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Aníbal Quijano y Mariátegui (página 3)

Enviado por Rafael Herrera Robles


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El stalinismo negaba que el imperialismo, de acuerdo a sus intereses, promueva el desarrollo capitalista, mientras que para Haya de la Torre y Mariátegui, el capitalismo es impulsado por intereses imperialistas, por lo que a mayor capitalismo hay mayor dependencia, mayor colonialismo.

Para el stalinismo, era necesario que el capitalismo se desarrolle plenamente antes de llegar al socialismo. Por eso, hasta 1928, con toda claridad, señalaban que las reivindicaciones democrático burguesas se cumplirían en una revolución burguesa dirigida por la burguesía nacional "revolucionaria", para que desarrolle el capitalismo que implicaba a la vez independencia nacional. A partir de 1928, se da un viraje al ultraizquierdismo y, a cuanta organización no comulgue con ellos, se les designaba como "socialfascista". A pesar de esto, a pesar que en ese periodo se llama a formar soviets, de acuerdo a lo que expusieron en la reunión de partidos comunistas de Buenos Aires en 1929, si bien no se menciona a la burguesía nacional "revolucionaria" como caudilla del proceso, pero se hace incapié en que el socialismo es un objetivo remoto en América Latina, ya que previamente, en una serie de etapas se debe desarrollar plenamente el capitalismo. A partir de 1933, con la política de los frentes populares, se vuelve a le versión original de subordinación a organizaciones burguesas, incluyendo a las que poco antes –en su periodo ultra izquierdista- habían designado como "socialfascistas".

Haya de la Torre decía que la burguesía nacional está entrelazada al feudalismo y subordinada al imperialismo, por lo que la revolución lo acaudillarían las "clases" medias y dentro de ellas, los intelectuales, por mediación de un estado antiimperialista promotor del desarrollo capitalista diferente al imperialista, para que posteriormente venga el socialismo. Se debe vigilar a las clases medias para que no evolucionen a gran burguesía, ya que sería una "regresión" al imperialismo. A la burguesía nacional, Haya de la Torre lo incluye dentro de su propuesta corporativa del Congreso Económico Nacional, junto al estado y los trabajadores, para "discutir la realidad".

Para Mariátegui las tareas democráticas burguesas serían impulsadas por la alianza de obreros, campesinos y el conjunto del pueblo, pero no se detendrían en reivindicaciones burguesas, sino que partiendo de ellas harían avanzar la revolución al socialismo. Las comunidades indígenas serían pilares en la colectivización del agro, con la ayuda de la ciencia y la técnica, inmersos en la revolución mundial.

Mientras Stalin proclama el socialismo en un sólo país, Haya de la Torre y Mariátegui estaban convencidos de la necesidad de la revolución mundial para el triunfo del socialismo. El fundador del aprismo dijo expresamente que para que triunfe el socialismo en Rusia es necesario la revolución mundial. Mariátegui reivindicaba de Trotsky su internacionalismo y su la lucha contra el burocratismo.

El estalinismo tildó a Trotsky de derrotista, porque supuestamente está contra las realizaciones socialistas en Rusia, esperando la revolución mundial. Recordemos al respecto que en 1924 Trotsky propuso la planificación de la economía para la edificación del socialismo y fue Stalin quien se opuso, argumentando que es la cumbre de la utopía, sin proponer ninguna alternativa. En 1928, forzado por los acontecimientos, el estalinismo da inicio a la planificación mediante los planes quinquenales.

Una cosa es iniciar el proceso socialista en un país, para concluir en el ámbito internacional, y otro distinto, intentar establecer el socialismo en un sólo país, cosa imposible, porque ni siquiera el desarrollo capitalista es posible al margen del sistema económico mundial".

Haya de la Torre, imperialismo, estalinismo.- No sabemos la fuente que indujo a Quijano a presentar los planteamientos del aprismo primigenio igual a los estalinistas. Con seguridad no están en los escritos de Haya de la Torre de esa época.

La primera discrepancia directa que tuvo Haya de la Torre con el estalinismo fue en febrero de 1927 cuando asiste junto a Eudocio Ravines al primer Congreso Antiimperialista mundial realizado en Bruselas promovido por la Tercera Internacional estalinista que proyectaba formar un frente pluriclasista antiimperialista. Haya de la Torre critica que se privilegie la alianza con la burguesía nacional supuestamente "revolucionaria" para luchar contra el imperialismo (el enemigo "externo") y la feudalidad, mientras la lucha de clases por el socialismo quedaba para los partidos comunistas: "Discrepamos [con el estalinismo] en cuanto al frente incondicional con las burguesías y en cuanto limitar nuestra acción a una mera resistencia antiimperialista, dejando la beligerancia política al Partido Comunista, bajo cuya dirección debería quedar sometida el Apra a través de las fallidas "ligas72". No obstante, concluye que con enmiendas que propusieron, junto a Eudocio Ravines lo suscribieron.

En ese congreso Haya de la Torre también discrepó con el joven revolucionario cubano Julio Antonio Mella, a quién califica como un "luchador puro antiimperialista". "Lo conocí –escribe Haya de la Torre- desde que llegué desterrado a Cuba de paso a Méjico en 1923, pero los debates de Bruselas, en los que refuté y conseguí el rechazo de su proyecto de resolución sobre las condiciones económicas y políticas de Indoamérica, nos distanciaron definitivamente73". Probablemente las ideas de Mella eran ultra izquierdistas si recordamos su opúsculo publicado poco después bajo el título intencional de "¿Qué es el Arpa?".

Para las elecciones de 1931 Haya de la Torre hace una distinción entre el programa mínimo de carácter reivindicativo inmediato y el programa máximo para el futuro, de grandes transformaciones, al mismo tiempo que en una entrevista74 con el embajador de Estados Unidos en el Perú lo convence que en caso el Apra llegue al poder, Estados Unidos no tendría nada que temer. Pero las bases apristas no pensaban lo mismo. Querían la revolución.

No obstante la ambivalencia y hasta claudicación en muchos principios primigenios, Haya de la Torre y el Apra estaban a la izquierda del estalinismo hasta la década del cuarenta. Cuando en 1933 pierde las elecciones el partido republicano en Estados Unidos que practicaba la política del "garrote", para dar paso al gobierno del partido demócrata con Franklin Delano Roosevelt, promoviendo la política del "buen vecino", mientras el estalinismo se adapta a esa tesis congruente con los frentes populares, Haya de la Torre mantenía su crítica despiadada al "imperialismo yanqui". En diciembre de 1935 (como nota preliminar para la primera edición del "Antiimperialismo y el Apra" publicado en 1936 en Santiago de Chile) escribió que si bien la "política del garrote" del Partido Republicano ha dado paso a la "política del buen vecino", el "imperialismo económico sigue en pie" contra el cual se debe luchar con la unidad de todos los pueblos, para que las fronteras políticas sean meras demarcaciones administrativas, nacionalizando la riqueza "bajo un nuevo tipo de Estado". Menciona dos formas de dominio imperialista. El "imperialismo clásico que conquista con el hierro y explota por el oro"; y el imperialismo "más novedoso y sagaz, que no usa las armas como instrumento previo de dominio, sino que invierte, presta dinero, para exigir después en el cumplimiento de un contrato la carne misma del deudor…" Haya de la Torre completa su pensamiento escribiendo: "Ambas formas históricas del imperialismo, muy antigua y muy moderna, subsisten hoy; la que manda inicialmente a los soldados para después exigir el botín y la que lo negocia con antelación en inversiones, préstamos, ayudas económicas de apariencia más o menos generosa, para enviar más tarde a los soldados si el forzado deudor no cumple". La primera forma de dominio –prosigue- ha sido más frecuente en los imperios coloniales europeos, mientras la segunda forma, "característicamente yanqui, es usada también en zonas militarmente inaccesibles, por los imperialismos del viejo mundo".

Apra trotskismo.- Era la época en que el estalinismo promovía la formación de los frentes populares antifascistas en los cuales los revolucionarios se subordinan a los reformistas y a la burguesía liberal, a los que anteriormente, en su periodo ultraizquierdista (1928-1933) habían tildado de social fascistas. Haya de la Torre en primera instancia rechazó los frentes populares ufanándose coincidir con Trotsky.

Ricardo Melgar Bao75 narra las relaciones entre apristas y trotskistas en Méjico que, sobre todo al inicio, se sustentaba en ideales comunes: "Haya de la Torre encontró en el líder ruso en el exilio, un apoyo a su oposición a las tesis de Dimitrov sobre el frente antifascista; así lo ratificó en una carta suya a Luis Alberto Sánchez: "¿Leíste en Octubre, revista trotskista de México, el ataque de Trotsky contra los frentes populares? ¡Formidable!".

Recordemos que fue Trotsky el primero en llamar a la más amplia unidad de todas las fuerzas contra el fascismo, incluyendo organizaciones burguesas, pero manteniendo cada cual su independencia orgánica y política para llegado el momento poder avanzar al socialismo. En los frentes populares estalinistas los revolucionarios se subordinaban orgánica y políticamente a la burguesía, renunciando al socialismo. En la guerra civil española (1936-1939) contingentes de revolucionarios en los frentes de batalla se dieron cuenta que se los utilizaba como guardianes del capitalismo, y cuando intentaban –entre ellos anarquistas y trotskistas- realizar reformas que apunten al socialismo se los reprimía con ferocidad, creando desconcierto en las filas revolucionarias.

