En Chile, como en otros países, existe un correlato de la situación anteriormente enunciada, formas de marginación y subordinación del género femenino. Una división social entre tras, que afecta a más del 50% de la población chilena. Las mujeres constituyen el 50,65% de la población total (6.795 millones sobre 13.348 millones).[6]
La tendencia histórica de la inserción laboral de la mujer, es en sectores de baja productividad, tales como los servicios sociales y personales, esencialmente trabajo doméstico, donde se emplea según datos censales (1992), cerca del 56% de la fuerza de trabajo femenina. La incorporación de las mujeres al trabajo en Chile se produce en el marco de la subordinación de género, en una cultura androcéntrica que se expresa en cifras:
En 1994 el 38% de las mujeres, entre 15 y 64 años, participan en la fuerza de trabajo Estás son el 42% de los asalariados y el 39% de los independientes en el tramo más bajo de ingresos. En el tramo más alto sólo son el 22% de los asalariados y el 17% de los independientes. A igual educación formal, las mujeres obtienen menores ingresos que los hombres. La diferencia es mayor para el grupo con educación universitaria. Los hogares con jefa de hogar tienen menor ingreso que los con jefe de hogar.[7]
A la cultura androcéntrica que prima en toda América Latina y también en Chile se agregan actualmente, los efectos del ajuste estructural y la desregulación del mercado de trabajo, que determina una agudización de la pobreza de las mujeres.
Las políticas económicas y los ajustes aplicado, en Chile en las últimas décadas, afectan principalmente a la población femenina de los sectores más excluidos.[8] En este contexto, las mujeres funcionan como fuerza laboral secundaria y marginal utilizada por el sector empresarial para bajar los costos de producción.
El ingreso del conjunto de los habitantes de los países en vías de desarrollo se mantiene con 810 dólares al año. En el mundo en desarrollo en su conjunto, el 20% más pobres de la población obtiene como promedio casi el 7% del ingreso total, pero en América Latina tiende a participar en medida incluso menor, con sólo un 3%.
En el ámbito mundial, de un total de 6.000 millones de habitantes, existen 1200 millones de personas. Que viven con menos de un dólar diario, por debajo del umbral de la pobreza absoluta; 2.800 millones viven con menos de US$2 al día.[9]
Un 20% del mundo en desarrollo subsiste con menos de la cantidad indicada. Ingreso mínimo que, de acuerdo a los criterios del Banco Mundial, marcan el umbral de la pobreza absoluta. El 44% vive en el Asia meridional, un 23,5% en el África al sur del Sahara y un 6.5.en América Latina.[10]
El número de países, que Naciones Unidas denominan "menos avanzados" (PMA), los más pobres del mundo, han crecido de los 27 que se contabilizaban en 1975 a 48, en la actualidad. Pese a tener ingresos per. cápita elevados (20.000 dólares),los países de la OCDE[11]No escapan al fenómeno de la pobreza. Más de 100 millones de habitantes de estos países viven por debajo del límite nacional de pobreza.
Si en vez de los ingresos se utiliza lo que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) llama "índice de pobreza de capacidad (IPC)" resulta que el número de pobres se eleva a 1.600 millones en todo el mundo. Este índice tiene en cuenta tres capacidades básicas.
La primera es la capacidad de estar bien alimentado y sano, representada por la proporción de niños menores de 5 años que tienen peso insuficiente. La segunda es la capacidad de procreación en condiciones saludables, indicada por la proporción de nacimientos sin asistencia de personal de salud capacitado. La tercera es la capacidad de tener educación y conocimientos, representada por la alfabetización femenina.
En Chile, la situación de pobreza se acentúa con el retiro del Estado, durante el período 1974/1989, exigido por la implementación en el campo económico del modelo neoliberal, esto significó profundas transformaciones que en el ámbito social que se tradujeron en una brusca disminución del gasto público.; en salud, educación, vivienda, previsión social y en el ámbito laboral.
Las transformaciones corresponden al cambio del modelo de desarrollo hacía adentro, de "sustitución de importaciones", que se venía implementando desde 1938; por el modelo de desarrollo marcado en lo económico por un enfoque neoliberal y en lo político por un gobierno autoritario. Se reemplaza el anterior "Estado de Bienestar" por un "Estado subsidiario".
Actualmente se implementa un nuevo paradigma de desarrollo conocido como "crecimiento con equidad", que intenta enfatizar en la inversión en las personas en sus capacidades individuales y colectivas para insertarse en el "mercado" y contribuir al desarrollo económico
El modelo de desarrollo vigente, basado en un nuevo patrón de acumulación capitalista orientado hacia las exportaciones se inicia en 1974[12]En su versión neoliberal más nítida. Plantea lo siguiente: Liberalizar al máximo los mercados, rebaja aranceles y asigna un rol subsidiario y neutral al Estado y en su versión neoestructuralista intenta intensificar la apertura al mundo con su propuesta desde la CEPAL de "Transformación productiva con equidad".
La motivación para realizar la presente tesis, dice relación con mi interés por recoger la memoria colectiva de un sector de la sociedad chilena marginado y subvalorado históricamente por su condición de género y clase. Pretendo contribuir a su construcción de identidad y a su aproximación a un proceso de cambio de nivel micro y macrosocial que parta desde visualizar la forma en que las mujeres pobres se ven a sí mismas, al mundo que las rodea y a la sociedad en que están insertas.
Paralelamente a la investigación del fenómeno social de empobrecimiento femenino, la búsqueda de mi propia identidad y memoria colectiva, constituye otro de mis intereses, pues pertenezco a la realidad que investigo: para aportar desde las ciencias sociales a la construcción de nuevos significado en la teoría y la práctica del desarrollo y la democracia.
Desde una perspectiva teórica resulta relevante evidenciar, a partir de la subjetividad de un sujeto social subvalorado, formas de vivir y percibir el desarrollo macrosocial. De tal modo, se posibilita la revisión, la constatación o refutación de los postulados existentes sobre los resultados de la implementación del modelo de desarrollo vigente en nuestra sociedad.
Por otra parte, aporta conocimientos desde la subjetividad y singularidad de mujeres pobres a la historia social de nuestro país, incrementando así, la teoría social con nuevas preguntas acerca de la concepción de la historia social desde la percepción de mujeres pobres. En resumen, realizar un aporte para entender el papel de la cultura en la vida colectiva a partir de hechos concretos y singulares.
Desde la perspectiva metodológica, permite restituir la múltiple complejidad de la experiencia de vida de mujeres pobres, al aplicar la técnica de Historias de Vida. A la vez que permite conocer la opinión de los receptores de las políticas de desarrollo.
Desde la perspectiva práctica, la investigación se dirige a: develar formas de exclusión a partir de la memoria colectiva de un actor social subordinado y excluido. Aportando en su proceso de constitución de identidad. Agregando, además, información y explicaciones sobre los impactos de las políticas de desarrollo en sectores populares; desmitificando el discurso de equidad.
La equidad requiere actores sociales capaces de negociar para lograr el replanteamiento de las políticas de gobierno, particularmente las referidas a leyes laborales y a infraestructura para cuidado de niños
La situación de las mujeres en el ámbito mundial, regional y nacional ilustra, desde nuestro punto de vista, lo que constituye la hipótesis central de la presente tesis: La pobreza femenina como un proceso relacionado con el modelo económico vigente. Se intenta indagar a partir de la siguiente pregunta:
¿ La percepción de la pobreza en la vida cotidiana de mujeres populares, esta asociado al modelo económico vigente?
Hipótesis central.
La pobreza femenina está significativamente asociada al impacto del nuevo modelo económico vigente en Chile desde 1974.
objetivos
Objetivo General
Establecer la percepción de la pobreza, en mujeres populares, asociado al nuevo patrón de acumulación orientado a la exportación, vigente en Chile desde 1974 en una comuna de la región metropolitana
Objetivos específicos.
1. -Constatar la forma de vivir y percibir el desarrollo, en mujeres populares. .
2.Establecer la forma en que viven, mujeres populares chilenas, las etapas de implementación del modelo neoliberal
3.- Revisar el proceso de empobrecimiento de las mujeres populares en el ámbito de la familia y el mercado.
METODO
El método tendrá un enfoque mixto: cualitativo-cuantitativo, que nos permita hacer emergen la construcción cultural de mujeres populares acerca de la implementación del nuevo patrón de acumulación orientado a la exportación y el impacto de este en sus vidas..Dicho material deberá ser leído a la luz de lo que sucede a nivel macrosocial, particularmente, lo referido a datos económicos de nivel nacional y comunal.
La época que considera esta tesis y el objetivo que la animan definió la metodología a seguir: Una historia de sujetos, con relación al modelo económico vigente, vista a partir de su propia y particular experiencia, necesariamente debía asumir los métodos de la llamada Historia Oral y una investigación de índole cualitativa. Nos inclinamos aquí por un enfoque emic, es decir, de construcción "desde dentro".
