Desigualdades en la distribución de la renta en los países desarrollados (III) (página 6)
Enviado por Ricardo Lomoro
La cuestión general es la siguiente: a los gobiernos corresponde un papel excepcional para velar por que todos los jóvenes de una generación -los niños pobres igual que los ricos- tengan una oportunidad. Si no existen programas estatales sólidos y eficaces que apoyen la enseñanza y la atención de salud de la máxima calidad y la nutrición adecuada, no es probable que un niño pobre se libre de la pobreza de sus padres.
Ése es el genio de la "democracia social", la filosofía cuya adelantada fue Escandinavia, pero que también se ha plasmado en muchos países en desarrollo, como, por ejemplo, Costa Rica. La idea es sencilla y sólida: todas las personas merecen una oportunidad, por lo que la sociedad debe ayudar a todo el mundo a conseguirla. Lo más importante es que las familias necesitan ayuda para criar a niños sanos, bien alimentados y educados. Las inversiones sociales son importantes, se financian con impuestos altos, que los ricos pagan de verdad, en lugar de evadirlos.
Ése es el método básico de acabar con la transmisión intergeneracional de la pobreza. Un niño pobre en Suecia tiene subsidios desde el principio. Sus padres tienen una licencia de maternidad o paternidad para ayudarlos a criar al niño. Además, el Estado brinda guarderías de la máxima calidad, lo que permite a la madre -por saber que el niño se encuentra en un ambiente seguro– volver al trabajo. El Estado vela por que todos los niños tengan una plaza en la enseñanza preescolar, a fin de que estén listos para la escolarización oficial a la edad de seis años, y la atención de salud es universal, para que el niño pueda criarse sano.
Así, pues, una comparación entre los EEUU y Suecia es reveladora. Si recurrimos a datos y definiciones comparables facilitados por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos, vemos que los EEUU tienen una tasa de pobreza del 17,3 por ciento, el doble, aproximadamente, de la de Suecia, que es del 8,4 por ciento. Y la tasa de encarcelación de los Estados Unidos es diez veces la de Suecia, que asciende a 70 personas por 100.000 habitantes. Los Estados Unidos son, por término medio, más ricos que Suecia, pero el desfase en ingresos entre los más ricos y los más pobres de los Estados Unidos es mucho mayor que el de Suecia y los EE.UU. tratan a sus pobres con una actitud punitiva y no de apoyo.
Una de las realidades escandalosas de los últimos años es la de que los Estados Unidos tienen ahora el menor grado de movilidad social de los países con grandes ingresos. Lo más probable es que los niños nacidos pobres sigan siendo pobres y que los niños nacidos en la abundancia sean adultos acomodados.
Esa distancia entre generaciones equivale a un profundo despilfarro de talentos humanos. Los Estados Unidos pagarán el precio a largo plazo, a no ser que cambien de rumbo. La inversión en sus niños y jóvenes brinda el mayor rendimiento que una sociedad puede obtener, tanto económica como humanamente.
(Jeffrey D. Sachs, Director of the United Nations Millennium Project from 2002 to 2006, is a professor at Columbia University, Director of its Earth Institute, and a special adviser to UN Secretary-…)
"Estamos en el centro de una debacle que resituará a nuestro país en la división de los desfavorecidos. El paréntesis de prosperidad del que hemos disfrutado se ha desvanecido, dejándonos en un escenario, lleno de incertidumbre y de tristeza, del que ya no saldremos. Así lo explica el periodista Ramón Muñoz (Madrid, 1964) en España, destino Tercer Mundo (Ed. Deusto) un libro inmisericorde en el que describe con precisión nuestro No futuro. Muñoz habló con El Confidencial, y condensó sus tesis en cinco crudos puntos"… "Chabolas con wifi": así será España en apenas un par de años (El Confidencial – 12/12/12)
1. Esto no es un paréntesis. Es un cambio para siempre
"Los mercenarios del optimismo (políticos y banqueros, con la complicidad de los periodistas) nos han estado vendiendo desde 2008 que esto es un paréntesis y que volverán los buenos tiempos. Pero eso no es así, no estamos ante una crisis cíclica". La tesis de Ramón Muñoz emparenta esta situación con la depresión de 1929, una época que encontró su solución a través de una guerra mundial y que, por tanto, no nos puede ofrecer referencia alguna acerca de cómo salir de esta. Lo que sí es definitivo, es que "vamos a vivir un retroceso brutal en lo que pensábamos que era un estado del bienestar para siempre".
2. Afectará a todo el mundo y caeremos en la marginalidad
Hasta ahora, la crisis ha tenido varias caras, ya que se mezclaban colectivos que estaban sufriendo las consecuencias de la recesión en toda su intensidad (en general, los ligados a sectores en declive y el trabajo de baja cualificación), con otros, como las capas más formadas y con mayores recursos de la sociedad, que no estaban notando ningún cambio respecto a los años anteriores a 2008. Pero, asegura Ramón Muñoz, eso no va a durar porque "de esta no se va a librar nadie. Ya estamos viendo cómo toda clase de colectivos, incluidos trabajadores, funcionarios y pensionistas, han de pagar el precio de esta crisis". Para Muñoz, estas previsiones negras no pertenecen un hipotético futuro a lo "Blade Runner", sino a una realidad que ya está aconteciendo. "La etapa de bienestar nos ha inmunizado, y nos ha hecho pensar que nosotros no podíamos caer en el pozo de la marginalidad. Y no es así". El ejemplo más claro lo encuentra en los pensionistas, un colectivo que habitualmente suele salir beneficiado en lo económico ("Son el grupo más leal y siempre votan al partido en el poder, con lo que, a la hora de hacer recortes, suelen dejarlos para lo último") pero que van a vivir tiempos muy duros. "Hoy les dicen que no les van a revalorizar las pensiones y eso les parece mal, pero en un par de años se van a dar con un canto en los dientes. Porque no va a haber dinero para pagar las pensiones, con lo que muchas de ellas tendrán un carácter meramente asistencial. Y esto ocurrirá en un plazo máximo de tres o cuatro años". Esta pérdida de empleos y prestaciones llevará a caer en situaciones de marginalidad a mucha clase media que pensó que su trayectoria vital iba a estar económicamente asegurada. Pero no será así: "Vamos a vivir un deterioro continuo. Nos adentramos en una época muy difícil".
3. Será como hace 60 años, pero peor
En ese declive, alcanzaremos escenarios que pensábamos estarían del todo olvidados, como fueron los vividos en España en las décadas posteriores a la guerra. "Estamos volviendo a niveles de los años 50 o 60. Por ejemplo, vuelven a convivir familias enteras en el mismo piso, sólo que antes pagaba el padre de familia y ahora lo hace la pensión del abuelo". La sociedad española del futuro volverá a ser pobre, asegura Muñoz, y volveremos a ver chabolas, aunque "no serán de cartón y adobe, como las de antes, y tendrán wifi, pero continuarán siendo infraviviendas". Muchos españoles se verán obligados a emigrar, pero ya no será como en los 60, cuando salieron de aquí dos millones de personas con escasa formación. Ahora es la mano de obra más preparada, como pasó hace diez años en Argentina, la única que podrá salir de España, porque en Europa ya no hay oferta para gente sin preparación. También será una sociedad con más violencia, en la que los pocos ricos existentes, que serán mucho más ricos, "tendrán que construirse sus búnkeres, como en Latinoamérica. Los servicios de seguridad son el gran yacimiento de empleo del futuro".
4. No esperes nada de la política. Es una pantomima
Todos los partidos con opción de gobierno han renunciado a su ideología, sean de derechas, de izquierdas o nacionalistas, afirma Muñoz. "El PSOE hizo el mayor recorte social de la historia, se negó a bajar los sueldos de los directivos y consejeros de cajas de ahorros que estaban siendo salvados con ayudas públicas, e indultó a Sáenz, que es un banquero; el PP, lo primero que hace al subir al poder es la mayor subida fiscal de la historia y lo segundo es incumplir su ideario conservador". Y esto es una constante, ya que todos quienes llegan al poder carecen de ideología, y por eso pueden pasar por alto desde el principio su programa electoral. Estamos cayendo, asegura Muñoz, en un escenario muy similar al de Hispanoamérica. "No sé en qué se diferencia el PRI mexicano del PSOE o del PP. La clase política española está ya formada por castas, como la de esos países".
