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Y Wall Street se mudó a Washington (página 6)

Enviado por Ricardo Lomoro


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– Wall Street critica la propuesta de un "fondo tóxico" (The Wall Street Journal – 11/2/09)

(Por Peter Lattman, Scott Patterson y Serena Ng, en Nueva York)

Las firmas de capital privado, los fondos de pensión y otros inversionistas, todos necesarios para poner en marcha los planes del gobierno estadounidense de comprar activos tóxicos de grandes bancos, han expresado su frustración respecto a la escasez de detalles que ha dado el secretario del Tesoro Timothy Geithner en el anuncio del programa.

Algunos inversionistas dicen que el programa, llamado Fondo de Inversión Público-Privado, probablemente será demasiado pequeño para estimular las compras de valores respaldados por hipotecas impagas y otros activos. Otros inversionistas se quejan de que el plan es demasiado vago y que por eso, de momento, preferirán quedarse al margen.

Los planes prevén que el fondo de inversión "ofrezca capital y financiación estatal para ayudar a apalancar el capital privado y, de esta forma, poner en marcha nuevamente los mercados privados", declaró Geithner el martes. "Estamos explorando una serie de estructuras distintas para el programa", dijo, agregando que el gobierno ofrecerá hasta US$ 1 billón (millón de millones) en financiación a los inversionistas privados.

Bajo una de las posibilidades en consideración, el gobierno estadounidense y los inversionistas privados inyectarían las mismas cantidades de capital, según fuentes al tanto. Luego, la Reserva Federal (Fed) otorgaría préstamos al fondo de inversión, posibilitando que aumente sustancialmente su poder de compra. Cualquier rendimiento sería repartido entre los contribuyentes e inversionistas.

"Cualquier cosa que el gobierno pueda hacer para restaurar niveles moderados de apalancamiento sería favorable para la economía", escribió en un email Michael Vranos, gerente de Ellington Capital Management LLC, uno de los mayores fondos de cobertura de hipotecas.

Durante los últimos 18 meses, las instituciones financieras han luchado para determinar cómo valorar activos en problemas en sus balances en medio de la paralización de los mercados. Dichos activos incluyen valores respaldados por hipotecas de alto riesgo, tanto residenciales como comerciales, préstamos al sector de bienes raíces ligados a hoteles y edificios de oficinas, y deuda corporativa emitida para financiar compras apalancadas de compañías que ahora están al borde de una cesación de pagos.

La tambaleante economía y el declive de los precios de inmuebles han dificultado aún más la tarea de definir cuánto valen estos activos. Al mismo tiempo, el congelamiento del flujo de nuevos valores respaldados por activos ha resultado en una cantidad muy pequeña de valores que se puedan usar para evaluar activos más antiguos con características similares. Los esfuerzos del gobierno para modificar las hipotecas en problemas están desconcertando a los inversionistas que intentan predecir los pagos en efectivo en grupos de valores respaldados por hipotecas.

"La incertidumbre que el gobierno ha creado ha hecho casi imposible determinar el precio de muchos valores", dice Douglas Dachille, presidente ejecutivo de la firma de gestión de fondos First Principles Capital Management en Nueva York.

Grandes firmas de capital privado como Carlyle Group y Blackstone Group, que gestionan fondos multimillonarios, están interesadas en comprar las clases de activos que están en la mira del nuevo programa del Departamento del Tesoro, según fuentes cercanas a estas empresas. Sin embargo, dada la naturaleza arriesgada de los activos, probablemente preferirán esperar hasta que esté más claro que el gobierno proveerá suficiente respaldo financiero.

Otros compradores potenciales están sufriendo demasiados apuros financieros por su cuenta para poder inyectar más dinero en activos tóxicos. "Imagino que las aseguradoras optarán por limitar su exposición a estos activos tóxicos y muchas de ellas quizás dejarán pasar la oportunidad", anticipa Robert Hartwig, director del Instituto de Informaciones de Seguros, una entidad que representa al sector.

– La UE dará seis meses a la banca para vender activos "tóxicos" al Estado (Cinco Días – 11/2/09)

La UE dio ayer el pistoletazo de salida para la creación de bancos malos en Europa, entre las reticencias de países que, como España, temen que el proceso distorsione la competencia en el sector. Bruselas promete una vigilancia estricta y sólo concederá seis meses para que las entidades se deshagan de sus activos tóxicos.

(Por Bernardo de Miguel – Bruselas)

El principio de acuerdo para la creación de bancos malos en Europa fue suscrito ayer en Bruselas por los 27 ministros de Economía de la UE (Ecofin), después de un largo desayuno de trabajo sobre la urgente necesidad de restablecer el flujo del crédito hacia empresas y familias.

A pesar de las reticencias de algunos de los presentes, entre ellos el vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes, el Ecofin aceptó que la estabilidad del sector financiero requiere zanjar de una vez el problema de los llamados activos tóxicos. E incluso amplió ese concepto, con la nueva denominación de activos impedidos, para que el plan incluya también productos que han perdido valor, como los préstamos hipotecarios en países donde ha estallado la burbuja inmobiliaria.

La Comisión Europea publicará dentro de unos 15 días las directrices sobre los criterios que deberán utilizarse en la compra de esos activos para evitar que la operación sea un respaldo de Estado ilegal.

El borrador actual de ese documento concede seis meses para que los bancos se acojan al nuevo plan de apoyo. Bruselas cree que con ese plazo tan corto se reduce la posibilidad de que los bancos retrasen la identificación de sus activos tóxicos "con la esperanza de obtener más adelante un nivel de ayuda superior".

Si algún banco solicita respaldo al Estado después de expirar el plazo para acudir al banco malo, sólo se le podrá conceder en caso de que las dificultades que afronte hayan surgido de manera inesperada y no estén relacionadas con la actual crisis.

La descarga de activos tóxicos, añade el citado documento, quedará condicionada "al compromiso de continuar proporcionando crédito para cubrir adecuadamente la demanda de acuerdo con criterios comerciales".

La CE también quiere imponer planes de reestructuración a las entidades que limpien su balance a costa de un banco malo creado por el Estado. Las medidas que se podrán exigir abarcan desde un simple ajuste de los sistemas de gestión de riesgo hasta la liquidación ordenada de la entidad, pasando por la desinversión de actividades no esenciales.

Bruselas asegura que estudiará caso por caso para determinar la dureza de las condiciones a cambio de la ayuda. Y advierte que tomará como "agravante" el hecho de que la adecuada evaluación de los activos tóxicos deje a una entidad en situación de insolvencia si no cuenta con la ayuda del Estado. Los bancos ayudados deberán demostrar su viabilidad, facilitando semanalmente a las autoridades la valoración de su cartera.

Por último, la CE advierte que "será necesario garantizar una clara separación funcional y organizativa entre el banco beneficiario y los activos impedidos". Esa barrera deberá erigirse con independencia de que los Estados que elijan comprar los activos tóxicos se limiten a la concesión de un aval sobre su valor (fórmula utilizada en el Reino Unido y, en cierta media, en Holanda).

Todas esas directrices planteadas por la Comisión se aplicarán bajo el principio general de que "el banco beneficiado deberá compartir las perdidas asociadas a los activos impedidos".

A pesar de todas estas garantías, Solbes señaló en rueda de prensa que la creación de los bancos malos "vuelve a plantearnos el dificilísimo equilibrio entre la estabilidad financiera y la igualdad de trato a todas las entidades". "No es un tema fácil", añadió el ministro español, que pidió a la CE una vigilancia estricta sobre todo el proceso.

El ministro checo de Economía y presidente semestral del Ecofin, Miroslav Kalousek, aseguró que la creación de bancos malos "se hará preservando la igualdad de condiciones para todo el sector". Y el comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, prometió que la CE velará para que el nuevo mecanismo no genere "ni proteccionismo ni barreras en un sector tan crucial como el financiero".

La factura puede rozar el billón de euros

La valoración de los activos tóxicos supone una de las mayores dificultades del proceso de creación de bancos malos. Bruselas quiere que la lleven a cabo expertos independientes, bajo la supervisión de las autoridades respectivas.

Tampoco está claro el impacto presupuestario de la creación de los bancos malos. La Comisión Europea, se negó ayer a especular sobre cualquier cifra. Pero a juzgar por el volumen de productos estructurados en el sector financiero europeo (casi 18 billones de euros) la factura puede ser descomunal.

Daniel Gros, director del instituto de estudios Centre for European Policy Studies, recuerda que los bancos malos "no sólo tendrán que absorber activos tóxicos procedentes de EEUU, sino también, posiblemente, préstamos en Europa central y del este". Gros estima que el coste final podría estar "por debajo del billón de euros".