El tema de nuestra tesis requiere de algunas observaciones metodológicas previas. Generalmente, los indicadores de pobreza son captados en base en información de hogares, sin reconocer las diferencias extremadamente grandes que en esos ámbitos existen entre géneros y generaciones. Aunque sea usual y de utilidad captar y analizar esos indicadores, desde la perspectiva de género es necesario decodificar lo que pasa en los hogares, toda vez que estos espacios son ámbitos de convivencia de personas que guardan entre sí relaciones asimétricas enmarcadas en sistemas de autoridad interna.
La experiencia derivada de los estudios de familia-hogar (Salles y Tuirán) sugiere la importancia de tener presente la naturaleza específica de la pobreza femenina, ya que ésta al enmarcarse en la intersección de diferentes dimensiones- escapa a la mayoría de los indicadores disponibles.
Además, existe cada vez mayor cúmulo de evidencias y datos de índole cualitativa (derivados de métodos tales como los sociodramas, las técnicas de los grupos focales, las historias de vida, las trayectorias biográficas, etc.) que constituyen una rica fuente de información para avanzar en la comprensión de aspectos rara vez considerados en los análisis convencionales sobre la pobreza. Dicha información permite, junto con los datos cuantitativos agregados, tener una visión más acabada e integral de este fenómeno.
Así, es de crucial importancia combinar diferentes maneras de reconstruir la realidad, buscando espacios de complementación analítica entre los índices y tipologías de pobreza construidos con base en datos agregados y las evidencias surgidas de la aplicación de metodologías cualitativas en diversas dimensiones.
Por último, pero como punto esencial se debe indicar que la pobreza y particularmente, en esta investigación, el proceso de empobrecimiento de las mujeres o feminización de la pobreza, son vivencias que se urden en el cotidiano de la vida de seres humanos. Vivencias difíciles y casi imposible de formalizar. En esta investigación, intentamos desde las ciencias sociales, aproximarnos a una interpretación de la expresión oral de la vida de mujeres pobres.
Entendemos como modelo económico, la forma de producción basada en un nuevo patrón de acumulación capitalista orientado hacia las exportaciones, que se inicia en 1974 en Chile, y que en su versión neoliberal implica: Liberaliza al máximo los mercados, rebaja aranceles y asigna un rol subsidiario y neutral al Estado y que en su versión neoestructuralista intenta intensificar la apertura al mundo con la propuesta cepaliana de "Transformación productiva con equidad."
Chile ha optado por el modelo exportador como alternativa viable para un desarrollo sostenido. La creciente inserción del Chile en los mercados mundiales ha sido base en el éxito de esta estrategia exportadora. En la línea de profundizar esta inserción se inscriben las negociaciones para intentar ingresar al NAFTA, y la reciente participación en el MERCOSUR
Desde 1990 el Gobierno chileno renueva su compromiso hacia la internacionalización del comercio tomando las siguientes medidas:
Reducción unilateral del arancel al 11%.
Participar activamente en las negociaciones multilaterales de la Ronda de Uruguay.
Mantener una política anti-dumping controlada.
Negociar acuerdos bilaterales con países de América Latina y trabaja en pos de lograr acuerdos similares con EE.UU. o con el Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA).
Los acuerdos bilaterales han asumido un perfil mayor. Se han firmado acuerdos con México (1991), con Venezuela y Colombia(1993). Existen conversaciones con EE.UU. sobre el NAFTA. Ya se ha establecido un Convenio Bilateral de Comercio e Inversión y se firmo un Acuerdo-Marco con EE.UU. en 1990. Con relación al NAFTA se han realizado reuniones con los respectivos equipos técnicos de ambos país, pero las negociaciones aún no han comenzado. Estas se iniciaran una vez que el Congreso norteamericano apruebe el pedido de fast track o vía rápida para negociar a pedido del Ejecutivo.
El modelo de desarrollo y su eje central el patrón de acumulación orientado al exterior se proyecta de acuerdo a los requerimientos del proceso de globalización o internacionalización del capital que como plantean algunos autores "… ha generado un creciente interés por determinar cuales son los factores que hacen que un país sea competitivo en el ámbito internacional".[13]
ETAPAS DEL PROCESO DE REESTRUCTURACIÓN CAPITALISTA
El proceso de reestructuración capitalista requiere, según el enfoque de Marcelo Selowsky [14]jefe de la región latinoamericana y del Caribe del Banco Mundial, una secuencia lógica de tres etapas por las cuales todos los países de América Latina deben pasar para poder recuperar los ritmos sostenidos de crecimiento de sus economías en el nuevo contexto mundial
Observar estas tres etapas como un sendero obligatorio e ineludible, para la lógica del capitalismo, nos ayudan a comprender el proceso vivido por nuestro país. La aplicación de estas etapas en nuestro país, corresponde a lo siguiente:
*Ajuste y Estabilización. En Chile se aplican entre 1973-1978 con políticas de shock y medidas de austeridad. Los objetivos de ésta etapa son recuperar la estabilidad de la economía restablecer los llamados equilibrios macroeconómicos para que el capitalista cuente con normas claras y estables para asegurar su ganancia y pueda operar sin restricciones la lógica del mercado.
*Transformaciones estructurales profundas. Se vive en Chile entre 1978-1989 con privatización de empresas públicas y de servicios sociales, con liberalización plena del comercio, del mercado de capitales y de la inversión extranjera. Es esta segunda etapa se trata de aumentar la competitividad interna y externa, junto con modificar el sistema institucional. Dichos objetivos se logran privatizando las empresas públicas y los servicios, liberalizando plenamente el comercio, la actividad bancaria y mejorando los incentivos para la inversión extranjera.
Se trata de profundizar los cambios expandiendo la lógica del mercado y la ganancia privada al conjunto de las relaciones sociales. Asegurando que ésta penetre hasta los más apartados espacios de la vida social para que derrumbe todo tipo de instituciones solidarias y reguladoras capaces de poner límites a la actividad del capital.
* Recuperación de los niveles de inversión y consolidación de reformas. En Chile desde 1989 al presente. En esta última etapa se busca legitimar y estabilizar política y socialmente los procesos de liberalización, privatización y desregularización efectuados en las etapas anteriores. Con la experiencia chilena se visualiza que el éxito del modelo exportador va aparejado con la imposibilidad de consolidar relaciones democráticas reales en la sociedad del Chile actual. Diversos economistas han considerado la implementación del modelo económico vigente, desde distintas perspectivas
I. PERSPECTIVA CRÍTICA
Está postura supone una lectura que ubica el modelo vigente en el marco de la reestructuración capitalista. Los inicios del modelo lo fijan en la década de los 70, con características correspondientes al paradigma neoliberal. Esta perspectiva denuncia las consecuencias que la implementación del modelo tiene para la democracia, los trabajadores y las mujeres.
Agacino, Henríquez, Leiva y Quiroga plantean la hipótesis de que formas particulares de subordinación y discriminación del género femenino son consustanciales a la estrategia del modelo de desarrollo. Los fundamentos de dicha hipótesis son: La implementación del modelo supone el traslado de los costos de reproducción generacional y cotidiana de la fuerza de trabajo desde los empresarios y el Estado hacia los propios trabajadores, sus familias y fundamentalmente las mujeres.
Esto último es un elemento central del modelo exportador. Para competir el capital recurre al trabajo subcontratado, domiciliario y de tiempos cortos; desdibujando las fronteras entre hogar, lugar de trabajo y comunidad. Las fronteras sociales son invadidas por el capital buscando nueva mano de obra en los nuevos mercados. Se hace evidente la masiva incorporación de la mujer a empleos precarios y de bajos ingresos."[15]
Desde 1973 al primer quinquenio de los 80, se busca estabilizar los indicadores macroeconómicos; para reducir la inflación y el déficit fiscal. Se reduce fuertemente el gasto estatal lo que significó, contracción del empleo y de las remuneraciones, y recorte de los gastos del Estado destinados a los sectores pobres. En ese contexto las mujeres salen al mercado laboral, pero se insertan en empleos marginales, los de más baja calidad.
Su salida del hogar al trabajo contribuye a su identificación como trabajadoras, y también a su nivel de organización social, no en sindicatos, pero sí en organizaciones de supervivencia. En los 10 último años a pesar de un crecimiento sostenido se mantienen las desigualdades en la distribución del ingreso, y las situaciones de indigencia y pobreza. En estos años el empleo femenino ha crecido significativamente. Hay un flujo de mujeres que se incorporan al mercado del trabajo y otras que estarían dispuestas a hacerlo, pero no lo logran, fundamentalmente por problemas domésticos y de atención de los niños. (Henríquez 1994)
Factor clave, de la actual estrategia económica es la flexibilización del empleo, que se caracteriza por jornadas irregulares, por expulsar a los trabajadores de sus centros laborales y volverlos a talleres menores o a sus casas, y multiplicar las subcontrataciones. Con la flexibilización, si bien ha sido posible disminuir la pobreza y la indigencia, de acuerdo a las cifras oficiales, su efecto y condición ha sido la mayor vulnerabilidad y desprotección de los trabajadores y sus organizaciones (Agacino 1995).