5. No hay alternativa
Si nada podemos esperar de la política institucional, tampoco podemos poner grandes expectativas en esos movimientos sociales que se venden como la solución a las rigideces organizativas de la gran política. Según Muñoz, los medios de comunicación fomentan un espíritu revolucionario latente, que fue puesto de manifiesto en el 15 M. Pero al contrario de la creencia común, que afirma que en un contexto de deterioro del bienestar la conflictividad social aumentará, Muñoz asegura que no habrá levantamiento alguno. "Lo que estamos comenzando a vivir en España es lo que llevan años viviendo en Latinoamérica, una sociedad de ricos y pobres, sin apenas clase media. Y allí llevan años gobernando los mismos, desde México a Argentina. Nada ha cambiado a pesar de la pobreza". Y aquí pasará igual, afirma, porque "el estado de bienestar nos ha vacunado contra la revolución. Siento simpatía absoluta por el 15 M pero hay que reconocer que su efectividad es nula. Si piensas que por agitar las manitas blancas los señores de los consejos de administración, que están al margen de cualquier crisis, van a cambiar de parecer… Los derechos se conquistan a base de sangre y lucha, pero vivimos una epidemia de buenismo que nos hacer creer que haciendo actos simbólicos vamos a conservar el trabajo". A pesar de esa contestación callejera, apostilla Muñoz, "se continúa desahuciando a la gente y se sigue mandando a la pata negra de la clase media a la marginalidad, aun cuando sea una marginalidad aplazada. Porque cuando te echan de tu trabajo con 40 años, lo único que vas a encontrar es trabajo temporal por 600 euros". Y ese mundo marginal, de pobreza extendida será una constante habitual en la España de las próximas décadas…
"Esta pequeña ciudad afronta otro año de austeridad forzada por los acreedores del rescate de Portugal, pero hay una categoría de gastos que el alcalde no está dispuesto a recortar. Se trata de los incentivos a los nacimientos, subsidios de hasta 1.000 euros (US$ 1.300) para madres primerizas, así como servicios gratuitos de guardería y exenciones tributarias para las parejas jóvenes que compran una vivienda"… La caída de las tasas de natalidad pesa sobre Europa (The Wall Street Journal – 11/1/13)
"Es un área en la que tenemos que seguir haciendo todo lo que podamos para ayudar", recalcó António Rui Esteves Solheiro, que ha gobernado Melgaço durante más de tres décadas. "Se trata de nuestro futuro".
Los esfuerzos de Solheiro dejan al desnudo la dura realidad demográfica que acompaña el declive de Portugal. La cantidad de recién nacidos y nuevos inmigrantes en la ciudad no compensa el número de residentes que muere, la mayoría de los cuales pertenece al grupo de 65 años o más que conforma más de un tercio de la población de 9.172 habitantes. Apenas nacieron 33 bebés en Melgaço en 2012, la mitad del promedio durante el boom en la década pasada.
Si la tendencia continúa, dice Solheiro, la economía de esta ciudad relativamente próspera en el norte de Portugal se debilitará. "Nuestras actividades, que incluye la producción de vinho verde (un vino blanco) y salchichas ahumadas, son rentables", aseveró. "Sin embargo, no existe mucho potencial de crecimiento más allá de esto con la población que tenemos".
Diferentes comunidades en todo el continente, especialmente en los países más golpeados por la crisis, están registrando descensos en las tasas de natalidad que, según los expertos, podrían acelerar el declive y el envejecimiento de una población europea que ya sufre las consecuencias del magro crecimiento económico.
Las tasas de natalidad han caído durante décadas en Europa, pero empezaron a repuntar ligeramente con el boom.
Tomas Sobotka, investigador en el Instituto Demográfico de Viena, estima que de los 22 países de la Unión Europea con datos comparables, 15 han experimentado un descenso en los niveles de fertilidad -el número de hijos que se prevé que una mujer tenga durante su vida- desde que estallara la crisis financiera en 2008. Eso contrasta con un alza en 19 de los 22 países durante el auge que tuvo lugar entre 2005 y 2008, señala.
Los expertos aseguran que para mantener la estabilidad de la población se necesita una tasa de fertilidad de 2,1, asumiendo una migración neta de cero.
En Grecia, la tasa cayó a 1,43 en 2011 tras escalar a 1,51 en 2008 desde 1,27 en 2000, indica Sobotka. Datos oficiales de Grecia muestran que los abortos aumentaron 50% entre 2010 y 2011, a 300.000.
En España, que tiene uno de los niveles de desempleo más elevados de Europa, la tasa de fertilidad declinó a 1,36 en 2011, tras ascender a 1,46 en 2008 desde 1,23 en 2000, según Sobotka.
En Portugal, se anticipa que el número de nacimientos en 2012 ronde 90.000, el menor nivel en más de 60 años.
"Las tasas de natalidad en Portugal han sido tan bajas durante tanto tiempo que incluso si la inmigración repunta, no será suficiente para sostener la población", advirtió Maria Filomena Mendes, presidenta de la Asociación Portuguesa de Demografía. Mendes calcula que la población del país llegará a casi nueve millones para 2030, un descenso frente a los 10 millones actuales.
El Instituto Nacional de Estadística de España prevé que la población del país caerá 10%, a 41,5 millones, para 2052 conforme mueren más personas que las que nacen.
"El drama del desempleo esconde la realidad silenciada de la explotación laboral y el abuso, fenómenos que se recrudecen en tiempos de crisis"… Trabajadores de usar y tirar (El País – 13/1/13)
Hay un drama silencioso y silenciado que convive con el drama del desempleo. Se llama explotación laboral. En muchos centros de trabajo, la gente se ha acostumbrado a tenerlo sentado a su lado. La crisis hace que prolifere una casta de empleadores sin escrúpulos que aprovechan la coyuntura para exprimir y explotar a las personas a su cargo. De cada 100 inspecciones llevadas a cabo por Trabajo a lo largo de 2012 (datos a 30 de noviembre), en un 23,9% de los casos se detectaron irregularidades (las situaciones de explotación laboral son simplemente una parte del largo catálogo de irregularidades). En el sector de la hostelería, el registro se acerca al 30%.
"En España hay un serio problema de concienciación social", dice en su despacho del Ministerio de Empleo Juan José Camino Frías, subdirector general para la Inspección en materia de Seguridad Social, Economía Irregular e Inmigración. "Hay una excesiva tolerancia que es de extrema gravedad", dice en referencia a las múltiples irregularidades que se producen. Se queja tanto por el atentado que suponen contra los derechos de los trabajadores, como por la cantidad de cotizaciones sociales que no son abonadas y que servirían, entre otras cosas, para poder hacer frente a los crecientes pagos en materia de prestaciones de desempleo.
La crisis alumbra una era de trabajadores cada vez más indefensos, utilizados como "kleenex" de usar y tirar. El drama de la explotación laboral sucede en silencio. Los trabajadores no quieren denunciar por miedo a perder esa preciada conquista, cada día más valiosa: el empleo. Casi todos los empleados entrevistados para este reportaje (menos dos) declinaron aparecer en fotografías y pidieron figurar con las iniciales. No quieren presentarse como díscolos. Por miedo a perder su trabajo. Por miedo a que en el futuro no les quieran emplear. Por miedo a estos tiempos de empleadores con la sartén por el mango.
– Niñera en La Moraleja por 400 euros
J. es dominicana y lleva 24 años en España. Vive en una casa sin luz ni gas por falta de pago. Gracias al apoyo de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, consiguió paralizar su desahucio el pasado mes de octubre. Poco antes de navidades, un día, al salir de la iglesia, una mujer le dijo que sabía de una oferta de trabajo y le facilitó un número de teléfono. La empleadora era una habitante de la exclusiva urbanización de La Moraleja, a las afueras de Madrid.
J. llamó. La oferta consistía en cuidar a un niño de siete años, desde las 15.00 a las 00.30 (el último autobús de La Moraleja al centro de Madrid, cuenta J., sale a las 23.30), seis días a la semana. La empleadora le ofrecía librar un día por semana; pero aleatoriamente; no un día fijo, cada semana, uno distinto. La retribución: 400 euros al mes. "Esa mujer se estaba aprovechando de la situación de desesperación en que nos encontramos muchas personas extranjeras sin papeles", cuenta J. bajo la carpa instalada frente a las oficinas centrales de Bankia en Madrid. "Si vive en La Moraleja, es porque gana bien".
Tal es la necesidad de ingresos de J. que, a pesar de aceptar que el trabajo le suponía no poder cuidar por las tardes a su hija de 13 años, le dijo que le parecía muy poco dinero y que debería pagarle al menos 500 euros. "La mujer, enfadada, me colgó".
