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Masonería (página 2)

Enviado por Aliosha Mtnez O.


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Como el autor está consciente de la necesidad que existe de una obra como ésta, espera que la misma satisfaga las esperanzas de sus lectores. Para el logro de su propósito capital, la Masonería usa todos los conocimientos que cada época ofrece. Pero como es fácil suponer, dichos recursos varían con las épocas, los lugares y los adelantos de la técnica o la ciencia. La Masonería como doctrina no es dogmática. Es liberal, pragmática, filosófica y científica. Es progresiva o perfectiva, porque no se considera ni completa ni perfecta. Está hecha de verdades generales, de principios y de normas universales.

La doctrina masónica es ante todo y por encima de todo, una doctrina humanista. Esto quiere decir, que en ella lo humano es lo principal, sin que tal cosa excluya lo natural y lo divino ni se quiera sustituir a Dios por el Hombre. Es un humanismo equilibrado, sin extremismos exagerados o absurdos.

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Introducción

Aún sin ser masón e investigando en estos temas debido a mi interés en solicitar mi ingreso a la orden y después de ser masón y en la medida que avanzaba en mi Carrera Masónica en los diferentes grados simbólicos, fue creciendo en mi la idea de escribir un libro que refleje, aunque sea en parte, "Mi Credo Masónico". Aquellos conceptos e ideas que mezclados en mi mente, se fueron formando con los ingredientes del aprendizaje, mi racionalización mental y mi creciente avidez y experiencia, para ofrecerlo a todas las personas "masones o no" sin pretensión de ofrecer un conocimiento acabado ni mucho menos toda la Verdad Absoluta sobre el tema.

Espero que esta modesta obra contribuya a aclarar conceptos primarios y fundamentales sobre la Francmasonería tanto a mis hermanos como a aquellas personas interesados en conocer sobre nuestra Augusta Orden y, en especial, los que consideren ingresar a la Masonería, o Golpear las Puertas del Templo -, como lo expresamos los Masones.

He tratado de seguir una lógica concatenación de los conceptos usando el sistema de preguntas y respuestas para la mejor comprensión de los lectores, en especial de las personas que no son masones.

Todo el que sienta los ideales de la Francmasonería se debe haber preguntado alguna vez por qué esta Orden le atrae, y qué es lo que en ella le retiene. En realidad somos muchos los que nos hacemos esta pregunta continuamente, y formulamos respuestas que no afectan más que a los bordes del problema, porque siempre hay un elemento que se nos escapa: algo intangible e indefinido que no podemos localizar, definir o analizar a pesar de que es absolutamente real de que está definido de un modo perfecto y de que existe sin duda alguna algo que ejerce inconfundible seducción; algo que, al mismo tiempo que aplaca el hambre interior, la aumenta en grado extraordinario; algo misterioso, seductor y estimulante; algo que nos arrastra perpetuamente adelante, como finito impulso hacia un infinito objetivo.

Más notable todavía es que nos percatemos de ello mucho tiempo antes de que sepamos lo que es en realidad la Francmasonería (la cual, no obstante, sentimos en el fondo de nuestro corazón). Pues aunque la mayoría de los candidatos a la Masonería tengan una idea vaga y general de que ésta es digna de respeto y crean que es una venerable institución que inculca elevados ideales relativos a la vida no les es dable saber mucho más acerca de esta asociación. Poco o nada puede saber el profano (no masón) de sus ceremonias, aunque sepa que éstas existen. No obstante, la absoluta ignorancia de las enseñanzas y métodos de la Francmasonería no es obstáculo para que los hombres se sumen a su Fraternidad. Tampoco explica el problema la cínica afirmación de que la atracción que los hombres sienten por la Orden se debe a mera curiosidad, pues casi todos los masones saben por propia experiencia que esto no es cierto.

En todas las demás cosas solemos mirar antes de dar un salto y procuramos informarnos antes de dar un paso definido o de lanzarnos a alguna empresa. La más elemental prudencia nos aconseja que averigüemos en qué consiste la institución a que deseamos adherirnos, o el plan que hemos de seguir. No obstante, poco a nada podemos saber de antemano acerca de la Francmasonería, pues hasta los mismos masones serían las últimas personas del mundo en revelarnos algo referente a ellos o a su institución. A pesar de todo esto entramos en su Fraternidad convencidos plenamente de que no vamos por mal camino, y nos zambullimos en las tinieblas sin sentir escrúpulos ni cortedad, respondiendo a una llamada interior que no sabemos explicar ni comprender.

Aún más: sabido es que ningún hombre sensato es capaz de opinar sobre los asuntos corrientes de la vida antes de haber hecho un examen detenido. Pues bien, cuando se trata de Francmasonería ocurre lo contrario, porque todos solemos tener una idea favorable y preconcebida de nuestra Orden, que es la que nos induce a sumarnos a ella. Así que la Francmasonería tiene un sello característico que la diferencia de todas las demás cosas del mundo, aun antes de que dé comienzo nuestra vida masónica.

Sin embargo, antes de que sondeemos profundamente en este factor misterioso e intangible que constituye el corazón y la entraña de la atracción que nos impulsa hacia la Masonería, es conveniente ,que pasemos revista a unos cuantos de los demás aspectos de esta atracción, cuyo aislamiento y examen no es difícil de hacer .

A pesar de que la Masonería es una institución de respetable antigüedad, y que de ella se han ocupado ampliamente historiadores, filósofos y escritores, existen en la actualidad una desorientación y desconocimiento casi completos de lo que realmente es esta organización que tiene representaciones o sucursales en casi todo el mundo, y de cuáles son sus finalidades y qué medios utiliza para lograrlos.

Algunas otras personas interesadas quienes han escuchado en alguna ocasión referencias vagas a la Institución Masónica, se la representan como una especie de mafia tenebrosa que se dedica a incorporar en sus filas a los oportunistas, los cismáticos, los hombres sin credo ni religión, los politiqueros sin escrúpulos y a los incautos para sus conspiraciones secretas. Se supone que el objetivo principal de la actividad masónica consiste en atacar a la religión, y el secundario es conseguir puestos lucrativos en el gobierno, la industria, el comercio, o donde quiera que sus adeptos puedan introducirse con sus maniobras encubiertas. Se habla de que la intimidación y el terror son las armas con que son manejados eficazmente los juramentos de esta sociedad secreta, y aun brotan aquí y allá consejas que hablan de terribles y espeluznantes "VENGANZAS MASONICAS".

Muy distinta es la idea que se forman de la Masonería quienes han tenido algún trato con miembros de la Institución. En muchos casos, han creído descubrir que se trata de gente inofensiva, incapaz de "matar una mosca", idealistas y hasta ingenuos, que se reúnen semana a semana en sus "logias", como otros lo hacen en el café o en la cantina; para "darle su arreglada al mundo". Como no se ve que para estas personas cambie en forma alguna su situación económica ni que se realicen jamás los proyectos loables que dejan traslucir en pláticas, se deduce que la Masonería es una especie de club en que se vuelcan, en saludable "catarsis", la frustración e impotencia de los ideales fallidos y las metas inalcanzadas, y se busca en la discusión libre de variados temas un desahogo a las inquietudes y cierto solaz en el intercambio de conceptos filosóficos.

Para quienes han asistido a ceremonias masónicas, o han leído artículos ilustrados de los fastuosos actos que se llevan a cabo, los masones quedan catalogados como una gente ociosa que vive en un mundo artificial de fantasía y teatralidad, reminiscente de la pompa y circunstancia de las órdenes de caballería y la nobleza medieval, sin más finalidad que la de conferirse mutuamente ridículos y altisonantes títulos que halagan su vanidad y darle variedad a la incolora mediocridad de la vida real.

Finalmente, hay quienes ven en la Masonería un poco más que un club social, aunque con cierto sabor arcaico de misticismo, que únicamente sirve para darle marco y ambiente a las altruistas finalidades de ayuda mutua y solidaridad fraterna que se supone deben existir entre sus miembros.

Como puede verse, la imagen que se forja una mente que trata de juzgar a una institución viéndola desde afuera, no puede nunca ser exacta. En verdad, debemos admitir que aún para algún que otro de los masones que forman parte de la institución, el concepto tampoco es muy claro, y ello, se debe, precisamente a que han transportado al campo masónico sus aspiraciones particulares y han intentado convertir a algunas de sus logias en un reflejo de los que esperaban encontrar en la Masonería.

Al solicitar su admisión, un candidato, en la Orden, se le pregunta si lo hace de su libre y espontánea voluntad; pero

¿Cómo puede haber libre y espontánea voluntad de hacer algo, si se ignora exactamente lo que ello es?

¿Cómo puede jurarse el cumplimiento de una constitución y reglamentos si se desconocen completamente?

¿Qué puede pensar de un hombre que va a comprometer su palabra de honor y su buen nombre sin haberse preocupado por investigar más a fondo las consecuencias de tal acto? La verdad es que escasean lamentablemente las fuentes fidedignas de información sobre lo que es y lo que no es la Masonería, y esta deficiencia no siempre se puede subsanar por medio de la interrogación directa, pues lo más probable es que se reciban muchas respuestas contradictorias y vagas por el temor de muchos masones a decir más de la cuenta, violando las normas de discreción que recomienda la Orden. Tampoco se sale de apuros leyendo obras de consulta de filosofía masónica, o aún los rituales (si se consiguen) pues en toda la literatura que se publica se supone que el lector es masón y, por lo tanto, se omite todo aquello que le ha de ser bien conocido; pero que es precisamente lo que más interesaría al que tiene deseos de investigar la conveniencia de iniciarse en la Masonería.

