"Cuarto, debemos evitar tanto el proteccionismo como la falsa compasión. Debemos reconocer dos duras realidades".
"Una es que, al haber acudido a los contribuyentes para rescatar a las instituciones financieras, las finanzas tomarán una orientación más doméstica. También sabemos que sólo los grandes países pueden permitirse asegurar a las instituciones financieras. Debemos minimizar el daño causado por este trastorno".
"Otra realidad es que si EEUU no es capaz de expandir sus importaciones, aumentará en cambio la presión para reducir sus importaciones. Para los países deficitarios que estén intentando ahorrar más que antes, tal y como insisten con acierto los críticos, es fundamental una mejora en las exportaciones netas. No podemos recurrir a medidas fiscales y monetarias para siempre, arriesgándonos así a acabar con la solvencia de nuestro gobierno y con el valor de nuestra divisa. Los países excedentarios necesitarán acomodarse a estos ajustes esenciales a través de la expansión de la demanda, en relación a la oferta potencial. En una guerra comercial, los países excedentarios son los que más tienen que perder. Esto no debería verse como una amenaza, sino como una advertencia".
"Quinto, para superar esta crisis y mejorar el funcionamiento de todo el sistema global, necesitamos unos sistemas internacionales de seguro y control mucho mayores, más eficaces y más legítimos. El punto de inicio debe ser un importante incremento de los recursos del FMI y una reestructuración de los derechos de voto en la institución. Resulta ridículo que los países europeos posean cerca de un tercio de los votos".
"Los líderes europeos han solicitado que se dupliquen los recursos del FMI hasta cerca de 500.000 millones de dólares. Pero, en un mundo que dispone de reservas extranjeras por valor de 7.000 billones de dólares, hay que multiplicar los recursos del FMI. Yo apoyaría una emisión a gran escala de derechos especiales de giro – el propio activo de reserva del FMI – y un importante cambio en los derechos de voto, también. Los países emergentes que dependen de su seguro necesitan más voz en el funcionamiento del FMI y otras instituciones globales. Con este mejorado sistema de seguros, no sólo sería posible que los países emergentes administren déficits por cuenta corriente de forma más segura en el futuro, sino que no se les obligará a recortar ferozmente el gasto en la actualidad".
"Tal y como expone Morris Goldstein, del Peterson Institute for International Finance de Washington, necesitamos un "gran acuerdo" -una frase de la que se hizo eco Gordon Brown, el primer ministro británico-. Sin duda, todos tenemos claro cuál es el punto esencial de ese acuerdo".
"Finalmente, tenemos que poner en marcha una reforma exhaustiva de la estructura no sólo de la regulación, sino de las propias finanzas globales. Tenemos que hacer que este proceso avance en Londres. Pero los retos son demasiado complejos y el riesgo de que se produzcan consecuencias no deliberadas demasiado grande como para buscar una solución rápida".
"Así que concentremos nuestros esfuerzos en la crisis ante nosotros. En palabras de Abraham Lincoln, dejemos que nos toquen "los mejores ángeles de nuestra naturaleza". Sin embargo, no tenemos que luchar ninguna guerra. Al contrario, la intención es la de fortalecer un orden económico pacífico y cooperativo. Sencillamente, tenemos que alzarnos por encima de cualquier nimia inquietud. El desafío se presenta ahora; tenemos que resolver afrontarlo de forma conjunta".
(The Financial Times Limited 2009. All Rights Reserved)
– Un duro examen a los bancos estadounidenses (The Wall Street Journal – 26/2/09)
Si no lo pasan, tienen seis meses para levantar capital o aceptar las condiciones del gobierno
(Por Deborah Solomon y Jon Hilsenrath)
El gobierno de Barack Obama reveló los detalles de su paquete de rescate financiero y presentó una serie de escenarios económicos escalofriantes que espera que los bancos puedan soportar. Se trata del punto de partida de lo que podría transformarse en una significativa nueva infusión de capital estatal en el sistema bancario estadounidense.
Para lograr que los bancos sigan prestando si la tasa de desempleo aumenta a 10,3%, por ejemplo, el gobierno le exigirá a las instituciones que no aprueben estos exámenes que recauden capital del sector privado o acepten una mayor inversión por parte del gobierno.
El actual esfuerzo por apuntalar el sector bancario tardará semanas en completarse. El primer paso será una serie de "pruebas de resistencia" diseñadas para determinar si los mayores bancos del país pueden sobrevivir una crisis tan prolongada. No se espera que las pruebas concluyan antes de abril. Los bancos tendrán entonces un plazo de hasta seis meses para resolver cualquier deficiencia.
Al contrario de lo ocurrido con el plan del gobierno de Bush, que inyectó US$ 250.000 millones en los bancos, el equipo de Obama no comprometió un nivel determinado de dinero y dejó abierta la puerta para solicitar fondos adicionales que superen los del paquete de rescate de US$ 700.000 millones aprobado por el Congreso a fines del año pasado.
El gobierno invertiría en acciones preferentes convertibles, que las instituciones podrían convertir en acciones comunes en cualquier momento. Los reguladores y los inversionistas han prestado mayor atención a la cantidad de acciones comunes de los bancos, ya que es su primera línea de defensa contra las pérdidas.
Los mayores bancos del país serán sometidos a rigurosas pruebas para cerciorarse de que estén bien capitalizados, incluyendo si cuentan con el tipo correcto de capital. Funcionarios del gobierno señalaron que esperan que los bancos conviertan las acciones preferentes en capital común cuando lo estimen necesario como una medida de precaución frente a mayores pérdidas.
El capital de un banco es su protección contra las pérdidas, lo que asegura que los depositantes y otros acreedores recibirán su dinero incluso si el banco tiene problemas.
Los economistas dijeron que lo más probable es que la mayoría de los bancos más grandes estadounidenses tengan que recaudar capital bajo los parámetros que los reguladores planean utilizar. La prueba de resistencia asume que la tasa de desempleo promediará 8,9% en 2009 y 10,3% en 2010. La desocupación alcanzó 7,6% en enero.
En algunas circunstancias, el gobierno podría acabar con participaciones mayoritarias en los bancos.
"Creo que la mayoría de las firmas necesitan más capital y que Bank of America y Citigroup van a necesitar grandes cantidades de capital fresco", dijo Douglas Elliott, del centro de estudios Brookings Institution.
La inyección de fondos estatales tendrá un precio. Los bancos que la obtengan deberán acatar estrictos límites a la remuneración de sus ejecutivos. Las acciones preferentes pagarán un dividendo de 9% -frente al 5% exigido en el programa de Bush- y los bancos tendrán restricciones sobre el reparto de dividendos y las recompras de acciones. Los valores se convertirán automáticamente en acciones comunes después de siete años.
Los bancos que ya hayan vendido acciones preferentes al gobierno como parte del programa de US$ 250.000 millones también podrían canjear su inversión por valores convertibles.
Los funcionarios del gobierno dijeron que el plan pretende evitar la nacionalización de la banca asegurando que las instituciones puedan extender préstamos.
Aunque los reguladores dijeron que la mayoría están bien capitalizados, la incertidumbre respecto a las condiciones económicas está minando su capacidad de extender crédito y captar capital privado.
– What's News (The Wall Street Journal – 26/2/09)
. El gobierno de Reino Unido anunciará hoy un plan para proveer seguros a US$ 724.000 millones en activos de bancos, la mayoría del recién nacionalizado RBS, informó una fuente al tanto de la iniciativa. Los términos del seguro serían menos estrictos que los establecidos por el gobierno de EEUU, agregó la fuente.
– El RBS registra las mayores pérdidas de la historia empresarial británica (Cinco Días – 26/2/09)
El banco británico, participado casi en un 70% por el Gobierno británico, ha registrado pérdidas récord de 24.051 millones de libras esterlinas (26.849 millones de euros) en 2008, frente al beneficio neto de 6.823 millones de libras (7.617 millones de euros) del año precedente, lo que representa los mayores números rojos de cualquier empresa británica en toda la historia, informó hoy la entidad, que ha alcanzado un acuerdo con el Tesoro para participar en un plan que asegurará activos por importe de 325.000 millones de libras (362.844 millones de euros).
Las cuentas de RBS reflejan el impacto de la crisis financiera y el fuerte incremento de los impagos, especialmente a partir de la segunda mitad de 2008, así como las amortizaciones relacionadas con los activos de ABN Amro adquiridos en otoño de 2007 en consorcio con Fortis y Santander.
En concreto, las pérdidas por impago de crédito se elevaron a 6.962 millones de libras (7,769 millones de euros), casi tres veces más que en 2007. Asimismo, la entidad asumió amortizaciones por importe de 16.196 millones (algo más de 18.000 millones de euros), de los que prácticamente la mitad se relaciona con activos adquiridos en la operación de compra de ABN Amro.
De este modo, la cifra de negocio de RBS alcanzó los 26.875 millones de libras esterlinas (30.000 millones de euros), lo que supone un retroceso del 19,9% respecto al ejercicio precedente.
