Descargar

Desigualdades en la distribución de la renta en los países desarrollados (III) (página 4)

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

Smile of a Child, otra ONG, también solía recibir niños víctimas de abusos y negligencia. Ahora, el foco está puesto en los destituidos de Atenas.

Stefanos Alevizos, psicólogo de la organización, dice que cuando un padre entrega a su hijo, éste siente que se le derrumban todas sus estructuras.

"Viven la separación como un acto de violencia, porque no pueden entender las razones por las que los abandonan", explica el experto.

Pero para Sofia Koui, de Smile of a Child, la tragedia radica en que aquellos padres que entregan a sus niños son, a veces, quienes más quieren a sus hijos.

"Es muy triste ver cómo sufren, pero saben que es lo mejor, al menos en este momento", añade.

El Padre Antonios no coincide con Koui.

"Estas familias serán juzgadas por abandonar a sus hijos", sentencia.

"Nosotros podemos brindarles alimentos y un techo, pero la verdad es que lo que más necesitan los niños es sentir el amor de su padres".

Los nombres de los niños fueron cambiados para proteger sus identidades.

"El proyecto de presupuesto para 2013 anunciado este lunes por Barack Obama apunta a que los ricos tributen más, en un claro guiño a la clase media. Esto no puede sorprender ya que es esta franja de la población la que se ha visto más afectada en los últimos años. De hecho, un buen número pasó a engrosar el grupo de 47 millones de estadounidenses que viven bajo la línea de pobreza, según datos oficiales"… Las villas miseria de Estados Unidos, el país más rico del mundo (BBCMundo.com – 14/2/12)

El desempleo en Estados Unidos no llega a los niveles astronómicos de la década de los 30 pero, exceptuando un pico en 1982, no había sido tan alto desde la época de la Depresión. A febrero de 2012 hay 13 millones de desempleados; es decir, tres millones más que cuando Obama fue elegido.

Una de las caras más duras de estas cifras es que unas 5.000 personas, según estimaciones, han tenido que irse a vivir a tiendas de campaña que se han desparramado por el país. O porque no tienen trabajo, o porque sus ingresos no alcanzan para pagar un techo, estos ciudadanos han tenido que encontrar una solución -por llamarlo de alguna manera- para sí y sus familias.

El campamento más grande está ubicado en Pinella's Hope, en el estado de Florida, una región mucho más conocida por el colorido de Disney World. Está hecho de prolijas hileras de tiendas desplegadas a lo largo y a lo ancho de una parcela de 52.000 metros cuadrados.

Una organización católica es la encargada de organizar el campamento y se ha ocupado poner algunos servicios a disposición de los habitantes. Cosas tan cotidianas como máquinas para lavar la ropa, computadoras o teléfonos.

Muchos de los campamentos están organizados y celebran reuniones para dividir los quehaceres diarios y acordar normas de convivencia comunitarias. Para algunos con pocas perspectivas de encontrar pronto un trabajo, las carpas se han convertido en hogares semipermanentes.

Un buen número de ellos son personas que muy recientemente vivían vidas confortables típicas de la clase media. Ahora apoyan sus cabezas en almohadas manchadas por el moho, al igual que las colchas con las que se cubren. "Literalmente refregábamos nuestra cara sobre el moho al irnos a dormir cada noche", explica al programa Panorama de la BBC Alana Gehringer, una de las residentes de otro campamento, situado en el estado de Michigan.

Este otro reducto de los que se han quedado sin un techo está ubicado al costado de la carretera en el límite de del poblado de Ann Arbor. Son alrededor de 30 carpas armadas en medio del bosque.

Las condiciones de vida no son precisamente higiénicas. No hay baños. La electricidad sólo está disponible en la carpa comunitaria donde los residentes se juntan alrededor de una estufa de madera para calentarse cuando llega el invierno.

El hielo se acumula en los techos de las tiendas y la lluvia, habitualmente, se filtra para caer sobre el rostro de quienes viven dentro.

Este campamento está dirigido por los propios residentes, aunque también cuenta con la ayuda de una ONG. Y organizarse no es fácil, ya que cada vez tienen más demanda de gente que quisiera encontrar refugio allí.

Reciben llamadas del hospital, de la policía local y del refugio de indigentes del pueblo. Todos quieren saber si pueden enviar gente.

"Ayer (13/2/12) a la noche, por ejemplo, recibimos una llamada diciendo que había seis personas para las que no había sitio en el refugio de indigentes y esperaban que pudiésemos ubicarlos. Siempre recibimos llamados a las 9 o 10 de la noche", explica Brian Durance, uno de los organizadores del campamento.

La situación que se vive en estos pueblos de Florida y Michigan se reproduce en muchos otros lugares. Estos campamentos se han desparramado por 55 ciudades de Estados Unidos y representan una cruda realidad económica y social del país.

Esta semana, Obama presentó los últimos presupuestos. "Esto no es una lucha de clases. Esto se trata del bienestar de la nación", dijo en su alocución. Desde la oposición lo tildaron de populista por focalizar la presión fiscal sobre los más ricos. Pero él repitió el mismo mensaje que ya había dado en el discurso sobre el estado de la Unión: "queremos que todos tengan una oportunidad justa".

"Es un presupuesto dirigido directamente al corazón de la clase media", explica a BBC Mundo Michael Linden, director de política impositiva y presupuestaria del Centrefor American Progress.

"Se trata de hacer elecciones justas que beneficien no sólo a la gente que le ha ido fantásticamente bien en las últimas décadas, sino también a la clase media", expuso Obama.

Y remató su defensa de los presupuestos con una frase que calza perfecto en esta problemática estadounidense de los que viven en campamentos en las afueras de las ciudades.

Obama mencionó a "aquellos que luchan por entrar en la clase media". En Pinella's Hope, Ann Arbor y otras 55 ciudades de la Unión además de gente que quiere entrar, hay gente que quiere regresar, porque la crisis la ha echado.

"Millones de trabajadores alemanes, en su mayoría mujeres, podrían caer en la pobreza cuando se jubilen. Se trata de los 7 millones y medio de empleados en llamados minijobs, contratos precarios con un salario de 400 euros mensuales. 4,65 millones de estos precarios son mujeres, de las que más de tres millones carecen de otra fuente de ingresos. En el momento en que se jubilen, estas empleadas cobrarán pensiones cuyo valor actual no llega a los 200 euros mensuales"… Los "minijobs" abocarán a la pobreza a 4,6 millones de alemanas tras su jubilación (El País – 28/3/12)

Un informe del Ministerio de Trabajo publicado por el diario muniqués Süddeutsche Zeitung desvela que las cotizaciones a los fondos de pensiones públicos de los empleados de "minijobs" solo les darán derecho a 3,11 euros de pensión al mes por cada año trabajado. La edad de jubilación en Alemania son 67 años. Tras pasarse 45 años limpiando casas o sirviendo mesas y cotizando a la seguridad social, las precarias que carezcan de otra fuente de ingresos tendrán derecho a una pensión mensual de 139,95 euros.

El informe es la respuesta del Gobierno a una consulta parlamentaria del partido La Izquierda (Die Linke). La coalición de centro-derecha que preside Angela Merkel ha reaccionado anunciando planes para subvencionar directamente las pensiones más bajas a partir de 2013.

El mínimo de subsistencia para los ancianos alemanes varía según la región. Los jubilados cuyas pensiones no alcanzan el umbral de pobreza reciben ayudas sociales por parte del Estado. Estas ayudas a los jubilados alcanzan los 688 euros de media en todo el país. Hoy cobran estas ayudas el 3% de los jubilados. Se calcula que en 2015 serán ya el 10%.

Para el presidente de la Asociación Social de Alemania SOVD, Adolf Bauer, estas reglas no son más que un "parche de emergencia" para la mala situación de los jubilados: "La función de los fondos públicos no es paliar los efectos tardíos de unas políticas salariales antisociales". La vicepresidenta del sindicato gastronómico NGG Michaela Rosenberger pide que se introduzca un salario mínimo interprofesional de 8,5 euros por hora en toda Alemania. Los empleos precarios, dice, "son la vía directa hacia la pobreza" de los ancianos. Se puede puntualizar: las ancianas.