– Las 14 horas del cocinero
Jesús Portillo lleva 30 años trabajando en la hostelería, desde los 16. Le han hecho perrerías de todos los colores. De entre las recientes, la más sangrante que recuerda fue la oferta que le hicieron en la franquicia de una conocida cadena de bares de tapas. El dueño estaba a punto de abrir un nuevo establecimiento de esta franquicia y necesitaba cocinero. Portillo, extremeño afincado en Barcelona de 46 años, se presentó a la entrevista de trabajo. Le ofrecían 600 euros al mes por una jornada de entre 12 y 14 horas. Le harían un contrato de media jornada, cuatro horas al día. Más adelante, si la cosa iba bien, renegociarían condiciones, le dijeron.
Para incorporarse a la cadena tenía que seguir un cursillo en uno de los establecimientos de la cadena sito en Cornellà de Llobregat. Allí vivió uno de los procesos de selección más abusivos que recuerda.
"El curso era, básicamente, trabajar gratis tres días en el establecimiento", recuerda. Quince personas se presentaron al presunto curso de formación. La jefa no paraba de chillar a los candidatos que empezaban a empanar y freír tapas. Cinco candidatos se fueron a la media hora, hartos de recibir gritos. A la hora empezaron a llegar clientes. "Más deprisa, más deprisa", apremiaba la capataz. Tres chicas con poca experiencia abandonaron, hartas de recibir insultos. Para cuando el bar estaba lleno, de los 15 ya solo quedaban cuatro. De ellos, tres, entre los que se encontraba Jesús Portillo, abandonaron antes de acabar el día. "Pero esta vez fuimos nosotros los que insultamos a la dueña".
Al día siguiente, el propietario de la nueva franquicia se disculpó ante Portillo y le dijo que las cosas no funcionarían así en su local. El primer día trabajó 14 horas. Al final de la jornada, el propietario le pagó 20 euros, la parte proporcional correspondiente a su contrato de 600 euros: 20 euros por 14 horas de trabajo.
Por jornadas como las que le proponían, dice, se deberían pagar entre 1.200 y 1.300 euros; no 600. "Eso no es explotación, eso se llama esclavismo", manifiesta, indignado, por teléfono.
Jesús Portillo lleva siete meses sin cobrar un euro y dos años en paro. Su mujer, que trabajaba en un ambulatorio, también está desempleada. La semana pasada le ofrecieron un trabajo en el que le pagaban 1.300 euros al mes, sí; pero por 18 horas de trabajo; de siete de la mañana a una de la madrugada; seis días a la semana, de lunes a sábado. Conoce a un chico ecuatoriano de su barrio, Nou Barris (Barcelona), que acepta cobrar 300 euros al mes por trabajar como camarero la jornada laboral entera. "Esta es la realidad laboral que vivimos: explotación, humillación, mafia, extorsión".
– El guardia de seguridad que no ha cobrado en seis meses
Manuel Chicharro tiene 50 años y ya no aguanta más. Es guarda de seguridad desde 1988 y ha visto de todo: compañeros en empresas de seguridad que recibían cuatro euros por hora; gente trabajando sin contrato… En el puesto que ocupó hace unos años en un conocido museo de Madrid, recuerda, se tenía que llevar a su hijo durante su turno porque no le permitían librar el fin de semana (algo a lo que tenía derecho por ley; está separado). Pero nada comparado con quedarse sin cobrar durante seis meses consecutivos.
Manuel está hundido. Va camino de siete meses sin ingresar un euro, sin poder pasar la pensión de 400 euros a su exmujer, siete meses viviendo de lo que ingresa su compañera. "El drama es que no hay cobertura para el obrero", dice cerca de una oficina del INEM en Alcorcón, a las afueras de Madrid. "Y las instituciones colaboran en este proceso que no hace otra cosa que hundir a las personas". Su caso es extremo, refleja la indefensión de un trabajador cuando su empresa quiebra. Refleja esa era del trabajador de usar y tirar.
Manuel Chicharro trabajaba como guarda en el Centro de Formación Primero de Mayo de Leganés. El 1 de enero de 2012, hace ahora algo más de un año, la empresa para la que llevaba trabajando 12 años (Ariete) le subrogó (como ocurre muy a menudo en el sector de seguridad, explica). Pasó a estar en nómina de otra empresa, ESABE, cuya cúpula directiva fue detenida el pasado 20 de diciembre, acusada, entre otros delitos, de un fraude de 30 millones de euros a la Seguridad Social.
Numerosos empleados de ESABE vivieron una auténtica pesadilla los últimos seis meses de 2012: "Imagina lo que es no cobrar, mes a mes, durante cinco meses, pero tener que ir a trabajar cada día porque si no te despiden". Manuel aguantaba, esperando a ser nuevamente subrogado a otra empresa.
Pero no fue así, a diferencia de lo que ocurrió con el resto de sus compañeros, que fueron integrados en Prosegur. A pesar de tener 12 años de antigüedad en la anterior empresa, necesitaba haber trabajado siete meses en ESABE para poder ser subrogado de nuevo, explica. Le faltaban 25 días para llegar a esos siete meses. Ahora, ni cobra lo que le deben ni trabaja, ni tiene opción. Por ahora, a cobrar el paro.
"Las Administraciones públicas recurren a empresas que les salen baratas, pero lo barato sale caro", dice, indignado. Cita su caso, y el de Madrid Arena. "Ya no se contrata a profesionales de la seguridad, se va a lo barato y luego pasa lo que pasa". Dice que en las Administraciones públicas contratan a empresas de seguridad para que hagan el trabajo que los policías municipales o los fijos de plantilla no quieren hacer: "Nos tienen de porteros, de conserjes, y todo para que la gente, que muchas veces nos pide que fichemos por ellos, pueda escaquearse de sus puestos".
– Pagar por un proceso de selección
El caso de R., mujer de 34 años, no es de explotación laboral. Más bien, ilustra de lo que son capaces algunos a la hora de aprovecharse de la necesidad de tener un trabajo.
El año pasado, en mayo, vio una oferta en la página de la web Infojobs. Se inscribió. La empresa pedía que entregara el currículo en mano en unas oficinas. Para allá que se fue.
Al llegar a las dependencias de la empresa, situadas en un polígono entre Aldaia y Torrent (Valencia), vio que a la entrada no había ningún cartel. "Me pareció raro". Entró en la nave y vio a seis chicas esperando. De un pequeño despacho salió una mujer que le entregó un formulario. En él se señalaba la fecha de inicio del proceso de selección: el 25 de junio. Para poder participar había que abonar 50 euros. "¡Pagar por un proceso de selección! Salí muy enfadada, era una tomadura de pelo".
Como R. no es de quedarse de brazos cruzados, habló con la policía, con organizaciones de consumidores, con la Consejería de Empleo de la Generalitat valenciana, y con Infojobs, que no tardó en retirar el anuncio. "No hubo proceso de selección el 25 de junio", concluye.
En julio recibió una carta de la empresa: le comunicaban que había sido descartada en el proceso de selección.
– Repartiendo pizzas a la hora que toque
L. no se queja. En realidad, lo de cobrar 210 euros al mes repartiendo pizzas no le parece tan mal. Le incomoda no saber a qué hora le tocará repartir al día siguiente, puede ser en cualquier momento, pero se adapta. Él solo sabe que trabajará dos horas cada día repartiendo pizzas; su empresa sabe que tiene un ejército de trabajadores volantes a los que usar a su antojo en el momento que quiera.
Para conseguir que le den más horas de trabajo, tiene que subir la media de repartos del día. En las oficinas hay una lista con el ranking de repartidores. "Hay competencia entre nosotros. Si yo gano horas, se las quito a algún compañero", dice este dominicano de 25 años en una cafetería del centro de Madrid.
Prefiere esto a aquella empresa de perritos calientes a domicilio en la que trabajó y en la que le pagaban según el dinero que iba entrando en caja. Con jornadas de 13 horas. "Cogía el pedido por teléfono, lo cocinaba y lo llevaba a domicilio". Un día le pagaban 100 euros; tres días más tarde, 150. Así hasta completar los 800 euros que representaba su paga. La mitad, en negro.