"Realizar cualquier pronóstico es arriesgado, más allá de la expectativa de que 2009 será un año muy duro para la economía mundial, por lo que RBS, igual que el resto de bancos, sufrirá una erosión de sus ingresos subyacentes por el debilitamiento de la actividad y el aumento de los costes de crédito", dijo el consejero delegado de RBS, Stephen Hester, quien mostró su esperanza de que los mercados muestren síntomas de cierta estabilización y se produzcan menos amortizaciones. "De hecho, 2009 ha comenzado de manera positiva para nuestro negocio", añadió.
Garantía del Tesoro para 362.844 millones en activos
Por otro lado, la entidad escocesa confirmó que participará en una plan de garantía de activos con el Tesoro británico por importe de hasta 325.000 millones de libras (362.844 millones de euros), de los que RBS asumirá los primeros 19.500 millones de libras (21.761 millones de euros) de pérdidas en dichos activos a partir del pasado 1 de enero, mientras que, en el caso de que haya pérdidas superiores, éstas serán repartidas en un 90% para el Tesoro y un 10% para el banco.
Como parte de este acuerdo, el Tesoro británico suscribirá 13.000 millones de libras (14.533 millones de euros) en nuevas acciones de tipo B de RBS, que contará con la acción de solicitar al Gobierno la suscripción de un paquete accionarial adicional por importe de 6.000 millones de libras (6.710 millones de euros).
De este modo, los activos afectados por el plan de garantías del Tesoro podrán ser retirados de la cartera de RBS o de sus filiales para ser incluidas en el programa, lo que permitirá a la entidad mejorar sus ratios de capital y "liberar" su capacidad de préstamo, lo que implicará una mayor accesibilidad al crédito para los hogares y empresas de Reino Unido, precisó el banco en un comunicado.
RBS deberá abonar una comisión de 6.500 millones de libras esterlinas (7.268 millones de euros) por participar en este plan de garantías del Tesoro, que será sufragada mediante la emisión de acciones de clase B adicionales.
"La participación en este plan nos ayudará a reducir el riesgo para nuestros accionistas a la vez que proporciona un mayor respaldo a los clientes británicos gracias al incremento del crédito. Asimismo, este plan podría otorgar mayor certidumbre al mercado al limitar las pérdidas potenciales de una significativa parte de nuestro balance", explicó el consejero delegado de la entidad. Por este motivo, Hester no dudó en calificar como "privilegiada" la posición de RBS a la hora de afrontar su reestructuración con el apoyo del Gobierno británico.
División de la entidad
Por otro lado, el banco escocés creará una división "no estratégica" en el transcurso del segundo trimestre, que será gestionada de manera autónoma, aunque permanecerá bajo la estructura legal del grupo.
Esta división contará aproximadamente con 240.000 millones de libras (268.081 millones de euros) en activos de terceros, 145.000 millones de libras (161.989 millones de euros) en derivados y otros 155.000 millones de libras (173.160 millones de euros) en activos de riesgo.
"Como parte de estos esfuerzos, se espera que nuestra representación en 36 de los 54 países en los que operamos en todo el mundo se verá considerablemente reducida o vendida", explicó el banco.
Adicionalmente a la eliminación de costes asociados con los activos englobados en esta división no estratégica, la entidad ha lanzado un plan de reestructuración que pretende mejorar la eficiencia de costes del grupo con el objetivo de reducir unos 2.500 millones de libras (2.790 millones de euros) hasta 2011.
– Reino Unido garantizará activos tóxicos de la banca por 672.000 millones de euros (Cinco Días – 26/2/09)
El Reino Unido garantizará activos tóxicos de la banca británica por un total de 600.000 millones de libras (672.000 millones de euros) para que puedan superar la actual crisis financiera y sigan prestando a la economía en su conjunto.
Eso es lo que se dispone a anunciar este viernes el responsable del Tesoro, Alistair Darling, informa el diario The Times, según el cual esa cifra supera todas las previsiones y es difícil que pueda un día recuperarse.
Los responsables del Ministerio de Finanzas y los directivos del Royal Bank of Scotland y el Lloyds han estado negociando los últimos días las condiciones de las garantías que ofrecerá el Gobierno a ambos bancos.
Entre hoy y mañana, el Gobierno laborista anunciará que garantizará más de 300.000 millones de libras (360.000 millones de euros) de activos tóxicos del Royal Bank of Scotland y entre 250.000 y 300.000 millones de libras (288.000 y 336.000 millones de euros) en el caso del Lloyds.
A cambio de esas garantías, los dos bancos, en los que el Estado tiene ya una participación equivalente a 37.000 millones de libras (41.440 millones de euros), se comprometerán a conceder créditos a las pequeñas y medias empresas y a quienes quieran adquirir una vivienda por un total de 40.000 millones de libras (44.800 millones de euros).
Gran recapitalización pública
Ese plan del Gobierno equivale a una gigantesca recapitalización pública de dos de los mayores bancos del país, señala por su parte el Financial Times.
Mientras tanto, se ha sabido que el ex director ejecutivo del Royal Bank of Scotland, Fred Goodwin, de 50 años, considerado responsable del descalabro del banco, que hoy anunció pérdidas récord de 27.274 millones de euros (incluidas las derivadas de su desastrosa adquisición del holandés ABN-Amro), cobrará una pensión vitalicia de 728.000 euros anuales.
El RBS ha anunciado, por otro lado, que pondrá fin a su patrocinio del equipo Williams de la Fórmula como parte de un intento más general de reducir a la mitad de aquí al 2010 el dinero que dedica a financiar actividades deportivas.
– El bono del Tesoro sigue siendo el rey (The Wall Street Journal – 27/2/09)
(Por Jon Hilsenrath)
A algunos inversionistas les preocupa que el apetito mundial por los bonos del Tesoro de Estados Unidos pueda disminuir a medida que se dispara el déficit fiscal del país. Pero luego de que el presidente Barack Obama presentara un gigantesco presupuesto el jueves, el sistema financiero mundial enfrenta el problema opuesto: hay un exceso de demanda por los valores del Tesoro.
Cinco meses después del colapso de Lehman Brothers Holdings, los inversionistas siguen acudiendo en masa a los instrumentos más seguros y, en el proceso, dejan de lado la deuda más riesgosa, una señal de los persistentes males que siguen aquejando a la economía mundial y los mercados financieros.
Una serie de subastas de bonos del gobierno estadounidense realizada esta semana, cuyo monto ascendió a los US$ 94.000 millones, dejó en evidencia la situación. Durante una subasta de títulos a dos años el martes, por ejemplo, la demanda por los valores superó la oferta por una relación de más de 2,5 a 1, a pesar de que los bonos ofrecían un rendimiento de apenas 0,96%. También hubo una alta demanda en las subastas de papeles a cinco y siete años.
La pérdida del apetito por la deuda de mayor riesgo constituye otro obstáculo que deben superar las empresas y las personas que intentan acceder al crédito porque se traduce en un alza de las tasas de interés para otro tipo de deuda que no sean bonos del Tesoro.
Para financiar el déficit y paquetes de rescate, es probable que Estados Unidos emita hasta US$ 2 billones (millones de millones) de deuda en el actual año fiscal, que termina el 30 de septiembre, según analistas de J.P. Morgan. La gigantesca emisión de deuda se produce en momentos en que otros países también están acudiendo a los mercados. Europa y Japón, por ejemplo, agregarán más de US$ 750.000 millones en nuevas emisiones este año, según J.P. Morgan.
En algún momento, los inversionistas podrían rechazar este flujo abrumador de bonos, causando un descenso en los precios y un alza en los rendimientos. Por ahora, sin embargo, la aversión al riesgo sigue vigente.
Aunque el rendimiento sobre los bonos del Tesoro a 10 años ha subido de 2,08% a mediados de diciembre a casi 3% el jueves, sigue estando casi tres puntos porcentuales por debajo del nivel de 2000, cuando Estados Unidos tenía un superávit fiscal y estaba retirando deuda del gobierno. Los inversionistas se han mostrado tan reacios a poseer otros instrumentos que han estado dispuestos a tener bonos del Tesoro a pesar de sus bajos retornos. Entre esos inversionistas figuran los chinos, quienes aumentaron sus tenencias de bonos del Tesoro de EEUU en US$ 192.000 millones entre julio y diciembre a US$ 696.000 millones, según los cálculos de Win Thin, analista de Brown Brothers Harriman. "Necesitamos que los extranjeros continúen comprando bonos del Tesoro y creo que lo harán", afirmó. Sin embargo, aunque los inversionistas chinos compraban deuda del Tesoro de EEUU, reducían sus posiciones en la deuda ligada a las firmas hipotecarias estadounidenses Fannie Mae y Freddie Mac, señaló Thin, lo cual indirectamente presiona al alza las tasas hipotecarias en EEUU.
