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El español como lengua de poder en el fallido proceso de paz colombiano (página 2)


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Este recrudecimiento de la violencia política, que junto con los hechos violentos cotejados por el narcotráfico y por una delincuencia común que no termina de crecer, podría ser unas de las tantas explicaciones que serviría para entender por qué en Colombia el tema de la paz se convirtió en un asunto político de primera línea. Pero, este afán por hablar de paz guarda sus paradojas con la violencia, pues el discurso contemporáneo de la historia política de este país viene siendo marcado por el ascenso al poder de una elites frecuentemente cuestionadas por la comunidad internacional, debido a sus relaciones con la corrupción y el narcotráfico. Más no así en el interior del país en donde se hace una crítica velada, porque las elites son dueñas de los medios de comunicación masivos como son los periódicos y sus revistas, los canales nacionales de televisión, etc. También hay que hacer referencia a los académicos, historiadores, escritores, pensadores y demás personas que se han atrevido a criticar el régimen, sea de izquierda o de derecha, pues muchos de ellos han sido asesinados o han tenido que abandonar el país.

Para explicar esta dilación de la crítica con el poder se debe recurrir a los primeros referentes investigativos, ya que los analistas de las primeras décadas del siglo XX asumieron el discurso sobre la violencia como algo que debía ocultarse a la opinión pública. Esta posición favoreció a las elites que siguieron dominando sin contar con ningún tipo de oposición que analizara, desde su saber y entender, los asuntos de un poder que permitió que los colombianos asumieran la violencia como un atavismo cultural que se lleva hasta ahora como una carga que se debe soportar indefinidamente por el hecho de haber nacido en Colombia.

Y fue precisamente esta carga atávica la que movió a los analistas de las últimas décadas – a pesar del peligro que esto conlleva – a que se desacralizara el término "violencia"[10], hasta el punto de convertirlo en un referente histórico privilegiado, el mismo que ha propiciado no solo la renovación de la investigación social sino que ha conducido a que se realicen esfuerzos colectivos para emprender diálogos de paz entre el gobierno colombiano y las FARC-EP.

Estos esfuerzos por lograr la paz datan con más evidencia desde 1953: el país venía de vivir uno de los períodos más violentos de su historia y que tuvo su origen el 9 de Abril de 1948, cuando fue asesinado el líder de ideología liberal, Jorge Eliécer Gaitán. Este hombre "pertenecía a la Colombia que no se podía mostrar, a la de todos los días, a la de la miseria. Más aún, Gaitán la representaba. Con su asesinato irrumpió precisamente el rostro oculto de Bogotá y de Colombia; el rostro de la ira, de las frustraciones, el rostro del pueblo. Una multiforme insurrección, la más compleja de los tiempos modernos había estallado". (Sánchez G., Gonzalo, 1989: 132).

El saqueo se convirtió en la forma predominante de esta protesta social. Así mismo, el terror invadió todo el territorio: a todo lo ancho y a todo lo largo, la tierra se fue llenando de cadáveres, cuya muerte se lograba por medio del asesinato mezclado con rituales de tortura tan macabros que se convirtieron en una marca indeleble para la conciencia colectiva colombiana. Desde ese entonces, Colombia ha asumido la violencia como algo connatural a su existencia. Para posibilitar una explicación a esta construcción atávica colectiva, cabría recordar aquí las palabras de Karl Marx en El Dieciocho Brumario De Luis Bonaparte cuando dice lo siguiente:

"Los hombres crean su propia historia, pero no la crean simplemente como ellos quieren, no la crean en circunstancias elegidas por ellos mismos, sino en circunstancias directamente encontradas, dadas y transmitidas desde el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas pesa como una pesadilla en la mente de los vivos" (Traducción de Oliver Schulze, 2000:2454).

Para las elites de derecha que ostentaban el poder, la violencia se convirtió en un problema de anarquía que se debía encauzar. Fue así como se pensó en el ejercito como primer salvaguarda que ayudara a calmar la insurrección, y aprovechando un anormal golpe de estado se les delegó a los militares la tarea política de pacificar el país, permitiendo que el 13 de Junio de 1953 asumiera el poder el general Gustavo Rojas Pinilla cuyo lema de gobierno fue "paz, justicia y libertad". Este nuevo "pacificador" contó con el regocijo nacional que vio en el militar la insignia de la paz.

Pero el gobierno de Rojas Pinilla más que aplicar políticas de paz, se convirtió en un régimen dictatorial que fue derrocado por los gremios de industriales, comerciantes y terratenientes, los mismos que conformaban las elites que antes habían propugnado porque el ejercito pacificara el país y que vieron en Rojas Pinilla y en sus programas, una lesión a sus intereses mercantiles. Con el derrocamiento del militar, el sector popular quedó desprotegido y los guerrilleros que no habían entregado las armas se reafirmaron en su lucha contra el estado, refugiándose en las montañas para huir de la persecución de que fueron objeto por parte de un ejército recién modernizado con la ayuda económica de los Estados Unidos.

Fue así como se empezaron a consolidar una serie de grupos guerrilleros de inspiración comunista: Ejercito de Liberación Nacional (ELN), Ejercito Popular de Liberación (EPL) y las FARC que se harían más fuertes en la medida en que recibían influencias de la revolución cubana. Y así cada gobierno – pasando por la fórmula del Frente Nacional[11]que tenía por objeto conseguir la convivencia perdida y terminar con la violencia que se había incrementado con los sucesos de 1948; o por la política de paz del Presidente Belisario Betancur Cuartas que fue el primero en promover con los grupos al margen de la ley la paz negociada, la secuencia de la amnistía política, el cese al fuego y el indulto total para lograr la normalidad en la nación, hasta llegar al gobierno del presidente Andrés Pastrana Arango que bajo su lema "Alianza por el Cambio", se dio a la tarea de hacer efectivo el clamor nacional por la paz y aunó el camino para que se realizaran los primeros diálogos de paz entre el gobierno y las FARC – EP –, ha convertido la paz en una especie de icono que a medida que pasan los años, va tomando la forma de un mito inalcanzable para el pueblo colombiano que percibe cómo la paz siempre está presente en las contiendas electorales, pero que desaparece como por encanto cuando se aplican los programas de gobierno.

Y esta sensación de desesperanza se puede aplicar al fracaso del proceso de paz[12]entre el gobierno colombiano y las FARC –EP que tuvo sus inicios el 15 de Junio de 1998 y su total ruptura el 20 de febrero de 2002: con el fracaso de un EstadoNación dividido en dos partes, la de aquellos que crean unas leyes inscritas en la constitución y las acatan y la de los otros que crean sus propias leyes y las respetan, reina la vaguedad. Bastó dirigir la ilusión de los colombianos hacía el fin patriótico de hallar una paz negociada que evitara más muertos para que todo diera un giro de 180 grados debido, en parte, a la torpeza de las negociaciones a las que se sumaron la arrogancia, las masacres y los secuestros de las FARC-EP y de los grupos paramilitares quienes actuaron, en muchas ocasiones, bajo el amparo del ejército nacional.

Pero, ¿qué han dejado estas políticas de paz al país y a las guerrillas?[13] Desde 1982, estas políticas dieron – o quitaron en algunas ocasiones – a las guerrillas el estatus de interlocutores válidos, permitiendo que ganaran tiempo para reafirmarse con fundamentos sólidos de legitimación social. Para el país quedó la desmovilización de unos cuatro mil guerrilleros entre 1990 y 1994. Pero muchos de los reinsertados se volvieron a organizar en diversas formaciones armadas al margen de la ley, y las elites de estos grupos reinsertados, entraron a participar en programas políticos de la administración pública.

Colombia sigue clamando por una paz que nunca llega, y para abrir nuevas posibilidades que permitan mejorar las condiciones de otra posible negociación de paz, se hace necesario estudiar, desde el análisis critico del discurso, parte del discurso utilizado para construir este primer intento de negociación, el mismo que permitirá dar respuesta a la siguiente pregunta:

¿Cuáles fueron, desde el discurso, las asimetrías de poder que intervinieron para que cesaran los diálogos de paz en Colombia?

La respuesta, desde el ACD, a esta pregunta será crucial para llegar a dilucidar inquietudes sociales de gran relevancia para el país, las mismas que se podrían resumir en los siguientes interrogantes:

  • ¿Estamos preparados los colombianos para escuchar, entender y aceptar los diferentes discursos que intervienen en un proceso de paz?

  • ¿Existe una verdadera intencionalidad de paz en ambos bandos del conflicto?

  • ¿A quién le interesa la paz en Colombia?

