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Y Wall Street se mudó a Washington (página 8)

Enviado por Ricardo Lomoro


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El derrumbe de los mercados de Europa del Este amenaza con echar por la borda años de arduo trabajo en las ex repúblicas soviéticas para forjar una economía de libre mercado y una forma de vida al estilo de occidental.

Las turbulencias también podrían agriar las cuantiosas inversiones de los bancos de Europa Occidental en la región, lo que algunos analistas ya han empezado a llamar el mercado de los préstamos "subprime" de Europa, en alusión al colapso del mercado de hipotecas de alto riesgo o subprime que a partir de 2007 desató la crisis financiera global.

"No cabe duda de que se trata de la mayor crisis económica en Europa Central y del Este desde el fin del comunismo", afirma Lars Christensen, analista jefe de mercados emergentes de Danske Bank. Las economías del Báltico a los Balcanes enfrentan contracciones de hasta un 15% del producto, advierte.

En buena parte de Europa del Este, las personas y las empresas han tratado de alcanzar los estándares de vida occidentales mediante un alto endeudamiento externo. Los 10 ex países comunistas que se han integrado a la Unión Europea desde 2004 han captado inmensas sumas de crédito y otras inversiones de Europa Occidental.

La supuesta estabilidad de pertenecer a la UE les permitió a las empresas y consumidores de Europa del Este endeudarse en monedas extranjeras como el euro, el franco suizo y el yen, que ofrecían tasas de interés más bajas que la moneda local.

Hoy, la caída de las monedas locales ha disparado el pago de esas deudas en momentos en que los deudores de Europa del Este deben pagar unos US$ 400.000 millones que le deben a los bancos de Europa Occidental. La mayor parte de esta deuda está denominada en divisas extranjeras, según un informe del banco suizo UBS.

Rafal Lyczek hizo lo que parecía más sensato en mayo del año pasado. Convirtió su crédito hipotecario en Polonia a francos suizos, aprovechando la tasa de interés más baja de Suiza para reducir sus pagos. La apuesta parecía segura, puesto que el zloty polaco había sido una moneda fuerte en los últimos años. Pero la divisa se desplomó, a 3,20 zlotys para comprar un franco suizo, comparado con sólo 1,98 zlotys por cada franco suizo en julio. En la práctica, eso significa que los pagos mensuales de este economista de 31 años han subido cerca de 60% desde mediados del año pasado. "Me cambié porque todos lo hacían en ese momento", dice. "Mi equivocación fue que no tomé en cuenta la estabilidad del zloty, que es la moneda en la que recibo mi sueldo".

Lyczek dice que sobrevivirá, pero el mercado teme que muchos polacos y otros deudores de la región entrarán en cesación de pagos. Esto ha vapuleado las acciones de los bancos de Europa Occidental que poseen buena parte de esta deuda.

– Citigroup y los reguladores negocian ampliar la participación pública en la entidad (Cinco Días – 23/2/09)

Los reguladores de la banca de EEUU y Citigroup están negociando ampliar hasta el 40% la participación del Estado en la entidad, según adelantaba ayer la edición en Internet de The Wall Street Journal.

(Por Ana B. Nieto – Nueva York)

La existencia de estas negociaciones se conoce después de que los temores a una nacionalización, tumbara las Bolsas americanas el pasado viernes y enviaran el valor de Citigroup a mínimos no vistos en casi dos décadas. Sólo las declaraciones del portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, aclarando que el Ejecutivo considera que la mejor opción para la banca es mantenerse en manos privadas permitió un respiro a los mercados al final de la jornada.

Según el Journal, las negociaciones para esta nacionalización parcial no están cerradas y podrían no dar ningún fruto. No obstante, tal y como están planteadas, el Gobierno podría terminar controlando hasta un 40% de las acciones aunque el banco, que fue quien abrió las conversaciones con los reguladores, preferiría que esta participación se quedara en el 25%. La Casa Blanca no se ha manifestado sobre la situación.

La operación no costaría dinero a los contribuyentes porque de lo que se trata es de convertir en comunes las acciones preferentes que recibió el Gobierno a cambio de los 45.000 millones de dólares con los que ha capitalizado el banco desde octubre. Hasta ahora el Estado controla el 7.8% de la entidad que dirige Vikram Pandit. Este ejecutivo no ha pedido más dinero a Washington. A quienes sí que les costaría será a los accionistas que verían como el valor de sus acciones, ya castigadas, se diluirían.

Ken Lewis, el consejero delegado de Bank of America, el otro banco que se ha visto arrastrado por los temores a una nacionalización, quiso disipar el sábado las preocupaciones de los inversores diciendo que la entidad es rentable tiene niveles de capital y liquidez adecuados y continua concediendo préstamos. Lewis, que ha recibido en dos ocasiones ayudas de Estado, negó que necesitara una tercera.

– Gordon Brown planea un nuevo rescate bancario de 560.000 millones de euros (El Economista – 23/2/09)

El primer ministro británico, Gordon Brown, anunciará esta semana un nuevo plan de rescate bancario estimado en 500.000 millones de libras (unos 560.000 millones de euros), informa hoy el diario "The Daily Telegraph".

El líder laborista hará públicas una serie de medidas para garantizar los "activos tóxicos" de los principales bancos del país y que incluyen una inyección de 14.000 millones de libras (casi 15.700 millones de euros) en el mercado hipotecario a través del banco nacionalizado Northern Rock.

Cuando han transcurrido ya cinco meses desde el anuncio del primer plan de rescate financiero se impone cada vez más la convicción dentro del propio Gobierno, señala el periódico, de que lo único que se logró con él fue impedir la quiebra total de algunos bancos.

El conjunto de medidas que anunciará Brown esta semana es el tercer intento del primer ministro británico de reactivar la economía.

A pesar del rescate de 37.000 millones de libras (41.400 millones de euros al cambio actual) acometido el pasado octubre y otra serie de medidas adoptadas en enero para intentar estimular los créditos, la banca sigue reacia a prestar dinero.

El secretario de Estado del Tesoro, Stephan Timms, confirmó, por otro lado, este fin de semana que el Gobierno y el Banco de Inglaterra discuten actualmente un plan para lo que se ha venido en llamar "flexibilización cuantitativa" o inyección de liquidez al sistema.

El Gobierno británico trata de conseguir por todos los medios que los bancos vuelvan a prestar dinero a los consumidores, que así tendrían más para gastar, de lo que se beneficiaría el conjunto de la economía.

Ese recurso podría hacerse cada vez más necesario, según los expertos, en vista de que la bajada de los tipos de interés por el Banco de Inglaterra, que están en el 1 por ciento, apenas parece ya surtir efecto a la hora de dinamizar la actividad económica.

Ayudas a Citigroup (Expansión – 23/2/09)

(Por Financial Times)

Aunque a regañadientes, el Gobierno de EEUU ha dado un paso más hacia el control público de sus principales bancos, empezando por Citigroup. Evaluará la capacidad de las entidades de resistir condiciones económicas "más difíciles", y, si fuera necesario, aportará capital con acciones preferentes convertibles.

Las acciones de anteriores programas podrán convertirse en nuevos valores, que, a cambio, se convertirían en capital común con el tiempo. La convicción de que los bancos seguirán estando en manos privadas deteriora aún más la credibilidad.

Hace mucho que desapareció la fe en la fortaleza de capital de muchos bancos. Repetir constantemente que las entidades siguen estando bien capitalizadas debilita la confianza sobre la ya de por sí difícil tarea del Gobierno. ¿Por condiciones económicas más difíciles se entiende, por ejemplo, un desempleo del 9% o del 12%?

Para Citi, como mínimo, es un problema matemático. El miedo al control público gira en torno a que el Gobierno pueda mantener una participación en Citi cercana al 40%. Los contribuyentes saldrían perjudicados si, a la hora de fijar el precio, como se ha anunciado, se aplicara una "modesta rebaja" con respecto al precio de las acciones del 9 de febrero (3,95 dólares para Citi).

Con un descuento del 5%, por ejemplo, convertir 45.000 millones de dólares (35.109 millones de euros) de las actuales acciones preferentes del Gobierno en la firma supondría una participación del 68%, frente al 80% si se convirtieran al actual precio de 2,11 dólares la acción. Aunque al convertir 14.000 millones de dólares el Gobierno tendría cerca de un 40%, el ratio de capital tangible de Citi aumentaría sólo del 1,5% al 2,3%.

Captar capital privado o convencer a otros accionistas de preferentes para convertir sus acciones en ordinarias facilitaría las cosas. Incluso si éstos cedieran, las autoridades necesitarían justificar el intercambio de sólo una parte de sus acciones preferentes (entre 30.000 y 35.000 millones de dólares) para mantener su participación por debajo de un nivel arbitrario. Esto es un juego malabar. Es hora de que se tome una decisión tajante, por incómoda que resulte.