Para intentar llenar este hueco es que nos dimos a la tarea de recopilar toda la siguiente información, que no trata, ni con mucho, de ser un documento de consulta sobre Masonería. Existen buenas obras de este tipo que ayudarán a quien desee obtener información específica sobre algún aspecto particular del tema. Lo que aquí me propongo es presentar el panorama general, como lo haría ante quien nunca hubiese oído hablar de la Masonería. No se trata de una propaganda a favor ni en contra, sino simplemente una exposición escueta de hechos y datos fáciles de comprobar, pero que, hasta ahora, no estuvieron reunidos en un solo libro.

Quedará mucho aún por decir, y algunas cosas habrán de leerse entre líneas; pero existe la convicción leal de que no son las más importantes las que falten y que la información condensada en esta recopilación será más que suficiente para el fin que se persigue, que es el de orientar debidamente a quienes desean conocer realmente lo que es esta institución mundial.

"Los años no siempre dan sabiduría, la lucha deja siempre una experiencia".

¿Cuáles son las finalidades de la masoneria?

Cuando por primera vez oímos a alguna persona decir "Fulano es Masón", la pregunta que surge inmediatamente en nosotros es: "¿Qué cosa significa ser Masón?", ¿Es una religión, o una secta, o un club filosófico, o un partido político, o qué?" Daremos contestación a estas preguntas. Masón significa constructor, o sea el que fabrica a cal y canto un edificio, pero aunque antiguamente este título se les aplicaba a los miembros de las asociaciones de constructores que dieron a Europa sus mejores edificios de la Edad Media y del Renacimiento, actualmente hemos de entenderlo en su acepción figurada, diciendo que el masón es un constructor del templo simbólico de la ciencia y de la virtud. Que construye su propia personalidad. En otras palabras, un masón es un individuo que trabaja en perfeccionarse y en evolucionar, tanto en sus conocimientos como en su comportamiento moral, y para ello sigue los caminos que le indica la antigua asociación que se nombra Masonería, o más correctamente, Francmasonería.

Correlativamente, la institución Francmasónica tiene como finalidad principal la de constituirse en guía de quienes buscan y anhelan este perfeccionamiento, para lo cual va desgranando una a una sus sabias enseñanzas, en dosis graduadas y de acuerdo con el adelanto de cada uno de sus miembros. A través del estudio razonado y crítico de la filosofía moral se obtiene un mejor conocimiento de las virtudes y del modo de practicarlas.

Pero entonces, ¿Cabe decir que la Masonería es una escuela? Desde luego que no, si entendemos por escuela un lugar donde se imparten clases sobre materias específicas, basándose en libros de texto, y se capacita a los alumnos para desempeñar un trabajo que les permita ganarse el sustento. La Masonería es algo más que eso. En primer lugar, su filosofía educativa es totalmente distinta a la de cualquier escuela, puesto que en vez de exigir el aprendizaje de tales o cuales postulados y principios, estimula la exposición libre, la discusión ilustrada y el desarrollo de la imaginación y del pensamiento original, como medio para conseguir que cada cual llegue por su estudio independiente y su meditación profunda, a sus propias conclusiones lógicas y a la afirmación de sus convicciones. Por tanto, usa ampliamente del símbolo y de la alegoría; pero no ofrece de ellos ninguna explicación fija y dogmática, sino que deja en libertad al iniciado para que ejercite sus propias facultades deductivas e inductivas para descifrarlos y aprender – por si mismo- las provechosas lecciones que encierran.

Se ocurre preguntar que utilidad tiene esto. La historia nos enseña que de la Masonería han salido, en todos los tiempos, hombres de gran visión, acrisolado altruismo e inagotable energía, que han dado a la humanidad sus más grandes impulsos de progreso. Para descubrir estos nuevos caminos, necesitaron nutrirse de la duda filosófica, no de la certeza dogmática; precisaron examinar lo que no es típico, en vez de conformarse con lo usual y corriente. Tuvieron que desechar los cartabones, los textos consagrados y los manuales establecidos, decidiéndose a recorrer sendas supuestamente prohibidas para el pensamiento y descubriendo las nuevas soluciones a los problemas irresueltos. Para esto, dispusieron de una maravillosa facultad: la imaginación creadora.

Quizá la Masonería ha sido, a través de los tiempos, la única institución que se ha percatado de la importantísima función que tiene esta imaginación creadora en la evolución de la humanidad, y ha descubierto y aplicado un método sencillo y eficaz para desarrollarla. Por eso ha sido y seguirá siendo el semillero de nuevas ideas, el portaestandarte de las vanguardias y la escuela en que se modelan los hombres marginales que viven y piensan entre el hoy y el mañana… los conductores de la humanidad.

Pero no solamente a esto se limita la Masonería; no se conforma con ver que cada miembro se cultive y perfeccione a sí mismo, sino que trata de desarrollar en todos y cada uno de ellos el firme sentimiento de fraternidad y abnegación, encauzando cuidadosamente todos sus esfuerzos hacia los nobles fines de justicia social, equidad, libertad, auténtica democracia y progreso material y espiritual de toda la humanidad.

La Masonería es la doctrina moral que trata del mejoramiento del hombre con la ayuda de la Filosofía, la Ciencia y la Cultura. La palabra hombre es usada en sentido genérico y en ella se incluye a toda la comunidad, sin distingos de credos, clases y razas. EI mejoramiento del hombre a que aspira la Masonería, es integral, o sea, material, espiritual, moral, etc., al igual que individual, social, económico, técnico, científico, etc., porque la Masonería aspira a que el hombre evolucione, progrese y mejore en todos los aspectos de su vida y de la persona. Dejaría la Masonería de ser universal en sus finalidades si se mostrara partidista de algún "ismo", o enemiga de alguna religión. En su seno se admiten a hombres de todas las religiones y se respetan las creencias de cada uno y su forma personal de rendir culto a Dios. Por lo mismo, están proscritas las discusiones sobre los méritos relativos de tal o cual forma de culto, como no sea para reconocer que todas ellas representan modalidades del sentimiento de veneración del hombre hacia esa Entidad Suprema a quien cada quien llama con distinto nombre. La Masonería resume todas esas apelaciones a un común denominador y le llama "Gran Arquitecto del Universo", sin establecer ningún culto especial para adorarle, pues considera que todos son buenos cuando nacen de los anhelos puros del hombre.

En concomitancia con estos principios de libertad de conciencia y de culto, la Masonería no puede permanecer al margen de cualquiera violación de estos postulados, como cuando los ministros de alguna religión (sea católica, mahometana, budista, etc.) detentan los poderes públicos y la soberanía de los pueblos. Cuando las religiones, convertidas por los hombres en tiranías esclavizadoras de las conciencias y prostituidas por la ambición del poder temporal, pretenden sojuzgar a los hombres, la Masonería se yergue como campeona de la legitima libertad de creer o no creer, atendiendo únicamente a los dictados de intima conciencia y de la razón. De ahí que, aunque algunas veces y en algunos países la Masonería haya adoptado posturas anticlericales, no por ello es antireligiosa.

En resumen, la Masonería no es una religión, ni discute los principios de ninguna religión, sino por el contrario, las respeta a todas.

La Masonería es más que un club filosófico o una escuela de moral. Es una libre asociación de hombres de todas las condiciones económicas, y de todos los grados de cultura, a quienes los une el deseo de alcanzar un desarrollo y una evolución más alta en su personalidad interna, un dominio más perfecto de sí mismos, una afirmación de sus convicciones, una agudización más sutil de sus facultades, intelectuales y un acendrado espíritu de abnegado servicio hacia sus semejantes. Dentro de la Masonería encuentran estos hombres un ambiente de libertad, de respeto mutuo, orden, seriedad, estudio y fraternidad.

La Masonería contiene una filosofía educativa propia, basada en el estudio imaginativo y profundo de símbolos y alegorías, que persigue como finalidad el desarrollo del pensamiento propio, original, lógico y constructivo, con el resultado de que cada masón palpa pronto los frutos de este perfeccionamiento personal al notar que se ensancha extraordinariamente su manera de ver la vida, se despiertan aptitudes dormidas, surgen perspectivas de mejoramiento y entra plenamente en el camino que los transforma en guías y benefactores de la sociedad.

¿Cómo esta organizada internamente?

La Francmasonería no es una sociedad simple, sino una agrupación de sociedades que aceptan como base fundamental un conjunto de antiguas leyes, escritas o no escritas, que denominan "Antiguos Límites", "Antiguos Cargos", "Marcas", o "Landmarks". Este cuerpo de ordenamientos se deriva directamente de los que regían el funcionamiento de las asociaciones de masones operativos en la Edad Media y es el resultado de una larguísima experiencia.