A casi dos décadas de políticas de ajuste y liberalización, el mercado del trabajo mantiene dos rasgos estructurales: Por un lado, una franja de ocupados empobrecidos, con empleos precarios y con baja protección previsional, está en el filo o bajo la línea de pobreza. Tales condiciones les obligan a promover a otros miembros del grupo familiar para que se incorporen al mercado laboral.
Por otro lado un stok de entrantes-reentrantes cíclicos al mercado, que se ubican en empleos temporales aumentado la obra de mano barata y maleable presionando a la baja de salarios. La flexibilización, supone falta de regulación, inestabilidad laboral y largas jornadas de trabajo impuestas. Es relevante el rol que juegan las mujeres en la constitución de estos dos mecanismos (Agacino, 1995, Henríquez, 1994).
La temporalidad del empleo femenino se da en todos los sectores productivos, siendo predominante en el trabajo a domicilio. Estas formas de trabajo flexible con su masivas incorporación de mujeres, obligan a éstas a sumar el trabajo domestico con el remunerado por el mercado.
La inserción de las mujeres al mercado laboral se da en el marco de las exigencias de las empresas, que utiliza diversas formas para disciplinar a las trabajadoras, por otro lado, el modelo resulta engañoso: dejar el costo de contaminar aire y alimentos, de degradar el medio ambiente y de realizar las labores doméstica, reproductivas y de cuidado comunitario como externalidades que pagan las mujeres, los trabajadores, y que afecta el medio ambiente y a las generaciones futuras. Todos ellos, subsidian involuntariamente el capital y la empresa.
Esta falsa formación de precios al enviar señales equivocadas genera patrones de producción y consumo exacerbadas, pues no todas las empresas y consumidores pagan el costo real de su standard de vida. (Quiroga.1994). Las nuevas modalidades de empleo ponen en discusión el tema de la "identidad de las trabajadoras como tales, la conciencia de clase que se estaría formado".
Desde el punto de vista de la acción sindical clásica, se podría decir que, existe una debilidad para que estas mujeres se transformen en activos sindicales, pero por otro lado, dado que estas mujeres al estar menos insertas en trabajos largos, fuera del hogar y por mantener rasgos de identidad de pobladoras y vecinas; " se estarían configurando una conciencia que incluye las variadas formas de su subordinación social y no sólo la subordinación que se da en el trabajo" (Henríquez, 1995).
Los nuevos elementos de la inserción laboral de las mujeres pueden ser enriquecedores para la constitución de una organización de nuevo tipo que vincule el mundo laboral y el doméstico en una acción más integral y multifacética. En esta perspectiva critica también se inscribe el economista Hugo Fazio que se confronta con otros economistas con diferentes visiones.
OTRAS VOCES CRITICAS
Las voces críticas traspasan las fronteras nacionales y se escuchan también en la Organización de las Naciones Unidas Para El Comercio Y El Desarrollo (UNCTAD), y en el Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social.
"Los beneficios de la globalización deben ser disfrutados por todos los países para que no se perpetúen las diferencias entre naciones y hombres".
Los nuevos modelos económicos han creado nuevas oportunidades, pero a su paso, han causado muchos estragos por haber relegado a un segundo plano el ingrediente social. Es así, como la miseria social como el principal flagelo de la humanidad, no permite el crecimiento económico, y contribuye a deteriorar el medio ambiente e impide el desarrollo de las capacidades humanas." Mientras la pobreza que representa el principal factor de inestabilidad política se mantenga, en los países subdesarrollados, la democracia es una caricatura plagada de injusticias."(Santos1996).[16]
Las consecuencias sociales en los países en desarrollo, tales como los efectos sobre el empleo en Europa y el deterioro ecológico en todo el mundo bastan para cuestionar el libre intercambio puro y duro. La globalización además de los efectos económicos atenta contra nuestra diversidad, intentando imponer un esquema cultural único" (Bianco, 1995).[17]
FUERZA DE TRABAJO DUAL
Al respecto, opinamos que una de las condiciones de existencia que requiere el modelo para su desarrollo es una creciente flexibilidad en todos los aspectos, especialmente en el aspecto laboral cuyo resultado es la formación de una fuerza de trabajo dual. Por un lado, un relativamente poderoso núcleo de trabajadores altamente calificados y por otro, una masa de trabajadores periféricos semicalificados. Los primeros tienen un lugar de trabajo estable con altos ingresos, suelen estar sindicalizados y pueden disfrutar de los beneficios del enriquecimiento laboral.
La reestructuración capitalista en marcha asume que estos presentan una actitud positiva hacia la política de administración del modelo, al contrario que el trabajador periférico. Categoría, conformada por un número importante de mujeres, que podemos caracterizar como no sindicalizada, de ingreso masivo a trabajos flexibles. Con bajos ingresos, con contratos a corto plazo y escasas posibilidades de seguridad social.
Otro rasgo central de este modelo, en su fase neoestructuralista, es su tendencia a invertir en capital humano, o sea, en la preparación y capacitación de fuerza de trabajo necesaria para sus procesos productivos. La inversión se dirige, preferentemente a los trabajadores calificados y a crear otros. Se conforma así, una adiestrada disciplina orientada para y por el capital.
Para tal efecto se ha trabajado a dos niveles, por un lado en el ámbito ideológico, desarrollando un discurso sobre la " Educación para el trabajo", con el énfasis centrado en la importancia de los recursos humanos para el desarrollo económico y social de los países. Además, se ha iniciado un proceso de modernización de los aparatos formativos, es decir, de escuelas, institutos de educación laboral y tecnológicos como también de los centros de educación superior; universidades y otros para adaptarlos al modelo y a las necesidades educativas laborales. Sitios que tienen un costo que obviamente los más pobres, entre estos las mujeres, no pueden pagar, haciéndose cada vez más honda la desigualdad social.
La aplicación de esas medidas le restan protagonismo económico, cultural y educativo a este tramo de la población, surgiendo así el concepto de "Vulnerabilidad social", significando que existen sectores con escasa capacidad de respuesta para enfrentar los desafíos de la modernización.
El Estado ha ideado estrategias para integrar a este tramo al sistema. Es su propuesta de modernización de la fuerza de trabajo. Se trata de un acto disciplinario y de control. Apunta al sometimiento de los grupos sociales, como una forma de desconflictivizar la pobreza.
El Estado se constituye en un Estado de Asistencia marginal, que recoge en el margen los desechos producidos estructuralmente por el modelo económico que regula por medios políticos los problemas sociales generados por la desregulación económica. [18]
"La estrategia de focalización marginal no consiste en una reforma del mercado para que ofrezca más y mejores oportunidades de empleos, sino en "capacitar a los pobres, para que intenten integrarse al mismo Mercado que los excluyó".
FEMINIZACION DEL DESARROLLO
En el marco de esta perspectiva debemos agregar que la construcción del género femenino en Chile es aprovechada por el capital, en su nueva estrategia de producción. La globalización, al externalizar la producción hace difuso el límite entre fábrica, hogar y comunidad.
La mujer cumple el rol de reproducción familiar, de gestión comunitaria y, además, el rol de trabajadora, presionando, con su masiva participación en el mercado laboral- en empleos precarios- a la baja del valor de la fuerza de trabajo. Este hecho agregado a que los costos de la reproducción social del trabajo los asumen hoy los trabajadores y cada vez menos el Estado y los empresarios, reproduce la pobreza con su impacto diferenciado para las mujeres y hombres.
Todo lo anterior es parte de la estrategia del capital y de los gobiernos para enfrentar el progresivo empobrecimiento de las mujeres , evidente en las cifras de todos los países de América Latina, con una suerte de feminización del desarrollo.
Estrategia que en definitiva ha posibilitado que con el sacrificio y la explotación femenina se bajen las cifras de pobreza en América Latina y el Caribe. Tal situación es denunciada por la Comisión Económica para América Latina y en Caribe un en informe sobre Desarrollo Sostenible Pobreza y Genero.
La estrategia del capital para lograr sus objetivos a costa de los trabajadores y sus familias es de antigua data. El logro de los éxitos económicos, se alcanza durante el período 1973-1989 con normas, como las que se enuncian más adelante y actualmente con la toma de las decisiones en forma copular, según denuncian tanto Leiva como Fazio:
La reducción de la fuerza de trabajo, logrado mediante mecanismos extraeconómicos.
La intensificación de ritmo de trabajo y la prolongación de las jornadas laborales;
La incorporación masiva de la mujer al mercado del trabajo, fundamentalmente en empleos precarios y de menor remuneración. (Leiva 1986).