Teniendo en cuenta que en una democracia tan débil como es la colombiana, los medios de comunicación pertenecen a las elites y que son utilizados por estas para reproducir sus discursos, se podría buscar en estos medios algunos elementos del discurso que lleven a entender la falta de consenso de ambos bandos para llegar a la paz. Pero, bien se sabe que medios como los periódicos, solo escriben aquellos artículos y reportajes que alimentan los perjuicios de sus lectores. En palabras de Van Dijk, un prejuicio es una actitud social de grupo y viene a formar parte de la cognición social: "la gente no tiene prejuicios cuando nace, es algo que se aprende; pero, ¿cómo se construyen? A través de trabajos de investigación se sabe que proceden de relaciones con otras personas, de la socialización de la familia; pienso que también colaboran en su construcción la prensa, la televisión, las noticias, los textos escolares en la escuela, la comunicación profesional, los textos científicos, pues todavía hay investigadores que hacen trabajos sobre relaciones étnicas (T. A. Van Dijk. Discurso. Poder y discriminación. Conferencia UNESCO, 1984). Las noticias refuerzan estereotipos cimentados en la sociedad y utilizan con frecuencia argumentos, metáforas y figuras retóricas que puedan alimentar ciertas actitudes prejuiciosas. De esta forma, el discurso político y los medios de comunicación ejercen su influencia sobre las formas y la intensidad del discurso prejuicioso e inciden en la formación del discurso público: "cuando la prensa repite más o menos lo que dicen los políticos o la clase dirigente, entonces se crea un círculo muy difícil de romper" (T. A. Van Dijk, 1984). Es el mismo círculo que se inserta en las mentalidades de aquellos que dependen del discurso de las elites para explicar su realidad.

Esta es la forma como las actitudes y creencias de los grupos dominantes, de las elites sociales, bien sea políticos, profesores, gerentes, periodistas, especialistas, etc., son transmitidas por los medios de comunicación para controlar el discurso público, pues ellos conforman el grupo de la gente que tiene el poder, y son quienes utilizan el discurso y la comunicación como su principal recurso para manipular los actos de los demás: los grupos dominantes son los que tienen acceso a la manipulación y al uso de las estructuras discursivas de dominación, de desigualdad y limitaciones de libertad (Van Dijk, 1984, 1987, 19993). Las elites, según Bourdieu (1976) están formadas por aquellas personas que de una u otra forma determinan el capital simbólico del discurso público, es decir, que son quienes formulan o evalúan los distintos asuntos que guardan relación con los asuntos minoritarios, y en virtud de su habilidad para determinar un conjunto inicial de parámetros discursivos que tengan incidencia en lo público, así son capaces de formular un consenso de rechazo hacia las ideologías de los grupos disidentes, en este caso, los colombianos.

En este trabajo nos centraremos en el discurso público utilizado no solo por las partes en conflicto sino por la sociedad civil, discurso que fue utilizado parta dar inicio y progresión a las negociaciones, hasta llegar a la total ruptura del proceso. Como ya se dijo antes, la investigación se enfoca desde el análisis crítico del discurso (ACD) que utiliza el acercamiento interdisciplinar[14]para poner en evidencia los problemas sociales relevantes y que por lo común aparecen develados por el grupo en cuestión (Wodaket al, 1990).

A este respecto Van Dijk dice que "más allá de la descripción o aplicación superficial, la ciencia crítica se plantea preguntas de mayor alcance en los distintos dominios, preguntas referentes a la responsabilidad, los intereses y la ideología. En vez de centrarse en problemas puramente académicos o teóricos, parte de los problemas sociales imperantes, y a partir de ahí elige las perspectivas de aquellos que sufren más y analiza críticamente a aquellos en el poder, aquellos que son responsables y que tienen los medios y las oportunidades solucionar tales problemas. Tan simple como eso" (1984). Pero, para hallar los planteamientos correctos en la construcción de aquellos interrogantes que lleven a dilucidar las asimetrías de poder en el fallido proceso de paz colombiano, esta investigación no solo se avala por la ciencia crítica sino por unos objetivos precisos que ayuden a delimitar el alcance en dominios tales como los intereses de clase y las ideologías.

Objetivos

Los valores que inspiran esta investigación – desigualdad, injusticia social y relaciones de poder – han de ser revelados por medio del análisis crítico de los discursos que se generaron en los diferentes contextos[15]del proceso de paz. Por eso, este trabajo parte del objetivo central del ACD:

Saber cómo el discurso contribuye a la reproducción de la desigualdad y la injusticia determinando quiénes tiene acceso a estructuras discursivas y de comunicación aceptable y legitimada por la sociedad.

Llegados a este punto, se hace indispensable mencionar los objetivos más importantes del ACD (Menz, 1980; Wodak, 1990) y que serán las metas a las que pretende llegar esta investigación:

  • Desenmascarar la desigualdad, las relaciones de poder, las injusticias, etc. Debe ser el interés principal del investigador.

  • Investigar el comportamiento del lenguaje en situaciones naturales de habla con relevancia social (Instituciones, medios de comunicación, etc.).

  • Hacer un estudio interdisciplinar de los fenómenos sociales para develar su complejidad.

  • Reflejar en la teoría y en la metodología la perspectiva histórica, teniendo en cuenta que los procesos sociales son dinámicos y no estáticos.

  • Tratar los temas de la investigación como ideas que le ayudan al investigador a tomar partido, ya que la investigación incluye a los "investigados" a quienes, si es posible, se les deberá ayudar.

  • Incluir propuestas para la puesta en práctica de los resultados de la investigación.

  • Elucidar estrategias de uso de legitimación y de construcción de la dominación que se enmarcan en el abuso de poder.

Marco discursivo

Al analizar discursivamente un texto se precisa hacer la distinción entre texto y contexto, ya que el acercamiento se hace más eficiente en la medida en que se evidencia el marco discursivo del mismo, es decir, en cuanto se manejen las características sociales y de género en las que el texto se enmarca y que son necesarias para comprender su significado y su valor dentro del orden discursivo. Siguiendo a Foucault (1999), se podría decir que cada sociedad configura determinados mecanismos que afectan la producción de los discursos (restringiendo a determinados individuos, seleccionando los temas que puede abarcar, controlando su distribución, por ejemplo, así como su recepción, limitando el acceso al mismo, o seleccionando determinados valores de verdad para ellos), de tal manera que el conjunto de discursos que la sociedad genera deben ser considerados como "prácticas discontinuas que se cruzan, a veces se yuxtaponen, pero que también se ignoran o se excluyen" (Foucault, 1999:53).

Para el ACD, estos mecanismos que afectan la producción del discurso se conocen como acceso activo controlado, es decir, que las elites tienen acceso activo controlado a muchos elementos del evento de la comunicación: establecen la determinación de los tópicos determinado quién debe hablar, sobre qué y en qué momento. Los otros, los grupos dominados tienen acceso activo solamente a conversaciones privadas, acceso pasivo a los medios de comunicación y un acceso parcialmente controlado a los diálogos institucionales (Van Dijk, 1984).

Cabría hablar aquí también de la economía de los discursos (Martín Rojo, 1998: 14) que determina cómo se regula socialmente la producción discursiva en nuestra sociedad; cómo se establecen normas y restricciones que los discursos deben cumplir en los distintos contextos, cómo se bloquea o, al menos, obstaculiza el acceso a aquellos discursos que no satisfacen estas regulaciones.

Un concepto que podría ayudar a comprender mejor el marco discursivo es el aportado por Norman Fairclough en su obra Discourse and social Change (1999: 23): "Si se pretende llevar a cabo un análisis sobre un texto (o corpus de texto) determinado, se debe atender a sus condiciones discursivas, es decir, a las características que tiene en relación con el género en el que se encuadra, así como las particularidades de ese género (que no tiene por qué coincidir con los géneros discursivos actuales). Además, en un nivel macrolingüístico, se debe imbricar el texto como práctica discursiva de una sociedad concreta, para la cual desempeña determinadas funciones y tiene unos valores relativamente estables.

Esta noción de marco discursivo del texto conduce a la noción de estructuras y estrategias discursivas (Van Dijk, 1984, 1987, 1993) las mismas que al analizar un texto, permiten hacer una distinción entre texto y contexto.

2.1 Análisis del contexto

En el contexto, como ya se dijo antes, se tiene a los participantes, el tiempo y el lugar de la situación de producción del discurso. Para el caso que nos ocupa, como es el fallido proceso de paz colombiano, el contexto del discurso se empezó a delimitar desde las primeras reuniones que sirvieron para emitir comunicados conjuntos en los que se dejaba muy claro el nombre de los participantes, elites conformadas por representantes del gobierno nacional, cuyo principal represente se designó con el nombre de "Alto Comisionado de Paz". Así mismo, estaban las elites de la guerrilla, todos ellos pertenecientes a lo que en su estructura armada se conoce como Estado Mayor de las FARC – EP, y que fueron designados como Negociadores. El gobierno nacional envió también a sus negociadores, todos ellos miembros de las elites políticas, académicas y económicas del país.