Los Antiguos Límites han logrado que la Francmasonería sea siempre una e indivisible, a pesar de la variedad de cuerpos que la constituyen, y que no se modifique ni prostituya su carácter esencial a través de los tiempos. Por encima de cualquier constitución o reglamento están siempre los Antiguos Límites; estos definen las normas básicas de funcionamiento de la institución, los requisitos, derechos y obligaciones de los miembros y funcionarios y la postura filosófica, social y política de la Masonería Universal. A pesar de su importancia, no son dogmáticos sino convencionales y admiten que exista una variedad casi infinita en la manera y orden con que pueden impartirse las enseñanzas, en el estilo de la decoración de los "Templos", en las liturgias y en muchos otros aspectos. A ellos se debe la diversidad de los RITOS MASONICOS que son aceptados como "Regulares".

Se llama Rito, en Masonería, al conjunto de reglas o preceptos de conformidad con los cuáles se practican las ceremonias y se comunican las instrucciones de los grados.

Pasan de cien los ritos que han sido fundados, en diversos tiempos, dentro de la Masonería, y que se han considerado como "RECONOCIDOS". Muchos de ellos tuvieron una vida efímera pero otros han subsistido hasta nuestros tiempos. El pertenecer a un rito determinado, sin embargo, no es obstáculo para que los Masones se traten entre si como miembros de una misma gran familia y se visiten mutuamente.

De todos los ritos, son considerados como los principales el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el Rito Inglés de York o Rito del Real Arco. Sin embargo, en algunos países han existido ritos nacionales que han demostrado gran actividad, como el Rito Moderno Francés, del que surgió la Revolución Francesa; el Rito del Celeste Imperio, que se practica en Turquía; el Rito Sueco, el Tien-Foe-Whe, de la China; el Benemérito Rito Nacional Mexicano, de gloriosa memoria en nuestro país, y muchos más.

Los masones se congregan en pequeños grupos formados con algunas decenas de miembros, que denominan "Logias" y se reúnen una vez por semana en un local adecuado que recibe el nombre de "Taller", dando a entender con ello que se congregan para trabajar.

El valor e importancia de los trabajos que se desarrollan en las logias no depende del estilo o fastuosidad de su decoración. Muchas de ellas procuran limitar al mínimo estos adornos para que no se distraiga la atención y se desvíe del trabajo principal, que es de orden intelectual. Se puede trabajar masónicamente a campo raso y bajo la bóveda celeste, o en una choza de paja, sin que nadie pueda alegar que se demeritan en algo las bellas ceremonias en que se van revelando las enseñanzas y secretos de la Masonería.

En cada población de regular importancia existe, por lo menos, una logia masónica que imparte los tres grados fundamentales del Simbolismo, o Masonería Azul: Aprendiz, Compañero y Maestro. Cada una de estas logias está incorporada a una Gran Logia, cuyos límites de jurisdicción corresponden generalmente a los del Estado en que se encuentra. Los funcionarios de estas Grandes Logias son electos democráticamente entre los maestros de todas las logias simbólicas de la jurisdicción y toca a ellos gobernar en los asuntos que incumben a la agrupación. Finalmente, existe dentro de cada país un organismo o Confederación de Grandes Logias y, en el plano internacional, otros organismos que preparan y realizan congresos regionales y mundiales para el estudio y resolución de los problemas generales de la Orden; Estos súper organismos que preparan y realizan congresos regionales y mundiales para el estudio y resolución de los problemas generales de la Orden; solamente pueden formular recomendaciones a las Grandes Logias.

Es la Masonería Azul, o sea las Logias Simbólicas, la que constituye el grueso del pueblo masónico, y aunque existen otros cuerpos superiores que imparten los grados Capitulares, Filosóficos y Administrativos, hasta el último grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que es el 33°, existe una independencia completa entre la Masonería Azul y estos otros niveles de la Masonería, por lo cuál los grados que otorgan no tienen preponderancia alguna en las Logias Simbólicas, en donde no se reconoce otra categoría superior a la del Grado de Maestro.

Igual independencia existe con relación a otros organismos o instituciones "colaterales", como son de diversas órdenes de Caballería (Templarios, Cruz de Constantino, Shriners, etc.) Ordenes juveniles (Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad, A.J.E.F. de Molay, Etc.) y Femeninas (Arco Iris, Estrella de Oriente), y otras como los Odd Fellows, Caballeros de la Luz, La Orden Rosacruz, etc, todas ellas también representadas en Cuba. Estos organismos no son parte de la Orden Masónica, aunque algunos de ellos fijen como requisito para ser admitido la posesión de ciertos grados masónicos; Pero le son complementarios en aspectos sociales, benéficos, educativos y de acción externa.

Las logias simbólicas se rigen a sí mismas en todos los asuntos internos, empleando para sus deliberaciones el orden parlamentario y tomando sus acuerdos en votaciones democráticas. Eligen periódicamente a sus funcionarios y otorgan a los nuevos miembros los diversos grados, a medida que los van mereciendo. Establecen sus reglamentos internos y le imprimen a los trabajos y estudios el curso que consideran más conveniente, procurando no salirse de los principios generales de la orden.

En resumen, es la Logia Simbólica la unidad orgánica de la Institución Masónica. Estas Logias se encuentran congregadas en Grandes Logias y pertenecen a algún Rito reconocido, subsistiendo por encima de estas divisiones de carácter administrativo la absoluta unidad de todos los masones del mundo entero, que se reconocen fraternalmente, se ayudan y trabajan de común acuerdo hacia las metas de progreso y bienestar de la humanidad, que constituyen el deber cotidiano que todo masón se ha impuesto voluntariamente.

¿Cuál es su historia?

Dejando a un lado muchos y muy antiguos antecedentes históricos de la Masonería, oscuros e inconexos, señalaremos aquí que la Francmasonería surgió de las corporaciones de obreros de la construcción en la Edad Media. Los canteros alemanes y los constructores ingleses de esos tiempos no constituían únicamente asociaciones de oficios sino verdaderas hermandades en donde se enseñaba y ejercitaba una teoría secreta de sus respectivas artes y oficios. Muchos autores han probado que los Francmasones no han inventado su liturgia y sus símbolos, y que tampoco los han copiado de otras sociedades secretas arcaicas, sino que les han sido transmitidos, por sucesión directa, de las sociedades gremiales de que proceden.

Se pretende que la Masonería es tan antigua que ya existía y se practicaba en las pirámides de Egipto, en los templos de la India, en las cavernas de los Esenios, en las criptas secretas de los Mayas, en la Academia de Pitágoras y en muchas otras sociedades iniciáticas de muy remota antigüedad. Las semejanzas, reales o imaginadas, con los ritos y ceremonias que se llevaban a cabo en esos remotos tiempos, demuestran que la Francmasonería llena una íntima necesidad del espíritu humano, que es la de buscar la superación personal y encauzar las potencialidades individuales hacia el bien común. No es pues, la lógica de las técnicas y métodos que son más eficaces para lograr la evolución interna en el hombre. Que estas técnicas no hayan variado grandemente en el curso de varios milenios no debe extrañarnos, ya que el hombre sigue siendo esencialmente semejante en sus manifestaciones mentales y afectivas desde que es hombre, a pesar de todas las modificaciones ambientales que ha logrado la civilización.

La Masonería, en su forma actual, tomó cuerpo en Inglaterra a fines del Siglo XVII. Con anterioridad, existían en Alemania, Francia e Italia las cofradías de constructores, o "masones", en donde se enseñaban no solamente las artes y las ciencias que debía dominar un maestro constructor, sino que se impartían principios de moral y buena conducta, que garantizaran la armonía dentro de las corporaciones. Los lustros de duración de las monumentales obras que ejecutaban los "masones" (entre las cuales se cuentan las más preciadas joyas del estilo gótico) favorecían que se estableciesen relaciones muy estrechas entre los numerosos artistas y obreros, los cuales formaban verdaderos "equipos" bajo la dirección de sus grandes maestros arquitectos, que eran solicitados para ejecutar obras en ciudades distantes y en diferentes países. Natural es que, en sus viajes, buscasen la ayuda de otros miembros de su misma profesión, también agremiados en cofradías, y que asistiesen a las reuniones de sus "logias". De esta necesidad de viajar y ser reconocidos y atendidos, como de las preocupaciones que cada agrupación debía tomar para no admitir entre sus miembros a un operario que fuese a romper la armonía por su mala conducta, o a explotar en su beneficio personal los conocimientos técnicos que se impartían en las logias, surgieron los signos secretos de reconocimiento, la jerarquización en tres grados, con obligaciones y prerrogativas distintas, y el sigilo y discreción para realizar las reuniones de masones.

El nombre de Francmasón, derivado de la palabra "Freemasón", y que significa "masón libre" o albañil libre, se daba a los constructores que tenían libertad para contratar sus servicios con cualquiera persona y en cualquier país, a diferencia de los que estaban al servicio exclusivo de algún noble, prelado eclesiástico o monarca. Estos últimos, desde luego, no precisaban de signos de reconocimiento, ni de todas las demás cosas que caracterizaban a las logias de Francmasones.

Por la necesidad de viajar y de conocer diversos países y costumbres, los Francmasones tuvieron contacto con distintas maneras de pensar y diferentes organizaciones políticas, lo cual les confirió un punto de vista excepcionalmente amplio hacia los problemas religiosos, filosóficos, económicos, sociales y políticos de su época. Hubieron de admitir, con igualdad de derechos, a hombres de distintas nacionalidades, credos y razas, y esto sentó las bases a los principios humanistas de la naciente Orden.

