El 7 de diciembre se vivirá un gran acontecimiento para la cultura musical con la reapertura del teatro La Scala de Milán tras más de dos años de obras de restauración.
El máximo templo de la lírica mundial volverá a sus antiguos esplendores con la ópera La Europea reconocida, con la que el teatro fue inaugurado en 1778. El maestro Ricardo Mutti, quien dirigirá la ópera cuya preparación está trabajando un verdadero ejercito de artistas y artesanos, dijo que la ocasión era propicia para rendir un homenaje Antonio Salieri, uno de los más grandes músicos europeos."Salieri merece todo nuestro homenaje no sólo porque su Europa reconocida inauguró La Scala hace 236 años, sino porque su repertorio es extraordinario, "Muti agregó que el talento fuera de lo común de Salieri se revela "en sus armonías y la complejidad orquestal, que en nada tienen que envidiar a Mozart". Pocos músicos han recibido tamaño elogio.
Para la gente común es algo insólito, porque Antonio Salieri es conocido en nuestra época sobre todo por una leyenda negra que recibió que recibió su último impulso con el filme Amadeus, de Milos Forman, filmado en 1983 y difundido al año siguiente, Amadeus era un retrato de Mozart que fue considerado un capo laboro cinematográfico.
En la trama de la película ,es precisamente un viejo y decrépito Antonio Salieri muy bien interpretado por el actor norteamericano Murria Abraham, el narrador de la historia, que revela un terrible secreto Salieri- Abraham confiesa que fue él , envidioso del talento del joven austriaco , considerado el más grande genio musical de todos los tiempos, quién lo asesino envenenándolo lentamente.
Esta es una versión falsa, por lo que Antonio Salieri puede ser considerado también uno de los artistas más difamados de losa últimos siglos. Pero es cierto que su vida estuvo últimamente ligada a la de Wolfang Amadeus Mozart, de quien fue maestro de canto y composición. En la Europa del siglo XVII, el llamado siglo de las luces, se vivió un momento mágico de extraordinaria creatividad musical, cuyo centro de gravedad fue la Viena de los Habsburgo. La historia de Salieri, de su talento pero también de la leyenda negra que lo ha perseguido tras su muerte obliga a trazar un cuadro de aquella época apasionante.
No hay que olvidar que en el último cuarto del 1700 se produjeron dos de las grandes revoluciones que modelaron nuestra vida contemporánea: las de EE.UU.(1776) y Francia (1789), que cambiaron la historia para siempre.
Salieri nació el 18 de Agosto de 1750 en Legnago, una pequeña ciudad fortificada que estaSerenísima República de Venecia, hijo de un comerciante de granos y hermano de Francesco, un afirmado violinista que también tocaba el clavicémbalo, pariente del piano, y que seguramente fue su primer maestro.
A los 16 años Salieri fue a continuar su educación a Venecia, en la residencia del noble Giovanni Mocenigo, amigo de su padre, donde respiró un ambiente cultural pleno de estímulos e importantes oportunidades.
Aquella era una época de notables fermentos culturales y políticos, en la que se vivía el ocaso de las monarquías absolutas fundadas en el derecho divino. Florecían formas de monarquía iluminada donde los gobernantes se inspiraban en los nuevos ideales de su tiempo.
Una buena parte de Italia pertenecía entonces al Imperio de Austria. La emperatriz Maria Teresa recibe hasta hoy homenajes en la península por su buen gobierno. La sucedió su hijo Josef II de redujo los poderes de la aristocracia y el clero, fue un gran mecenas de las artes y promovió reformas inspiradoras en el iluminismo que alcanzó la cumbre con la Enciclopaedya que hacia bullir las mentes de la Francia pre revolucionaria.
Estas agitaciones sociales golpearon en pleno también la imaginación de los músicos que se estaban formando y que acudían a Viena la sentían con razón como la capital de Europa. Los Habsburgo promovieron la época italiana y echaron las bases para el nacimiento del teatro nacional alemán.