Los mercados monetarios se están comportando de la misma forma. El dinero que ha entrado a los fondos de inversión especializados en valores del Tesoro ha crecido en más de US$ 121.000 millones desde septiembre, mientras que los fondos que invierten en deuda corporativa han visto una salida de capital de casi US$ 200.000 millones, según iMoneyNet, una publicación que rastrea los flujos de fondos en los mercados monetarios.
Pavan Wadhwa, un estratega de tasas de interés de J.P. Morgan, cree que los bancos de Estados Unidos serán los próximos. Desde 2001, señala, los bancos japoneses han aumentado su inversión en bonos del gobierno japonés y la deuda estatal japonesa de un 5% de activos totales a alrededor de un 15%, en un intento por apuntalar sus balances. El analista considera que los bancos estadounidenses seguirán el mismo camino. "Los bancos invertirán una cantidad mayor de sus activos en bonos del Tesoro en lugar de activos más riesgosos", afirma Wadhwa.
De modo que lo que simplifica la situación para Obama en los momentos en que intenta administrar un gigantesco déficit fiscal también podría ser una señal de que la alicaída economía y el sistema financiero estadounidense no muestran signos de una mejoría.
– Europa del Este recibirá 24.500 millones de euros en ayuda internacional (El Confidencial – 27/2/09)
El Banco Mundial, el Banco Europeo de Inversiones y el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo destinarán 24.500 millones de euros -31.000 millones de dólares- para ayudar a los países del este. En concreto, esta cantidad irá destinada a inyectar liquidez a las entidades financieras de la región, seriamente dañadas por la crisis económica. El Banco Europeo para la Reconstrucción aportará cerca de 6.000 millones de euros, el Banco Europeo de Inversiones otros 11.000 millones, mientras que el Banco Mundial acude al rescate con 7.500 millones de euros.
"Tenemos especial responsabilidad para la región por lo que estas ayudas tienen sentido", ha explicado Thomas Mirow, presidente del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo en un comunicado. "Durante muchos años, la creciente integración de Europa ha sido un fuente de prosperidad y de beneficio mutuo por lo que no debemos dejar que este proceso se vuelve contra ellos".
Los países de Europa del Este atraviesan por una delicada situación económica con serias dificultades para refinanciar sus deudas, contraídas durante los años de prosperidad económica. El Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha tenido que acudir ya al rescate de Letonia, Hungría, Serbia, Ucrania y Bielorrusia, ya advirtió el pasado 28 de enero que las pérdidas del sector bancario podrían ampliarse.
La crisis financiera mundial ha dejado tras de sí más de 2 billones de dólares en pérdidas y provisiones al tiempo que la Eurozona, Japón y Estados Unidos se enfrentan a la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, lo que está pasando factura a las economías del Este.
La región entrará en recesión este año ante el colapso de las exportaciones, según previsiones del FMI, que espera una contracción del 0,4%. Este deterioro económico, junto al aumento del desempleo y la fuerte caída de las divisas, aumenta el riesgo a mayores impagos por parte de los prestatarios.
El Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo fue creado en 1991 con el objetivo de invertir en las antiguas economías comunistas, desde los Balcanes hasta Asia, con el objetivo de ayudar a transformar sus economías.
– El banco Lloyds registra una caída de beneficios del 75% (El Confidencial – 27/2/09)
El grupo bancario Lloyds registró unos beneficios atribuidos de 819 millones de libras (unos 925 millones de euros) en el 2008, una caída del 75% frente al año anterior, informó hoy la institución bancaria.
En un comunicado remitido a la Bolsa de Valores de Londres, el banco -que el año pasado adquirió el Halifax Bank of Scotland (HBOS)- indica que su beneficio bruto correspondiente al año pasado fue de 807 millones de libras (unos 911 millones de euros), un descenso del 80% frente al 2007.
La nota precisa que estos resultados corresponden al grupo Lloyds TSB hasta el 31 de diciembre del 2008, pero el banco pasó a funcionar como Lloyds Banking Group tras completar la adquisición del Halifax Bank of Scotland (HBOS) el 16 de enero del 2009.
– EEUU aumentará su participación en Citigroup y buscará cambios en la junta directiva (The Wall Street Journal – 27/2/09 2:04 PM)
(Por Deborah Solomon y David Enrich)
Citigroup Inc. y el gobierno de Estados Unidos alcanzaron un acuerdo bajo el cual el gobierno aumentará considerablemente su participación en el banco y exigirá a cambio modificaciones en la composición del directorio.
El acuerdo, anunciado el viernes por la mañana, está diseñado para aliviar las inquietudes sobre la solidez de una de las mayores instituciones financieras del mundo.
El Tesoro estadounidense acordó convertir parte de sus actuales acciones preferentes de Citigroup en acciones comunes, una medida que podría proteger de mejor manera a los accionistas frente a pérdidas futuras.
Como condición, el gobierno está exigiendo que la compañía de Nueva York reestructure su directorio. El Tesoro buscará que la junta de Citigroup sea compuesta por una mayoría de directores independientes. Se espera que el presidente ejecutivo, Vikram Pandit, mantenga su puesto bajo el acuerdo.
Citigroup informó que ofrecerá convertir hasta US$ 27.500 millones en acciones preferentes que no están en manos del gobierno federal en acciones comunes, mientras que Estados Unidos está dispuesto a igualar hasta US$ 25.000 millones de las conversiones por parte de inversionistas privados.
El tamaño de la nueva participación del gobierno dependerá de cuántas acciones preferentes sean convertidas en acciones comunes por parte de los inversionistas privados. Si se asume que se realiza el monto máximo de las conversiones, las tenencias de los actuales propietarios de acciones comunes se diluirán en casi un 75%, y el gobierno pasaría a ser el mayor accionista, con una participación del 36%.
La participación de los actuales accionistas se reducirá al 26%. Los accionistas tendrán que aprobar la mayor parte de la emisión de acciones comunes.
Los términos son onerosos para ambas partes. Si bien las tenencias de quienes posean acciones comunes disminuirán considerablemente, a los tenedores de acciones preferentes se les está pidiendo que canjeen sus posiciones por acciones comunes, de mayor riesgo.
Ninguna de las partes tiene muchas opciones. Para motivar a los inversionistas, Citigroup suspenderá el pago de dividendos de las acciones preferentes.
El canje no involucra una inversión adicional en Citigroup por parte del gobierno o accionistas privados, pero impulsará el coeficiente de capital común tangible del banco, que es observado de cerca por los analistas. También liberará al banco de la necesidad de pagar más de US$ 5.000 millones en dividendos anuales por acciones preferentes.
La tasa de conversión en el canje de acciones preferentes a comunes es de US$ 3,25, o una prima del 32% frente al precio de la acción al cierre del mercado el jueves. Antes de la apertura de Wall Street, la acción caía el viernes un 43% a US$ 1,42.
El Tesoro dejó en claro que el gobierno convertirá su participación sólo si Citigroup puede hacer que inversionistas privados hagan lo mismo. El Tesoro, en un comunicado publicado el viernes por la mañana, agregó que participará de los planes de Citigroup para convertir valores preferentes en acciones comunes mediante una serie de ofertas de canje, pero que lo hará mediante la igualación dólar por dólar de conversiones de inversionistas privados.
"El Tesoro recibirá el precio y los términos más favorables ofrecidos a cualquier otro tenedor (de un valor) preferente a través del canje", sostuvo la dependencia.
En forma separada, la firma anunció que registrará un récord de US$ 10.000 millones en rebajas contables en su ya divulgado resultado del cuarto trimestre, lo que elevará la pérdida neta para todo el año a US$ 27.700 millones.
La firma reconstituirá su directorio para incluir una mayoría de directores independientes nuevos. Anunció que de los 15 actuales directores de su junta, tres no se presentarán para ser reelectos y dos alcanzarán la edad de jubilación. Agregó que anunciará los nuevos directores pronto.
El acuerdo es el tercero desde octubre en que Washington sale al rescate de Citigroup. En dos ocasiones durante el otoño (del hemisferio norte), el gobierno inyectó un total de US$ 45.000 millones en la compañía y también acordó proteger a Citigroup frente a pérdidas de activos de US$ 301.000 millones. Esas medidas dieron al gobierno una participación del 7,8% en la compañía.
(Kevin Kingsbury y Maya Jackson Randall contribuyeron a este artículo)
– Las acciones de EEUU cierran en baja; Citi, Bank of America y GE presionan al Dow (The Wall Street Journal – 27/2/09 4:43 PM)
Los principales índices bursátiles estadounidenses concluyeron la sesión del viernes en territorio negativo, a medida que continuaba la preocupación en el mercado sobre la intervención del gobierno en el sector bancario y el continuo patrón de volatilidad.
El Promedio Industrial Dow Jones cayó 119,47 puntos, o el 1,7%, a 7062,61, su nivel más bajo desde mayo de 1997. El Dow ha caído más del 10% en febrero. Este mes, podría ser el peor febrero para el Dow desde 1933.
