y reducción del desempleo

  • Distribución uniforme del ingreso y reducción de la pobreza

  • Cada una de estos indicadores tiene un significado especial.

Reducción del desempleo

La reducción del desempleo es una cuestión de difícil solución. Si vemos que la tecnología en muchas sociedades lleva a la eficiencia de la maquinaria y equipo, reduciendo los requerimientos de la participación humana en los procesos productivos, esto ya señala un ambiente favorable al incremento del desempleo.

La reducción del desempleo no depende en forma directamente proporcional del nivel del PBI. Por el contrario, los eventos que llevan a incrementar el PBI pueden estar asociados al incremento del desempleo. El economista norteamericano John Kenneth Galbraith llama la atención sobre esta importante cuestión. Galbraith también resalta la idea de que el mayor consumo no genera bienestar en forma proporcional, por lo que sugiere el diseño de nuevos estilos de consumo que sean menos veloces, pero más cuidadosos. Indica galbraith que los nuevos estilos de consumo pueden servir para reducir el problema de desempleo. Para ello, no obstante, se requiere la fundamental participación del Estado.

Bienestar es el sentir de una persona al ver satisfechas todas sus necesidades en materia fisiológica, psicológica y físico-psicológica, en el presente, así como contar con expectativas alentadoras le sustenten en su componente aspiracional. Los anhelos a futuro, y la posibilidad de poderlo realizar en el inmediato, corto y mediano plazo, son de vital importancia en dicho sentir.

Bienestar social -visto lo anterior-, se traduce en la saciedad que experimentan los individuos que componen una comunidad en materia de sus necesidades –desde las más vitales, hasta las más superfluas-, así como la prospectiva aspiracional y su factibilidad de realización al menos en un lapso que les es admisible.

El bienestar social, parte del bienestar económico el cual tiene que ver con la forma en que se ha dado el reparto económico en una comunidad, y la retribución o remuneración tanto al trabajo realizado, como a los riesgos que toda empresa económica involucra. Así, el bienestar económico suple las necesidades patrimoniales de los individuos y es garante de la perpetuidad del "confort" de los mismos en el ámbito de la herencia del mismo, y las mejorías que implican los anhelos de estos.

No se debe confundir la acepción de "bienestar socio-económico" con el de "confort". El bienestar económico, es con base al "sentir" de las personas en relación a su situación patrimonial, remuneración laboral, expectativas de vida, apreciación de justicia e impunidad (estado de derecho), accesibilidad a servicios públicos, condición social, entre otros aspectos. El confort sólo es la comodidad que brinda la sola situación patrimonial. La comodidad doméstica (conformidad)[39].

Tradicionalmente los economistas han querido medir el bienestar económico a través de la manera justa o injusta en que se da la distribución del ingreso. El reparto económico está en íntima relación con la distribución de la riqueza. Por lo mismo, más que de la distribución del ingreso, se debe hablar del reparto económico, como un aspecto relevante para medir el bienestar económico, y con ello, en parte el bienestar social.

"Bienestar Social" es un término del bagaje económico que denota algo más que la abundancia de bienes y servicios a la que tiene acceso una comunidad. El aspecto más relevante que debe ser considerado con relación a esto, es el aspecto de la justicia y justeza distributiva (esta última entiéndase como la manera adecuada de la distribución), en materia de la riqueza económica existente. Por lo mismo, este término denota una situación que tiene que ver tanto con aspectos patrimoniales, como de interacción social y estado de derecho.

3.5.2 CRECIMIENTO ECONÓMICO

Es un concepto relativamente nuevo dentro de la historia humana. El crecimiento del PIB por años fue muy bajo por lo que no se tomo a consideración en los pensadores de la época. Fue hasta después de 1800 que el PIB per capita podía cambiar el nivel de vida en tan solo una o dos generaciones.

Las tasas de crecimiento difieren entre naciones y una variación en la misma en el periodo de un año tiene gran impacto sobre el nivel de ingreso per capita en un periodo prolongado.

Cuando un país tiene una tasa de crecimiento en su PIB de X% anual toma 70/X años duplicar el ingreso.

El crecimiento de los ingresos se puede dividir en dos categorías principales: crecimiento por aumento de las rentas (capital, trabajo) y aumentos de productividad (las nuevas tecnologías). A largo plazo, el progreso tecnológico es necesario a fin de mejorar los niveles de vida, ya que no es posible aumentar las rentas indefinidamente mediante el trabajo, y el intento de añadir capital al proceso de producción constantemente topará necesariamente con amortizaciones marginales en disminución (véase fundamentos de teoría de la producción).

El ritmo o tipo de crecimiento económico puede tener importantes consecuencias para el medio ambiente (el clima y el capital natural de los ecosistemas). La preocupación por los posibles efectos negativos del crecimiento sobre el medio ambiente y la sociedad ha llevado a ciertos sectores científicos a defender niveles de crecimiento menores, de donde viene la idea del crecimiento económico y los partidos verdes, que piensan que las economías nacionales son parte de una sociedad mundial y de un sistema ecológico global, por lo que no pueden explotar su capacidad de crecimiento natural sin dañarlos.

El científico canadiense David Suzuki afirmó en los años 90 que los ecosistemas sólo pueden soportar un crecimiento anual de entre un 1,5 y un 3 % anual, y que por lo tanto cualquier intento de conseguir mayor rendimiento por parte de la agricultura o los bosques necesariamente acabará por canibalizar el capital natural del suelo o los bosques. Hay quien piensa que este argumento se puede aplicar incluso a las economías más desarrolladas. Los economistas convencionales opinan que las economías avanzan gracias a los avances tecnológicos, por ejemplo: ahora tenemos ordenadores más rápidos que hace un año, pero no necesariamente un número mayor de ordenadores. Quizá nos hayamos librado de las limitaciones físicas apostando más por el conocimiento que por la producción física.

Por otra parte es un hecho histórico que en los últimos dos siglos el crecimiento económico ha presentado fluctuaciones y crisis cíclicas en todos y cada uno de los países y en el ámbito internacional. Todo auge económico conduce finalmente a la recesión y la crisis, la cual termina por abrir las condiciones para la reactivación, que a su vez despeja el camino para un nuevo auge. El ciclo económico estudiado por Clemente Juglar, Karl Marx, Wesley Mitchell, Josepf Schumpeter, Nikolai Kondratieff y otros notables economistas, es una realidad sin tener en cuenta la cual es imposible cualquier estimación seria sobre el crecimiento económico.

La medida del crecimiento económico es usualmente utilizada para medir los resultados económicos de un país en un período de tiempo. Implícitamente, se supone que un elevado crecimiento económico es beneficioso para el bienestar de la población, es decir que un elevado crecimiento económico sería un resultado deseado por las autoridades políticas y por la población de un país.