El modelo económico requiere, una democracia de baja intensidad. Las grandes decisiones están vedadas a la participación ciudadana[19]Esto se observa en la aceptación de los sectores políticos de la Concertación del papel de frenar a las organizaciones sociales en su afán de intervenir y modificar el modelo que tiende a flexibilizar el mercado del trabajo y a acentuar las desregulaciones en todos los ámbitos.
II. LA PERSPECTIVA PRO MODELO (FASE NEOLIBERAL)
Contrastan los planteamientos de Henríquez, Leiva y Quiroga con los de Felipe Larraín B.16 que dice, en el marco de la tesis: Con un crecimiento acelerado se disminuye la pobreza: La institucionalidad laboral debería flexibilizar la duración legal de las jornadas laborales y permitirse los contratos a domicilio.
Continua Larraín "Esto es especialmente importante para la mujer que busca conciliar su trabajo con su rol fundamental de madre y esposa. El mercado flexible, opina, permitiría mejores ingresos a estas personas que hoy no participan en el mercado laboral y mayores recursos a la economía.[20]
Con otra mirada, diametralmente distinta a la de Agacino, Fazio, Henríquez Leiva y Quiroga, el economista Daniel Wisecaver, plantea que a diferencia de la mayoría de los países de Latinoamérica para quienes la década de los 80 fue una década perdida: "Chile no perdió la década de los 80 y que ha sido ampliamente reconocido como un país exitoso en la aplicación de las políticas del ajuste estructural".
Elogios basados en el crecimiento económico, reducción de la tasa de desempleo, el control estricto de las finanzas, el crecimiento de las exportaciones y la reducción del endeudamiento externo. Agrega el economista Wisecaver: " Los elogios expresados por la conducción económica de la segunda mitad de los ochenta, y que siguen llegando a las nuevas autoridades políticas y económicas, son el justo reconocimiento por todo lo que se ha logrado hacer en Chile en materia de política económica a lo largo de estos años de crisis."
Dice que la política económica y social implementada a contar de 1973 y hasta finales de la década del 80 se basó en los siguientes principio:
Precisos derechos de la propiedad privada.
Precios determinados por el libre mercado.
Fomento a la competencia y el control de monopolios.
Apertura de la economía al comercio internacional.
Política fiscal responsable dirigida a fortalecer la función subsidiaria del Estado.
Esta "economía social de mercado", significó la restauración- a veces la imposición forzosa de la libertad económica en Chile y la asignación al sector privado de la economía del liderazgo en el crecimiento y desarrollo del país". [21]Sigue diciendo Wisecaver que hubo dos rondas de políticas de ajuste. .El primer episodio comenzó con la caída del gobierno de la Unidad Popular y termino con la recesión internacional de los 80, el segundo, comenzó a comienzos de 1985 y continuo hasta el cambio de gobierno en marzo de 1990.
Finaliza, Winsecaver con loas a Pinochet por la entrega al nuevo gobierno democrático de la economía sana, eficiente y dinámica que constituye ejemplo a escala mundial del éxito obtenido al adoptar políticas económicas modernas y progresistas. Los conceptos del referido economista muestran claramente el discurso de autocomplacencia de los defensores de la gestión económica de la dictadura de Pinochet. A la vez que reconoce los métodos de fuerza para imponer al Mercado cómo el "Nuevo Dios" de la sociedad chilena
LOS POBRES SE ORGANIZAN
En esta perspectiva los autores no dan cuenta de la situación que afecto a los sectores populares chilenos, el Estado se desentendió de la suerte de los pobres. Los sectores populares se organizan para defender su calidad de vida, sus derechos, su cultura.
Estas iniciativas fueron diferentes para hombres y mujeres. Los hombres se dedican a defender, sin éxito, la estabilidad y remuneración del trabajo asalariado, las mujeres inventaron todo tipo de organizaciones y colectivos que con bastante éxito logra elevar los ingresos y abaratar los consumos. "Para eso, las mujeres masivamente salieron de sus casas, ocuparon con propiedad la localidad y diluyeron la distinción tajante entre lo privado y lo público".[22]
Tampoco los defensores de la fase neoliberal del modelo económico aluden, claramente, a los mecanismos extraeconómicos, tales como la " represión política" y "costos sociales" pagados por los trabajadores y sus familias que sostuvieron el éxito del modelo.
III. LA PERSPECTIVA PRO MODELO (fase neoestructuralista)
La visión neoestructuralista cuestiona la forma y funcionamiento de la economía de la primera fase del modelo, pero reconoce la continuidad centrada en el énfasis a la apertura al exterior en el marco de la tesis de "crecimiento con equidad."
Reconoce la persistencia de situaciones de pobreza y vulnerabilidad social de amplios sectores de la población. En las expresiones de Alejandro Foxley:[23] Los objetivos económicos y sociales en la transición a la democracia, obligan a fines del 1989 a una recomposición fundamental en la forma y funcionamiento de la economía.
El gobierno de Aylwin define una nueva estrategia de desarrollo que llaman de "crecimiento con equidad" o " crecimiento con justicia social", que tendía a modificar la modernización del período anterior con economía centrada en algunos sectores y con distribución desigual de los beneficios del progreso económico. La disposición ahora es invertir en las personas para asegurar un crecimiento sostenido en el largo plazo y para mejorar los niveles de competitividad. La continuidad del modelo centrado en la apertura al exterior no acalla completamente la crítica a la fase neoliberal del modelo. La visión de Foxley[24]en relación con el período aludido por Winsecaver y al propio gobierno de la Concertación es clara al respecto. "
La elevada tasa de crecimiento económico, con reducción del desempleo. Son logros que sólo reflejan una recuperación de los niveles perdidos en la mitad de los 80, y que fueron producto de alzas en los productos de exportación. La recuperación en cuanto a desempleo no mitiga los efectos de la alta desocupación, que se muestra con mas de cinco millones de chilenos bajo la línea de pobreza. Además, se muestra un alto consumo en el quintil más alto en el régimen militar." (Foxley, 1985, Vial 1985).
Vial hace un explícito reconocimiento de la continuidad del modelo. "La imagen de éxito, apoyada por los empresarios se asociaba a la implementación de un sistema de mercado orientado al exterior, en la mantención de superávit fiscales y a la disminución del tamaño del sector público. De alguna manera, todo ello fue determinante para ciertas definiciones estratégicas del nuevo gobierno" (Vial 1995)
LA GESTION DE LA CONCERTACION
Acota Foxley que durante el primer gobierno de la Concertación se hizo más viable la vida para muchos chilenos, pero aún, uno de cada tres chilenos vive en situación de pobreza. "El ingreso promedio del 20% más rico de la población es más de 12 veces mayor que el ingreso promedio del 20% más pobre. En las economías asiáticas esta diferencia es mucho menor 4 veces en Japón y 8 veces en Hong-Kong."[25] Pero más allá de las afirmaciones de Foxley, en 1985; la brecha distributiva manifiesta una tendencia a acentuarse. En términos absolutos, en 1996 el ingreso monetario del 10% de los hogares más pobres era, según la CASEN, de $57.693, mientras el de los hogares más ricos era de $ 1.654.518. la brecha entre los ingresos más bajos y los más altos era de 29 veces.
La tasa de desempleo femenina y la de los jóvenes se mantiene alta. Hay grupos de mayor vulnerabilidad social, como el caso de 230.000 mujeres jefas de hogar que pertenecen al 20% más pobre de la población cuyo ingreso es el de la mitad de un hombre jefe de hogar, debido a sus responsabilidades en el cuidado de los niños y a su menor nivel de escolaridad.
Joaquín Vial,[26] señala, que a fines de los 80, el nivel de ingreso era de US $ 1.750, que en cuanto a paridad del poder de compra equivalía a US $ 100. Lo cual situaba a Chile en la categoría de país con desarrollo intermedio. La imagen que dejaba el gobierno militar en 1989 era de importantes éxitos en el plano económico:
Desde la perspectiva crítica, el economista Hugo Fazio, hace un duro juicio sobre al gobierno de Aylwin.. Plantea,[27] que ese gobierno hace suyo el modelo económico de la dictadura. Los propósitos de justicia social, participación ciudadana y autonomía nacional entran en contradicción con un modelo altamente concentrador, antinacional y antidemocrático. Propósitos aún pendientes. Concluye: En el modelo actual no existe una estrategia de desarrollo, las grandes decisiones se toman en las grandes corporaciones de acuerdo a sus tasas de ganancia. La preocupación por la ganancia rápida vulnera el desarrollo sustentable, deteriora el medio ambiente y acrecienta la contaminación
Fazio retrotrae su análisis al gobierno de Pinochet, dice que al amparo del aparato estatal surgen numerosos grupos económicos que con Aylwin se consolidan y desarrollan. El modelo empuja la concentración patrimonial. En los 90, sigue ofensiva para reducir la presencia del Estado en la economía. El ex-presidente Frei se pronuncia "por privatizar todo lo que es privatizable", además, condiciona la variación del gasto público al crecimiento del producto, reeditando la política ante impuesta por el FMI, de colocar techo al gasto público y al endeudamiento de las empresas del estado. La regulación estatal democrática y participativa, es la alternativa
El modelo vigente beneficia a una minoría y a provocado una regresión en la redistribución del ingreso, ha reducido la participación de las remuneraciones, generando una sobreexplotación. El logro de la equidad sobre la base del crecimiento y a políticas focalizadas se ha mostrado muy limitado. El ingreso se concentra en el 10% de la población, no obstante el gobierno de Aylvin amarro la política tributaria, con la derecha, hasta 1997. Tal acuerdo redujo la tasa impositiva a los altos ingresos.
