Luego surgen las relaciones sociales, apareciendo una construcción cognoscitiva cuyo origen es diferente. Consolidar, preservar y perpetuar la incipiente sociedad requiere de un cuerpo ideológico que le ofrezca coherencia, razones lógicas pertinentes y de explicaciones que justifiquen el actuar de sus integrantes.
En las incipientes relaciones sociales, por razones concretas, reales y de orden naturales, la mujer en razón a la gestación, crianza y vejez, requieren de apoyo para sobrevivir, en un mundo social sin normas ni preceptos humanísticos ni organizadores de las relaciones sociales no se disponían de argumentos con los que vincular la descendencia ni para conformar la familia. Quien estuvo en condiciones para generarlo fue la mujer, por razón obvia. La necesidad real, la condición reproductora evidente y la capacidad lingüística e intelectual alcanzada por la humanidad para generar conceptos muy complejos, permitió al sexo femenino elaborar todo un cuerpo descriptivo y explicativo que dio coherencia a la conformación de la primera comunidad regida por acuerdos normativos entre sus miembros.
La incipiente sociedad se organizó en grupo familiar o Gen, trasmitiendo la posición que ocupa en la jerarquía social a través de la figura del linaje, o sea, el mantenimiento de las líneas de descendencia de desde un tronco común.
La palabra latina gens, que Morgan emplea para este grupo de consanguíneos, procede, como la palabra griega del mismo significado, genos, de la raíz aria común gan (en alemán -donde, según la regla, la g aria debe ser reemplazada por la k- kan), que significa "engendrar". Las palabras gens en latín, genos en griego, dschanas en sánscrito, kuni en gótico (según la regla anterior), kyn en antiguo escandinavo y anglosajón, kin en inglés, y künns en medio-alto-alemán, significan de igual modo linaje, descendencia. Pero gens en latín o genos en griego se emplean esencialmente para designar ese grupo que se jacta de constituir una descendencia común (del padre común de la tribu, en el presente caso) y que está unido por ciertas instituciones sociales y religiosas, formando una comunidad particular, cuyo origen y cuya naturaleza han estado oscuros hasta ahora, a pesar de todo, para nuestros historiadores. Ya hemos visto anteriormente, en la familia punalúa, lo que es en su forma primitiva la gens. Componerse de todas las personas que, por el matrimonio punalúa y según las concepciones que en él dominan necesariamente, forman la descendencia reconocida de una antecesora determinada, fundadora de la gens. Siendo incierta la paternidad en esta forma de familia, sólo cuenta la filiación femenina. (Engel, 1884.) (el subrayado es nuestro)
Se destaca en esta cita bibliográfica que las bases sobre las cuales se desarrolla una sociedad, son reales y concretas, y se consolidan en el paso del tiempo, al trasmitirse a la descendencia.
El mecanismo socio político que impulsa la perpetuación del orden establecido era el linaje, concepto muy complejo y elaborado que requiere de un gran desarrollo intelectual.
La mujer fue quien tuvo la necesidad y estuvo en posición real y concreta para formular las primeras elaboraciones teóricas ideológicas que le asegurarán alimento y protección, primero para solventar su necesidad pero luego para adquirir una posición aventajada sobre el grupo. La mujer es quien con certeza puede asegurar que sus hijos le "pertenecen". El hombre, en condiciones naturales, y sin código de control moral, queda en desventaja para obtener para apropiarse de los excedentes sociales de producción, por lo que las mujeres pudieron tomar ventajas en la conformación de la sociedad matriarcal. Para ello, tuvo que elaborar elementos teóricos – ideológicos que mantuvieran y consolidaran la obligación para con ella.
Es necesario resaltar en este punto que la humanidad se comenzó por desarrollar un constructo interpretativo en base a su relación directa con su mundo natural. Luego aparece otro origen cuyas raíces se basan en la construcción de relaciones sociales complejas, donde, por razones de índole subjetiva conforman y consolidan relaciones sociales estables, seguras y durables.
Lentamente, de manera progresiva e inexorable, en la producción de conocimiento, la interacción con la realidad como generadora de conocimiento, ha sido soslayada por el desarrollo ideológico como mecanismos para socializar al hombre. No quiere decir que fue totalmente abandonado, sino que las condiciones impuestas y ventajas que el proceso urbanizador promovido por el mercantilismo desde siglo X, aproximadamente, facilito que la ideología "civilizadora" calara entre la población difundiéndose por los grupos dominantes y aceptándose como condiciones por la población.
Por otra parte, los conflictos generados entre los nuevos descubrimientos y los dogmas oficiales generaron temor entre los señores feudales, de perder sus privilegios, los cuales impusieron sus credos y doctrinas literalmente con sangre y fuego.
Lo normativo e institucional ha contribuido indiscutiblemente a la construcción de la sociedad que conocemos. Podemos suponer que la represión inquisidora, en todo sentido, y la ortodoxia epistémica han generado un gran retraso en el progreso cognoscitivo, técnico y científico, en el perfeccionamiento interpretativo de la realidad y por ende, del desarrollo de la noción de individuo. La conciencia de ser un ente con capacidad para abstraer e intervenir el contexto, el hombre la vio pospuesta debido a la superposición domesticadora de lo social sobre el hombre y sus necesidades como ser vivo y como expresión cultural. Quien como respuesta a tal grado de enajenación y frustración exhibe en la actualidad una respuesta excesiva de individualismo enfermizo.
La praxis como mecanismo de construcción del hombre y su cultura, fue relegada a un segundo plano, aduciéndose que el conocimiento valido estaba escrito y validado como "verdad", por instancias muy superior al Hombre. Potenciando al conocimiento incrementando su valor "domesticador" del hombre. Este mecanismo ha permitido la conformación de la sociedad que actualmente conocemos pero en contraposición subyugo el desarrollo individual, a cambio de la seguridad que ofrece el orden social.
Cada día más el hombre requiere explicaciones objetivas y concretas con las cuales pueda solucionar sus múltiples problemas existenciales, organizacionales y sociales, así como desarrollar su individualidad por encima del individualismo que surge de la normalización, regulación y nivelación que imponen los mecanismos de socialización.
El desarrollo tecnológico y comunicacional alcanzado a partir de las últimas dos décadas del siglo XX, confronta abiertamente al Hombre, con la realidad. Aparecen nuevas posibilidades para expresarse a titulo personal, por encima de los mecanismos de control social. En esta nueva encrucijada se vuelve a encontrar limitado por la ortodoxia epistémica que regula la interpretación de si mismo y de su realidad. Brotan nuevos temores ante el uso de las nuevas tecnologías, ante la posibilidad de poder expresar libremente ideas, y sobre todo, entra en contradicción consigo mismo ante la necesidad y posibilidad de expresión y la sola idea de que sus planteamientos sean rechazados.
Poco a poco, pero inexorablemente la tendencia social, las exigencias laborales pero sobre todo, la versatilidad de las nuevas tecnologías para incrementar la productividad personal, hacen que el miedo al cambio de paso a la incorporación de la informática en la vida cotidiana. Las contradicciones se reducen ante el hecho de la riqueza expresiva individual y la libertad de opinar presente en Internet. Así como me puedo expresar, mis planteamientos, directa indirectamente o indirectamente, pueden ser validados. No me encuentro solo, me consigo con otros seres humanos con los que me identifico, manteniendo el anonimato. Paso a paso, probando y validando mis conceptos me identifico, me reafirmo, me valido como individuo.
Independientemente de los frenos epistemológicos y formales, la humanidad toma conciencia de su propia enajenación y de la escasa validez de los viejos paradigmas ideológicos que le determinan su actuar en sociedad. Surge la necesidad de romper las cadenas ideológicas y éticas, que atan y condicionan la interpretación. Se restringe la esencia dialéctica, crítica y creadora del Hombre, tomando espontáneamente conciencia, de las cadenas ideológicas y éticas que rigen sobre su pensamiento, su albedrío y le configuran un actuar socialmente condicionado.