En los siglos X, XII y XIV, se emprendieron en Escocia e Inglaterra grandes obras, y para su realización se importaron constructores alemanes, quienes llevaron consigo los usos y costumbres de las logias alemanas. A su influjo, nacieron las logias escocesas e inglesas.

Hacia principios del siglo XVIII, la construcción había decaído grandemente y, consecuentemente, languidecían las logias de los masones operativos; entonces, en 1717, se constituyó en Londres una Gran Logia, bajo el patrocinio de un grupo de hombres de gran ilustración, que veían con pena la decadencia de las logias de constructores. Fue entonces cuando nació, propiamente, la Francmasonería de nuestros tiempos, la cual ha conservado cuidadosamente el espíritu de las antiguas cofradías, sus principios constitucionales y los usos y costumbres tradicionales, apartándose de la construcción material. Admitió en sus filas a hombres de todos los oficios y condición social, a la vez que daba una interpretación elevada y filosófica a sus símbolos; así, la Francmasonería adquirió un carácter más amplio, susceptible de extenderse por todo el mundo.

Al ser electo Jorge Payne para el cargo de Gran Maestro, emprendió la meritoria tarea de reunir todos los preceptos existentes y formar una colección de 39 ordenanzas generales, que fueron revisadas por el Dr. James Anderson, teólogo e historiador, y sirvieron de base a la constitución publicada en 1723, que es el primer fundamento legal de la Masonería.

Prosperó, a partir de ese momento, la Orden, contando entre sus iniciados a distinguidos miembros de la nobleza y de la familia real de Inglaterra. Entre 1739 y 1772, surgieron ciertas desavenencias internas que dieron origen a su separación en dos Ritos: el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y el Rito de York, o del Real Arco.

De Inglaterra, la nueva Francmasonería se extendió rápidamente a otros países. En Francia apareció entre 1721 y 1732 y alcanzó un auge inusitado. Se formaron nuevos ritos y se crearon grados filosóficos, siendo ésta, al principio, una innovación mal recibida en los demás países, ya que infringía los Antiguos Limites que únicamente establecen los primeros tres grados.

La Masonería Francesa ha contado entre sus miembros a distinguidas personalidades, como Voltaire, Rousseau, Condorcet, Víctor Hugo, Gambetta, Herriot, Dantón, Marat, Alejandro Dumás, Napoleón Bonaparte, Emilio Zolá y muchos más. En las Logias Masónicas se gestó la Revolución Francesa, y de los principios masónicos se sirvieron los revolucionarios como bandera en la lucha contra la tiranía.

Entre los masones más distinguidos mencionaremos a: Federico el Grande de Prusia, Francisco I de Austria, Goethe, Mozart, Beethoven, Wagner, Benjamín Franklin, George Washington, el Conde de La Fayette. Thomas Jefferson, Abraham Lincoln, Américo Vespucio, Leonardo Da Vinci, Gral. Prim, Francisco Javier Mina, Emilio Castelar, Simón Bolívar, José Martí, Bernardo O" Higgins. José de San Martín, Antonio José de Sucre, José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende, Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, Agustín de Iturbide, Valentín Gómez Farías, Nicolás Bravo, Benito Juárez, Melchor Ocampo, Sebastián Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz, Ignacio M.Altamirano, Juan de Dios Pesa, Amado Nervo, Ignacio Ramírez, Alfredo Chavero, El Barón de Humboldt, Francisco I. Madero, José María Pino Suárez y muchos otros más.

Las fuerzas renovadoras que han actuado dentro de ella, en nuestro país, la han modernizado y cohonestado con los adelantos de nuestro tiempo, y se observa una saludable tendencia a incorporar a sus técnicas y enseñanzas los descubrimientos más modernos de la ciencia.

De esta manera, la Masonería evoluciona y se pone a tono con la época, para seguir siendo fuente de donde brota la fuerza renovadora del pensamiento humano.

¿Interviene en la política?

Con mucha frecuencia se formula la pregunta de si la Masonería desarrolla actividades de índole política. Esto es lo primero que se le ocurre a quien lee en las páginas de la historia la larga lista de estadistas, reformadores, revolucionarios y patriotas que fueron Masones. Quienes piensen que la Masonería es una organización política están equivocados, como suele equivocarse quien examina superficialmente las cosas y no penetra las apariencias para aquilatar su verdadero significado.

Es cierto que en las Logias Masónicas se han formado hombres como Voltaire, Washington, Bolívar, Juárez y Madero; pero también de ellas han surgido grandes sabios y artistas, como Franklin, Newton, Mozart, Beethoven, Wagner, Chavero, Edison, Kant, Spinoza, Rutherford, H. G. Wells, Oppenheimer, Dewey y tantos otros más que nunca se ocuparon de la política, como no fuese desde un plano filosófico y humanista.

Pese a los esfuerzos de quienes en ciertas épocas han pretendido desentenderse del carácter real de la institución y han hecho esfuerzos por transformar en bandera política, la Masonería ha conservado, hasta ahora, su verdadera naturaleza de escuela y taller en donde se forja la personalidad y evolucionan las facultades más nobles del hombre. Es un laboratorio en donde se ejercita el análisis y la síntesis de todas las ideas y de todos los nuevos conceptos filosóficos, en el ambiente aséptico propicio para el claro y recto pensar, y en donde se funden en el crisol del trabajo mancomunado y de la lucha constante, los más diversos metales, para obtener la amalgama y la aclaración con que se forjan los hombres capaces de dedicar sus vidas al progreso de la humanidad, sin distingo de raza, credo o nacionalidad.

La Masonería ha enseñado a estos hombres a luchar primero consigo mismos, para limar sus asperezas y fortificar sus almas. Les ha mostrado el camino de la convivencia fraterna, el respeto mutuo, la dignidad y el heroísmo. Ha inflamado sus corazones con el amor a sus semejantes y de santa indignación contra la injusticia y la tiranía que degradan al hombre y encadenan su pensamiento. Por eso es que en su seno se han gestado tantas iniciativas trascendentales para el adelanto de la humanidad y de ella han surgido, de tiempo en tiempo, grupos fuertes y de gran cohesión que han logrado imprimir a sus naciones, y al mundo, los más importantes impulsos evolutivos.

La Masonería es esto y mucho más; pero lo que no es, ni ha sido jamás, es un partido político, ni una organización militante al servicio de tal o cual encumbrada personalidad, ni los exponentes de tal o cual "Ismo" (ni siquiera del liberalismo, como doctrina política) ni una mafia de "Carbonari", aunque sus detractores así le hayan descrito con demasiada frecuencia. Jamás podría ser cualquiera de estas cosas sin perder inmediatamente su sentido humanista y universal, quedando a merced de las contingencias temporales y a la mezquindad de las lides personalidades personalistas. La Masonería está por encima de la política y sobre todo de la politiquería.

Pero así como nadie construye una casa para que permanezca deshabitada, ni se fabrica un barco si nunca ha de navegar, ni se prepara un banquete si nadie ha de comerlo, ni ejercita el atleta sus músculos si no ha de emplearlos, así también, carecería de sentido alguno la actividad masónica (personal e interna) del desarrollo de las facultades superiores del hombre, si no desembocara en forma natural y lógica en los múltiples cauces de la actividad social desempeñada por cada uno de sus miembros, dentro de la esfera de influencia personal y como resultado de su iniciativa propia.

Por ello es que, aun no siendo la Masonería una organización política, y ocupándose, como lo hace, principalmente de la evolución personal de cada hombre, resultaría absurdo que forjase guerreros del progreso y conductores de la humanidad y les prohibiese toda actividad política, ya que en la realización de logros concretos, está la justificación histórica de la institución.

De lo cual resulta que, individualmente, los masones sí intervienen activamente en la política de sus países cuando la ignorancia, el fanatismo o la ambición, tratan de sojuzgar a los pueblos.

Con respecto a las batallas que libran los masones en el mundo, la Institución Masónica se mantiene tan independiente como lo puede ser una Universidad con relación al trabajo profesional de sus egresados. Existe, sin embargo, una diferencia importante: mientras la Universidad se limita a preparar al estudiante y una vez que le ha entregado si título pierde casi todo contacto con él y con el buen o mal trabajo que desarrolle, en cambio la Masonería sigue abrigando con sus alas a sus miembros, dándoles ocasión de que nunca cesen de estudiar y perfeccionarse, velando por que se consoliden los lazos de fraternidad y comprensión mutua y juzgando severamente la actuación de cada uno de ellos cuando violan los principios morales proclamados por el ideario de la Orden.

¿Cuáles son las obligaciones y los derechos de un mason?

Toda sociedad tiene derecho de exigir de sus miembros el cumplimiento de ciertas obligaciones y, a la vez, le hace participe de los beneficios que ofrece. La Masonería no es una excepción, por lo que es justo y necesario que antes de contraer las obligaciones de un Masón, sepa cuáles son estas obligaciones y cuáles los derechos que se adquieren.