El índice S&P 500 descendió 17,73 puntos, o el 2,4%, a 735,10, mientras que el Índice Compuesto Nasdaq bajó 13,63 puntos, o el 1% a 1377,84.
El viernes por la mañana Citigroup Inc. anunció un acuerdo mediante el cual el Gobierno aumentará considerablemente su participación en el banco y exigirá a cambio modificaciones en la composición del directorio. Citi ofrecerá convertir hasta US$ 27.500 millones en acciones preferentes que no están en manos del gobierno en acciones comunes, mientras que el gobierno de EEUU está dispuesto a igualar hasta US$ 25.000 millones de las conversiones por parte de inversionistas privados.
Las acciones Citigroup, un componente del Dow, bajaron un 39% a US$ 1,50. También dentro del Dow, Bank of America perdió un 25,7% a US$ 3,95.
Entre los bancos regionales, Huntington Bancshares Inc. cayó el 26,2% a US$ 1,46; Frontier Financial Corp. retrocedió el 15,3% a US$ 1,55 y Citizens Republic Bancorp bajó un 23,5% a US$ 0,75.
"No tengo planes de comprar acciones de ningún banco en un futuro cercano. Ese sector va al cero, con algunos ganadores y algunos perdedores", afirmó Keith Walter, gerente de cartera de Artio Global Investors.
Otro factor que contribuyó al descenso general de los índices fue el anuncio de General Electric de que reducirá su dividendo trimestral de US$ 0,31 a US$0,10 por acción en un intento por obtener ahorros anuales de US$ 9.000 millones.
GE, otro componente del Dow, concluyó con un retroceso del 6,5% a US$ 8,51.
"En este ambiente la preservación de capital es importante, especialmente para los nombres financieros, por lo que hubo muchos que estaban anticipando esto", dijo John Massey, gerente de cartera de AIG SunAmerica Asset Management.
Los inversionistas tuvieron poco que celebrar tras la divulgación esta mañana de un importante indicador económico. La economía estadounidense se contrajo en el cuarto trimestre del 2008 mucho más de lo que había estimado previamente el gobierno, después que las empresas redujeran sus niveles de suministros como consecuencia de la debilidad en la demanda.
El producto interno bruto se contrajo un 6,2% entre octubre y diciembre, informó el viernes el Departamento de Comercio en su segunda estimación para el PIB de ese trimestre. El PIB del cuarto trimestre fue el más débil desde la contracción del 6,4% en el primer trimestre de 1982.
Originalmente, el gobierno había estimado que la economía se contrajo un 3,8% en el cuarto trimestre. En el tercer trimestre, la economía se redujo un 0,5%.
– ¿Nacionalización bancaria? (BBCMundo – 27/2/09)
(Por Marcelo Justo)
El gigante bancario estadounidense Citigroup anunció que llegó a un acuerdo que abre el camino para que el gobierno incremente sus intereses a cerca del 40%, fortaleciendo el capital del banco pero sin utilizar más fondos públicos.
Washington ya había inyectado US$ 45.000 millones de capital en Citigroup pero en lo que se conoce como acciones preferentes, que tienen prioridad sobre las ordinarias y dan dividendos garantizados.
Un comunicado del Tesoro señala que está dispuesto a convertir hasta US$ 25.000 millones en acciones ordinarias si los inversores privados hacen lo mismo.
Esa es la estrategia para fortalecer al banco, proveyéndole un colchón financiero más grande para absorber pérdidas, sin tener que pagar más.
Sin fin
La nueva intervención de Estados Unidos y el Reino Unido para salvar a gigantes bancarios pueden convertir al Estado en un barril sin fondo
Un día antes de que el gobierno de EEUU otorgara esta ayuda para el otrora primer banco mundial, el gobierno británico se hizo al 84% del paquete accionario del principal banco del Reino Unido, el Royal Bank of Scotland, y va a asegurar por unos US$ 366.000 millones sus "activos tóxicos" (préstamos incobrables).
El gobierno de Gordon Brown está negociando un acuerdo similar con el Lloyds Bank que acaba de anunciar gigantescas pérdidas en 2008.
Nadie duda que sea indispensable que los bancos vuelvan a prestar para salir de la crisis económica mundial, pero no hay garantías de que el actual plan termine con la crisis porque nadie sabe cuál es la magnitud de esos "activos tóxicos" que están paralizando la actividad financiera.
La crisis es tal que esta semana el brazo ejecutivo de la Unión Europea indicó que no se oponía a la nacionalización del sistema bancario como recurso de "última instancia" para salvar el sistema financiero de cualquiera de los 27 países que forman la Unión.
Y en Estados Unidos el mismo director de la Reserva Federal, Ben Bernanke, tuvo que desmentir versiones de una nacionalización del Citibank y el Bank of America, reafirmando su fe en las virtudes del sistema privado.
¿Nacionalizar o no nacionalizar?
Ningún político en el poder se ha atrevido a hablar abiertamente de una nacionalización del sistema financiero para salir de la crisis, aunque todos han dado pasos en esta dirección.
El "FBR capital Markets", una inversora estadounidense, estimó a fines del año pasado que el sistema financiero tenía deudas pendientes por valor de US$ 37 millones de millones y que una tercera parte de esta deuda se encontraba en virtual cesación de pagos.
Este grado de vulnerabilidad no se limita a Estados Unidos y ha exigido rescates estatales cada vez más masivos en distintas partes del mundo.
En la Unión Europea, el Reino Unido ha liderado esta política intervencionista.
Por su parte, Alemania acaba de acordar un proyecto de ley que permitirá nacionalizar los bancos como "último recurso" y tres instituciones multilaterales -el Banco Mundial, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y el Banco Europeo de Inversión- anunciaron prestamos de más de US$ 30.000 millones a distintos bancos de Europa del Este para evitar su caída.
No en voz alta
Algunos analistas consideran que hablar abiertamente de nacionalización provocaría el derrumbe de los valores bursátiles de los bancos y podría provocar una retirada masiva de depósitos.
Sin embargo, un baluarte de la ortodoxia financiera, el "The Wall Street Journal", se hizo eco esta semana de una corriente de opinión diferente.
"Algunos economistas afirman que la nacionalización es la opción más inteligente para arreglar el deteriorado sistema financiero y que al gobierno de Estados Unidos le convendría actuar ahora mismo".
Lo cierto es que la crisis financiera está quemando etapas muy rápidamente.
El mundo pasó de la ayuda fiscal estadounidense y paneuropea de 2007 a los megarrescates de 2008 y de la adquisición de significativas participaciones accionarias por parte de los gobiernos a la creación de una virtual aseguradora estatal de activos tóxicos en un período vertiginosamente breve.
Si la crisis no se soluciona, parece casi inevitable que la próxima parada sea la nacionalización del sistema financiero, algo que hasta hace poco la ortodoxia económica y mediática consideraban "impensable".
– La "semana negra" de la banca inglesa (Negocios – 27/2/09)
El Reino Unido ha vivido una semana única en lo negativo por las pérdidas de RBS, HBOS, Lloyds
Pérdidas astronómicas del Royal Bank of Scotland (RBS), el jueves, nuevas pérdidas del HBOS que lastran fuertemente los resultados del Lloyds, hoy viernes.
Escándalo mayúsculo por la pensión vitalicia e "indecente", al decir de muchos, concedida a Fred Godwin, el banquero que contribuyó personalmente al hundimiento del RBS.
Todo ello ha contribuido a que ésta pueda calificarse de nueva "semana negra" de la banca británica y un baldón para la gestión de un Gobierno criticado en su día por aleccionar a otros europeos sobre las ventajas de desregular el sector, como había hecho la "City".
Donde dije digo, digo Diego: el primer ministro, Gordon Brown, que en su época al frente del Ministerio de Finanzas se jactaba de las ventajas de Londres sobre otros centros financieros gracias precisamente a esa laxitud reguladora, ahora sostiene la necesidad de embridar a la banca para que no vuelva a desbocarse.
El Gobierno ha acudido en un apoyo masivo de la banca: así, por ejemplo, el RBS, que anunció ayer pérdidas antes de impuestos de 24.000 millones de libras (más de 27.000 millones de euros) en 2008, va a recibir otros 25.500 millones de libras del Estado, que aumentará su control del banco del 70 por ciento actual hasta un 95 por ciento.
El RBS, que cometió el mayor error estratégico de su historia al adquirir el banco holandés ABN-Amro, en el peor momento, por 70.000 millones de euros, podría verse obligado ahora por las pérdidas sufridas a eliminar 20.000 puestos de trabajo en todo el mundo.
Y todo ello mientras el principal responsable de aquella operación, Fred Goodwin, el hombre que se ganó el apodo de "Fred the Shred" (Fred la Trituradora) por la forma de adelgazar la plantilla de las empresas en aras supuestamente de la eficacia, deja el banco a los 50 años con una pensión vitalicia de casi 726.000 euros anuales.