– EEUU respalda a la banca y negocia con Citigroup; mercados son escépticos (The Wall Street Journal – 24/2/09)

(Por Damian Paletta y Monica Langley, en Washington, y David Enrich, en Nueva York)

Las autoridades de Estados Unidos intentaron apaciguar ayer los temores sobre la viabilidad de algunos de los principales bancos del país, mientras proseguían las conversaciones con Citigroup Inc. de cara a un acuerdo que podría resultar en una mayor participación estatal en el atribulado banco.

En un comunicado ayer, el gobierno del presidente Barack Obama y los reguladores afirmaron que "respaldan firmemente el sistema bancario durante este período de tensión financiera para asegurarse de que podrá desempeñar su función clave de proveer crédito a familias y empresas".

La declaración trató de reafirmar al público que las "pruebas de resistencia" a la que serán sometidos cerca de 20 bancos del país son parte de un esfuerzo para apuntalar a las compañías, contrarrestando la especulación de que, en última instancia, los bancos serán cerrados o nacionalizados. Los reguladores insistieron que el "programa de asistencia de capital" del gobierno viene acompañado de la "fuerte presunción" de que "los bancos deberían permanecer en manos privadas".

Se trata de la segunda ocasión en los últimos días en que el gobierno de Obama intenta aplacar los temores sobre una posible nacionalización de bancos estadounidenses. Sin embargo, las declaraciones no han descartado la estatización de algunos bancos en el futuro.

Los anuncios no aliviaron las dudas acerca de si los bancos pasarían a ser controlados por el gobierno y, de ser así, qué forma adoptaría la nacionalización. La incertidumbre arrastró al Promedio Industrial Dow Jones a una caída de 3,4%. El índice cerró en 7.114,78 puntos, su cierre más bajo en casi 12 años.

La acción de J.P. Morgan Chase & Co. cayó 2%, la de Morgan Stanley 3% y la de Goldman Sachs Group Inc. 5%. Los informes de que el gobierno podría verse obligado a inyectar más fondos a la aseguradora American International Group Inc. (AIG) también contribuyeron al declive del Dow Jones. La acción de Citigroup Inc., no obstante, subió 1,8% para cerrar en US$ 2,18 a medida que creció la probabilidad de que el gobierno opte por convertir sus acciones preferentes en acciones comunes, lo que indicaría que los accionistas no lo perderían todo.

La falta de información ha desbaratado las estrategias de inversión, señala Peter Andersen, gestor de portafolio para la firma de inversión Congress Asset Management Co. Sin saber a ciencia cierta la forma que adoptará la intervención estatal, "no existe una base racional sobre la cual determinar el precio de estos valores", advirtió.

Los bonos de Citigroup se han desplomado en las últimas semanas. Un bono que vencía en 2018 se transaba a 89 centavos sobre el dólar el lunes, mientras que uno que expiraba en 2013 se negociaba a 85 centavos sobre el dólar, con un rendimiento cercano al 11%. A inicios de febrero, muchos bonos de Citigroup valían más de 95 centavos.

Ayer, asimismo, uno de los mayores inversionistas extranjeros en Citigroup informó que actualmente no planea convertir sus acciones preferentes en títulos comunes como parte de una posible medida del gobierno de EEUU de ayudar al atribulado banco.

De todos modos, el fondo soberano Government of Singapore Investment Corp., que ha visto cómo el valor de su inversión inicial de US$ 6.880 millones en Citigroup, se ha derrumbado en los últimos meses, podría enfrentar un dilema si el banco alcanza un acuerdo con las autoridades estadounidenses que incluya una mayor injerencia estatal.

¿La única salida?

The Wall Street Journal informó ayer que Citigroup estaba en conversaciones con funcionarios gubernamentales para que el Estado aumente su participación en el banco convirtiendo acciones preferentes en títulos comunes, según fuentes al tanto. Aunque las negociaciones podrían fracasar, el gobierno podría terminar poseyendo hasta un 40% de las acciones comunes de Citigroup. Los ejecutivos del banco esperan que la participación esté más cerca del 25%, señalaron las fuentes.

Una portavoz de Citigroup declinó referirse al tema al igual que lo hizo el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs.

Un acuerdo de este tipo le daría al gobierno una enorme influencia sobre una de las mayores instituciones financieras del mundo. Citigroup ha propuesto el plan a sus reguladores. El gobierno de Obama aún no ha indicado si lo respalda, según personas al tanto. El cambio no les costaría dinero extra a los contribuyentes, pero otros accionistas de Citigroup verían cómo sus acciones son diluidas.

Los ejecutivos del banco creen que el gobierno tiene que tomar una mayor participación para detener la caída. Sin embargo, esto podría resultar contraproducente, potencialmente provocando que los inversionistas huyan de otros bancos, incluso los más saludables, a medida que se preguntan si otras instituciones buscarán acuerdos similares.

Como parte del plan, los ejecutivos de Citigroup esperan persuadir a algunos inversionistas que poseen acciones preferentes de que sigan el ejemplo del gobierno y conviertan algunos de sus títulos en acciones comunes, según fuentes cercanas. Eso fortalecería un aspecto clave de la salud financiera del banco.

En octubre del año pasado, cuando el gobierno empezó a inyectar capital en los bancos estadounidenses, pocos expertos habrían previsto que el gobierno pronto estaría debatiendo la posibilidad de asumir el control de grandes instituciones financieras. El posible acuerdo con Citigroup le daría al Estado su mayor participación en una compañía de servicios financieros desde el rescate en septiembre de AIG, de la cual posee un 80%.

Las conversaciones entre el gobierno y Citigroup reflejan los temores de que este banco y otras grandes entidades financieras sufran una nueva ronda de pérdidas cuantiosas a raíz de la recesión y la crisis inmobiliaria.

La acción de Citigroup cayó por debajo de los US$ 2 la semana pasada, su nivel más bajo en los últimos 18 años.

La falta de confianza en el sector bancario continúa agobiando a las compañías financieras de EEUU.

Los reguladores aumentarían el jueves el número de instituciones financieras aseguradas por el Estado que se encuentran en su lista de empresas en dificultades y que confrontan un mayor riesgo de caer en la bancarrota.

Bank of America Corp. indicó el domingo que no estaba negociando una mayor participación del gobierno en la entidad.

edu.red

– El qué, cómo y porqué de la nacionalización bancaria (The Wall Street Journal – 24/2/09)

(Por Sudeep Reddy)

Algunas de las mayores empresas del sector financiero están cayendo en manos del gobierno estadounidense. Eso ha mandado en picada a las acciones de los bancos y podría estar profundizando los males económicos. Pero algunos economistas afirman que la nacionalización es la opción más inteligente para arreglar el deteriorado sistema financiero y que al gobierno de EEUU le convendría actuar ahora mismo.

¿Qué es la nacionalización?

Una nacionalización se produce cuando el gobierno toma el control de una firma privada. A veces eso significa que el gobierno compra participaciones en bancos para ayudarlos a sobrevivir; otras veces las autoridades intervienen una institución insolvente. El gobierno no necesita poseer el 100% de una firma para nacionalizarla.

¿Cómo se producen las nacionalizaciones en EEUU?

En la industria bancaria, un tipo de nacionalización se produce una vez que el Fondo de Garantías de Depósitos (FDIC) de EEUU toma el control de un banco que considera insolvente, reemplaza a la gerencia e intenta vender el banco a otra firma. En el caso de IndyMac, el gobierno alteró términos de hipotecas y otros activos como parte de su reestructuración de la firma.

En septiembre, el gobierno estadounidense nacionalizó de hecho tres empresas financieras gigantescas de una forma distinta. Adquirió una participación de casi el 80% en American International Group (AIG) a cambio de un préstamo robusto para impedir su quiebra. También puso a las firmas hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac bajo la "custodia" del gobierno, lo que significa que las firmas deben acatar las órdenes de un organismo de control gubernamental.

¿No han sido ya nacionalizados algunos bancos grandes?

No del todo. Desde fines de 2008, el gobierno ha adquirido significativas participaciones accionarias sin poder de voto en los mayores bancos, incluyendo Bank of America, Citigroup y Wells Fargo. Si esas participaciones fueran convertidas en acciones comunes con poder de voto, el gobierno se posicionaría entre los mayores accionistas individuales en la mayoría de las firmas.

En algunos casos, los contribuyentes estadounidenses podrían terminar con poder de voto (con una participación accionaria mayor al 50%) y ser considerados como los dueños de la firma. El gobierno está considerando convertir sus acciones preferenciales en Citigroup en acciones comunes, lo que le daría hasta un 40% del control.

¿Cuál ha sido el efecto de las compras del gobierno?

En el caso de IndyMac, el FDIC está buscando cumplir con una de sus metas, que los deudores hipotecarios se queden en sus casas, al alterar los términos de los préstamos más de lo que lo han hecho otros bancos. Los bancos que recibieron inyecciones de capital enfrentan una gran presión política para que aumenten sus préstamos o flexibilicen los términos de las hipotecas.