La utilización de la medida de crecimiento económico como medida del incremento del bienestar arrastra todos los problemas que surgen de considerar al producto interno bruto como medida del bienestar. El producto bruto interno es el valor real de los bienes y servicios finales producidos en una economía. En términos per cápita, (ver: producto interno bruto per cápita) es considerado como una medida de bienestar. Sin embargo, esta medida es limitada, por un lado, por problemas de medición, ya que, por ejemplo, no incluye algunas actividades como el trabajo en el hogar o el trabajo en negro. La magnitud de estas actividades que no son capturadas por la medida del producto bruto interno varía período a período y entre países, por lo tanto las comparaciones inter-temporales e interregionales del crecimiento económico se ven ligeramente distorsionadas cuando estas actividades alcanzan magnitudes considerables. Por otra parte, la medida del producto bruto interno como medida de bienestar adolece de serias deficiencias conceptuales.

Brevemente se puede mencionar que:

No tiene en cuenta los efectos negativos en el bienestar de muchas actividades que aumentan el producto interno bruto, como por ejemplo externalidades negativas (contaminación ambiental).

No tiene en cuenta la totalidad de los efectos positivos de actividades que sí mejoran el bienestar (mejoras en la distribución del ingreso).

No contabiliza aspectos inter-temporales, como por ejemplo el consumo acelerado de recursos naturales, la depreciación del capital o el endeudamiento de una economía, que puede implicar que la generación actual disfruta de un elevado crecimiento económico a costa de un menor producto para las generaciones futuras.

Por estas razones, un mayor crecimiento económico no representa necesariamente un aumento de bienestar para la mayoría de la población.

3.5.3 POLÍTICA SOCIAL PARA EL DESARROLLO

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha promovido el concepto de desarrollo humano definido como el proceso de ampliación de las posibilidades de elegir de los individuos que tiene como objetivo expandir la gama de oportunidades abiertas a las personas para vivir una vida saludable, creativa y con los medios adecuados para desenvolverse en su entorno social. En México, El Consejo Nacional de Población (Conapo, 2001) retoma este concepto definiendo al desarrollo humano como un proceso continuo de ampliación de las capacidades y de las opciones de las personas para que puedan llevar a cabo el proyecto de vida que, por distintas razones, valoran. Este concepto enfatiza la noción de que el desarrollo no se explica únicamente con el ingreso de la población y que esta dimensión no representa la suma total de una vida humana (PNUD, 1990).

El PNUD desde 1990 ha publicado un informe anual sobre desarrollo humano que presenta la clasificación mundial de los países de acuerdo a la medición del índice de desarrollo humano (IDH).

En las clasificaciones mundiales que se presentan en los Informes sobre Desarrollo Humano se observa que las posiciones de los países según el IDH no siempre corresponden con las posiciones que ocuparían según el PIB per capita, es decir que utilizar sólo el indicador de ingreso como reflejo del desarrollo posiciona de manera diferente a los países en relación a la incorporación de las otras dimensiones.[40]

El enfoque de capacidades implica manejar una visión integral del desarrollo que incorpore acciones y avances simultáneos en los ámbitos de:

• La eficiencia y productividad en función del aumento de las libertades.

• La equidad, tanto intrageneracional como intergeneracional.

• El empoderamiento, el cual implica la capacidad y la decisión de actuar de las personas en forma individual o colectivamente.

Capacidades esenciales para el empoderamiento: educación, salud, protección y asistencia social El resultado combinado será una expansión de las libertades reales de la gente. En este enfoque no existe una distinción entre políticas económicas y políticas sociales, sino que todas las intervenciones del Estado orientadas a lograr una ampliación del bienestar de las personas son "políticas de desarrollo". Las políticas de desarrollo pueden estar vinculadas directamente con el ámbito económico, social o institucional, pero todas comparten el mismo objetivo y deben plantearse de manera interrelacionada.

Esta concepción contribuye a pensar que el proceso de desarrollo de un país debe ser conducido a través de una visión unificada, dinámica, integrada y ajustada a la realidad concreta sobre cómo deberían articularse los agentes (las personas e instituciones), los diversos ámbitos (individual, macroeconómico, financiero, sectorial, local), los objetivos (generales y específicos en cada ámbito) y los instrumentos (políticas, normas), para impulsar la expansión de las libertades y el bienestar de las personas.

Propósitos de lo social

Las intervenciones en el ámbito de "lo social" se conciben en base a varios propósitos:

a) Materializar los derechos que poseen las personas en virtud de su humanidad y que les permiten tener una vida digna.

b) Contribuir a crear ciudadanía integral en la medida de que "la ciudadanía de hoy debe acceder armoniosamente a sus derechos cívicos, sociales, económicos y culturales, y que todos ellos conforman un conjunto indivisible y articulado".

c) Mejorar la eficiencia productiva y de generación de riqueza mediante la creación de capacidades humanas.

d) Realizar acciones directas y acciones afirmativas para los grupos más vulnerables.

e) Proteger contra riesgos y vulnerabilidades por situaciones circunstanciales, tales como las precariedades económicas, desempleo, enfermedades, discapacidad, muerte del o la proveedora principal, accidentes laborales, desastres naturales e inestabilidad macroeconómica, entre otros.

f) Fortalecer el empoderamiento, la participación y la institucionalidad, puesto que permiten mejorar la transparencia, la rendición de cuentas, el acceso a la información, la descentralización y la creación de capacidades a nivel local.

g) Contribuir a la distribución de poder y de las riquezas.

En definitiva, la política social se entiende como aquellas acciones o intervenciones que sirven de fundamento para la reestructuración del proceso productivo en la creación de riqueza y que buscan materializar derechos universales, impulsar el bienestar, generar la cohesión e inclusión social de todas las personas en una sociedad determinada.

3.5.4 SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL

En el capítulo I discutimos cómo a partir del concepto de desarrollo humano, entendido como la ampliación de las libertades reales de las personas para elegir lo que valoran en la vida, este informe desprende tres dimensiones:

a) La dimensión del poder.

b) La dimensión individual y colectiva de las capacidades y el empoderamiento.

c) La dimensión local del desarrollo humano.

La dimensión del poder se explica por la debilidad del estado de derecho, lo cual implica que el acceso a las oportunidades está determinado en gran medida por el poder personal. La dimensión individual y colectiva se refiere a las capacidades y el empoderamiento, las cuales se portan individualmente, pero se construyen socialmente. Finalmente, la dimensión local viene dada por el hecho de que quienes se desarrollan son las personas, que viven bajo circunstancias y espacios concretos.

La calidad ambiental es un factor que influye en las circunstancias cotidianas en que viven las personas. El medio ambiente no se reduce a los ecosistemas ni a la ecología, ya que es el entorno que caracteriza y limita el desarrollo de los sistemas humanos.