Ante el escándalo por lo sucedido, el Gobierno, que denuncia ahora la voracidad de los banqueros cuando antes justificaba sus enormes salarios porque sólo así se conseguía "atraer a los mejores", le ha pedido a Goodwin que renuncie a parte de esa pensión, pero el banquero dice eso de "Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita".
La oposición conservadora aprovecha la indignación popular y por boca de su portavoz de Finanzas, George Osborne, ha calificado de "obscena e inaceptable, se mire por donde se mire", esa pensión y dice que es un "uso totalmente irresponsable del dinero del contribuyente".
Hoy, los británicos se desayunaban con la noticia de nuevas pérdidas bancarias: 10.800 millones de libras (casi 12.100 millones de euros) son las pérdidas antes de impuestos del Halifax Bank of Scotland (HBOS), adquirido por el Lloyds el pasado enero.
Los analistas consideran que la fusión del Lloyds, un banco muy prudente en la política de créditos, con el HBOS para crear el nuevo grupo Lloyds se debió a fuertes presiones del Gobierno para evitar la quiebra de este último y ha supuesto un fuerte lastre para el primero.
Mientras tanto, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, advirtió al Parlamento de que las inyecciones de miles de millones de dinero público en el sector para, entre otras cosas, garantizar sus activos tóxicos, no serán desgraciadamente las últimas.
Sólo el Royal Bank of Scotland ha anunciado que colocará activos tóxicos por 325.000 millones de libras (364.000 euros) bajo ese sistema de garantías del Gobierno.
En una intervención ante el comité selecto del Tesoro de la Cámara de los Comunes, King dijo ayer que es imposible saber cuánto capital necesitarán los bancos finalmente porque dependerá de la evolución de la economía.
Preguntado por los legisladores acerca de las primas astronómicas pagadas en el pasado a los banqueros, King criticó "una forma de compensación que recompensaba a los jugadores si ganaban su apuesta, pero no los castigaba si la perdían".
Es obvio que si se hace eso, se anima a la gente a que haga apuestas, señaló.
– Los rescates y los planes de estímulo no convencen: Wall Street cae en el mes un 11,7% (Cinco Días – 27/2/09)
Mes para el olvido en la Bolsa Neoyorquina. Ni los millonarios planes de Obama, ni el apoyo económico constante a la banca fueron capaces de devolver la confianza a los mercados. El Dow Jones abrirá marzo en niveles de 1997.
(Por J. López)
Muy preocupante es la dinámica que ha cogido Wall Street. La poca confianza que tienen los inversores en las medidas presentadas por los organismos públicos, unida a los pobres resultados empresariales presentados en el mes, han dejado a los índices bordeando barreras muy peligrosas según los analistas. El Standard and Poor's 500 cedió un 11% en el mes y queda en 735 puntos, niveles de finales de 1996. No le fue mucho mejor al selectivo tecnológico, que se derrumbó un 6,68% y se sitúa en los 1.377 puntos.
Barack Obama se ha encontrado en su primer mes completo de legislatura con todos los problemas que podían aparecer. Con la Fed atada de pies y manos y sin capacidad para abaratar el precio del dinero, el Tesoro comandado por Tim Geithner ha tenido que coger las riendas de la política económica norteamericana. En apenas un mes, el ejecutivo de Obama ha presentado tres planes, que a estas alturas solo han servido para incrementar el déficit a niveles desorbitados.
El primero de ellos, el de rescate financiero, el que debía sanear los balances de los bancos, quedó finalmente en una solución mixta más parecida al de Paulson que a otra cosa. Este anuncio trastocó la moral de los inversores, que esperaban más y respondieron con importantes pérdidas en todos los índices. El segundo de los planes, de estímulo, movilizará más de 787.000 millones de dólares para reactivar el consumo en EEUU. El de protección para el hipotecado fue el tercero, el mejor acogido por los inversores, pero con efectos insuficientes en las Bolsas.
Las dos últimas semanas del mes han sido las más convulsas. Con 12 cierres negativos en las últimas 15 sesiones, el temor a la nacionalización de algunos bancos se hizo cada vez latente y los inversores se fueron retirando paulatinamente del capital de los bancos con problemas. El ejemplo más palpable ha sido Citigroup, cuyo capital ya está controlado por el Gobierno en un 36%.
El último varapalo lo ha recibido la economía estadounidense hoy mismo. En la segunda revisión del PIB, el margen de error con respecto a la primera apreciación creció de forma desfavorable y la economía se contrajo en un 6,2% en el último trimestre de 2008.
Algunas empresas, en mínimos históricos
El goteo de despidos es incesante y las empresas que hace algún tiempo eran referencia, ahora se ponen en entredicho. Citigroup, hasta hace algunos meses mayor banco de EE UU por capitalización bursátil, es ahora un fijo del farolillo rojo. El banco recién intervenido por el Estado perdió un 58,87% de su valor en Bolsa en febrero y queda como el valor más débil del Dow Jones.
Bank of América no está mucho mejor y se encuentra en mínimos históricos pese a negarse a ser recapitalizado. El tercer banco del Dow Jones cedió un 37,39% en el mes. General Electric también queda en niveles negativamente históricos y cedió un 28,19%. El otro valor que hace malabarismos sobre el alambre es General Motors, que restó un 26,91%, después de presentar unas pérdidas superiores a 30.000 millones de dólares en 2008.
Muy poco valores pueden capear el temporal y los que lo hacen también son empresas en plena reestructuración. Wal-Mart se apuntó un 5,6% en un mes negro para la Bolsas. Las tecnológicas IBM e Intel también se salvaron de los números rojos y ganaron un 1,58 y un 0,6% respectivamente.
En cuanto al petróleo, importante avance del precio del crudo, que se revalorizó cerca del 5% en la semana y queda en los 44,76 dólares por barril.
– Tribuna: Economía global Paul Krugman – Clima de cambio (El País – 1/3/09)
Las elecciones tienen sus consecuencias. El nuevo presupuesto del presidente Obama constituye una enorme ruptura, no sólo con las políticas de los últimos ocho años, sino también con las tendencias políticas de los últimos 30 años. Si es capaz de conseguir que el Congreso apruebe algo similar al plan que anunció el jueves, hará que Estados Unidos tome un rumbo completamente nuevo.
Entre otras cosas, el presupuesto supondrá un enorme alivio para los demócratas, que empezaban a sentir una cierta depresión pospartidista. Puede que el estímulo económico que el Congreso ha aprobado haya sido demasiado débil y se haya centrado demasiado en los recortes de impuestos. La negativa del Gobierno a ponerse serio con los bancos puede resultar tremendamente decepcionante. Pero los temores de que Obama sacrificase las prioridades progresistas en sus planes presupuestarios y se contentase con matar el tiempo haciendo arreglos en el sistema de impuestos han quedado ahora desterrados.
Porque este presupuesto destina 634.000 millones de dólares a reformar la sanidad durante la próxima década. Eso no es suficiente para pagar la asistencia sanitaria universal, pero es un comienzo impresionante. Y Obama prevé pagar la reforma sanitaria no sólo subiéndoles los impuestos a los más ricos, sino también deteniendo la progresiva privatización de la atención sanitaria a los jubilados, eliminando los pagos excesivos a las compañías de seguros.
En otro frente, también resulta alentador ver que el presupuesto prevé 645.000 millones de dólares en ingresos procedentes de la venta de derechos de emisiones. Tras años de negativas y retrasos por parte de sus predecesores, la Administración de Obama está dando muestras de que está dispuesta a enfrentarse al cambio climático.
Y estas nuevas prioridades quedan reflejadas en un documento cuya claridad y plausibilidad resultan casi increíbles para quienes nos hemos acostumbrado a leer los presupuestos de la era de Bush, que insultaban nuestra inteligencia en cada una de sus páginas. Éste es un plan presupuestario en el que podemos creer.
Muchos se preguntarán si Obama puede realmente conseguir la reducción del déficit que promete. ¿Realmente puede reducir los números rojos desde los 1,75 billones de dólares de este año hasta menos de un tercio de esa cantidad en 2013? Sí, sí que puede.
Ahora mismo, el déficit es enorme debido a factores pasajeros (al menos, esperemos que lo sean): una severa recesión está haciendo que disminuyan los ingresos y hay que destinar grandes cantidades tanto al estímulo fiscal como a los rescates financieros.
Pero una vez que la crisis pase, si es que pasa, el panorama presupuestario debería mejorar muchísimo. Tengan en cuenta que desde 2005 hasta 2007, es decir, durante los tres años anteriores a la crisis, el déficit federal anual registró una media de tan sólo 243.000 millones de dólares. Ahora bien, durante esos años, los ingresos estaban inflados, hasta cierto punto, por la burbuja inmobiliaria. Pero también es cierto que estábamos gastando más de 100.000 millones de dólares al año en Irak.
Así que si Obama nos saca de Irak (sin hundirnos en un lodazal afgano igual de caro) y se las arregla para idear una recuperación económica sólida -dos condiciones complicadas, sin duda- y consigue que el déficit descienda hasta 500.000 millones de euros para 2013, no debería ser difícil en absoluto.