Por su parte, el gobierno británico ha tomado participaciones controladoras en los gigantes bancarios Royal Bank of Scotland Group y Lloyds Banking Group. Las firmas ahora intentan reducir el tamaño de sus estados de cuentas para volver a manos privadas. Eso podría restringir los préstamos aún más en los próximos meses.

¿Cuánto le han costado al gobierno estadounidense las inversiones en firmas financieras?

El Departamento del Tesoro de EEUU ha inyectado casi la mitad de los US$ 700.000 millones del paquete de rescate en empresas en problemas. Esas inversiones han perdido valor, aunque supuestamente deberían arrojar ganancias a lo largo del tiempo a medida que los bancos y la economía mejoran. El gobierno también ha asumido enormes responsabilidades: ha aumentado el monto de depósitos bancarios que garantiza (a US$ 250.000 de los US$ 100.000 previos) y ha acordado cubrir millones en pérdidas potenciales por parte de Citigroup y Bank of America.

Algunos analistas creen que el gobierno necesita US$ 1 billón (millón de millones) más en inyecciones de capital para cubrir las pérdidas de bancos en apuros. Una parte de ese dinero probablemente se perdería, pero si los bancos salen fortalecidos entonces otros podrían obtener una ganancia.

¿Qué obtienen a cambio los contribuyentes?

Los contribuyentes reciben acciones que podrían ser rentables a largo plazo. El propósito de nacionalizar una firma, sin embargo, es impedir que el sistema bancario se desmorone aún más.

¿Cuáles son las ventajas de nacionalizar una empresa?

Algunos bancos están desangrándose lentamente hacia la insolvencia. Nacionalizarlos rápidamente ahora le permitiría al gobierno eliminar los activos más tóxicos, reorganizar lo que queda y vender el resto a inversionistas privados. Los contribuyentes recibirían el ingreso de la venta, pero tal vez podrían además asumir grandes pérdidas.

En términos más generales, una nacionalización podría ayudar a sanear el sistema bancario y alentar a las firmas restantes a impulsar los préstamos. La restricción del crédito es una de las razones clave por la cual la economía se está deteriorando tan pronunciadamente.

¿Cuáles son las desventajas?

Nacionalizar incluso uno o dos bancos podría crear una reacción en cadena de pérdida de confianza. Si los inversionistas sospechan que otros bancos puedan estar en la lista de adquisiciones del gobierno, desconfiarían aún más de invertir en el sector financiero. La nacionalización también pondría a prueba a una burocracia que no está diseñada para operar megafirmas. Y aunque la meta de la nacionalización puede ser devolver empresas a manos privadas, la tentación de utilizarlas con fines políticos es inmensa.

– Las ampliaciones de capital desde el comienzo de la crisis superan el billón de dólares (Expansión – 24/2/09)

Las compañías financieras optan por la fórmula de ampliar capital para mitigar los efectos de la crisis. Tras las últimas ampliaciones realizadas en Japón, el volumen de dinero destinado a estos efectos a nivel mundial alcanza ya el billón de dólares.

Desde que el inicio de la crisis en febrero de 2007, el índice MSCI World Financial se ha desplomado un 75%. Una caída que los bancos han acusado en capitalización y por la que han tenido que acogerse a esta recurrida fórmula para captar dinero.

Las últimas ampliaciones de capital llevadas a cabo tanto por el mayor banco japonés, Mitsubishi UFJ Financial, como por el mayor prestamista del país asiático, Nomura, elevan a un billón de dólares la cuantía de las ampliaciones a nivel mundial desde el comienzo de la crisis.

Mitsubishi UFJ Financial anunció el pasado mes de octubre una ampliación de capital por 450.000 millones de yenes (4.800 millones de dólares) que disparó el volumen de las ampliaciones. La fecha límite para acudir a esta ampliación es el próximo 12 de marzo.

En el caso de Nomura, su ampliación de capital, la primera que realiza en dos décadas, asciende a 291.200 millones de yenes.

Los bancos europeos y estadounidenses necesitarán realizar ampliaciones de capital por, al menos, la mitad de este billón de dólares para poner a salvo su capitalización de mayores deterioros en el mercado, según indicó el propio Fondo Monetario Internacional en un informe publicado el pasado 28 de enero.

– Wall Street cede el 3,4 por ciento y cierra en el nivel más bajo desde 1997 (La Vanguardia24/2/09)

La Bolsa de Nueva York cerró hoy con un descenso del 3,4 por ciento en el Dow Jones de Industriales, que se situó en niveles que no registraba desde 1997, a pesar de que Citigroup y Bank of America cerraron en positivo.

El Dow Jones retrocedió 250,89 puntos y se situó en 7.114,78 unidades, mientras que el Nasdaq bajó el 3,71 por ciento (53,51 puntos), hasta 1.387,72, y el selectivo S&P 500 perdió el 3,47 por ciento (26,72 puntos), para quedar en 743,33, el cierre más bajo desde el 11 de abril de 1997.

El mercado neoyorquino, que inició la sesión con una moderada tendencia al alza, se mantuvo en territorio negativo durante el resto de la jornada y en la última hora de negocios se aceleraron las ventas de activos, hasta dejar el Dow Jones de Industriales en el nivel más bajo desde el 7 de mayo de 1997.

Al contrario de lo que ocurrió en numerosas sesiones anteriores, las acciones de Citigroup y de Bank Of America se mantuvieron al alza y fueron las únicas que se revalorizaron hoy entre las 30 compañías estadounidenses con mayor capitalización bursátil.

Citigroup subió el 9,7 por ciento, hasta cerrar a 2,14 dólares, y Bank of America subió el 3,2 por ciento, hasta 3,91 dólares, mientras que American Express perdió el 6,3 por ciento y JP Morgan el dos por ciento.

Las acciones de otras empresas del Dow Jones como General Electric, Hewlett-Packard, Microsoft e Intel retrocedieron entre un cinco y un seis por ciento, mientras que las del fabricante de aluminio Alcoa y la química Du Pont se depreciaron más del siete por ciento.

En los comienzos de la sesión parecía que los inversores se mostraban más confiados en una mejoría de la situación en que se encuentran los bancos, ante noticias de que el Gobierno podría ampliar hasta en un 40 por ciento su participación en Citigroup.

No obstante, el Gobierno de EEUU y las autoridades reguladoras reiteraron hoy que el sistema bancario debe seguir en manos privadas, una actitud que ya el viernes logró rescatar a los principales indicadores de Wall Street del abismo al que se precipitaban aquel día.

El Departamento del Tesoro y otras agencias federales reiteraron hoy su determinación para "preservar la viabilidad" de entidades financieras importantes para el sistema y aseguraron que el programa de ayuda a los bancos asume que estos "deben permanecer en manos privadas".

El Tesoro, la Reserva Federal, la Corporación Federal Aseguradora de Depósitos (FDIC, por su sigla en inglés) y otras entidades reguladoras suscribieron un comunicado en el que subrayan su intención de sostener a los mayores bancos con inyecciones de capital mediante la compra de acciones preferentes que pueden convertir en acciones comunes.

Los inversores también estuvieron pendientes en la última hora de negociación de la aseguradora American International Group (AIG), después de que la cadena financiera CNBC señaló, sin identificar sus fuentes, que la empresa negocia con el Gobierno la concesión de fondos adicionales a los ya recibidos.

CNBC también indicó que el lunes próximo podría informar de pérdidas trimestrales cercanas a los 60.000 millones de dólares, debido a amortización de activos. Sus acciones se depreciaron hoy el 1,85 por ciento y cerraron a 53 centavos por título.

Los títulos del fabricante estadounidense se automóviles Ford, que por el momento no ha requerido de fondos públicos al contrario que sus rivales General Motors y Chrysler, se revalorizaron hoy el 9,5 por ciento, tras anunciar un acuerdo con el sindicato United Auto Workers (UAW) para modificar las contribuciones de la empresa al fondo de prestaciones médicas para empleados y jubilados.

El barril de petróleo de Texas se depreció hoy el cuatro por ciento y cerró a 38,44 dólares, mientras que los bonos de la deuda pública a diez años subieron de precio y su rentabilidad se situaba en el 2,7 por ciento.

– Wall Street arrastra al Nikkei a niveles de 1982 (El Confidencial – 24/2/09)

El descalabro vivido ayer en Wall Street -los principales indicadores cayeron a mínimos de doce años- se ha traducido hoy en fuertes ventas en las bolsas asiáticas.

El Nikkei ha despedido la jornada con caídas del 1,5% hasta los 7.268 puntos, cerca de los mínimos fijados en octubre de 1982. El índice MSCI Asia Pacífico ha recortado un 2,3% hasta 74,51 puntos y encadena once jornadas consecutivas de recortes. Las pérdidas han supuesto la evaporación de 2,7 billones de dólares del valor de sus acciones pese a los planes de estímulo económico de Estados Unidos, China o Australia.