En la corte trabajaban los mejores poetas y músicos. Italia es una patria de la música, que hasta hoy habla básicamente el italiano. De Italia vino la escala mundial, inventada por un monje. O la invención del pianoforte, que conocemos como piano. En el siglo XVIII de Antonio Salieri y Mozart se fabricaban también en Italia los instrumentos de cuerda de la escuela de Cremona. Al respecto bastan los nombres de dos supremos artesanos Stradivari (que firmaba Stadivarius) y Guarrnieri del Ges, que fabricaron los mejores violines, violas y violoncelos, hasta hoy considerados inigualables.
A los músicos italianos, como a los arquitectos, se los disputaban de toda Europa.
Venecia era una verdadera usina de cultura. En la ciudad de los canales, que vivía una gran prosperidad, Salieri pasó un momento muy intenso de su juventud. Allí conoció al músico de Bohemia Florian Gassmann, influyente compositor de la corte de Viena, que quedó impresionado con su talento y lo invitó a trasladarse a la capital austriaca, Antonio aceptó, Gassmann lo sometió a un duro aprendizaje metodológico.
Durante Los ensayos de música de cámara conoció al emperador Josef II, que era un hermano de Maria Antonieta, la reina de Francia que terminaría decapitada por la guillotina revolucionaria, compartiendo el destino trágico de su marido Luis XVI.
Otros dos encuentros fundamentales para Salieri fueron el principal compositor de la época, Gluck, y el poeta Metastasio, con quién Salieri tomó clases de declamación. En 1770 Salieri compuso su primera ópera, Las mujeres literatas, a la que siguieron numerosas composiciones.
La consagración llegó con La feria de Venecia, representada en toda Europa, que Antonio realizó bajo la inspiración del estilo de Goldoni con un retrato de las clases sociales venecianas y en el mareo de la ópera bufa o cómica.
En 1778, la mayor parte de los conciertos, sintonías y de cámaras.
Salieri no se limitaba a componer y tocar música. Fue también un gran docente, profesor de Mozart, de Beethoven, de Laszt y Schubert, entre otros grandes músicos. Beethoven, agradecido, le dedicó tres sonatas. La vida de Salieri se cruzó muchas veces con el niño prodigio de Salzburgo, hijo de famoso maestro de música de corte Leopold Mozart.
Con una precocidad que muchos consideraban de origen divino, Amadeus había compuesto ya a los 20 años óperas, sonatas, conciertos y misas solemnes. En 1784, a los 28, entró en la masonería.
Compuso para la Logia a la que pertenecían algunas de sus obras más legendarias. Joseph Haydn le dijo un año después a Leopold, en una reunión masónica: "Delante de Dios y como caballero, le aseguró que no hay en el mundo un músico mejor que su hijo."
Salieri admiraba a Mozart y dirigía sus obras, aunque maestro y alumno chocaron algunas veces.
Salieri era considerado el músico más prestigioso de la Corte pese a que tras la muerte de emperador Josef II, su hermano Leopold que lo sucedió en el trono de Austria mostraba menos sensibilidad musical y lógicas preocupaciones por las guerras y el deterioro de la situación económica, Salieri continuó con su actividad frenética.
En 1791 se estrenó La flauta mágica y Amadeus escribió su concierto para clarinete. La ópera se convirtió en la más amada de las del género teatral y Salieri no le escatimó elogios.
Mozart le escribió en una carta a su mujer, Constanza (con la que tuvo seis hijos) qué agradecido estaba hacia el maestro italiano.
Pero ya en un viaje a Praga Mozart se había sentido mal. Estaba muy enfermo de los riñones, padecía unas fiebres reumáticas. En noviembre compuso y presentó una cantata masónica y trabajó cotidianamente en el Réquiem que no pudo terminar porque el 5 de diciembre de 1791, cinco minutos antes de la una de la mañana, murió.
La carrera de Salieri en la corte de Viena prosiguió muchos años más.
En 1804 era la personalidad más reconocida de campo musical europeo. Su mujer Teresa le dio ocho hijos, la mitad de los cuales sobrevivieron. En 1824 fue jubilado e internado en un hospital donde pasó el último año de su vida, paralizado, sin poder moverse ni hablar. Murió el 7 de Mayo de 1825 y recibió los grandes funerales y el reconocimiento que merecía.
La leyenda negra de Salieri existía desde la muerte de Mozart, pese a que numerosos personajes de entonces demostraron que era falsa.