Pero ¿no se inflará el déficit por culpa de los intereses originados por el gran aumento de la deuda durante los próximos años? No tanto como se podría pensar. Los tipos de interés de la deuda pública a largo plazo no llegan al 4%, por lo que incluso un billón de dólares de deuda adicional suponen un incremento de menos de 40.000 millones al año a los déficits futuros. Y el coste de esos intereses queda íntegramente reflejado en los documentos del presupuesto.
De modo que tenemos buenas prioridades y proyectos plausibles. ¿Qué es lo que no va a gustar de este presupuesto? Fundamentalmente, que las perspectivas a largo plazo siguen siendo preocupantes.
Según las previsiones presupuestarias de la Administración de Obama, la relación entre deuda federal y PIB, un índice muy usado para medir la situación financiera del Gobierno, subirá vertiginosamente durante los próximos años y luego se estabilizará más o menos. Pero esta estabilidad se logrará con una relación entre deuda y PIB de alrededor del 60%. Eso no sería una deuda excesivamente alta según baremos internacionales, pero sería la deuda más alta que ha tenido Estados Unidos desde los años inmediatamente posteriores a la II Guerra Mundial. Y nos dejaría con una capacidad de maniobra considerablemente reducida si se presentase otra crisis.
Además, el presupuesto de Obama sólo nos habla de los próximos 10 años. Eso es un avance respecto a los presupuestos de la era Bush, que sólo hacían previsiones para cinco años. Pero los problemas fiscales realmente graves de Estados Unidos acechan más allá de ese horizonte: antes o después, vamos a tener que luchar a brazo partido con las fuerzas que hacen que suba el gasto a largo plazo (sobre todo, el coste de la atención sanitaria, que no cesa de subir).
E incluso si la fundamental reforma de la asistencia sanitaria mantiene los gastos bajo control, yo al menos veo difícil que el Gobierno federal pueda cumplir sus obligaciones a largo plazo sin algunas subidas de impuestos a la clase media. Digan lo que digan los políticos ahora, en nuestro futuro probablemente haya un impuesto sobre el valor añadido.
Pero no culpo a Obama por dejar algunas preguntas importantes sin responder en este presupuesto. En mitad de una crisis tan grave, la cantidad de previsiones a largo plazo que puede manejar el sistema político es limitada; probablemente él ha contado con todas las que puede, por ahora. Y este presupuesto tiene muy, pero que muy buena pinta.
(Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel en 2008. © 2009 New York Times Service)
– Los bancos "zombis" (El Mundo – 1/3/09)
(Por Luis de Guindos)
La expresión bancos zombis proviene de la década perdida de Japón durante los 90. Se trataba de bancos con enormes pérdidas en su activo, superiores a sus recursos propios, y por tanto insolventes, lo que les impedía realizar sus operaciones habituales. La oposición social dificultaba su recapitalización y rescate por parte del Gobierno con dinero de los contribuyentes, mientras que por otro lado existía un rechazo institucional a su nacionalización.
De este modo, la economía japonesa convivió durante 10 años con unas instituciones bancarias que no realizaban su función principal, dar crédito, y que simultáneamente impedían que los impulsos monetarios del Banco de Japón se trasladaran a las familias y empresas. Esta situación alargó y profundizó la crisis japonesa, que sólo empezó a resolverse gracias al fuerte tirón experimentado por las exportaciones a China con la llegada del nuevo siglo.
En las últimas semanas hemos visto una reaparición de las tensiones en los mercados crediticios y un ajuste importante en los precios de las acciones de los bancos en todo el mundo. Parece como si los temores que surgieron después de la caída de Lehman se reprodujeran con renovada intensidad. La evidencia de estas tensiones es especialmente visible en los Credit Default Swaps (CDS) -el coste de protección frente a impagos- de los bancos. ¿Cómo es posible que los CDS de los bancos se amplíen a pesar de los programas de rescate de los gobiernos? La respuesta es muy simple: el deterioro de los CDS de los propios países, que se han visto afectados por los programas de estímulo fiscal y de rescate financiero, cuyo coste necesariamente tendrá que ser cubierto con emisiones adicionales e ingentes de deuda pública. Como no podía ser de otro modo, el CDS de los bancos se encuentra íntimamente ligado al del gobierno que los rescata o garantiza.
El empeoramiento de la situación proviene de la percepción de que el tamaño de las pérdidas por activos tóxicos crece exponencialmente como consecuencia de la recesión mundial. En concreto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) eleva las pérdidas originadas por activos en EEUU hasta los 2,2 billones de dólares, frente a una estimación de 1,4 billones de hace sólo unos meses. La suerte para los bancos americanos es que la mitad de estos activos se encuentran en balances bancarios fuera de los Estados Unidos. Sin embargo, la extensión de la recesión en el resto del mundo está contaminando numerosos activos extranjeros que se encuentran en los balances de los bancos americanos, en una especie de infección global. En esta situación, no resulta extraño que el valor de mercado de los bancos americanos haya caído por debajo de los 400.000 millones de dólares y que se hable de la necesidad de acabar nacionalizando los dos buques insignia de la banca en EEUU, el Citi y el Bank of America.
Un nuevo frente se ha abierto con bastante virulencia: la extensión de la crisis a los países emergentes, muy especialmente a las economía del centro y el este de Europa. En los últimos días hemos visto un desplome importante de sus monedas ante los desequilibrios de estos países, especialmente la existencia de un elevado déficit externo y una alta dependencia de la financiación internacional. En concreto, en los tres últimos años estos países han triplicado su financiación bancaria del exterior, superando los 1,6 billones de dólares. Se trata de una crisis clásica parecida a la que tuvo lugar a finales de los 90 o en 1994 con la crisis del tequila en México. En estos momentos, tres países de la zona -Hungría, Letonia y Ucrania- ya han acordado una financiación de emergencia con el FMI, mientras que Serbia está en conversaciones y Rumanía ha señalado su voluntad de iniciarlas.
Como casi siempre ocurre en este tipo de crisis, la situación de los países no es idéntica, aunque por desgracia los mercados no discriminan en exceso. En el caso de los países del Este, aparte de Letonia, la peor situación la tienen Bulgaria y Hungría, que cuentan con un porcentaje de deuda externa que excede el 100% de su PIB, lo que supera ampliamente los ratios de los países asiáticos al inicio de la crisis de finales de los 90.
Por el lado de los prestamistas, seguramente el país más afectado es Austria, cuya exposición a la zona excede el 70% de su PIB, seguido por Suecia con un 30%. Sin embargo, más allá de lo que son los flujos de capital, la recesión que va a vivir la zona golpeará especialmente a Alemania, que es el principal exportador a estos países.
De cualquier modo, y esto es lo más relevante, la exposición de los bancos europeos a la totalidad de los países emergentes va más allá de los 3,3 billones de euros, una cifra que supera en más de siete veces la de los bancos de Estados Unidos, lo cual nos hace especialmente sensibles a una crisis en estas economías. Esta preocupación se encuentra, sin duda, detrás de la reciente debilidad del euro en los mercados de divisas.
Por último, otro factor que ha impactado negativamente en la percepción de la salud de los bancos ha sido la reacción negativa de los mercados al plan del nuevo secretario del Tesoro americano, Tim Geithner, que se ha hecho público hace unas semanas. A pesar de que incrementa los recursos de su antecesor, el famoso TARP de Paulson, mediante la creación de un nuevo fondo destinado a adquirir titulizaciones de préstamos y la ampliación de las facilidades crediticias de la Reserva Federal, se considera que no aborda el problema de solvencia de los bancos americanos, al mantener el importe de dinero público para inyecciones de capital y no aclarar suficientemente los detalles del nuevo fondo público-privado de compra de activos tóxicos. En definitiva, se piensa que los bancos americanos seguirán sin funcionar, actuando como zombis en terminología japonesa. El problema es que pueden contagiar al resto de la economía, al igual que ocurrió en Japón. Además, ahora, por desgracia, no podemos contar con el tirón de la economía china para sacarnos de la crisis.
– Países al borde de la quiebra (ABC – 1/3/09)
(Por María Cuesta / Vanesa Suvalski)
Europa del este y los estados norteamericanos de California y Kansas lideran la lista de economías con más dificultades para sus facturas
La posibilidad de que utilicen pagarés para devolver el IRPF cobra fuerza. ¿Aceptará la banca adelantar el dinero a los contribuyentes?
¿Países enteros en suspensión de pagos? Algo que hace apenas un par de años era inimaginable, hoy es una posibilidad con visos de convertirse en realidad. Y no se trata de un mal que sufrirá Iberoamérica, Asia o la zona más profunda del continente africano. Esta crisis señala sin reparos a los pesos pesados de la economía mundial: Europa y Estados Unidos.
Los problemas a uno y otro lado del Atlántico tienen similitudes importantes, aunque también un puñado de diferencias. En Estados Unidos, la elevada deuda y la burbuja inmobiliaria son los principales motivos de la falta de sueño de sus dirigentes. En la Vieja Europa, por su parte, la puesta en evidencia de las debilidades del euro lucha con el abultado endeudamiento por el primer puesto en el podio de los problemas a atajar.