El Hombre actual aspira un mayor ámbito para desarrollar su capacidad creadora y administrar a conveniencia, su vida privada y colectiva, reconociendo los límites de los derechos de los congéneres y sus deberes para con la sociedad. El anonimato informático le ha permitido adelantar pasos en este sentido, pues al infringir la ética espontánea que allí se han desarrollado, se recibe respuesta que modela la conducta y las ideas.
El tomar conciencia de las implicaciones epistémica en la producción y utilización del conocimiento, al menos por quienes conforman las instituciones de educación superior, elevaría la capacidad interpretativa de la realidad de estudiantes y egresados contribuyendo enormemente en el aflorar de una sociedad sustentadas en personas analíticas, preactivas, proponentes y socialmente comprometidas. Pero……
Al tomar con naturalidad la "prisión epistémica cognoscitiva", como si no hubiese otra forma de estructurar el conocimiento. Rige de manera automática la noción de "verdad" como marco positivo de comparación. Desdeñando todo aquello que en el cotejo resulte indudablemente imperfecto, no es digno de ser apreciado como "científicamente" valido. La experiencia de compartir conceptos fundamentados en supuestos no validados en contraste con la realidad, son puestos en evidencia frente a la abrumadora y contundente respuesta de quienes poseen argumentos sólidos productos de vivencias y comprobaciones.
Tendemos a mantenernos dentro del esquema de dominación epistémica. La imponemos a nuestra descendencia como la única y la correcta manera de pensar. Convirtiéndonos, ingenuamente, en reproductores del esquema de dominación. Es más, pretendemos ser tomados como "liberadores", cuando cambiamos el esquema ideológico por otro opuesto, pero igualmente, lo imponemos como una razón, una "verdad", diferente a la imperante, quizás más humana y socialmente validad, pero igualmente dogmática, inapropiada y superpuesta a las necesidades y requerimientos de los individuos.
"Admito que en cada momento somos prisioneros del marco de nuestras teorías, nuestras expectativas, nuestras experiencias pasadas, nuestro lenguaje. Pero somos prisioneros en un sentido muy particular: si lo procuramos, podemos liberarnos de nuestro encierro en cualquier momento" (Popper, 1962:60)
Podemos liberarnos como menciona Popper, pero resulta difícil lograr concientizar la "amarras epistémicas" que nos han grabado en el proceso de socialización. Estamos atados bajo un eficiente mecanismos de seguridad que conforma la manera como estructuramos nuestro pensamiento, con "verdades" confeccionados por "maestros del saber".
- "La Verdad" o noción de certeza.
Suponemos que cambiar un marco ideológico por otro, nos dará la libertad. "Endiosamos" a quienes suponemos dueños de la verdad, o saben más que nosotros. Quienes poseen poder económico o detentan una posición de autoridad, dominan la voluntad de la masa, no por su supuesto poder, sino por que se asumen como "dueños de la Verdad".
En términos prácticos, para la población en general, el problema epistémico se reduce a cambiar un grupo hegemónico por otro, una forma de explotación por otra, una cultura ancestral enraizada en creencias por otro credo. Pero liberarse de los dogmas y de quién detentan las riendas de su devenir, no es nada fácil, más cuando ciertos grupos de poder cuentan con los recursos para ofrecer una sensación de seguridad y estabilidad, a cambio de mantenerse dentro de los parámetros sociales aceptados.
La ruptura con la ortodoxia epistémica radica en asumir el carácter siempre inconcluso del conocimiento. Bagaje cognoscitivo en proceso de permanente construcción, generado en una discusión continúa entre la noción y la realidad. Trascendiendo de la teoría como dogma, a otra, considerarla como un instrumento conceptual que apoya la interpretación de la "cosa", pero no la condiciona. En el proceso educativo, el profesor se compromete a modificar la ética de la relación docente, de "pontificar e iluminar el saber del dicente", a facilitador de un proceso de enseñanza aprendizaje. Cambiando la concepción del alumno receptor al de actor comprometido con su propia formación.
No se trata de un simple cambio ideológico, sino una ruptura con la epistemología dominante en la estructura del pensamiento y en las bases curriculares que soportan la educación y la relación docente, entre otras, donde subyace la dominación cognoscitiva- ideológica.
J.C. Yeanplong y J.C. Urse en su material de instrucción "Epistemología", refieren una cita de Bachelard: "Cuando se investigan las condiciones psicológicas del progreso de la ciencia, se llega pronto a la convicción de que hay que plantear el problema del conocimiento en término de obstáculos. (Yeanplong, 2003,15).
"Son entorpecimientos, confusiones, causas de estancamiento y hasta de retroceso e inercia, que aparecen en el proceso de conocer, impidiendo al sujeto avanzar en esa tarea, y que son inherentes a esa actividad, porque cuando se trata de conocer, nunca se puede partir de cero, siempre hay algún conocimiento previo. Por eso dice: frente al misterio de lo real el alma no puede, por decreto, tornarse ingenua. Es entonces imposible hacer, de golpe, tabla rasa de los conocimientos usuales. Frente a lo real, lo que cree saberse claramente ofusca lo que debiera saberse [p.16]. Es decir: cargamos con las concepciones, ideas, conocimientos cotidianos y prácticos de nuestra época, de nuestra cultura, de nuestra clase social, etc., que actúan como prejuicios a la hora de acrecentar el conocimiento científico; no obstante, cada nuevo conocimiento se construye a partir de lo que ya conocemos o creemos conocer." (Urse, 2001,17),
La cita precedente nos permite dejar claramente establecido lo que queremos significar con la dominación epistémica. Lo que hemos "aprendido" domina la apreciación de lo real. El aspecto importante a resaltar es el origen de lo que "creemos" y asumimos como verdad. El conocimiento precedente lo utilizamos para comprender lo observado, sin ponerlo en tela de juicio las diferencias con la realidad; es frecuente descartar la información y evidencias reales, en aras de mantener el preconcepto, limitando así nuestra capacidad de intervención. Eso es la dominación epistémica en pleno funcionamiento.
Al catalogar como "creencia" lo que supuestamente sabemos, obviamos la evidencia real, dando por cierta una cosa que no esta comprobada o demostrada. Atribuyéndole la connotación de "verdad" y reforzando la afirmación con la frase "Yo creo", pretendemos que nuestro interlocutor acepte nuestros planteamientos como "palabras ciertas"
Lo que hemos "aprendido" domina la apreciación de lo real. El aspecto importante a resaltar en cuanto a el abordaje interpretativo de la realidad es que convertimos los supuesto de lo que "creemos" en "verdades". Etiquetando lo que definimos como tal, para afianzar y dar por cierta nuestra apreciación, a una cosa que no esta comprobada o demostrada, pero damos por verdadera o revelada. En su Diccionario de Filosofía Abbagnano define creencia como "la actitud del que reconoce por verdadera una proposición y, por lo tanto, la disposición positiva respecto a la validez de una noción cualquiera… de análoga manera, no tiene necesariamente un alcance religioso, no es necesariamente la verdad revelada, o sea fe, pero por otra parte no excluye esta determinación" (Óp. cit.) (Subrayado es nuestro)
La vulgarización de la palabra "creencia" se utiliza para darle fuerza a la aseveración que se propone, haciéndola merecedora de una validez o veracidad a toda prueba. Vocablo que se utiliza en lenguaje supuestamente "científico y académico" sin plena conciencia de su implicaciones epistémicas, o quizás, con la clara intención de "pontificar el saber".
Lo cual nos remite al concepto de verdad, que se asume como aceptación o conformidad con el concepto que de la "cosa", se forma la mente. "El vocablo "verdad" se usa en dos sentidos: para referirse a una proposición que es verdadera a diferencia de "falsa". En el segundo caso se dice de una realidad que es verdadera a diferencia de "aparente", "ilusoria", "irreal, "inexistente", etc." (Ferrater Mora, 2004)
La verdad es conceptualizada según Abbagnano de 5 maneras:
- La verdad como correspondencia y relación: Concepto más antiguo, Platón lo uso por primera vez para referirse al Discurso de Cratilo: Verdadero es el discurso que dice las cosas como son y falso como no son.
- Como revelación: La evidencia es considerada a su vez como definición y como criterio de gravedad. Pero la evidencia es revelación o manifestación. (San Agustín)
- Como conformidad a una regla: Esta concepción fue enunciada por primera ves por Platón "Tomando como fundamento el concepto que juzgó el más solidó" (Kant)
- Como coherencia: Aparece en el movimiento idealista. Lo contradictorio no puede ser real. La verdad o realidad es coherencia perfecta. Coherencia atribuida a la realidad última o Conciencia Infinita. (Bratley)
- Como utilidad: El primero en formularla fue Nietzche: Verdadero no significa en general sino lo apto para la conservación de la humanidad.
En todo caso la verdad es una apreciación subjetiva de la realidad, asociada a la creencia que la interpreta objetivamente. Se utiliza en el discurso para reforzar los criterios expuestos y para que sean asumidos como validos.
En todo caso la verdad como concepto no es suficientemente sólida para soportar un análisis serio de la realidad, ni ser producto de un trabajo científico que pretenda darle solución a una problemática concreta. Tampoco se confirma su "veracidad" con la utilidad teórica aparente sino con la aplicación comprobada y operativa del concepto, lo cual lo califica de interpretación o apreciación muy próxima a la realidad.
Los dogmas religiosos del cristianismo se apoyan en la concepción platónica de la verdad y las bases epistémicas que subyacen en el Mito de la Caverna. Se sustentan en el conocimiento develado e impuesto contra toda evidencia real o razonamiento lógico. Los descubrimientos y nuevas concepciones que sobre el mundo y su realidad comenzaron a florecer en la edad media entraron en contradicción con los preceptos establecidos en la Biblia, imponiéndose estos, por medios coercitivos.
Las evidencias concretas de la realidad hacia difícil sostener por la razón los supuestos bíblicos. La imposición de la "verdad" condujo al exterminio de los "herejes", personas que contradecían de alguna manera la versión oficial. La Inquisición quemó a un grupo importante de pensadores disidentes, pero a pesar de ella, continuo desarrollándose nuevos conocimientos.
La contradicción generada entre el florecer de la ideología que sustentaba el mercantilismo y el pensamiento burgués, con la moral católica, así como también los nuevos aportes cognoscitivos, dio pie para que en el siglo XI, Tomás de Aquino (1225-1274), religioso, pensador e ideólogo, integrara el pensamiento platónico y el aristotélico, mediatizando los resultados de los nuevos aportes, al denominarlos "verdades" develadas por voluntad divina. De esta manera redujo el conocimiento y su producción, al confinarlas al claustro religioso y luego al académico.
Para la época, Tomas de Aquino enfrento al pensamiento de Averoes (Abul Walid Muhammad ibn Rusd), quien nació el año 1126 y murió en 1198, filósofo, físico, jurista y teólogo hispanoárabe, quien Introdujo el pensamiento aristotélico en Occidente Para enfrentar una posible perdida del control "intelectual" de las masas y del poder político religioso por parte de la iglesia romana, Tomás de Aquino, platoniza la praxis aristotélica; de esta manera, la ciencia se mediatiza, convirtiéndose en privilegio de la academia, accesible a un limitado grupo de personas.
"También Santo Tomás difiere de Alberto Magno (1200-1280). Admite dos caminos para alcanzar la verdad: uno representado por la fe, el otro por la razón, pero el primero es de orden sobrenatural, no está sujeto a error; el segundo, en cambio, por su naturaleza, puede llevarnos a juicios ilusorios o equivocados. Por lo tanto es necesario, siempre que esto sea posible, asumir la fe como criterio de verdad de la razón. Si las conclusiones de la una coinciden con la de la otra, estamos seguros de que nuestro razonamiento ha sido exacto; si están en desacuerdo estamos seguros que nuestro razonamiento oculta alguna inexactitud, y por lo tanto tenemos el deber de volver a serlo tantas veces como sea necesario, para lograr corregir el error cometido" (Geymonat, 1998:185) (El subrayado es nuestro)
Frente al peligro que representaba una disidencia en el área cognoscitiva se formularon soluciones ciertamente inteligentes dentro de la corriente de pensamiento dogmático. Se estableció que el conocimiento develado por la ciencia fáctica era también obra divina. Si Dios lo permite se llega a la "verdad". De esta manera, la ciencia fue mediatizada prácticamente desde su inicio, convirtiéndose, en dogma, dominando la nueva producción del saber, se institucionaliza y enmarca en el más riguroso academicismo.
"Tomás de Aquino y Alberto Magno fueron los principales ideólogos de esa concepción y lograron combinar el sistema comprensivo de la naturaleza con la teología y la ética cristiana"(Ginés, 1993:24)
Muy poco fue el aporte de la edad media para enriquecer el campo de las ciencias naturales, si exceptuamos a Alberto Magno, pues la "autoridad de los maestros" fue siempre esgrimida como argumento de verdad y certeza (Ginés, 1993:52)
La educación se institucionalizó para convertirse en el medio de socialización más efectivo. En el siglo XV se funda la Academia de Florencia por Marsilio de Ficino y Cosme de Médicis.
"… reunió un círculo de personas que veían la posibilidad de renovar al hombre y a su vida religiosa mediante un retorno a las doctrinas genuinas del platonismo antiguo…" (Abbagnano, 1997:9)
"La evolución histórica nos lleva a Descartes (1596-1650) a quien se le conoce como "el padre de la tradición subjetivista e idealista (como Bacon lo fuera de la objetiva y realista) en la filosofía moderna" (Durant, 1980:189).
Desde su nacimiento la ciencia se vio condicionada a las restricciones epistemológicas impuestas por la razón cristiana. El conocimiento oficial se superpone a cualquier evidencia distinta por más soporte concreto y material que este disponga, para validarlo.
Durante el siglo XX el gran desarrollo alcanzado por los medios de intervención en la naturaleza, las comunicaciones y el desarrollo científico, pero sobre todo, la perdida de poder eclesiástico sobre el Estado, permite que la postura epistémica tradicional se abra paso de manera silenciosa pero segura y progresiva, en primera instancia entre la comunidad científica y generadora de innovaciones tecnológicas. En limitados círculos de investigación científica, se apartan del uso dogmático y tradicional del conocimiento, impulsados por la realidad concreta en la que desarrollan sus investigaciones. Realizando aportes en el campo filosófico, y poniendo en tela de juicio los preceptos morales tradicionales. Ejemplo: la ingeniería genética.
El objetivo fundamental de la postura epistémica tradicional y el cuerpo ideológico que transmite es obtener una estructura de pensamiento y una conducta ética socializada entre los individuos que conforman el colectivo.
Al desarrollarse dentro de una ética social dada, el hombre aprende y actúa de forma inconsciente, a comportarse en el colectivo. Su conducta puede ser interpretada y valorada, únicamente, si es acotada histórica y culturalmente. Siente seguridad mientras se mantenga dentro de estos parámetros socialmente definidos. Asume como suyos los paradigmas conductuales y los trasmite a su descendencia. Confiriéndole a la dinámica social el carácter de reproductor cultural, a través de la impronta ética o conducta socialmente aceptada.
La sociedad se reproduce a sí misma en la misma medida que configura entre sus miembros su ética, fundamentada en principios y valores que le son propios. Proceso que le otorga perpetuidad automática, hasta tanto no surja en su seno una nueva forma de producción, acumulación y apropiación del excedente social de producción. Este mecanismo de reproducción cultural y modelador de la conducta se configura entre sus integrantes bajos los preceptos y ortodoxia del enfoque epistémica tradicional.
La ideología que sustenta la sociedad, incluye el cuerpo de conocimientos, normas, valores, creencias, nociones políticas, así como también su ordenación, jerarquía y coordinación, ofrece suficiente soporte y coherencia a todo el cuerpo social. Este marco discursivo no solamente justifica la conducta y el desempeño, individual colectivo, sino que también, condiciona la creación y la estructura lógica de pensamiento.
El enfoque epistémico, define la estructura y la forma como se aplica el marco ideológico. La dominación epistémica, define la manera como se emplean los principios y valores que subyacen en la dinámica social, definiendo la conducta de sus integrantes. Al apreciar por la forma a los congéneres, aplicando radicalmente la escala estereotipada de valores, se orienta la respuesta individual al esquema socialmente aceptado, el cual opera de manera superpuesta a la voluntad de las personas.
Un marco ideológico dado pudiera oponerse radicalmente al que sustenta el status quo, pero no alterara sustancialmente al cuerpo social y sus relaciones de poder internas, mientras el esquema epistémico y los valores éticos prevalezcan. Un cambio social importante y trascendental conlleva la ruptura epistémica en el campo de la dominación cognoscitiva, en la postura de los líderes frente a la población, asumiendo el rol de proponente y organizador, y en lo educativo. Para posteriormente instrumentarse en la población, a través de acciones concretas del Estado en la forma de prestación de servicios.
El cuerpo ideológico y la conducta socialmente aceptada se difunden a través del proceso educativo formal e informal, validándose continuamente, con la reafirmación positiva que recibe el individuo, al actuar dentro de los límites establecidos, por el cuerpo social.
La liberación personal radica en una ruptura epistémica con la dominación escolástica y dogmática tradicional, asumiendo la praxis y la interpretación de la realidad con el objetivo de transformarla.
La educación, tradicionalmente sustentada en la corriente epistémica platónica, limita el desarrollo de interpretaciones consustanciadas en la realidad misma, pues el marco ideológico subyuga y constriñe el pensamiento entre sus límites del conocimiento aceptado. Así, la investigación y la generación del nuevo conocimiento, se encuentran constreñidas, por el discurso implícito y explicito de la academia.
La educación difunde la ideología y el conocimiento pertinente, útil y necesario para la sociedad, así como certifica el modelo conductual cónsono con sus exigencias culturales, adecuando la conducta individual, a su racionalidad socioeconómica. Pero también, mistifica su rol, atribuyéndose para sí y para el conocimiento, la connotación de aséptica, ideológicamente pura, verdadera, y única, reduciendo así, la capacidad individual para generar interpretaciones pertinentes, útiles y efectivas de la realidad.
La educación y su contenido están básicamente comprometidos con la perpetuación del orden socio-económico al cual pertenece. Forma parte del instrumento político, en armonía con la racionalidad económica, con los objetivos que subyacen en la dinámica social y con la conducta esperada de los individuos, la cual se valida en un proceso continuo y permanente de retroalimentación.
"Si echamos una ojeada sobre la evolución del hecho educativo a lo largo del tiempo, comprobamos fácilmente que los progresos de la educación acompañan a los de la economía y, en consecuencia, a la evolución de las técnicas de producción, sin que sea siempre fácil distinguir las causalidades respectivas en la complejidad de las interacciones…. La idea que consiste en presentar las instituciones de enseñanza como fuerzas puramente conservadoras, incluso represivas no es exacta. Sin duda, toda institución es por naturaleza estabilizadora, y, por otra parte, la actividad misma de la enseñanza comporta una tendencia a la repetición, una búsqueda y un culto de la forma, de la fórmula y de la formulación, lo mismo que la actividad jurídica. Este doble rasgo deviene más claro en épocas de mutación rápida: entonces la educación parece contrariar el movimiento que ella provoca" (Faure, 1978,28)
La educación juega un importante papel como institución social en una doble dimensión. Como agencia de capacitación, transfiere habilidades y destrezas a los integrantes de la comunidad, y como agencia socializadora transmite los valores, principios y contenido ideológico cultural, histórica y socialmente determinado, pero sobre todo, configura una sumisión y sujeción epistémica al conocimiento y a quienes reconoce como autoridad. La institución educación es esencialmente conservadora, al anteponer a la realidad, el conocimiento, los valores, los principios rectores, ideales, todo el marco ideológico que sustenta el status quo, a través de la postura epistémica que ha asumido la educativa desde hace mas de 1000 años. No se refiere específicamente a la ideología que vehicula sino a la postura epistemología que utiliza para difundir sus contenidos.
La política es la actividad esencial para la conformación y consolidación de la dominación epistémica. La educación, como instrumento político, es el instrumento idóneo para configurar el individuo que requiere la sociedad. La definimos como el arte de manipular la voluntad de otros en función de intereses particulares. Pospone, impone, tergiversa, halaga, manipula, negocia, transige, media, acuerda, ordena, organiza, desorganiza, entorpece, facilita y cualquier otra habilidad o subterfugio que permita alcanzar su objetivo, utilizando la oratoria, el carisma, el convencimiento, la seguridad personal, entre otras, paran lograr sus fines.
La racionalidad política, sus argumentos, su lógica y estructura corresponden a un determinado momento económico, es el resultado de la correlación de fuerzas que son definidas por la acumulación de riquezas. El poder es básicamente económico, lo político es su expresión. Quien posee el suficiente poder despliega también los argumentos para instrumentarlo, para imponerlo.
El "poder" significa la plena capacidad de ejercer e imponer la voluntad, apoyado en la acumulación de riquezas y la fuerza para aplicarlo. Aunque frecuentemente se utiliza este término para categorizar los poderes públicos del Estado, la capacidad para orientar la vida privada y del colectivo, radica en la posesión de un volumen tal de riqueza que se puede anteponer a la voluntad individual o grupal.
La política es el arte de alinear la voluntad de un colectivo social, en función al interés de los grupos hegemónicos de la sociedad, de manera expedita, concertada, fluida, de lo contrario, imponer los argumentos a través de mecanismos coercitivos, pudiera generar el conflicto y la confrontación abierta.
El poder para Weber: (Alemania 1864-1920) consiste en la probabilidad que tiene un hombre o una agrupación, de imponer su voluntad en una acción comunitaria. La aspiración a tener poder viene motivada por el honor social que este produce. La forma en que se distribuye el honor social dentro de una comunidad hace surgir un orden dentro de la sociedad, relacionado con el orden jurídico y económico –forma de distribuir y utilizar los bienes y servicios económicos. (Weber, 1921).
Distingue el poder político de las otras formas de poder, otorgándole autonomía sobre cualquier otra consideración parte de la premisa del Poder derivado de Dios, lo cual dificulta la apreciación de su origen real, a través del cual es ejercido, por la coacción física legítima, la amenaza y a ejercer coerción en caso de trasgresión al orden, a la norma o al mandato.
Resaltamos que el ejercicio del poder a través del Estado evidencia, en lo político ideológico, la dominación epistémica tanto en su contenido como en su acción directa de presión sobre los individuos.
El Estado es el resultado de las luchas de poder económico por la apropiación de los excedentes de producción, se coloca entre los poderosos grupos sociales y la mayoría, mistificando la relación de apropiación, colocándose como una institución supra social.
Desde el origen del Estado, la legitimidad y legalidad para ejercer dominio sobre la sociedad, se invistió de divinidad, derivando el poder directamente de Dios. El imperio de las doctrinas y del conocimiento oficial se impuso bajo preceptos totalmente platónico.
Los Enciclopedistas de la segunda mitad del siglo XVIII, recogieron el conocimiento de la época en un "Diccionario Razonado de Ciencias, Artes y oficios" esgrimieron razones para que el poder radicara en el pueblo, impulsando el advenimiento "siglos de las Luces" y sirviendo de soporte al ideario burgués impulsor de la Revolución Francesa", todo este bagaje de información se continuo ofreciendo como "verdades"
La obra entró a formar parte del Índice de libros prohibidos por la Iglesia católica en 1759.En este mismo año se les retiró a los impresores los permisos del Estado para seguir publicando la obra y d´Alembert abandona el proyecto. Todo esto no fue obstáculo para que se prosiguiese su elaboración de forma semiclandestina hasta [[1772], bajo la vigilancia complaciente de determinadas autoridades, y se completasen los diecisiete volúmenes de la obra. (Wikipedia, 2007)
Los Enciclopedistas, entre ellos J.J. Rousseau (1712-1778), elaboradores de la ideología que sustentan la racionalidad burguesa-capitalista durante la Revolución, como se extrae de las siguientes citas:
Lo que sigue es la transformación de la sociedad. El programa del Contrato Social se basa en el establecimiento de "una forma de asociación (…) mediante la cual cada uno, al unirse a todos, no obedezca, sin embargo, más que a sí mismo y quede tan libre como antes" Rousseau
Se trata pues, de una nueva modalidad de contrato social que devuelva al hombre su estado 'natural' sin que por ello deba dejar de pertenecer a una comunidad. No es, como quiere Hobbes, un contrato entre individuos, ni de los individuos con un gobernante, como propone Locke: es un pacto de la comunidad con el individuo y del individuo con la comunidad. Cada uno de los asociados se une a todos y a ninguno en particular.
Este pacto, crea la voluntad general que ni es arbitraria ni se confunde con las con la suma de las voluntades egoístas de las voluntades individuales de los particulares. Entonces aparece el concepto de soberanía, el soberano es la voluntad general, la cual es inalienable (no se delega, el gobierno no es sino un ejecutor de la ley que emana de la voluntad general, y puede ser siempre substituido), es indivisible (no hay división de poderes, como postulan Locke y Montesquieu.
Rousseau entiende establecer de este modo simultánemante, la soberanía popular y la libertad individual. Porque, al hacer contrato con la comunidad, cada individuo está realizando también un contrato con sí mismo, en tanto que al obedecer a la "voluntad general", está siguiendo su propia voluntad. (Idóneos)
Posteriormente la correlación de poder en manos ya de la burguesía, redujo con sus argumentos, la base de representación popular, a quienes poseían bienes y tierras, a los propietarios. Durante estos dos últimos siglos, las luchas populares y conceptos como la democratización en las tomas de decisiones políticas, han expandido la participación a la totalidad de las personas que conforman la sociedad, pero el dominio legal a través del Estado, se ejerce aun en nuestros días, bajo el enfoque epistémico platónico.
El concepto moderno de Estado, al igual como en épocas anteriores, entre sus propósitos se encuentra la perpetuación del orden establecido asumiendo funciones de seguridad, represión, educación, salud y comunicación. Para preservar el orden social, el marco legal, la moral, los principios y valores, las costumbres, la cultura inherente se trasmite como un dogma, utilizando mecanismos, sutiles y de coerción, orquestado bajo la imposición ideológica. La coherencia social se garantiza mediante la coacción epistemológica. Las leyes, normas, moral y evaluación y valoración del actuar de los miembros de la población se ordena, trasmite y reproduce como una "verdad" absoluta la cual no puede ser sometida a critica ni contravención. La ortodoxia platónica en todo su esplendor. No se limita a la producción y gerencia del conocimiento en el plano estrictamente académico, es especialmente un instrumento de dominación de Estado, independientemente del marco ideológico que lo sustenta. La "verdad" se impone por su validez oficial. Allí radica el problema. Se abandona la realidad sustituyéndola por razones lógica que se imponen en razón a su supuesto valor humanitario, por ser justas, o simplemente "verdad"
El Rey deriva su poder de Dios, ungido por su representación en la tierra. En el reside la soberanía, detentado la máxima posición política. "La voluntad del soberano es Ley para el pueblo" dicho que refleja el poder absoluto, sobre la vida y la muerte de sus súbditos, y claro, llegando hasta controlar el pensamiento de la gente.
La forma pertinente al sistema capitalista es el Estado Republicano, democrático, con separación de poderes descrita por Jean-Jacques Rousseau en el Contrato Social o Principios de Derecho Político (Encarta, 2003). En su forma utópica, la soberanía radica en quienes detenten la propiedad de la tierra y los medios de producción, gozando del derecho de elegir y ser elegidos para cargos públicos, excluyendo por consiguiente a la mayoría. A pesar que el Estado Republicano es una concepción burguesa, planteada y ejecutada por hombres supuestamente ilustrados, quienes pregonaban la libertad, la igualdad y la fraternidad, la concentración de poder y su ejercicio, es claramente dominante de la voluntad del colectivo.
Aún hoy en día, el control del Estado es una aspiración más que una realidad. Quienes han detentado históricamente el poder económico y político, han limitado el acceso de la mayoría a la toma de decisiones, creando ilusiones de participación a través del sistema político y del mecanismo formal de elección.
La regularización de la personalidad jurídica del Estado bajo la forma de Constitución, deriva o debería derivar su poder de la voluntad soberana del pueblo, pero en realidad, el poder real se encuentra en quien posea o detente la mayor riqueza. Este poder económico se esconde detrás del Político, derivando en Leyes, Reglamentos y Normas Oficiales lo mecanismos legales que garanticen el flujo de acumulación de riqueza y la perpetuación del sistema en que sustentan la apropiación. Es el marco legal doctrinario elaborado a espalda de la realidad del ciudadano común, se redacta y ejecuta como un compendio para comparar el hacer humano, para decidir si muestra una conducta buena o mala, correcta o incorrecta, legal o no.
Marco positivo contra el que se compara y cataloga la conducta de los integrantes de la sociedad. Es una forma particular de ejercer el dominio epistemológico platónico, pues los elementos establecidos como marco para juzgar la conducta, se gravan a un nivel tan subconsciente que forman parte de la personalidad de las personas. Nadie desea ser malo ni pecador, y para ello, todas las acciones, por más cruentas que sean, se justifican en el esquema de valoración de la conducta humana. Se llega a calificar, a considerar que las oportunidades que ofrecen la sociedad son para todos, quienes no las aprovechen, son débiles, inferiores, temerosos, o cualquier otro epíteto que resalte y justifique la conducta de fuerte. Sin que el Estado realmente garantice el acceso a todos los servicios públicos al grueso de la población.
Se han justificados guerras para civilizar, libertar, para llevar justicia, por la verdad, por credos, por cualquier "buena" excusa que coloque al agresor en una posición de libertador, de bueno, héroe o cualquier categoría superior, digna de emulación, elogios y respeto. Aunque en realidad su discurso esconde intereses económico, políticos de dominación, expansión territorial, o fortalecer su posición geopolítica. Exponiendo su justificación como una "verdad ineludible", creyéndosela y transfiriéndola a quienes padecen de "ingenuidad epistémica".
Los héroes "buenos, desinteresados, blancos, bellos, poderosos e identificados con cierta nacionalidad; únicamente existen en las tiras de dibujos animados. Con valores "positivos" dignos de emulación. Esta "inocente" diversión infantil programa y condiciona desde la más tierna edad una conducta deseable, cónsona con los intereses de quienes la diseñan y difunden. Configurando en la conducta de los individuos la noción de espontaneidad y naturalidad en su estructura de pensamiento y de desempeño social. Privando la forma y el pensamiento superfluo sobre la esencia de la acción.
La conducta socialmente definida y aceptada es apreciada y valorada por el estereotipo aceptado, construido sobre elementos formales y superficiales, basados en los esquemas de belleza, color, aspecto, signos positivos en general. Generando en la sociedad, un gran numero de excluidos, resentidos, que claro esta, no reúnen las condiciones exigidas.
La superficialidad de la valoración con la que se juzga la realidad, esconde intereses políticos, económicos y sociales que orientan la respuesta del colectivo en cierta dirección. Claro que favorece, directa o indirectamente, a los grupos que son especialmente beneficiados por las relaciones sociales.
Al encontrarse implícita, transparente a la mayoría de las personas, la impronta epistémica, la ideología imperante y el marco teórico conceptual que rige el actuar en sociedad, la misma se asume espontánea y condicionada por la naturaleza humana.
Por lo tanto, al disponer de una noción sesgada, interesada y distorsionada de la realidad, la capacidad para actuar acertadamente en ella, se encuentra limitada. De intentar alcanzar los objetivos concretos de trasformación o reducción de situaciones indeseables, solamente podrían lograrse de acuerdo al poder y relevancia que tenga el proponente. Pues, quienes tengan una visión objetiva de la realidad e impulsen soluciones reales y concretas a los problemas existentes, afectaran indudablemente la relación de fuerzas presenten en la situación bajo análisis.
Como solución ante una interpretación deficiente y para solventar la dura competencia que significa una discusión entre personas que se suponen dueños de verdades y creencias con poco sustento concreto y material, se recure a "trampas, a implementar soluciones "creativas", llegándose a irrespetar al contrario siendo más "vivo".
Claro, aceptar la competencia abierta significaría, correr el riesgo de quien disponga mayor conocimiento sustentado en la realidad, desplace a quien exponga como criterio, ideas mágicas e ingenuas, sustentadas en creencias.
La inseguridad que genera la apreciación subjetiva de la realidad, por la dificulta de intervenir con propiedad, produce respuestas agresivas e irreflexivas. Si se dispone de una alta cuota de poder o de autoridad, las ideas se imponen como criterio del dominante, sin que medie el más mínimo respeto por los afectados. Esta posición frente a la realidad, conduce a cometer injusticia, irrespeto, discriminación, resentimiento, desanimo, desmoralización, en especial, en las instituciones universitarias donde supuestamente prevalece el análisis, la discusión de ideas, la democracia, etc.
La impronta cultural que sustenta la relación cognoscitiva de las personas que integran una sociedad, se encuentra gravada en la estructura de pensamiento del colectivo. Es imposible, pretender concientizar masivamente la dominación epistémica, pues se afecta la sensación de seguridad que comparte la población. Pero es factible, modificar progresivamente los valores, la ideología y las relaciones entre gobernantes y sociedad, permitiendo una mayor participación de la ciudadanía en las tomas de decisiones y en la obtención de beneficios individuales, en base a la participación directa e intencional en la obtención del sustento y en la participación en política real.
El problema no es como solventar la concientización masiva de las mayorías pero si es una grave situación la orientación epistemológica de quienes se denominan líderes ilustrados de la sociedad. Significa también un grave inconveniente en la formación de hombres críticos, proactivos, emprendedores e innovadores, la ortodoxia epistémica de las universidades, instituciones políticas y la de sus líderes. Estos se mantienen aferrados cerrados a una ruptura intelectual, imponiendo sus criterios, llegando hasta utilizar mecanismos coercitivos.
El propósito de este trabajo radica en mostrar como las instituciones universitarias, históricamente, han quedado retrazadas al continuar pontificando bajo la ortodoxia del enfoque epistémico Platónico. Exponer al debate público la dominación epistémica que aun subyace, en las instituciones de educación superior y la imposibilidad de las mismas, para contribuir en la construcción de un venezolano participativo, promotor, productivo, efectivo, responsable, ciudadano, interesado en la problemática socioeconómica nacional y en la construcción de una sociedad fundamentada en principios y valores de igualdad, democracia, respeto, inclusión, así como también, segura, eficiente, etc.
Pero a nuestro juicio, la universidad tradicional venezolana, al menos en el corto plazo, no puede adaptarse epistémica, ideológica ni metodológicamente, para contribuir en la conformación de la sociedad que pretende emerger.
- Epistemología, ciencia, política y educación
Para interpretar la imposibilidad institucional que presenta la Universidad para responder efectiva y pertinentemente en la formación del nuevo ciudadano, debemos analizar su origen y las bases filosóficas sobre las cuales soporta su acción.
La Universidad es una institución educativa con mayor antigüedad y ha perdurado desde los comienzos del renacimiento europeo, surgiendo de escuelas que habían alcanzado el grado de Studium Generale existentes desde la Edad Media en algunos monasterios (Bologna, Sorbonne, Córdoba, San Millán, etc.).
La Universidad de Bologna (Italia) es la primera en haber sido fundada (1088) famosa desde la Edad Media por sus escuelas de Humanidades y Derecho. Le siguió la Sorbonne de París, fundada a mediados del siglo XII, por Robert de Sorbon, capellán y confesor del Rey San Luis de Francia gozando de gran prestigio por su escuela de teología.
La Universidad de Oxford data del año 1167, documentos de la época acreditados a Enrique II de Inglaterra, dan constancia de su existencia, pues no existen actas de su fundación. En ellos prohibió a los estudiantes ingleses la asistencia a la Universidad de París. Oxford fue considerada escuela superior en teología y humanidades, desde su inicio, aunque desde el siglo XVI, aborda otros temas que le dan la calificación de una universidad científica, dedicada a la investigación.
El Rey Alfonso IX de España fundó la actual Universidad de Salamanca, en 1218. Obteniendo en 1255, la validez universal a sus títulos, gracias al papa Alejandro IV.
En este breve recuento histórico sobre el origen de las universidades europea, fundamento de las del muevo mundo, muestra la vinculación entre la institución y la religión católica. La cual determinó su carácter escolástico y dogmático. Sellando la relación epistémica que subyace aun en las universidades del Muevo Mundo.
Gracias a la unión que hay entre nuestra Iglesia y nuestro Estado, los teólogos católicos casi han conseguido mantener la instrucción pública a su mismo nivel. Aún las ramas de la ciencia que parecen menos relacionadas con la religión, no pueden escapar de la férula de los teólogos, y el mismo espíritu que hizo a Galileo retractarse de rodillas de sus descubrimientos astronómicos todavía obliga a nuestros profesores a enseñar el sistema de Copérnico como una hipótesis.
La verdad es que al lado de los teólogos católicos ninguna empresa de la inteligencia humana es inseparable de la religión. Desde el comienzo del cristianismo la doctrina cristiana ha estado siempre mezclada con las opiniones filosóficas de los que la enseñaban. Las mismas Sagradas Escrituras, a pesar de su inmenso valor para la formación moral, frecuentemente tocan de paso algunos temas que no guardan relación con su principal objeto y tratan de la Naturaleza y de la sociedad civil de acuerdo con las ideas de un pueblo rudo en un período verdaderamente primitivo de su historia.
De aquí la intrusión de los teólogos en todas las ramas del conocimiento humano, que todavía defienden los poderes civiles en gran parte de Europa, pero en ningún otro lugar tan monstruosamente como en España. La astronomía tiene que pedir permiso a los inquisidores para ver con sus propios ojos. La anatomía es juzgada sospechosa y vigilada de cerca siempre que toma el escalpelo, y la medicina tuvo no poco que sufrir cuando se esforzaba en borrar del catálogo de pecados mortales el uso de la quina y la vacunación. No sólo hay que creer lo que cree la Inquisición, sino que hay que dar fe implícita a las teorías y explicaciones de sus teólogos. (Blanco, 1775)
La cita anterior que data de 1775, resumen el carácter dogmático del origen de la institución universitaria, convalidando, por la fecha en que se generó, lo pertinaz de la ortodoxia epistémica. A tal nivel, que a pesar del tiempo trascurrido hasta la fecha, del desarrollo tecnológico, científicos y humanísticos, continua presente el predominio del mundo de las ideas en la conformación del pensamiento universitario actual.
Las universidades venezolanas al igual que las europeas tuvieron sus orígenes en la religión católica, manteniendo la impronta epistémica que surge de los seminarios.
La hoy denominada Universidad Central de Venezuela (UCV) "Nacida en 1721 por orden de la real cédula del Rey Felipe V de España bajo el nombre de la Real y Pontificia Universidad de Caracas tomando los espacios del seminario Santa Rosa y luego del convento San Francisco, en un principio se impartían clases de Teología, Medicina, Filosofía y Derecho exclusivamente en el idioma latín. Fue denominada "Real y Pontificia" por estar bajo la tutela y protección del Monarca español y del Sumo Pontífice". (UCV, 2007)
En Venezuela la Universidad de Los Andes (ULA) tuvo sus orígenes en el año 1785, en fecha 29 de marzo, cuando el Obispo de Mérida Fray Juan Ramos de Lora fundó una Casa de Estudios que elevada luego a Seminario, cuyo nombre fue el de Real Colegio Seminario de San Buenaventura de Mérida, habría de convertirse en Instituto Universitario. El 21 de septiembre de 1810 la Superior Junta Gubernativa de la provincia expidió el decreto de creación de la Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros, concediéndole al Seminario la gracia de Universidad, con todos los privilegios de la de Caracas y con la facultad de conferir "Todos los grados menores y mayores en Filosofía, Medicina, Derecho Civil y Canónigo y en Teología" (ULA.2007)
Su origen además de continuar la tradición medieval europea, impregna de su posición epistémica la gestión del conocimiento. Evidente en el Artículo 1, de la Ley de Universidades: La Universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre. (Venezuela, 1960) (Subrayado es nuestro).
En el Artículo mencionado de la Ley de Universidades, (08/09/1960) se observa que se conserva el carácter primigenio de "comunidad de intereses, agregándosele el término "espirituales" para denotar el desarrollo de uno de los elementos de la dicotomía en que, desde la Edad Media, se consideraba constituido el Hombre. La "comunidad" conforma su figura legal, indicando el carácter cerrado del grupo de personas que la constituye.
En el latín medieval UNIVERSITAS se empleó originariamente para designar cualquier comunidad o corporación considerada en su aspecto colectivo. Cuando se usaba en su sentido moderno denotando un cuerpo dedicado a la enseñanza y a la educación requería la adicción de un complemento para redondear su significado "UNIVERSITAS MAGISTRORUM ET SCHOLARIUM", por ejemplo (Ibidem) (Subrayado es nuestro)
El otro aspecto medieval que se evidencia del Articulo de la Ley es la "búsqueda de la verdad", haciéndose referencia al concepto de conocimiento develado, asumido por Tomas de Aquino.
- La universidad.
- Epistemología universitaria
A la educación se le ha mistificado su rol, como hemos mencionado antes se le ha considerado la dueña del saber, la autoridad para pontificar sobre las "verdades" aceptadas, se le ha atribuido imparcialidad y pureza en cuanto a su postura política, pero en realidad es una institución que se ha superpuesto a la sociedad como regente del conocimiento valido socialmente y pontifica al respecto. Los docentes asumen la actitud de "escultores", que al igual que sobre arcilla fresca, labran sus saberes y valores éticos, en los discentes.
Esta antigua actitud y los preceptos filosóficos que la sostienen, aun prevalece en nuestra institucionalidad educativa, que lejos de trasmitir un supuesto conocimiento aséptico, tiene una altísima connotación y vinculación con la racionalidad económica, política y cultural, así como, con la ideología que ofrece coherencia y subyace en toda la estructura social. Todo ello, bajo preceptos epistémicos que labran el proceso lógico explicativo, el se convierte en un mecanismo intrínseco de autolimitación interpretativa.
La educación y específicamente la educación superior no escapa de la ética social imperante, ni de las aspiraciones de la población ni de su estructura formal de pensamiento. La sociedad y sus instituciones forman un todo coherente y armónico. Como reflejo de la coherencia, los integrantes del proceso educativo muestran una conducta en concordancia con lo requerido con la dinámica socioeconómica: El mercado laboral requiere un cumplidor de ordenes, de nivel técnico, así como cumplidor de ordenes, del horario, respetuoso, responsable y conformista. Un profesional, analítico, creativo, proactivo, identificado con la empresa, proponente, emprendedor, no entrar entre las preferencias de nuestro mercado laboral. Los educadores prefieren limitarse a reflexiones teóricas antes que corres el riesgo de interpretar la realidad. Los estudiantes prefieren repetir, mantenerse seguro, ajenos al riesgo que representa el análisis, la creatividad y innovación, lo cual, les permite sentirse seguros en la evaluación y su vida laboral posterior. Todo ello en un aberrado equilibrio que mantiene un sistema social y económico aferrado al consumismo, al sector servicio muy leer de la producción, la eficiencia y la efectividad.
Independientemente de la posición política que se asuma, o Venezuela produce, utiliza sus múltiples recursos naturales y humanos en función productiva, se hace competitiva o el peligro de perder la nación y la sociedad que tenemos, se ira haciendo mayor cada día que pase. Reflexionemos sobre el futuro y sobre el instrumento "educación superior" que disponemos:
- ¿Las universidades nacionales tienen conciencia del peligro que para el desarrollo nacional y la consolidación de la nación venezolana representa el viejo esquema epistémico?
- ¿Es suficiente responder a las limitadas aspiraciones del venezolano y de su mercado laboral para definir la pertinencia social de las universidades?
- ¿Acaso no existe clara evidencia de la dicotomía entre la sociedad que se necesita y las instituciones de educación superior que plantean la sociedad que quieren?
- ¿Las universidades repiten y hacen, lo que "saben y siempre han hecho"?
- ¿Las universidades, se consideran dueñas de la "verdad"?
- Para que Venezuela pueda competir efectiva y eficientemente en el campo del desarrollo socioeconómico y propenda a convertirse en un país de primer orden, ¿Acaso su lideres en lo educativo, político y económico, no requiere realmente reducir su dogmatismo, el fundamentalismo doctrinario, la presunción de sabiduría, así como, cambiar su actitud arrogante y presuntuosa en relación con la gestión del conocimiento?
La respuesta a todas estas preguntas las debemos buscar en la realidad misma de la institución y de la respuesta que estamos ofreciendo a quien supuestamente se sirve: el pueblo.
Para que Venezuela y su gente, podamos competir efectivamente en el campo del desarrollo socioeconómico y propenda a convertirse en un país de primer orden. Entonces al menos su liderazgo educativo, político y económico, debe reducir su dogmatismo, el fundamentalismo doctrinario, la presunción de sabiduría ante la realidad, así como, la actitud arrogante y presuntuosa ante el colectivo.
La arcaica cultura epistémica de la que se nutre el infante desde su nacimiento, se ve reforzado por la educación formal, fortalecida en la universidad y validada por acción de control social y que le acompaña, durante toda su vida.
La dominación epistemológica es un mecanismo muy eficiente de vigilancia, control y regulación, autoinfringido; que mantiene orientado a la persona y en sintonía con la conducta social aceptada, pero no necesariamente la que necesitamos.
Dentro de estos límites establecidos por el cuerpo ideológico de la sociedad, "todo marcha bien". Claro, el enfoque epistémico determina la aceptación del cuerpo ideológico y la ética social, validándose en el quehacer diario. Las controversias y conflictos que frecuentemente se presentan no radican en hacer prevalecer la noción mas objetiva de la realidad, sino quien tiene mayor poder para imponer sus criterios.
La epistemia ortodoxa no permite comprender e interpretar la realidad objetivamente, por lo que las discusiones sobre cualquier punto de vista, se diluyen y pierden importancias o por el contrario, producen graves problemas interpersonales, sin que nadie se ponga de acuerdo. En la academia, las discusiones "científicas" se dirimen en base al conjunto teórico aceptado o por la imposición de quien apabulle al colectivo. Las razones y evidencias concretas son obviadas en aras de mantener el "equilibrio académico" y sin entrar en conflictos con quienes sustentan ideas contrarias.
La capacidad de la razón explicativa y su potencial interventor, no tiene ninguna importancia, por el contrario, al someter al análisis y la critica al conocimiento académico, el nuevo concepto se convierte en un elemento de perturbación del status quo y se desecha a priori.
El temor a contrariar "lo establecido", limita a quienes de alguna manera osan elaborar discursos que lo contraríen. Limitando la creatividad y la innovación en los centros de educación superior.
La discusión académica sobre cualquier tema, más que enriquecer los conceptos, métodos e instrumentos de la propuesta se realiza con cierta saña, propia de quienes ven peligrar su posición en la comunidad. No se discute para enriquecer el tema en cuestión sino por la defensa a ultranza de un prestigio académico-personal, erróneamente concebido.
No es propio del ambiente universitario actual, que las ideas, opiniones y los resultados de investigaciones sean sometidas a análisis y discusión interna que incentive el desarrollo de la producción científica, a menos que sean presentadas en eventos de carácter científicos, donde la presentación y el debate tienen un tiempo muy limitado.
De ser sometidos lo aportes investigativos a análisis y discusión de grupos de personas interesadas, se generaría además una sana competencia que incentivaría la producción y la creatividad. Pero la competencia por antonomasia está execrada del ámbito académico. Es más conveniente reprimir, desacreditar, relegar, cualquier trabajo o propuesta científica que contrarié el conocimiento aceptado.
La competencia es una aptitud y actitud, que por más que este presente en la naturaleza humana, es moralmente inaceptable por la religión católica. El hombre es considerado una "creación divina", por lo tanto, no debe mostrar una conducta animal que contraríe tal creencia. Aun en nuestra sociedad la conducta competitiva se enmaraña en un tejido ideológico de excusas y suposiciones, que encubre cualquier acción de irrespeto y menosprecio, como "viveza del venezolano".