En cuanto al lugar de la situación de producción del discurso, el gobierno ante la desconfianza y el rechazo de las FARC –EP de iniciar los diálogos en el Palacio de Nariño, en Bogotá, pues temían convertirse en un blanco fácil de los grupos de ultraderecha, se vio en la necesidad de crear por medio de la ley 418 de 1997 una zona especial de diálogo, nombrada para la ocasión como zona de despeje. De esta forma, y por consenso, ("el poder no se restringe al ejercicio de la fuerza o al imperio de la ley, sino que se extiende a las asimetrías entre los participantes en los eventos discursivos, o en sentido inverso, una difusa y desigual capacidad para controlar la distribución, producción y consumo de textos (Fairclough, 1996; Wodak, 1996). Gran parte de este poder que se invierte y circula en el discurso funciona por consenso, aunque se sostiene gracias al apoyo de una estructura económica y política de medios de comunicación")[16] ambas partes emitieron a la opinión pública comunicados como el siguiente:

Comunicado N-2 de la Mesa de Negociación

Acuerdo de metodología

Los voceros designados por el gobierno nacional y las FARC-EP para las negociaciones, reunidos en el municipio de San Vicente del Caguán, el día 2 de noviembre de 1999, con relación al desarrollo de la negociación de la agenda acordada el 6 de mayo de 1999, acuerdan la siguiente metodología:

1. Sesiones: la mesa de negociación se reunirá los días jueves, viernes, sábado y domingo, cada dos semanas pero podrá realizar mas reuniones cuando así lo disponga. En cada reunión se acordaran los temas o asuntos a tratar en la siguiente.

2. Lugar para las reuniones de la mesa de la negociación: teniendo en cuenta que el gobierno nacional de conformidad con la ley 418 de 1997, determino la creación de una zona especial para que las partes puedan adelantar las conversaciones tendientes a buscar una solución política negociada al conflicto social y armado que vive Colombia, establecen como sede principal de la mesa nacional de los diálogos de la negociación, el municipio de San Vicente del Caguán. Allí establecerá un lugar en donde se realizarán las reuniones correspondientes. Sin perjuicio de lo anterior, las partes podrán celebrar reuniones en cualquiera de los otros cuatro municipios de la zona de distensión.

3. Invitación a expertos o a otras personas. La mesa de los diálogos para la negociación podrá solicitar el concurso de expertos o de personas o instituciones en los asuntos que deba evacuar.

4. Grabaciones: de las reuniones de la mesa de negociación no se levantaran actas ni se realizaran grabaciones de ninguna especie. Cada una de las partes llevara a cabo sus propias a notaciones y las decisiones constaran en los comunicados conjuntos a la opinión publica.

5. Medios de comunicación: según lo acordado en la reunión celebrada en Uribe el día 25 de octubre y con el fin de mantener debidamente informada a la opinión publica, y cuando la mesa de negociación lo considere pertinente, se expedirán comunicados conjuntos, que permitan expresar en una sola voz, el desarrollo de las negociaciones. Solamente los voceros designados por la mesa podrán dar declaraciones a los medios sobre los temas tratados.

6. Los integrantes de la mesa de los diálogos de la negociación escucharon el informe de los coordinadores del Comité Temático, los cuales fueron analizados con la presencia de la totalidad del Comité Temático. Después de realizados los comentarios correspondientes se determino realizar los ajustes del caso para ser presentados nuevamente a su consideración el próximo día 5 de noviembre por conducto de los coordinadores.

Por el Gobierno Nacional

Víctor G. Ricardo Alto Comisionado para la Paz

Camilo Gómez

Fabio Valencia Cossio Pedro Gómez Barrero Juan Gabriel UribeGonzalo Forero DelgadilloNegociadores

Nestor Humberto MartínezCoordinador Comité Temático

Por las FARC

Raúl ReyesJoaquín GómezFabián Ramírez

Negociadores

Iván RíosCoordinador Comité Temático

Agencia de noticias Nueva Colombia. http://www.anncol.com/

El contexto se controla a través de los sujetos más poderosos, los mismos que seleccionan el lugar, los participantes, las audiencias, los actos de habla[17]el tiempo, los temas[18]el género[19]y los estilos[20]En el control del contexto existe un control sobre las estructuras de interacción que se pueden identificar de la siguiente forma:

  • Selección de turnos, distribución de papeles. Los grupos dominantes pueden determinar quién puede hablar (escribir) de un determinado tema, a quién puede dirigirse, de qué manera y en qué circunstancias.

Aquí toma gran importancia el papel discursivo del hablante y las categorías fijas tradicionales que se han definido socialmente: quién comienza el discurso, quién lo puede continuar, quién lo puede cerrar. En el caso del proceso de paz, se creó un comité temático como único organismo encargado de seleccionar los temas, los turnos y la distribución de papeles, quedando registrado de la siguiente manera:

Comunicado N-3 de la Mesa de Negociación

Acuerdo sobre audiencias públicas los voceros designados por el gobierno nacional y la FARC-EP para las negociaciones, reunidos en el municipio de San Vicente del Caguán, el día 5 de noviembre de 1999, acerca del desarrollo de las audiencias publicas y el funcionamiento del Comité Temático Nacional acuerdan:

I. Funciones y facultades del Comité Temático Nacional

1. El comité temático nacional es un órgano anexo, auxiliar y dependiente de la mesa nacional de diálogos y negociación, creado por esta de manera paritaria con hasta veinte integrantes para que, con base en las instrucciones y los lineamientos que de común acuerdo se definan en ella, sirva de puente entre todos los sectores de la sociedad colombiana que han de aportar propuestas e ideas en torno a los temas de la Agenda Común por el Cambio Hacia una Nueva Colombia, que se sometan a su consideración, a través de las audiencias publicas.

2. El Comité Temático Nacional tendrá dos coordinadores, uno designado por el Gobierno Nacional y otro por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC-EP, quienes trabajaran de común acuerdo con base en las orientaciones de la mesa nacional de diálogos y negociación, y le informaran a esta periódicamente acerca de los resultados de la participación popular en las audiencias publicas. Elaboraran cronogramas periódicos, un formato para entregar la información a la mesa nacional de diálogos y negociación, así como fichas técnicas de las propuestas, apoyados para esto en una secretaria técnica. Deberán convocar reuniones preparatorias de las audiencias en las cuales se distribuirán las tareas a los miembros del Comité.

3. Los integrantes del Comité Temático asumirán roles asignados por los coordinadores en las reuniones preparatorias de las respectivas audiencias, como el de moderadores y relatores.

4. El Comité Temático organizara las audiencias publicas, dirigirá las reuniones, escuchara a la gente, tomara atenta nota de los planteamientos y los sistematizara desarrollando las opciones recomendadas por los asistentes a las audiencias, para luego transmitirlos a la mesa de diálogos y negociación. El Comité no tendrá autoridad para hacer compromisos. Tampoco podrá desarrollar reuniones distintas a las que oriente la mesa nacional de diálogos y negociación. Sus integrantes deberán abstenerse de utilizar el espacio del proceso de audiencias para hacer proselitismo político, electoral, o para otros objetivos personales o de grupo.

5. Los pronunciamientos públicos del Comité Temático, en los casos en que sean pertinentes y necesarios, se harán a través de comunicados elaborados en conjunto y con la autorización de la mesa nacional de diálogos y negociación. Para estos efectos actuaran como voceros los coordinadores del Comité.

6. Los coordinadores del Comité Temático podrán adoptar medidas conducentes al cumplimiento por parte de sus integrantes, de las normas aquí establecidas.

7. La sede del Comité Temático será en el municipio de San Vicente del Caguán. Podrá haber sedes alternas transitorias en uno cualquiera de los otros municipios de la zona.

II. Metodología de las audiencias publicas.

1. Las audiencias publicas son encuentros presenciales del Comité Temático con diferentes sectores de la sociedad, en los cuales se escuchan y recogen los planteamientos, ideas y propuestas de los colombianos, sobre los temas que determine la mesa nacional de diálogos y negociación con el objetivo de enriquecer en esta la discusión de la agenda y dimensionar la participación de todos los colombianos en el proceso de búsqueda de la reconciliación.

2. En las audiencias no se deberá discutir el mérito de las propuestas, opiniones y planteamientos, ni formular calificativos relativos a las personas. Tampoco las audiencias son para debates, ni se pretende en ellas llegar a consensos entre las partes, ni entre estas y terceras personas.