La relación entre medio ambiente y ecología es estrecha, pues los condicionantes biofísicos y las cadenas tróficas y de energía que los seres humanos comparten con las demás especies del planeta influyen directamente en la capacidad de carga del medio ambiente, convirtiéndolo en un condicionante del desarrollo.

Desde la perspectiva de la sostenibilidad como una condicionante para el desarrollo humano, este capítulo aborda la situación actual del medio ambiente y los recursos naturales en el territorio dominicano.

Para este informe, el territorio posee ciertas potencialidades de desarrollo cuyo aprovechamiento dependerá del modelo económico adoptado y de las fuerzas sociales que actúan en la zona. El manejo del medio ambiente puede aumentar o disminuir las potencialidades del territorio.

Desde una perspectiva local, el desarrollo humano implica entender el uso del territorio como resultado y condicionante de la construcción social del espacio. El medio ambiente condiciona la producción de alimentos, la salud y la sostenibilidad de la vida como la conocemos. Estas consideraciones ambientales son el preámbulo necesario para entender los desequilibrios regionales, el capital social como mecanismo de construcción de poder local, la institucionalidad democrática y su relación con dicho poder.

Algunas reflexiones sobre desarrollo humano y sostenibilidad

La sostenibilidad, entendida como un problema exclusivo de equidad entre generaciones, plantea dos cuestiones: primero, la pertinencia ética de privar a personas pobres del acceso a los recursos naturales que podrían resolver sus necesidades inmediatas.

Segundo, generaliza la percepción de que es un asunto exclusivamente de largo plazo y que no beneficia a las generaciones presentes. Estos dos problemas tienen su origen, entre otros factores, en el desconocimiento de las complejas relaciones que existen en los ecosistemas, las cuales garantizan la vida como la conocemos hoy.

Por otra parte, la implicación política de plantear el tema de la sostenibilidad ambiental como un compromiso a futuro es una de las causas por las cuales hay poca identificación de la sociedad en cuanto a los beneficios inmediatos que ésta proporciona en materia productiva, de salud y de los servicios ambientales en general. Los daños ambientales afectan tanto a las generaciones futuras como a las presentes. Son un problema de hoy. La deforestación, la desertificación, la pérdida de fuentes de agua aptas para consumo humano, el daño de las playas, las muertes de los corales, etc., comprometen la capacidad de producir alimentos, ingresos, mejorar la salud y las condiciones de vida de la población en el presente.

Para este informe la sostenibilidad ambiental se concibe como un proceso continuo que debe ser trabajado tanto por y para las actuales generaciones como por y para las futuras, con énfasis en los arreglos institucionales y el papel de la participación de la ciudadanía en la gestión del medio ambiente y los recursos naturales.

Un antropocentrismo equivocado

El desconocimiento sobre las funciones y servicios que tienen los seres vivos en el medio ambiente ha dado lugar a un antropocentrismo equivocado, aunque hasta cierto punto inevitable. Esto responde a la tendencia del ser humano a considerarse el centro de todo, pero ésta es una visión incompleta de la realidad, que no entiende ni asume las interrelaciones que se dan entre las especies y los ecosistemas para conformar lo que llamamos medio ambiente.

Estas interrelaciones son complejas y probablemente todavía no se conocen cabalmente, pero es un hecho que la supervivencia de la vida humana está indisolublemente ligada al mantenimiento de condiciones de supervivencia para las otras especies que habitan en la tierra.

La falta de institucionalidad

El deterioro ambiental en el país ha sido resultado de patrones insostenibles de explotación de los recursos naturales que, si bien han proporcionado beneficios económicos de corto plazo, han comprometido las posibilidades de desarrollo de la población en el presente y el futuro.

Esta situación es consecuencia de la falta de institucionalidad, de la cultura política y de los procesos sociales (especialmente políticos y distributivos) que han sido complacientes con las violaciones de las normas, sin considerar las condiciones de vida de la gran mayoría de dominicanas y dominicanos[41]

Para lograr el desarrollo humano, esto tiene que cambiar. En el mundo, la velocidad de los avances tecnológicos, el aumento de la productividad y de la población han hecho visibles más rápidamente los impactos ambientales. No hay que esperar generaciones para ver sus efectos en la calidad de vida de las personas: muchos recursos renovables se agotan y otros tienen tiempo de vida limitado.

El cambio climático, la degradación de la capa de ozono y el deshielo de los cascos polares son una responsabilidad directamente asociada a los niveles y estilos de consumo y producción de los llamados países desarrollados, lo cual reclama respuestas activas de gestión y cooperación internacional de estos países. Cabe indicar que los llamados países en desarrollo, si bien no son los principales responsables del deterioro ambiental, tienen una cuota de responsabilidad y como signatarios de muchas de las convenciones internacionales tienen responsabilidades compartidas, aunque diferenciadas con los países desarrollados.

Los altos niveles de consumo y producción provocan la necesidad de ubicar espacios naturales que sirvan de sumideros a los desechos generados por los actuales patrones de consumo.

En República Dominicana, los desechos son manejados y dispuestos inadecuadamente; no se reciclan ni se incorporan como materias primas de otros procesos.

En el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2005, se constató cómo el modelo de desarrollo del turismo es un ejemplo claro del manejo inadecuado de los desechos generados.

Apostar a la tecnología no resuelve

El desarrollo tecnológico tendría la capacidad de aliviar los problemas ambientales si pudiera generarse un capital más eficiente, que garantizara un bienestar per cápita igual o mayor con los mismos recursos.

Pese a esta posibilidad, la realidad es que las tecnologías se desarrollan en un marco social, económico e institucional de profunda inequidad, que cada día las hace más costosas e inaccesibles. Las normas de los derechos de propiedad intelectual dificultan utilizar la tecnología para aliviar los problemas ambientales, ya que crean una renta monopólica sobre el conocimiento.

Por lo tanto, existen relativamente pocas razones para ser optimistas ante las soluciones que ofrece la tecnología, puesto que el conocimiento es costoso y desigual en el mundo actual.

El control del impacto ambiental de las actividades humanas no es sólo una cuestión de acceso tecnológico. Está muy relacionado con la planificación de la política de desarrollo de una nación, desde infraestructuras hasta la promoción de determinadas actividades productivas adecuadas a las características y al potencial ambiental de una región. Pero va más allá: los impactos ambientales son acumulativos y, en algunos casos, globales.

La pregunta implícita es cómo fomentar una responsabilidad global con respecto a la sostenibilidad, que vaya más allá del consumo y que piense en la transferencia de conocimiento y tecnología como medios para perseguir el desarrollo. Los acuerdos multilaterales ambientales son un primer paso, pero no son suficientes, especialmente considerando las limitaciones que existen para fiscalizarlos.