En Hong Kong, el Hang Seng ha caído con fuerza un 3,6%, mientras que el Corea del Sur, el Kospi ha perdido un 3,2%. Todos los mercados han cerrado en rojo excepto Malasia. En China, el Shanghai Composite se ha dejado un 4,7% hasta los 2.197 puntos. En Nueva Zelanda, el NZX- 50 ha caído por debajo del soporte de los 2.500 puntos, mientras que en Australia, en el S&P/ASX se ha dejado un 1,3% hasta los 3.307,90 puntos.

Los temores a una recesión más profunda de lo esperado siguen pesando en el ánimo de los inversores y sobre los resultados empresariales. Por otra parte, el anuncio del Gobierno de Estados Unidos sobre nuevas inyecciones de capital a las entidades que lo necesiten, lejos de animar a los mercados, ha provocado mayor escepticismo.

"Estamos viendo ahora cómo los temores económicos se están haciendo realidad. Sabemos que hay activos insolventes que podrían retrasar la recuperación económica. En este momento, la aversión al riesgo es muy elevada en todos los mercados bursátiles del mundo", comenta un operador a MarketWatch.

El pánico vendedor volvió ayer a apoderarse de Wall Street, donde los principales indicadores perdieron más del 3%. Hoy, los futuros del S&P 500 suma un 0,5% tras asomarse a su nivel más bajo desde 1997. El Gobierno de Estados Unidos anunció ayer que comenzará a examinar a las entidades financieras para averiguar cuáles se encuentran en mejor posición para sobrevivir a la recesión económica. El anuncio cayó como un jarro de agua fría sobre los mercados.

Entre los valores de la sesión, fuertes recortes para los productores de crudo tras la caída de los precios del petróleo. PetroChina ha registrado caídas del 4,7%, mientras que Cnooc se ha dejado un 4,6%. BHP Billiton, por su parte, ha cedido un 1,4%.

Por otra parte, las acciones de Nomura se han hundido un 8,4% ante las informaciones que apuntan a que podría vender 3.100 millones de dólares en acciones.

– Japón estudia medidas para sostener los mercados (Expansión – 24/2/09)

El Gobierno japonés está estudiando distintas fórmulas para frenar la sangría que está sufriendo la bolsa nipona, una fiebre vendedora que está teniendo un impacto negativo en el capital de los grandes bancos del país y está comprometiendo su capacidad para conceder créditos.

Kaoru Yosano, ministro de Economía y Finanzas japonés, ha dado instrucciones a su equipo para analizar las mejores opciones para apoyar los mercados, según "Financial Times".

Hoy, el Nikkei ha sufrido un descenso del 1,5% para caer a mínimos de tres meses y acercarse a niveles de 1982.

"No es deseable que el precio de las acciones caiga y esta situación tenga consecuencias innecesarias. He hablado con el equipo de Gobierno respecto al precio de las acciones. Lo tendremos en cuenta y vigilaremos los movimientos del mercado", ha explicado Yosano.

Banco de Japón

A principios de mes, el Banco de Japón ya anunció que compraría acciones del sector bancario por 1 billón de yenes (unos 11.100 millones de euros) para reforzar su capital y estabilizar los mercados.

El regulador aseguró que intervendrá en la bolsa para ayudar a las instituciones financieras y protegerlas del riesgo de las fluctuaciones de los mercados.

El Banco de Japón matizó que sólo compraría acciones de aquellas entidades que tengan una calificación crediticia de al menos "BBB-" y que la cantidad máximo que se invertiría por entidad sería de 250.000 millones de yenes.

– La confianza empresarial alemana baja en febrero a mínimos de hace 26 años (El Confidencial – 24/2/09)

La confianza empresarial alemana ha caído a mínimos de 26 años en febrero, después de que la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial haya obligado a las compañías a recortar la producción así como a anunciar despidos masivos. Los empresarios consultados -7.000 en total- para la elaboración del indicador descartan que se vaya a producir un cambio inmediato en la situación de la economía pese a los esfuerzos y medidas de todos los Gobiernos para impulsar el crecimiento.

El Instituto de Investigación Económica alemán (Ifo) informó hoy de que el índice de confianza empresarial en el conjunto de Alemania bajó en febrero hasta 82,6 puntos, frente a los 83 puntos de enero. Se trata de la lectura más baja desde noviembre de 1982, cuando los expertos consultados por Bloomberg esperaban que se mantuviera sin cambios respecto al mes precedente. El presidente del instituto de investigación económica muniqués, Hans-Werner Sinn, reseñó que los expertos consultados no prevén un cambio en la coyuntura.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que la economía alemana -la mayor de Europa- se contraiga un 2,5% este año. La semana pasada, las autoridades del país acordaron multiplicar por dos el estímulo fiscal planteado por el Gobierno hasta 80.000 millones de dólares, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) señalaba que rebajará los tipos de interés a mínimos el próximo mes.

La bolsa alemana ha perdido un 20% desde enero y se encuentra en mínimos de hace cuatro años. Pese a ello, la confianza de los inversores ha registrado este mes el mayor aumento en quince años ante las esperanzas a una recuperación a finales de año.

El plan de estímulo económico de Angela Merkel, que incluye recortes de impuestos e inversiones en infraestructuras, supone cerca del 1,6% del Producto Interior Bruto (PIB).

– La Unión Monetaria, en peligro – El dilema de la UE: ¿Rescates, expulsión de países o colapso del euro? (Libertad Digital – 24/2/09)

Algunos países miembros de la UE se enfrentan al riesgo real de quiebra. Alemania estudia acudir al rescate, pero su margen de maniobra es escaso. Una intervención situaría al euro al borde del colapso. Los inversores desconfían de la deuda pública de Islandia, Portugal, Irlanda y España.

LD (M. Llamas) Los estados también pueden quebrar. El intenso deterioro de las cuentas públicas, tras los ingentes rescates económicos y financieros puestos en marcha en el seno de la Unión, unido a la profunda recesión económica y la inestabilidad bancaria sitúan en el disparadero de la suspensión de pagos a diversas economías europeas.

No obstante, el Gobierno alemán anunció la pasada semana la posibilidad de acudir al rescate de determinados países. De hecho, ni siquiera el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE, Joaquín Almunia, descarta ya esta posibilidad. Las dudas se extienden sobre Irlanda, Portugal, España, Grecia, Reino Unido, así como las economías de Europa del Este. Sin embargo, el auxilio público de países no está exento de riesgos.

El pasado viernes, Jürgen Stark, miembro ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), señaló al Ejecutivo germano que el Tratado de la UE impide a los estados de la zona euro acudir al rescate de otros países miembros. Dicha cláusula es "importante para el funcionamiento de la Unión Monetaria", según advirtió en una entrevista concedida al diario alemán Spiegel.

El Tratado prohíbe que un país asuma los compromisos financieros de otros gobiernos, y su cumplimiento es básico para garantizar la disciplina fiscal en el seno de la Unión, según el BCE. Por el momento, la Comisión Europea ya ha abierto expediente disciplinario contra seis Estados miembros por déficit público excesivo (el límite máximo es del 3% del PIB). Entre ellos, España. Además, el coste de la deuda pública se ha disparado en las últimas semanas.

En este sentido, la deuda pública de Islandia, Portugal, Irlanda, España, Italia y Gran Bretaña presentan el mayor riesgo de degradación crediticia (menor calidad implica mayor riesgo de impago), según el último informe elaborado por BCA Research, una de las compañías de análisis de inversión más importantes del mundo.

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Además, Reino Unido, Irlanda, Dinamarca y Suiza presentan el mayor riesgo de nacionalización bancaria, exceptuando Islandia. El riesgo es, pues, real. La situación financiera de Irlanda es muy delicada, debido al gran tamaño de su sistema bancario y la profunda recesión que vive el país tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y del crédito. Gran Bretaña no es ajena a estos mismos riesgos. Su deuda pública amenaza con elevarse hasta el 100% del PIB nacional, y la oposición conservadora no descarta solicitar ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los países del Este se enfrentan igualmente al riesgo de colapso que, de producirse, pondría en serios aprietos a gran parte de la banca europea, debido a su elevada exposición crediticia a las economías ex soviéticas. Ante tal panorama, los principales dirigentes de la UE se encuentran ante un dilema: Acudir al rescate de países o arriesgarse al colapso del euro. Entre los instrumentos disponibles, Berlín rechaza, en principio, la ayuda bilateral, ya que tendría un elevado coste político para el Gobierno de Angela Merkel, y tampoco confía en la emisión de bonos europeos para financiar el elevado coste de la deuda pública de determinados países, por la misma razón.

Alemania aboga, pues, por el enfoque multilateral, ya sea a través de un fondo específico de la UE o acudiendo al FMI, con el fin de diluir los nefastos efectos fiscales que conllevaría un rescate público de tal magnitud sobre sus cuentas públicas. Así, por ejemplo, se discute la posibilidad de emplear el Banco Europeo de Inversiones para crear un fondo de emergencia que proporcione liquidez, en forma de ayuda o préstamos, a los países en riesgo de suspensión de pagos.