Este debate sobre la pobreza tras la jubilación se enmarca en uno más amplio sobre los minijobs y los empleos precarios en Alemania. La Federación Alemana de Sindicatos DGB ha pedido que se reforme el sistema actual de contratos, que permite a las empresas evitar casi todas las cotizaciones sociales cuando cubren sus empleos menos cualificados. Los empleados en minijobs no pueden cobrar más de 400 euros por trabajos a tiempo parcial. El Gobierno y la patronal hablan de "puerta de entrada al mercado de trabajo", pero los sindicatos y buen número de analistas denuncian el abuso de muchas empresas que usan los contratos de 400 euros para empleos a tiempo completo: pagan las horas extra en negro y se evitan desembolsar la seguridad social y las demás cotizaciones obligatorias en los contratos regulares.

Dos terceras partes de los empleados en minijobs son mujeres. No es de extrañar, por tanto, que el primer Informe de Igualdad encargado por el ministerio de Familia el verano pasado recomendara al Gobierno "la abolición de los minijobs".

"¿Están los mayores lastrando el futuro de las nuevas generaciones? El prestigioso economista británico John Kay, que dirige el grupo de asesores de David Cameron para reformar los mercados financieros, así lo cree. Es más, defiende en un crítico artículo que su generación (él nació en 1948) "debe devolver su buena suerte" a los más jóvenes"… "El único consuelo para las nuevas generaciones es que les vamos a dejar una casa" (El Economista – 28/3/12)

Kay, que fue catedrático de la London Business School y la Universidad de Oxford y que actualmente es profesor visitante en la primera, comienza recordando las buenas condiciones en las que vino al mundo.

Y es que acabada la II Guerra Mundial y la austeridad de posguerra, el Gobierno pagó sus estudios, enseguida encontró un empleo del que prácticamente era imposible que le echaran y después contó con un generoso sistema de pensiones y otros beneficios. Además, recuerda que adquirió una vivienda mediante una hipoteca que desapareció por el efecto de la inflación al tiempo que los impuestos fueron bajando.

Kay, que también es columnista del Financial Times, compara esa situación con la de las nuevas generaciones: tasas universitarias y coste de la vida creciente junto con un mercado laboral mucho más competitivo, con mucha menor seguridad laboral para la clase media y con pensiones menos generosas. Además de impuestos que suben y suben "en parte para el cuidado y el tratamiento que yo demandaré", explica Kay, que añade que "el único consuelo financiero para las siguientes generaciones es que les dejaremos nuestras casas".

El economista defiende que los jóvenes están aceptando esto con pocas objeciones a pesar de las protestas que ha habido. Por el contrario, "en 1968 marchamos para cambiar el mundo. Pero fallamos. Mis contemporáneos cambiaron sus ropas y comenzaron a trabajar en banca de inversión. Entonces, presidieron y se beneficiaron del mayor mercado alcista de la historia".

Kay defiende que la gente joven puede preguntar razonablemente a sus padres y a sus abuelos por qué una sociedad mucho más rica no puede dar a sus miembros los beneficios que dio a generaciones anteriores.

"Y no tengo una respuesta buena", asegura. El número de universitarios ha aumentado, lo que también dificulta las oportunidades de empleo para los jóvenes. "Debería responder que cualesquiera que fueran los sacrificios que hicieron mis padres y abuelos por nosotros, nosotros no estamos dispuestos a mostrar la misma generosidad ahora que estamos a cargo".

"La realidad no es que no podamos pagar, sino que no queremos pagar. Mucha gente siente nostalgia de su experiencia universitaria, pero no quiere dar fondos a la universidad. Miembros de mi generación que tuvieron seguridad laboral para sí mismos les dicen ahora a sus sucesores que no pueden esperar esa seguridad ni en el empleo ni en la jubilación. Las compañías que controla mi generación no quieren asumir los riesgos asociados con determinados esquemas de beneficios sociales, en gran parte porque hicimos las normas para asegurar nuestras propias expectativas", ataca con tono crítico Kay.

Por ello señala que habría que hablar de "equidad intergeneracional", una expresión fea pero importante. "La mayoría de los padres quieren que sus hijos tengan la oportunidad de tener una vida mejor que la suya. Pero cuando actuamos en conjunto, perseguimos nuestros propios intereses a costa de los de nuestros hijos y nietos: una paradoja bizarra".

Para concluir, Kay critica las recientes protestas por la subida de impuestos a los pensionistas ("mi generación ha desencadenado una ola de ira injustificable"), que en el fondo solo implica que los jubilados paguen impuestos en línea con lo que hace el resto de la gente.

"Los cinco días de disturbios en Londres y otras ciudades británicas en agosto de 2011 tuvieron sus raíces, entre otros factores, en la pobreza, la desmotivación, la falta de oportunidades y la ausencia de un entorno familiar sano"… Estudio sobre los motines británicos encuentra "500.000 familias olvidadas" (BBCMundo – 28/3/12)

Así lo constató el Panel de Comunidades y Víctimas de los Disturbios, un grupo de expertos establecido tras las revueltas de agosto del año 2011 para investigar sus causas, que además lanzó una advertencia sobre la mala influencia de la publicidad excesiva sobre los jóvenes.

Según el informe del Panel, que se publica este miércoles pero fue filtrado por la prensa el martes, 500.000 familias permanecen en el desamparo y el olvido del sistema social del Reino Unido.

La falta de cuidado de los padres, la incapacidad del sistema judicial para evitar la reincidencia y la escasa confianza en la policía son algunas de las causas que se señalan para explicar el estallido de violencia que extendió el caos por las calles británicas durante unos días.

En las revueltas hubo un total de cinco víctimas mortales y se cree que hasta 15.000 personas participaron en las protestas.

La muerte de Mark Duggan

La mecha que prendió la violencia fue la muerte de Mark Duggan en el barrio londinense de Tottenham el 4 de agosto de 2011 por un disparo de la policía, que intentaba arrestarlo.

En un primer informe, el Panel señaló que las primeras revueltas surgieron por el manejo que hizo la policía de la muerte de Duggan.

Ahora, los investigadores van más allá y apuntan a causas profundas para explicar la crisis: "Las familias no reciben el apoyo que necesitan".

El portavoz y presidente del panel, Darra Singh, subrayó que "tenemos que involucrar a todo el mundo en la sociedad. Hay gente que se está agolpando en el fondo, personas incapaces de cambiar sus vidas. Cuando la gente siente que no tiene un motivo para mantenerse al margen de líos, las consecuencias para las comunidades pueden ser devastadoras. Las causas de los disturbios fueron complejas y no hay una cosa única que pueda evitar que ocurran de nuevo".

Medidas disuasorias

Los investigadores que forman el Panel realizaron entrevistas en distintas comunidades británicas afectadas por el desempleo y la criminalidad juvenil. Gran parte de los entrevistados achacan las revueltas a los malos cuidados de los padres.

"Hay jóvenes en las calles de Salford, Manchester, Birmingham y más allá que les dirán que el desempleo es una trampa de la que no pueden escapar. Sin embargo, hay gente en esos barrios que insisten en que esos mismos jóvenes no hacen lo suficiente para ayudarse a sí mismos", sostiene el periodista de la BBC, Chris Buckler, en una observación que muestra la complejidad de esta cuestión.

En un intento por prevenir futuros conflictos, desde el Panel se hace un llamado al sistema de justicia penal para que no sólo se castigue a aquellos que cometan un delito sino para que se combata la reincidencia.

Chris Buckler explica que el dueño de una tienda de Manchester que fue seriamente dañada durante las revueltas apuntó a los antecedentes criminales de muchos de los jóvenes detenidos en los disturbios.

"El crimen es su empleo", le dijo al periodista.

Supervisión de las escuelas

El Panel recomienda que las escuelas que fracasen en el intento de mejorar las tasas de alfabetización de los alumnos de acuerdo a los estándares mínimos paguen una penalización.

Los centros educativos tienen que demostrar cómo están construyendo la personalidad de los alumnos y ser capaces de ofrecer consejo profesional o académico a cada niño y adolescente.

David Lamy, parlamentario del Partido Laborista en Tottenham, dijo que le parecía un poco injusto ese enfoque sobre las escuelas pero aclaró que prefiere esperar a ver el informe completo.

"Por supuesto que hay temas en nuestras escuelas, pero es fácil, cuando las cosas van mal, señalar a una institución grande y decir que las escuelas deberían hacer más.

"Yo pondría más énfasis en la vida de familia, en los padres y la comunidad", manifestó.