En resumen, dadas las condiciones actuales de desigualdad social, económica e institucional, no hay bases para el "optimismo tecnológico" en los llamados países en desarrollo.

Las políticas públicas

En el enfoque de desarrollo humano, la libertad individual tiene que coexistir con las libertades de las demás personas, de manera que el límite de la libertad propia es la libertad ajena. Así, el desarrollo humano implica un proceso que hace a todas las personas igualmente libres. O sea, que la lógica de la libertad implica la lógica de la equidad, aunque ser iguales en un sentido implica ser desiguales en otros. Por ejemplo, la equidad en el acceso a las oportunidades tiene resultados diferentes en las personas.

En este sentido, las políticas públicas deben establecer los límites de las libertades individuales cuando se trate de garantizar el bienestar y la calidad de vida de las mayorías en el presente o para futuras generaciones. Por ejemplo, deben impedir el abuso de poder de una empresa que contamine y regular el uso del territorio para evitar que sea más vulnerable a la amenaza de fenómenos naturales. Este tipo de decisiones constituyen la base de la política ambiental en una sociedad dada y se concretizan en los arreglos institucionales e instrumentos de gestión de dicha política.

El Estado debe garantizar la equidad en el acceso a las oportunidades y al capital natural que no se encuentre en todas las regiones; debe regular las actividades productivas, en función de las potencialidades biofísicas y de las necesidades de la población, y debe legislar y fiscalizar los arreglos institucionales.

En el ámbito local, la acción descentralizada del Estado debe preservar la coherencia en la gestión de un territorio (o región), a fin de preservar la integridad de una política de desarrollo. El compromiso es político y deliberado en la medida en que implica la asunción de la eficiencia, la equidad, el empoderamiento y la libertad como modus operandi fundamentales de las estrategias productivas y de desarrollo.

CAPITULO IV

Gestión científica para la modernización del Gran Santo Domingo

(Distrito nacional y provincia Santo Domingo)

4.1 DESCRIPCION

4.2 CONCEPTUALIZACION DE MARKETING

4.2.1 Desarrollo Sostenible

4.2.2 Gestión Científica Moderna.

4.3 PLAN ESTRATEGICO DE DESARROLLO

4.3.1 Desarrollo Económico Sostenible

4.3.2 Bienestar Social Comunitario

4.4 DISTRITO NACIONAL

4.4.1 Aspectos Geográficos

4.4.2 Situación Económica

4.4.3 El Espacio Local y Desarrollo Humano

4.5 PROVINCIA SANTO DOMINGO

4.5.1 Aspectos Geográficos

4.5.2 Situación Económica

4.5.3 Desarrollo Humano

4.1 DESCRIPCION

Organizar un programa de gestión científica para la modernización del Gran Santo Domingo, tomando en cuenta el marketing de la ciudad y un desarrollo sostenible sustentado por un plan estratégico para la capital dominicana.

4.2 CONCEPTUALIZACION DE MARKETING

Si bien la conceptualización de marketing es algo moderno y su difusión, legitimación y desarrollo es relativamente reciente, la relación entre esta técnica y las ciudades puede que sea de muy larga data, si se analiza teniendo a la vista el afán de aparentar, de demostrar opulencia (económica, cultural, estética, etcétera) y de colocarse por encima de las demás de su entorno, ha estado siempre, en mayor o menor medida, en el espíritu de las ciudades. Sin embargo, adoptar el marketing como un valor estratégico –con la correspondiente ingeniería en la estructura administrativa– para el desarrollo de las ciudades, constituye todavía una novedad real, en muchos países[42]

El marketing es una herramienta, una técnica que se ha ido desarrollando notablemente con el paso de los años, hasta el punto de que no son pocos los que lo consideran una ciencia, y que es susceptible de ser aplicada en múltiples áreas. Como toda "herramienta" o técnica depende de la utilización que se le dé.

En una época caracterizada por el consumo, el valor de la imagen, el desarrollo de las industrias de los medios para masas y el turismo, la influencia y transformaciones crecientes ejercidas por los flujos económicos y financieros, no debe sorprender la competencia establecida entre muchas ciudades. Una competencia que, como casi siempre, ha tenido a las principales urbes mundiales entre sus primeras participantes, y a la cual cada vez se van sumando más jugadores con ganas de pellizcar algo del pastel. La lucha por ver qué ciudad es escogida como organizadora de un evento de gran relevancia (Juegos Olímpicos, Mundiales de Fútbol, etcétera) o la pelea por atraer grandes inversiones para nuevos mercados, son un claro ejemplo de esto.

El marketing de ciudades (o "citymarketing", en inglés) se puede definir como una política activa integrada por un conjunto de actividades orientadas, por una parte, a identificar y determinar las necesidades de sus diferentes públicos, reales y potenciales; y, por otra parte, a desarrollar una serie de productos y servicios en la ciudad para satisfacer dichas necesidades, creando y potenciando su demanda. La planificación estratégica implica un proceso de cuestionamiento y renovación constante del funcionamiento de la ciudad, por parte de los ciudadanos y de los agentes que la gestionan. La planificación estratégica tiene que favorecer soluciones innovadoras, tensiones creativas y nuevas formas de pensamiento, para conseguir el modelo urbano deseado.

Un plan estratégico es un proyecto urbano global que tiene en cuenta los aspectos económicos, sociales y territoriales; además, es un proceso continuo de reflexión sobre la ciudad, sobre cómo es y cómo desean sus ciudadanos que sea en el futuro. La planificación estratégica pretende conformar un modelo deseado de urbe, a medio y largo plazo, que tenga en cuenta los sectores clave de la misma:

Proyecto económico:

Proyecto social:

  • Bienestar social. Cooperación. Cultura. Deportes.

  • Educación. Sanidad.

Proyecto territorial:

  • Arquitectura. Infraestructuras. Medio Ambiente.

  • Urbanismo. Vivienda.

La planificación estratégica supone un proceso de creatividad y aportación de ideas sobre la ciudad, por parte de los ciudadanos y de sus representantes, que genera un conjunto de objetivos, de asignación de recursos y de decisiones tácticas. La planificación estratégica es un instrumento eficaz y eficiente para la dirección urbana, que se apoya en una serie de principios básicos:

  • La participación ciudadana

  • La colaboración y cooperación público-privada

  • El debate plural

  • El consenso

  • El compromiso en la acción

  • La unidad en la defensa de los temas clave

En la gestión urbana se puede utilizar la planificación estratégica, teniendo su origen en una o varias causas que justifican la necesidad de su implementación:

Una situación de crisis que afecta a la economía o sociedad local, que esté suponiendo un importante impacto negativo sobre la competitividad de la ciudad y sobre el bienestar y calidad de vida de los ciudadanos. La organización de un evento importante que puede tener un gran impacto urbano. Una situación de estancamiento en la ciudad que está frenando sus posibilidades de crecimiento económico y de desarrollo social. El desarrollo de un plan de calidad urbana, lo que supone tener en cuenta la definición y el desarrollo de las estrategias y políticas locales.