La primera de las obligaciones consiste en guardar un silencio absoluto de los asuntos tratados en las reuniones o "tenidas" (como se les designa masónicamente). La Masonería no es propiamente, una sociedad secreta, pero si es discreta. En los varios siglos de actuación que lleva recorridos ha podido probar que sólo con reserva, sigilo y discreción se puede estar a salvo de los ataques que nacen de la incomprensión, del fanatismo y de la envidia. A los que comentan que: "¡Algo de malo habrá en ello, puesto que se esconden para hacerlo!", Les contestaremos que nunca las nuevas ideas han encontrado el camino sembrado de comprensión, buena voluntad y aliento. Por el contrario, recordemos a Sócrates acusado de pervertir a la juventud, a Galileo torturado por blasfemo, a Spinoza excomulgado por ateo, y tantos otros que han seguido igual o peor suerte.

Y si hay quien diga que esos tiempos ya pasaron y que en los tiempos actuales hay libertad de expresión y respeto hacia las nuevas ideas, les diremos que están en su derecho para creerlo así; pero que la Masonería está estructurada de modo tal que pueda seguir funcionando aunque impere un régimen de opresión política y económica y de coartación de la libertad. Por tanto, no necesita justificar su exigencia de que los miembros guarden cuidadosamente sus secretos, puesto que ello es parte de su naturaleza, y la sabiduría de este proceder ha sido constatada en tiempos buenos y malos.

La segunda de las obligaciones de un buen Masón es la de trabajar intensamente en pro de su propia perfección interna. Deberá corregir sus propios defectos, combatir sus pasiones y prodigarse en el servicio para con los demás. En esto consiste el trabajo masónico, que es, como se dijo antes un trabajo personal de evolución y labrado de la personalidad. No es buen masón quien solamente se dedica a reunir abundantes conocimientos sobre filosofía, historia, ciencia litúrgica, psicología, sociología, etc., si esta ilustración no va acompañada de un auténtico espíritu fraternal que le impulse a correr en auxilio de todo hombre que necesite de sus servicios.

Tampoco podrá calificarse de masónica labor de quien está animado de grandes deseos de hacer el bien, pero que carezca de la ilustración y capacidad suficiente para reconocer la forma más eficaz y provechosa de hacerlo. El verdadero Masón cohonesta sus conocimientos con un comportamiento altruista y virtuoso, y pone en juego ambas cualidades en trabajo infatigable, para que sus buenos deseos se transformen en realidades palpables.

La tercera obligación es la de cumplir con los Estatutos Generales de la Orden, las Constituciones de la Gran Logia a que pertenezca y los Reglamentos particulares de su logia. Aunque no sería posible dar a conocer en esta obra este cuerpo de disposiciones legales, bastará explicar que su objetivo único es el de fijar las normas de gobierno y funcionamiento interno de logias, y que todo masón sabe que estas órdenes tienen como mira el bien común y jamás pueden contravenir los principios del honor y virtud que proclama la Orden.

Huelga decir que entre las obligaciones que se desprenden de los Reglamentos particulares de las logias están incluidos los de asistir puntualmente a la "tenidas" semanales, estar al corriente en los pagos de las cuotas personales, o "capitas", y conducirse siempre con decoro y orden.

En primer lugar, ofrece su conjunto de enseñanzas sistematizadas, las cuales va impartiendo a cada quien, según los méritos alcanzados por su esfuerzo personal. Otorga a todos sus miembros el derecho de recibir ayuda y amor fraternal en cualquier lugar del mundo en que se encuentren. El masón tiene amigos en todas partes, siempre dispuestos a correr en su auxilio en el momento en que los llame. Sin importar las diferencias de rito que practique ni la jurisdicción a que pertenezca, cada masón se considera hermanado con todos los demás masones del mundo. En la mayoría de las organizaciones masónicas existen, además, otras ventajas de orden mutualista, como por ejemplo: el seguro de vida, bolsa de trabajo, fondo asistencial, etc. Debemos hacer notar, sin embargo, que no es en estos servicios asistenciales donde radican los beneficios de la Masonería, sino en la oportunidad que brinda a sus miembros para estudiarse a sí mismos y ponerse a prueba dentro de los trabajos de la logia, alcanzando un mejoramiento constante, gracias a las sabias normas y disciplinas de la Orden.

Finalmente, la Masonería brinda a quienes evolucionan dentro de ella, la oportunidad de ampliar su campo de acción en el mundo externo y desarrollar una actividad de mayores alcances y trascendencia. Esto se logra como resultado de la cohesión que se establece entre los masones y que después trasciende a los diversos campos de acción en que se encuentran profesionalmente. No es esto el producto de un plan de acción premeditado por la Institución Masónica y que aconseje colocar a fulano aquí y a zutano allá, como piezas de un ajedrez en que se juegue alguna trascendental partida política; es más bien la polarización espontánea de todos los hombres en quienes se ha sublimado el amor a la libertad, a la justicia social y al progreso, cuando con ocasión de un acontecimiento que viola los derechos del hombre y obstaculiza la marcha ascendente de la humanidad, convergen al unísono, impelidos por sus ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Para coordinar la actividad externa social, educativa, benéfica y política de los masones existen asociaciones civiles, en cuyo seno se reúnen los masones de todos los ritos, jurisdicciones y obediencias, para aunar sus esfuerzos y luchar hacia las nobles metas que en los talleres masónicos se enseñan. Estas asociaciones representan, para la masonería, lo que el brazo es para el cerebro: un órgano ejecutivo para la realización de los ideales masónicos.

Fuera de estas obligaciones y derechos no hay otros. Cada Masón lo es por su libre y espontánea voluntad, y tiene derecho a retirarse, como caballero, de la Masonería, cuando lo desee, si que por ello sufra persecuciones, amenazas o ataques. Sólo se le pide, bajo su palabra de honor que no revele los secretos de la institución, y si no lo cumple, el único que se perjudica es él mismo y no la Masonería, ya que el verdadero y más preciado secreto masónico es inviolable por su naturaleza.

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Preguntas y respuestas rapidas sobre la masonería

01 – ¿Qué es la Masonería? Esta pregunta es fundamental y por ello es a la primera que trataré de darle una respuesta, aunque sea parcial. Es indispensable que entendamos de qué y sobre qué estamos tratando para comprender qué es la Masonería y, desde ya quiero advertir al lector que, al pretender encontrar la respuesta a esta, aparentemente sencilla pregunta, me será difícil darla completa y categórica, ya que de ella misma se desprenderán nuevas preguntas que requerirán más respuestas.

DEFINICIONES: He aquí algunas definiciones que aparecen en diccionarios y enciclopedias:

Diccionario Larousse – (en castellano) "Francmasonería: Cierta asociación secreta que usa símbolos tomados de la albañilería. Dícese también Masonería." WIKIPEDIA Enciclopedia On-Line – La Francmasonería o masonería es, según ella, una institución de carácter iniciático, filantrópico y filosófico, fundada en el sentimiento de fraternidad. También sostiene que tiene como objetivo la búsqueda de la verdad y fomentar el desarrollo intelectual y moral del ser humano, además del progreso social. Los masones, tanto hombres como mujeres, se organizan en estructuras de base denominadas logias, que a su vez pueden estar agrupadas en una organización de ámbito superior normalmente denominada "Gran Logia", "Gran Oriente" o "Gran Priorato". La Masonería es una institución Filosófica, Filantrópica y progresista, cuyo máximo objetivo es estimular el perfeccionamiento moral e intelectual de los hombres y pueblos; o – más escuetamente – es una escuela formativa de hombres.- Es una asociación voluntaria de hombres, cuyo origen se pierde en la antigüedad, que actualmente agrupa a más de seis millones de miembros a lo largo y ancho del mundo Es un sistema de conducta ético y moral donde se aprende a dominar los vicios, las pasiones, las ambiciones, el odio y los deseos de venganza que oprimen al hombre.

Es una Orden iniciática, esotérica, elitista y caballeresca, que practica la fraternidad y la tolerancia, que admite a todo hombre libre y de buena reputación, sin distinción de raza, religión, ideario político o posición social, exigiendo únicamente que posea un espíritu filantrópico y el firme propósito de tratar siempre de ir en busca de la verdad y la perfección.

Está basada en la creencia en un Ser Superior, o Dios, al que denominamos Gran Arquitecto del Universo, como principio y causa de todas las cosas.

Es, o parece, rígida en sus principios, pero es tolerante con las personas y enseña a respetar las opiniones de los demás, aunque difieran de las propias, incitando a todos a la Tolerancia y la Fraternidad.

Sus miembros aprenden sus preceptos en ceremonias ritualísticas, que siguen antiguos ritos, formas, usos y costumbres de los constructores de catedrales, utilizando las mismas herramientas como guías alegóricas.

En las Logias se aprende a amar a la Patria, someterse a las Leyes, respetar a las autoridades legalmente constituidas, y a considerar al trabajo como un Deber esencial del ser humano. Trata de hacer un hombre bueno, un hombre mejor.

Por ello la Francmasonería:

"es una ciencia de moral velada en alegorías y esclarecida con símbolos. La Masonería es muchas cosas, pero, por encima de todo, es un estilo de vida. EVIDENTEMENTE, PARA CONOCERLA HAY QUE VIVIRLA; no se puede llegar a conocer la Masonería a través de los libros, solo se logra con el trabajo en la Logia.

