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Un referéndum para retirarse de la Unión Europea (página 5)

Enviado por Ricardo Lomoro


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"La prestigiosa financiera británica Tullett Prebon ha publicado un informe sobre la situación de la economía de su país. Sus analistas pronto descubrieron que el plan del Gobierno para reducir el déficit se basaba en unas previsiones de crecimiento económico demasiado optimistas. El informe concluye que Gran Bretaña no podrá crecer lo suficiente para salir de la crisis a menos que aplique reformas drásticas"… "Reino Unido es otro país periférico lleno de deudas" (Libertad Digital – 2/10/11)

Cuando, a principios del año 2011, emprendieron las investigaciones para esta serie de informes, lo denominaron coloquialmente "Proyecto Armagedón", sin la intención de que fuese ése el título definitivo. Previendo las consecuencias de un crecimiento anémico en las Islas Británicas durante el próximo lustro, decidieron mantener el título para la serie de informes. Éste, el último de la serie, lleva por nombre "Pensando lo impensable".

El tamaño de la deuda

El problema empieza con el abultado déficit. Para Tullett, "Reino Unido es un país europeo periférico cargado de deudas, un hecho que, de momento, sólo los mercados de divisas parecen haber reconocido".

El primer problema se encuentra a la hora de determinar el verdadero volumen de la deuda británica. Los datos oficiales del Gobierno sitúan la deuda pública en 900.000 millones de libras esterlinas (1 billón de euros), lo que representa el 60% del PIB. Pero si se sigue el método del Tratado de Maastricht utilizado para los países de la zona euro se obtiene una deuda de 1,27 billones de euros -75% del PIB-.

Sin embargo, estos datos no incluyen los pasivos no financiados correspondientes a las pensiones que son, por sí solos, mayores que toda la deuda pública oficial, ya que alcanzan los 1,35 billones de euros. A los cuales se les puede añadir los 194.000 millones de euros del programa de pensiones PFI, situando así la deuda pública total en el 167% del PIB. Además, los costes potenciales de una intervención para rescatar al sector financiero ascenderían a 1,54 billones de euros. Esto representaría una deuda pública total del 239% del PIB.

Si tenemos en cuenta la deuda privada hay que añadir 1,38 billones de euros en hipotecas y 240.000 millones de euros en créditos al consumo. La deuda pública sumada a la privada, por lo tanto, asciende al 333% del PIB. La deuda exterior, que casi alcanza los 6,8 billones de euros supone cerca del 398% del PIB.

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A pesar de ser tan elevados, "estos niveles de endeudamiento son", según el informe, "gestionables sí, pero solamente si la economía puede crecer" (cursivas en el original). Sin crecimiento hay que empezar a considerar la posibilidad de bancarrota. Y advierte de que aunque suele considerarse "que la crisis de deuda pública española sería un puente demasiado lejano para los mecanismos de rescate, (…) es muy inferior (550.000 millones de libras) a la británica".

El informe observa que un punto fuerte importante de la economía británica sigue siendo la pujanza financiera de la City. Y alerta sobre las tentaciones de emprender (o continuar) políticas que la perjudiquen. "El debate emocional sobre la banca tiende a oscurecer la realidad de que para Gran Bretaña reducir su industria de servicios financieros sería tan racional como que Arabia Saudita redujese su petróleo o que Islandia redujese su pesca".

El plan y las suposiciones heroicas

Para reducir el déficit, el Gobierno de coalición tiene un plan que consiste en "modestos recortes de gasto en términos reales y un gran aumento en los ingresos fiscales, que reducirá el déficit del 11,1% del PIB en 2009-10 al 1,6% en 2015-16".

El anterior Ejecutivo laborista ya había subido los impuestos, y el actual ha elevado el IVA del 17,5% al 20%. Se prevé que la recaudación pase el 36,8% al 38,9% del PIB entre los ejercicios 2009-10 y 2015-16. Durante el mismo periodo las previsiones para el gasto público es que se reduzca en un 3% en términos reales, pasando el 48% al 40% del PIB. Se observa que, incluso aceptando las propias previsiones del Gobierno, no se elimina completamente el déficit y, por lo tanto, sigue aumentando la deuda que, a su vez, sigue generando intereses mayores.

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De los 182.000 millones de euros de déficit público que el Gobierno pretende reducir, más de la mitad (96.000 millones) provendrían de la recaudación de impuestos obtenida gracias al crecimiento económico. El problema de este plan, según Tullett, "es que depende de algunas suposiciones económicas bastante heroicas, principalmente, que se consiga crecer al 2,9% antes de 2012-13".

Así que, si la economía británica no lograra tal heroicidad y "el crecimiento fuese la mitad del objetivo oficial, los costes de los intereses y otros gastos aumentarían, la recaudación por impuestos se quedaría muy por debajo de las expectativas y el plan quedaría deshecho".

Hasta un 70% de la economía no podrá crecer

El análisis de Tullett "sugiere que el crecimiento real del 2,9% es un castillo en el aire y que cualquiera que crea esta predicción debe creer tener también una fe inquebrantable en Papá Noel y el ratoncito Pérez".

Para ilustrar tanta desconfianza en las cifras oficiales el informe empieza llamando la atención sobre una aparente paradoja. A saber: "Gran Bretaña, S.A. ha incrementado mucho su capital (deuda) sin generar ninguna mejora en absoluto en el crecimiento de su renta. ¿Por qué?".

Hay que distinguir dos tipos de endeudamiento: el propietario de un restaurante, por ejemplo, que se endeuda para invertir en más espacio para los clientes; y aquél que se endeuda para irse de vacaciones al extranjero. El informe considera que "la gran mayoría de los nuevos préstamos" han sido del segundo tipo.

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Analizando los sectores de la economía británica se observa que tres de los ocho mayores (sector inmobiliario, servicios financieros y construcción), que representan conjuntamente el 39% del PIB, son incapaces de crecer ahora que el sector privado ya no se endeuda. Otros tres sectores (sanidad, educación y administración pública y defensa) "representan un 19% adicional, y no pueden expandirse ahora que el crecimiento del gasto público es una cosa del pasado".

Por lo tanto, el crecimiento queda descartado para el 58% de la economía, "una cifra que podría elevarse al 70% si, como parece probable, el crecimiento del comercio minorista se ve frustrado por las caídas de la renta real de los consumidores", advierte el estudio. No es sólo que ese 70% lo tenga muy difícil para crecer es que, "muy probablemente está listo para menguar", así que las perspectivas para el empleo son claramente negativas.

Y es que, según el informe, el aumento del paro ha quedado, de momento, inhibido de forma poco natural. "Parece ser que los bancos se han mostrado contrarios a ejecutar deudas comerciales para evitar cristalizar las pérdidas, lo cual muy probablemente significa que se está manteniendo a flote artificialmente a grandes cantidades de empresas zombis".

Por si fuera poco, tampoco ve "razón alguna para que la inflación vuelva al 2%" por lo que, con el repunte de la inflación y la pérdida de empleos, cabe esperar "caídas importantes en las rentas reales". Así las cosas, "sólo puede ser cuestión de tiempo que los mercados y las agencias de rating empiecen a ejercer serias presiones al alza sobre el rendimiento de la deuda británica. Cuando eso suceda, la libra esterlina estará muy en peligro".

Según el plan del Gobierno, la economía crecerá un 1,9% durante este ejercicio, un 2,7% en 2012-13 y un 2,8% anual hasta 2016. Tullett, en cambio, prevé crecimientos anémicos: un 0,9% este año, un 1,3% el siguiente y un 1,4% anual durante los tres ejercicios siguientes.

La previsión oficial de Londres implica que el déficit quede reducido hasta el 1,5% dentro de un lustro, pero el informe considera que sólo se habrá reducido hasta el 8,8%. El problema más grave consiste en que, según el plan del Gobierno, la deuda pública (calculada según el criterio del Tratado) seguiría aumentando durante este lustro del 70% al 80% del PIB, pero según el informe alcanzaría el 100% del PIB en el ejercicio 2013-14, y para 2016 habría alcanzado ya la cifra insostenible del 108%.

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Nueve años temerarios de legado laborista

El informe sitúa el origen de este problema de gasto desbocado en la anterior Administración laborista. "La verdadera tragedia" de cómo dicho Ejecutivo llevó la economía británica fue que Brown y su equipo del Tesoro siguieron negando la evidencia "incluso después de que el mito de su genio económico hubiese explotado".

En 1997, Gordon Brown inició una reforma de la regulación del sistema financiero con la "creencia central de que el sector de los servicios financieros, liberado para prosperar, podría pagar una revolución del bienestar. El Gobierno podría estar "inmensamente relajado" de que una minoría se hiciese "asquerosamente rica" si los impuestos de esta gente financiaban un Estado del Bienestar completamente nuevo como monumento a la sabiduría de la Nueva Ortodoxia".

Concretamente, fueron dos los errores del laborismo en su fallida reforma financiera. En primer lugar, se redujo el poder regulador del Banco de Inglaterra con "la creación de un sistema tripartito" que entregó muchas de sus antiguas responsabilidades a otras instituciones. Además, el banco central quedó "obligado a fijarse sólo en la inflación de precios al consumo al establecer la política monetaria".