Trotsky duranten su exilio en Méjico entabló amistad con desterrados apristas peruanos. En un congreso antifascista (1938) patrocinado por el estalinismo, los apristas peruanos desterrados, -que asistieron por propia iniciativa-, conjuntamente a representantes de Puerto Rico, hicieron aprobar una resolución de condena a toda forma de imperialismo, en contra de la posición estalinista que pedía una condena solamente a los países fascistas76. Trotsky, cuyos seguidores no asistieron, saludo ese hecho como lo mejor del congreso. Sin embargo, tiempo después, Haya de la Torre y el Apra dieron marcha atrás para subordinarse –igual que los estalinistas desde años anteriores- a la política del buen vecino patrocinado por el imperialismo norteamericano. Haya de la Torre maquilla su posición con el lema: "inter americanismo democrático sin imperio".

En cierta ocasión Trotsky llamó "demócrata" a Haya de a Torre. Los desterrados apristas protestaron porque a su criterio, el líder aprista era un auténtico revolucionario, un socialista y hasta un marxista. La respuesta de Trotsky77 fue que los demócratas en los países imperialistas por lo general son reaccionarios, pero en colonias y semicolonias, si son consecuentes, están del lado del progreso y la justicia, por lo que en el caso de Haya de la Torre es mejor ser un buen demócrata antes que un mal socialista. Pero aún así, como demócrata, -concluyó Trotsky- Haya de la Torre defecciona porque en vez de buscar la unidad con los trabajadores norteamericanos, se supedita a la política imperialista de "buena vecindad" de Roosevelt.

Trotsky reconocía en el aprismo de la década del treinta a una organización de frente único parecido al Kuomingtang chino pero organizado en partido, que por sus ideales y su acción revolucionaria estaba a la izquierda del estalinismo en América Latina, haciendo votos para que no degenere. Llamaba a sus seguidores a privilegiar el frente único con los apristas, sobre reivindicaciones concretas, manteniendo la autonomía orgánica e ideológica.

Claudicación aprista.- Cuando en 1943 por presiones de sus aliados de occidente contra el fascismo, Stalin disuelve la Tercera Internacional que se fundó en 1919 para ser la vanguardia de la revolución mundial, Haya de la Torre en un escrito de mayo de 194378 sobre el "rompan filas" de la Tercera Internacional dijo que era un hecho "realista", porque no existe lucha de clases sino de pueblos; y un año después, en mayo de 194479 escribió que "Stalin y sus hombres siguen siendo filosóficamente los mejores dialécticos del mundo" por ser "realistas". Y páginas después: " Stalin es el forjador ruso de un nuevo, poderoso e imperial nacionalismo eslavo".

A pesar de eso, el Apra en Indoamérica aún estaba a la izquierda del estalinismo. En 1945, cuando aún se reclamaba dialéctico y a la vez "superador" del marxismo, Haya de la Torre en forma pública intentaba pactar con la oligarquía porque la misión del Apra no era quitar riqueza a quien la tiene sino crear riqueza para quien no la tiene, con lo cual se da la espalda a uno de los puntos básicos del aprismo primigenio, el de nacionalización de tierras e industrias, por lo que cuando cogobiernan con José Luis Bustamante y Rivero (1945-1948), los apristas no promovieron ningún cambio estructural80. Ante el golpe militar del general Odría persiguiendo a apristas y comunistas, Haya de la Torre se asila en la embajada colombiana y a inicios de la década del cincuenta ofrece al imperialismo yanqui cinco mil soldados apristas para combatir al comunismo en Corea. Al salir de su asilo, Haya de la Torre y el Apra cogobiernan con la oligarquía hasta 1961, por lo que un líder reformista burgués, Fernando Belaunde Terry81 dijo en 1959 que el Apra se "une a su verdugos de ayer": "Maneja actualmente el Perú una estrecha argolla de financistas a la antigua, con la complicidad de un partido pseudo revolucionario que ha claudicado para ponerse al servicio de sus verdugos de ayer". En las elecciones de 1963 el Apra forma alianza con otro de sus "verdugos": la Unión Nacional Odriísta (UNO).

Por esa época en el Perú, por temor a las reivindicaciones populares que se proyectaban a un desborde popular poniendo en peligro el conjunto del orden, las fuerzas armadas como institución, la iglesia oficial, sectores reformistas burgueses, la mayoría de la intelectualidad, etc., veían la necesidad urgente de reformas, entre ellas, la agraria. En el mismo sentido, por temor a que se repita el ejemplo cubano o chino, un sector del imperialismo norteamericano patrocinaba reformas –entre ellas la agraria- en América Latina, por mediación de la Alianza para el Progreso. Solamente los sectores más arcaicos, más reaccionarios -entre ellos, oligarcas y gamonales- estaban contra las reformas y es a estos sectores que el Apra llegó a representar a partir de 1956, al igual que la Unión Nacional Odriista. En las elecciones de 1963 Acción Popular con Belaunde gana las elecciones, pero tampoco cumplió sus promesas electorales de reformas y el 3 de octubre de 1968 fue derrocado por un golpe militar presidido por el General Juan Velasco Alvarado que en parte realizó las reformas incumplidas.

No obstante su trayectoria de claudicaciones, Haya de la Torre, además de atribuirse paternidad de las reformas del gobierno militar de Velasco (1968-1975) argumentando que estaban en el programa aprista primigenio, reclamando democracia para llevarlas a la práctica, en una entrevista para la revista Caretas82 (N° 431, marzo 1971) también se ufanaba que el modelo "socialista autegostionario" de Yugoeslavia coincide con el primigenio programa aprista (¡!).

Comunidades indígenas.- Sobre las comunidades indígenas Quijano hace mención a una carta de junio de 1925 a Gabriel del Mazo publicada luego en "Por la Emancipación de América Latina" (1927) en la que (según Quijano) Haya de la Torre "propone una solución del problema indígena o campesino, que eliminando el feudalismo revierta la tierra a la comunidad, "como se trata ahora de hacerlo en Rusia. Colectivismo o Socialismo", agregando Quijano que esa solución "hace parte de un desarrollo capitalista, en un régimen de capitalismo de Estado", mientras que para Mariátegui hace parte de una perspectiva socialista.

En una nota a pie de página de los "7 Ensayos" Mariátegui aborda la posición de Haya de la Torre sobre la comunidad andina de manera distinta a la que presenta Quijano: "Escrito este trabajo, encuentro en el libro de Haya de la Torre "Por la emancipación de América Latina", conceptos que coinciden absolutamente con los míos sobre la cuestión agraria en general y sobre la comunidad indígena en particular. Partimos de los mismos puntos de vista, de manera que es forzoso que nuestras conclusiones sean también las mismas83". Mariátegui escribía así porque hasta 1928 en el Perú existía el proyecto de formar un gran frente (el Apra) propuesto por Haya de la Torre, pero no existía una organización que lo representara, menos existía una "ideología aprista", o en otros términos, una ideología que se distinguiera del socialismo marxista. Se entiende que en el proyecto de formación del Apra confluirían diversas tendencias de izquierda, entre ellas marxistas, promovidas principalmente por Mariátegui, al igual movimientos como el indigenismo. En la carta mencionada por Quijano, Haya de la Torre, reclamándose marxista, propone que la comunidad indígena sea base para extirpar desde la raíz la propiedad en el campo, por lo que Mariátegui dice coincidir con Haya de la Torre, "en particular", sobre la comunidad indígena.

Otro error de Quijano es presentar la tesis sobre el tramonto de la comunidad indígena al socialismo propuesto por Mariátegui como "leninista". "En el Congreso de la Internacional Comunista, de 1920, -escribe Quijano- Lenin polemizando con N. Roy, delegado hindú, sostenía que "el campesinado sujeto a dominación semifeudal podría asimilar plenamente la organización soviética" bajo conducción política comunista en una línea proletaria, aun si no era posible un movimiento puramente proletario".

Esas tesis "leninistas" según Quijano provenían directamente de "Marx y Engels" que "en el Prefacio a la traducción rusa del Manifiesto, en 1882", veían la posibilidad de que las comunidades campesinas rusas pasen directamente al socialismo –saltando la etapa capitalista- si paralelo a la rusa estalla la revolución europea para que ayude con la ciencia y la técnica.

La polémica de Lenin con Roy mencionada por Quijano no tiene relación con la posición de Marx sobre las comunas rusas, que Lenin las ignoraba. Antes que a Marx, Lenin a inicios de siglo era seguidor de la propuesta de kautsky que en su obra "Desarrollo del capitalismo en la agricultura" (para el caso de Europa Occidental) era partidario de promover la desintegración de formas comunales para dar paso al desarrollo capitalista. En el prefacio a la primera edición de su obra "El desarrollo del capitalismo en Rusia" (1899), Lenin se ufana que en éste (sobre la comunidad) y otros aspectos coincide con marxistas europeos occidentales como Kautsky.

En el caso de Trotsky84, en su obra "Resultados y perspectivas" publicada en 1906, hace referencia a la heterogeneidad de los campesinos y el peligro de ser expropiadas sus pequeñas propiedades –incluyendo las "tierras comunales"- en un régimen proletario con la finalidad de un reparto igualitario de la tierra –el "reparto negro" como se le nombraba- que en vez de colectivismo fomentaría la propiedad privada individual y el rechazo de grandes masas de campesinos al gobierno. (Con el término "tierras comunales" Trotsky podría hacer referencia a las tierras en común que tienen los aldeanos para pastoreo o recojo de leña y no necesariamente a las formas comunales por esa época ya en extinción en Rusia) Al parecer en 1905, Trotsky buscaba alternativas asociativas de cooperación en la agricultura para el tránsito al socialismo, pero las comunas no eran lo central.