Presión de la publicidad y las marcas

Recomendaciones del Panel

•Las autoridades locales deberían seguir con atención a aquellos jóvenes que, a partir de los 11 años, estén en riesgo de estar desempleados

•El gobierno debe nombrar a un "mediador independiente" que modere un diálogo entre las grandes marcas y el gobierno sobre cómo proteger a los menores de una publicidad excesiva

•Los jóvenes delincuentes deben tener un mentor cuando terminen sus sentencias de cárcel

•Los servicios policiales deberían hacer más para desmitificar algunas cuestiones que afectan a la imagen que la gente tiene de la integridad de las autoridades, especialmente en temas como la muerte de hombres negros bajo custodia policial

•Los servicios policiales deben revisar sus procedimientos de denuncia

•También le exige al gobierno tener un papel más importante y "ofrecer una garantía de trabajo para todos los jóvenes que han estado desempleados durante dos o más años"

La pobreza y el desempleo no sorprenden a nadie como causas para explicar el descontento social. Un elemento sorprendente de esta investigación, es la responsabilidad que se atribuye a las marcas y la publicidad como factores desencadenantes de inestabilidad.

Así, el 85% de los encuestados por el Panel opinó que "la publicidad presiona a los jóvenes para que compren los últimos productos". Esto explicaría, en parte, las imágenes de jóvenes saqueando tiendas durante los disturbios y llevándose pantallas planas de televisión o lo último en tecnología.

En este sentido, el director de políticas de Children"s Society, Enver Solomon, dijo: "Sabemos por nuestro trabajo que hay una relación significativa entre la privación material de un niño y su satisfacción general con la vida".

Críticas por la filtración

Singh lamentó la publicación adelantada de los resultados del grupo y aseguró que esto impidió una perfecta conclusión de sus trabajos.

Además, en su opinión, se ha hecho un daño a todas las personas que fueron entrevistadas para hacer el estudio, puesto que merecían una amplia audiencia que ahora se verá alterada por la filtración mediática.

"Nuestra atribución era darle voz a las comunidades y las víctimas de los disturbios de agosto. Esta filtración afectó nuestra capacidad de asegurar que reciban la audiencia más amplia posible", aseguró.

"Hace poco menos de seis años Irlanda podía presumir de ser la economía más activa de la Eurozona. Crecía por encima del 6% y tenía una de las mayores rentas per cápita de toda Europa. La inversión extranjera fijaba la mirada en el país antes que en ningún sitio debido al atractivo de su impuesto de sociedades, empresas de todo el mundo se establecían en masa en el país… Hasta que la crisis terminó por amedrentar al Tigre Celta"… El avance de Irlanda: de la construcción a la granja… cobrando un 65% menos (El Economista – 20/4/12)

Irlanda se convirtió en uno de los primeros países del euro en entrar en recesión. Pero, además, el estallido de la burbuja inmobiliaria y un nivel de desempleo en continuo aumento terminaron por hundir a un país que no tuvo más remedio que pedir el rescate internacional en noviembre de 2010. El afán del Gobierno por salvar las principales entidades bancarias tampoco ayudó mucho a las maltrechas cuentas públicas.

Hubo un tiempo en que Michael Brennan se embolsaba hasta 1.000 euros a la semana como carpintero. Fue durante el auge del sector inmobiliario en Irlanda. Pero tras el estallido del sector, Brennan se quedó sin trabajo, según el testimonio que recoge "The Wall Street Journal".

Después de tres años sin conseguir un puesto estable, ha decidido forjarse un futuro bien distinto trabajando en el tratado de productos cárnicos. Su paga: 350 euros a la semana. Son 1.400 euros al mes, más de lo que ganan muchos, pero también un 65% menos de lo que estaba acostumbrado a ingresar.

Un pequeño ejemplo

Pero Brennan es solo una pieza de un puzzle formado por una gran masa de trabajadores que se ha tenido que reinventar en una de las economías más afectadas de la Eurozona y bajo un rescate internacional. Cuatro años después de que la crisis financiera acobardara al "Tigre Celta", la tasa de paro alcanza el 14,7%, por encima del nivel registrado en el peor año de la crisis, 2009.

La falta de perspectivas laborales ha provocado una salida masiva de irlandeses en busca de un puesto de trabajo, en especial de los recién licenciados. Y aunque el país ha hecho mucho por reconducir sus finanzas públicas, la mayoría de analistas piensa que serán necesarios varios años para que la economía y el mercado de trabajo registren niveles previos a la crisis.

El país no ha tenido más remedio que recuperar parte de la competitividad perdida mediante la reducción de salarios en términos reales. Para los ciudadanos eso se ha traducido en recibir menos dinero por un trabajo similar. Muchos no han tenido más remedio que cambiar de empleo ganando menos, tras los años de aumentos salariales que siguieron a la adopción del euro.

El gobierno irlandés ha respondido en parte a esta situación con un programa de "reconversión". Las personas que un día se ganaban la vida en sectores como la construcción, la hostelería o el comercio están siendo formadas para hacerse cargo de los trabajos que en algún momento desarrollaron sus padres y sus abuelos.

En cualquier caso los fondos para estos programas son limitados. A cambio del rescate, Irlanda debe seguir una rígida dieta de austeridad, controlando los fondos públicos disponibles para formación y educación.

La velocidad de recuperación de Irlanda depende de lo rápido que se puedan reubicar a trabajadores en paro en industrias que pueden ayudar a reflotar la economía irlandesa -centrada en exportaciones de tecnología, agricultura e industria farmacéutica, por ejemplo.

De esta forma, el gobierno irlandés trabaja para formar a miles de trabajadores a través de múltiples programas y subvenciones. "Es la única forma que la economía de Irlanda se recupere y se estabilice", explica el ministro irlandés de Protección Social, Joan Burton, en declaraciones al WSJ.

Cifras para el pesimismo

Sin duda, el panorama es desolador. Aproximadamente el 60% de las personas sin empleo, cerca de 182.100 parados, lo son de larga duración, o que significa que llevan sin trabajar como mínimo un año. En 2010 eran la mitad y en 2009, tan solo una tercera parte.

Como ha ocurrido en España, el sector de la construcción ha sido el más afectado de todos. Hoy emplea a 107.600 personas, frente a las 270.000 de 2007, según la Oficina de Estadística de Irlanda. Alrededor de una de cada cuatro personas en paro trabajaba para la construcción o similares.

Muchos de ellos ganaban hace apenas cuatro años más de 1.500 euros a la semana, explica Stephen O'Shea. Él era uno de ellos, pero perdió su puesto de trabajo en 2010. Ahora se ha matriculado para cursar un grado de horticultura.

En época de bonanza, O'Shea destinó buena parte de sus ahorros a comprarse una vivienda y a pagar los estudios de su esposa. Pero otros fueron menos prudentes. Ante la facilidad para obtener un préstamo y con unos ingresos elevados, muchos irlandeses compraron hasta una segunda vivienda. Como resultado, la deuda de las familias suponía el 124% del PIB a mediados del PIB a mediados de 2010.

La disminución del nivel de vida es algo que la mayoría de desempleados irlandeses ha llegado a aceptar después de meses sin trabajar. Pero prefieren un trabajo que nunca pensaron que iban a desarrollar y menor remunerado antes de estar en paro.

"Cada día un pequeño empresario y un trabajador se quitan la vida agobiados por las deudas y la falta de expectativa para superar las dificultades"… La crisis cercena vidas en Italia (El País – 21/4/12)

Si hay una palabra prohibida, esa es suicidio. Mucho más para las sociedades -como la italiana, como la española- que desde siglos han vivido a la sombra ética y estética de la religión. A pesar de que a los suicidas siempre se les negó un lugar en el cielo, en el camposanto y en los periódicos, los italianos se están quitando la vida por motivos económicos. A un ritmo de dos al día. Un pequeño empresario y un trabajador se sienten empujados diariamente a las vías del tren o a la horca por la desesperación que les provoca la crisis. No se llega todavía al récord espantoso de los griegos -1.725 suicidios en los dos últimos años-, pero la progresión es tan alarmante que hasta el primer ministro Mario Monti, tan católico, nombró al diablo por su nombre. "Todos los días luchamos para evitar caer en el dramático precipicio de Grecia, con tantos empleos perdidos y tantos suicidios", dijo. No hablaba, por una vez, de la dichosa prima de riesgo o del déficit de las cuentas públicas. Hablaba por fin del coste humano. De Vicenzo, de 28 años, o de Roberto, de 62, que se ahorcaron agobiados por las deudas. O de Mario, de 59, que huyó de la crisis pegándose un tiro en el pecho.