La base sustentadora en el gobierno de Aylwin fue de amplias capas de la burguesía y sectores populares, a pesar de que en los hechos, se impuso el programa de los grandes intereses económicos internos y externos. En la practica la Concertación les entrego su respaldo. Las Fuerzas Armadas dejaron de participar directamente, pero su presencia siguió siendo gravitatoria.
El modelo es implementado por la dictadura, mediante la violencia extrema, gradualmente esto es reemplazado por mecanismos económicos que, además, significaba una inserción internacional plena. Se intenta crear la imagen que es el único modelo económico posible. La gran empresa privada y los mecanismos de mercado, (hoy profundamente deformados por la gran concentración económica) son capaces de resolver los problemas económicos y los problemas de la vida nacional.
Pensar de otra manera es, según Gonzalo Ibáñez Santa María, rector de la Universidad Adolfo Ibáñez " una especie de rémora del socialismo en mucha gente que no puede soportar como la empresa privada a logrado salir adelante y empujar una serie de inversiones que antaño había asumido el Estado y lo hacía mal.[28] A pesar de su clara postura ideológica, en contra del socialismo, Ibañez Santa María cuestiona la formulación que considera al mercado, en toda circunstancia," el mejor asignador de recursos".
Las ventajas que tiene el mercado no deben esconder las deformaciones que se producen al ser controlado en alto porcentaje por grandes intereses económicos. Por ello produce fenómenos tales como la no-mejoría de la distribución del ingreso, y la que la concentración de la riqueza se refuerce. Del mismo modo, no se deben considerar los mecanismos de mercado absolutizándolos en forma acrílica.
Así, como cambian los tiempos, también las posiciones en relación con la globalización económica. Una crítica descarnada y desesperanzadora, como la que formuló en Washington el ex Presidente Patricio Aylwin, a la globalización de la economía, cuyos efectos se traducen en una merma de la soberanía de los Estados, en una desmotivación política de la ciudadanía y, en especial de los jóvenes. Planteando que la "suerte de pueblos se resuelve en bolsas de valores"[29]
Actualizando a Hugo Fazio, Economista, director del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA)[30] en su posición de critica al gobierno de la Concertación, vemos que se pronuncia sobre la crisis asiáticas y sus efectos para Chile, señalando que, entre los factores impulsores de ésta, se encuentran varios presentes en Chile desde hace tiempo: la caída de las exportaciones, el rápido deterioro de las cuentas corrientes y la liberalización del mercado de capitales. A los cuales debe sumarse la sobrevaluación de la moneda nacional.
La política de reducción del gasto público limita seriamente la capacidad del Estado de enfrentar las consecuencias sociales y económicas de la crisis. Hecho más grave aún, cuando dicha reducción afecta directamente al gasto social. Al contrario, se necesita generar recursos, con cargo a quienes han sido los permanentes beneficiados con la aplicación del modelo económico, para enfrentar las consecuencias de la crisis y los procesos que afectan a no pocas ramas de la economía.
El incremento de las tasas de cesantía, plantea urgentemente la necesidad de establecer un verdadero seguro de desempleo. Ciertamente el tema ocupa titulares, y ya es de preocupación nacional Según la agencia IPS, los nuevos cálculos hacen prever que 10 de cada 100 chilenos estarán desempleados para el próximo año (1999). Esto representaría la tasa más alta de desempleo desde la crisis de la deuda externa de 1982. Aquel año el desempleo llegó al 30%.[31]
El problema del desempleo, está presente, actualmente, en América Latina con 10 millones de despedidos, y los impactos de la crisis, ya están siendo asumidos tanto por el Presidente de la República como por su Ministro de Hacienda. Obviamente no en los mismos términos que Fazio.
La preocupación oficial se centra en que los trabajadores no pidan aumento saláriales para mantener su trabajo. Hasta el momento[32]no se les ha escuchado ningún llamado a los empresarios a disminuir su ganancia.
Tal hecho ayudaría a una situación de mayor justicia social al corregir las profundas brechas existentes entre ricos pobres. La acentuación del proceso de ajuste golpeará fuertemente a las mujeres pobres, que deberán resolver en el hogar los problemas de satisfacción de necesidades básicas.
Con otra mirada, aún más crítica, Rayen Quiroga:[33] Cuestiona las bases ideológicas y éticas de economicismo, que considera lo económico como sistema cerrado, independiente de otros, basado en una filosofía que privilegia el tener sobre el ser, e incita a una lucha en que ganara el
Mas fuerte fomentando los valores de la dominacion.
Elementos Para Un Análisis
En Chile los intentos de organización del sistema Estado-Mercado, con otros principios, distintos a los liberales autoritarios, en el período 1938-1973 no fueron ni suficientemente hegemónicos ni suficientemente visionarios como para resolver la situación estructural de pobreza.. La neomodernidad; marcada por el proceso envolvente de la globalización, genera desregulación flexibilización, y la desaparición o la cooptación de las organizaciones populares Lo anterior sumado a la aceptación de la clase política de las reglas impuestas por las nuevas formas de reestructuración capitalista vuelve a Chile al tipo de organización, que jalona los hitos del 33, del 25 y del 73. La lógica hegemónica muestra el cambio en la centralidad del conflicto: Capital- trabajo al interior de la gran o mediana empresa que posibilitó, en el Chile del 38 al 73 la existencia del llamado Estado De Compromiso,[34] este establecía un equilibrio, sí bien precario y no equitativo comparado con Europa, en el reparto de la ganancia capitalista.
No obstante, esta situación, que en términos generales corresponde al modo de Regulación fordista, permitió la constitución de un sindicalismo de clase relativamente fuerte, que daba cuenta de un conflicto con el capital ubicado en la fábrica. Es la centralidad de este conflicto capital trabajo y su lugar de expresión, lo que se modifica substancialmente con la neomodernización caracterizada por la forma que asume en Chile y en el mundo la reestructuración capitalista y los procesos de globalización.
Al decir de Sergio Boissier,[35] existirían ciertas tendencias a nivel macro, en las cuales es posible identificar las nuevas formas de acumulación capitalistas guiadas por la globalización, las cuales son: desdibujamiento del Estado nacional; Configuración de espacios cuasi Estados, supranacionales. (MERCOSUR); vitalización de los territorios subnacional y las ciudades.
Las estructuras emergentes son los nuevos actores de la competencia internacional por capital tecnología y mercado. Son los nuevos actores del proceso de globalización mundial. Esto genera una alta demanda por la descentralización política y territorial. El mismo Sergio Boissier nos dice que a nivel microsocial, se debe reconocer los proyectos individuales como dependientes del entorno físico o territorial.
Compartiendo con Boissier, la idea de la centralidad que ocupa el territorio, y por ende la expresión del conflicto capital-trabajo, en el nuevo modo de ganancia capitalista. También compartimos que lo fundamental es la importancia que tienen las personas, su cultura y sus proyectos en todo asentamiento humano en busca de desarrollo. Al respecto recordamos que el discurso de la equidad y la democracia parece ser clave en el ámbito de gobierno, pero entendemos que aún niveles mínimos de equidad y democracia, no son posibles sin actores sociales capaces de negociar.
El modelo de desarrollo vigente tiene un marcado sesgo economicista. Se basa en una filosofía que privilegia el tener sobre el ser, e incita a una lucha en que ganara el más fuerte fomentando los valores de dominación. Este razonamiento intenta convencer que el crecimiento económico es el camino para el logro del bienestar integral, donde desarrollo, es la adquisición de bienes materiales y que asimila buenos indicadores macroeconómicos con bienestar colectivo.
