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Vida y obra de Mahatma Gandhi


    1. Gandhi y La India – Introducción
    2. Ambiente familiar, infancia y educación
    3. Acción política
    4. Albores del siglo XX – La India
    5. Albores del siglo XX – Gandhi
    6. La campaña de Gandhi en La India
    7. Bibliografía consultada

    Mahatma Gandhi. Icono. Figura. Santo. Ejemplo. Centenares de calificativos se han vertido sobre su persona, una de las más trascendentales y admiradas de toda la Historia de la Humanidad.

    Para abordar lo que fue su Vida y Obra, estimamos conveniente utilizar un modelo que no fuese meramente cronológico, sino que describiese el devenir histórico de la descolonización de la India y su posterior Independencia, en la que él formó parte activa y las vicisitudes de su vida particular y sus luchas tanto en Sudáfrica como en su India natal.

    Es nuestro objetivo aproximarnos a este mito de carne y hueso, a este santo de la modernidad, que enarboló el estandarte de la Paz en un Siglo signado por la Guerra y la matanza.

    GANDHI Y LA INDIA – Introducción

    El despertar del nacionalismo en el subconsciente indio se confunde con un hombre de trascendencia internacional como sinónimo del pacifismo: Mohandas Karamchand Gandhi.

    Fue él quien supo concluir, aunque de una manera no anhelada – el divisionismo artificial del subcontinente – con la situación colonial impuesta por Gran Bretaña a lo largo de tres siglos y medio.

    Lo que llamó profundamente la atención del mundo, que lo contemplaba, fueron las metodologías ciertamente revolucionarias: la estricta práctica de la NO-VIOLENCIA y las campañas de DESOBEDIENCIA CIVIL (El Satyâgraha).

    Este hindú, de formación heterodoxa, influenciado decididamente por el sermón de la Montaña de Jesucristo, se colocó al frente del Movimiento Nacional de Liberación dando un ejemplo de una de las formas más contundentes de ataque al Imperialismo de turno: la NO-COLABORACIÓN. La teoría del MAHATMA (cuya etimología en un antiguo dialecto hindú significa "Alma Grande") fue que los opresores, siendo un minúsculo grupo minoritario, no podían mantener su situación colonial y de super-explotación sin cierta colaboración de los oprimidos. Y así inició sus campañas de resistencia pasiva a favor de una progresiva autonomía de la India.

    Es así como la Lucha contra la Dependencia en esta milenaria Civilización "espiritualista" adquiere metodologías realmente novedosas que apuntan a la fortificación del Movimiento Nacional. Vale la pena destacar que, ya en 1947, India se constituía como el segundo Estado más poblado del Globo detrás de la República China. Hasta la Independencia India (15/8/1947) el termino India designa políticamente a la India Británica y a unos 500 principados Indios semi-autónomos bajo protección de Gran Bretaña.

    AMBIENTE FAMILIAR, INFANCIA Y EDUCACIÓN

    Entre la desembocadura del Indo y el golfo de Cambay se encontraba un pequeño principado sometido a la soberanía del Maharajá de Baroda, capital del pequeño estado de Porbandar, donde nació un 2 de Octubre de 1869 Gandhi. Los Gandhi pertenecían a la banda de los Banya, una subdivisión de la casta de los Vaisya, la tercera en orden de importancia de las cuatro castas originarias, cuyos miembros por lo común se dedicaban a los negocios.

    De hecho, el nombre Gandhi significaba "especiero". En un tiempo su familia debió dedicarse al comercio minorista de las especies. Sin embargo, durante las ultimas generaciones de su familia, varios miembros habían ocupado cargos en las cortes de Kathiawar.

    Su padre, Kaba Gandhi, se había desempeñado entre otras cosas como primer ministro del Príncipe de Rajkot. Su madre, Putlibai, cuarta esposa de Kaba era una mujer profundamente religiosa dedicada a severas practicas ascéticas y obras de caridad.

    La religión profesada en su familia era la Vaishnava, es decir una secta Hindú que tiene particular devoción por Vishnú, pero que practica también algunos preceptos del Jainismo, doctrina que predica la sinceridad y el respeto riguroso por la vida de todos lo seres, hasta el punto que algunos fanáticos llevan una especie de mordaza para no causar involuntariamente la muerte de algún mosquito al aspirarlo.

    Entre los 10 y los 17 años frecuento la "escuela secundaria" de Kathiawar. No fue un alumno destacado; Es más, nunca logro dominar completamente el sánscrito, a punto tal que los libros religiosos primordiales de la filosofía y el dogma Hindú (los Upanishads, los Veda, el Râmâyana, y el Bhâgavata-purâna) los leyó gracias a sus respectivas traducciones. De esto culpó siempre al sistema escolar vigente por entonces en la India, basado en una educación de tipo occidental.

    Luego de que dos de las novias que sus padres – según la tradición – le hubiesen elegido murieran de manera precoz, desposó a una niña de su misma edad, Kasturbai. En su autobiografía, Gandhi confiesa como inmediatamente se apoderaron de él el deseo carnal, los celos y el deseo de posesión que lo convirtieron en un pequeño déspota.

    Esta situación estuvo tanto latente como manifiesta durante veinticuatro años, ya que a los treinta y siete años de edad acordó un voto de castidad con su señora.

    Concluida la "escuela secundaria" el joven Mohandas fue enviado al Salmadas College, de la Universidad de Ahmedabad. La insuficiente preparación con la que llegó no le permitió seguir los cursos con provecho, por lo que solamente curso un trimestre.

    Tras este fracaso académico lo obligaron a ir a Londres a estudiar leyes con el objeto de que en el futuro sucediese a su padre en la corte de Rajkot. Estuvo allí tres años, procurando infructuosamente adaptarse a la vida londinense.

    Se sumergió en el estudio del Derecho y de la Filosofía, tanto oriental como occidental. Se recibe de abogado, y luego de ejercer dicha profesión desde julio de 1891 en Rajkot (había vuelto tan solo un mes antes), se traslada a Africa del sur en 1893 para ocuparse de los asuntos legales de la casa de comercio de Kathiawar. Allí, pese a su desempeño profesional encomiable, sufre las habituales humillaciones a las que sistemáticamente estaban expuestos los casi 5000 Indios inmigrantes en la zona. Su primer iniciativa exitosa de índole social fue lograr que los Indios "decentemente vestidos y en orden" pudiesen viajar en segunda clase (esta inquietud nació luego de que a él, pese a poseer un boleto de primera clase, le prohibiesen directamente abordar el tren a Pretoria).

    El incidente descripto en la oración previa, fue el germen revolucionario y el nacimiento de la acción política en la vida de Gandhi, que hasta ese momento únicamente luchaba contra las imposiciones de su familia.

    ACCION POLITICA

    La acción política de Gandhi nace, como hemos visto, en la Unión Sudafricana. En dicha acción se pueden distinguir dos fases. La primera comienza en 1906 y se caracteriza por el empleo de medios constitucionales: conferencias, memoriales dirigidos a las autoridades gubernamentales, cartas a periódicos, peticiones con millares de firmas reunidas entre Indios y blancos, manifiestos, folletos, etc. Gandhi apela al buen sentido, a la moral, inteligencia y religiosidad de los blancos de Sudáfrica e Inglaterra. Ya se vislumbran los aspectos más característicos de su acción política: una extremada moderación y sensatez en los pedidos concretos, junto con una absoluta e inflexible intransigencia en los principios morales que sustentaban aquéllos.

    Acuña en este período una frase que pronunciaría muchos años después ( 2 de Junio de 1918 ) "Las Leyes no pueden eliminar los Prejuicios".

    Se inicia en la Política a gran escala al presentar una solicitud para que el gobierno Sudafricano no legitimase la segregación y discriminación social, legalizando los prejuicios existentes. En 1894, funda el "Natal Indian Congress", asociación para la defensa de los intereses indios en la Unión Sudafricana, modelado según el Congreso Nacional Indio.