3. Las audiencias publicas se realizaran en la zona que fue creada para que todos los colombianos tengamos un espacio sin confrontación armada en el cual podamos encontrarnos, conversar y ponernos de acuerdo en cual es el país que queremos. La sede principal para las audiencias será en el área del municipio de San Vicente del Caguán y se podrán realizar en cualquiera de los otros cuatro municipios de la zona. La posibilidad de realizarlas en otros sitios o en el exterior con los colombianos que viven fuera del país, la decidirá la mesa nacional de diálogos y negociación.

4. Como herramientas complementarias especialmente para la promoción, convocatoria y explicación a los colombianos acerca de las audiencias publicas, el Comité Temático podrá desarrollar teleconferencia. La mesa nacional de diálogos y negociación considerara cuando autoriza el uso de teleconferencia para facilitar la participación en las audiencias. Igualmente el Gobierno Nacional propiciara un mecanismo de correo normal, correo electrónico, telefonía y telefax gratuitos, para que las personas que no puedan asistir a las audiencias, puedan enviar sus propuestas y se posibilite responderles acusando recibo.

5. La campaña masiva de promoción y explicación de las audiencias se debe iniciar lo mas pronto posible utilizando materiales elaborados conjuntamente en forma de cartillas didácticas, afiches, pagina Web, cassettes y videos para transmitir a través de los medios masivos de comunicación, programas en señal Colombia con extensión a pantallas gigantes donde sea posible, y de la radiodifusora nacional.

6. En concordancia con los temas que la mesa vaya acordando, se harán llamamientos y convocatorias publicas muy amplias, utilizando todos los medios posibles, para que asistan las personas interesadas por la problemática a tratar en cada momento. En todo caso, el Comité Temático garantizara la convocatoria y participación representativa, abierta, democrática, ordenada y plural de los colombianos.

7. Para los llamamientos y convocatorias el Comité Temático determinara las organizaciones en las cuales se pueda apoyar en las diferentes zonas del país.

8. El Comité Temático organizara un sistema de inscripciones y control de los asistentes a las audiencias

9. Las audiencias serán transmitidas en directo o en diferido por señal Colombia y la radio nacional. También se utilizaran para esto las pantallas gigantes, cuando sea posible.

10. Los Coordinadores del Comité Temático acordaran el apoyo logístico necesario para las audiencias. El gobierno nacional facilitara los mecanismos y recursos necesarios para el buen funcionamiento de aquellas.

11. Las modalidades de las convocatorias y de las audiencias publicas pueden ser: según la temática abordada por la mesa nacional, o según los sectores afines aun tema, que la mesa nacional acuerde llamar.

12. Se creara la gaceta de las audiencias, como boletín de circulación mensual, exclusivamente para publicar los informes oficiales de las actividades del Comité.

Por el Gobierno Nacional

Víctor G. Ricardo Alto Comisionado para la Paz

Camilo Gómez

Fabio Valencia Cossio Pedro Gómez Barrero Juan Gabriel UribeGonzalo Forero DelgadilloNegociadores

Nestor Humberto MartínezCoordinador Comité Temático

Por las FARC

Raúl ReyesJoaquín GómezFabián Ramírez

Negociadores

Iván RíosCoordinador Comité Temático

Agencia de noticias Nueva Colombia. http://www.anncol.com/

  • Acceso diferencial a los actos de habla[21]Quien tiene el poder determina el género que se utilizará en una situación de habla. Quien controla el género discursivo ejerce también un control sobre los actos de habla.

En resumen, el contexto discursivo no solo está compuesto por los elementos lingüísticos que nos proporcionan los datos que son necesarios para entender el mensaje, sino por todos aquellos elementos físicos y culturales que acompañan la emisión y la recepción del discurso. Por eso, cuando las personas leen un texto luego no recuerdan tanto su significado sino más bien el modelo que construyen acerca del hecho sobre el que trata el texto.

2.1.1 El concepto de modelo

La comprensión de la noción de modelo se hace más que necesaria para entender esta parte del contexto dentro del análisis crítico de discurso. En palabras de Van Dijk, el modelo en el discurso funciona porque "(…( los usuarios del lenguaje no construyen meramente una representación (semántica) del texto en su memoria episódica, sino tambien una representación del hecho o situación de la que trata el texto. Primero de todo, las oraciones (o sus proposiciones) se definieron simplemente como coherentes en relacion a un modelo. Es decir, si la gente es capaz de construir un modelo posible y plausible para una secuencia o un texto completo, entonces el texto es (al menos subjetivamente) coherente. De modo semejante las 'macroestructuras' de los textos podían relacionarse con las 'macroestructuras' de modelos de nivel superior. En segundo lugar, los modelos tambien proveían una elegante explicación para el hecho de que cuando la gente recuerda un texto, usualmente, recuerdan 'falsamente', información que nunca fue expresada en el texto original. Sin embargo, si suponemos que la gente durante el entendimiento tambien construye un modelo de un hecho, y si mucha de la información en tal modelo puede ser derivada desde un conocimiento mas general, sociocultural, entonces estos falsos recuerdos pueden ser explicados en términos de los contenidos del modelo construido para un texto. En otras palabras, lo que la gente recuerda de un texto no es tanto su significado, sino más bien el modelo que construyen acerca del hecho sobre el que trata el texto. Esto es por supuesto trivial cuando advertimos que la mayoria de los lectores estan interesados no tanto en el significado abstracto de un texto, sino en la información acerca de la 'realidad'. En resumen: entender un texto significa que la gente es capaz de construir un modelo mental para el texto. E inversamente, en la producción del texto, el modelo es el punto de partida para todo procesamiento: la gente sabe algo acerca de un hecho, y este conocimiento esta representado en su modelo del hecho, y este modelo servirá como la base, por ejemplo, para contar una historia acerca del hecho.

Finalmente los modelos tambien explican como el conocimiento general está relacionado con el procesamiento del texto: mientras los modelos son personales, subjetivos y ad hoc (unidos al contexto actual del entendimiento), el conocimiento puede ser visto como una generalización y abstracción desde tales modelos. El aprendizaje a través de las experiencias propias, es por lo tanto típicamente una operación sobre modelos. Inversamente, el conocimiento general es usado por fragmentos de 'instanciación' de tal conocimiento en modelos específicos. Muchos experimentos posteriores en psicología cognitiva confirmaron que los modelos ciertamente juegan un rol crucial en la comprensión y el recuerdo". (Van Dijk, 1994).

2.1.2 El modelo de los hechos

Este modelo se construye a partir del hecho sobre el que trata el texto. La información acerca de la realidad es lo que más llama la atención del lector. Por eso, entender un texto significa que la gente es capaz de construir un modelo mental para el texto. E inversamente, en la producción del texto, el modelo es el punto de partida para todo procesamiento: la gente sabe algo acerca de un hecho, y este conocimiento esta representado en su modelo del hecho, y este modelo servirá como la base, por ejemplo, para contar una historia acerca del hecho (Van Dijk. 1994).

  • El modelo contextual

Además de los modelos de los hechos, los usuarios del lenguaje tambien construyen modelos del hecho comunicativo en el cual participan. Estos así llamados 'modelos del contexto', tienen como características representaciones subjetivas de sí mismo, de los otros participantes del habla, del Entorno (Tiempo y Espacio), de las relaciones sociales entre los participantes y sus propósitos, y objetivos generales. Tales modelos del contexto por lo tanto tambien forman la base mental para dar cuenta de los actos de habla dependientes del contexto, del estilo y de la retórica. Dicho de otro modo, estos modelos controlan de qué manera se selecciona la información de los modelos de hechos y eventualmente se expresa en el discurso (Van Dijk, 1994). Además, el modelo de contexto orienta la manera que se tiene para emitir la información sobre una situación determinada y que va a ser enmarcada dentro del texto. En el proceso de paz, el modelo contextual colectivo quedó plasmado en el siguiente comunicado:

COMUNICADO # 6La paz es de todos

Al acercarse el final de 1999 y el inicio de un nuevo siglo y un nuevo milenio, con optimismo frente al proceso de paz y de transformación de Colombia hacia un Estado fundamentado en la Justicia Social, los voceros del gobierno nacional y de las FARC-EP, integrantes de la Mesa de Negociación y Dialogo, Declaran:

1. Que continuaremos trabajando conjuntamente en la búsqueda de una solución política al conflicto social y armado, que conduzca hacia la construcción de una Nueva Colombia por medio de transformaciones políticas, económicas y sociales.