En su destierro de Méjico, ante la pregunta de un periodista boliviano que casi le puso la respuesta en la boca, Trotsky dijo que a las comunidades andinas –de Ecuador Perú y Bolivia– se les debe aprovechar para el tránsito al socialismo85.

Para legitimar su posición sobre el tramonto de las comunidades al socialismo Mariátegui menciona que en el VI congreso de la internacional (del año 1928) se había visto esa posibilidad, que según Meseguer86 fue propuesto por el ecuatoriano Paredes. La Internacional lo ignoró.

Frente único.- Según Quijano, desde el año 1923 en que regresa de Europa hasta 1928, Mariátegui se guía por las orientaciones del III y IV congreso de la Tercera Internacional sobre el "Frente único proletario entre los revolucionarios y el frente único antiimperialista con las corrientes nacionalistas, aunque la idea del partido y la autonomía política del socialismo revolucionario sobre esa base, en lo cual insisten también las resoluciones de la III Internacional antes de 1924, no están presentes". En este contexto estaría su Mensaje al congreso obrero de 1924 "donde insiste en que "somos todavía pocos para dividirnos", y el "frente único con el nacionalismo democrático radical del APRA y Haya de la Torre", teniendo en la revista Amauta, fundada en 1926, un vehículo de debate. Quijano no interpreta en su esencia el frente único propuesto por Mariátegui.

Al respecto debemos decir que luego del triunfo revolucionario en 1917, por inercia revolucionaria, se asiste a una política ultraizquierdista en la Tercera Internacional, por lo que Lenin y Trotsky hicieron causa común para enmendar errores promoviendo una política del frente único con organizaciones reformistas, pequeño burguesas y burguesas sobre reivindicaciones concretas resguardando la independencia política y orgánica. Lenin en 1920 escribió su opúsculo "El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo", y luego Trotsky redacta las "Tesis sobre el frente único". Lo último, Trotsky y Lenin lo presentaron y defendieron ante el Comité Ejecutivo de la internacional (1921), lo que fue refrendado –con gran resistencia- en el cuarto congreso de la misma (1922). Los críticos, que no querían el frente único sobre reivindicaciones concretas con organizaciones con un largo sumario de claudicaciones y traiciones, recordaban entre otras cosas, que incluso los socialdemócratas (que en ese entonces seguían reclamándose marxistas) permitieron el asesinato de revolucionarios como Rosa Luxemburgo y sus compañeros en la fallida revolución alemana de 1919. Eso es cierto, dijo Trotsky. El frente único sobre reivindicaciones concretas es para arrebatarles en el mismo proceso de lucha el control que ellos tienen sobre los trabajadores organizados.

Mariátegui promueve el frente único de acuerdo a las especificidades de la realidad peruana en la que no existía un partido de "izquierda", menos un partido obrero ni un reformismo como movimiento político, mientras que el anarcosindicalismo, sin claudicar, estaba en retroceso, cediendo posiciones a la prédica socialista enarbolada por Mariátegui y Haya de la Torre. En este contexto el frente único que promueve Mariátegui es netamente proletario, sin descartar, como expresaría a finales de la década, un frente más amplio sobre reivindicaciones concretas con posiciones burguesas nacionalistas.

Lo primero que hizo Mariátegui es definir lo que es el frente único en 1924: "Preconizar el frente único, no es, pues, preconizar el confucionismo ideológico. Dentro del frente único cada cual debe conservar su propia filiación y su propio ideario… Pero todos deben sentirse unidos por la solidaridad de clase, vinculados por la lucha contra el adversario común, ligados por la misma voluntad revolucionaria, y la misma pasión renovadora87".

En su mensaje al primer congreso obrero (1927), en tanto uno de los ejes de la política proletaria, Mariátegui precisó que el marxismo: "No es, como algunos erróneamente suponen, un cuerpo de principios de consecuencias rígidas, iguales para todos los climas históricos y todas las latitudes sociales. Marx extrajo su método de la entraña misma de la historia. El marxismo en cada país, en cada pueblo, opera y acciona sobre el ambiente, sobre el medio, sin descuidar ninguna de sus modalidades. Por eso, después de más de medio siglo de lucha, su fuerza se exhibe cada vez más acrecentada88".

En el mismo mensaje explicó que el sindicalismo revolucionario preconizado por Sorel, del que en el Perú sólo conocen los adjetivos (en clara alusión a los anarco sindicalistas) dijo que no reniega del marxismo sino que "lo completa y lo amplía". Y que en Europa luego de la guerra mundial el sindicalismo inspirado por Sorel ha envejecido. Una parte ha engrosado las filas del reformismo y otra parte las filas del marxismo. "La oposición entre socialismo y sindicalismo no existe más". Mariátegui llamaba a la unidad de clase promoviendo la organización sindical más amplia en la que puedan dirimirse las propuestas.

En 1929, en "Admonición del 1º de mayo89", además de la unidad sindical y de la unidad clasista, Mariátegui menciona a la "vanguardia obrera" que debe "impulsar y dirigir la organización del proletariado peruano". Lo último –vanguardia obrera- porque existía el Partido Socialista fundado en 1928.

El Apra y Haya de la Torre.- Quijano se equivoca cuando dice que antes de 1928 Mariátegui formó un "frente con el nacionalismo democrático radical del APRA y Haya de la Torre", porque el Apra como organización, menos como ideario al margen del socialismo marxista no existía.

En 1924 desde Méjico Haya de la Torre llama a formar la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) y en 1926 lo sintetiza en cinco principios.

1. – Acción contra el imperialismo yanqui.

2. – Por la Unidad Política de América Latina.

3. – Por la nacionalización de tierras e industrias.

4. – Por la Internacionalización del Canal de Panamá y

5. – Por la Solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo.

Mariátegui aceptó el planteamiento de Haya de la Torre y en 1926, al fundar la revista "Amauta", lo pone al servicio del proyecto. Sin embargo, el Apra no tuvo organicidad en el Perú, -con alguna que otra excepción como la célula del Cuzco- pero sí estuvo activo con células en algunas ciudades del extranjero formado por exiliados peruanos, entre ellas, Méjico, Buenos Aires, París, La Paz.

La principal razón para que en el Perú el Apra no tenga organicidad, era que Haya de La Torre estaba desterrado y Mariátegui por esa época (hasta 1927) -en una posición muy singular- tenía más confianza en las organizaciones sindicales, y con una mentalidad "espontaneista", pensaba que la lucha directa de los pueblos llevaría al socialismo o en todo caso empujaría a organizaciones pequeño burguesas para que enrumben el movimiento al socialismo, poniendo como ejemplos a China y Méjico. Al fracasar esos movimientos se produce una ruptura radical en el pensamiento de Mariátegui, que extrae la conclusión de que es necesario un partido revolucionario de claros principios marxistas, ya que las organizaciones pequeño burguesas, atrapadas entre el imperialismo y el pueblo, a la final optan por el imperialismo. Aclaremos que la posición de Mariátegui es contraria a la estalinista que para China proponía un desarrollo capitalista.

Es la época en que Mariátegui critica el himno a la internacional porque comienza haciendo referencia a "los pobres del mundo" en vez de la clase obrera y critica a intelectuales como Barbusse que no saben lo que es el marxismo por que hablan de una masa de "pobres", "ilotas", "miserables", "parias", "humillados"… sin comprender la función revolucionaria de la clase obrera90.

Se entiende también su radical crítica a Haya de la Torre que reivindica las direcciones "pequeño burguesas" del proceso chino y mejicano, intentando formar un Kuomingtang latinoamericano luego que esa organización en 1927 había asesinado a miles de obreros, campesinos y estudiantes.

En tanto no existe el Apra en forma orgánica, en 1928 Haya de la Torre, en vez de su proyecto de un frente único, intenta fundar un "Partido Nacionalista" lanzando prematuramente desde el extranjero su candidatura a la presidencia de la república, lo que es rechazado por Mariátegui como "caudillismo pequeño burgués", proponiendo como alternativa el proyecto inicial para formar un gran frente: el Apra. Ese año Mariátegui funda el Partido Socialista y el quincenario "Labor", y en 1929 la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP).

Partido Socialista.- El Partido Socialista fundado en 1928 se reclamaba de obreros y campesinos, en tanto la clase obrera y los campesinos (en particular de las comunidades andinas), eran pilares en el proyecto socialista. Esta propuesta de partido en Mariátegui era diferente a la propuesta estalinista que entre 1926 a 1928 también promovía partidos de obreros y campesinos pero delimitaban la revolución dentro de los marcos burgueses para desarrollar el capitalismo.