Así que, mientras una serie de factores coyunturales del mercado mantenían los precios al consumo a la baja, "los tipos de interés se mantuvieron bajos incluso cuando una inconfundible burbuja de activos empezó a emerger en el mercado inmobiliario". El banco central, desprovisto de su tradicional influencia, no pudo evitar que los bancos expandiesen el crédito ni subir los tipos de interés para desincentivar estos comportamientos.

"En el espacio de nueve años temerarios, la cantidad total de hipotecas financieras aumentó en casi un 150%, de 495.000 millones de libras en 1999 a 1,2 billones en 2008". La Administración laborista, según el informe, estuvo marcada por una "grotesca incompetencia que empezó con arrogancia y acabó echando las culpas a los demás".

Cuatro consecuencias del gasto

Esta "expansión temeraria del gasto público" tuvo, "por lo menos, cuatro consecuencias muy desagradables":

•Creó una "arrogancia sin precedentes" en las altas esferas del aparato del Estado, "reflejada tanto en la paga y beneficios extra de los altos cargos y en un incesante cercenamiento de los derechos y libertades del individuo".

•Pero el aumento del gasto público no sirvió para mejorar la productividad del sector público sino para reducirla. Según los cálculos de Tullett, "la productividad conjunta del sector público se deterioró en un 20% entre 1997 y 2007 porque el aumento de la producción (del 24%) se quedó muy corto frente a la expansión del gasto real (54%)". En la sanidad, la caída fue del 31%.

•Una mentalidad de "tener derecho" a todo a costa del Estado. Mientras tanto, el sector privado aumentó su productividad en un 24%.

•Los diversos sectores de la economía adquirieron una gran dependencia de la deuda.

Tullett completa su análisis sobre la pérdida de competitividad del sector público británico con datos de otros informes. El 2010 Global Competitiveness Report (GCR), elaborado por el World Economic Forum (WEF), afirma que Gran Bretaña ha pasado del 7º puesto mundial de competitividad en 1997 al 12º.

De los 139 países analizados, la efectividad del gasto de Gobierno y agencias públicas británicas se sitúa en el puesto 72º, por detrás de Ghana, Pakistán o Egipto. La calidad de las infraestructuras deja a Gran Bretaña en 33º lugar, peor que Barbados o Namibia. Las carreteras británicas ocupan el puesto 35º en calidad, por detrás de Portugal y Namibia.

Entre 1999 y 2000, el gasto en educación experimentó un espectacular incremento en términos reales del 60%, pero según el GCR, la educación británica no pasa del 28º puesto, por detrás de Líbano y Malta. En matemáticas y ciencias cae hasta el 55º, superado por Rumanía y Chipre. En cuanto a la carga de las regulaciones que soportan las empresas, se queda en el puesto 89º, por detrás de Zambia, Paraguay y Arabia Saudita. Incluso peor en cuanto a la extensión y los efectos fiscales: 95º, por detrás de Zimbabue y Angola.

Al final, la gente se dio cuenta de que una minoría estaba prosperando mientras la mayoría veía aumentar sus deudas al tiempo que su poder adquisitivo menguaba por culpa del aumento de los precios (alimentación, transporte, electricidad, agua y gas) y de los impuestos. "Esta tendencia jugó un papel principal en el derrocamiento del Gobierno de Brown", según Tullett.

Reformas y contención de daños

El informe señala "seis puntos críticos que han de quedar claros desde el principio" para que Gran Bretaña pueda salir de la crisis.

1. Parece que el público no es consciente de la gravedad de la situación. Así que uno de los primeros objetivos del Gobierno "debería ser poner fin al estado nacional de negación de la evidencia sobre la verdadera situación de la economía y acabar con el ilusorio sentido individual y colectivo de "tener derecho" que fue fomentado durante los años laboristas. Gran Bretaña no tiene derecho automático a unos niveles de vida elevados o a un Estado del Bienestar. Más bien, estos beneficios hay que ganárselos, no tomarlos prestados".

2. La recesión no podrá ser indolora. Hasta ahora, los bajísimos tipos de interés y el gasto público descontrolado habían conseguido que la gente no notase la caída en el nivel de vida.

3. No hay varitas mágicas macroeconómicas. Es más, "casi todas las permutaciones macroeconómicas ya se han probado, en vano". Se han mantenido los tipos de interés bajísimos durante 28 meses, el Gobierno ha tomado prestados 390.0000 millones de libras (el 27% del PIB) en tres años y se han inyectado otros 200.000 millones vía política monetaria. Pero ninguna de estas tres políticas ha reanimado a la economía. La libra ha permanecido a niveles muy bajos, pero las exportaciones tampoco han conseguido impulsar recuperación alguna

4. Las reformas tendrán que vérselas con muchos intereses creados. "En gran medida, la ideología de la 'justicia' y del 'tener derecho' que la psique pública ha absorbido durante los últimos catorce años constituye el principal obstáculo para cualquier recuperación impulsada por reformas".

5. Para compensar tantas penurias y sacrificios, el Gobierno debería ofrecer al público "una 'agenda de la libertad' que elimine gran parte de la vigilancia excesiva en Gran Bretaña, reduzca los poderes de los gobiernos nacional y locales para interferir en la vida de los individuos, quite muchos aspectos coercitivos del Estado y promueva un mayor grado de protección al consumidor".

6. Hay que dejar de culpar a los demás y empezar a aceptar reducciones en el gasto público. Los que discrepan "deberían preguntarse exactamente qué podría pasarles a los servicios y a las pagas y pensiones públicas si la economía británica siguiese el camino de Grecia e Irlanda".

¿Dónde y cómo recortar?

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El gasto público se puede dividir entre el dinero que el Gobierno se gasta en sí mismo (339.000 millones de libras en 2009-10) y el dinero que entrega a otros (349.000 millones de libras). Esta segunda cifra puede desglosarse en los intereses (32.000 millones), pensiones públicas (121.000 millones) y otras transferencias (196.000 millones). Puesto que Londres ya ha anunciado que no aplicará recortes importantes ni en la sanidad ni en la ayuda externa, si las trasferencias quedan también igual en términos reales, ya sólo quedará margen para aplicar "reducciones muy dolorosas" concentradas en una pequeña franja de servicios "desprotegidos".

A diferencia de lo que se podría pensar de un estudio tan crítico con el gasto público, no considera que el subsidio de desempleo británico sea especialmente generoso. "Pero el número de perceptores sí que parece excesivo". Tullett apoya la intención de Londres de restringir los criterios para los subsidios por discapacidad, pero ve otras posibilidades adicionales en la tecnología. La propuesta consiste "el pago en especie en vez de en efectivo" mediante "el uso de tarjetas inteligentes que el perceptor podría usar para comprar productos aprobados en los comercios participantes". Y añade: "Creemos que deben reducirse las prestaciones públicas universales y, en algunos casos, eliminarse completamente".

Otra conclusión que puede sorprender es lo mucho que Tullett desconfía de "la privatización de los servicios públicos, puesto que la evidencia de las últimas dos décadas sugiere que este proceso no aumenta la productividad, tendiendo en cambio a crear pesadas estructuras administrativas y una duplicación de las funciones. La competencia dentro de los servicios públicos es, en cualquier caso, intrínsecamente artificial".

Las valiosas reformas baratas

En el apartado de propuestas para la reforma, Tullett encuentra algún motivo para el optimismo moderado, ya que "muchas de las reformas que son necesarias si Gran Bretaña ha de recuperar su competitividad a nivel microeconómico son de coste bajo" y, además, se reflejaría en aumento de la recaudación fiscal como consecuencia del crecimiento económico.

Y es que, otro de los aspectos muy negativos del legado laborista de Gordon Brown ha sido el aumento de la complejidad del sistema tributario. El informe aconseja al Gobierno de coalición que dé prioridad a "deshacer este lío inherente". Para ello, sugiere que podría desarrollarse un programa informático para agregar los diversos impuestos que soportan las pequeñas y medianas empresas. Es especialmente importante aliviar a éstas, puesto que su tamaño les impide contratar los recursos humanos y materiales suficientes para lidiar con el complicado sistema tributario.

Sin embargo, la regulación excesiva que tanto perjudica a las pequeñas y medianas empresas no se limita a los impuestos. Hay otras áreas donde la desregulación es necesaria, principalmente, en materia de normativa y seguridad laboral y sanitaria.

El informe admite que "unos estándares elevados de seguridad y sanidad son esenciales para una sociedad civilizada, como lo es la protección a los trabajadores". Pero advierte de que "los riesgos a los que se enfrentan las empresas surgen menos del Ministerio de Sanidad y Seguridad o del Departamento de Trabajo y Pensiones, que de los demandantes oportunistas". En este sentido, sólo el año pasado, al menos 30.000 "accidentes de tráfico' fueron, en realidad, simulados con la intención de cobrar fraudulentamente el seguro por daños personales.