Estados Unidos revive así situaciones que refrescan la memoria de aquellos que vivieron la Gran Depresión con toda su crudeza. El déficit comienza a comerse poco a poco las posibilidades de una recuperación cercana. De hecho, California, el estado más emblemático de la Unión, la que se dice sería la octava economía mundial si se aislara de EEUU, se encuentra ya al borde de la insolvencia.
Su deuda alcanza unos escalofriantes 42.000 millones de dólares y el equilibrio presupuestario es tan difícil que, ante la imposibilidad de acordar un plan de salida entre republicanos y demócratas, Arnold Schwarzenegger (el "Gobernator") se ha visto obligado a despedir a miles de funcionarios, suspender las obras públicas y empezar a pensar a hacer frente a sus facturas con pagarés.
Pero el caso de California no es único. Kansas sigue la estela californiana a marchas forzadas. Hace unos días, el Director de Política Presupuestaria del Estado, Duane Goosen, admitía que "ya no hay dinero en efectivo" y que había tenido que suspender las devoluciones de los impuestos sobre la renta. Al igual que en California, la posibilidad de recurrir a los pagarés para poder afrontar estos pagos, ha sido puesto encima de la mesa.
Sin embargo, surge la duda de si los bancos estarán dispuestos a descontar los cheques del Tío Sam, cuando se hallan en el centro de una vorágine financiera de dimensiones desconocidas. Y sobre todo cuando las perspectivas de recuperación no son nada alagüeñas.
La Vieja Europa, en jaque
Europa tampoco ha conseguido mantenerse al margen de la sospecha. La sombra que recae sobre ella es, si cabe, más compleja que la estadounidense. Y es que no sólo se trata de lidiar con un excesivo endeudamiento, sino de evitar también el desplome de algunos países de Europa del este.
Alemania y Francia ya han reconocido públicamente que están abiertas a ayudar a cualquiera de estos países que así lo necesite. En concreto, la canciller Angela Merkel reconoció que "no se negará a fortalecer al FMI, de ser necesario, si algunos países estuviesen en problemas". Y no se trata de un gesto de generosidad, sino de valoración de riesgos. La solidaridad intracomunitaria es, sin duda, mucho más barata que la quiebra de alguno de los países de la Unión, pues ello pondría en la picota, nada más y nada menos, que la moneda única.
El peligro viene del este
Y no sólo eso, los créditos multimillonarios concedidos en los últimos años a los países ex comunistas de Europa del este también podrían convertirse en un nuevo foco de incendio para algunas economías europeas. Sólo los bancos austríacos prestaron en esa región cerca de 300.000 millones de dólares en créditos, lo que equivale al 68% del Producto Interior Bruto (PIB) de la república alpina.
Similar, aunque algo menos dramático, es el caso de las entidades suecas, con préstamos de unos 80.000 millones de dólares concedidos a las tres repúblicas bálticas. Pero la lista no acaba ahí. Alemania, Francia, Italia y Grecia son otros de los países con una alta exposición bancaria en el este de Europa.
Y es que, hasta ahora, asumir el riesgo de invertir allí daba unos jugosos dividendos. Según informaciones del Banco Nacional de Austria (OeNB), en 2007 el 43% del total de las ganancias registradas por la banca austríaca provenían de los negocios en el este de Europa. Los créditos multimillonarios concedidos en los últimos años a los países ex comunistas de Europa del este también podrían convertirse en un nuevo foco de incendio para algunas economías europeas. Además, en los países ex comunistas, muchos se han endeudado en los últimos años de bonanza económica en monedas extranjeras, en su mayor parte euros y francos suizos, por un valor total de unos 1,5 billones de dólares. Y un 90% de estos fondos proceden de bancos de la zona euro, un 19,8% de entidades austríacas, un 15,8% alemanas, un 15,6% italianas y un 11,6% francesas.
El problema ahora es que las monedas locales, como el zloty polaco, la grivnia ucraniana o el leu rumano, se han devaluado de forma alarmante. En el caso del zloty, la pérdida de valor supera incluso el 50% desde el verano del año pasado. Pero mientras que Polonia aún espera poder crecer un magro 1,5% este año, en Ucrania la contracción económica superará el 10% en el 2009, impulsada por la depreciación monetaria, pero sobre todo por el derrumbe de la producción industrial, especialmente en el sector metalúrgico.
Ante esta situación, el Gobierno austríaco trata desde hace semanas de convencer a sus socios comunitarios de la necesidad de ayudar a esa región. Y es que sólo en este año, tienen que devolver unos 400.000 millones de dólares a sus acreedores en Europa occidental, lo que ante la devaluación de sus monedas y la crisis económica se hace cada vez más difícil.
La cúpula del gobierno austríaco se encuentra desde hace semanas de gira por varias capitales europeas para buscar apoyo a su iniciativa y determinar el nivel de las necesidades en los países más afectados. La prensa austríaca habla de un supuesto plan de 150.000 millones de euros, sin precisar quién debe aportar el dinero ni cómo se pondría en práctica.
Lo que está claro es que no sólo deben recibir apoyo países ex comunistas dentro de la UE sino también Estados extracomunitarios como Ucrania o Croacia. Para no fomentar el pánico, el Ministerio de Finanzas de Austria ha desmentido estar impulsando un plan de rescate y destacó que el objetivo es "coordinar y optimizar" las medidas ya aprobadas en Europa.
Mientras que la morosidad crece debido a la devaluación frente al euro y el franco suizo, los precios de la vivienda se han desplomado en toda la región, lo que acelera la espiral bajista. No en vano, algunos analistas aseguran que la situación "se parece mucho al colapso financiero" sufrido por Asia a finales de la década pasada.
Uno de ellos es Lars Christiensen, economista jefe del Danske Bank, el Banco Nacional de Dinamarca. Este experto predijo ya en el año 2006 la debacle financiera de Islandia. En un análisis publicado esta semana, el economista danés vaticina que los países menos afectados por la crisis, es decir, Polonia, la República Checa, Eslovaquia y Eslovenia, sufrirán una recesión de entre el 2 y 5% de su PIB.
Mientras, los más afectados, como Ucrania, Rumanía, Bulgaria y las repúblicas bálticas, sufrirán una contracción económica de dos dígitos. "En otras palabras, en concepto de actividad perdida, esto es tan malo o incluso peor que la crisis asiática de 1997/98", advierte Christiensen.
Otro reputado economista, el alemán Hans Redecker, del BNP Paribas, ha asegurado sin complejos que "los bancos europeos más activos en el este deberán amortizar en torno al 20% de los créditos concedidos". Toda una hecatombe financiera en caso de hacerse realidad.
Rechazo al apocalipsis
En Austria, la indignación entre los expertos es grande. No sólo las entidades financieras afectadas rechazan estos análisis apocalípticos. El OeNB atacó frontalmente a los analistas y diarios financieros que con sus artículos causaron un derrumbe de las acciones bancarias en Europa al inicio de la semana. Los expertos aseguran que para ver medidas concretas habrá que esperar a la cumbre extraordinaria que celebrará la UE el primero de marzo. En un comunicado el OeNB criticó a "algunas publicaciones, especialmente a "Wall Street Journal" y asegura que los bancos vieneses "disponen de suficiente capital y liquidez" para superar esta delicada situación. El Raiffeisen International, una de las entidades financieras más expuestas junto con el Bank Austria -en manos del italiano Unicredit- y el Erste Bank, también reaccionaron adelantando la publicación de sus resultados de 2008.
El banco, presente en 17 países del este de Europa, registró una ganancia récord de 980 millones de euros el año pasado. Así, logró frenar el desplome de sus acciones, causado por un informe de la agencia de calificación de riesgos Moody´s, que había advertido de los grandes riesgos en el este. Pero el gobierno austríaco ya no está solo en su pedido de ayudas para evitar un colapso de Europa del este. El jefe del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, ya ha instado a la Unión Europea a coordinar un proyecto conjunto con el BM, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras organizaciones multilaterales. En declaraciones al diario británico "Financial Times", Zoellick aseguró que dicho paquete "debe recibir el apoyo de los gobiernos europeos" y agregó que 20 años después de la reunificación de Europa, "sería una tragedia que Europa dejase que se produjeran nuevas divisiones". Para ello se necesita un apoyo más activo de Bruselas, agregó el responsable del BM.