Siguiendo la tradición teórica del marxismo, para Mariátegui los campesinos, con intereses dispersos, no tienen política coherente para transformar y dominar el conjunto de la sociedad bajo sus intereses. Poniendo de ejemplo Europa feudal escribe que las revueltas campesinas expresadas en "jacqueries" no pusieron en tela de juicio la feudalidad. Para que esto suceda fue necesario el liberalismo y el liderazgo de la burguesía. Distinto fue el caso de Rusia en el siglo veinte donde la liberación de los campesinos de la servidumbre fue parte del proceso de la revolución socialista hegemonizada por la clase obrera: "Dirigidas y actuadas por la burguesía urbana y el proletariado urbano, una y otra revolución han tenido como inmediatos usufructuarios a los campesinos. Particularmente en Rusia, ha sido ésta la clase que ha cosechado los primeros frutos de la revolución bolchevique, debido a que en ese país no se había operado aún una revolución burguesa que a su tiempo hubiera liquidado la feudalidad y el absolutismo e instaurado en su lugar un régimen demoliberal91". Este es uno de los textos más notables de Mariátegui y de la teoría marxista en el siglo veinte.

Entre otras peculiaridades de los países andinos era la presencia de las comunidades indígenas que serían bases para una colectivización del campo "saltándose" la etapa capitalista.

Mientras vivió Mariátegui el estalinismo no prosperó en el Perú, y Haya de la Torre, sin organización que lo representara, lanza su candidatura a la presidencia a nombre de un inexistente "Partido Nacionalista". Mariátegui a la vez que funda el Partido Socialista, insistía en la propuesta inicial de formar un Apra frente único.

"Polémica" Haya Mariátegui.- En la "polémica" entre Mariátegui y Haya de la Torre resalta el carácter que debió adquirir el Apra: un gran frente, como la propuesta inicial, o un partido como intentaba después Haya de la Torre, que se niega llamarse en público socialista, pero al dirigirse por carta a sectores radicales se reclama marxista y hasta habla de la dictadura de obreros y campesinos. Mariátegui reclamaba revolución socialista, Haya de la Torre revolución social. Si bien es cierto que Haya de la Torre había reivindicado a los sectores medios, carecía de ideología coherente. Esta surge en lo fundamental en la campaña electoral de 1931. El Apra se funda el año 1930 después de muerto Mariátegui, siendo su primer Secretario General Luis Eduardo Enríquez que renuncia en 1948 denunciándolo como la estafa política más grande en América Latina conforme al título de su libro publicado en 1951. La ideología aprista aparece en la campaña electoral de 1931 en la cual Haya de la Torre fue candidato, y encuentra mayor precisión en "El Antiimperialismo y el Apra" supuestamente escrito en 1928, se imprime por primera vez en Santiago de Chile el año 1936. En la llamada "polémica" con Mariátegui, Haya de la Torre no hace mención a este libro, menos a sus principios.

Sobre el proceso chino Mariátegui no sigue la línea de la Tercera Internacional estalinista que promovía bajo la dirección del Kuomingtang una revolución para desarrollar el capitalismo. Contrariamente a ello, Mariátegui esperaba que el pueblo armado empuje a la dirección del Kuomingtang hacia el socialismo. Para el proceso revolucionario mejicano Mariátegui decía igualmente que se inscribe en la estrategia socialista. En una época como 1926, llegó a escribir: "Las formas políticas y sociales vigentes en Méjico no representan una estación del liberalismo sino del socialismo92".

Ante el fracaso de estos procesos, Mariátegui extrae la conclusión de que los movimientos pequeño burgueses, atrapados entre el imperialismo y el pueblo, a la final optan por el imperialismo por lo que es necesario un partido de claros principios socialistas.

"Marxismo Leninismo"

En ciertos ambientes intelectuales reclamados marxistas, la degradación de las ideas de Federico Engels se ha convertido en una moda, lo que no quiere decir que los fundadores del socialismo científico estén excentos de errores, entre ellos, hasta mediados del siglo diecinueve, sobre el papel supuestamente "civilizador" de los países "adelantados" a los "atrasados", con lo que, entre otras cosas, justificaron la invasión y usurpación de territorios mejicanos por parte de Estados Unidos en 1847. Con la misma mentalidad Marx escribió una violenta crítica al libertador Simón Bolívar93. Estos episodios fueron superados a partir de la década del sesenta del siglo diecinueve por parte de Marx y Engels, pero por ignorancia y mala fe se los sigue mencionando como adscritos a la teoría marxista.

La primera internacional fue hegemonizada por anarquistas como Bakunin y Prohudon, y reformistas como Lasalle, la segunda internacional impulsa la organización del movimiento obrero pero adquieren primacía tendencias reformistas, destacando la labor de Bernstein que se preocupaba por las reivindicaciones inmediatas olvidándose de la lucha por el socialismo, y por Carlos kautsky que se postraba ante todos los acontecimientos. Delimitaron el socialismo a los países europeos, a lo que Mariátegui diría a la "raza blanca", auto considerados "civilizadores" del planeta, relegando a los pueblos de "color" a luchar por el desarrollo del capitalismo, para que en una época no precisada, venga el socialismo. Una política claramente eurocéntrica.

Contrariamente a ello, desde su fundación en 1919 hasta su cuarto congreso (1922), la Tercera internacional promovía la revolución socialista mundial entendiendo que el proceso revolucionario iniciado con el triunfo de la revolución rusa de 1917 se iría extendiendo, en palabras de Lenin, por los eslabones más débiles del sistema capitalista mundial, sea un país imperialista o una semicolonia o colonia, un país "adelantado" o "atrasado", porque en el sistema mundial de desigualdades y combinaciones el atraso y el adelanto forman una unidad, una sola estructura.

La reacción estalinista volvió hacer la delimitación entre países "maduros" e "inmaduros" para el socialismo, por lo que en colonias y semicolonias se realizaría una revolución por etapas, la primera democrático burguesa acaudillada por una burguesía nacional "revolucionaria", aunque pudieron desechar a la burguesía nacional durante su periodo ultraizquierdista (1928-1933), pero la revolución dirigida por la alianza de obreros y campesinos seguía siendo democrática burguesa para desarrollar el capitalismo. La razón es porque consideraban a los territorios de Indoamérica como precapitalistas, semifeudales y era imposible saltarse la etapa capitalista, para que advenga el socialismo. Contrario al estalinismo, Mariátegui vio que de las contradicciones de clases en una sociedad precapitalista ("semifeudal") como la peruana, la revolución para triunfar adquiere carácter socialista.

Entre otros textos, para legitimar el eurocentrismo hacían referencia al Prólogo a la primera edición de El Capital (1967) donde Marx dice: "Los países industrialmente más desarrollados no hacen más que poner delante de los países menos progresivos el espejo de su propio porvenir". La referencia es al proceso de evolución del capital de su fase precapitalista a la capitalista sobre lo cual Trotsky –conforme mencionamos anteriormente- dijo que esa frase no debe aceptarse literalmente porque "Sólo una minoría de países ha realizado completamente esa evolución sistemática y lógica desde la mano de obra, a través de la manufactura doméstica hasta la fábrica, que Marx sometió a un análisis tan detallado", mientras que en la mayoría de países: "El capital comercial, industrial y financiero invadió desde el exterior a los países atrasados, destruyendo en parte las formas primitivas de la economía nativa y en parte sujetándolas al sistema industrial y bancario de Occidente… las colonias y semicolonias se vieron obligadas a prescindir de las etapas intermedias, apoyándose al mismo tiempo artificialmente en un nivel o en otro".

Sin embargo, la frase de Marx también se refiere que en todo el mundo, con sus respectivas especificidades, para que advenga el capitalismo es necesario la separación del productor directo –por ejemplo el campesino de su propiedad sobre la tierra, el artesano de sus herramientas– no quedándoles más que su fuerza de trabajo –su capacidad corporal mental- y para sobrevivir tienen que venderlo a cambio de un salario. Los que no encuentran ocupación forman el ejército industrial de reserva. Proceso que en palabras de Marx es parte de la acumulación originaria del capital que se despliega en la heterogeneidad mundial de desigualdades y combinaciones.

El pensamiento de Marx es contrario al evolucionismo propio del "materialismo burgués" que se postra ante los hechos y las cosas. La osadía del pensamiento de Marx y Engels vislumbraron para un país pre capitalista como Rusia de la segunda mitad del siglo diecinueve, una revolución socialista basada en las comunidades campesinas subsistentes desde la antigüedad, que con ayuda de la ciencia y la técnica se saltarían "las fatales vicisitudes del régimen capitalista".

Desde la década del sesenta del siglo diecinueve, no existe en los fundadores del socialismo científico el "dualismo" que según Germaná y Quijano sirvió de sustento al "marxismo leninismo". Marx y Engels reconocieron el papel progresivo del capitalismo pero no lo colocaron como la cúspide del bienestar humano, sino al contrario, hicieron ver su proceso deshumanizante y a la vez resaltaron el legado y las virtudes de las sociedades que lo antecedieron, en especial, las más primigenias. El estudio de Federico Engels sobre "El origen de la familia, la propiedad privada y el estado" cuya primera edición fue en 1884, desde la primera a la última página, es una crítica a los "civilizados" que con todas sus creaciones deshumanizan la vida, y en contrapartida presenta a pueblos ubicados en el periodo de la "barbarie" que sin reyes, sin soldados, sin cárceles, vivieron en mejor armonía con sus semejantes y con la naturaleza, destacando asimismo su destreza individual. Como ejemplo de lo último menciona a culturas sobrevivientes de la antigüedad que en la segunda mitad del siglo diecinueve en Africa, cuando aún no han sido degenerados por los europeos, se enfrentan a los "blancos" y corren 24 horas a mayor velocidad y a mayor trayecto que un caballo.