La situación es tan dramática que, la noche del pasado miércoles, pequeños empresarios y trabajadores acudieron con velas al Panteón para exigir en silencio: "No más suicidios". Unas horas antes, el propio Monti había admitido públicamente que la crisis está imponiendo "un precio altísimo a las familias, a los jóvenes, a los trabajadores… A veces con experiencias que se cierran en la desesperación". En los últimos meses, raro es el día que los periódicos italianos no traen la noticia de un pequeño empresario que se arroja a las vías del tren, de un trabajador autónomo o de un desempleado que se ahorcan agobiados por las deudas y la falta de salida. Según Giuseppe Bortolussi, secretario general de Cgia di Mestre, una asociación de artesanos y pequeñas empresas, "para muchos de los que optan por quitarse la vida, el suicidio es un gesto de rebelión contra un sistema sordo e insensible que no acierta a entender la gravedad de la situación. Es un verdadero grito de alarma lanzado por quien ya no puede más".

Hay un dato que a Bortolussi se le antoja dramáticamente representativo. De los 23 suicidios de pequeños empresarios registrados en el primer cuatrimestre de 2012, el 40% pertenece al Veneto, la región del noreste de Italia que siempre ha sido un motor de desarrollo económico basado en la pequeña y mediana empresa. Los llamados "suicidios económicos" están provocados por un cóctel fatal formado por los rezagos de la vieja Italia y la nueva crisis global. "La lentitud de la burocracia, la dificultad para tratar con bancos y administraciones", según se puso de manifiesto a la vera del Panteón, "se unen ahora a empresas endeudadas, pagos que se retrasan y jamás llegan… El pequeño empresario se ve abocado a despedir a personas con las que ha trabajado toda la vida, a verdaderos amigos, incluso a familiares… Intenta aguantar hasta que un día ya no puede resistirlo y…" Todo parece indicar que la situación seguirá agravándose. De ahí que al menos cinco asociaciones -desde Cáritas a organizaciones empresariales- ya hayan puesto en marcha servicios de ayuda psicológica a emprendedores y trabajadores en apuros. La más representativa, la que solo con el título lo dice todo, se creó el pasado lunes en Vigonza, en la provincia de Padua, a 25 kilómetros al oeste de Venecia. Su nombre: "Asociación de familiares de empresarios suicidados".

El horizonte es muy oscuro. Sobre la mesa se van agolpando informes, el uno más pesimista que el otro. En los últimos tres meses, 146.000 empresas italianas echaron el cierre. Y el temporal no ha pasado. Según la asociación de comerciantes, 2012 será el peor año de la crisis y, según el Gobierno, hasta 2013 no se quebrará la tendencia. Desde el punto de vista del consumo, no se estaba tan mal desde los años de la posguerra. La mitad de las familias, dicho por el propio Monti, tienen problemas para salir adelante. Si en junio de 2011, el 28% de los italianos aún conseguía ahorrar algo al mes, ahora solo es un 9%. El 87% ya ha recortado en la cesta del supermercado y ya hay más de un millón y medio de familia abocadas a la caridad. No sería extraño, por tanto, que los datos de suicidios que arroja el último estudio de Eures -el portal europeo de la movilidad profesional- se llegaran a agravar: durante 2010 se suicidaron 362 desempleados y 336 empresarios o autónomos. Y eso que, entonces, ni la economía estaba tan mal ni existía todavía en Italia una nueva clase de desheredados, esos que aquí llaman esodati.

Vincenzo Sgroi es uno de ellos. Su caso ilustra muy bien la angustia de muchas familias. Es uno de los 500 prejubilados de La Posta, el servicio de correos que también actúa como caja de ahorros. Aceptó renunciar a la indemnización de 70.000 euros que le ayudaría a llegar hasta la jubilación a cambio de que uno de sus hijos tuviera la oportunidad de colocarse, fijo, en la empresa pública. Un sistema muy discutido por los sindicatos, que lo consideran medieval. En tanto, fueron llegando la crisis primero y el Gobierno de Monti después. Vincenzo se encontró con que el puesto fijo de su hijo es solo a tiempo parcial -15 días trabajando y 15 en casa- y que el sueldo no llega a los 700 euros. Pero lo más grave es que la reforma de las pensiones puesta en marcha por el nuevo Gobierno le ha alejado el horizonte de la jubilación. Cuando aceptó la prejubilación, solo le quedaba un año para jubilarse; ahora le quedan cuatro… Toda la impotencia se refleja en su rostro, en su pregunta: "¡¿Qué hago yo ahora?!"

Él y otros 65.000 prejubilados -350.000 según los sindicatos- creían que habían llegado por fin a la orilla de la tranquilidad y ahora se encuentran a tres o cuatro años de la costa, en aguas más frías y más profundas que nunca, sin fuerzas para aprender a nadar, con la vida arruinada. Todo el sufrimiento que se reúne en las ojeras de Vincenzo, toda la sensación de haber sido estafado, se convierte en un factor de riesgo. Es el grito de Italia contra la crisis. Un grito dramático. El disparo de una escopeta puesta del revés. El silbido de un tren que se acerca en medio de la noche…

"Los Países Bajos, hasta ahora una de las economías más estables de Europa acaba de ver la caída de su gobierno como consecuencia del peso de la crisis y de los recortes y se enfrenta a un aumento de personas que viven al límite"… La pobreza que puso en jaque a un gobierno (BBCMundo – 24/4/12)

El colapso del gobierno de Mark Rutte, que buscaba recortar US$ 21.000 millones para alcanzar el objetivo de déficit del 3% impuesto por la Unión Europea, es la cima de una pendiente de problemas que no sólo está afectando a la economía del país sino al día a día de muchos holandeses que luchan contra las dificultades derivadas de la crisis.

Rutte renunció ante la falta de apoyo del ultraderechista Partido de la Libertad, que calificaba los recortes de desmesurados.

Pero, detrás de esta crisis política, las filas de desempleados y familias de escasos recursos crecen silenciosamente desde finales del año pasado. Según los comedores públicos de Ámsterdam, el número de personas que acude a pedir sus servicios creció en un 10% mensual en los últimos cinco meses.

Ahora, más de 60.000 personas dependen de los comedores sociales en todo el país.

El hambre no es un concepto que se asocia con una de las economías más fuertes de Europa. Sin embargo, las medidas de austeridad adoptadas por el gobierno están teniendo un impacto social que muchos califican de dramático.

Los Países Bajos están en recesión y el desempleo afecta a un 6% de la población, el nivel más alto en seis años. Pero, a pesar de que esta cifra es baja en comparación de la de otros países de la eurozona -como España, donde supera el 20% o Francia, donde ronda el 10%-, uno de cada seis hogares tiene dificultades para cubrir los gastos de la compra semanal.

1.300 familias a la semana

En uno de los cinco comedores públicos que tiene Ámsterdam, un grupo de voluntarios corre frenéticamente de un lado al otro organizando cajas con donaciones de alimentos. Es temprano y tienen que dejarlo todo listo antes de que el lugar se llene de gente.

Durante los últimos meses, el centro ha experimentado una afluencia de público sin precedentes.

"La demanda ha ido creciendo durante un tiempo pero en los últimos meses se ha desbordado. Estamos atendiendo a unas 1.300 familias a la semana", comentó a la BBC Piet van Diepen, del Banco de Alimentos de Ámsterdam.

"Estamos viendo los efectos de la crisis. Estas personas no tienen trabajo, tienen poco dinero y muchas deudas. El gobierno además está reduciendo las prestaciones sociales, así que tienen que venir aquí", agrega van Diepen.

"A veces sólo hay lechuga"

Petra es una de las primeras en entrar en la sala. Cargando dos grandes bolsas de compra explora el interior de las cajas.

"Esta es una buena semana. Hay gran cantidad de galletas, frutas, verduras para los macarrones o los espaguetis, de manera que es maravilloso. A veces sólo hay lechuga", detalla a la BBC.

Petra lleva tres años acudiendo al banco de alimentos.