Aseveración desmentida en la practica, pues el crecimiento económico coexiste con niveles de incremento de la pobreza. Ya que se ignora la distribución de la riqueza y la capacidad de sustentación del modelo a lo largo del tiempo. (Quiroga 1994)
A las aseveraciones de Rayen Quiroga reconocidas en discursos oficiales, "la brecha entre ricos y pobres persiste y pese a los éxitos obtenidos en el desempeño macroeconómico del país, los frutos de ese progreso no logran llegar a los sectores más empobrecidos. Persisten los mecanismos de reproducción de la pobreza, de creación de nueva pobreza y de endurecimiento de cierto tipo de pobreza".[36]
Es necesario acotar lo indicado por Leiva, respecto a los logros económicos. Los éxitos del modelo reflejados en los resultados macroeconómicos impiden examinar los mecanismos políticos económicos que lo han hecho posible. Entre otros: la violenta reducción de la fuerza de trabajo, logrado mediante mecanismos extraeconómicos; la intensificación de ritmo de trabajo y la prolongación de las jornadas laborales; la incorporación masiva de la mujer al mercado del trabajo, fundamentalmente en empleos precarios y de menor remuneración.
Dado el reconocimiento explícito de Joaquín Vial, de que la implementación de un sistema de mercado orientado al exterior, la mantención de superávit fiscales, la disminución del tamaño del sector público y que la imagen de éxito a ella asociada, "de alguna manera, todo ello fue determinante para ciertas definiciones estratégicas del nuevo gobierno".
De estas aseveraciones, y de las de Foxley, podemos deducir una línea de continuidad, en la aplicación de políticas económicas orientadas a fomentar las exportaciones, entre el gobierno de Augusto Pinochet, y los gobiernos de la Concertación. Por tanto, parece pertinente por su gran riqueza para un análisis más certero considerar el planteamiento de Fernando Leiva.
Este sitúa el modelo de desarrollo vigente, para efectos analíticos en un marco más global: El proceso de reestructuración capitalista que se implementa en Chile y en todo el continente con un nuevo patrón de acumulación orientado a la exportación Recoge la opinión Marcelo Selowsky, del Banco Mundial, en cuanto a que dicho proceso requiere, una secuencia de tres etapas por las que deben pasar los países para recuperar ritmos de crecimiento sostenido:
Al revisar las características de cada etapa se puede realizar una mirada con mayor precisión al proceso de empobrecimiento de las mujeres, dadas las condiciones y prácticas sociales diferenciadas que se dan con relación al género femenino en cada uno de los períodos. Más aún considerando esas diferencias es posible confrontar el planteamiento del economista Leiva; en cuanto a que el patrón de acumulación capitalista que se aplica requiere una democracia de baja intensidad.
Los enfoques más usuales de los estudios acerca de la pobreza, recalcan que ésta puede ser vista en términos tanto relativos como absolutos. En el primer caso, se la define en relación con otras situaciones y contextos sociales con los cuales es confrontada y diferenciada. Bajo esta perspectiva, puede decirse que la pobreza es relativa, como también lo son sus grados y heterogeneidad (que remiten a privaciones mayores o menores), pues se establecen por comparación. Este enfoque debe ser complementado con el acercamiento a la pobreza vista en términos absolutos, que imprime otros matices a la relación pobreza-necesidades.
En esta perspectiva, hay un núcleo de necesidades absolutas que son irreductibles a determinadas comparaciones, tanto en términos contextuales -un país, una comuna- como desde el punto de vista de niveles sean éstos de bienestar o de estilos de vida. Dicho núcleo de necesidades remite a "la dignidad e igualdad esenciales del individuo considerado como ser humano"[37], vinculando la cuestión de las necesidades con la de justicia y enmarcando el logro de su satisfacción en el ámbito de un campo de lucha por los derechos humanos.
La pobreza absoluta alude, por lo tanto, a estados de carencia en los que se soslayan necesidades que todos, por compartir la calidad de seres humanos, tienen el derecho de satisfacer, razón por la cual no pueden ser relativizadas. En este sentido, lo que se subraya es la idea de la dignidad humana vinculada a necesidades universales y a la universalidad de los derechos que la garantizan.
Análisis derivados de esos planteamientos, han proyectado el concepto de pobreza a lo largo del tiempo, desde el reconocimiento de la pobreza material, el concepto de pobreza, se equipara habitualmente al de la falta de ingreso, porque se presume que este indicador determina, en gran medida, el nivel de bienestar material a reconocer que las carencias pueden afectar otras dimensiones humanas.
Así, como lo hizo hace algunos años Max Neef, al definir pobrezas afectivas, de participación, de representación, etc. y Amartya Sen,[38] (1985) pionero en la discusión sobre la noción de capacidades. Sen, junto con otros autores, señala que una persona es pobre si carece de los recursos para ser capaz de realizar un cierto mínimo de actividades. Al respecto, Meghnad Desai (1992) propone las siguientes capacidades como básicas y necesarias:
La capacidad de permanecer vivo-gozar de una vida larga.
La capacidad de asegurar la reproducción intergeneracional.
La capacidad de una vida saludable.
La capacidad de interacción social; y,
La capacidad de tener conocimiento y libertad de expresión y pensamiento.
MIDIENDO LA POBREZA
El concepto y medición de la pobreza son tratados en el análisis crítico del Informe sobre Desarrollo Humano (1997), publicado por el PNUD, dedicado a la Pobreza. En 1948, el Banco Mundial, define como pobres a los países con una renta por habitante menor de US $ 100. Sin embargo, durante las décadas de los años 1950 y 1960, se consideraba que el crecimiento era el principal instrumento de reducción de la pobreza.
Habrá que esperar hasta 1973, cuando el mismo Banco Mundial, por boca de su presidente, Robert McNamara, lance el concepto de pobreza absoluta: "Unas condiciones de vida tan degradadas por la enfermedad, el analfabetismo, la desnutrición y la miseria que niegan a sus víctimas las necesidades humanas fundamentales… unas condiciones de vida tan limitadas que impiden la realización del potencial de los genes con los que se nace; unas condiciones de vida tan degradantes que insultan a la dignidad humana; y aún así, unas condiciones de vida tan habituales que constituyen el destino de cerca del 40% de los pueblos de los países en vías de desarrollo".
Desde entonces, la lucha contra la pobreza ha presidido la política de "cooperación al desarrollo" de los diferentes agentes implicados. El Informe de 1990 del Banco Mundial, ofrece un panorama completo de la situación hasta aquel momento y, en particular de la definición y medición de la pobreza.
La apropiación de la pobreza por la economía le ha conferido una respetabilidad científica y ha permitido que se transformara en una entidad mensurable. Sin embargo, las dificultades, relacionadas con los indicadores cuantitativos de pobreza, son tan claras, que ha habido que adoptar otra estrategia
En la misma línea de su IDH (Índice de Desarrollo Humano) el PNUD inventó el IPC (Índice de Pobreza de Capacidad) en 1996, Año Internacional para la Erradicación de la Pobreza: "El concepto de pobreza se equipara habitualmente al de falta de ingreso, porque se presume que es el ingreso el que determina el nivel de bienestar material. Pero la "pobreza de ingreso" es sólo parte del panorama. El Informe de ese año introduce de esta manera una nueva medición multidimensional de la pobreza humana, el Índice de Pobreza de Capacidad (IPC), este refleja el porcentaje de gente "que carece de capacidad humana básica o mínimamente esencial"[39]. Pero, sin mayores explicaciones, en el Informe de 1997_ este índice se substituye por otro denominado Índice de Pobreza Humana (IPH).
El atractivo del discurso oficial del PNUD, es que acentúa lo no económico, en este caso la multidimensionalidad de la pobreza, en contraste con el economicismo del Banco Mundial y sus umbrales de pobreza absoluta.
El IPH no utiliza ningún componente económico lo que le permite evitar las críticas a los índices cuantitativos y presentarse como el mejor instrumento de medida y de clasificación universal. Usando este índice se elabora un primer cuadro titulado "Clasificación de los países en desarrollo según el IPH que permite, una mejor comparación internacional entre países.
Con la tesis que los pobres son los verdaderos expertos de pobreza. El Banco Mundial ha utilizado como base para el Informe sobre el desarrollo mundial, 2000/2001.El estudio La voz de los pobres, basado en casos reales de más de 60.000 hombres y mujeres pobres de 60 países,
Este consta de dos partes: un examen de los recientes estudios sobre la pobreza con participación de los interesados, llevados a cabo en 50 países con intervención de unas 40,000 personas pobres, y un nuevo estudio comparativo realizado en 1999 en 23 países con la intervención de unas 20.000 personas pobres.
La primera parte de las consultas ya realizadas proyectan nuevas estimaciones: La enfermedad, la malnutrición y el hambre siguen siendo, una constante para millones de personas aunque, según el Banco Mundial, en las últimas décadas se han producido ciertos avances, " el ingreso familiar se ha más que duplicado y en algunos países, se ha incluso quintuplicado o multiplicado por 10.