La "agenda de la libertad"

Con todas estas dificultades, el informe concluye que el Gobierno de coalición no podrá conseguir que los británicos estén en 2015 mejor de lo que estaban en 2010, "pero ciertamente puede dejarles más libres de la intromisión estatal". Durante los últimos veinte años, con la profusión de regulaciones, se ha pasado del "Estado niñera" al "Estado intimidador", debido, "en parte, a la lógica extensión de la enfermedad nacional de la burocracia, y en parte como resultado de las doctrinas del absolutismo moral y del tener derecho".

Pero Tullett considera que también ha de liberarse al público de las "prácticas abusivas del sector privado". Cita dos abusos en concreto: la "letra pequeña" y el explotar la ignorancia del público sobre los asuntos bancarios y financieros. Y propone incluso la creación de un Tribunal del Consumidor con poderes para actuar contra los "términos contractuales onerosos irrazonables y sesgados". Ofreciendo mayores cuotas de libertad a los británicos se aliviarían los sufrimientos de la crisis y se pondrían las bases para una futura revitalización de la economía, concluye el estudio.

"La construcción en Londres del edificio más alto del continente confirma la relación entre los proyectos arquitectónicos grandiosos y las crisis económicas. Entre abril de 1930 y mayo de 1931 se construyeron en Nueva York tres de los primeros rascacielos modernos: el número 40 de Wall Street, el Chrysler Building y el Empire State Building. Cada uno de ellos sucedió al anterior como el edificio más alto del mundo. En esos años comenzó la Gran Depresión: el desempleo en Estados Unidos se disparó hasta niveles nunca vistos y el comercio internacional disminuyó a la mitad"… La "maldición de los rascacielos" golpea a Europa (las señales de burbuja) (Libertad Digital – 2/10/11)

Cuarenta años después, también en Nueva York, las Torres Gemelas establecieron un nuevo récord mundial con 410 metros, treinta más que el Empire State, y cedieron su puesto pocos meses después a la Torre Sears, en Chicago, con 440 metros. La inauguración de estos tres colosos coincidió con la "estanflación" de los 70, una combinación de alta inflación y estancamiento económico que se prolongó hasta bien entrada la siguiente década.

En 1998 las vanguardistas Torres Petronas de Kuala Lumpur superaron a la Torre Sears al alcanzar 450 metros. Durante ese año la economía no sólo de Malasia sino de todo el Sudeste asiático, bajo los efectos del colapso financiero del verano anterior, entró en una brutal depresión, con caídas de la producción cercanas al 40%.

La construcción del siguiente edificio más alto del mundo, el espectacular Taipei 101, con 510 metros, coincidió con la histórica caída en las bolsas de las empresas puntocom, a comienzos del nuevo siglo. Sin embargo, su inauguración se retrasó hasta el año 2004 debido, precisamente, a dificultades financieras y a un terremoto, entre otros motivos.

Todos los récords fueron pulverizados el año pasado con la apertura en Dubai del edificio Burj Khalifa: 828 metros, tan alto como la suma del Taipei 101 y la Torre Eiffel, o como una de las Torres Gemelas encima de la otra. Dos meses antes de su inauguración, en noviembre del 2009, Dubai anunció que no podía devolver los 80.000 millones de dólares de su deuda y cerraba el ejercicio económico con la primera caída del PIB en 21 años.

La maldición de los rascacielos llega ahora a Europa. Justo cuando la UE atraviesa la mayor crisis desde su nacimiento se está construyendo en Londres el edificio más alto del continente. Se trata de The Shard, una moderna pirámide de cristal de 310 metros obra del arquitecto italiano Renzo Piano, cuya inauguración está prevista para mayo del 2012, dos meses antes de los Juegos Olímpicos.

The Shard se encuentra junto al Támesis, en el distrito de Southwark, al otro lado de la City. Se ha diseñado con una estructura triangular irregular y tendrá 72 plantas, en la última de las cuales habrá un observatorio al aire libre. Su cubierta de cristal reflejará la luz del sol de forma que cambiará de aspecto según el tiempo que haga y la estación del año.

Mientras la tormenta de deuda soberana amenaza la misma existencia del euro, los indicadores económicos apuntan a que The Shard verá la luz en medio de una nueva recesión. La nueva torre de Londres se suma así a un maleficio que se remonta como mínimo a 1892, año en que por primera vez un edificio superó los 90 metros en Chicago, y en el Estados Unidos sufrió una fuerte contracción económica seguida de un pánico bancario.

¿Se trata de una simple coincidencia? ¿Cuál es la causa de que los edificios más altos se construyan siempre en tiempos de crisis? "Detrás de todos estos casos se encuentra el crédito fácil", asegura Mark Thornton, economista del Instituto Mises, en Alabama, EEUU.

Thornton ha estudiado la "maldición" y ha llegado a la conclusión de que no es una casualidad, sino la consecuencia de una distorsión económica generalizada cuyo origen está en el exceso de crédito: "Los rascacielos son la manifestación más visible de un vasto proceso de construcción de todo tipo de edificios que tiene lugar en la primera etapa de un ciclo económico, la del boom".

El dinero barato, suministrado en la actualidad por los bancos centrales, lleva a la economía a un estado de hiperactividad de la que los rascacielos son sólo un llamativo síntoma. Al mismo tiempo siembra la semilla de la recesión, porque el crecimiento explosivo que genera es ficticio. La crisis y los rascacielos son dos efectos diferentes de una misma causa. Por eso coinciden en el tiempo.

"El sector inmobiliario es casi siempre uno de los más afectados por los ciclos económicos", explica Thornton. "Durante la fase inicial sube la bolsa, aumenta la especulación y de repente cualquiera es un genio capaz de ganar mucho dinero con la compra-venta de acciones y propiedades inmobiliarias. Es en ese momento de locura cuando se suelen anunciar los proyectos de los grandes edificios".

Además de generar esa locura colectiva, los tipos de interés artificialmente bajos incentivan la construcción de rascacielos por tres motivos, según Thornton: aumentan la demanda de suelo y con ello su precio, de manera que la altura se convierte en la clave para hacer rentable un edificio; aumentan también la demanda de espacio de oficinas; por último, reducen el coste de desarrollar las nuevas tecnologías que se requieren para estos proyectos, cada uno de ellos un auténtico prodigio de ingeniería superior al anterior.

Por eso, añade, "los edificios más altos del mundo se construyen normalmente cuando los tipos de interés efectivos son significativamente más bajos que los naturales, como resultado de una intervención del gobierno (a través de los bancos centrales)". Estos proyectos se ponen en marcha en plena burbuja, pero requieren varios años. Cuando concluyen, el panorama ha cambiado por completo: "En un momento determinado los mercados caen bruscamente, llega la recesión y el desempleo se dispara. Los rascacielos suelen completarse en plena crisis", dice Thornton.

Ahora bien, ¿qué es lo que desata semejantes vaivenes en la economía? ¿Y qué relación tienen con el exceso de crédito? Para responder a esas preguntas hay que recurrir a la teoría económica.

La maldición de los rascacielos se puede considerar una manifestación particular de la Teoría Austriaca de los Ciclos Económicos. Esta teoría predice que la creación de crédito "artificial" (no procedente del ahorro y, por tanto, sin respaldo de riqueza real) genera una impresión falsa de prosperidad que engaña a los empresarios y se extiende a toda la sociedad. Aparentemente, existen más recursos disponibles, pero en realidad sólo se ha creado dinero.

La distorsión económica comienza cuando los bancos toman prestado ese dinero. Para obtener un beneficio necesitan colocarlo en el mercado, aun a costa de volverse menos selectivos: "La Reserva Federal inyecta crédito a bajos tipos de interés, y los bancos que lo reciben rebajan sus criterios, prestándolo a clientes menos fiables", dice Thornton. "De esta manera se producen errores de inversión generalizados".

La reciente burbuja inmobiliaria en España, en la que los bancos ofrecían insólitas facilidades de financiación, es un buen ejemplo de este proceso, en el que no faltaron rascacielos ni clamorosos errores de inversión. El primer efecto de estas inyecciones de crédito es una gran expansión económica. Los empresarios, incentivados por la financiación artificialmente barata, se lanzan a invertir, fundan o amplían empresas y crean muchos puestos de trabajo. El exceso de dinero dispara las acciones, los precios de la vivienda y los sueldos, lo cual contribuye a la falsa percepción general de prosperidad.

El crédito barato es como una raya de cocaína que causa euforia e invita al optimismo. Todos los proyectos empresariales se vuelven posibles, todas las inversiones parecen rentables. Se trata de un fenómeno que afecta también a los consumidores, haciéndoles perder la noción de la realidad. Según dos psicólogos estadounidenses, el exceso de crédito ha contribuido a crear en los últimos años una epidemia de narcisismo, un trastorno que implica una pérdida de conciencia sobre los propios límites.

Ese ambiente de expectativas exageradas es un caldo de cultivo para proyectos grandiosos como los rascacielos: "Casi nunca los construyen sus futuros ocupantes ni cuentan con clientes comprometidos de antemano", asegura Thornton. "La idea es constrúyelo, y vendrán. Por eso se pueden considerar indicadores de un exceso de confianza".

