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Iluminada Masonería Sionista (página 4)

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Se la considera como una de las obras cumbre de la llamada ciencia ficción distópica, junto a la novela de 1932 Un mundo feliz (A brave new world en inglés), de Aldous Huxley. El libro se ha traducido a numerosos idiomas. Algunos consideran a esta novela un plagio de la obra Nosotros escrita por Evgeny Zamiatin en 1921 aunque Orwell reconoció su influencia en su novela (Otra novela a la que se ha acusado de plagio de "Nosotros" es a la novela distópica de 1938 "Anthem" -Título castellano "¡Vivir!"-, de Ayn Rand).

http://es.wikipedia.org/wiki/Rebeli%C3%B3n_en_la_granja

http://es.wikipedia.org/wiki/Mil_novecientos_ochenta_y_cuatro

VII

Libertad de prensa y democracia

Dejemos que sean los mismos "Protocolos de los Sabios de Sión" los que nos describan sus planes:

LA OPINION PÚBLICA

En la segunda sesión, acta N° 2 de Los Protocolos de Los Sabios de Sión se lee en sus dos últimos párrafos:

La Prensa, entre las manos de los Gobiernos existentes, es una gran potencia por medio de la cual dominan el espíritu público. La Prensa da a conocer las reclamaciones del pueblo; expone sus quejas y no pocas veces propala el descontento. La prensa es la que ha conseguido la libertad de palabra, pero los Gobiernos no han sabido aprovecharse de esta fuerza y nos hemos apoderado de ella. Por medio de la Prensa hemos adquirido la influencia, quedándonos nosotros entre bastidores.

Gracias a la Prensa acumulamos todo el oro, aunque nos ha costado torrentes de sangre y el sacrificio de muchísimos de los nuestros; pero cada uno de nuestros sacrificios vale ante Dios por millares de gentiles.

En la quinta sesión, acta N° 5 de Los Protocolos se lee, entre otros:

Procuraremos que nadie dude de nuestras ideas liberales, de las que haremos gala frente a todos los partidos y todas las tendencias, comunicándoselas a nuestros oradores. Estos oradores serán tan locuaces, que llegarán a fatigar al pueblo con sus discursos a tal punto que consigan hacer insoportable a los oyentes cualquier clase de peroración.

Para asegurarse la opinión pública, es necesario primeramente embarullarla por completo, haciéndole oír por diferentes conductos, ideas y opiniones contradictorias, en párrafos muy largos para que los gentiles se pierdan en un laberinto. Sólo así comprenderán que el mejor partido que deben tomar, es no tener ninguna opinión en materia política; materia que no puede ser comprendida del público, pero que debe reservarse exclusivamente para aquellos que dirigen todos los asuntos. Éste es el primer secreto.

El segundo secreto, necesario para el triunfo de nuestro gobierno, consiste en multiplicar a tal punto los desaciertos, las costumbres, las pasiones y las leyes convencionales del país que nadie sea capaz de pensar con claridad en este caos; los hombres terminarán por no entenderse los unos con los otros.

Esta política nos ayudará igualmente a sembrar disensiones entre todos los partidos y a disolver todas las colectividades más fuertes y descorazonar todas las iniciativas individuales que puedan estorbar nuestros proyectos.

No hay nada más peligroso que la iniciativa personal, porque si ésta fuera producto de un gran cerebro, podría hacernos mucho más daño que todos los millones de individuos que hemos lanzado los unos contra los otros.

En la séptima sesión, acta n° 7 de los mismos Protocolos de los Sabios de Sión se lee al final:

Para favorecer nuestro plan mundial, el cual está muy próximo a los fines que nos hemos propuesto alcanzar, nos hace falta convencer a los Gobiernos de los gentiles, por lo que vulgarmente se dice la opinión pública, predispuesta ya por nosotros, por medio de la más grande de las potencias, la Prensa, la cual, aparte de alguna insignificante excepción de la cual no merece la pena nos ocupemos, está por lo general, en nuestras manos.

En conclusión, para demostrar que todos los Gobiernos de los Goim de Europa nos están sometidos, haremos con uno de ellos una prueba que no deje lugar a duda sobre nuestro gran poder, empleando para ello atropellos y crímenes, es decir, nos valdremos del terror, y en el caso de que todos indignados se pusieran en contra nuestra, les responderíamos con los cañones y fusiles americanos, chinos o japoneses.

Se transcribe a continuación en su totalidad la duodécima sesión, acta n° 12 de Los Protocolos de los Sabios de Sión, por referirse toda a la manipulación de la opinión pública por parte de los sionistas para alcanzar sus fines. Veamos:

La palabra "libertad" que puede interpretarse de diferentes maneras, la definiremos así: Libertad es el derecho de hacer aquello que permite la ley. Esta interpretación de la libertad en nuestro tiempo, hará que toda libertad esté en nuestras manos, porque las leyes destruirán o crearán lo que nos sea conveniente, según el programa expuesto más arriba.

Con la Prensa obraremos del modo siguiente: ¿Qué papel representa actualmente la Prensa? Sirve para encender las pasiones y para fomentar los egoísmos de los partidos. Es vana, injusta, mentirosa, y la mayor parte de los hombres no comprende para qué sirve.

Nosotros la sellaremos y le pondremos frenos, haciendo lo mismo con las demás obras impresas, pues ¿de qué nos servirá desembarazarnos de la Prensa, si habíamos de servir de blanco en las publicaciones y en los libros? Transformaremos la publicidad que tan cara nos cuesta hoy, porque ella es la que nos permite censurar los periódicos, en objeto de renta para el Estado. Crearemos un impuesto especial para la Prensa y exigiremos una participación cuando se funden periódicos o imprentas. De ese modo nuestro Gobierno quedará garantizado contra los ataques de la Prensa. Si fuese necesario, impondremos multas sin compasión.

Multas y timbres darán enormes ingresos al Estado. No se puede negar que los periódicos de partido podrían estar por encima de las pérdidas de dinero; en ese caso los suprimiremos desde el segundo ataque que nos dirijan. Nadie osará manchar la aureola de nuestra infalibilidad gubernamental.

El pretexto para suprimir un periódico será alegar que el órgano en cuestión agita los ánimos sin razón y sin motivo.

Os ruego observéis que, entre los que nos ataquen, habrá órganos creados por nosotros, pero ésos atacarán solamente los puntos que nosotros necesitemos cambiar.

Nada será dado a conocer a las gentes sin nuestro visto bueno. Este resultado lo hemos alcanzado ya en estos tiempos por el hecho de que todas las noticias son recibidas por diferentes agencias, que las centralizan de todas partes del mundo. Estas agencias serán entonces enteramente nuestras y no publicarán más que lo que les permitamos.

Si ahora ya hemos sabido apoderarnos del ánimo de las sociedades cristianas hasta el punto que en todas partes ven los acontecimientos mundiales a través de los cristales de colores que colocamos delante de sus ojos, si ya, ahora mismo, no hay en ningún Estado cerrojos que nos impidan el acceso a lo que los cristianos llaman tontamente, secretos de Estado, ¿qué será cuando seamos los dueños reconocidos del universo, en la persona de nuestro rey universal?

Todo el que quiera ser editor, librero o impresor, estará obligado a obtener un diploma, que, en caso de hacerse culpable de una falta cualquiera, le será quitado inmediatamente. Con estas medidas, el instrumento del pensamiento se convertirá en un medio de educación en las manos de nuestros Gobiernos, que no permitirán a las masas populares, divagar sobre los beneficios del progreso. ¿Quién de nosotros ignora que estos beneficios ilusorios llevan directamente sueños absurdos?

De estos sueños han nacido los sentimientos anárquicos de los hombres entre ellos y el poder, porque el progreso, o más bien, la idea de progreso ha dado base para toda clase de emancipaciones, sin fijar sus límites.

Todos los que llamamos liberales, son anarquistas, si no de hecho, por lo menos de pensamiento. Cada uno de ellos persigue las ilusiones de la libertad, y cae en la anarquía protestando por el sólo placer de protestar.

Volvamos a la Prensa. Le impondremos impuestos como a todo lo que se imprima, impuestos a tanto el pliego: los libros que tengan menos de 300 páginas, pagarán doble impuesto. Los registraremos en la categoría de folletos; de un lado con el fin de reducir el número de revistas que es el peor de los venenos y del otro porque esta medida obligará a los escritores a producir libros tan largos, que se leerán poco, sobre todo a causa de su carestía.

Al contrario, los que editemos nosotros para el bien de los espíritus en la tendencia que habremos establecido, serán baratos y leídos por todo el mundo. Los impuestos harán cegar el vano deseo de escribir y el miedo al castigo pondrá a los literatos bajo nuestra dependencia.

Si hay personas que tengan deseos de escribir en contra de nosotros, no encontrarán quien quiera imprimir sus obras. Antes de aceptar una obra para imprimir, el editor o el impresor tendrá que obtener el permiso para hacerlo. De este modo conoceremos de antemano los lazos que nos tiendan y los destruiremos, dando antes explicaciones sobre el asunto de que traten.

La literatura y el periodismo son las dos fuerzas educadoras más importantes, por eso nuestro Gobierno será el propietario de la mayor parte de los periódicos y de ese modo la influencia peligrosa de la Prensa privada estará neutralizada y adquiriremos una influencia enorme sobre el público. Si damos autorización para publicar diez periódicos, fundaremos treinta y así en adelante, y el público no se dará cuenta de ello. Todos los periódicos editados por nosotros, serán, en apariencia, de tendencias y opiniones completamente opuestas, lo que despertará la confianza en ellos, y atraerá sin recelos a nuestros adversarios, que caerán en el lazo, y serán reducidos a la impotencia.

Los órganos de carácter oficial, estarán siempre en primer término, velando por nuestros intereses; por eso su influencia será casi nula.

En segundo lugar vendrán los oficiosos, cuyo fin será el de atraer a los indiferentes y a los de ideas templadas.

En tercer lugar colocaremos nuestra fingida oposición. Por lo menos un periódico será el antípoda de nuestras ideas. Nuestros adversarios tomarán a este falso enemigo por un aliado, y nos señalarán su juego.

Nuestros periódicos serán de todas las tendencias, los unos, aristocráticos; los otros, republicanos, revolucionarios, y hasta anarquistas; por supuesto, nada más que mientras dure la Constitución.

Tendrán como el dios indio Visnú cien manos, cada una de las cuales acelerará el cambio de la sociedad: estas manos llevarán a la opinión en la dirección que convenga a nuestros fines, pues un hombre alterado, pierde la facultad de razonar y se abandona fácilmente a la sugestión.

Los imbéciles, que creerán seguir la opinión del periódico de su partido seguirán sólo nuestra opinión o la que nos plazca. Se imaginarán que siguen el órgano de su partido, y no seguirán, en realidad, más que la bandera que enarbolemos para ellos.

Para dirigir en este sentido nuestro ejército de periodistas, organizaremos este trabajo con un cuidado muy especial. Bajo el nombre de Oficina Central de la Prensa, estableceremos reuniones literarias, en las cuales, nuestros agentes darán, sin que nadie se aperciba, las órdenes y las instrucciones, discutiendo y contradiciendo nuestras iniciativas de una manera superficial, sin llegar al fondo de los asuntos y nuestros órganos sostendrán inútiles polémicas con los periódicos oficiales para procurarnos los medios de dar a conocer más claramente nuestros planes, lo que no podremos hacer ver en nuestras primeras declaraciones oficiales.

Estos ataques tendrán, además, el objeto siguiente: y es que nuestros súbditos se creerán seguros de poder hablar libremente, dando por otra parte a nuestros agentes un pretexto para decir y afirmar que los órganos que se declaran contra nosotros, no hacen más que charlatanear, puesto que no encuentran verdaderos argumentos para refutar seriamente nuestras obras.

Estos procedimientos, inadvertidos para la opinión pública, pero seguros, nos atraerán ciertamente la atención y la confianza pública. Gracias a ello excitaremos o calmaremos, según nos haga falta, los ánimos en los asuntos políticos, les convenceremos o les haremos dudar, publicando unas veces la verdad, otras veces la mentira, confirmando los hechos, o contradiciéndolos, según la impresión que hagan en el público, tanteando siempre con prudencia el terreno, antes de poner el pie.

Nosotros venceremos a nuestros adversarios infaliblemente, porque ellos no tendrán a su disposición órganos que puedan seguir una opinión hasta el fin, a causa de las medidas que hemos explicado. No tendremos ni siquiera necesidad de refutarlas a fondo. Nosotros refutaremos y abatiremos enérgicamente en nuestra Prensa oficiosa, los globos de ensayo lanzados por nosotros mismos en la tercera categoría de nuestra Prensa, en caso de necesidad.

Ya desde ahora, por lo menos en la hechura de periodismo francés, existe una solidaridad francmasónica. Todos los órganos de la Prensa están ligados entre sí por el secreto profesional, y parecidos a los antiguos augures, ninguno de sus miembros entrega este secreto si no recibe la orden de hacerlo.

Ningún periodista se atreverá a traicionar, pues no será admitido en el oficio quien no tenga en su pasado alguna falta vergonzosa. Estas faltas serían inmediatamente reveladas, pero en tanto que estas faltas sean solamente el secreto de algunos, la aureola de periodistas atrae a la opinión en la mayoría del país, y le sigue con entusiasmo.

Nuestros cálculos se extienden principalmente a las provincias. Es necesario que excitemos en ellas esperanzas y aspiraciones opuestas a las de la capital, a la que se las presentaremos como esperanzas y aspiraciones espontáneas de las provincias. Claro está que el manantial será siempre el mismo; saldrán de nosotros.

En tanto que no disfrutemos aún del poder completo, tendremos a veces necesidad de que las capitales se vean arrolladas por las opiniones del pueblo, es decir, por la mayoría manejada por nuestros agentes. Necesitamos que las capitales, en el momento crítico no discutan el hecho sucedido, por haber sido ya aceptado por la mayoría provinciana. Cuando entremos en el nuevo régimen que preparará nuestro reinado, no podremos admitir la revelación, por la Prensa, de la falta de honradez pública; es necesario que se haga creer que el nuevo régimen ha satisfecho de tal modo a todo el mundo, que hasta los crímenes han desaparecido. Los casos criminales no serán conocidos más que de sus victimas y de sus testigos accidentales.

De la decima sexta sesión, acta N° 16 extraemos los siguientes párrafos que se refieren también al "lavado cerebral":

Las universidades no deben dejar salir de sus recintos a barbilampiños que formen proyectos de Constituciones como si compusieran comedias y que se ocupen de política, de la cual ni sus mismos padres han comprendido nunca nada. El desconocimiento que tiene la mayor parte de los hombres de los asuntos políticos es fuente de utopía, y semilla de malos ciudadanos; podéis juzgarlo vosotros mismos viendo lo que su educación general ha hecho de los cristianos.

Nosotros aboliremos toda enseñanza privada. Los estudiantes tendrán el derecho de reunirse, con sus padres, como en un club, en los establecimientos escolares, y durante esas reuniones, los días de fiesta, los profesores darán conferencias, al parecer libres, sobre el trato de los hombres entre sí, sobre las leyes de imitación, sobre los conflictos provocados por las luchas sin límites, en fin, sobre la filosofía de las nuevas teorías desconocidas aún en el mundo. Haremos de estas teorías un dogma del cual nos serviremos para atraer a los hombres a nuestra fe.

El sistema de represión del pensamiento está ya en vigor, por el sistema llamado de enseñanza por imágenes, que transforma a los cristianos en animales dóciles que no discurren, y que esperan la representación de las cosas por imágenes para comprenderlas.

En Alemania, los Iluminados de Baviera habían sido desmantelados, pero las circunstancias políticas que hacían que la nación con frecuencia se edificara y se desmoronara, que expandiera sus fronteras y se contrajera, hacían sentir en sus gentes la necesidad de unirse y crear una nación centralizada a imitación de otros países políticamente más maduros, como Francia, España o el Reino Unido.

En los siglos XIX y XX, y aún hasta nuestros días, pertenecer a una sociedad era un imperativo social, no sólo en Alemania, sino también en toda Europa y en el Continente Americano. Entonces los Illuminati optaron por regresar a la escena, pero esta vez bajo otro nombre: Ordo Templi Orientis, OTO o la Orden del Templo de Oriente. No hay que olvidar que la logia masónica donde había militado Weishaupt se llamaba Estricta Observancia Templaria.

El fundador oficial de la OTO fue Karl Kellner, químico austríaco, quien tomó el nombre de Frater Renatus para seguir la costumbre de los Iluminados. A su muerte en 1905, asumió Theodor Reuss, Frater Peregrinus, quien instauró en 1902 el Soberano Santuario de Memfis-Misraim.

Según la revista Oriflama, órgano oficial de la OTO, la orden poseía la llave que abre todos los secretos, tanto masónicos como herméticos; esto es, la enseñanza de la magia sexual, que hace comprensibles todos los secretos de la naturaleza, todo el simbolismo de la francmasonería y de todos los sistemas religiosos.

En los países anglosajones dominados entonces por una estricta moral puritana, fue la oferta de sexualidad y poder, una carnada irresistible.

El tristemente célebre Aleister Crowley ingresó a la OTO en 1910 como Frater Bafomet. Es considerado como el "padre del satanismo contemporáneo" y uno de los principales brujos del siglo. Estudió cábala, magia y yoga y su sistema lo basó en la sentencia "haz lo que quieras" tan difundido en el liberalismo de origen masón.

Como es sabido, los judíos por medio de la cábala, cuyo arte les servía de fundamento a la nigromancia, fueron supersticiosos y amigos de adivinar el futuro evocando a los muertos. Como practicantes de la magia negra fueron siempre afectos a los símbolos secretos y practicaban ritos que hoy se conocen como masónicos.

La obra más conocida de Crowley se llamó El Libro de la Ley donde aparecen versos que lo delatan todo: Gracias a mi cabeza de halcón, pico los ojos de Jesús mientras pende de la cruz. Bato mis alas ante el rostro de Mahoma y lo dejo ciego. Con mis garras arranco la carne del hindú, del budista, del mongol y de todo aquel que salmodia oraciones.

Este personaje fue acusado en Inglaterra por alcoholismo, drogadicción, bisexualidad y adoración satánica. Fue conocido como "La Bestia 666" el hombre más perverso del mundo.

Crowley ha sido una referencia constante en la anticultura anglosajona contemporánea y por ejemplo, en la música han sido reivindicados su figura y sus mensajes en canciones de los Beatles, de los Rolling Stones, de Ozzy Osbourne y de Daryl Hall.

En 1921 Crowley asumió la jefatura de la Orden y la rama alemana quedó en manos de Karl Germer como Frater Saturnus, quien desde Munich quiso impulsar la "Pansofía" o Sabiduría Total y se dedicó a editar los libros de Crowley y a difundir sus ideas. En 1935 Germer fue llevado a un campo de concentración, de donde consiguió salir y escapar a Estados Unidos de América, y allí restableció la orden en California.

La masonería ha logrado derribar casi todas las monarquías y las aristocracias y como forma de gobierno las ha venido reemplazando por sus democracias, que en muchísimos países han degenerado en gobiernos de la plebe u oclocracias, como las denominó Polibio. Estas resultaron ser instrumentos dóciles para sus propósitos. No se precisa ser un arúspice para darse cuenta, que a la multitud que no ha sido educada para gobernar y se encuentra ante esa posibilidad, se le despiertan toda clase de instintos, nobles y bajos, pero que en la competencia por el poder casi siempre salen triunfantes los instintos bajos, con todas las secuelas de corrupción y de injusticia. Esta, salvo contadas excepciones, es la forma generalizada de gobierno en todo el planeta a comienzos del Tercer Milenio.

Algunas monarquías las dejaron sobrevivir, pero carentes de poder y sólo para representar a sus pueblos y también los intereses de la masonería. Se dice por ejemplo, que la jefatura de la mayor logia británica la desempeña Felipe, Duque de Edimburgo y príncipe consorte de la reina Isabel II. Es, por lo menos, sospechosa la cordial relación del actual rey de España con protuberantes cabezas de grupos editoriales y de medios abiertamente masónicos y descaradamente perjudiciales a las buenas costumbres de los países hispanoparlantes.

No pretendemos ingenuamente sostener que los gobiernos monárquicos o los aristocráticos estuvieron exentos de fallas, pero tampoco somos tan ingenuos para creer en los floridos elogios masónicos a la democracia y a la libertad de prensa, que como todas las grandes mentiras con disfraces de verdad, requieren de ingentes y permanentes esfuerzos para defenderlas, elogiarlas y venderlas a los incautos.

La tan cacareada lucha democrática abierta por el poder, terminó convertida en una triste competencia de envidias y codicias, en la que triunfa el grupo que más dinero invierta en la apuesta por el botín de las arcas del Estado y del poder.

Si la democracia existiera, la masonería sionista no llevaría la batuta de un mundo en el cual las inmensas mayorías pertenecen al catolicismo, al islam, al budismo, al sintoismo y a otras religiones multitudinarias, aunque no politizadas.

Por otro lado, si la libertad de expresión fuese un hecho, no habría los grandes monopolios de la información a través de los cuales la masonería manipula casi la totalidad de la información que se difunde en el planeta y que está claramente dirigida a desprestigiar y minar las religiones distintas a la propia y a debilitar las masas, desmoralizándolas, como veremos después.

Esa herramienta selecta del Anticristo como la llamaba Bismarck.

Quien se empeñe en desconocer que las masas no tienen capacidad propia de discernimiento en materias políticas y económicas y que son movidas al vaivén de demagogos y de medios de información que defienden otros intereses muy distintos a los de las mayorías, pues simplemente está desconociendo una realidad palpable, o porque vive aislado de este planeta, o porque tiene intenciones torcidas. Y se puede agregar también, para redondear la cuadratura de este círculo vicioso, que existe un porcentaje altísimo dentro del juego de la farsa democrática, que ni siquiera tiene la capacidad de ser manipulado por demagogos o por medios de información, que tanto defienden la fementida Libertad de Prensa y son arrastrados a depositar sus votos a cambio de unas monedas, práctica ya utilizada por el sanedrín hace poco más de dos mil años.

La democracia como forma de gobierno no es, pues, la cristalización del ideal griego, porque ha sido y es imposible honradamente ponerla en práctica, sino, el más descarado de los absolutismos al servicio de la masonería.

La "democracia", como había sido desfigurada, ya la habían probado los del sanedrín ante Poncio Pilato, después de persuadir a la multitud:

¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, el llamado Cristo? (Mateo 27 – 17)

¡A Barrabás!, fue la voz de la democracia.

El arzobispo emérito de Tunja, Colombia, Monseñor Augusto Trujillo Arango, expresó en La Redención Fuente de Salvación, (Ediciones Paulinas, Bogotá) refiriéndose a la sexta palabra de Jesús en la Cruz: Todo está consumado… Jn. 19, 30:

La Iglesia tiene la más elevada visión del hombre sobre su identidad y su destino, viendo y sintiendo su rebajamiento y asume sin miedo su elevación y su dignificación. Qué paradoja, el humanismo ateo ha rebajado al hombre hasta el más hondo abismo. La Iglesia afirma que Cristo al hacerse hombre elevó al hombre a las alturas; la Iglesia proclama que el hombre ha sido hecho a imagen y semejanza de Dios, que es hermano de todos los hombres, que es el señor del mundo. El hombre es la gloria de Dios, no es un esclavo en las manos de un Estado; esta es la verdad que la Iglesia recibió de Jesucristo y es la verdad que ella proclama sin que nadie se lo impida: el hombre, Hijo de Dios, hermano de los hombres, señor del mundo. La Iglesia enseña la verdad sobre el hombre y está en la base de su pensamiento y de su acción y proclama que el hombre no es un ser sometido a los procesos políticos y económicos, sino que todos los procesos humanos deben estar ordenados al hombre y deben estar sometidos al hombre a imagen de Dios, hijo de Dios, hermano de todos los hombres, señor de la naturaleza.

Se ve claramente el abismo que hay entre la visión que tiene la Iglesia Católica del hombre y lo que busca y en gran medida ha conseguido la masonería, hacer de la mayoría de los hombres.

Para que muchos católicos confundidos adquieran certidumbre, transcribimos un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe:

Se ha presentado la pregunta de si ha cambiado el juicio de la Iglesia respecto de la masonería, ya que en el nuevo Código de Derecho Canónico no está mencionada expresamente como lo estaba en el Código anterior.

Esta Sagrada Congregación puede responder que dicha circunstancia es debida a un criterio de redacción, seguido también en el caso de otras asociaciones que tampoco han sido mencionadas por estar comprendidas en categorías más amplias.

Por tanto, no ha cambiado el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, porque sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de la Iglesia; en consecuencia, la afiliación a las mismas sigue prohibida por la Iglesia. Los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión.

No entra en la competencia de las autoridades eclesiásticas locales pronunciarse sobre la naturaleza de las asociaciones masónicas con un juicio que implique derogación de cuanto se ha establecido más arriba, según el sentido de la Declaración de esta Sagrada Congregación del 17 de febrero de 1981(cf. AAS 73, 1981, págs. 230-241; L"Osservatore Romano, Edición en Lengua Española, 8 de marzo de 1981, pág. 4).

El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en la audiencia concedida al cardenal Prefecto abajo firmante, ha aprobado esta Declaración, decidida en la reunión ordinaria de esta Sagrada Congregación, y mandado que se publique.(1)

Roma, en la sede de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, 26 de noviembre de 1983.

Cardenal Joseph RATZINGER

Prefecto

Fr. Jean Jerôme HAMER, O.P.

Arzobispo titular de Lorium

Secretario.

VIII

Los protocolos de los sabios de sión, la búsqueda del poder y la tierra prometida

En el discurso rabínico pronunciado en 1880 y publicado por Sir John Readelif, bajo el título de Reseña de los acontecimientos político-históricos acaecidos en los diez últimos años se lee:

Si el oro es la primera potencia de este mundo, la segunda sin disputa es la prensa. Más adelante:

La posesión del oro, la habilidad en la elección de medios para manejar las capacidades fáciles de sobornar, nos convertirán en los árbitros de la opinión pública y nos darán el imperio sobre las masas. Luego:

Una vez dueños absolutos de la prensa, podremos cambiar las ideas sobre el honor, sobre la virtud, la rectitud de conciencia y dar así el primer golpe a una institución sacrosanta hasta ahora, la familia y consumar su disolución. (Véase la Enciclopedia Judía I. XII, p 675)

Cualquiera medianamente alerta, puede palpar con facilidad cómo la política le agachó la cerviz al oro y cómo a los cerebros de las masas los mantienen en un constante vapuleo dentro del gigantesco tambor de la máquina de lavar cerebros en que se convirtieron los medios de información bajo el control de los sabios de Sión.

No es preciso ser un genio para concluir, que la forma más fácil de debilitar y someter a un pueblo, es desmoralizándolo. Los sionistas vienen practicando esta verdad axiomática desde antiguo, dedicándose a minar sistemáticamente los principios morales de sus enemigos, que según ellos, son todos aquellos que no son cobijados por la estrella de David.

Había un gran núcleo de la sociedad que escapaba a sus manipulaciones, pues gozaba de cierta independencia y poco contacto tenía con los medios de información de masas, ya que vivían apartados de los centros urbanos, los agricultores. Como éstos eran quienes más celosamente guardaban sus valores, había pues que encontrar la manera de someterlos. Los conciliábulos masónicos pronto engendraron un sistema diabólico e inventaron la bolsa de commodities.

A los políticos les ordenaron encarecer los impuestos que pesaban sobre las tierras de labranza y hacerles cada vez más onerosos los insumos, hasta obligarlos a recurrir al agiotista.

Los bancos les limitaron los créditos y los plazos y les pusieron tasas de interés que los apuraban a salir con sus cosechas y feriarlas al mejor postor, cuyo comercio de compra dependía de los precios que fijaban las bolsas de commodities en manos de los imperialistas de Sión.

El comercio de commodities opera con unos márgenes de utilidad tan grandes, que los consumidores debieron pagar a los sionistas tanto dinero que estos lograron con esos márgenes apoderarse de las tierras de los agricultores, para quienes venderlas fue cuestión de supervivencia.

La masonería se había apuntado el triunfo más importante en su quehacer avasallador y fue contemplando complacida cómo fueron abandonando los campos los más leales súbditos de Jesucristo y de los Estados Cristianos, sus más codiciadas potenciales víctimas, para ir a hacinarse en las ciudades donde irremisiblemente todos los citadinos son sometidos al vapuleo del oro y de la información sionistas.

La electrónica le imprimió una velocidad antes no soñada a los movimientos financieros y a la información y consiguió que el mundo alcanzara en veinte años un grado de globalización que no había conseguido en todos los milenios anteriores.

La dictadura de los dineros especulativos y de los medios de información impusieron la tiranía del mercado llevada de la mano de un capitalismo neoliberal y salvaje.

La masa fue apabullada y anestesiada con imágenes y mensajes que acabaron uniformando al gran rebaño no sionista y creándole un sentimiento de impotencia que la convirtió en indiferente, conformista y obediente a los mandatos de la pantalla.

Se dio el apogeo del ser humano light, dentro del cual fue borrado su culto al humanismo transformándosele en una adoración a la farándula y a los ídolos fabricados por los medios de comunicación.

Ese gran hato de borregos de dos patas en que tienen convertidas a las grandes mayorías sólo engulle las mismas comidas rápidas (fastfood), bebe las mismas pociones embotelladas, oye los mismos ritmos, ve las mismas películas, viste los mismos jeans, las mismas camisetas y los mismos zapatos de goma y cuando durante su tiempo disponible no está frente a una pantalla, recibiendo instrucciones de consumo y sufriendo, sin percatarse, la sustitución de sus valores, se encuentra irremediablemente con un adminículo plástico llamado teléfono móvil adherido a la oreja, a través del cual acaba de consumir el poco dinero que le queda.

Esta es la imagen del hombre nuevo que creó Sión para servir sus intereses, es el hombre de cerebro lavado, el que ha perdido su fe y va por un camino hacia ninguna parte.

Para acabar de confundir a este pobre ser humano, en todas partes se proscribió el elemento comprensible: La melodía en la música, el parecido en el retrato y lo inteligible en el idioma.

La cuestión sionista, que con mayor o menor intensidad, había estado siempre presente a través de los siglos, adquirió dimensiones concretas después de la celebración de los seis congresos sionistas celebrados entre 1897 y 1903.

El primer congreso en 1897 celebrado en Basilea bajo el influjo de Theodor Herzl, de Marx Nordau y de York Steiner, dio los primeros pasos para la creación de la asociación financiera para la colonización judía (Jewish Colonial Trust) y se refinó y concretó el texto que hoy conocemos de Los protocolos de los sabios de Sión (Los Protocolos de los Sabios de Sión, 6ª. Edición, Editorial Época S.A. Emperadores No. 185, México 13, D.F.), que contienen el plan sionista de la dominación mundial.

Este, como todos los documentos que desenmascaran o denuncian sus maquinaciones, eran antes del Internet de muy difícil consecución, pues es de dominio público que la masonería controla también el negocio editorial a escala planetaria y por su conducto el negocio del comercio de libros. Sólo algunos pocos Quijotes hacen ingentes y desiguales esfuerzos por imprimir y hacer llegar ejemplares donde pueden.

No obstante lo evidentes de Los Protocolos de los Sabios de Sión como relación de programas que se deberían suceder y que incontrovertiblemente se sucedieron después del 10 de agosto de 1906, fecha en que se documentó el depósito de un ejemplar de la edición de los protocolos de 1905 en el British Museum, la masonería sionista sigue negando su autoría, al igual que el esposo adúltero que fue sorprendido infragante por su esposa con otra mujer y le preguntó: "¿Qué hace esa mujer en nuestro lecho matrimonial?".

Él giró la cabeza hacia la parte de la cama que le señalaba su iracunda consorte y donde se encontraba su furtiva compañera, también desnuda, y regresando la vista hacia su cónyuge le respondió:

"¿Cuál mujer?".

O, ¿acaso fueron los protocolos dictados por un profeta moderno con parecidas capacidades de vaticinio a los del Antiguo Testamento?

Aunque los imperialistas de Sión siempre niegan empecinadamente todo lo que ponga al descubierto o en riesgo sus planes, muchas veces son tan contundentes las pruebas, que deben recurrir al tan ensayado expediente de comprar ediciones completas, o de recoger todos los escritos que los denuncian, para destruirlos. Obviamente han sido todas las ediciones de Los Protocolos de los Sabios de Sión objetivo preponderante de este plan confiscatorio, seguidos por otros importantes textos, como El Judío internacional de Henry Ford, de quien nadie puede negar que se trate de uno de los más destacados estadounidenses del siglo XX y de uno de los más acendrados patriotas.

En los países de Europa Occidental empezó la batalla de la Iglesia contra los criptojudíos en tiempos de las cruzadas. En 1180 fueron expulsados de Francia; en 1198 volvieron a ser admitidos y en 1394 debieron ser expulsados definitivamente de ese país, lo que se mantuvo por muchos años, pero después regresaron con su conspiración perfeccionada y tomaron el control a través de la Revolución Francesa.

Inglaterra debió también tomar precauciones ante la conspiración sionista, especialmente en tiempos de Ricardo Corazón de León.

A Alemania llegaron ya los judíos en tiempos del Imperio Romano. En 321 había judíos privilegiados por el emperador Constantino en Colonia; en el año 800 ya se mencionan judíos en Augsburgo, en el 950 en Magdeburgo y Merseburgo; en el 1009 en Meissen. Primero la ley germánica les concedió todos sus derechos, pero luego se debió establecer un Ordenamiento judío y se les prohibió tener propiedades y vivir en el campo, debiendo establecerse en las ciudades.

Pero después hubo que confinarlos en barrios judíos. El primer ghetto se estableció en Venecia en 1516 y después se les prohibieron todas las actividades económicas distintas a las de ropavejeros y prestamistas y en esta área obtuvieron grandes beneficios, pero se granjearon también el odio de las gentes explotadas de los países de sus actividades.

Volvamos a la independencia y consolidación de la que sigue siendo la primera potencia mundial en los albores del tercer milenio, los Estados Unidos de América y citemos sólo unas cuantas coincidencias con la masonería:

La antigua y poderosa hermandad ya había intuído el devenir de la próxima gran potencia y sentado sus reales en ella. En la declaración de independencia de los Estados Unidos de América, más de cincuenta(50) de los cincuenta y seis signatarios, eran miembros de la masonería (algunos reivindican 52, otros 55 de los 56).

De los presidentes de la unión, George Washington fue masón que se inició en la logia Fredricksburg 4 de Virginia; Theodor Roosevelt fue maestre de la logia Matinecock 806 de Oyster Bay en Nueva York; William Howard Taft, gran maestre de la Masonería de Ohio; Franklin Delano Roosevelt, grado 32 del Rito Escocés; Gerald Ford, Inspector General Honorario del Grado 33 y miembro de la logia Columbia 3; George Bush padre, grado 33 del Supremo Consejo, y no sigamos para no cansar.

Los colores de la bandera de los Estados Unidos de América son los mismos azul, blanco y rojo de la Revolución Francesa, tomados a su vez de los tres tipos de logias masónicas de la época. El masón James Hoban fue el diseñador de la Casa Blanca, residencia de los Presidentes de EUA y el también masón Frederick A. Bartholdi, de la simbólica estatua de la libertad, y el monumento más grande erigido en honor de la masonería lo levantaron junto al río Potomac en Alexandria, Virginia, el George Washington Masonic National Memorial, inaugurado en 1932 y en su interior se pueden visitar, entre otros, la réplica de una logia y una biblioteca con libros sobre la masonería.

Es, por decir lo menos, curioso, recordar que el masón Lafayette, que ordenó la demolición de La Bastilla, envió sus llaves como regalo a George Washington.

Sigamos viendo el sello masónico en los símbolos de la gran potencia:

El Congreso reunido en Filadelfia encargó a los masones John Adams, Benjamín Franklin y Thomas Jefferson para elaborar el escudo y sello de la Unión. El primero presentó un tema mitológico que representaba a Heracles; el segundo planteó una alegoría que mostraba a Moisés conduciendo al pueblo elegido a través de las aguas del Mar Rojo y el tercero representó a los israelitas marchando hacia la tierra prometida, pero finalmente fue escogido el diseño de otro, de Charles Thomson, que era maestre de la logia masónica de Filadelfia que dirigía el propio Franklin.

Copiemos la descripción que hace del escudo el citado autor de Illuminati, Paul H. Koch, en la página 95 de la edición Planeta 2004:

En el anverso del sello aparece un águila calva americana con las alas desplegadas que lleva sobre el pecho un escudo con el campo superior de color azul y el inferior repartido en trece barras blancas y rojas. En una de sus garras porta una rama de olivo y en la otra, trece flechas. Sobre ella hay un dibujo circular en cuyo interior trece estrellas componen la "nueva constelación", insinuada en la bandera, que de nueva no tiene nada, porque se puede reconocer con claridad una estrella de David. Finalmente, el ave lleva en el pico una cinta en la que se inscribe la primera leyenda oficial de Estados Unidos: "E pluribus unum" ("De muchos se formó uno"), el mismo eslogan de Weishaupt. En cuanto al reverso de este sello, es muy popular en todo el mundo, puesto que se puede ver en los billetes de un dólar. Fue el presidente Franklin D. Roosevelt quien ordenó imprimirlo en 1945.

Lo que más nos interesa, sin embargo, es que en el reverso aparece un icono familiar: un triángulo con un ojo en su interior. Y que incluye la leyenda "Novus Ordo Seclorum" o "Nuevo orden de los siglos". La inclusión de esta frase, en principio tomada de Virgilio, se interpreta como la intención de los padres de la nación norteamericana de equiparar a Estados Unidos con la Roma clásica".

La primera logia que abrieron los Illuminati en territorio estadounidense fue la logia Columbia de Nueva York, que en el siglo XX cambió su nombre por el de Gran Logia Rockefeller.

La inefable familia Rockefeller, descendientes de inmigrantes judíos alemanes llegados a Estados Unidos de América en 1733, se consolidó con el fundador de la fábula, John Davidson Rockefeller, quien fuera tomado como modelo por Walt Disney para su "Tio Gilito", originalmente el avaro Scrooge de Cuento de Navidad de Charles Dickens.

Este personaje, a través de su Standard Oil, no escatimó medios legales y menos legales para eliminar a sus competidores. La coacción y el soborno, unidos a la maraña jurídica que le creó a su compañía, hicieron inútiles las leyes antimonopolio, convirtiéndolo en el negociante más terrible de la época, pero solía repetir: God Bless The Standard Oil, "Dios bendiga a la Standard Oil."

Para bajar los costos del transporte de petróleo que enviaba en los ferrocarriles de Pennsylvania, Baltimore y Ohio controlados por la banca Kuhn, Loeb & Co, se asoció con los Rothschild a partir de 1880, consolidándose así definitivamente y ya en 1882 había crecido tanto que debió transformarse en la Standard Oil Trust, naciendo así el primer Trust de la historia económica: El sueño de Weishaupt hecho realidad en el campo de los negocios.

En 1907 el juez Landis lo condenó, nada menos, que por 1642 casos de extorsión al pago de indemnizaciones por 29 millones de dólares de la época, que tampoco pagó porque la condena fue apelada y más tarde anulada.

Para evitar problemas con la ley y evadir impuestos, Rockefeller se dedicó a crear fundaciones filantrópicas. Las leyes de EUA eximen a las fundaciones del pago de impuestos, pero les permite poseer, comprar y vender todo tipo de bienes valores bursátiles. Los bienes transferidos a las fundaciones se pueden deducir en las declaraciones de renta y quedan exentos del pago de impuestos de sucesión.

Rockefeller, hijo, se dedicó a fomentar cierta unión protestante incorporando a las religiones tesis capitalistas. Sus fundaciones han dado aportaciones considerables al Movimiento Mundial Interiglesias, al Consejo Federal de Iglesias y al Instituto de Investigaciones Sociales y Religiosas, entre otros.

El "Clan Rockefeller" creó un peligroso coctel de negocios, política y religión, interdependientes.

En 1930 controlaba el Chase National Bank, convertido en la primera institución financiera americana. La consolidación financiera continuó en 1955 con la fusión del Bank of the Manhattan Company unido al grupo Warburg de donde nació el Chase Manhattan Bank, presidido durante muchos años por David Rockefeller.

No parece haber sectores económicos, dentro de las grandes multinacionales, donde el Clan no tenga metidos sus tentáculos.

Rockefeller y Rothschild, son y cómo no, Sumos Sacerdotes del oculto sanedrín contemporáneo.

Lord Byron (1788 – 1824) ya escribía premonitoriamente en "La Edad de Bronce":

¿Cómo es rica Inglaterra? No en piedras preciosas, tampoco en abundancia y paz, aceite y vino, en leche y miel, como la tierra de Kanaá una vez, tampoco en dinero efectivo, que no en dinero de papel; entretanto, si nos vemos privados de estos tesoros, ¿hubo jamás un país cristiano tan rico en judíos? Ellos disponen a su antojo del Trono y del bien de los pueblos; ¡Su pagaré vuela desde el Indo hasta el Polo!

Y Bolsa y Banca, Barón y Compañeros se apresuran a salvar al príncipe de los mendigos de la bancarrota; El oro; no el acero, les abre la puerta del triunfo; Un pueblo elegido, un simple par de judíos, encontrará su tierra de promisión, en cualquier país; Dos judíos, bien se ve que no samaritanos, son ahora dueños judíos del globo terrestre. ¿La felicidad de los pueblos? La menosprecian; Su Nueva Jerusalén es un Congreso, donde se ostenta el orden y el derecho de los hombres libres.

Es sintomático ver cómo ya en 1911, años antes de que el Comunismo se hubiese entronizado en Rusia, el diario estadounidense Saint Louis Post Dispatch publicó una caricatura del dibujante Robert Minor que mostraba a Marx en medio de los rascacielos de Wall Street rodeado por una entusiasta muchedumbre, mientras porta sus obras en la mano izquierda y le estrecha la derecha a un sonriente George Perkins, socio del banquero J. P. Morgan, quien a su vez figura al lado de ambos y junto a Andrew Carnegie y John D. Rockefeller, todos esperando ansiosos estrechar la mano del autor de El Manifiesto Comunista. Al fondo se ve a Theodore Roosevelt, Presidente de EUA.

En la Ciudad de Dios, San Agustín en el Cap. VII. II nos trae una cita de Séneca (Del año 4 al 65 de nuestra era):

…Esta gente perversísima ha llegado a extender sus costumbres en el mundo entero; vencidos han dado leyes a los vencedores.

Y cualquiera se pregunta:

¿Marx agasajado por lo más granado del capital?

Pero no se puede perder de vista lo ya consignado aquí, que las metas de los iluminados coinciden con las planteadas por Marx.

En todo caso, las fuentes del marxismo, que son, aparte del materialismo hebreo, básicamente tres, la filosofía de Hegel, el socialismo francés y la escuela clásica de economía británica, están todas relacionadas de alguna manera con los manejos de los Illuminati.

Otro dato significativo que curiosamente no recogen las enciclopedias, aunque los originales se guarden en las colecciones de documentos del Museo Británico, es que fue Nathan Rothschild quien firmó los cheques de la llamada Liga de los Hombres Justos, con los que se retribuyó a Marx la confección de sus famosas obras.

No causan extrañezas entonces las cínicas declaraciones que hizo el Primer Ministro israelí, Ariel Sharon en 2001:

Quiero decirles algo muy claramente: no se preocupen por los Estados Unidos. Nosotros controlamos a los Estados Unidos y los estadounidenses lo saben.317

IX

Guerras mundiales – nazismo – paradójica Cohabitación capitalismo con comunismo

Téngase en cuenta que también la Primera Guerra Mundial, estaba ya anunciada en el ejemplar de Los Protocolos de los Sabios de Sión, depositado de antemano el 10 de agosto de 1906 en el Museo Británico con el número 3.296 d. 17 y sello de entrada. Pruebas complementarias de que la masonería judía, no sólo había profetizado, sino anunciado la gran guerra, son entre otras cosas, las que enumeramos:

Max Nordau, quien en la última conferencia de Londres que precedió al sexto congreso sionista de Basilea de Agosto de 1903, parece haber sido nombrado sucesor de Herzl y expresó, entre otras cosas, en su discurso ante el sexto congreso sionista, lo siguiente:

Os diré las siguientes palabras, cual si os mostrara los escalones de una escalera que conduce cada vez más hacia arriba: Herzl, el congreso sionista, la proposición inglesa de Uganda, la guerra mundial venidera, la conferencia de la paz, donde con la ayuda de Inglaterra se creará una Palestina libre y judaica.

En la cuestión Palestina, el Sionismo se creía con derechos que ya habían sido abolidos por Jahvé por sus constantes violaciones, como se lo había anunciado El Señor a Salomón en Reyes 9, 6-9 (A.T.):

Mas si vosotros y vuestros hijos, obstinadamente, os apartáreis de mi, dejando de seguirme y no guardando mis mandamientos y ceremonias que os he prescrito; antes bien os fuéreis en pos de los dioses extranjeros, dándoles culto y adoración, 7. Yo arrancaré a Israel de la tierra que le di, y arrojaré lejos de mí este templo que ha consagrado a mi nombre; e Israel vendrá a ser el escarnio y la fábula de todas las gentes. 8. Y esta casa se mirará como un ejemplo; cualquiera que pasare por delante de ella, quedará pasmado, y prorrumpirá en exclamaciones y dirá: ¿Por qué ha tratado así el Señor a este país y a este templo? 9. Y le responderán: Porque abandonaron al Señor, su Dios que sacó a sus padres de la tierra de Egipto, y se fueron tras los dioses ajenos, y los adoraron y les dieron culto; por eso el Señor les ha enviado todos estos males.

Nordau dijo además en este congreso: Herzl sabe que nos hallamos frente a un posible sacudimiento del mundo entero.

Todos sabemos que Arthur James Balfour, quien fuera Primer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña entre 1916 y 1919, fue quien solicitó la participación de los Estados Unidos de América en la Primera Guerra Mundial y quien expidió la Declaración Balfour sobre el establecimiento de una patria para los judíos en Palestina. ¿Fue acaso Nordau un profeta de los del Antiguo Testamento, como lo había juzgado su hermano judío Achad Haam después del discurso del Sexto Congreso Sionista de Basilea?

En el acta N° 7 de Los Protocolos de los Sabios de Sión, se lee:

Tenemos que estar preparados por si algunos se opusieran a nuestros proyectos, a llegar si fuera necesario, hasta la declaración de guerra al país vecino que pretendiera atravesarse en nuestro camino, pero si estos vecinos a su vez, se decidieran a unirse en contra nuestra, será preciso responderles desencadenando una guerra mundial.

En diciembre de 1919 se encontró en la cartera del oficial judío Zunder, quien comandaba el segundo batallón de tiradores del ejército bolchevique y fue muerto en uno de los combates en la campaña contra Polonia, un documento escrito en hebreo y cuyo texto (traducido primero al ruso y luego al inglés) fue publicado en la Revue Internationale de Sociétés Secrètes, t IV, Pág. 203 y provenía del Comité Central de la Sección de San Petersburgo de la Liga Internacional Israelita.

Para no extendernos demasiado, transcribimos algunos apartes:

¡Hijos de Israel! La hora de nuestra suprema victoria se aproxima; nos encontramos en el umbral del dominio del mundo. Lo que para nosotros antes era un sueño, está a punto de realizarse. Éramos débiles e impotentes pero la catástrofe mundial nos transforma, y gracias a ella podemos levantar la cabeza con orgullo.

No obstante, debemos de ser prudentes; casi seguramente podemos profetizar, que después de haber pisoteado y aplastado altares y tronos, podemos seguir avanzando por el camino que nos hemos trazado.

La autoridad de la religión y de las doctrinas extrañas, que con tanto éxito hemos propagado, puede exponernos a críticas y burlas violentas. Pero de todos modos hemos conseguido conmover la cultura, la civilización, las tradiciones y los tronos de las naciones cristianas. Hemos hecho todo lo humanamente posible para someter al pueblo ruso al yugo del poder judío, y finalmente le hemos obligado a prosternarse ante nosotros.

Más adelante se lee:

Tenemos que provocar el aborrecimiento entre obreros y campesinos. La guerra y la lucha de clases destruirán todos los centros de cultura de los pueblos cristianos.

Renglones más allá consigna el mismo documento:

Somos los amos de las finanzas y del oro, de casi todos los gobiernos y por consiguiente somos los dueños de las bolsas de los estados.

Para establecer la milimetría con que la masonería cumplía sus planes, enunciados muchísimos años antes por los Illuminati, como ya vimos, y confirmados en Los Protocolos de los Sabios de Sión y en los discursos de los Congresos Sionistas de Basilea, vemos cómo llevaron a un peón de su sociedad secreta, La Mano Negra, el tristemente célebre serbio, Gavrilo Princip a asesinar al heredero de la corona austro-húngara, al Archiduque Francisco Fernando y a su esposa, durante una visita oficial a Sarajevo, que fue el detonante para desencadenar la Primera Guerra Mundial.

En los documentos de los Illuminati se prenunciaba que ese conflicto sería atizado, lanzando los intereses alemanes contra los británicos, por una parte y contra los eslavos por la otra, sin importar quién ganara y sólo importando el debilitamiento de Europa, el derrocamiento de los zares para instaurar el comunismo y luego ir agotando y derrocando las demás monarquías, que fue lo que en realidad sucedió.

No sin razón escribió Jacinto Benavente en la parte I de sus memorias:

Donde veáis ruinas y estragos, podéis asegurar que por allí ha pasado el judío.

¿Sería acaso que había renacido el Oráculo de Delfos?

Pero al leer quiénes fueron los firmantes del ominoso Tratado de Versalles, se llega a establecer sin lugar a dudas el rastro de la masonería; vemos entre los firmantes a Lord Alfred Milner, agente de la Casa Rothschild, dos hermanos de la familia Warburg, representantes indirectos de la misma banca Rothschild, Paul, casado con Nina Loeb (hija de Salomón Loeb de la banca Kuhn Loeb & Co) y su hermano Félix, con Frieda Schiff (hija de Jacobo Schiff, el cerebro de la empresa de ese mismo nombre).

Paul Warburg firmó como representante de Francia, mientras su hermano lo hacía en nombre de Alemania, a entera satisfacción de los Iluminados.

Después de la Gran Guerra empezaron a correr los años y con ellos se iba volviendo asfixiante la penuria económica y social derivada del Tratado de Versalles y los alemanes fueron de pronto conscientes de la puñalada en la espalda que había recibido su nación.

Muchos analistas le atribuyen al Council on Foreign Relations, CFR, los abstrusos planes para hacer llegar a Hitler al poder y así crear las condiciones para desencadenar su planeada Segunda Guerra Mundial; veamos:

Son suficientemente conocidas las agobiantes condiciones que le crearon a Alemania con el Tratado de Versalles. Cuando Alemania en 1923 entró en mora con sus pagos de reparaciones de guerra a Francia, invadieron el Ruhr, centro de la industria alemana. Esto generó un colapso en la economía de Alemania y desató la mayor hiperinflación que conoce la historia, al pasar el marco alemán (Reich Marc) de valer unos pocos dólares a llegar a cuatro billones (4.000.000.000.000,oo) de marcos por dólar. Se nombró entonces a un miembro del CFR, al banquero y futuro vicepresidente de Estados Unidos, Charles G. Dawes, como presidente de un "Comité de Expertos de la Comisión Aliada de Reparaciones" para diseñar e imponer un plan de pagos hasta el año 29 cuyas condiciones fueron tan duras que pauperizaron al pueblo alemán. Este "Plan Dawes" fue un preanuncio de lo que sería luego el Fondo Monetario Internacional. Las condiciones del plan fueron redactadas por el también masón, el abogado Owen D. Young. La crisis que se produjo y lo que vino después, allanaron el camino para que Adolf Hitler ganara las elecciones y el resto de lo que sucedió ya lo conocemos casi todos.

Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial Philip C. Jessup, uno de los directores del CFR, le escribía a sus colegas del Council on Foreign Relations, John W. Davis y George O. May, que la CFR cumplió una función crecientemente últil durante los años veinte y treinta pero sólo con el estallido de la Segunda Guerra Mundial demostró haber llegado a la madurez.

El grupo de trabajo que se creó para asesorar al gobierno de E.E.U.U. antes y durante la guerra se llamó WPSP (Proyecto de Estudio Sobre la Guerra y la Paz) y lo hizo durante 352 reuniones sostenidas, la mayoría de ellas, en la sede de la CFR en Nueva York y produjo 682 informes que le presentó al Presidente Franklin D. Roosevelt y al Departamento de Estado.

De los citados informes, 161 versaban sobre economía y finanzas; 148 sobre asuntos políticos; 172 sobre armamentos; 128 alrededor de asuntos territoriales; 65 sobre asuntos y metas para la paz y 8 del Cómite coordinador*. Este War and Peace Studies Proyect of The CFR diseñaba las instrucciones y el gobierno las ejecutaba, igual que lo sigue haciendo ahora.

Los planificadores de la CFR concluyeron que el "interés nacional" estadounidense requería, como mínimo, el acceso libre a los mercados y a las materias primas del Imperio Británico, del Lejano Oriente y de todo el Hemisferio Occidental, incluyendo Centro y Sudamérica. Pero hoy sabemos mucho más y estamos siendo testigos de cómo ese "acceso libre" lo están abriendo a la fuerza a las fuentes de energía del Cercano Oriente.

El memorándum E-B24 del 24 de julio de 1941 del Grupo de Asuntos Económicos del CFR/WPSP ya contenía los elementos del inicio de la globalización de la economía: creación de instituciones internacionales para estabilizar las monedas, instituciones bancarias para invertir en zonas de desarrollo. En octubre de 1941, Winfield R. Riefler (director del CFR entre 1945 y 1950) presentó el plan para la creación de una "Autoridad Internacional de Desarrollo". Esta institución debería ser controlada por directores de Estados Unidos y de Gran Bretaña.

El plan sería llevado a la realidad por Harry Dexter White, Secretario adjunto del Tesoro y miembro de la CFR y por el economista británico John Maynard Keynes, miembro de la Sociedad Fabiana. Se habían constituído bases de lo que serían el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. El proyecto fue presentado formalmente en 1942 al presidente Roosevelt por el Secretario del Tesoro, Henry Morgenthou. Estas ideas tomaron su forma definitiva en la "Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas" que se realizó a mediados de 1944 en el Hotel Mount Washington de la localidad de Bretón Woods en New Hampshire y fue el complemento perfecto de la Reserva Federal que diseñó la banca sionista.

Para consolidar el control financiero masónico a escala mundial, otro miembro del CFR, Isaiah Bowman propondría el control político global que debían ejercer los Estados Unidos de Norteamérica y sus amigos y recomendó el perfeccionamiento de la fracasada Liga de las Naciones en una entidad que se llamaría "Organización de Naciones Unidas".

En la conferencia de fundación de la ONU en San Francisco, el delegado de México sentenció premonitoriamente, que con la Carta de las Naciones Unidas "los ratones estarán muy disciplinados mientras que los leones podrán pasearse libremente".

Es sintomático anotar que el predio sobre el cual se construyó en Nueva York el edificio de las Naciones Unidas, fue donado por John D. Rockefeller Jr. y que todos los Embajadores de Estados Unidos ante el organismo, han sido miembros del CFR y recientemente casi todos desde 1973 de la trilateral que fundó ese mismo año David Rockefeller.

Todos los Secretarios de Estado desde 1933 hasta el 2001, así como los Secretarios de Defensa desde 1961, también hasta la misma fecha 2001, han sido, o miembros de la CFR o miembros de la T.C. (Trilateral) con excepción de Clark M. Clifford (1968-69). Todos los Secretarios del Tesoro de los EEUU desde 1957 hasta el 2001, año hasta donde tenemos documentado, han pertenecido también a la CFR. Se podrá pues colegir sin temor a equivocaciones, el total dominio masónico sobre la primera potencia del mundo.

Los grupos de trabajo fueron financiados por la Rockefeller Foundation y el Carnegie Corporation de Nueva York.

En otros apartes de este trabajo ya nos hemos referido al verdadero fin de ciertas fundaciones, pero miremos un poco más detenidamente lo que nos narra Adrian Salbuchi en su libro (El Cerebro del Mundo), pp. 274 y 275:

Las fundaciones exentas de impuestos, de las que existen miles en los Estados Unidos, suelen ser una fachada para la canalización de fuertes sumas de dinero hacia determinados objetivos políticos y económicos que se disfrazan de filantropía.

El tema de las fundaciones viene siendo investigado en Estados Unidos desde hace muchos años ya que muchos opinan que se trata de organizaciones que promueven intereses políticos muy poderosos que escapan del control y voluntad populares. En los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, distintas personalidades procuraron alertar a la opinión pública sobre la influencia desmedida de organizaciones como el CFR sobre el gobierno, a la vez que señalaban la importante financiación que el CFR y otros grupos análogos recibían de las fundaciones libres de impuestos. Los medios de difusión dieron poca importancia y nula trascendencia a las investigaciones que se hicieron. Es así como en 1953, una comisión del Congreso estadounidense, la "Comisión Reece"218, investigó a las fundaciones exentas de impuestos como la Rockefeller Foundation, la Ford Foundation, la Carnegie Foundation y al propio CFR como beneficiario de sus donaciones.

Sus resultados quedarían en la nada debido a fuertes presiones ejercidas sobre sus miembros.

Luego, otros congresales estadounidenses tratarían de investigar a las fundaciones y a organizaciones como el CFR, como lo hicieran el diputado Wright Patman del estado de Texas en los años sesenta, y Larry P. McDonald en los setenta. En 1976 McDonald escribió la introducción al libro de gary Allen, El Archivo Rockefeller –The Rockefeller File – en el que se investiga y revela el patrimonio económico-financiero y las estrategias políticas del grupo Rockefeller a través de las empresas, fundaciones y organizaciones bajo su control. El mismo indicaba que el número de fundaciones y trusts Rockefeller excedía las doscientas y alertaba a sus lectores diciendo que "The Rockefeller Files no es ficción. Es una presentación compacta, poderosa y atemorizante de lo que podría representar el hecho más importante de nuestros tiempos: la intención de los Rockefeller y de sus aliados, de crear un gobierno mundial que combine las fuerzas del supercapitalismo y el comunismo bajo una misma carpa. Todo bajo su control"220.

Estas palabras fueron escritas por McDonald a mediados de los años setenta cuando el comunismo aún era una fuerza política y militar importante mundialmente, que –insistimos- aunque haya desaparecido como régimen formal, aún perduran sus pautas de ingeniería social. Como último dato, cabe acotar que Larry McDonald murió junto con los demás pasajeros que se encontraban a bordo del fatídico vuelo 007 de Korean Airlines, derribado por los soviéticos sobre la península de Kamkatchka el 31 de agosto de 1983.

Para Adolf Hitler no fue difícil enardecer, y con razón, a las masas y empezó por recuperar el control de lo que había sido arrebatado a Berlín, como la cuenca del Ruhr y los Sudetes y posteriormente forzó la Anexión de Austria o el Anschluss, sin que se supiera que estaba siendo utilizado por la masonería.

Miembros del grupo revolucionario Spartacus, mismo sobrenombre asumido por Adam Weishaupt, fundador de los Illuminati, seguidores de las teorías de Karl Marx e impulsadores de la Segunda Internacional, como Karl Liebknecht, Rosa Luxemburg y Clara Zetkin, se habían infiltrado en el gobierno del Kaiser (emperador) para traicionarlo e instigar desde dentro y bajo cuerda, todo tipo de revueltas para debilitarlo.

En su campaña para ser reelegido presidente de Estados Unidos de América en 1916, Woodrow Wilson prometió no intervenir en la Gran Guerra con su eslogan Él nos mantuvo fuera de la guerra, pero sus intenciones eran otras.

Ya los Illuminati tenían el camino preparado, pues sabían que sin la intervención de EUA, las potencias centrales ganarían la guerra demasiado pronto y entonces no se podría conseguir el deseado agotamiento general y además, se correría el inminente peligro de que el Kaiser apoyase a la familia de los zares, pues no olvidaban que la Zarina Alejandra era de origen alemán.

Para los banqueros sionistas, las guerras eran también bienvenidas en el aspecto financiero, pues solían repetir más guerras, más ganancias.

En 1917 ocurrió lo planeado y EUA entró a la guerra con una masiva campaña de satanización de Alemania y de su Kaiser, que era, según ellos, el monstruo infernal que quería dominar el mundo, lo cual era precisamente lo que Alemania y Austria trataban de evitar, esto es, que las verdaderas fuerzas satánicas lo hicieran.

Wilson, afecto a los slogans y menos a la verdad, lanzó su frase efectista: Esta será la guerra que acabe con todas las guerras, cuando la verdad apuntaba en otra dirección, ya que la masonería sionista estaba abonando el terreno para la más devastadora conflagración de la historia, que cambiaría definitivamente el orden establecido a través de los siglos, por la más perversa conspiración contra el género humano. Un cuarto de siglo después de estallar la Gran Guerra, se desencadenó la Segunda Guerra Mundial, que tanto habían vaticinado y preparado los Sabios de Sión.

Que los EUA fueron la principal ficha en el ajedrez de la masonería, lo confirmó Winston Churchill semanas antes de empezar la Segunda Guerra Mundial: Si el gobierno estadounidense no hubiera llevado a su país a la guerra, habríamos logrado una paz rápida que además hubiera evitado el colapso que condujo a Rusia hacia el comunismo; tampoco se habría producido la caída del gobierno en Italia seguida del fascismo y el nazismo no habría ganado ascendencia en Alemania. Con otras palabras, si Estados Unidos de América no hubiera entrado en la Gran Guerra, los propósitos de la masonería no se hubieran podido llevar a cabo, por lo menos, en esa oportunidad.

No hubiese sido razonablemente posible, que una nación con los elevados valores de Alemania, que ha sido faro en el mundo en practicamente todos los campos del conocimiento, que le ha dado a la humanidad una cumbre de filósofos, matemáticos, físicos, compositores, científicos, dramaturgos y escritores en todas las áreas; que tiene y ha tenido una población de un nivel de cultura y educación envidiables, haya podido sucumbir al incipiente movimiento político de un extranjero, ex-cabo del ejército, si no hubiese estado de por medio una poderosa organización y si Alemania no hubiese sido pisoteada y apabullada después de la Gran Guerra. Los preparativos ya se habían hecho y madurado a través de la masónica Orden de Thule, como se verá más adelante.

Hitler había nacido con dotes de caudillo (Fuehrer) y su hiperfunción de la tiroides, que lo hacía aparecer a veces como exaltado, contribuyó para potenciar su energía que parecía inagotable y despertaba comentarios asombrados de quienes trabajaban en su cercanía. No es de extrañarse pues, que los Mariscales de Campo y Generales reputados como los mejores estrategas militares del mundo, lo acataran como a su cabeza. El generalato, en un principio escéptico hacia él, pero obediente, fue cambiando de opinión. Veamos algunos apartes de la obra "Derrota Mundial" de Salvador Borrego E., 48ª edición de Editorial Solar (Ver Anexo 2 al final).

El nombre de este tan discutido personaje, Hitler, que jamás imaginó servir la causa de sus perseguidos, no desaparecerá de libros, de periódicos, de revistas, de películas y de los labios de todos los propagandistas del mundo mientras produzca ganancias. Se le imputa haber matado seis millones de judíos en los campos de concentración. Este fue ciertamente un crimen horrendo de lesa humanidad, que nadie que tenga sana su conciencia jamás podría condenar suficientemente, si realmente sucedió, pero muchos técnicos, historiadores y testigos lo desmienten.

El experto Fred A. Leuchter, perito en diseño y construcción de cámaras de gas, responsable por el diseño, construcción y funcionamiento de varias de ellas en penitenciarías de Estados Unidos de Norteamérica, escribe en la introducción del informe que lleva su nombre, INFORME LEUCHTER, lo siguiente:

En febrero de este año (1988) se puso en contacto conmigo el Dr. Robert Faurisson por el Proceso del Sr. Ernst Zündel y me pidió considerar un encargo para investigar las supuestas cámaras de gas para ejecuciones que hicieron funcionar los nazis en Polonia, y a la vez exponer una opinión de ingeniería en cuanto a su operabilidad y eficiencia. Por otra parte, me solicitaron efectuar una evaluación forense de crematorios allí existentes. Después de una reunión con el Sr. Zündel, su abogado defensor, Dr. Douglas H. Christie, y miembros de su equipo, en cuya oportunidad se discutió el proyecto, me informaron que mi dictamen se usaría en el caso "The Queen vs. Zündel", que se trataba, entonces, ante la Corte del Distrito de Toronto. Aceptada esta situación, se resolvió que la investigación incluyera a Auschwitz, Birkenau y Majdanek (Lublin) y todos los crematorios agregados y las supuestas cámaras de gas para ejecuciones. Yo acepté la demanda y el 25 de febrero de 1988 conduje un equipo de investigadores hacia Polonia. El grupo lo componían: mi esposa Carolyn Leuchter; Sr. Howard Miller, dibujante técnico; Sr. Jürgen Neumann, cameraman, y el Sr. Theodor Rudolf, intérprete. Regresamos el 3 de marzo de 1988, después de haber inspeccionado todas las instalaciones requeridas en Auschwitz, Birkenau y Majdanek. Este Informe y mi dictamen son el resultado de esas investigaciones llevadas a cabo en Polonia.

Al final del detallado peritazgo del ingeniero Leuchter se lee RESUMEN Y DICTAMEN:

Después de haber estudiado la literatura al alcance, la investigación y la evaluación de las instalaciones existentes en Auschwitz, Birkenau y Majdanek por el experto, en lo referente al diseño de cámaras de gas, la investigación sobre tecnología de crematorio y la inspección a crematorios modernos, el autor no encontró evidencia alguna de que las instalaciones, es decir, las supuestas cámaras de gas para ejecuciones, hayan sido usadas como tal, y llegó, además, al resultado de que a raíz del diseño y la fabricación de estas instalaciones, las mismas no pudieron haber sido utilizadas como cámaras de gas para ejecuciones.

Asimismo, una evaluación de las instalaciones de los crematorios muestra la evidencia terminante de que existe una contradicción entre el supuesto volumen de los cadáveres cremados y el tiempo generalmente requerido para ello. Por todo esto, y por el mayor conocimiento técnico del autor, se da constancia que ninguna de las instalaciones investigadas han sido utilizadas jamás para la ejecución de seres humanos, y que los crematorios no podían haber soportado de ninguna manera las supuestas cargas atribuidas a ellos.

Quienes deseen enterarse a fondo acerca de estos argumentos, pueden consultar el INFORME LEUCHTER de Editorial Solar, 1989.

Como este informe levantó ampolla, los judíos lo cuestionan, alegando que él no es ingeniero, cosa que el mismo Leuchter admite contestando a denuncias interesadas ante el organismo que concede las licencias a los ingenieros; Leuchter afirma:

No estoy ni he estado nunca registrado como ingeniero profesional y nunca me he presentado como ingeniero al contactar con varios Estados en los que la pena de muerte está en vigor…

Pero Fred A, Leuchter Jr. es ampliamente reconocido como un experto autodidacta en la materia.

En el ANEXO 3 al final de esta obra se podrán encontrar algunas citas y/u opiniones acerca del Holocausto.

Si los interesados encuentran algo que no se ajuste a sus propósitos, seguramente no se arredrarán en descalificar a Pitágoras o a Copérnico porque carecieron de un certificado o de un registro para ejercer sus conocimientos.

Lo anterior concuerda con la manera de aplicar justicia a las naciones. El impulsor para la creación de una Corte Criminal Internacional (con fuero supranacional), los Estados Unidos, deciden no firmar el tratado, que los otros países sucribieron, o fueron obligados a suscribir en Roma en julio de 1998.

Según John R. Bolton, presidente ejecutivo del banco de cerebros "American Enterprise Institute", ex-Subsecretario de Justicia y ex-Subsecretario de Estado del presidente George Bush, en su artículo Courting Danger aparecido en el invierno de 1998/1999 en el The National Interest, dice:

Temores del Pentágono por la suerte de sus fuerzas de paz en todo el mundo. y su principal preocupación de que el presidente, los miembros de su gabinete. y otros altos líderes civiles y militares responsables de nuestras políticas de defensa e internacional, pudieran ser blancos potenciales de algún juez no subordinado (el subrayado es nuestro) dentro del marco de la corte creada en Roma.

La Corte Criminal Internacional fue la consolidación y prolongación en el tiempo del Tribunal de Nüremberg creado en 1945 para juzgar a los dirigentes nacionalsocialistas de Alemania.

La Corte Criminal Internacional tiene jurisdicción sobre: a) genocidio, b) crímenes contra la humanidad, c) crímenes de guerra y d) crímenes de agresión.

Naturalmente los animadores de esta Corte procedieron según la "ley del embudo" y pudieron evadir ser juzgados, entre muchos crímenes, por las bombas atómicas lanzadas a ciudades japonesas habitadas por cientos de miles de civiles de todas las edades y condiciones, por la masacre de más de un millón de vietnamitas y de más de seiscientosmil civiles iraquíes.

Es reconfortante ver cómo tan destacados defensores de los Derechos Humanos proceden con sus "marines" en todo el mundo y cómo el presidente Nixon indultó al capitán Calley y los hombres de su pelotón que masacraron a los campesinos de la aldea de My Lay en Vietnam.

Cuando los EEUU califican el comportamiento de las demás naciones en materia de Derechos Humanos*, omite hacer la propia evaluación en el trato que dan sus autoridades a las minorías indígenas, negras e hispanas de su país.

El Partido Nacional Socialista en el poder prohibió todas las organizaciones masónicas, templarias y las demás afines. Como el Santo Oficio, su recta intención fue la de liberar a la humanidad de la amenaza de los sabios de Sión, pero fallas humanas llevaron a cometer injusticias contra inofensivos e inocentes, en su mayoría, practicantes de la religión del Antiguo Testamento, tan merecedora de acato y respeto como todas. Esas inocentes víctimas no eran responsables de la traición, ni de los métodos de sus hermanos politizados.

La organización masónica cercana a los rituales de la muerte, la Orden de Thule que defendía el racismo germano, fue fundada por el también masón, Barón Rudolf von Sebottendorf quien fue su gran maestre. Esta organización secreta fue la célula de donde nació el N.S.D.A.P. (National Sozialistische Deutsche Arbeiter Partei) o Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes, conocido como el Nazismo. El partido Nazi fue fundado por miembros de la Orden de Thule por instrucciones del mismo Sebottendorf.

Ya eran miembros de la "Orden" los después prominentes miembros del régimen Hitleriano: Goering, Himmler, Hess, Streicher, Frank y Rosemberg, entre otros. Nótense también aquí la participación de apellidos judíos.

El Nacional Socialismo adoptó el mismo emblema de la Orden de Thule, esto es, la cruz gamada o svástica.

No causa extrañeza constatar una vez más, cómo la masonería, disfraza a este aventurero trotamundos, hijo de un maquinista de locomotora, con el manto de aristócrata, la clase que siempre fue blanco de sus odios y además le niega a la Orden de Thule su sello masónico para así matar dos pájaros de un sólo tiro: Encubrir su autoría en la conspiración nazi y atribuírsela a un aristócrata. En efecto, el Barón Rudolf von Sebottendorf, vino al mundo como Rudolf Glauer. Fue maestro en Hannover y destituido por tener relaciones con la madre de un alumno; luego se embarcó como fogonero; fue electricista en Nueva York; buscador de oro en Australia. Después de aventurar por Egipto y Turquía, fue a parar a Bulgaria, se hizo amigo del judío griego Termudi y se dedicó al estudio de la Cábala, arte supersticioso judío que es el fundamento de la astrología, de la nigromancia y demás ciencias ocultas. Se dedica también a coleccionar y a estudiar textos sobre rosacrucismo y alquimia. Termudi, así como sus hijos pertenecían a una logia masónica en Bursa que tenía que ver con el Rito de Memphis. Rudolf Glauer o el Barón von Sebottendorf es introducido a esta logia y más tarde heredará su biblioteca. Después de verse involucrado en un caso de falsificación, regresa a Turquía y se hace ciudadano turco. En Turquía conoció un inmigrante alemán, al Barón Heinrich von Sebottendorf y se hace adoptar, adquiriendo el añorado título aristocrático. ¿Ya tendría la masonería sus planes con este nuevo aristócrata?.

¿Pero cómo no iba a estar involucrado un sionista en el holocausto? En efecto, después del Anschluss o anexión de Austria, el servicio secreto alemán confiscó unos documentos preparados por el ex-primer ministro austriaco Engelbert Dollfuss, según los cuales, en 1836 Salomón Mayer Rothschild, entonces residente en Viena, tenía a su servicio como recamarera a la joven Maria Anna Schicklgruber, a quien sedujo y quedó embarazada, lo que dio lugar a que la enviase de regreso a su pueblo Spital, donde se arregló un matrimonio de conveniencia con Johann Georg Hiedler.

En 1837 nació Alois, que nunca fue reconocido por el esposo de su madre, llevando su apellido materno, hasta que a los cuarenta años decidió cambiárselo por el de Hiedler o Hitler. Este Alois Hitler tuvo varios hijos, entre ellos a Adolf, quien como jefe de gobierno alemán ordenó borrar todas las pistas de su ascendencia.

No somos amigos de eclecticismos ni de eufemismos. Al pan, pan y al vino, vino.

Quienes nos hemos adentrado en las manipulaciones masónicas llegamos a tener que creer, hasta las para otros, más descabelladas teorías, concluyendo que nada tienen de suspicacia y que caben perfectamente dentro de sus planes.

Una de estas teorías dice, que Hitler fue apoyado política y financieramente por la masonería, para dar cumplimiento a lo que se había planeado y que está consignado en la ya mencionada correspondencia entre Pike y Mazzini. Desde esa perspectiva, el holocausto fue también diseñado por la organización para alcanzar sus fines, como en efecto ocurrió.

Como ya vimos, la Segunda Guerra Mundial estaba planeada desde hacía muchos años.

¿Fue entonces Hitler, como Napoleón, otra marioneta en manos de la hermandad?

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