Los países del Este precisan 400.000 millones

Pero la factura del rescate sería enorme. Europa del Este podría necesitar cerca de 400.000 millones de euros para cubrir a corto plazo los compromisos financieros adquiridos con la banca europea, según los distintos cálculos que circulan en el mercado. Además, el tamaño de algunas entidades financieras supera el PIB de algunos países de modo que, en caso de quiebra, el gobierno en cuestión tendría que solicitar ayuda al exterior ante la imposibilidad de asumir el coste de la nacionalización bancaria.

Por otra parte, el FMI ya ha proporcionado ayuda a Hungría, Ucrania, Letonia, Bielorrusia, Islandia, Pakistán y, en breve, también a Turquía. Sus fondos se están agotando con rapidez (unos 155.000 millones de euros). No por casualidad, los países europeos del G-20 propusieron el pasado fin de semana duplicar los fondos del FMI para ayudar con rapidez y flexibilidad a países con problemas en sus balanzas de pago.

La solución no es sencilla, y la decisión del Gobierno alemán será clave. Las opiniones sobre esta cuestión se suceden en la prensa alemana, tal y como recopila el diario Spiegel. Así, el periódico de centro-derecha Frankfurter Allgemeine Zeitung señala que "la crisis ha expuesto las debilidades de la Unión Monetaria Europea". Muchos países de la UE han vivido por encima de sus posibilidades gracias a los "malos hábitos" propiciados por el paraguas de la moneda común. Por ello, es lógico que los inversores reclamen ahora primas de riesgo mucho mayores para comprar deuda pública de estas economías.

Abandonar el euro

Según el diario, algunos de estos países se enfrentan a una difícil decisión: "Restringir sus políticas de gasto o abandonar el euro". Es decir, el Plan C que se baraja en el seno de la Unión. El problema consiste en que si Alemania acude al rescate se disparará la inflación en la UE. Y es que, la intervención de Alemania, el emisor de bonos más fiable de Europa, podría disparar la desconfianza de los inversores y, por lo tanto, provocar el "colapso del euro".

Por su parte, el diario financiero Handelsblatt indica que el Banco Central Europeo (BCE) podría proporcionar ayuda a corto plazo mediante la compra de deuda pública a los países en dificultades. Sin embargo, dicha solución "obligaría a imprimir dinero". Es decir, el valor del euro también se desplomaría. Curiosamente, esta última medida es la que pretende poner en marcha el Banco de Inglaterra o la propia Reserva Federal de EEUU (FED). Además, el BCE no puede tomar una decisión de estas características sin la aprobación de todos los miembros de la Unión Monetaria. Una opción remota, si se toma en consideración las terribles lecciones aprendidas por los alemanes durante la hiperinflación sufrida durante la República de Weimar.

¿Rescates, expulsión de la Unión Monetaria, colapso del euro? "En esta crisis nadie puede descartar nada", Joaquín Almunia dixit. El dilema está hoy encima de la mesa de los dirigentes de la UE.

– El coste asciende ya a 10 billones – Segunda ronda de rescates en EEUU: AIG, GM, Chrysler, Citigroup… (Libertad Digital – 24/2/09)

La aseguradora AIG, rescatada en dos ocasiones, ha solicitado más ayuda pública. Prevé perder 60.000 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2008. El Gobierno de EEUU estudia inyectar más dinero público en General Motors, Chrysler, así como nacionalizar Citigroup y otros grandes bancos.

(Libertad Digital) El monto total de los rescates públicos aprobados por el Gobierno de EEUU asciende a cerca de 10 billones de dólares, tal y como avanzó LD. Sin embargo, esta cifra amenaza, incluso, con quedarse corta a la vista de las nuevas solicitudes de auxilio financiero por parte de grandes empresas y entidades financieras del país.

La compañía American International Group (AIG), que fue rescatada por el Gobierno de Estados Unidos en dos ocasiones el año pasado y cuyo 80% de las acciones ya pertenece a las autoridades del país, ha solicitado más ayuda ante sus previsiones de pérdidas por valor de 60.000 millones de dólares (más de 46.880 millones de euros) para el cuarto trimestre de 2008, que serían las mayores de la historia de la firma, según una fuente cercana al asunto.

Si finalmente se cumplen las previsiones de AIG, las pérdidas de los últimos tres meses del año serían mayores que las de 54.000 millones de dólares (42.182 millones de euros) registradas por Time Warner en un trimestre de 2002 y duplicarían a las de 24.500 millones de dólares (19.138 millones de euros) que la propia AIG sufrió en el tercer trimestre del pasado año. En aquel momento, el Gobierno incrementó su paquete de rescate para la aseguradora hasta cerca de 150.000 millones de dólares, informa Efe.

Según otra fuente cercana, las últimas rondas de conversaciones con el Gobierno contemplan la posibilidad de que AIG reciba financiación suplementaria a cambio de saldar su deuda comercializando con su capital. Al parecer, la negociación se está produciendo de manera fluida y se manejan otras opciones, por lo que aún no hay nada seguro, comentó la fuente.

La cadena de televisión CNBC, que fue la primera en anunciar las importantes pérdidas previstas para AIG, aseguró que se deben a la reducción de capital en bienes comerciales y otros activos. Además, desveló que si no se alcanza un acuerdo, los abogados de la aseguradora podrían tener preparado un anuncio de bancarrota, información desmentida por una fuente cercana.

Nacionalización de Citigroup

Los contactos entre las autoridades financieras estadounidenses y la firma, que se reanudarán el próximo domingo, se producen en un momento en el que otra gran entidad, Citigroup Inc., se encuentra en apuros y podría ver cómo el Gobierno se hace con su control total y se convierte en único accionista. Aún así, es todavía posible que una negociación entre ambas partes lo evite. Por el momento, la Reserva Federal no se ha pronunciado al respecto, aunque AIG ha confirmado la negociación, según el diario Financial Times.

No son las únicas entidades en riesgo de quiebra. El Gobierno y las agencias de regulación bancaria de Estados Unidos prometieron el miércoles sostener a los bancos importantes del país con nuevas inyecciones de capital. Esa intervención se llevará a cabo mediante la compra de acciones preferentes -sin derecho a voto-, como en el pasado, pero la novedad es que podrán convertirse en acciones comunes, según informaron en un comunicado.

La transformación de acciones preferentes en acciones comunes daría al Gobierno un control mayoritario en algunas de esas entidades. Según fuentes de la Administración, el problema consiste en que algunos bancos podrían ser demasiado grandes para quebrar, según informa International Herald Tribune.

Y es que, los grandes bancos de EEUU están en quiebra, tal y como adelantó LD. Asimismo, también se negocia una nueva inyección de capital público en los grandes fabricantes de automóviles, tales como General Motors (GM) y Chrysler. En definitiva, EEUU se enfrenta a una nueva ronda de rescates de gran dimensión y coste. Pese a todo, el presidente Barack Obama confía en reducir el abultado déficit público del país a medio plazo.

– Los supervisores bancarios luchan para aumentar el control sin ahogar la innovación (Expansión – 24/2/09)

(Por Gillian Tett. Financial Times)

Hace una década, los reguladores occidentales solían preocuparse por los bancos a los que se juzgaba "demasiado grandes como para permitir su quiebra" -en el sentido de ser tener tal envergadura que su colapso sacudiría a todo el sistema-.

En la actualidad, esa coletilla resulta anticuada. Mientras los políticos de todo el mundo se revuelven antes de la próxima cumbre del G20, intentando encontrar una solución para reparar un sistema financiero profundamente viciado, el tamaño ya no es su único quebradero de cabeza.

El tema fundamental que persigue ahora a hombres como Jean-Claude Trichet, el presidente del Banco Central Europeo, que ayer perfiló sus planes para reformar la regulación financiera, o Timothy Geithner, el secretario del Tesoro estadounidense, es la cuestión de que las instituciones están demasiado "interconectadas" como para permitir su colapso.

La pasada década de frenética innovación financiera y globalización ha dado lugar a un sistema bancario occidental en el que numerosas entidades están entrelazadas de formas impredecibles y prácticamente indefinibles. Basta con recordar la reacción en cadena provocada por la quiebra de Lehman Brothers.

Así, la pregunta de los 64 billones de dólares (49,8 billones de euros) es si los riesgos derivados de esta "interconexión" pueden controlarse de forma eficaz -sin prohibir toda actividad emprendedora o innovación en las finanzas-.

Se trata de un círculo endiabladamente difícil de cuadrar. Durante la mayor parte del siglo XX, los reguladores occidentales operaron como si el mundo financiero pudiera dividirse en dos grupos mentales.

En uno se situaban las instituciones cuyas actividades se consideraba que eran fundamentales para la economía, y que por lo tanto necesitaban ser reguladas y protegidas. Eso incluía a los grandes bancos y a muchas entidades orientadas hacia actividades minoristas.