Cinco años después de la muerte del maestro italiano, el célebre escritor ruso Aleksanr Pushkin publicó un libro que alcanzó gran difusión. Mozart y Salieri, que avalaba la hipótesis de un Salieri envidioso del talento de Mozart. Años después, otro ruso famoso, el compositor Nikolai Rymski Korzakov, se basó en el libro de Pushkin en la ópera del mismo título: Mozart y Salieri, que contribuyó también a la campaña de difamación del italiano.
Un siglo después, el filme Amadeus de Milos Forman reavivó la leyenda negra de Salieri, aunque las investigaciones demostraron que nunca fue envidioso de Mozart y mucho menos contribuyó a su muerte. Por eso la decisión del teatro La Scala de Milán de reabrir sus puertas con la Europa reconocida el 7 de diciembre, suena como una justa reivindica
ción de la memoria y el honor del maestro de Legnago.
Si algo faltaba para convertir al gran compositor italiano Antonio Salieri en el rival mediocre de Mozart fue la película Amadeus, dirigida por Milos Forman a partir de un guión del dramaturgo Meter Schatter, que apareció en 1984 y cosechó la mayoría de los Oscar de 1985.
Autor de éxitos como Atrapados sin salida (1975) y Hany Flynt, el nombre del escándalo (1995) , El cineasta checo Milos Forman radicado en los Estados Unidos desde 1968, cuando los tanques soviéticos arrasaron con la primavera de Praga , traza en Amadeus un perfil de Mozart según la mirada despiadada de Salieri , un voluntarioso y mediocre músico de corte, que despreciaba tanto al más precoz de los compositores como veneraba su música.
Sin mostrar al verdadero Salieri nacido en Verona en 1750 y autor de más de de 40 óperas, conciertos y música de cámara y sacra la película recreó la hipótesis de una relación patológica que unió al joven Mozart y a Salieri atormentado sobrio y sombrío interpretado por Muria y Abraham, dispuesto a quitarse la vida bajo el peso de la culpa de haber asesinado al rival que lo eclipsaba en la corte.
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SPECTRUM Biographies – Wolfgan Amadeus Mozart
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Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 1756 – Viena, 1791)
Compositor austriaco nacido en Salzburgo el 27 de enero de 1756. Sus prodigiosas dotes musicales fueron pronto observadas por su padre, Leopold, que decidió educarlo y, simultáneamente, exhibirlo (conjuntamente con la hermana grande Nannerl –Maria Anna–) como fuente de ingresos. A la edad de seis años, Mozart ya era un intèrprete avanzado de instrumentos de tecla y un eficaz violinista, al mismo tiempo que demostraba una extraordinaria capacidad para la improvisación y la lectura de partituras. Aún hoy en día se interpretan cinco pequeñas piezas para piano que compuso a aquella edad. El año 1762 Leopold comenzó a llevar a su hijo de gira por las cortes europeas. Primeramente a Munich y a Viena y, en 1763 los Mozart emprendieron un largo viaje de tres años y medio que supuso para el pequeño Wolfgang valiosas experiencias: conoció la célebre orquesta y el estilo de Mannheim, la música francesa en París, y el estilo galante de J.Ch. Bach en Londres. Durante este periodo escribió sonatas, tanto para piano como para violín (1763) y una sinfonía (K.16, 1764). Ya de regreso a Salzburgo, continuó sus primeras composiciones, entre les cuales encontramos la primera parte de un oratorio, Die Schuldigkeit des ersten Gebots (La obligación del Primer Mandamiento), la ópera cómica La finta semplice, y Bastien und Bastienne, su primer singspiel (tipo de ópera alemana con partes recitadas). El año 1769, con 13 años, era nombrado Konzertmeister del arzobispado de su ciudad. Después de unos cuantos años en casa, padre e hijo marcharon a Italia (1769-71). En Milán, Mozart conoció al compositor G.B. Sammartini; en Roma, el Papa lo condecoró con la distinción de Caballero de la Espuela de Oro y en Bolonia contactó con el padre Martini y realizó con éxito los exámenes de acceso a la prestigiosa Accademia Filarmonica. El año 1770 le encargaron escribir la que es su primera gran ópera, Mitridate, re di Ponto (1770), escrita en Milán. Con esta obra, su reputación como músico se hizo aún más patente. Mozart volvió a Salzburgo en 1771. De los años inmediatamente posteriores datan los primeros cuartetos para cuerda, las sinfonías K.183, 199 y 200 (1773), el concierto para fagot K.191 (1774), las óperas La finta giardiniera e Il re pastore (1775), diversos conciertos para piano, la serie de concirtos para violín y las primeras sonatas para piano (1774-75). En 1777 Mozart marchó hacia Munich con su madre, Anna Maria. A la edad de veintiún años Mozart buscaba por las corte europeas un lugar mejor remunerado y más satisfactorio que el que tenía en Salzburgo bajo las órdenes del arzobispo Colloredo, pero sus deseos no se cumplieron. Llegó a Mannheim, capital musical de Europa por aquella época, con la idea de conseguir un puesto en su orquesta, y allí se enamoró de Aloysia Weber.