Primeras reacciones
En la CE comienzan a reconocer la urgencia del asunto. El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, reconoció estar "preocupado" por la situación. Eso sí, el comisario hizo hincapié en las particularidades de cada país de la región y en la imposibilidad de encontrar una solución única para todos los Estados involucrados, algunos miembros y otros no de la UE. "No podemos dar a todos el mismo apoyo. Debemos diferenciar las situaciones distintas de cada uno de estos Estados miembros", señaló Almunia. Y es que no hay que olvidar que la crisis ha puesto más de relieve que nunca estas diferencias. Además, hay menos margen de error: tanto para una gestión fiscal deficiente como para equivocaciones políticas. Lo que antes pasaba desapercibido, ahora deja una huella profunda en el PIB. Sin embargo, los expertos aseguran que para ver medidas concretas habrá que esperar a la cumbre extraordinaria que celebrará la UE el primero de marzo. Hasta entonces, crucemos los dedos para que ninguno de estos países tenga que declarar el "default".
– La crisis amplía divergencias entre los miembros de la UE (The Wall Street Journal – 2/3/09)
(Por Charles Forelle)
Los líderes de la Unión Europea dejaron al desnudo sus dificultades para coordinar una respuesta unificada a la crisis financiera. Mientras la canciller alemana Angela Merkel rechazó los llamados para lanzar un rescate de los países de Europa del Este, Hungría propuso asistencia directa y un ingreso expedito a la zona euro.
Las tensiones que salieron a flote en la cumbre del domingo dejan de manifiesto la dificultad de forjar una estrategia coherente para combatir una recesión que ha golpeado a los 27 miembros del bloque con fuerza desigual. Incluso los líderes de Europa Central y del Este, la zona más afectada por la crisis, han mostrado divergencias acerca de la conveniencia de los planes de rescate.
Durante la cumbre, que fue convocada por el primer ministro checo, Mirek Topolanek, quien ocupa la presidencia rotativa de la Unión Europea, los líderes europeos reiteraron su compromiso de no caer en medidas proteccionistas, pero abandonaron Bruselas con pocas decisiones concretas y ningún indicio de que habrá un plan paneuropeo.
Hungría, Bulgaria, Rumania y otros países de Europa Central y del Este hacen frente a una aguda contracción a medida que el auge de la producción industrial se revierte. En los países bálticos, Letonia, que financió su expansión con deuda externa, se está quedando sin fondos.
La situación se ha visto exacerbada en Hungría y otros países al margen de la zona euro, donde los residentes financiaron auges de la construcción endeudándose con préstamos en la moneda común europea. El colapso de las divisas locales está encareciendo esos préstamos. La UE, asimismo, tiene que tomar en cuenta la situación de los países que integran la zona euro, en especial Irlanda, que hacen frente a un complicado panorama fiscal.
Ningún miembro de la zona euro se ve al borde del colapso económico, pero Portugal, Irlanda y Grecia parecen más vulnerables a interrumpir el pago de su deuda. La crisis económica global empieza a ejercer presión sobre los presupuestos de algunos gobiernos a medida que aumentan sus gastos para estimular su economía en medio de una caída de la recaudación tributaria. En muchos países, el rescate de la banca y los paquetes de estímulo fiscal impulsarán de manera significativa el nivel de endeudamiento.
Salvavidas listo
Algunas de las economías más fuertes del bloque han indicado que, en caso de que un país quede al borde de una cesación de pagos, es probable que dejen sin efecto las normas que prohíben el rescate de los países miembros y lancen paquetes de ayuda.
Cualquier respuesta dependerá probablemente de los bolsillos de Alemania. Y cualquier paquete de rescate respaldado por Alemania contendrá quizá estrictas condiciones que obliguen a los países receptores de la ayuda a poner en orden sus cuentas fiscales, aunque el ajuste de cinturón agrave la recesión. Las reglas de la UE estipulan que los países miembros necesitan tener un déficit fiscal inferior al 3% del Producto Interno Bruto. Siete miembros de la zona euro sobrepasarían ese límite este año.
La zona euro enfrenta su peor crisis económica en décadas. Según informes divulgados el viernes, la tasa de desempleo subió a 8,2% en diciembre y la inflación cayó a 1,1% en diciembre mientras las empresas redujeron gastos en forma generalizada.
El costo de comprar un seguro sobre la deuda soberana de Grecia, Irlanda y España bordeó niveles récord el viernes. El aumento de los niveles de endeudamiento llevó a la calificadora de crédito Standard & Poor's a rebajar en enero la calificación de Portugal, Grecia y España. Los analistas creen que Irlanda podría perder su calificación AAA este año. Austria también se ve en apuros. El costo del seguro contra una posible cesación de pagos por parte del país casi se duplicó en las últimas tres semanas y ahora es el segundo más alto del bloque, detrás de Irlanda, de acuerdo con la firma de información de crédito Markit Group.
En la cumbre de Bruselas, en tanto, Hungría propuso un plan de asistencia de hasta 190.000 millones de euros (US$ 241.200 millones) para Europa Central y del Este que incluiría fondos para apuntalar los bancos de la región y la liquidez de los bancos centrales. La idea tuvo una buena acogida en Austria, cuyos bancos están muy expuestos a la región, pero la reacción fue menos calurosa en otros países. Los líderes de Polonia y Eslovaquia, que no quieren quedar en el mismo grupo con países más débiles como Hungría, se opusieron a la iniciativa, al igual que muchos de los países occidentales más grandes.
El rechazo más importante fue el de Alemania, que como la mayor economía de Europa tendría que liderar cualquier paquete de ayuda. Angela Merker señaló que no veía la justificación de medidas especiales para Europa del Este.
"La situación es muy diferente" en las economías de la región, señaló. "No podemos comparar a Eslovaquia ni a Eslovenia con Hungría". Merkel dijo que es partidaria de otorgar asistencia a ciertos países, pero agregó que la mejor forma de hacerlo era a través de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional.
La semana pasada, el Banco Mundial, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y el Banco Europeo de Inversión informaron que proveerían 24.500 millones de euros en financiación para los bancos de Europa del Este.
(Joellen Perry y Marcus Walker contribuyeron a este artículo)
– EEUU sale al rescate de AIG por tercera vez (The Wall Street Journal – 2/3/09)
(Por Deborah Solomon, Matthew Karnitschnig, y Liam Pleven)
American International Group Inc. (AIG) recibirá hasta US$ 30.000 millones adicionales en asistencia del gobierno de Estados Unidos como parte del más reciente rescate estatal, informaron fuentes al tanto.
El objetivo es apuntalar a AIG mientras la aseguradora absorbe pérdidas trimestrales del orden de los US$ 60.000 millones y batalla para resolver dificultades operativas y competitivas. El nuevo plan contempla que AIG page la mayor parte de los US$ 40.000 millones que le debe a la Reserva Federal (Fed) mediante participaciones en dos filiales internacionales: American International Assurance Co. de Asia (AIA), y American Life Insurance Co., que tiene operaciones en 50 países.
Los cambios tienen la intención de ser una solución duradera para la débil situación financiera de AIG al eliminar, al menos parcialmente, la necesidad de efectivo para pagar los préstamos gubernamentales. El nuevo plan, sin embargo, acarrea nuevos riesgos y potenciales pérdidas para los contribuyentes estadounidenses. El gobierno ahora pasa a ser propietario directo de filiales de AIG cuyo valor es difícil de determinar.
Los activos que AIG está transfiriendo al Estado han estado en venta durante meses, pero no han recibido ofertas aceptables. Una subasta reciente de AIA, por ejemplo, no generó ningún interés.
El acuerdo, asimismo, borra aun más la frontera que divide a las autoridades estatales y los ejecutivos del sector privado, dificultando la gestión de las compañías.
De todos modos, al decidir reestructurar el rescate de AIG por tercera vez, tanto el Secretario del Tesoro, Timothy Geithner, como el presidente de la Fed, Ben Bernanke, concordaron en que la empresa representa un riesgo al sistema financiero y su quiebra tendría consecuencias desastrosas, dijeron fuentes al tanto. Entre los temores estaban los riesgos asociados a los actuales problemas de derivados ligados a AIG, así como preocupaciones sobre las repercusiones a clientes de seguros de AIG, añadieron las fuentes.
EEUU inyectará a AIG US$ 30.000 millones en dinero fresco proveniente del programa de asistencia para activos en problemas (TARP por sus siglas en inglés). El gobierno, sin embargo, también reducirá la línea de crédito que la Fed le concedió a AIG de US$ 60.000 millones a US$ 25.000 millones. AIG emitirá entre US$ 5.000 y US$ 10.000 millones en deuda respaldada por activos de seguros de vida, para reducir su deuda con el gobierno.
El nuevo pacto reduce el pago de intereses y dividendos que la aseguradora le debe hacer al gobierno. Eso alivia las finanzas de la empresa, que hoy podría divulgar una pérdida trimestral del orden de los US$ 60.000 millones.
Al cierre de esta edición, se esperaba que la junta directiva de AIG aprobara el plan. Las principales agencias de calificación de crédito ya han hecho lo propio. Sin el apoyo de esas agencias, AIG habría sufrido terribles reducciones en sus calificaciones de crédito que la habría forzado a presentar miles de millones de dólares en garantías sobre una variedad de contratos financieros. También habría causado la cancelación de muchas pólizas de seguros corporativos, costándole a AIG miles de millones de dólares más.
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