Un planteamiento político de liderar un proceso de cambio en el modelo de ciudad, apoyado en la cooperación de los sectores público y privado.

En este marco es que aparece la necesidad de la implementación del Marketing Urbano, como expresara Friedmann: "El Marketing Urbano es visto como una efectiva herramienta de gestión urbana, como instrumento fundamental en la estrategia de ciudades, de su competitividad. Únicamente las ciudades que utilicen las técnicas del Marketing Urbano como recurso podrán beneficiarse en esta competencia".

Entendiendo que la razón de ser del marketing es crear y distribuir valores se puede inferir que la implementación de planes de marketing aplicados al ámbito de la gestión de ciudad le permite aumentar el grado de satisfacción de los distintos públicos objetivos a través de una mejor oferta de satisfactores; Fortalecer su situación económica; Mejorar el nivel de vida de los ciudadanos; Atraer tanto a empresas como a nuevos residentes. Con la implementación de este tipo de planes también se logra favorecer al sector turístico, con el conocimiento de las necesidades y deseos de los posibles visitantes a los que se podría brindar lo mejor de cada ciudad; impulsar la esfera de negocios y eventos, llevándola no solamente a planos nacionales, sino de índole internacional. De esta forma la ciudad reuniría una serie de posibilidades reales para darse a conocer tanto, en su mercado interno, como en el externo.

4.2.1 DESARROLLO SOSTENIBLE

El término desarrollo sostenible, perdurable o sustentable se aplica al desarrollo socio-económico y fue formalizado por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), fruto de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada en Asamblea de las Naciones Unidas en 1983. Dicha definición se asumiría en el Principio 3.º de la Declaración de Río (1992):

El ámbito del desarrollo sostenible puede dividirse conceptualmente en tres partes: ambiental, económica y social. Se considera el aspecto social por la relación entre el bienestar social con el medio ambiente y la bonanza económica.

Deben satisfacerse las necesidades de la sociedad como alimentación, ropa, vivienda y trabajo, pues si la pobreza es habitual, el mundo estará encaminado a catástrofes de varios tipos, incluidas las ecológicas. Asimismo, el desarrollo y el bienestar social, están limitados por el nivel tecnológico, los recursos del medio ambiente y la capacidad del medio ambiente para absorber los efectos de la actividad humana[43]

Ante esta situación, se plantea la posibilidad de mejorar la tecnología y la organización social de forma que el medio ambiente pueda recuperarse al mismo ritmo que es afectado por la actividad humana.

El desarrollo sostenible es un cambio progresivo de una economía hacia mejores niveles de vida en un futuro y atendiendo las necesidades presentes. Por eso decimos que el desarrollo sostenible integra la economía, la sociedad y el ambiente (ecología).

La justificación del desarrollo sostenible proviene tanto del hecho de tener unos recursos naturales limitados (nutrientes en el suelo, agua potable, minerales, etc.), susceptibles de agotarse, como del hecho de que una creciente actividad económica sin más criterio que el económico produce, tanto a escala local como planetaria, graves problemas medioambientales que pueden llegar a ser irreversibles.

El desarrollo sostenible se refiere a la totalidad de las actividades humanas. Sin embargo, los retos de la sostenibilidad, son diferentes para cada tipo de sector económico.

4.2.2 GESTIÓN CIENTÍFICA MODERNA

La gestión del cambio institucional se basa en el desarrollo organizacional y el fortalecimiento directivo y ejecutorio. Para ello se debe instrumentar el trabajo en equipo, orientando la estructura organizacional a una forma más horizontal, descentralizada, autónoma y flexible, que permita la materialización de los nuevos sistemas de planificación, seguimiento y control de la gestión, para el establecimiento de un modelo de gestión adecuado y único. Es necesaria la reconfiguración de la estructura organizativa y el diseño de documentos científicos, tecnológicos, jurídicos, legales y gerenciales de apoyo al nuevo modelo de gestión necesario, en el cual la innovación, la calidad y la planificación de los procesos y actividades, son y serán, los pilares fundamentales para la adecuación de las condiciones humanas y de infraestructura al cambio que requiere la institución.

La dimensión de la nueva gestión institucional se enmarca en las exigencias de una compleja realidad nacional e internacional, más dinámica, sistémica, de mayor relación con el entorno y en el logro de la plena satisfacción de las demandas de los usuarios.

El proceso de gestión del cambio institucional obedece a la disposición del Ejecutivo Nacional contenida en el decreto No. 1980, de fecha 18 de Septiembre de 2002, donde se crea y se asignan funciones a la Comisión Presidencial para la reforma y modernización del estado. Este marco de referencia da la pauta para el desarrollo del proceso de cambio institucional, sobre todo en lo relativo a la reforma y modernización del estado.

Desarrollando los dos enfoques estratégicos expuestos: Investigación & Desarrollo y Funcionamiento del Modelo Institucional, en los lineamientos que cada uno contiene, el PESD apunta hacia el logro progresivo de su imagen objetivo, su políticas y su directrices estratégicas para el largo plazo. Solo así, será posible la expresión real de los principios que orientan y rigen la función y el trabajo de la institución. Para ello, se hace necesario el diseño y la ejecución de seis planes estratégicos que cumplan con la Visión de Desarrollo planteada.

Cada uno de estos definirá la estrategia que articule y coordine las acciones entre el mediano y el largo plazos. A continuación se presenta el diseño y la formulación estratégica para un periodo de 10 años de acción.

EL PLAN ESTRATÉGICO: HACIA EL AÑO 2020.

El PESD debe avanzar hacia su consolidación como una institución adaptada a las nuevas exigencias científicas, tecnológicas y gerenciales presentes en el mundo y florecientes en la ciudad de Santo Domingo, convirtiéndose en un ente moderno de la nueva gestión pública dominicana, con capacidad de dar respuesta rápida y eficaz a los retos que le impone la realidad agrícola nacional en la actualidad y en el futuro. Para ello, se requiere del diseño y la ejecución de objetivos estratégicos, estrategias y metas para el mediano plazo, en el sentido del cumplimiento progresivo de la Visión de Desarrollo a diez años.