"Gano € 50 (US$ 65) a la semana. Con ese presupuesto es imposible alimentar a una familia. Si no fuera por las donaciones tendría que dedicarme a robar porque de lo contrario no comeríamos", detalla mientras llena de alimentos sus bolsas gastadas.

"Hay mucha pobreza en Holanda, pero está escondida", señala.

Los efectos de la austeridad

A pocos kilómetros del banco de alimentos se encuentra uno de los bares de moda de Ámsterdam, Basis Bar.

El lugar está repleto de comensales decididos a no dejar que la crisis económica altere sus agendas sociales.

Al bar se puede llevar comida para calentar en hornos microondas de forma gratuita. Lo único que hay que pagar es la bebida.

Una pizza de mozzarella y rúcula da vueltas en el microondas detrás de la barra, mientras que Sophie saca de una bolsa la ensalada que compró en el supermercado.

"Es demasiado caro comer fuera pero esto es genial porque no gastas mucho. La ensalada me costó € 5 (US$ 6,5) cuando en un restaurante normal puede costar el doble o el triple", comenta.

Basis no fue diseñado específicamente para beneficiarse de la caída financiera, pero el propietario, Michiel Zwart, ha notado un aumento de la clientela.

"La gente no tiene dinero extra para comer fuera. Lo que tratamos es que todavía se pueda salir con amigos sin tener que pagar un precio muy alto por la comida", explica a la BBC.

"Hay gente que trae enormes ollas de sopa hechas en casa. Se calientan unos bocadillos en el horno y tienes una buena cena a un presupuesto muy bajo", agrega.

El bar también permite que los clientes laven sus platos.

Cocina de supervivencia

En el otro lado de la ciudad, Denise Dulcic, de 32 años de edad, cocina sin parar frente a una estufa caliente.

Denise cocina más de lo que necesita para luego venderlo.

"¿Salir a comer? Olvídate", exclama sonriendo.

Cuando el gobierno holandés redujo los fondos para la educación especial, Denise perdió su trabajo como psicóloga de niños y desde entonces no ha podido encontrar un puesto.

"Ahora cocino para sobrevivir. Tengo experiencia y cualificación para otro tipo de trabajos pero no hay", detalla.

Denise se gana la vida con un sistema denominado Tweetje Mee (mesa para dos), que permite a muchos holandeses cocinar su comida y luego vender lo que sobra sin necesidad de tener un local o un restaurante.

Ella combina la cocina con terapias pero admite que vive al día.

"Es un muy difícil reunir el dinero para pagar el alquiler. La gente tiene miedo por la crisis. Me gusta cocinar pero ahora lo hago porque es mi única manera de sobrevivir", subraya.

"Michael Brennan llegó a ganar hasta US$1.300 a la semana como carpintero instalando techos durante el auge de la construcción en Irlanda. Pero después de casi tres años sin un empleo estable, el hombre de 29 años está empezando de nuevo en un frigorífico donde trata de labrarse un nuevo, y menos lucrativo, futuro"… Irlanda apuesta el futuro de su economía a una transformación de su fuerza laboral (The Wall Street Journal – 27/4/12)

Brennan está inscrito en un curso de capacitación en el que está aprendiendo a extirpar huesos de bloques sangrientos de vacas. Al final, espera conseguir un empleo en una procesadora de carne, donde probablemente ganará unos US$ 460 a la semana.

Brennan forma parte de una reinvención de la fuerza laboral de Irlanda, uno de los países más golpeados por la crisis de la zona euro. Cuatro años después de que el otrora "Tigre Celta" fuera víctima de la crisis financiera global, la tasa de desempleo asciende a 14,6%, más alta que la registrada en 2009, cuando la crisis arreciaba, y el país ha vuelto a caer en recesión.

La cantidad de deudores hipotecarios en mora o en cesación de pagos ha llegado a nuevos picos y el país experimenta el mayor éxodo en década. Se estima que unas 78.400 personas dejaron Irlanda el año que finalizó en abril de 2011, un alza de 16,9% frente al año previo, de acuerdo con la Oficina Central de Estadísticas.

La Isla Esmeralda ha capeado repetidas crisis económicas y olas de emigración, particularmente durante la Gran Hambruna Irlandesa en la década de 1840.

La última crisis económica se ha convertido en una de las pruebas más severas en la historia moderna del país. Incluso si logra superar rápidamente sus actuales problemas, que en opinión de los economistas es poco probable, pasarán años antes de que la economía y el mercado laboral alcancen los niveles previos a la crisis.

Debido a que está atada al euro, Irlanda no ha podido devaluar su moneda como lo hacía antes de integrarse a la unión monetaria. Así que para recuperar su competitividad en relación con el resto del mundo el país ha recurrido a una medicina más amarga: reducir los precios de los bienes y la mano de obra en términos reales. Para muchos, eso significa un menor sueldo por un trabajo similar o el cambio a un trabajo con menor salario.

El gobierno irlandés ha respondido en parte con un programa masivo de recapacitación. Las personas que forjaron carreras y cómodos estilos de vida en sectores como la construcción, hospitalidad y minorista están siendo entrenadas para trabajos que alguna vez desempeñaron sus padres o abuelos, en industrias como la agrícola o la de procesamiento de carne.

Para muchos, es un ajuste doloroso, con la promesa de una existencia más sombría y un trabajo menos emocionante.

"Es muy degradante llegar a un lugar y ver lo que están ofreciendo", señala William Montgomery, quien durante 17 años trabajó en el hotel cinco estrellas Westbury de Dublín antes de renunciar, junto con muchos otros empleados, a cambio de un paquete de indemnización. Montgomery buscó trabajo en otros hoteles, pero solo encontró posiciones que pagaban el mínimo de 8,65 euros la hora, casi la mitad de lo que ganaba. Ahora, está recibiendo capacitación para trabajar en un centro de llamadas o como guardia de seguridad.

La velocidad de la recuperación de Irlanda depende en parte de lo demore en ubicar a los desempleados en las pocas industrias destinadas a sostener la economía, es decir, los sectores enfocados a las exportaciones como el tecnológico, el farmacéutico y el agrícola.

Con ese fin, el gobierno está volviendo a capacitar a miles de desempleados a través de infinidad de programas y becas. "Es un elemento vital en el mosaico que busca poner a Irlanda en el camino de la recuperación y estabilizar su economía", apuntó Joan Burton, la ministra de Protección Social.

Sin embargo, los expertos dicen que los programas de entrenamiento pueden acelerar una recuperación en marcha, pero no generarla. Para eso, Irlanda necesita crecer. "Existen muchos menos empleos disponibles que la oferta de mano de obra", dice Alan Gray, director ejecutivo de la consultora de Dublín Indecon International Economic Consultants. "La recapacitación es una buena idea, pero no creo que vaya a resolver el problema del desempleo".

Irlanda ha sido el país más golpeado por la crisis europea, aparte de Grecia. El colapso frenó en seco dos décadas de auge económico que empezó con un alza de las exportaciones en los años 90 y continuó con una burbuja inmobiliaria épica e insostenible que se infló gracias a los préstamos sin control.

El estallido fue devastador. La recaudación tributaria se desplomó. Bancos de envergadura colapsaron. Para fines de 2010, el gobierno se había quedado sin dinero. El país aceptó un paquete de rescate de 67.500 millones de euros liderado por el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea.

Desde entonces, el desempleo ha subido. La meta de los programas de capacitación es reducir la cantidad de tiempo que los irlandeses pasan sin trabajo o sin educación activa. Mientras más tiempo pase alguien desempleado, menor es la probabilidad que vuelva a ingresar a la fuerza laboral.

El desempleo a largo plazo, definido como una persona que ha estado sin trabajo por un año o más, se está agravando. Cerca de 60% de los desocupados irlandeses, o unas 182.100 personas, fueron puestas en esta categoría a fines del año pasado, frente a casi 50% en 2010 y 33% en 2009. Irlanda tiene el segundo nivel más alto de desempleo a largo plazo de 30 países que estudió la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, OCDE, después de Eslovaquia.

La cruzada por volver a capacitar a los desempleados irlandeses plantea una prueba para Europa. Irlanda tiene una fuerza laboral más educada y flexible que otros países en problemas de la zona euro. Si el país no puede resolver sus problemas, es una mala señal para España y Portugal.