Una vez pasada la euforia, se impone la realidad. Antes o después se demuestra que la abundancia de crédito era un engaño: no hay ahorro insuficiente para respaldar la inversión masiva, no existen recursos para sostener todos los proyectos iniciados y muchos de ellos tienen que ser cancelados antes de culminar. En ese momento llegan el cierre de empresas, los despidos, las oficinas vacías, los edificios a medio construir y otras manifestaciones típicas de una recesión. Entre ellas, la cancelación de proyectos de rascacielos, en algunos casos antes de nacer (recientemente en Korea, Dubai e India) y en otros a medio terminar (Tailandia).

La maldición de los rascacielos afecta también a las compañías que deciden construirse uno propio. La Torre Sears, el edificio más alto del mundo desde 1973 hasta 1998, fue creada para albergar las oficinas de la legendaria compañía del mismo nombre. Al poco tiempo, las ventas del que era hasta entonces el mayor minorista del mundo comenzaron a caer, hasta el punto de que tuvo que vender el edificio, que ahora se llama Torre Willis.

Similares contratiempos perjudicaron a AT&T en 1984 y a AOL Time Warner en el 2003, tras la inauguración de sus flamantes rascacielos en Manhattan, así como a la empresa canadiense de gas Encana, cuyo valor en la bolsa ha caído más de un 20% justo este año en el que está previsto que termine de construirse su sede central, el edificio más alto del país fuera de Toronto.

Los propios rascacielos son a veces víctimas de este embrujo: el Empire State Building tuvo en sus comienzos una demanda de ocupantes tan escasa, en algunos momentos de apenas el 25%, que en los años 30 los neoyorkinos lo llamaban "the Empty State Building". Lo mismo le ocurre hoy al Burj Khalifa, donde apenas 100 de los 900 apartamentos disponibles están ocupados, y el precio de los alquileres ha caído a la mitad.

La próxima víctima, ¿China?

Si la maldición continúa, hay dos países que deberían preocuparse: Arabia Saudí, que acaba de anunciar la Kingdom Tower, un edificio que doblaría la altura del Burj Khalifa, y sobre todo China. En la nueva superpotencia, que ya cuenta con 200 rascacielos, tantos como EEUU, se van a levantar otros 600 durante los próximos cinco años, uno nuevo cada tres días. Si se completan todos los proyectos, en el año 2015 China contará con el segundo y el tercer edificio más altos del mundo, y con seis de los diez primeros.

Thornton cree que China muestra síntomas de la maldición, pero no afirma con rotundidad que vaya a sufrirla: "Es muy difícil distinguir entre el crecimiento normal y el crecimiento causado por un ciclo económico". Sin embargo cree que la ciencia económica es imprescindible para hacer un diagnóstico correcto. "La Teoría Austriaca (llamada así por la procedencia de sus principales autores), se basa en la distinción entre los tipos de interés reales, que son señales que generan desarrollo, y los tipos de interés falsos, señales erróneas que causan los ciclos económicos".

"Entender un rascacielos como una manifestación de un ciclo económico, y cómo los tipos de interés pueden ocasionar malas inversiones que canalizan recursos de forma inadecuada, ayudaría mucho a los economistas a entender la naturaleza de los ciclos y sus soluciones".

"El costo político de una nueva flexibilización cuantitativa podría haber aumentado demasiado"… Una nueva relajación cuantitativa costaría demasiado al gobierno del Reino Unido (The Wall Street Journal – 3/10/11)

Ahora se dice que QE, o flexibilización cuantitativa, es una mala palabra en los pasillos de Downing Street Nº 10.

Y existe una muy buena razón para ello: la inflación.

La presión alcista en los precios al consumidor se ha mantenido persistentemente alta mientras la economía del Reino Unido continúa inestable.

En otras palabras, la recuperación que podría haber hecho más soportable la inflación no se ha materializado y el gobierno ahora tiene que enfrentar una delicada situación de una población que ha experimentado un empeoramiento en su calidad de vida debido a que la inflación afecta cada vez más su poder adquisitivo.

Nuevas evidencias surgieron el viernes 30 de septiembre (2011), con el barómetro clave John Lewis de las compras de la clase media, que registró una caída de 1,7% en las ventas sin IVA la semana pasada, comparado con un año atrás. Otras cifras mostraron que la confianza de los consumidores había repuntado levemente, pero aún sigue en uno de los niveles más bajos de los últimos 37 años.

Entonces usted podría preguntarse ¿por qué una QE sería tanto problema?

En todo caso, mientras la economía continúa inestable, el respaldo para otra ronda de compras de activos está aumentando en el Banco de Inglaterra. Muchos analistas están esperando que el banco central anuncie otra ronda de 50.000 millones de libras esterlinas el próximo jueves (6/10), o de lo contrario, en su próxima reunión de política en noviembre (2011).

El problema es que la QE tal vez no sea la panacea que el banco espera.

Se podría decir que, dado el actual estado de la economía, el programa de QE que se lanzó inicialmente hace más de dos años no ha resultado un éxito rotundo.

Además, dada la flexibilización en la política monetaria que representan las compras de activos del banco central, también se podría argumentar que la QE ha contribuido a las presiones inflacionarias que ahora acosan a la economía.

Una nueva ronda de QE podría empeorar estas presiones, impulsar la inflación incluso por sobre el 5% que se proyecta para fin de año y llevar el fracaso de la recuperación al primer lugar de la agenda política.

Debido a que el gobierno de la coalición oficialista que lidera David Cameron sólo tiene una ventaja marginal sobre el Partido Laborista de oposición en las encuestas, esto sin duda serán malas noticias.

Cameron y el canciller George Osborne podrían determinar que deberán comenzar a socavar la credibilidad que han construido en el exterior, mediante su programa de austeridad al comprometer sus planes de recorte de gastos y aumentos tributarios sólo para mantener a la economía en equilibrio y fortalecer su respaldo a nivel nacional.

La advertencia que hizo en la primera semana de octubre (2011) Brigitte Bieg, gerente de cartera del Banco Nacional Suizo, sin duda causará alarma entre los políticos conservadores. Bieg indicó que si bien al Banco Nacional Suizo le gustaría aumentar la proporción de libras esterlinas en sus reservas internacionales, está "realmente preocupada" por la inflación en el Reino Unido.

"El Banco de Inglaterra dijo el jueves que comprará 75.000 millones de libras en bonos públicos británicos, en una nueva ronda de expansión cuantitativa con la que pretende estimular la estancada economía de Reino Unido"… El Banco de Inglaterra expande la relajación cuantitativa (The Wall Street Journal – 6/10/11)

El banco central británico dijo que el comité de política monetaria acordó financiar una segunda ronda de compra de activos con dinero de nueva creación para asegurar que la tasa de inflación no caiga por debajo del objetivo del 2,0% en el medio plazo.

"Las vulnerabilidades asociadas al endeudamiento de algunos países y bancos de la eurozona han supuesto severas tensiones en los mercados de financiación de los bancos y en los mercados financieros, de forma más general. Estas tensiones en la economía mundial amenazan la recuperación de Reino Unido".

El comité de política monetaria también votó mantener los tipos de interés sin cambios en el 0,5%.

La decisión de aumentar el programa de compra de activos no fue una sorpresa, ya que el Banco de Inglaterra ya había dicho en septiembre (2011) que era cada vez más probable que se embarcara en una nueva ronda de expansión cuantitativa. Sin embargo, el calendario de la ampliación sí que fue una cierta sorpresa, ya que los economistas consideraban que la decisión era más probable en noviembre.

El Banco de Inglaterra compró 200.000 millones de libras en activos, en su mayor parte bonos públicos, entre marzo de 2009 y febrero de 2010, en un esfuerzo por luchar contra la deflación.

El banco central dijo que las compras de bonos se completarán en cuatro meses y que se harán de manera uniforme en tres áreas de vencimientos. Añadió que el importe de la compra de bonos se mantendrá en revisión.

"Según un estudio realizado por el Instituto de Estudios Fiscales (IFS, siglas en inglés), una organización de investigación financiera independiente, los ingresos medios de la población bajarán un 7% hacia finales de la presente década. Como consecuencia, 3,1 millones de niños, un 23,1%, vivirán en la pobreza absoluta en 2020, frente a los 2,8 millones, un 21,1%, contabilizados en la actualidad"… La cuarta parte de los niños de Reino Unido, en la pobreza absoluta en 2020 (El Economista – 11/10/11)

La organización considera que esta situación se deberá a los recortes en los subsidios a las familias aplicados por el Gobierno de coalición y el aumento de los impuestos, como el Impuesto al Valor Añadido, que ha pasado del 17,5 al 20%.

El instituto define la pobreza "absoluta" cuando los ingresos de una familia están por debajo del 60% de la cantidad media establecida.

Por su parte, un portavoz del Gobierno ha afirmado que el estudio no tiene en cuenta el impacto que tendrá el cambio de comportamiento de la gente debido a las modificaciones en el llamado estado del bienestar, ya que la actual administración busca empujar a la gente a buscar trabajo para no depender de las ayudas estatales.