4.3 PLAN ESTRATEGICO DE DESARROLLO

Es un verdadero plan de acción, elaborado de forma participativa, no como una utopía u horizonte alejado de las posibilidades reales, sino como una guía dinámica y flexible del trabajo, hacia el desarrollo integral de cada zona, para los próximos 10 años[44]

Planificar el futuro de cada zona requiere:

  • Conocer la realidad actual

  • Identificar los puntos débiles y puntos fuertes: los riesgos, conflictos y atractivos

  • Acordar un objetivo general de desarrollo para cada zona: hacia dónde se quiere llegar

  • Determinar las líneas estratégicas: los temas claves para pasar de la situación actual a la situación deseada. Serán las líneas de trabajo más relevantes que apunten directamente hacia el logro del objetivo general

  • Definir las acciones del Plan: se trata de las medidas o instrumentos concretos a implementar para modificar y solucionar las situaciones entendidas como problemáticas y potenciar los aspectos positivos.

La participación, eje del proceso de elaboración de los Planes deberá ser un trabajo colectivo, donde los distintos actores opinen, hagan sugerencias y propuestas, discutan, acuerden y decidan sobre el futuro, según sus intereses y necesidades.

Participan las Juntas Locales, Los Concejos Vecinales, los funcionarios de los Comités de desarrollo., las organizaciones sociales y gremiales, los trabajadores, los comerciantes y empresarios, los productores y artesanos, los vecinos en general.

Los Planes se construyen a partir de una forma de planificación dinámica y flexible. No son algo rígido, que después de definidos no admiten modificaciones, sino que, deben interactuar con los cambios que se produzcan, hacia un proyecto de futuro compartido.

Las fases para la elaboración de planes estratégicos de desarrollo se desarrollarán básicamente en dos fases:

Revisión y actualización de los diagnósticos zonales.

Formulación de los Planes estratégicos de desarrollo zonales.

La primera fase, fundamental por ser el punto de partida, requiere un buen conocimiento de la realidad y un esfuerzo integrador por parte de quienes son sus principales protagonistas. Esto dará pie para la formulación de los diagnósticos zonales. Un mal diagnóstico, dará como resultado, planes que poco tengan que ver con la realidad.

Esta fase consiste en la identificación de las centralidades y de las unidades territoriales en que se dividirá cada zona para realizar el trabajo. En muchos casos, implicará la reafirmación de las ya existentes y en otros, podrá ser necesario, introducir cambios para readecuarlas a la situación actual.

La recopilación de información acerca de cada unidad territorial. Mucha de esta información ya existe y posiblemente esté dispersa, por lo que se constituye en una buena oportunidad para agruparla y disponer de ella de forma ordenada. El resto se recogerá en base a formularios y según las necesidades y posibilidades de cada unidad territorial.

La elaboración de diagnósticos zonales. Es necesario un esfuerzo por visualizar la zona en su conjunto, integrar los diferentes aspectos que conforman la realidad y las visiones de los distintos actores.

La segunda fase implica proyectarse hacia el futuro, creando el eslogan que identifica este proceso "Para seguir construyendo la ciudad que queremos".

Exige un esfuerzo de discutir y definir la Zona futura que queremos, a partir de una propuesta creíble y asumible de cara al horizonte del 2020. Al definir esto, quedaría formulado el objetivo general del Plan. Para acercarse a su concreción, es necesario definir líneas estratégicas en cada una de las siguientes áreas temáticas: dinámica departamental, calidad de vida y relacionamiento social e institucional.

Las líneas estratégicas deberán contemplar los distintos aspectos de la realidad, es decir los temas específicos. Estos son: disponibilidad y usos del suelo, infraestructura y servicios básicos, tránsito y transporte, actividades económicas, calidad ambiental, bienestar social, proyección cultural, participación social y desarrollo de los órganos de gobierno local, relacionamiento y cooperación público/privada.

Las líneas estratégicas deben oficiar de orientaciones para el desarrollo de cada zona. Proponemos que se definan un mínimo de 5 y un máximo de 9 líneas estratégicas.

Por último, se requiere de una definición de acciones que sean viables en términos de recursos, plazos y oportunidad, siendo luego necesaria su priorización en base al acuerdo y negociación entre los diferentes actores implicados. Debe tenerse en cuenta que muchas veces, una misma acción, sirve para el logro de más de un objetivo.

En base a estos elementos, se pretende formular Planes participativos, que fomenten la interacción entre los distintos actores, continuando un auténtico proceso de "aprendizaje social", que consolide una historia en primera persona del plural: "Para seguir construyendo, la ciudad que queremos".

4.3.1 DESARROLLO ECONÓMICO SOSTENIBLE

     La viabilidad del crecimiento económico se ve limitada por la posibilidad de conservar los recursos. Para esto es necesario el estudio de los umbrales máximo y mínimo, dentro de los cuales se pueden explotar un recurso sin afectar al equilibrio ecológico que le sostiene, y es responsable de su existencia.

     La riqueza que puede suponer un recurso no viene, sólo, de la eventualidad de utilización inmediata, sino de su posibilidad de utilizarlo a largo plazo de forma sostenible y garantizando su permanencia.

     Para ello se debe investigar cuál es la población mínima, o la cantidad del recurso mínimo, que asegura su regeneración como especie. Además, hay que determinar qué importancia tiene esa especie, o recurso, en el equilibrio del ecosistema y qué función cumple. Tan importante como asegurarse la renovación del recurso es garantizar la persistencia del ecosistema que le sostiene, ya que sin él el recurso desaparece.

     El desarrollo económico viene, pues, de la posibilidad de utilizar un recurso asegurando su regeneración y su equilibrio ecológico, y la creación de una tecnología que haga menos agresiva la transformación de los recursos, de manera que se pierda menos peso en el proceso de transformación, utilizando menos energía o la energía liberada en el propio proceso de transformación. Cuanto mayor sea la eficacia del proceso de transformación, y menor el consumo de energía, mayores serán los beneficios económicos y ecológicos.      Existen numerosas industrias que, en el proceso de fabricación, generan calor, el cual podría aprovecharse para producir la electricidad necesaria. Es la cogeneración, en la cual, una planta puede producir la energía que consume e incluso más.

     Además, sería necesario crear unas infraestructuras industriales y de transporte menos agresivas con el paisaje. Todo ello sin renunciar al desarrollo económico alcanzado. Pero no debemos olvidar que, si todo el mundo tuviese un grado de consumo similar al de los países desarrollados, el planeta no podría, con la tecnología actual, proporcionar recursos para todos.

     Hay que tener en cuenta, que muchos de los productos generados por la industria son difícilmente degradables. Se debe evitar, en lo posible, que se conviertan en basura. Muchos de los productos utilizados por la industria, como el papel, el vidrio, las telas e incluso el plástico, son reciclables. Además, muchas de las basuras se generan porque los productos tienen un sólo uso. Cuanto más utilicemos productos de varios usos menos basuras generaremos. Es el caso de las bolsas de plástico utilizadas para la compra, cuando hasta no hace mucho se utilizaron bolsas de tela. La clave es reducir residuos, reutilizar productos y reciclar lo más posible, en suma, responsabilidad.