– El eterno becario
J. le echa la culpa a las Universidades. Dice que son cómplices de la situación de toda una generación. "Tenemos que pagar para poder ser becarios y cobrar 200 euros", se lamenta este licenciado en Periodismo de 23 años. Y explica cómo muchos medios de comunicación hacen entender a los estudiantes recién salidos del horno que es bueno que mantengan alguna relación con la Universidad para poder acceder a unas prácticas. "Hay alumnos que se dejan una asignatura pendiente a propósito para poder así optar a prácticas", explica en una cafetería de Leganés. "Luego trabajas como uno más en la redacción y te das cuenta de que, en realidad, estás ahí sustituyendo a alguien. Produces como uno más, pero sin remuneración, sin derechos. Te regalan los oídos, técnicamente te pueden conceder dos becas, y cuando vuelves a la calle, te das cuenta de que no tienes un solo día cotizado en la Seguridad Social".
Las empresas (y no solo las periodísticas, pues, según él, ocurre con compañeros suyos que son físicos o químicos) ya no buscan licenciados, buscan estudiantes. "La Universidad es el principal motor de todo esto. Las empresas se aprovechan, pero es la Universidad la que debería salir en defensa de sus alumnos".
– El inmigrante que mira a Ecuador
R. es un ecuatoriano de 42 años que lleva 14 en España. Está pensando en hacer las maletas y regresar a su país. Lo cuenta bajo una lluvia fina a la salida de la oficina de empleo del INEM del paseo de la Esperanza, Madrid.
Trabajó durante nueve años en una empresa de la construcción. Al principio todo iba bien. Hace dos años, le redujeron el sueldo de 1.300 a 1.100 euros. Después le dijeron que siguiera trabajando, pero que le despedían para que pudiera cobrar el paro y se lo complementaban con 600 euros al mes en negro. El año pasado le recontrataron: aunque trabajaba a jornada completa, le hicieron contrato de media jornada. "Me he sentido explotado. Pero si no aceptaba el trabajo, alguna otra persona lo iba a aceptar. Con tal de no estar en casa, uno acepta lo que sea: algo es mejor que nada".
Ofertas sorprendentes
Las páginas de ofertas de empleo son todo un mundo. En ellas se puede encontrar todo tipo de propuestas, algunas en el límite de lo legal o, directamente, que plantean condiciones abusivas.
Marina Calvo, responsable de la sección de desempleados de la Federación Regional de Servicios de UGT de Madrid, recibe muchas todos los días. "En algunas, te preguntas cómo no se les cae la cara de vergüenza", dice.
Eduardo González, de la organización Juventud sin Futuro, también ve ofertas constantemente. Hace un año, esta organización puso en marcha la Oficina Precaria, donde la gente puede denunciar abusos, buscar asesoría legal y colgar los anuncios abusivos que encuentren en la red. "Día sí, día también, vemos ofertas que vulneran derechos de los trabajadores", declara González.
De vez en cuando aparecen algunas que, directamente, proponen empleo sin salario.
La página Infojobs publicaba hace tres meses una oferta que hizo un ruido considerable en las redes sociales. Decía así:
– Voluntario director de Comunicación. Descripción. Fundación Alia2 tiene como misión proteger al menor en Internet. Este puesto es para un voluntario en el departamento de Prensa para cubrir el puesto de director de Comunicación. Este puesto no tiene retribución. Una fundación en constante crecimiento requiere de un gran capital humano para su correcto funcionamiento, por ello estamos en constante búsqueda de personal (…).
Funciones. Newsletter quincenal (de acuerdo con un timing de tareas. Newsletter patronos (de acuerdo con un timing de tareas). Mantenimiento de la red de contactos (agenda de medios abierta). Analizar la actualidad y llamar a todos los periodistas que escriban sobre temas Alia2 (utilizar alertas de Google). Preparar las intervenciones del director de la fundación (…) Elaboración de notas de prensa. Seguimiento de noticias: Clipping (…) Ruedas de prensa (de acuerdo con timing de tareas). Estará al tanto de las noticias que salgan relacionadas con el tema en que se basa nuestra fundación.
Se precisa. Persona con disponibilidad inmediata. Horario a definir en la entrevista. Se valorará positivamente que posea conocimientos de las nuevas tecnologías relacionado con el funcionamiento de las redes sociales (…).
Estudios. Licenciado.
Experiencia. Al menos dos años. Licenciatura o grado de periodismo. Creatividad y dinamismo. Gran capacidad escrita y oral. Alto nivel de inglés escrito (…). Ganas.
En conversación telefónica, el director de la fundación que puso el anuncio, Miguel Comín, dice que sabe que la oferta no cayó bien, que fue muy protestada, pero recuerda que se trata de algo legal, un trabajo de voluntario para una fundación.
La Federación de Servicios madrileña del sindicato UGT cuenta con una web para desempleados a la que determinadas empresas remiten ofertas. Hace unos meses, llegó una que decía:
– Necesito, en principio, 2 personas que conozcan/hayan trabajado en el sector de seguros para trabajar como agente exclusivo en una compañía de seguros.
Es un contrato mercantil, sin salario y a comisión.
Preferentemente que su localidad sea Alcobendas o San Sebastián de los Reyes.
Marina Calvo, que supervisa esa web y está atenta a las ofertas que salen, cuenta que prolifera, sobre todo en el sector de los comerciales, la oferta de contratos mercantiles a comisión en los que, si no se consiguen los objetivos marcados por la empresa, el trabajador no cobra nada. No solo eso: además, se gasta dinero en transporte, en visitas. Es decir, paga por trabajar.
"Miles de españoles aceptan condiciones ilegales impuestas por las compañías para conservar un puesto de trabajo"… Obligados por la empresa a pasarse a la economía sumergida (ABC.es – 20/1/13)
Las circunstancias desesperadas, como la crisis económica, pueden llevar a aceptar situaciones que de otra forma no toleraríamos. En España, donde el desempleo alcanza el 25% y una de la cada tres empresas ha desaparecido durante la crisis, un puesto de trabajo debe ser tratado como oro puro.
Muchas empresas luchan para reducir costes, incluso a costa de los derechos sociales de sus trabajadores y ellos…aceptan. A mediados de enero (2013) un estudio de RRHHpress descubría que un 14% de desempleados trabajaría sin cobrar.
Se cocina el caldo de cultivo perfecto para que crezca la economía sumergida en todas sus variantes. Desde el simple sobre con dinero negro una vez al mes, hasta la obligación de hacerse autónomo y asumir "el riesgo de ser pillado".
El presidente de la Federación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, advertía de que desde el inicio de la crisis se han duplicado este tipo de actividades económicas. Algo que debe "alertar" al Gobierno porque hay casi un millón de actividades "fantasma" que "cuelgan de farolas y buzones".
Un sobre en la mano
Una de las formas más habituales y a la vez la más simple. Un sobre lleno de billetes se pone en la mano del trabajador, no hay contrato, ni huellas que permitan seguirle el rastro a ese dinero. Funcas estima que la actividad oculta al fisco supone el 24% del PIB, es decir, unos 240.000 millones. Y aunque en muchos casos el trabajador puede parecer igual de culpable que el empresario por no regularizar su situación, lo cierto es que carece de muchos de los privilegios de cualquier asalariado. No está cotizando a la Seguridad Social, carece de pagas extras, vacaciones y sobre todo no tiene contrato, ni desempleo.
El autónomo asalariado
Una de las situaciones más embarazosas en las que puede encontrarse un trabajador, es aquella en la que la empresa le obliga a hacerse autónomo para conservar su puesto de trabajo. Bajo la figura del autónomo dependiente (que trabaja para la misma empresa en un 75%), se encubren en muchos casos verdaderos trabajadores asalariados. Mediante esta fórmula la empresa se ahorra los costes de la contratación y el trabajador debe asumir el pago de las cuotas correspondientes o, en su caso, el riesgo de que Hacienda le descubra.
La cuestión no es baladí. Con un sueldo de por ejemplo de 1.000 euros u 800 euros, ese trabajador puede quedarse con un salario irrisorio. Tras la última reforma del Gobierno, debe satisfacer un 21% en concepto de IRPF, además de eso, debe pagar la correspondiente cuota a la seguridad social (unos 300 euros). Al final, le quedan unos 300 euros para pasar el mes.
"Para poder tener un salario mínimo interprofesional, los mini autónomos prefieren salir del sistema y recurrir a la economía sumergida", advertía Amor.
Es cierto que existe una Sentencia del Tribunal Supremo del año 1997, cuya jurisprudencia establece que aquel autónomo con ingresos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional no tiene porqué satisfacer las cuotas a la Seguridad Social, pero el Alto Tribunal también se ha pronunciado en otras ocasiones en sentido opuesto. Ante la duda, es probable que la solución preferida sea no pasar por la caja del Estado.
"Que haya unas cotizaciones sociales muy altas tiene una influencia directa en el aumento de la economía sumergida", afirma Celia Ferrero, vicepresidenta de la ATA.