– Cinco razones por las que al mercado no le gusta el plan de rescate financiero (El Economista – 11/2/09)

(Por Ainhoa Giménez, Bolságora)

Anoche muchos nos frotábamos los ojos ante el tremendo batacazo de Wall Street y no entendíamos muy bien a qué venía tamaño castigo. Todas las crónicas hablaban de decepción con el plan de rescate financiero del secretario del Tesoro, Tim Geithner, pero no del porqué de esa decepción. A priori, parece un plan bastante más amplio, completo, centrado y claro que el de Paulson (aunque también mucho más caro, eso es verdad). Entonces, ¿a qué viene esta caída?

CNBC.com trató de responder a esta pregunta con un artículo en el que identifica las cinco principales razones que explican esta violenta reacción del mercado al plan bancario. Son las siguientes:

1. Realmente no hay ningún cambio

"Puede que no haya mucho más que se pueda hacer ahora salvo dejar que las cosas se arreglen solas", opina David Twibell, presidente de banca privada de Colorado Capital Bank. Para un profesional del mercado, el plan bancario parece más de lo mismo. Los inversores esperaban concreciones sobre cómo se sacarán los activos tóxicos de los balances bancarios, pero se quedaron sin saber cómo se valorarán estos activos -el quid de la cuestión- ni quién los comprará. Y como todo el mundo sabe, el mercado odia la incertidumbre.

"Necesitamos sabes cómo va a funcionar exactamente este programa", añade Twibell. La única novedad real que señala todo el mundo es la medida para ayudar a las pymes, pero el resto era más que sabido. Otro elemento de crítica: no se sabe si se va a eliminar o no la regla del mark to market (recuerden que las expectativas al respecto habían provocado el último rebote bursátil).

2. Muy lejos de estar definido

Con tantos detalles por concretar, hay mucho trabajo por delante, lo que crea más incertidumbre para los inversores. "Lo van a revisar un montón de veces", predice Quincy Krosby, estratega jefe de The Hartford. Lo que el mercado quería saber era cómo va a ser capaz el Gobierno de ayudar a los bancos a librarse de los activos tóxicos a la vez que protege a los contribuyentes y a los inversores. "Seguimos atascados en el viejo problema de cómo valoras eso y cómo estructuras aquello", añade Twibell.

3. La burbuja de los bonos estallará

Los bonos volvieron a subir ayer por la búsqueda de un refugio, pero los precios de la deuda pública probablemente van a bajar a medida que más y más oferta de papel salga al mercado para financiar el rescate de los bancos. El Gobierno va a tener muchas dificultades para conseguir colocar a buenos precios una deuda que todo el mundo sabe que tiene que vender a toda prisa.

"La idea de que puedes tomar prestado y gastar una y otra vez, aumentar cada vez más el déficit e imprimir dinero sin consecuencias es ingenua en economía", opina Mike Larson, analista del newsletter Money & Markets. Es decir, un plan tan caro como éste y la necesidad de financiarlo con deuda tendrán consecuencias desagradables, como esta subida de los tipos a largo plazo que se trasladará a los tipos de los créditos y las hipotecas.

4. El dinero se mantendrá a la espera

Si el Gobierno es incapaz de eliminar la incertidumbre que pesa sobre la bolsa, convencer a la gente de comprar acciones será muy difícil. "Puede haber más turbulencias por delante hasta que los inversores no tengan la sensación de que se está solucionando el problema de los balances de los bancos", prevé Andrew Wilkinson, estratega de Interactive Brokers. La consecuencia probablemente será un mercado que continuará en lateral y que seguramente volverá a probar los mínimos de noviembre. No hay razones para poner mucho dinero en este mercado mientras la situación económica y del sistema financiero no se estabilice.

5. Una esperanza: las compras atraen más compras

El único rayo de esperanza tras el batacazo post-Geithner es que puedes poner el contador a cero. A medida que aparecían noticias la semana pasada sobre la preparación del plan, los mercados rebotaron. Cuando se desveló ayer el plan real, el mercado se vino abajo. Lo de comprar con el rumor y vender con la noticia ha sido una constante en el último año, y si continúa esa tendencia, hay motivos para esperar que el batacazo haya sido cosa de un solo día.

"Son ventas de traders, pura y simplemente. Cuando el Dow vuelva a 7.900 ó 7.850, los compradores volverán, no pasa nada", opina Michael Cohn, estratega jefe de Atlantis Asset Management. Así que si las ventas de hoy engendran ventas, hay que esperar que lo mismo ocurra con las compras cuando haya un catalizador que ayude al mercado a superar lo de anoche. Y eso probablemente ocurrirá cuando Wall Street tenga una idea más clara de qué va a hacer el Gobierno.

– Los inversores querrían medidas más concretas – La ambigüedad del plan de rescate de los bancos hunde a Wall Street (El Mundo – 11/2/09)

(Por Pablo Pardo)

Sólo en Estados Unidos un miembro del gabinete del presidente es capaz de dar una entrevista en directo a una televisión exactamente diez minutos después de haber anunciado un plan de choque contra la mayor crisis financiera de las últimas siete décadas. En cualquier otro país, el responsable se marcharía dejando que el mercado y los expertos analicen lo que ha dicho. Pero Tim Geithner, el secretario del Tesoro, está en estos momentos sometiéndose a un "tercer grado" ante dos de las estrellas de la cadena de información financiera CNBC.

Un "tercer grado" del que Geithner no está saliendo demasiado bien parado. Dow Jones (-381.99 / -4.62%) y Nasdaq (-66.83 / -4.2%) han recibido su plan con desplomes. Y, cuando le han preguntado al respecto, el secretario del Tesoro no ha sido capaz de decir nada. Su única respuesta ha sido: "Ésta es una crisis aguda y severa. Tenemos que ser honestos con la gente acerca de lo duro que esto va a ser". Unas declaraciones a la altura de lo que acaba de decir cuando le recordaron su fraude fiscal de 34.000 dólares en 2002-2004: "Metí la pata".

¿Por qué ha caído el Dow Jones? Porque Geithner no ha estado a la altura de lo que se esperaba. Después de crear unas expectativas excesivas, ha salido con un plan complejo y que no estará perfilado hasta dentro de "varias semanas". No hay cosa que la Bolsa odie más que la incertidumbre. Y Geithner ha inyectado incertidumbre en el mercado.

Éstos son los ejes de su estrategia:

1) Un fondo con una mezcla de capital público y privado que compre los "activos tóxicos" de los bancos. No está claro cómo va a funcionar, ni la dotación presupuestaria. Ni tampoco -y eso es lo más preocupante- cómo se van a valorar unos activos que ahora mismo nadie quiere. En principio, el fondo arrancará con medio billón de dólares (385.000 millones de euros), pero deberá ampliar ese capital hasta el billón de dólares (770.000 millones de euros).

2) Una ampliación de la actual línea crediticia lanzada por la Reserva Federal en noviembre, en virtud de la cual el banco central compra bonos hipotecarios y respalda la titulización de créditos al consumo. Hasta ahora, el banco central iba a destinar 900.000 millones de dólares (693.000 millones de euros) a esa iniciativa. Ahora, Geithner ha anunciado que el plan tendrá 100.000 millones de dólares (69.300 millones de euros) más. Todo ese dinero procede del Tesoro. Parece probable que esta iniciativa sea explicada con más detalle por el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, que ahora va a prestar declaración en el Congreso.

3) Un programa "general" de ayuda a la vivienda que, sin embargo, no estará terminado hasta dentro de "unas pocas semanas".

4) Más transparencia en el uso de las ayudas. Por ejemplo, los bancos deberán pasar un "stress test", o sea, un análisis de su estabilidad. Pero Geithner no ha explicado en qué consistirá esa medida, ni qué criterios se utilizarán para medir la salud de los bancos. También habrá una mayor fiscalización de cómo se usan las ayudas, acaso con el objetivo de evitar que el Estado sobrepague por los activos de los bancos. Cuando en noviembre la Administración Bush nacionalizó parcialmente la banca de EEUU pagó un alucinante 22% más de lo necesario por las acciones, lo que se tradujo en un coste innecesario para el contribuyente de 78.000 millones de dólares (60.000 millones de euros).

Así que Geithner ha hablado mucho y ha dicho bastante poco. El mercado se ha hundido. Y CNBC está ahora entrevistando a la espectacular modelo Bar Refali, que aparece en la portada de la revista Sports Illustrated. "Ése es mi verdadero paquete de estímulo", ha dicho el presentador. Por ahora, eso es todo lo que hay. Al menos, hasta que el lunes las empresas automovilísticas empiecen a informar sobre lo que han hecho con las subvenciones que recibieron en diciembre. Geithner ya ha dicho que habrá más ayudas.

– Banco bueno, banco malo (Negocios12/2/09)

La UE ha descartado, de momento, la creación de un "banco malo" para Europa.

La idea, como casi todas las iniciativas más o menos acertadas que están teniendo lugar entre los gobiernos del mundo desde que ocurrió el desplome financiero que mostró la crudeza de una crisis gestada de antemano, proviene de EEUU y concretamente se incluye en el último plan de rescate (hemos perdido ya la cuenta) impulsado por el presidente Obama, que costará al menos 1,5 billones.