2. Que durante el año que culmina, a pesar de las dificultades propias de un proceso tan complejo, hemos logrado significativos e históricos avances en búsqueda de la reconciliación nacional, entre los cuales queremos destacar los siguientes:

2.1. Con el establecimiento de una zona de distensión o despeje y gracias a la voluntad de las partes, hemos logrado un fluido dialogo dentro de un ambiente de confianza, respeto y tolerancia.

2.2. Que en una primera etapa, mediante el dialogo, se acordó la "Agenda Común por el cambio hacia una Nueva Colombia" así como los mecanismos de participación ciudadana.

2.3. En virtud de este acuerdo hemos avanzado a la etapa de negociación en la que nos encontramos actualmente y en la cual continuamos avanzando.

2.4. Hemos conformado el Comité Temático Nacional integrado por representantes de las FARC-EP y por distintos sectores representativos del Estado colombiano, con el fin de recoger y evaluar las propuestas de los compatriotas, orientadas a enriquecer los temas de discusión que serán decididos por la Mesa de Negociación y Dialogo.

2.5. Se han establecido diferentes mecanismos de comunicación que permitan a todos los colombianos mantenerse informados acerca de los avances del proceso de paz.

2.6. Acordamos la metodología mediante la cual se esta adelantando el Proceso de Negociación y Dialogo así como los procedimientos y mecanismos para facilitar la participación de los colombianos.

3. Que consciente de la responsabilidad histórica que tiene sobre los resultados del proceso, ha venido estudiando y analizando serena y profundamente, el tema que inicialmente será tratado en la Mesa de Negociación y Diálogo y con el cual se iniciaran las audiencias publicas. En la definición de este tema estamos avanzado, pensado siempre en los intereses del pueblo colombiano y buscando facilitar una amplia participación ciudadana.

4. Que coincidimos en que la participación de la comunidad internacional es de la mayor importancia y trascendencia para el proceso de paz. De la comunidad internacional esperamos una decidida cooperación dentro de los principios de la no intervención y libre determinación de nuestro pueblo.

5. Que reiteramos a los medios de comunicación la importancia de mantener informados a los colombianos y a la comunidad internacional acerca del desarrollo del proceso de paz, en forma objetiva, veraz e imparcial.

6. Que reafirma que el proceso de paz pertenece a todos los colombianos por igual, sin distingo de partidos, intereses económicos, sociales o religiosos. Los intereses del proceso son los intereses del pueblo colombiano y no interpretan ningún interés personal o de grupo.

La Mesa de Negociación y Dialogo llega cargada de esperanza y mira con optimismo al nuevo año, el nuevo siglo y el inicio del próximo milenio. Confiamos en el futuro de Colombia y expresamos a los compatriotas nuestra invitación y deseo ferviente para que podamos construir entre todos un país justo y en paz.

La próxima reunión se realizara el día 13 de enero de año 2000, en el corregimiento de Los Pozos, municipio de San Vicente del Caguán, sede permanente de los diálogos y negociaciones.

Víctor G. RicardoAlto Comisionado para la Paz

Raúl ReyesVocero de las FARC-EP

Fabio Valencia CossioNegociador

Fabián RamírezNegociador

Pedro Gómez BarreroNegociador

Gonzalo Forero D.Negociador

Agencia de noticias Nueva Colombia. http://www.anncol.com/

  • Análisis del texto

Para entender un texto se necesita presuponerse una vasta cantidad de conocimiento socio- cultural del "mundo" (…(, en otras palabras, para entender un texto, los usuarios del lenguaje normalmente activan uno o más guiones, y usan la información pertinente en la construcción de una Representación del Texto en la Memoria Episódica (Van Dijk, 1994). Siguiendo este lineamiento de análisis del texto, se necesita definir el término desde varias corrientes lingüísticas que ayuden a su comprensión. Es así como por texto[22]se puede entender "un registro verbal de un acto comunicativo" (Brown: Yule, 1993: 24); "Un conjunto de oraciones que constituyen relaciones de cohesión dentro y entre ellas, es decir, textura" (Brown: Yule, 1993: 236); "Unidad abstracta (teórica) conformada únicamente por las secuencias de oraciones que poseen macroestructura[23](Van Dijk, 1997:55).

2.2.1 Formas de control del texto

Para detectar las formas de control del texto, se debe tener en cuenta que este control se ejerce sobre todos los aspectos del discurso y de la comunicación, y para detectarlas se puede partir del análisis de los niveles del discurso escrito o hablado, es decir, de las propiedades o categorías que los discursos poseen y que le permiten a las elites legitimar, convocar y tener control sobre los oyentes lectores, bien sea por medio de la selección y distribución de turnos, o por medio de la división entre acción/sentido y expresión/formulación de los criterios que permitan decir que existe una desviación e inaceptabilidad con respecto a las normas y reglas, estableciendo un acceso diferencial al discurso. Es así como se puede detectar una forma de control del texto por medio del análisis de las estructuras de interacción, tomando en primera instancia a las estructuras de superficie que son:

  • El control de la entonación, partiendo del principio del ACD cuando dice que las personas realmente poderosas, con poder supremo, no necesitan gritar.

  • El control de las estructuras del tema: ¿de qué habla la gente, de qué se puede hablar y quién impone las limitaciones?

  • El control de la estructura sintáctica: el orden de aparición de la secuencia oracional.

  • El control de las estructuras del tema y de los contenidos: si el tema no es importante para los grupos dominados, entonces éste pasa a un segundo plano.

  • El control de las superestructuras.

  • El control de las estructuras semánticas locales: los textos establecen una coherencia semántica entre las proposiciones que lo conforman, y que se basa en relaciones de niveles de cognición, pues, cuando se controla el discurso, se controlan los tipos de relación de coherencia, utilizando relaciones causales que valen para uno pero para el otro no, u oraciones compuestas con conectores complejos, etc.

El nivel léxico es el más controlado dentro del esquema de control lingüístico. Por eso se hace necesario observar la selección de palabras, sobre todo en la manera que se tiene para definir a la gente, ya que esta definición determina la posición de quien habla o escribe dentro del discurso.

El nivel de especificidad y grado de completud del texto determina que la secuencia de eventos se puede hacer a diferentes grados de generalidad, algunos muy detallados y claramente focalizados, y otros muy vagos y difusos. Esto se debe a que si los hechos son incómodos para el grupo dominante, se describen en términos globales, y los que no lo son, se describen de forma detallada.

En cuanto al control de las formas retóricas, éstas determinan el uso de las metáforas, comparaciones, hipérboles, y demás formas que tienen una relación muy directa con aspectos sociales y culturales determinados por el discurso.

El análisis del discurso

Para determinar con más precisión el siguiente estudio, se hace necesario definir una serie de categorías y conceptos que serán aplicados en el análisis del corpus. El primero de ellos es comprender que cuando se analiza un discurso, se está considerando una interacción entre las personas que usan formas lingüísticas variadas (repertorio comunicativo) y contextualizadas en lo lingüístico, cognitivo y sociocultural, elegidas para construir una práctica social compleja y con diversas formas de comunicación y de representación del mundo, sean reales o imaginadas y con intenciones y finalidades concretas.

El discurso es una unidad observacional (Van Dijk: 1984), es decir, una unidad que es interpretable al ser vista o escuchada como emisión. Desde esta perspectiva, el discurso es toda forma de comunicación oral o escrita; es más que un reflejo directo del mundo, intermediado por la lengua como instrumento de acción desarrollada entre sujetos. Conservando esta línea de comprensión, se podrían señalar como funciones del discurso las siguientes:

  • Socialización del ser humano.

  • Construir, mantener y cambiar las identidades sociales.

  • Propiciar las relaciones de poder, solidaridad, dominación y resistencia.

  • Construir estrategias que permitan alcanzar determinados fines.

  • Expresar las ideologías y las concepciones del mundo que tiene cada grupo cultural en una situación histórica determinada.

El análisis del discurso (A del D) es un instrumento de acción social que se utiliza para entender los discursos como prácticas sociales producidas en los ámbitos de la vida social, usando tanto la palabra escrita como la hablada. Además trata de descubrir cosas no dichas por el hablante, sentidos configurados como los actos elocutivos[24]presupuestos: según Austin (1967), la distancia que hay entre lo que significa la emisión y lo que el hablante quiere significar con ella es bastante profunda. Lo que diga en hablante en un momento determinado, puede significar una pregunta, una aserción, una orden, o la expresión de un deseo, etc. Estos son los actos elocutivos, nombrados así por Austin.