Francisco de Paula Santander ha definido la Masonería en una forma bellísima así:

"Es una fraternidad filosófica que busca hacer de hombres buenos, hombres mejores, mediante la practica del honor, la moral, la virtud y el amor a la humanidad; predica la tolerancia y el respeto, combate la ignorancia, apoya las artes y las ciencias, y se esfuerza para que sus adeptos busquen y encuentren la verdad. Exige a sus miembros la sobriedad y las buenas maneras, tener buenas costumbres, ser bueno ciudadanos, respetar las leyes de su país, evitar la ociosidad, dar buen ejemplo y ser buenos padres, hijos, hermanos, esposos y amigos. Proclama la paz, repudia la guerra, aspira a que el mundo sea gobernado por la razón, y quiere que sus miembros participen en el cambio de la humanidad hacia una vida mejor." La masonería es una actividad de esclarecimiento permanente, que se lleva a cabo mediante un método complejo, que incluye Relación personal, Dinámica de grupos, Introspección, Especulación simbólica, Educación en actividades vitales y sociales, Interiorización de valores, Unificación de posiciones ideológicas, Crecimiento personal, pero sobre todo de AUTOESTUDIO.

En el Ritual de las Logias hispanoparlantes de Israel se define de la siguiente manera:

"La Masonería es una institución que busca la felicidad humana por medio de la tolerancia y el amor, perfeccionando las costumbres, glorificando la justicia, la verdad y la igualdad, combatiendo la tiranía y los prejuicios. La Masonería es universal y sus talleres se encuentran esparcidos por toda la faz de la tierra, dondequiera que haya hombres libres y de buenas costumbres." 02 – ¿Qué no es la Masonería? No es una asociación benéfica, aunque considere estas prácticas como un deber. No es una religión, ya que no impone a sus miembros una creencia religiosa determinada. Los Masones pueden practicar la religión de su preferencia, con tal que respeten las opiniones de los demás.

No es una secta, no proclama ni admite dogmas de ningún tipo, respeta íntegramente las creencias de sus miembros y estos pueden abandonar la Masonería en cualquier momento que lo deseen.

No es una asociación para obtener beneficios personales, ya que no procura a sus miembros ventajas en los negocios o en la política.

No es una sociedad secreta, ya que no niega su existencia y cuáles son sus propósitos y finalidades y normalmente se encuentra inscrita en el Registro de Asociaciones de cada país, con los nombres y apellidos de sus dirigentes y la presentación de sus Estatutos.

No es un círculo de estudios ni una escuela filosófica, ya que el trabajo en las Logias es solamente ritualístico, con arreglo y sujeción a los diferentes Ritos en los que trabaja la Masonería.

03 – ¿Hay Solamente una Masonería? La respuesta será afirmativa o negativa dependiendo del punto de vista que tomemos:

Si nos preguntamos viendo a la Masonería desde el exterior, desde un punto de vista de un observador objetivo y no Masón, no hay duda que la respuesta será afirmativa. Para él, la Masonería será una sola y no considerará, por desconocimiento seguramente, sus diferentes matices que pasan a ser partes de ese gran todo que es la Orden o Fraternidad Masónica.

Si con la pregunta se pretende saber si hay sólo un tipo o forma de Masonería, debemos responder negativamente, lo cual, automáticamente involucro aclarar cuales son las diferentes Masonerías existentes y sus principales tendencias y peculiaridades.

Esta tarea es difícil y compleja por la gran multiplicación y proliferación de Ritos, Rituales y Grados (y sus diferentes administraciones u Obediencias Masónicas como ser: Grandes Logias, Grandes Orientes, Supremos Consejos, etc.), que nacieron indiscriminadamente y sin sistema alguno, especialmente, a mediados del siglo XVIII. Sin embargo, y a modo de simplificación, trataremos de responder teniendo como horizonte la situación en la actualidad y dejando el detalle del análisis histórico.

Me permitiré plantear algunas clasificaciones de la Masonería:

a). – Desde el punto de vista de la concepción de Dios: – Masonería Deísta o – Masonería Laica. Masonería Deísta se entiende aquella que tiene como requisito primordial de ingreso la creencia en Dios. Este requisito, fue originalmente categórico y divino, y hasta diría, cristiano y católico.

Masonería Laica Lo que para las distintas religiones es Dios, Alá, Jehová, etc. es para los laicos la Naturaleza. Para la Masonería laica equivale a una Fuerza Superior al Hombre denominado el Gran Arquitecto del Universo.

Si ponemos a la Masonería en un ángulo de 180 grados para ubicar en ella las diferentes Obediencias Masónicas Regulares en relación a su mayor o menor grado de convicción deísta o laica, sin pretender exactitud y sólo a modo de graficar la situación, en uno de sus extremos colocaríamos a las Masonerías anglosajonas encabezadas por la Gran Logia Unida de Inglaterra y al otro extremo la Masonería Francesa y Latinoamericana quedando al centro la Norteamericana.

b). – Desde el punto de vista de la Regularidad: Las Logias Masónicas se encuentran reunidas en una institución central denominada Gran Logia. Las Grandes Logias existen con un criterio territorial, una Gran Logia por País o Estado. Las Grandes Logias, similarmente a los Estados, se reconocen entre sí y nombran representantes al igual que los Estados nombran Embajadores. Los Estados Federales tienen sus Grandes Logias en cada uno de los Estados que componen la Federación.

Las Grandes Logias se dividen en Reconocidas o Regulares y No Reconocidas o Irregulares. Es comúnmente aceptado, mas no de rigor, que la Gran Logia que decide los criterios para determinar cual es Regular y cual no, es la Gran Logia Unida de Inglaterra. Es decir, que aquellas que no tienen este Reconocimiento, son consideradas Irregulares.

Hermanos miembros de Grandes Logias Regulares tienen prohibición incluso de visitar una Logia Irregular. Hermanos pertenecientes a Obediencias Irregulares, no tienen prohibición alguna de visitar o participar en actividades de otras Obediencias mas, las Logias Regulares tienen prohibición de recibirlos aun de visita.

A modo de ejemplo aclaratorio de esta compleja situación, el Gran Oriente de Francia, es una Obediencia Irregular, considerada autoridad paralela, y no la única, a la ya mencionada Gran Logia Unida de Inglaterra. No todo Gran Oriente es Irregular (el Gran Oriente de los Países Bajos es Regular) y no toda Gran Logia es Regular, (la Gran Logia de Francia es Irregular).

Vale la pena mencionar que esta situación de Regularidad o Irregularidad es dinámica. Una Gran Logia como la del Uruguay fue por muchos años Irregular hasta que decidió aceptar y cumplir los requisitos de Regularidad y entonces pudo ser y fue reconocida como tal. Por otro lado, recientemente las Grandes Logias de Italia y de Grecia dejaron de ser reconocidas como Regulares por cometer infracciones que, a juicio de la Gran Logia Unida de Inglaterra, merecían este "castigo".

En realidad, toda Gran Logia, para existir en el mundo Masónico, debe ser Reconocida por sus homólogas, situación similar, como ya he mencionado, a la de los Estados que al reconocerse, crean relaciones diplomáticas, así también las Grandes Logias, al reconocerse, nombran a sus respectivos Garantes de Amistad o Representantes ante las otras Grandes Logias Hermanas.

Para repetir aclarando, todas aquellas reconocidas por la Gran Logia Unida de Inglaterra y entre ellas, y otras instituciones Masónicas que tienen acuerdos o concordatos con estas Grandes Logias, como por ejemplo, el Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el Gran Capítulo del Gran Arco Real, los Shriners y muchos otros, constituyen la Masonería Regular, término que, en este sentido, usaremos en este texto siendo el resto considerada Masonería Irregular, sin pretensión peyorativa alguna.

04 – ¿Por qué dice que es filosófica? Porque orienta a sus adeptos hacia la investigación racional de las leyes y fenómenos de la naturaleza; convida al esfuerzo del pensamiento que va desde la simbólica representación geométrica hacia la abstracción metafísica; invita a los hombres a conocerse a si mismos; busca en la reflexión filosófica la penetración del sentido espiritual del movimiento de la historia; permite a través simbolismo una explicación coherente del origen y destino del universo; contempla en cada tiempo histórico las nuevas inspiraciones doctrinarias, y asimila de cada sistema filosófico lo que puede significar de aporte al patrimonio de la verdad abstracta, mas allá del tiempo y del espacio.

05 – ¿Por qué se es iniciática? Porque sostiene que todo lo externo no es sino la manifestación o expresión de una realidad interna y espiritual; además acepta que lo material es, igualmente vital. Busca por lo tanto, el sentido profundo y lógico de las cosas.

06 – ¿Y porque es filantrópica? Porque practica el altruismo, desea el bienestar de todos los seres humanos y no esta inspirada en la búsqueda de lucros personales de ninguna clase. Sus esfuerzos y sus recursos están dedicados al progreso y felicidad de la especie humana, sin distinción de nacionalidad, raza, sexo ni religión, para lo cual tiende a la elevación de los espíritus y a la tranquilidad de la verdad.

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07 – ¿Y progresista? Es progresista porque enseña y practica la solidaridad humana y la absoluta libertad de conciencia. La Masonería tiene por objeto la búsqueda de la verdad, desechando el fanatismo y abordando sin prejuicios todos los nuevos aportes de la invención humana; estudia la moral universal y cultiva las ciencias y las artes, y no pone obstáculo alguno en la investigación de la verdad.- 08 – ¿La Masonería es una religión? Esta es posiblemente la pregunta más difícil y polémica de responder en este pequeño trabajo. Trataremos de dar de la forma mas breve posible, los elementos que a juicio del autor del presente trabajo son los más objetivos y críticos con el objetivo de poder darle una respuesta a la pregunta planteada lo mejor posible, aunque sin pretender que ningún profano o masón haga suyos los planteamientos aquí recogidos.