En algunos países en vías de desarrollo prácticamente se ha conseguido la escolarización universal". Pero, aún mil millones de personas no tienen todavía acceso a agua potable y 2.400 millones de acceso al saneamiento básico. ingieren agua en condiciones inadecuadas. En el mundo en desarrollo 1.200 millones de personas tienen pobreza de ingreso, cerca de 1.000 millones de adultos son analfabetos funcionales. [40]
Esta situación de pobreza provoca el 80% de las enfermedades de los países en desarrollo e inciden directamente cada año en la muerte de 10 millones de personas. 130 millones de niños, la mayoría niñas, no tiene acceso a la escuela. En los países en vías de desarrollo, hay 800 millones de personas crónicamente malnutridas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que se ha fijado como reto rebajar la cifra de hambrientos a 730 millones en el año 2010.El índice de pobres ha aumentado un tercio en los últimos 30 años, período en el que se ha acentuado también el desequilibrio entre pobres y ricos. El 20% más rico del planeta goza de unos ingresos 150 veces superiores al 20% más pobre. Hoy en día el activo de las 358 personas más ricas, es decir, el de los multimillonarios en dólares, es igual al ingreso combinado del 45% más pobre de la población mundial, 2300 millones de personas. En el conjunto de los habitantes de los países en vías de desarrollo el ingreso se mantiene con 810 dólares al año.
El informe del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), dado a conocer recientemente en Roma. se centra en los pobres rurales "que son las tres cuartas partes de los 1,2 millones de pobres del planeta". Según las cifras del FIDA, 1.200 millones de personas sobreviven en el mundo con menos de un dólar estadounidense al día, repartidas así: 44% en Asia meridional, 24% en África subahariana, 24% en Asia oriental, 6,5% en América Latina y el Caribe.
En el mundo en desarrollo en su conjunto, el 20% más pobres de la población obtiene como promedio casi el 7% del ingreso total, pero en América Latina tiende a participar en medida incluso menor, con sólo un 3%. De acuerdo con los datos del Banco Mundial, entre 1987 y 1993 la pobreza retrocedió en el Este de Asia, Oriente Medio, Norte de África y en el Sudeste Asiático. Sin embargo, creció en el Asia central y Europa del Este y se mantuvo constante "más o menos" en Latinoamérica y en el África Subsahariana. Alrededor del 90% de los pobres viven en el Sudeste Asiático, África subsahariana, Indochina, Mongolia, América central, Brasil y China.
Están cifras, indican que los objetivos, de la Declaración de Copenhague. En la cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 1995. "Erradicar la pobreza es un imperativo ético, social, político y económico de la humanidad." Están aún muy lejanos.
En América Latina la política económica implementada por los "neoliberales" resulta en un dramático aumento en el numero de personas viviendo por debajo del nivel de pobreza. En 1980, 118 millones de latinoamericanos alrededor de la tercera parte de la población regional era pobre. En 1990, ese numero se había incrementado a 196 millones, o cerca de la mitad del total de la población. El 80% de estos 78 millones de "nuevos pobres" eran habitantes urbanos, lo cual ayuda a entender la congestión creciente y el deterioro acelerado de la mayor parte de las grandes ciudades Latinoamericanas. El 42% de crecimiento de los "nuevos pobres" entre 1980 y 1990 casi duplica el crecimiento poblacional del 22% en la región durante ese mismo período.
Es importante notar que esta expansión de la pobreza en nuestro continente, supero al de cualquier período histórico anterior.
Según CEPAL en América latina, al inicio del siglo XXI, unos 220 millones de personas vive en la pobreza, casi 45% de la población. En América Latina PIB por cápita creció por 75% de 1960-1980, (antes de la implementación de políticas neoliberales) y de 1980-1998 ha subido sólo 6%. Según el informe sobre Desarrollo mundial. En América Latina, Asia meridional y África al sur del Sahara el número de personas pobres no ha dejado de aumentar. [41]
Durante estas dos décadas, el numero de gente pobre se incremento en 9 millones (8%), mientras que el total de la población creció en 145 millones de personas, es decir, un 67%. Recordemos que esto ocurrió durante un período de elevado intervencionismo económico estatal.
Ello indica de forma contundente que el "Estado Benefactor", sin ser eficiente en la administración de la economía, ni en la participación competitiva en el mercado, fue no obstante, capaz de enfrentar con mejores resultados el principal problema social de América Latina: la pobreza.
2.1- POBREZA Y DESARROLLO.-
La discusión acerca del concepto de pobreza, y su evolución en el tiempo, está fuertemente asociada a la discusión sobre el concepto de desarrollo. Este se inicia con un enfoque economicista estático37 que considera el desarrollo ligado a una serie de indicadores fundamentalmente económicos. En función de estos, se establece la diferencia entre: países desarrollados y países subdesarrollados. Término para referirse a las naciones suramericanas. Se las definió como "underdevelopment nations", distinguiéndolas de las " development nation".
La condición de desarrollo se manifiesta en países cuya renta real per cápita es igual o mayor a la de naciones tales como los Estados Unidos de Norteamérica, Europa Occidental y Japón. En el estudio del desarrollo se ha hecho énfasis en estos indicadores, a partir de metas fijadas, sin embargo, los indicadores económicos por si solos no reflejaban la realidad de cada país en su desarrollo más amplio.
Posteriormente, se agregan indicadores sociales a las mediciones, (además de los indicadores socioeconómicos) tales como: mortalidad infantil, servicios básicos, expectativa de vida, vivienda y urbanización, alfabetización, etc. Lo anterior, implica una mayor complejidad, pues los indicadores sociales son difíciles de medir, incluso en algunos países no existen estadísticas o estas difieren mucho entre sí y se invalidan. Superando el concepto estático, hoy existen tendencias que conciben el desarrollo como un proceso dinámico y globalizante, cuya finalidad es obtener el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, paralelamente con el crecimiento de la economía nacional. Por tanto, un concepto más acabado sería: "proceso del cual se logra un crecimiento económico sostenido que se traduce en un mejoramiento de las condiciones socioeconómicos y culturales del conjunto de la población".
Muchas veces tal mejoramiento no se percibe, el indicador "per capita" tiene una limitación, puesto no considera la distribución real del ingreso. Se pretende de que haya distribución equitativa, lo que se opone a la teoría del chorreo. La mayor concentración de población corresponde a un 80%, que son los de menores ingresos y un 20% de los mayores ingresos.
En la perspectiva de los ingresos surge el concepto de: "Nivel de Vida": El cual se refiere al ingreso que permite satisfacer las necesidades básicas, sociales y culturales. Dicha definición es complementada con la de Calidad de Vida. Además de la definición anterior, incorpora el entorno, o sea, es un entorno que favorezca el desarrollo de la comunidad humana.
Considerando estos aspectos, en la actualidad se ha tomado medidas, para que se cautele que los factores productivos no deterioren la calidad de vida de la población. Todo tipo de contaminación atenta en contra de la calidad de vida.
LAS TESIS CEPALIANAS.-
Durante la década de los cuarenta, en América Latina, la CEPAL es quizá la que hace las veces de líder de opinión en esta materia. Destaca en estas contribuciones la de Raúl Prebisch en su "Tesis del Centro y la Periferia", esta teoría va aparejada con aquella que dice relación con el deterioro en los términos de intercambio. En esta teoría, la desigualdad, la pobreza y la falta de desarrollo de la periferia eran consecuencia del patrón de especialización determinado por la división internacional del trabajo.
Para romper con esta tendencia, era válida sólo la alternativa de modificar dicho patrón, y esto era romper con su historia, fundamentalmente sustituyendo las importaciones sobre la base de un esfuerzo importante en materia de industrialización, potenciando aquellos sectores más emergentes. Hoy este mismo organismo propicia el paradigma de desarrollo, de "crecimiento con equidad, "que constituye el pensamiento neoestructuralista, que guía las políticas económicas que se implementan en. Chile.
NUESTROS CONCEPTOS
Con relación a pobreza y desarrollo, creemos que la mayor riqueza conceptual se encuentra en Max Neef, por cuanto, ubica en el centro de los procesos de desarrollo las necesidades humanas no satisfechas y los diferentes satisfactores que pueden responder a ellas. En esta idea, es posible integrar la noción de capacidades propuesta por Sen.
Se identifican un numero limitado de necesidades humanas: cuatro según, categorías existenciales -ser, tener, hacer y estar- y nueve de acuerdo a categorías axiológicas -subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad. Algo diferentes son los satisfactores, formas y elementos utilizados para dar respuesta adecuada a esas necesidades; estos satisfactores poseen un carácter mucho más cultural e histórico.
La respuesta a estas necesidades se da de manera integrada y sinérgica, es decir, potenciando unas con otras, de manera que la necesidad de participación, por ejemplo, al ser satisfecha contribuye a responder la necesidad de identidad, protección y otras.
Si se pretendiera establecer una relación entre este concepto y alguno de los otros mencionados anteriormente, podría decirse que el desarrollo a escala humana también reconoce como espacios óptimos los subnacionales, los más pequeños, que permiten una relación más cercana con las necesidades de las personas.