La "intencionalidad" es también considerada como un "bajo instinto" indigno del ser humano. Tener intención, desear beneficio o causar prejuicio es una actitud mal considerada. El deseo de perjudicar expresamente a otra persona, puede conducir a acciones delictivas, que se ven exacerbadas por el sentimiento de menosprecio y resentimiento. Estas condiciones personales tienen su origen en el desconocimiento o la no aceptación de la responsabilidad individual en la competencia abierta. No nos referimos exclusivamente a la conducta exhibida por delincuentes, sino también por aquellas que con altos niveles educativos, que muestran claros signos de resentimiento, pues atribuyen sus "fracasos" a los demás.
Al encubrir la intencionalidad y la competitividad que orientarían los logros de metas concretas en el desempeño social, político, profesional, no deja otra alternativa psíquica que atribuir a los "otros", nuestra frustración.
Aceptar la competencia y la intención permite desarrollar, en el caso de universidades, reglas claras que normen los distintos procesos académicos y administrativos, entre ellos, la elaboración, presentación y defensa de los distintos trabajos que se realizan en una universidad. Pero como evidencia de su carencia, lo formal prevalece como valor ante lo sustantivo, lo importante.
Mientras no existan manuales de procedimiento con el suficiente desarrollo y amplitud, que abarquen todos los aspectos que conllevan el devenir universitario, y estos se apliquen con la suficiente claridad y equidad; en la institución universitaria se continuaran produciendo toda clase de desigualdades, frustraciones y resentimientos, claro esta, justificándolas con cualquier tipo de justificación "plausible".
Cuando lo formal, teórico y aparente se tiene como lo realmente importante, se asume que cumplir los requisitos es perentorio antes que generar las condiciones que se requieren. Aprobar las asignaturas y los trabajos encomendados es considerado suficiente para alcanzar el grado académico, sin evaluar que se satisfagan las condiciones requeridas por el perfil de egreso.
Otro elemento formativo no menos importante, es construir la apreciación de la realidad a partir de sus elementos constitutivos, sin tener en cuenta que la "cosa" estudiada, basa su existencia en la satisfacción de una necesidad presente en su entorno. Sus componentes y relaciones internas no son más que un reflejo de su razón de ser. Al tratar de interpretar la realidad a partir de sus elementos, la capacidad interpretativa se pierde, debido de carecer de guía o punto de partida que la oriente.
Por ejemplo, la bombilla eléctrica inventada por Thomas Alva Edison no ocurrió ni por la conexión de piezas ni por azar, el inventor sabia exactamente lo que buscaba. Probo diferentes elementos, y ensayando logro combinar los adecuados, teniendo siempre como horizonte lograr alumbrar de manara eficiente, efectiva y menos peligrosa.
Cuando se administra un programa de formación, se imparten una serie de asignaturas que van desde las más sencillas y teóricas hasta las más complejas, con cierto barniz de contacto con la realidad al final de la carrera. Pero ¿dónde y cuándo se instruye al estudiante en la misión profesional, social y científica del medico, del abogado, de ingeniero, etc.? Se pretende que lo deduzca por si mismo al final de sus estudios, perdiéndose en la maraña que significa ensamblaje una concepción a partir de las partes. Esta forma de abordaje epistémico de la realidad, prevalece en todo el quehacer universitario. Ni se conforma un pensamiento holístico, totalizante; ni se conforma una actitud analítica y crítica, pues no se configura la interpretación, a partir del rol que la "cosa" juega en su contexto.
Pero lo que se transmite en la formación de la criticidad y análisis del futuro profesional, no permite comprender la totalidad y dirigir en consecuencia sus esfuerzos interpretativos a la "cosa" sino a su interior, no a al rol que cumple en el entorno donde actúa y al cual pertenece.
Es conveniente aclarar que el cuerpo ético e ideológico que se adquiere en el proceso de formación universitaria se valida y ratifica en un contexto socio productivo. Si este exige una respuesta educativa en concordancia con la acriticidad y conformismo, el sistema responde en consecuencia. Así se completa el círculo: la universidad esta generando el perfil de egreso que la sociedad esta demandando y esta a su vez se alimenta del egresado que produce. Eso es pertinencia social real.
El control epistémico universitario, impregnado en el pensamiento de sus miembros, permite que el marco ideológico social, se superponga como mecanismo de regulación de la sociedad. Validándose en la dinámica socioeconómica y retroalimentándose continuamente.
Como mencionamos anteriormente, la sociedad ha prestado un gran servicio al hombre en cuanto a la seguridad que le ha ofrecido para el incremento productivo de bienestar material, pero el desarrollo del hombre analítico, creativo, innovador, proactivo, participativo y comprometido, no ha estado entre sus prioridades. Quienes han manejado el poder no tienen entre sus objetivos el desarrollo del individuo, sino mantener el flujo de apropiación de excedentes de producción, aunque cambien o pretendan cambiar, sus beneficiarios.
La sociedad actual venezolana se debate entre preservar el status quo y asumir el cambio de su racionalidad socioeconómica. Nuevas oportunidades se abren camino para impulsar un cambio de mayor impacto dejando atrás las viejas y obsoletas instituciones educativas. En la medida que la confrontación entre lo conservador y el progreso ocurra, se fragua en su seno, como un crisol social, una nueva racionalidad y nuevas estructuras.
El Proceso de depuración tomará su tiempo pero inexorablemente ocurrirá. Emergerá un nuevo orden social, pero especialmente un hombre intelectualmente maduro, disponiendo de un enorme contingente de recursos cognoscitivos e interpretativos de la realidad, lo que le permitirá interactuar de manera exitosa en su contexto. Una sociedad proclive al desarrollo del individuo sobre el exasperante individualismo actual.
La educación en general y la superior en particular, requiere incrementar su efectividad, pertinencia y eficiencia, con miras a egresar un hombre que propendan a la creatividad y la innovación en la vida social, profesional y académica.
La universidad que asuma un rol protagónico en este sentido, tomara las riendas en la construcción de una nueva institucionalidad. Abriendo camino para avanzar de manera armónica y coherente con la Venezuela que emerge, potenciando la soberanía social, territorial, económica y política.
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Resumen curricular
Pedro Gutiérrez Leal. Naci: Puertos de Altagracia, Zulia, el 20/11/1947. Doctor en Desarrollo Económico y Social (Paris I 1981). Diplome d'Etudes Approfondies DEA en Desarrollo Rural en Países de Economías Periféricas (Paris I, 1979). Ingeniero Agrónomo (UCV. 1975). Director de la Dirección de Investigación y postgrado UNA 2006-2007). Coordinador del Área administración y Gerencia Educativa y Profesor de Postgrado en la Maestría en Educación a Distancia. Universidad Nacional Abierta (UNA) (2000-). Profesor de Administración y Gerencia en la
Escuela Nacional de Administración y Hacienda Pública (ENAHP) (1996-1999) Profesor del núcleo de Postgrado de Administración y Planificación y Técnicas de Producción de Conocimiento en la Universidad Yacambú, Núcleo Inter universitario "Guillermo Morón"Modalidad a Distancia On Line(1995-1999),. Profesor de Planificación Estratégica y Gerencia de
Empresas en las siguientes instituciones: Universidad Metropolitana, Uni.Vargas. Profesor de Economía Venezolana y Desarrollo (IUPFAN – Postgrado. Prof. Desarrollo Agrícola y Rural. Especialización en Derecho y Reforma Agraria. De Instituto Ibero Americano de Derecho y Reforma Agraria (ULA). Asesor de empresas (1990-1999) Co-diseñador Institución Educación Superior (1999).
Pedro Gutiérrez Leal
Universidad Nacional Abierta (UNA)
Caracas, Venezuela
Mayo 07
Caracas: Ponencia aceptada y expuesta en las Jornadas de Investigación y Postgrado 2007 de la Universidad Nacional Abierta 12 al 14 de Noviembre 2007
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