Si le preguntamos a cualquier masón del orbe esta pregunta, de seguro en su gran mayoría responderán que de ninguna manera es la masonería una religión, que la masonería no está afiliada ni puede afiliarse a ninguna religión determinada, ni compite con ellas. Elevándose sobre toda clase de discusiones, ofrece a los amantes de la verdad el terreno mas apropiado para el cultivo de la inteligencia mutua y la unión fraternal. No reconoce en la investigación científica ninguna autoridad superior a la razón humana, y rechaza- por tanto- las verdades reveladas que aceptan las religiones positivas. Admite en su seno a personas de todos los credos religiosos, sin distinción, siempre que sean hombres libres, de buenas costumbres, tolerantes y respeten todas las opiniones sinceramente profesadas de los demás, es decir, exentas de fanatismo, egoísmo y supersticiones.- Hasta este punto tendríamos más o menos la posición y respuesta relativa promedio de la gran mayoría de los masones actuales, pero me gustaría invitarles a abordar el tema de una manera más crítica y objetiva con el único ánimo de buscar la verdad.

La mayoría de nosotros los masones decimos que la masonería no es una religión por las siguientes razones:

1. No cumple con los requisitos para ser definida como tal.

2. No ofrece un sistema o enseñanza de salvación.

3. No tiene credo propio ni confesiones de fe, ni teología ni ritual de culto.

4. No tiene símbolos religiosos como los que se pueden encontrar en una Iglesia.

Para comprobar la veracidad de estas declaraciones veamos la definición que en cuanto a la palabra religión nos da el diccionario "Webster".

1. Una creencia en un poder divino o sobrehumano que debe ser obedecido y adorado como Creador y gobernante del universo; 2. La Expresión de esta creencia en conducta y ritual.

Otra definición abreviada sobre religión encontrada en la prestigiosa Enciclopedia en línea "WIKIPEDIA" que aparece en la dirección (http://es.wikipedia.org/wiki/Religión) es la siguiente:

Definir qué es religión (del latín religare o re-legere) ha sido y es motivo de controversia entre los especialistas. Así, según el sociólogo G. Lenski, es «un sistema compartido de creencias y prácticas asociadas, que se articula en torno a la naturaleza de las fuerzas que configuran el destino de los seres humanos».[1] Por su parte, el antropólogo Clifford Geertz propone una definición alternativa: «La religión es un sistema de símbolos que obra para establecer vigorosos, penetrantes y duraderos estados anímicos y motivaciones en los hombres, formulando concepciones de un orden general de existencia y revistiendo estas concepciones con una aureola de efectividad tal que los estados anímicos y motivaciones parezcan de un realismo único».[2] Debido al amplio espectro de usos de la palabra, resulta especialmente complejo ofrecer una definición exhaustiva de la religión o del fenómeno religioso. Sin embargo, se puede afirmar que, como hecho antropológico, engloba entre otros los siguientes elementos: tradiciones, culturas ancestrales, instituciones, escrituras, historia, mitología, fe y credos, experiencias místicas, ritos, liturgias, oraciones…

Por su parte el Diccionario Real de la Academia Española que utiliza la reconocida Enciclopedia Microsoft "ENCARTA" 2008 define "religión" como:

Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto. || 2. Virtud que mueve a dar a Dios el culto debido. || 3. Profesión y observancia de la doctrina religiosa. || 4.

Obligación de conciencia, cumplimiento de un deber. La religión del juramento. || 5. orden ( instituto religioso).

El reconocido y prestigioso autor y erudito masónico Henry Wilson Coil, citó la definición de "religión" dada por el diccionario "Funk y Wagnal" en función de la cual afirma que la masonería no solo se adecua a esa definición, sino también a la que da sobre "iglesia". Coil afirma:

"Ciertamente la masonería requiere una fe en la existencia de un Ser Supremo y la dependencia del hombre de él, ante quien es responsable ¿Qué puede agregar a ello una iglesia, salvo proporcionar una fraternidad para quienes tienen sentimientos similares? Eso es exactamente lo que hace la logia" En otras palabras, Henry Wilson Coil dice que la masonería no solo es una religión, sino que también funciona de la manera que lo hace una iglesia.

Albert G. Mackey, otro de los prestigiosos y reconocidos autores masónicos, también cita la definición del diccionario "Webster" en su Enciclopedia de la Francmasonería sobre religión y luego comenta:

"La masonería también puede reclamar que se le considere una institución religiosa" Entonces, ¿es la masonería una religión? De acuerdo a la definición de los diccionarios y a las principales autoridades masónicas consultadas tales como Coil y Mackey, la masonería sí es una religión.

Pero si aún no nos hemos convencido que la masonería como muchas religiones les presenta a sus miembros un camino para ir al cielo, veamos lo que dice Henry Wilson Coil al respecto:

"La masonería tiene un servicio religioso o ceremonia pública de Honras Fúnebres para entregar el cuerpo de un hermano fallecido al polvo y para entregar el espíritu liberado de vuelta a la Gran Fuente de Luz. Muchos masones hacen este vuelo sin otra garantía de una feliz llegada que su creencia en la religión de la masonería" Notemos que dice "en la religión de la masonería" Es por eso que a partir de esta evidencia llegamos a la conclusión de que la masonería ciertamente es otra religión, puesto que ofrece enseñanza religiosa y promesas de cómo un hombre puede alcanzar el cielo es decir la masonería también presenta su propio plan de salvación del alma de sus miembros.

En la Enciclopedia Masónica de Henry Wilson Coil este autor prueba que los masones tienen un credo definido.

La Enciclopedia de Coil dice:

"¿Tiene la masonería un credo o un dogma al cual deban adherirse todos sus miembros? ¿Enseña continuamente e insiste en algún credo o dogma? ¿Tiene reuniones caracterizadas por la práctica de ritos y ceremonias en las que, y por medio de las que, su credo o dogma ilustren mediante mitos, símbolos y alegorías? Si la masonería no fuera una religión, ¿Qué debería hacerse para que lo fuera? Nada sería necesario o por lo menos nada podría ser agregado a lo que ya existe" Coil escribe:

"El hecho de que la masonería es una religión suave no significa que no sea una religión" Todo masón y no masón debe prestarle atención a este análisis antes de afirmar categóricamente que la masonería no es una religión ya que esta tiene su propio credo y si tienen su propio credo también deben admitir como Coil que es una religión practicante.

En conclusión nada mejor podemos hacer para terminar con la respuesta que nos ocupa, que citar a Albert G. Mackey quien en su enciclopedia dice:

"Abrimos y cerramos nuestras sesiones con oración; invocamos la bendición del Altísimo sobre nuestros trabajos; reclamamos de nuestros nuevos miembros una profesión de fe en la existencia y cuidado de Dios y les enseñamos a inclinarse con humildad y reverencia ante su sagrado nombre, mientras su santa ley es abierta sobre nuestros altares… Es imposible que un masón pueda ser verdadero y confiable a su orden salvo que sea alguien que respete la religión y observe sus principios religiosos " 09 – ¿Es atea la masonería? No. La Masonería reconoce la figura del Gran Arquitecto del Universo como SIMBOLO de las supremas aspiraciones e inquietudes de los hombres que anhelan captar le esencia, el principio y la causa de todas las cosas. Para el esclarecimiento de la verdad no reconoce otro límite que el de la razón humana basada en la ciencia. Es decir, deja librado a cada uno la concepción religiosa o metafísica acorde a su conciencia, y reconoce que a la libertad de creer en la concepción mas afín a las necesidades personales de cada uno, le corresponde también el derecho a no creer, ya que para la Masonería no hay discriminación posible entre los hombres, racial, política, social o religiosa, sosteniendo que la única diferencia es la calidad espiritual con la que cada uno cultiva su propio ser.- 10 – ¿Me pedirán que ingrese? No; al menos no directamente, y no debe esperar que lo hagamos.

Muchos hombres que hubieran deseado ser masones nunca lo llegaron a ser por desconocer que a un masón no le está permitido pedir directamente el ingreso de un nuevo miembro. Quien esté interesado tiene que dar el paso personal y voluntariamente. Lamentablemente, a menudo se encuentran hombres que esperaron en vano ser invitados.

Si está interesado y quiere ingresar en la Masonería o desea más información no dude en contactar con un masón para ampliar su conocimiento sobre la Francmasonería. Quizás uno de sus amigos que es masón puede tocar el tema conversando con usted, pero de ninguna manera le pedirá que ingrese, porque creemos que un hombre debe pedir su ingreso solo de su propia voluntad y no por haber sido solicitado.

¡El ingreso en la masonería ha de ser libre!

Si no conoce a ningún masón, siempre puede acudir a una de nuestras Sedes, donde tendrá buena acogida y podrá conseguir toda la información deseable. También puede ponerse en contacto a través de correo electrónico o con una carta por conducto tradicional.

No podemos ni deseamos hacer proselitismo; pero atenderemos todas las solicitudes de información en las diferentes logias del país.