Muchos irlandeses están resolviendo el problema emigrando a países como Canadá, Australia o Nueva Zelanda. Brennan, el carpintero, dice que consideró irse a Australia, donde está su hermano, pero el final no pudo. "Soy el único que queda en casa y mi novia está a cargo de sus padres", relata.

El gobierno también está tratando de inculcar a sus trabajadores las habilidades para trabajar en las multinacionales que ha atraído con incentivos fiscales, como Google, Pfizer y Facebook.

Pero esta tarea es más complicada de lo que parece. Google, por ejemplo, ha tenido problemas para encontrar personal bilingüe en Irlanda, donde un segundo idioma no es obligatorio en el colegio.

De todas formas, la ministra Burton indica que cada empleo que una multinacional lleva a Irlanda, crea hasta tres en otros sectores de la economía.

"La crisis ha disparado el abandono de niños en Grecia. Cada vez son más padres los que dejan a sus hijos a las puertas de una ONG infantil por no tener recursos para darles de comer"… Se dispara un 300% el abandono de niños en Grecia (Geceta.es – 4/5/12)

La cara más desconocida de la debacle griega.

Desde la ONG Children Grecia aseguran que jamás han visto nada parecido. En el último año han tenido 380 solicitudes de padres que les han pedido que se hagan cargo de sus hijos. Un 300% más que hace un año.

En esta ONG han pasado de acoger a chicos problemáticos a pequeños cuyos padres en paro y sin recursos no puede ni alimentarles. Después de 5 años de recesión, los griegos están viviendo su peor pesadilla, en un país con 11 millones de personas, 3 millones son pobres, y el trabajo infantil ha vuelto a reaparecer.

En total se estima que unos 100.000 menores trabajan para llevar algo de dinero al hogar. Cada vez hay más gente viviendo en las calles y enfermedades como la malaria, la tuberculosis o el sida han vuelto con fuerza.

El domingo se celebraran las primeras elecciones desde el colapso financiero de 2009, todo apunta a que los griegos castigaran con su voto a los partidos mayoritarios por los drásticos recortes.

"Un ciudadano de 61 años ha puesto fin a su existencia con una nota en la que se refiere a la situación económica como causante de su decisión: "Espero que mis nietos no nazcan en Grecia", decía"… Nuevo suicidio en Atenas con una nota que acusa a las deudas (Vozpópuli – 31/5/12)

Un pensionista griego ha sido hallado ahorcado a finales de mayo (2012) en el parque ateniense Agios Filipos al lado de una nota de suicidio en la que se hace referencia a su situación económica como causa del suicidio, según ha informado el portal griego "Athens News".

"La Policía no me conoce. Nunca he tocado la bebida en mi vida. Nunca he soñado con mujeres ni con drogas y nunca he estado en una cafetería. Solo trabajé todo el día. Pero cometí un crimen horrendo: me hice profesional a los 40 años y me hundí en las deudas", dice la nota.

"Ahora soy un idiota de 61 años y tengo que pagar. Espero que mis nietos no nazcan en Grecia, ya que no habrá griegos a partir de ahora. Dejemos que aprendan otro idioma, porque el griego será borrado del mapa a no ser que haya un político con el valor de (la ex primera ministra británica Margaret) Thatcher para ponernos firmes a nosotros y al Estado", agrega.

Los vecinos del fallecido le han descrito como un hombre muy trabajador que estuvo empleado en la reparación de barcos y en diversos puestos de construcción. En la última etapa de su vida trabajó como electricista en un barco mercante.

Los casos aumentan

A mediados de mayo (2012), un hombre de 60 años y su madre, de 90 años de edad y enferma de Alzheimer, se suicidaron en Atenas tras saltar desde el tejado de un edificio de cinco plantas, según los medios locales, que apuntaron que la familia atravesaba dificultades económicas.

Los testigos relataron que madre e hijo saltaron al vacío, cogidos de la mano, poco después de las ocho de la mañana. Ambos vivían en el primer piso del edificio, situado en el barrio ateniense de Metaxourgio.

El hombre fue identificado como Antonis Perris, músico de profesión. Según los vecinos, la familia atravesaba dificultades económicas y, de hecho, Perris relató recientemente en su blog que llevaba 20 años cuidando de su madre.

Paralelamente al empeoramiento de la crisis en Grecia, ha aumentado también el índice de suicidios. El mes pasado, el jubilado Dimitris Christoulas, de 77 años, se quitó la vida en la plaza Sintagma de Atenas, en una acción que captó la atención internacional y generó nuevas movilizaciones sociales.

"Los riesgos derivados del empeño institucional por reducir la brecha digital lo más rápidamente posible ha ocasionado una serie de negativos efectos secundarios en los que no se había puesto el foco hasta ahora. Se trata de la elevada exposición de los niños a los aparatos tecnológicos. Los ordenadores acaban absorbiendo a los más pequeños restándoles tiempo para dormir, estudiar o socializarse". Los pobres (y por eso lo son) pasan mucho tiempo jugando con la consola (El Confidencial – 4/6/12)

Lo más curioso es que estos malos hábitos son más comunes entre los hijos de familias con un bajo nivel socioeconómico, según se desprende de una investigación que ha publicado la Káiser Family Foundation. Si se incluye también la televisión, los niños estadounidenses con menos recursos dedicarían 90 minutos más al día que el resto. En 1999, la diferencia era tan sólo de 16 minutos.

Los hijos de personas sin estudios superiores pasan enfrente a las pantallas una media diaria de once horas y media, según los estadísticas de Kaiser Family Fundation, lo que supone un aumento de más de cuatro horas y media con respecto a los últimos datos de hace una década. Hay que tener en cuenta que la metodología utilizada suman las horas de actividades multitarea, es decir, si se ve la televisión y se navega al mismo tiempo, se duplican los minutos contabilizados.

El entretenimiento se impone sobre la pedagogía

La base del problema por el consumo excesivo de tecnología es que "a pesar del potencial educativo de los ordenadores, este uso es minúsculo en comparación con el empleo para el entretenimiento", según explica el director del estudio, Vicky Rideout.

Estas conclusiones intentan llamar la atención de las instituciones volcadas en romper la brecha digital, pues se pervierten los objetivos y en lugar de ayudar a las familias con menos recursos para que accedan a internet, se acentúan sus problemas con una mayor tasa de fracaso escolar y rompiendo la capacidad de establecer vínculos relacionales.

Uno de los participantes en el estudio, Marky Cook, de 12 años, perteneciente a una familia de clase baja tiene dos ordenadores portátiles en casa, una Xbox 360, una Nintendo Wii y un Smartphone. Todo ello para pasar la mayor parte de su tiempo en Facebook y YouTube, enviar mensajes de texto a sus amigos y jugar a videojuegos. "Los lunes cuando voy a clase estoy muy cansado porque el fin de semana me puedo pasar despierto hasta las siete de la mañana", admite Cook. Como consecuencia directa, sus calificaciones escolares han descendido de manera drástica. Definitivamente, el acceso a la tecnología no es sinónimo de desarrollo ni de igualdad de oportunidades, sentencia Laura Robell, directora de la escuela Elmhurst Community Prep en Oakland.

La necesidad de una supervisión tecnológica adecuada

La reducción de la brecha digital provoca un aumento exponencial de la "brecha del tiempo perdido". Una situación que refleja la incapacidad de los padres menos formados a la hora de controlar y limitar el acceso de los niños a la tecnología, añade Robell.

La necesidad de alfabetizar digitalmente a los padres se convierte en una estrategia crucial para no seguir alimentando las diferencias de clase entre los más pequeños puesto que la tecnología no es neutral y su uso incorrecto deriva en problemas difíciles de corregir en el futuro si no se atajan con premura.

La capacitación tecnológica de los padres es vital. Los expertos incluso recomiendan que no se deje a los menores utilizar redes sociales si no se saben monitorizar para controlar con quién se relacionan y cómo. Además, también aconsejan filtrar ciertas páginas web con contenido violento o pornográfico. Sin embargo, todavía existen muchos padres que ni siquiera han oído hablar de una webcam en su vida.