Esta es una situación que afecta a cualquier pequeño autónomo, con un salario bajo, y en especial al "falso autónomo".
El problema es que "no están en la economía sumergida porque quieran, sino porque no pueden hacer frente a los costes que supone ser autónomo", recuerda Ferrero.
La falta de progresividad que padecen todos los pequeños autónomos se vuelve especialmente grave en el caso del falso autónomo, ya que carecen de muchas de las protecciones propias del asalariado.
Miles de casos
Es imposible calcular cuantas personas se encuentran en esta situación, pero hay estimaciones. "Unos 300.000 autónomos dependientes en España en esta situación de los cuales solo 8.000 están registrados", explica Jordi Ribó, Secretario de economía social y autoempleo de CC.OO..
"La gente tiene mucho miedo y por eso se ven obligados a aceptar esta situación", reconoce Ribó.
El problema, a su juicio, son "las condiciones draconianas" en las que el autónomo se ve obligado a trabajar. Condiciones que "el empresariado utiliza para reducir o degradar condiciones laborales de cualquier asalariado", añade.
La cuestión de las cuotas desproporcionadamente altas que deben soportar los trabajadores por cuenta propia se extiende también a los autónomos no fraudulentos. Un estudio de Consumers International revelaba que "los supermercados abusan de su poder de compra respecto a los proveedores", obligándoles a bajar los precios a niveles irrisorios.
Un problema cuya solución es adaptar la regulación a la realidad social, a juicio de Ribó. "Los poderes públicos tienen que intervenir para aflorar estas situaciones. Detrás de cada pequeño autónomo que pueda defraudar hay una gran empresa defraudadora", concluye.
"Seis rostros y sus respectivas historias que reflejan los seis años de aumento del desempleo"… Las caras del paro (El País – 24/1/13)
Los jóvenes, los inmigrantes y los parados de larga duración son los colectivos más afectados. España acaba 2012 al borde de los seis millones de parados.
El paro ha aumentado de forma consecutiva durante los últimos seis años en España, que es el tiempo que ha transcurrido desde el estallido de la burbuja inmobiliaria hasta la fecha. En este periodo, el país ha superado todos los récords de la historia moderna. No obstante, aunque la caída del empleo ha afectado a todos los sectores y colectivos, la recesión se ha cebado entre los jóvenes, los inmigrantes y los parados de larga duración. También entre los empleados públicos se ha registrado un repunte del desempleo sin precedentes cercanos por los efectos de los ajustes contra el déficit y los recortes de gasto. Aquí te recogemos seis historias con nombres y apellidos por cada uno de los años a la baja que arrastra el mercado laboral español.
Antonio Salom tiene 30 años y es uno de los 2.789.900 españoles que lleva más de un año en paro, un 46,7% del total. Mallorquín residente en Madrid desde hace seis años, empezó a trabajar de fontanero "oficialmente" cuando cumplió los 16, aunque afirma que lleva trabajando "desde los 13 o 14 años". En aquél entonces, la fontanería le pareció un oficio más atractivo que lo que hacía su padre, transportista. "Me gusta la profesión", afirma. "Trabajas a tu aire, ves a tu familia cuando quieres, y en determinados momentos es hasta creativo".
Pero la crisis le hizo volver al oficio familiar. Estuvo trabajando para varias empresas de transportes hasta que, hace año y medio, perdió su último trabajo. Desde entonces, nada. "De hecho, buscar trabajo yo ya ni busco", indica. "Creo que el 90% de los parados ya no están detrás de un trabajo. Es perder tiempo y dinero ir echando currículums en empresas que ya directamente ni los quieren".
Hace dos meses, usó sus últimos ahorros para probar suerte como transportista autónomo. "Fueron 1.500 euros de la furgoneta de segunda mano y 900 del carnet para conducirla", recuerda. Pero hay más gastos que ahora mismo Antonio no se puede permitir. "Tarjeta de transporte, el alta como autónomo, en fin, un montón de papeles", enumera. Y sin esos papeles, ninguna empresa puede contratarle. "Como mucho, alguna mudanza hecha en negro".
A Antonio le quedan dos meses de paro. A su pareja, con la que tiene un hijo de cinco años, también le quedan dos pagas del plan Prepara. Con ambas prestaciones, pagan los 700 euros del alquiler del piso en el que viven. Para lo demás, lo que consigue de recoger cartones con la furgoneta y venderlos, entre 150 y 200 euros al mes.
¿Y cuándo se acabe? "No lo sé. Volver a Mallorca, donde las cosas también están mal, donde mi padre también está en paro, sería como salir de la sartén para caer en las brasas", reflexiona Antonio. "Aquí, al menos, con lo de los cartones vamos tirando. Si los del Gobierno no nos lo quitan, siempre puedo irme a una habitación con mi mujer y mi hijo".
Geovanny Chipes y Carola Andrade son de Guayaquil (Ecuador) y llevan juntos 13 de sus 33 años. Los últimos 12 años los han pasado en España, lugar de nacimiento de su hija, de seis. El suyo es uno de los 1.833.700 hogares españoles donde ninguno de sus miembros activos trabaja, un 10,53% del total. Los tres comparten una habitación en el madrileño barrio de Pueblo Nuevo.
La vida laboral de Geovanny y Carola en España ha sido una sucesión de empleos de lo más variopinto en los que ninguno de los dos ha pasado más de dos años. Él ha trabajado de carpintero a camarero, pasando por el reparto de publicidad. Carola, por su parte, ha sido limpiadora, camarera y ha cuidado de ancianos. Muchas veces, "en negro", afirma Geovanny.
Ninguno de los dos tiene derecho a prestación alguna. El dinero para la habitación (280 euros al mes), para su subsistencia y la de su hija lo facilita la madre de él, que regenta un bar en el mismo barrio. Por mucho que esta haya dicho que ayudará a sus hijos "mientras Dios me dé salud", en palabras de Geovanny, ninguno de los dos está feliz con esta situación. "No queremos ser una carga", declara Carola.
La solución para ambos es regresar a Ecuador. "Aquí las cosas están muy difíciles, y parece que van cada vez peor", considera Geovanny. "En nuestro país tenemos más familia, hermanos, primas", respalda Carola. A pesar de eso, Geovanny aún cree que hay motivos para quedarse en España: "La gente aquí te ayuda más".
Pero a Geovanny le resultaría "doloroso" volver a su país con las manos vacías. Ambos quieren instalar un negocio en Ecuador, pero sin dinero ahorrado para el pasaje siquiera, el sueño todavía les parece difuso: ni siquiera tienen pensado qué clase de negocio quieren instalar. Él quiere juntar como mínimo 10.000 dólares (7.500 euros) para volver a Ecuador.
Un problema adicional es su hija. "No sé cuán duro puede ser para ella volver", afirma Geovanny. "Además tiene aquí a sus amigos de la escuela", recuerda Carola. "Es una españolita más".
Fue una de las periodistas fundadoras de Ràdio 9. Y se convirtió en una de las más voces y de los rostros más populares de la radiotelevisión pública valenciana, gracias también a su paso por Canal 9 como presentadora. Hoy, Amàlia Garrigós (1965, Alcoi) está en el paro. Acaba de ser despedida de la radio pública, junto con 85 compañeros, al ser incluida en un expediente de regulación de empleo (ERE).
Después de media vida contratada en la empresa, la indemnización se ha limitado a 20 días por año con el máximo de doce meses, como marca la reforma laboral. Sin margen para negociar, la asfixia financiera de Radio Televisión Valenciana (RTVV) y la Generalitat lo estrecharon. Volvió de vacaciones y, por primera vez, la habían quitado de la parrilla de programación. Ya no estaba adscrita a un puesto de trabajo, el primer criterio para su inclusión en el ERE por parte de la empresa. "La reforma ha perjudicado mucho a los trabajadores", sostiene Amàlia. Ha facilitado los despidos y aumentado la arbitrariedad en las decisiones, lo que se ha traducido en numerosas irregularidades que el juez dirimirá, añade. En la radio se ha echado a la calle tanto a trabajadores contratados como a los que han aprobado oposiciones. Lo mismo sucederá en los 800 o 850 despidos de Canal 9 que empezarán a finales de este mes.