Posteriormente Leopold envió a su esposa e hijo a París, donde éste estrenó la sinfonia K.297 y el ballet "Les petits riens". La muerte de su madre en la capital francesa en 1778, el rechazo de Weber -después del segundo encuentro de Mozart con la familia– y el menosprecio de los aristócratas para los que trabajaba, hicieron que los dos años transcurridos entre su llegada a París y el retorno a Salzburgo en 1779 fueran un periodo muy difícil en su vida. Durante los años siguientes compuso misas, las sinfonías K.318, 319 y 338 y la ópera Idomeneo, re di Creta (Munich, 1781), influída por Gluck pero con un sello ya totalmente propio. El año 1781, Mozart rompe sus relaciones laborales con el príncipe-arzobispo de Salzburgo y decide trasladarse definitivamente a Viena. Allí compone el singspiel Die Entführung aus dem Serail (El rapto en el serrallo), encargada en 1782 por el emperador José II. Este mismo año se casa con Constanze Weber, hermana pequeña de Aloysia; juntos vivieron frecuentemente perseguidos por las deudas hasta la muerte de Mozart. De esta época data su amistad con F.J. Haydn a quien le dedicó seis cuartetos (1782-85); estrenó también la sinfonía Haffner (K.385, 1785) y otras obras, de expresividad muy superior a la de la música de su tiempo. La llegada de Lorenzo da Ponte a Viena le proporcionó un libretista de excepción para tres de sus mejores óperas: Le nozze di Figaro (1786), Don Giovanni (1787) y Così fan tutte (1790). Muerto ése año Gluck, el emperador José II concedió el cargo de kapellmeister a Mozart, pero redujo el salario, hecho que impidió que saliese del círculo vicioso de deudas.
Estas crisis se reflejaron en obres como en el quinteto de cuerda K.516, en las tres últimas sinfonías (K.543, 550 i 551, Júpiter, del 1788), los últimos conciertos para piano, etc., contribuciones ingentes a estos géneros. Los años finales Mozart escribió sus últimas óperas, Die Zauberflöte (La flauta mágica) y La Clemenza di Tito, (1791) -escrita con motivo de la coronación del nuevo emperador Leopold II-. Precisamente mientras trabajaba en La flauta mágica, con libreto de Emmanuel Schikaneder, el emisario de un misterioso conde Walsegg le encargó una misa de réquiem. El Réquiem en Re menor K.626, inacabado por la muerte de Mozart -el 5 de diciembre de 1791- fue su última composición, acabada por su discípulo F.X. Süssmayr.
Mozart se ha considerado el compositor más destacado de la historia de la música occidental y su influencia fue profundísima, tanto en el mundo germánico com en el latíno; su extensa producción incluye casi todos los géneros (desde el lied y las danzas alemanas hasta los conciertos para instrumento, las sinfonías y las óperas), y en cualquiera de ellos podemos encontrar obras maestras que nos hacen recordar la apasionada opinión de Goethe al referirse al compositor: "¿Cómo, si no, podría manifestarse la Divinidad, a no ser por la evidencia de los milagros que se producen en algunos hombres, que no hacen sino asombrarnos y desconcertarnos?"
Gabriel Timo