"Actualmente, no hay duda de que la inteligencia se hereda: es más probable que los adultos inteligentes tengan hijos inteligentes. Sin embargo, en los años 70, sugerir que el coeficiente intelectual (CI) podía heredarse era una herejía intelectual, que podía castigarse con el equivalente a la hoguera"… La inteligencia se hereda, siempre y cuando la familia no sea pobre (The Wall Street Journal – 1/7/12)

Más que cualquier otra evidencia, fue el estudio de gemelos lo que produjo el cambio. Born together – Reared Apart (algo así como Nacidos juntos, criados por separado), un nuevo libro de Nancy L. Segal sobre el Estudio Minnesota de Gemelos Criados por Separado (Mistra, por sus siglas en inglés), narra la historia del cambio. En 1979, Thomas Bouchard de la Universidad de Minnesota leyó un informe en un periódico sobre gemelos del estado de Ohio, que tras ser separados al nacer habían sido reunidos. Resultó que ambos poseían hábitos misteriosamente similares. Bouchard comenzó a reunir historias clínicas de gemelos criados por separado y a invitarlos a Minneapolis para estudiarlos.

Para 1990, Segal y otros médicos estaban listos para publicar sus resultados en la revista Science. Para entonces habían medido el CI de 48 pares de mellizos o gemelos criados por separado y 40 pares de mellizos o gemelos criados juntos. Los primeros eran 69% similares en CI, comparado con 88% en el caso de los segundos, en ambos casos una semejanza mucho mayor que para cualquier otro par de individuos, incluso hermanos. Otras variables además de la genética, como posesiones materiales en el hogar, tenían poca influencia, y tampoco importaba el grado de contacto social entre los hermanos en cada par asociado con su similitud en CI.

El ensayo atrajo abundantes críticas, y durante años hubo una silenciosa campaña para desacreditar el estudio Mistra al afirmar que se basaba en anécdotas, que subestimaba el contacto entre gemelos, que no tomaba en cuenta una tendencia que tienen los mellizos reunidos a exagerar sus similitudes o asumía muy poca semejanza entre las familias que adoptaron a los gemelos.

Sin embargo, como afirma Segal, los científicos del Mistra fueron meticulosos al abordar estos y otros puntos.

Hoy, un tercio de un siglo después de que comenzara el estudio y cuando otras investigaciones de gemelos reunidos llegaron a la misma conclusión, las cifras son sorprendentes. Los gemelos idénticos criados por separado son más similares en CI (74%) que los gemelos no idénticos criados juntos (60%) y mucho más que pares de padres e hijos (42%); medio hermanos (31%); hermanos adoptivos (29%-34%); gemelos virtuales, o niños de edad similar pero sin relación familiar que fueron criados juntos (28%); pares de padres e hijos adoptivos (19%), y primos (15%). Nada más que los genes puede explicar esta jerarquía.

Pero, como aceptan tanto Bouchard y Segal, la alta incidencia en la inteligencia heredada se aplica principalmente a familias no pobres. Críe a un niño hambriento o enfermo y el ambiente sí afecta el CI.

"Esas fueron las palabras que un ex empleado de France Télécom dedicó a su empresa antes de morir. Como él, 35 trabajadores de la compañía se quitaron la vida en dos años"… "Estoy de más; el suicidio es mi única solución" (Gaceta.es – 9/7/12)

"¡El suicidio es la única solución!", escribió un empleado de France Télécom siete meses antes de quemarse vivo delante de los locales de su oficina, sin que nadie pudiera evitarlo. En una carta de seis páginas dirigida a la presidencia de la empresa y al Estado accionista a finales de 2009, el trabajador de 57 años de edad y padre de cuatro hijos explicaba las razones que le impulsaron a tomar la trágica decisión. En el texto, describió un ambiente laboral "endémico" debido al plan de reestructuración drástico que provocó 22.000 despidos y 10.000 traslados. La carta del empleado, publicada tras su muerte y que conmocionó al país, hacía referencia al "acoso" en el nuevo puesto que ocupaba después de su traslado forzado. "Estoy de más", concluía en una llamada desesperada. Pero su grito de alarma nunca obtuvo respuesta y en abril de 2010 el empleado se suicidó.

Como él, otras 35 personas formaron parte de la famosa ola de suicidios en menos de dos años. La dirección de France Télécom y el departamento de recursos humanos habían recibido varias alertas de este tipo, las cuales se remitían a los responsables de cada departamento. Sin embargo y pese a las advertencias, nadie fue capaz o no pudo evitar los dramas. Muchas familias de las víctimas y varios sindicatos decidieron entonces recurrir a la vía judicial para denunciar los métodos utilizados por la empresa.

Tres años después, la Justicia ha decidido responder a esas denuncias y examinar la responsabilidad de los que en su día dirigían la empresa telefónica líder en Francia. Dos ex dirigentes y el ex consejero delegado, Didier Lombard, están imputados por "acoso psicológico" a los trabajadores y se exponen a una multa de 15.000 euros y a una pena de hasta un año de cárcel. La investigación que cuestiona la organización y las técnicas de gestión empresarial durante el periodo de recortes también concierne a la propia empresa que representa la persona moral. El proceso será largo. No se anunciará ninguna sentencia hasta al menos dentro de 18 meses.

Patrick Ackermann, delegado del sindicato Sud Salud Social, afirma que "el móvil del crimen fue privatizar una empresa pública" al borde de la quiebra. "Se recurrió a métodos de presión como los traslados forzados o la obligación de cambiar de puesto de trabajo". El fin de estas técnicas era "impulsar al empleado a que abandonara el barco", explica el sindicalista.

"Naranjofobia"

"Vértigo, fobia, violencia". Desde el año 2000, cientos de trabajadores de France Telecom han sido atendidos en la consulta de la psicóloga Brigitte Font. Todos presentan "trastornos ansiodepresivos", según el diagnóstico de la doctora. "Padecen ansiedad aguda, pierden todas sus capacidades y hasta los símbolos de su empresa, los tickets restaurant o incluso el color naranja les producen fobia". "Muchas personas no asimilan que se les cambie de puesto al final de su carrera profesional", resume la experta.

Yves se siente mejor pero todavía no se ha recuperado del todo. Hace cuatro años sufrió las consecuencias de lo que él denomina una "gestión empresarial inhumana". De su oficio de ejecutivo le obligaron a ocupar un puesto de teleoperador. "Tenía todas las papeletas para que se me incluyera en el plan de recorte de plantilla: más de 50 años, con un empleo transversal… Y de la noche a la mañana me dijeron: dejas todo y te pones a responder las llamadas telefónicas". La presión se acentuó para que dimitiera. Yves cayó en la depresión pero su familia evitó que tomase una decisión radical que él no descartaba: el suicidio.

Hoy sigue acudiendo al psicológico pero admite que la mejor terapia es "ver a su ex jefe responder ante la Justicia".

Desde el punto de vista jurídico, el abogado Philippe Ravisy, autor del libro Le harcèlement moral au travail (Acoso psicológico en el trabajo) explica que la dirección de la compañía telefónica "sabía perfectamente lo que hacía". Había que suprimir miles de puestos de trabajo y para llevar a cabo tal recorte de plantilla, se formó a 4.000 agentes, que tenían que "ejecutar consignas precisas", explica el jurista. La presidencia del grupo era consciente de que sus técnicas estaban basadas en "la gestión mediante el terror". Y este es el punto en común de aquellas empresas que han sido procesadas por "acoso psicológico".

Otras grandes sociedades como la aseguradora francesa Axa ya habían sido objeto de un proceso similar en 1996, aunque no hubo condena puesto que la ley sobre el acoso psicológico no fue promulgada hasta el año 2002. ¿Qué podría pasar entonces con el inédito caso de France Télécom? El experto explica que la situación ha evolucionado. Desde 2008, el Tribunal de Casación francés obliga a los jueces a examinar con detenimiento las quejas de acoso psicológico. Es por tanto "probable" que haya condena para France Télécom.

"Hubo errores de gestión y de comunicación en France Télécom", admite un director de recursos humanos anónimo, "pero de ahí a enviar a los dirigentes ante el tribunal penal, es un escándalo. Nos hemos quedado de piedra. Esto podría significar que ¿todas las decisiones de reestructuración o adaptación de las empresas pueden ser denunciadas?", se interroga.

La realidad de las muertes

Los casos dramáticos de France Télécom hay que enmarcarlos en un contexto global en el que el suicidio afecta cada año a 10.000 personas en Francia, según los datos del Instituto de la salud e investigación médica, Inserm. Dentro de la función pública, la educación nacional y la Policía son los sectores más afectados. El número de suicidios en la Policía es de una media de 32,4 por cada 100.000 agentes. Lo que representa entre 40 y 55 suicidios al año. En el sector privado, empresas como Renault o Correos pueden anticipar la alerta con el caso de France Télécom.