     El mundo en el que vivimos forma un ecosistema muy complejo que debemos mantener en buen estado si queremos sobrevivir como especie. Cada vez está más claro que el comportamiento individual tiene un impacto decisivo en el medio y en el entorno.

4.3.2 BIENESTAR SOCIAL COMUNITARIO

El bienestar social se le llama al conjunto de factores que participan en la calidad de la vida de la persona y que hacen que su existencia posea todos aquellos elementos que dé lugar a la tranquilidad y satisfacción humana[45]

El bienestar social es una condición no observable directamente, sino que es a partir de formulaciones como se comprende y se puede comparar de un tiempo o espacio a otro. Aún así, el bienestar, como concepto abstracto que es, posee una importante carga de subjetividad propia al individuo, aunque también aparece correlacionado con algunos factores económicos objetivos.

Se refiere al nivel alcanzado en la satisfacción de las necesidades básicas fundamentales de la sociedad, que se expresan en los niveles de educación, salud, alimentación, seguridad social, vivienda, desarrollo urbano y medio ambiente.

El bienestar social, en términos económicos se puede medir en función del incremento del producto per cápita real; el aumento en la participación del gasto social respecto al total de egresos, mejoría en la distribución del ingreso, aumento del empleo y fortalecimiento en la balanza de pagos; en el ámbito social se mediría por el incremento en los niveles de salud, educación, vivienda, alimentación y erradicación de la pobreza extrema; desde el aspecto ecológico a través del combate a la contaminación, reforestación de áreas verdes y fortalecimiento de la red hidráulica y su dosificación, entre otros.

4.4 DISTRITO NACIONAL

edu.red

En los últimos 40 años, el área metropolitana de Santo Domingo ha sido intervenida por dos gobernantes constructores, cuyas influencias han ido modelando el perfil del área urbana: Joaquín Balaguer y, más recientemente, Leonel Fernández. En ambos, se aprecia una tendencia a hacer grandes obras.

En 1988, se realizaron a los desalojos en Villa Juana y Villa Francisca cuando se construía la Avenida V Centenario, para rodear la ciudad de la dignidad que necesitaba para que pudiera servir de escenario a la conmemoración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América. La aspiración es hacer sencillamente esta ciudad más hermosa, ya que no es posible hacerla más rica, como están hicieron otras capitales más poderosas en preparación del Quinto Centenario del Descubrimiento de América, que para eso llenaron sus capitales de obras de arte y edificaciones realmente monumentales"[46].

La ciudad de Nueva York es maravillosa por sus enormes rascacielos, largos puentes, túneles subacuáticos, hermosos parques, tiendas lujosas, negocios exitosos, galerías de arte, museos fabulosos, grandes teatros, calles llenas de bullicio y energía, gente de todo el mundo, trenes subterráneos ruidosos y pizzas deliciosas.

Esas son expresiones en donde la modernidad y el progreso de la ciudad se expresan a través de las cosas y no a través de mejorar las condiciones de su gente. Al mismo tiempo, son indicadores de las pautas y prioridades de gobernantes dominicanos que han venido tomando decisiones en su momento, sin planes explícitos; pero con una noción clara de la ciudad que ellos querían y en total ausencia de los gobiernos locales. El problema es que esa forma de intervenir en la ciudad es parte de una cultura política, donde el éxito se mide por grandes obras que muchas veces no recibe el mantenimiento adecuado, y en otras está ausente la población, que puede quedar segregada. En cierta manera, es una lógica incompleta en donde la dignificación de la población se da a través de las formas que ofrecen imágenes de modernidad, pero sin contenidos. Es una inclusión simbólica de la sociedad, mientras permanece social y económicamente excluida. No es malo mejorar las formas y construir edificios hermosos, el problema radica en una cultura para quien la modernidad se queda en los contornos, mientras se deteriora o no avanza lo suficiente lo sustantivo.

Santo Domingo es, como han dicho algunos, una ciudad producto de inversiones en infraestructuras del Estado, del mercado, de la especulación inmobiliaria y con ausencia absoluta de planificación. Un ejemplo puede ilustrar esta falta de previsión en el desarrollo de la zona Metropolitana.

Según el Plan Indicativo de la Zona Metropolitana de Santo Domingo 2006, elaborado por el Consejo Nacional de Asuntos Urbanos (CONAU), hace unos 70 años se construyó el primer alcantarillado sanitario en la ciudad de Santo Domingo; sin embargo, al día de hoy el 73% de la población del conglomerado de Santo Domingo no dispone de alcantarillado sanitario, drenando sus aguas al subsuelo, utilizando el sistema de sépticos con filtrantes. El 27% de población restante (entre 700,000 y 900,000 habitantes) que goza de servicios, envía las aguas sin tratar a los cursos de los ríos Isabela, Ozama o Haina o al Mar Caribe. Según el Plan Indicativo, las plantas existentes (13 en toda el área Metropolitana) podrían dar servicio a una población no mayor a los 190 mil habitantes, todas funcionando a la vez, pero la mayor parte se encuentra fuera de servicio.

Sólo un 10% de las aguas residuales recolectadas por el alcantarillado sanitario van a una planta de tratamiento, lo cual no asegura que éstas reciben una depuración adecuada, por lo que la calidad de las aguas vertidas a cuerpos receptores no cumple con los parámetros requeridos por las normas nacionales ni internacionales.

4.4.1 ASPECTOS GEOGRÁFICOS

El Distrito Nacional es una división político-administrativa especial donde se encuentra la capital de la República Dominicana y sede del Gobierno. Solamente tiene un municipio, el cual abarca toda la superficie del distrito, y su síndico actúa como gobernador provincial aunque es electo por los habitantes y no nombrado por el Poder Ejecutivo. Al igual que en todas las provincias, sus habitantes eligen a un senador.

Fecha de creación de la provincia: La Provincia de Santo Domingo (no la actual Provincia de Santo Domingo) fue creada por la Constitución del 6 de noviembre de 1844. Pasó a ser Distrito Nacional en 1934.

Historia de la provincia

La Constitución del 6 de noviembre de 1844 creó, junto con otras 4 provincias, la Provincia de Santo Domingo (no la actual Provincia de Santo Domingo) con las comunes (municipios) Santo Domingo, San Cristóbal, Baní, Los Llanos, Bayaguana, Monte Plata y Boyá. La Ley No. 355 del 5 de septiembre de 1854 sobre "Administración Provincial" le dió el nombre de Provincia de Santo Domingo de Guzmán, nombre que volvió a ser simplemente Provincia de Santo Domingo en las constituciones y leyes posteriores.

