El peronismo era percibido como un fenómeno inherente e irremediablemente adverso a las instituciones y valores democráticos.
A partir de 1966 se da surgimiento a defasajes significativos entre los intereses socioeconómicos, se visualizó la formación de nuevos movimientos sindicales peronistas con características nuevas que lo constituyeron como una actor político independiente. Y finalmente el ingreso de los militares a las arenas políticas.
ARGENTINA POS 1955: UNA COMUNIDAD POLÍTICA DESARTICULADA
El corolario de exclusión del peronismo, tanto en el plano electoral como del correspondiente a la acción política legal, fue particularmente complejo. Esto introdujo una profunda diyuntiva entre la sociedad y el funcionamiento de la política, que resultó en la emergencia paulatina de un sistema político dual.
El sector popular, especialmente de la clase obrera, que se había expresado a través del peronismo, quedó privada de toda representación tanto en las instituciones parlamentarias como en la maquinaria institucional del estado.
Las presiones ejercidas por el sector popular, fueron en su gran mayoría de carácter extra institucional. El movimiento sindical peronista se transformó progresivamente en la expresión organizada más poderosa del sector.
A partir de 1956 fueron emergiendo gradualmente tres posiciones dirigentes en campo antiperonista:
1. Populismo reformista
2. El desarrollista
3. El liberal.
El populismo reformista sostuvo que las políticas de Perón habían desalentado la producción agropecuaria. La consiga de esta rama fueron promovidas por el radicalismo, se había transformado en la única oposición partidaria desde 1946.
En 1956 el partido se dividió, por el lado radical intransigente o frondizista y por otro lado los radicales del pueblo.
Cuando el líder de los intransigentes, Frondizi, es elegido presidente en 1958, redefinió radicalmente la orientación del partido.
Los desarrollistas sostuvieron que el estancamiento económico de Argentina se debía principalmente a un retardo del crecimiento de la industria de base. También sostuvieron que se requería una incorporación masiva de capitales extranjeros a la economía. El desarrollismo no presentó en apoyo irrestringido al modelo conciliación de clase, sino que lucho por las introducción de significativos ajustes del mismo.
A partir de 1955 los partidos políticos, organizaciones corporativas y corrientes ideológicas a través de las cuales se expresaban los reformistas populares, el desarrollismo y los liberales, entraron en numerosas alianzas y conflictos.
La complejidad de la política argentina en el período 1955-1966 se debió en gran medida a que las adhesiones y oposiciones políticas generadas, por una parte, por las predicciones acerca de los efectos que tendrían la aplicación de las políticas económicas alternativas sobre lo que cada grupo percibía como "sus intereses", y por otra parte, las reacciones de los distintos grupos como respecto a las estrategias de exclusión o reincorporación del peronismo.
Excluido el peronismo, los dos partidos radicales agotaban el espectro de fuerzas electorales significativas a fines de la década de 1950 y principios de 1960.
La coherencia interna del programa liberal se equipaba de una tremenda debilidad electoral. La síntesis pragmática liberal, es decir, su propuesta era:
1. Erradicar definitivamente el peronismo y pulverizar los sindicatos peronistas.
2. Producir el intervencionismo del estado.
3. Eliminar los sectores industriales ineficientes, obtuvo la adhesión de la burguesía.
LOS SINDICATOS PERONISTAS EN LA OPOSICIÓN:
El intento del régimen militar de 1955-1958 de fundar un régimen político basado completamente en los partidos y en el fortalecimiento de los mecanismos parlamentarios fracasó completamente.
En primer lugar, el estilo de control político de clase obrera establecido durante la época peronista fue radicalmente modificado. Y en segundo lugar, el frustrado proyecto de los militares creó las condiciones para el surgimiento del movimiento sindical peronista enteramente diferente que ganó cierta independencia frente a Perón y fue capaz de desarrollas su propia estrategia política.
El poder del movimiento sindical peronista se amplió después de 1955. Asimismo, este poder se apoyó en bases bastante diferentes.
Los sindicalistas peronistas de época posterior a 1955 actuaron en una sociedad que cada vez se parecía menos a la Argentina de 1945-1955. A partir de 1959 la economía fue gradualmente transformada por la expansión de los sectores industriales productores de bines de intercambio y de consumo durables.
Las prácticas políticas del movimiento sindical conjugaron dos elementos esenciales:
1. Un patrón de esporádicas penetraciones en los mecanismos de representación parlamentaria que se manifestó a través de la limitada capacidad de los líderes sindicales de influir sobre la conducta electoral.
2. Una acción de desgaste a largo plazo que ejerció contra el régimen político que excluyó al peronismo, al costo de ser altamente vulnerable a ataques cuestionadotes de su representatividad y legitimidad.
La estrategia del movimiento sindical peronista tuvo una ventaja importante: su poder se materializó, en buena medida, a través de las acciones de otros actores.
En resumen, el despliegue exitoso de las acciones de contraataque del movimiento sindical impidió la completa ejecución y consolidación de los proyectos de estabilización y crecimientote fines de la década del "50 y principios de la del "60, pero no pudieron revertir las significativas trasformaciones sufridas por la economía.
LOS MILITARES DEL PERÍODO POSTERIOR A 1955. NUEVOS ESTILOS DE INTERVENCIÓN POLÍTICA
Los militares constituyeron el tercer elemento a partir de 1955 en las arenas de lo político.
A partir de 1955, estos modificaron gradualmente el patrón de intervención. Durante la primera etapa desarrollaron un estilo de intervención tutela que resultó en:
1. La exclusión del peronismo del proceso electoral y de las instituciones representativas del estado.
2. El ejercicio de la presión y de su poder de veto en las medidas e iniciativas políticas del gobierno constitucional instaurado en 1958, con el propósito de imponer sus propias preferencias en los asuntos públicos.
A principios de la década del "60, importantes sectores de las Fuerzas Armadas comenzaron a darse cuenta de que los beneficios obtenidos mediante la intervención tutelar eran inferiores a los costos ocasionados por esta.
Las Fuerzas Armadas concluyeron, que eran percibidas por la opinión pública como responsables de las distorsiones de las prácticas democráticas, sin siquiera obtener un beneficio compensatorio.
La fragmentación militar alcanzó su punto más crítico entre los años 1959 y 1963, a raíz de confrontaciones entre facciones opuesta que, en dos ocasiones, terminaron en conflictos armados.
El diagnóstico formulado por las facciones militares predominantes en 1966 tuvo profundas resonancias en el conjunto de la sociedad Argentina.
En 1966 Onganía decide llevar a cabo un nuevo golpe de estado.
Economía y política en la crisis argentina (1958-1973). Juan Carlos Portantiero
EL EMPATE ARGENTINO
El derrocamiento del primer experimento nacionalista popular de Perón, en septiembre de 1955, había de implicar, en varios sentidos, el cierre de un ciclo histórico. En lo que se refiere a lo económico, quedando atrás, agotado, el modelo de acumulación, iniciado con la crisis del "30 y reforzado en la década del "40, que el peronismo modificó socialmente introduciendo un patrón de distribución. En lo político, el fin del primer peronismo arrasaba con el orden legítimo, sosteniéndose en una alianza de intereses expresada en el bloque populista del poder que perón había articulado entre las Fuerzas Armadas, el sindicato y las corporaciones patronales que representaban al capitalismo nacional.
Durante diez años, el peronismo había conseguido dar una expresión política coherente a una etapa de desarrollo social en Argentina. A partir de su caída, ninguna experiencia gubernamental logró satisfacer los recursos necesarios para sostener un orden estable.
Entre 1955 y 1958 se colocan las bases institucionales para proceder a lo que sería la clave última del proceso que se abriría con Frondizi, pero el capitalismo argentino venía reclamando desde la primera mitad de los años "50: la sustitución de trabajo por capital en el desarrollo industrial.
La irrupción buscada por un fracción de clase que pasa a controlar los núcleos más dinámicos de la economía no podía sino alterar las correlaciones de fuerza en el interior de la burguesía.
El alcance ejemplar del período 1966-1973, años de la "Revolución Argentina", derivada de que entonces se puso en marcha el experimento más coherente y en las mejores condiciones de facilitar el desplegado por la facción dominante en la economía para separar el "empate" a su favor y trasformar su predominio en hegemonía.
No cabe dudas que el empate político en Argentina esta articulado con el empate social y en ese sentido resulta insostenible los análisis de las causas estructurales de esa capacidad de bloqueo diseminada en la sociedad que provoca un efecto melancólico sobre el poder.
Las Fuerzas Armadas se encontraban permanentemente tensionadas entre el nacionalismo y el liberalismo.
LOS PRELUDIOS DEL CAMBIO
Entre 1962 y 1963 la Argentina atravesó por uno de sus recurrentes momentos de recesión, su detonante habitual fue el déficit incontrolable de la balanza de pagos. La receta para conjugar la crisis no salió tampoco de los carriles comunes, se trató, otra vez, de estimular a la burguesía agraria a través de la devaluación del peso, con el objeto de modificar a su favor la relación de los precios con la industria.
En el plano de la política tampoco se apreciaron modificaciones: la crisis arrastró a una crisis institucional y las Fuerzas Armadas decidieron el derrocamiento de Frondizi, encendiendo los fuegos virulentos antiperonistas, al estilo de 1955 y 1956.
El crecimiento del papel del sindicalismo y el reflejo sufrido de los partidos políticos, colocó también en un primer plano institucional a las organizaciones corporativas empresarias de los intereses económicos directos de las distintas fracciones del capital, pero también articuladora de proyectos políticos de mayor alcance.
Desde 1964 en adelante el proceso económico en Argentina se caracterizó por:
1. El crecimiento ininterrumpido de el PBI
2. El crecimiento sostenido del producto industrial
3. Aumento de la capacidad del sector industrial para ocupar mano de obra
4. Participación de las grandes y medianas empresas en los mayores crecimientos de los montos de ventas
5. Atenuación de los ciclos originarios del sector externo
6. Estabilidad de los patrones de distribución del ingreso y progresiva atenuación de las diferencias internas de los salarios
7. Descenso del nivel de desocupación
El estado burocrático autoritario y el retorno a la democracia: Argentina desde 1966 hasta 1976
Observando los resultados que trajo la intervención tutelar, importante sectores de las Fuerzas Amadas visualizaron que los beneficios obtenidos eran inferiores a los costos ocasionados por esta.
Al respaldar las alternativas democráticas, los militares estabas restringidos a lo que estas proponían. Percibieron además que eran vistos por la opinión pública como responsables de la distorsión de las políticas democráticas, sin siguiera obtener el beneficio compensatorio de que sus objetivos se cumplieran, además como referentes públicos debían adquirir posiciones ante los diferentes asuntos de gobierno. Lo que generó una fragmentación en las Fuerzas Armadas sobre que posiciones había que asumir y hasta que punto había que influir en los gobierno democráticos.
Enfrentamientos que tuvieron su momento más crítico el cruce entre los azules y los colorados. La victoria de los Azules (Onganía) trajo aparejado el abandono de las prácticas de intervencionismo tutelar y dio lugar a las practicas de las doctrinas de seguridad nacional.
El fracaso de los gobiernos constitucionales, hizo que se pierda la fe en la democracia en cada uno de los sectores de la sociedad y que las voces para romper el empate empezaran a multiplicarse, todos reclamaban más autoridades y menos orden, unos con tradición y otros con eficacia.
El gobierno de Illía estaba cada vez peor y era cada vez más criticado por las personas, a la vez que resaltaba a través de campañas publicitarias y periodísticas la figura de Onganía, mariano Grondona escribió: "Onganía, última alternativa de eficacia, orden y autoridad". Para este momento parecía que el gobierno de Illía solo esperaba el Golpe que se concretó en 1966, el 28 de junio, terminando de esta manera el empate correspondiente al anterior período.
El golpe fue apoyado o viste de buena manera por todos los ámbitos de la sociedad, este tuco crédito amplio y variado, y esto tenía que ver con la indefinición inicial entre las diversas tendencias que coexistían en el gobierno.
El comienzo de la aplicación de la doctrina de seguridad nacional se caracterizó por un shock autoritario:
1. Se disolvió el parlamento y la actividad política
2. Se redujeron a 5 los ministerios y se creó el Estado Mayor de presidencia, donde se unificaron las decisiones de distinta índole.
El golpe de esta que se llevó a cabo en 1966, colocó a onganía al poder, caracterizando al ESTADO BUROCRÁTICO AUTORITARIO de la siguiente manera:
1. Su principal base social es la gran Burguesía trasnacional ligada a los capitales, asentándose sobre una clase social restringida trasnacional. Diseño que favoreció a un grupo minoritario.
2. Se caracterizó por la utilización de mecanismos coercitivos, instaurándose el terrorismo de estado, herramienta que le permitió llevar a delante sus objetivos.
3. La necesidad de normalizar la economía.
4. La organización del estado estaba pensada en tres tiempos:
El tiempo económico
El tiempo social
El tiempo de la organización política
Se buscaba suprimir la política a través de la administración. Solo luego de los estos tres tiempos, sería cuando la sociedad estaría disciplinada como para volver a abrir las puertas de las arenas políticas.
Hay una visión retórica asociada al fascismo. La sociedad debe organizarse en el estado, para que este tenga control absoluto sobre la organización.
5. Se suprime lo popular, tratando de controlar lo ideológico. Se visualiza la exclusión económica de los sectores populares.
Se despolitiza los asuntos públicos. A los largo de 1966 hasta 1969 las motivaciones de la clase media cambian, en una primera instancia se creía que la revolución argentina era la única forma de reorganizar el caos pero con el paso del tiempo se dieron cuenta de que esto no fue así, lo que complicó a Onganía.
6. Se comienza un debate acerca de levantar o no la proscripción al peronismo. El movimiento peronista a su interior contiene facciones ideológicas distintas que lo complejizan aún más.
7. Las Fuerzas Armadas se encontraban fracturas por la cuestión del Peronismo, por la económica a seguir y por la cuestión política entre otras.
8. El movimiento sindical estaba dividido entre los duros y los blandos. La situación política parecía un polvorín que podrían estallas por cualquier flanco. Se da un paulatino debilitamiento del Estado.
Acallado cualquier ámbito de expresión de tensiones en la sociedad y aún de la misma opinión pública, se podía diseñar su política con tranquilidad y con un instrumento estatal poderoso en sus manos – la revolución no tiene plazos-.
En cuento a la reforma económica, estuvo ampliamente influencia y dirigida hacia los intereses liberales, por esto:
1. A corto plazo se busco lograr una estabilidad prolongada que eliminara las causas de pujas sectoriales.
2. A largo plazo se proponía racionalizar el funcionamiento de la economía toda y facilitar así el desempeño de las empresas más eficientes.
Así la nueva política modificaría profundamente los equilibrios de la etapa de empate y volcaba la balanza a favor de los grandes empresarios. Además el estado realizó un gran gasto en obras públicas para fomentar el contexto que alentara el aumento de la eficacia en la producción nacional.
Esta política económica generó un descontento creciente en la sociedad, ya que se le prestaba poca atención a los reclamos sindicales como a los distintos sectores de la producción nacional. A todo esto se sumo el creciente sentido de oposición al régimen de censura de impuestos por los militares.
Todos esos reclamos se materializaron en una de las más grandes protestas que tuvo nuestra nación "el cordobaza", que además simbolizó el inicio de una ola de manifestaciones sociales que se prolongo hasta 1975.
La ola que estalló en Córdoba se expresó de diferentes maneras. Una de ellas fue el activismo sindical que era producto de la nueva orientación sindical surgida en las grandes industrias, para la discusión de temas relacionados a cuestiones de trabajo. El marco de estos sindicatos permitía tratar temas relacionados a las relaciones sociales y a la misma sociedad, entono a la cual estaban muy disconformes.
A esta disconformidad se le unieron los estudiantes, productores rurales, sectores de la industria nacional y la iglesia –movimiento de sacerdotes del tercer mundo-. Todos estos sectores se unieron formando un único grupo, heterogéneo pero unido.
Todos estos eran desencadenados muchas veces por hechos sin importancia, ya que lo que se buscaba era criticar al sistema vigente y a los sectores que lo apoyaba. Reclamos que manifestaban en protestas callejeras y cotidianamente en acciones de reclamos en barrios o villas miserias.
También en esta corriente influyeron los prospectos de alanzas para el progreso, donde se predicaba que si el poder autoritario era fruto de la autoridad nacional, habría que recurrir a la revolución.
En 1971 SITRAC-SITRAM, propusieron una unidad de toda la izquierda, pero descubrieron que los trabajadores no los acompañarían en un reclamo políticosocial ante el estado, ya que estos políticamente seguían siendo peronistas.
En este escenario surgen las guerrillas que se caracterizaron por:
1. Tenían la profunda convicción que para derrotar al régimen militar no había otra alternativa que la guerra.
2. Aspiraban a transformar la movilización espontánea de la sociedad en un alzamiento generalizado.
3. La lógica de exclusión era llevada hasta las últimas consecuencias: "el enemigo debía ser aniquilado".
4. El verdadero caldo de cultivo fue la experiencia autoritaria.
5. Los principales grupos en Argentina fueron:
ERP –Ejército revolucionario del pueblo-
Montoneros: quienes fueron los que mejor se adaptaron a la situación del país, ya que eran los que menos atados estaban a una ideología definida. Triunfaron en el peronismo en la lectura estratégica de Perón durante su ausencia, ganando espacio para su acción autónoma y el reconocimiento del líder. Buscaban apoyo en los amplios sectores marginales –asesinato de Aramburu-. A la vuelta de Perón se lanzaron a conquistar su apoyo y el de las amplias estructuras de partido.
Los militares dieron cuenta que la figura de perón cada vez estaba más presente en la sociedad y ocupando en la política un lugar tan importante como el del Presidente. Estos advirtieron también que su salida estaba cerca y que debían negociar con las fuerzas políticas y sociales y con Perón mismo.
Las crecientes protestas sociales y el asesinato de Aramburu fueron suficientes para la destitución de Onganía quien ya no podía conservar el orden.
Su sucesor, Lewinston, trató de movilizar al pueblo a un transformación en el sistema del el gobierno militar, pretensión algo ingenua. Por lo que fue rápidamente depuesto.
Lanusse anunció el reestablecimiento de las actividades partidarias y el llamado a elecciones. La vuelta de la democracia, se debía hace sobre las bases del GAN, un acuerdo para asegurar un verdadero gobierno democrático, en que participaran todos los partidos políticos, pero terminó en un "tira y afloje" entre Perón y Lanusse.
Teóricamente el acuerdo tenía que ser condición para convocar a las elecciones, pero viendo que era imposible negociar con Perón, se decide pactar una condición mínima, que Perón no sea candidato en las elecciones.
El movimiento peronista se hace heterogéneo gracias al carácter que había adquirido la figura ideal de Perón, que reemplazaba a su figura real, fenómeno que el mismo Perón había alentado apoyándose en su carisma personal. Para todos sus seguidores perón expresaba un sentimiento nacional y popular, de reacción contra la reciente experiencia de desnacionalización y privilegios, y para unos era un líder histórico –que traía bonanza-, para otros era un líder del tercer mundo, otros pensaban que era quien acabaría con la subversión y otros lo veían como el retorno del líder pacífico de la clase medias y bajas.
Ante este escenario el elegido fue Campora, su principal títere y representante, que ganó las elecciones en 1973. El día que Perón regresa al país se da un enfrentamiento entre distintos grupos del peronismo lo que ocasionó la renuncia de Campora. Por lo que se convoca a elecciones nuevamente, donde gana la Fórmula: "Perón-Perón"
Su gobierno se basó en:
1. Un pacto social: que procuró solucionar el problema clásico de la economía. La capacidad de los distintos sectores, empeñados en la puja distributiva para enfrentarse mutuamente. Se proponía solucionar el problema a través de un concertación -hubo sectoriales y una mayor que subsumía a todas-. Para que esto tuviera resultado el estado debía disciplinar a los actores conjugando persuasión y autoridad.
Como las primeras medidas para que este comience a funcionar se congelaron los precios, la supresión de dos años de convenciones colectivas o partidarias. Este efecto que perjudicaría a los trabajadores fue contrarrestado por un aumento del 20% de los salarios.
Al principio trajo buenos resultados, pero al ser violados por uno u otro lado por la poca intención de cumplir el acuerdo que había en ambas partes, cayó en una profunda crisis que lo llevó a la ruina.
2. Un pacto político: -proyecto inédito del peronismo- Su propósito era convertir el parlamento en un ámbito real de negociación partidaria, revirtiendo así la tendencia del peronismo a conferirle un aura de legitimidad tanto a las tendencias autoritarias tradicionales en el peronismo los principales apoyos a esta medida de Perón.
3. Conducción más centralizada del movimiento: o sea de los sindicatos. A través de una modificación de la ley de Asociaciones Profesionales, que tenía como objeto centralizar su poder y alargar sus mandatos. Además se buscó apoyar a los sindicalistas tradicionales que habían sido desplazados por la izquierda peronista.
Dentro del peronismo se llegaron a pelear, en los grandes actos públicos para ocupar los lugares más cercanos al líder.
Entre las culturas políticas incorporadas al peronismo podrían concentrarse dos grandes concepciones:
1. Una se apoyaba en la vieja tradición peronista, nacionalista y distribucionista, alimentada durante la larga exclusión por la ilusión del retorno del líder, y con él mágicamente los tiempos de justicia social y un estilo autoritario verticalista. Fue un grupo de montoneros quienes se identificaron con esta corriente.
2. Otra menos precisa –parte importante de los sectores populares- pero sobre todo en quienes se incorporaron tardíamente al peronismo, incorporando la crítica radical de la sociedad, en la consigna "dependencia o liberación". Fue representada por sindicalistas y grupos de extrema derecha.
El Ejército revolucionario del Pueblo no creía en Perón, ni en la democracia misma, así que pasada una breve tregua en 1973 retomó su activismo.
Los Montoneros que habían crecido identificándose con el líder y tratando de encarnar su discurso durante se éxito o reinterpretar el discurso de Perón argumentando que estas desviaciones tácticas eran propias de la genialidad de Perón.
Además la guerra de aparatos se desarrolló bajo la terrible forma de terrorismo. Para reprimir a esta surgió una organización paramilitar –AAA-
En 1975 perón convoca al ejército para encargarse de la represión subversiva y el genocidio se pone en marcha. Tras la muerte de Perón, el gobierno de Isabel iba en un declive constante por su falta de autoridad, la lucha faccionista, el accionar de la guerrilla, el caos económico y el terror creado por AAA, provocaron la caída de la democracia nuevamente.
Economía y política en la crisis argentina (1958-1973)
JUAN CARLOS PORTANTIERO
EL TIEMPO DE LA EUFORIA: ONGANÍA
En 1966 las Fuerzas Armadas sostuvieron que interpretando el más alto interés común, asumen la responsabilidad irrenunciable de asegurar la unión nacional y posibilitar el bienestar general, incorporando al país los modernos elementos de la cultura, la ciencia y la tecnología.
Los ideólogos de la "Revolución Argentina" intentaron esquematizar sus objetivos a través de una dialéctica de tres tiempos: el tiempo económico, el tiempo social y el tiempo político.
La totalidad del período 1966-1973 puede ser claramente pragmatizada en tres etapas, aunque ellas disten mucho de la tripartición ideal propuesta por los militares en su hora de gloria. Ellas serían:
1. 1966-1970: intento de modificar el modelo de acumulación en una realidad de fuerzas sociales básicas y un modelo político.
2. 1970-1971: intento de formular un modelo con mayor participación del capitalismo nacional, pero bajo los mismos modelos autoritarios.
3. 1971-1973: Intento de salida para la situación, mediante la congelación de la iniciativa estatal sobre la economía y la pretensión de controlar a futuro el modelo político.
a) El cordobazo. Las guerras obreras en Córdoba 1955-1976. JAMES P. BRENNAN
Córdoba se había convertido en la capital de la industria del interior. En ella estaban instaladas la mayoría de las fábricas de automóviles como Fiat y Renault. Esta última adquirió las industrias de Káiser Argentina de origen norteamericano radicada en Córdoba desde 1955 y dedicada a la producción automotriz.
Los obreros industriales que trabajaban en esa planta recibían salarios más altos que el salario promedio en otras provincias. Como resultado todos los factores, en la provincia de Córdoba profundizaron el proceso de urbanización.
Al mismo tiempo también se anunció un conglomerado de los convenios colectivos de salarios.
En Córdoba las regionales de SMATA –Sindicato de mecánicos de automotores y transportistas- Luz y Fuerza y la UTA -Unión de tranviarios argentinos- convocaron a una asamblea general. La conducción de estos tres sindicatos, cuyos trabajadores recibían los salarios más altos del país, lideraron la protesta. La sesión de esa jornada terminó en un enfrentamiento con la policía y a un llamamiento de huelga general.
El 29de marzo, los obreros y estudiantes cordobeses salieron unidos a las calles de Córdoba. Ante la magnitud de la movilización, Onganía ordenó a las Fuerzas Armadas se hiciera cargo de la represión. La protesta fue un hecho localizado en la ciudad de Córdoba y como resultado de los enfrentamientos hubo presos, decenas de heridos y 16 muertos.
La protesta se extendió a otras provincias. Rosario fue declarada zona de emergencia y colocada bajo la jurisdicción militar. También se profundizaron los conflictos en la provincia de Tucumán. El cordobazo fue el inicio de la agudización de la protesta social y de la lucha armada que desde entonces y por varios años se desarrollo en la sociedad argentina.
Después del cordobazo, el clima de violencia social se agravó. El 30/07/1969, el gobierno declaró el "Estado de sitio" en todo el país. Esta medida que significaba la suspensión de las garantías constitucionales de los ciudadanos fue justificada para "dotar al gobierno del instrumento legal para asegurar la paz y el orden en todo el territorio del país".
Sin embargo, entre 1969 y 1970 se produjo una serie de acontecimientos violentos y movilizaciones sociales que tuvieron profundas repercusiones en toda la sociedad y que terminaron en debilitar el gobierno de Onganía.
Sin duda, el hecho decisivo que precipitó la caída de Onganía fue el secuestro y asesinato de Aramburu por los montoneros en 1970.
El 08/07 la Junta de Comandantes dio a conocer un comunicado en el se anunciaba que las Fuerzas Armadas no estaban dispuestas a otorgar un cheque en blanco al poder ejecutivo nacional. Finalmente, esa noche, Onganía presentó su renuncia.
Período 1976-1983: El modelo Autoritario
El 24/03/1976 la Junta de Comandantes en Jefe, Integrada por Videla, Masera y el Brigadier Agosti se hicieron cargo del poder, dictando los instrumentos legales del llamado "Proceso de Reorganización Nacional" y designando a Videla como Presidente.
Económicamente durante este proceso se aplicó una reforma financiera que dio lugar s grandes devaluaciones y a la especulación financiera. Con esto se benefició a los grandes grupos del insipiente establishment nacional, que creció de manera más que considerable en esta época, y se vio beneficiado por esta política y por la capacidad de negociación del Estado. Constituyéndose así un factor de poder, que hasta hoy en día no se puede negar ni dejar de escuchar.
La Propuesta de los militares consistía en ir más allá de la sociedad: Buscaban eliminar la raíz del problema, su diagnóstico se encontraba en la sociedad misma y en la naturaleza de sus conflictos. Para terminar con estos conflictos se aplicó el terrorismo de Estado, técnicamente hablando. Los militares plantearon una cuidadosa operación de represión de carácter clandestina. Para ello, cada arma se encargó de un ámbito distinto, y la planificación general y la supervisión táctica estuvo en manos de los más altos niveles de conducción castrense, y los oficiales no se desempeñaron en la participación de las tareas de ejecución, poniendo de relieve el carácter institucional de la acción y el compromiso colectivo.
a) Las etapas del terrorismo de Estado
El acto terrorista estuvo dividido en cuatro etapas principales:
1. Secuestro –Falcón verde/ las patotas-
2. Tortura –Distintas tácticas, como por ejemplo, picana eléctrica o violación sexual entre otras-. Se complementaban además con la tortura psicológica: como el hecho asistir a simulacro de fusilamiento de padres. El objetivo era obtener información sobre la estructura de la guerrilla, pero más en general buscaban quebrar a la resistencia del detenido anulando sus defensas, acabando con su dignidad y personalidad.
3. Detención: los sobrevivientes a las torturas eran llevados a los "Chupaderos", donde estaban detenidos por un tiempo más o menos determinado en algunos centros clandestinos –ESMA por ejemplo-.
4. Ejecución: -traslado- era el destino final de los detenidos. Este paso no era dado sin la expresa autorización de los más altos rangos del ejército, utilizando distintas formas para hacer, pero en cada una de ellas lo cuerpos de las victimas eran desaparecidos.
Pese a que la junta estableció la pena de muerte, esta nunca la utilizo de forma oficial.
La mayoría de los cadáveres eran enterrados en un cementerio sin nombre, quemados en fosas colectivas, arrojados al mar con bloques de cemento o en fosas cavadas por las propias victimas antes de morir. Así de esta manera solo habría desaparecidos y no muertos.
La mayoría de las desapariciones se produjeron entre 1976 y 1978, y luego se fueron reduciendo a un a expresión mínima. Así el ERP fue diezmado, y si bien, siguió operando tuvo que vincularse sólo a acciones terroristas sin complemento en lo político.
Lo cierto es que aún acechadas estas organizaciones, la represión continúo su marcha. Cayeron así líderes de grupos sociales y civiles, abogados defensores de los Derechos Humanos o personas sólo por ser parientes de alguien, aparecer en una agenda o haber sido mencionadas en una tortura.
Pero el verdadero objetivo eran los vivos, el conjunto de la sociedad que, antes de emprender su transformación profunda debían ser controlados y dominados por el terror y la palabra, es por esto que el Estado se desdobló en:
1. Una parte clandestina y terrorista que practicó la represión sin responsables eximida de responder a reclamos
2. Una parte pública apoyada en el orden público que ella misma estableció, silenciando cualquier voz.
Solo quedó la voz del Estado, dirigiéndose a un conjunto de habitantes. El terror cubrió toda la sociedad, clausurando los espacios donde los individuos podían identificarse en sectores colectivos más amplios, cada uno de ellos quedó solo e indefenso ante el estado aterrorizador.
Algunos no aceptaron estas condiciones y emigraron al exterior o se refugiaron en el exilio del interior. La mayoría adoptó por la ignorancia de los que estaba sucediendo, justificando lo que no podía ignorar con el popular dicho:"por algo será", o se refugiaban en la deliberada ignorancia.
El gobierno militar se caracterizó por su gran corrupción –durante esta época aumento de una manera extraordinaria su deuda externa e interna-, la cual se extendió a la administración pública.
El gobierno se caracterizaba por estar dominado por las tres Armas, más o menos con el mismo poder cada una, lo que ocasionaba la falta de autoridad que se encuentre sobre ella, que tradicionalmente era el Presidente.
Lo que faltaba era un acuerdo ante una determinada cuestión ocasionaba una situación anárquica. A pesar de eso el orden pudo mantenerse durante cinco años.
El período de silencio de la sociedad se fue acabando a medidas de que el gobierno fue demostrando falta de autoridad para imponer el silenciamiento de esta:
1. Empresario regionales
2. Sindicatos – en 1980 se reconstituye la CGT-
3. Estudiantes
4. Iglesia: la corriente que apoyaba el proceso, fue dejando paso a otra que propuso renunciar a la injerencia directa de la iglesia en cuestiones sociales y volver a preocuparse por evangelizar a la sociedad crecientemente laica. Las preocupaciones por la moral y los derechos humanos se vieron expresadas en el documento de la iglesia y la comunidad nacional.
5. Grupos defensores de los Derechos Humanos: madres de plaza de mayo, fueron el símbolo que habían empezado a marchar en medio de lo más profundo de la represión, en búsqueda de sus hijos o nietos. Su discurso fue ético y testimonial. Se atacó durante el proceso, el nombre de los principios de la maternidad, sentimiento que los militares no podían englobar dentro de la subversión.
Así estas marchas, ante de escasa concurrencia, se tornaron multitudinarias, corcovando a la sociedad y puniendo a los derechos humanos en el centro del debate en la sociedad.
Así comenzó el gobierno militar a sentir que era inevitable una vuelta al sistema democrático. Las críticas empezaron a crecer y se volvieron insostenibles después de la forma en que se perdió la Guerra de Malvinas –último intento de lograr la aceptación del proceso-.
Y el gobierno no tuvo otra alternativa que levantar la veda política, y convocar a elecciones, con la condición de que no se investiguen los hechos del proceso.
b) La política económica llevada adelante por el Proceso
El plan económico tenía como objetivo explícito detener la inflación y estimular la inversión extranjera. Se inició una reducción arancelaria que llegó a su máximo nivel en 1978, con la finalidad expresa el incrementar la competitividad de la economía argentina y promover sus «ventajas naturales».
El resultado fue un proceso de importaciones masivas y un efecto desastroso sobre la industria. Grandes empresas industriales cerraron sus plantas: General Motors, Peugeot, Citroen y Chrysler, Siam, Decca (Deutz-La Cantábrica), la planta de vehículos utilitarios de Fabricaciones Militares, Aceros Ohler, Tamet, Cura, Olivetti, y otras miles de empresas industriales medianas y pequeñas. Para 1980 la producción industrial había reducido un 10% su aporte al PBI, y en algunas ramas como la hasta entonces extendida industria textil, la caída superó el 15% (Gerchunoff, 373). Sin embargo hay que destacar que el desempleo alcanzo el 2% a fines de los '70 y comienzos de los '80.
Apoyado en una política laboral que produjo una profunda reforma de las leyes laborales como:
la prohibición de la huelga
La intervención militar de los sindicatos
La política represiva de «guerra sucia»,
Martínez de Hoz decretó el congelamiento de salarios y contuvo el descontento general, ante una caída del nivel de vida de la población sin precedentes. El salario real, sobre una base 100 en 1970, había subido a 124 en 1975. En 1976, en un solo año, cae bruscamente a 79, el nivel más bajo desde los años '30.
Con el objetivo de controlar la demanda de divisas y mantener una política de atraso cambiario, Martínez de Hoz implementó a fines de 1978 un sistema de devaluación programada, apodado «la tablita».
Junto con la Ley 21.526, de entidades financieras, la tablita promovería la especulación financiera desmedida. La medida se tomó para intentar compensar las pérdidas ocasionadas a los ahorristas por la diferencia entre la tasa de interés pagada a los depósitos a plazo fijo y la inflación; para proteger a las entidades financieras, el Estado se hizo responsable del pago de los depósitos. El costo de estas medidas, que ocasionaron el cierre de más de 25 entidades crediticias, cuyos pasivos debió asumir el Estado, fue enorme; también lo fue para los consumidores, que debieron hacer frente a un mercado de crédito liberalizado, cuyas tasas aumentaron parejamente a las pagadas por los depósitos. Los créditos hipotecarios alcanzaron una tasa de interés del 100% anual, que resultó impagable para numerosos deudores, y condujo a una gran parte de la población a perder la propiedad de sus viviendas.
Política cultural y educativa
El Proceso de Reorganización Nacional tuvo una política cultural y educativa en sintonía con su política represiva de «guerra sucia». Esta política incluyó una estricta censura previa. El gobierno militar creó un grupo especial encargado de controlar y censurar todo tipo de producción científica, cultural, política o artística.
La idea de que "Todos" eran subversivos
Durante el Proceso, la conducción militar definió en un sentido sumamente amplio el concepto de "subversión". Para la Junta Militar y sus principales personeros, todo aquel que no estuviera alineado con los criterios y objetivos de los golpistas, estaba "infiltrado" por el "germen" subversivo. Los principales jefes de las Fuerzas Armadas compartían esta posición y lo explicitaron en sucesivas declaraciones públicas, que potencialmente ubicaban dentro del espectro "subversivo" a gran parte de la población:
."Para obtener sus objetivos [los subversivos] han usado y tratan de usar todos los medios imaginables: la prensa, las canciones de protesta, las historietas, el cine, el folclore, la literatura, la cátedra universitaria, la religión"… Almirante Armando Lambruschini
."El teatro, el cine y la música se constituyeron en un arma temible del agresor subversivo. Las canciones de protesta, por ejemplo, jugaban un papel relevante en la formación del clima de subversión que se gestaba: ellas denunciaban situaciones de injusticia social, algunas reales, otras inventadas o deformadas". Teniente General Roberto Viola
."En nuestros días, se ha consumado lo peor que podía ocurrir y de las más funestas consecuencias: la infiltración de las ideologías marxistas en el sentido nacional y, más aún, en el nacionalismo argentino y en la Iglesia Católica Apostólica Romana". General Manuel Bayón, director de la Escuela Superior de Guerra, 1977
."Hasta el presente, en nuestra guerra contra la subversión no hemos tocado más que la parte alta del iceberg […] Ahora es necesario destruir las fuentes que forman y adoctrinan a los delincuentes subversivos, y esta fuente se sitúa en las universidades y en las escuelas secundarias. La influencia más peligrosa es la ejercida por los universitarios formados en el extranjero, y más precisamente en la Sorbona, Dauphine y Grenoble, que de inmediato transmiten el veneno con el cual intoxican a la juventud argentina". General Acdel Edgardo Vilas, comandante de la V Región Militar, 1976
."A partir de una simple composición sobre las estaciones del año, un maestro subversivo o un idiota útil comentará a sus alumnos la posibilidad de combatir el frío según los ingresos de cada familia (.) Para los educadores: inculcar el respeto por las normas establecidas; inculcar una fe profunda en la grandeza del destino del país; consagrarse por entero a la causa de la Patria, actuando espontáneamente en coordinación con las Fuerzas Armadas, aceptando sus sugerencias y cooperando con ellas para desenmascarar y señalar a las personas culpables de subversión, o que desarrollan su propaganda bajo el disfraz de profesor o de alumno (.) Para los alumnos: comprender que deben estudiar y obedecer, para madurar moral e intelectualmente; creer y tener absoluta confianzas en las Fuerzas Armadas, triunfadoras invencibles de todos los enemigos pasados y presentes de la Patria"… Luciano Benjamín Menéndez, general juzgado por violaciones a los derechos humanos
Conflictos internacionales
La cuestión del Canal del Beagle durante el Proceso
En 1971 los presidentes Salvador Allende de Chile y Alejandro Agustín Lanusse de Argentina habían acordado someter el diferendo por las islas al sur del Canal Beagle formalmente al Reino Unido, pero en su contenido a un tribunal arbitral compuesto por jueces elegidos consensuadamente por ambos gobiernos, todo esto en el marco del derecho internacional y los tratados vigentes.
El 22 de mayo de 1977 se da a conocer en Londres el laudo arbitral de 1977 que otorga a Chile las islas Picton, Nueva y Lennox junto a las islas adyacentes.
Argentina obtiene la mitad norte del canal y las islas correspondientes. La junta militar argentina declaró la sentencia «insanablemente nula» e inició la planificación de una guerra de agresión contra Chile para revertir el laudo arbitral.
Los comandantes de las fuerzas armadas argentinas pusieron en marcha la Operación Soberanía la noche del 21 al 22 de diciembre de 1978, que fue abortada horas después cuando la junta aceptó la mediación papal en el conflicto. Ninguno de los dictadores dio solución al conflicto desatado con el desconocimiento del laudo arbitral.
La Guerra de las Malvinas
Durante el Proceso de Reorganización Nacional, el 2 de abril de 1982, el gobierno militar, a cargo del presidente Leopoldo Fortunato Galtieri, ocupó militarmente las Islas Malvinas, cuya soberanía es ocasión de diferendos con Gran Bretaña desde el siglo XIX; dando así comienzo a la Guerra de las Malvinas.
La guerra finaliza el 14 de junio de 1982 con la rendición de Argentina. Su saldo final fue la reocupación de las Malvinas por el Reino Unido y la muerte de 649 soldados argentinos, 255 británicos y 3 isleños. En Argentina, la derrota en el conflicto precipitó la caída de la Junta militar que gobernaba el país y la asunción del general Reynaldo Bignone quien iniciará un proceso de restauración del sistema democrático.
Actualmente Argentina reclama la soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur (Constitución Nacional: Disposiciones Transitorias, Primera: La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional).
Fin y consecuencias del Proceso
Jaqueado por las crecientes protestas sociales, la presión internacional por las violaciones a los derechos humanos, y la derrota en la guerra de las Malvinas, el autodenominado Proceso decidió finalmente entregar el poder en 1983. Bignone, el último líder de la Junta Militar, se vio obligado a llamar a elecciones.
La campaña presidencial de 1983 opone el candidato peronista Ítalo Luder, quien rechaza una revisión de lo sucedido durante la dictadura otorgando legalidad a la ley de autoamnistía dictada por los militares, y al radical, Raúl Alfonsín, favorable al enjuiciamiento de los máximos responsables del terrorismo de estado (establecía tres niveles de responsabilidad).
El 30 de octubre Alfonsín vence con el 52% de los votos provocando la primera derrota electoral del peronismo en la historia.
Apenas asumida la presidencia el 10 de diciembre de 1983, Alfonsín (1983–1989), firmó los decretos de creación de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas para investigar las violaciones a los derechos humanos ocurridas entre 1976 y 1983. Su investigación, plasmada en el libro Nunca más fue entregada a Alfonsín el 20 de septiembre de 1984.
El gobierno radical ordenó el juzgamiento de los principales responsables del terrorismo de estado en el llamado Juicio a las Juntas, con la participación destacada del fiscal, Julio César Strassera. Su sentencia condenó a los integrantes de las Juntas Militares a severas penas corporales por delitos de lesa humanidad, incluyendo la reclusión perpetua a los principales responsables. Era la primera vez que se enjuició a quienes detentaron la suma del poder público sin más armas que las leyes. Se los enjuició por los mismos tribunales que pueden enjuiciar a cualquier ciudadano, aplicando el código penal vigente en la república desde 1922.
Éste fue un hecho único en el mundo que sentó precedentes para que se incluyera en el Código Penal la figura de la desaparición forzada de personas, imitada por varios países y que logró a la vez que la ONU la declarara delito de lesa humanidad.
Sin embargo, cediendo a las presiones de sectores militares (y también de algunos sectores civiles) el gobierno de Alfonsín promulgó las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, las cuales extinguieron las acciones penales contra los mandos intermedios participantes de la llamada «guerra sucia».
En 1990 el presidente Carlos Menem concedería el indulto a los líderes militares, como Jorge Videla y Eduardo Massera, condenados a cadena perpetua; no obstante, quedarían en prisión domiciliaria por otros crímenes no alcanzados por el indulto, como la apropiación de hijos nacidos durante el cautiverio de sus padres.
El 15 de abril de 1998, por la ley 24.952, se derogaron las leyes de Punto Final (N.º 23.492) y Obediencia Debida (N.º 23.521), que posteriormente, el 2 de septiembre de 2003, fueron declaradas «insanablemente nulas» (Artículo 1.º) por la Ley 25.779. El 14 de junio de 2005, la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró la inconstitucionalidad de las leyes mencionadas anteriormente, además de establecer la validez de la ley de nulidad. En la actualidad se encuentran en proceso de apelación para su revocación los indultos de 1990.
Las herencias de la dictadura y la crisis de la democracia
Raúl Alfonsín se convirtió en el la primer figura presidencial luego del declive de la Dictadura militar en 1983. La temática de su gobierno estuvo regida por las tendencias heredadas de la dictadura y la agenda de la transición a la democracia, es decir, que hacer con la herencia:
1. Civilidad: era el punto de apoyo de Alfonsín y se identificaba con la idea de construcción de un estado de derecho, en el cual los poderes corporativos debían someterse.
2. Modernización cultural y educativa: se desarrolló un programa de alfabetización masiva, se atacaron los mecanismos represivos y se abrieron los canales de discusión de mecanismo y formas, lo que debía de terminar en un desarrollo plural y amplio. El punto culmine de la modernización cultural fue la ley de Divorcio vinculante y la Ley de patria potestad compartida.
3. Discurso ético: -basado en la democracia y la paz-, se encararon los diferentes conflictos políticos exteriores. Se creía que discurso era el único que podía adoptar un gobierno democrático, y eliminar así la situación de conflicto que podría mantener vivos a los militares.
4. Fuerzas Armadas: el gobierno compartía los reclamos de la sociedad de justicia, pero también se preocupaba por dominar a las fuerzas armadas al poder civil, de una vez y para siempre, para ello propuso separar el juzgamiento a las personas del de la institución, es decir, poner límites a los juicios, deslindando responsables y distinguiendo entre jefes y subordinados. Se procedió a juzgar a la cúpula del proceso de las organizaciones de la guerrilla. Primero por la justicia militar y segundo por el fuego civil. Este proceso no terminó ahí, ya que la justicia continúo activa, por lo que el gobierno trató de terminar ese tema a través de dos leyes.
Punto final, la cual establecía que pasada determinada fecha no se podía enjuiciar a ningún militar por esta causa.
Obediencia debida, por la cual solo se juzgaba a los militares de alto rango.
5. Los sindicatos se encontraron debilitados por la derrota del peronismo en las eyecciones y en una precaria situación institucional. La puesta del gobierno consistió en democratizarlos, para incorporar otras corrientes, pero la ley no fue aprobada. El gobierno arrió la bandera y puso en funcionarios más flexibles en la negociación con los trabajadores. El gobierno pudo retener la presión de la CGT, en tanto contó con el apoyo de la civilidad y escasa presión de los sectores corporativos, tratando de dialogar con estas pero sin poner en duda los principios del plan económico. Después de la victoria del peronismo en 1987, el gobierno prescindió de su ministro-sindicalista, pero mantuvo sus compromisos. Con la nueva legislación, el poder sindical se reconstituyó, y sin que la civilidad social los pudiera dominar.
6. Política económica: EL Plan Austral. Este fue lanzado en 1985 con el objeto de superar la coyuntura, adversa en un corto plazo, para luego encarar las reformas profundas. Los resultados a corto plazo fueron muy buenos, ya que se estabilizó la situación sin causas grandes efectos, y por el apoyo recibido de todos los sectores. Se trataba del plan de todos, fruto de la realización democrática entre todos, con solidaridad y sin dolor que pudiera solucionar los problemas más complejos.
Esto generó un apoyo al gobierno. La novedad esta en que de ahora en adelante la preocupación central pasaría por lo económico.
Finalmente esto se visualizó en el costo político que tuvo que pagar el gobierno por la situación económica de los años siguientes.
7. Sistema democrático: El levantamiento de que tuvo lugar en "Semana Santa" generó una fuerte pérdida de fe en el poder ilimitado de la democracia, esto generó, que cada vez que hubiera un atentado se supusiera un posible problema en el sistema, todos los sectores de la sociedad civil se manifestaron y salieron en defensa de este. Esto demostró un afianzamiento del sistema democrático en la política argentina.
8. Los Grandes financieros nacionales, siguieron siendo un factor importante de poder.
b) La configuración del Plan Austral
El Plan Austral fue iniciado en junio de 1985, siendo un tipo de "política de shock" y logró contener la inflación rápidamente sin frenar el crecimiento económico. El programa terminó en los hechos cuando hacia 1988 un rebrote inflacionario forzó a crear un nuevo programa, conocido como "Plan Primavera", que no lograría evitar la hiperinflación de 1989, que terminaría en la renuncia de Alfonsín y en una transición adelantada al presidente electo Carlos Menem.
El Plan Austral es un caso atípico en los planes de estabilización monetaria acordados entre el FMI y países latinoamericanos. Mientras que el FMI recomendaba planes gradualistas de ajuste ortodoxos (control del gasto público, congelamiento de salarios, con sustento teórico en la teoría cuantitativa del dinero) la parte monetaria del plan fue marcadamente heterodoxa, basada en la teoría de las expectativas y buscando un "efecto shock". La medida política central fue el cambio del signo monetario, quitando tres ceros al Peso Argentino para crear el Austral. Para evitar la fuerte transferencia de riquezas de deudores a prestatarios que ocurre cuando la inflación baja abruptamente (y otras distorsiones debidas a la existencia de contratos fuertemente indexados) se estableció el llamado "desagio", por el cual, formalmente, el peso argentino se depreciaba frente al austral a la tasa de inflación anterior a la entrada en vigor del plan. Paradójicamente, se requirió una fuerte expansión de la base monetaria M1, dado que mientras hubo inflación elevada el público buscaba deshacerse de sus pesos cuanto antes, o bien comprando dólares o bien haciendo depósitos de plazo fijo.
Por otra parte se buscó un fuerte control de precios. Las tarifas de los servicios públicos (por entonces en manos del Estado) se congelaron, y se establecieron listas de precios máximos para los bienes de la canasta básica (que eran administrados por privados). También se buscó limitar el aumento de los salarios del sector privado, pese a lo cual el salario real tuvo un alza importante, en parte por la propia reducción de la inflación (no había más un "retraso" del salario respecto de los precios) y en parte por el impacto del desagio en las tarifas.
Los ingresos fiscales mejoraron considerablemente al desaparecer el efecto Olivera-Tanzi (el rezago fiscal), con lo que el esquema resultó sostenible en el mediano plazo.
El plan logró el objetivo de reducir la inflación de un día para el otro (en los primeros meses de aplicación la inflación rondó el 1% mensual) con lo que el gobierno logró recuperar mucho de su popularidad inicial. También logró el objetivo de no frenar el crecimiento típico en los planes gradualistas que recomendaba el FMI (estanflación), llegándose a crecer al 5% anual al mejorar los precios de las materias primas hacia 1986.
Hacia 1987 se inició una fase de descongelamiento gradual de precios; en ese período la inflación tuvo un ligero incremento, llegando hasta el 3% mensual. La situación desmejoraría notablemente al aumentar fuertemente el tipo de interés internacional y reducirse nuevamente el precio de las materias primas, que llevaría a una nueva crisis macroeconómica vía restricción externa
c) La crisis final del estado centrismo
Esta tendencia se había iniciado en la década de 1970 y tuvo su momento culmine en el gobierno de Carlos Saúl Menem a partir de 1989.
Fue parte de un plan convenido con el FMI, los grupos de capital extranjero –especialmente norteamericanos- y el establishment nacional, con el objeto de aplicar el recetario neoliberal.
A esta medida Menem la denominó como "cirugía mayor, sin anestesia", culminó con la tendencia ya mencionada y fue una verdadera revolución respecto de los que había sido el Estado Benefactor instalado en década de 1940.
El estado abandonó su intervención en buena parte, en rubros esenciales como la educación y la salud. Además se desprendió de numerosas empresas, que fueron transferidas a grupos económicos con títulos de deuda externa y a los grupos de establishment nacional. Se produjo una verdadera reforma del Estado.
El Jefe de estado concentró gran poder en su época, y lo usó sin restricciones. La apelación a los decretos con el pretexto del recurso de necesidad y urgencia "fue constante".
El sindicalismo, que tradicionalmente había expresado los reclamos de los sectores trabajadores y populares peronistas, experimentó una profunda crisis, en parte por los efectos de los cambios en las estructuras ocupacionales y por parte en la caída de números afiliados, pero principalmente porque su principal líder había desaparecido.
Fue sorprendente el vuelvo de un gobierno tradicionalmente popular hacia los intereses de la industria, no estuvo volcada a toda la estructura industrial sino a un pequeño círculo que había adquirido gran poder desde la última dictadura.
Todo esto se hizo bajo el argumento de que todos lo problemas de la sociedad tenían una raíz económica, todos estos problemas se resolvían en la estabilidad y para lograrla no había otro camino que la formula neoliberal ensayada.
Autor:
Vanina Riva
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