Stalin definía a la nación como "una comunidad humana estable, históricamente formada sobre la base de comunidad de idioma, de territorio, de vida económica y de psicología, manifestada ésta en la comunidad de cultura (…) Es necesario subrayar que ninguno de los rasgos indicados, tomado aisladamente, es suficiente para definir la nación. Más aún: basta con que falte aunque sea uno de éstos rasgos, para que la nación deje de serlo94".

La falacia de este dogma salta a la vista porque –para poner un ejemplo- es difícil mencionar una "comunidad humana estable", incluso para los países europeos que en la primera mitad del siglo veinte fueron protagonistas de dos guerras mundiales y el nazi fascismo con cien millones de muertos, o la revolución y contrarrevolución en Europa del Este. Cuando Stalin escribe lo anterior (1913) el sistema mundial en su fase decadente extrema los males del capitalismo y precapitalismo acrecentando la lucha entre clases y entre intereses económicos concurrentes. Uno de los ideólogos de la burguesía, Hobbes, cuando el capitalismo estaba en ascenso había reconocido que éste régimen se rige mediante la lucha de todos contra todos.

Nada de lo que dice Stalin sobre la nación se encuentra en la obra de Marx y Engels, que en el siglo diecinueve, representando la vertiente libertaria de la modernidad -cuando la burguesía y el estado nación capitalista se consolidaban de modo diverso en Europa Occidental-, con su estrategia de revolución permanente, intentaban superar el capitalismo.

Una visión totalmente opuesta a la estalinista tenía Mariátegui95, argumentando que en colonias y semicolonias el capitalismo –en tanto es impulsado por intereses imperialistas- además de colonizar la economía, no unifica un territorio sino que lo segmenta por la forma de incrustarse para extraer materias primas, conectándose directamente al exterior. Para el caso de Europa diferenciaba el proceso occidental (Inglaterra, Francia) del proceso oriental (Rusia), diferentes a los procesos en territorios andinos de América y diferente a pueblos "orientales", a los que se agregan pueblos sin territorio como los hebreos. El proceso cultural es más heterogéneo que el económico.

El origen del estalinismo, más que en dogmas, se tiene que interpretar de acuerdo a las contradicciones sociales en una revolución en la que la burocracia se eleva por encima del pueblo, base sobre la cual se consolida el poder estalinista, desfigurando el marxismo de acuerdo a su conveniencia y según coyunturas, para así legitimarse.

Quijano no hace diferencias entre las vertientes que reivindican a Stalin. La ligada a Moscú que lo critica por el "culto a la personalidad" es la más conservadora en postrarse ante la burguesía nacional en el proceso revolucionario, mientras la ligada a China es más crítica, incluso llegando al ultraizquierdismo.

Los líderes chinos –si bien decían reivindicar los aciertos de Stalin- lo criticaron por impartir "malos consejos96" en las décadas veinte, treinta y cuarenta, es decir, en todo el proceso revolucionario. Esos malos consejos eran sobre cuestiones estratégicas y por tanto fundamentales, que en las décadas treinta y cuarenta –eso dicen- Mao Tse Tung y Liu Shao Chi lograron corregir, mientras que Chen Tu-siu no los corrigió en la década de veinte.

Es sabido que el fundador del comunismo chino y principal propagador del marxismo en Asia en las tres primeras décadas del siglo veinte, Chen Tu-siu, dijo que la derrota de la revolución china (1925-1927) fue porque Moscú impuso una estrategia equivocada, por lo que fue expulsado del partido y de la Tercera Internacional. Se volvió Trotskysta. Encarcelado por el Kuomingtang, durante la guerra contra Japón fue liberado y desterrado, falleciendo en 1942.

En 1937, mientras el estalinismo asesinaba a trotskistas y junto a ellos a la plana mayor bochevique, en una entrevista, Mao Tse Tung reconocía a Chen Tu-siu, junto a Li Ta Chao, "ambos considerados entre los… intelectuales más brillantes de China", como sus maestros que lo inclinaron al marxismo. Critica a Chen por no escuchar su propuesta (de Mao) sobre la problemática del campo en 192697. Li Ta Chao fue asesinado en 1927 por las fuerzas reaccionarias del Kuomingtang de Chiang kai Shek, al mismo que en 1926 Stalin lo había distinguido como "miembro honorario" de la Tercera Internacional.

En la historia oficial del comunismo chino, Chen Tu-siu es presentado como "oportunista de derecha" por no saber corregir los malos consejos de Moscú. Según uno de los primeros biógrafos europeos de Mao Tse Tung, Robert Payne, el principal promotor del marxismo chino, Chen Tu-siu, entre otras contribuciones, fue el creador del término "nueva democracia", así como el método de impartir orientaciones en forma de decálogos que los retomó Mao Tse tung con gran éxito en todo el proceso revolucionario. El historiador polaco Isaac Deutscher98, -conocido biógrafo de Trotsky- comenta que Mao Tse Tung no se enfrentó directamente a Moscú como lo hizo Chen Tu-siu, sino que fungió seguir la línea oficial pero en la práctica hacía lo contrario. Añadamos que las presiones del estalinismo para subordinarse al kuomingtnag también fueron contrarrestadas por el ímpetu revolucionario del pueblo chino que empujaba a medidas radicales, en especial en la reivindicación de propiedad de la tierra y en la baja de los arriendos de la misma, a lo que se agrega la mentalidad patriótica y nacionalista que atravesaba los diversos sectores sociales. Un ejemplo de lo último es cuando los japoneses invaden territorio chino y los comunistas, casi aniquilados, llaman a la unidad nacional contra los invasores. Chiang kai Shek, jefe del Kuomintang se niega a la unidad con los que siempre llamó "bandidos", produciéndose una rebelión de generales y oficiales de alto rango del Kuomingtang que apresan a su jefe Chiang kai Shek y en juicio sumario lo condenan a muerte. Por presión del estalinismo Mao Tse Tung intercede para salvarlo, con la promesa que se hará la unidad con los comunistas. El episodio ocurrido en diciembre de 1936 es conocido como "incidente de Sian". Mientras el estalinismo condenó a los rebeldes acusándolos de un complot de pro japoneses actuando por puro "agravio personal", Mao Tse Tung también alega un complot de reaccionarios pro japoneses dentro del Kuomingtang, pero, irónicamente, ese complot era por mediación de generales que él (Mao) reconoce como patriotas99. Durante la guerra contra Japón, no obstante la "alianza", Chiang Kai Shek no dejaba de enviar acciones punitivas contra las zonas liberadas y los comunistas, conforme a las quejas de Mao Tse Tung.

Contrariamente a sus "seguidores" escolásticos que lo presentan infalible desde el inicio de la revolución –incluso desde la década del veinte-, en 1962 Mao reconoce que recién desde 1935, los comunistas chinos van tomando conciencia de la estrategia que seguiría la revolución en base a las peculiaridades chinas, parte integrante de la realidad mundial. Sobre los consejeros internacionales (no los nombra pero se trata de los emisarios de Stalin) dice: "Esos camaradas no conocían, o no conocían perfectamente, la sociedad china, la nación china y la revolución china. Si incluso nosotros mismos estuvimos durante largo tiempo sin conocer bien el mundo objetivo de China, ¿qué decir de los camaradas extranjeros?".

"Fue en el periodo de la Guerra de Resistencia contra el Japón cuando elaboramos una línea general del Partido y una serie completa de políticas específicas que se ajustaban a la situación real" (…) "Si alguien afirmara que tal o cual camarada, digamos, un camarada del Comité Central o yo mismo, ya conoce desde un comienzo las leyes de la revolución china en su totalidad, creo que sería una exageración, a la cual ustedes no deben darle crédito en modo alguno, pues no hay tal100".

Esto demuestra que en el periodo 1927 a 1935, de gran ofensiva reaccionaria, la interrogante era ¿Qué hacer?, intentando más que todo, sobrevivir, que lo lograron con la larga marcha.

El triunfo de la revolución china en 1949 fue contra los designios estalinistas. Cuando se da la ruptura chino soviética desde finales de la década del cincuenta, analizando los "Problemas económicos del socialismo en la URSS" de Stalin, Mao101 critica (en 1958) el conjunto de la propuesta, porque solo ve la industria pesada marginando la industria liviana y la agricultura, por lo que "camina con una sola pierna". De modo más categórico: "Stalin sólo destaca la tecnología y los cuadros técnicos. No quiere sino la técnica y los cuadros. Ignora la política y las masas. En esto también camina con una sola pierna". Sobre el escrito de Stalin: "Los problemas económicos del socialismo en la URSS", entre otras críticas, Mao Tse Tung en 1959 dijo: "No toma en consideración al hombre. Ve las cosas pero no al hombre".

Más que con los "revisionistas" soviéticos, en el terreno de la economía, Mao ajusta cuentas con Stalin, aclarando que el "modelo chino" es mejor. En el mismo texto, cuando el "Manual de Economía Política de la URSS" (del año 1959) hace suyo el criterio de Stalin de que en Rusia la revolución burguesa fue realizada por la burguesía en la primera etapa de la revolución, Mao Tse Tung dice que lo realizaron los bolcheviques. Es decir, las reivindicaciones burguesas y socialistas se combinaron.

Con la ruptura, la URSS y China se ufanaban estar a la vanguardia de la construcción no sólo del socialismo en un sólo país, de por si anacrónico, sino también de su fase superior, del comunismo. Una cosa es que un país comience la edificación socialista desde el plano nacional pero su plena realización solo es posible en un orden nuevo, en un sistema nuevo, que reemplace al sistema capitalista.