Se trata de la creación de un denominado banco malo (Bad Bank) donde irían a parar, mediante su adquisición con dinero público, todos los activos tóxicos que no estén siendo absorbidos por el sistema bancario, incluso después de las medidas adoptadas y los fondos o respaldos de todo tipo (avales incluidos) otorgados por los distintos gobiernos y autoridades en cada país. A los 700.000 millones de dólares aprobados con la Administración Bush, el Gobierno de Obama ha añadido otro billón y medio (de los de aquí) para comprar directamente activos tóxicos a la banca (500.000 millones de dólares, ampliables hasta 1 billón) a través de ese banco malo, que prefiere presentarse como fondo de inversión público-privado. Y, además, destinará otro billón de dólares para extender la facilidad de préstamos sobre valores respaldados por activos (se supone que de alta calificación o triple A), como se está haciendo en España y otros lugares, aunque hasta ahora sin éxito respecto a su difusión entre la economía real privada.

La UE ha descartado, de momento, la creación de un banco malo para Europa, aunque admite que las circunstancias son diferentes y podría crearse, según las necesidades, en cada país. Incluso ha llegado a plantearse una definición más amplia o laxa de toxicidad y proponer que productos dañados y de facto sin liquidez por la falta de confianza, aunque no sean activos completamente fallidos, se incluyan en esas operaciones de garantía pública, con dinero del contribuyente, sobre activos. Intuimos que ya se hacía. Pero con estas propuestas los problemas simplemente se agrandan, ya que animan y expanden el riesgo moral y la selección adversa; colocan a las entidades ayudadas o rescatadas en situación de favor respecto de quienes tratan de salir adelante con mucho esfuerzo (hemos asistido al intento de compra de alguna entidad por parte de otra rescatada) y, sin considerar costes, como lo mucho gastado hasta ahora no parece suficiente, se endeuda hasta las cejas al contribuyente para mantener a los malos, creando un supermalo, y dejando cara de tontos a los sensatos o buenos.

– El Congreso de EEUU aprueba el plan de estímulo de US$ 787.000 millones (The Wall Street Journal – 14/2/09)

(Por Greg Hitt y Jonathan Weisman)

El Congreso estadounidense aprobó una ley de estímulo económico por US$ 787.000 millones diseñada para atacar a la peor crisis económica desde la Gran Depresión, entregándole así una victoria al presidente Barack Obama.

Más temprano, la Cámara baja votó 246 a 183 a favor del proyecto, mientras que un legislador demócrata se abstuvo de emitir su voto.

Como se esperaba, la votación se realizó dentro de líneas partidistas. Ningún legislador republicano votó a favor del paquete de recuperación. Hubo siete demócratas que se opusieron al proyecto, número menor a los 11 que habían votado en contra de una versión previa de la propuesta.

En la Casa Blanca, Obama dijo que el paquete es necesario para "encender el gasto por parte de negocios y consumidores" y "hacer las inversiones necesarias para un crecimiento y prosperidad económica duraderos". Sin embargo, enfatizó que la ley es "sólo el principio" de lo que finalmente será "un largo y difícil proceso de recuperación de nuestra economía".

El gobierno calcula que el paquete creará o preservará 3,5 millones de trabajos. Funcionarios estatales reconocen que renunciaron a ciertas medidas económicas para lograr que la medida fuera aprobada. Una medida de US$ 70.000 millones que protegería a 26 millones de estadounidenses de clase media del impuesto mínimo alternativo, un gravamen diseñado originalmente para golpear a los más ricos, fue mantenido por solicitud de los senadores republicanos que respaldaron la medida, pero tiene poco impacto en la economía.

Cerca de un tercio del paquete se dedicó a recortes de impuestos para negocios e individuos, incluyendo una salvedad impositiva de US$ 400 sobre el sueldo de los trabajadores, una expansión del crédito para aquellos que tienen hijos y exenciones más generosas para gastos universitarios. Nuevos incentivos serían suministrados para compras de autos y compras de casas por primera vez, entre otras cosas.

El gobierno financiará el paquete. Miles de millones de dólares fluirán durante los próximos dos años para expandir los beneficios de desempleo, ayudar a los estados con déficits presupuestales a evitar recortes en educación y salud para los pobres e inversiones para crear empleos en investigación científica, tecnologías ecológicas y construcción de carreteras, entre otras cosas.

David Obey, demócrata por Wisconsin, dijo que el proyecto de gastos es vital ya que otros remedios tradicionales se han agotado. "La única bala que queda es la política fiscal", afirmó.

El proyecto estará listo el lunes o martes para la firma del presidente Barack Obama, según un documento publicado por la Casa Blanca.

"Necesitamos mostrar a la población estadounidense que podemos salvar y crear empleos", afirmó el senador Richard Durbin, demócrata por Illinois, durante un discurso en el piso del Senado.

El proyecto, de más de mil páginas, contiene varias provisiones dirigidas a grandes segmentos de la economía. Incluye miles de millones de dólares en nuevos programas de gastos y recortes impositivos.

Según los republicanos, el paquete de estímulo está inflado y no resolverá los problemas económicos del país. Afirman que se crearán nuevos programas de gastos que incrementarán sustancialmente el tamaño del déficit presupuestario federal.

– Reino Unido no descarta una nacionalización de Lloyds (Expansión – 14/2/09)

El Gobierno británico no descarta tener una mayor participación en el Lloyds Banking Group (del que el Estado ya posee el 43% de las acciones) o incluso nacionalizar la entidad, dada su desastrosa situación financiera.

Lloyds Banking Group anunció este viernes que el HBOS, la entidad que rescató en una fusión el año pasado, ha terminado el año 2008 con pérdidas en torno a los 10.000 millones de libras (11.200 millones de euros). El anuncio motivó que las acciones del grupo cayeran un 32,45% en el cierre de la Bolsa de Londres.

Tras conocerse las cuentas del grupo bancario, el ministro británico de Economía, Alistair Darling, ha dicho que lo principal ahora es identificar los activos tóxicos que aún poseen este banco y otras entidades financieras del país para "sacarlas al sistema" y lograr que se reanude el nivel crediticio normal en los mercados.

Desde Roma, donde estuvo en la reunión de ministros de Economía del G-7, Darling ha sido entrevistado por la BBC, donde le preguntaron en dos ocasiones si el Gobierno pensaba en una nacionalización completa. En ninguna de las dos respuestas lo ha descartado.

"Dije en enero (después de que el Gobierno autorizara la fusión de Lloyds y HBOS y contribuyera a la operación con 17.000 millones de libras) que había un abanico de opciones que desarrollaríamos (…) para ayudar a los bancos, porque dejamos muy, muy claro que la integridad de los bancos es muy, muy importante" dijo Darling en respuesta a la primera pregunta sobre una eventual nacionalización.

Al reiterársele la pregunta, ha contestado: "en lo que nos estamos centrando en este momento es en asegurar que podemos identificar los activos tóxicos y, después, en hacer frente al problema. Esa es la prioridad en este momento, no sólo aquí sino en todo el mundo".

Las pérdidas de HBOS

Las grandes pérdidas de HBOS anunciadas el viernes fueron consecuencia en gran medida de los malos resultados de su división corporativa, muy expuesta a la mala evolución del sector comercial y de la vivienda en el Reino Unido, que contabilizó 7.000 de los 10.000 millones de libras de pérdidas de la entidad bancaria.

Los resultados ofrecieron nuevos datos sobre la mala gestión del Halifax Bank of Scotland (HBOS), a cuyo rescate, junto al de otros bancos, tuvo que salir el Gobierno de Gordon Brown en octubre pasado con un paquete de ayuda de unos 44.000 millones de euros.

Darling ha defendido esa intervención y la posterior autorización de la fusión entre Lloyds y HBOS, argumentando que no haber hecho nada habría conducido al colapso del conjunto del sistema bancario.

"Tuvimos que intervenir en cuestión de días, primero, y de horas, después. Tuvimos que hacerlo muy deprisa. No disponíamos de meses o de semanas para hacerlo", se ha justificado el ministro. Sin aquel plan de rescate "hoy tendríamos una conversación muy diferente, porque todo el sistema bancario se hubiera venido abajo, arrastrando tras de sí a millones de familias y a millones de negocios".

– Tribuna: Economía global Paul Krugman- Incapacidad para reaccionar (El País – 15/2/09)

Según todos los parámetros políticos normales, el acuerdo conseguido esta semana en el Congreso de EE UU en torno al paquete de estímulo económico ha constituido una gran victoria para el presidente Obama. Ha obtenido más o menos lo que había pedido: casi 800.000 millones de dólares para rescatar la economía, y de ellos, la mayoría asignados al gasto y no a rebajas fiscales. ¡Descorchemos el champán!

