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El aborto como impotencia humana ante la vida (página 3)


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Los cuerpos de la mujer y del embrión son distintos, pues el ADN del feto es diferente al de la madre, por lo que se considera un ser distinto, tal y como define la Genética ?al apuntar que la fecundación es el momento en que se constituye la identidad genética singular?; la biología celular ?que explica que los seres pluricelulares se constituyen a partir de una única célula inicial, el cigoto, en cuyo núcleo se encuentra la información genética (huella genética) que se conserva en todas las células y que es la que determina la diferenciación celular?, y la Embriología ?que describe el desarrollo embrionario y revela cómo se desenvuelve sin solución de continuidad?».

Así, derivan en que independientemente de cuál sea el desarrollo del embrión, este debe ser protegido.

Por otro lado, están los que rechazan que el embrión sea una vida humana desde la fecundación, existiendo dentro de este grupo diversas posturas respecto al momento en el que puede considerarse que comienza a existir un ser humano. Por ejemplo, algunos científicos opinan que «el embrión de 12 semanas no es un individuo biológico, ni mucho menos una persona: carece de vida independiente, ya que es totalmente inviable fuera del útero. El desarrollo del cerebro está apenas en sus etapas iniciales, y no se han establecido las conexiones nerviosas que caracterizan al ser humano. El embrión, por tanto, no experimenta dolor ni ninguna otra percepción sensorial».

En lo que se refiere a la inviabilidad fuera del útero, Janet di Pietro, de la Universidad Johns Hopkins, sostiene que no se debe sobrevalorar el momento del parto, y que las leyes deberían basarse en el reconocimiento de la existencia de un cerebro capaz de condicionar ciclos de vigilia y sueño antes del parto

Existe también la postura, dentro del colectivo científico, que niega el debate legal-filosófico, desde el punto de vista científico, y rechazan la «utilización ideológica y partidista de la ciencia presentando como argumentos científicos lo que pertenece al ámbito de las creencias personales, ideológicas o religiosas», puesto que para ellos «el momento en que un ser puede considerarse humano no puede establecerse mediante criterios científicos, ya que el conocimiento científico puede clarificar características funcionales determinadas, pero no puede afirmar o negar si esas características confieren al embrión la condición de ser humano, tal y como se aplica a los individuos desarrollados de la especie humana».

Recientemente se ha incorporado al debate bioético el concepto de "pre embrión" con intención de diferenciar los primeros 14 días de desarrollo del "nasciturus" ("el que ha de nacer") del resto (es decir, durante la primera etapa de desarrollo prenatal). Aceptar el concepto de pre embrión, suponiendo que este no es un individuo biológico distinto a la madre, llevaría a una recalificación bioética de las intervenciones durante los primeros 14 días, ya sea por su eliminación en el micro aborto o por su manipulación durante la investigación sobre sus células pluripotenciales o "células madre" (stem cells) en laboratorios de ingeniería genética. Por otro lado, están quienes consideran que "el término "pre embrión" carece de fundamento científico y pretende justificar diferentes investigaciones en el embrión, sin que existan trabas éticas y legales". El concepto de "pre embrión" tiene su origen en las investigaciones llevadas a cabo con cerdos por el embriólogo Washington en 1927, quien estudió el fenómeno de la gemelación observando la placenta de cerdos hembra procedentes de mataderos. Después de mucho trabajo, no logró distinguir el proceso antes de los 20 días, y para no dejar la investigación detenida, propuso una hipótesis de trabajo y dibujó un esquema, que ha sido reelaborados varias veces, para completarlo de acuerdo con la imagen que nos dan los nuevos descubrimientos, pero que no ha sido contrastado empíricamente desde entonces. Los análisis de ADN supondrían una prueba en su contra, puesto que el ADN del supuesto pre embrión, el del embrión, y el del mismo individuo una vez adulto, son el mismo.

Cifras sobre el aborto

Los adolescentes, cuando empiezan a la edad de 14 a 16 años, tienen su desarrollo sexual completado. Los jóvenes, teniendo impulsos sexuales, tienden a correr riesgos, tales como los embarazos de muchachas en temprana adolescencia. Esto, al igual en otros casos, tiende a tener cifras altas de abortos inducidos.

En un estudio publicado en 2007, se estima que en el mundo se realizan entre 42 y 46 millones de abortos anuales (entre el 20 y el 22% de los 210 millones de embarazos que se producen en el mundo al año) lo que representa, para quienes consideran al embrión como vida humana, la principal causa de mortandad en la especie. De los 190 países del mundo, solo en 22% de ellos está permitido el aborto.

Respecto a los abortos inseguros, habría habido en el año 2008 unos 21,6 millones a nivel mundial, según un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud en 2011. Según dicha organización, un aborto inseguro es «un procedimiento para terminar un embarazo no deseado llevado a cabo por personas carentes de las habilidades necesarias o en un ambiente que no conforma los estándares médicos mínimos, o ambos». Es decir, abortos en los que la vida de la mujer está en peligro. En América Latina y en el Caribe, en 2000, se realizaron 29 abortos inseguros por cada 1000 mujeres de entre 13 y 44 años de edad, más del doble del promedio mundial de 14 abortos por cada 1000 mujeres y 32 abortos por cada 1000 nacimientos. Se estima que el aborto inseguro constituye la tercera entre las causas directas (13%), después de las hemorragias (25%) y las infecciones (15%) de las 536.000 muertes maternas que se producen cada año en el mundo, aunque en América Latina la fracción de muertes maternas debidas al aborto inseguro alcanza el 17%. En América Latina y en el Caribe, de los 18 millones de embarazos que se producen cada año, 52% no son planeados y el 21% de ellos terminan en un aborto.

Según algunos estudios, en América Latina se practicarían anualmente unos 3,7 millones de abortos inseguros. El riesgo de muerte a causa del aborto inseguro en los países en desarrollo es de 370 por cada 100.000 casos. El número de mujeres que mueren a causa del aborto anualmente es 68.000, lo que equivale al 13% de la mortalidad materna. En América Latina, el aborto inseguro es responsable del 17 % de las muertes maternas. En un perfil demográfico hecho en Cuba, se menciona como en los años "60 una madre tenía una variación de 4.7 hijos hasta en el "92 en el cual entonces se variaba en 1.5 hijos. Esto es debido a los anticonceptivos y los abortos inducidos. Se dice que el aborto inducido redujo el 60% de las muertes maternas, entre años de 1970 al 1990.

Aspectos sociales

El aborto inducido ha sido y es diversamente considerado en distintas sociedades: para algunos es un procedimiento más para la limitación de la progenie; para otros, es un atentado contra la vida de un ser humano no nacido.

El argumento esgrimido por los que rechazan el aborto ?autodenominados Provida?, es "que el embrión o feto, es un ser humano con derechos humanos, incluido el de nacer, crecer y tener una familia". Mientras los que defienden la libre elección de la mujer ?y autodenominados Pro elección? esgrimen el argumento de que "Toda mujer tiene derecho a la privacidad, a la salud y a la integridad física, por tanto debe escoger si tiene o no un aborto, más aún en situaciones extremas, como embarazo luego de una violación, malformación diagnosticada del bebé o cuando peligra su vida"

Se estima que cada año 46 millones de mujeres recurren al aborto inducido para dar por terminado un embarazo no deseado. El tratamiento legislativo varía enormemente de un país a otro, pero actualmente el 62% de la población mundial vive en 55 países donde el aborto inducido está permitido, mientras que el 25% de la población mundial vive en países que lo prohíben y penalizan. La OMS estima que cada año ocurren 20 millones de abortos inducidos.

Mortandad debida al aborto en condiciones insalubres

La Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que los abortos en condiciones sanitarias inadecuadas son una causa mayor de mortalidad femenina, con un total aproximado de 68.000 muertes al año en el mundo, lo que representa alrededor del 13% de las 527.000 muertes maternas, es decir, por razones obstétricas. Estudios publicados el año 2010 hablan de un número de muertes maternas alrededor de 343.000. El porcentaje es muy desigual según las regiones, alcanzando hasta el 30% de las muertes maternas en algunos países. El riesgo es estadísticamente mayor donde el aborto en condiciones clínicas seguras no es accesible, ya sea por razones legales, sociales, económicas o de otro tipo.

Los abortos clandestinos, por tanto, generan un problema de salud pública, por el índice de muertes y por las consecuencias que tienen en la vida de las mujeres.

El aborto clandestino es inseguro porque no se da en condiciones que puedan garantizar una intervención óptima. Se recurre a personal no especializado. Se pone en riesgo la vida de la mujer. Las hemorragias y otras complicaciones del aborto incompleto son una de las causas de la mortalidad materna.

En América Latina y el Caribe, 5000 mujeres mueren cada año debido a complicaciones relacionadas con abortos inseguros (más de la quinta parte del total de muertes maternas). Esta cifra corresponde al 21% de las muertes maternas a nivel mundial.

En 1996, la OPS (Organización Panamericana de la Salud) indicó que el aborto es la causa primordial de mortalidad materna en Chile, Guatemala, Panamá, Paraguay y Perú, la segunda causa de muerte en Costa Rica y la tercera causa de muerte en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Honduras, México y Nicaragua.

De todas las mujeres que se someten a un aborto en condiciones de riesgo, un número aproximado de entre el 10 y el 50% necesitan atención médica para el tratamiento de las complicaciones. Abortos incompletos, hemorragias y complicaciones infecciosas son algunos de los riesgos que corren las mujeres al no recibir un tratamiento médico adecuado con las condiciones necesarias para garantizar la vida y la salud.

La OMS estima que el 13% de las aproximadamente 600.000 muertes relacionadas con embarazos a nivel mundial son el resultado de la realización de abortos en condiciones de salubridad inseguras. La mortalidad por aborto inducido es de 0,2 a 1,2 por cada 100.000 abortos en países donde el aborto está permitido. En países donde el aborto está penalizado se encuentran 330 muertes por cada 100.000 abortos

Los abortos realizados en condiciones de riesgo ponen en peligro la vida de muchas mujeres, lo cual representa un problema de salud pública grave. La mayoría de estas muertes, los problemas de salud y las lesiones podrían prevenirse mediante un mayor y mejor acceso a servicios adecuados de atención en salud, incluyendo métodos seguros y efectivos de planificación familiar y atención obstétrica de urgencia.

Estos datos han servido de argumento a favor de la despenalización del aborto, es decir, a favor de que el aborto deje de ser considerado un delito y se legisle con consideraciones específicas para casos específicos.

Aborto y derechos humanos

Desde el punto de vista de los derechos humanos, existen varios enfoques ético-filosóficos opuestos:

  • el que defiende el derecho a interrumpir el proceso vital del cigoto, del embrión o del feto en cualquier punto de ese proceso. Desde este punto de vista, se otorga a la mujer embarazada del derecho a interrumpir la gestación y por tanto a la elección de la maternidad, el cual prima sobre cualquier otro que se quiera otorgar a la gestación.

  • el que defiende el derecho a interrumpir el proceso vital solo hasta cierto desarrollo del mismo. Este punto de vista se apoya en una visión de "desarrollo por fases" del sujeto gestado. En este punto de vista no se observan derechos para el cigoto o el embrión, pero sí para el feto a partir de determinado punto de desarrollo que puede ser variable. Además, el derecho a la interrupción del embarazo de la embarazada se puede ampliar dependiendo de circunstancias adicionales, como la malformación del feto, violación o peligro para la vida de la madre.

  • El que defiende la no interrupción del proceso del cigoto, del embrión o del feto, sin importar su punto de desarrollo. Este punto de vista se basa en la defensa de ese proceso vital al dar la consideración de "vida humana" a la su propia existencia. Bajo este punto de vista, la mujer embarazada no tiene derecho a terminar con la gestación interrumpiendo el proceso de embarazo en cualquier fase de desarrollo.

Los partidarios de la despenalización total sostienen una interpretación de los derechos humanos en donde prohibirlo atentaría contra los derechos fundamentales de las mujeres y contra los principios de justicia social. Además, se argumenta que la prohibición ocasiona que las mujeres puedan morir víctimas de un aborto clandestino mal realizado, en especial las que tienen menores recursos económicos o pertenecen a los sectores socioeconómicos más vulnerables.

Los opositores al aborto sostienen una interpretación de los derechos humanos en donde legalizarlo atentaría contra el derecho a la vida del nasciturus, que debería de primar sobre el derecho de elección de la madre. Por tanto, legalizar el aborto atentaría contra el derecho fundamental de todo ser humano al que se afirma como existente desde la misma fecundación del óvulo, y así contra los principios de justicia social. En esta interpretación se antepone al derecho de elección de la madre el derecho a la vida de un ser humano ya existente y que no tiene posibilidades de defensa.

Los partidarios de una graduación en la despenalización intentan conseguir diversos grados de conciliación entre el derecho de la madre y el derecho fundamental a la vida. Normalmente se intentan apoyar en argumentos científicos sobre el desarrollo humano para poder señalar unos límites legales en la interrupción del proceso del embarazo.

En el último tiempo, algunos organismos de protección de derechos humanos han abogado por la despenalización del aborto al considerar que su prohibición viola los derechos humanos de las mujeres. Entre otros, se encuentran la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Corte Europea de Derechos Humanos, Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas (CDHNU), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Amnistía Internacional (AI).

El sistema anglosajón, el sistema europeo-continental y el sistema internacional de protección de los derechos humanos, consideran que se violan los derechos fundamentales de las mujeres cuando se prohíbe de forma absoluta el aborto. El primer sistema desarrolla los derechos fundamentales de la mujer desde la perspectiva de su derecho a la intimidad y en relación con la idea de "viabilidad". El modelo continental, a su vez, vincula el aborto con el derecho general a la libertad de la mujer, sea que se le especifique como libertad reproductiva o como un derecho a la autodeterminación. Finalmente, importantes ONGs internacionales, como Amnistía Internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Comité de Derecho Humanos de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, relacionan el problema del aborto con la violación del derecho de las mujeres a no ser sometidas a tratos crueles, inhumanos o degradantes, es decir, con la prohibición general de la tortura.

Entre las instituciones que se oponen al aborto inducido por considerar que atenta contra el derecho a la vida del no nacido, se destaca la Iglesia Católica.

Posturas de diversos organismos

Amnistía Internacional respalda la despenalización del aborto para garantizar que las mujeres tengan acceso a servicios de salud cuando surgen complicaciones derivadas del aborto, y para defender el derecho de las mujeres al aborto ?dentro de los límites razonables que impone la gestación? cuando su vida o su salud corran peligro.

Su postura ha sido cuestionada tanto por personas como por organizaciones tales como la Iglesia Católica, los cuales sostienen que, si Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte, no es congruente que acepte su aplicación a lo que entienden como un menor de edad inocente.

El problema, aquí, es el debate que se ha generado en cuanto a la definición de "menor de edad" y a la definición precisa del inicio de la vida y las definiciones de "individuo" y "persona" (véase el apartado Aspectos biológicos y médicos y Aspectos religiosos).

Posturas políticas y religiosas

No se puede hablar de una correlación entre tendencia política o religiosa y posición frente al aborto, pues hay partidarios y contrarios al aborto en todas las tendencias; tómese por ejemplo de lo dicho, la existencia de católicos a favor de la despenalización como la Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir, grupos feministas y ateos provida, como Feminists for Life (Feministas por la Vida), Mujeres contra el Aborto y Atheists for Life (Ateos por la Vida), o el movimiento Parlamentarios y Gobernantes por la Vida, que integra a personas de diversas tendencias políticas, religiosas y culturales.

Valoración ética del aborto.

Valoración antropológica del aborto.

Actualmente pretende contestar si hay vida plenamente humana en los siguientes momentos:

1) En la fecundación.- Si aceptamos el hecho de que al unirse el espermatozoide con el óvulo comienza una vida biológica distinta de la vida de la madre, entonces el embrión o el feto no es "algo" sino "alguien", un ser con autonomía propia irrepetible. La respuesta de la Iglesia es:

Fs 6 – DOCUMENTO 04. 15: HACIA UNA COMPRENSIÓN DE LA CUESTIÓN DEL ABORTO.

– La vida desde su concepción deber ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables (GS 51).

– La vida humana ha de ser protegida y favorecida sin que surjan dudas sobre la ilegitimidad del aborto. (Declaración sobre el aborto, de la Congregación de la Fe, 1974).Algunos moralistas intentan que se acepte el aborto terapéutico y el eugenésico.

2) En la anidación.- Hacia el 6º o 7º día de la fecundación, el óvulo se implanta en el útero. Algunos teólogos moralistas católicos opinan que no se puede hablar de la persona con derechos hasta la anidación. La razón en la que se basan es el número tan elevado de óvulos expulsados antes de la anidación. Este derroche natural da pie a los teólogos para pensar que no sean seres personales hasta la anidación. La respuesta de la Iglesia es que desde el primer instante queda fijado el programa de lo que será ese hombre o esa mujer.

3) Cuando se desarrolla la corteza cerebral.- para algunos, de esta etapa depende el proceso de hominización. Las consecuencias son que antes de 25 a 40 días no se considera una persona con derechos; así que hasta los 40 días se podría suspender la vida siempre que haya razones graves. La respuesta de la Iglesia es que esta hipótesis está en contra de los principios de la ley natural.

4) Cuando surge el carácter relacional del ser humano.- consideran que el comienzo de la vida humana tiene un carácter relacional. La doctrina de la Iglesia indica que desde el comienzo de la vida humana están los principios y derechos de la persona.

Valoración moral del aborto.

Desde la perspectiva de las Sagradas Escrituras no existe ninguna fundamentación concreta en la que basar nuestros criterios; pero a lo largo de toda la cosmovisión bíblica se transmiten los mensajes sobre la importancia de la vida, la importancia del amor fraterno y la condena de todo homicidio.

La Iglesia siempre ha sostenido la protección de la vida humana desde su comienzo, condenando el aborto. Los Papas y los Concilios reafirmaron la condena del aborto.

La disciplina canónica de la Iglesia, dada la gravedad del aborto, lo condena a nivel doctrinal dentro de su situación, con la excomunión. A los que contemplan el aborto sólo desde la perspectiva de la ley, la Iglesia católica les dice que no hay ninguna disposición humana que pueda obligar a una acción inicua ni obligar a nadie a hacerla (Hch. 5,29). Un cristiano no puede obedecer una ley que sea inmoral en sí misma (el personal sanitario católico no está obligado a realizar un aborto, pudiendo presentar al respecto objeción de conciencia). El creyente debe reaccionar con claridad ante todo ambiente permisivo sobre el aborto. La despenalización del aborto no cambia la valoración moral del mismo (su despenalización es moralmente injusta). La fe, además de las exigencias éticas, refuerza la obligación de erradicar las causas del aborto. El creyente debería estar en las campañas a favor de la vida.

Valoración ética de los ordenamientos jurídicos sobre el aborto.

Para regular el aborto existen tres tipos de legislaciones:

1) Totalmente permisivas.- consideran el aborto algo exclusivo de la esfera privada, que no es necesario legislar.

2) Restrictivas.- prohibición del aborto y penalización de su práctica. Tienen una sensibilidad religiosa bastante fuerte (sobre todo en el cristianismo) y unas grandes consideraciones éticas.

3) Liberalizadoras.- sobre la base de una serie de factores sociales que justifican el recurso al aborto.

El Estado liberaliza el aborto, pero no lo moraliza. La ley que despenaliza, lo que hace es renunciar a castigar, pero no intenta dar un carácter ético del aborto. El hecho de que esté permitido el aborto en ningún caso quiere decir que sea lícita su realización en el foro de la conciencia. Por lo tanto, no disminuye la responsabilidad ética, porque la norma no es una conducta para guiar la conciencia.

Aspectos religiosos

Cristianismo

En el Antiguo Testamento no se menciona el aborto voluntario, aunque el aborto causado debido a luchas externas aparece penalizado. En este punto, la ley hitita era similar. Las leyes asirias, sin embargo, penalizaban incluso el aborto inducido, quizás porque el Estado necesitaba guerreros para su ejército. Bajo la influencia griega, la versión Septuaginta del Libro del Éxodo 21.22 hizo una distinción entre un feto no formado y uno formado, estando el último tratado como una persona independiente.

Esta distinción entre un estado temprano y tardío del feto era bastante común en el mundo antiguo, y fue defendida por Aristóteles al distinguir entre almas y subalmas humanas. Así, el tiempo de la entrada de un alma humana era comentado por Aristóteles a los 40 días después de la concepción para un varón y 90 para una hembra. Muchos teólogos católicos aceptarán luego esa herencia aristotélica de diferente manera; entre ellos Tertuliano, Orígenes, Agustín de Hipona y Tomás de Aquino.

Por su parte, la teoría de que el alma humana no entra en el cuerpo hasta el nacimiento fue defendida por Platón y fue determinante para el Derecho romano. Solo raramente el aborto fue tratado como un homicidio, incluso cuando esto era punible. En el lado opuesto tenemos sobre todo a los pitagóricos, quienes pusieron énfasis en el culto a una noción de medicinareligión para proscribir el aborto, algo con lo que alineará Hipócrates.

En el cristianismo primitivo se encuentra un culto privado de Asia Menor, quizás pitagórico, que se oponía al aborto. También algunos pensadores griegos y romanos se oponían al aborto por otras razones que la de la humanización sino por suponer una interferencia en el derecho del padre respecto al niño.77

Catolicismo

La Iglesia Católica se opone al aborto desde los primeros siglos del cristianismo hasta nuestros días. Considera al ser humano vivo desde el momento de la concepción. Así se afirma, por ejemplo, en la encíclica Humanae vitae del papa Pablo VI.

  • Las amenazas a la vida se producen en la relación entre padres e hijos, como sucede con el aborto.

  • Además, el panorama actual resulta aún más desconcertante debido a las propuestas, hechas en varios lugares, de legitimar, en la misma línea del derecho al aborto, incluso el infanticidio, retornando así a una época de barbarie que se creía superada para siempre.

  • «Mi embrión tus ojos lo veían» (Salmo 139 138, 16): el delito abominable del aborto

  • Entre todos los delitos que el hombre puede cometer contra la vida, el aborto procurado presenta características que lo hacen particularmente grave e ignominioso. El Concilio Vaticano II lo define, junto con el infanticidio, como «crímenes nefandos».

Pablo VI, Evangelium vítae

Históricamente, no siempre el magisterio de la Iglesia católica ha condenado el aborto como homicidio o asesinato, aun cuando se hayan dado discusiones teológicas sobre el momento de la creación del alma. Los Padres de la Iglesia no han sido unánimes en los criterios de reprobación del aborto. En el siglo XII, Pedro Lombardo comentó acerca de la referencia al aborto que existe en la Biblia: la que aparece en el Libro del Éxodo (21.22), en donde se distinguen dos tipos de aborto: uno que suprime a un ser humano ya formado y con alma humana ?y en cuyo caso es homicidio? y otro en el que se elimina a un ser "informe" y sin alma propiamente humana, por lo que se debía pagar una multa.

Más tarde, santo Tomás de Aquino se adhiere a esa tesis aristotélica afirmando por tanto una diferencia en el pecado. Así, en sus Comentarios a las sentencias de Pedro Lombardo (III) se suma a la tesis aristotélica de que el alma entra a los 40 días en el caso de varones y 90 en el de hembras. Santo Tomás asume además un punto de vista un tanto moderno al dejar a la embriología una mayor precisión del tiempo para corregir estos aspectos con más exactitud.

  • Al principio, el embrión tiene un alma solo sensitiva que es sustituida por otra más perfecta, a la vez sensitiva e intelectiva, como trataremos exhaustivamente más adelante (Summa theológica I, q. 76).

  • En la generación del hombre lo primero es lo vivo, luego lo animal y por último el hombre (Summa theológica II-II, q. 64).

  • Debemos observar una diferencia entre el proceso de generación en el hombre y los animales del aire o el agua. La generación del aire es simple ya que solo dos formas substanciales aparecen; una que es desplazada y otra que es inducida. Y todo esto tiene lugar en un instante y a la vez, de manera que la forma del agua permanece durante todo el periodo precediendo a la inducción de la forma del aire. Por otro lado, en la generación de un animal aparecen diversas formas substanciales: primero el semen, luego la sangre y así hasta que encontramos la forma de un animal o un hombre. (Sobre el poder de Dios, q. 3, a. 9, ad 9. Cf. Summa contra gentiles, II, Ch. 89, 11; Summa theológicae, Ia, q. 119, a. 2).

  • Como es alma está unida al cuerpo como su forma, está unida al cuerpo como su acción propia. El alma es "la acción de un cuerpo orgánico" (Aristóteles, II De Anima, 412b, 5-6). Por lo tanto el alma no existe en el semen en cuanto acto (como opuesto a en potencia o virtualidad) antes de la organización del cuerpo. (Summa contra gentiles, II, ch. 89).

A pesar de que el punto de vista de santo Tomás conlleva cierta actualidad por una mayor conciliación con la ciencia moderna, en la teología neo escolástica tomista del siglo XX se considera que santo Tomás no contaba en su momento con los datos científicos que tenemos ahora, y que incluyen dinámicas propias así como el conocimiento del ADN.

Este argumento es un punto de apoyo para que en el siglo XX la Iglesia católica defienda la posición de que en el momento de la fecundación aparece un nuevo ser, con dinámica propia e información genética completa aunque su estado sea de dependencia con respecto a la madre. Las tesis de santo Tomás explican cuando el alma es insuflada por Dios en el ser humano. Y si bien esto resulta incompatible con los argumentos que equiparan aborto a homicidio o asesinato, los defensores de este otro punto de vista señalan a menudo que no se puede atribuir a santo Tomás una postura favorable al aborto por citas como la siguiente:

Servimos a un propósito más grande y significante, la manifestación de la bondad de Dios, y en ese gran contexto somos simplemente medios para el fin de Dios. Dios quiere su propia bondad como un fin, y quiere que todas las cosas sean un medio para ese fin.

Tomás de Aquino, Summa contra gentiles I. 86. 718

Por lo tanto, a pesar de la postura oficial de la Iglesia católica, se debe señalar ese debate en la teología católica en lo que se refiere al momento en que se puede considerar al alma humana, a un "ser humano", a los tiempos de desarrollo del mismo así como al tipo de pecado relacionado, o si es que este existe. Las distintas corrientes de opinión pueden quedar resumidas en:

  • Los partidarios de la animación inmediata (desde el momento de la concepción). Dentro de esta posición, destacaron los que consideraban el origen del alma humana por una preexistencia anterior a su unión con el cuerpo (platonismo cristiano) o por una derivación del alma de los padres (traducianismo).

  • Los partidarios de la animación mediata o retardada (después de un cierto tiempo). Entre los que defendían esta postura, estaban parte de los que aceptaban que las almas son creadas por Dios, creación que podía tener lugar unos días después de la fecundación (según Aristóteles, por ejemplo).

La tesis de la «animación mediata» sostenida por santo Tomás de Aquino fue la que se impuso y la que pasó a ser oficial. Como se ha comentado, santo Tomás sostenía que no era hasta los 40 días cuando Dios insuflaba el alma en los hombres y 90 días en el caso de las mujeres. En consecuencia, la tesis de la humanización retardada fue la opinión mantenida de forma general durante la Edad Media, determinando que el alma era insuflada por Dios a los 40 días en hombres, y a los 90 en mujeres.

Una razón de peso por la que los teólogos católicos partidarios de la animación inmediata han mantenido que el alma se insufla en el momento de la concepción reside en que la nueva alma no es derivativa de la de sus padres, y por lo tanto supone un hecho divino. Bajo esta línea se puede citar por ejemplo el Didaké o a Tertuliano.

Este punto es sin duda el que causa más problemas de conciliación con el saber científico. Algunos autores señalan que los teólogos de esta tendencia se alinean en realidad con filósofos modernos, como Kant o Leibniz, ya que la idea de que el alma existe en el mismo momento de la concepción surge con más fuerza principalmente en el siglo XIX. Si en los siglos anteriores era preeminente la visión de santo Tomás, en el siglo XX la postura oficial de los papas es en contra de cualquier tipo de interrupción del embarazo. El papa Juan Pablo II escribió en este sentido de manera inequívoca en diversas encíclicas y una línea similar es mantenida por Benedicto XVI.

Estas encíclicas son discutidas por los defensores de perspectivas distintas, tanto dentro la comunidad católica como fuera de ella en ámbitos intelectuales o teológicos.

También a partir del siglo XX se empieza a recuperar algo del protagonismo de la mujer y lo femenino en el debate, hasta entonces muy secundario o inexistente.

Así, teólogas como Teresa Forcades ?monja benedictina considerada proabortista y teóloga de izquierda que fue reprendida por el Vaticano por ir contra la defensa de la vida y del derecho del no nacido que hace la Iglesia?, señalan la importancia de no interferir en la decisión de la madre y en el vínculo especial y distintivo de dependencia entre ambos que ha sido diseñado por Dios y en donde se incluye la decisión de la maternidad.

Dios pone la vida del feto mientras no es viable en las manos de su madre (en las entrañas de su madre) y ha vinculado la vida biológica de este a la vida espiritual de ella. Nosotros haremos bien de respetar esta vinculación primaria. Mientras el feto no puede sobrevivir independientemente de la madre, le corresponde a ella la responsabilidad moral de decidir sobre su futuro, que es también el de ella, ya que la madre no gesta el hijo solo biológicamente, sino también espiritualmente, con su amor, con su deseo de que éste viva, con la alegría de llevarlo al mundo. Respetar la decisión de la madre es respetar la integridad de su conciencia moral, incluso aceptando que objetivamente se pueda equivocar.

En el magisterio

En el primer Concilio de Maguncia ?un concilio local del año 847? se confirman penas canónicas propuestas por reuniones anteriores: a la mujer que haya abortado se le han de prescribir 10 años de penitencia. El papa Esteban V afirma, en su carta Consuluisti de infantibus, que cometer un aborto es un homicidio, ya que la concepción requiere de la acción de Dios.

El 4 de marzo de 1679, un decreto del Santo Oficio condenó dos proposiciones relativas al aborto:

Es lícito procurar el aborto antes de la animación del feto, por temor de que la muchacha, sorprendida grávida, sea muerta o infamada.

Denzinger, Enchiridion symbolorum, 2134

Parece probable que todo feto carece de alma racional mientras está en el útero, y que solo empieza a tenerla cuando se le pare; y consiguientemente habrá que decir que en ningún aborto se comete homicidio.

Denzinger, Enchiridion symbolorum, 2135

El Código de Derecho Canónico de 1917 establecía para el aborto la pena de excomunión.

Aparte de esta alusión, el magisterio de la Iglesia no vuelve a pronunciarse sobre el tema hasta el siglo XX, aunque desde 1930 lo haya hecho de manera continua y cada vez más amplia. Pío XI, Pío XII, en varios discursos, como el que impartió a la Sociedad de Médicos Italianos de San Lucas (el 12 de noviembre de 1944), o Juan XXIII, han condenado el aborto como homicidio. En el Concilio Vaticano II se encuentra una de las condenas más citadas en el magisterio posterior, concretamente, en la constitución pastoral Gaudium et spes.

El papa Juan Pablo II recuerda, en la encíclica Evangelium Vitae, que quienes a sabiendas de la pena incurren o colaboran en un aborto (padres y cómplices sin cuyo apoyo el aborto no se hubiera realizado) incurren en excomunión inmediata (llamada latae sententiae en el Código de Derecho Canónico).

Judaísmo

La tradición judía es proclive a la santidad del feto, y no permite el aborto a solicitud. Sin embargo, permite el aborto bajo determinadas circunstancias, porque no considera al feto como persona autónoma. La Mishná (Ohalot 7:6) indica explícitamente la admisibilidad del aborto si la continuidad del embarazo pudiera poner en peligro la vida de la madre.

El judaísmo ortodoxo no admite otra causa que el peligro para la vida materna, en tanto el judaísmo conservador considera también la posibilidad de graves daños a la salud física o mental, o cuando el feto es inviable o padece graves defectos, según opinión médica experta.

Islamismo

El derecho islámico (sharia) parte de consideraciones similares a las del derecho canónico cristiano. Aunque ni el Corán ni la Sunna tratan el tema, se atribuye importancia al conocimiento médico que aporta el jurista versado en medicina, como Averroes, o el médico conocedor de la ley islámica, como Avicena. Según estos, el feto adquiere la condición legal de persona cuando recibe de Dios su alma personal, momento para cuya identificación se confía también en la ciencia del médico y no solo en la revelación. De acuerdo con la tradición oral, el momento de la infusión del alma es a los 120 días o cuatro meses.

La mayoría de juristas modernos consideran aceptar la no viabilidad del feto en sus primeros 120 días. En el islam se asume que la complejidad de la vida fetal aumenta con el tiempo, manteniendo así una perspectiva gradualista que tiene su fundamento en la teología islámica. En ella se afirma que el espíritu (rub) entra en el feto alrededor de los 120 días (4 meses) después de la concepción. Aquellos que toman una posición más estricta argumentan que una vez el esperma entra en el vientre, está destinado a producir vida, y así para ellos el aborto está proscrito. No obstante, dentro de esos 120 días la mayoría de juristas consideran el aborto como moralmente menos grave y por tanto no sancionable.

Del mismo modo, se observa de manera general que la madre pueda abortar si su vida corre riesgo independientemente del tiempo de gestación, por lo que la vida de la madre prevalece sobre los derechos del no nacido. Existe cierto debate en el caso de malformación y hasta qué punto esto es motivo para alargar los 120 días. Aunque en la fatwa egipcia esto no se contempla. Se debe notar por tanto que existe debate respecto a acortar alargar el periodo y sus supuestos, y en donde la ciencia a veces desempeña un papel destacado.

Hay dos escuelas jurídicas que valoran de maneras opuestas el aborto. La escuela Hanafi permite el aborto libremente en los cuatro meses iníciales, incluso cuando la iniciativa de la mujer no cuenta con el permiso del marido. La escuela Maliki prohíbe en su mayoría el aborto de manera absoluta, argumentando que, aunque el feto no sea propiamente humano, no se debe interferir con su destino natural de adquirir su alma, una vez que el semen se ha instalado. Algunos miembros de la escuela Maliki encuentran permisible el aborto hasta los 40 días.

La escuela hanbalí suele rebajar el plazo a los 40 días, prohibiéndolo terminantemente después. Las otras escuelas legales islámicas, tanto suníes como chiíes, mantienen, en conjunto, posiciones semejantes a las de la escuela Hanafi. De las cinco categorías en que se clasifican jurídicamente los actos ?obligatorios, recomendados, opcionales, culpables o desalentados y prohibidos?, el aborto ha sido situado generalmente entre los opcionales o tolerables, especificándose los casos en los que el aborto debe considerarse criminal y punible. En general, son razones de salud las que se considera que justifican el aborto.

De manera general, el islam anima a la reproducción y desalienta el aborto, que no recibe fácilmente la aprobación social, pero tampoco es considerado necesariamente un crimen. Es visto más bien como un recurso que debe usarse solo en último lugar. Es requisito indispensable la expresión de la voluntad de la madre de llevarlo a cabo.

Budismo

El budismo no contempla la existencia de un alma insuflada o creada por una divinidad, por lo que su doctrina no establece un tiempo concreto que aconseje o no el aborto. No obstante, la doctrina budista sí que observa una desarrollo del desarrollo embrionario y sus capacidades, por lo que observa una graduación en la gravedad moral en el acto de abortar en función del desarrollo de la consciencia en el no nacido.

De manera general el budismo no condena con excesiva gravedad el aborto aunque señala las posibles graves consecuencias para la estabilidad emocional de la madre. En la práctica algunas comunidades budistas como la japonesa celebran ceremonias rituales (Mizuko kuyo) de reparación emocional para aquellas mujeres que han experimentado un aborto y así lo solicitan.

En una obligada investigación de las causas de las acciones que demanda el budismo a sus seguidores, en general se observa el contexto de la situación que puede empujar a una mujer a esta decisión. De manera que el aborto, aun siendo considerado una situación muy poco afortunada o que puede ser producto del aferramiento al deseo sensual, no llega a tener la misma consideración de gravedad que otras acciones. Por ejemplo, el budismo menciona numerosos ejemplos sobre la gravedad de acabar con la vida de un animal adulto como un perro, un elefante o un caballo. Pero no respecto a un aborto de cinco o seis semanas. No aparece pues una norma general en el budismo que enseñe una prohibición o aprobación en cualquier situación, sino que se tiende a observar cada caso y sus circunstancias.

Los países en donde la religión budista es mayoritaria (como Tailandia, Camboya o Japón) se aplican leyes de plazos y supuestos que permiten el aborto. De entre todos ellos, el caso de mayor permisividad y despenalización es el japonés.

Hinduismo

Las creencias del mundo hinduista son variadas pero derivan casi todas ellas de sus antiguos textos sagrados, desde las doctrinales Upanishad hasta las leyendas de los Puranas. El hinduismo considera el aborto desde sus textos de una manera quizás más radical que otras religiones, al considerar que el alma humana está presente desde la misma concepción sin un debate de peso.

La noción religiosa de no violencia hacia cualquier manifestación de la vida fue además subrayada en la era moderna por Mahatma Gandhi, el padre de la moderna nación india. Al lado de esto, varias escrituras religiosas como la Suetásuatara-upanishad afirman que las almas que deben reencarnar caen desde las nubes con la lluvia, entran en las legumbres, que cuando son consumidas por un varón se convierten en semen y pueden ser inyectadas en un vientre materno.

El aborto se considera un mal karma, y la persona que lo cometa, al morir, deberá ser inyectada en una mujer que esté pensando en abortar.

Bajo un esquema teológico complejo que contempla la reencarnación de las almas, tanto el cigoto, embrión o feto poseen alma ?esté ya desarrollada o no? y deben ser protegidos. Socialmente esta visión moral sigue siendo predominante y los diferentes cultos hinduistas y sus líderes mantienen en mayoría esta visión, si bien al mismo tiempo consienten resignadamente cierta conciliación con los programas de planificación familiar así como con el aborto, sobre todo por la problemática social y de población existente.

Algunos textos hinduistas provenientes de la medicina tradicional (áiur-veda), como el Charaka-samjita, recomiendan dar preferencia a la vida de la madre que no a la del feto. Esto ha servido de punto de apoyo para que el gobierno indio permita a través de la ley MTP (Medical Termination of Pregnancy Act: ley de terminación médica del embarazo), de 1971, legislar el aborto en casos de violación, incesto o amenaza a la salud mental del madre. Es a través de este último supuesto que se realizan la mayoría de interrupciones del embarazo en India, que actualmente son muy numerosas.

La moralidad del aborto en la sociedad hindú es compleja. Los textos religiosos como los Vedas y los Puranas lo prohíben con claridad, aunque la filosofía hindú permite que sean sobreseídos de manera práctica; especialmente mediante el Ayurveda o medicina tradicional. El sistema de castas, la selección de sexo por motivos socioeconómicos, sobrepoblación y otros graves problemas, fuerzan una coexistencia que es vista de manera resignada pero no satisfactoria por la sociedad india.

Posibles soluciones para combatir el aborto

  • Abstinencia sexual hasta el matrimonio

  • Mayor información por parte de:

  • Centros de salud

  • Escuelas

  • Padres de familia

  • Etc.

  • Mayor distribución de métodos anticonceptivos en:

  • Centros de salud

  • Escuelas

Conclusión

Al llevar a cabo esta reflexión sobre el aborto, nos hemos dado cuenta los lectores y yo (eso espero)que la práctica del aborto no es algo que solo abarque problemas éticos, religiosos, o morales, sino que, alrededor de la práctica existen varios efectos, antes y después de la práctica del mismo. Desde embarazos no deseados, abandono de las respectivas parejas, embarazos de alto riesgo, así como los efectos secundarios que devienen de la práctica del aborto: efectos físicos y psicológicos, e incluso la muerte de la mujer. Además de que también se pueden encontrar efectos sociales cuando la mujer que decidió practicarse un aborto es víctima de una especie de discriminación por parte de la sociedad.

De acuerdo con diversos estudios, todos los efectos antes mencionados se podrían prevenir en gran medida si se impartiera una formación de carácter sexual en los jóvenes, lo cual les haría tomar más en cuenta los efectos que les puede traer la actividad sexual llevada de manera irresponsable.

Pero, para efectos prácticos de esta investigación, hemos decidido profundizar en el aspecto físico, específicamente en el riesgo que corre la mujer que lleva a cabo un aborto. Y es que al existir un enorme vació legal concerniente a la aplicación del aborto, este ha provocado que existan índices de mortandad materna a consecuencia de la práctica insegura de abortos en clínicas que, ante la ausencia de un marco legal que los regule, operan con medidas de asepsia por debajo del mínimo establecido por la Secretaria de Salud para llevar a cabo procedimientos quirúrgicos, lo cual, de acuerdo con un reporte del Consejo Nacional de Población (Conapo), termina por poner en riesgo la integridad de la mujer que ha decido practicarse uno. Al respecto, cabe mencionar que los niveles de mortalidad materna son una advertencia sobre la insuficiencia en la cobertura y calidad de los servicios de salud reproductiva que se otorgan a la población mexicana.

Mucho se ha debatido sobre el derecho que tiene la mujer de decidir sobre su cuerpo, si bien es cierto que el bebe en el vientre materno depende en un 100% de ella, no es menos cierto que no es una parte de ella sino un ser totalmente distinto aunque totalmente dependiente e indefenso. En los casos de violación no es justo que el más inocente de ése hecho tan repudiado y traumático sea juzgado y condenado a la MUERTE, lamentablemente en estos debates no siempre hablan las mujeres que se han practicado abortos y que pueden contarnos las secuelas físicas y sobretodo psicológicas que deja este hecho, también es contado los casos en que mujeres que quisieron abortar y se arrepintieron incluso aquellas que fueron violadas sienten alegría de aquella decisión cuando ven a su hijo o hija convirtiéndose en personas de bien ya que la maldad y crueldad del padre no se trasmite genéticamente y esto último está comprobado científicamente, la no aparición en la palestra pública de estos casos se debe, a que algunas de ellas aún están muy golpeadas por lo que hicieron aun después de muchos años, otras por que han rehecho sus vidas y no necesitan que la sociedad o su cónyuge sepan que en el pasado truncó la vida de un inocente y/o que fue la víctima de un degenerado y algunas otras porque no quieren que un ser amado sepa que en un momento de su vida pensaron en abortarlo.

Nuestros legisladores en México, aluden que la legalidad del aborto evitará las muertes de las mujeres que se lo practican de forma clandestina y que en los países desarrollados es una práctica normal desde hace varios años. Es bueno reflexionar en que en los países donde se practican de forma legal los abortos, también existen daños físicos a las mujeres ya que toda intervención quirúrgica tiene riesgo y que la edad de la madre aumenta estos riesgos (recordemos que en nuestro país ostenta uno de los índices más altos de América latina en embarazo precoz), sin olvidar que las secuelas psicológicas en muchos casos son terribles, no todo lo común es normal, tal vez en los países del primer mundo sea común que las madres maten a sus hijos; pero nunca se puede pensar que sea normal que las madres maten a sus hijos y por último recordar que no todo lo que se hace en los países desarrollados es signo de desarrollo, en ocasiones no es más que la barbarie más atroz y cruel disfrazada de modernismo y tecnología mal digeridas cognoscitivamente.

El investigador Elijah Anderson efectuó extensas entrevistas a jóvenes de los barrios pobres e hizo la siguiente observación: "Para muchos chicos, la sexualidad es un importante símbolo de posición social en la localidad; cada vez que conquistan sexualmente a una muchacha equivale a establecer una nueva marca".

Recomendaciones

Recordar que la libertad termina donde empieza la libertad de la otra persona o el derecho como usted prefiera.

– Todo joven o adolescente debe saber definir y considerar la actitud que tiene él hacia sus amigos y sus amigos hacia él, recordando que respeto guarda respeto.

– No debemos ser influenciados negativamente por los que se dicen nuestros amigos, porque este es un país democrático y libre, de ninguna manera nos vamos a considerar menos si uno de ellos nos indica que hagamos y qué no hacer.

– No porque todos lo hagan yo también lo voy a hacer, no porque tu amigo fuma, yo voy a fumar, no porque mi amigo consuma bebidas alcohólicas yo voy a consumirlas. Uno mismo es el dueño de su cuerpo, de su alma y de su ser: si tú te enfermas, tu amigo no sufre contigo, no va a ir contigo al cementerio, ni va a morir contigo; más bien se va a reír debido a que un ingenuo cayó en su mala influencia.

– Con su conciencia limpia y sin ningún error por detrás de ti, vivirás en paz

Por siempre.

– Evitar malas compañías.

– Tener cuidado con la manera de vestirse.

– Escoger cuidadosamente los programas de televisión que mira.

– Tener cuidado con lo que lee, mucha de la literatura contemporánea apela solo a satisfacer al instinto sexual sin medir las consecuencias.

– Estar atento con respecto a su tiempo libre o al buen empleo del ocio.

– Tener una regla de ética personal: "nunca envolverse en un enamoramiento deshonesto o de perjudicar a otra persona"

– Dedicar mucho tiempo a las sagradas escrituras, a otros libros de salud, en fin a la lectura, y al estudio hasta que duela el conocimiento.

Buscar el conocimiento sobre el tema por parte de todos los que se interesen, ya que no todos los filósofos morales creen que existan cosas tales como derechos morales.

Por ello, es importante decir aquí algo acerca de qué son los derechos morales.

Los derechos no son entidades misteriosas que descubramos en la naturaleza. De hecho, no son entidades en absoluto. Decir que la gente tiene derecho a la vida, es decir en términos generales que no debería morir nunca deliberadamente, que no debería privarse a nadie de las necesidades de la vida, a menos que la única alternativa sea un mal mucho mayor. Los derechos no son absolutos pero tampoco deben ser ignorados a cambio de cualquier bien aparentemente mayor. Por ejemplo, uno puede matar en defensa propia cuando no haya otra manera de protegerse de morir o resultar herido grave de forma injusta; pero nadie puede matar a otra persona meramente para que otros se beneficien de la muerte de la víctima.

Los derechos morales básicos son aquellos que tienen todas las personas, frente a aquellos que dependen de circunstancias particulares, como por ejemplo las promesas o los contratos legales. En general se admite que los derechos morales básicos de las personas incluyen el derecho a la vida, a la libertad, a la autodeterminación y a estar libre del daño corporal. La prohibición de abortar parece violar todos estos derechos básicos. La vida de la mujer corre riesgo al menos de dos maneras. Donde el aborto es ilegal, a menudo las mujeres intentan abortar de forma ilegal y arriesgada. La Organización Mundial de la Salud estima que alrededor de 200 000 mujeres mueren cada año por esta causa. Muchas otras mujeres mueren por embarazos no deseados cuando no pueden abortar, o cuando se sienten presionadas a no hacerlo. Por supuesto, también los embarazos voluntarios entrañan algún riesgo de muerte, pero a falta de coerción no suponen violación alguna del derecho de la mujer a la vida.

La negación del aborto viola además los derechos de las mujeres a la libertad, la autodeterminación y la integridad física. La de ser forzada a tener un hijo no es tan sólo una «molestia», como a menudo afirman los adversarios del aborto. Llevar a término un embarazo es una tarea ardua y arriesgada, incluso cuando es voluntaria.

Efectivamente, muchas mujeres disfrutan de (gran parte de) sus embarazos; pero para aquellas que se quedan embarazadas contra su voluntad, la experiencia puede ser totalmente desgraciada. Y el embarazo y parto no deseados son sólo el comienzo de las penalidades causadas por la negación del aborto.

La mujer tiene o que cuidar del hijo o dejarlo en adopción. El quedarse con el niño puede impedirle continuar su vida laboral o atender a otras obligaciones familiares. Entregar el niño en adopción significa tener que vivir con la tristeza de tener una hija o un hijo al que no puede cuidar, y a menudo no puede siquiera saber si está vivo y sano y cómo podemos darnos cuenta esto no es un asunto fácil. Los estudios realizados sobre las mujeres que han dado a sus hijos en adopción muestran que para la mayoría de ellas la separación de sus hijos es un sufrimiento intenso y duradero.

Incluso si aceptamos el punto de vista de que los fetos tienen derecho a la vida, es difícil justificar la imposición de tales penalidades a las personas que no quieren asumirías para preservar la vida del feto. Como señaló Judith Thomson en su comentado artículo de 1971 «A defence of abortion» no hay otro caso en que la ley exija a las personas (no penadas por delito alguno) sacrificar su libertad, autodeterminación e integridad física para preservar la vida de otros. Quizás el parto no deseado pueda equipararse al servicio militar obligatorio. No obstante, esa comparación puede prestar sólo un soporte moderado a la posición antiabortista, ya que es discutible la justificación del servicio militar obligatorio.

En la retórica popular, especialmente en los Estados Unidos, la cuestión del aborto se considera a menudo pura y simplemente la del «derecho de la mujer a controlar su cuerpo». Si la mujer tiene el derecho moral de interrumpir los embarazos no deseados, la ley no debería prohibir el aborto. Pero los argumentos a favor de este derecho no resuelven enteramente la cuestión moral del aborto. Pues una cosa es tener un derecho y otra estar moralmente justificado el ejercicio de ese derecho en casos particulares. Si el feto tiene un derecho a la vida pleno e igual, quizás el derecho de la mujer a abortar sólo debería ejercitarse en circunstancias extremas. Y quizás deberíamos cuestionar también si los seres humanos fértiles -de ambos sexos- tienen derecho a establecer una relación heterosexual cuando no desean tener un hijo y asumen esta responsabilidad.

Si las actividades heterosexuales comunes, cuestan la vida de millones de «personas» inocentes (es decir, fetos abortados), ¿no deberíamos por lo menos intentar evitar estas actividades?

Por otra parte, si se establecen acuerdos sociales de que los fetos no tienen un derecho esencial a la vida, el aborto no es tan difícil de justificar en una conciencia social… y se deja a la pareja finalmente la libre decisión de que vivan o no de acuerdo a su conciencia personal y de pareja.

Eso depende del proyecto de nación de cada país, pero también de la ética y sus valores biológicos culturales.

Reflexiones para no imitar lo malo o lo que no vaya en armonía con los acuerdos sociales, aunque los estereotipos como personas sean individuos de fama en deportes, artistas de cine, cantantes o bailarines, músicos, actores o actrices de novelas o series televisivas, a los cuales los niños y jóvenes tratan de imitar en sus estilos de vida, cuando aún no tienen identidad propia.

  • ¿Si fumo, eso me hace más hombre o más mujer?

  • ¿Si consumo drogas, seré más saludable?

  • ¿Si robo, mato o violo a alguien me hace crecer como persona o tendré más aceptación?

  • ¿Si maltrato las plantas o los animales eso me dignifica como persona?

  • ¿Quiero imponer mi religión con la violencia?

  • ¿Arriesgo la vida en deportes extremos aunque no sea mi profesión?

  • ¿Si imito a mi ídolo, eso me lleva a ser una persona auténtica?

  • ¿Quiero imponerme físicamente a los demás para humillarlos?

  • ¿Si sobresalgo en algo me da derecho a despreciar a los demás?

  • ¿El color de mi piel significa que soy superior a los seres humanos de otras razas?

  • ¿El poder económico me hace ser superior a los demás?

  • ¿el himno de guerra que entono me hace matar a los demás?

  • ¿Protejo a la niñez y a los de otras capacidades?

  • ¿Respeto la señalética para que haya orden social?

Nota: el lector puede agregar algunas reflexiones propias

Bibliografía

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El aborto. No matarás

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2.- Cremades, Javier

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Tópicos abortistas

Editorial Acción Familiar, Madrid, 1992

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5.-López Moratalla, Natalia

Los primeros quince días de la vida humana

EUNSA, Pamplona 2004

6.- Martín García, Sara y Asociación Víctimas del Aborto (AVA)

Yo aborté

Voz de Papel, www.vozdepapel.info ,2005

7.- Nathanson, Bernard

La mano de Dios

Editorial Palabra, Madrid 1997.

8.- Savagnone, Giuseppe

El aborto. El ocaso de la persona

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9.- Stössel, Pius

Myriam… ¿por qué lloras?

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Otras fuentes virtuales

WWW.WIKIPEDIA.COM

WWW.MONOGRAFIAS.COM

  • Libro de la SEGO pág. 415- 419

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  • Obstetricia González Merlo

http://books.google.es/books?id=N_v49qVtSRUC&pg=PA435&lpg=PA435&dq=aborto+gonzalez+merlo&source=bl&ots=VeVbXbILR9&sig=3w0O871iC8sEZkybGrBmbzqX2q0&hl=es&ei=sNHpS_bgOs3r-AbUivjCBA&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CBcQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false

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http://books.google.es/books?id=CYdfAhqjG1IC&pg=PA359&dq=clasificacion+aborto&hl=es&ei=F9LpS-DKEs2fOPC16JML&sa=X&oi=book_result&ct=book-thumbnail&resnum=2&ved=0CDgQ6wEwATge#v=onepage&q&f=false

  • jw.org, 2014, publicaciones

  • http://www.babysitio.com/embarazo/salud_prenatal_tabaco.php#ixzz39dqCkodL Follow us: @Babysitio on Twitter | Babysitio on Facebook

  • Imágenes tomadas de google.com, 2014

 

 

Autor:

Dr. José Manuel Castorena Machuca

ITSLP, Depto. De Ing. Industrial.

Dirigido a educación básica para construcción de su aprendizaje.

Partes: 1, 2, 3
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