"Londres, la ciudad europea con más capitalismo por metro cuadrado, ha visto por fin cuajar un atisbo de protesta ciudadana por la crisis financiera. Si la convocatoria mundial del sábado congregó en la City a algo más de un millar de manifestantes y la policía impidió que tomaran la sede de la Bolsa, la casualidad ha querido que los indignados londinenses encuentren un campamento con el que no contaban: los aledaños de la catedral de San Pablo"… Los indignados se atrincheran en Londres (El País – 17/10/11)

Los manifestantes han tenido extraños aliados a la hora de crear este Sol londinense en el que hay un centenar largo de tiendas de campaña y todo tipo de precarias instalaciones. Por un lado, la policía, que al cerrar la entrada a la plaza del Padrenuestro para evitar la toma de la Bolsa, desvió la protesta a las escalinatas de la vecina catedral anglicana. Y por otro la Iglesia, y más concretamente el responsable de la catedral, el reverendo Giles Fraser, que ha aceptado la acampada debido al buen tono de la protesta. La Iglesia, como tantas veces, capaz de estar en misa y repicando.

Este mediodía, el ambiente era de febril actividad en la acampada frente a San Pablo. El tono festivo y soleado del sábado se ha transformado en ajetreo, como corresponde a un lunes a las puertas de la City. Por un lado, los acampados, que para evitar ser desalojados por la policía han aceptado ceñir la acampada a un perímetro determinado para no dificultar el paso de peatones. En ese perímetro, gentes de todo tipo, edad y condición se afanaban para poner en marcha lo que quieren convertir en un campo base de larga duración. Por otro, ajetreados banqueros observaban con curiosidad el campamento aprovechando la pausa de mediodía. Entre ambos grupos, varias manadas de periodistas a la caza de notas de color.

Un puñado de acampados discutían en asamblea la manera de proceder y las necesidades más perentorias. La limpieza es una de las más importantes, para no dar coartadas al enemigo y evitar un desalojo amparado en la higiene. La cocina. Los suministros de comida. Se debatió la delicada cuestión del reciclaje. Se pidió ayuda de todo tipo al mundo exterior; pero ojo, no a cualquier precio: no se admiten limosnas de MacDonalds, por ejemplo. Aquí no se vota propiamente porque esto es una asamblea, no un parlamento: cuando a uno le gusta algo de lo que escucha, levanta los brazos y mueve las manos como si estuviera a punto de empezar la ola en un campo de fútbol.

Uno de los parlamentarios se dirigió a un grupo de espectadores para pedirles con cierta sorna que la City colaborara con la acampada donando sillas de oficina para la universidad libre que se está montando. No todos sonrieron. A esas horas, decenas de banqueros y oficinistas cruzaban la zona del campamento con curiosidad y haciendo esfuerzos porno enviar señales de desprecio. Algunos se paraban a debatir con buen humor con los acampados. Otros leían con cierta cara de asombro las consignas de los acampados.

Uno de ellos, impecable traje y corbata -hoy en día, señal casi de rebeldía: la moda ha impuesto el uniforme de traje y camisa sin corbata- se declara "divertido" con lo que está viendo. No parece decirlo con ironía, pero tampoco parece divertido. En realidad, parece más bien ofendido. "Está muy bien que la gente proteste, ¿pero saben realmente lo que quieren?", se pregunta.

"Seguro que hay bancos que han cometido excesos, pero el 99% de la City la forman gente que trabaja mucho. No creo que esta gente sepa realmente qué es la City. De aquí salen montones de empresas, aquí es donde se crea empleo. La City es como el aceite que engrasa la maquinaria de la economía. Sin la City, habría que cambiar esa máquina. ¿Y cuáles la alternativa? ¿El comunismo? Ya sabemos qué ha hecho el comunismo y no creo que la gente esté realmente a favor de eso", comenta. ¿Durará la acampada? "Mmm… quizás sí", responde tras un momento de duda. "Hay mucho profesional del a protesta", añade con cierto desprecio. "Me llamo George, tengo 46 años y soy banquero", se identifica al despedirse. Y subraya con orgullo la palabra banquero.

Dani Pelos sí cree que hay alternativas. Minutos antes ha estado dirigiéndose a la asamblea para invitar a los presentes a participar en un grupo de trabajo sobre economía alternativa. Vestido también de traje y corbata, su aspecto contrasta con la ropa informal, tirando a cutre, del resto de participantes en la asamblea. Pero su pensamiento no viste ni traje ni corbata. Vive de asesorar a empresas que quieren aplicar un modelo económico en el que lo que importa no es el dinero que se llevan los accionistas, sino la riqueza social que se crea. Pero para eso, acepta, los activistas han de aprender a generar ingresos, no solo a gestionar gastos.

Dani reniega de "la política de relaciones públicas" con que las empresas británicas abordan su compromiso con las causas sociales. Por eso fue él quien advirtió a la asamblea que no se pueden aceptar donaciones de según quién. "Aquí se confunde la acción social con la caridad. Por eso las donaciones implican un dilema ético: de quién aceptamos dinero y de quién no", explica. ¿Dormirá esta noche con los acampados? "Mi mujer no me deja", se escabulle riendo mientras se va con un amigo a tomar café. Eso sí, reniega del Starbuck"s que tiene a la espalda. Prefiere el café colado que reparten en el comedor de la acampada. El sol se ha escondido detrás de unas nubes. Sopla una ráfaga helada de viento otoñal. Quizás sea el general Invierno el mayor enemigo de esta protesta.

– Gran Bretaña en el camino de la negación (Project Syndicate – 25/10/11)

(Por Andrés Velasco) Lectura recomendada

Santiago.- Si visita Londres por estos días notará algo extraño: mientras más se viene abajo la economía británica, con mayor vehemencia insisten los Ministros del gobierno de David Cameron y los economistas conservadores en que los recortes draconianos al gasto públicos son favorables para el crecimiento económico.

Algunos observadores perciben esta postura como un acto de fe (presumiblemente en las virtudes del libre mercado). Otros, como el economista Paul Krugman, lo ven como un acto de mala fe: los conservadores solo quieren reducir el tamaño del estado, sin importar las consecuencias que tenga para el crecimiento.

Pero… ¿hay un argumento serio que justifique recortar el gasto público para estimular una economía? La respuesta es sí. De hecho, hay dos argumentos. La investigación académica ha demostrado anteriormente que los dos funcionan en la práctica -por ejemplo, en Irlanda y en Dinamarca durante los años ochenta. Por desgracia para los conservadores, ninguno de los dos se aplica a la situación de Gran Bretaña hoy.

El primero de los argumentos enfatiza la relación entre la política fiscal y la monetaria. En un país con un amplio déficit fiscal, el banco central debe mantener elevadas las tasas de interés para controlar la inflación. En este escenario, los recortes al gasto crean un margen para que las tasas de interés caigan. Si el país tiene un régimen cambiario flotante, la moneda además se deprecia.

Estos dos cambios son buenos para la demanda y el crecimiento. Si su impacto combinado es mucho mayor que el efecto de contracción inicial del recorte del gasto, entonces la economía bien puede crecer después de una ronda de ajuste fiscal.

Resulta obvio que esta no es la situación actual de Gran Bretaña. La tasa de interés del Banco de Inglaterra se ha mantenido apenas por sobre cero durante más de dos años y medio. Independientemente de los planes fiscales del gobierno, esta tasa de interés no puede caer a menos de cero.

La segunda razón por la que una contracción fiscal puede ser expansiva es más sutil. En una economía en donde la deuda pública está aumentando rápidamente, mientras más se posponga un ajuste fiscal, más grande de doloroso deberá ser ese ajuste. Los hogares y las empresas lo entienden y dejan de consumir o invertir adelantándose a los duros recortes al gasto y a la subida de impuestos venideros. Así las cosas, un gobierno conservador que recorta el gasto hoy, les evita a los ciudadanos ese dolor futuro. De este modo el sector privado empieza a sentirse más rico y con optimismo vuelve a gastar, ayudando a que la economía prospere.

Dicho de otra forma: sin los recortes presupuestarios Gran Bretaña habría llegado a estar como España -o tal vez incluso como Portugal o Grecia. Una vez realizados los recortes, Gran Bretaña ya no corre el riesgo de parecerse a un irresponsable país mediterráneo. Por lo tanto, los británicos pronto empezarán a gastar de nuevo y el crecimiento económico llegará.

Hasta ahora todo bien -excepto que esta historia tampoco se aplica a Gran Bretaña. No hay indicios que el país haya estado al borde de una crisis de financiamiento. Los rendimientos a diez años de los bonos del gobierno británico alcanzaron mínimos histórico mucho antes de que Cameron llegara al gobierno. Si la crisis era inminente, los mercados claramente no se dieron cuenta. Además, si los recortes presupuestales del gobierno de coalición hubieran mejorado las expectativas de crecimiento futuro, esas mejores expectativas se habrían visto reflejadas en precios mayores de las acciones, y tampoco hay evidencia de esto.

En suma, la demanda privada en Gran Bretaña está paralizada en lugar de subir. Añádase a esto el colapso de la demanda del sector público resultante de los recortes al presupuesto, y en conjunto están todos los ingredientes necesarios para un estancamiento prolongado. Y un estancamiento, si no algo peor, es precisamente lo que están mostrando los recientes datos económicos británicos.

Mientras más dure esta situación, más grave será el problema. Los desempleados de largo plazo saldrán del mercado laboral. Las empresas que invierten poco dejarán de ser competitivas. En la jerga de los economistas, la baja demanda engendrará una baja oferta y una recuperación no inflacionaria será aún más difícil de lograr.

¿Qué debe hacer Gran Bretaña? Como la eurozona va de crisis en crisis, la salvación no vendrá del exterior. En casa el único instrumento disponible es la política monetaria no convencional. Recientemente el Banco de Inglaterra inyectó 75 mil millones de libras a la economía a través del llamado "relajamiento cuantitativo". Este es dinero de verdad, no sólo un acto de fe.

(Andrés Velasco, ex Ministro de Hacienda de Chile, es Profesor Visitante de la Universidad de Columbia. Copyright: Project Syndicate, 2011)

– Nadie habla del Reino Unido pero su situación es peor que tras la Gran Depresión (Negocios.com – 27/10/11)

(Por Carlos Montero) Lectura recomendada

Mucho se está hablando y escribiendo de Grecia, de Alemania, de Francia, de los países periféricos de la euro zona, de los EEUU, pero ¿y del Reino Unido? Parece que se está quedando al margen de las especulaciones del mercado, y de la mirada inquisitiva de las agencias de riesgo. Veamos cual es su situación actual. Las últimas encuestas indican que más del 50% de los ciudadanos del Reino Unido se encuentran a favor de la salida de la Unión Europea. Los británicos creen que la economía del país se verá afectada por la actual crisis de deuda en la euro zona, y consideran que estarían mejor por "libres".

A pesar de esa impresión por parte de sus ciudadanos, no parece que la causa de la actual situación de la economía Británica sea Europa. Mervyn King afirmaba que el actual escenario será peor que en la década de los 30, y así parece constatarse en un estudio realizado por Michael Saunders y Ann O"Kelly de Citigroup, que sostienen que este ciclo recesión-recuperación será peor que tras la Gran Depresión. Se tardará cerca de siete años en que la producción del Reino Unido alcance niveles precrisis.

John McDermott en FT, fundamentándose en parte en el estudio de Citigroup, ha realizado un interesante análisis en el que concluye que la recuperación actual del Reino Unido será peor que después de la Gran Depresión:

La economía del Reino Unido se enfrenta a dos "factores en contra": el reequilibrio interno (desde el gasto público y el de los consumidores, a las exportaciones y las inversiones) y la débil demanda externa. El primero consiste en pagar la deuda de los hogares, lo cual es difícil de hacer cuando los salarios están estancados, el desempleo está aumentando y la inflación sigue por encima del objetivo.

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El reequilibrio económico es necesario e inevitable, pero esto estrangula los catalizadores del PIB en el futuro cercano. El primer gráfico publicado es sorprendente. En él se comparan las contribuciones de los diferentes catalizadores de la producción en las recuperaciones de los años 80, principios de los 90 y la recesión actual. Analizando factor a factor vemos con claridad porque al Reino Unido le será tan difícil salir de la situación actual.

– PIB: Sigue siendo decepcionante, y rezagado de las otras dos recesiones.

– El gasto del consumidor: Plano. Esto no es sorprendente dado la cantidad de desapalancamiento necesario después del derroche de la década de 2000. Con caídas en el salario medio, y el alza del desempleo, es difícil ver una recuperación futura del gasto del consumidor.

– Inversión de las empresas. Relativamente buena hasta el momento. La reactivación del crédito debe proporcionar un nuevo impulso. Sin embargo, Citigroup está preocupado:

La incipiente recuperación de la inversión empresarial es probable que se frustre por el deterioro de la rentabilidad empresarial y la liquidez, junto por la debilidad de los mercados financieros. La inversión empresarial tiende a responder, con un desfase, a la brecha entre la tasa de retorno del capital y el costo del capital. La brecha entre estas medidas se amplió notablemente en 2009-10, ayudando a la muy fuerte recuperación de la inversión empresarial en 2010. En los últimos meses esta brecha ha girado negativamente, con la caída de la rentabilidad y de los precios de las acciones. Dudamos de que menores rendimientos a largo plazo estimulen la inversión a menos que las acciones suban significativamente. Recientes encuestas sugieren que la inversión empresarial se debilitará en los próximos trimestres.

– Consumo gubernamental. Esto es realmente interesante. Se ha señalado muchas veces en otros lugares, pero esto es un recordatorio gráfico de que la reducción del gasto público está aún por suceder.

– La demanda interna final. Esta es la contribución combinada del consumo privado, la inversión empresarial, la inversión pública y la vivienda privada. Creemos que Citigroup está preocupado porque las cifras del último trimestre del PIB "pueden haber incluido una contribución importante de los inventarios".

– Los salarios reales y los ingresos salariales. El asunto más urgente y la otra cara del gasto de los consumidores. Si la inflación cae, como se espera, entonces este factor debería mejorar, pero eso no cambia el hecho de que muchos británicos son más pobres y se sienten ahora más pobres que en los últimos años.

– Empleo. Este fue inicialmente el punto más brillante de la recuperación del Reino Unido. Sin embargo, el desempleo ha comenzado a incrementarse de nuevo y, por supuesto, aún no hemos visto el final de los recortes de empleo en el sector público. El desempleo juvenil es especialmente preocupante.

– Exportaciones. Alentados por una libra esterlina más débil, el crecimiento de las exportaciones ha reducido el déficit comercial del Reino Unido del 3,1 por ciento del PIB en 2010 al 1,7 por ciento en el primer semestre de 2011. Citigroup calcula que el Reino Unido tendrá un superávit en cuenta corriente "en los próximos trimestres". Sin embargo, la demanda externa no es lo que era y con Europa tal como está, no hay buenas perspectivas para el Reino Unido. "La dependencia del Reino Unido en las exportaciones y en la inversión empresarial como motores del crecimiento, limita la recuperación económica, y la hace más vulnerable a la mezcla actual de la débil demanda externa, el aumento de la incertidumbre y la debilidad de los mercados financieros", escribe Citigroup.

Conclusión: La recuperación del Reino Unido no tiene grandes áreas de fuerza Así que todo esto deja al Reino Unido sin fuentes reales de impulso económico: el gasto del consumidor se ve obstaculizado por las altas deudas privadas y el incremento del empleo, el gasto público disminuirá en términos reales, mientras que las exportaciones y la inversión empresarial tienen el peligro de empeorar.

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En el segundo gráfico vemos la comparativa de la salida de la recesión de la Gran Depresión, y de las recesiones medias de las décadas de los 70, 80 y 90, con las proyecciones actuales. Claramente vemos que el escenario que espera al Reino Unido, y podríamos extender esta consideración al resto de Europa, es peor que lo que hemos visto hasta ahora.

– Aumentos de sueldos de ejecutivos en el R. Unido contrastan con salarios de empleados (BBCMundo – 28/10/11) Lectura recomendada

Los jefes de las empresas más importantes del Reino Unido experimentaron importantes incrementos de sus ingresos anuales el año pasado.

El grupo de investigación Incomes Data Services indica que los directores de las principales 100 compañías registradas en la Bolsa de Londres gozaron de un aumento promedio del 40% de sus salarios (los presidentes del 46%).

El corresponsal de la BBC en asuntos de negocios informó que las cifras se dan a conocer en momentos en que muchos empleados están experimentando recortes reales de sus salarios al no poder mantenerse por encima de la tasa de inflación.

"Los indignados londinenses, que cumplen trece días acampados ante la catedral de San Pablo, insistieron hoy que no se marcharán pese a las presiones de la jerarquía anglicana y las autoridades locales, que buscan fórmulas para desalojarlos"… Los "indignados" de Londres no levantarán el campamento de la catedral de St. Paul (Gaceta.es – 27/10/11)

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El canónigo de la catedral, Giles Fraser, dimitió ese jueves (27/10) por discrepancias en la forma de gestionar la situación. La catedral abrirá este viernes sus puertas a los turistas, tras permanecer cerrada una semana, por primera vez desde la II Guerra Mundial.

Un centenar de manifestantes anticapitalistas que resisten bajo la lluvia delante del templo protestante, en pleno distrito financiero, están protagonizando un incómodo enfrentamiento con los responsables de la catedral, que se vio obligada a cerrar sus puertas el viernes 21 por seguridad.

Tras una semana sin recibir turistas y feligreses, algo que no sucedía desde la II Guerra Mundial, San Pablo anunció hoy que mañana abrirá sus puertas, pero el obispo de Londres, Richard Chartres, volvió a pedir a los "indignados" que "recojan sus tiendas voluntariamente". "Nos quedaremos el tiempo que sea necesario. Hasta que cambie este sistema corrupto", afirmó hoy a Efe uno de los acampados, que se hace llamar Johnny Love, en plena City o centro financiero de Londres. Otra "indignada" británica, Linsey Smith, está de acuerdo: "No pensamos irnos. Si la policía intenta echarnos resistiremos pacíficamente, con el sistema que utilizaba Ghandi".