"A la vera de una tranquila calle de un suburbio de Berlín, un cartel con una flecha apunta hacia un sendero que se abre paso entre los árboles. El cartel dice "Babywiege", en español: cuna"… Polémica en Europa por cunas para abandonar bebés (BBCMundo – 10/7/12)

Al final del camino hay una caja de acero inoxidable con una manija. Dentro de la caja hay un par de pequeñas mantas prolijamente dobladas para abrigar al recién nacido. La cálida temperatura del contenedor es tranquilizadora.

En su interior también hay una carta con indicaciones de qué hacer si uno cambia de opinión.

Alrededor de dos veces al año, alguien -posiblemente una mujer– camina por esta recluida senda que conduce a la parte trasera del Hospital Waldfriede para dejar allí a un bebé nacido tal vez en secreto y pocas horas antes.

Esta persona -posiblemente su madre- se marcha luego de allí. Ya no volverá a ver al recién nacido. Cuando éste crezca, no sabrá quién fue su madre.

Uso la palabra "posiblemente" porque el proceso es secreto y anónimo. Nadie sabe quién dejó allí al bebé.

Polémica

El anonimato es precisamente el punto que critican aquellos que están en contra de este sistema que data del medioevo y que volvió a implementarse en los últimos 10 años. Podrían ser padres inescrupulosos o incluso proxenetas que presionan a las madres para deshacerse del niño, dicen los críticos.

Según le dijo a la BBC Kevin Browne, psicólogo de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, "una serie de estudios en Hungría muestra que no son necesariamente las madres las que abandonan a sus hijos en estas cajas, pueden ser parientes, proxenetas, padrastros o los padres".

"Por eso, la gran pregunta es si estas cunas están protegiendo los derechos de la mujer y si la madre del bebé está de acuerdo en que se lo dejé allí", dice Browne.

"Este sistema es tan anónimo, tan alejado de la posibilidad de dar ayuda psicológica, que genera una situación dañina para la madre y para el hijo", añade.

Al facilitarle a la madre el deshacerse de su hijo, dicen los críticos de la iniciativa, éstas se sienten menos inclinadas a buscar la ayuda que necesitan en ese momento de trauma emocional e incluso de riesgo físico.

Éste es un argumento que rechazan los impulsores del proyecto. Según ellos, les están ofreciendo a las madres desesperadas una manera segura de abandonar a sus hijos no deseados. Si no existiese esta posibilidad, dicen, muchas dejarían a sus bebés muertos de frío a la intemperie.

O peor aún. Recientemente se resolvió un caso en una corte alemana en el que la madre estaba acusada de tirar a su bebé desde el balcón de un quinto piso.

Por casos como estos la iniciativa está ganando impulso para extenderse por Europa Central y del Este, desde los estados bálticos hasta Alemania, Austria, Polonia, la República Checa y Rumania.

En algunos países la ley favorece este sistema. En Hungría, por ejemplo, la ley fue modificada como para que dejar el niño en una de estas cajas equivalga a entregarlo legalmente en adopción, mientras que abandonar al niño en cualquier otra parte continúa siendo un delito.

Browne cree que su difusión es mayor en los países con un pasado comunista y en los países católicos donde tener un hijo sin estar casado es visto con muy malos ojos.

El psicólogo estuvo a cargo de gran parte de la investigación que el Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños consultó para evaluar el sistema. Este comité considera que el niño tiene el derecho a saber quiénes son sus padres, y este proyecto, dicen, les quita este derecho.

Sus defensores están totalmente en desacuerdo. Gabriele Stangl, del Hospital Waldfriede de Berlín, opina que estas cunas salvan vidas, por lo tanto aumentan los derechos del recién nacido.

En la caja de Berlín, dice, hay un sistema de seguridad proporcionado por la maternidad del hospital. Una vez que el bebé es depositado en la cuna, una alarma alerta inmediatamente al personal de su llegada. Al comienzo el hospital se encarga de su cuidado, luego pasa a una familia de acogida y, finalmente, puede ser adoptado legalmente.

Al principio, la madre puede volver a buscarlo si está arrepentida, pero luego, cuando el bebé ingresa al sistema de adopción, ya pierde su derecho.

Una de las madres que regresó por su hijo le dijo a la BBC que cuando dio a luz estaba desesperada. El padre no estaba, ella era joven y se encontraba en estado de shock, por eso optó por la caja.

Pero una semana después volvió a buscar a su hijo. Cuando notó que tenía su pelo, sus ojos, se dio cuenta de que no podía abandonarlo.

Todavía hoy visita la maternidad del hospital para mostrar fotos del niño que está criando. Este sistema le dio tiempo parar pensar y aclarar su cabeza.

Alternativa

En una de las cunas instaladas en Hamburgo, han dejado 42 bebés en los últimos 10 años. De las 17 madres contactadas por los organizadores del sistema, 14 volvieron por sus niños.

Steffani Wolpert, una de las mujeres a cargo del sistema en Hamburgo, cree que esto es mejor que nada.

"En 1999 cinco bebés fueron abandonados. Tres de ellos fueron hallados muertos".

"Reflexionamos sobre esta situación, por qué pasó y hallamos una nueva manera para que estos niños sobrevivan", explica.

Sin embargo, estos argumentos no convencen al comité de la ONU ni a los críticos que siguen pensando que las cajas para recién nacidos son un regreso al pasado, cuando la iglesia contaba con un mecanismo similar para que las madres entreguen a sus hijos no deseados.

Maria Herczong, psicóloga del comité de la ONU, le aseguró a la BBC que tanto antes como ahora siempre hubo una alternativa mejor: ofrecer más comprensión y ayuda a las madres que atraviesan circunstancias difíciles.

"(Este sistema) envía a las mujeres embarazadas un mensaje equivocado: que está bien esconder su embarazo y dar a luz en circunstancias no controladas y más tarde abandonar a sus hijos".

Se trata de dos puntos de vistas de dos grupos bien intencionados. La voz que todavía nos hace falta escuchar es la de la madre que tuvo su hijo en secreto hace algunas horas y que, y que después de abandonar a su bebé vuelve con las manos vacías.

Cunas por país

•Alemania: 99

•Polonia: 45

•República Checa: 44

•Hungría: 26

•Eslovaquia: 18

•Lituania: 8

•Italia: aprox. 8

•Bélgica: 1

•Países bajos: 1 planificada

•Suiza: 1

•Vaticano: 1

•Canadá: 1

•Malasia: 1

•También hay en Japón, EEUU.

"Una vez que los tenderos desarman sus puestos, los mercadillos de Madrid muestran su realidad más cruda. Basta con que los vendedores de frutas, verduras y ropa se suban a sus coches para que aparezcan, entre los desechos, hombres y mujeres con bolsas de plástico en busca de algún alimento que todavía se pueda comer"… "Tener que apañarme en la calle me da vergüenza" (El País – 12/7/12)

Como todos los jueves y sábados, Berta, una boliviana de 48 años, fue al mercadillo de la calle de Santa Genoveva, en el barrio de La Elipa. Entre papeles y cajas encontró manzanas, pimientos rojos, cebollas, peras, melocotones y naranjas. Unos estaban más dañados que otros, pero aun así los recogió.

Hasta hace dos meses (mayo 2012) Berta trabajaba cuidando a una mujer mayor, cerca del parque del Retiro. Pero la anciana murió y entonces ella se quedó sin los 900 euros que ganaba mensualmente por cuidarla siete días a la semana.

El marido de Berta, que se dedicaba a la construcción, también perdió su empleo y ahora ambos están buscando trabajo, aunque no tienen sus papeles al día. Viven solos en Madrid y este mes podrán pagar el piso que alquilan gracias a lo que ha ganado una hija de él como cuidadora de niños en A Coruña. "No sé cómo lo vamos a hacer el próximo mes", confiesa Berta con angustia.

Ella y su esposo se alimentan principalmente con las lentejas, las judías y el azúcar que les regala su parroquia. Pero esa ayuda no es permanente y por eso Berta dice que no tiene otra alternativa que recoger lo que queda tirado. "Tener que apañarme en la calle me da vergüenza, pero no queda otra".

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente