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La religión y las técnicas de reproducción humana asistida (página 2)


Partes: 1, 2, 3, 4

1.4.- Las Religiones y La despenalización de conductas humanas respecto a la sexualidad y la capacidad reproductiva

Varias sociedades democráticas modernas, a través de la justicia sin contar con las religiones, han despenalizado ciertas conductas humanas que implican una decisión individual respecto a la sexualidad, la capacidad reproductiva y el control sobre la duración de la vida o sobre la calidad de vida que se considera digna. Paradójicamente un pueblo tan creyente como España, es una de estas sociedades. Los procesos que han llevado a esta realidad han significado una serie de confrontaciones ideológicas inevitables, pues cuando existen concepciones diferentes sobre la vida no hay manera de ponerse de acuerdo sobre cuáles son los principios fundamentales de la misma.

Ni siquiera la filosofía racionalista, que ha desarrollado un esfuerzo sostenido para encontrar estándares universales de justicia con base en la razón, ha logrado establecer un marco adecuado de ideas sobre el comportamiento moral y la religión. No hay un criterio universal en las religiones o en la justicia. Hoy en día, en las sociedades democráticas, la autodeterminación y el derecho a disponer del propio cuerpo son principios éticos no religiosos.

Es muy complicado tomar decisiones religiosas en cuestiones relativas a la vida cuando existen perspectivas opuestas. Entender en qué radica la confrontación puede ayudar a deslindar el criterio religioso de los procesos jurídicos tendientes a establecer nuevas normas de convivencia moral. Sin embargo, la acción responsable de sociedades modernas ha logrado introducir nuevas valoraciones en el complejo problema de las técnicas de Reproducción Asistida, TRA, planteando por cierto, el derecho a la pareja a decidir cuando existe un problema de infertilidad. Tal es el caso de Inglaterra, Francia, España, Colombia, México, donde se han cuestionado los avances tecnológicos que han permitido la utilización de estas técnicas. "A medida que lo biológico es más conocido, se hace evidente que la familia no está relacionada para nada con lo biológico. Lo decía Lacan en los años treinta: la familia es una estructura simbólica y social. El objetivo de la familia es la transmisión de los bienes y de los valores".

1.4.1.- Las nuevas estructuras familiares Brousse sostiene que uno de los cambios más grandes de nuestra época es el cambio en la estructura de la familia. No solo porque ahora hay matrimonios gay que adoptan niños o recurren a la reproducción asistida.

De acuerdo con Brousse, todas estas formas acarrean cambios de valores que ahora cuesta prever. "Antes, los niños se introducían a la diferencia a partir de la diferenciación sexual hombremujer". Ahora no. ¿Cómo va a funcionar la diferencia?

Puede que la forma de diferenciación se haya desplazado a las diferencias de las identidades. "Todavía no hay suficientes casos clínicos para adelantar una hipótesis sobre lo que va a venir. Pero la gente que fue adoptada por homosexuales, al igual que la gente que nació a partir de técnicas de reproducción asistida, van a analizarse y entonces los analistas van a saber" .

El verdadero aporte de la ciencia es servir a la humanidad sin negar el sentido perecedero de la vida biológica: informando y acompañando a la pareja en la toma de decisiones. El mensaje liberador de las TRA reivindica la libertad de elección del sujeto y respeta su voluntad. Para ello se requiere aceptar la existencia de la pluralidad, de la diferencia, como fundamento de la condición humana. Desde dicha perspectiva lo inmoral, lo poco ético, es la violación de la decisión de la persona, de su libertad de conciencia, y no una supuesta objetividad del valor de la familia, las parejas se estudian y se les enseña cuál es la técnica que más debe convenir para su caso.

En México al igual que en varios países de América Latina el debate de la Reproducción Humana, no se ha centrado en los embriones y las TRA, sino en el aborto. Éste es por el momento el tema más controvertido, entre otros aspectos porque la discusión sobre el mismo no se limita a especialistas, sino que ha involucrado a la sociedad en su conjunto. La controversia se debe a que la cuestión a definir: la interrupción de la vida de una persona o del proceso mediante el cual se llega a ser persona se puede formular desde varias posiciones que tienen que ver no sólo con cuestiones racionales o científicas, sino también con valores y posturas ideológicas.

En República Dominicana ocurre lo mismo, se discuten más las técnicas anticonceptivas dentro de la reproducción humana, que las TRA.

En los países latinoamericanos todavía los valores recogen aspectos de la experiencia y la potencialidad humanas y reflejan las normas que las personas crean para convivir. De ahí que la autodeterminación y el derecho a disponer de su cuerpo sean principios morales – religiosos no éticos. Pero en la última década del milenio pasado ya se comparten los valores laicos que animan a la ciencia en su búsqueda de verdades. En la medida en que los desarrollos científicos y técnicos desarrollaron una nueva información y aumentaron las posibilidades de los seres humanos de ejercer su autonomía, los valores laicos cobran relevancia.

  • Un ejemplo ilustrativo de preeminencia de un valor laico en el país es el uso de anticonceptivos: aunque la moral católica, todavía hoy en este nuevo milenio, considera pecado el uso de métodos anticonceptivos y los prohíbe a todos, con excepción del método natural del ritmo y la abstinencia, la mayoría de las personas en las sociedades no comparte esa opinión y tres cuartas partes de las mujeres en edad fértil usan métodos anticonceptivos, en el mundo. Es obvio que las acciones de ciudadanas y ciudadanos han ido ampliando y transformando los márgenes de lo que se considera moralmente aceptable por la religión Católica, sin entrar en conflicto con otras religiones.

En realidad, las interpretaciones existentes sobre las TRA, se ubican en la perspectiva laica, que reivindica que las personas deben ser responsables de sus acciones. Al respecto, un problema importante es el distanciamiento entre los códigos legales existentes y las nuevas pautas éticas sobre las mismas. Esta brecha establece un margen de ilegalidad para quienes comparten la perspectiva científica que privilegia el nacimiento de un nuevo ser por estas técnicas y la interrogante de qué se está haciendo con los óvulos fecundados que no pueden transferirse, o con el nacimiento de un niño o niña en el seno de una pareja gay.

1.4.2.- La posición de la Religión y los embriones sobrantes:

Uno de los graves problemas dentro de las TRA, es la FIV/TE y la acumulación de muchos miles de embriones. El destino de estos embriones sobrantes pueden ser tres: la crioconservación, la destrucción o la investigación genética.

  • Se recurre a la crioconservación de embriones sobrantes con el fin de ser utilizados posteriormente en los mismos padres, o poder ser donados, a veces sin el conocimiento de los padres donantes ni de los receptores. La crioconservación atenta contra la dignidad del ser humano, pues esas personas son tratadas meramente como productos de un laboratorio, descongelados sólo hasta que sean útiles. Además, en el proceso de congelación y descongelación, muchos de ellos se dañan y tienen que ser desechados o mueren. La iglesia Católica comenta: Pregúntese a una madre si desea que su hijo, recién nacido, sea crioconservado, y se negará inmediatamente. La razón por la que se hace en los embriones es porque no han adquirido forma humana y son considerados como parte de la técnica.
  • El segundo posible destino de los embriones sobrantes crioconservados es la destrucción. Las legislaciones de algunos países, como las de Inglaterra y España, sólo permiten la crioconservación de embriones hasta por cinco años. Muchos de ellos ya han pasado este tiempo y esto plantea la situación de un alargamiento del periodo permitido. Evidentemente esa no es la solución. Es moralmente ilícito este proceder pues nadie puede disponer de la vida de otro ser humano de esa manera. La destrucción de estos embriones sería realmente un asesinato.
  • El tercero es, finalmente, el camino más recurrido para los embriones sobrantes, el de la experimentación, pues son estos embriones abastecedores de material biológico útil. En España, por ejemplo, los embriones que pasen más de dos años crioconservados, pasan a ser propiedad del laboratorio. En la República Dominicana no existe una regla sobre el particular y mucho menos una ley que lo regule. De hecho, muchos científicos han denunciado que la verdadera causa por la que se practica en tan alto índice la FIV/TRA, es para proveer legalmente de embriones a los laboratorios destinados a la investigación, siendo la infertilidad de los esposos un pretexto. Algunos cuestionan el aspecto ético y religioso de este asunto, a tal grado que algunos países obligan al médico a implantar todos los embriones obtenidos en el útero de la madre, siendo esto una medida reprobable pues se parte de la equivocada licitud del acto mismo de la FIV/TRA, y además, se pone en riesgo a la madre y a los embriones implantados en un probable embarazo múltiple.