Según la teoría de los actos de habla, para que se produzcan estos actos elocutivos se necesita la utilización de los verbos performativos que en español, entre muchos otros, tenemos los siguientes: afirmar, aseverar, advertir, señalar, comentar, ordenar, decretar, solicitar, pedir, criticar, aprobar, someter, objetar. Cuando el hablante utiliza un performativo para construir una emisión realiza, por lo menos, tres tipos de actos: el acto de emisión lingüística (emisión de morfemas, palabras, oraciones); el acto proposicional (identificar entidades y predicar algo de ellas), y el acto elocutivo[25]que puede significar, en su momento, una pregunta, una advertencia, una orden, etc. A estos tres tipos de actos, Austin agregó uno más y lo llamó acto perlocutivo y que consiste en determinar el efecto que el acto elocutivo del hablante tiene sobre el oyente.

Otro término que revista cabal importancia en el análisis del discurso es el sentido. Para su comprensión se hace necesario observar varias acepciones: en la lingüística, la referencia a los sentidos abstractos y conceptuales propios de las palabras, oraciones y discursos se efectúa mediante la expresión "representaciones semánticas". Desde un enfoque lingüístico cognitivo más empírico, la referencia al sentido se basa en la asignación de sentido al discurso por parte de los usuarios a través de la comprensión / interpretación más que a la referencia de un sentido intrínseco del discurso en si mismo (Van Dijk: 1997 © 2000: 31). Según Benveniste, existen dos formas de significar: La semiótica y la semántica. En la semiótica la unidad de significado es el signo lingüístico y en la semántica es la oración. El sentido radica en la oración que forma parte del discurso y los signos adquieren sentido solo en ella y en situación de referencia con el universo extralingüístico.

El sentido de un discurso debe considerar las estructuras lingüísticas y las estructuras sociales e individuales. El sentido presupuesto implicado del discurso es lo que hay que descubrir decodificando e interpretando datos objetivos. El analista crea una producción de sentido y pretende restituir con ello el sentido a su discurso. Es por eso que pone en orden los elementos de información que le brinda el texto, lo cual constituye un segundo discurso que al igual que el original está sometido a las normas que regulan la producción de texto.

En un sentido más amplio, el objeto de estudio del A. del D. es cualquier discurso entendido como expresión lingüística con forma y significado, producto de un proceso mental entendido como práctica social compleja, estructurada, jerarquizada, interactuante, con funciones contextualizadas y situadas dentro de una sociedad o de una cultura. Entendido así, el objetivo central del A. del D. será "establecer relaciones teóricas entre los discursos y la sociedad". Y para el cumplimiento de este objetivo, se hace necesario el estudio de los conceptos de acción, contexto, poder e ideología.

La ideología es una de las dimensiones del funcionamiento de los discursos y su análisis se determina por las huellas[26]o elementos identificables dejados por las condiciones sociales en que se produjo el discurso. Lo ideológico tiene relación con la gramática cuando se comprende como el modelo de reglas que caracterizan la producción o la lectura que una clase social puede hacer de otra. Es decir que la gramática de un discurso ideológico representa todo lo que depende entre el discurso y sus relaciones con los mecanismos básicos de la sociedad en donde se ha producido ese discurso. La forma última del poder consiste en influir en el querer de las personas, y el discurso puede influir en la sociedad a través de las cogniciones sociales de aquellas. Si se tiene claro este punto, se puede llegar a dilucidar cómo se construyen los conocimientos sobre el mundo, las ideologías de grupos, las actitudes sociales, los prejuicios.

Para poder influir en grandes masas o en grupos de personas, éstas y éstos tienen que comprender el discurso (cognición, interpretación individual y social). Los grupos dominantes son los que tiene acceso a la manipulación y uso de las estructuras de dominación. La dominación tiene que ver con la relación desigual entre grupos sociales que controlan a otros grupos, con las limitaciones de verdad que ejercen sobre un grupo (Van Dijk: 94).

Para comprender la manera como el discurso puede influir en la sociedad es necesario comprender lo relacionado con la ideología de grupos, debido a que la noción de poder tiene que ver ante todo con el concepto de control de los actos de las personas y de la mente de las personas, porque hablar de poder es hablar de control.

El poder moderno consiste en influir en los otros por medio de la persuasión para lograr que hagan lo que se quiere (Van Dijk: 1994). Es por eso que el poder se considera como otra dimensión del funcionamiento de los discursos sociales y se puede entender como un sistema de relaciones entre un discurso y sus efectos en contextos históricos y sociales distintos.

Los grupos que pueden acceder a las formas persuasivas de poder y de control social tienen a su vez acceso al discurso público, y este logra afectar una masa en la medida en que la masa reconozca la lengua, así como ciertos esquemas cognitivos que le permitan inscribir en ellos la realidad.

Analizando productos se apunta a procesos. Por eso, el A. Del D., tanto social como político, utiliza la noción de práctica social como una dimensión mucho más amplia y compleja que los actos de interacción entre los usuarios del lenguaje. El análisis lingüístico que no supera la barrera de las frases, no se preocupa de los fundamentos sociales del lenguaje, por tanto, "solo en el nivel de la discursividad el sentido manifiesta sus determinaciones sociales y los fenómenos sociales develan su dimensión de significante (Verón, 1983).

El análisis del discurso posibilita el estudio de la constitución real de lo social, evitando de esta manera el subjetivismo del actor. Así, la pretensión del analista de los discursos sociales y políticos se debe cimentar en la idea de traspasar la red discursiva para tomar forma en la organización material de las relaciones sociales que son las encargadas de producir el sentido y esto se logra por medio del análisis crítico del discurso.

3.1 El Análisis Crítico del Discurso

Tanto el análisis del discurso (A. del D.) como el análisis crítico del discurso (A.C.D.) tienen por objeto el estudio del lenguaje, y ambas disciplinas estudian las formas lingüísticas y las estrategias discursivas en situación o contextualización mediante una metodología básicamente cualitativa. Lo que las diferencia es el claro interés del A.C.D. por las problemáticas sociales desde una óptica crítica, especialmente las problemáticas relacionadas con la discriminación (Martín – Whittaker, 1998:23).

El A.C.D. es un programa de investigación interdisciplinar regido por ocho principios interpretativos (Fairclough y Wodak, 1989: xiiiff: Wodak et al., 1990; Menz, 1980):

  • El A. C. D. cimenta el interés de su investigación en los problemas sociales; desenmascarar la desigualdad, las relaciones de poder, las injusticias, etc.

  • Las relaciones de poder son discursivas; las relaciones asimétricas de poder tienen una existencia real en el conjunto de las prácticas sociales, incluidos los discursos.

  • El discurso constituye la sociedad y la cultura.

  • El discurso realiza una tarea ideológica.

  • El discurso es histórico porque se incluye en la perspectiva histórica y tiene en cuenta los procesos sociales que son dinámicos. Esto se tiene que reflejar en la teoría y en la metodología (Ej. el acercamiento discursivo histórico).

  • La relación entre texto y sociedad es mediata.

  • El A.C.D. es interpretativo y explicativo.

  • El discurso es una forma de acción social.

El A.C.D. es considerado como una práctica tridimensional: práctica textual (estudio del discurso como texto, como producto oral o escrito de la producción discursiva); como práctica discursiva (inserción en una situación social determinada); como práctica social (estructuración de áreas de conocimiento, expresión refleja de entidades prácticas, relaciones sociales, constitución y conformación de entidades, prácticas y relaciones) (Martín – Whittaker, 1998: 12).

De esta forma, las relaciones entre discurso – poder – ideología pueden ser estudiadas mediante una práctica interdisciplinar, ya que los fenómenos sociales son demasiado complejos para tratarlos dentro de un solo campo.

El A.C.D. implica una serie de cuestionamientos con el análisis de problemas sociales, estudiando "como el discurso actúa, expresa, perdona o contribuye a la reproducción de la desigualdad" (Van Dijk, 1998). En él se estudian las diferentes formas de abuso de poder en las relaciones de género, étnicas, de clase, religiosas, políticas, etc.

El A.C.D. se basa en el análisis de discursos cotidianos, de la prensa, manuales, de las elites, de las corporaciones, de sindicatos, de organizaciones específicas, de parlamentarios, gubernamentales, etc., investigando en ellos las relaciones existentes entre los discursos, el pode y la ideología.

El A.C.D. considera las ideologías como aquellos sistemas básicos de la cognición social, representaciones mentales compartidas socialmente y que controlan otras representaciones mentales tales como las actitudes sociales de grupo (incluyendo los perjuicios) y modelos mentales (Van Dijk, 1995).

Los discursos pueden transmitir ideologías y estas a su vez controlan los discursos y otras prácticas sociales. Así, "el significado lingüístico es inseparable de la ideología y ambos dependen de la estructura social, entonces el análisis lingüístico deberá ser una herramienta poderosa para el estudio de los procesos ideológicos que mediatizan las relaciones de poder y de control" (Fowler, 1983:248).