Las posteriores divisiones territoriales del país fueron creando nuevas provincias, reduciendo el territorio de la provincia. Por la Ley No. 391 del 11 de noviembre de 1932 pasó a llamarse Provincia Nacional.

El 7 de septiembre de 1934 se dispuso la creación del Distrito Nacional; la nueva demarcación quedó inaugurada el 1 de enero de 1935. Ya que el Distrito Nacional solamente tendría un municipio, las demás comunidades del territorio del distrito y que eran municipios, como San Antonio de Guerra, dejaron de serlo.

El 15 de enero de 1936 fue promulgada la ley que le cambió el nombre a Distrito de Santo Domingo. Fue denominada definitivamente como Distrito Nacional por la Constitución del 1 de diciembre de 1955.

El último cambio fue en el año 2001, cuando se creó la actual Provincia de Santo Domingo y el territorio del Distrito Nacional quedó reducido a la ciudad de Santo Domingo de Guzmán.

Superficie: 104.44 km².

Límites: Limita al norte, este y oeste con la provincia de Santo Domingo, y al sur con el Mar Caribe.

Región: Forma parte de la Región X – Ozama.

Población (2002): 913,540 personas: 430,698 hombres y 482,842 mujeres.3

Densidad: 8,747.0 habitantes/km2. Porcentaje de población urbana: 100%.

Ciudades principales: (Solamente hay una ciudad)

Municipio cabecera: Santo Domingo de Guzmán, con 913,540 habitantes (toda la población es urbana); coordenadas: 18° 29' N – 69° 54' W.

Geografía

No hay montañas en el Distrito Nacional; solamente hay algunos desniveles de pocos metros

Los únicos ríos importantes se encuentran en los límites del Distrito Nacional (y de la ciudad de Santo Domingo de Guzmán). El Río Ozama constituye el límite occidental de la ciudad mientras que el Río La Isabela constituye su límite norte. Las demás corrientes son pequeños arroyos afluentes de La Isabela, siendo los principales Arroyo Hondo y Arroyo Manzano.

Clima

El clima del Distrito Nacional es tropical lluvioso de sabana. La falta de lluvias se nota solamente en el invierno (febrero y marzo), constituyendo una temporada de sequía bien definida. Fuera de esta época, llueve regularmente durante el resto del año.

La precipitación media anual es de 1,393.9 mm. La temperatura promedio anual en la misma ciudad es de 25.7 °C.

4.4.2 SITUACIÓN ECONÓMICA

La principal actividad económica del Distrito Nacional es la comercial, aunque también es importante la industrial, de comunicaciones y portuaria (sobre todo turística). Al encontrarse en ella la capital del país, es muy importante la burocracia gubernamental.

Turismo: El turismo, tanto nacional como internacional, es importante debido a que es la capital del país. La zona de mayor interés turístico es la denominada Zona Colonial[47]

El Distrito Nacional es una de las entidades municipales que menos depende de los ingresos de la Liga Municipal Dominicana. En 2006, el 40% de sus ingresos totales eran propios y esa fuente ha crecido en los últimos años, desde un 22% en 2002. Los ingresos propios por habitante en términos reales (a precios de 2002) se han multiplicado por 2.66 veces y en términos nominales por casi seis.

La principal fuente de recursos propios en el Distrito Nacional son los ingresos por concepto de letreros, vallas, espectáculos, parqueos, drenajes pluviales, pozos, moteles, etc., que representan 70% del total. Le siguen los ingresos que capta la Dirección de Registro Civil (9%). Hay que señalar que la estructura de los ingresos del Distrito Nacional se ha modificado sustancialmente en apenas cinco años.

4.4.3 EL ESPACIO LOCAL Y EL DESARROLLO HUMANO

Tomar en cuenta el espacio local en la definición de políticas que impulsen el desarrollo humano es primordial por diferentes motivos:

  • Primero, el desarrollo humano es un proceso de la vida cotidiana de las personas.

  • Segundo, por la naturaleza de las relaciones sociales. La sociedad local tiene sus especificidades; los nexos entre actores políticos están marcados por la cultura, las tradiciones, los lugares de encuentro de la población, la cultura política y el parentesco. Esto determina un complejo de relaciones, formales e informales, entre las instancias de los poderes (ayuntamientos y dependencias de los gobiernos centrales) y las acciones e iniciativas de participación de las organizaciones de la sociedad civil, pasando por las relaciones de parentesco.

  • Tercero, los límites del espacio son más tangibles, lo cual hace más evidente las circunstancias del desarrollo, existiendo la posibilidad para la potenciación del poder local participativo e inclusivo. La dimensión local permite atender determinadas condiciones de forma más eficiente para que las personas alcancen la vida que consideran más valiosa.

  • Cuarto, el límite tangible del territorio es muchas veces el límite del poder político, lo cual facilita la posibilidad de exigir cuentas y determinar de manera más precisa las consecuencias del ejercicio político y gerencial de las autoridades locales.

Ahora bien, la dimensión local del desarrollo humano puede ser un factor positivo o negativo para el desarrollo. Puede contribuir a fortalecer o debilitar la integración y la identidad nacional y del Estado. Todo depende de la forma en cómo se articule la esfera local y de ésta con la nacional.

4.5 PROVÍNCIAS SANTO DOMINGO

edu.red

La población urbana que vive en la provincia de Santo Domingo y el Distrito Nacional alcanzaba 2.1 millones en 2002. En 42 años se había multiplicado por 5.8 veces, mientras que la población total del país lo hizo por 2.8 veces.

En las últimas cuatro décadas, esta zona había sido la de mayor atracción de población.

En la década del 60, el 87% de la inmigración neta total del país se dirigió hacia Santo Domingo y el Distrito Nacional. Ese porcentaje se mantiene en la década de los 70, pero se reduce sustancialmente al 53.5% en la década de los 80 y más aún en la de los 90, hasta un 38.1%. Es decir, la zona Metropolitana de Santo Domingo dejó de ser un polo de atracción de la misma intensidad en que lo había sido en décadas anteriores[48]

Estos flujos migratorios hacia Santo Domingo la han convertido en la zona de mayor concentración de población rural desde la década del 80.

4.5.1 ASPECTOS GEOGRÁFICOS

Fecha de creación de la provincia: Esta provincia fue separada del Distrito Nacional por ley del 16 de octubre de 2001. Nombrada por la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, capital del país.

Superficie: 1,296.35 kilómetros cuadrados.

Límites: Limita al norte con la provincia Monte Plata, al este con la provincia San Pedro de Macorís, al sur con el Mar Caribe y al oeste con la provincia San Cristóbal.

Región: Forma parte de la Región X – Ozama.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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