Desde está perspectiva nos acercamos a otra definición de desarrollo, tal es el "otro desarrollo" propuesto por Max Neef y Quiroga. Las necesidades humanas y la concepción holistica de pobreza descritas en esta propuesta, son muy coincidentes con el concepto de desarrollo al que nos aproximamos. "La creación y existencia de las condiciones culturales, espirituales, sociales, económicas, científicas y políticas que permitan a las personas y a la sociedad, la capacidad de perfeccionamiento y autorrealización".38
Nos parece pertinente el concepto, particularmente por las siguientes ideas implícitas en el mismo. Decir creación, es pensar en la refundación del mundo, en hacer novedad, es situarse en lo dado de la sociedad efectiva, pero proyectándose a una sociedad potencial, donde el ser humano sea el centro. La sociedad es sólo posible por la acción humana constante y renovada.
La definición que utilizamos supone una construcción social compartida, vale decir, implica recoger y procesar colectivamente los múltiples y diversos significados que se crean y recrean en las prácticas sociales cotidianas de los distintos actores sociales de nuestra sociedad.
El concepto tiene como antecedentes[42]los Estudios de la Mujer en Estados Unidos y Europa. Los Estudios de la Mujer en Estados Unidos, pasaron por cuatro fases.
La primera se inicia en 1969, y su rasgo central es la conformación de los Estudios de la Mujer con una identidad propia. Este período tuvo como objetivos:
1) deconstruir los errores acerca de la historia, la sociedad y la cultura que habían creado los prejuicios masculinos.
2) Construir conocimiento acerca de la mujer;
3) Servir de catalizador de las diversas iniciativas de las mujeres en el ámbito académico y
4)Producir un nuevo conjunto de ideas, paradigmas y teorías.
La segunda etapa está representada por hacer visibles y centrales los nuevos acercamientos teóricos y metodológicos. en los diversos campos, de conocimientos relacionados con la mujer. Se avanza para que los temas no fueran obscurecidos por los sesgos androcéntrico. Fase llamada de "mayoría de la edad" de los Estudios de la Mujer, tanto por la legitimidad que cobran como por su expansión horizontal. La tercera fase se caracteriza por una apertura hacia la noción de multiculturalidad que propiciará la puesta en escena de las experiencias plurales y diversas de las mujeres. Este proceso se produce a partir de las críticas que emergen desde las intelectuales negras, que cuestionan la idea de una «hermandad universal de mujeres» y que sostienen que los Estudios de la Mujer estaban sesgados por ser producto de la experiencia de mujeres de clase media y blanca, proponiendo su descentramiento hacia otras experiencias. Se inicia un debate para la necesaria contemplación de las diferencias no sólo de etnia y raza, sino de clase, religión, edad, etc.
Se iniciará así un período de cambios de los paradigmas clásicos de los Estudios de la Mujer, cambios que fueron producto de las críticas ya mencionadas y que incidieron también en nuevas transformaciones de los estudios académicos. Dos grandes paradigmas son controvertidos en esta fase:
a) la noción de subordinación universal de la mujer y
b) la dicotomía entre las esferas públicas y privadas en la vida de las mujeres.
La cuarta fase es la que se experimenta actualmente. Se caracteriza por un énfasis en los temas globales que afectan a las mujeres y la internacionalización de programas de Estudios de la Mujer o Género en los países del Tercer Mundo. Los nuevos temas que cobran relevancia son algunos relacionados con el género y la deuda externa, los ajustes estructurales, el militarismo, las tecnologías reproductivas, el racismo, los refugiados, la familia y el trabajo. Se perfilan reconceptualizaciones en la teoría feminista y la enseñanza de las distintas teorías que han surgido en los veinticinco años de historia de los Estudios de la Mujer. Comienza a focalizar la atención en la incorporación de la variable mujer o género en otras disciplinas, desplazando la centralidad de las humanidades y las ciencias sociales hacia las ciencias médicas y biológicas.
En América Latina los Estudios de la Mujer se inician, mayoritariamente, fuera del ámbito de las universidades en un período de crisis económicas, regímenes dictatoriales e impulsados por agencias de cooperación internacional.
El concepto de género no sólo cuestionó la categoría universal de "la mujer", sino que hizo avanzar las reflexiones en torno a la posición que éstas ocupaban en las distintas sociedades. Así, el postulado de que «la mujer» ostenta una posición subordinada en todos los grupos humanos, toda vez que el patriarcado, dominio de lo masculino sobre lo femenino, atraviesa los períodos históricos, se ha abandonado, a partir de las investigaciones que, con un enfoque de género, se han realizado en Antropología e Historia. El concepto de género hace necesario comprender lo femenino con relación a lo masculino y viceversa.
Las culturas definirán qué es ser mujer y qué es ser hombre y también propondrán modos específicos de relación entre ellos. Esta relación podrá ser de igualdad, complementariedad o desigualdad, según sean las jerarquías sociales, la participación económica y las simbolizaciones emergidas de cada grupo. De esta manera, la idea de que existe «la mujer subordinada» en todas las sociedades y en todos los períodos históricos, es reemplazada por la noción de que existen relaciones específicas entre hombres y mujeres en una diversidad de situaciones que es preciso delimitar.
A fines de la década del 70 casi la mayoría de las investigaciones y reflexiones asumían el concepto de género como imprescindible para entender la posición diferencial de mujeres y hombres en las distintas sociedades. Si bien hubo un consenso en cuanto a la distinción sexo – género, no lo hubo con relación a sí en la construcción de este último tenían más peso los elementos culturales (o ideológicos) o los elementos socioeconómicos. De allí que, sobre todo en Antropología emergieran dos corrientes claramente discernibles: la de construcción simbólica del género y la de construcción social del género.
La construcción simbólica de las diferencias sexuales, pone el acento en que los sistemas de representación de los géneros en las distintas culturas son claves para la reproducción de los estereotipos femeninos y masculinos. La transmisión cultural de las relaciones entre hombres y mujeres incide en las conductas y en las acciones de éstos. Esta corriente propone la indagación de las construcciones simbólicas de las categorías de género como punto central para elucidar las relaciones entre masculino y femenino en una cultura determinada, relaciones que se evidenciarán luego en el entramado social y económico.
La vertiente de la construcción social del género, enfatizará en la idea de que es preciso conocer primero qué es lo que las mujeres y hombres hacen en las distintas sociedades y cómo ese hacer determina su posición en la estructura social. Así la división sexual del trabajo y el circuito de producción, distribución y consumo será un ámbito privilegiado para saber cuál es la relación entre los géneros de los distintos grupos humanos.
Actualmente, las nuevas tendencias buscan una conjunción de las visiones de la construcción simbólica y social del género, sosteniéndose que su análisis debería incorporar tanto lo que hombres y mujeres hacen, como el universo simbólico que a veces legitima la continuidad de sus atributos y el tipo de relación entre ambos.
A esta perspectiva teórica integrada estamos incorporando la variable clase social y edad de modo tal que, la diferencia entre lo femenino y lo masculino se entrelaza con las diferencias generacionales, y de clases sociales. La categoría de género la entenderemos como producciones culturales que dan sentido a las diferencias biológicas entre mujeres y hombres.
Tomando las precisiones de Scott;[43] consideraremos el género como: Un elemento constitutivo de las relaciones sociales que se basa en las diferencias que distinguen los sexos. Una forma primaria de relaciones significantes de poder. El conjunto de saberes sociales (creencias, discursos, instituciones y prácticas)sobre la diferencia entre los sexos. Género es entonces una categoría ligada a las relaciones sociales, al poder y a los saberes.
a representación de lo femenino y lo masculino son construcciones culturales, producto de procesos multideterminados que cada colectividad elabora y reconstruye y, que puede modificar.[44].Determinar los procesos aludidos supone reconstruir el concepto de género a partir de situaciones concretas, en contextos determinados que permitan definir la especificidad de los procesos constitutivos; y, determinar la disparidad existente entre los estereotipos hegemónicos y las prácticas sociales..La conceptualización anterior nos lleva a comprender lo que es ser hombre o mujer en las distintas sociedades. En nuestro continente latinoamericano, de acuerdo a las investigaciones realizadas la mujer, especialmente las mujeres pobres cumplen un triple rol. [45]Investigaciones que es preciso confrontar con la realidad chilena.
3.1. – EL MACHISMO
En América Latina y en Chile la cultura androcéntrica se expresa en todas las formas de la vida social como "machismo", término que se refiere a dos hechos interrelacionados:
Una situación de dominio y privilegio del hombre sobre la mujer en los aspectos económicos, jurídico, político, cultural y psicológico. Además, a los mitos de superioridad del hombre en muchos aspectos o en todos los aspectos (biológico, sexual, intelectual y emocional). [46]Los mitos machistas tienden a asociar al hombre con la razón y la cultura y a la mujer con la afectividad y la naturaleza y constituyen lo que Imelda Vega llama " el imaginario femenino".[47] La forma en que la cultura moldea ideológicamente a las mujeres y el papel que les asigna en la sociedad.
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