El "comunismo en un solo país", más el criterio de catalogar a la unión Soviética (social imperialismo) como el enemigo principal y la política cultural adoptada del estalinismo, condujo al maoísmo a su bancarrota como corriente revolucionaria, que en la década del setenta ya se sustentaba en la teoría de los tres mundos: el primero formado por las superpotencias imperialistas –EEUU, Rusia- como enemigo principal, Europa, segundo mundo, y el tercer mundo formado por Asia, Africa y América Latina. La estrategia consistía en la alianza del tercer y segundo mundo (el "campo") contra las super potencias (las "ciudades"), con lo cual la lucha entre clases se dejaba de lado.

Nota sobre la "colonialidad del poder" de Anibal Quijano

La colonialidad del poder está expuesto en el texto "Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina", y se fundamenta en la "racialización" de las relaciones sociales, es decir, en la ideología racista surgida al mismo tiempo que el capitalismo, para justificar el colonialismo que sobrevive en la actualidad. Lo cual lo podemos sintetizar:

Con el descubrimiento y conquista de América se forma el sistema mundo capitalista "colonial/moderno y eurocentrado como un nuevo patrón de poder mundial", que se funda principalmente en la idea de raza, "una construcción mental que expresa la experiencia básica de la dominación colonial y que desde entonces permea las dimensiones más importantes del poder mundial, incluyendo su racionalidad específica, el eurocentrismo".

En el sistema mundo colonial moderno eurocentrado en el que América resulta "la primera id-entidad de la modernidad" y Europa la segunda, se articulan "todas las formas históricas de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, en torno del capital y del mercado mundial".

Cuestiones de terminología.-Desde el siglo diecinueve se generaliza en las ciencias sociales y en el marxismo el concepto de sistema mundial o sistema capitalista mundial, que se origina con el descubrimiento y conquista de América y la dominación colonial de los europeos al resto de países del mundo, cortándoles toda posibilidad de evolución autónoma, erosionando y transformando las diversas formas de vida para adecuarlas a la acumulación de capital y a los intereses de los conquistadores englobándolos en un sólo devenir. A este proceso, -conforme mencionamos en páginas anteriores-, Trotsky en el siglo veinte dio el nombre de "ley del desenvolvimiento desigual y combinado"., teniendo entre sus antecesores a los fundadores del socialismo científico. Lo extraño es que Quijano los ignore, presentando su propuesta como original, cuyos primeros elementos de análisis en las ciencias sociales habrían surgido luego de la segunda guerra mundial (1939-1945) con las categorías de "heterogeneidad estructural" y "dependencia". El término sistema mundo capitalista utilizado por Emmanuel Wallerstein, hace referencia a lo mismo, es decir a la existencia de un sistema mundial único basado en las desigualdades, combinaciones y coexistencia de las más diversas formas incorporadas a la acumulación del capital. Wallerstein también se ufana ser creador del término "espacio tiempo histórico", porque probablemente ignora que el fundador del Apra Víctor Raúl Haya de la Torre103 lo puso en agenda en las décadas del treinta y cuarenta del siglo veinte en América Latina, pero no es invención de Haya de la Torre, porque –además de nombrar a Einstein- nombra autores europeos que usaban ese término. Lo extraño es que en amplios sectores académicos de América Latina den la patente a Wallerstein. Luego, al "sistema mundo" se agregó algo más original: "colonial/moderno y eurocentrado" en el que toma relevancia la subjetividad colonialista racial.

Capital y precapitalismo.- En el sistema mundo colonial moderno eurocentrado en el que América resulta "la primera id-entidad de la modernidad" y Europa la segunda, se articulan "todas las formas históricas de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, en torno del capital y del mercado mundial".

Actualmente, siglo veintiuno, es enteramente cierto que dentro del sistema capitalista mundial (o del sistema mundo colonial eurocentrado) se articulan "todas las formas históricas de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, en torno del capital y del mercado mundial". El problema es cuando no se tiene en cuenta su génesis y desarrollo, donde al inicio lo articulaba el capital comercial, con formas precapitalistas con gran autonomía, y siglos después, el capital industrial-financiero. Que el Fondo Monetario Internacional y el Banco mundial se crearan recién en 1944 y al mismo tiempo se acordara la creación de la Organización Mundial de Comercio que recién se hizo efectivo en 1995, no se debe a que Francisco Pizarro o más tarde el Virrey Abascal olvidaron implementarlo, sino a razones de desenvolvimiento y desarrollo del capitalismo que en tiempos de Pizarro no existía y en 1944 ya estaba en decadencia.

De acuerdo con la concepción marxista, la economía es una relación social entre clases dominantes y dominadas por mediación de cosas, de medios de vida, de mercancías, de capital… La esclavitud es la relación social entre amos y esclavos, la servidumbre entre señores y siervos, el salario entre burgueses y proletarios. Los que no tienen en cuenta las clases sociales presentan las cosas al revés, como si el capital (o las cosas) –en sus diversas modalidades- devinieran al margen o por encima de las relaciones humanas, en una concepción "materialista" semejante al escolasticismo religioso según el cual el mundo creado por Dios y el ser humano es una de sus creaciones.

El capital ya existía –en su modalidad comercial y usurario- en sociedades de amos y esclavos, de señores y siervos…, pero sólo alcanza plenitud con el desenvolvimiento capitalista, donde todo se convierte en capital, donde todo es valorizado de acuerdo a un criterio de ganancia, de acumulación, incluyendo la fuerza de trabajo humana convertida en mercancía.

Volvamos a recordar cuando Mariátegui en los "7 Ensayos…", acorde a la concepción marxista, decía que el capital comercial y usurario datan de tiempos antiguos y no implican capitalismo, y además, la aparición de la burguesía antecede al capitalismo y a la sociedad burguesa: "así como socialismo no es la misma cosa que proletariado, capitalismo no es la misma cosa que burguesía. La burguesía es la clase, el capitalismo es el orden, la civilización, el espíritu que de esta clase ha nacido. La burguesía es anterior al capitalismo. Existió mucho antes que él, pero sólo después ha dado su nombre a toda una edad histórica".

El "descubrimiento" de América data de 1492 y el capitalismo –en tanto relación social entre burguesía (capital) clase obrera (trabajo)- se consolida en Europa Occidental (y Estados Unidos de Norte América) en el transcurso de los siglos dieciocho y diecinueve, y en el resto del mundo en el siglo veinte.

La burguesía (europea) surge en el seno del feudalismo pero no puede hacerse del poder político que está en manos de la aristocracia feudal. Como fruto de esa contradicción surgen las monarquías, inclinándose a uno u otro bando (aristocracia o burguesía), que tienden a centralizar el poder y a integrar un territorio, según las coyunturas, siendo las más reaccionarias, la de España y Rusia. Mientras en Europa comienza aparecer la explotación del trabajo basado en el salario, en las colonias la explotación se basa en las más dispares formas precapitalistas.

Quijano dice haber "descubierto" que dentro el sistema mundial no existe continuidad entre esclavismo feudalismo capitalismo porque forman una sola estructura en torno a la acumulación de capital, lo cual es cierto, y fue expuesto por Marx y Engels en el siglo diecinueve, y a inicios del siglo veinte tuvo, entre otros, a Trotsky y Rosa Luxemburgo como sus principales continuadores, pero también es cierto que en el pasado –antes de la formación del sistema mundial- esa "continuidad" (esclavismo feudalismo capitalismo) podría limitarse al área europea colindante con el mediterráneo.

Cuanto más nos remontamos al pasado debemos admitir que han coexistido en el planeta culturas (o sociedades) y luego sistemas socio culturales con diversidad de relaciones sociales y modos de vida, ignorándose mutuamente o en incipiente contacto, evidenciando un desarrollo autónomo, paralelo y desigual. En caso haya interferencia externa, es mínima, de modo que no influye de manera decisiva en su devenir. Es difícil por no decir imposible –en ese contexto- que el devenir andino se haya proyectado de modo similar a Europa. Hasta ahora no logran encajar a la sociedad inca en ninguno de los "modelos" surgidos en otras latitudes.

La formación del sistema mundial dominado por Europa corta a los demás pueblos su evolución autónoma. Volvamos a repetir las palabras de Trotsky que Quijano pretende ignorar: "El capitalismo prepara y, hasta cierto punto, realiza la universalidad y permanencia en la evolución de la humanidad. Con esto se excluye ya la posibilidad de que se repitan las formas evolutivas en las diversas naciones". Y también repitamos lo que Engels escribió en 1890 como Prefacio para la edición alemana del Manifiesto Comunista, señalando la simultaneidad de las diversas fases del devenir en un solo medio histórico que concentra todas las contradicciones: "Allí donde la situación es tan tensa, donde los elementos revolucionarios se han juntado a tal grado, donde la situación económica de la inmensa masa de la población se vuelve día a día más insoportable, donde todas las fases del desarrollo están representadas, desde la comunidad primitiva hasta la gran industria moderna y la alta finanza, y donde todas estas contradicciones las mantiene unidas un despotismo sin par, un despotismo que se hace cada vez menos tolerable para una juventud que reúne en sí la intelectualidad y la dignidad nacionales una vez iniciado el 1789, no se hará esperar el 1789".