En un principio, el movimiento anticapitalista planeaba instalarse delante del edificio de la Bolsa de Londres, pero al tratarse de una propiedad privada la policía no se lo permitió, por lo que acamparon muy cerca, a los pies de la catedral.

La proliferación de tiendas de campaña y manifestantes provocó el pasado viernes el cierre del templo, ya que las autoridades municipales consideraban que peligraba la seguridad de los visitantes. Desde entonces, los responsables de la catedral, que aseguran perder unos 18.000 euros al día por su clausura, han pedido en muchas ocasiones a los acampados que se vayan, aunque reconocen entender el fondo de sus argumentos.

Ante la negativa de los indignados, los responsables catedralicios han tenido que buscar una alternativa a los problemas de seguridad y hoy han anunciado que el templo volverá a abrir este viernes sus puertas para los turistas, que pagan 14 libras (unos 16 euros) por la entrada, y para los feligreses.

Para ello, se ha decidido instalar un pasillo alternativo de evacuación y se prevé reubicar la cocina del campamento y el lugar donde se aparcan las bicicletas de los manifestantes, que obstruían parte de la entrada del templo.

Sin embargo, la protesta y el enfrentamiento con los indignados ha dejado mella en la Iglesia Anglicana, ya que el canónigo de la catedral dimitió hoy por discrepancias en la forma de gestionar la situación. "Lamento mucho y siento tristeza al renunciar a mi puesto en la catedral de San Pablo", dijo en la red social Twitter Giles Fraser, que no ve con buenos ojos que sus superiores intenten echar a los manifestantes.

Los indignados agradecieron hoy el gesto y uno de ellos aseguró: "Está de nuestro lado, ha renunciado esta mañana oficialmente porque la policía y el Gobierno han presionado a la Iglesia para que nos vayamos".

A los acampados les queda ahora salvar otro escollo: el posible desalojo por parte de las autoridades locales de la City, que estudian medidas legales para hacerlo.

Pero no todo son muestras de rechazo e incomprensión para unos manifestantes, mayoritariamente jóvenes, que enseñan pancartas con lemas como "Libertad de expresión" o "Recicla el capitalismo".

Frente a la escalinata de la catedral, los indignados mantienen bajo la lluvia, sin ninguna protección, una supuesta instalación del cotizado artista callejero Bansky. Los acampados aseguran que personas del entorno del grafitero británico llegaron hace unos días con la obra, un juego del "Monopoly" de gran tamaño, para mostrar su apoyo al movimiento. De momento son muchas las dudas sobre la autenticidad de la instalación, sobre la que hoy caía la lluvia y que podría valer miles de euros si procede de las manos de Bansky.

"Si auténtica, es emocionante y, si no lo es, atrae a la prensa, así que está bien en cualquier caso", señaló Johnny, que no descarta venderla para apoyar económicamente al movimiento si Bansky "está de acuerdo".

"Los indignados que desde hace casi dos semanas ocupan una zona peatonal colindante con la catedral de San Pablo ya tienen a su primer mártir: Giles Fraser, rector de la catedral y el hombre que el sábado 15 de octubre se había convertido ya en un héroe al dar la bienvenida a los manifestantes anticapitalistas y pedir a la policía que no les desalojara con violencia y les permitiera acampar allí, ha dimitido de su cargo eclesiástico. Su marcha hace pensar que la policía londinense, con el apoyo de la Iglesia, se dispone a desalojar el campo por la fuerza en los próximos días"… De héroe a mártir de la ocupación (El País – 27/10/11)

A los pocos días de formarse, el campamento lo integraban ya casi dos centenares de tiendas de campaña la Iglesia de Inglaterra decidió cerrar la catedral al público por razones de seguridad. Un argumento sorprendente porque los campistas habían aceptado la requisitoria policial de delimitar su campo de manera que no impidiera el tránsito por la zona. Aún más: se organizaron de inmediato para evitar que las considerables actividades del campo -con cocina y todo- y el alivio de las necesidades fisiológicas provocaran un problema higiénico-sanitario que diera argumentos a la policía para el desalojo.

A pesar eso, y de que el campo ocupa prácticamente el mismo espacio que al principio, la Iglesia cerró la catedral, lo que provoca unas pérdidas diarias de 18.000 euros a la institución. El cierre ha tenido sobre todo el efecto de incrementar las críticas de los medios a la existencia del campo y la jerarquía eclesiástica ha pedido a los indignados que se retiren de allí porque ya han conseguido expresar las razones de su protesta. En un giro tan inusitado como la decisión inicial de cerrar, la Iglesia tiene previsto reabrir mañana viernes (28/10)

La ocupación, el posterior cierre y en general toda la manera de abordar la ocupación han creado enormes tensiones en el seno de la Iglesia. El rector Fraser advirtió que dimitiría si la Iglesia apoyaba el desalojo violento del campamento. Fraser ha hecho efectiva esa dimisión esta mañana (27/10) y la ha anunciado él mismo en su cuenta de Twitter: "Tengo que anunciar con gran pesar y tristeza que he dado mi preaviso [para dejar] la catedral de San Pablo". En declaraciones al diario The Guardian, Fraser explica: "He dimitido porque el capítulo de la catedral ha puesto en marcha una acción que puede significar que habrá violencia en nombre de la Iglesia".

Fraser, de 47 años, es un hombre muy peculiar. "El cura que prefiere los tejanos y las camisetas", como le ha retratado el corresponsal religioso del Guardian, Stephen Bates, es hijo de un oficial de la RAF, la fuerza aérea británica, y llegó a tentarle la idea de convertirse en capellán castrense. De origen judío, era trotskista de adolescente y se convirtió al anglicanismo en sus años universitarios. Casado y padre de tres hijos, profundamente de izquierdas, ha defendido la apertura de la Iglesia a los gays y es conocido por sus columnas periodísticas en el diario eclesiástico The Church Times.

"La Policía metropolitana de Londres ha desplegado unos 4.000 agentes para controlar de cerca la manifestación estudiantil que recorre en estos momentos, por ahora sin incidentes, el distrito financiero de la capital británica. Unos 5.000 estudiantes, según las primeras estimaciones de las agencias de prensa, se han sumado a la protesta en contra de la subida de tasas universitarias adoptada por el gobierno que preside David Cameron"… Miles de policías "escoltan" la manifestación estudiantil en la City (ABC – 9/11/11)

(16:28h)

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"Un gobierno de millonarios nos está diciendo que tenemos que pagar el triple de tasas", ha denunciado esta mañana Michael Chessum, uno de los líderes de la Campaña Nacional contra los Recortes y las Tasas.

Una manifestación similar, celebrada el pasado diciembre y en la que participaron unas 50.000 personas, terminó con fuertes incidentes violentos y la agresión al coche del Príncipe Carlos y su esposa por parte de un grupo de agitadores. Para impedir que se repitan escenas similares, la Policía envió esta vez cartas a los militantes de los grupos anti recortes en las que les advertía de las consecuencias de una deriva violenta de la protesta de hoy.

Scotland Yard ha desplegado fuertes cordones de policías a pie y a caballo para controlar los movimientos de la marcha, dentro de la estrategia de gestión de masas conocida como «kettling». En su carta, además, las autoridades advertían de que habían autorizado el uso de balas de plástico si se producían incidentes graves. Una amenaza que los grupos organizadores de la manifestación han calificado como «intimidatoria».

La marcha discurría sin incidentes en sus primeras dos horas. Sin embargo, un grupo de estudiantes se ha separado de la marcha y ha plantado una veintena de tiendas de campaña en Trafalgar Square, a los pies de la columna de Nelson, en solidaridad con los "indignados" acampados alrededor de la catedral de San Pablo.

Los convocantes tienen permiso para realizar un acto final en el corazón de la zona financiera por una duración máxima de dos horas.

"La policía de Londres arrestó un número todavía no confirmado de estudiantes que intentaron montar un campamento en la Plaza de Trafalgar, en el centro de la ciudad, como parte de la multitudinaria protesta de este miércoles contra las matrículas que empezarán a cobrar las universidades británicas el próximo año lectivo"… Londres: policía desmantela campamentos de estudiantes en la Plaza de Trafalgar (BBCMundo – 9/11/11)

(Última actualización)

La marcha, en la que participaron jóvenes y docentes, denuncia la aprobación de una medida que permite a las universidades cobrar hasta US$ 14.000 al año.

La policía desmanteló decenas de carpas y dispersó a varios manifestantes.

En las protestas del año pasado por este mismo motivo, que fueron más concurridas, se registraron episodios de violencia al margen de la marcha, por lo que esta tarde había unos 4.000 efectivos policiales en las calles que transitaron los manifestantes.

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Alma, corazón y vida: ¿y por casa como andamos? (economía y sociedad)

Opinión personal (todo lo que quepa en un simple blog)

Recordemos el cuento. "Un rey convoca a todos los mejores sastres de su reino para hacerle un traje especial con motivo de su coronación. De entre todos los sastres un tipo vivo con mucha labia y una arrolladora personalidad convence al rey y a sus dignatarios para que se lo encargue. El traje que él diseñaría, dice, iba a ser tan especial que sería verdaderamente mágico. Pero con una advertencia importante: este traje no podrá ser visto por los necios, solamente las personas inteligentes serán capaces de apreciarlo.