En el segundo grupo englobaba a las entidades que no se consideraban "básicas" y a las que se permitía operar, así, con más libertad. Esa lista comprendía a brókers, hedge fund y las entidades bancarias paralelas como los vehículos de inversión estructurados que proliferaron y mutaron a principios de esta década como las setas con la lluvia.

Ahora, sin embargo, ese enfoque de "dos grupos" ya no funciona. Las entidades no bancarias no son ya algo secundario: tal y como señaló el propio Geithner el año pasado, en el verano de 2007 los activos de los seis mayores bancos comerciales de EEUU ascendían a "sólo" 6.000 millones de dólares (4.700 millones de euros), mientras que los bancos paralelos y los hedge fund contaban con activos por valor de 4.000 millones de dólares.

Entretanto, las instituciones están entrelazadas de forma tan estrecha que el colapso de una entidad no bancaria puede afectar también a las entidades reguladas.

Una forma de abordar este problema sería "nivelando el terreno de juego", como les gusta decir a algunos reguladores, e imponiendo las mismas reglas tanto para bancos como para entidades no bancarias. Esa es la solución que muchos políticos europeos parecen preferir de forma instintiva. De ahí su freno a las nuevas normas sobre paraísos fiscales y hedge fund.

Pero el riesgo de ese enfoque es que si el principal sistema bancario se convierte en una formal empresa de servicios públicos, la actividad emprendedora pueda quedar aún más relegada. El Salvaje Oeste del comercio de dinero puede hacerse aún más salvaje.

Dicho esto, algunos políticos británicos y estadounidenses muestran cautela a la hora de imponer reglas draconianas "únicas" sobre las entidades financieras. Pese a que la mayoría reconoce que las actividades de los hedge fund requieren un mejor control, Londres y Nueva York muestran pocas ansias por incluir a estas entidades en una red reguladora más severa.

En su lugar, el interés se centra en encontrar formas de mitigar el problema de la "interconexión" reduciendo los riesgos de los rivales mediante medidas como la introducción de plataformas centralizadas de liquidaciones para derivados.

También existe un fuerte deseo de crear sistemas de vigilancia coordinados y más efectivos. En EEUU, la Reserva Federal presiona para obtener más poderes en materia de supervisión. El BCE está haciendo lo mismo, aunque de una forma ligeramente menos apreciable.

Conseguir que los políticos accedan a ello no será sencillo. Hasta el momento, estadounidenses y europeos no han sido capaces de ponerse de acuerdo sobre dónde debería establecerse una firma de liquidación de derivados. Decidir qué hacer con los hedge fund podría resultar más difícil.

Lo único que está claro es que mientras el sistema regulador siga siendo un mosaico fragmentado, los financieros seguirán "arbitrando" las reglas, moviéndose entre fronteras con una velocidad que haga a los políticos jadear para mantener el ritmo.

(The Financial Times Limited 2009. All Rights Reserved)

– El sector bancario europeo cotiza al nivel más bajo en 17 años (Cinco Días – 25/2/09)

Casi dos años llevan sufriendo los bancos. En Europa han caído al nivel más bajo desde el verano de 1992 y en este ejercicio ya bajan el 29%. Las Bolsas temen más intervenciones públicas o quiebras. Ayer hubo rebote en Wall Street -el S&P ganó el 4%-, ya que Bernanke alejó el temor a las nacionalizaciones.

(Por Beatriz P. Galdón)

La cotización de los grandes bancos europeos es el mejor indicativo para calibrar los problemas que vive el sector. En Europa acumulan una caída del 29% en 2009 y un 80% desde que el 20 de abril de 2007 marcaran máximo histórico. Desde entonces la penalización apenas se ha interrumpido y con el recorte del 2,11% que llevan esta semana, las entidades financieras han bajado hasta niveles de agosto de 1992.

"Hay un nivel de incertidumbre importante, hay miedo a que la situación empeore y se cuestiona la supervivencia de algunos bancos", comenta Javier Barrio, de BPI.

Con esta difícil tesitura, están conviviendo día tras día las Bolsas. Ayer volvieron a caer en Europa, aunque la apertura alcista de Wall Street amortiguó en parte los descensos. El Ibex cayó el 0,76% y concluyó en 7.483,40 puntos, la cota más baja desde diciembre de 2003. El balance era mucho peor una hora y media antes del cierre: descenso del 1,8% en el 7.404,70.

El resultado en el resto de los principales índices de la región fue parecido. El Dax y el Cac se dejaron el 1,03% y 0,73%; un 0,71% de media cedió el Euro Stoxx 50. Los índices estadounidenses, en cambio, se anotaron puntos tras la debacle de la jornada anterior, en la que el S&P cayó a mínimos de 12 años. Tras seis jornadas de caídas ininterrumpidas, ayer subió el 4%. El Dow Jones y el Nasdaq ganaron el 3,3% y el 3,9%, respectivamente.

El sector financiero estadounidense rebotó, Citi y Bank of America ganaron el 21,5% y el 21%. Pero en Europa, destacaron los descensos en Allied Irish Bank (-10,34%), del Bank Ireland (-6,33%) y Lloyds (-5,11%), entre otros.

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, aseguró ante el comité bancario del Senado que la recuperación de las economías depende de que mejore la situación financiera. "Si las acciones tomadas por la administración, el Congreso, y la Reserva Federal son acertadas en restaurar la estabilidad financiera -y sólo en ese caso, en mi opinión- hay una perspectiva razonable de que la recesión acabe en 2009 y 2010 sea un año de recuperación".

El discurso del responsable de la Fed alejó también la posibilidad de que la banca sea nacionalizada en masa.

– Los inconvenientes para descifrar las intenciones del gobierno frustran a Citi (The Wall Street Journal – 25/2/09)

(Por Monica Langley y David Enrich)

Durante una conversación telefónica reciente con un alto funcionario del gobierno, el presidente ejecutivo de Citigroup Inc., Vikram Pandit, reveló quién manda en el nuevo mundo financiero estadounidense. "Por favor no nos dispare" al eliminar la cúpula ejecutiva, pidió Pandit. "Dennos una oportunidad de hacer nuestro trabajo".

Pandit está a punto de perder aun más margen para maniobrar. Citigroup está en conversaciones para que el gobierno adquiera una participación mayor en el banco al convertir su participación de 7,8% en acciones preferentes en hasta un 40% de las acciones comunes de Citigroup. La operación le daría una inyección necesaria al capital del tambaleante banco, pero le restaría control sobre su destino.

 

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El pedido de Citigroup también podría intensificar la presión política para escindir el conglomerado financiero. Una mayor participación del gobierno en Citi también acarrea riesgos para los contribuyentes, puesto que los accionistas comunes son los últimos en tener derecho a reclamar una compensación si se produce una liquidación de la entidad.

En los últimos meses, funcionarios federales han apodado a Citigroup "la estrella de la muerte", comparando la amenaza que representa el banco para el sistema financiero al arma de destrucción masiva en la serie de películas La guerra de las galaxias. En privado, un funcionario gubernamental calificó al gigante bancario de "inmanejable".

Esta semana, los banqueros de Citigroup han intentado calmar a clientes nerviosos y están preocupados ante la posibilidad de perder clientes en medio de la incertidumbre. El martes, Pandit acudió a Washington, donde sostuvo reuniones con reguladores y funcionarios del Tesoro.

Ejecutivos de Citigroup tratan de encontrar un balance aparentemente imposible: manejar la empresa de forma tal que deje satisfecho al gobierno y, al mismo tiempo, ayudar al banco a recuperarse tras registrar pérdidas de US$ 28.000 millones en los últimos cinco trimestres.

Por si esto fuera poco, el gobierno alterna entre períodos en los que se inmiscuye hasta en los más mínimos detalles y períodos en que lo ignora. Al intentar ser un inversionista ni activo ni pasivo, EEUU está dirigiendo la empresa de forma improvisada, sin una estrategia firme ni un conocimiento específico. Una parte central de la confusión es que no hay un individuo ni una entidad a cargo de supervisar Citigroup. Eso ocurre porque bancos como Citigroup están regulados por un grupo de agencias, incluidas la Reserva Federal, la Oficina del Contralor de la Moneda y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC). El Departamento del Tesoro también tiene control ya que aporta todo el dinero. Y los miembros del Congreso, que inicialmente aprobaron las inyecciones de capital, también tienen un rol. Todas estas partes interesadas le han estado dando a Citi órdenes, consejos y críticas a veces contradictorias.

Funcionarios de la Fed, por ejemplo, informaron a Citigroup que tienen "derechos de observador" que le permiten participar en las juntas directivas. Aunque el gobierno aún no lo ha hecho, algunos ejecutivos de Citigroup se han quejado en privado de que EEUU ahora tiene un "poder ilimitado" sobre el banco. Un directivo comparó el rol del gobierno con la espada de Damocles.