Racismo y capitalismo.- Ahora veamos la propuesta más original de Quijano: Con el descubrimiento y conquista de América de América se forma el sistema mundo capitalista "colonial/moderno y eurocentrado como un nuevo patrón de poder mundial", que se funda principalmente en la idea de raza, "una construcción mental que expresa la experiencia básica de la dominación colonial y que desde entonces permea las dimensiones más importantes del poder mundial, incluyendo su racionalidad específica, el eurocentrismo".

Es un lugar común decir que el racismo surge al mismo tiempo que las conquistas modernas y el capitalismo, a lo cual agreguemos que constituye uno de los pilares de la modernidad en su vertiente conservadora, para diferenciarlo de la modernidad libertaria que surge al mismo tiempo.

Arnold Toynbee escribía que en Europa -antes del descubrimiento de América– se hacía la distinción entre cristianos (creyentes) y paganos ("gentiles", no creyentes). Las luchas y conflictos entre clases y de pueblos contra pueblos se legitimaban en nombre de la conversión de los paganos y persecución de las herejías, por lo cual se incluía a toda la humanidad como merecedores a la "conversión", a la "salvación", en tanto renuncien a las creencias paganas y se conviertan a la religión oficial. En el mundo musulmán -explica- ha sobrevivido esa mentalidad, con los conflictos entre "creyentes" y "no creyentes". Con la concepción racista (moderna), una parte de la humanidad, las "razas de color", quedan por siempre en calidad de inferioridad frente a la "raza blanca", ya que el fundamento de la distinción está en el cuerpo. El racismo, concluye Toynbee, es peor que el criterio de discriminación religiosa, ya que se fundamenta en supuestos rasgos biológicos genéticos, siendo por esto el prejuicio racial, una "reflexión seudo intelectual de los sentimientos raciales de Occidente104".

Quijano plantea que el mundo colonial moderno eurocentrado se fundamenta y organiza de acuerdo a criterios raciales, incluyendo la explotación del trabajo, por lo que en siglos pasados en Europa, adscrito a la "raza" blanca, surge el trabajo pagado en su forma salarial, mientras en las colonias donde están las "razas de color", el trabajo adquiere formas "no salariales". Esto es cierto, pero argumenta que la causa no es económica sino subjetiva, ideológica, porque "los futuros europeos asociaron el trabajo no pagado o no-asalariado con las razas dominadas, porque eran razas inferiores". El establecimiento de relaciones salariales en las colonias pudo ser "más beneficioso para los europeo-occidentales".

En sociedades de estamentos y castas el lugar que se ocupa en la jerarquía social debe mostrarse públicamente mediante símbolos comenzando por la vestimenta, usos y costumbres. Uno de los distintivos de las clases o castas dominantes era el ocio, mientras el trabajo era para la plebe. Esa mentalidad estamental, de casta (precapitalista), precede al criterio racista y lo otorga mayor legitimidad en asociar el trabajo no pagado con las "razas inferiores" que, contrariamente a la afirmación de Quijano, resultaba más beneficioso económicamente para los europeos occidentales, en todos los aspectos.

Cuestión distinta es cuando en el devenir de centurias, por las mismas contradicciones del proceso económico social, ciertas formas de explotación del trabajo dentro del sistema mundial se vuelven anacrónicas, representando sectores arcaicos, como el caso de las formas serviles en la segunda mitad del siglo veinte en el Perú usufructuado por gamonales que formaban parte del poder oligarca que se resistía a una reforma agraria, cuando otros sectores –incluso imperialistas por razones económicas y de seguridad- apoyaban. Todo este proceso está atravesado por lo que Mariátegui denominó dualidad racial cultural surgida con la conquista, por lo que a la explotación de clase se agrega la opresión racial cultural, se trate de la explotación del trabajo en su forma salarial, servil o esclavista.

Más coherente es pensar que el prejuicio racial surge como mentalidad e ideología para justificar y legitimar a posteriori actos de genocidio, barbarie y crueldad de los conquistadores contra los conquistados y que se prolonga a la actualidad, si tenemos en cuenta que los habitantes de los primeros "mundos descubiertos" fueron mostrados en Europa al margen de criterios raciales que surgen posteriormente con las conquistas y el colonialismo basados en los peores actos de barbarie.

Ciro Flamarión Santana Cardosos105 indagando el criterio racista para legitimar la esclavitud sobre los negros en América del Norte, cita a E. Williams cuando escribe: "La esclavitud no surgió del racismo. El racismo ha sido más bien la consecuencia de la esclavitud. La mano de obra forzada en el Nuevo Mundo era morena, rubia, negra o amarilla; católica, protestante o pagana". La razón de ser de la esclavitud negra, "es económica y no racial, y no está ligada al color del trabajador sino al bajo precio de su trabajo". Líneas después prosigue refiriéndose al esclavismo en América del Norte: "En 1950, Oscar y Mary Handlin presentaron la siguiente explicación: antes de 1660, blancos y negros trabajaban como siervos, y el prejuicio aun no existía; luego, un lento proceso condujo al sometimiento de los negros a la esclavitud. El prejuicio de color sólo intervendría a posteriori, para justificar una situación de hecho. Este enfoque es compartido por K.M. Stampp".

En Estados Unidos de Norteamérica la independencia del dominio de Inglaterra no cambió las relaciones de explotación del trabajo esclavo sobre los afro norteamericanos legitimado en el racismo porque en la declaración del los derechos del hombre y del ciudadano se consideraba hombres y ciudadanos sólo a los "blancos".

La afirmación de que las relaciones salariales en las colonias pudo ser "más beneficioso para los europeo-occidentales" carece de todo fundamento. Un régimen salarial (o no salarial) en la explotación del trabajo no se crea por encargo, sino que es una relación social que tiene su génesis y desarrollo, generalizándose en el siglo diecinueve en Europa y en el veinte en el resto del mundo. Por eso los conquistadores europeos se valen (en siglos pasados) de las más dispares formas de explotación precapitalista del trabajo. Y hasta en nuestros días las formas precapitalistas en la explotación del trabajo -que coexisten y se combinan con el régimen salarial- produciendo mercancías baratas que sirven para la reproducción del obrero y su familia, coadyuvan a la baja de los salarios, acrecentando la plusvalía para el capitalista.

La subjetividad, la mentalidad común, la cultura y tradiciones comunes pueden enaltecer o degradar a un pueblo, pero inmersos en la totalidad, no pueden sustraerse a las contradicciones entre clases sociales, entre estados, entre naciones, en que se fundamente el sistema capitalista mundial. Los árabes, con miles de años de tradiciones culturales comunes, en lucha contra el sionismo, se dividieron por intereses económicos concurrentes, lo que costó la vida en 1981 al líder egipcio Anuar el Sadat al que movimientos radicales consideraron traidor, y se acentuó la opresión sobre los árabes palestinos.

El criterio racista tiene un papel fundamental en las conquistas y en la forma que adquiere la explotación del trabajo como parte de múltiples determinaciones, destacando la posición de dominados y dominantes en el engranaje del sistema mundial.

Mariátegui.- En nuestros estudio "Mariátegui o la revolución permanente" (1980), expusimos que en la legitimación del dominio imperialista de Europa al resto del mundo, además de la ideología demo liberal burguesa, Mariátegui hace incapié en la mentalidad racista presente en la vida cotidiana y en la política oficial de los estadistas de la democracia europea, lo que se hizo extensivo a las internacionales obreras que hablaban de revolución pero lo limitaban a Europa, al "mundo blanco". La mentalidad racista imperialista no hace distinción a la diversidad de las culturas sojuzgadas, tildándolas a todas de "bárbaras", de "primitivas", mientras que los "civilizados" se circunscriben a Europa. El punto de quiebre de toda esta concepción eurocéntrica para Mariátegui, está en la revolución rusa y en la formación de la Tercera Internacional que Quijano lo ignora. La única referencia que hace en el texto que analizamos (Colonialidad del poder…), es sobre "El problema de las razas…" enviada a la conferencia de Partidos Comunistas de Buenos Aires el año 1929, en la que además, Mariátegui tiene una posición diferente a la de Quijano en tanto dice que el racismo es una ideología que utiliza el imperialismo para legitimar una mayor explotación y opresión.

En las ciencias sociales peruanas el problema racial está presente desde su época fundacional. Francisco García Calderón106 (1883-1953) en un escrito publicado 1907 dice que "muchos sabios" americanos y europeos establecieron "comparaciones ingeniosas" de las culturas de América con chinos, tártaros y mongoles, pero todo quedó en nada. Y Fidel Vicente López en lo que García Calderón denomina "curioso libro", "Las razas arias del Perú" (París, 1871), encontró "un cierto parentesco entre razas arias y peruanas; pero Máspero destruyó esta opinión extremadamente curiosa y erudita". También menciona a un "sabio" peruano, Pablo Patrón, que encontró analogía entre la lengua sumeria con el quechua, aymara y otras lenguas de América antigua, lo mismo que similitud en la mitología.

Lo que se pretendía era presentar a la autocracia dominante incaica como una "raza superior", criterio que García Calderón comparte, para lo cual se basa en Prescott, que en su "Historia de la conquista del Perú" (Lima, 1851), escribía que los cráneos del linaje de los Incas "en lo que se refiere a inteligencia" mostraban "notoria superioridad sobre las otras razas del país".