En el día señalado para la prueba, el rey contempla la mirada imperturbable y sonriente de sus ministros, ninguno de los cuales quiere parecer necio aunque, por supuesto, nadie ve ningún traje. El rey se pregunta ¿seré yo un necio? -y como tampoco quiere parecerlo premia y felicita al sastre por la maravilla del traje invisible.

Llega el día de la gran fiesta y el rey aparece en público, desnudo. Nadie quiere ser necio y todos le aplauden hasta que destaca la voz de un niño que grita ¡pero si el rey va desnudo!

El rey pierde la compostura e intenta taparse. A partir de aquí todos se dan cuenta de la superchería".

El cajón "desastre" del "coach" David: un TAC (reciente) del Reino "Hundido"

Las empresas tendrán más fácil despedir a los trabajadores… para "impulsar la recuperación económica". (10/1/11)

El Gobierno británico planea introducir cambios en las leyes de inmigración para reducir significativamente las trabas a las peticiones de residencia en el país por parte de grandes fortunas extranjeras que expresen su propósito de invertir en territorio británico. (7/2/11)

El gobernador del Banco de Inglaterra afirma que no es todopoderoso y el poder adquisitivo de los británicos regresará a niveles de 2005. (9/2/11)

"El Banco (de Inglaterra) no puede ni debería intentar evitar la caída en los niveles de vida", afirmó King, sosteniendo que esto es una consecuencia inevitable de la crisis financiera, y algo necesario para reequilibrar la economía británica. (9/2/11)

El Gobierno de coalición pretende poner fin al abuso de las subvenciones que se produce en el Reino Unido desde hace años. La reforma del sistema de ayudas presentada por el ministro de Trabajo, Iain Duncan Smith, está dirigida precisamente a fomentar la cultura del empleo y dificultar la vida regalada del sistema de bienestar británico. (21/2/11)

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Tim Geithner, declaró a la BBC que la regulación mínima del sector bancario en el Reino Unido contribuyó a las últimas turbulencias de las finanzas mundiales. (22/2/11)

La City de Londres, de poco más de 3 kilómetros cuadrados, es el centro financiero de la capital y al mismo tiempo núcleo de una vasta telaraña de paraísos fiscales que son o fueron hasta hace poco parte de la Corona británica. (28/2/11)

El Reino Unido podría sufrir otra crisis financiera como la de 2008 si no lleva a cabo una reforma de los bancos, advierte el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, quien acusa a las entidades de "explotar de forma rutinaria a sus millones de clientes". (5/3/11)

Brown admite que cometió "un gran error" en la manera en la que abordó la regulación financiera antes de que el sistema financiero se colapsara. Y añade que "tengo que aceptar mi responsabilidad". (11/4/11)

Reforma, sí. Revolución, no. El informe preliminar elaborado por una comisión independiente sobre la reforma del sistema bancario británico ha descartado la radical idea de separar por completo la banca comercial de la de negocios y apuesta por una combinación de medidas más moderadas como fórmula más viable para dar estabilidad al sistema financiero y evitar una crisis como la que empezó en 2007. (12/4/11)

Esa nación, o "Richistán", como la denomina el autor estadounidense Robert Frank, está formada por personajes de muy variado origen. La componen oligarcas rusos, jeques del Golfo Pérsico, petroleros texanos, magnates estadounidenses de internet, condes italianos, "bolligarcas" indios (en referencia a magnates de la industria del cine nacional, o Bollywood) y multimillonarios de los paraísos fiscales. Y Londres, la capital del Reino Unido, es un imán para ellos debido a una combinación de factores como bajos impuestos para los no residentes, la zona horaria, la lingua franca internacional que es el inglés, el estatus de centro financiero y los bienes y servicios de lujo disponibles. (15/5/11)

La economía de Reino Unido ha sido afectada de forma significativa por la crisis financiera y económica internacional. El PIB en 2010 fue un 4,5% más bajo que el pico alcanzado en la fase precrisis. El desempleo ha aumentado en más de 800.000 personas desde 2007 y las finanzas públicas se han deteriorado de forma abrupta, alcanzándose en el ejercicio 2010-2009 una cifra de déficit público del 10% del PIB, algo impensable en esta economía. (25/5/11)

La libra esterlina lleva más de 300 años en circulación y se le nota el kilometraje. Traquetea en las marchas más bajas de la política monetaria (con tipos de interés en el 0,5% desde marzo de 2009). Pierde terreno ante divisas más jóvenes como el euro, que desde su puesta en circulación se ha revalorizado un 23% frente a la divisa británica. Y necesita empujones multimillonarios de la imprenta del Banco de Inglaterra para poder seguir el ritmo del mercado (empezó con una inyección de 75.000 millones de libras y ya va por los 200.000 millones). En esas penosas condiciones, ¿hacia dónde se encamina la moneda de la reina? (1/8/11)

Los disturbios de Inglaterra son difíciles de comprender porque encierran diversos fenómenos a la vez. Algunos, conocidos: pobreza, delincuencia, exclusión social y compleja integración de las minorías étnicas. ¿Pero por qué había también jóvenes acomodados entre los alborotadores? (14/8/11)

La prestigiosa financiera británica Tullett Prebon ha publicado un informe sobre la situación de la economía de su país. El problema empieza con el abultado déficit. Para Tullett, "Reino Unido es un país europeo periférico cargado de deudas, un hecho que, de momento, sólo los mercados de divisas parecen haber reconocido". El primer problema se encuentra a la hora de determinar el verdadero volumen de la deuda británica. Los datos oficiales del Gobierno sitúan la deuda pública en 900.000 millones de libras esterlinas (1 billón de euros), lo que representa el 60% del PIB. Pero si se sigue el método del Tratado de Maastricht utilizado para los países de la zona euro se obtiene una deuda de 1,27 billones de euros -75% del PIB-.

Sin embargo, estos datos no incluyen los pasivos no financiados correspondientes a las pensiones que son, por sí solos, mayores que toda la deuda pública oficial, ya que alcanzan los 1,35 billones de euros. A los cuales se les puede añadir los 194.000 millones de euros del programa de pensiones PFI, situando así la deuda pública total en el 167% del PIB. Además, los costes potenciales de una intervención para rescatar al sector financiero ascenderían a 1,54 billones de euros. Esto representaría una deuda pública total del 239% del PIB.

Si tenemos en cuenta la deuda privada hay que añadir 1,38 billones de euros en hipotecas y 240.000 millones de euros en créditos al consumo. La deuda pública sumada a la privada, por lo tanto, asciende al 333% del PIB. La deuda exterior, que casi alcanza los 6,8 billones de euros supone cerca del 398% del PIB. (2/10/11)

Según un estudio realizado por el Instituto de Estudios Fiscales (IFS, siglas en inglés), una organización de investigación financiera independiente, los ingresos medios de la población bajarán un 7% hacia finales de la presente década. Como consecuencia, 3,1 millones de niños, un 23,1%, vivirán en la pobreza absoluta en 2020, frente a los 2,8 millones, un 21,1%, contabilizados en la actualidad. (11/10/11)

Londres, la ciudad europea con más capitalismo por metro cuadrado, ha visto por fin cuajar un atisbo de protesta ciudadana por la crisis financiera. Si la convocatoria mundial congregó en la City a algo más de un millar de manifestantes y la policía impidió que tomaran la sede de la Bolsa, la casualidad ha querido que los indignados londinenses encuentren un campamento con el que no contaban: los aledaños de la catedral de San Pablo. (17/10/11)

Las últimas encuestas indican que más del 50% de los ciudadanos del Reino Unido se encuentran a favor de la salida de la Unión Europea. Los británicos creen que la economía del país se verá afectada por la actual crisis de deuda en la euro zona, y consideran que estarían mejor por "libres".

A pesar de esa impresión por parte de sus ciudadanos, no parece que la causa de la actual situación de la economía Británica sea Europa. Mervyn King afirmaba que el actual escenario será peor que en la década de los 30, y así parece constatarse en un estudio realizado por Michael Saunders y Ann O"Kelly de Citigroup, que sostienen que este ciclo recesión-recuperación será peor que tras la Gran Depresión. Se tardará cerca de siete años en que la producción del Reino Unido alcance niveles precrisis.

Analizando factor a factor vemos con claridad porque al Reino Unido le será tan difícil salir de la situación actual (27/10/11):

– PIB: Sigue siendo decepcionante, y rezagado de las otras dos recesiones.

– Inversión de las empresas. Relativamente buena hasta el momento.

– Consumo gubernamental. La reducción del gasto público está aún por suceder.

– La demanda interna final. Las cifras del último trimestre del PIB pueden haber incluido una contribución importante de los inventarios.

– Los salarios reales y los ingresos salariales. Muchos británicos son más pobres y se sienten ahora más pobres que en los últimos años.

– Empleo. El desempleo ha comenzado a incrementarse de nuevo y, por supuesto, aún no hemos visto el final de los recortes de empleo en el sector público. El desempleo juvenil es especialmente preocupante.

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