Amàlia ha sido testigo de cómo RTVV se convertía en una "agencia de colocación" al servicio del PP en la Comunidad Valenciana, mientras la audiencia caía a índices residuales. La Generalitat gobernada por el PP desde 1995 incrementó en un millar los trabajadores del ente autonómico hasta superar los 1.700 y acumuló 1.200 millones de euros de deuda. Ahora, el mismo gobierno que engordó la empresa quiere adelgazarla hasta dejarla en 480 empleados para su refundación. Con ese propósito, ha ido retrasando la presentación del ERE, a la espera de la reforma laboral y de conseguir el dinero suficiente para pagar las indemnizaciones. "Ha sido una espera agotadora para los trabajadores… Dos años desde que nos anunciaron el ERE", recuerda Amàlia. La presentadora y guionista mantiene que RTVV es un reflejo de la política valenciana de los últimos 15 años, salpicada de numerosos escándalos de corrupción, de despilfarro, de privatización de lo público… Recuerda que el exdirector general de RTVV, Pedro García, está imputado en el caso Gürtel…
La periodista, especializada en temas culturales, se muestra muy crítica, pero no habla con acritud. Parece más bien decepcionada con el devenir de los medios de comunicación públicos valencianos en su lengua autóctona. Ella entró en la profesión en una época de entusiasmo, cuando nacían las autonómicas y las televisiones privadas, cuando proliferaban las radios municipales. Se licenció en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona y nunca dejó de trabajar hasta ahora. Hoy está parada pero asegura que no para. Está estudiando un máster, mejorando sus conocimientos de las redes sociales -"Es el futuro del periodismo, ¿no?", pregunta-. También presenta libros y conciertos. "Ahora soy una parada muy estresada", concluye.
"En los últimos dos años todo ha ido a peor", Raúl Brazal González, madrileño de 35 años, trata de desarrollar su profesión como realizador en un entorno de precariedad en el que nunca ha logrado acceder a un empleo indefinido. Al carecer de estabilidad laboral, su trayectoria profesional ha sido trabajosamente construida a base de innumerables colaboraciones con productoras que, en el mejor de los casos, han incluido contrataciones por un máximo de tres meses. Durante este periplo las políticas activas de empleo del Estado no han jugado papel alguno.
Raúl es uno de los 1.116.667 desempleados que hay en España que no están registrados en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), antiguo Inem. En 2001 finalizó sus estudios como Técnico Superior en Realización, una formación que prometía abrirle las puertas de una carrera profesional en el amplio sector de la producción audiovisual. No obstante, Raúl nunca ha logrado la tan ansiada estabilidad.
Ante esta situación la respuesta más socorrida es darse de alta en el SEPE, pero Brazal ya no la contempla. "Los cursos obligatorios que ofertaban no estaban relacionados con mi campo. A través del Inem no te van a llamar para trabajar en una productora", sostiene el realizador, que explica que en su industria no cabe tomarse unos meses libres para realizar un curso no relacionado con el mundillo audiovisual. "Si no estás en activo te dejan de llamar".
La grieta por la que cada vez se deslizan más casos como el de Raúl empieza a hacerse demasiado grande. Cada vez más desempleados, que no están obligados a registrarse, perciben que el SEPE no les ofrece aquello que el mercado laboral está demandando de ellos.
También existen otros factores. "Además de que no creo que me solucione la búsqueda de trabajo, no pienso en darme de alta porque no quiero gastar las prestaciones a las que tengo derecho por lo que he cotizado", señala Raúl, que no ve el futuro con optimismo. La reducción del número de producciones ha disminuido las posibilidades de trabajo. Varios compañeros han tenido que dejar la profesión y dedicarse a otro tipo de actividades para ganarse la vida. "Está todo en el aire".
Si algo sabe Georgeta Prunean, de 42 años, es qué es trabajar mucho. Llegó a España hace once años y durante muchas temporadas ha trabajado siete días a la semana, a veces día y noche. Empleada del hogar de lunes a viernes, fregaba escaleras los sábados y cocinaba en una residencia los domingos. Y entre semana, dormía en casa de una abuela muy mayor, para hacerle compañía. Emigró poco después de que lo hiciera su marido, y dejó en una aldea de Rumanía a sus dos hijos, al cuidado de la abuela. Tenían 10 y 12 años.
"Los primeros años fueron difíciles por el tema de los papeles", explica, pero logró un contrato a petición de la familia para la que trabajaba. A partir de ahí las cosas fueron a mejor, eran tiempos de trabajo en abundancia. Y asegurado. Tantas horas como el cuerpo aguantara. Prunean y marido, albañil, pudieron permitirse dejar de compartir piso y alquilar uno ellos solos; ya no viajaban a Rumanía en Navidad y en Verano -"eso es sagrado"- en tres eternos días de autobús, sino en avión; podían enviar dinero a casa sin problema; hasta les llegaban sus ingresos para ir arreglándose la casa del pueblo que dejaron atrás.
Pero en apenas dos años, todo se ha hundido. A ella el trabajo le ha caído a la mitad. Sigue haciendo de canguro y asistenta, aunque las familias españolas para las que trabaja también son víctimas de la crisis. Pero peor está el sector de su marido: la construcción. Apenas tiene trabajo. "Y del último que tuvo no cobró". Se acabó vivir "razonablemente". Han vuelto a compartir piso. Y a viajar a Rumanía en autobús.
Prunean y su marido han podido dar una buena educación a sus hijos y arreglarse la casa en Rumanía. Pero también se han perdido once años de su vida. Hubo años en los que compensó, pero ya no. "Es hora de volver, allí tenemos casa y un huerto, hay trabajo, no tendremos que pagar alquiler y tarjetas de metro, ganaremos menos pero se vive con menos", dice Prunean. Aguantarán hasta verano. Tienen deudas que saldar y son gente de palabra, pero a partir de agosto esperan vivir más tranquilos.
Sergi Gómez, de 24 años, estudió Turismo y Dirección Hotelera en la Universitat Autònoma de Barcelona. Trabajó como camarero durante años con contratos temporales, hasta que se hartó de que sus estudios no le ayudaran a prosperar. Lo vio claro en una entrevista de trabajo, en un hotel barcelonés: "Les comenté que, por mi titulación, en el futuro aspiraba a algo más que a ser camarero. Ellos me dijeron que eso no podía ser".
Así que decidió rechazar el empleo y emigrar al extranjero. Dejar de ser un número más que formará parte de ese dato odioso, un x,x % de desempleo juvenil. Por mediación de una antigua profesora consiguió una entrevista en el Hotel Hilton London Metropole, en Londres, y desde entonces trabaja allí: cobra unas 1.000 libras al mes y lo ahorra prácticamente todo, ya que la empresa le paga la vivienda y los gastos de alimentación. En cinco meses lo hicieron empleado del mes. Ahora le han ofrecido un puesto como supervisor en un hotel de la misma empresa en Dubái, pudiendo optar, más adelante, a un ascenso. "Todo lo que no conseguí nunca en Barcelona, después de trabajar tantísimo por hacerme un hueco", sostiene, "lo obtengo en Londres en sólo cinco meses".
Querría regresar y establecerse en Barcelona, "donde tengo mi familia y mi vida", pero la capital británica le brinda la oportunidad de "demostrar" su valía como profesional: "Eso en España es imposible". En el extranjero, asegura, la concepción que se tiene del trabajo es muy distinta: "Se valora a la gente con aspiraciones y con ganas. En cambio, aquí, después de trabajar muchísimas horas, aún parece que te están haciendo un favor".
No está siendo un camino de rosas. "Vivir fuera es muy duro, pero tengo que hacer algo con mi vida. España significa estancarse". En Londres, afirma, le han dado "la oportunidad de aprender y de prosperar", algo que nunca le fue posible en sus múltiples puestos de trabajo en el país. "Para encontrar un buen trabajo tienes que ser espectacular": por eso espera establecerse en Barcelona una vez haya ganado experiencia profesional, y engrosado su currículum en el extranjero, "como si fuera una especie de inversión".
"No importa si son mensuales o trimestrales, los números suben mientras ellos siguen ahí, estáticos. "Más y más de lo mismo". Se entrecortan las palabras. Cansancio, escepticismo, impotencia… resignación. Años en unas listas que no entienden de generaciones. Abuelos, padres e hijos aquejados por una enfermedad para la que no llega el antídoto y te consume con los años. La EPA de este jueves arroja 187.300 más al precipicio. Seis parados de esos casi seis millones relatan una caída de la que parece imposible levantarse"… Tres generaciones, en paro (elmundo.es – 24/1/13)
Indignarse es de lo poco que les queda. Bárcenas, Urdangarin, Mulas… Nombres como los suyos, pero que ocupan otras listas que también crecen. "Lo bueno de tener tanto tiempo libre es que estás mucho más informado. Ves lo que está pasando y cuando estás en nuestra situación… es incomprensible, pero mejor no decir en voz alta lo que siento". Habla Antonio López García, según muchos de los que le entrevistan "un cadáver laboral" a sus 54 años. Su mujer corre la misma suerte.