Se precisa un análisis crítico de lo lingüístico – discursivo porque los significados sociales habitualmente están implicados en el lenguaje que no es un mero reflejo de las estructuras organizativas de la sociedad sino que las expresa, las confirma y a la vez las reproduce. El A.C.D. se orienta no en contra del lenguaje o de los usuarios sino contra las estructuras sociales que posibilitan procesos de asimetrías de poder. El A.C.D. es "una crítica de las estructuras y las metas de una sociedad que ha impregnado su lenguaje de significados sociales, muchos de los cuales consideramos negativos, deshumanizante y restrictivos en sus efectos" (Fowler, 1983: 263).

En conclusión, tanto el A. del D. como el A.C.D. tiene por objeto el estudio del lenguaje, y ambas disciplinas estudian las formas lingüísticas y las estrategias discursivas en situación o contextualización mediante una metodología básicamente cualitativa. Lo que la diferencia es el claro interés del A.C.D. por las problemáticas sociales relacionadas con la discriminación, un interés que se evidencia en la medida en que se relacionan las estructuras del discurso con las estructuras sociales presentes en las ideologías (Martín – Whittaker: 1998:23).

3.2 Análisis del Discurso Ideológico

El Análisis del Discurso Ideológico – A.D.I – es un tipo específico del análisis del discurso sociopolítico que intenta relacionar las estructuras del discurso con las estructuras sociales, en cuanto a que "las relaciones entre sociedad en interacción, y por tanto entre sociedad y discurso, son necesariamente indirectas y están mediadas por representaciones mentales compartidas de los actores sociales en tanto miembros de grupos" (Van Dijk, 1996 (a): 18). Como bien se sabe, las ideologías son sistemas que sustentan las cogniciones sociopolíticas de los grupos, y "un conjunto de personas constituye un grupo si y solo si, como colectividad, comparten representaciones sociales. Para los miembros individuales del grupo esto significa que parte de su identidad personal (si mismo) está ahora asociada con una identidad social, o sea, la auto representación como miembros de un grupo social" (Van Dijk, 2000:182).

Las ideologías incluyen los valores más significativos para un grupo y una selección propia y específica de sus valores socioculturales. Los intereses del grupo pueden ser definidos a través de categorías como puede ser la identidad cuando se entiende como un "constructo personal y a la vez constructo social. Son representaciones de sí mismo como construcciones respecto de grupos ubicados en la memoria episódica y en relación a la construcción de modelos de acontecimientos, modelos que incluyen interacciones sociales e interpretaciones de discursos, por lo cual las identidades se relacionan con construcciones socialmente construidas y compartidas (Van Dijk, 2000:152-153). Así mismo, los intereses de un grupo se pueden definir a través de las actividades, metas, normas, valores, posición social y recursos que necesitan los miembros para su interacción.

Una persona puede compartir distintas ideologías en la medida que comparte distintos grupos sociales. Si éstas son incompatibles, el hablante contextualiza cada ideología en cada interacción social, negociándola para hacerla compatible con cada contexto. Se pueden compatibilizar ideologías de género, etnia, profesión, cultural, políticas, religiosas, etc., pues éstas no se limitan a grupos sociales relacionados con prácticas de dominación de poder, de lucha de clases, sino que también se extienden a grupos de profesionales, instituciones, etc.

Antes de que el hablante materialice sus o su ideología en un discurso, existen distintos factores de orden social que influyen en él. Por eso, en el A.D.I., las ideologías no se leen directamente en los textos o en los actos de habla, ya que no son explícitas sino implícitas, y la articulación de lo superficial o explícito en los textos y en los actos de habla con las ideologías constituye un proceso analítico complejo.

El objetivo del A.D.I. es descubrir ideologías subyacentes en un discurso determinado y, fundamentalmente, estudiar los nexos entre las estructuras discursivas y las estructuras ideológicas que están presentes en dicho discurso. Para el estudio de dichos nexos se hace necesario observar cómo se relacionan las unidades léxicas seleccionadas con las estructuras ideológicas y a su vez con una semántica ideológica subyacente. Así mismo, se deben observar las representaciones mentales del mundo situado ya que éstas implican evaluaciones que también influyen en la selectividad léxica.

En el A.D.I. la noción de modelo sigue revistiendo cabal importancia, pues los modelos son personales, subjetivos y están relacionados dialécticamente con lo real representado, es decir, con las ideologías. En palabras de Van Dijk, "el modelo es una representación mental en la memoria de un evento, de una situación (…) Todos tenemos un cúmulo de conocimientos que construimos durante nuestra vida, durante el proceso de socialización, conocemos lo que pasa en nuestra cultura. Cuando digo que en un modelo tenemos conocimientos generales, éstos se comparten con otras personas de nuestra cultura, con personas de nuestro grupo (puede ser profesional) que tienen conocimientos especiales acerca de guerras, armas, coches, etc. Lo que estamos haciendo al oír o leer la noticia no es construir la representación semántica del texto sino la estructura esquemática, episódica del acontecimiento del que trata el texto. El texto es uno y trata de un hecho, un evento de la realidad (un accidente, o cualquier otro evento) y es sobre esta realidad y no sobre el texto que se construye el modelo (Van Dijk, 1994).

En cambio, en el texto se establece una relación textual de lo que ocurre en la realidad. Por eso, para la comprensión de un texto es decisiva la construcción de modelos de los hechos. Esta construcción depende de la información sociocultural, de tal manera que se pueden presentar errores en la comprensión de un texto, errores derivados de las construcciones de modelos con informaciones erradas. De ahí que la coherencia textual se defina como una coherencia entre oraciones y modelos porque lo que se recuerda de un texto no es su significado sino el modelo construido a partir de ese texto.

En la producción de textos, el punto de partida es un modelo de los hechos que está determinando por la representación de los hechos mismos. En cambio, los modelos de acontecimientos están formados sobre los hechos que se conocen por medio de experiencias personales o por medio de prácticas comunicativas. Dichas prácticas representan aquello que se comunica, o sea los contenidos, mientras que los modelos de contexto están formados sobre los actos comunicativos en que se participa. Éstos definen la situación comunicativa, las creencias subjetivas sobre los participantes, los objetivos, las metas, el entorno, etc. Los modelos de contexto son fundamentales para la producción y comprensión de los discursos ya que regulan cómo se establece la comunicación. Así, las relaciones entre estructuras sociales y discursivas están intermediadas por los actores sociales, sus representaciones e interpretaciones que vienen determinadas tanto por los modelos de hechos como por los de contexto que se basan en los principios ideológicos de los grupos.

En el A.D.I. otro concepto que reviste capital importancia es el de la opinión. "no se puede leer un texto sin implícitamente dar una opinión. Mi teoría es que tenemos un modelo y parte del modelo es la opinión que tenemos sobre un evento las opiniones también son personales, al igual que el modelo, pero éstas son posibles sólo cuando compartimos cogniciones sociales (Van Dijk, 1994).

Las opiniones son creencias valorativas que se determinan por los valores de un grupo o cultura. Son juicios valorativos, y dependiendo de los criterios de juicio, se puede distinguir entre una opinión (juicio valorativo) o una creencia objetiva (conocimiento). Una norma, un valor cultural o de grupo es una creencia-opinión. Su los fundamentos son un criterio de verdad social, compartido, la creencia es objetiva, susceptible de ser verdadera o falsa.

Los juicios de opinión y los juicios de creencias objetivas son relativas en lo social, histórico, cultural, personal y en la grupal. Así mismo, la falsedad o veracidad de las creencias objetivas están determinadas por los criterios de falsedad o veracidad cultural y grupalmente aceptados. Si estos criterios favorecen a un grupo en particular, el sistema de conocimientos y los criterios de verdad pueden estar basados en la ideología. Las opiniones no son falsas creencias. Las falsas creencias son objetivas si pueden ser evaluadas de acuerdo con criterios de verdad social compartidos. Las opiniones y las ideologías, en la medida en que implican normas y valores, son valorativas y no objetivas.

En síntesis, de acuerdo con la psicología cognitiva las creencias socialmente compartidas son representaciones mentales y no estructuras discursivas ya que pueden o no expresarse en el discurso. Los discursos basados en modelos contienen creencias evaluativas, opiniones sobre hechos sociales y comunicativos, opiniones que no son personales y opiniones socialmente compartidas por uno o varios sujetos que intervienen en la enunciación, como son las actitudes y las ideologías.