Evidentemente, la religión establece que, cualquier destino de los embriones es ilícito, porque en todos se viola la dignidad de la persona y se maneja como objeto de laboratorio utilizándolo según los beneficios de terceros, de los cuales, en todos los casos, la misma persona del embrión queda minimizada.

1.4.3.-Religión y donación de ovocitos

La mayoría de las religiones (judaísmo, islamismo, iglesias cristianas ortodoxas, católica) están discutiendo si se prohíbe categóricamente la donación de gametos, tanto femenino como masculino; sin embargo, las iglesias cristianas nacidas de la Reforma aceptan la donación de gametos siempre y cuando se realicen en parejas casadas heterosexuales (Junquera, 1998).

1.4.4.- El Anonimato del donante, Aspecto importante para las Religiones cristianas:

El Anonimato del donante, es un aspecto importante para las religiones cristianas que aceptan las TRA, con respecto a la donación de ovocitos y espermatozoides. En parejas heterosexuales. Es permitida por las iglesias cristianas, no católicas. Existen diferencias con respecto a mantener el derecho de todo ser humano (ONU, 1948) a conocer sus orígenes y el derecho al anonimato del donante, y entre permitir el acceso a la información de la donante de ovocitos y el donante de semen.

En algunos países se guarda un registro de los donantes y sólo se permite el acceso al fruto de la donación cuando éste ha cumplido la mayoría de edad. Llegado este punto, es necesario reflexionar sobre las razones por las cuales es importante para los donantes mantener el anonimato: en primer lugar, el anonimato brindaría tranquilidad al donante y su familia futura (normalmente son personas jóvenes) y podría evitar los problemas surgidos de posibles derechos sucesorales del hijo producto de esa donación.

Pero estos intereses se enfrentan al ya mencionado derecho fundamental que permite al individuo conocer su origen biológico; todo esto podría ser conciliado estableciendo pautas claras con respecto a las futuras relaciones entre el donante y el hijo producto de la donación. La religión Católica plantea sobre este tema, que este es otro de los problemas para no aceptar las TRA. Pero si revisamos el tema nos damos cuenta que no es a la Iglesia a la que le tocaría abordar ese tema sino a la justicia. En República Dominicana, son los poderes del Estado: legislativo, judicial y ejecutivo, los que tendrían que deliberar.

Otro aspecto es la información suministrada por los padres sobre el origen genético de su hijo. Nadie puede obligar a los padres a que informen a sus hijos sobre sus orígenes, pero cualquiera que sea la decisión que tomen con respecto a revelar o no el origen, deberían conocer la profunda responsabilidad que implica cualquier decisión y deberían ser consecuentes con ella.

1.4.5.- La posición de la Religión sobre las TRA y los nacimientos dentro de parejas gay:

La Biblia nos dice que el matrimonio fue instituido por Dios tras crear al hombre, para proporcionar a éste el compañerismo y la ayuda necesarios y hacer posible la procreación de hijos (Gén. 1:27, 28; 2:18, 21-25). La sociedad humana, llamada a cuidar y administrar la Creación, contaba así con una célula básica sobre la cual asentar su futuro y en la que apoyar su ordenamiento comunitario. La universalidad del matrimonio, de la que dan fe todas las culturas antiguas y modernas, demuestra que éste no es – como pretenden algunos- una invención de la «represiva» moral cristiana o judeocristiana.

"Dios ha creado el hombre a su imagen y semejanza: «varón y mujer los creó» (Gen 1, 27), confiándoles la tarea de «dominar la tierra » (Gen 1,28). Reciben de la persona y de sus valores morales la dirección de su finalidad y la conciencia de sus límites". Los cambios en la familia contemporánea han traído a la humanidad desde tiempos remotos problemas conductuales profundos, "Lacan decía que, con tantas vidas que el psicoanalista debe escuchar, nadie puede ocupar su lugar sin tratar de comprender la subjetividad de su época. Tenemos que dar cuenta de los cambios de nuestro tiempo. Por eso tenemos que preocuparnos de lo político, de lo económico, lo biológico".

Mientras más universal la cultura, más particular será la elección de grupos que piensan y actúan de forma muy particular en cuanto a la sexualidad y al sexo. ¿Esos particularismos no se generan a partir del contrapunto con sectores de la sociedad que son ampliamente discriminadores? Se dan en cualquier sociedad independientemente si son discriminados o no, ellos buscan su espacio y tratan de desarrollarse como entes sociales, aún conociendo los preceptos religiosos sobre lo biológico, sabedores de que desde el Código de Hamurabi y el Viejo Testamento de la Biblia se establece la relación carnal entre un hombre y una mujer, no entre personas del mismo sexo.

Las religiones cristianas y la católica no están de acuerdo con la utilización de las TRA para que parejas de gay, adopten o se provean de hijos por estas técnicas, ya que las mismas están reservadas para la pareja hombre y mujer que no puedan procrear por métodos naturales.

Pero se sabe de ciudades, como es el caso entre otras de París, donde existe un barrio gay y no se puede decir que París sea una ciudad que discrimina a los homosexuales, porque sus leyes protegen la unión de los mismos. Pero aún así ellos buscaron su barrio que funciona como un nicho de identidad no sólo geográfico, sino de cara a los estilos de vida, los gustos culinarios y hasta la literatura. Se conoce además los cambios en algunas leyes para permitir el matrimonio entre gay, caso España, que siendo un país tan religioso dentro de la iglesia Católica, más que de otras cristianas, la comunidad laica ha permitido, al igual que fervorosos católicos y cristianos, que pasen esas leyes.

Quizás debido a los cambios de generaciones; antes no había el enfrentamiento religioso que hay ahora con la lucha de civilizaciones. Antes, no salían a la luz estos conflictos porque había grandes autoridades hegemónicas, concientes o inconcientes del problema, que reprimían en gran escala en los países (Stalin, Hitler, Hussein) entre otros. En este momento no es que el mundo esté de acuerdo con la represión, pero se debe deliberar más, antes de aprobar leyes que atenten con cambios tan drásticos como el de permitir el matrimonio entre parejas del mismo sexo; "debemos entender que la naturaleza los dio hombre y mujer y que hasta los animales tienen su pareja para procrear y multiplicarse".

Hoy la familia contemporánea va pareja con los cambios que se están generando en conexiones entre la globalización y el Holocausto Desde el siglo XVII se vienen desarrollando figuras como los Derechos Humanos, organismos internacionales sobre el estudio y la investigación sobre las TRA y el genoma, movimiento cada vez más global de la mercancía y del ideal democrático, donde se establece que todo debe pasar por la estructura del mercado, incluso los seres humanos. También se conoce sobre el intercambio de órganos para hacer los transplantes, que van de un país a otro, de las cirugías para cambiar de sexo. Así como la comercialización de la tecnología a través de la globalización. Lacan el psicoanalista de este tiempo, permite pensar que de este modo, a través del nacionalismo o la religión, se desarrolla como un intento de velar por los mecanismos de funcionamiento de la economía de mercado. La religión y el nacionalismo son formas de proponer sentido donde la lógica de mercado manifiesta claramente que no lo hay. El mercado, que es la destrucción del sentido, y la religión, que es la creación de sentido, se complementan, aunque, por suerte, tienen contradicciones. Mientras el mercado va a lo más particular y fragmentado, la religión Católica intenta generalizarlo todo. Pone a la gente a pensar en la fe y a establecer el sacrificio. Aunque se opone a este tipo de pensamiento global sobre las nuevas estructuras familiares, es bien cierto que se dan casos, dentro de la iglesia Católica, de homosexualidad y de sacerdotes que adoptan niños.

Se necesita un replanteo de los conceptos morales de la religión Católica, pues mientras enarbola la lucha contra las TRA, permite otras del mercado global, relacionada con el hombre y su creación.

La investigación científica, fundamental y aplicada, constituye una expresión significativa del señorío del hombre sobre la creación de la humanidad. Las TRA, están revolucionando el mundo por lo que necesitan de leyes claras, no de negación como establece la Iglesia Católica. ¨Preciosos son los recursos del hombre cuando se ponen al servicio de la humanidad de manera comedida y promueven su desarrollo integral en beneficio de todos"; la ciencia y la técnica no pueden indicar por sí solas el sentido de la existencia y del progreso humano. Deben de estar ordenadas por el hombre, pero dirigidas por un ser supremo en el cielo y unas leyes terrenales que las regulen para mayor beneficio de la humanidad, en el que tienen su origen y su incremento, Se debe retomar el sentido y establecer qué le conviene a la humanidad sobre las TRA, ¿quiénes deben de utilizarlas?, ¿Cómo?, ¿Para qué?, ¿Cuáles grupos de personas unidas se deben favorecer? ¿Se debe plantear reglas claras sobre la participación de los gay? Estas preguntas deben encontrar respuestas dentro de los debates y no negación por separado dentro de las religiones. Es un tema difícil y controversial pero muy importante en este momento para conservar la procreación y la humanidad, como la enseñó Dios a través de las Santas Escrituras.

1.5.- La Valoración Religiosa y los Criterios Fundamentales.

El Dr. Marsich habla de dos criterios fundamentales para la valoración religiosa de todo tema relacionado con la reproducción humana. La primera parte de que la vida es inviolable pues es sagrada y la licitud de la transmisión de la vida, reservada sólo en el matrimonio y de manera natural, para la religión católica, sin nada que intervenga para obstaculizar, antinaturalmente, la procreación, como lo establece la Biblia.

Si cualquier método de reproducción asistida sustituye el acto sexual, entonces es totalmente ilícita. Pero establece esta religión que con técnicas, como la transferencia intratubárica de gametos y la de ovocitos a la trompa de Falopio, en donde sólo se ayuda al espermatozoide a llegar hasta al óvulo, no hay impedimento religioso-ético. Otras religiones, como ya se explicó son más flexibles y entienden el proceso de la procreación desde la Biblia con otros preceptos de creced y multiplicaos por toda la tierra, con la ayuda del Señor y los conocimientos del hombre.

Segundo: El debate religioso con la ciencia y su carácter ético surge al considerar el estatuto del embrión, es decir, la discusión que surge en torno a la definición de si el embrión es o no humano, es decir, a partir de qué momento se es humano. Decimos, desde una antropología y una ética personalista, que desde el momento de la fecundación hay otro ser distinto a las células progenitoras, y es ya una persona. El hecho de que no se valga por sí misma, su diminuto tamaño y la forma indefinida, no son argumentos para decir que el embrión no es persona. Fundamentados en la metafísica, si ese pequeño ser, el embrión, puede llegar a ser un humano como lo entendemos todos, es que en su ser posee la potencialidad de ser hombre. Por tanto, si ese aglomerado de células es potencialmente humano y posee las condiciones necesarias para serlo, entonces recibe la dignidad humana y es persona, como lo consideran las religiones: católica, cristianas, orientales, musulmanas, etc.

1.6.-Los científicos cristianos y el magisterio:

Es evidente que hay diferencias entre los mismos científicos cristianos y el magisterio al tratar de definir la licitud o ilicitud de los medios de reproducción asistida. Algunos califican de moralmente lícita la inseminación artificial homóloga. El fundamento del que se parte es el siguiente: se entiende el acto conyugal en una doble vertiente, como acto de la persona y como acto de la naturaleza. El acto de la persona consiste en la unión sexual de los esposos como encuentro afectivo, mientras que el acto de la naturaleza es el proceso natural, físico, de la unión sexual (entiéndase eyaculación, ovulación, fecundación, etc.).

Si el acto conyugal, sostiene el Dr. Marsich, es un verdadero acto de la persona, pero hay una falla en la naturaleza que impide que todo se desarrolle como debe ser, ¿por qué no ayudar a la naturaleza a funcionar perfectamente? Moralmente es más grave que una pareja, sin razones, tengan actividad sexual y obstaculicen la concepción, que el que una pareja que se ama inmensamente recurra a la técnica para solucionar un desperfecto de la naturaleza. Este conflicto se empieza a resolver en las sociedades cultural y políticamente más avanzadas, mediante el reconocimiento de los gobiernos al derecho de cada persona a decidir sobre su vida.

Por otro lado, se necesita con urgencia anticipada a los problemas que plantean las TRA, la necesidad de establecer reglas claras de convivencia y nuevas obligaciones morales. Este reconocimiento lleva a estructurar nuevas obligaciones éticas para los médicos que se dediquen a realizarlas, que tomen en consideración a los derechos humanos, y que impliquen cambios acordes con una aspiración común, la de traer al mundo niños y niñas sanas que ayuden a sus padres a conformar una familia cristiana.

1.7.- Mito o Religión.

Nunca la humanidad se ha liberado del mito o la Religión por completo; aunque no se lleve una religión que se practique, el temor a Dios es tan grande que no nos liberamos nunca del sentimiento de culpabilidad por el hecho de saber. "Mitos como el del Edén o como el de Prometeo nos conmueven profundamente porque sabemos que, de algún modo, dicen la verdad". La ciencia y la técnica, en todas las fases de su desarrollo, y sobre todo hoy que es una realidad la manipulación genética, en las técnicas de reproducción asistida, TRA, en el objetivo mismo de la prolongación de la vida, o en las armas de destrucción masiva, han suscitado siempre, y al mismo tiempo, el entusiasmo y el miedo al sacrilegio. Observando nuestro presente, ¿podemos pensar en sobreponernos a estos sentimientos de culpabilidad "encendiendo la luz", teniendo como programa un conocer siempre más fundado, válido, útil? Es difícil creerlo, si se piensa en el modo en que la superstición se difunde, justamente, en el mundo de la tecnología triunfante: o como reacción oscurantista, regresiva, o como satisfacción ilusoria de una sed exagerada de logros que la ciencia y la técnicas "reales" no están –¿todavía?– en condiciones de satisfacer.

Un modo de salir de este círculo que siempre se repite –mito, conocimiento, remordimiento– puede ser el del pesimismo radical leopardiano, por el cual la verdad que podemos conocer acaba siendo sólo la que muestra la vanidad de cualquier esfuerzo humano realizado para elevarse por encima del nacimiento y de la muerte; por tanto, la imposibilidad, en el fondo, de salir de la condición mítica.

Para la religión China, sin embargo, podemos escuchar la enseñanza de Buda: en vez de buscar una verdad diferente de las apariencias, de los mitos, en cuyo interior se encuentran inmersos, prestando atención a las apariencias mismas, a sus infinitos matices, a su pura y simple presencia, con una suerte de abandono activo que, además, ha sido también uno de los contenidos recurrentes de la mística cristiana. Ellos quizás por su gran reproducción humana, no le prestan tanta atención a oponerse a las TRA, ellos establecen más normas reales de anticoncepción.

1.8.- Religión y Ciencia

La Junta de Educación de Kansas votó el 11 de agosto de 1999 eliminar -con seis votos a favor y cuatro en contra- de los currículos de los colegios y escuelas estatales toda referencia al origen y evolución del universo, de los organismos y de los humanos. En los comicios del 7 de noviembre de 2000, cuatro de los seis votantes a favor de esa decisión fueron candidatos, pero tres no fueron reelegidos, precisamente por su oposición a la enseñanza de la evolución. La nueva Junta de Educación ha votado restituir la enseñanza de la evolución en las escuelas y colegios del Estado. Esto nos enseña que la sociedad quiere conocer sus orígenes y si en otra época ocurrió lo de Galileo, en este momento las TRA, son una realidad que ha traído felicidad a familias muy cristianas, que no dejan de creer en Dios, por utilizar las técnicas que aporta la ciencia, a través de los científicos escogidos por Dios para que traigan buenas nuevas a los feligreses, que aman a Dios y le han pedido que se haga su voluntad aquí en la tierra, de ellos poder concebir su familia como le ocurriera a Sara. Kansas es parte del ‘Cinturón de la Biblia’ que incorpora a la mayoría de los Estados del sur de Estados Unidos, donde predomina el fundamentalismo cristiano, sobre todo en las iglesias bautistas y metodistas, y en dos sectas derivadas de ellas, respectivamente, los Adventistas del Séptimo Día y la Iglesia Pentecostal. La Declaración de Independencia de 1776 y la Constitución de 1787 son documentos eminentemente liberales, frutos del racionalismo iluminista de Jefferson, Franklin, Adams, Madison y otros fundadores de la República norteamericana. Pero el persistente fundamentalismo cristiano se remonta a los primeros colonizadores de Boston y Nueva Inglaterra, llegados a partir de 1620, y a quienes se les conoce como los Peregrinos. Venían de Inglaterra y Holanda, huyendo de naciones donde se les perseguía por sus creencias religiosas fundamentalistas. Los fundamentalistas mantienen que la Biblia debe ser interpretada literalmente. De poco sirve que teólogos y obispos, tanto católicos como protestantes, prediquen que no hay conflicto radical entre la ciencia y la fe cristiana. Juan Pablo II afirmó, en octubre de 1996, la validez científica de la teoría de la evolución en un discurso a la Academia Pontificia de Ciencias. El Papa había dicho ya en 1981: «La Biblia nos habla de los orígenes y composición del universo no para proveernos de un tratado científico, sino con el propósito de establecer las relaciones apropiadas del hombre con Dios y con el universo.

Las Sagradas Escrituras tratan simplemente de declarar que el mundo fue creado por Dios, y a tal fin se expresan en los términos de la cosmología en uso en los tiempos del autor sagrado. Al mismo tiempo, la Biblia desea instruir a todos los humanos de que el mundo fue creado para el servicio del hombre y la gloria de Dios. Cualquier otra enseñanza sobre el origen y constitución del universo es ajena a las intenciones de la Biblia, cuyo propósito no es enseñarnos cómo fue creado el firmamento, sino cómo ir al cielo». La Constitución de EE UU establece que el Estado no puede ni propugnar ni prohibir la enseñanza de ningún credo religioso. No obstante, los fundamentalistas han buscado subterfugios para promover la enseñanza de la Biblia y excluir la evolución del currículo escolar. Durante las primeras décadas del siglo XX, Tennessee, Arkansas y otros Estados promulgaron leyes prohibiendo la enseñanza de la evolución en las escuelas y colegios estatales. En 1968, el Tribunal Supremo dictaminó que tales leyes eran contrarias a la Constitución.

Una nueva estrategia de los fundamentalistas fue entonces promover leyes que mandaran que la teoría evolucionista se enseñara juntamente con la narración bíblica de la creación del mundo, pretendiendo que ésta es también una hipótesis científica. La primera de tales leyes, promulgada en Arkansas en 1981, fue declarada anticonstitucional en un juicio al que fueron llamados a comparecer varios testigos ‘expertos’. Luisiana promulgó una ley semejante que el Tribunal Supremo declaró también contraria a la Constitución. Este borrador del texto científico ocupa la mayor parte de un documento (‘Amicus Brief’) presentado por la Academia Nacional de Ciencias. Los fundamentalistas alegan que la evolución, como dicen los mismos científicos, es una ‘teoría’, de lo que se sigue que no tiene validez científica, pues no es un ‘hecho’. La ciencia se basa en la observación, dicen, pero nadie ha observado el origen y evolución del universo o de las especies de los animales y la misma especie humana.

Aparentemente en este momento surge el interrogante de la ciencia por encima de lo sobrenatural, si expresamos el temor de que la Biblia es estática y no dinámica; Al mismo tiempo, la Biblia desea instruir a través del conocimiento a todos los humanos de que el mundo fue creado para servir a la humanidad y para la gloria de Dios. Sobre el origen y constitución del universo se han tejido varias teorías pero nunca con las intenciones de contradecir la Biblia, cuyo propósito no es enseñar cómo fue creado el firmamento, sino cómo llegar a Dios, como tampoco se quiere sustituir a Dios en el aliento de vida que le da a la materia que se transfiere en las TRA, El óvulo y el espermatozoide que al juntarse se convierten en un nuevo ser gracias al don divino». Pero lo que se observa en ciencia no son las proposiciones de las teorías, sino sus consecuencias. La teoría heliocéntrica de Copérnico afirma que la Tierra gira alrededor del Sol. Nadie ha observado tal cosa, pero sí sus consecuencias numerosas. Aceptamos que la materia se compone de átomos, aunque nunca los hemos visto. De manera semejante, la teoría de la evolución afirma, por ejemplo, que los humanos y chimpancés descienden de antepasados comunes, que vivieron hace sólo unos millones de años. Se deduce de tal proposición que las dos especies deben ser muy semejantes genéticamente, como se comprueba al observar que el 98% de nuestro ADN es idéntico al de los chimpancés, y con muchos otros experimentos. Un error de los fundamentalistas es no reconocer que la palabra ‘teoría’ tiene significado diferente en la ciencia y en el lenguaje común. En lenguaje ordinario, ‘teoría’ significa algo con poco fundamento, como cuando alguien expresa a sus amigos «tengo mi propia teoría sobre quién fue el asesino del presidente Kennedy». En ciencia, ‘teoría’ se refiere a una explicación científica de amplia envergadura y consecuencias importantes apoyadas por la evidencia. Así, la teoría atómica explica por qué oxígeno e hidrógeno se combinan de una manera particular, con arreglo a la fórmula H2O, que es el agua. «Darle a cada uno su oportunidad», el sentido de lo que llaman ‘fair play’, es algo profundamente arraigado en la personalidad estadounidense. Esta inclinación a ser ‘fair’, o imparcial, predispone a los americanos a tolerar la enseñanza de ideas contradictorias. Así, en una encuesta de Zogby llevada a cabo en enero de 2001, el 57% de los norteamericanos es partidario de que se enseñen en las escuelas tanto el creacionismo como el evolucionismo. (El 21% quiere que se enseñe sólo la evolución; el 12%, sólo el creacionismo; y el 6% no está seguro.) En la enseñanza científica, tal imparcialidad está fuera de lugar. Vivimos en un mundo penetrado por los avances precisos de la ciencia y la tecnología: automóviles y aviones, puentes y rascacielos, teléfonos y ordenadores, medicamentos y cirugía, etcétera. Cuando tomamos un antibiótico, subimos a un avión o cruzamos un puente, contamos con que están construidos con arreglo a principios científicos: la evolución en vez del mesmerismo, el heliocentrismo en vez de la astrología, la mecánica newtoniana en vez de la teoría humoral.

La enseñanza religiosa tiene su lugar apropiado en la familia, la iglesia y los centros religiosos, pero no en las asignaturas científicas. En los colegios estatales norteamericanos, donde debe mantenerse la imparcialidad religiosa, es posible estudiar la Biblia y las doctrinas religiosas cuando se enseña la historia de las religiones o de las ideas. La Biblia y el cristianismo han jugado un papel crucial en la historia del mundo occidental. Pero enseñar la narración del origen del universo del ‘Génesis’ como si fuera una teoría científica es un insulto tanto contra la religión como contra la ciencia.

1.9. – La religión y el Espacio Laico.

El espacio laico es en realidad donde la religión ha dejado de ser un factor conflictivo. Se ha desarrollado más, en el Occidente moderno, dentro de un más amplio, y menos reconocido, espacio religioso de origen cristiano, o judeocristiano, o bíblico. Podemos expresarlo de muchas maneras: por ejemplo, con el reconocimiento de que la secularización que caracteriza a la modernidad (al igual que la racionalización capitalista, vinculada por Weber a la ética protestante y al monoteísmo bíblico) es un fenómeno típico del mundo cristiano. O asumiendo que, también paradójicamente, la idea misma del pluralismo de las culturas existe, y tuvo su desarrollo, en el interior de una cultura específica, la de Occidente (…) La tesis que se pretende sostener es que, por un lado, hay en la actualidad signos evidentes de que en muchas comunidades cristianas (en las diversas Iglesias y confesiones) se extiende la tentación de oponer, al universalismo comprometido con el eurocentrismo del pensamiento y de la política occidental moderna, formas de cerrazón que van de los diversos tipos de comunitarismo (con la vuelta de un cierto apartheid de la cultura) al verdadero y propio fundamentalismo no claramente opuesto a ramificaciones violentas; por otro lado, al creer que puede ser ajeno a los resultados perversos del racionalismo moderno, de la secularización, etc., el cristianismo, en realidad, renuncia a su misión de civilización, que sólo podría recuperar reencontrando, bajo formas, por supuesto, ya ni evolucionistas ni imperialistas, su propia y profunda solidaridad con el destino de la modernización. Es como si la alternativa ante la cual se halla hoy el cristianismo como un término genérico: ¿con él se entiende la Iglesia católica? ¿Las Iglesias cristianas? ¿El pensamiento de los creyentes?… fuese: o cargar a cuestas con el destino de la modernidad (y de su crisis, de su paso a lo postmoderno) o, por el contrario, reivindicar su propia otredad. Pero este nuevo encuentro con todas las religiones vinculadas al destino de la modernización, elige una segunda vía –y hay signos, que orientan a que las sociedades se incorporan al modernismo ya sea porque llegan con la transcultura de un país desarrollado a uno menos desarrollado, de que existe tal tentación– renunciaría a ser una civilización y un mundo para volver a convertirse en lo que quizás era en el origen: una secta entre otras muchas y un elemento objetivo de disgregación social. En este momento que entra la globalización y el Internet se hace dueño de los medios de comunicación, los seres humanos conocen las últimas técnicas que se desarrollan y en ocasiones en el momento que éstas se están produciendo, por lo que ya, las parejas con problemas de infertilidad cada día conocen los procedimientos y en ocasiones podrían contarlos con lujos de detalles a su médico tratante y exigirlos dentro de su población o sociedad, no importa si está preparada para desarrollarla, en sus componentes religiosos, éticos o legales.

Esta es una gran verdad que orienta al mundo a pensar en llevar límites dentro de esta nueva libertad, a entender que es necesario reflexionar sobre lo que establece Pico della Mirandola: "la única esencia del hombre es la de no tener una esencia, y de elegirla libremente". No hay límites a nuestra libertad de hacer las leyes sino en el respeto de la igual libertad del otro. Y donde el otro, como en el caso de las TRA, los resultados de ésta, en el caso de los óvulos fecundados o embriones, no puede ser consultado, no es difícil dirigirse a sus tutores "naturales", que le son más cercanos: la madre, sobre todo; y en los casos, ciertamente más complicados, de la fecundación asistida; o, al otro extremo, cuando se habla de eutanasia –también aquí, como antes de nacer, dependemos "naturalmente" de otros, en quienes por lo demás podemos confiar voluntariamente con un "testamento biológico". Incluso el problema de la clonación humana, dado que se mueve en un terreno científicamente todavía incierto, sobre todo en lo que respecta a la seguridad y al no perjuicio de los procedimientos– se puede dejar la decisión a la libre, y obviamente informada, elección democrática. Estas preguntas sin respuestas llevan a la humanidad a desarrollar leyes, normas y preceptos que orienten las sociedades científicas para evitar el verdadero y puro carácter homicida.

Las leyes que prohíben la investigación sobre células embrionarias (investigación que podría acelerar el descubrimiento de curas para muchas enfermedades, de la diabetes al cáncer o al sida) muestran la urgencia de abandonar el fantasma de la ley "natural", que últimamente ha hecho prosélitos también en el pensamiento de filósofos seguramente democráticos y liberales. Pero en este momento parece difícil luchar entre la Religión y la ciencia.

Hasta fechas muy recientes, los matrimonios infértiles se veían obligados a tener que aceptar su suerte o recurrir a la adopción. La ciencia y la técnica no ofrecían solución alguna a sus deseos de descendencia cuando la naturaleza se revelaba hostil. Sólo quedaban los remedios populares en las diversas culturas: religiosos, mágicos, etc. En la actualidad, los avances científicos y técnicos han permitido reactivar la esperanza a estos matrimonios, sin conseguir siempre satisfacer sus aspiraciones.

Por reproducción asistida se entiende todo proceso tecnocientífico en el que, no de manera natural y en relación directa con el uso de la ciencia y la tecnología, se logran obtener resultados de reproducción de seres vivos de manera artificial.

Como hemos visto la religión que más se opone a la reproducción asistida en humanos, es la Católica. Esta religión desde hace varios siglos cuenta con hombres de ciencia que dentro de la población han trabajado para el conocimiento de la misma, sabedores de que la ciencia, y con mucha más ventaja en cuanto a años y desarrollo tecnológico, ha logrado este tipo de resultados reproductivos en animales.

El término de reproducción asistida también ha sido llamado reproducción artificial, entendiéndose lo mismo aunque sólo haciendo mayor relevancia al lugar de trabajo: el laboratorio. Artificial o asistida, el caso es que el hombre, con su ingenio y desarrollo científico, interviene en procesos que deberían ser naturales, pero que por alguna razón no pueden ser así. La técnica, la ciencia y el ingenio humano se conjugan, por la sabiduría de un ser superior: Dios, y traen por consecuencia resultados idénticos al de la reproducción natural.

"Hagamos al hombre a nuestra imagen y conforme a nuestra semejanza." Génesis 1:27.

1.10- El Dios Shamash, El Código de Hamurabi y la Reproducción Humana.

La figura del matrimonio tal y como lo entendemos ahora, data de 1500 a. d. C. Está recogido en el código Hammurabi.

El cristianismo no ha hecho más que recoger la tradición. Y estos son hechos tradicionales y religiosos, no opiniones. Esto no es un problema de "católicos" y "parejas". Esto es un problema de tradición de 3500 años y capricho actual. Las parejas a veces escogen pedir a otra persona que done óvulos, esperma o un embrión.  (Embrión es la palabra que usa para describir el organismo humano desde la concepción hasta aproximadamente la semana 8va. Otras hacen arreglos con una mujer para que cargue el bebé por ellos.  Estas opciones envuelven asuntos serios religiosos, éticos y legales y se deben tomar con mucho cuidado. El Código de Hamurabi, aunque no toca como tal la reproducción asistida, establece el matrimonio para la procreación de los hijos.

La Estela es donde se hallan grabadas las 282 leyes del Código de Hammurabi. En la parte superior el rey Hammurabi (en pie) recibe las leyes de manos del dios Shamash. La estela fue encontrada en Susa, a donde fue llevada como botín de guerra en el año 1200 a. C. por el rey de Elam Shutruk-Nakhunte. Actualmente se conserva en el Museo del Louvre (París).

El Código de Hamurabi no contiene normas jurídicas acerca de temas religiosos. Las bases del Derecho penal derivan del principio común entre los pueblos semitas, del "ojo por ojo". La protección del Código se ofrece a todas las clases sociales babilónicas: el Derecho protege a débiles y menesterosos, mujeres, niños o esclavos contra la injusticia de ricos y poderosos.

Sorprende la consideración que recibe el individuo en el Código, teniendo en cuenta la época en que fue promulgado, y constituye un documento excepcional para conocer cómo era la justicia en tiempos de Hamurabi. Finaliza con un epílogo que glorifica la ingente labor realizada por Hamurabi para conseguir la paz, con una explícita referencia a que el monarca fue llamado por los dioses para que "la causa de la justicia prevalezca en el mundo, para destruir al malvado y al perverso". Describe además las leyes como medio para que "la tierra disfrute de un gobierno estable y buenas reglas", que se dicen escritas en un pilar para que "el fuerte no pueda oprimir al débil, y la justicia acompañe a la viuda y al huérfano". Hamurabi aconseja al oprimido con estas enérgicas y sonoras palabras: "que el oprimido que tenga una causa verdadera venga a presencia de mi estatua, a mí como rey de la justicia, y que lea en voz alta la inscripción y escuche mis preciosas palabras para que le lleven claridad y entendimiento a su causa, para que su corazón encuentre alivio".

En las culturas del Próximo Oriente Antiguo son los dioses quienes dictan las leyes a los hombres, por eso, las leyes son sagradas. En este caso es el dios Samash, el dios sol, dios de la Justicia, quien entrega las leyes al rey Hammurabi de Babilonia (1790-1750? a. C.), y así se representa en la imagen que figura sobre el conjunto escrito de leyes. De hecho, antes de la llegada de Hammurabi al poder, eran los sacerdotes del dios Samash los que ejercían como jueces pero Hammurabi estableció que fueran funcionarios del rey quienes realizaran este trabajo, mermando así el poder de los sacerdotes y fortaleciendo el del propio monarca.

El código de leyes unifica los diferentes códigos existentes en las ciudades del imperio babilónico. Pretende establecer leyes aplicables en todos los casos, e impedir así que cada uno "tomara la justicia por su mano", pues sin ley escrita que los jueces hubieran de aplicar obligatoriamente, era fácil que cada uno actuase como más le conviniera. Hoy por hoy existen las leyes y existe la religión como forma de establecer una expresión significativa del señorío del hombre sobre la creación.

1.11.-La Iglesia Católica y la Pontificia Academia de las Ciencias:

Los científicos expresan:

Es muy triste que el Vaticano se preocupe por la ciencia, solo cuando se trata de técnicas de reproducción asistida.

Se sabe que la Iglesia cuenta con la Pontificia Academia de las Ciencias donde se dan cita grandes personalidades del mundo científico. Por eso sabe bien de lo que habla cuando toca temas morales como la reproducción in vitro o la clonación humana. Viene avalada por los mejores asesores. Debido a esto no debe la Iglesia, cerrar tanto la conciencia de sus seguidores, debería supervisar el trabajo de los investigadores y tratar de establecer como dice la Biblia:

"Dios ha creado el hombre a su imagen y semejanza: «varón y mujer los creó» (Gén. 1:27), confiándoles la tarea de «dominar la tierra » (Gén. 1:28). La investigación científica, fundamental y aplicada, constituye una expresión significativa del señorío del hombre sobre la creación. Preciosos recursos del hombre cuando se ponen a su servicio y promueven su desarrollo integral en beneficio de todos, la ciencia y la técnica no pueden indicar por sí solas el sentido de la existencia y del progreso humano. Por estar ordenadas al hombre, en el que tienen su origen y su incremento, reciben de la persona y de sus valores morales la dirección de su finalidad y la conciencia de sus límites".

1.12-Las Religiones frente al valor especial de la vida humana.

Como se ha explicado, todo ser viviente fue creado por Dios y merece nuestro mayor respeto. Es más, la Biblia explica que Dios encomendó al hombre la responsabilidad de gobernar la creación entera y de velar por ella; que hacerlo es nuestro deber; y que el ser humano habrá de rendir cuentas de su gestión en el día del juicio (Apoc. 11:18). Sin embargo, la enseñanza bíblica atribuye un valor especial a la vida humana, ya que el hombre y la mujer están hechos a imagen y semejanza de Dios (Gén. 1:27). Es esto, y no meramente el hecho de ser sus mayordomos, lo que confiere a los seres humanos la gran dignidad que tienen.

La vida animal y vegetal están a disposición del hombre para su sustento y mantenimiento – aunque éste debe mostrar hacia ellas el respeto debido (en Gén. 9:3-5 la prohibición de comer carne con sangre parece apuntar en esa dirección), pero el derramamiento de sangre humana se considera un delito digno de la pena capital, precisamente, "porque a imagen de Dios es hecho el hombre" (Gén. 9:6); el homicidio está por ello prohibido por el sexto mandamiento de la ley de Dios, que dice: « No matarás» (Éxodo 20:13). La Epístola de Santiago expresa, además, que no debemos siquiera maldecir a los hombres porque "están hechos a la semejanza de Dios" (Santiago 3:9) Estos pasajes de la Biblia, nos llevan a entender parte de la actividad científica de las TRA, cuando ayudan a la pareja a poder cumplir con los mandatos de Dios, sobre la tierra, multiplicándose para que esos seres puedan gobernar la creación y velar por ella.

 1.13.-La condición actual del ser humano y las Religiones:

El Viejo Testamento, único para todas las religiones, establece que el ser humano ya no es el mismo que cuando Dios lo creó en un principio. La desobediencia del primer hombre y la primera mujer al mandamiento de su Creador, que nos relata el capítulo 3 del libro del Génesis (Gén 2:16, 17), trajo consigo la desgracia de la muerte y de la corrupción a toda la humanidad y al resto del mundo creado (Rom. 5:12; Gén. 3:17-19; Rom. 8:20). Con lo que se conoce como la caída de Adán se distorsionó la imagen de Dios en el ser humano, convirtiéndose éste de un cuidador de la vida y la naturaleza, en el mayor depredador de sus semejantes y de toda la creación, y necesitándose sólo de los avances científicos y tecnológicos que hoy en día tenemos a nuestro alcance para darle a la vida en el planeta el golpe de gracia.

 Esta naturaleza humana caída la hereda hoy en día todo hombre y toda mujer que viene al mundo, y es lo que se conoce en términos teológicos como el "pecado original". Nacemos con la imagen del hombre caído en nosotros: la imagen del Creador distorsionada por el pecado de Adán, la cual sólo Cristo puede restaurar (Gén. 5:3; Col 1:15; 3:10; 1 Cor. 15:49). Aun así la Biblia sigue considerándonos portadores de la imagen divina y acreedores a una gran dignidad. Pero el ser humano ha convertido el mundo creado por Dios, y declarado "bueno en gran manera" por él (Gén. 1:31), en un campo de batalla donde pugnan los intereses egoístas. Estos escritos llevan a una reflexión sobre la ciencia y la tecnología, donde el fuerte se aprovecha del débil y donde hay guerras, crímenes, o – como dice Santiago- "perturbación y toda obra perversa" (Santiago 3:15).

¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros?- sigue diciendo Santiago- ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis… (Santiago 4:1, 2)

 El primer hecho sangriento del que tenemos noticia después de la caída fue el fratricidio de Caín en la persona de su hermano Abel. Y la Biblia explica que la situación del mundo no ha cambiado desde entonces; es más, el apóstol Pablo anuncia un empeoramiento del carácter humano en los últimos tiempos (2 Tim. 3:1-5). La Iglesia Reformada Episcopal conocedora de estos problemas, se une a otros sectores de la Iglesia cristiana que reclaman la protección de la vida humana desde el momento de su concepción; ya que si en el pasado había dudas en cuanto a cuándo comienza la vida en el interior de la madre, o en las técnicas de Reproducción Asistida, TRA, ahora está claro que ese momento es el de la fecundación del óvulo por el espermatozoide, (otras consideraciones son más bien de carácter especulativo).

Por esa misma causa, la Iglesia se opone a la producción de embriones por técnicas de reproducción asistida que no sea con la finalidad de llevar a término su gestación sin que haya excedentes que tengan luego que congelarse o destruirse. Tampoco el uso o la manipulación de dichos embriones con fines terapéuticos u otros que no tengan por objeto el beneficio del propio embrión se pueden considerar más que un atentado contra la dignidad o la vida de seres humanos inocentes. La Iglesia cristiana y la Iglesia Reformada Episcopal no están en contra de las TRA, lo que quieren es una claridad sobre los hechos relacionados con los embriones sobrantes.

 1.14.- La Religión y la necesidad de autoridades civiles

El apóstol Pablo se hace eco de esta realidad de la humanidad caída cuando afirma que las autoridades civiles están puestas por Dios para juzgar y castigar a los que hacen lo malo (Rom. 13:1-5). Estas autoridades, naturalmente, habrán ellas mismas de dar cuenta de cómo hayan desempeñado su responsabilidad (Deum. 16:18-20; Isaías 10:1-3). Las palabras de Jesús de "no resistáis al que es malo" en el Sermón del Monte (Mateo 5:39), obviamente no van dirigidas a los gobernantes y jueces de este mundo, que tienen el cometido de velar por la justicia; puesto que la autoridad civil, como dice Pablo, "no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo" (Rom. 13:4).

La preservación de la vida sobre la tierra y el bien de la comunidad humana requieren el castigo del delincuente por los magistrados (Núm. 35:30-34; Deut. 19:11-13). Por otra parte, el "derecho a la vida" que encontramos en la Biblia es el derecho a la vida del ser humano "inocente" (Sal 106:38), para garantizar el cual en el Antiguo Testamento existían toda clase de mecanismos que lo protegían contra los errores de la ley (Núm 35:9-34 habla sobre las ciudades de refugio a las que podía huir el homicida que había matado a alguien involuntariamente). En el caso de la práctica del aborto y de las TRA, estamos hablando de la vida de un ser humano inocente que tiene derecho a la vida como lo establecen las lecturas del Viejo Testamento de la Biblia, lo que lleva a un encuentro con la sociedad donde las autoridades civiles, tienen que velar por unas leyes acordes con los tiempos donde se establezcan los reglamentos y se haga cumplir, por los profesionales que se dediquen a ejercer las técnicas de reproducción asistida TRA, y los centros donde se realicen.

1.15.- La religión frente al ¿matrimonio o cohabitación?

Las Iglesias Cristianas explican a sus seguidores sobre las TRA, para evitar la confusión sobre el valor o la necesidad del matrimonio, como lo Expresa el Revdo. Juan Sánchez Araujo: ¨para poder recibir ayuda a través de las TRA, están llegando a nuestras iglesias, hoy día, hermanos que se preguntan qué mal hay en convivir como pareja sin estar casados; y querer procrear los hijos teniendo problemas, por lo que se necesita acudir a las TRA, si se está unida a una persona a la que se quiere. ¿No puede considerarse a esa relación como un matrimonio? «En el principio…» El matrimonio es una institución universal a pesar de sus diferentes matices culturales.

Desde siempre la sociedad humana ha reconocido, apoyado y defendido la unión entre un hombre y una mujer que hace de ellos una nueva entidad social cuyo propósito es el apoyo mutuo, la procreación y la crianza y la educación de los hijos. El respeto por el matrimonio beneficia a la sociedad misma; de ahí que todas las razas y culturas lo hayan reconocido y protegido.

La Biblia establece en el Antiguo Testamento, que el matrimonio fue instituido por Dios nada más tras crear al hombre, para proporcionar a éste el compañerismo y la ayuda necesarios y hacer posible la procreación de hijos (Gén. 1:27, 28; 2:18, 21-25). Sin embargo, es cierto que Jesús despojó al matrimonio de aditamentos que se le habían ido pegando a lo largo de la historia – como la poligamia o el divorcio– y reafirmó el propósito inicial del mismo como una unión de por vida entre un hombre y una mujer; y esto lo hizo remontándose, precisamente, al relato bíblico de la Creación que tenemos en el libro del Génesis (Gén. 2:24).

Estas aclaraciones son las que llevan a la sociedad a buscar ayuda en las legislaciones terrenales, para evitar que las TRA, se realicen sin un control claro. Tanto la poligamia como el divorcio han sido practicados y se practican todavía en diferentes culturas; e incluso se toleraron en el pueblo de Israel en los tiempos del Antiguo Testamento (Gén. 35:22-26; Deut 24:1-4). Pero, empleando las palabras de Jesús, «al principio no fue así». Esas prácticas no formaban parte del plan inicial de Dios para la pareja humana. En Mateo 19:4-6, Cristo, deslegitimando el divorcio – salvo en el caso de infidelidad de uno de los cónyuges (v. 9)- , dejó claro el carácter permanente de la unión entre un hombre y una mujer: «Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre» (v. 6).

Esta parte de la Religión cristiana arroja más luz sobre la forma de cómo reglamentar las TRA, en las parejas que las necesitan, para formar una familia estable y de amor, bajo la bendición de Dios su creador.

Por otro lado las iglesias cristianas aportan sobre el sentido del matrimonio, entre un hombre y una mujer, como lo establece La Biblia distingue, por tanto, entre «matrimonio» y «fornicación»: lo uno es un estado honroso, mientras que lo otro merece el juicio de Dios (He 13:4). «Fornicación» (en griego porneia, de donde procede la palabra «pornografía») significa en su sentido más amplio «inmoralidad sexual»; pero de un modo más específico se aplica a las relaciones sexuales entre hombre y mujer fuera del matrimonio. Están de acuerdo con la inseminación homóloga y heteróloga. Bajo los parámetros establecidos de inseminación no acto conyugal.

¿Y cuál es la diferencia entre lo uno y lo otro? El matrimonio es un pacto de por vida (de ahí la incongruencia del divorcio), entre un hombre y una mujer (lo cual deja fuera a las relaciones homosexuales), excluyente de terceros en cuanto a las relaciones sexuales (de otro modo sería adulterio), independiente respecto de las familias del esposo y la esposa – «Dejará el hombre a su padre y a su madre…» (Gén 2:24a), y cuyo propósito es satisfacer la necesidad de compañerismo, intimidad y asistencia mutua entre los cónyuges – «y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne» (Gén 2:18, 24b)- y, si Dios lo concede, traer hijos al mundo (Gén 1:28). La fornicación no cumple estas condiciones, y en algunos casos no es más que una búsqueda egoísta e incluso perversa del placer sexual sin ningún tipo de compromiso subyacente.