    Dos años mas tarde, vuelve por un semestre a la India en búsqueda de apoyo a su lucha contactándose por primera vez con los líderes del movimiento nacionalista, K. G. Gokhale, S. Banerjea y Sir Ph. Mehta. A su retorno, es agredido y maltratado; Una multitud de blancos, que habían tomado conocimiento de su actividad propagandística en la India, casi lo lincha. Gandhi decide no denunciarlos, ya que no les guarda rencor; Es éste el primer indicio de su concepción de la RESISTENCIA NO VIOLENTA.

    Poco tiempo después Gandhi pudo demostrar la sinceridad de lo que se transformaría años mas tarde en su doctrina. Durante la guerra de los Boers, suscitada por la intención Británica de apoderarse de la totalidad del actual territorio de la República de Sudáfrica ante el descubrimiento de innumerables minas de oro, organiza un cuerpo de voluntarios para asistir a los heridos.

    Terminada la guerra, brota en Johannesburgo una epidemia de peste y se dedica a asistir a los enfermos mas allá de la constante persecución de sus detractores, ya que no cesaba – mas bien aumentaba – su propaganda contra las medidas discriminatorias.

    La acción política se convierte para él en un modo de buscar la verdad, aunque no es el único camino para llegar a ella. En 1900 entre infinidad de lecturas se imbuye en el libro que, según sus propias palabras, mas lo hubo influenciado "el Reino de Dios esta en vosotros" de León Tolstoi, que preconiza el amor por todas las criaturas.

    Asimismo, gracias a su acercamiento a varios misioneros y pastores cristianos que le hacen conocer los Evangelios, deja de lado la desconfianza hacia el cristianismo, inspirada por los misioneros de Rajkot. A partir de su mayor conocimiento de las escrituras cristianas, lo que alguna vez fue descreimiento, se transforma en una ilimitada admiración por las enseñanzas de Cristo, en particular y como ya lo hemos señalado anteriormente, por el Sermón de la Montaña.

    ALBORES DEL SIGLO XX – LA INDIA

    A comienzo de siglo XX, la India era un país que se despertaba lentamente de un inmovilismo milenario. La sociedad India no había sufrido transformaciones sustanciales, su población siempre había estado compuesta en casi un 90 % de campesinos, y a grandes rasgos, se la podía definir como una Nación que cobijaba centenares de miles de aldeas, compuestas de casas de bambú y barro. Eran comunidades cerradas, autosuficientes y exclusivamente agrícolas. Antes de la llegada de los ingleses, no existía en la India la propiedad privada de las tierras.

    El cambio de centuria contrajo el conflicto entre esta cultura milenaria y la cultura occidental, difundida año tras año con mayor intensidad desde 1830. Los gérmenes nacionalistas hindúes ya habían florecido; es por ello que en 1901 Gandhi retorna a la India con el objeto de reunirse con el sabio líder nacionalista K. G. Gokhale. Su pensamiento se va conformando tanto por él como por las lecturas de John Ruskin, de quien aprende que "quien consume demasiado le roba a otro la comida" y la valoración del trabajo manual.

    El incipiente enfrentamiento político contra la soberanía Inglesa era una imposición histórica. Ya en 1885, se había fundado el Congreso Nacional Indio tomando la costumbre de reunirse anualmente y en ciudades diferentes, renovando su presidente en el mismo período. Sus miembros se ubicaban socialmente en la clase media urbana que había recibido educación inglesa (burgueses profesionales, por ejemplo: profesores, jueces, periodistas, abogados).

    Con quince años de vida con la llegada de este siglo, este Congreso se convirtió en el más poderoso portavoz del Nacionalismo Indio y luego en partido mayoritario de la India independiente. Reclamó una participación mas justa de los indios en el gobierno de su país, lo cual había sido una promesa incumplida de la reina Victoria.

    Ante la constante negativa Británica de concederles dicha representatividad (sólo accedían al Servicio Civil Indio aquellos menores de diecinueve años que superaran un examen – filtro – en Londres), los líderes nacionalistas coincidieron en que era imposible procurar una real transformación del orden económico y financiero sin quebrar el esquema dependiente colonial. La superioridad técnica europea y las enormes diferencias impuestas por el comercio mundial condenaban a la pobreza más extrema a millones de campesinos.

    También les fue denegado el reclamo de que se instaurara la enseñanza primaria obligatoria y el Imperio Británico imposibilitó cualquier intento de industrialización, puesto que el país capitalista central necesitaba imperiosamente introducir en la India los excedentes productivos de la famosa Revolución Industrial.

    Vale la pena destacar que Gokhale era el líder nacionalista moderado, mientras B. G. Tilak era el líder más radical. Ambos Brahmanes comprendían cuan perniciosa era la dependencia. El primero consideraba que la India tenía que madurar políticamente en forma paulatina hasta llegar al autogobierno – esto lo hizo ser un colaborador del consejo imperial entre 1902 y 1915 – mientras el segundo se mantenía intransigentemente alejado de las instituciones coloniales, impulsando mediante apasionados artículos periodísticos el logro de la independencia.

    En resumen, estos dos políticos hindúes representaban los dos extremos que más adelante encontrarían su centro en Gandhi; por un lado, el conservadurismo tendiente a la evolución social y la tolerancia de Gokhale y por el otro, la revolución nacional que pretendía llevar a cabo Tilak.

    ALBORES DEL SIGLO XX – GANDHI

    Luego de haberse reunido en India con el líder moderado Gokhale en reiteradas oportunidades durante 1901, como señaláramos en el anterior apartado, Gandhi volvió a Sudáfrica para retomar la lucha que venia emprendiendo.

    En 1904 fundó un periódico, "Indian opinion", que se convierte en instrumento de su predica. Ese mismo año, funda en Phoenix una colonia agrícola basándose en el concepto de exaltación del trabajo manual como elevación moral que había conocido en la obra de Ruskin. La regla de la comunidad es que cada uno debe ganarse la vida mediante el trabajo en los campos.

    Simultáneamente, estalla la revuelta de los Zulúes y Gandhi por segunda vez en su vida organiza un cuerpo voluntario para curar indistintamente a blancos y negros.

    Comienza a ejercitase en el ayuno como medio de purificación y autodominio y empieza a prevalecer en su conciencia el hecho de que tiene una misión que cumplir a la que debería dedicarle todo su ser.

    Corría el año 1906 cuando decide hacer el voto de castidad, y tal como describiría mas adelante es su autobiografía:

    "Ahora puedo comprender que los sucesos principales de mi vida que culminaron en aquel voto me preparaban secretamente para el SATYÂGRAHA. Este principio surgió antes de tener un nombre. No podría decir cuando nació realmente. En el Gujerat (estado situado al oeste de la India se usaba la expresión inglesa passive resistance – resistencia pasiva – pero ésta era interpretada demasiado restrictivamente […] parecía el arma de los débiles, no excluía con suficiente claridad los conceptos de violencia y de odio […] era evidente que los Indios debían acunar una nueva palabra para indicar esta cosa nueva ".

    El término SATYAGRAHA es una palabra compuesta que significa literalmente fuerza (agraha) de la verdad ( satyâ ). Esta concepción de la vida, mas que en una filosofía, se erigió en un sentido mas especifico para designar un METODO DE LUCHA POLÍTICA. El mismo consistía en negar obediencia a determinadas leyes consideradas injustas, pero en aceptar disciplinadamente las sanciones previstas por el legislador al poner a prueba su ley, ya que el fin es que el legislador, al aplicar la ley en todo su rigor, se convenciera de que era insostenible.

    Pese a que se había mostrado leal y amistoso hacia los Ingleses durante la rebelión de los Zulúes, lanza en septiembre de este año su primera campaña de resistencia no violenta (satyâgraha) en defensa de los indios de Sudáfrica.

    Esta campaña se oponía a la transformación en Ley de una Ordenanza que obligaba a todos los residentes asiáticos del territorio a sacar una cédula de identidad, luego de someterse a humillantes medidas policiales que los colocaban en el mismo nivel de los criminales comunes. Los Indios veían en la ordenanza un insulto a su dignidad. Los "satyâgrahi" voluntarios debían negarse a sacar la cédula; Si los multaban, no debían pagar; Si se los procesaba debían admitir haber violado deliberadamente la ley e ir a prisión sin resistirse. No se debía ejercer ninguna violencia sobre los dubitativos o las fuerzas del orden; A tal efecto Gandhi organizó patrullas de voluntarios que protegieron a quienes quisieron tramitar la cédula. Prácticamente ningún residente indio efectúo el tramite.

    Consecuentemente, las prisiones se vieron atestadas e incluso se intimó a Gandhi a abandonar el país en 48 horas luego de haberlo apresado un año mas tarde, a fines de 1907.

    Desobedeció tal orden, fue arrestado y procesado. Pidió al juez una pena mayor que la dictada a sus compatriotas. Los jueces no tuvieron en cuenta su inquietud y lo sentenciaron a dos meses de prisión, siendo ésta su primera experiencia en lo que más tarde denominaría "los albergues de Su Majestad".

    Una vez liberado, y a través del director del periódico "The Leader" aceptó la propuesta gubernamental de que el Gobierno revocaría la ordenanza si sus compatriotas se presentaban espontáneamente a sacar la cédula. Así lo hicieron todos una vez excarcelados, aunque el Gobierno no revocó la ordenanza repudiada. Los indios se sintieron engañados y se rebelaron contra Gandhi a quien endilgaban una excesiva credulidad e ingenuidad llegando al extremo de agredirlo. Gandhi se negó a acusar al agresor, y emprendió una breve gira propagandística por Inglaterra y la India.

    En su país se estaba llevando a cabo el XXIV Congreso Nacional, reunido en Lahore, en el que se votó un orden del día de solidaridad con los indios de Sudáfrica e inicio la recolección de fondos.

    Luego de cuatro años de tensa calma e incesante labor, en 1911 se funda cerca de Johannesburgo una segunda colonia de voluntarios cuyo nombre rinde homenaje a uno de los inspiradores del satyâgraha, "La Granja Tolstoi".

    La lucha continua cotidianamente y alcanza uno de sus picos más álgidos en 1912 con la proclamación de un solemne hartal ( jornada de abstención del trabajo, de ayuno y plegaria) y con la organización de una marcha de millares de indios hasta el asiento del Gobierno en Transvaal. Dicha Hartal surgió como respuesta a nuevas medidas restrictivas del gobierno y a una sentencia de la corte suprema que declaraba nulos los matrimonios religiosos celebrados según la costumbre Hindú.

    Las autoridades tratan de resistir, enviando tropas contra la marcha y ordenando la detención de Gandhi. Sin embargo, deben liberarlo inmediatamente al darse cuenta que era el único que podía mantener cierta disciplina. Los manifestantes son inhumanamente "cargados" en trenes y enviados a Natal, la ciudad con mayor colectividad India en Sudáfrica en aquel entonces.

    Se lo arresta nuevamente a Gandhi, quien es condenado a quince meses de cárcel. Parece definitivamente derrotado pero a conseguido su primera gran victoria.

    Su nobleza y su valor sacuden a la opinión publica tanto local como internacional, al igual que al gobierno Sudafricano. En el curso de 1914 se revocan muchas de las leyes repudiadas, se reconoce a los nuevos inmigrantes la completa igualdad de derechos, se admite la validez de los matrimonios religiosos y Mohandas K. Gandhi es liberado.

    El general Jan Christiaan Smuts, a cargo de la colonia Sudafricana, se convierte en admirador y amigo de Gandhi. La fuerza de la verdad, el satyâgraha, había prevalecido sobre la fuerza de las leyes y las armas.

    Gandhi puede volver a su patria previo paso por Inglaterra, tan sólo dos semanas después de la declaración de guerra de Inglaterra a Alemania. Inmediatamente organiza un puesto de atención medica voluntaria con el auxilio de residentes indios en Inglaterra para curar a los heridos. La inclemencia del frío y la fatiga lo sumen en recurrentes enfermedades, por lo que los médicos prácticamente le obligan a volver a su país natal. Esta vez vuelve realmente. El 9 de Enero de 1915 desembarca en Bombay. Llegaba el momento de ser profeta en su tierra.

    LA CAMPAÑA DE GANDHI EN LA INDIA

    El período que comprende el trienio 1915-1917 fue tan convulsionado en el ámbito mundial debido a la Primera Guerra como relativamente tranquilo para Mohandas Gandhi. Después de un periodo prolongado de preparación y meditación en su ashram (santuario, lugar de retiro y meditación) de Sabarmati, retoma su activo rol político al participar en el congreso que se celebra en Lucknow, en 1916. Mientras que en 1917 se destaca su viaje a lo largo del país promoviendo el mejoramiento de la situación de los campesinos.

    Su primer campaña de satyâgraha se da en julio de 1918, ya que el Gobierno Británico hizo conocer el proyecto de una nueva Constitución, con la cual entendía realizar la promesa de Montagu. Tal proyecto, que tomó el nombre del mismo Montagu y del virrey Lord Chalmsford, se basaba en la transferencia de algunos poderes del gobierno central a los gobiernos provinciales y en la introducción en éstos del llamado sistema diárquico. El gobierno central se reservaba las cuestiones de interés general y las funciones de coordinación. Todo lo demás pasaba a los gobiernos provinciales.

    Los asuntos de competencia de estos últimos se dividían en dos categorías: algunos de vital importancia, como la administración de justicia, policía, finanzas y defensa, eran de competencia del Gobernador, asesorado por consejeros ejecutivos nombrados por la Corona, que respondían ante el Gobierno General de la India y el Parlamento Inglés; otros, como agricultura, salud pública, educación, obras públicas, etc., estaban a cargo de ministros responsables ante asambleas legislativas provinciales electivas.

    En el ámbito del gobierno central, se creaba una nueva asamblea legislativa compuesta de 146 miembros, electos en su mayoría, que actuaba junto al Consejo de Estado, el cual también era en su mayoría electivo, con sufragio amplio. Se reconocían a las dos cámaras facultades de crítica y de iniciativa, pero no de control político.

    En el gobierno central no se introducía el sistema diárquico, sino que aquél sólo era responsable ante el ministerio británico para la India y el Parlamento Inglés. También el carácter representativo de los gobiernos provinciales era anulado por una cláusula que permitía al gobernador utilizar facultades de emergencia cuando – si no lograba el apoyo de la mayoría de la asamblea – lo considerase oportuno.

    Las reformas de Chalmsford-Montagu fueron recibidas en la India con desilusión. En una sesión extraordinaria del Congreso realizada en Bombay en octubre de 1918, se renovó la oposición entre los moderados, que se inclinaban a aceptar el proyecto como un paso hacia el autogobierno, y los extremistas, que lo rechazaban. En esta ocasión, algunos moderados abandonaron el Congreso para formar un partido liberal, que tuvo pocos adeptos y escasa influencia sobre los hechos posteriores.

    La gran mayoría de la opinión nacionalista apoyó las posiciones intransigentes de los extremistas, sobre todo después que el Gobierno Británico, a comienzos de 1919, propuso un proyecto de ley, el llamado "Rowlatt Bill", que en esencia prolongaba indefinidamente para los delitos políticos los procedimientos judiciales especiales y las medidas excepcionales de defensa interna introducidos durante la guerra. El Rowlatt Bill contradecía el espíritu de la declaración Montagu y hacía dudar de la buena fe inglesa.

    Gandhi, que había saludado con fervor y confianza la declaración Montagu, quedó muy afectado. Estaba dispuesto -declaró- a condenar los atentados y los actos de violencia para cuya represión el Rowlatt Bill establecía procedimientos extraordinarios; pero lo que lo ofendía era que se hiciese caer sobre todo el pueblo indio la responsabilidad por esa violencia que aborrecía.

    El 20 de febrero de 1919, en un manifiesto dirigido al pueblo de la India, Gandhi propuso resistir al Rowlatt Bill con el "arma" que había utilizado con tanto éxito en Sudáfrica, el satyâgraha. Inmediatamente fundó una asociación la Satyâgraha Sachâ, para la prédica y la enseñanza del satyâgraha, y él mismo realizó en Allahabad, Bombay y Madrás, una serie de reuniones para explicar la técnica y el significado ético-religioso del satyâgraha. y las razones por las cuales proponía su adopción.

    Los adherentes fueron invitados a firmar una declaración formal redactada por el mismo Gandhi, en la cual se comprometían, cuando entrasen en vigor las leyes repudiadas, "a desobedecerlas y a desobedecer a todas las otras leyes que indique un Comité constituido ex profeso, pero sin realizar ninguna violencia contra persona o cosas".

    Habiendo resultado vanas todas las protestas y apelaciones al virrey, Gandhi fijó la iniciación del movimiento para el segundo domingo posterior a la sanción de la ley. "Y puesto que el satyâgraha -proclamó- es un proceso de autopurificación, y la nuestra una batalla sagrada, me parece oportuno que ésta comience con un acto purificatorio. Por tanto, que toda la India suspenda el trabajo por un día y lo dedique al ayuno y a la plegaria." Se fijó el solemne hartal para el 30 de marzo, y se lo postergó luego para el 6 de abril. Grandes multitudes respondieron al llamado.

    En Delhi, donde no se conoció a tiempo la postergación de la fecha, se lo observó el 30 de marzo. Piquetes de voluntarios vendían en las calles folletos políticos prohibidos, dando comienzo así a la desobediencia civil. Una multitud enorme se dirigió en procesión a los templos, para orar. La policía abrió el fuego sobre la manifestación no autorizada. Informado del hecho, Gandhi quiso trasladarse de Bombay a Delhi para impedir cualquier acto violento, pero la policía lo detuvo y lo envió custodiado de vuelta a Bombay, donde se le intimó a permanecer. Se difundió la noticia de su arresto y la tensión creció.

    La situación era particularmente grave en el Punjab. En Amritsar, algunos ingleses fueron asesinados. El Gobernador confirió entonces plenos poderes al comandante de la fortaleza, general Dyer, quien acababa de asumir el mando. Éste emitió una proclama prohibiendo toda reunión; y el 13 de abril, cuando una multitud de más de cinco mil personas se congregó en una localidad llamada Jallianwala Bah, Dyer, que disponía de pocas fuerzas y temía ser superado, dio orden de disparar sin aviso previo. Se produjo una matanza; un millar de personas quedaron en el lugar, de las cuales 379 estaban muertas.

    La noticia turbó profundamente a Gandhi. Se trasladó al lugar y realizó una investigación. Se convenció entonces de que se había violado el espíritu del satyâgraha, que la multitud y después los soldados, habían perpetrado violencia. Consecuentemente, realiza una reunión en su ashram de Sabarmati, donde exhorta a los culpables de las violencias a comparecer y hacer expiación. Anuncia que él mismo se someterá a un ayuno purificador de tres días, e invita a todo el pueblo a efectuar un día de ayuno.

    Al hablar en Nadiad, reconoció su culpabilidad, y admitió haber cometido "un error grande como el Himalaya", por haber iniciado el movimiento antes de que la multitud hubiese comprendido bien su espíritu no violento.

    El 18 de abril, en un acto de gran valor, y a pesar de las protestas de los extremistas, Mohandas K. Gandhi ordenó la suspensión del movimiento.

    "Traicionaría el satyâgraha -proclama- si permitiese que en su nombre se cometieran actos violentos. Nuestra acción, por el momento, debe consistir solamente en ayudar de todas las maneras posibles a las autoridades a restablecer la legalidad. Debemos predicar el satya ( la verdad) y el ahimsâ ( la no-violencia, el amor por los seres) antes de lanzar nuevamente el satyâgraha."

    Gandhi retoma en los meses siguientes su apostolado. En mayo forma un núcleo de satyâgrahi "probados y puros de corazón", capaces de enseñar con la palabra y el ejemplo la doctrina de la no-violencia. El ashram, fundado en Sabarmati en un bungalow alquilado, se convierte en el cuartel general del movimiento, como antaño la Granja Tolstoi en Sudáfrica previamente mencionada; en él rigen las mismas reglas. Gandhi asumió la dirección de un semanario en inglés, "Joven India", y de una publicación mensual en gujerati, "Navajivan", a través de los cuales difundió sus ideas.

    Mientras tanto Lord Montagu había obligado al general Dyer a dimitir, y había nombrado una comisión investigadora presidida por Lord Hunter. El Comité Ejecutivo del Congreso decide boicotear los trabajos de esta comisión y nombra otra en su lugar, en la cual se invitó a Gandhi para que participase. La acción de Dyer fue censurada finalmente en los Comunes por una mayoría mínima; en la Cámara de los Lores, se la elogió abiertamente, mientras se realizaba entre el público inglés una suscripción para honrar al valeroso general.

    En respuesta a esta provocación, el Congreso realizó la sesión de ese año (1919) en Amritsar, el lugar de la matanza. Pocos días antes de su convocación el Gobierno realizó una serie de actos tendientes a disminuir la tensión, liberando a los prisioneros políticos y promulgando las leyes que concretaban las reformas Chalmsford-Montagu. En el Congreso de Amritsar, Gandhi ejerció una influencia moderadora, contra la tesis de Tilak, quien sostenía que debía boicotearse la nueva Constitución; pero pocos meses después dos acontecimientos llevaron la tensión al máximo.

    A principios de marzo de 1920 se publicó el informe de la Comisión Hunter, que en esencia endilgaba la responsabilidad de la matanza de Amritsar a Gandhi y el satyâgraha. Casi simultáneamente llegó la noticia de la firma del "Tratado de Sèvres" y del desembarco de los griegos en Esmirna, que significaban el desmembramiento del Imperio Otomano contra la promesa dada por Lloyd George a los musulmanes de la India de respetar su integridad, condición considerada necesaria para que el Sultán de Turquía pudiese continuar ejerciendo la función de Califa del Islam. Gandhi, en una reunión de hindúes y musulmanes realizada en Delhi en noviembre de 1919, se había comprometido a apoyar a los musulmanes si se amenazaba al califato.

    A causa de esta traición, decidió reiniciar la agitación contra el Gobierno Británico. Pero esta vez no se limitará al boicot de una ley, sino que asumirá el carácter de un movimiento de no-colaboración en todos los niveles. El 10 de agosto él mismo rompió las hostilidades devolviendo al Gobierno Británico todas sus condecoraciones y el 12 de agosto anunció su intención de proponer la no-colaboración en la sesión extraordinaria del Congreso, convocada para septiembre de 1920, a la par que aclaró su significado:

    "Alguien ha dicho que la no-colaboración es anticonstitucional. Me atrevo a negarlo. Por el contrario, afirmo que es una doctrina justa y religiosa. No defendería la constitucionalidad de una acción tendiente a obtener justicia por medios violentos. Como he afirmado muchas veces, la violencia tiene que servir a aquel que sirve en Europa, pero a nosotros en la India nunca nos ayudará… Cuando llegue el tiempo de desenvainar la espada me retiraré a la jungla indostana. Si la India admite la doctrina de la espada mi vida pública estará terminada.''

    Pero el Congreso extraordinario reunido en septiembre no consideró que ese momento había llegado todavía y aceptó la propuesta de Gandhi. El llamado a la no-colaboración encontró un gran eco. Siguiendo el ejemplo de Gandhi, muchos devuelven las condecoraciones, centenares de magistrados y funcionarios indios renuncian, los litigantes no se dirigen ya a los tribunales, las escuelas gubernamentales quedan vacías, y satyâgrahi voluntarios conducen una intensa propaganda contra el uso de productos extranjeros. El mismo Gandhi da el ejemplo: aprendió a hilar y a tejer y llevó vestidos tejidos por él mismo. El charka, el telar de mano, amigo de ese campesino indio que, antes de la invasión de los tejidos de algodón de Lancashire, obtenía de esta única industria doméstica algunos annah (vestimenta típica) para aumentar sus magros ingresos, se convierte para Gandhi en el símbolo de la rebelión contra la civilización occidental y su explotación de la India.

    Sin embargo, no siempre se respeta el espíritu de la no-violencia: en Malegaon estallan sangrientos tumultos entre hindúes y musulmanes; en Bombay, la llegada del Príncipe de Gales, que había ido a la India en visita oficial, provocó tumultos con devastaciones y víctimas entre los indios cristianos que no habían adherido al solemne hartal decretado como protesta por el Comité del Congreso.

    Gandhi se conduele. Cuando estallaron los desórdenes se encontraba en Bombay para asistir a una solemne quema de tejidos extranjeros con la cual se quería "saludar" al Príncipe de Gales. Se trasladó inmediatamente al lugar para arengar a la multitud recriminándola ásperamente.

    A pesar de estos acontecimientos, en febrero de 1922, Gandhi se apresta a lanzar el satyâgraha en su forma más radical, la de la desobediencia civil, comenzando en la región de Bardoli. Desde entonces es el jefe indiscutido del movimiento nacionalista. Gokhale y Tilak han muerto, C. R. Das está en la cárcel, y el Congreso le delegó todos los poderes.

    Su persona empezó a ser objeto de supersticiosa veneración entre las masas. Mendigos, ascetas y campesinos lo siguen durante días y días, al acecho del momento de poder atraer su mirada, pues una antigua superstición hindú dice que la mirada de un santo es un medio de purificación. Allí donde aparecía, la multitud cantaba himnos religiosos en su honor y lo saludaba con emoción.

    Gandhi anuncia su decisión – el 1º de febrero – en una carta al virrey que, más que una carta, es un verdadero ultimátum: si el 15 de febrero el gobierno virreinal no se comprometía a conceder la autonomía a la India. ésta la conquistaría por sí misma colocándose fuera del Imperio.

    Pero el 4 de febrero le llegaron noticias de gravísimos actos de violencia realizados por una multitud enfurecida en Chauri-Chaura, donde una decena de policías ingleses fueron quemados vivos. Por tercera vez la confianza de Gandhi es vulnerada cruelmente… por tercera vez se siente culpable. Dos días después, escribe en el "Joven India" su confesión pública:

    "…Ninguna provocación puede justificar la brutal matanza de hombres impotentes a merced de la multitud, cuando la India proclama que es no-violenta y quiere ascender al trono de la libertad mediante la no-violencia… En cuanto al ultimátum enviado al virrey, debo retirarlo y confesar mi culpa… Sé que es un acto tonto desde el punto de vista político, pero es justo, es el único justo desde el punto de vista de mi conciencia… Los únicos fines de mi vida son el satyâ (la verdad) y la ahimsâ (la no-violencia). No tengo poderes sobrenaturales… Estoy hecho de la misma carne débil que el más débil de mis compañeros y, por ende, puedo errar… Siento que debo sufrir una purificación personal… Por ello he decidido someterme a un ayuno de cinco días.''

    El 11 de febrero el Comité Ejecutivo del Congreso aprueba, en medio de violentas oposiciones, la propuesta de Gandhi de suspender el satyâgraha como movimiento de masas. El 10 de marzo el gobierno virreinal, acuciado por la opinión pública inglesa y aprovechando la momentánea caída de popularidad de Gandhi, se atreve a hacer lo que hasta ese momento no había osado: lo arrestó a Gandhi bajo la acusación de "haber provocado con escritos y discursos la rebelión contra el gobierno de S. M. Británica".

    El proceso se realiza ocho días después. Gandhi hace una breve declaración en la cual reconoce de modo explícito la justeza de las acusaciones dirigidas contra él.

    "Quiero subrayar -dice- toda la reprobación que el abogado general ha arrojado justamente sobre mis espaldas por los hechos de Bombay y de Chauri-Chaura… Por ello, estoy aquí para sufrir la pena más severa. La no-violencia es el primero y el último artículo de mi fe… Sabía que era peligroso, pero he creído que era mi deber arriesgarme… Si me dejáis libre, volveré a comenzar… Por ende, señor juez, no os queda más que absolverme, desligando vuestra responsabilidad de la del sistema a cuyo servicio estáis, o – si creéis en ese sistema – condenarme al máximo de la pena."

    El juez respondió rindiendo homenaje a los altísimos ideales y a la grandeza moral y rectitud de Gandhi, pero se declaró en el penoso deber de aplicar la ley y condenarlo a seis años de cárcel.

    Gandhi pasó en la cárcel dos años, durante los cuales fue un prisionero modelo. Para el satyâgrahi – había escrito en un artículo publicado en "Joven India" el 3 de noviembre de 1921, en previsión del arresto – la cárcel "es el único lugar seguro y honorable… Cuando se nos encarcela en el cumplimiento de nuestro deber, debemos sentirnos felices… y lo deseamos porque consideramos injusto ser libres bajo un gobierno que juzgamos cautivo". Gandhi se sentía feliz. En una carta a un amigo, Hakim Ajmal Khan, del 14 de abril de 1922, escribe:

    "Mi celda es digna, limpia y ventilada. El permiso para dormir al aire libre es para mí una bendición. Me levanto a las cuatro para orar… a las seis y treinta comienzo a estudiar… No se me permite tener una luz, pero empiezo a trabajar apenas sale el sol y termino al caer el crepúsculo. A las ocho me acuesto, después de recitar la habitual plegaria del ashram. Estudio el Corán, el Râmâyana y algunos libros sobre el cristianismo que me dió Standing; hago ejercicios de urdu… En total dedico al estudio seis horas. Cuatro horas las dedico a hilar o tejer… Hilar es para mí una necesidad interior cada vez más imperiosa. De este modo me acerco cada día al más pobre entre los pobres y a través de él, a Dios. Por ello, amigos míos, no os apenéis por mí. Soy feliz como un pajarito y siento que no pierdo el tiempo. Mi permanencia aquí es una óptima escuela y nos dirá si nuestro movimiento es vital o sólo la obra de un individuo, es decir, algo transitorio…"

    Gandhi iba a tener la respuesta a esta pregunta antes de lo previsto. Después de dos años de cárcel se enfermó de apendicitis. Fue trasladado a un hospital militar y operado con éxito. Apenas comenzó su convalecencia se lo liberó sin condiciones.

    La situación política parecía haber cambiado radicalmente. Había sido revocado el Rowlatt Bill y, en cuanto al califato, los mismos turcos habían resuelto la cuestión deponiendo al Califa. El movimiento de no-colaboración había perdido todo vigor. Nuevamente amenazaba al Congreso un cisma, entre los partidarios del cambio y aquellos que pretendían mantener los preceptos gandhianos. También la unión de hindúes y musulmanes, que Gandhi había logrado realizar fatigosamente aprovechando la agitación por el califato, quedó destruida de manera lamentable en una serie de episodios de violencia y de sangre.

    Gandhi, aunque desilusionado y deseoso de retirarse de la escena política, hizo un último esfuerzo para restablecer la unidad dentro del Congreso y entre éste y los musulmanes; tuvo éxito parcial en el primer intento, pero fracasó en el segundo.

    Cuando le ofrecieron la presidencia de la sesión del Congreso realizada a fines de 1924 en Belgaum, en un comienzo rechazó. "La intelectualidad del país parece reprobar mi doctrina y mi acción", comenta amargamente. Pero sus amigos insisten, convencidos de que sólo la autoridad de Gandhi podrá evitar el cisma, y finalmente acepta, pero únicamente para explicar los motivos de su retiro.

    "Permitidme que renueve aquí mi profesión de fe, declara en la alocución presidencial. Como congresista deseoso de mantener la unidad del Congreso propongo abandonar la no-colaboración… pero como individuo no puedo ni quiero hacerlo mientras el gobierno sea lo que es. Para mí no es solamente una cuestión política, sino también un acto de fe… El satyâgraha es para mí la búsqueda de la verdad, y Dios es la verdad. La ahimsâ o no-violencia es la luz que me revela la verdad. El svarâj es solamente una parte de esta verdad…"

    Después del Congreso de Belgaum, Gandhi se apartó cada vez más de la vida política, con algunas raras apariciones, y dedicó intervalos cada vez mayores a la tarea de reconstrucción social: difusión del khaddar, pacificación entre hindúes y musulmanes, reivindicación de los "intocables", propaganda contra las bebidas alcohólicas y las drogas tóxicas, elevación de la mujer, etcétera. En dos ocasiones asumió un papel de primera importancia: en la discusión y preparación de la nueva constitución India y al estallar la guerra.

    El Partido del Congreso, o con más precisión, el ala del Congreso partidaria de no boicotear las reformas de Chalmsford-Montagu y participar en las elecciones para los Consejos Legislativos renovados, había conquistado la mayoría en todas las Provincias derrotando a los liberales en las elecciones de 1928 y en las de 1926 (aunque con algunas pérdidas en estas últimas, debido a la detección de elementos musulmanes y de otros de tendencia liberal-conservadora que habían formado agrupaciones autónomas, el Central Muslím Party y los Independientes).

    En el interior de los Consejos Legislativos el Congress Party ( Partido del Congreso ) continuaba la batalla, denunciando la insuficiencia de las reformas y boicoteando el funcionamiento de los Consejos, hasta el punto de que en Bengala y en las Provincias Unidas el Gobernador debió recurrir a poderes de emergencia, con lo que agudizó la oposición. En 1927 el Gobierno Británico nombró una comisión parlamentaria presidida por Lord Simon para realizar una investigación sobre el funcionamiento del sistema diárquico y verificar los fundamentos de las protestas de los nacionalistas.

    La falta de inclusión de indios en la Comisión restó a la medida todo efecto de distensión; por el contrario, provocó nuevo descontento. El Congreso de Madrás de 1927 proclamó que el objetivo del movimiento nacionalista sería en lo sucesivo el parna svarâj, es decir, la total independencia.

    Al año siguiente, en el Congreso de Calcuta, Gandhi, que al agravarse la crisis había cedido a las presiones de los amigos y retomado el contacto con el movimiento político, ejerció una influencia moderadora. Se declaró contrario a la supresión de todo vínculo con Gran Bretaña y logró hacer aceptar un proyecto de Constitución, elaborado por el Congreso y por elementos liberales, que habría convertido a la India en un Dominio.

    En esa ocasión, se encontró con un grupo de jóvenes encabezados por Jawaharlal Nehru, que lograron que el proyecto de Gandhi fuera aceptado con la condición de ser ratificado por el Parlamento Británico antes del 8 de diciembre de 1929.

    El Gobierno Británico respondió a esta especie de ultimátum atrincherándose en la necesidad de oír el informe de la Comisión Simon. El Congreso, reunido a fines de 1929 en Lahore, eligió para su presidencia al joven Nehru; interrumpió toda la negociación y reivindicó la plena y absoluta independencia de la India. También esta vez Gandhi estuvo de acuerdo. El Congreso le confirió nuevamente poderes dictatoriales y el 4 de marzo anunció a Lord Irwin que se reiniciaría la campaña de desobediencia si el Gobierno no daba de inmediato alguna prueba de su buena voluntad.

    El Gobierno no respondió. Gandhi decidió entonces escoger, para comenzar la campaña de desobediencia, la ley sobre el monopolio de la sal, la cual era particularmente odiosa porque incidía principalmente sobre los pobres.

    En la mañana del 12 de marzo de 1930 Gandhi, seguido de 79 estudiantes, prima núcleo de satyâgrahi voluntarios, abandonó el ashram de Sabarmati y se dirigió a pie hacia la costa para fabricar unos gramos de sal, en signo de desprecio hacia el monopolio. En cada etapa, en cada aldea, decenas y centenas de indios de toda condición en su mayoría campesinos, se unieron a cortejo. Este llegó al mar de Dandi, al norte de Bombay, el 5 de abril. En la mañana del 6 de abril Gandhi recogió algunos gramos de sal de la playa en medio de una multitud frenética que lo idolatraba.

    Éste fue el comienzo de la campaña de desobediencia civil, que se desarrolló con una participación de las masas bastante mayor y decidida que en 1922. Los campesinos dejaron de pagar el impuesto territorial; el boicot de los tejidos extranjeros se hizo general; los funcionarios gubernamentales quedaron aislados. Los comerciantes se negaban a vender los artículos más necesarios. Los tribunales estaban desiertos.

    Los ingleses trataron en un principio de reaccionar haciendo que la policía cargara contra los manifestantes y arrestara a los violadores de la ley. Entre los primeros arrestados estuvo Jawaharlal Nehru. Gandhi fue arrestado la noche del 4 al 5 de mayo. Sin preaviso, se realizó un solemne hartal de protesta en toda la India. Desaparecido Gandhi, su mujer asumió la dirección de la campaña. También ella fue arrestada. Pero a medida que los jefes designados de antemano eran arrestados, jefes locales improvisados brotaban de todas partes.

    A fines de octubre los arrestados por motivos políticos eran 23.000. En diciembre, casi 50.000.

    Entre tanto, pocas semanas después del arresto de Gandhi, la Comisión Simon había publicado su informe, que concluía con la recomendación de abolir el sistema diárquico y de crear gobiernos indios responsables ante las asambleas legislativas de las provincias, aunque manteniendo en el centro un ejecutivo fuerte controlado por el Gobierno Británico. Para discutir estas recomendaciones y trazar los lineamientos generales de una nueva constitución el primer ministro Mc. Donald convocó en Londres una Conferencia de "Mesa Redonda" e invitó a participar en ella a los representantes de las diversas comunidades, grupos, partidos políticos y príncipes indios.

    El Congreso rechazó la oferta, por lo cual la Conferencia fue estéril, en ausencia del principal interlocutor del Gobierno Británico. Este intentó entonces efectuar un acercamiento. El 25 de enero de 1931 liberó sin condiciones a Gandhi y a los otros miembros del Ejecutivo del Congreso. Al término de una serie de conversaciones en Nueva Delhi entre el Virrey y Gandhi, durante febrero – marzo de 1931, se llegó a un acuerdo llamado "pacto Irwin-Gandhi", por el cual el Gobierno Británico modificaba las leyes sobre el monopolio de la sal, liberaba a los detenidos políticos y rescindía las ordenanzas especiales y los procedimientos pendientes, mientras el Congreso -a cambio de esto- aceptaba participar en la Conferencia de la "Mesa Redonda". Así, ésta pudo reiniciarse en septiembre con la presencia de una delegación del Congreso encabezada por Gandhi.

    Las discusiones duraron hasta el 1° de diciembre. Se llegó a un acuerdo muy vago sobre los lineamientos generales de una nueva Constitución; pero no fue posible formular un proyecto concreto por el desacuerdo entre Gandhi y los representantes de las comunidades minoritarias indias, en particular los musulmanes y los "intocables", que exigían electorados separados con la reserva de una cuota de puestos en las asambleas legislativas. Gandhi reafirmó, en cambio, el derecho del Congreso a representar a toda la nación. En particular, se oponía a la creación de electorados separados para los "intocables", porque, como dijo en un apasionado discurso:

    "Ello significaría el reconocimiento oficial y la perpetuación de una institución vergonzosa".

    Yo no sacrificaría los intereses de los "intocables" ni siquiera a la libertad de la India… No queremos que los "intocables" sean considerados como una comunidad. Los sikhs pueden seguir siendo siempre una comunidad, al igual que los musulmanes y los angloindios. Pero, ¿pueden los "intocables" seguir siendo siempre intocables? Antes quisiera ver morir el hinduismo que sobrevivir a la "intocabilidad"… Debo declarar que si fuese el único en resistir lo haría a costa de mi vida".

    A la vuelta, Gandhi se detuvo primero en Villeneuve, en Suiza, donde fue huésped de su amigo y biógrafo Romain Rolland, y luego en Roma. Mussolini, que tomaba a Gandhi por un jefe de tribu cualquiera, enemigo de los ingleses, insistió en que fuera huésped del Gobierno Italiano.

    Pero Gandhi prefirió alojarse en lo de un amigo de Romain Rolland. El día de su llegada fue recibido por el Duce, quien trató de impresionarlo recibiéndolo en una sala cubierta de armas y de mosqueteros que, a su paso, presentaban los puñales. El resultado, naturalmente, fue desastroso. Después de diez minutos Gandhi escapó disgustado.

    "Tiene los ojos de un gato -dijo más tarde- y los hace girar incesantemente en todas direcciones para fascinar y aterrar a su interlocutor. Pero no me dejé aterrar''.