En los últimos seis meses, EEUU ha inyectado casi US$ 200.000 millones en 419 instituciones bancarias; ha garantizado al menos US$ 420.000 millones en pérdidas potenciales de varios bancos; ha ordenado la fusión de varias firmas financieras y ha bosquejado planes para comprar cientos de millones de dólares en créditos hipotecarios y otros activos incobrables a los bancos, entre otras medidas.

Además de Citigroup, la lista de tareas pendientes del gobierno incluye una revisión del rescate de US$ 150.000 millones de American International Group (AIG) y orquestar la reestructuración de la industria automotriz del país, tras prestarle US$ 17.400 millones a General Motors Corp. y Chrysler LLC. La solicitud de Citi para obtener más ayuda complicará una sociedad que ya está dañada por problemas de comunicación y pasos en falso. Desde que el gobierno apuntaló a Citi con capital fresco, ha emitido algunas directrices generales como pedirle que venda activos para levantar capital y abstenerse de hacer inversiones riesgosas; instar a una reorganización de la junta directiva y advertir de que nuevos pedidos de fondos podrían desembocar en la salida del actual equipo de gestión.

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A pesar de que el gobierno ha asegurado la supervivencia de Citigroup por ahora, los ejecutivos del banco se lamentan de que tienen que acudir a una adivina para descifrar cómo implementar las directrices federales.

El gobierno dice que los problemas de Citigroup son amplios y abarcan a varias entidades reguladoras, todas las cuales también están involucradas en los casos de otros bancos. Agregan que la postura del gobierno no es darle a Citigroup instrucciones específicas sobre cómo poner en práctica las directrices generales que ya le ha entregado.

En las últimas semanas, Citigroup se ha contactado con varios funcionarios del gobierno en busca de dirección, pero los esfuerzos no han rendido los frutos esperados.

La semana pasada, sin ir más lejos, Pandit se reunió con Lawrence Summers, el principal asesor económico de Barack Obama. Summers dejó claro que no iba a hablar de Citigroup en particular y Pandit salió del encuentro sin una idea más acabada de lo que el gobierno haría con el banco.

En tanto, Citigroup debe detener la hemorragia. El mes pasado, Pandit les dijo a altos ejecutivos que el primer trimestre es de vida o muerte: Citigroup necesita obtener ganancias para convencer al gobierno y a los inversionistas de que es una empresa viable.

Esta semana, algunos ejecutivos de Citigroup, manifestaron medio en broma, medio en serio que trabajar para el banco, caracterizado por su gigantesca burocracia y la competencia entre sus diferentes departamentos, era como trabajar para el gobierno.

– Ola de malas noticias modera el optimismo de Bernanke (The Wall Street Journal – 25/2/09)

El jefe de la Fed cree que la recesión podría acabar este año, pero las cifras apuntan a que la crisis se agrava

(Por Jon Hilsenrath)

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, albergó la esperanza de que haya una recuperación económica en 2010. Sus palabras, sin embargo, fueron pronunciadas en un día en que las últimas cifras apuntan a una recesión cada vez más obstinada y difícil de combatir.

Este mes, la confianza del consumidor estadounidense cayó a su nivel más bajo registrado, en parte debido a que las familias tienen ahora menos fe de hallar un empleo. Asimismo, dos índices sugirieron que el declive en los precios de las viviendas se podría estar acelerando. Y las empresas, desde el gigante de software Microsoft Corp. a las cadenas minoristas Target Corp. y Macy's Inc., reportaron un deterioro del panorama para las ganancias corporativas.

Los últimos datos de la economía y las crecientes aflicciones en las principales instituciones financieras del país apuntan a uno de los mayores problemas que enfrentan el presidente Barack Obama y Bernanke: la crisis financiera y la recesión se están retroalimentando.

Los declives bursátiles y el deterioro en sus carteras de préstamos disminuyen las posibilidades de que los bancos recauden capital privado y los vuelve más reacios a conceder créditos, restándole dinamismo a la economía y ahondando el problema que las autoridades federales tratan de paliar. Mientras tanto, el aumento del desempleo y las caídas de las ganancias corporativas elevan las moras en los préstamos, perjudicando a los bancos y volviendo a consumidores y empresas aún más reacios a gastar.

Los rescates financieros y un plan de estímulo fiscal del orden de los US$ 875.000 millones están diseñados para sacar a la economía estadounidense de este espiral descendente. En su testimonio de ayer ante el Congreso, Bernanke advirtió sobre el "poder destructivo" de las crisis entrelazadas en los mercados y la economía. Además, subrayó que detener este sistema de retroalimentación es clave para reencauzar la economía y añadió que existía el riesgo de que el ya sombrío panorama actual empeorara.

"Si las acciones tomadas por el gobierno, el Congreso y la Reserva Federal tienen éxito en restaurar cierto nivel de estabilidad financiera -y sólo en ese caso-, en mi opinión, existe una posibilidad razonable de que la actual recesión terminará en 2009 y que 2010 será un año de recuperación", dijo Bernanke en su testimonio a los legisladores.

Aunque los mercados de crédito han mostrado señales de estabilizarse en las últimas semanas, los precios de las acciones han caído marcadamente, sobre todo para instituciones financieras que los inversionistas creen que caerán bajo control federal. El martes, sin embargo, las acciones repuntaron; el Promedio Industrial Dow Jones ganó 3,3%.

Aun así, la Fed espera que el desempleo, hoy en 7,6%, suba a 8,8% este año, mucho más de lo previsto hace unos meses. El índice de la confianza del consumidor, medido por el grupo de investigación Conference Board, cayó a 25 puntos en febrero, su nivel más bajo registrado. El 47,3% respondió que esperaba que el desempleo aumente en los próximos meses, el mayor porcentaje desde diciembre de 1973. Casi un cuarto de los encuestados dijo que espera que sus ingresos disminuyan en los próximos seis meses, otro récord.

Las autoridades de EEUU, mientras, están trabajando para reescribir los rescates financieros de dos de las mayores instituciones financieras del país, American International Group Inc. y Citigroup Inc., a las que ya otorgaron cientos de miles de millones de dólares el año pasado. Pese a estas inyecciones, la desaceleración económica y la tormenta financiera siguen hundiendo a las firmas. El sector inmobiliario -en el corazón de la crisis- también mostró señales de estar empeorando.

Los precios de las casas cayeron 3,4%, ajustado por temporada, en el cuatro trimestre de 2008, una caída récord, según un índice del gobierno hecho público el martes. Es el mayor declive en los 18 años en que lleva computándose el índice. Un índice de precios de vivienda independiente, computado por S&P/Case-Shiller, mostró que los precios de la vivienda en todo el país cayeron 27% respecto a su máximo a mediados de 2006.

– El ministro británico del Tesoro, en duras negociaciones con la banca (El Confidencial – 25/2/09)

El ministro británico del Tesoro, Alistair Darling, negocia duramente con los bancos RBS y Lloyds las condiciones de un plan de 500.000 millones de libras (560.000 millones de euros) para asegurar sus "activos tóxicos".

Según informa hoy el diario económico Financial Times, Darling instó a ambas entidades a "limpiar sus balances y reconstruir para el futuro". El ministro británico considera que su plan, bautizado "Operación Escoba", es la única oportunidad que tienen el RBS y a Lloyds de recuperar la credibilidad perdida. Darling confía en llegar a un acuerdo con ambos bancos antes de que éstos anuncien fuertes pérdidas el jueves y viernes, respectivamente. Pero según el diario, las negociaciones están, sin embargo, empantanadas.

Los funcionarios del Tesoro intentan obtener un acuerdo que proteja al contribuyente al tiempo que anime a los bancos a conceder créditos por miles de millones a los pequeños empresarios y a los ciudadanos deseosos de adquirir una vivienda. En un artículo que publica hoy el periódico, Darling afirma que su plan de protección de activos daría a los bancos "la confianza que necesitan para reestructurarse y convertirse en bancos mejores" al eliminar la actual incertidumbre sobre el valor real de sus activos.

Darling insiste en que el RBS y el Lloyds, controlados en un 70 y un 43% respectivamente por el Estado, no serán nacionalizados y explica que sería más fácil devolverlos al sector privado si siguen cotizando en Bolsa. El ministro laborista aboga también en su artículo a favor de la cooperación internacional en los esfuerzos para "aislar" los activos tóxicos y "eliminar la incertidumbre que afecta a los balances de los bancos".

Expertos citados por el FT creen que el RBS y el Lloyds tratan de que se les garanticen sus activos tóxicos hasta un total de 500.000 millones de libras, y un tercer banco, Barclays, podría decidirse igualmente a participar si considera que las condiciones que se pacten son suficientemente generosas. Darling sugiere que la cuota que se cobre por la garantía estatal de esos activos los bancos se recuperará en forma de acciones convertibles preferentes u otros títulos. Los analistas creen que la cuota será de entre un 3 y un 6%, lo que refleja el enorme riesgo que deberá asumir el contribuyente británico a lo largo de varios años.