11 – ¿Cuáles son los requisitos para ingresar? Primero que nada un deseo sincero de ayudar a los demás, de aprender de los demás y de crecer como persona. Los demás requisitos son: ser un varón mayor de edad, creyente en un dios, que desempeñe algún oficio (pueden ser estudiantes) y con posibilidades de pagar las cuotas económicas (que suelen ser mínimas).

Ser miembro de una logia masónica está al alcance de todo hombre mayor de edad civil, sin distinción de nacionalidad, grupo social o religión. Los que son aceptados como miembros han de tener buen carácter, aptitud para trabajar en grupo, buena reputación y creer en un Ser Supremo.

Para ingresar a la Masonería no es necesario poseer fortuna, ni conocimientos o aptitudes intelectuales extraordinarias, ni dotes morales excepcionales. Los únicos requisitos mínimos exigidos son los siguientes:

Ser hombre libre y de buenas costumbres; Tener una edad mínima de 21 años. (En algunos países basta con tener 18 años de edad y ser hijo de un masón);

las virtudes masónicas;

Contar con medios de subsistencia para sufragar sus necesidades, las de los miembros de su familia y/o personas que tuviera a su cargo. Un candidato ha de estar recomendado por un miembro de la Logia en la cual desea ingresar. Su solicitud es leída en una reunión y pasada a un comité compuesto por tres miembros del Taller, quienes por separado entrevistan al peticionario, de preferencia en su hogar. Después del informe de la comisión a la Logia, la solicitud del peticionario es sometida a votación por sufragio secreto y universal de los miembros de la Logia y, en caso de ser aceptado, empieza el proceso que le llevará a ser miembro más de la Logia, sin más derechos y obligaciones que aquellos que vengan dados por el grado.

A pesar de tener las mismas reglas generales, cada Logia tiene su individualidad propia reflejada por su Reglamento Interno, por eso es posible que un candidato sea dirigido preferentemente hacia una Logia determinada a la cual podría, por su composición y características, adaptarse mejor.

12 – ¿Cómo se solicita el ingreso? Puede ser por invitación de un masón que se reconozca como tal, o por propia decisión. Si es por propia decisión podrá hacerlo por escrito (usando el correo postal o el correo electrónico) dirigiéndose a la Gran Logia indicando su nombre, dirección, teléfono, profesión o empleo, edad, estado civil y estudios cursados. También puede hacerlo en forma personal presentándose ante la Secretaría de la Gran Logia. En cualquier caso el candidato deberá llenar una solicitud con sus datos personales. Luego la Logia, a cargo de su solicitud, realizará con discreción y delicadeza las indagaciones que crea conveniente, para preservarse de candidatos que, por su reprochable conducta moral, privada o pública, no merezcan pertenecer a la Orden. De no surgir objeciones para su ingreso se le comunicará la fecha de su iniciación.

13 – ¿Qué es y que ocurre en la iniciación Masónica? La iniciación es un momento solemne y luminoso, es una experiencia agradable sin ningún momento embarazoso o incomodo. Aquí es donde se enseñan los principios de la francmasonería. La iniciación no es un fenómeno puntual y momentáneo, sino que es un proceso paulatino, aunque pueda representarse en una ceremonia. La iniciación no se da, se provoca. La iniciación no es una experiencia sacramental o mágica, sino un proceso de aprendizaje psicológico. La iniciación masónica no es un camino de salvación de carácter religioso o esotérico, sino un proceso de autoesclarecimiento y, como tal, es compatible con toda fe religiosa o esotérica que no anule la libertad del individuo. La iniciación masónica no es el único método de esclarecimiento, sino que es uno más. Existen otros, incluso existen experiencias vitales espontáneas que tienen virtualidad iniciática en cuanto que provocan un aumento de la conciencia del individuo, una nueva y más responsable actitud ante la estética, la creación artística, la experiencia ante la muerte, etc.

Iniciación significa "comienzo", o "renacer a una nueva vida" el comienzo de un proceso que se desarrolla paulatinamente a lo largo de los tres grados: Aprendiz, Compañero y Maestro Masón.

La iniciación, solemne y de muy antiguo origen, es una experiencia vivificadora para el candidato e imprime carácter. Tras ella, el ya masón, recibe más instrucciones sobre la ceremonia ritualística en la cual ha participado. Se le pide, además, memorizar algunas partes esenciales de este ritual.

El ritual Masónico ilustra la importancia de una vida moral. Utiliza las herramientas de los antiguos masones y canteros como símbolos para enseñar estos ideales, valiéndose para ello, además, de alegorías.

Un Masón promete construir su vida y su carácter con la misma atención que los maestros de obra empeñaban en la construcción de las grandes catedrales, siglos atrás.

La iniciación es un proceso continuo del hombre sobre sí mismo, hecho posible gracias al clima de serenidad, a la fraternidad y a la tolerancia de sus hermanos masones que, como él, están siguiendo o han seguido el mismo camino.

14 – ¿Que significa: Hombre libre y de buenas costumbres?

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Hombre libre es aquel que tiene libertad para expresar sus pensamientos, no acepta imposiciones que atenten contra sus principios, ni está sujeto a la voluntad de un tercero; no está atado a ningún dogma que oscurezca su inteligencia y pervierta sus sentimientos, y carece de vicios que lo esclavicen. Para ser hombre de buenas costumbres deberá obedecer las leyes del país en que reside, venerar a su patria, y honrar a su familia; ser tolerante y respetuoso con las ideas políticas y religiosas de sus semejantes. Imponerse la seriedad de los conceptos, el decoro de las formas y observar una conducta moral y la ética en su vida privada y pública. Y para esa lucha que ya tenemos instalada y con la que ingresamos al nuevo milenio, nuestra Orden cuenta con sobrados elementos, expresados en tradiciones, principios, símbolos, doctrina y, lo más importante, hombres masones para hacerle frente con suficiencia en la medida que concientizemos este fenómeno y recreemos algunas básicas cuestiones propias, que desgranaré de inmediato comenzando por nuestro orden interno.

15 – ¿Por qué poseer cultura para practicar las virtudes masónicas? Para captar realmente lo qué es y lo qué no es la masonería deberá introducirse en los misterios de la Orden y descifrar sus alegorías, signos y símbolos con un alto sentido espiritual mediante un razonamiento en que la lógica y las matemáticas no se excluyen. Y constantemente deberá consultar fuentes filosóficas que van desde Sócrates hasta los filósofos de nuestro siglo, sin descartar lo que las religiones nos aportan. Un ejemplo de ello es el teorema de Pitágoras, teorema éste usado por la masonería como símbolo de toda proposición por medio de la cual, partiendo de una hipótesis, se afirma una tesis que no es evidente por sí misma.

16 – ¿Que significa contar con medios de subsistencia? Para ingresar a la Orden deberá satisfacer las cuotas generales y particulares de la Logia a la que ingresa. Además de la ayuda a los necesitados. Dichos importes no superan la cuota mensual normal de cualquier institución de caridad. En cuanto a los donativos para la ayuda a los necesitados cada masón está en libertad de colaborar en la medida de sus posibilidades en forma anónima.

17 – ¿Qué hacen los masones? Se dedican a trabajar para mejorarse así mismos como hombres. Al igual que muchas otras personas, los masones intentan vivir de acuerdo con los altos principios éticos y morales, como buenos ciudadanos.

No pretenden tener el monopolio de estos ideales pero tienen sus métodos, peculiares y por lo tanto que quizá no convengan a todo el mundo, pero que en muchos casos han dado resultados excelentes. La Masonería enseña y practica los principios y los ideales de fraternidad, amistad, gentileza, honestidad, decencia, amabilidad, honradez, compresión, afecto y filantropía. Defiende la creencia de que los hombres somos todos parte de la Fraternidad Humana.

18 – ¿Cuál es la relación entre la Masonería y la sociedad? La Masonería exige de sus miembros respeto a las Leyes del país en el que cada Masón vive y trabaja.

Los principios Masónicos no pueden entrar en conflicto con los deberes que como ciudadanos tienen los masones, sino más bien tienden a esforzarlos en el cumplimiento de sus responsabilidades públicas y privadas.

A la inversa de las ideologías que pretenden reformar la sociedad, la Masonería induce a sus miembros a reformarse a sí mismos, en el convencimiento de que el progreso individual contribuirá a la mejora ulterior de la sociedad. Por ello, los verdaderos masones no participarán nunca en ninguna conspiración contra un poder legítimamente constituido.

Para un masón sus obligaciones como ciudadano deberán prevalecer sobre cualquier otra obligación y por tanto no otorgará ninguna protección a quien actúa deshonestamente o contra la Ley.

La Masonería prohíbe a sus miembros tratar, en tanto que masones, de temas relacionados con la política y la religión; son por lo tanto dos temas que nunca se abordan en las reuniones (Tenidas) que periódicamente celebran las Logias, a las que tienen obligación de asistir todos sus miembros. Cada masón tiene sus creencias y opiniones propias en materia de política y religión, como en cualquier otro orden de la vida, opiniones y creencias que le son respetadas por la Masonería y por los demás masones.

19 – ¿Un cura puede ser masón? La "conditio sine qua non" para ser masón, es ser hombre libre y de buenas costumbres. Es inherente a la condición de hombre libre, el ser tolerante y no dogmático.

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