    No tuvo mayor éxito un desfile de "balillas mosqueteros" al que Gandhi fue invitado y donde lo recibieron con salvas de cañones. Mussolini, con el tacto que lo caracterizaba, había preparado un recibimiento apropiado para el apóstol de la no-violencia. Mayor sensibilidad demostró la princesa María de Saboya, quien quiso visitarlo y le llevó una cesta de higos, que él agradeció mucho. Un día después de su partida el "Giornale d'Italia" publicó una entrevista con Gandhi que éste nunca pensó siquiera en conceder.

    Desembarcó en Bombay el 28 de diciembre; dos días antes el Gobierno de la India había hecho arrestar a Nehru y a otros jefes del Congreso.

    El fracaso de la Conferencia de Londres y otras circunstancias, entre ellas la repercusión en la India de la gran crisis económica, determinaron la reiniciación de la agitación. Las últimas declaraciones de Gandhi antes de partir hacían prever la continuación del movimiento de no-cooperación.

    Esta vez el Gobierno Británico estaba decidido a intervenir con presteza. Después de un infructuoso cambio de cartas con el Virrey, Gandhi proclamó el 3 de enero de 1932 la reiniciación de la desobediencia civil. Veinticuatro horas después fue arrestado, junto con su lugarteniente V. Papel, y encerrado en la cárcel de Yeravada.

    Esta vez Gandhi no dejó de luchar, ni siquiera en la cárcel. Se había propuesto dedicar, a su retorno a la India, todas sus fuerzas a una campaña en favor de los "intocables". Desde la cárcel escribió al ministro para la India, Sir Samuel Hoare, y le advirtió que lo que había dicho en Londres no era mera retórica; y cuando el Gobierno Inglés dio a conocer, el 17 de agosto, su decisión de aceptar la recomendación relativa a los electorados separados, Gandhi comunicó directamente al Primer Ministro Mc Donald su intención de dejarse morir de hambre si no se anulaba la decisión en lo concerniente a los "intocables".

    Habiendo resultado infructuoso el cambio de cartas entre ellos, el 2 de septiembre Gandhi comenzó a rechazar el alimento. Después de cuatro días durante los cuales permaneció extendido bajo un árbol del patio de la prisión, su estado físico comenzó a empeorar.

    Los miembros de las diversas comunidades minoritarias se reunieron a toda prisa en Poona, donde llegaron a un acuerdo que reservaba a los "intocables" un cierto número de bancas por diez años, pero abolía los electorados separados. Gandhi aprobó el acuerdo e interrumpió el ayuno.

    Poco tiempo después, el 8 de mayo de 1933, habiendo amenazado con un nuevo ayuno de 12 días si no se revocaba la prohibición para los "intocables" de entrar a los templos hindúes, las autoridades británicas lo pusieron en libertad.

    También esta vez, al salir de la cárcel Gandhi se apartó de la vida política, después de confiar al joven y ya predilecto Jawaharlal Nehru la conducción del Congreso. Emprendió un largo viaje a pie a través de la campaña India para predicar la abolición de la intocabilidad. En 1935 dedicó todos sus esfuerzos a socorrer a las víctimas del espantoso terremoto de Patna. En 1936 organizó en Faspur una exposición de la industria artesanal, para favorecer su renacimiento, que siempre consideró esencial para el saneamiento económico de la India.

    Con el advenimiento del segundo conflicto mundial, Gandhi volvió a contactarse con el movimiento de independencia. Lo indujo a hacerlo el temor que despertó en él la afirmación en el seno del Congreso de un grupo nacionalista extremista de tendencia filo-fascista: el llamado "Bloque de Avanzada" conducido por Subhas Chandra Bose.

    Desde que comenzó a perfilarse en Munich la crisis europea, el Congreso, bajo la dirección de Nehru, había condenado repetidamente la política del Eje y de su aliado japonés, aunque rechazaba la colaboración con el Gobierno Británico. Bose, en cambio, era partidario de colaborar con los enemigos de Gran Bretaña para expulsar a los ingleses. Cuando S. C. Bose fue elegido presidente del Congreso, en enero de 1939, 12 de los 15 miembros del Ejecutivo renunciaron. Gandhi intervino entonces y obtuvo del Congreso reunido en marzo de ese año en Tripuri la confirmación de la línea "seguida en los años anteriores bajo la dirección de Gandhi". En mayo, Bose debió renunciar.

    Al estallar la guerra, el Congreso tomó posición con el manifiesto del 14 de septiembre de 1939, en el cual condenaba al nazismo y al fascismo; afirmaba que la actitud de la India debía decidirla el pueblo indio que si bien la India no se asociaría a una guerra tendiente a la defensa del status quo en cambio colaboraría en la defensa de democracia si los principios de ésta se aplicaran a aquélla con la constitución de un gobierno nacional responsable ante una asamblea central elegido por el pueblo.

    En esa ocasión Gandhi quería que el Congreso tratase una moción de apoyo moral incondicional al Gobierno Británico. Su condena de la violencia le prohibía toda participación en la guerra, pero le repugnaba poner condiciones en un momento en que esto podía parecer un chantaje. Sin embargo, aceptó disciplinadamente la decisión tomada por el Congreso, y él mismo la expuso en una conversación con el Virrey el 26 de septiembre.

    La posición del Congreso permaneció inmutable durante toda la guerra. A las promesas de conceder la independencia al finalizar la guerra y de solicitar a una asamblea constituyente elegida por el pueblo indio la formulación de una nueva Constitución, promesas hechas por el gobierno de Churchill en agosto de 1940, inmediatamente después de la caída de Francia, opuso el pedido una inmediata transferencia de los poderes a un gobierno indio provisorio; y, al no obtenerla, decretó en octubre la reiniciación la desobediencia civil.

    Los ingleses hicieron un nuevo esfuerzo después de Pearl Harbor y de la conquista de Birmania por los japoneses. Liberaron a Nehru y a los otros jefes del Congreso encarcelados después de la reiniciación la desobediencia civil, y enviaron a la India a Sir Stafford Cripps en marzo de 1942. Pero las nuevas ofertas también fueron rechazadas, al no aceptar el Gobierno Británico la transferencia a un gobierno indio provisorio la responsabilidad por la defensa del país.

    El Congreso decidió reiniciar la no-colaboración. Esta vez Churchill hizo arrestar a todos los miembros del Ejecutivo del Congreso y al mismo Gandhi, quien sin embargo fue puesto en libertad en mayo de 1944, después que su salud se vio gravemente afectada por un enésimo ayuno de protesta realizado en febrero de 1943 y de la muerte en la cárcel, un año después, de su mujer Kasturbai. Hasta el fin de guerra no se hizo ningún intento por reiniciar las conversaciones.

    El momento decisivo llegó en 1945, con el ascenso al poder de los laboristas. Estos se hallaban bien decididos a renunciar a la India. Terminadas las hostilidades, carecían de validez las razones de seguridad militar que habían inducido a Churchill a rechazar la transferencia de los poderes hasta no lograr la paz. Pero subsistía otra gran dificultad, que hizo necesarias, difíciles y largas negociaciones, conducidas por una comisión parlamentaria y el Virrey Lord Wavell primero y por el sucesor de éste -Lord Mountbatten- luego.

    La Liga Musulmana, afirmando su exclusivo derecho a hablar en nombre de todos los musulmanes, exigió estar representada en el gobierno indio provisorio a la par del Congreso, aunque los musulmanes sólo eran una minoría de la población; y como solución a largo plazo auspiciaba la creación de un Estado musulmán separado, formado por las provincias de mayoría musulmana.

    El Congreso, en cambio, expresión de un nacionalismo laico, reivindicaba el derecho a hablar también en nombre de los indios de religión musulmana y auspiciaba una India Federal pero unida.

    Finalmente prevaleció la tesis de los musulmanes, y cuando los ingleses abandonaron la India, el 15 de agosto de 1947, el ex Imperio se dividió en dos Estados distintos, la Unión India y el Pakistán, que comprendía el Sind, el Beluquistán, la provincia de la frontera del N.O. y parte del Punjab y de Bengala. La delimitación de las fronteras, a cargo de dos comisiones mixtas, resultó dificilísima, pues hindúes y musulmanes se hallaban inextricablemente entremezclados, sobre todo en el Punjab y en Bengala. Todo esto provocó recriminaciones y resentimientos que se tradujeron en persecuciones y matanzas de las respectivas minorías que habían quedado en los dos Estados, en particular en el Punjab. Para escapar a ellas se produjeron, de una y otra parte, migraciones en masa.

    A fines de ese año fatal de 1947 los muertos de ambas partes llegaban al millón, mientras que los prófugos se estimaban en las regiones occidentales en 5 millones y medio, en ambos sentidos, y en Bengala en 1.250.000 aproximadamente.

    Gandhi había presentido la tragedia en camino y proyectó una última y patética lucha para evitarla. Se opuso encarnizadamente a la división de la India y hasta cuando Nehru y los otros líderes del Congreso debieron aceptar, a pesar suyo, la creación del Pakistán, Gandhi se opuso con desesperada obstinación.

    El 15 de agosto de 1947, día de la transferencia de poderes y del nacimiento de la India independiente, no fue para él un día de fiesta. Gandhi pasó todo el día en Calcuta, en casa de un amigo musulmán, orando y ayunando. En las semanas siguientes luchó con todas sus fuerzas para detener las persecuciones y las matanzas de musulmanes, pero era un pobre viejo cada vez más solo a pesar de la veneración de que se lo rodeaba.

    Amenazando con dejarse morir de hambre, logró que en Calcuta se estableciese una calma relativa. Se trasladó luego a Delhi, donde los prófugos hindúes provenientes del Punjab cometían toda clase de violencias contra los musulmanes.

    También en Delhi comenzó en diciembre a rechazar alimento y declaró que no suspendería el ayuno mientras no cesasen las violencias; por un tiempo cesaron, en efecto. Los jefes de las organizaciones hindúes militantes fueron llorando a depositar sus armas a los pies de Gandhi. Pero el primer día que salió para retomar su querida costumbre de orar en común al aire libre, una bomba de mano fue arrojada contra el cerco de paredes. Gandhi no se dejó atemorizar y continuó yendo al jardín donde se realizaba la plegaria. Lo hizo también la noche del 30 de enero de 1948. Dos jóvenes discípulos sostenían sus débiles pasos. Los miembros de la Congregación se inclinaron ante su paso.

    También se inclinó un joven de la primera fila que empuñaba en el bolsillo una pistola pequeña. Era un fanático militante de una organización hindú extremista. Su nombre era Nathuram Godse. Cuando Gandhi pasó delante de él, apretó repetidas voces el gatillo. Gandhi dio aún dos o tres pasos, y luego cayó murmurando " ¡oh, Dios!".

    CONCLUSIÓN

    Así terminó, a los 78 años, la vida de este hombre extraordinario que luchó para afirmar un ideal de no-violencia y de amor y cayó víctima de las mismas pasiones que había tratado de exorcizar. El llanto de millones de sus compatriotas y el sincero pesar de todo el mundo no podían disimular la realidad: había llegado al fin de su vida sin mancha, honrado y venerado, pero, en el fondo, solo y derrotado. Sus ideales eran demasiado elevados para poder triunfar.

    El satyâgraha, que para los otros líderes del Congreso era una política, una técnica de agitación que se podía adoptar o abandonar según la conveniencia, era para él una concepción de la vida. "El satyâgraha no es simplemente una doctrina política para mí, sino una profesión de fe, la búsqueda de la verdad: y la verdad es Dios. La ahimsâ (la no-violencia, el amor) es la luz a la cual se me ha aparecido la verdad; el svarâj no es más que parte de esta verdad". Tampoco el svarâj, la independencia, vale por sí mismos según Gandhi, sino por las energías morales que despierta. Por ello, no puede ser el don de los ingleses ni el fruto de la violencia. "El primer paso hacia el svarâj es la perfección individual…, el primer precepto para llegar al svarâj es dominarse a sí mismo…" Fichte decía que ser libre no es nada pero llegar a serlo es el cielo. Gandhi expresaba el mismo concepto al afirmar: "En el fondo, el svarâj reside en el esfuerzo por conquistarlo''.

    Gandhi no fue un político, sino un héroe religioso; pero la religión no se identificaba para él con este o aquel credo, sino con la búsqueda de la perfección interior. "La religión debería impregnar todos nuestros actos. Entendida de este modo no se identifica con ninguna secta. Es esencialmente la fe en un orden moral que gobierna el universo. Trasciende al hinduismo, al islamismo y al cristianismo. No los sustituye, pero los armoniza y da un contenido de verdad".

    Su participación en la lucha política estuvo dictada por un impulso ético-religioso, más que por un interés esencialmente político. "No se puede alcanzar y realizar la verdad sin sumergirse e identificarse con el océano infinito de la vida. No puedo eximirme de servir a la sociedad ni podría hallar la felicidad en otra cosa… Por ello, mi devoción por la verdad me ha llevado al campo de la política". "Pero -advierte- quiero disipar todo equívoco y dejar bien aclarado que en mí el hombre político nunca ha influido en ninguna de mis decisiones". Como Mazzini, quien junto con Tolstoi, Emerson, Ruskin, Thoreau y, sobre todo, el Sermón de la Montaña, fue una de sus principales fuentes de inspiración no hindúes, Gandhi luchó toda su vida por introducir en la política de su país un fundamento ético-religioso.

    En un mundo dominado todavía por la violencia, la razón de Estado, el fanatismo ideológico y confesional y el racismo, enseñó que el deber de la sinceridad, la lealtad, el amor y el respeto por el hombre son valores que están por encima de toda otra cosa.

    Su misma polémica contra el progreso tecnológico-económico de Occidente y su anacrónica tentativa de revivir el artesanado rural, cuyo símbolo es el charka, el telar de mano, fue en el fondo una protesta contra la perspectiva de un mundo en el cual la búsqueda de medios cada vez más perfeccionados para asegurar al hombre el dominio de naturaleza y de sí mismo amenazan con volverse contra él, esclavizándolo y transformándolo en un medio.

    Estos, que son los aspectos universalmente válidos del mensaje de Gandhi y que como tales son simientes destinadas a conservar intacto su poder de fructificar, constituyen también sus inevitables límites en el plano histórico. En efecto, han chocado y chocan contra la realidad india actual, es decir, contra el atraso, el hambre y la miseria, y también contra el irreversible proceso de transformación en sentido moderno que la influencia occidental promovió en Asia a partir de comienzos del siglo pasado. Chocan también contra una sociedad internacional no menos atrasada que la realidad India.

    Por eso, Gandhi es venerado hoy como el numen tutelar de la patria, pero, bajo la conducción de Nehru y sus sucesores, la India ha dejado de lado el charka, se ha dedicado a construir centrales atómicas, ha lanzado tres planes quinquenales para la industrialización del país y, después de haber tratado de trasladar a la política exterior de la década de 1950 los principios gandhianos de la no-violencia, ha tenido que confiar la defensa de sus fronteras, amenazadas por China y Pakistán, a los ejércitos, las armas, las alianzas y a todos aquellos instrumentos de la violencia que Gandhi había repudiado.

    BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

    Gandhi, Liddle, Bell, Milani, Ebert y otros ¿Defensa Armada o Defensa Popular No- Violenta? – Biblioteca de Ciencias Sociales – Edit. Hyspamérica (1982).

    Historia del Siglo XX – Eric Hobsbawn – Crítica (1997).

    Introducción a la Historia de las Relaciones Internacionales – Pierre Renouvin y Jean Baptiste Duroselle – Fondo de Cultura Económica México (1970).

    La División de la India: El precio de la independencia, en: Los Hechos Políticos del Siglo XX por Abos, Álvaro – Biblioteca de Ciencias Sociales – Edit. Hyspamérica (1982).

    La India entre las Dos Guerras Mundiales – Siglo XXI Madrid (1976).

    Artículos periodísticos a los que hemos accedido gracias a la gentil colaboración del personal de la Hemeroteca perteneciente a la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina.

     

     

    Juan Pablo Loiácono

    Sebastián Sergio Vitali

    Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales (2005),

    Universidad de Morón, Buenos Aires, Argentina.