O quizá no. Éstos no son tiempos normales, de modo que los parámetros políticos normales no son válidos: la victoria de Obama da la impresión de ser más bien una derrota. La ley de estímulo parece útil, pero inadecuada, en especial si se combina con un decepcionante plan de rescate para los bancos. Y el juego político en torno al plan de estímulo ha convertido los sueños pospartidistas de Obama en tonterías.

Empecemos por la política.

Se podría haber esperado que los republicanos se mostrasen al menos ligeramente escarmentados en estos primeros días del Gobierno de Obama, dada su sonora derrota en las dos últimas elecciones y la debacle económica de los pasados ocho años.

Pero ahora está claro que la devoción del partido por el vudú profundo -reforzado en parte por los grupos de presión dispuestos a presentar rivales en las primarias contra los herejes- es tan fuerte como siempre. Tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, la inmensa mayoría de los republicanos cerró filas en torno a la idea de que la respuesta adecuada al vergonzoso fracaso de las rebajas fiscales del Gobierno de Bush son más rebajas fiscales al estilo Bush.

Y la respuesta retórica de los conservadores al plan de estímulo -que, vale la pena tenerlo en cuenta, costará considerablemente menos que los recortes de dos billones de dólares en impuestos de la Administración de Bush, o el billón gastado en Irak (y los que se gastarán)- raya en la demencia.

Es un "robo generacional", comentaba el senador John McCain pocos días después de votar a favor de unos recortes tributarios que habrían costado cuatro veces más a lo largo de la próxima década. Está "destruyendo el futuro de mi hija. Es igual que si me sentara a ver cómo una panda de delincuentes saquea mi casa", decía Arnold Kling, del Instituto Cato.

Y la acritud del debate político no da igual porque despierta dudas acerca de la capacidad del Gobierno de Obama para recaudar más dinero si, como parece probable, el plan de estímulo resulta insuficiente.

Porque si bien Obama ha conseguido más o menos lo que pidió, casi con certeza no pidió lo suficiente. Probablemente nos enfrentamos a la peor crisis desde la Gran Depresión. La Oficina Presupuestaria del Congreso, que generalmente no es dada a la hipérbole, predice que a lo largo de los próximos tres años se producirá un desfase de 2,9 billones de dólares entre lo que la economía puede producir y lo que de hecho producirá. Y 800.000 millones de dólares, aunque parezca mucho dinero, no sirve ni mucho menos para salvar ese abismo.

Oficialmente, la Administración insiste en que el plan es adecuado para las necesidades de la economía. Pero pocos economistas se muestran de acuerdo. Y en general se cree que las consideraciones políticas llevaron a un plan más débil y que contiene más reducciones de impuestos de los que debería tener; que Obama cedió por adelantado, con la esperanza de obtener un amplio apoyo de ambos partidos. Acabamos de ver lo bien que le ha funcionado.

Sin embargo, las probabilidades de que el estímulo fiscal resulte adecuado serían mayores si fueran acompañadas por un rescate financiero eficaz que descongelase los mercados crediticios y volviese a poner el dinero en movimiento. Pero el largamente esperado anuncio de los planes de la Administración de Obama en ese frente, que también se producía esta semana, aterrizaba con un vil ruido sordo.

No es que el plan esbozado por Tim Geithner, secretario del Tesoro, sea precisamente malo. Es más bien que es vago. Nos deja a todos tratando de averiguar cuáles son realmente las intenciones del Gobierno. ¿Acabarán esas alianzas entre el sector público y el privado siendo una forma encubierta de avalar a los banqueros a expensas de los ciudadanos? ¿O servirá la requerida prueba de tensión de puerta trasera para la nacionalización temporal de los bancos? (la solución preferida por un número cada vez mayor de economistas, entre los que me incluyo). Quién sabe.

En general, el efecto ha sido el de ganar tiempo. Y eso no basta.

Por el momento, la respuesta del Gobierno de Obama a la crisis económica recuerda mucho a la respuesta de Japón en la década de 1990: una ampliación presupuestaria suficientemente amplia para evitar lo peor, pero no lo suficiente como para que la recuperación arranque; apoyo al sistema bancario, pero con reservas a la hora de obligar a los bancos a afrontar sus pérdidas. Todavía es pronto, pero nos estamos saliendo de la curva.

Y no sé ustedes, pero yo siento una sensación rara en el estómago, como si Estados Unidos no estuviera a la altura del mayor reto económico en 70 años. Puede que los mejores no carezcan por completo de convicción, pero parecen alarmantemente dispuestos a conformarse con medias tintas. Y los peores están, como siempre, llenos de apasionada intensidad, completamente ajenos al grotesco fracaso de su doctrina en la práctica.

Todavía hay tiempo para dar la vuelta a la situación. Pero Obama tiene que ser más fuerte y mirar más hacia el futuro. De lo contrario, el veredicto de esta crisis podría ser que no, no podemos.

(Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel en 2008. © New York Times News Service, 2009)

– Según datos oficiales – 500 bancos de EEUU están en riesgo de quiebra (Libertad Digital – 17/2/09)

Desde el estallido de la crisis subprime han quebrado 40 entidades en EEUU (13 en 2009). Sin embargo, cerca de 500 bancos están en riesgo de quiebra, según los datos oficiales. La insolvencia amenaza ahora al FDIC y la FED.

LD (M. Llamas) El Fondo de Garantía de Depósitos (FDIC, en inglés) advertía el pasado mes de agosto que los bancos de EEUU en riesgo de quiebra aumentaron un 30% interanual en el primer trimestre de 2008, hasta situarse en 117 entidades. Desde entonces, se ha disparado el número de entidades que se han visto obligadas a declararse en suspensión de pagos.

En concreto, desde el estallido de la crisis subprime en el verano de 2007 han caído 40 bancos, según los datos oficiales de la entidad. Sin embargo, el proceso se acelera. Más de la mitad de dichas quiebras financieras (25) se ha materializado desde el pasado octubre. De hecho, tan sólo en lo que va de año han caído 13 bancos.

edu.red

Tal y como muestra el siguiente gráfico, tras la calma vivida al calor de la burbuja del crédito ha llegado la tormenta de las insolvencias financieras: 

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Y con ella, una creciente volatilidad bursátil: 

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Sin embargo, se trata tan sólo del inicio. Y es que, dicha agencia federal advertía asimismo de que la citada lista negra seguiría "empeorando" con el paso del tiempo. Dicho y hecho. Según los datos internos del FDIC, en la actualidad, cerca de 500 bancos de EEUU están en riesgo de quiebra debido a su frágil y delicada situación financiera, tal y como recoge Lew Rockwell, presidente del Ludwig von Mises Institute. Una cifra sustancial si se tiene en cuenta que dicha entidad garantiza los depósitos que mantienen los estadounidenses en más de 8.300 entidades financieras a lo largo del país.

edu.red

La lista de bancos insolventes sigue en aumento. Así, según los datos internos del FDIC, en base al Texas Ratio, cientos de entidades estarían al borde de la quiebra. Dicho indicador sirve para reflejar los problemas crediticios existentes en cualquier tipo de entidad bancaria. Básicamente, a mayor ratio menor solvencia financiera. De este modo, los bancos con un ratio igual o mayor a 100 se encuentran en un grave riesgo de quiebra, al tiempo que una tasa igual o superior a 50 indica que es "vulnerable".

El FDIC carece de fondos

Llegados a este punto, los analistas consultados por LD comienzan a temer por la capacidad misma del FDIC para poder garantizar los depósitos de las entidades con problemas. La cuestión es que dicho fondo federal apenas cuenta con algo más de 50.000 millones de dólares para hacer frente a este tipo de contingencias y devolver así el dinero depositado por los clientes en las entidades quebradas.

En septiembre de 2008, los depósitos en bancos de EEUU, ascendía a poco menos de 8,8 billones de dólares. Normalmente, el FDIC apenas tiene que hacer frente a 3 ó 4 quiebras al año con sus fondos propios. Sin embargo, 2008 ha sido un año excepcional. El pasado año, el Fondo ha tenido que desembolsar cerca de 35.000 millones de dólares para cubrir depósitos, con lo que apenas le restan unos 20.000 millones de euros para afrontar nuevas quiebras.

El problema es que 2009 amenaza con superar ampliamente el número de quiebras bancarias registradas hasta el momento. No obstante, el propio FDIC reconoce, al menos, 117 entidades que están en serias dificultades, cuyo volumen de depósitos ascendería a 76.000 millones de dólares.

De este modo, hoy por hoy, el FDIC apenas cuenta con 20.000 millones para cubrir depósitos por valor de 76.000 millones que están en los balances de entidades al borde del colapso. Y eso, sin contar, los otros cientos de bancos en riesgo, según el Texas Ratio y los propios datos que manejan las autoridades financieras de EEUU. Además, tales dificultades serían mucho mayores si es algún gran banco el que finalmente entra en suspensión de pagos, tal y como aconteció con Lehman Brothers. Posibilidad que no se descarta.

Evolución de quiebras

Desde que se fundó el FDIC, el mayor proceso de quiebra tuvo lugar a finales de los años 80. En concreto, un total de 534 entidades cayeron en 1989. Mientras, 18 entidades fueron cerradas por la agencia federal en 1992. En 2009 ya se han producido 13 quiebras bancarias.

Sin embargo, el volumen de activos y depósitos (en dólares corrientes, ajustada la inflación) que acumulaban las entidades quebradas en 2008 ha marcado un nuevo récord, superando las cifras de las bancarrotas registradas en 1989. La diferencia radica en la quiebra de WaMu, entidad que acumulaba la mayoría de los depósitos y activos quebrados el pasado año.

En este sentido, cabe recordar que WaMU fue intervenido por el FDIC y vendido a JPMorgan Chase sin coste alguno para la agencia federal. Es decir, no tuvo que desembolsar ni un dólar. Las dudas surgen ahora en torno a la capacidad del FDIC para hacer frente a una nueva oleada de bancarrotas en EEUU.

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– Greenspan se suma a Krugman: Hay que nacionalizar la banca en EEUU (Libertad Digital – 18/2/09)

EEUU tendrá que nacionalizar algunos bancos con carácter temporal para evitar la quiebra del sistema y restaurar el crédito, según el ex presidente de la FED Alan Greenspan, sumándose así a la tesis de Krugman. 500 bancos de EEUU están al borde de la quiebra, tal y como avanzó LD.

(Libertad Digital) El que durante años fue tildado con el calificativo de Maestro y sumo sacerdote del laisser-faire abraza ahora la tesis intervencionista del Estado en materia financiera. En una entrevista concedida al Financial Times, el ex presidente de la Reserva Federal (FED) Alan Greenspan aboga por nacionalizar algunos bancos de EEUU con carácter temporal para solventar la crisis bancaria y restaurar el flujo del crédito en la primera potencia mundial.

Según Greenspan, ésta podría ser la opción menos mala. El Maestro, al que algunos economistas culpan de la actual situación debido a su laxa política monetaria, se suma así al Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, quien recientemente recomendaba al presidente de EEUU, Barack Obama, nacionalizar la banca y apostar por un nuevo gran New Deal al estilo Roosevelt durante la Gran Depresión de los años 30.

"Puede que sea necesario nacionalizar temporalmente algunos bancos con el objetivo de facilitar una reestructuración ordenada", señala Greenspan. "Entiendo que esto es algo que se hace una vez cada cien años", agrega. La nacionalización de bancos puede ser una medida temporal para corregir la crisis en el sistema financiero y restaurar el flujo de créditos.

Greenspan consideró que "en algunos casos, la solución menos mala es que el Gobierno tome el control temporal" de las entidades con problemas, ya sea a través de la agencia de Depósitos Federales (FDIC, en inglés) o de algún otro mecanismo. Tal y como desveló Libertad Digital, en la actualidad, cerca de 500 bancos de EEUU están en riesgo de quiebra.

De este modo, se confirma que las grandes entidades financieras de la primera potencia mundial están en bancarrota, según advirtieron algunos gurús como Jim Rogers. El diario londinense informó en su edición electrónica que Greenspan advirtió que los tenedores de deuda de estos bancos, deberían estar protegidos de antemano en caso de que llegase a concretarse alguna nacionalización de alguna entidad bancaria.

Laboratorio de ideas – breakingnews.com Bancos en EEUU – No hay crédito para nadie (El País – 15/2/09)

(Por Richard Beales)

Ocho presidentes de bancos estadounidenses se ponían en fila en Washington y recibían el miércoles un rapapolvo del Congreso. Pero el demócrata Gregory Meeks admitía que el Gobierno también tiene un problema de credibilidad. Y algunas de las preguntas planteadas por sus homólogos lo empeoraron. Entre los dos grupos hay mucho que reconstruir.

Vikram Pandit, de Citi, pidió perdón por la falta de sensibilidad de su banco al pedir un nuevo avión privado, cancelado hace muy poco. Ken Lewis, de Bank of America, recibió una reprimenda por la compra de Merrill Lynch. Los ocho declararon que no aceptarán las bonificaciones de 2008. Pandit afirmó que sólo recibirá un salario de 800.000 euros hasta que Citi logre beneficios. Y John Mack, de Morgan Stanley, dijo que ama tanto su trabajo que lo haría gratis.

Entre tanto, la mayoría de los presidentes se mostraron partidarios de un nuevo superregulador que aglutine la fragmentada supervisión estadounidense, el área donde los fallos de los anteriores legisladores son más obvios. Pero las otras deficiencias de los legisladores también se han puesto de manifiesto.

La demócrata Maxine Waters, del comité de servicios financieros en la Cámara de Representantes, parecía pensar que los bancos que recibían dinero público deberían usarlo para abaratar a la población las deudas en sus tarjetas de crédito. Hubo otros sermones ridículos y muestras de comprensión que no parecían ir más allá de un resumen de una línea.

Hubo preguntas muy buenas. Es apropiado que los legisladores se tomen interés por el tema, por las pérdidas enormes y económicamente perjudiciales de los bancos y por las inyecciones masivas de dinero público. Sin embargo, parte de las poses recuerdan que la nacionalización debe ser el último recurso.

Para ser justos, los banqueros son más culpables que los legisladores de los excesos anteriores a la crisis. Aun así, hablaron con más sentido. Ahora que están centrados en la tarea que tienen entre manos, lo inteligente es apostar a que los banqueros, incluso sin bonificaciones, arreglarán sus desaguisados con más rapidez que los aspirantes a reguladores, y que les sacarán bastante ventaja.

– El plan del Gobierno británico para reactivar el crédito "no funciona" (El País – 16/2/09)

Los bancos sólo han concedido el 1,2% de los fondos previstos. -Lloyds modera su desplome bursátil al 6% por su probable nacionalización

El plan del Gobierno británico para hacer llegar el crédito a las pequeñas empresas del país, que incluye garantías del Estado por valor de 1.000 millones de libras (1.450 millones de dólares), ha fracasado, según publica hoy el diario Financial Times. Según este periódico, los bancos han aprobado créditos por valor de sólo 12 millones de libras para este plan del Ejecutivo, que ofreció a las entidades financieras garantizar el pago de los préstamos para estimular la recuperación empresarial.

Además, la posible nacionalización del Lloyds, apuntada este fin de semana por Downing Street, y las noticias sobre que el Royal Bank of Scotland (RBS) planea recortar entre 10.000 y 20.000 empleos ha puesto al sector financiero -que ha recibido múltiples ayudas del Ejecutivo- en el punto de mira de los inversores, que han llevado a las acciones de la primera a ceder en torno a un 30% desde el viernes.

Volviendo a la nota del FT, dirigentes empresariales han afirmado al rotativo que los bancos prestan el dinero "con cuentagotas" pese al respaldo de las arcas públicas y advirtieron de que la estrategia del Gobierno para recuperar el tono del mercado crediticio "sencillamente no funciona".

Desde la patronal se criticó también la aparente falta de progreso de otras iniciativas del Ejecutivo del laborista Gordon Brown para reactivar la economía, como las multimillonarias ayudas a la industria del automóvil y sus empresas subsidiarias. A los empresarios les preocupa especialmente la falta de un seguro de pago de los créditos, que cubre a los proveedores ante los eventuales impagos de los compradores, lo que ha obligado al Banco de Inglaterra a intervenir.

Dice el diario que el jefe contable del banco emisor ha convocado varias reuniones con las empresas y con las aseguradoras de crédito para que sigan colaborando y trabajando juntas. La semana pasada Brown aseguró que el plan de garantía de crédito era una prueba de los esfuerzos del Ejecutivo para apoyar a las empresas y cifró en 60.000 "las compañías que se han beneficiado" de las iniciativas adoptadas para hacer frente a la recesión.

Pero el FT considera que esa cifra de 60.000 empresas corresponde a las que se han acogido al plan que permite prorrogar el pago de impuestos y no al programa de garantía de crédito. En este sentido, Phil Olford, del Foro de Empresas Privadas, asegura que las iniciativas del Gobierno "están lejos de ser suficientes" y afirmó que "las medidas del Gobierno para financiar los préstamos bancarios a las pequeñas empresas no están arrojando resultados". "Los préstamos se dan con cuentagotas", afirma Stephen Alambritis, de la Federación de Pequeñas Empresas, quien argumenta que "el concepto de prestar ayuda a los bancos para que éstos ayuden a la economía no está funcionando".

El FT añade que el Ministerio de Empresa rechazó facilitar cifras sobre cuántas empresas se han beneficiado o sobre cuánto dinero se ha prestado hasta la fecha y que, entre los bancos, solo el Barclays informa de la concesión de créditos por valor de 12 millones. La polémica que vive actualmente Reino Unido se asemeja a la que está viviendo Estados Unidos o España por idénticos motivos. Frente a la comparecencia de los directivos en el Congreso norteamericano, en España -donde el Gobierno ha puesto hasta 150.000 millones a disposición de las entidades con este fin- el Gobierno defiende la necesidad de presionar al sector, aunque recuerdan que la política de concesión de préstamos depende de las entidades.

Sobre la situación de Lloyds Banking Group, el gigante bancario británico surgido por la fusión de Lloyds TSB y HBOS en el que el Gobierno controla un 43,4% del capital social, continuaba cayendo en la mañana de hoy -en torno al 6%- tras el desplome del viernes, cuando sus acciones perdieron un 25%, tras la presentación de resultados y la posibilidad de ser nacionalizado.

Este fuerte descenso del valor de sus participaciones comenzó a producirse después de que el banco anunciase que la entidad hipotecaria HBOS, que ya tuvo que ser rescatada a través de una fusión el año pasado, registró pérdidas por importe bruto de 10.000 millones de libras esterlinas (11.210 millones de euros) en 2008. En algunos momentos del viernes, las acciones de Lloyds Banking Group llegaron a perder un 43% de su valor.

Sobre el RBS, parcialmente nacionalizado después de recibir la ayuda financiera del Gobierno, planea recortar entre 10.000 y 20.000 empleos en el marco de un plan para reducir drásticamente los costes de la entidad, que podría sufrir pérdidas récord de unos 30.000 millones de libras esterlinas (33.490 millones de euros) en 2008, según ha informado Sunday Times, que señala que el banco escocés podría desprenderse de parte de los activos de ABN Amro que adquirió en 2007 en consorcio junto al Santander y Fortis.

Según el periódico británico, el nuevo responsable de RBS, Stephen Hester, habría indicado ya a su equipo las líneas maestras de este plan estratégico que podría ser anunciado la semana próxima, antes de que el banco publique sus resultados. De este modo, el proyecto contempla el abandono por parte de RBS de varios mercados, especialmente en países emergentes, así como la venta de varios negocios que en la coyuntura actual no son considerados estratégicos.

– Las malas noticias desinflan el optimismo bursátil (The Wall Street Journal – 17/2/09)

Las alzas son modestas y efímeras; el oro y los bonos del Tesoro de EEUU recobran su atractivo

(Por E.S. Browning)

Los mercados financieros supuestamente están dominados por dos grandes fuerzas que compiten entre sí: el temor y la codicia. En estos momentos, parece imperar la primera.

La decepción generada por el plan de rescate financiero y la inquietud de que el paquete de estímulo de US$ 787.000 millones no reanimará la economía con la rapidez suficiente derrumbaron el incipiente repunte bursátil estadounidense. Ahora, a los inversionistas les preocupa que los indicadores accionarios regresen a los niveles de noviembre y tal vez caigan aun más bajo.

El Promedio Industrial Dow Jones cerró la semana pasada en 7.850,41 puntos y acumula una caída de 5,1% desde que el gobierno de Barack Obama revelara sus últimos planes para reactivar los mercados de crédito. El índice está apenas 4% por encima de su mínimo de noviembre, de 7.552,29 puntos.

"El globo de la esperanza se está desinflando", dice Henry Herrmann, presidente ejecutivo de Waddell & Reed Financial Inc., filial de la firma de inversiones Waddell & Reed Inc. A fines de 2008 y principios de 2009, la firma de Herrmann apostó a un repunte de los mercados. Redujo el efectivo en su portafolio de 17% a 11% y aumentó su exposición a las acciones. Ahora, sin embargo, el efectivo subió a 14%. Gestores de fondos como Herrmann esperan que los declives bursátiles sean modestos, pero no descartan caídas grandes.

Uno de los factores que ha decepcionado a los analistas es que las alzas en 2009 han sido tan débiles y efímeras. No se han visto acompañadas del volumen de transacciones y la duración que habitualmente indican el inicio de una recuperación duradera del mercado. Eso ha reactivado los temores de que el Dow toque nuevos mínimos.

Todo esto ha nublado el optimismo de comienzos de febrero, cuando algunos esperaban que el plan de recuperación estadounidense contribuyera al repunte de la economía global.

Los inversionistas, sin embargo, se dieron de narices contra la dura realidad durante el criticado discurso pronunciado el martes pasado por el secretario del Departamento del Tesoro Timothy Geithner. Los detalles del plan para normalizar el funcionamiento de los mercados de crédito no fueron convincentes y Geithner subrayó en su testimonio ante el Congreso que no había soluciones fáciles. "La solución va a demorar más y eso significa que la debilidad de la economía será más prolongada. Cuesta ser optimista después de eso", dice Herrmann.

Estas dudas quedaron reflejadas en los mercados la semana pasada. Las materias primas industriales y los bonos chatarra, que algunos inversionistas habían comprado para beneficiarse de un repunte de la economía, cayeron. Mientras, el oro y los bonos del Tesoro, considerados como refugios en épocas de turbulencia, subieron.

Los futuros del oro, por ejemplo, avanzaron 5,5% en las últimas cuatro jornadas de la semana pasada para cerrar el viernes en US$ 941,50 en Nueva York, apenas 6% por debajo de su máximo de US$ 1.003,20. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, que se mueve en forma opuesta a los precios, declinó a 2,9% ayer desde 3,028%.

Los futuros de cobre, que en las últimas semanas se habían recuperado, cayeron 4,5% entre el martes y el viernes de la semana pasada. Los futuros del petróleo en Nueva York descendieron 5,2% bajo la presión de las preocupaciones económicas. La bolsa brasileña, que había subido, volvió a bajar.

"Existe una sensación generalizada de que estamos lejos de tocar fondo. En realidad, el fondo no está ni a la vista", dice Edgar Peters, codirector de la firma de inversiones First Quadrant LP. La incertidumbre significa que muy pocas personas pueden invertir a largo plazo. "La mayoría son inversionistas de corto plazo", dice Peters.

– La reducción al absurdo (Cinco días – 17/2/09)

(Por Nuño Rodrigo)

Poco después de la revelación de Bernard Madoff se veían esquemas de Ponzi por todas partes. Si en la radio alguien decía que el sistema de Seguridad Social es un fraude piramidal, bien se podría decir que el propio sistema bancario es otra estafa como la de Ponzi, pues los bancos devuelven el dinero con el dinero de terceras personas. Y, al hilo de la noticia de la semana, esto es que Porsche gana siete veces más especulando con sus participadas que vendiendo coches, se dice también que Porsche es un hedge fund.

Y también se puede argumentar, y de hecho así se ha expresado, que el plan de buscar inversores privados para el plan de rescate bancario en Estados Unidos prevé, en realidad, que alguien haga de hedge fund comprando deuda presuntamente tóxica con la expectativa de que, pasado el huracán crediticio, se revalorice. Porque, de lo contrario, no se entiende qué puede sacar en limpio de ahí el sector privado, de la mano del público.

Las analogías se pueden extender hasta el infinito. ¿O no han actuado numerosas empresas españolas, muchas de ellas constructoras, como fondos de private equity, comprando de forma apalancada participaciones en empresas que se financian a cuenta de los resultados de dichas participadas? Para rizar el rizo, resulta que la nacionalización es la salvación para los bancos de la City o de Lower Manhattan.

Hay una cita sobre los mercados financieros que apunta que innovación es hacer de formas no experimentadas aquello que no está permitido con las herramientas habituales. Es normal, de este modo, que la reacción a la crisis crediticia actual sea una suerte de rebelión contra las máquinas. Los mecanismos de control de riesgo, los modelos de predicción de las agencias de calificación financiera, los hedge funds que ofrecen rentabilidad sin riesgo… Son estatuas derribadas por la realidad. Pero el problema de fondo no es la propia innovación que, como reza la cita, no es más que arbitraje regulatorio. La innovación financiera es el medio; el fin es la tendencia natural de los mercados a la inestabilidad. Mientras no se asuma eso, lo demás es accesorio.

– La huelga crediticia pone de manifiesto la necesidad de reformas (Expansión – 16/2/09)

(Por Colin Mayer)

La crisis crediticia ha dado paso a una huelga de créditos. Pese a las advertencias de los gobiernos, las sustanciales participaciones públicas en los bancos y el fortalecimiento de los programas de garantías de créditos, los bancos británicos se niegan a conceder préstamos a las empresas.

Mientras que en la década de 1970 fueron los sindicatos los que llevaron al país al borde del desastre, ahora son los bancos los que amenazan el futuro de la economía británica. Fue necesaria una reforma radical para solucionar los problemas del mercado laboral en Reino Unido; algo similar ocurrirá en el caso del sistema financiero para obtener una solución a largo plazo ante la actual crisis.

¿Cuál es el problema y, por qué se ha agravado tanto? ¿Es peor la situación en Reino Unido que el resto de países? ¿Qué debería hacerse al respecto? El problema es bastante evidente. Ante el grave deterioro económico, los bancos se muestran reacios a conceder préstamos a las empresas que podrían acabar siendo una carga. Si el margen de los préstamos es, por ejemplo, un 3% superior al coste de captación de fondos, sería necesaria una cancelación total de la deuda de sólo uno de cada 33 préstamos para que desaparezca el margen de beneficios sobre préstamos.

Es, por tanto, perfectamente comprensible que los bancos adopten la vieja costumbre de ofrecer un paraguas cuando hace sol y reclamarlo cuando parece que va a llover. Desgraciadamente, esta práctica empeora aún más el deterioro económico.

¿Por qué es el problema tan acusado en esta recesión? Hay dos respuestas: en primer lugar están las cuantiosas amortizaciones de los balances de los bancos, como consecuencia del colapso del crédito en el sistema financiero en su conjunto, no sólo en los préstamos de los bancos comerciales. En segundo lugar, la competencia y las políticas de competencia erradicaron los márgenes de beneficios de los préstamos bancarios.

En el pasado, los bancos podían contar con que sus clientes corporativos generaran cuantiosos beneficios cuando se recuperaran. Ahora, los márgenes son menores y los prestatarios corporativos suelen recurrir al proveedor más barato, de ahí que los bancos se enfrenten a la poco atractiva perspectiva de incurrir en pérdidas significativas a corto plazo, que no podrán compensar los beneficios que se obtengan a más largo plazo.

¿Es más crítica la situación en Reino Unido? La respuesta es sí. En el último siglo, el país ha contado con un sistema bancario poco adecuado para la financiación de la industria, incapaz de ofrecer el tipo de préstamos a largo plazo que se proporcionaban en otros países.

El motivo que explica este hecho es la ausencia de un planteamiento bancario a más largo plazo que ha caracterizado a otros sistemas financieros. Como consecuencia de esta situación, se ha producido una reticencia al rescate financiero cuando los prestatarios pasan por dificultades. El problema siempre ha estado ahí y se ha documentado debidamente, aunque hasta ahora no había llegado al punto crítico.

¿Qué debería hacerse al respecto? Existen tres posibilidades. Una es esperar a que la economía se recupere y los bancos retomen el ritmo de préstamos. Ésta perspectiva no resulta muy atractiva, ya que la huelga crediticia agrava la recesión. La segunda es nacionalizar los préstamos de una u otra forma. Esto podría hacerse mediante la suscripción completa de los préstamos bancarios o la compra de las participaciones de los accionistas privados que lógicamente no quieran asumir préstamos poco rentables.

La tercera es abordar directamente el problema subyacente e intentar crear un sistema bancario que se adapte a las necesidades del sector corporativo, sobre todo de la pequeña y mediana empresa. El problema no se limita a los préstamos bancarios. La ausencia virtual del capital riesgo en Reino Unido es un obstáculo importante a la iniciativa empresarial y es un tema que debería abordarse. El resultado de la actual crisis podría ser beneficioso, aunque sólo si los políticos se muestran dispuestos a hacer frente a los problemas fundamentales en lugar de centrarse en remedios paliativos a corto plazo.

Reino Unido es un buen ejemplo de lo que se puede conseguir y de lo que se ha conseguido. Como respuesta a una grave deficiencia financiera, en 1945 se creó la Corporación Financiera de Industria y Comercio (ICFC, en sus siglas en inglés), bajo el control del Banco de Inglaterra y de los bancos adscritos a las cámaras de compensación, para proporcionar financiación a largo plazo a las pequeñas y medianas empresas.

Los responsables de los préstamos desarrollaron un amplio conocimiento técnico más típico de un experto en capital riesgo que de un banquero y, en la década de los cincuenta, el ICFC se convirtió en el primer proveedor de capital riesgo de Reino Unido. Del concepto original de su creación, la experiencia comercial, se pueden extraer importantes lecciones sobre financiación corporativa para la situación actual de Reino Unido.

(The Financial Times Limited 2009. All Rights Reserved)

– Retirada a favor de un modelo más seguro (Expansión – 16/2/09)

(Por Adrian Cox)

Pese a las nuevas palabras tranquilizadoras de los máximos mandatarios de los grandes bancos de inversión europeos este mes, aún persisten dudas sobre un modelo de negocio que hasta ahora dependía de la deuda barata y de los inflados balances.

UBS, Deutsche Bank y Credit Suisse remataron su peor año anunciando dolorosas pérdidas para el cuarto trimestre, afectados por una combinación de provisiones, pérdidas comerciales y deudas incobrables. En el epicentro se situaban las unidades de banca de inversión, la fuente de más de un tercio de los beneficios antes de impuestos de UBS y Credit Suisse durante el apogeo en 2006 y de casi dos tercios en el caso de Deutsche Bank.

La industria deposita ahora su confianza en la reducción del número de competidores, márgenes más altos y un aumento en la demanda de los clientes para operar en bolsas extranjeras, tipos de interés y materias primas. Los bancos de inversión han sido capaces de reducir costes con más rapidez que sus rivales de la banca comercial disminuyendo bonus y recortando plantilla.

Sin embargo, la presión de los reguladores y el hundimiento del apetito por el riesgo ha eliminado una serie de lucrativos negocios, que van desde la titulización hasta el comercio de productos financieros propios.

"Es probable que el mercado vaya a necesitar más sencillez", señala Brady Dougan, consejero delegado de Credit Suisse. "Los clientes ya no buscan productos de gran complejidad".

Deutsche Bank está sufriendo graves problemas para conseguir inversores, debido en parte a la falta de los ingresos constantes que disfrutan sus rivales procedentes de sus filiales de banca privada. Sus acciones caen un 18% en el año, mientras que UBS pierde un 11% y Credit Suisse sube un 15%. El 40% de los analistas que cubren Deutsche Bank han vendido recomendaciones y cerca de un 20% sugiere la compra del valor, frente a aproximadamente la inversa de estos porcentajes en los casos de Credit Suisse y UBS.

Los bancos están abandonando el una vez rentable negocio de invertir por su cuenta optando por obtener menores márgenes operando para los clientes. Las entradas procedentes de las operaciones de ingresos fijos, un elemento básico del negocio de Deutsche Bank, pueden reducirse cerca de una cuarta parte este año con respecto al boom de los últimos meses, según JPMorgan. Es probable que el comercio de renta variable, dominado por UBS, caiga en un porcentaje similar.

"El modelo basado en la toma de riesgos está acabado, al igual que las operaciones apalancadas, al menos en su forma actual", asegura el analista de JPMorgan Kian Abouhossein.

Es poco probable que el asesoramiento sobre financiaciones y fusiones y adquisiciones, una parte menor de los beneficios, mejore hasta 2010, pese al aumento este año de las ampliaciones de capital y las ventas de deuda acumulada de las empresas.

Los tres bancos han reducido su apalancamiento, vendido activos tóxicos y mejorado sus ratios de capital tier 1, que miden su suficiencia de capital, para superar los requisitos de los reguladores. Credit Suisse, que ha recibido el apoyo de inversores de Oriente Medio, cuenta con el mayor colchón de capital. UBS, el banco europeo objeto de las mayores provisiones, fue rescatado por el gobierno en octubre. Deutsche Bank, que cuenta con la menor ratio tier 1 de los tres bancos, no ha buscado financiación adicional, señalando que dispondrá así de una mayor libertad de actuación cuando la situación mejore.

Los analistas advierten de que el plan de Deutsche Bank para reducir el recuento de forma menos agresiva que UBS y Credit Suisse pone en duda que el banco se esté ajustando al cambio del clima económico. Josef Ackermann, su consejero delegado, rechaza esta idea, asegurando que el banco desea evitar una excesiva contracción y expansión, y que la cifra casi récord de operaciones en el mes de enero en todos los bancos muestra que se puede ganar dinero.

"La caída de los beneficios en áreas poco líquidas y de alto riesgo fue compensada con creces por otros sectores", explica.

En el caso de UBS, uno de los retos específicos será el de retener a la plantilla después de los fuertes recortes en los bonus que provocaron especulaciones sobre el futuro de la división de valores. Aún así, podría verse protegido en parte de una fuga de cerebros gracias a los ingresos que genera procedentes de los flujos que gestionan los ordenadores.

Jerker Johansson, responsable de la banca de inversión de UBS, descarta la desvinculación de la unidad, señalando que la intención es que "pueda autofinanciarse bajo el paraguas de un sólido UBS" a final del año.

"Los bancos están reconsiderando por completo su modelo (de negocio)", recuerda Peter Hahn, socio de la Cass Business School. "Esto implica muchos más trastornos a medida que reducen sus operaciones, abandonan negocios poco rentables e intentan anticipar cambios en la regulación".

(The Financial Times Limited 2009. All Rights Reserved)

– Quiebra del sistema financiero – EEUU hipoteca diez billones en rescates (Libertad Digital – 16/2/09)

Los planes de rescate aprobados en EEUU comprometen un gasto de casi 10 billones de dólares, cantidad que sería suficiente para pagar el 90% de las hipotecas norteamericanas.