García Calderón elogia a los Incas como una autocracia creadora de una "admirable forma de socialismo". Y para el desarrollo del Perú contemporáneo pone énfasis en la inmigración europea.

La crítica radical al racismo empieza con Manuel Gonzáles Prada107 (1848-1918), que a inicios del siglo veinte dijo que era una ideología que utilizan los "blancos" para su dominio mundial. La "raza" como especie –escribió- es "una categoría subjetiva" sin valor científico que sirve para justificar la explotación y opresión sobre las mayorías del planeta. Con el criterio de la existencia de razas superiores e inferiores se pretende justificar el "gobierno del planeta" por los "blancos" y el exterminio de negros en Africa, pieles rojas en Norteamérica, tágalos en filipinas e indios en el Perú. Y dentro del mundo blanco, en Europa (por influencia de Demolins) "ha recrudecido la moda de ensalzar a los anglosajones y deprimir a los latinos". Crímenes y vicios de anglosajones y norteamericanos se presentan como "inherentes a la especie humana", pero crímenes y vicios de franceses o italianos se presentan como "anomalías y acusan degeneración de raza".

En territorios andinos –prosigue González Prada- el indio o el negro cuando se ponen al servicio de sus amos se convierten en los peores enemigos de su raza: "Durante la esclavitud del negro, no hubo caporales más feroces que los mismos negros; actualmente, quizá no haya opresores tan duros del indígena como los mismos indígenas españolizados e investidos de alguna autoridad".

La crítica lo continuó Mariátegui. Luego de su regreso de Europa, en una conferencia titulada "La agitación revolucionaria en el mundo oriental" (noviembre 1923), denunció que los imperialistas europeos o el "mundo blanco", no hacen distinción de pueblos y culturas a las que sojuzgan, calificando a todas como "bárbaros". Para ellos, "…en los límites de la civilización occidental, comenzaba la barbarie egipcia, barbarie asiática, barbarie china, barbarie turca. Todo lo que no era occidental, todo lo que no era europeo, era bárbaro". Pero los pueblos oprimidos del mundo, por la crisis capitalista y la guerra mundial (1914-1919) han perdido respeto a los "civilizados": "…han visto a los pueblos de Europa confrontarse, desgarrarse, y devorarse con tanta crueldad, tanto encarnizamiento y tanta perfidia, que han dejado de creer en su superioridad y su progreso".

Sobre todo en el siglo diecinueve y las primeras décadas del siglo veinte, gran parte de dirigentes de la primera y segunda internacional con mentalidad evolucionista reformista, hablaban de liberar a la humanidad, pero para ellos la "humanidad" se reducía al continente europeo: "Los trabajadores occidentales consideraban tácita y natural la esclavitud de los pueblos coloniales. Hombres occidentales al fin y al cabo, educados dentro de los prejuicios de la civilización occidental, miraban a los trabajadores de oriente como hombres bárbaros". La Tercera Internacional fundada en 1919 al calor de la revolución rusa acabó con todo eso. Mariátegui recuerda las palabras de su presidente Gregorio Zinoviev: "La Segunda Internacional estaba limitada a los hombres de color blanco; la Tercera Internacional no divide a los hombres según el color108". La revolución puede estallar en la cadena más débil del sistema mundial, sea un país imperialista o un país oprimido.

En otro texto, Mariátegui escribe: "El internacionalismo del siglo XIX… tuvo sus fronteras, que si no fueron precisamente las de un continente, fueron las de una raza: la blanca. Lo que descubrió este siglo no fue la solidaridad de todos los pueblos, sino la solidaridad de los pueblos blancos. El sello occidental o blanco del internacionalismo de esos tiempos está impreso hasta en la práctica de las internacionales obreras109".

La mentalidad eurocéntrica de fundamento racista encubierta de liberalismo o de ideologías ultra reaccionarias, en forma abierta o soterrada, está impregnada en la política cotidiana imperialista europea, desde la extrema derecha monárquica y fascista hasta en estadistas reclamados liberales y democráticos, entre los últimos, Mariátegui menciona a estadistas y políticos como Nitti, Lloyd Gerge, Wilson, que se preocupan del porvenir de Europa, o más concretamente del "mundo blanco", a expensas de los pueblos coloniales. Nitti, antes que italiano se siente europeo. "No le inquieta la suerte de la humanidad con mayúscula; le inquieta la suerte de la humanidad occidental, de la humanidad blanca. No acepta el imperialismo de una nación europea sobre otra; pero sí acepta el imperialismo del mundo occidental sobre el mundo cafre, hindú, árabe o piel roja110". Lloyd George, político británico del compromiso y la transacción, intentando frenar la revolución en Europa, "recomienda el mejoramiento del tenor de vida de los trabajadores europeos, a expensas de las poblaciones coloniales de Asia, Africa, etc111". Y Wilson es "frustrado renovador de una ideología vieja112".

Además Mariátegui113 hace suya la crítica de Wilfredo Pareto al criterio racial que justifica "la política imperialista y esclavizadora de los pueblos blancos". Según Pareto, al igual que Aristóteles en la antigüedad decía que por propia "naturaleza" existen amos y esclavos "justo y provechoso para todos"; actualmente también se intenta hacer creer que por "naturaleza" existen pueblos "civilizados" nacidos para dominar y pueblos nacidos para ser dominados. Si un africano que sufre la opresión colonial se rebela es presentado como traidor, mientras los colonialistas que reprimen al rebelde son presentados como héroes. Las grandes potencias en nombre de liberar y civilizar a los pueblos cometen las peores atrocidades, llegando al exterminio de poblaciones.

La asunción de Stalin al poder en la Unión Soviética fue una regresión al eurocentrismo, considerando a Europa (y Estados Unidos) como el único espacio para el desenvolvimiento socialista, y además no faltaron alusiones racistas contra los judíos por que líderes prominentes de la oposición de izquierda comenzando de Trotsky pertenecían a esa comunidad114. Y también el "nacionalismo gran ruso" encarnado en Stalin (que Lenin logró criticar) impuso un sistema opresivo sobre otras nacionalidades que explosionaron con el derrumbe del régimen estalinista.

Los sucesores de Stalin cuando se da la ruptura con los chinos, aludían (igual que los imperialistas) al "peligro amarillo". En esa coyuntura el escritor alemán Gunther Grass, autor de "El tambor de hojalata", escribía entono burlón que el mundo sigue su trayectoria con quinientos millones de chinos y se planteaba la interrogante si el mundo podría soportar a quinientos millones de alemanes.

Cuando Trotsky promovía la creación de una nueva internacional de los trabajadores, no faltaron quienes, reclamándose socialistas y marxistas, lo atribuyeron tener "moral de cafres". En respuesta, Trotsky hizo suyo la opinión de la Enciclopedia Británica que decía: "En sus relaciones sociales y políticas manifiestan mucho tacto e inteligencia; son extraordinariamente valientes, belicosos y hospitalarios; y fueron honrados y veraces mientras el contacto con los blancos no los volvió suspicaces, vengativos y ladrones y que no hubieron, además, asimilado la mayor parte de los vicios de los europeos115". A esto, Trotsky agregó: "No se puede dejar de concluir que los misioneros blancos, predicadores de la moral eterna, contribuyeron a la corrupción de los cafres".

Para terminar mencionemos a un intelectual vietnamita, Lé Cháu116, cuya interpretación es semejante a la que hizo Mariátegui. Para Lé Cháu, "el complejo racial" se ha interiorizado en la mentalidad cotidiana de los colonizados en el mundo, entre ellos, del pueblo vietnamita, el mismo que en lucha por sus reivindicaciones, ha perdido respeto a los "blancos" y dentro de ellos a sus opresores franceses por acontecimientos como la victoria japonesa ("raza" amarilla) sobre Rusia (raza blanca) en 1905, la fundación de la república china en 1911 reivindicando su autonomía de los europeos, la guerra mundial que desangró a los europeos en la que los franceses, opresores colonialistas de los vietnamitas fueron derrotados por los alemanes, demostrando que podían ser vencidos. Además, los franceses reclutaron para la guerra contra Alemania a los annamitas, expertos tiradores, considerados por los soldados franceses como sus iguales, e incluso muchos recibieron condecoraciones. Los annamitas, dice Lé Cháu, se dieron cuenta que la independencia de un país se puede conseguir con las armas. A esto se suma el criterio colonizador de imponer una religión extranjera en una misión supuestamente civilizadora, pero el pueblo no creía en ellos porque en Europa los "civilizados" se "mataban como salvajes". De otra parte, por contradicciones entre los imperialismos, Estados Unidos con Woodrow Wilson proclama la libre determinación de los pueblos con la finalidad de encontrar puertas abiertas para sus capitales.

(setiembre 2015)

Notas

1.- "Bajo la Bandera de Lenin, instructiva sobre la jornada de las tres "L" (Se refieren a Lenin, Luxemburgo y Liebnecht). Publicado en diciembre de 1933 o en enero de 1934 por el Partido Comunista Peruano. Reproducido en la revista "Socialismo y Participación", Nº 11, Lima, setiembre de 1980.

Las divergencias entre Mariátegui, el estalinismo y la Tercera Internacional las hemos analizado en nuestro estudio (publicado en 1980) el que hemos vuelto a corregir, redactar y ampliar, "Mariátegui o la revolución permanente". Parte de esa nueva redacción se puede encontrar en edición digital con los títulos, "El marxismo en el Perú" y "Mariátegui: la cuestión nacional"

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