Uno de los puntos en los que no se ha llegado aún a un acuerdo, dice el periódico, afecta al umbral de pérdidas de los activos asegurados a partir del cual comenzarán a aplicarse las garantías del Gobierno. Los bancos argumentan que si ese nivel se coloca muy alto, los bancos tendrán que acumular capital para cubrirlas.

Las tensas negociaciones, como las califica el FT, entre el Gobierno y los bancos afectan también al nivel de créditos que aquél espera que concedan los bancos y que Darling quiere que sea "vinculante, específico y cuantificable". Según algunos cálculos, los compromisos de nuevos créditos de la banca podrían oscilar entre 30 y 40.000 millones de libras (33.600 y 44.800 millones de euros).

– La CE anima a crear "bancos malos" para restaurar la confianza en el sector financiero (La Vanguardia – 25/2/09)

La Comisión Europea animó a los Veintisiete a liberar a los bancos de los activos dañados y, aunque subrayó que cada país debe elegir el método que más le convenga, estimó que la creación de "bancos malos" puede ser una solución efectiva para restaurar la confianza financiera.

"Sin un sistema financiero sólido el crédito a la economía real seguirá reduciéndose y la recuperación económica será más difícil", advirtió el responsable europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia.

El ejecutivo de la UE sabe que cualquier mecanismo para aliviar a las entidades del peso de los activos dañados -en su mayoría, productos estructurados y créditos dudosos, que no son líquidos porque no hay comprador que los quiera- implica la concesión de ayudas públicas y la distorsión de la competencia.

Por eso y para evitar que los Estados miembros empiecen a adoptar medidas sin coordinar, Bruselas presentó hoy unos principios comunes que regularán esas intervenciones y reducirán los daños a la competencia, en especial a las entidades que no requieren ayuda.

Entre las opciones disponibles destaca la segregación de los activos problemáticos en un "banco malo" -bien para cada entidad o para el conjunto de las entidades con problemas de un país-, cuyas pérdidas serían compartidas por el Estado y cada banco.

El Gobierno podría ir todavía más allá y crear una entidad nueva, que adquiriría los activos dañados permitiendo a los bancos retomar su actividad sin esa carga. Bruselas señala que puede ser necesaria la nacionalización previa de las entidades en peor situación, para luego proceder a la separación de activos sanos y dañados.

Otra alternativa es que el Gobierno asegure a los bancos contra las pérdidas asociadas a los activos dañados, aunque la Comisión incide en que esta vía es más complicada, por la dificultad de asegurar activos heterogéneos y muy repartidos, y puede ser menos efectiva que la separación total de los activos problemáticos.

El ejecutivo de la UE no quiso hoy hacer una estimación del peso de los activos dañados en los bancos europeos, pero recalcó que suponen un problema grave y advirtió de que esta nueva fase de asistencia al sector puede tener un coste muy elevado.

Como primer requisito para poner en marcha cualquiera de estos mecanismos, Bruselas dejó hoy claro que las entidades financieras deben informar con claridad del peso en sus balances de los activos dañados -que les van a generar pérdidas, debido a su fuerte devaluación-.

Sobre el tipo de activos que pueden incluirse en estos programas, la Comisión apuntó que los países pueden limitarse a los denominados "tóxicos" (bonos asociados a las hipotecas "subprime" y otros productos estructurados que están en la raíz de la crisis financiera), aunque aconsejó un enfoque más flexible, adaptado a la situación de cada país y entidad.

Los gobiernos tendrán que notificar a Bruselas los esquemas que pongan en marcha, y también las operaciones individuales sobre cada entidad, que deberán ir acompañadas de un plan de reestructuración o viabilidad. El ejecutivo comunitario propone que los países den a los bancos un plazo máximo de seis meses para acogerse a las ayudas, para incentivarles a aclarar su situación con rapidez y contribuir a la normalización del sector.

Sea cual sea la solución escogida, habrá que garantizar que las entidades cargan con una parte importante de los costes, igual que se está haciendo con las operaciones de recapitalización y los avales bancarios -que las entidades deben devolver a precios de mercado-.

Además, la obtención de asistencia pública implicará obligaciones para las entidades, que no podrán usar la ayuda para expandirse y tendrán que comprometerse a retomar la concesión de créditos.

Podrán incluirse, asimismo, limitaciones a la distribución de dividendos y en la remuneración de los directivos. En cuanto a la evaluación de los activos, el Ejecutivo de la UE se inclina por contabilizarlos en función de su valor actual de mercado, que en algunos casos puede ser nulo, aunque admite que, para que el sistema sea efectivo, habrá que fijar un precio por encima, a partir del análisis de expertos independientes y con la ayuda de los supervisores.

– Qué debería decir Obama a los líderes del G-20 (Expansión – 25/2/09)

(Por Martin Wolf)

La cumbre de Londres de 1933 marcó el momento del colapso de los esfuerzos cooperativos para gestionar la Gran Depresión. La cumbre del Grupo de los 20 países, en la misma ciudad, el 2 de abril, debe arrojar un resultado bastante distinto.

Puede parecer una tarea sencilla. No lo es. El habitual comunicado plagado de tópicos sería una catástrofe.

El mundo necesita un cambio en el que pueda creer. Sólo Barack Obama, el presidente de EEUU, puede proporcionar el deseado liderazgo: su reputación está intacta, es popular y es el líder del país que, para bien o para mal, sigue siendo esencial.

Esta es la oportunidad de Obama, mientras los "sherpas" del G-20 preparan el borrador del texto. Debe escribir con urgencia a sus homólogos de otros países. Algo así sería perfecto:

"Compañeros líderes, Franklin Delano Roosevelt abandonó su cumbre de Londres. Quiero que hagamos nuestro el momento en el que diseñemos nuestra propia salvación. Resolvamos legar prosperidad a la posteridad, no un colapso de la economía global que heredamos".

"Permitid que diga algo importante: sí, EEUU lo echó todo a perder. Creímos que los sabíamos todo sobre las sofisticadas finanzas modernas. Nos equivocamos. En nombre de mi país, pido perdón. Pero este desastre no sucedió bajo mi mandato. Así que, dejemos a un lado "quién fue el culpable". Debemos aprender la lección y mirar hacia adelante, no al pasado".

"Nos encontramos en una situación desesperada. En el cuarto trimestre del año pasado, el producto interior bruto se contrajo a un ritmo anual del 20,8% en Corea del Sur, del 12,7% en Japón, del 8,7% en Alemania, del 5,9% en Reino Unido y del 3,8% en EEUU. Incluso la economía china se estancó. La industria se ha visto golpeada con especial dureza: las últimas caídas anuales de la producción industrial alcanzaron el 21% en Japón, el 19% en Corea del Sur, el 12% en Alemania, el 10% en EEUU y el 9% en Reino Unido. En pocas palabras, el mundo está inmerso en una profunda recesión".

"El Instituto de Finanzas Internacionales de Washington también prevé un colapso de los flujos netos de capital privado hacia los países emergentes, desde 929.000 millones de dólares (728.650 millones de euros) en 2007 a sólo 165.000 millones de dólares este año. Se prevé que los flujos crediticios se contraigan en 30.000 millones de dólares. El Fondo Monetario Internacional también prevé para este año un descenso en el volumen mundial de comercio".

"Tras todo esto está un colapso del valor del papel y del crédito. Es posible que hayan sido los derrochadores países deficitarios los responsables de la creación de estos virus. No son los más vulnerables a ellos".

"Así que, ¿qué debemos hacer ahora?"

"Primero, debemos fijar las prioridades. Observo con consternación la obsesión de los europeos con la regulación de los hedge fund y los paraísos fiscales. ¿Fueron ellos los que causaron esta crisis? No. Los europeos también piden que se regulen todos los mercados, productos y participantes, sin excepción. Esto es como pedir que se estudie el radar mientras se hunde el Titanic. ¿Se dan cuenta de que los bancos importantes para el sistema, y que se sitúan en el corazón de esta crisis, son las instituciones más reguladas que poseemos? No nos desviemos de las actuales prioridades".

"Segundo, la principal prioridad es poner freno a la caída libre de la demanda. No hay nadie que pueda pensar ya que este problema le atañe a otros. He actuado y, si es necesario, lo haré de nuevo. Vosotros también debéis hacerlo, dentro de vuestras propias limitaciones. Los países excedentarios son los que disponen de un mayor margen de maniobra. China está mostrando el camino. Dejemos que Alemania y Japón sigan el ejemplo. Todos necesitamos objetivos temporales para el crecimiento de la demanda, y controlados por el FMI".

"Tercero, tenemos que reparar nuestro sistema financiero. Disto de estar conforme con lo que mi administración ha logrado. Pero aprenderemos. También vosotros debéis hacerlo. Los activos tóxicos no son ya una pila de hipotecas estadounidenses subprime titulizadas. Si no actuamos, nos vamos a encontrar con deuda incobrable por todas partes. Tenemos que ponernos de acuerdo sobre enfoques comunes para recapitalizar los sistemas financieros y restaurar el crédito, y evitar así costosas propagaciones de unos a otros".

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