Abuelos ya, aún tienen una hija de 14 años que vive con ellos. El futuro no sonríe a estos almerienses, residentes en Benahadux. Y lo saben. "Se me viene el mundo abajo cuando me levanto cada mañana. Un día y otro y otro…". Reconoce que está cayendo en una depresión, "no somos capaces de levantar cabeza. Cada día me pregunto: ¿Y ahora qué?". No hay respuesta.
Todo empezó hace tres años, este técnico en prevención de riesgos no se lo esperaba. "Llegó el jefe y dijo: "Este mes hemos cobrado, el que viene no". Y se acabó". A partir de ese momento, "a lo que salga". Reconoce que está "moralmente acabado" y que los años se convierten en un muro infranqueable. "En las entrevistas te lo dicen abiertamente. Cumples con todos los requisitos, pero hay empresas que están jubilando a gente con tu edad".
Ni un regalo en Navidad
Bolsas de trabajo, Internet, el puerta a puerta… Antonio López no acaba de entender. "Pero si estoy muy preparado, tengo experiencia ¡y aún me quedan 10 años! Tengo una hija de 14 y una hipoteca que pagar". Cuenta que muchas veces coge fuerza, "hago fotocopias de mi currículo y salgo con la moto a echarlos".
La ayuda de los 426 euros es su sustento. ¿Cómo se llega a final de mes? "Tengo una gran contable en casa". Antonio se emociona al hablar de su mujer, también sin empleo. Tengo una gran contable en casa.
Loli trabajó seis años en una empresa de limpieza y echa de menos "vivir un poquito". Confiesa que apenas sale de casa, "limpio sobre limpio". Esta situación la ahoga, "mi hija nos ayuda, pero es muy duro que llegue Navidad y no poder hacerle el regalo que quisieras a tus nietos".
Los 426 euros son el único ingreso de Cristóbal Muñoz. Divorciado y con dos hijos. Destina 120 euros a la pensión y 100 más a la hipoteca, "no tengo ni para mí ni para mis hijos". Se encuentra desubicado, "que quieres que te diga. Lo he perdido todo, ni casa ni nada. A los 47 años he vuelto a casa de mis padres y estoy comiendo de ellos. Esa es mi realidad".
"¿Futuro? He trabajado 55 días en 2009; 90 días en 2010; nada en 2011 y 25 en 2012. ¿Qué futuro?" No hay consuelo. Alemania parecía la salida, "he echado un montón de currículos, pero piden un nivel muy fluido del idioma y no me responden", ahora piensa en Reino Unido. Este gaditano ha dedicado gran parte de su vida a la hostelería y maneja algo de ambos idiomas.
En una situación muy parecida se encuentra Mar Iglesias. Madre divorciada, tiene una niña de 11 años. "Me echaron en octubre de 2008. He cobrado la prestación hasta que se terminó". Explica que ha buscado activamente trabajo en su zona -vive en Castellón- durante todo este tiempo y salvo en algún empleo temporal, "no hay manera". "No hay manera".
Mar Iglesias
Ha tenido que dejar su casa e irse a vivir con su novio porque no puede pagar los gastos básicos. La pensión que recibe va a la hipoteca. "Hace dos años que no me llaman para una entrevista, y los puestos que se ofrecen son para autónomos. Si vendes cobras, si no nada".
Su vida ha cambiado radicalmente "vivía holgadamente, pagaba la hipoteca, el colegio de mi hija, me iba los fines de semana fuera, gimnasio, vacaciones…". Poco o nada queda de aquellos días.
Mar ya se ha puesto límite, "si en tres o cuatro meses sigo igual miraré ofertas en el extranjero. Sé que será un poco complicado, pero no nos dejan alternativa". Algo en lo que está de acuerdo Julián Rivilla. En su caso, la desesperación le lleva a buscar trabajo en Alemania, aunque eso conlleve alejarse de su mujer y sus dos hijos.
Tres años sin empleo
"Echo de menos levantarme por la mañana e irme a trabajar. Parece que no sirvas para nada", cuenta. Sabe que sus 49 años pesan mucho a las empresas: "Yo hice delineación y he trabajado en la construcción toda mi vida. La experiencia ha pasado a un segundo plano".
Con 17 años, Leonor Martín dejó de estudiar y fue contratada en una fábrica textil donde trabajaban 200 personas -hoy sólo quedan 9-. Durante 10 años ni se le pasó por la cabeza el desenlace, "¿cómo iba a pensar yo que iba a estar tres años sin un empleo?". Ahora, con 30, su realidad dista mucho de la que algún día pudo imaginar. Sigue viviendo con sus padres y sólo se alegra de una cosa: "Menos mal que no se me ocurrió meterme en una hipoteca".
Al ser despedida volvió a estudiar, "me apunté a un ciclo formativo de Comercio y Marketing que me ha servido para trabajar un mes en campaña de rebajas".
Leonor ha tomado la decisión de esperar un poco más en Talavera de la Reina, donde reside. No baraja la opción de irse fuera de España, "con la formación que yo tengo es muy complicado". Mientras, hace todos los cursos que puede y estudia idiomas. Echa de menos la independencia que tenía antes, "parecen tonterías pero yo antes no tenía que decir: "Mamá necesito un desodorante", "Papá necesito dinero, voy a tomar un café, algo que he reducido al máximo". Aun así, "cada día me encuentro con alguien que se ha quedado en paro y conozco casos de gente que ponen el vello de punta. Por eso, he optado por resistir".
"La tala ilegal en el hogar de los antiguos dioses griegos, según la mitología, se ha incrementado 300%. Al aumentar un tercio el costo del combustible para calefacción, muchos recurren a la madera del monte"… Los griegos cortan sus árboles en busca de calor (BBCMundo – 3/2/13)
(El relato corresponde a Mark Lowen)
El hogar de los antiguos dioses griegos está cubierto de nieve. El camino empinado y las laderas que conducen al monte Olimpo, atraviesa un bosque exuberante y fértil. Sin embargo, ahora la vegetación está mostrando algunos espacios vacíos: los restos de árboles preciosos que ya no están.
Se trata de una de las peores talas ilegales de Grecia. La práctica, en este lugar, ha aumentado en más de 300% en el último año, luego de que un nuevo impuesto provocara el alza (de más de un tercio) del precio del aceite para la calefacción. La gente que ya no puede pagarlo está buscando madera que le ayude a calentar su hogar.
Viajo con la patrulla forestal que viene aquí todos los días para tratar de atrapar a los leñadores ilegales. Han encontrado a jubilados y a mafiosos. En total, hay 250 demandas en curso y se han confiscado 300 toneladas de madera cortada de manera irregular.
Nos detenemos en una sección de la montaña donde 600 árboles fueron talados recientemente. Los anillos del tronco de un roble son contados para verificar su edad: 54 años. El árbol habría sido derribado en cuestión de segundos.
"Me siento mal por aquellas personas mayores que están viniendo a cortar leña", dice Petros Papapetrou, del departamento forestal. "Es horrible que tengan que hacerlo. Este bosque es espectacular para nosotros, posee un ecosistema maravilloso que tenemos que proteger para la próxima generación".
De vuelta a la base de la montaña y lejos de la patrulla, me encuentro con un anciano leñador que se está arriesgando a que le presenten cargos criminales. Elige una zona de olivos centenarios y la despoja rápidamente con su sierra eléctrica. "Sé que es ilegal, pero tengo nietos que se enferman a causa del frío", dice. "Mi pensión se ha reducido, por lo que no puedo permitirme el aceite de calefacción. ¿Qué más puedo hacer?".
La madera que se corta legalmente termina en los mercados al aire libre del norte de Grecia. En las afueras de Katerini, el dueño de uno de los puestos, Triantafillos Zagris, me cuenta que está haciendo un gran negocio y ganando dinero rápido gracias a la tendencia. "Las ventas han subido un 30%", dice, mientras introduce la leña en una máquina ruidosa que la corta en rodajas para la chimenea. "Antes había cerca de 25 mercados de madera en esta zona. Ahora hay 100".
Algunos de los trozos terminan en casas de familias como los Smirlis. Dimitris y Sofía son maestros y sus salarios se han reducido en los sucesivos recortes de austeridad. Con el nuevo impuesto, hubieran tenido que gastar todos sus ingresos en aceite de calefacción, por lo que ahora sólo están usando madera.
Sofía y su hija duermen al lado de la chimenea del salón porque el dormitorio es demasiado frío. Es una vuelta al pasado que han encontrado difícil de aceptar. "Al principio nos decepcionamos por haber tenido que hacer esto", dice Sofía, mientras las llamas encienden los troncos recién llegados.
"Hemos retrocedido 30 o 40 años. No es la guerra… o más bien sí lo es, pero una guerra económica. Esperamos que sólo dure uno o dos años, porque tenemos hijos, tenemos un futuro. No podemos vivir así, por el amor de Dios".
Por encima de su modesta casa, el humo de la chimenea se espesa y eso está causando otro problema. Una notable neblina ha aparecido sobre las ciudades más importantes de Grecia a medida que aumenta el uso de la leña.
En una instalación móvil, un equipo de químicos lleva a cabo un nuevo proyecto para probar la calidad del aire y evaluar el impacto del cambio en los hábitos de calefacción. Aunque los resultados finales se conocerán en febrero, el equipo ya ha medido un aumento de la contaminación.
"Hemos encontrado una alta concentración de partículas finas que contienen sustancias tóxicas y cancerígenas", dice el profesor Konstantini Samara, quien dirige la prueba. "Son tan pequeñas que pueden llegar a lo profundo de nuestro sistema pulmonar y causar efectos nocivos para la salud pública. Y se han incrementado debido a la quema de madera".
Mientras las temperaturas continúen cayendo en la región, la leña seguirá alimentando las chimeneas. Estas son las insólitas medidas que los griegos están tomando para mantenerse en calor en la Europa del siglo XXI.
Mientras tanto, el monte Olimpo continúa imponiéndose en el norte de Grecia. Es posible que los dioses alguna vez hayan cuidado de la zona, pero hoy no le están ofreciendo mucha protección. Ni a los bosques ni a esta nación afectada por la crisis.
"Un estudio también revela que en el 9% de los hogares alguna de las personas que se había emancipado ha tenido que volver a casa. Estas son algunas de las principales conclusiones del Barómetro Madrid Vivo sobre la familia en España realizado por el Instituto Internacional de Estudios sobre la Familia "The Family Watch" con encuestas a 600 hogares de toda España y presentadas hoy en Madrid"… El 64,2 % de los padres piensa que sus hijos vivirán peor que ellos (Gaceta.es – 5/2/13)
Este estudio señala que para más de la mitad de los encuestados -el 53,4 por ciento- la crisis ha hecho que su calidad de vida haya empeorado en el último año, la situación económica es peor percibida en la actualidad para un 90,5 por ciento que hace un año, cuando este porcentaje se situaba en el 88,3 por ciento y el 60,2 por ciento de los preguntados tiene algún familiar en el paro.
Además, según ha subrayado el director general de The Family Watch, Ignacio Socías, las familias tienen unas perspectivas de futuro más pesimistas que las que presentaban hace un año.
En este contexto, la institución familiar sigue siendo la mejor valorada y en época de crisis -según ha señalado la vicepresidenta de este instituto, María José Olesti- "cobra especial protagonismo" ya que "sirve de colchón" a todos sus miembros y presta soporte económico y anímico.
En este sentido, el barómetro señala que en casi la mitad de los hogares hay aportaciones de las personas más mayores de la familia para que ésta pueda subsistir y el 96 por ciento de los encuestados opina que esta institución es el "sustento básico" para mantener la cohesión social.
Además, en el 10 por ciento de los hogares uno de los miembros que se había emancipado ha tenido que volver a casa, ya sea una persona joven o ancianos que han abandonado las residencias como medida de ahorro.
Otro de los datos que destaca este estudio es que una de cada dos personas cree que los jóvenes no están preparados para ser padres y educar a sus hijos debido a la falta de trabajo y vivienda propia, y el 64,2 por ciento de los padres se muestran convencidos de que sus hijos vivirán peor que ellos.
"Muchos progenitores se plantean cómo ellos, que en la actualidad están ayudando económicamente a sus padres, tendrán que ayudar en un futuro a sus hijos", ha explicado Socías.
Sin embargo, la vicepresidenta de "The Family Watch" ha advertido de que numerosos estudios subrayan que este "esfuerzo heroico" de las familias tiene un límite.
Los datos de esta encuesta reflejan, asimismo, cómo ha descendido el número de personas que confían en que el Gobierno aplique medidas a favor de las familias, de manera que, mientras que en 2012 el 62,5 por ciento de los encuestados tenía perspectivas optimistas en este sentido, este porcentaje ha descendido hasta el 40,9 por ciento de cara a 2013.
Ante esta situación, algunas de las medidas que más demandan los hogares en España es que en los ERE se priorice la protección de los empleados con hijos a su cargo y que las empresas tengan beneficios fiscales si promueven la maternidad.
Los encuestados también destacan la importancia de la conciliación entre familia y trabajo, de manera que el 91,2 por ciento solicita la creación de guarderías en centros de trabajo, el 82,5 por ciento pide una coordinación del calendario laboral y escolar y el 82 por ciento el fomento del teletrabajo.
Socías ha señalado también que los hogares españoles tienen previsto reducir sus gastos de cara a 2013, de manera que las salidas a restaurantes disminuirán un 69,7 por ciento, frente al 63,1 por ciento de 2012 y los gastos de viajes y vacaciones se reducirán un 57,7 por ciento frente al 49,5 por ciento de 2012.
"El sistema se tambalea con menos de 1,8 cotizantes por pensionista en un país con una tasa de paro del 26%"… Uno de cada tres españoles es pensionista o está en el paro (Negocios.com – 5/2/13)
El sistema de pensiones en España urge de un pacto nacional porque camina hacia una situación de quiebra ante el incesante crecimiento de pensionistas y parados. La Seguridad Social lleva seis meses perdiendo de forma continuada cotizantes. Con los datos de enero, la caída en el último año ha sido del 4,59%, con una pérdida de cotizantes de 778.829 trabajadores en un año, que ha dejado el número de personas afiliadas en 16.179.438. Sólo en enero se han perdido 263.243 cotizantes y nada hace presagiar que la tendencia vaya a cambiar en los próximos meses.
Por el contrario, los pensionistas no hacen nada más que crecer. El número de pensiones contributivas de la Seguridad Social alcanzó la cifra de 9.008.348 en enero, el 1,5% respecto al mismo mes de 2012. De esas pensiones, 5.402.863 pensiones fueron de jubilación, un 2% más; 2.331.812 pensiones de viudedad (+0,5%); 940.843 de incapacidad permanente (-0,1%); 295.221 de orfandad (+7,3%); y 37.609, a favor de familiares (-1,3%).
Caída de la natalidad
La relación de cotizantes (16.179.438) respecto a pensionistas (9.008.348) es de 1,796, es decir, muy alejada de una ratio de 3 por uno que será lo ideal del sistema. Pero la pirámide de población en España está invertida. La esperanza de vida crece y las escasa ayudas y apoyo del Estado a las familias hace que la natalidad caiga en picado. Así, desde 2008 hasta 2011 ha caído de 1,46 hijos por mujer a 1,35, mientras la edad media de las madres se ha situado en los 32 años y las de las bodas supera los 30 años, algo lógico si se considera que el 55% de los jóvenes españoles están en paro.
Casi 15 millones de españoles o son pensionistas o están en el paro -la EPA revela que hay seis millones de desempleados- de una población total de 46,8 millones de ciudadanos, lo que supone que el 32%.de los españoles o es pensionista o está en paro.
Como dije al principio de este recorrido de cabotaje por la hemeroteca reciente: "Hay ocho millones de historias (como estas) en la ciudad desnuda…". Ahora, creo que ya son más (y "sangran" todavía)…
– Anexo: Algunos "consejos" de los "Apóstoles" de Davos (sic transit gloria mundi)
Davos reúne a principios de cada año a, sobre todo, los amos del dinero mundial, pero también a dirigentes políticos y representantes sociales y en una semana pone sobre la mesa grandes problemas del momento, aunque aportar soluciones es ya otro cantar.
– La disparidad de oportunidades, un desafío mundial (Project Syndicate – 21/1/13)
(Por Brad Smith) Lectura recomendada
Seattle.- Una tragedia económica global se desarrolla frente a nuestros ojos. En todo el mundo se están creando nuevas oportunidades laborales que ofrecen una promesa de prosperidad, pero cientos de millones de personas no pueden aprovecharlas porque no tienen la educación y las habilidades necesarias.
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