La enunciación en el discurso del proceso de paz colombiano

"Un enunciado es un segmento informativo emitido por un hablante a un oyente en unas determinadas circunstancias comunicativas. (…( Dependiendo de su intención, el hablante establece sus límites. De este modo, si elige como estructura gramatical un complejo oracional, o simplemente un sintagma, es porque de ello se derivan intenciones distintas" (Fuentes C., 1999; 39). Es decir que un enunciado encuentra su sentido en la medida en que se convierte en la descripción de su enunciación. De ahí que informar – que fue lo que hicieron, en su momento, el presidente de Colombia al Cuerpo Diplomático acreditado en Colombia; las FARC-EP a los países amigos del proceso de paz, y la comisión de Notables a la opinión nacional e internacional -, se convierta en una actividad semiológica por medio de la cual un emisor (E) se dirige a un destinatario (D) para modificar su estado de conocimientos, transmitiéndole por medio de algún instrumento significativo, datos que supone que de algún modo le son nuevos (S. Gutiérrez Ordóñez, 1997:18).

La información tiene en cuenta tanto lo que el interlocutor pregunta como lo que el sujeto de la enunciación cree que necesita saber. Esta descripción le atribuye a la enunciación uno o varios sujetos que serían su origen. Hay que distinguir esos sujetos, o al menos dos tipos de personajes como son los enunciadores y los locutores (Ducrot, 1986: 197-198).

4.1 El sujeto de la enunciación en los tres discursos que conforman el corpus de estudio

O. Ducrot (1984 y 1986) denomina "Sujeto de la enunciación" lo que tradicionalmente se ha conocido como hablante o emisor del discurso y reconoce en él tres propiedades que le sirven para instalarse dentro del enunciado. Estas propiedades son las siguientes:

  • El sujeto de la enunciación tiene a su cargo toda la actividad psicofisiológica necesaria para producir el enunciado.

  • Es el autor y origen de los actos ilocutivos que se cumplen al producirse un enunciado.

  • "(…( estar designado en un enunciado por las marcas de primera persona, cuando designan un ser extralingüístico: él es en este caso el soporte de los procesos expresados por un verbo cuyo sujeto es yo, el propietario de los objetos calificados de míos, él es quien está en un lugar llamado aquí…" (O. Ducrot, 1986:95).

Bajo esta figura del sujeto de la enunciación se esconden tres figuras que se pueden reconocer en cualquier discurso y que son: el sujeto empírico que sería el autor real del enunciado, del texto, o sea su productor. En segundo lugar tenemos al locutor, "uno que en el sentido mismo del enunciado, es presentado como su responsable, es decir, como alguien a quien se debe imputar la responsabilidad de ese enunciado. A él remiten el pronombre yo y las otras marcas de primera persona" (O. Ducrot, 1986, 198). En tercer lugar se tiene a la figura del enunciador y que está formada por "esos seres que supuestamente se expresan a través de la enunciación sin que por ello se les atribuyan palabras precisas; si ellos "hablan" es solo en el sentido de que la enunciación aparece como si expresara su punto de vista, su posición, su actitud, pero no en el sentido material del término, sus manifestaciones concretas" (O. Ducrot. 1986:208 –209)

En los tres discursos que conforman el corpus de esta investigación, se podría hablar de que hay una total ausencia del sujeto empírico, es decir de aquel que se designa como el productor del texto. Esto se debe, en parte, a que durante el tiempo que duró el proceso de paz, los receptores de los discursos daban por hecho que el discurso era producido por el locutor. Así mismo, el carácter colectivo de dicho proceso impidió que los discursos más trascendentales tomaran un carácter individual. De ahí, la total ausencia del pronombre yo y de otras marcas de primera persona, sobre todo en el discurso de las FARC-EP y en el de la Comisión de Notables.

En el discurso del presidente Andrés Pastrana se puede identificar al locutor, pues él se presentó ante los Embajadores como la persona responsable del enunciado y a él se le remite toda la responsabilidad cuando utiliza el pronombre yo y las otras marcas de primera persona. En cambio, en el discurso de Las FARC- EP es más clara la figura del enunciador, pues como dice Ducrot, en este discurso la enunciación expresa su punto de vista, su posición, su actitud, pero no en el sentido material del término, sus manifestaciones concretas. Igual sucede en el discurso de la comisión de notables en el que hay una total ausencia del sujeto empírico así como del locutor, más funciona con la figura del enunciador, ya que el objetivo del discurso de la Comisión de Notables era precisamente expresar su punto de vista, su posición y su actitud sobre el proceso de paz y el problema de los paramilitares que, para la fecha, acrecentaron sus actos violentos por todo el territorio nacional con el propósito de impedir la reconciliación entre las partes. Pero, para perfilar con más precisión la presencia o ausencia de estas figuras de la enunciación, hay que recurrir al estudio de sus voces dentro del discurso para comprender los rasgos polifónicos presentes en los mismos.

4.2. Las voces en el discurso del proceso de paz colombiano

En el análisis crítico de un discurso es importante develar la fuente, la voz que habla, para saber quién sostiene la argumentación (Fuentes Rodríguez y alcaide Lara, 2002: 114). Es así como la voz que narra en cada uno de los discursos del corpus, retoma un carácter colectivo en la medida en que representa a un grupo social determinado, como puede ser el del gobierno – en cabeza del presidente de la república, – el de la guerrilla – representado por los miembros del Comando Central de las FARC –EP, y el grupo de notables – personajes con notoriedad pública que fueron escogidos por la Mesa de diálogo y negociación (Comunicado No 29) para que representaran a la sociedad civil en un momento en que la negociación se detuvo, debido a los ataque que se inflingían ambos bandos del conflicto.

Esta voz que narra implica que el discurso producido asume la presencia de una subjetividad de la que emanan los contenidos que aparecen en cada uno de los textos. Esto se debe a que en los tres discursos el enunciado está relacionado con una voz colectiva designada por un nosotros que, como estrategia enunciativa, se usa como un deíctico que tiene como fin colocar el discurso en una situación concreta de enunciación que posibilita la identificación del referente. También se sabe que la instancia enunciativa que se introduce en el discurso mediante un deíctico plural puede incluir o excluir al destinatario del mensaje. "En estos casos los autores pretenden constituir una sola persona moral, y hablar con una sola voz: su pluralidad aparece fundida en un personaje único que engloba a los diferentes individuos. Lo que motiva mi pluralidad es la existencia, para ciertos enunciados, de una pluralidad de responsables dados por distintos e irreductibles" (Ducrot, 1986: 198).

Esta sola persona moral se puede distinguir fácilmente en la medida en que se designa dentro del discurso escrito, tal y como ocurre en la Mesa Nacional de Diálogo y Negociación que recoge, entre otros asuntos, el sentir de las partes implicadas en el proceso de paz. Así mismo, cuando es la sociedad civil la que emite el discurso, se puede distinguir esa sola persona moral que habla por medio de la Comisión de Notables o Comisión de Personalidades.

En cuanto a las voces que representan al presidente de la república se hace evidente al comienzo del discurso la aparición de la primera persona del singular, para luego diluirse en una sola persona moral que habla desde un nosotros colectivizado por el término "Colombia". Pero, para observar con más detenimiento la polifonía existente en los tres discursos que componen el corpus, se hace necesario analizar cada uno de los componentes que integran el acto de la enunciación como son el emisor y el receptor del mensaje.

4.2.1.1 El emisor político en el discurso presidencial

El hablante o emisor, también llamado enunciador o locutor (Ducrot, 1986) se complejiza en este discurso en la medida en que deja percibir la presencia de dos emisores: "El hablante físico real, como ser del mundo, y el hablante como ser del discurso. Este último (el emisor discursivo) se construye en el discurso a través de las relaciones que establece con otros componentes de la situación comunicativa el receptor especialmente" (Fernández Lagunilla, 1999: 26).

Para ilustrar lo anterior, se cuenta con el siguiente texto en el que aparecen ambos emisores discursivos, el que habla como miembro del gobierno utilizando la primera persona del singular, y el que habla como presidente de la república que se fusiona continuamente en una sola persona moral representada por un nosotros y definida a veces por la palabra – símbolo[27]Colombia, pues, cabe recordar que en un discurso presidencial el "nosotros" puede tener varios referentes como un nosotros los del gobierno, un nosotros los colombianos, un nosotros los de un determinado grupo de poder, o un yo con ustedes que me están escuchando. Estos referentes colectivos se logran identificar por medio del contexto lingüístico que inmediatiza al deíctico, así como por el contexto sociopolítico en el que se desarrolla la interacción discursiva. Pero, para una mayor comprensión del emisor político, se debe observar el comportamiento tanto del yo como del nosotros en el siguiente fragmento del discurso presidencial:

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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