En todas las culturas, aun en aquellas que no han tenido acceso a la revelación bíblica, se le reconoce una importancia especial al pacto matrimonial y se defiende el mismo contra las amenazas internas y externas. ¡En todas las culturas menos en la sociedad occidental moderna! En esta última el matrimonio está cada vez más desprotegido y despojado de su dignidad, al tiempo que se promueven todo tipo de sucedáneos, cuando menos mucho más pobres y frágiles, y en el peor de los casos sumamente nocivos.

¿Qué mal hay – se preguntan algunos- en que el matrimonio no dure para toda la vida? ¿O por qué ha de ser solamente entre un hombre y una mujer? ¿O qué perjuicio puede haber en las relaciones sexuales fuera del matrimonio si la pareja se siente atraída o se quiere? Los males son muchos, y de muy distintas índoles. Las relaciones sexuales sin un pacto de por vida son egoístas – «placer sí, responsabilidad no»- y carecen por lo tanto de ese factor que puede llevarlas a su madurez y plenitud. ¡Hay mucha gente vacía y destrozada por ahí de tanto picar aquí y allá; de tanto hacerse «una sola carne» con éste y con aquél! (1 Cor. 6:16).

Por otra parte, cuando dos personas del mismo sexo contraen matrimonio, como ocurre en diferentes países occidentales se establece una confusión en la sociedad sobre el carácter complementario de los dos sexos biológicos y el derecho a la procreación, que se da en la relación entre hombre y mujer. Este derecho en estos momentos puede traer grandes consecuencias para la humanidad y conduce a la larga a la extinción de la especie humana (por faltar la capacidad reproductora). Estos «matrimonios» por ley y derecho en esos países, llevan aparejados además el derecho a la adopción de hijos, que mañana no tendrán en el hogar un modelo de referencia masculino y femenino, tendrán un aprendizaje de la relación entre un mismo sexo.

Por otro lado pensando en la unión libre de una pareja de diferente sexo, cierto es que algunas cohabitaciones pueden estar sustentadas por un pacto tácito que las convierte en matrimonios de hecho – aunque no existan papeles civiles o religiosos que den fe de ello- , pero eso sólo lo sabe Dios, que conoce los corazones, y no puede pedirse, por ejemplo, a la iglesia que admita tales matrimonios; y cierto es, también, que muchos de los matrimonios que han pasado «por la vicaría» o por el juzgado, teniendo todos sus documentos en orden, no son matrimonios en absoluto, porque no existe compromiso de por vida ni de fidelidad mutua entre los cónyuges.

Las parejas que van a recibir las TRA, sin regularizar, que tienen la esencia del matrimonio en su relación, pero no son casados, cuyo compromiso no es más que una unión ente los dos, debe presentar datos de personas que conozcan a la pareja como lo establece el Revdo, Juan Sánchez Arahujo. "Una pareja no puede someterse a las TRA, si antes no se conoce su filiación con la pareja que lleva a la consulta¨.

La sabiduría de la Palabra de Dios resulta evidente para todo el que esté dispuesto a reconocerla; como también la insensatez de los sucedáneos modernos del matrimonio, vistas las consecuencias que están produciendo. La inestabilidad en las relaciones, los celos y la violencia doméstica, muchos hijos sin un hogar estable o desgarrados entre el amor y la lealtad al padre o a la madre, el sida y otras enfermedades de transmisión sexual, etcétera, dan testimonio del fracaso de los nuevos modelos sexuales.

La norma bíblica del matrimonio como un pacto de fidelidad mutua y de por vida entre un hombre y una mujer, hecho público según las normas vigentes de la comunidad a la que se pertenece, y coronado por la unión sexual, sigue siendo el modelo más efectivo para la felicidad de la pareja, el bien de los hijos y el bienestar de la sociedad. ¡No es lo mismo matrimonio que cohabitación!

En lo relacionado a la cohabitación, se han tejido varias teorías, bajo el planteamiento de los gay, pero ésta significa empezar las cosas al revés: el acto sexual, no es el que daría como resultado la reproducción humana, se trivializa y acaba siendo contraproducente: ya que en vez de procrear adoptan, con perjuicios para la pareja y para los hijos que forman ese núcleo aberrante. Las TRA no se deben utilizar para dar a estas parejas de gay hijos, debido a que las técnicas creadas por el hombre, independientemente de la forma natural, están destinadas a poner en contacto los elementos ontogenéticos del hombre y la mujer, el espermatozoide con el óvulo, con el pretendido resultado de una fecundación. Estos elementos no están presentes en la unión gay, el binomio hombre–mujer que da como resultado la reproducción, faltaría.

Las TRA, no deben ser consideradas como una solución terapéutica "ni como un medio alternativo de procreación latu-sensu para parejas infértiles hombre–mujer, sin constituir pareja, como sujetos individualizados que pretendieran beneficiarse de las ventajas del procedimiento"

1.16.- Las religiones y la Donación de gametos

Es interesante anotar que en este tema, no todas las religiones se han pronunciado en contra. Al revisar la bibliografía hasta el momento, solo encontramos dos: la católica y el Islam de los musulmanes. El Islam se mantiene en medio de dos puntos de vista extremos; por otra parte, la Iglesia Católica Romana ha condenado categóricamente la fertilización in vitro, la inseminación artificial y la maternidad suplente. A su vez, los liberales y las religiones cristianas permiten estos métodos, con las reglas ya explicadas anteriormente. El Islam, permite las nuevas tecnologías de reproducción, mientras se realicen entre parejas casadas.

El documento Donum Vitae de la Iglesia Católica, en su parte III dedicada a la legislación, no propone prohibir la fertilización asistida. Exige que la ley civil "no podrá legalizar la donación de gametos entre personas que estén legítimamente unidas en el matrimonio católico, y los casados no podrán utilizar los bancos de embriones, la inseminación posmorten y la maternidad sustituta".

Tanto la iglesia Católica como la judía condenan el empleo de gametos extraños al matrimonio como un adulterio. Parecería que se le considera igual que un ayuntamiento carnal con alguien que no sea su cónyuge, y sin su consentimiento.

Para la convivencia entre la pareja y el nuevo ser, en primer lugar, se daría una asimetría frente al niño; este es hijo genético de uno de los dos cónyuges, y adoptivo del otro. ¿Podría generar esta situación conflictos en la adolescencia, en el momento de la rebeldía de esta edad? Los psicólogos responderán. La reflexión debe basarse en la doctrina del equilibrio de los valores. ¿Cuál es el objetivo? Tener un hijo, ser iguales a los demás matrimonios, acceder a la familia.

¿Qué es lo discutible? El emplear como medio la masturbación, cuyo fin no es el placer en sí mismo; es en general un verdadero sacrificio para obtener el líquido seminal. En un matrimonio que conforma una comunidad de amor, con un sinfín de relaciones sexuales que expresan su vocación procreativa, la balanza se debe inclinar por la vida y la procreación.

En la mayoría de las consideraciones sobre las TRA, las religiones cristianas toman en cuenta diversos componentes

  1. La paciente y su médico, como entes separados en interacción.
  2. La familia de la paciente: el marido y el producto de la concepción.
  3. La sociedad en que esos individuos y núcleos familiares se desenvuelven.
  4. Las experiencias habidas con el procedimiento o metodología considerados y –si no hubiese habido ninguna- los requisitos imprescindibles para su aplicación.
  5. La legislación vigente o en vías de materialización que rige la deontología médica, definida como el estudio de los principios, fundamentos y sistemas de moral, en ese país, área o región.
  6. Los factores religiosos involucrados que varían de acuerdo con las pacientes que han de someterse al procedimiento, el médico que lo aplica, y las sociedades que se consideren.
Partes: 1, 2, 3, 4
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