LD (L. Ramírez) Las generaciones futuras de ciudadanos norteamericanos se preparan para pagar una factura multimillonaria debido al aumento del gasto público que ha decidido efectuar la Administración de EEUU para encarar la crisis financiera que se generó con el estallido de las hipotecas de alto riesgo (subprime) y que fue alimentada por las agencias públicas Fannie Mae y Freddie Mac.

La cantidad de fondos comprometida por el Gobierno es astronómica, según revela la agencia económica Bloomberg. En concreto, la Reserva Federal, el Departamento del Tesoro y el Fondo de Garantía de Depósitos han aprobado ya un gasto de 3 billones de dólares en los últimos dos años, pero han comprometido un desembolso adicional de 5,7 billones más.

Bajo este prisma se comprenden las dificultades que ha tenido el presidente de EEUU, Barack Obama, para sacar adelante su nuevo plan de estímulo económico. A diferencia de los conservadores y liberales europeos, los republicanos norteamericanos no ven con buenos ojos que el Estado hipoteque el futuro del país bajo el pretexto de la crisis. Al final, serán los ciudadanos los que, con sus trabajos y sus impuestos, financien el déficit presupuestario.

Pero la oposición a este enorme gasto público, no sólo surge de las filas del Grand Old Party. "Hemos visto el dinero saliendo por la puerta trasera de este Gobierno sin que exista ningún precedente similar en la Historia de nuestro país", señala el senador demócrata Byron Dorgan.

"Nadie sabe dónde han ido los millones de la Reserva Federal, quién los ha recibido y para qué propósito, ¿cuándo? ¿por qué?", se pregunta Dorgan.

El gasto comprometido, que asciende a casi dos tercios del valor de todo lo producido en EEUU en 2008, está casi totalmente destinado a rescatar al sistema financiero, un sector que ha quebrado como consecuencia de la permisividad del Gobierno y de la Reserva Federal cuando los bancos se endeudan a largo plazo y se financian a corto.

Todo ello alimentado por una política de tipos de interés que ha fomentado el dinero fácil, permitiendo que se dieran créditos sin un ahorro voluntario real que los respaldase. Más bien todo lo contrario, se penalizaba al ahorro manteniendo los tipos por debajo de la inflación.

El desglose de los fondos se compone de 1 billón de dólares en paquetes de estímulo, unos 3 billones adicionales en préstamos y 5,7 billones en ayudas directas. Según Bloomberg, "los 9,7 billones de dólares servirían para darle un cheque de 1.430 dólares a cada hombre, mujer y niño que vive en el planeta".

Supera en 13 veces el dinero que EEUU ha destinado a las guerras de Iraq y Afganistán, de acuerdo con los datos de la oficina presupuestaria del Congreso casi alcanza para pagar todas las hipotecas de las familias norteamericanas, cuyo importe es de 10,5 billones de dólares.

Aunque esta cantidad aumentará en los próximos meses. El flamante nuevo secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ha anunciado ya que prepara medidas para inyectar una nueva oleada de liquidez en la banca insolvente y respaldar la deuda de las entidades financieras. Sorprende que un cargo público que no paga sus impuestos obligue a las familias de EEUU a reducir su poder adquisitivo para rescatar industrias ineficientes que han invertido un dinero que no tenían en productos sobrevalorados, ampliando la oferta por encima del equilibrio de mercado.

Todo ello acompañado de una devaluación del dólar que penalizará aún más a los ahorradores norteamericanos, ya que no se puede olvidar que los tipos de interés de la Reserva Federal están en el 0%. Asimismo, el banco central estadounidense está dispuesto a comprar bonos del Tesoro a largo plazo si la evolución de las circunstancias señala que estas operaciones pudieran resultar efectivas en la mejora de las condiciones de los mercados privados de crédito.

– Capitalización vs. nacionalización, o la fórmula mágica para EEUU (El Confidencial – 17/2/09)

(Por Jesús Sánchez-Quiñones)

La condición necesaria, pero no suficiente, para la salida de la crisis económica es solucionar el posible problema de insolvencia de las entidades financieras. Así, la presentación del Plan de Estabilidad Financiera del Tesoro americano se percibía como una oportunidad para devolver cierta confianza a los inversores. Desafortunadamente, la inconcreción de las medidas y la falta de un horizonte temporal claro para la implementación del plan han ahondado en la desconfianza.

El sistema económico es altamente dependiente del flujo del crédito. Los efectos destructivos sobre el crecimiento y el empleo del cese del flujo del crédito son enormes, como estos observando en los últimos trimestres.

Las entidades financieras han de cumplir unos determinados ratios de capital calculados sobre el total de sus balances. Mientras continúen creciendo los impagos (la mora) y la depreciación de sus activos vinculados directa o indirectamente al sector inmobiliario difícilmente podrán aumentar los créditos.

El Plan de Estabilidad Financiera plantea, entre otras medidas las siguientes:

Creación del Financial Stability Trust, entidad que llevará a cabo la recapitalización de las entidades financieras que lo necesiten.

De forma previa a cualquier apoyo financiero, se exige a las entidades financieras una mejora de la información pública de la exposición de sus balances a activos "problemáticos". Las entidades con unos activos superiores a 100.000 millones de dólares deberán realizar una stress test que permitirá determinar si dichas entidades tienen el capital necesario para seguir prestando en caso de absorber nuevas pérdidas si la economía sigue deteriorándose.

La realización previa del stress test será necesaria para poder acceder a inyecciones de capital por parte del Tesoro americano. El Tesoro adquirirá, en su caso, bonos convertibles con un cupón sin determinar y con la posibilidad de convertirse en acciones con un descuento respecto de la cotización del momento de aprobarse el Plan.

Creación de un Fondo de Inversión público-privado para la adquisición de activos "problemáticos" o ilíquidos de los bancos. La financiación del fondo será tanto pública como privada. La difícil valoración de los activos se realizará por parte del sector privado.

Otras medidas aprobadas van encaminadas a reactivar el crédito a empresas y al consumo, a reducir los tipos hipotecarios y a prevenir los embargos de viviendas.

Las principales críticas al Plan se refieren a la falta de concreción de las medidas, a las incertidumbres sobre su funcionamiento y al desconocimiento del horizonte temporal que se necesitará para su total implementación.

La creación del "banco malo" (el fondo inversión público-privado) plantea numerosas dudas. El tipo de inversores que en principio podría aceptar el planteamiento son, básicamente, Hedge Funds especializados en adquirir activos en situaciones de estrés. Dichos inversores son conocidos como "fondos buitres". Sólo se enrolarán en este proyecto si las expectativas de beneficio son considerables. El beneficio obtenido será inversamente proporcional al precio pagado por los activos, teniendo en cuenta la falta de un mercado efectivo que determine el precio de dichos activos.

Cuanto menor sea el precio pagado por los activos mayores serán las pérdidas de las entidades financieras y, por tanto, mayor la necesidad de inyectar capital público para recapitalizar los bancos. Por el contrario, si las transacciones se realizan sin grandes rebajas en el precio la expectativa de beneficios futuro será escasa, haciendo muy complicada la aparición de inversores privados que quieran participar en el fondo.

Adicionalmente, es previsible que los inversores privados soliciten al Tesoro una garantía respecto a la pérdida máxima que podrían tener con dichos activos. Este modelo ya se utilizó el año pasado en la compra del quebrado banco INDYMAC. Los inversores privados que adquirieron el banco asumían el primer 20% de pérdidas del banco. El gobierno respondía del resto.

EEUU sigue prefiriendo la capitalización de los bancos antes que su nacionalización. Hasta que no finalice el proceso de reconocimiento de pérdidas de las entidades será imposible saber la cuantía de recursos necesarios para recapitalizar los bancos, y por tanto si el Plan tiene visos de tener éxito o no. Por otro lado, los inversores privados difícilmente tomarán parte en el rescate hasta que no se tenga certeza de la "pulcritud" de los balances de los bancos. Desafortunadamente tendremos que seguir esperando para dar por resuelta la crisis de las entidades financieras.

– Obama firma ley de estímulo económico (The Wall Street Journal – 17/2/09

El presidente Barack Obama promulgó el martes el paquete de estímulo fiscal más amplio en la historia de Estados Unidos y calificó el plan de US$ 787.000 millones como "la primera parte" de una estrategia mayor para reactivar la economía.

Durante un discurso en la ceremonia para la firma, celebrada en el Museo de Naturaleza y Ciencia, en Denver, Colorado, Obama prometió lanzar nuevas iniciativas para estabilizar el sistema bancario, frenar la expansión de las ejecuciones hipotecarias y, a un plazo más largo, atacar la explosión del déficit presupuestario.

"Nada de esto será fácil", afirmó Obama. "El camino hacia la recuperación no será recto. Progresaremos. Habrá recaídas en el camino. Habrá riesgos y reveses".

Sin embargo, Obama dijo que el paquete de estímulo, que la Casa Blanca espera salve o cree 3,5 millones de empleos, marca "el comienzo del fin".

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